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niño que está triste que un niño que está deprimido. La depresión en la infancia viene
acompañada además de la tristeza de una serie de síntomas en los niños como cambios
bruscos de humor, rabietas por cualquier causa, alto nivel de ansiedad, entre otros.
La psicóloga Silvia Álava nos ha concedido una entrevista en la que nos aclara en qué consiste
la depresión infantil, qué síntomas puede presentar un niño con depresión, a qué edad suelen
tener los niños depresión, por qué tienden a deprimirse los niños o si este estado puede ser
hereditario.
Para estar deprimidos, estamos hablando que ya es un diagnóstico dentro de salud mental y el
niño tiene que estar muy triste, tiene que tener una serie de alteraciones, que se le notan en el
colegio, que se le notan con los amigos, que lo notan los papas, que lo notan todos, durante un
periodo largo de tiempo.
En función de cómo sean esos síntomas y de la gravedad de los síntomas podremos hablar de
un estado de depresión leve, moderado o severo. También tenemos que pensar que los
síntomas van a variar en función de la edad del niño.
La ansiedad:
2. Los sentimientos de ansiedad son tan desconcertantes para el niño o joven como para
sus padres.
Nervios
Temores infundados o irreales
Dificultad para separarse de sus padres
Problemas para dormir
Pensamientos persistentes u obsesivos
Síntomas físicos como sudoración o dificultad para respirar, asociados con su ansiedad.
Fobia Específica
Las fobias simples, también llamadas específicas, pueden implicar objetos o situaciones tales
como espacios cerrados, insectos, alturas, oscuridad, ascensores, puentes, animales, volar, etc.
Una fobia simple difiere de la agorafobia en que la ansiedad está centrada en un objeto o
situación externa específica y se halla presente sólo cuando se hace frente (de forma
imaginada o real) a ese objeto o situación.
Las fobias simples son comunes y normalmente no generan problemas importantes en la vida
diaria, pues se tienden a evitar en la medida de lo posible. Una fobia se convierte en un
problema sólo cuando el objeto o situación temidos no pueden evitarse con facilidad y
resultan relevantes para la vida personal o laboral del individuo.
C. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional. Nota: En los niños este
reconocimiento puede faltar.
F. En los menores de 18 años la duración de estos síntomas debe haber sido de 6 meses como
mínimo.
Fobia Social
también conocido como fobia social, es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo
persistente a una o más situaciones sociales por temor a que resulten embarazosas.1 Este
temor puede ser desencadenado por el escrutinio (percibido o real) de otras personas. Es el
trastorno de ansiedad más común y uno de los más comúnes entre los trastornos psiquiátricos.
A. Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o actuaciones en público en
las que el sujeto se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible
evaluación por parte de los demás. El individuo teme actuar de un modo (o mostrar síntomas
de ansiedad) que sea humillante o embarazoso. Nota: En los niños es necesario haber
demostrado que sus capacidades para relacionarse socialmente con sus familiares son
normales y han existido siempre, y que la ansiedad social aparece en las reuniones con
individuos de su misma edad y no sólo en cualquier interrelación con un adulto.
B. La exposición a las situaciones sociales temidas provoca casi invariablemente una respuesta
inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o
menos relacionada con una situación. Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en
lloros, berrinches, inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde los asistentes no
pertenecen al marco familiar.
C. El individuo reconoce que este temor es excesivo o irracional. Nota: En los niños puede
faltar este reconocimiento.
F. En los individuos menores de 18 años la duración del cuadro sintomático debe prolongarse
como mínimo 6 meses.
H. Si hay una enfermedad médica u otro trastorno mental, el temor descrito en el Criterio A no
se relaciona con estos procesos (p. ej., el miedo no es debido a la tartamudez, a los temblores
de la enfermedad de Parkinson o a la exhibición de conductas alimentarias anormales en la
anorexia nerviosa o en la bulimia nerviosa).
http://www.psicomed.net/dsmiv/dsmiv7.html
Ansiedad generalizada
C. La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (algunos
de los cuales han persistido más de 6 meses). Nota: En los niños sólo se requiere uno de estos
síntomas:
1. inquietud o impaciencia
2. fatigabilidad fácil
3. dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
4. irritabilidad
5. tensión muscular
6. alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al
despertarse de sueño no reparador)
F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej.,
drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo) y no aparecen
exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico o
un trastorno generalizado del desarrollo.
Trastorno por estrés post traumático
El estrés es un tipo de reacción que se activa en aquellas situaciones en las que percibimos que
no tenemos suficientes recursos para atender a las demandas (Lazarus, 1990). Se trata de un
sistema que compartimos con animales e incluso plantas, y que nos permite reaccionar con
rapidez y seguridad ante contextos en los que hay que dar una respuesta para la que no
tenemos suficientes recursos de afrontamiento. Este mecanismo pone en marcha un proceso
de activación a nivel cognitivo, fisiológico y conductual, que se detiene cuando se consigue el
objetivo deseado (Merín, Cano-Vindel, & Miguel-Tobal, 1995). Después de haber agotado la
energía y los recursos, éstos se vuelven a recuperar con el descanso, de manera que se trata
de un proceso normal de adaptación al entorno que nos rodea (Cano-Vindel & Serrano-
Beltrán, 2006). Pueden surgir problemas con el estrés si nuestro cuerpo y nuestra mente están
activándose permanentemente, sin que se permita la recuperación. En estos casos el estrés
puede comenzar a producir algunos síntomas, tales como olvidos, problemas de
concentración, pérdida de rendimiento, alta activación fisiológica, agotamiento, insomnio,
dolor de cabeza, dolores musculares, contracturas, ansiedad, irritabilidad, aumento del
consumo de tranquilizantes, etc. (Cano-Vindel & Serrano-Beltrán, 2006; González-Ramírez, &
Landero-Hernández, 2006; Lazarus, 1990).
1. recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se
incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede
expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma
2. sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los
niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible
3. el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo
(se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios
disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los
niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico
4. malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
5. respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal
y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
Un ejemplo conocido de este trastorno, aunque tal vez no totalmente reflejado al tratarse de
una película, es "mejor imposible" dónde Jack Nicholson hace el papel correspondiente al
obsesivo-compulsivo.
B. En algún momento del curso del trastorno la persona ha reconocido que estas obsesiones o
compulsiones resultan excesivas o irracionales. Nota: Este punto no es aplicable en los niños.
D. Si hay otro trastorno, el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita a él (p. ej.,
preocupaciones por la comida en un trastorno alimentario, arranque de cabellos en la
tricotilomanía, inquietud por la propia apariencia en el trastorno dismórfico corporal,
preocupación por las drogas en un trastorno por consumo de sustancias, preocupación por
estar padeciendo una grave enfermedad en la hipocondría, preocupación por las necesidades
o fantasías sexuales en una parafilia o sentimientos repetitivos de culpabilidad en el trastorno
depresivo mayor).
E. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas,
fármacos) o de una enfermedad médica.