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ENFERMEDAD DE CHAGAS

Introducción

La enfermedad de Chagas-Mazza (debe su nombre a los médicos Carlos


Chagas y Salvador Mazza), Mal de Chagas o tripanosomiasis americana, es una
enfermedad parasitaria tropical generalmente crónica causada por un
protozoario flagelado, el Trypanosoma cruzi. El Trypanosoma cruzi es miembro
del mismo género que el agente infeccioso causante de la enfermedad del sueño
africano, y el mismo orden que el agente que causa la Leishmaniasis, pero sus
manifestaciones clínicas, distribución geográfica, el ciclo de vida y su vector son
considerablemente diferentes. El reservorio natural lo constituyen los armadillos,
marsupiales (Didelphis sp o zarigüeyas), roedores, murciélagos y primates
silvestres, además de ciertos animales domésticos como perros, gatos, incluso
ratas (Rattus rattus) y los cobayos; y es transmitida al hombre comúnmente por
los triatominos hematófagos como el Triatoma infestans (estos insectos llevan
varios nombres de acuerdo al país, entre ellos, benchuca, vinchuca, kissing bug,
chipo, chupança, barbeiro, chincha y chinches), el cual transmite el parásito
cuando defeca sobre la picadura que él mismo ha realizado para alimentarse,
por transfusión de sangre contaminada, por la ingesta de alimentos
contaminados por el parásito o verticalmente de la madre infectada al feto.

Se considera que la enfermedad de Chagas es un padecimiento endémico de


América, distribuyéndose desde México hasta Argentina, aunque existen
vectores y reservorios incluso en el sur de los Estados Unidos, y en la actualidad
se considera una enfermedad, aunque esporádica, con casos identificados en
Canadá y EE.UU. Se estima que son infectadas por la enfermedad de Chagas
entre 15 y 17 millones de personas cada año, de las cuales mueren unas 50.000.
La enfermedad tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres de
América Latina.
Ciclo del Chaga

Etiología

Las vinchucas infectadas habitan en América del Norte, Central y del Sur. Entre
8 y 11 millones de personas que viven en toda América están infectadas por T.
cruzi; se estima que > 300.000 inmigrantes infectados viven en los EE.UU. La
prevalencia mundial disminuyó gracias a las medidas de control. Los reservorios
no humanos incluyen los perros, los gatos, las zarigüeyas, las ratas y muchos
otros animales.

La enfermedad transmitida por el vector es infrecuente en los Estados Unidos,


pero los inmigrantes latinoamericanos son fuentes potenciales de infección
transmitida a través de la placenta o de la donación de sangre u órganos.

Cuadro Clínico

La enfermedad de Chagas tiene dos fases claramente diferenciadas.


Inicialmente, la fase aguda dura unos dos meses después de contraerse la
infección. Durante esta fase aguda circulan por el torrente sanguíneo una gran
cantidad de parásitos. En la mayoría de los casos no hay síntomas o estos son
leves y no específicos.
En menos del 50% de las personas picadas por un triatomíneo, un signo inicial
característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un
párpado. Además, pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de
ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar,
hinchazón y dolor abdominal o torácico.

Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos principalmente en el


músculo cardiaco y digestivo. Hasta un 30% de los pacientes sufren trastornos
cardiacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas (típicamente,
agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas. Con el paso de
los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardiacas o
insuficiencia cardiaca progresiva por destrucción del músculo cardiaco y sus
inervaciones.

Fase aguda

La fase aguda de la enfermedad de Chagas, que dura semanas o meses,


generalmente, no presenta síntomas. Cuando los signos y síntomas aparecen,
estos suelen ser leves. Algunos de ellos son:

 Hinchazón en el sitio de la infección


 Fiebre
 Fatiga
 Erupción cutánea
 Dolor generalizado
 Hinchazón en los párpados
 Dolor de cabeza
 Pérdida de apetito
 Náuseas, diarrea o vómitos
 Glándulas inflamadas
 Agrandamiento del hígado o del bazo

Los signos y síntomas que se manifiestan durante la fase aguda, normalmente,


desaparecen solos. Si no se trata, la infección persiste y, en ocasiones, avanza
hasta la fase crónica.
Fase crónica

Los signos y síntomas de la fase crónica de la enfermedad de Chagas pueden


presentarse de 10 a 20 años después de la infección inicial o pueden no
manifestarse nunca. No obstante, en casos graves, los signos y síntomas de la
enfermedad de Chagas pueden comprender:

 Latidos del corazón irregulares


 Insuficiencia cardíaca congestiva
 Paro cardíaco repentino
 Dificultad para tragar debido al agrandamiento del esófago
 Dolor abdominal o estreñimiento debido al agrandamiento del colon

Diagnostico

El procedimiento diagnóstico del mal de Chagas varía dependiendo de la fase


de la enfermedad en la que se encuentre el paciente.

Durante la fase aguda, la manera más rápida de efectuar el diagnóstico clínico


es mediante un frotis sanguíneo. Al mirar por el microscopio, detectaremos
fácilmente la presencia del parásito en la sangre extendida. Esto se debe a que,
en esta fase, la presencia del parásito en sangre es muy importante.

Este diagnóstico de la enfermedad de Chagas puede, no obstante, confirmarse


mediante aspiración del contenido de los ganglios linfáticos, donde es también
segura la presencia del parásito (siempre que haya infección).

Otro procedimiento que se puede llevar a cabo durante esta fase aguda es el
xenodiagnóstico. Permitimos que una chinche triatoma no infectada muerda al
paciente sospechoso de presentar la infección, y analizamos el contenido del
intestino de la chinche cuatro semanas después. Si la chinche presenta parásitos
en su intestino, han tenido que ser, necesariamente, obtenidos de la sangre de
la persona sospechosa de tener la infección. Se utiliza como diagnóstico
confirmativo.

Diagnóstico de la enfermedad de Chagas en fase crónica


Durante la fase crónica, la presencia del parásito en sangre ya no es tan
importante, y por ello la técnica de la detección directa por frotis es mucho menos
efectiva.

En este caso, debemos recurrir a la serología, o diagnóstico indirecto. La


serología no consiste tanto en localizar al parásito como en constatar la reacción
inmunológica que éste ha producido. Cuando nos encontramos en la fase crónica
de la enfermedad, lo más adecuado es buscar la presencia de anticuerpos que
nuestro sistema de defensa haya fabricado para combatir al parásito. No
obstante, esta comprobación puede arrojar falsos positivos para tripanosomiasis,
ya que si el paciente está sufriendo otra parasitosis (leishmaniasis,
principalmente), la serología puede ser positiva.

Tratamiento

Principalmente hay dos tratamientos para la enfermedad de Chagas que,


tradicionalmente, se han utilizado para curar la infección por tripanosoma.
Ambos presentan limitaciones en el uso, especialmente debido a la aparición de
reacciones adversas. Estos tratamientos son: nifurtimox y benzinidazol.

El benzinidazol se considera la primera línea de tratamiento para el Chagas,


tanto por su mayor experiencia de uso y eficacia como por su perfil más seguro
en cuanto a efectos secundarios. De estos efectos cabe destacar la aparición de
exantema (enrojecimiento cutáneo) que responde bien a antihistamínicos,
aunque en algunos casos puede causar dermatitis más complejas.

Por su parte, el nifurtimox ocasiona con mucha frecuencia síntomas


gastrointestinales como vómitos y pérdida de peso, aunque también origina
trastornos neurológicos como temblores, desorientación y neuritis periférica.

Hay que tener en cuenta que la tolerancia es regular. Algunos pacientes pueden
abandonar el tratamiento debido a estos efectos adversos y a la larga duración
del tratamiento (puede ser de hasta dos meses)

Si el diagnóstico de Chagas se confirma, su médico especialista le pautará el


medicamento más apropiado para usted. Consulte con su médico o farmacéutico
todas las dudas que pueda tener acerca del medicamento que le prescriban.
Por otro lado, estos tratamientos son efectivos en la fase aguda de la
enfermedad, pero en la fase crónica (especialmente tardía) no lo son tanto. Por
ejemplo, la eficacia de este tratamiento es controvertida en la afectación de la
infección crónica, en la afectación cardíaca (miocardiopatía), afectación
gastrointestinal, y en la reactivación de la enfermedad en pacientes con las
defensas disminuidas. Aún así, se establece que pueden disminuir la progresión
de la enfermedad de Chagas. A pesar de esto, la mayoría de expertos no
recomiendan tratar casos de Chagas en mayores de 55 años o con afectación
cardiaca avanzada.

Conviene también aclarar que no existen formulaciones de estos tratamientos


para población pediátrica, lo que obliga a reformular los tratamientos de adultos.

Existen algunos ensayos recientes que están probando la eficacia de


ravuconazol y posaconazol, todavía sin resultados definitivos ni incluidos en
regímenes terapéuticos totalmente contrastados.

En cuanto al tratamiento especifico de la afectación de órganos concretos como


corazón o aparato digestivo en estos pacientes, es necesario en ocasiones la
implantación de marcapasos en la cardiopatía por Chagas, y la cirugía para
extirpar parcial o totalmente el colon cuando se produce megacolon en
situaciones muy avanzadas.

Conclusión

Por todo lo que se manifiesta en esta monografía, resumimos, para combatir el


Mal del Chagas-Mazza, lo siguiente:

Conocer a la vinchuca, identificándola y diferenciándola de otros insectos.

Mantener una vivienda higiénica, esto es con paredes y techos bien revocados
y blanqueados y siempre limpia. Debe asegurarse la eliminación de rendijas y
rincones que posibiliten el refugio de las vinchucas, la limpieza periódica de
depósitos, baúles, muebles, gallineros y cualquier otro lugar que pueda resultar
propicio al insecto.
Facilitar la tarea de los rociadores, colaborando con ellos en todo cuanto sea
necesario.

Informar a los vecinos de la necesidad de cumplir con las medidas de higiene y


de protección indicadas, vigilando que así sea en todo cuanto sea posible.

Si ha sido picado por vinchucas, consulte de inmediato al médico. Recordar que


al principio de la enfermedad prácticamente no existen síntomas y que sólo al
cabo de varios años aparecen las complicaciones cardíacas y de otros órganos.
Ello puede hacer creer erróneamente innecesario tomar precauciones en un
primer período, cuando, por el contrario, un buen control médico puede evitar la
aparición de complicaciones.

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