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religioso m o d e r n o y creciente. G a r d n e r se rem o nta a los
orígenes de este culto, a su "b ib lia ” : El Libro de Urantia. |H E |^ H H H |H |

C o n gran talento, r e f le x io n é inteligencia, M artin


G a rd n e r analiza c o m o surgen y crecen los cultos actuales,
y hasta que p u n to los creyentes desarrollan unos
mecanismos mentales que imposibilitan la crítica, aunque
existan poderosas evidencias en con tra de estas creencias. h B N H B H H H

M a rtin Gardner, m ie m b r o fu n d a d o r del C o m it é


para 11 Investigación Científica de Cuestiones Paranormales
(CSICO P). ha sido a u t o r de la columna “ Mathematica l
(- ja m es” en ln revista Scientific American du ran te m uchos
aires Futre- nu m erosos libros se encuentran The Fliglil
P<-!’ 1 Im m m . le, Healmg Revelations o f M a ry Baker Eddy:
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Watcher y On the Wild Side. ÍH |H H H || h | h

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URANTIA
Martin Gardner

URANTIA

TIKAL
Título original: Uranda: the great culi mystery

© Martin Gardner 1995


O Susaeta, S.A. (versión castellana)
Tikal Ediciones / Unidad Editorial
Plaija Roma Piera Arcal, 4 3°A
E-08330 Premia de Mar (Barcelona)
Teléfono: (93)752 13 14
Fax: (93)752 31 41
<tikal@correo.net>

Traducción: Pilar Tutor


Diseño de cubierta: Antonio Tollo
Impreso en la UE
/
Indice

El Libro de Urantia ........................................................................................ 7


El doctor William S ad ler............................................................................... 35
El doctor John Kellogg.................................................................................. 51
Los plagios de Ellen W hite............................................................................ 77
El templo viviente........................................................................................... 87
Wilfred Clister Kellogg .................................................................................. 103
Comienza la revelación ................................................................................. 119
Harold Sherman y Harry Loose ................................................................... 143
Oahspe ............................................................................................................ 171
La ciencia en El Libro de Urantia
I parte ................................................................................................. 191
II parte ................................................................................................ 221
La influencia adventista en El Libro de Urantia ........................................ 245
Sadler y la hermana W hite............................................................................ 277
¿Contribuyó Sadler a la redacción de los Documentos?
I parte .................................................................................................. 297
II parte ................................................................................................ 323
Los plagios en El Libro de Urantia.............................................................. 349
Cismas encarnizados...................................................................................... 389
Joe Pope y los nuevos instructores................................................................ 401
La gran rebelión ............................................................................................. 427
Apéndice A: Libros escritos por William Sadler.......................................... 441
Apéndice B: Libros escritos por Harold S herm an....................................... 445
Apéndice C: Carta de Sherman a Sadler .................................................... 449
Apéndice D: La historia de José de A rim atea............................................. 451
Apéndice E: Palabras y frases inusuales
que Sadler y El Libro de Urantia tienen en com ún................................ 455
Apéndice F: Agradecimientos ....................................................................... 401
Apéndice G: Direcciones útiles ..................................................................... 463
Índice de nombres ......................................................................................... 467

í
I
«El Libro de Urantia»

En la última mitad del siglo xix. cuando el espiritismo se encontraba en su má-


ximo apogeo, miles de los que fueron llamados médiums «de voz directa», que ac­
tuaban en estado de trance, florecieron en todo el mundo civilizado, especialmente
en Inglaterra y en Estados Unidos. Una de la médiums más famosas fue Leona Pi­
pen de Boston, que convenció de sus poderes paranormales nada menos que al
famoso psicólogo y filósofo William James. Al igual que la mayoría de los médiums
de voz directa, la señora Piper caía en un profundo sopor durante el cual sus cuer­
das vocales eran poseídas por espíritus de muertos que hablaban con voces mar­
cadamente diferentes a la suya propia. Hasta hace una década estos médiums eran
difíciles de encontrar en Estados Unidos. Ahora, en cambio, podemos encontrar­
los por todo el país, sobre todo en los estados de la costa del Pacífico. Los escép­
ticos los han descrito como mediocres ventrílocuos que hablan con voces extra­
ñas, pero a los que se les nota cómo mueven sus labios.
En la actualidad, la frase de moda que define estos fenómenos es la de «cana-
lismo por trance». Estos nuevos médiums, de los cuales J. Zebra Knight fue el pri­
mero en adquirir fama y fortuna (gracias al bombardeo publicitario de Shirley Mac­
ízame), no canalizan a los parientes muertos. Por el contrario, canalizan a entidades
superiores que o bien vivieron una vez en la tierra, a veces miles de años antes, o
bien viven en planetas distantes o en espacios de otras dimensiones, ü t mayoría
de estos individuos intermediarios, también llamados «canalizadores» o «canales»,
son charlatanes, dispuestos sobre todo a sacar dinero a todos los crédulos segui­
dores de la Nueva Era. Sin embargo, surgen dudas en algunos casos en que cier­
tas personas (con frecuencia alguien que de niño sufrió una grave lesión en la ca-

7
beza) tienen la habilidad de entrar en estado de trance, durante el cual distintas
personalidades parecen hablar a través de sus labios o escribir apoderándose de
su mano.
lxi señora Piper era capaz de albergar simultáneamente a tres espíritus, uno
que hablaba a través de su boca, un segundo que escribía con su mano izquierda
y un tercero que escribía con su mano derecha. Invariablemente, estos médiums
manifiestan no recordar nada de lo que sucede mientras están durmiendo o en
estado de trance.
Muchas religiones poseen Biblias de las que se dice que fueron transmitidas
por inteligencias superiores. Joseph Smith afirmaba ser el canal a través del cual
el ángel Moroni dio a la humanidad El Libro de Mormón. Mahoma afirmaba ser
el instrumento a través del cual Gabriel escribió el Corán. El reverendo Sun Myung
Moon fue divinamente inspirado para elaborar la Biblia de su Iglesia de Unifica­
ción. Mary Baker Eddy creía que cada línea de Ciencia y Salud estaba inspirada
directamente por Dios.
Durante las décadas en las que el espiritismo se encontraba en su máximo apo­
geo. se publicaron cientos de monótonos libros inspirados (al menos eso es lo que
se decía) por los espíritus de los difuntos. En las últimas décadas, sobre todo en
Estados Unidos, un número cada vez mayor de libros tienen a gala haber sido dic­
tados no por las almas de los muertos sino por inteligencias superiores. Entre ellos
se incluyen los libros de Seth de Jane Roberts, los libros de Ramtha de J.Z. Knight
y el actualmente muy popular Curso de ¡os milagros (1976), del que se dice que
ha sido dictado nada menos que por el mismo Jesús. Ignoraremos estos libros por­
que ninguno se ha convertido, al menos por ahora, en la «Biblia» de ninguna secta
organizada.
I (asta 1955. el libro sagrado más voluminoso de un movimiento religioso del
que se decía que había sido escrito por seres no humanos era Oahspe, que lle­
vaba el subtítulo de A Kosmon Bible in the Words ofjehovih and ¡lis Angel Em-
bassadors. El autor de este extraño volumen -de casi mil páginas- fue John Ba-
llou Newbmugh. un dentista de la ciudad de Nueva York que afumaba resueltamente
que los ángeles controlaban sus dedos mientras escribía a máquina. El libro fue
escrito en 1881. publicado por el propio Nevvbrough en 1882 y seguido por varias
ediciones modificadas en 1891. Inspiró una secta denominada Faitismo. Sus miem­
bros se radicaron en Shalam, una colonia de Nuevo México, y publicaron un pe­
riódico llamado The Faithist Messenger. Un anuncio publicitario de Owl Press, que
hasta 1992 sólo vendió una edición de Oahspe. describía el libro de esta forma:

Una historia de los cielos superiores e inferiores y de la Tierra durante los últimos
24.000 años, además de una breve historia de los anteriores 55.000 años. Una ex­
plicación de todas las religiones del mundo; la cosmogonía del universo; la creación

8
*

de los planetas, del hombre: los nuevos mandamientos aplicables al tiempo presente;
los mundos desconocidos. Escrito en 1881. la ciencia de Oahspe se ve confirmada
actualmente por los satélites espaciales, los nuevos descubrimientos arqueológicos
y muchas otras fuentes. ¡Quiza sea el libro más importante y destacado del mundo
actual!

Oahspe reveló por primera vez tina fantástica cosmogonía de mundos inhabi­
tados regidos por una elaborada jerarquía de dioses, con extraños nombres, que
ocupaban los distintos niveles entre Jehovih, el Dios Final, y nosotros mismos. Los
faitistas creían que habían sido escogidos por Dios para reemplazar el cristianismo
con una nueva revelación que finalmente los conduciría a fundar el reino de Dios
sobre la tierra. Remito al lector que desee conocer algo más sobre la compleja cos­
mología. mitología y escatología de esta Biblia a la obra Hasting's Entyclopedia o f
Religión and Ethies. Asi empieza el articulo dedicado al término «Oahspe»;

El Libro de Oahspe, aunque muy poco conocido, tiene un considerable interés para
los estudiantes de la patología de la religión: y desde este punto de vista es. quizá,
de un valor mayor que El Libro de Mormón... Evidentemente, su autor había leído
mucho: el resultado es un fárrago indigesto - e indigerible- de superficial orienta­
lismo, gnosticismo, historia sin fundamento, cosmología fantástica, francmasonería,
espiritismo y modas de todas clases, combinado todo ello con un odio hacia el Cris­
tianismo.

Estudiaremos Oahspe con más detenimiento en el capítulo 9.


El récord de Oahspe de ser la mayor «Biblia» dictada palabra por palabra por
inteligencias superiores fue hecho añicos por la publicación en 1955 de El Libro
de Uiantía. Urantia es el nombre dado por el libio a la Tierra. El LU. abreviatura
del título del libro que se utilizara de aquí en adelante, es un voluminoso tomo de
2.097 páginas que pesa unos dos kilos.
Esta Biblia ahora se encuentra en su séptima edición. En 1993, se tradujo al
español y al finlandés. Actualmente, se está revisando una primera traducción al
francés y se está trabajando en los textos holandés y ruso, y existen planes para
la traducción al coreano, alemán, sueco, húngaro e italiano. La Urantia Founda­
tion en Chicago, que publica la edición inglesa, ya ha sacado a la luz una versión
en casete y otra electrónica. (Para la traducción de este libro, se ha utilizado la edi­
ción en español de El Lihto de L randa. X. del T.J
No aparece ningún autor en la cubierta azul del LU o en su portada. Su con­
tenido consiste en 196 «Documentos», que así se llaman los capítulos, cada uno
de ellos supuestamente escrito por un ser celestial. Estos «Reveladores» tienen nom­
bres tales como Consejero Divino, Perfeccionado)' de la Sabiduría. Mensajero Fb-

9
deroso, Jefe de los Arcángeles, Brillante Estrella Vespertina, Melquisedec y un Sin
Nombre y Sin Número. Los Documentos se dividen en cuatro partes: 1. El Uni­
verso Central y los Superuniversos; 2. El Universo Local: 3. La I listoria de Uran-
lia, y 4. La Vida y las Enseñanzas de Jesús.
La historia de cómo surgió esta Biblia, y del curioso papel que desempeñó el
Adventismo del Séptimo Día, nunca ha sido totalmente contada hasta ahora. Sin
embargo, antes de desvelar todos sus absurdos hechos históricos, intentaré resu­
mir algunas de las doctrinas principales del LU. Obviamente, es imposible hacerlo
de forma adecuada, pero debería al menos mostrar algunas de las asombrosas afir­
maciones que aparecen en el libro.

-M
- #

La cosmología del LU aventaja en fantasía a la cosmología de cualquier libro de


ciencia ficción que se conozca. En el centro del Universo Maestro -toda la crea­
ción, el universo de los universos- se encuentra la gran isla del Paraíso, «el cuerpo
más gigantesco organizado de realidad cósmica en todo el Universo Maestro» (LU
118). Su forma es elíptica, sin movimiento, plana y completamente fuera de nues­
tro espacio y tiempo. No está formada de materia, sino de una sustancia llamada
«absoluto», que no es nada vivo ni muerto, y que no existe en ningún otro lugar.
El Paraíso es la morada del gran yo soy, el último, eterno e infinito Dios. Su na­
turaleza trinitaria de Padre, Hijo y Espíritu se simboliza por el logotipo de los uran-
tianos que consiste en tres círculos concéntricos azules sobre un fondo blanco. Se
dice en el LU (606) que era el emblema del Hijo del Creador Miguel, encarnado
en Urantia como Jesús. Fue con esta bandera con la que luchó, hace 200.000 años,
contra Lucifer. Los tres círculos también lucían en el peto de Maquiventa Melqui­
sedec (LU 1.143), otro de los muchos Hijos de Dios. Fue «otorgado» a Urantia, en
carne humana, 1.973 años antes del nacimiento de Jesús. El emblema de Lucifer
era un círculo negro sólido en el centro de uno rojo (LU 606). Hay dos trinidades
inferiores denominadas Trinidad Ultima y Trinidad Absoluta, y todas ellas forman
una trinidad de trinidades.
Alrededor del Paraíso hay tres órbitas elípticas con siete mundos cada una de
ellas. Alrededor de estos veintiún mundos giran siete anillos elípticos; cuela uno de
ellos contiene mil millones de mundos perfectos y sin tiempo, y no hay dos igua­
les. Juntos constituyen el Universo de Havona. 1lavona y el Paraíso no tienen co­
mienzo: siempre han existido. Fuera de 1lavona hay dos anillos elípticos más que
se denominan los «oscuros cuerpos de gravedad», cuyo cometido es mantener a
los universos interiores en un estado de perfecto equilibrio.
¡Pero hay mucho más! Más allá de los cuerpos de gravedad giran siete superu­
niversos. Son imperfectos, todavía están en desarrollo, en un estado inacabado.

10
Cuando su evolución finalice, cada uno de ellos contendrá 100.000 universos lo­
cales, cada uno con aproximadamente diez millones de planetas inhabitados. No­
sotros nos encontramos en el séptimo de esos superuniversos.
La localización de Urantia en este imponente esquema se nos muestra en la
página 182 del LU. Nuestra Tierra hace el número 606 de un grupo planetario de­
nominado Satania. Satania contiene 619 mundos habitados y 200 más que están
evolucionando para volverse habitados. La sede central de Satania es un mundo
llamado Jerusem.
Aunque el LUdespliega una imaginación desbordante en su cosmología, se puede
afirmar también lo contrario para sus descripciones de los «mortales» que viven en
los planetas habitados. Todos los mortales son animales erectos que caminan sobre
dos pies. Pertenecen a seis razas distintas: las primarias (roja, amarilla y azul) y las
secundarias (naranja, verde e índigo). Cada raza está dividida en dos sexos, el feme­
nino y el masculino, prevaleciendo la igualdad de sexos en todos los mundos avan­
zados. «la vida familiar es bastante uniforme en todos los tipos de planetas» (LU
564). No aparece ninguno de esos monstruos inteligentes con «ojos de insecto» que
tanto abundan en la ciencia ficción. Todos los mortales son humanoides.
Las alturas de los mortales varían desde los setenta y cinco centímetros en los
mundos más grandes a los dos metros y medio en los mundos más pequeños (LU
562). la s planetas con poco aire o sin él están habitados por seres que no respi­
ran. Nos dice el libro que «millones de millones de meteoritos» penetran en la at­
mósfera de Urantia a una velocidad de «más de trescientos veinte kilómetros por
segundo», pero la fricción del aire hace que se fundan antes de que puedan dañar
nuestras ciudades. En los planetas de poca o ninguna atmósfera, los habitantes
que no respiran construyen «instalaciones eléctricas... para consumir o desviar los
meteoros». Los seres que no respiran ni ingieren comida ni beben agua difieren ra­
dicalmente en todos los aspectos de los mortales que respiran.
«Mucho os podría interesar-dice Melquisedec de la Escuela Jerusémica de Ad­
ministración Planetaria (LU 564)-, la conducta planetaria de este tipo de morta­
les porque una raza de etos seres habita una esfera muy cercana a Urantia.»
Satania pertenece a una «constelación» de cien sistemas conocida como Nor-
laliadek, cuya sede central se encuentra en un mundo llamado Edenlia («Conste­
lación» es un término usado en el LU con el significado de un sistema de estre­
llas.) Norlatiadek a su vez es el número 70 del universo de Nebadón. Nebadón
consiste en cien constelaciones, y su capital se llama Salvingtón. Nebadón hace el
número 84 del sector menor de Ensa. Ensa comprende cien universos locales, y
su capital se llama Umenor la Tercera. Ensa es la tercera de la sección mayor de
Splandón. Splandón consiste en cien sectores menores, y su sede central se en­
cuentra en Umayor el Quinto. Splandón a su vez es el quinto sector mayor de Or-
vontón, un superuniverso que es el séptimo sector del gran universo.

11
El número de registro del gran universo de Urantia es 5.342.482.337.666 (L U 182).
Toda esta información se encuentra en un documento escrito por un Censor Uni­
versal de Uversa, que la debe conocer con precisión.
¿Pueden estos trece dígitos del número de registro de Urantia ocultar algún tipo
de mensaje? Pregunté a mi viejo amigo el doctor Irving Joshua Matrix,1 el nume-
rólogo más famoso del mundo, su opinión acerca de la misteriosa cifra. Pocos días
más tarde me envió por fax el siguiente análisis del número desde su actual resi­
dencia en Singapur.
A Satán, me recordó el doctor Matrix, le gusta hacer cosas al revés. Por tanto,
invirtamos el número y partámoslo de la siguiente forma:
666-73-328-42435
Los tres primeros dígitos son. por supuesto, el número asignado a la Bestia, una
encarnación de Satán, descrita en el último libro de la Biblia. Los dos dígitos si­
guientes, el 7 y el 3, suman 10, el número de letras de «Revelación» (o Apocalip­
sis). Ix)s tres dígitos del siguiente grupo, 3, 2 y 8, suman 13, un capítulo del Apo­
calipsis. El último conjunto de cinco dígitos, 4, 2, 4, 3 y 5, suman 18, el número
de un versículo. Por tanto en Apocalipsis 13:18 se encuentra el versículo en el cual
¡el 666 se asigna a la Bestia! ¿Acaso está sugiriendo, preguntó el doctor Matrix.
que Urantia fue numerada cuando Caligastia todavía la estaba gobernando? (Ha­
blaremos de Caligastia más adelante.) Me quedé muy sorprendido al saber que el
doctor Matrix había estado estudiando el LU desde su publicación, en 1955.
Los dos primeros dígitos del número de Urantia, el 5 y 3, también me indicó el
doctor Matrix, están estrechamente relacionados con 666. La fracción 5/3, expre­
sada como una fracción decimal periódica, es 1,66666... El cuartel general del mo­
vimiento de Urantia siempre ha estado en el 533 de Diversev Parkway, Chicago.
¿No es una coincidencia, preguntó Matrix, que 53, los dos primeros dígitos de esta
dirección, sean también los dos primeros dígitos de 5342482337666? ¿No es una
coincidencia que 606, el número de Satania de Urantia, haya sido el número del
distrito postal de Chicago?
Dieciocho mil millones de «comisiones conciliatorias» operan en Orvontón. con
9.666 (otra vez 666) miles de millones de «conciliadores universales» y 138 mil mi­

1. Consúltese mi Magic Numbers oí Dr. Matrix (Prometheus Books. 1985. Ed. en español. Juegos: Los
mágicos números del doctor Matrix. Gedisa, Barcelona, 1980. y el capítulo 21. «The Retum oí Dr. Ma­
trix», en Penrose Tiles to Trapdoor Cipbers (W.H. Freeman, 1989. Ed. en español, «El regreso del doctor
Matrix», en Mosaicos de Penrose y escotillas airadas. Labor Barcelona, 1990).

12
llones de «servitales». Alrededor de Uversa, la capital de Orvontón, se encuentran
490 «mundos de estudio», donde los «seconafines» instruyen a los mortales que
ascienden en su camino hacia el Paraíso.
Las capitales de Uversa y Jerusem constituyen lo que el LU llama «mundos ar­
quitectónicos». Son esferas colosales que no evolucionan sino que fueron espe­
cialmente construidas por artesanos celestiales. Todos los mundos arquitectónicos,
y sus satélites arquitectónicos circundantes, «aumentan en tamaño material, be­
lleza moroncial y gloria espiritual desde Jerusem hasta la isla central» (LL'174). Son
las moradas de las criaturas mortales cuando ascienden hacia la Isla del Paraíso.
Cuando morimos, nuestra alma entra en un profundo sueño para despertar en el
primero de los siete «mundos de estancia» que rodean Jerusem. Equivalen a lo que
nuestro Nuevo Testamento llama «cielo». Hay que recordar que san Pablo una vez
fue transportado al tercer cielo (II Corintios 12:2).-
Cada esfera arquitectónica posee su propio sol. aunque la esfera no está ca­
lentada por el sol. El calor lo producen corrientes de energía moroncial. En cada
uno de los mundos arquitectónicos hay un centenar de formas de energía mo­
roncial, y dos veces más elementos químicos que en Urantia y en otros mundos
evolucionados.
Cuando nos despertamos en el primer mundo de estancia, hemos dejado atrás
en la tierra, para que se pudra, nuestro primer cuerpo de carne y hueso. Enton­
ces nos dan un cueipo nuevo y mejorado, hecho de moronda, con un cerebro en
el cual nuestros recuerdos anteriores al tiempo de nuestra muerte permanecen in­
tactos. Como nuestra alma dormida no es consciente del tiempo que transcurre,
nos parece que hemos resucitado instantáneamente después de haber muerto. Des­
pués de completar la residencia en los otros seis mundos de estancia, somos tras­
ladados al séptimo cielo, a Jerusem.
Jerusem, la sede central de Satania, es cien veces mayor que Urantia. El LU
(519 y ss.) nos da mucha información sobre este extraordinario planeta, bastante
similar a Oz:2

2. Los antiguos hebreos distinguían tres cielos: la atmósfera de la tierra, el firmamento estrellado y la
morada de Dios, por tanto Pablo no se estaba refiriendo probablemente al tercero de los siete cielos.
Sin embargo los cabalistas hebreos así como el Corán describen siete cielos. Cada uno de ellos se en­
cuentra en un plano espiritual más elevado y de mayor esplendor que el precedente, con Dios y sus ar­
cángeles ocupando el séptimo cielo. De aquí proviene la expresión «estar en el séptimo cielo», como una
forma de decir que nos encontramos en un estado de extrema felicidad. Los musulmanes creen que Ma-
homa fue llevado por el arcángel Gabriel al séptimo cielo, donde se encontró con Alá, rodeado de sus
ángeles.

13
1. Su «milla» equivale a once kilómetros de Urantia. Su unidad estándar de peso,
el «gradiente», equivale a aproximadamente 280 gramos. Los pesos y medidas de
Jerusem tienen como base el sistema decimal.
2. Un día de Jerusem es igual a tres días de Urantia, menos 1 hora, 4 minutos
y 15 segundos. Cien días constituyen un año. La hora de Jerusem se emite regu­
larmente por los «cronoldeques decanos».
3. Como el sol está muy lejano, no hay días ni noches, ni estaciones. Los trans­
formadores de electricidad, procedentes de cien mil centros, proyectan la energía
moroncial en el aire para mantener una temperatura «a luz plena» de alrededor
de 20° centígrados. Hay períodos de «recesión de luz», durante los cuales el calor
se reduce un setenta y cinco por ciento. La luz durante estos períodos tiene la in­
tensidad de la luna llena en una noche clara. La luz no procede de ningún sitio,
emanando de todas las direcciones para difundirse en el ciclo.
4. No hay ni terremotos ni tormentas ni ventiscas, ni tampoco lluvias, aunque
sí caída del rocío.
5. No hay cadenas escarpadas de montañas. La montaña más alta es el Monte
Seraf, que alcanza una altitud de 4.600 metros.
6. No hay océanos ni «ríos turbulentos», pero hay miles y miles de pequeños la­
gos. El «esplendor» del escenario de Jerusem «está mucho más allá de los poderes
de la imaginación humana».
7. La atmósfera de Jerusem es similar a la nuestra, con la adición de «un gas
adaptado a la respiración de la orden moroncial de la vida».
8. Los seres materiales y los seres «moronciales primitivos» viajan en aves trans­
portadoras que vuelan a 160 Km/h. (Volveremos a hablar de estos pájaros trans­
portadores en el capítulo 11.) También hay sistemas mecánicos que llevan a los se­
res a velocidades de 300 a 800 Km/h. Las personalidades espirituales de Jerusem
pueden ir mucho más rápido usando la energía espiritual.
9. En Jerusem hay serafines llamados serafines de transporte, cuya tarea con­
siste en transportar a personalidades de un mundo a otro. Cómo lo hacen sigue
siendo un misterio. A Jerusem llegan constantemente procedentes de otros mun­
dos sobre un «campo de cristal» o «mar de cristal». Allí los estudiantes visitantes
pueden «ascender al observatorio perlino y visualizar el inmenso mapa en relieve
del entero planeta sede central».
10. Jerusem emite y envía transmisiones constantemente. La palabra «televisión»
no se usa, aunque se sugiere que las transmisiones se pueden hacer visibles. Cito
de la página 522:

Esta estación receptora de las transmisiones de Jerusem está rodeada por un enorme
anfiteatro, construido de materiales centelleantes mayormente desconocidos en Uran­
tia, con capacidad para sentar a cinco mil millones de seres -materiales y moron-

14
cíales- además de dar cabida a innumerables personalidades espirituales. Es la di­
versión favorita de todo Jerusem pasar su tiempo libre en la estación emisora, para
saber allí del bienestar y estado del universo. Ésta es la única actividad planetaria
que no disminuye durante el período de receso de la luz.
En este anfiteatro receptor de las transmisiones entran continuamente mensa­
jes de Salvingtón. Cerca de éste, la palabra edentiana de los Padres Altísimos de la
Constelación es recibida por lo menos una vez al día. Periódicamente, las emisio­
nes regulares y especiales de Uversa se transmiten a través de Salvingtón, y cuando
se reciben mensajes del Paraíso, la entera población se congrega alrededor del mar
de cristal, y los amigos de Uversa agregan el fenómeno de la rcflcctividad a la téc­
nica de la transmisión desde el Paraíso, para que todo lo que se escucha se tome
visible. Es de esta manera que se otorga a los sobrevivientes mortales anticipacio­
nes continuas de la belleza y magnitud en avance a medida que viajan hacia den­
tro de la aventura eterna.

11. Los animales más extraordinarios de Jerusem son los «jardineros paisajis­
tas», responsables de la agricultura del planeta. Se llaman «espomagia». No evo­
lucionan sino que fueron fabricados por los Portadores de Vida. Se dice que com­
binan los rasgos de un «caballo fiel y de un perro afectuoso». Su inteligencia es
superior a la de los chimpancés. No poseen «almas de supervivencia», pero en un
futuro lejano conseguirán evolucionar.
12. Muchos de los edificios de Jerusem están construidos con joyas de cristal.
«Todos los mundos arquitectónicos abundan en cristales y los así llamados meta­
les preciosos.» Las ciudades adornadas con piedras preciosas son comunes en la
mitología religiosa de muchas culturas, incluyendo las tradiciones judeo-crislianas,
y sin dejar de mencionar la Ciudad de Esmeralda de Oz.
El lector que desee saber más sobre Jerusem antes de llegar allí después de la
muerte, incluyendo sus valores políticos y éticos, puede consultar el Documento 46
del LU, que describe perfectamente este «maravilloso mundo» que se nos dice es tí­
pico de las esferas arquitectónicas.
Después de nuestra larga estancia en Jerusem, ya estamos preparados para ir
al mundo arquitectónico de Edentia, la sede central de la constelación Norlatia-
dek. Tiene setenta satélites en los cuales se siguen preparando los seres ascen­
dentes. En Edentia, hay dos clases de plantas: las que están hechas de materia
son verdes y las que están hechas de energía moroncial poseen un tono violeta u
orquídeo. Las plantas moronciales, después de ser ingeridas, no dejan ningún re­
siduo que tenga que ser excretado. También en Edentia hay miles de especies ani­
males. Los animales on cariñosos y amistosos, y no son carnívoros -nada parecido
a las «especies brutas» de Urantia. «No hay nada en todo Edentia que pueda asus-
tar a un ser viviente.» {LU 492)

15
Después de dejar Edentia, continuamos hacia Salvingtón, la capital de Neba-
dón. Está rodeada por diez grupos de cuarenta y nueve esferas. Antes de llegar a
Salvingtón, donde nos convertimos en «espíritus de primera etapa», habremos te­
nido 570 cuerpos moronciales en las 570 etapas de nuestro progreso (LU 542).
Nuestra morada siguiente es Umenor el Tercero, la sede central de Ensa, y a
continuación nos dirigimos a Umayor el Quinto, la sede central de Splandón. Ume­
nor el Tercero sólo está rodeada por siete esferas. Umayor el Quinto tiene setenta,
de «capacitación avanzada intelectual». La última parada en nuestro superuniverso
es Uversa. Después de Uversa nos dirigimos a Havona, y después de Havona, a
nuestra residencia final en el Paraíso.

Uversa. la sede central de Orvontón. vuestro superuniverso, está inmediatamente ro­


deada de siete altas universidades de capacitación espiritual avanzada para las cria­
turas volitivas ascendentes. Cada uno de estos siete grupos de esferas maravillosas
consiste en setenta mundos especializados que contienen miles y miles de institu­
ciones y organizaciones pictóricas dedicadas a la capacitación universal y a la cul­
tura espiritual en las que nuevamente se educan y examinan los peregrinos del tiempo
en preparación para su largo viaje a I lavona. Los peregrinos del tiempo que llegan
son recibidos siempre en estos mundos asociados, pero los graduados que parten
siempre se envían a Havona directamente desde las orillas de Uversa.
Uversa es la sede central espiritual y administrativa de aproximadamente un bi­
llón de mundos habitados o habitables. La gloria, grandeza y perfección de la capi­
tal de Orvontón sobrepasa todas las maravillas de las creaciones del tiempo y del
espacio.
Si todos los proyectados universos locales y sus partes componentes estuvieran
establecidos, habría en los siete su perú n ¡versos ligeramente menos de quinientos
mil millones de mundos arquitectónicos.

Pero esto todavía no es todo. Fuera de los siete supemniversos están los anillos
elípticos de materia primordial en la cual millones de nuevas galaxias se están for­
mando. El anillo interior y el tercero giran en dirección contraria a las agujas del
reloj (apuntando el número uno imaginario de la esfera en dirección al paraíso).
Los anillos segundo y cuarto giran en el sentido opuesto. Como resultado de to­
dos los movimientos de las estructuras del Universo Maestro, nuestra tierra parti­
cipa de siete revoluciones diferentes.
Los Ángeles Guardianes y los Ajustadores del Pensamiento nos ayudan a lo largo
del camino hacia el Paraíso. El peregrinaje mientras nos desplazamos de un mundo
a otro no es en absoluto monótono, pues correremos aventuras infinitas y tendre­
mos múltiples sorpresas hasta que nos despertemos finalmente del último Sueño
Eterno, para encontrarnos en el Paraíso. Ya no habrá más sueños mortales. Vivi­

16
remos para siempre. No es el Nirvana de las religiones orientales en el cual nues­
tras personalidades son absorbidas por el Dios final. Conservaremos nuestros re­
cuerdos y nuestro carácter individual, e incluso a algunos de nosotros se les asig­
narán tareas en los universos en desarrollo.
El LU está plagado de neologismos y de extraños nombres propios. Una breve
muestra incluye términos tales como circuito mente-gravedad, absonitismo. re-
ílectividad, trinidización. eventuación, finalistas, agodonteros, seres intermedios de
Tabamantia, Grandfanda, integración quartán final y cientos de términos más.
Los autores de los llamados «Documentos» por los urantianos tienen la curiosa
compulsión de dividir todo en siete. Los Ajustadores del Pensamiento, por ejemplo,
están divididos en siete órdenes: vírgenes, avanzados, supremos, desaparecidos, li­
berados. fusionados y personalizados. Tres es otro número que aparece con frecuencia
en el LU, así como diez, la suma de siete y tres. Muchos de los números del LU son
potencias o múltiplos de siete y diez, o productos de siete y de otros números. Se
nos dice (LU 479) que el siete es la característica de los mundos espirituales, y que
el diez es básico en los mundos materiales, aunque los dos números se aplican con
frecuencia en ambos mundos. El número de estrellas de nuestro universo local, por
ejemplo, es 1.018.572, que es un múltiplo de siete. Nuestro sol tiene el número de
1.013.628, otro múltiplo de siete. La frecuencia del siete en el LUestá correlacionada
con la frecuencia del mismo número en la Biblia (consúltese cualquier concordan­
cia general de la Biblia). En el LU (página 184) se nos dice que el siete es funda­
mental en la organización y administración del gran universo porque el Espíritu In­
finito, en su triple forma de Padre, 1lijo y Espíritu, tiene exactamente siete subconjuntos
conocidos como los Siete Espíritus Maestros: Padre, Hijo, Espíritu, Padre e Hijo, Pa­
dre y Espíritu. Hijo y Espíritu, y Padre. Hijo y Espíritu.
Aunque la mayor parte del LUe stá escrita en una prosa clara y fácilmente com­
prensible. de vez en cuando nos toparemos con un turbio pasaje como el siguiente:

La triodidad de actualidad sigue funcionando directamente en las épocas post-I la-


vona; la gravedad del Paraíso capta las unidades básicas de existencia material, la
gravedad espiritual del Hijo Eterno opera directamente sobre los valores funda­
mentales de la existencia espiritual, y la gravedad mental del Actor Conjunto capta
infaliblemente lodos los significados vitales de la existencia intelectual. (L U 1.265)

La cita procede del Documento 115, sobre «El Ser Supremo», que fue «Patroci­
nado por un Mensajero Poderoso residente temporalmente en Urantia». Obsérvese
que el documento está «patrocinado» no «escrito por». Id documento concluye:

Mediante el proceso de sumar la experiencia evolucionaría, el Supremo conecta lo


finito con lo absonito, así como la mente del Actor Conjunto integra la espirituali­

17
dad divina del Hijo personal con las energías inmutables del modelo original del Pa­
raíso, y así como la presencia del Absoluto Universal unifica la activación de la Dei­
dad con la reactividad No Cualificada. Y esta unidad debe ser una revelación del
funcionamiento no detectado de la unidad original de la Primera Causa-Padre y Mo­
delo-Fuente de todas las cosas y todos los seres.

Los urantianos apenas lo mencionan, pero si se elimina la «t» de su nombre,


Urantia se convierte en Urania, el nombre de una de las nueve musas de la mi­
tología griega. I lija de Zeus, Urania era la musa de la astronomía, representada
generalmente con un brazo sobre la tierra redonda, y con la otra mano apun­
tando hacia arriba. Frecuentemente luce una corona de estrellas. Los griegos tam­
bién consideraban a Urania una personificación del amor que une la tierra con
el universo, lo que hace que su nombre fuera muy apropiado para la revelación
urantiana.
Por debajo de yo soy se encuentran millones de dioses menores, tantos que este
politeísmo del LU haría avergonzar a la mitología griega e hindú. Un dios es una
deidad finita en evolución que se convertirá en el dios supremo de todos los uni­
versos en evolución. Nos ocuparía muchas páginas enumerar los nombres gené­
ricos de todas estas inteligencias superiores. Entre ellas se encuentran los Reve­
ladores de la Verdad, los Monitores Misteriosos, los Censores Universales, los
Consejeros Divinos, los Perfeccionadores de la Sabiduría, y muchos más.
Los Asesores Técnicos comprenden a los Supernafines, Secoñafines, Terciafi-
nes, Omniafines, Serafines, Querubines y Sanobines. Los Controladores Físicos
Decanos (algunos son máquinas) son los Directores Asociados del Poder, los Con­
troladores Mecánicos, los Transformadores de la Energía, los Transmisores de la
Energía, los Asociadores Primarios, los Asociadores Secundarios, los Fradalan-
ques y los Cronoldeques. El Consejo Asesor de Urantia está formado por Ona-
gar, Mansant, Onamonalontón, Orlando!', Porshunta, Singlangtón, Fantad, Orvo-
nón, Adán, Eva. Enoc, Moisés, Elias, Maquiventa Melquisedec, Juan el Bautista y
1-2-3 el Primero.
Los fradalanques, estacionados en todos los mundos deshabitados y tan nu­
merosos que su cifra total está más allá de la comprensión humana, son «máqui­
nas vivientes». Realizan «cálculos estupendos», implicando a todas las formas de
«fuerza-energía», con gran exactitud. Con palabras de hoy en día, serían como or­
denadores vivientes extremadamente inteligentes. Un subconjunto de los frada­
lanques, relacionados con el tiempo y los cálculos, son los denominados cronol­
deques (LU 328-329). En Jerusem, la hora del día la «emiten los cronoldeques
decanos» (LU519).
Se puede obtener alguna idea de la asombrosa complejidad de los dioses y de
sus clasificaciones en órdenes séptuplos echando una ojeada a los Documentos

18
que van del 18 al 30 del LU. Por debajo de las Trinidades del Paraíso se encuen­
tran las siete Personalidades Supremas Trinitarias: los Secretos Trinidizados de Su­
premacía, los Eternos de los Días, los Ancianos de los Días, bis Perfecciones de los
Días, los Recientes de los Días, las Uniones de los Días y los Fieles de los Días.
Los siete Seres Coordinados de Origen en la Trinidad son: los Hijos Instruc­
tores Trinitarios, los Perfeccionadores de la Sabiduría, los Consejeros Divinos, los
Censores Universales, los Espíritus Trinitarios Inspirados, los Nativos de Havona
y los Ciudadanos del Paraíso. Los siete Hijos de Dios Descendentes son: los Hi­
jos Creadores o Migueles, los Hijos Magisteriales o Avonales, los Hijos Instruc­
tores Trinitarios o Dainales, los Hijos Melquisedec, los Hijos Vorondadec, los Hi­
jos Lanonandec y los Portadores de Vida. Los Hijos Abrazados por la Trinidad,
divididos también en siete órdenes, son: los Mensajeros Poderosos, Aquéllos Ele­
vados en Autoridad, Aquéllos sin Nombre ni Número, los Custodios Trinidiza­
dos, los Embajadores Trinidizados, los Guardianes Celestiales y los Asistentes de
los I lijos Elevados.
Es cierto que en la mitología del LU hay una deidad absoluta, suprema e in­
divisible, el gran YO SOY, que está por encima de los demás dioses. Pero esto
no convierte a la mitología en un deísmo. El hinduismo está considerado uni­
versalmente como politeísmo; sin embargo, por encima de la trinidad de Brahma,
Vishnu y Shiva está Brahmán, el eterno absoluto, la deidad última, tan trascen­
dente que no se puede decir nada sobre Brahmán excepto «no es esto, no es
aquello».
Ahorro a los lectores las listas de los siete Mensajeros Solitarios (Documento
23), las siete divisiones de las Personalidades Más Elevadas del Espíritu Infinito
(Documento 24), o los siete órdenes de las I luestes de Mensajeros del Espacio (Do­
cumento 25). Estos apenas constituyen una somera muestra de la deslumbrante
jerarquía de divinidades. El Documento 30 intenta resumir algunos de estos dio­
ses y sus clasificaciones, pero advierte a los lectores que las listas y clasificaciones
son sólo parciales:

Las personalidades y las entidades distintas a las personales que actualmente fun­
cionan en el Paraíso y en el gran universo constituyen un número casi ilimitado de
seres vivientes. Incluso el número de las órdenes y tipos principales casi rebasaría la
imaginación humana, sin contar los incontables subtipos y variaciones. Sin embargo,
es deseable presentar alguna información de dos clasificaciones básicas de seres vi­
vientes -una idea de la clasificación paradisíaca y una abreviación del Registro Uver-
sano de Personalidades. No es posible formular clasificaciones completas y entera­
mente uniformes de las personalidades del gran universo porque no todos los grupos
son revelados. Se requerirían numerosos documentos adicionales para cubrir la re­
velación ulterior necesaria para clasificar sistemáticamente todos los grupos. Dicha

19
expansión conceptual difícilmente seria deseable porque privaría a los mortales pen­
santes durante los próximos mil años de ese estímulo por la especulación creadora
que proporcionan estos conceptos parcialmente revelados. Es mejor que el hombre
no reciba una revelación demasiado amplia; eso ahogaría la imaginación. (L U 330)

Entre los primeros habitantes superiores de Urantia, los más extraños son los
seres intermedios secundarios. Así es como sucedió: Adansón, el hijo mayor de Adán,
vivió 396 años, durante los cuales él y su mujer Ratta engendraron 67 hijos. Cada
cuarto hijo, para asombro de sus padres, ¡resultó ser invisible! «Jamás en la histo­
ria del mundo -nos cuenta el LU- había ocurrido tal cosa. Ratta se perturbó mu­
cho...» Estos seres invisibles fueron emparejados entre ellos para producir a los se­
res intermedios secundarios, usando una «combinación de técnicas de unión sexual
y no sexual» (Véase LU 861-865.).
Los seres intermedios secundarios fueron «eléctricamente energizados», sea lo
que sea lo que esto signifique. De las 1.974 de estas extrañas criaturas, 873 caye­
ron en pecado e hicieron muchas travesuras. Ahora están encarcelados en algún
lugar. U)s seres intermedios secundarios todavía siguen viviendo en la tierra, aun­
que «sólo fuera del rango de visión de los mortales». Son capaces si lo desean de
mostrarse a los mortales, y de realizar buenas obras «inadvertidamente» para ayu­
dar a la raza humana.
Lucifer, uno de los tres soberanos del sistema que se rebeló, es ahora el sobe­
rano destronado de Satania, llamada así en honor de Satán, su primer asistente.
Debajo de Satán hay rebeldes menores como Caligastia y Beelzebud. Caligastia es
un nombre que sugiere al emperador Calígula (mencionado en el LU. página 1.915),
pero probablemente deriva de la palabra «calígine», y de su adjetivo «caliginoso»,
que significa turbio, oscuro. Estos seres celestiales caídos están confinados en Sa­
tania, aunque todavía realizan diabluras en Urantia. Algunos de ellos se han arre­
pentido. Los que nunca se van a arrepentir serán aniquilados.
Los primeros seres humanos de Urantia no fueron Adán y Eva, sino dos gemelos
de ojos negros llamados Andón y Fonta, cuyos padres fueron animales. Nacieron
993.419 años antes de 1934 (LU 707). El Jardín del Edén no se creó hasta apro­
ximadamente cien mil años después. Adán y Eva fueron desmaterializados en mun­
dos superiores y materializados en Urantia 37.848 años antes de 1934 (LU 828)
para «mejorar» la raza humana. Cada uno de ellos medía alrededor de dos metros
y medio, con ojos azules y cuerpos que relucían a la luz. Eran vegetarianos. Su
descendencia fue el origen de lo que el LU llama la «raza violeta», aunque sus miem­
bros tenían la piel blanca y los ojos azules.
Adán y Eva tenían el poder de comunicarse entre ellos por medio de la per­
cepción extrasensorial, e incluso tenían la capacidad de ver a ángeles y a seres in­
termedios, así como al caído Caligastia. Sus descendientes tenían poderes psíqui-

20
eos similares, aunque disminuyeron con cada nueva generación y ahora se han
perdido. Aunque la pareja «pecó» al desobedecer a las autoridades supremas, no
hubo ninguna «caída del hombre». Es impensable, dice el LU, que un Dios amo­
roso hubiera permitido que todos los humanos sufrieran por los pecados de dos
ancestros remotos.

No ha habido ninguna «caída del hombre». La historia de la raza humana consiste


en la evolución progresiva, y el autootorgamiento adánico dejó a los pueblos del
mundo bastante mejor que en su previa condición biológica. Las razas superiores
de Urantia ahora entrañan factores hereditarios derivados de tantas como cuatro
fuentes diferentes: la andonita, sangik, nodita y adánica.
A Adán no se le debe considerar como la causa de la aflicción de la raza hu­
mana. Bien que desobedeció el designio divino, bien cine, en efecto, transgredió su
pacto con la Deidad, bien que él y su consorte fueron degradados en su estado de
criatura; a pesar de todo esto, contribuyó a la raza humana para hacer progresar la
civilización en Urantia. (L U <S/l6)

No había árbol de la ciencia del bien y del mal en el Jardín del Edén -sólo es
una metáfora bíblica-, pero sí había un Árbol de la Vida. Creció a partir de una
planta en el mundo arquitectónico de Edcntia, y después fue trasladado a Uran­
tia. Adán y Eva fueron «repersonalizados» y ahora viven en Edentia con dos ter­
cios de sus repersonalizados hijos. Adán quiso comunicarse una vez con los uran-
tianos, pero las autoridades superiores no se lo permitieron. Al igual que el Corán
y el Libro de Mormón, el LU recrea historias del Antiguo Testamento con cientos
de correcciones y embellecimientos.
Nuestros cuerpos y nuestras mentes son creados en el nacimiento, pero nues­
tras almas no se desarrollan hasta llegar aproximadamente a los seis años. Sobrevivir
a nuestra muerte es nuestro personal «ajustador del pensamiento» -u n fragmento
de Dios asignado a vivir con nosotros. Después de nuestra primera resurrección,
comenzamos una larga serie de viajes de mundo en mundo, de universo en uni­
verso. viajando siempre hacia el interior a través del Universo Maestro hasta que
finalmente alcanzamos el Paraíso.
Todas las grandes religiones del mundo dan por supuesto la existencia de se­
res tan superiores a nosotros como nosotros lo somos con respecto a los ani­
males mortales. Hoy día esta noción de una «gran cadena de seres», con grada­
ciones infinitas en las cuales nosotros ocupamos un escalón intermedio (aunque
mucho más cercano a las plantas y a los animales que a Dios), aparece con mu­
cha más frecuencia en la ciencia ficción. Aquí ángeles y dioses son reemplaza­
dos por seres pensantes de otros planetas, o de espacios-tiempos superiores. El
elaborado politeísmo del LU es único en el sentido de que la mayor parte de

21
sus seres superiores no están fuera de nuestro espacio-tiempo, sino viviendo en
esferas dentro del universo. ' En lugar de sobrevivir a nuestra primera muerte en
una región más allá de nuestro espacio-tiempo, como en las grandes religiones,
continuamos trasladándonos de un mundo a otro en una serie de reencarnacio­
nes que no se diferencian de las reencarnaciones de las religiones orientales ya
que nuestros sucesivos nuevos cuerpos continúan en la Tierra. Cuando finalmente
alcancemos el Paraíso, nos encontraremos en una región más allá de nuestro es­
pacio-tiempo, en siete dimensiones, pero el Paraíso está muy, muy lejos.
El LU nos ofrece una gran cantidad de detalles acerca de la primitiva historia
geológica de la tierra (volveremos sobre ello en el capítulo 10) y sobre el desarro­
llo evolutivo de las diversas razas. Las razas se identifican por colores. De nuevo
se puede comparar con el País de Oz de Frank Baum. donde los Winkies viven en
una región amarilla, los Munchkins en una azul, los Quadlings en una roja, y los
Gillikins en una púrpura. El color dominante de la Ciudad de Esmeralda es, por
supuesto, verde.
Así es como aparecieron las razas urantianas. Hace quinientos mil años la fa­
milia Sangkik, una de las tribus Badonán del norte de la India, produjo repenti­
namente diecinueve hijos cuyas pieles se tornaban de distintos colores al expo­
nerse a la luz del sol. Cinco de los hijos se volvieron rojos, dos naranjas, cuatro
amarillos, dos verdes, cuatro azules y dos índigos. Estos colores se convirtieron en
colores permanentes a medida que crecían, y su descendencia adquirió el mismo
color de sus padres.
Las seis razas de los colores primarios (rojo, ¿tmarillo y azul) fueron las más in­
teligentes, al contrario que las razas de los colores secundarios (naranja, verde y
púrpura), menos inteligentes (LU584). Los miembros de la raza roja eran los que
poseían mayor inteligencia. Cruzaron el Pacífico, a través de las islas Bering, hacia
América, donde llegaron a ser los indios americanos. Su líder espiritual más des­
tacado fue un hombre llamado Onamonalontón.
Los amarillos, ligeramente inferiores a los rojos, se convirtieron en nuestros ac­
tuales orientales. Su gran líder espiritual fue Singlantón.
Los azules tuvieron un gran líder espiritual llamado Orlandof. Después de una
ligera mezcla con amarillos y rojos, se convirtieron en el ancestro de la actual raza
blanca. (Es decir, una mezcla espectral de los tres colores primarios produce el
blanco.)

:i. John Loche, en su Ensayo sobre el entenclimienlo humano, defendió sucintamente una jerarquía de
dioses, semidioses y ángeles, en una serie continua entre Dios y la humanidad:

22
La raza naranja, la inferior, tuvo un líder llamado Porshunta. Dejó de existir apro­
ximadamente hace cien mil años después de ser destruida en una prolongada b¿i-
talla contra los miembros de la raza verde.
La raza verde, también inferior, cuyo líder más importante fue Fantad, fue ab­
sorbida por otras razas.
La raza índigo fue la menos avanzada de las seis. Sus miembros migraron al
África para convertirse en la raza negra. Su principal líder espiritual fue Orvonón,
que no debemos confundir con Orvontón.
Que el LU considere a la raza negra como la más inferior de todas las razas es
algo que el pequeño número de negros que pertenecen al movimiento de Uran-
tia encuentra difícil de racionalizar. Esta teoría coincide con los puntos de vista
racistas del doctor William S. Sadler, el líder del movimiento urantiano a quien co­
noceremos en el siguiente capítulo. Aunque genéticamente por debajo de las otras
razas, el LU (725) nos asegura que «a pesar de su atraso, estos pueblos índigos
ocupan ante los poderes celestiales el mismo nivel de importancia que cualquier
otra raza terrestre». Esto es exactamente lo mismo que los habitantes del sur de
los Estados Unidos, incluyendo a sus ministros religiosos, solían decir de los es­
clavos afroamericanos. Aunque obviamente inferiores a los blancos, y destinados
a la esclavitud por Dios, ¡Dios les ama tanto como a sus dueños blancos!
El mestizaje de las r¿izas, dice el LU, dio lugar a los habitantes actuales de Mé­
xico, América Central y Suramérica, asi como a la población de la India. Las ra­
zas oscuras de la India proceden de una mezcla de rojos y amarillos.
Sólo he esbozado un somero apunte de la historia de las razas expuesta con
desconcertante detalle en el LU. Toda clase de subgrupos están implicados en esta
historia, como los adamitas, adansonitas, anditas, noditas y muchos otros más.

Cuando consideramos el infinito poder y sabiduría del Hacedor, tenemos razones suficientes para
pensar que es perfectamente adecuado a la magnifícente armonía del Universo, y por el gran di­
seño y la infinita bondad del Arquitecto, que las especies de criaturas puedan también, por medio
de suaves gradaciones, ascender hacia su infinita perfección, así como vemos que gradualmente ellas
también descienden desde nosotros hasta niveles inferiores.

He tomado este fragmento de la sección sobre los ángeles, en Syntopicon oí Greut Books oí thc
Western World de Mortimer Adler, vol. 1 (Encydopuedia Britannica, 1952). Esta sección anticipa la opi­
nión de Adler en Jo que considero su libro más divertido. TheAngeJs and l ’s (1982). El Syntopicon po­
see una amplia bibliografía sobre angelología. 1lablaremos más sobre ángeles en el capítulo 12.
El último tercio del LU, de casi ochocientas páginas de extensión, está dedi­
cado a una pintoresca historia de la encamación y vida de Jesús. Ix>s críticos del
movimiento urantiano han llegado incluso a sugerir que esta larga sección sobre
Jesús fue añadida a última hora a los primeros documentos para reclutar a cris­
tianos que de otra forma hubieran rechazado un libro tan claramente no cristiano.
Muchos urantianos devotos me han revelado, personalmente y por carta, el gran
beneficio v consuelo espiritual que sienten al leer los documentos de Jesús. Ix> cierto
es que comparados con estos documentos, los cuatro Evangelios de la Biblia ofre­
cen sólo un pálido relato de la vida y enseñanzas de Jesús.
Puedo llegar a comprender que los documentos sobre Jesús del LU atraigan
a algunos cristianos liberales, y a simpatizantes de las diversas doctrinas de la
Nueva Era. pero me resulta muy difícil comprender que pudieran llegar a inte­
resar a cualquier protestante o católico conservador. Las doctrinas del LU son
una extraña mezcla de las enseñanzas de Jesús con puntos de vista que resul­
tan ofensivos para los cristianos ortodoxos. Como no hubo Caída del I lombre,
no hubo necesidad de una reparación en la forma de sacrificio cruento. El si­
guiente pasaje procedente del L U (60) resulta particularmente molesto a los cris­
tianos más conservadores:

La idea bárbara de apaciguar a un Dios airado, de propiciar a un Señor ofendido,


de ganar el favor de la Deidad mediante sacrificios y penitencias e incluso por el de­
rramamiento de sangre, representa una religión completamente pueril y primitiva,
una filosofía indigna de una época esclarecida de ciencia y verdad. Tales creencias
son absolutamente repulsivas a los seres celestiales y a los mandatarios divinos que
sirven y reinan en los universos. Es una afrenta a Dios creer, sostener o enseñar que
debe derramarse sangre inocente para ganar su favor o conjurar la ficticia ira divina.
[...] ¡Qué distorsión del carácter infinito de Dios! ¡Esta doctrina de que su cora­
zón paterno en toda su austera frialdad y dureza permanecía tan indiferente ante
los infortunios y penas de sus criaturas, que sus tiernas misericordias no se derra­
maron sino cuando vio a su I lijo inocente sangrante y moribundo en la cruz del
Calvario!

Esto lo declara el Consejero Divino de Uversa en el cuarto Documento del LU


Al mismo tiempo que el LU ofende a los cristianos ortodoxos, pues ruega a sus
lectores no creer en Jesús sino creer con Jesús, ofende igualmente a los que no
son cristianos defendiendo la Encarnación y muchos de los mayores milagros del
Nuevo Testamento.
Comencemos con el milagro tle la concepción virginal de Jesús. El LU lo con­
sidera una leyenda sin fundamento. Jesús nació de unos padres normales el 21 de
agosto de año 7 a.C. Aunque tenía un padre y una madre, en realidad era la en­

24
carnación de Miguel de Nebadón, que tenía el número 611.121 entre los más de
700.000 Hijos Creadores del Hijo Eterno, que a su vez son parle de la Trinidad
Última. (El número 611.121 es 3 x 7 x el número primo 29.101.) Miguel fue el ver­
dadero creador de nuestro universo completo, un punto de vista que el LU com­
parte con los adventistas del Séptimo Día y los Testigos de Jehová. La llegada a
Urantia era su séptima y más reciente encarnación como una de las menores cria­
turas de Dios.
Del padre real de Jesús. José, se nos dice que murió a consecuencia de las he­
ridas causadas al desmoronarse sobre él una torre mientras trabajaba. Esta cir­
cunstancia convirtió a Jesús en el cabeza de familia y en su sostén económico. A
los diecinueve años era un joven atractivo v varonil hacia el que se sentían atraí­
das las mujeres jóvenes. Rebeca, la bella hija de un rico mercader, se enamoró de
él e incluso le propuso matrimonio. El dinero de su padre, le dijo, serviría para cui­
dar a su familia. Jesús amablemente le explicó que nunca podría casarse con na­
die porque tenía que cumplir una misión que le había sido encomendada, pero
que le agradecía su «admiración», y añadió, «aliviará mis penas y me consolará to­
dos los días de mi vida».
Rebeca nunca perdió esta admiración. Estaba presente cuando Jesús hizo su
entrada triunfal en Jesuralén y se encontraba asimismo entre las mujeres que es­
taban al lado de la cruz cuando murió.
Seguro que no saben que Jesús escribió el Padrenuestro cuando sólo tenía quince
años, y que tomó el título de «Hijo del Hombre» del apócrifo Libro de Enoc, que
admiraba y estudiaba con aplicación. Dudo que hubieran sabido que la mujer de
Pedro se llamaba Perpetua y que encabezaba una «organización de las cincuenta
mujeres». Cuando Pedro fue crucificado en Roma, su cuerpo sirvió de alimento a
las bestias salvajes en el circo de la ciudad. ¿Y a que no sabían que cuando Jesús
tenía 28 y 29 años recorrió Roma, Grecia y las regiones cercanas en compañía de
dos nativos de la India llamados Gonod y Gañid? ¿A que tampoco sabían que leyó
y estudió libros de religión y filosofía en la gran biblioteca de Alejandría?
Contrariamente a toda evidencia, el Jesús del LU es un gran conocedor de la
filosofía griega, de matemáticas, de arte y de ciencia. Se nos dice (LU 1.476) que
cuando Jesús visitó la Universidad de Atenas «había discutido ampliamente las en­
señanzas de Platón». Después de esta discusión, dijo «en términos de pensamiento
moderno»:

Los científicos podrán algún día llegar a medir la energía, las manifestaciones de la
fuerza, de la gravedad, de la luz y de la electricidad, pero estos mismos científicos
nunca podrán (científicamente) deciros qué son estos fenómenos del universo. La
ciencia se ocupa de las actividades de la energía física: la religión se ocupa de los
valores eternos. La verdadera filosofía parle de la sabiduría, que trata de correlacionar

25
estas observaciones cuantitativas y cualitativas. Siempre existe el peligro de que el
científico puramente físico pueda llegar a sufrir del placer del orgullo matemático y
del egoísmo estadístico, sin dejar de mencionar la ceguera espiritual.
La lógica es válida en el mundo material; pero ni la una ni la otra han de con­
siderarse completamente confiables o infalibles cuando se aplican a los problemas
de la vida. La vida incluye fenómenos que no son totalmente materiales. La aritmética
dice que si un hombre puede trasquilar una oveja en diez minutos, entonces diez
hombres podrían trasquilarla en un minuto. Es una verdad matemática, pero es fa­
laz, porque los diez hombres no podrían hacerlo así; se estorbarían los unos a los
otros de tal manera que el trabajo demoraría mucho más tiempo.
Lis matemáticas afirman que. si una persona simboliza cierta unidad de valor
intelectual y moral, diez personas simbolizarían diez veces este valor. Pero al tratar
con la personalidad humana estaría más cerca de la verdad el decir que tal aso­
ciación de personalidades es una suma igual al cuadrado del número de persona­
lidades relacionadas con la ecuación, más bien que la simple suma aritmética. Un
grupo social de seres humanos que trabajan en armonía coordinada representa una
fuerza mucho más grande que la simple suma de sus partes.

Ix>s griegos que escucharon esas palabras se mostraron comprensiblemente sor­


prendidos. Dijo un filósofo: «Al fin mis ojos han visto a un judío que piensa en algo
más que en la superioridad racial y que sabe hablar de algo más que de religión».
Si solamente conocieran los relatos de los evangelios de Jesús, se sorprende­
rían de saber que Jesús tenía una «hermana pequeña» llamada Ruth, y que el
«director de empresa» de Jesús era David, hermano de los primeros apóstoles pes­
cadores Santiago y Juan. Ruth estaba entre las mujeres presentes en la crucifi­
xión. Ella y David se enamoraron y se casaron. La urantiana Helena Sprague ha
escrito incluso una novela acerca de este romance no bíblico, que para los m án­
danos es verdad histórica porque se halla en el LU. La novela, publicada por la
propia autora en 1986, la distribuye el David Project Committee, Schenectady,
Nueva York.
A los lectores judíos del LU no les gustará saber (LU 1.736) que Jesús «disfru­
taba mucho del agudo sentido del humor» de los gentiles, y «lamentaba mucho
que su gente -los judíos- fueran tan faltos de humor». Cierta vez dijo a Tomás:
«Mi pueblo se toma a sí mismo demasiado en serio; casi son incapaces de apre­
ciar el humor. La opresiva religión de los fariseos no podría haberse originado en
un pueblo con sentido del humor».
La habilidad de Jesús en la carpintería era legendaria. Cuando era un mucha­
cho, pasó un año en el taller de su amigo Juan Zebedeo construyendo barcas.«[...]
Creó un nuevo estilo de barca y estableció métodos completamente nuevos para
su fabricación» (LU 1.419).

26
Miles de esos detalles sobre Jesús únicamente se pueden encontrar en el LU y
en ningún otro lugar. Apuesto lo que sea a que no saben que de niño Jesús estu­
dió matemáticas y adquirió «un agudo entendimiento de los números, las distan­
cias y las proporciones» (LU 1.364). «Disfrutaba tocando sus extraordinarias inter­
pretaciones e interesantes improvisaciones para esparcimiento de su familia y
amigos.»
Entre los muchos milagros atribuidos a Jesús en los evangelios, el LU acepta al­
gunos y rechaza otros. No hubo, por ejemplo, ninguna captura milagrosa de pe­
ces. «Jesús era un observador atento de la naturaleza; era, a la vez, un pescador
experto y conocía los hábitos de los peces en el Mar de Galilea. En esta ocasión,
se limitó a señalar a estos hombres el sitio al que generalmente convergían los pe­
ces a esa hora del día.»(LÍ7 1.629).
Un hombre que parecía poseído por el demonio era simplemente «víctima de
la epilepsia» (LU 1.631). La posesión demoníaca, nos asegura el libro, era siempre
muy poco frecuente, y nunca volvió a verse en la tierra después del día de Pente­
costés. Sin embargo, el mismo día, aunque más tarde, Jesús curó milagrosamente
al mismo hombre de epilepsia. En otra ocasión, poco después de que Jesús hu­
biera curado la mente de un lunático, un perro obligó a un rebaño de cerdos a
entrar en el mar, creando la leyenda de que los demonios habían abandonado al
hombre para entrar en los cerdos.
Aunque el Nuevo Testamento habla de varias resurrecciones de muertos, sólo
una, la resurrección de Lázaro, fue un auténtico milagro. Los otros no estaban
muertos, sino simplemente dormidos. La historia de Lázaro se cuenta con de­
talle en el Documento 168 del LU. Sin embargo, no fue el poder de Jesús lo que
le revivió. Después de cuatro días de haber muerto, el cadáver de Lázaro había
comenzado a descomponerse. Tan grande fue el dolor de Jesús por la muerte de
su amigo que un grupo de seres celestiales, bajo el mando de Gabriel, la Bri­
llante Estrella Matutina, que es el jefe ejecutivo del Universo de Nebadón, deci­
dió revivir a Lázaro. Tan pronto como salió de la tumba, el Ajustador Personali­
zado de Jesús ordenó al primer Ajustador de Lázaro que se reintrodujera en la
mente y alma del hombre.
Gabriel «despidió a los grupos adicionales de las huestes celestiales allí reu­
nidas, mientras anotaba en los registros el primer caso en Urantia, y el último,
en que una criatura mortal había resurgido de la muerte con el mismo cuerpo
físico» (LU 1.846). Lázaro no recordó nada de los cuatro días que estuvo muerto
porque «el tiempo no existe para los que duermen el sueño de la muerte». Como
sabemos, el sueño del alma es un elemento básico de la doctrina adventista del
Séptimo Día.
¿Alguna vez se han preguntado lo que le sucedió al resucitado Lázaro? El LU
nos lo aclara. Al verse perseguido por el Sanedrín, huyó a Filadelfia (una ciudad

27
mencionada en Apocalipsis 3:7), donde finalmente se convirtió en tesorero de la
congregación local de cristianos. Murió a los 67 años de la misma enfermedad que
le mató cuando era joven.
El caso más asombroso de curación milagrosa ocurrió en Capernaum. No me­
nos de «683 hombres, mujeres y niños (683 es un número primo) fueron sana­
dos, perfectamente curados de todas sus enfermedades físicas y de otros tras­
tornos materiales. Un espectáculo semejante no se había visto en la tierra nunca
antes de este día, ni tampoco después... fue en verdad un espectáculo estreme-
cedor» (LU 1.633). Sin embargo, de nuevo no fue Jesús quien realizó este por­
tentoso milagro. Las curaciones fueron llevadas a cabo por «un vasto séquito de
serafines, controladores físicos, Portadores de Vida y seres intermedios». Siem­
pre asistían a Jesús, y en esta ocasión fueron instruidos por el mismo Dios para
realizar las curaciones (LU 1.632). «Lo que un Hijo Creador desea y lo que es
voluntad del padre, SE HACE rea lid a d .» (LU 1.633)
¿Convirtió Jesús el agua en vino en la fiesta de la boda? No lo hizo. De nuevo
el milagro fue llevado a cabo por poderes superiores. Ellos «abrogaron» el tiempo,
hicieron el vino, lo intercambiaron por el agua y para todos los presentes consti­
tuyó un hecho mágico instantáneo. «No se había modificado, abrogado, ni tras­
cendido ninguna ley de la naturaleza», explica el LU en la página 1.530. Por otro
lado, sorprendentemente, se nos dice (LU 1.720) que la multiplicación de los pa­
nes y de los peces fue el único «milagro de la naturaleza» que Jesús realizó por él
mismo. Y lo hizo «por premeditación consciente». También implicaba la «abroga­
ción» del tiempo, pero fue una «ministración genuinamente sobrenatural».
El tratamiento del LU de los llamados milagros de Jesús está más próximo a la
ciencia ficción que a la teología cristiana. Aunque Jesús parecía en efecto realizar
milagros en el sentido de violar las leyes de la naturaleza, el LU aclara (1.516-1.523)
que Jesús nunca decidió deliberadamente violar estas leyes. Parecía que las leyes
estaban siendo violadas porque los dioses aceleraban el tiempo lo suficiente para
permitirles aplicar las leyes naturales con gran rapidez. De esta forma hacían que
ocurrieran hechos que podían parecer milagrosos para los presentes.
Jesús tenía el poder (LU 1.521) de ascender al pináculo del templo y caminar
por los aires, pero decidió no exhibir tales poderes. Nunca, por ejemplo, caminó
sobre el agua (LU 1.519). De esta forma aclara el LU ciertos «milagros» del Nuevo
Testamento, explicándolos como casos de «abrogación» del tiempo por los dioses.
Otros milagros, como caminar por las aguas, son rechazados y considerados le­
yendas. Nos dice el libro que Jesús no quería ser conocido como un hacedor de
maravillas. Sin embargo, al permitir que los seres celestiales cambiaran el agua por
el vino, y multiplicaran los panes y los peces, el efecto que causaba en los pre­
sentes era tan imponente como si él mismo hubiera usado sus propios poderes
para violar las leyes de la naturaleza.

28
Después de la muerte de Jesús, su cuerpo permaneció en la tumba hasta que
los dioses lo desintegraron instantáneamente, y movieron la piedra de la entrada
de una sepultura vacía. No fue el cuerpo material resucitado de Jesús el que se
apareció después a tantas personas, sino su cuerpo espiritual reconstituido.
Los Evangelios nos cuentan cómo Jesús prometió enviar, después de su muerte,
al Confortador o Espíritu Santo, y el libro de los Hechos de los Apóstoles describe
la llegada de esta parte de la Trinidad el día de Pentecostés. El LU llama al Espí­
ritu Santo Espíritu de la Verdad. Su otorgamiento en Pentecostés se describe en
la página 2.060. Dos páginas después conocemos a los siete espíritus ayudantes
a través de los cuales el Espíritu opera dentro de nuestros corazones. Cuando so­
mos bautizados por el Espíritu de la Verdad, expandimos nuestro conocimiento
espiritual y conseguimos un mayor poder espiritual para volver a explicar la reve­
lación de Jesús a las nuevas generaciones. Es típico del LU que el Espíritu de la
Verdad lleve pronombres masculinos (2.06D.
¿Quién era entonces Jesús? En la compleja mitología del LU, era uno de los más
de 700.000 Hijos Creadores, o «Hijos Migueles», quienes tienen la responsabilidad
de crear y gobernar universos locales. Cada I lijo Creador tiene una personalidad
única, el «1 lijo unigénito» de un par de dioses que viven en el Paraíso. Cuando un
Hijo Creador es «personalizado», se le da un «Espíritu Materno» para que le ayude.
Cada Hijo Creador, si así se decide, pasa por siete «autootorgamientos», en los
cuales aparece repentinamente en uno de los planetas de su universo local. El otor­
gamiento final es una encamación en una de sus propias criaturas mortales. Como
expone el LU (239):

Los autootorgamientos de los Avonales son siempre en semejanza de la carne mor­


tal, pero los siete autootorgamientos de un Hijo Creador comprenden su aparición
en siete niveles de existencia de criaturas y pertenecen a la revelación de las siete
expresiones primarias de la voluntad y naturaleza de la Deidad. Sin excepción, to­
dos los Hijos Creadores pasan a través de estas siete capas dándose de sí mismos
a sus criaturas creadas antes de asumir la jurisdicción establecida y suprema de los
universos de su propia creación.

Los siete otorgamientos del Hijo Creador de nuestro universo de Nebadón se


describen en el Documento 119 del LU Cada otorgamiento tiene lugar 150 mi­
llones de años después del anterior, y cubren un período de casi un billón de años
en total. Los siete otorgamientos de Miguel son los siguientes:12

1. Como Hijo Melquisedec en Salvingtón.


2. Como 1lijo I^anonandck en Palonia, en el sistema 11 de la constelación 37
de Nebadón, donde depuso al soberano rebelde Lutentia.

29
3. Como Hijo Material en el planeta 217 del sistema 87, en la constelación 37,
para deponer al Príncipe Planetario que se había «descarriado».
4. Como un asesor seráfico de enseñanza (ángel) en 22 mundos diferentes.
5. Como Evéntod, un «espíritu mortal», en Uversa, la sede central de Orvontón.
(1. Como «mortal moroncial», en Uversa, en el planeta sede central de la cons­
telación 37.
7. Como Jesús, el «infante del reino», en Urantia.

Obsérvese que 11. 37 y 61 son primos, que 217 es un producto de los números
primos 3 y 31, y que 87 es el producto de los primos 3 y 29.
La forma de llevar a cabo estos otorgamientos son misterios que incluso los au­
tores de los documentos del LU admiten no comprender. Esto es especialmente
cierto en el caso del misterio de la encamación de Miguel como Jesús. El LUÍ 1.317)
dice al respecto:

Josué ben José, el niño judio, fue engendrado v nació en el mundo al igual que cual­
quier otro bebé antes y desde entonces, excepto que este bebé en particular fue la
encarnación de Miguel de Nebadón, un 1lijo divino Paradisíaco y el Creador de este
entero universo local de cosas y seres. Y este misterio del autootorgamiento de la
Deidad dentro de la forma humana de Jesús, por otra parte de origen natural en el
mundo, permanecerá por siempre sin solución. Aun en la eternidad jamás conoce­
réis la técnica y método del autootorgamiento del Creador en la forma y semejanza
de sus criaturas. Éste es el secreto de Sonaringtón, y estos misterios son posesión
exclusiva de aquellos I lijos divinos que han pasado por la experiencia del auto-
otorgamiento.

Cuando Jesús gritó en la cruz «¡Consumado es!», quería decir que su séptimo y
final otorgamiento había finalizado. A partir de ahí sería el gobernante soberano
de todo Nebadón. Al igual que los demás Hijos Creadores de los otros universos
locales, cuando se ausenta de Nebadón. se hace cargo de sus obligaciones Gabriel,
un jefe ejecutivo conocido como la Brillante Estrella Matutina. También es ayu­
dado por su Espíritu Materno, y por el consejo de su hermano mayor Emanuel,
también llamado Unión de los Días.
La sección de Jesús, como el resto de El Libro de Urantia, es profundamente
fideísta. El núcleo de esta sección lo constituye el hecho que la religión suprema
conocida en Urantia fue predicada por Jesús, que era Miguel de Nebadón, como
parte del plan de Dios para el progreso espiritual de la humanidad. El mensaje
de Jesús fue corrompido por Pablo y por el resto de primeros discípulos, pero
ahora ha sido redescubierto y mostrado en los documentos del LU. Sin embargo,
no hay forma alguna de demostrar que es el Dios Ultimo. Nuestro Ajustador del

30
Pensamiento, el fragmento de Dios que está dentro de nosotros, nos anima a
creerlo, pero es solamente mediante un cambio en nuestro libre albedrío, me­
diante un acto de fe, que podemos aceptar la realidad de Dios y la verdad de la
nueva revelación.
El LÜ expone su fideísmo sucintamente en la página 24:

La existencia de Dios jamás puede probarse por experimentos científicos ni por la


pura razón de la deducción lógica. Dios se puede realizar sólo en los dominios de
la experiencia humana: sin embargo, el verdadero concepto de la realidad de Dios
es razonable para la lógica, plausible para la filosofía, esencial para la religión c in­
dispensable para toda esperanza de supervivencia de la personalidad.

Da la casualidad que yo creo en las anteriores afirmaciones, como sabe cual­


quier lector que haya leído mi «confesional» The Whys oí a Philosophical Saive-
ne/ (Ed. en español. Los porqués de un escríba filósofo. Tusquets, Barcelona 1989).
Por supuesto que no hay nada nuevo en este punto de vista. El texto anterior po­
día haber sido escrito por Charles Peirce. William James o Miguel de Unamuno.
Es un resumen concentrado de la teología de Kant.
El fideísmo penetrante del L U parece contradecirse con lo que se dice en la pá­
gina 665:

I.os seres intermedios de Urantia han recopilado más de cincuenta mil datos de la
física y la química que juzgan incompatibles con las leyes del azar casual y que, se­
gún afirman, demuestran de manera inequívoca la presencia de un propósito inte­
ligente en la creación material, 'lodo lo antedicho no toma en cuenta su catálogo
de más de cien mil descubrimientos ajenos al dominio de la física y la química que.
según mantienen ellos, prueban la presencia de la mente en el planeamiento, cre­
ación y mantenimiento del cosmos material.

Ningún urantiano puede explicar mejor este supuesto conflicto entre fideísmo
y la afirmación de que hay miles de hechos científicos que «demuestran» la exis­
tencia de un Dios creador. Quizá esos argumentos, que se retrotraen a los anti­
guos griegos, constituyan una «prueba» sólo para las mentes superiores de los se­
res celestiales.

Los urantianos adoran el LU con un temor reverencial, mucho mayor que el que
tienen a la Biblia, con sus cientos de graves errores históricos. Por ejemplo, éstos
son dos fragmentos líricos procedentes de un artículo de Patije Mills en Sonshinc

31
Messenger (otoño, 1992), periódico que la autora edita desde su propia casa en
Sarasota, Florida:

El L ib ro de Urantia ha trastornado com pletam ente m i experiencia vital cuando prac­


tico lo que he aprendido al leer este libro que ensancha la mente. I lay una paz que
traspasa la simple comprensión que trasciende mi actitud y mi conciencia cuando
me enfrento con los retos inesperados de una vida ordinaria entre los mortales im­
previsibles de mí experiencia vital -que encuentro como resultado de leer este libro.

«Ayúdame, Padre, a expresarte cuando comparta este informe histórico y guía com­
pleja sin parangón, insuperado, inspirado, que amplía la mente, que produce armonía,
equilibrado emocionalmente -El Libro de Urantia» ¡Es más que un libro de texto!
¡Es más que una revelación! Es mi luz hacia la vida cuando acabe mis experiencias
en el Tiempo y en el Espacio de esta vida mortal en Urantia. «Gracias, Padre, por el
asombroso descubrimiento y por la influencia de las grandes lecciones de vida que
hay en este libro que consiste en corregir nuestra historia religiosa y plantar las se­
millas con las que la humanidad podrá comenzar a comprender y a crecer en nues­
tro destino de Luz y de Vida.»

Comparado con las principales sectas como los mormones, Ciencia Cristiana,
Testigos de Jehová y otras grandes sectas cristianas, el movimiento urantiano es
pequeño. Actualmente existen unos 200 «grupos de estudio» urantianos, casi lo­
dos ellos en los Estados Unidos, que se reúnen regularmente liara compartir ideas
y discutir el LU. Además de estos grupos de estudio han surgido más de veinte
«sociedades», muchas de las cuales publican sus propios boletines y otros docu­
mentos.
Una sociedad está formada por diez o más creyentes. Hasta hace poco tiempo
sus estatutos tenían que ser aprobados en la sede central de Urantia en Chi­
cago, en el 533 de Diversey Parkway. La primera sociedad fue creada en Chi­
cago, en 1956, la segunda en Los Ángeles, al año siguiente. En el capítulo 19
conoceremos la gran rebelión que surgió en las sociedades pertenecientes a la
Fundación Urantia.
Como no hay ninguna iglesia urantiana con un ritual de iniciación, es difícil
averiguar el número de creyentes urantianos que hay en todo el mundo. Definir
qué es un creyente es bastante complicado porque muchos de los que pertene­
cen a un grupo de estudio son miembros de otras iglesias cristianas y asisten
más por curiosidad que incitados por una fe con todas las de la ley. No tengo
ni idea de si el número de grupos de estudio está aumentando, disminuyendo
o sigue siendo el mismo. Los miembros entran y salen de los grupos de estudio,
y los mismos grupos están constantemente formándose y disolviéndose. Calculo

32
que el número de urantianos firmemente convencidos de que el LU fue escrito
por seres celestiales no supera a unos pocos miles de fieles.
Nadie puede leer el LU en su totalidad, ni siquiera partes de él, sin pregun­
tarse cómo una mezcla increíblemente detallada de ciencia, ética, política y po-
litología se plasmó en un voluminoso libro de cubiertas azules. La historia de
su origen implica a varias personas que vivieron en Chicago durante la primera
mitad del siglo xx, pero los dos máximos responsables del LU fueron dos ex ad­
ventistas del Séptimo Día. el doctor William Samuel Sadler (1875-1969), un fa­
moso psiquiatra de Chicago, y su cuñado Wilfred Clister Kellogg (1876-1956), un
hombre de negocios terriblemente tímido, humilde y neurótico. Son los temas
de los capítulos 2 y 6.

33
II
El doctor William Sadler

William Samuel Sadler nació el 14 de junio de 1875 en Spencer, Indiana. Sus pa­
dres se llamaban Samuel Cavins Sadler y Sarah Isabelle Wilson. Era el mayor de
tres hermanos. Sabemos por un fragmento de su libro The Truth About Spiritua-
lism (página 170) que tenía dos hermanas más pequeñas, que eran gemelas, «una
que todavía vive y otra que ha muerto». No conozco el nombre de la hermana que
murió. En la esquela mortuoria de Sadler publicada en el Chicago Tríbune (27 de
abril de 1969) se menciona a Mary Sadler, una hermana suya que vivía en Seat-
tle, como una de sus supervivientes. No sé si estaba casada o si tenía hijos.
Según un resumen biográfico aparecido en un periódico urantiano de Chicago
llamado Penade el Space (primavera 1979), el padre de Sadler trabajó como pro­
fesor de música en varias ciudades de Indiana y dirigió varios almacenes. El joven
William no siguió ninguna educación formal porque su madre tenía miedo de que
contrajera alguna enfermedad en los colegios públicos. Se dice que el padre de
Will no estaba interesado en la religión, pero que su madre estaba vinculada en
secreto a una iglesia cristiana. Después de morir una de sus hijas gemelas, el ma­
trimonio se convirtió a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El padre se dedicó
el resto de su vida a vender Biblias.
William creció en Wabash, Indiana, pero se marchó de la ciudad a los 14 años
para vivir en Batlle Creek. Michigan. Durante cierto tiempo trabajó como botones y
como ayudante de cocina del conocido Battle Creek Sanitarium, dirigido por el doc­
tor John I larvey Kellogg. Kellogg era por entonces el adventista del Séptimo Día más
destacado del país. Sadler se matriculó en el Battle Creek College, de los adventis­
tas. del cual el doctor Kellogg era presidente del consejo de administración.

35
Sabemos por una larga carta que Sadler escribió en 1906 a Ellen G. While. la
inspirada líder de la fe adventista (la carta se reproduce en el capitulo 13), que
Sadler se convirtió al adventismo a los 11 años y que fue bautizado en esa fe años
después, cuanto contaba 13 años. William Covert, dice en esa misma carta, fue el
ministro que lo bautizó. El joven Sadler fue un devoto adventista mientras asistió
al Battle Creek College, tiempo durante el cual él y el doctor Kellogg se convirtie­
ron en amigos íntimos.
Después de graduarse en 1894, Sadler fue contratado por el doctor Kellogg como
vendedor de una línea de alimentos saludables promocionada por su sanatorio.
El hermano del doctor, al que conoceremos en el siguiente capitulo, fue William
Keith Kellogg, fundador de la Kellogg Comflake Company. Cuando el doctor John
Kellogg fundó su Life Boat Mission, en el deteriorado barrio de mala vida de South
State Street, en Chicago, decidió poner a su cargo a Sadler, pero sólo después de
que éste asistiera al fundamentalista Moody Bible Institute, en el lado norte de Chi­
cago, donde fue formado en técnicas evangélicas.
El doctor Kellogg también dirigía otra media docena de centros en Chicago, in­
cluyendo un hogar para madres solteras. Encontraba padres adoptivos para los hi­
jos no deseados e intentaba persuadir a las prostitutas a que abandonaran su pro­
fesión. Mientras dirigía la Life Boat Mission, Sadler fundó y editó durante cuatro
años su Life Boat Magazine, un periódico inspirado en el War Cr\' del Ejército de
Salvación. Este se vendía de forma ambulante en las calles de Chicago, y se dice
que alcanzó una tirada de 200.000 ejemplares. El fervor evangélico de Sadler se
refleja en lo que creo que es su primer libro publicado, Self-Winning Texts, o Bi­
ble Helps For Personal Work, editado en Chicago en 1909 por la Central Bible
Supply Company.
En el año 1897, en París, Illinois, Sadler se casó con la sobrina de John Ke­
llogg, Lena Celestia Kellogg (1875-1939). Se habían conocido en 1893 cuando
ella era una estudiante de enfermería. Nacida en Abscota, Michigan, Lena era la
hija del hermanastro de John Kellogg, Smith Moses Kellogg. Los tres hermanos
se educaron en la fe adventista del Séptimo Día y vivieron en Battle Creek al
mismo tiempo que la hermana White. Durante muchos años, como veremos más
adelante en el capítulo 13, Sadler fue un fiel amigo y gran admirador de la her­
mana White.
Desde 1901 a 1903, Sadler y Lena vivieron en los alrededores de San Fran­
cisco, donde asistieron al Cooper Medical College. Esta universidad posteriormente
formaría parte de la Stanford University. He visto cartas escritas por Sadler al
hijo de Ellen White en 1902, en el San Francisco Medical Missionary and Be-
nevolent Society, en el 995 de McAllister Street. En el directorio se menciona a
Sadler como presidente. Otras cartas fechadas en 1902 dirigidas también a Wi­
lliam White se encuentran en los archivos de la California Conference de la igle­

36
sia adventista, en el 301 de San Pablo Avenue, Oakland, California. En ellas se
menciona a Sadler como superintendente del trabajo de los jóvenes.
En 1901, en San Francisco, Sadler fue ordenado ministro. En 1904, la familia
Sadler regresó a Battle Creek para asistir al American Medical Missionary College
de la iglesia. Sadler obtuvo su título de médico en esta universidad en 1906. En
1907 realizó trabajos de posgrado en la Facultad de Medicina de la Universidad
de Chicago, y después pasó por el Rush Medical College.
Desconozco cuándo o bajo qué circunstancias los Sadler abandonaron la fe ad­
ventista. Sin embargo, está muy claro que alrededor de 1906 tanto Sadler como
el doctor Kellogg se sentían profundamente molestos por los defectos de los «Tes­
timonios» de Ellen White, que ella insistía en que habían sido inspirados por la
divinidad, y por la evidencia de que cientos de párrafos de los libros de la señora
White habían sido copiados de otros libros sin mencionar a los verdaderos auto­
res. La expulsión (o desconfratemización, según la terminología adventista) del doc­
tor Kellogg de la iglesia se tratará en el capítulo 5, y el desencanto de Sadler, en
e) capítulo 13.
En 1906, Sadler abandonó Battle Creek para fundar el Chicago Institute of Phv-
siologic Therapeutics en un edificio médico situado en el número 100 de North
State Street. El número del edificio fue cambiado posteriormente por el de 32 de
North State, y el edificio cambió su nombre por el de Chicago Therapeutic Insti-
tute. Allí Sadler estableció una consulta privada especializada en cirugía. Su mu­
jer, también médico, le ayudaba en muchas operaciones, al igual que su hermana
Anna B. Kellogg, enfermera diplomada.
Desde 1906 a 1913, Sadler y su mujer vivieron en La Grange, un suburbio de
Chicago. Durante este período, Sadler decidió abandonar la cirugía por la psiquiatría.
«Después de extraer diez vesículas biliares -se citan sus palabras en el artículo ante­
riormente mencionado de Pervaded Space-, ya no queda mucho encanto. Pero la
mente es diferente.» En 1919, Sadler y Lena se marcharon al extranjero para es­
tudiar psiquiatría en hospitales de Leeds, Inglaterra, y en Viena, donde durante un
año asistieron a las clases de Sigmund Freud y de Alfred Adler. Alrededor de 1921,
Sadler desplazó su instituto de State Street al número 533 de Diversey Parkvvay,
en el lado norte de Chicago. Hasta su muerte en 1969, fue presidente y director
del instituto. Durante 27 años enseñó psiquiatría pastoral en el McConnick Theo-
logical Seminarv de Chicago, un colegio presbiteriano situado ahora cerca de la
Universidad de Chicago. En 1920, los Sadler y su hijo de doce años Bill vivieron
en un edificio de apartamentos en el 2748 de Pine Grove, Chicago. Vivían en el
mismo edificio que Wilfred Kellogg y su esposa Anna (la hermana de Lena), y su
hija de seis años Emma Ruth. En 1922, los Sadler se mudaron al 533 de Diver­
sey Parkvvay. No sé si la familia Kellogg también se trasladó al 533 durante un breve
período de tiempo antes de encontrar un apartamento en las proximidades.

37
El City Directory de La Grande, Illinois, del año 1906-1907 menciona que Sad-
ler y Lena vivían en el 38 de Calenden En la misma dirección residían Smith Mo-
ses Kellogg, el padre de Lena, y su otra hija. Anua Bell. En 1908 y 1909, Smith
Moses dejó esa dirección, pero los otros tres permanecieron en ella. Sadler y Lena
aparecen inscritos como médicos con consultas en el 100 de N. State Street, Chi­
cago. y con residencia en La Grange en el 56 de Sixth Street. S¿idler. Lena y Amia,
la hermana de Lena, también están inscritos en la misma dirección. Anna está iden­
tificada como enfermera diplomada. Su padre se había trasladado al número 46
de S. Fifth, en La Grange.
En 1912, un pequeño anuncio en La Grange Citizen informa que Sadler y su
mujer están ejerciendo la medicina en el 32 de N. State en Chicago, especializa­
dos en «enfermedades de mujeres y niños». Su residencia habitual continuaba es­
tando en La Grange. en el 56 de la calle Sixth. En 1913, los Sadler todavía vivían
en esa dirección, pero ahora Anna es identificada como la señora de Wilfred C.
Kellogg. Como sabremos en el capítulo 6, ella y Wilfred se casaron en La Grange
en 1912. Curiosamente, el City Directory de La Grange no menciona a Wilfred. En
1914, los Sadler y Anna han desaparecido del directorio, fijando su residencia en
Chicago. Desconozco cómo encajar todos estos datos con los registros del viaje de
los Seidler al extranjero en 1910. Supongo que conservaron su residencia en La
Grange mientras viajaban.
Desde 1909 hasta su muerte en 1969, Sadler fue un prolífico escritor de libros,
la mayoría de los cuales estaban dirigidos al público general. En el Apéndice A,
enumero más de cuarenta libros suyos, muchos escritos con su mujer, y muchos
de ellos con varias reediciones, a veces considerablemente ampliados y con un cam­
bio de título. Sadler nunca consiguió gozar de un estatus elevado entre sus cole­
gas de profesión, pero sus libros más populares sobre salud física y mental lo con­
virtieron en uno de los psiquiatras más conocidos de toda la nación. Su libro de
400 páginas Mind at Mischief (1929) fue un best-seller. Ocho de sus libros exce­
den las 400 páginas. Su obra magna, Theoryand Practice oíPsychiatiy (1936), tiene
1.231 páginas y pesa medio kilo más que el LU. Modem Psychiatry (1945), un li­
bro de 896 páginas, tuvo varias reimpresiones. Además de sus libros, Sadler tam­
bién escribió una veintena de artículos para periódicos de difusión masiva como
American Magazine y The Ladies' Home Journal.
Como hombre de gran energía, Sadler también encontró tiempo para dar con­
ferencias en el circuito de Chautauqua. Una tesis doctoral sobre su habilidad ora­
toria fue escrita por G. Vonne Meussling para Bowling Green University (Ohio) en
1970. Se titula William Sadler Chautauqua's Medical Orator. Aunque contiene un
capítulo biográfico sobre Sadler, y una incompleta bibliografía de sus libros y artí­
culos, en ninguna parte de la tesis se menciona su pasado adventista ni se dice
una sola palabra sobre su relación con el movimiento de Urantia.

38
Me han comentado que la señora Meussling es una urantiana convencida y que
la Fundación Urantia le había prohibido escribir sobre la relación de Sadler con
el LU. En cualquier caso, no mencionar las modificadas convicciones religiosas de
Sadler me sorprende tanto como escribir un libro sobre Gilbert Chesterton sin men­
cionar su conversión al catolicismo romano, o un libro sobre Billy Graham que
oculte el hecho de que es un predicador baptista.
A pesar de sus enormes vacíos, la tesis de Meussling ofrece una buena imagen
de Sadler como espléndido orador. Es descrito como un rotundo hombrecillo po­
seedor de un agudo sentido del humor, cabello blanco, gafas gruesas con mon­
tura dorada, una gran papada (un estudiante comparó su aspecto con el de Alfred
Hitchcock), y como un hombre que generalmente llevaba trajes grises holgados,
camisas blancas y corbatas pasadas de moda. Muchos de sus estudiantes habla­
ban de su forma de ser extrovertida que contrastaba fuertemente con sus esfuer­
zos por mantener una fría distancia entre ellos. Hasta la fecha nadie ha escrito
una adecuada biografía de este hombre complejo y curioso. I íay que basarse prin­
cipalmente en la tesis de la señora Meussling, en una breve entrada en Who’s Who
in America, y en otra algo mayor en el volumen 54 de 77?e National Cyclopedia o í
American Biography.
Lena Sadler, que obtuvo su título de médico en el American Medical Missio-
narv College de los adventistas el mismo año que su marido, fue casi tan cono­
cida por el público como el doctor Sadler. Hasta su muerte en 1939, fue la direc­
tora adjunta del instituto de Sadler. y, al igual que su marido, estaba vinculada a
numerosos hospitales y organizaciones de Chicago. Los Sadler eran republicanos
y miembros de la conservadora Cuarta Iglesia Presbiteriana de Chicago, donde fue
celebrado el funeral por Lena.
Desde 1907 y durante más de una década, Sadler y su mujer Lena fueron unos
de los conferenciantes más populares del circuito de Chautauqua. Sadler disertaba
de variados temas, sacados principalmente de sus libros y relacionados con la sa­
lud física y mental. En sus conferencias resaltaba la hidroterapia y la curación sin
medicamentos, puntos de vista compartidos con la Iglesia Adventista así como con
su primer jefe, el doctor John Kellogg. Una de las conferencias de Sadler, «Hombres
y moral», estuvo dirigida sólo para hombres. Lena también contaba con una amplia
variedad de temas para tratar en sus conferencias, como «La pureza infantil», sólo
para mujeres. A veces le ayudaba en el programa su hermana Anna Kellogg, que
también conferenció sobre «Enfermería doméstica». De vez en cuando el hijo de Sad­
ler, Bill, por entonces un muchacho, ayudaba en las demostraciones de salud.
Fue durante su primer circuito de Chautauqua cuando los Sadler conocieron a
Sarah Mildred Willmer, una actriz que estaba especializada en recitar poemas y
obras de teatro, y en ofrecer lecturas de novelas. Sarah y Lena se hicieron muy
buenas amigas. Dos de las recitaciones más populares de Sarah fueron «El signo

39
de la cruz» y «La mujer de Samaría» (la última representa un día en la vida de Je­
sús). En 1912, Sarah se casó con Edvvard van Bond, en una doble ceremonia que
tuvo lugar en el hogar de los Sadler en La Grange. La otra pareja estaba formada
por Alina y su primo Wilfred Kellogg.
La señora Bond se había unido al matrimonio Sadler en 1911 para formar la com­
pañía llamada «Los Sadler y la señorita Willmer». Los cuatro miembros siempre eran
contratados como equipo en el caso de compromisos de dos o tres días de dura­
ción. Un día normal comenzaba con una conferencia matinal dada por Anua, se­
guida por una mesa redonda sobre medicina dirigida por Sadler y Lena. A primeras
horas de la tarde, la señorita Willmer ofrecía un recital dramático, y después Lena
daba una conferencia. Sadler concluía el día con una conferencia vespertina. La se­
cuencia variaba de un día a otro, con un programa especial para los domingos. Las
reuniones se celebraban en auditorios o bajo una caipa, con los libros ele Sadler ex­
puestos para su venta La compañía entusiasmaba a los periódicos locales, en los
que los cuatro eran descritos frecuentemente como «un completo circuito Chautau-
qua por ellos mismos -excepto por la música». Incluso la música era a veces ofre­
cida por la orquesta local como un preludio matutino a los acontecimientos del día.
Los Sadler tuvieron dos hijos. Willis, el mayor, murió en la infancia. El segundo,
William Samuel Sadler, Jr„ murió a los 56 años en Chicago, el 22 de noviembre
de 1963. El mismo día en que fue asesinado el presidente John Kennedy.
Bill II y su mujer Leone Gilí tuvieron tres hijos. William Sadler III murió en 1955
cuando tenía 19 años. Patricia Helen está casada con Manfred K Mundelius, pro­
pietario de una agencia de seguros en Danville, California. En 1990, la señora Mun­
delius fue nombrada administradora de la Fundación Urantia. El tercer hijo, Char­
les, fue profesor de historia en la Western Illinois University, en Macomb, Illinois.
Murió de cáncer en 1985. En algún momento pensó en escribir la historia del mo­
vimiento de Urantia, pero el proyecto nunca cobró vida. Su viuda Judith (Jody) tra­
baja en el Departamento de Educación Especial de la universidad. Al igual que
Charles, es una profunda creyente en las revelaciones de Urantia.
Leone trabajó durante veinte años en el 533 de Diversey, donde su trabajo con­
sistió en controlar los pedidos del LU, ayudada por su hermana Helen Gilí (des­
pués señora Carlson). Leone, una gran fumadora, murió de cáncer de pulmón en
Chicago en 1976. Helen todavía vive en el 533.
Ha sido difícil obtener noticias de la vida de Bill Sadler. Jr. Se dice que cuando
era muy joven desapareció repentinamente y que meses después sus padres su­
pieron que se había alistado en los Marines. Por lo visto tuvo problemas en el ser­
vicio militar. A su regreso, se convirtió en un devoto urantiano cuyo papel princi­
pal consistió en la preparación de los documentos del LU. Durante un breve período
en 1928 se matriculó en la Universidad de Chicago, pero no obtuvo ningún título.
El y Leone se casaron en 1935.

40
Desconozco cuándo o por qué Bill y Lcone se divorciaron. Me han comen­
tado que esta situación precipitó un grave enfrentamiento con el padre, William
Sadler, que estaba furioso con Bill por haber abandonado a Leone. A su vez, Bill
estaba contrariado con su padre por lo que él consideraba una traición de con­
fianza -usar fondos procedentes de las ventas del LU para pagar la hipoteca de
su sede central en el 533 de Diversey. Bill también criticó la política de «lento
crecimiento» de la Fundación, argumentando que el movimiento urantiano se ex­
tendería mucho más como una religión organizada destinada a limpiar el mundo.
Varias personas que conocieron a Bill me relataron que en esa época estaba be­
biendo en exceso y pasaba la mayoría de sus horas de descanso hablando so­
bre las doctrinas del LU. Bert Salyer, de Oklahoma City, ahora un urantiano de­
sencantado, me describió a Bill como un alcohólico y un fumador que encendía
un cigarrillo tras otro.
Un veterano del movimiento urantiano, que me pidió que no revelara su nom­
bre, me habló de su amistad con Bill y de cuánto le admiraba. Me describió a Bill
como poseedor de una cabeza inusualmente grande, cuello corto y de complexión
robusta. Me dijo que Bill sabía casi todo el LU de memoria, que podía hablar prác­
ticamente de cualquier tema, y que sabía tocar el piano. Bill, declaró mi informante,
era la persona más inteligente que había conocido.
Después de su divorcio, Bill se casó con la urantiana Florine Seres, una mujer
a la que doblaba la edad. Fue ella quien preparó la publicación de sus dos libros
postumos: A Study o f the Master Universo (1968) y un libro mayor, Appendices To
a Study o í the Master Universo (1975). El primer libro está «Dedicado a Tábamantia,
por razones que el autor cree buenas y suficientes».
¿Quién es Tabamantia? Según el LU (579) es un agodontero de estado finalista,
el jefe de los directores universales (565) y el «supervisor soberano de todos los
planetas de experimento de vida en el universo de Nebadón» (1189). Inspeccionó
Urantia e informó que la encontraba adecuada para la llegada de Adán y Eva que
tendría lugar aproximadamente cien años después (821-822). Por lo visto Bill II y
Tábamantia mantenían un estrecho contacto el uno con el otro.
Los dos libros de Bill fueron impresos en la Second Society Foundation, una
empresa disidente con sede en el número 333 de North Michigan, según el actual
listín telefónico de Chicago. Bill era un popular y enérgico conferenciante sobre
los dogmas del LU. Una de sus largas conferencias, Simplification o f the Foreword
from the Urantia Book. fue publicada en 1977 como libro de bolsillo de 51 pági­
nas por la Asoka Foundation de Oklahoma City.
Localicé a la segunda esposa de Bill. Florine. en la guía de teléfonos de Chi­
cago, como «Florine S. Sadler, consultora, 333 North Michigan». Antes de morir,
Bill desempeñaba el cargo de presidente de Sadler y Associates, en esa misma
dirección, una firma de consultoría de administración de empresas que había

41
fundado en 1947. Florine era la hija menor del urantiano John J. Seres, al que
también se le identifica en la guía de teléfonos de Chicago como «consultor» en
333 North Michigan. Es también la dirección de la Second Society Foundation
la que todavía vende los dos libros postumos de Bill. Después de la muerte de
Bill, Florine se casó con un tal Hemmings de Chicago, cuyo nombre desconozco.
Posteriormente se divorciarían. Florine me contestó a una carta alegando que
no quería responder a ninguna pregunta y que no intentara contactar de nuevo
con ella.
La muerte de Bill III, el 26 de diciembre de 1955, a los 19 años, ocunió bajo
misteriosas circunstancias todavía lejos de estar aclaradas. En ese momento era
un estudiante de tercer año, en la Universidad de Chicago. El Chicago Tribuno (28
de diciembre, 1955) informó de la apertura de una investigación sobre la causa de
su muerte. Aproximadamente a las 16:20, después de la comida de Navidad cele­
brada en el 533 de Diversey con su madre y el doctor Sadler, su abuelo, el joven
Bill cayó en coma después de tomar una taza de café. Sadler intentó en vano revi­
virle antes de llamar a una ambulancia. Posteriormente seria acusado de negligencia
al haber esperado tanto tiempo antes de pedir ayuda.
Como la autopsia no pudo revelar la causa de la muerte, fue ordenado un
análisis químico por el coronel Walter McCarron. Al dia siguiente el Tribuno in­
formó que estaba prevista otra investigación para el 14 de febrero con el obje­
tivo de completar el análisis químico y para continuar una posterior investiga­
ción policial. Bill Jr. testificó en la primera investigación que en 1953 su hijo había
perdido toda la visión de su ojo izquierdo y que la visión del otro ojo estaba de­
teriorada. Los exámenes médicos no pudieron descubrir la causa, pero el estado
de su hijo había mejorado desde entonces. El Tribuno añadió que Bill 111 se ha­
bía desmayado mientras contestaba una llamada telefónica. Murió al día siguiente
en el Columbus Hospital sin recobrar el conocimiento.
Según el Tribune, el primer diagnóstico del hospital sugirió un tumor cerebral.
Las pruebas mostraron una concentración de azúcar en el sistema de Bill, lo que
indicaba una diabetes. Se cita al doctor Sadler argumentando que el coma de su
nieto no parecía haber sido inducido por barbitúricos.
Sadler relató al Tribuno que Bill estaba perturbado porque su novia, Sharon
Russakov, de 17 años, había decidido ir a la Universidad de Illinois, en Champaign,
en lugar de a la Universidad de Chicago. Sin embargo, la señorita Russakov había
comentado que Bill estaba de «un humor excelente» la noche antes, cuando la acom­
pañó a su casa desde la fiesta que se celebró la noche de Navidad en la casa de
los Sadler.
El 30 de diciembre, el Tribuno informó que Sharon negó ser la novia de Bill.
Era simplemente una amiga que había sido presentada a Bill por su hermana me­
nor en una fiesta del colegio. Los rumores de suicidio continuaron.

42
La segunda investigación fue retrasada hasta mayo. Estoy en deuda con el uran-
tiano Buddy Roogow por localizar el informe del coronel. Se realizó una autopsia
completa a petición del doctor Sadler. Sorprendentemente, no se encontró rastro
alguno de tumor cerebral. Había trazas de barbitúricos, pero en esa fecha tardía
era imposible determinar si habían sido la causa de la muerte.
Había consumido alcohol durante la fiesta que se celebró la noche anterior en
la casa de Sadler. A Bill le habían recetado pastillas para dormir, de las que abu­
saba. Se conjeturó que una combinación de alcohol y barbitúricos pudieron ha­
berlo matado. Pudo haber ingerido una dosis excesiva de forma accidental antes
de llegar a la casa de su abuelo.
Alrededor de las 4 de la tarde, después de la comida de Navidad, Bill contestó
una llamada de teléfono de una mujer llamada Joan. Respondió a la llamada sos­
teniendo una taza de café y se desmayó nada más colgar el auricular. No recobró
el conocimiento antes de morir 24 horas después en el hospital. Parece ser que
había sufrido pérdidas de conocimiento en diversas ocasiones. El doctor Sadler,
que se estaba recuperando de un reciente aúique al corazón, subió las escaleras
para acostarse, dando por supuesto que su nieto saldría del coma. No fue hasta
cuatro horas después, con Bill todavía inconsciente, cuando llamó a una ambu­
lancia. Los restos de barbitúricos en el cuerpo de Bill dieron pábulo al rumor del
suicidio, aunque no había ninguna evidencia de que una sobredosis de somnífe­
ros hubiera sido intencional. Todavía desconozco si fueron publicados los infor­
mes de la investigación final en algún periódico de Chicago.
En 1956, Bill II se casó con Florine Seres. En un documento al que tuve ac­
ceso, una miembro del Forum llamada Elsie Baumgartner afirmó que Florine ha­
bía sido primero novia de Bill III, y que ella tenía 19 años en esa época. No he po­
dido verificar tal afirmación. Varios veteranos me comentaron que Florine tenía
veintipocos años y que Bill II estaba entonces rondando la cincuentena. Bill II vivió
siete años más. Una apoplejía le impidió hablar. Mientras estaba rehabilitándose para
recuperar el habla, fue hospitalizado a causa de una cirrosis en el hígado. En 1963,
fue ingresado de nuevo en un hospital, esta vez por una embolia en ambas piernas.
Pocos meses después, un ataque al corazón acabó con su vida. Bill y Florine esta­
ban entonces viviendo en el 900 de North Lake Shore Drive. Murió en el Wesley Me­
morial Hospital, esperando su despertar en el primer mundo de estancia.
El doctor Sadler y Lena adoptaron a una hija. Emma Louise Christensen, co­
nocida por todo el mundo como Christy. Alta y delgada, con un carácter muy ale­
gre y una amplia sonrisa, Christy se convirtió en la ayuda más inestimable del doc­
tor. Como pudimos saber, desempeñó un papel crucial en la creación de los
documentos del LU. Fue dos veces presidente de la Fundación Urantia, y la única
persona, aparte del doctor Sadler, que recibió lo que la Fundación llamó el Brot-
herhood’s Van Avvard por su servicio a la causa.

43
Christy nació el 29 de enero de 1890, cerca de Mud Creek, en Gen Tovvnship,
Broun County, Dakota del Sur. Fue la sexta de los ocho hijos de Neis Christensen
y de Rosalía Thora Nana Bald. He sido incapaz de determinar su educación reli­
giosa, si es que tuvo alguna. Después de pasar dos años en la Extensión School
de la Universidad de Minnesota, en St. Paul, fue nombrada jefe de oficina del Di­
rector del Departamento de Divisas, en su oficina de Minneapolis. En 1922, se des­
plazó a Chicago como jefe de oficina del National Bank Examiner’s Office del Se-
venth Reserve District. Conservó este cargo durante 28 años hasta que se jubiló
en 1950.
Christy nunca se casó. Murió en Chicago el 2 de mayo de 1982, a los 92 años.
Un servicio religioso en su memoria en la Union League Club de Chicago, el 22
de mayo, fue dirigido por Meredith Sprunger y Vern Grimsley, con los que nos en­
contraremos de nuevo en el capítulo 18. En su discurso, Grimsley contó la siguiente
anécdota:

Mi recuerdo personal favorito de todos mis años de relación con Christy es el re­
cuerdo de su amistad. Y lo más conmovedor que recuerdo de todos estos años de
conocer y querer a Christy’ fue algo que me sucedió este último enero, cuando fui­
mos invitados a Chicago para celebrar su 92 cumpleaños. Todos nosotros pasamos
varios días en el 533 de Diversey, pero hay un momento muy especial que siempre
permanecerá grabado en mi memoria.
Christy y yo habíamos estado hablando durante varias horas en el piso tercero
del 533. Estaba a punto de salir para comprar algo en la tienda de ultramarinos...
Cogí el ascensor, cené la puerta exterior y después la puerta conedera interior y
cuando me disponía a apretar el botón para bajar al primer piso, repentinamente
oí un golpe. Entonces miré a través de la pequeña ventana cuadrada de cristal de
la puerta del ascensor y vi la cara de Christy con su nariz prácticamente aplastada
contra el cristal: estaba golpeando la puerta del ascensor con el puño y el bastón
que llevaba en la otra mano.
Mi primera reacción fue pensar: «Cielos, algo debe ir mal, quizá está sufriendo
un ataque cardíaco». Salí del ascensor tan rápidamente como pude y dije: «¿Qué ocu­
rre. Christy? ¿Te encuentras bien?» Ella me dijo: «Sí, pero quería darte otro abrazo
antes de irme». Y me dio un abrazo, y yo le di otro, y fue uno de los momentos más
preciosos, y de los recuerdos más bonitos, de toda mi vida, porque el mayor recuerdo
que guardo de Christy es el de aquellos veinte años de cálida y afectuosa amistad.
Y casi no puedo esperar para verla de nuevo otra vez y poder darle, y recibir, otro
buen abrazo.

Según el reverendo Sprunger, urantiano desde mediados de los años cincuenta


y amigo de Sadler, la señora Sadler tuvo un sueño en el cual fue infoimada por

44
un ser celestial que una joven llegaría a sus vidas y que debería ser contratada
como ayudante. Esto ocurrió en 1923, cuando Christy se estaba recuperando en
un hospital de un accidente sufrido en un taxi. Debía tener entonces unos 33 años.
Una historia algo diferente me contó un amigo urantiano de Bill Sadler Jr. Dijo
que Christy tenía por entonces veintimuchos años cuando se cayó en una acera
helada y se rompió una pierna, o quizá otro hueso. Los Sadler la cuidaron, le die­
ron atención médica y posteriormente la adoptaron. En cualquier caso, cuando mu­
rió era el último miembro de lo que se llamó la Comisión de Contacto; es decir,
todos los que estuvieron en contacto más cercano con el hombre utilizado por los
supermortales como «instrumento», a través del cual fueron transmitidos los do­
cumentos del LU, y todos los que fueron los máximos responsables de la edición
y publicación del LU.
No es fácil saber qué partes de la doctrina adventista conseno Sadler después
de abandonar la iglesia. Que conseno su creencia en el cristianismo como la me­
jor y verdadera de todas las religiones del mundo no cabe la menor duda. En Wony
and Nervousness (1914), en el capítulo «The Faitb and Prayer Cure», resaltó el va­
lor de la oración como agente terapéutico. «Es -escribió- la avenida por la cual la
mente enferma sale y entra la Mente Divina para reemplazarla.» Aunque eficaz en
cualquier contexto religioso, es más eficaz, escribe, cuando se combina con la fe
cristiana:

Estamos obligados a reconocer el valor terapéutico de la oración, sin importar a qué


sistema o creencia religiosa pueda estar asociada; pero hemos hablado de la ora­
ción en este texto asociándola a una parte del cristianismo practico. El autor con­
sidera que la oración es la principal curación para la mente, y que el cristianismo
es la forma principal y auténtica de psicoterapia. No puede haber cuestión alguna
acerca de que la religión cristiana posee poder, cuando se comprende adecuada­
mente y se experimenta con sinceiidad, tanto para prevenir como para curar nu­
merosas enfermedades mentales, dificultades morales y trastornos físicos. Tiene que
ser evidente para el lector que el miedo y la duda son productores de enfermeda­
des, mientras que la fe y la esperanza son dadoras de salud; y en la opinión del au­
tor. las mayores posibilidades de fe y el mayor poder de la esperanza se expresan
en la religión cristiana Las enseñanzas de Cristo son los mayores destructores co­
nocidos de la duda y de la desesperación.
Nadie puede apreciar con tanta claridad como un médico el asombroso porcentaje
de enfermedades y sufrimientos humanos cuyas raíces se pueden rastrear directa­
mente en la inmoralidad, la disipación y la ignorancia -en el pensamiento malsano
y en la vida impura. Ira aceptación sincera de los principios y de las enseñanzas de
Cristo con respecto a la vida de paz mental y a la alegría, la vida de pensamiento
generoso y vida pura, podría eliminar de una vez más de la mitad de los problemas,

45
enfermedades y sufrimientos de la raza humana. En otras palabras, más de la mi­
tad de las presentes aflicciones de la humanidad se podrían evitar gracias al inmenso
poder profiláctico de la religión cristiana. El cristianismo aplicado a nuestra moderna
civilización -juiciosamente aplicado, y no solamente creído o aceptado- podría pu­
rificar, elevar y vitalizamos tanto que la raza humana podría inmediatamente des­
tacar como un nuevo orden de seres, con un poder mental superior y una mayor
fuerza física. Sin tener en cuenta las recompensas de la religión cristiana, dejando
de lado toda discusión sobre la vida futura, merecería la pena para cualquier hom­
bre o mujer vivir la vida cristiana sólo por las recompensas físicas y mentales que
podría lograr aquí en este mundo presente. Quizá algún día el mundo despierte a
la realidad de reconocer que las enseñanzas de Cristo son potentes y poderosas he­
rramientas a la hora de prevenir y curar las enfermedades. Quizá algún día nues­
tros maravillosamente alardeados desarrollos científicos, en lo que concierne a la
mejora mental y moral, podrán ser efectivamente alcanzados por las enseñanzas de
la religión cristiana.

La fe, continúa diciendo Sadler, es mucho más que la simple creencia:

Creer en algo es aceptarlo simplemente por convencimiento propio; darse cuenta


de que no existe ningún hecho ni consideración lógica de cualquier clase que pueda
prevalecer contra ello. La fe implica la total aceptación a pesar incluso de conside­
raciones lógicas o factuales; su realidad puede ser reconocida, pero se ignora cohe­
rentemente cuando aparece en relación con el objeto de nuestra fe. La fe exige una
completa e incondicional rendición de todo el cuerpo, alma y espíritu ante la idea
o cosa en la que se cree. La fe, o necesidad, tiene que incluir además la idea de la
obediencia a todo lo que se acepta.
La creencia sólo requiere la cooperación de los poderes intelectuales, y una dis­
tribución imparcial de los afectos, sobre el ámbito completo de esos procesos men­
tales por la actividad por la que se consigue la creencia. La fe exige la consagración
de la mente al completo, la concentración de los afectos en la idea dada o en un
objeto preconcebido. La fe exige e implica un control profundo de las emociones;
la cooperación de las fuerzas espirituales por un lado y de las fuerzas físicas por
otro. El desarrollo más conocido de la fe se encuentra en la fe del cristianismo, que
representa la acción mental, el ejercicio moral y la fuerza espiritual más trascendente,
más poderosa e inclusiva conocidos por el hombre. La «Fe en Jesús» es un poder
sobrenatural -u n atributo divino, que no tiene que confundirse con nuestras discu­
siones de fe en el sentido psicológico.
Las religiones de los tiempos modernos se han visto en peligro inminente de
debilitarse y afeminarse. El mundo de hoy necesita del espíritu militante pero sa­
biamente dirigido de la primitiva religión cristiana. Tenemos que ejercitar más la fe
y manifestar más determinación en la persecución de los objetivos más nobles y más
elevados de la vida. La fe es una gran potencia motivadora, y cuando domina el alma,
es capaz de aprovechar la mente y controlar el cuerpo; es capaz de combatir la en­
fermedad y de aliviar el sufrimiento; sí, es capaz de vencer la tristeza y de estable­
cer la paz.

Sentimientos similares se expresan en muchos de los últimos libros de Sadler.


Éste es otro fragmento típico que aparece en Mental Mischief and Emotional Con-
flicts, escrito en 1947 cuando Sadler estaba trabajando intensamente en la reve­
lación de Urantia:

La fe sólo requiere la cooperación de los poderes intelectuales y una distribución


imparcial de los afectos, sobre el ámbito completo de aquellos procesos mentales
por la actividad por la que se consigue la fe. La fe exige la consagración de la mente
al completo, la concentración de los afectos en la idea dada o en un objeto pre­
concebido. La fe exige e implica un control profundo de las emociones; la coopera­
ción tanto de las fuerzas espirituales como de las fuerzas físicas. El desarrollo más
conocido de la fe se encuentra en la vida y enseñanzas de Jesús, que representan la
acción mental, el ejercicio moral, y la fuerza espiritual más trascendente, más po­
derosa e inclusiva conocidos por el hombre. La «Fe en Jesús» es un poder sobrena­
tural -un poder humano-divino-, que no tiene que confundirse con la fe que dis­
cutimos en un sentido puramente psicológico o teológico.
Las religiones de los tiempos modernos se han visto en un peligro inminente
de debilitarse y afeminarse. El mundo de hoy necesita del espíritu militante pero sa­
biamente dirigido del l lijo del Carpintero. Tenemos que ejercitar más la fe y mani­
festar más determinación en la persecución de los objetivos más nobles y más ele­
vados de la vida. La fe es una gran potencia motivadora, y cuando domina el alma,
es capaz de aprovechar la mente y controlar el cuerpo; es capaz de combatir la en­
fermedad y de aliviar el sufrimiento; sí, es capaz de vencer la tristeza y de estable­
cer la paz.

En un libro bastante anterior, The Physiology oíFaith and Fear (1912), Sad-
ler fue incluso más explícito al reconocer los elementos sobrenaturales de la fe
cristiana:

Se vuelve a llamar la atención del lector ante el hecho de que el autor está aquí
considerando el lado puramente psicológico de la religión. De nuevo renunciamos
a cualquier intención de discutir los elementos espirituales y milagrosos implicados
en la fe teológica. Aunque reconoce el hecho de que todas las religiones, cuando se
aceptan sinceramente y se creen devotamente, son capaces de influir profundamente

47
tanto en la mente como en el cuerpo; y aunque, en lo que respecta al cuerpo, apa­
rentemente no hay diferencia alguna sobre la rama de la religión que se acepte -cier­
tos efectos psicológicos son los mismos, modificados sólo por la intensidad de la fe
del paciente-, sin embargo, el autor por ningún motivo consiente en que el lector
crea que considera a la religión cristiana sólo una entre las muchas religiones igual­
mente buenas del pasado y del presente. En su creencia personal reconoce el su­
blime poder de la verdadera religión cristiana, no sólo para producir todos los de­
seables efectos psicológicos y fisiológicos que se han observado aquí, sino además
para provocar otras muchas manifestaciones espirituales igualmente maravillosas así
como poderosas transformaciones morales; y de esta forma, mientras continúa ob­
servando el hecho de que todas las formas de creencia religiosa ejercen un efecto
saludable en ciertas funciones corporales, el lector ya está advertido de no sacar la
conclusión de que el autor podría desvirtuar en lo más mínimo la creencia en el
cristianismo como la suprema y genuina religión -como una influencia sobrenatu­
ral diseñada a elevar a la humanidad en un sentido totalmente diferente, así como
adicional, por todos los diversos beneficios psíquicos y físicos observados anterior­
mente, y que al parecer resultan de la aceptación nominal de cualquier forma de
creencia religiosa.
Aunque desea poner de manifiesto al lector que cualquier tipo de creencia re­
ligiosa influye favorablemente en el estado psíquico y en las funciones físicas, el au­
tor desea enfatizar igualmente y poner de manifiesto que, por su propia fe. reconoce
en las enseñanzas de Jesucristo algo totalmente superior y diferente de las otras gran­
des religiones del mundo. El autor cree sinceramente que hay un elemento sobre­
natural distintivo y definido en la religión cristiana; pero como ese elemento sobre­
natural no se presta a la investigación científica ni a la investigación de laboratorio,
y como este trabajo está dedicado al estudio de la psicología y de la fisiología de la
fe y del miedo, está totalmente fuera de lugar seguir discutiendo ese tema en esta
obra. Se ha incluido este párrafo simplemente para evitar que cualquier lector cris­
tiano obtenga la impresión de que el autor no reconoce al cristianismo como la su­
prema creencia religiosa-como una energía espiritual y una fuerza sobrenatural. La
frase de Pablo todavía sigue siendo válida, en que «No conoció en la sabiduría tle
Dios el mundo a Dios».

Aunque Satller pudo haber modificado drásticamente así como haber abando­
nado muchos aspectos de las creencias de su juventud, nunca flaqueó en su con­
vicción de que Jesús era el mayor de todos los instructores espirituales, un punto
de vista que se observa en el LU, especialmente en su larga sección sobre Jesús.
Años después, al igual que su amigo John Kellogg, amplió mucho su fe para acep­
tar la teoría de la evolución, la antigüedad de la tierra y la edad del universo que
conocemos. Si asumimos que compartía las doctrinas del LU, llegó a rechazar mu­

48
chos de los milagros de la Biblia, como el nacimiento virginal de Jesús y su resu­
rrección corporal. Más significativamente, abandonó la doctrina de la Reparación.
Aunque perdió su fe en la hermana White como profeta inspirada por Dios, y dejó
de creer que los cristianos deberían volver a celebrar el sabbath como primer día
de la semana, conservó (como veremos en los últimos capítulos) muchas doctri­
nas adventistas.
Desconozco hasta qué punto la temprana amistad de Sadler con el doctor Ke­
llogg se enfrió a lo largo de los años. Algunas citas de Kellogg aparecen en los pri­
meros libros de Sadler. En Wony and Nervousness, por ejemplo, se reproduce un
extenso fragmento de uno de los escritos de Kellogg en el cual se habla de que la
vida en la ciudad induce al comportamiento neurótico más que la vida en el campo.
El libro incluye una ilustración de un paciente sentado en uno de los baños de
luz eléctrica de Kellogg (ver el siguiente capítulo): defendió los puntos de vista de
Kellogg de resaltar las grandes virtudes de la hidroterapia y de la electroterapia.
Un tema en el que estaban totalmente en desacuerdo Sadler y Kellogg era sobre
los peligros de la masturbación. Como veremos en el capítulo 3, Kellogg creía que
lo que él llamaba «auto-abuso» era físicamente perjudicial tanto para niños como
para adultos. En muchos de sus libros, sobre todo en PilotingModem Youth, Men­
tal Mischieí, Living a Sane Sex Life y The Theoiy and Practice o f Psycliiatry, Sad­
ler sostuvo que el único perjuicio de la masturbación resultaba de preocuparse
por sus supuestos efectos funestos.
En sus primeros libros Sadler aceptó la mayoría de los puntos de vista sobre la
salud de la hermana White y del doctor Kellogg, añadiendo de vez en cuando opi­
niones indecisas de su propia cosecha. La figura 5 reproduce una divertida ilus­
tración (página 127) del libro The Physiology o f Faith and Fear{ 1912). Representa
un experimento que Sadler afirmó haber sido realizado por primera vez en una
universidad del este de Estados Unidos, y que él personalmente repitió y contrastó.
Cuando el sujeto resolvía un problema aritmético, el flujo de sangre que se dirigía
a su cabeza inclinaba la tabla debajo de su cabeza. Cuando se concentraba en sus
pies, la sangre se dirigía a sus pies e ¡inclinaba la tabla al lado contrario!
En la página 423 del mismo libro, Sadler menciona una extraña lista con dos
clases de melodías. Las de la izquierda son melodías que encontró «estimulantes»
para sus pacientes. Las de la derecha son melodías que encontró «depresivas».

MÚSICA QUE ES GENERALMENTE MÚSICA QUE ES GENERALMENTE


TONIFICANTE Y ESTIMULANTE DEBILITANTE Y DEPRESIVA

Dixie Ben Bolt


America Oíd Black Joe
My Maryland Oíd Cabin Home

49
Rock of Ages Stand up for Jesús
Yankee-Doodle 1Jome, Sweet 1Jome
The Oíd Oaken Bucket John Brown’s Body
The Oíd Folks at Home My Jesús, I Ix>ve Thee
My Oíd Kentucky Home Jesús. Saviour, Pilot Me
Jesús, Lover of My Soul I would not Live Always
Nearer, My God. to Thee We are Tenting To-night
Listen to the Mocking-Bird The Star Spangled Banner
Onward, Christian Soldiers Depths of Mercy can Ever Be
Blest be the Tie thal Binds Do They Think of Me at Home?
All Hail the Power of Jesus’Náme Jesús, I My Cross have Taken
The Mighty Fortress of Our God Behold, a Stranger al the Door

Sadler todavía seguía en activo cuando, cerca de los 94 años, murió en Chicago
el 26 de abril de 1969. Unos pocos años antes, había perdido un ojo y llevaba uno
de cristal. Su esquela aparecida en el Chicago Tribuno mencionó su predicción,
de 1917. de que algún día los trasplantes de órganos humanos serían habituales.
En lugar de flores, a los acompañantes al duelo se les pidió que hicieran una do­
nación a la Fundación Urantia.

50
III
El doctor John Kellogg

Hasta que su iglesia le expulsó en 1907, John Harvev Kellogg (1852-1943) era el
adventista del Séptimo Día más conocido de América. Como hemos visto, era amigo
de Sadler, así como su benefactor y primer jefe. Tanto Sadler como Wilfred Ke­
llogg se casaron con las sobrinas del doctor Kellogg, que a su vez eran herma­
nas. Muchos de los puntos de vista heréticos de John Kellogg se pueden rastrear
en el LU.
El doctor Kellogg nació en 1852 en Tvrone Tovvnship, Livingston County, Mi­
chigan. Su padre, John Preston Kellogg, primero fue baptista, luego pastor de la
Iglesia Congregacional y finalmente adventista del Séptimo Día. Enemigo acérrimo
de los medicamentos y defensor de los remedios «naturales», John Preston fue el
primero en apoyar los puntos de vista sobre salud de Ellen White y de su marido
James. Durante la etapa abolicionista, John Preston ocultaba en su granja a los es­
clavos que se habían escapado. Era el propietario de una fábrica de escobas, que
trasladaría posteriormente a Battle Creek, por entonces la sede central de los ad­
ventistas. De niños, tanto John como su hermano menor William Keith trabajaron
en la fábrica. John Preston tuvo 16 hijos.
Después de una escasa educación formal (en esa época los adventistas no so­
lían poner demasiado interés en la educación de los niños porque creían que el
Segundo Advenimiento estaba próximo), John comenzó a estudiar magisterio en
el Michigan State Normal College (después Eastern Michigan University), pero su
Iglesia le pidió que estudiara medicina. Bajo el liderazgo de la señora White y su
marido, los adventistas ponían mucho énfasis en la curación natural. Recomen­
daban una dieta sin carne, como la supuesta dieta de Adán y Eva. El alcohol y el

51
tabaco estaban prohibidos, así como el té, el café y las especias fuertes. La her­
mana White escribió un libro tras otro sobre dieta y salud, resaltando la impor­
tancia del descanso, del ejercicio, de la luz del sol, del aire fresco, de la ropa lim­
pia y, por supuesto, de la oración. «Las drogas venenosas» estaban también
prohibidas, excepto en el caso de remedios naturales como hierbas y raíces.
En esa época, la hidroterapia, llamada comúnmente «la cura de agua», se ha­
bía convertido en una moda que arrasaba Europa y América. Más de doscientas
estaciones termales aparecieron sólo en los Estados Unidos, la mayoría de ellas
en Nueva Inglaterra, junto con una avalancha de libros y de publicaciones perió­
dicas que fomentaban esa locura. Ese tratamiento también formó parte de las me­
didas de salud adventistas. La hermana White era tan entusiasta de los poderes
curativos del agua que durante varios años personalmente daba curas de agua a
los miembros enfermos de la iglesia.'1
John trabajaba como tipógrafo en la imprenta Review and Herald de la iglesia,
en Battle Creek, cuando decidió estudiar medicina. Su primera acción en esa di­
rección fue de poca importancia. En ese momento uno de los mayores defenso­
res de la cura de agua era el doctor Russell Thatcher Trall, autor de The Hydro-
pathic Encyclopedia (1852). Editaba The Water-Cure Journal y dirigía una pequeña
e inútil escuela médica llamada The Hygieo-Therapeutic College. en Florence
Heights, New Jersey. Lorenzo Fowler, un famoso frenólogo, se encontraba entre los
profesores. Posteriormente, los hermanos Fowler se encargaron de la publicación
del The Water-Cure Journal. La hermana White al principio consideraba la freno­
logía como una obra de Satán, pero finalmente decidió que era una auténtica cien­
cia, sobre todo después de las lecturas convincentes que fueron hechas sobre los
chichones de las cabezas de sus dos hijos. Sus primeros escritos contenían mu­
chas referencias favorables a la frenología. En A Solemn Appeal. por ejemplo, ha­
bla frecuentemente de «amatoriedad», término empleado sólo por los frenólogos.4

4. El peligro de depender exclusivamente de las curas naturales o de otras formas de medicina alterna­
tiva estriba en que nos podemos morir como resultado de ello. La gran popularidad de las curas de agua
provocó muchas tragedias de este tipo. Citaré sólo una. A John Roebling, el ingeniero que diseñó el puente
de Brooklvn, le amputaron una pierna después de sufrir un accidente mientras vigilaba la construcción
de los pilares del puente. Su fe en la hidroterapia era tan fuerte que rechazó el tratamiento médico. Poco
tiempo después moría a consecuencia de un tétanos que se podía haber evitado. (Estoy en deuda con
Charies Hruska por haberme llamado la atención sobre este punto.) Más detalles de esta historia se ofre­
cen en el libro de David McCullough The Great Brídge (1983).

52
John asistió a la lamentable Universidad de Trall durante cinco meses antes de
darse cuenta de que no estaba aprendiendo nada. Su hermanastro Merritt Gard-
ner Kellogg (su padre se casó dos veces) también asistía a la Universidad de Trall
junto con los dos hijos de la señora White. Merritt también se convirtió en un mé­
dico adventista, aunque hasta lo que puedo saber su único título de médico fue
obtenido en Trall. Después de que su primera mujer, diez años mayor que él. mu­
riera, se casó con una mujer de origen irlandés y australiano de 21 años ¡42 años
más joven que él! Merritt continuó siendo un leal adventista hasta su muerte, que
tuvo lugar en California en 1921.
Deseoso de una enseñanza médica de más renombre y calidad, y animado por
los White, John se matriculó en el College of Medicine de la Universidad de Mi­
chigan. De allí pasó al Bellevue Hospital Medical School, en Manhattan, donde fi­
nalmente obtuvo un título legítimo en 1875.
Los adventistas habían fundado anteriormente el Western Health Reform Ins-
titute, en Battle Creek. En 1876, John, que entonces tenía 24 años, fue nombrado
director. El año siguiente cambió el nombre del instituto por el de Battle Creek
Sanitarium, acuñando el término «sanitarium» al alterar levemente la palabra «sa-
nitorium» (sanatorio). Durante 67 años, hasta su muerte acaecida en 1943, siguió
siendo el director y cirujano jefe del sanatorio. En 1931. fundó un centro similar
en Miami, Florida, donde le gustaba pasar los inviernos, l^a armada de los Esta­
dos Unidos adquirió el Miami Sanitarium en 1943.
El sanitarium de Battle Creek, popularmente conocido como «El San», se con­
virtió en el centro de salud más famoso del país. Se pueden rellenar varias pá­
ginas sólo con los nombres de los personajes famosos que fueron tratados allí.
Entre ellos se incluyen hombres de negocios como los Rockefeller, Ford y Du
Pont; J.C. Penney, Montgomery Ward, S.S. Kresge, Harrv Sinclair, y cientos de per­
sonajes famosos más. La realeza europea acudía frecuentemente al San. George
Bernard Shaw, Thomas Edison y el presidente William Taft se encontraban en­
tre los más entusiastas defensores del doctor. El doctor Kellogg (de ahora en ade-

E1 libro Rise and Progress oí Hydrotherapy (1906) de Richard Metcalté es un detallado relato de esa
locura colectiva por la cura mediante el agua. Para una relación escrupulosamente documentada de las
prácticas sanitarias de los adventistas y del papel dirigente de la hermana White, consúltese el excelente
libro de Ronald Numbers Prophetess oí Health: .4 Study oí Pilen G. White (1976). Sobre la historia de
la hidroterapia en los Estadas Unidos, véase The Great American Water-Cure Craze, de 1tarry Weiss y
Howard Kemble (1967). y Wash and Be Healed. de Susan Caylett (1987).

53
(ante con «doctor Kellogg» me referiré sólo a John Harvey. no a su hermanastro
Merrill) se volvió mucho más popular que la hermana VV'hite.
El doctor Kellogg tenía 45 años cuando se casó en el año 1887 con una de
sus empleadas. Ella E. Eaton. Se había graduado en la Alfred Universily, y luego
en una Universidad Baptista del Séptimo Día en Nueva York. Aunque la cere­
monia del matrimonio fue adventista del Séptimo Día, Ella siguió siendo durante
toda su vida baptista del Séptimo Día. Por razones desconocidas, los Kellogg no
pudieron tener hijos, pero criaron a cuarenta y dos huérfanos o jóvenes desam­
parados, de los cuales algo menos de una docena fueron legalmente adoptados.
La carga de cuidar de ellos recayó principalmente en Ella, que murió en 1920
a los 67 años.
De las diversas biografías sobre el doctor Kellogg, la mejor y la más fiable es
John fíaivey Kellogg. M.D., de Richard W. Schvvarz, un historiador adventista. No
haré ningún intento de resumir la desconcertante variedad de escuelas y otras or­
ganizaciones cine fundó y dirigió el doctor Kellogg durante su larga carrera. La más
importante fue The American Medical Missionary College. en Chicago, que en 1910
se fusionó con la Universily of Illinois Medical School.
El doctor Kellogg se convirtió en un cirujano famoso en todo el mundo. Hacía
frecuentes viajes al extranjero para estudiar las últimas técnicas, y se dice que rea­
lizó más de 22.000 operaciones, un tercio de ellas aproximadamente en pacien­
tes sin recursos. Es siempre difícil para los legos en la materia valorar el conoci­
miento y destreza de un cirujano. Por lo que yo sé, el doctor era un excelente
cirujano. Aparte de esto, sin embargo, es imposible no reconocer que era un chi­
flado divertido y pintoresco. Compartía a pie ¡tintillas los puntos de vista natura­
les sobre la salud de la hermana WTiile. Al igual que ella defendía la prohibición
del consumo de ciertos productos. Escribió un libro, Tobaccoism (1923), sobre los
peligros de fumar. Por supuesto, estaba en lo cierto en lo que respecta al tabaco
e incluso mencionaba el cáncer de pulmón como uno de sus terribles efectos.
Cuando le ofrecían un cigarro, le gustaba aceptarlo solemnemente, lo encendía y
luego lo sumergía en un vaso de agua.
El doctor Kellogg, un vegetariano más estricto que la mayoría de sus hermanos
de iglesia, nunca comía carne, ni huevos. Era particularmente contrario a los en­
curtidos y a las ostras.

Si el amante de las ostras mirara con un microscopio el jugo de estos animales que
traga con tanta complacencia, dudaría antes de deslizar el asqueroso bocado por
su garganta. La ostra es un carroñero; come gérmenes. Su cuerpo está cubierto y
repleto de bacterias de diversas clases, y en el asqueroso jugo en el cual está in­
merso viven serpenteantes gérmenes de diversas descripciones. (The N ew Dietetics.
pág. 390)

54
Los encurtidos son insanos no sólo por ser totalmente indigestos sino porque el ácido
acético (vinagre) con el que están saturados es un veneno para el estómago, pues
interrumpe la acción de la saliva y provoca úlceras gástricas y esclerosis del hígado.
(The N ew D ietética pág. 471)

Kellogg también consideraba que el helado era malo para la salud. Fin The Mi-
racle oí Life (538) lo llamó «preparación antinatural» que congela el estómago, in-
terrumpe la digestión y «provoca la fermentación y descomposición» del alimento
ya ingerido.
El doctor Kellogg no tomaba café, ni té, refrescos de colas o cacao, ni se servía
de condimentos para sazonar las comidas. En una entrevista realizada en 1907,
alardeaba de no haber utilizado la sal durante treinta y cinco años, y de que sus
comidas consistían exclusivamente en pan, patatas y frutas frescas. El ruibarbo y
las espinacas no eran buenos debido al ácido oxálico. Creía, al igual que la her­
mana White, que había que tomar sólo dos comidas al día.
Durante varios años el doctor se opuso a la leche y al queso, aunque después
aceptó la leche cruda, prefiriéndola a la pasteurizada. Era un entusiasta del yogur,
por dudosas razones que veremos en un momento. Los caramelos y los postres
dulces también tenían que evitarse. Para postre le gustaba aplastar un plátano y
verter el zumo de un limón sobre él. Mientras era un estudiante en Bellevue, vivió
a base de manzanas y de galletas crackers, con un bol ocasional de harina de avena
y una patata que asaba en la chimenea de su habitación. Las opiniones sobre die­
tética del doctor se pueden leer con todo detalle en varios de sus libros, sobre lodo
The Itineran>ofa Breakfast (1918), The Natural Diet o í Man (1923) y The New Die-
tetics (1921).
¿Cómo se pueden eliminar del rostro esas antiestéticas manchas marrones? Ke­
llogg nos da la respuesta en la página 546 de The Mirarte o f Life: «Los intestinos
tienen que ser regulados mediante una dieta adecuada, ejercicio y unas simples me­
didas hidroterapéuticas, como por ejemplo baños fríos, baños de asiento tríos (unos
20° C durante quince minutos diariamente antes de desayunar) y una faja húmeda».
Como firme creyente en las curas de agua, el doctor Kellogg escribió un libro
en dos volúmenes, Rational Hydrotherapy {1900), en el que ensalzaba los grandes
poderes curativos del agua fría, caliente y tibia para el tratamiento de cientos de
enfermedades. Uses o f Water (1876) fue uno de sus libros más populares escritos
sobre este tema.
Aunque el doctor Kellogg constantemente advierte a sus lectores sobre las ex­
travagantes afirmaciones de las curas de agua por parte de los «curanderos», él
mismo realiza afirmaciones sumamente extravagantes. En Uses o f Water escribe
sobre el «paquete de sábanas húmedas» (una sábana húmeda enrollada alrededor
del cuerpo):
Las aplicaciones del paquete para tratar enfermedades son numerosas. En casi to­
das las enfermedades graves acompañadas por una molestia febril general, y en prác­
ticamente todas las enfermedades crónicas, es un remedio sumamente útil si se rea­
liza correctamente. Es un tratamiento admirable para el nerviosismo, enfermedades
de la piel e irritaciones de las mucosas. El paquete caliente es un remedio mucho
más eficaz para el tratamiento de enfermedades infantiles que todos los medicamentos
en materia médica, como muchos médicos lian demostrado.

Esto es lo que tiene que decir acerca del baño de asiento, que consiste en ba­
ñarse en posición sentada con el agua cubriendo las caderas:

El baño de asiento es útil p¿ira las congestiones crónicas de las visceras abdomina­
les y pélvicas, para la dianea, hemorroides, disentería, estreñimiento, enfermedades
del útero y enfermedades urinarias. Asimismo, contra las enfermedades femeninas
es un remedio indispensable. También es muy valioso en diversas afecciones ner­
viosas. especialmente en las que afectan al cerebro.

El baño de pies, como se nos informa, es útil en el «tratamiento de dolores de


cabeza, neuralgia, dolores de muelas, caíanos, congestión de órganos abdomina­
les y pélvicos, resfriados y pies fríos». ¡Es bueno saber que el agua caliente ayuda
a los pies fríos! Una toalla húmeda enrollada alrededor de la cintura «es un re­
medio muy eficaz contra el estreñimiento, diarrea crónica y la mayoría de los de­
más trastornos intestinales. Es igualmente valioso en la dispepsia, hígado aletar­
gado, bazo ensanchado y trastornos uterinos».
El baño de cabeza (descansar la parte posterior de la cabeza en agua fría poco
profunda) es un «remedio eficaz muy rápido» para la «histeria, epilepsia, apoplejía,
insolación, manías agudas, deliriun tremens y congestiones cerebrales de cualquier
causa». Prescindo a los lectores de los comentarios del doctor sobre los baños de
nariz, oído y ojos.
Los efectos curativos de la electricidad, expone el doctor Kellogg en Uses o f
Water, se incrementan cuando se combinan con el agua porque el agua es un
excelente conductor de la corriente eléctrica. Por ejemplo, se aplica una placa
de metal a una parte del cuerpo, por ejemplo a los pies, y se une mediante un
polo a una batería galvánica. El otro polo va unido a un cable fijado a una es­
ponja que se aplica a la parte enferma del cuerpo mientras el paciente se sienta
en el agua. «Este baño es aplicable a una gran variedad de procesos», escribe el
doctor Kellogg. «La electricidad es reconocida como un potente agente curativo;
pero su uso requiere aparatos costosos.» Como los «curanderos y charlatanes»
abusan de los baños eléctricos, no deberían «ser empleados por personas no cua­
lificadas.»

56
Rational Hydrotherapy del doctor Kellogg es uno de los grandes clásicos del
curanderismo médico. Hay que leerlo para creerlo. Mi ejemplar es una tercera
edición revisada (1906) en un único volumen de ocho centímetros de ancho y
de 1.217 páginas, que pesa alrededor de 3 kilos. Tiene 278 ilustraciones, algu­
nas a todo color. Trata de cada enfermedad conocida por el hombre, con ins­
trucciones específicas para la cura de agua que mejor se adapte a cada enfer­
medad. En su prefacio, Kellogg declara que comenzó su estudio de las curas de
agua en 1883, y que realizó cientos de experimentos con la ayuda de numero­
sos instrumentos, algunos de los cuales él mismo había inventado.

El agua, aplicada externa o internamente, y a las temperaturas que se precise, es un


agente que coopera mejor que ningún otro con los poderes curativos del cuerpo para
resistir la aparición y el desarrollo de procesos patológicos. No hay otro remedio me­
diante el cual los movimientos de la sangre y la provisión sanguínea, tanto general
como local, y de hecho cada forma de actividad vital, puedan ser tan fácilmente con­
trolados como por aplicaciones hídricas.

Kellogg define una «ducha» como un solo o múltiples chorros de agua dirigi­
dos a alguna parte del cuerpo. Se explican más de 30 clases diferentes de duchas,
así como sus efectos sobre varias enfermedades y dolencias. La «fricción fría» es
un término utilizado por Kellogg que combina las aplicaciones de agua fría con
un frotamiento vigoroso. Creía que las plantas de los pies estaban conectadas por
nervios a los intestinos, a los genitales y al cerebro. «Una ducha breve y muy fría
en los pies -escribió en un pasaje típico entre cientos de otros iguales-, «combi­
nada con una fuerte presión, dilata las vesículas del útero, y por tanto es útil en
los casos de amenorrea.» Como la inmersión de las manos en agua fría contrae
los vasos sanguíneos del cerebro y de la nariz, es útil para combatir la «hiperemia
cerebral». Y así sucesivamente durante mil páginas de disparates increíbles.
El doctor Kellogg también creía firmemente en el poder curativo de las luces
eléctricas. Una de sus muchas invenciones rentables fue el «gabinete de baño de
luz eléctrica» en el que uno se sentaba o estaba de pie, desnudo por supuesto,
para ser bañado por todas parles por la luz de fuertes bombillas. Kellogg presentó
esta máquina en la Feria Mundial de Chicago de 1893, pero por alguna razón fue
más popular en Europa que en Estados Unidos. Inventó una silla de luz eléctrica
para iluminar la columna vertebral y un baño para pies de luz eléctrica. También
pudo haber sido el inventor de la manta eléctrica. En cualquier caso, siempre era
el primero en hacerlos y venderlos.
Entre las docenas de otras invenciones del doctor, muchas de las cuales pa­
tentó, se encontraba un caballo mecánico para hacer ejercicio en casa, una silla
vibradora, una mesa en la que uno se inclinaba hacia delante y hacia atrás ocho

57
veces por minuto, y un cilindro que giraba rápidamente para masajear ciertas par­
tes del cuerpo. Su invención más extraña fue un largo tubo de lona. Este tubo iba
desde una ventana abierta a una pequeña tienda de lona que se instalaba sobre
la cabeza, para que, en las noches de invierno, el durmiente pudiera respirar aire
fresco sin que la habitación se enfriara demasiado.
El doctor Kellogg también fue un autor más prolífico que su amigo Sadler.
Escribió más de cincuenta libros, tanto divulgativos como técnicos, y cientos de
artículos para revistas de tirada masiva y revistas médicas. Además, editó nu­
merosos periódicos. El más importante fue un periódico adventista llamado ori­
ginalmente The Health Reformen editado por el marido de Ellen White. Cuando
el doctor Kellogg se hizo cargo de él, le cambió el nombre por el de Goocl He­
alth Magazine. Durante 65 años lo editó con la ayuda de su esposa y de otras
personas. Ella también encontró tiempo, además de para educar a 42 hijos adop­
tivos, para escribir varios libros de salud. Otra de las publicaciones editadas por
el doctor Kellogg fue The American Health Temperante Quaterlv, así como dos
publicaciones técnicas, BacteriológicaI World y The Bulletin oí the B¿ittle Creck
Sanitarium.
Al igual que Sadler, el doctor Kellogg era pequeño de estatura (1,62 m) y sus
socios le llamaban frecuentemente «el pequeño doctor». Era un hombre de ener­
gía incansable y de incontenible optimismo. En sus años de vejez disfrutó de la
práctica del golf. Se dice que después de golpear la bola corría detrás de ella mien­
tras todavía estaba en el aíre. Entre sus aficiones se encontraba tocar el piano y
el violín. Podía leer en varios idiomas y escribir en una especie de taquigrafía que
él mismo había inventado.
Dispongo de espacio sólo para mencionar algunas de las opiniones más con­
trovertidas del doctor Kellogg. Era contrario a las camas blandas. Durante un ve­
rano durmió sobre el duro suelo pensando que así corregiría su tendencia a car­
garse de hombros. Era contrarío a la aspirina, pues estaba firmemente convencido
de que el dolor era una advertencia de Dios para que abandonáramos los hábi­
tos malsanos que lo causaban. Era contrarío a las vacunas, y rehusó ser vacuo ¿ido
contra la viruela aunque la hermana White no lo hiciera. Recomendaba un baño
frío cada mañana y un cambio diario de ropa interior. Una vez a la semana, creía,
hay que beber un vaso de agua cada hora durante todo el día para eliminar los
venenos acumulados en el interior del cuerpo.
La más desafortunada incursión del doctor en la medicina alternativa era su
entusiasmo por la higiene del colon. Elie Metchnikoff, un químico ruso, fue el ini­
ciador de esta moda al afirmar que la «autointoxicación» era una enfermedad de­
bilitante causada por los residuos tóxicos del intestino inferior. Esta opinión fue
adoptada en Francia por el físico Charles Bouchard. En Inglaterra, Sir Arbuthnot
Lañe inició la práctica de curar a los pacientes de una supuesta autointoxicación

58
eliminando partes del colon, práctica que Un o su máximo apogeo en América y
en otros lugares del mundo alrededor de 1915. El doctor Kellogg escribió dos li­
bros sobre esa locura colectiva: Colon líygiene (1912) y Autointoxication (1918). Uno
de los períodos más vergonzosos de su vida fue cuando intentó curar la au-
tointoxicación eliminando grandes secciones del colon inferior, práctica que pro­
vocó serias dudas acerca de la pericia del doctor como cirujano.
Mucho después de que desapareciera la manía del colon, el doctor continuaba
echando la culpa a un colon tóxico de la aparición de numerosas enfermeda­
des, como senilidad, granos, resfriados e incluso la caída de los dientes, entre
muchas más. Consideraba el estreñimiento como una de las causas más comu­
nes de intoxicación, «la obstrucción más destructiva que jamás se ha opuesto al
progreso humano». Cuanto más rápido atraviesen el cuerpo los desperdicios, me­
jor. Tener sólo un movimiento intestinal al día da lugar a un «estreñimiento en
grado pronunciado».

Hay que acostumbrar al intestino a funcionar tres veces al día. Después del desa­
yuno. después de la comida y antes de acostarse son los momentos en que los re­
siduos están dispuestos a ser expulsados. Si tiene lugar un movimiento adicional
antes de desayunar, mucho mejor.

Para facilitar los movimientos intestinales, hay que seguir una dieta adecuada
sin carne, con gran cantidad de fibra, ejercicio moderado y una dosis de aceite de
parafina para lubricar los intestinos. Además, en lugar de sentarse derecho sobre
un retrete alto, siempre se debería adoptar una posición de cuclillas. Kellogg ase­
guraba a sus lectores que si se adoptaran todas esas prácticas, ¡ya no habría olo­
res desagradables en el cuarto de baño! La afición del doctor al yogur radicaba en
su creencia de que introducía unas bacterias benignas en el colon que combatían
a las bacterias tóxicas.
El libro divulgativo del doctor Kellogg The Itinerary oía Breakfast (1918) apa­
rentemente describe el viaje de un desayuno desde la boca hada el ano, pero
en realidad es otro tratado de los males de la autointoxicación. Como escribe
en su prefacio, es «la más universal de todas las enfermcd¿ides, y la fuente de
autointoxicación es el colon con su masa hirviente de residuos de alimentos en
putrefacción». Uno de los principales propósitos del libro, continúa, es combatir
el mito de que un movimiento intestinal al día es suficiente. «Los residuos y des­
perdicios alimenticios deberían ser evacuados al menos tres veces al día, o des­
pués de cada comida.» La mayoría de las personas son como «los pobres perros
domesticados». «Pagan por esta siniestra educación un precio infinito, no sólo
en miseria e ineficacia, sino también en enfermedades mortales y en una vida
más corta.»

59
Toda la parte civilizada de la raza humana ha sido domesticada. La madre o la ni­
ñera comienza a enseñar al niño pequeño a controlar sus intestinos, lo que signi­
fica frustrar el proceso automático por el cual los desperdicios se expulsan normal­
mente del cuerpo, y cuando el niño tiene dos años, ya se puede considerar
domesticado y por tanto estreñido. A este respecto el pequeño perro de la casa
aprende más rápido que el niño humano.
Un colon domesticado es un colon dañado. El natural proceso automático de
expulsar los residuos corporales exige una rápida respuesta a la «llamada» a la eva­
cuación. Tan pronto como el colon pélvico, la puerta de expulsión, se llena y se pre­
para para la acción, se experimenta un deseo de evacuar. Cuando las materias fe­
cales comienzan a pasar al recto, el deseo se vuelve tan pronunciado que es preciso
resistir firmemente para evitar la evacuación inmediata. Al cabo de un tiempo el de­
seo desaparece, pero los desechos fecales permanecen acumulados en el recto. La
«llamada» se ha perdido. Puede volver posteriormente porque el recto sigue estando
distendido por el avance hacia él desde el colon pélvico de materiales de desecho
adicionales. Esta «llamada» también puede resistirse, y por tanto el recto se distiende
hasta tal punto que ya no avisará de la entrada de heces incluso cuando haya sido
artificialmente vaciado. En otras palabras, la «llamada» se pierde para siempre y el
recto se paraliza.
Miles de sufridores de estreñimiento nunca tienen el deseo de evacuar excepto
cuando toman laxantes.
Cuando se pierde la llamada, ya no se siente ninguna advertencia del estado del
colon y puede ocurrir que se acumulen materiales de desecho en un grado asom­
broso. Una o dos veces a la semana, quizá, se toma una dosis de sales o de algún
otro purgante para hacer una limpieza general y el resto del tiempo los residuos su­
cios y putrefactos llenan y distienden el colon y causan lesiones que en muchos ca­
sos no pueden ser curadas.
Las personas semicivilizadas y los salvajes tienen una ajustada interpretación de
la importancia de una rápida atención de las demandas automáticas del cuerpo. Un
misionero médico que había pasado varios años en Arabia contó al escritor que una
objeción que planteaba la tribu Arab para vivir en Aden era la necesidad de buscar
un lugar adecuado para la evacuación conforme a la ley.
Hay que desarrollar una nueva y sensible conciencia del colon entre las per­
sonas civilizadas si hay que salvar al mundo de los efectos destructores del alma,
del cuerpo e incluso de la raza del estreñimiento universal y de la autointoxicación
mundial.
La idea umversalmente extendida de que un movimiento intestinal diario es su­
ficiente es prueba de la extensión universal del estreñimiento. Un movimiento in­
testinal al día significa estreñimiento en un grado pronunciado. El examen con ra-
yos-X después de una comida copiosa muestra que las personas cuyos intestinos se
mueven una vez al día están llevando Constantemente en sus cólones los residuos
putrefactos de cinco a diez comidas o incluso muchas más. El colon nunca se va­
cía después de cada movimiento, y la toxemia se presenta y con frecuencia se evi­
dencia por una lengua sucia, aliento fétido, dolor de cabeza, depresión y otras indi­
caciones usualmente presentes.
Un movimiento intestinal al día es un estreñimiento muy acusado. (Págs. 91-93)

La incapacidad de mover los intestinos tres veces al día era considerada por el
doctor Kellogg como una de las principales causas del cáncer de colon. En lo que
concierne al cáncer de estómago, sospechaba (The New Dietetics, pagina 908) que
estaba causado por el hecho de que las esposas servían el café primero al marido,
y por tanto el pobre hombre lo bebía a una temperatura muy elevada.
Incluso las enfermedades oculares podían tener su origen en esos hábitos in­
correctos de los intestinos. Cito de The New Dietetics (páginas 925-926):

Una joven de dieciocho años descubrió que su vista le fallaba. El examen realizado
por un oftalmólogo reveló que la acomodación del ojo de la joven estaba tan dete­
riorada que tenía que llevar gafas como las que generalmente llevan las personas
de cincuenta años. Por medio de un cambio de régimen alimenticio y de la mejora
de la acción intestinal, como he recomendado en este trabajo, la anormalidad de­
sapareció en unas pocas semanas y sus ojos volvieron a ser jóvenes de nuevo.
Un profesor universitario de cincuenta años, que llevaba gafas adaptadas a la
presbicia propia de su edad, después de seguir durante varios meses el régimen re­
comendado en estas páginas, descubrió que sus ojos mejoraban en tal grado que
tenía la misma clase de acomodación que una persona normal ele unos treinta y
cinco años.
A la vista de los hechos anteriores, es evidente que el ojo es muy sensible a las
condiciones que pueden provenir de errores en la dieta, en particular la toxemia in­
testinal. Por tanto, en las afecciones agudas y crónicas del ojo hay que prestar toda
la atención a la eliminación de residuos alimenticios con la ayuda de una dieta la­
xante. y esta dieta debería ser estrictamente antitóxica Ui flora intestinal debería
modificarse por medio de la eficaz aplicación de un régimen de frutas con lactosa
o lactodextrina, y este régimen debería repetirse de vez en cuando siempre que las
heces muestren alguna traza de putrefacción.

En el artículo «The Cause of Colds». aparecido en su Good Health Magazine


(enero, 1913), Kellogg mencionó la autointoxicación como la causa más común de
los resfriados, y como causa siguiente enumeró la sobreingesta (especialmente de
alimentos de carne). En la carne pululan bacterias dañinas, advertía, «capaces de
producir males infinitos cuando toman posesión del intestino». En otro lugar lo

61
describió más vividamente: «Cada jugoso bocado de carne está prácticamente vivo
y está plagado de microorganismos idénticos a los que se encuentran en una rata
muerta en el armario o en el esqueleto putrefacto de una vaca». (Encontré esta
cita en el capítulo «Muscular Vegetarianism» del excelente libro de James VVhor-
ton Cwsaders For Fitncss: The History o í Amanean Health Reíormers, Princeton
l/niversity Press, 1982.) Entre otras causas de los resfriados menciona el calor ar­
tificial. la fatiga, el alcohol, el tabaco, el té. el café, la ropa pesada y los imperme­
ables de caucho que «tienden a retener la transpiración del cuerpo y, por tanto,
reducen el vigor de la piel, preparando el camino para los resfriados».
¿Cuál es entonces la mejor forma de evitar los resfriados para una persona sus­
ceptible a contraerlos? Kellogg responde a esta pregunta en The Miracle oí Ufe
(página 553): «Se debe tomar un baño cada mañana, seguido de un vigoroso fro­
tamiento y ejercicio al aire libre durante media hora».
En su The New Dietetics (páginas 413-416), Kellogg describe prácticamente to­
das las enfermedades conocidas por el hombre, y afirma que en parte son causa­
das por comer carne y que se pueden aliviar si se sigue una dieta vegetariana. La
lista incluye las enfermedades renales, artritis, cirrosis del hígado, piedras en la ve­
sícula, cáncer, prostatitis, tuberculosis, asma, apendicitis, trastornos de la pies, mi­
graña, epilepsia y muchas otras más.
Kellogg estaba tan horrorizado ante la costumbre de comer carne de cerdo que
escribió un folleto titulado Pork: ü r the Dangers oíPork Eating Exposed (Good
Health Publishing Company, 1897). La retórica del doctor es tan increíble que me
siento obligado a citar estos párrafos:

Piénsese en ese objeto dentro de un sucio lodazal. Al principio, no se distingue nada


excepto un montón de lodo negro y asqueroso. ¡La sucia masa se mueve! Pensamos
que es un reptil, una tortuga, algún monstruo grosero, que se muestra en su sucie­
dad estigia. ¡Un gruñido! El misterio se desvela. El sonido delata a un cerdo. Apar­
tas la cara y te alejas de allí apresuradamente, enfermo de disgusto. Detente, amigo,
admira tu sabroso jamón, tu ahumado, tu tripa, tu salchicha apetitosa en su nativo
elemento. Una primorosa bestia ¿no es así?
Mira dentro de esa pocilga, amigo comedor de cerdos. ¿Lo habías hecho antes?
¿O prefieres que te disculpemos? Probablemente: pero te mostraremos una docena
de cosas que no habías observado antes. Mira la satisfecha bestia que está repo­
sando tranquila sobre la inmensa suciedad de sus propios excrementos. Parece sen­
tirse como en su casa, ¿no lo crees? Mira con un poco más de detenimiento y ob­
serva su piel. ¿Es suave y saludable? No exactamente. Está tan oscura a consecuencia
del herpes, y las incrustaciones, y la sama, que casi se podría esperar que su po­
drida masa se desprenda cuando esta criatura gruñidora se friccione contra cual­
quier esquina saliente que pueda servirle como apropiado lugar para rascarse.

62
¿Crees que toda la repulsión de esta odiosa criatura sólo se encuentra en su exte­
rior? ¿Que dentro lodo es puro y sano? ¡Una vana ilusión! Aunque nauseabundo, as­
queroso, si se compara con lo que hay dentro, el exterior es un manto bastante lim­
pio que oculta una masa de enfermedad y podredumbre que es cada vez más sucia
a medida que penetramos debajo de su piel.

Ahorro al lector sensible la descripción que hace el doctor Kellogg de la soli­


taria, que afirma que se encuentra con mucha frecuencia en los cerdos, o sus opi­
niones acerca de que comer cerdo causa tuberculosis, escrófula, lepra y otras te-
nibles enfermedades.
¿Qué pensaba Sadler de esa sarta de disparates? En sus primeros libros sobre
salud, especialmente en Worry and Nerwusness (1914), compartía las extremadas
opiniones del doctor Kellogg. Defendía la autointoxicación, la hidroterapia y la es­
timulación eléctrica, y advertía contra los peligros del alcohol, el tabaco y la carne.
«El té y el café van unidos en la lista de venenos más popularmente consumidos.»
En muchos de sus primeros libros, Sadler animaba a sus lectores a abandonar
«de golpe» el hábito de fumar. (El abandono del café y del té debía hacerse pro­
gresivamente a lo largo de un mes.) Estas son algunas de sus sugerencias para de­
jar de fumar, procedentes de Wony and Nen’ousness (página 411):

Algunos pacientes son capaces de abandonar su hábito de fumar sin esfuerzo, aun­
que ese hábito hubiera durado varios años, mientras que otros tienen éxito después
de una enconada lucha o de repetidos intentos. Nunca somos capaces de valorar el
dominio que el tabaco ejerce sobre un paciente determinado y tampoco, por tanto,
nos encontramos en una posición adecuada para valorar el esfuerzo que se reque­
rirá para vernos libres de ese hábito malsano. I le encontrado muy útil el tratamiento
de nitrato de plata para vencer el hábito de fumar cigarrillos -al menos posee un
indudable valor psicológico- porque representa que se puede hacer algo concreto
para «curar» al paciente. Otras ayudas para romper el hábito de la nicotina son la
utilización de los baños turcos o rusos, el paquete de sábanas húmedas y el baño
de luz eléctrica. Ui electricidad, preferiblemente en la forma de galvanismo sobre la
columna vertebral, fomentos en la columna, baños de piernas con aplicaciones frías
en la cabeza, fomentos o luz de arco sobre el estómago y el hígado, baños tibios y
fricciones frías, todas ellas son medidas eficaces para aliviar el nerviosismo que su­
fren muchos pacientes inmediatamente después de dejar el consumo de tabaco. Los
baños finos graduados también se pueden recetar diariamente en relación con esos
procedimientos de eliminación.

En sus últimos años, Sadler se volvió más escéptico con respecto ¿i las excéntri­
cas opiniones de la hermana White y del doctor Kellogg. No hay ninguna referencia

63
al té, café, alcohol o tabaco en el libro de Sadler, escrito en 1943, Masteiy o f Wony
andNervousness. El mismo comenzó a fumar. Desconozco si comenzó a comer carne,
o si bebía ocasionalmente té, café o bebidas alcohólicas, pero adquirió el hábito de
fumar. Richard Schwarz, el historiador adventista que escribió la biografía del doc­
tor Kellogg citada anteriormente, me contó que cuando entrevistó a Sadler, el mé­
dico hizo denodados esfuerzos, aunque sin éxito, para ocultar el hecho de que se
había convertido en un gran fumador de pipa. Lena, Leone y otros moradores del
533 de Diversey eran fumadores de cigarrillos. A Christy le gustaba fumar cigarrillos
introducidos en una larga boquilla. Los que visitaban el cuartel general de Sadler
con frecuencia se quejaban de encontrar las habitaciones llenas de humo.
Éste es un sensible pasaje sobre autointoxicación procedente del libro de Sad­
ler Modern Psychiatiy (1945):

En las llamadas toxinas endógenas, o venenos químicos, estamos tratando con nues­
tra vieja amiga la «autointoxicación». Durante los primeros años de este siglo, parti­
cularmente en Francia, muchos médicos estaban interesados en esta idea del auto-
envenenamiento. Incluso hoy en día muchos médicos americanos creen que el
agotamiento nervioso está causado por esta asi llamada autointoxicación. Mis ob­
servaciones no confirman tal suposición. En mi opinión hay casos muy raros donde
una neurosis o psicosis sea provocada por esta supuesta absorción de toxinas per­
judiciales por el aparato digestivo. Soy consciente de que muchos hipocondriacos y
otras víctimas de depresión nerviosa, junto con numerosos locos, tienen mal aliento
y que ese terco estreñimiento a veces está asociado con esos trastornos; sin embargo,
considero que la eliminación intestinal perezosa es el resultado de un menor tono
muscular, de una depresión emocional y psicológica, característica destacada de esos
trastornos, en lugar de ser la causa de todos esos problemas mentales y nerviosos.
Prácticamente todos los argumentos traídos a colación para demostrar que la
autointoxicación era una entidad clínica y la causa de trastornos mentales y ner­
viosos han sido refutados. Hemos llegado al punto de considerar la autointoxica­
ción como una pesadilla médica, por un lado, y como una coartada de los neuras­
ténicos crónicos, por el otro.

Aunque el doctor Kellogg cambiara ocasionalmente de opinión, siempre defendía


cada nuevo punto de vista con la misma convicción que había defendido el viejo.
Durante muchos años defendió la «fletcherización», una práctica consistente en
masticar toda la comida hasta convertirla en líquido antes de tragarla. Esta dis­
paratada teoría fue propuesta por Horace Fletcher, uno de los mayores chiflados
de todos los tiempos. Finalmente, el doctor Kellogg llegó a la conclusión de que
la fletcherización reducía la cantidad de fibra necesaria para el estómago y que,
por tanto, conducía a la autointoxicación.

64
En su libro de 1921 The New Dietetics (este libro de dietas de más de mil pá­
ginas es uno de los mayores disparates de todos los tiempos), el doctor Kellog de­
dica un capítulo a la masticación. Fletcher no fue el primero en descubrir su va­
lor, escribe Kellogg. El mismo lo descubrió «hace más de cincuenta años como
resultado de un estudio elemental de fisiología». Incluso antes de esto, la masti­
cación había sido recomendada en un «gran libro» titulado Digestión, escrito por
un italiano del siglo dieciocho llamado Spallanzani.
Desafortunadamente, nos dice Kellogg. Fletcher llevó la masticación hacia ex­
tremos absurdos. Recomendaba que la comida, incluso en su forma líquida, como
sopas y purés, debía ser masticada minuciosamente antes de tragarse. Es más, creía
en el hecho de limitar la dieta a comidas blandas que se puedan masticar con fa­
cilidad. Ésta es la sensacional conclusión de Kellogg en el capítulo dedicado a la
masticación:

Uno de los efectos del consumo exclusivo de comidas blandas que requieren poca
masticación era la rápida proliferación de caries en los dientes. En sus diversas vi­
sitas a Battle Creek, estaba constantemente en manos de un dentista, que dijo al
escritor que más de una vez se había asombrado por el mal estado en que encon­
tró los dientes del señor Fletcher, y de la rapidez con que proliferaban las caries.
Pero otro efecto, todavía más grave, de la dieta blanda, totalmente libre de los
elementos no digeribles, era un estreñimiento aún más pertinaz. El señor Fletcher
me confirmó en varias ocasiones que sus intestinos se movían sólo una o dos ve­
ces a la semana.
Al cabo de un tiempo, consideró su estreñimiento crónico como una gran ven­
taja, una prueba de la virtud de la masticación adicional. Sostenía que a través de
la masticación aseguraba una digestión tan perfecta y una absorción y utilización
de la comida tan completa que no quedaba ningún residuo para que actuaran so­
bre él los gérmenes, por lo que se podía considerar un proceso de esterilización.
Como prueba de esto, afirmó que las pequeñas heces duras que expulsaba de su
colon a intervalos de varios días eran prácticamente inodoras.5
El señor Fletcher pasó por alto los importantes hechos de que la bilis y el moco
del intestino son materiales sumamente putrescibles y que el carácter inodoro de
las secas masas fecales es el resultado de una absorción prácticamente completa de
escatol e indol durante su larga retención en el colon. Esto se demostró en su caso
concreto. Un laxante suave produjo unas heces que le asombraron en gran medida
por lo repugnantes e e eran.

5. Quizá el doctor Kellogg operó también la nariz de Fletcher.

65
El señor Fletcher estaba tan entusiasmado con su idea cine durante algún tiempo,
al menos, la convirtió en el centro de su vida, y comenzó a difundir que la infrecuencia
de los movimientos intestinales era un aspecto habitual del régimen de Fletcher.
Existen razones para creer que al menos el señor Fletcher se dio cuenta de su
error y procuró corregirlo. Pero el daño ya se había hecho. Su resistencia vital a las
enfermedades se había agotado por la lucha mantenida durante varios años contra
los venenos del colon, y murió de bronquitis crónica, sin duda alguna debida a la
toxemia que había estado sufriendo desde hace tanto tiempo.
La experiencia del señor Fletcher nos enseña la lección de que no hay ninguna
panacea para los estragos del tiempo.

Aunque el pequeño doctor había aceptado totalmente la teoría de los micro­


bios como causantes de las enfermedades, que por entonces estaba ganando acep­
tación, no tenía del todo claro, como afirma Schwarz en su biografía de Kellogg,
«cómo las bacterias iban de un sitio a otro».

«No matéis a la mosca», afirmó en una ocasión. «Dejadla vivir. Es una de nuestras
mejores amigas. Es un comisario sanitario con el encargo del Creador de arrestar y
devorar a esos agentes de enfennedad y de muerte que habitan en nuestras vivien­
das.» Sin embargo, tres años después, el médico cambió su punto de vista y reco­
noció que la mosca común era una importante portadora de enfermedades. Lo con­
sideró como una evidencia de la suciedad que tenía que ser eliminada. (Pág. 226.)

El doctor Kellogg era delgado de joven, con pelo oscuro y barba negra. En los
últimos años, se volvió un poco rollizo y tenía el pelo blanco, y le gustaba lucir un
mostacho blanco cuidadosamente recortado y una barba blanca al estilo Van Dyke
que le hacían parecer a Búfalo Bill. Al final del siglo, vestía totalmente de blanco
-trajes, gabanes, camisas, pantalones, sombreros blancos e incluso gafas de mon­
tura blanca. Poseía una pequeña cacatúa que le gustaba llevar sobre el hombro.
El pequeño doctor estaba convencido de que la ropa blanca era lo mejor para la
salud.'1Incluso realizó algunos experimentos en fábricas para demostrarlo. Es po-

6. El doctor Kellogg defendía la ropa blanca ya desde 1904, en un capítulo titulado «VV'hite Garmenls
Preferable to Coloree!» de su libro The Miníele oí Ule. Éste es un fragmento de lo que tenía que decir
al respecto:

En general, la ropa blanca ofrece ventajas sobre la ropa de cualquier otro color, porque transmite
una considerable cantidad de luz. El contacto de la luz con la piel es necesario para su salud. La

66
sible que el blanco simbolizara inconscientemente el amor y la admiración que el
doctor sentía por la hermana White. No es necesario añadir que su blanco atuendo
también atraía considerablemente la atención de lodo el mundo, algo con lo que
seguramente disfrutaba.
Fuera de los círculos adventistas, todavía se recuerda al doctor Kellogg como el
padre de los cereales para el desayuno. Comenzó a producirlos a partir del arroz,
maíz y trigo en su Sanitas Food Company. Después se convertiría en Battle Creek
Food Company. La empresa vendió varias clases de pan, de laxantes «naturales»
sin medicamentos y «carnes vegetales» fabricadas a partir de frutos secos y le­
gumbres.
El hermano menor del doctor Kellog, William Keith (1860-1951), fue el direc­
tor y jefe de contabilidad de la Battle Creek Food Company desde 1880 hasta 1906,
fecha en la que los dos hermanos se vieron enfrentados en una encarnizada de­
savenencia. Wiil se despidió para formar su propia empresa, Kellogg Toasted Corn
Flake Company. Durante un tiempo, Wilfred Kellogg, el cuñado de Sadler, fue el
director de esa empresa. El doctor Kellogg evitaba cuidadosamente incluir el azú­
car en sus copos de maíz. Para su gran consternación, su hermano Will añadió
azúcar para que sus copos fueran mucho más sabrosos.
El doctor Kellog había revelado que la idea de fabricar cereales en copos se
le ocurrió en un sueño poco después de que una paciente suya del San rom­
piera su dentadura postiza al intentar morder un trozo duro de bizcocho. Esta
circunstancia hizo comprender al doctor la necesidad de crear un alimento para
el desayuno que fuera más fácil de masticar. El pequeño doctor también afir­
maba que había sido el primero en preparar mantequilla de cacahuete. Según
las historias que se cuentan, uno de sus ayudantes accidentalmente machacó
un cacahuete y descubrió que la pulpa sabía muy bien. También se dijo que el
doctor le había pagado al hombre cincuenta dólares por su descubrimiento. (Pro-

exposición de la piel a los rayos directos del sol también es muy ventajosa pues favorece la limpieza
de la piel, y de esta forma se destruyen muchos gérmenes productores de enfermedades que se acu-
mulan en la piel, aunque se pudieran haber librado por el baño.
La exhortación del profeta, «¡Venid, casa de Jacob, y caminemos a la luz de Yavé!» (Isaías, 2:5),
tiene una aplicación tanto física como espiritual. Ixi luz es energizante y vitalizante en grado ex­
tremo. El cuerpo del que lleva ropa de color blanco está bañado continuamente por la luz durante
las horas de luz solar. Es una costumbre universal de los campesinos de México y de otros países
cálidos vestirse con ropa blanca en todas las estaciones, costumbre ventajosa que se podría adop­
tar en todos los países civilizados.

67
bablemente esta historia sea un mito. En The New Dietética, Kellogg se otorga
a él el mérito de la idea de machacar cacahuetes para hacer la mantequilla.)
En 1913, después de que los tribunales invalidaran las patentes del doctor Ke­
llogg de los cereales en copos, alrededor de cuarenta empresas rivales florecieron
en Batlle Creek. La mayoría de ellas tuvieron una vida muy corta. La única que
duró más fue la fundada en 1895 por Charles William Post, que una vez había
sido paciente del San. Comenzó fabricando cereales de nueces y uvas (que no con­
tenían ni nueces ni uvas), Postum (cereales llamados así en su honor) y una marca
de copos de trigo que llamó primero Elijah’s Manna. Después se convirtieron en
Post Toasties, un cereal tan popular que esta empresa se convirtió en la rival prin­
cipal de Will Kellogg.
Post era incluso más excéntrico que el doctor Kellogg. Consultaba a médiums.
En un enclave de Texas, fundó Post City (ahora llamada sólo Post) donde intentó
en vano provocar lluvia haciendo explotar grandes cargas de dinamita. Se le ocu­
rrió la idea a raíz de una extendida superstición según la cual llovía después de
las guerras. En 1914, a los 59 años y gravemente enfermo, se suicidó disparándose
un tiro. General Foods compró su empresa en 1929.
Se entablaron intensas batallas legales entre el doctor Kellogg y su hermano
por el uso del nombre Kellogg. En 1917, el doctor perdió un juicio para evitar que
Will usara el nombre. En 1930, Will fundó la W.K. Kellogg Foundation, una orga­
nización filantrópica con unos activos de mil millones de dólares, que todavía pros­
pera en Battle Creek. El doctor Sadler fue uno de sus administradores honorarios.
Will era un genio de la publicidad eficaz. En 1915, recorrió los Estados Unidos en
un coche especialmente construido de diez metros de largo. La desavenencia en­
tre los dos hermanos nunca se solucionó.
Al igual que Sadler, el doctor Kellogg era un ardiente defensor de la eugene­
sia. En el año 1906, fundó una organización que posteriormente llevaría el nom­
bre de Race Betterment Foundation. Sir Francis Galton, iniciador del moderno
movimiento eugenetísía, se oponía a la idea de que las características adquiri­
das por una especie fueran transmitidas a su progenie. El doctor Kellogg, que
en sus últimos años aceptó la evolución, creía que las características adquiridas
eran transmitidas a los hijos. La buena salud, obtenida gracias a lo que a él le
gustaba llamar «el modo de vida biológico», era hereditaria. Los objetivos prin­
cipales de la Race Betterment Foundation eran «llamar la atención sobre los pe­
ligros que amenazan la raza, investigar y descubrir las causas del deterioro de
las razas e iniciar actividades con el objeto de promover reformas radicales en
los hábitos de la vida».
La Race Betterment Foundation patrocinó varias conferencias en las cuales edu­
cadores y científicos importantes exponían sus puntos de vista sobre el tema. Aun­
que a las conferencias se les daba una amplia publicidad, la fundación expiró poco

68
después de la muerte del doctor Kellogg. Como veremos, los libros de Sadler so­
bre eugenesia estaban totalmente en deuda con los puntos de vista de Kellogg.
Aunque no era un gran orador, el doctor Kellogg, como Sadler, era un confe­
renciante muy popular del circuito de Chautauqua, y en cientos de otros grupos.
Políticamente era, al igual que Sadler, republicano. Apoyó a Herbert Hoover para
presidente, y en 1936, a Alf Landon.
En lo que respecta a su personalidad, el pequeño doctor era una combinación
de amabilidad, arrogancia, egoísmo y piedad bíblica. Se dijo de él que si en una
conferencia médica no se le mostraba el debido respeto, la abandonaba inmedia-
tamente. Le disgustaba delegar la autoridad, estaba celoso de sus colegas, y era
autoritario con sus empleados. Poseía una lengua afilada y sarcástica y una ten­
dencia a dominar en las conversaciones hablando rápidamente y no dejando ha­
blar a nadie. Se rodeaba de hombres que le halagaban constantemente, y se mos­
traba impaciente con todo el que estuviera en desacuerdo con él. No he podido
saber el grado de amistad que mantuvieron él y Sadler. Sospecho que cada hom­
bre envidiaba la reputación del otro.
Entre los libros del doctor, el más elaborado fue The Home Handbook ofDo-
mestic Hygiene y Rational Medicine (1880). Profusamente ilustrado, tiene más
de 1.600 páginas y muchas reediciones revisadas. Will Durant escribió que New
Dietetics (1921) se encontraba ¡entre los cien libros mejor editados! El trabajo
teológico más importante del doctor, The soul and the Resurrection (1879), que
todavía sigue reeditándose, es una de las mejores defensas nunca escritas de la
doctrina adventista sobre el sueño del alma hasta el día de la Resurrección. Sin
embargo, de todos los libros del doctor, el más leído fue Plain Facts For Oíd and
Young, publicado por los adventistas en 1877 cuando el doctor tenía 24 años.
Presumía de haberlo escrito en dos semanas. El libro siguió imprimiéndose du­
rante cuarenta años, con continuas revisiones y ampliaciones. Mi edición es de
1884 y tiene 512 páginas.
Antes del Diluvio, nos dice Kellogg en su libro, la corrupción humana estaba
tan extendida que sólo ocho personas fueron aptas para sobrevivir en el Arca de
Noé. Esta «generación lujuriosa con sus hechos sucios» fue borrada de la tierra,
pero la humanidad pronto volvió a caer en el vicio. De todos los vicios, los dos
peores son el sexo ilícito y la masturbación. Más de un tercio de Plain Facts. cerca
de 200 páginas, está dedicado a lo que al doctor Kellogg le gusta llamar «el vicio
solitario». Lo considera como un pecado mucho mayor que la fornicación, un vi­
cio que no «tiene parangón excepto con la sodomía». Éste es un típico fragmento:

El pecado de la masturbación es uno de los más viles, más bajos y más degradan­
tes que el ser humano puede cometer. Son peores que las bestias. Aquellos que lo
cometen se colocan a ellos mismos en una posición mucho más inferior que el ani­

69
mal más mezquino. El reptil más repugnante, que se reboza en el fango y en el cieno
de su infecta charca, no se rebajaría a tanto. Es cierto que los monos a veces ad­
quieren esa costumbre, pero sólo cuando han sido enseñados por hombres o mu­
chachos viles. Un muchacho que sea culpable debería sentirse avergonzando de mi­
rar a los ojos de un honesto perro. Un muchacho así rehuye naturalmente la compañía
de esos otros muchachos puros e inocentes. No puede mirar con confianza a la cara
de su madre. Es difícil que sostenga la mirada incluso durante unos pocos segun­
dos. Siente su culpa y actúa en consecuencia, haciéndolo saber a todos los demás.
Pensemos cómo un muchacho pueda aparecer ante los ojos del Todopoderoso. Pen­
semos sólo en los ángeles, puros, inocentes y santos que son testigos oculares de
sus prácticas vergonzosas. ¿No es espantoso el solo pensamiento? ¿Cometería ese
mismo pecado en presencia de su padre, su madre o sus hermanas? No, en efecto.
¿Cómo, entonces, consiente en deshonrarse a sí mismo en presencia de Él a cuyo
ojo que lodo lo ve nada se esconde?

Se puede comprender la antipatía del doctor Kellogg hacia la masturbación, que


refleja la opinión de muchos autores de su tiempo, pero no es fácil asimilar cómo
un hombre con un título de medicina de Bellevue podía difundir tales tonterías
acerca de las causas, síntomas y efectos funestos sobre la salud de esa práctica.
Entre las muchas causas cita las malas compañías, la corrupción en las escuelas,
las enfermeras malvadas, el estreñimiento, las hemorroides, las vejigas irritables, el
demasiado abrigo por las noches, dormir sobre el estómago o sobre la espalda, la
herencia defectuosa, los malos pensamientos, el tabaco, las bebidas alcohólicas,
los dulces y las especias. «El té y el café -declara- han conducido a miles de per­
sonas a la perdición.»
Éstos son algunos signos que pueden dar alguna pista a los padres de las prác­
ticas masturbatorias de sus hijos: cansancio, repentinos cambios de carácter, pri­
meros síntomas de tuberculosis, crecimiento detenido, insomnio, volubilidad, amor
a la soledad, hombros redondeados, postura cargada de espaldas, dolor de espalda,
timidez, descaro, burla a la piedad, confusión mental, arrastre de los pies, dolor en
las articulaciones, palidez, acné, uñas mordidas, ojos sin brillo, deseo de tomar ali­
mentos muy salados, apetito voraz, palpitaciones del corazón, humedad en la cama
y habla obscena. El uso del tabaco, se nos dice, «es una presunta evidencia de que
un muchacho también es adicto a una práctica todavía más sucia».
Algunas de las consecuencias de la masturbación, según el doctor, son infla­
mación de la próstata, trastornos urinarios, hemorroides, prolapso del recto, de­
formidad del pene, testículos atrofiados, sueños eróticos muy frecuentes, impoten­
cia, tuberculosis, indigestión, epilepsia, visión y audición escasas, y por supuesto
locura. Las mujeres que se masturban son más propensas al cáncer de útero, atro­
fia de las mamas, esterilidad y la mayoría de las enfermedades mencionadas antes.

70
Sobre la masturbación como causa de locura, esto es lo que escribió el pia­
doso doctor:

«La locura religiosa», así llamada, puede ser atribuida a esta causa en una gran pro­
porción de casos. A la persona le remuerde la conciencia a la vista de sus horribles
pecados, y a la vista de esta terrible enfermedad -y temiendo que arruinado para
ambos mundos-, el remordimiento le aguijonea hasta la desesperación, y su inte­
lecto debilitado falla: la razón se desmorona, y se convierte en un lunático deses­
perado. Sus amigos, desconociendo la verdadera causa de sus misteriosas confesiones
del terrible pecado, piensan que está excesivamente concienciado, y echan la culpa
de su locura a la religión, cuando es exclusivamente el resultado de sus hábitos vi­
ciosos, de los cuales ellos están ignorantes.
En otros casos, la víctima cae presa de una profunda melancolía de la cual nada
parece divertirle. Nunca se ríe, ni siquiera sonríe. Se vuelve cada vez más reservado
y taciturno, y quizá finalice la escena suicidándose. Este crimen no es del todo ex­
traño en lodos aquellos que han recorrido el camino del mal. Encuentran que su
virilidad ha desaparecido, no pueden continuar con el vicio con el cual habían dis­
frutado y, consumidos por la desesperación, ponen punto y final a una vida Mise­
rable que la naturaleza hubiera podido prolongar unos pocos meses más si no hu­
biera sido violentamente suplantada.
Si la práctica continúa ininterrumpidamente desde la adolescencia a la madu­
rez, los resultados son la imbecilidad y la idiotez. Ix>s dementes, en un nada desde­
ñable número, están recluidos en los hospitales y asilos, y en el exterior también, y
deben a este vicio su terrible estado. Gran cantidad de hombres bastante ingenio­
sos con los que nos encontramos a lo largo de nuestra vida han destruido la mejor
parte de su entendimiento con esta práctica miserable...
Lector, ¿alguna vez ha visto a un idiota? Si así ha sido, la horrible imagen nunca
se bonará de su memoria. La mirada vacía, el decaimiento, la boca babeante, el arras­
tre de los pies, la mirada sensual, la vaciedad de su mente; todo esto lo recordará
muy bien. Cada visitante a un manicomio contempla docenas de ellos; arruinados
de mente y cuerpo, sólo un leve parecido a un ser humano, privado de sentido, in­
ferior que una bestia en muchos aspectos, ¡seres humanos desesperanzadoramente
perdidos para sí mismos y para el mundo! -oh. ¡qué pensamiento más terrible!- se­
res una vez puros, inteligentes, activos, quizá la esperanza de una madre cariñosa,
el orgullo de un padre idolatrado, y posiblemente poseídos de una natural habili­
dad para distinguirse en algunas de las muchas y nobles áreas de la vida; ahora es­
tán hundidos por debajo de las bestias gracias a esa influencia degradante y des­
tructiva de una lujuriosa gratificación.
Muchachos, ¿sois culpables de este pecado terrible? ¿Alguna vez os habéis ren­
dido a la voz de la tentación? Deteneos, considerad, pensad en los terribles resul-

71
lados, arrepentios, confesaos a Dios, reformaos. Otro paso en esa dirección y habréis
perdido tanto el cuerpo como el alma. No se puede coquetear con la tentación. 1lay
que escapar ahora o nunca. No lo sigáis aplazando.

¿Cómo deberían los padres curar a sus hijos de este terrible vicio? El doctor Ke­
llogg sugiere vendar el órgano sexual, cubrirlo con una especie de jaula o atar las
manos del chico al pilar de la cama. En lo que concierne a los adultos, «si un las­
civo pensamiento entra en la mente, hay que deshacerse de él con prontitud». Siem­
pre hay que dormir de lado, y «si se ha cenado, es preferible el lado derecho». Una
toalla anudada a la espalda evitará dormir de espaldas. Las almohadas deben ser
duras; las mantas, finas. «El suelo, con una sencilla manta doblada debajo del que
duerme, es mejor que una cama blanda.» Los baños diarios son indispensables.
Lavarse los genitales con agua fría antes de acostarse es otra gran ayuda.
El pequeño doctor estaba convencido de que la carne, el tabaco y el alcohol fa­
vorecen el impulso de masturbarse. «El vino, la cerveza, el Lé y el café no deberían
consumirse bajo ninguna circunstancia. La influencia del café a la hora de esti­
mular los órganos sexuales es muy destacada.» Asimismo, tiene que evitarse co­
mer chocolate. «Está recomendado sólo para aquellos que creen que es inofen­
sivo, que son ignorantes del hecho de que contiene un veneno prácticamente
idéntico al del café y deJ té.»
La electricidad aplicada al pene o a la vagina también es una solución eficaz.
«Probablemente ningún agente tendrá mejores resultados que este remedio cuando
se a plica diestramente, llen e que ser cuidadosamente empleado y no puede ser
confiado en las manos de aquellos que no estén al corriente de las propiedades
físicas del remedio y de los métodos científicos para aplicarlo.»
El doctor Kellogg no se olvidó de la oración:

No podemos olvidar mencionar, aunque sea brevemente, el valor de la religión a la


hora de ayudar a esos seres sufrientes. Si hay alguna criatura viviente que necesite
la ayuda de la verdadera religión, de la fe en Dios, en Cristo, y en la eficacia de la
oración, este ser es uno de ellos. Si hay algún pobre mortal que no pueda permi­
tirse estar privado de la ayuda de un Salvador solidario, es el mortal que ha debili­
tado su voluntad, degradado su alma y viciado su cuerpo por el vil hábito de la mas­
turbación. Un Redentor compasivo socorrerá a esos seres deshonrados, si ellos
verdaderamente sienten «hambre y sed» de pureza, y si se comprometen a redimirse
en serio y por los verdaderos motivos.

Los puntos de vista del pequeño doctor sobre la masturbación fueron repeti­
dos por la hermana White. Su primer libro de salud fue .4/7 Appeal to Molhers:
The Great Cause o f The Physical Mental, and Mora! Ruin ofMany o í the Children

72
o í Our Time (Battle Creek: Steam Press, 1874), Es un folleto en rústica de 63 pá­
ginas, dedicadas las 30 primeras a una descripción errática, llena de repeticiones
y mal escrita de (os horrores de la masturbación.
Aunque la señora White reconoce que no todos los jóvenes están ocupados en
ese «vicio secreto», un asombroso número de ellos sí lo están. Para Ellen White la
masturbación es la causa principal de los dolores de cabeza, resfriados, mareos,
nerviosismo, dolor en las piernas, espalda, hombros y costados, pérdida de apetito,
insomnio, cansancio, una complexión o demasiado cetrina o demasiado rubori­
zada, distracción, tristeza, desgana para trabajar, desobediencia a los padres, en­
fermedades del hígado y de los riñones, hidropesía, tuberculosis y cáncer. Satán,
por supuesto, está detrás de todo ello.
Los alimentos equivocados también contribuyen a fomentar el vicio. «Nuestra
comida debería prepararse sin especias. Los pasteles, tartas, conservas y carnes muy
sazonadas causan una condición calenturienta en el sistema que induce a las pa­
siones animales.»
Ellen White recuerda que cuando se hirió a los nueve años, y su salud se
«arruinó», en un principio lo consideró una gran calamidad. Pero ahora contem­
pla ese accidente como una bendición. ¿Por qué? Porque su mala salud la alejó de
la sociedad y «me protegió con una dichosa ignorancia de los vicios secretos de la
juventud».
Ésta es una memorable descripción de una de sus visiones:

Por todos los sitios donde miraba veía imbecilidad, formas empequeñecidas, miem­
bros lisiados, cabezas deformes y deformidades de toda clase. Los pecados y críme­
nes y la violación de las leyes de la naturaleza me fueron mostrados como las cau­
sas de esta acumulación de desgracia y sufrimiento humano. Vi tal degradación y
prácticas viles, tal desafío a las leyes de Dios, y escuché tales palabras de blasfemia,
que mi alma enfermó. De lo que se me mostró, saqué en conclusión que una gran
parte de la juventud de nuestros días no merece la pena. Los hábitos corruptos es­
tán desperdiciando su energía, y causándoles repugnantes y complicadas enferme­
dades.

En otra visión le fue mostrada la causa del terrible estado de un hermano ad­
ventista:

Al s e ñ o r______ supuestamente devoto seguidor de Cristo. Su salud era muy dé­


bil. Nuestros sentimientos de solidaridad se sintieron confnovidos por su caso. No
podía sostener derecha la cabeza. Sus ojos tenían un aspecto vidrioso, sus manos
temblaban, y al caminar, sus rodillas se agitaban: se tambaleaba como un borracho,
y con frecuencia parecía que iba a caer. Tenía que fijar sus ojos en un objeto a una

73
distancia delante de él, y luego dirigirse hacia ese objeto. Entonces conseguía la fuerza
necesaria para alcanzar el lugar deseado.
Este caso se me mostró en una visión. Vi que se estaba engañando a si mismo,
que no gozaba del amor de Dios. Había practicado la masturbación hasta que se
convirtió en un mero desecho de humanidad.

El hombre había muerto, añade la hermana White, como si fuera un suicida


destinado a la aniquilación. «La pureza del cielo nunca será mancillada por esta
sociedad.» Sería mejor, escribe, que tales personas nunca hubieran nacido.
La última mitad del folleto está compuesto por citas de otros escritores que ad­
vertían de igual forma contra los peligros de la masturbación. Los editores intro­
ducen esta sección con una nota declarando que la señora White no es una «co­
pista», y que «no había leído nada de los autores que cita, y que no había leído
ninguna otra obra sobre este tema, antes de poner en nuestras manos lo que ha
escrito».
Ahora se acepta universal mente en los círculos médicos y psiquiátricos que la
masturbación no es peijudicial ni física ni mentalmente, pero los extremados pun­
tos de vista de la hermana White y del hermano Kellogg reflejaban las opiniones
dominantes de muchos médicos respetables en los últimos años del siglo pasado.
Requeriría muchas páginas enumerar solamente los influyentes libros del siglo die­
cinueve que contienen advertencias contra la masturbación casi tan incendiarias
como las de Kellogg.
El doctor Sadler, cuya formación médica fue posterior a la de Kellogg y estaba
menos inclinado a las opiniones descabelladas, nunca compartió esos disparates.
Muchos de sus libros hablan de la inocuidad física de la masturbación. Éste es un
típico fragmento de Módem Psychiatry:

En casi cuarenta años de práctica de la medicina, no lie podido ver un solo caso
en el que la masturbación haya sido definitiva e incuestionablemente la responsa­
ble de una mala salud -excepto en aquellos cientos y cientos de casos donde la
preocupación sobre sus supuestos perjuicios físicos o daños morales haya condu­
cido a una ansiedad tan continuada y grave para producir directamente la llamada
neurastenia sexual. Es decir, que es la preocupación sobre la práctica y no su re­
sultado físico la responsable de las manifestaciones nerviosas que he observado. En
efecto, la masturbación excesiva con frecuencia acompaña a marcados estados neu­
rasténicos. pero esto es el resultado de la neurastenia, no su causa.
Muchos de los libros de hace veinticinco a cincuenta años sobre los efectos da­
ñinos del autoerotismo, particularmente los escritos por religiosos, surgieron de las
observaciones realizadas en las entonces recientemente inauguradas instituciones
para débiles mentales. Los muchachos y muchachas anormales, los cretinos de los

74
pueblos, que habían sido reunidos y alojados en esas instituciones, ofrecían la opor­
tunidad de observación de prácticas autoeróticas a gran escala. Cuando los hom­
bres de la iglesia y otros miembros bien intencionados de consejos de administra­
ción y comisiones consultivas para el mejoramiento social visitaban esas instituciones,
descubrían que la mayoría de los internos se complacían en realizar esas prácticas
en público, «jugando con ellos mismos», disfrutando del vicio secreto o masturbán-
dose. De forma bastante natural esas personas no científicas asociaron la mastur­
bación y los débiles mentales como causa y efecto. No fueron capaces de darse cuenta
de que los muchachos y muchachas de mentes sanas se ocultaban para mastur-
babarse. mientras que esos muchachos subnormales no dudaban en realizar sus
prácticas en público.
La idea de que el autoerotismo es de alguna forma perjudicial para la salud AÚN
persiste en las mentes de una parte considerable de la población. Ya es el momento
oportuno de tratar este problema con franqueza y de reconocer que la masturba­
ción no perjudica directamente a la salud física, si se practica normalmente; hasta
donde puedo saber por mi experiencia no he visto caso alguno donde unos claros
resultados físicos puedan ser atribuidos a ella siempre que la persona esté libre de
toda idea de que es perjudicial y libre de todo miedo de que es moralmente dañino.

En las siete páginas dedicadas a la masturbación, en su libro de 1948 Ado­


lescente Problems, Sadler escribe lo siguiente:

No es moralmente malo. Cuando nos enfrentamos con la desnuda realidad, la mas­


turbación no puede ser considerada inmoral o moralmente mala. A la luz de nues­
tras actuales normas religiosas, no es una violación de ningún mandamiento. No es
un pecado.

Nos podemos imaginar lo conmocionados que se hubieran sentido tanto el doc­


tor Kellogg como la hermana White por estos comentarios si hubieran estado vi­
vos para leerlos. ¿Pretendía Sadler ser ingenioso cuando habló de «enfrentarse con
la desnuda realidad»?

75
IV
Los plagios de Ellen White

Hasta los últimos años del siglo pasado tanto el doctor Kellogg como el doctor
Sadler tenían una fe sin límites en la hermana White, a la que consideraban una
profetisa divinamente inspirada cuyas visiones y sueños, así como sus libros y «tes­
timonios» (es decir, documentos dirigidos a los hermanos), procedían directamente
de Dios. Sin embargo, después de 1900 los dos «pequeños doctores» comenzaron
a tener serias dudas.
En el año 1907, el doctor Charles E. Stevvart, un médico del Battle Creek Sa-
nitarium, o quizá uno de sus amigos, publicó un folleto de noventa páginas apro­
ximadamente que contenía pruebas irrefutables de que la señora White sentía
un impulso incontenible de copiar material, con triviales cambios de palabras,
procedente de libros escritos por otras personas. Nunca había en sus libros in­
dicación alguna de que las palabras no fueran las suyas propias. Stewart citó tan­
tos fragmentos del libro Sketches from the Life oí Paul, de Ellen White, que ha­
bían sido copiados de libros anteriores sobre Pablo, que la iglesia se vio forzada
a retirar el libro de la señora White del mercado. No se volvió a reimprimir hasta
1974, cuando se permitió una reproducción facsímil. El doctor Stewart también
citó pasajes prácticamente iguales de la obra maestra de la señora White, The
Great Con troversy Between Chríst and Salan (Ed. en español, Conflicto cósmico:
La dramática lucha por el destino de la humanidad. Safeliz, Madrid, 1990), y li­
bros escritos por otros autores. Ahora se sabe que al menos el cincuenta por
ciento de este libro está formado por textos robados, sin indicación alguna en
la primera edición de que el texto no hubiera sido escrito íntegramente por la
propia señora White.

77
Una entrevista de ocho horas de duración realizada al doctor Kellogg, en 1907,
34 días antes de que fuera desconfraternizado, revela que era totalmente consciente
de la compulsiva ratería literaria de la hermana White. En sus primeros libros so­
bre salud, había copiado sin vergüenza alguna de un libro titulado Philosophv of
Health, de Larkin B. Coles. En su biografía de la señora White, Ronald Numbers
informa haber encontrado el libro de Colé en la biblioteca adventista de la Loma
Linda University, repleta de notas al margen a taquigrafía, escritas por el doctor
Kellogg, que indicaban los pasajes que la señora White había copiado.
Dudley Marvin Canright (1840-1919), un ministro adventista que abandonó la
iglesia para convertirse en un ministro baptista, mencionó de pasada los plagios
de la señora White en un artículo escrito en 1887. Dedicó a los plagios tres pá­
rrafos de su libro de 1889, Seventh-Day Adventism Renounced, y un capítulo de
su Life ofMrs. White: Her False Claims Refuted (1919). Los líderes de la iglesia hi­
cieron todo lo que estuvo en su mano para arruinar la reputación de Canright y
para mantener sus revelaciones alejadas de los fieles.
No fue hasta 1982, fecha de la publicación de The White Lie. libro escrito por
el ministro expulsado Walter T. Rea (Ed. en español, El caso White. La mentira
blanca, Ino-Reproducciones, Zaragoza. 1988), cuando la evidencia de los plagios
de la señora White alcanzó a un amplio sector de fieles.7 La incansable investiga­
ción de Rea reveló otros muchos ejemplos de los plagios de Ellen White que no
se habían conocido antes. En 1907, las mentiras de White eran secretos conoci­
dos únicamente por los principales cargos de la iglesia. Lo que más enfureció a
Kellogg y a Sadler, así como a otros lideres adventistas, como Alonzo T. Jones, fue
que la señora White nunca tuvo el valor de admitir sus plagios.
De esta forma mencionó el doctor Kellogg el escándalo de los plagios en su en­
trevista de 1907:

Estoy dispuesto a contarle una pequeña historia, algo que puede resultarle infor­
mativo. Cuando se publicó «The Grcal Controvcrsy» y los capítulos sobre la historia
de los valdenses, alguien llamó mi atención sobre el tema. Me mostró un pequeño

7. The White Lie, libro escrito por Walter '1'. Rea, fue publicado por él mismo en 1982. Se puede conse­
guir escribiendo a M&R Publications, Box 2056. Turlock, California 95381. Sobre el alboroto producido
por el explosivo libro de Rea -m ás de cien ministros de la iglesia renunciaron o fueron obligados a ello-
, consúltese «Seveth-Dav Advcntists Face Change and Dissent.» por Kenneth .A Briggs. en The New York
Times (6 de noviembre, 1982); y «The Church of Liberal Borrowings: Plagiarism and FVaud Charges Rock
the Seventh-Day Adventist». en Time (2 de agosto. Í982).

78
libro, «1 listón' of the Waldenses» de Wiley, en la biblioteca de «Review and 1lerald»,
y también «Great Controversy». t|iic se había publicado con fragmentos de ese libro.
algunos de ellos ¿¡penas manipulados. Se notaba que era como un camuflaje por­
que las palabras se habían cambiado; no hubiera sido adecuado usar comillas por­
que se alteraron algunas palabras en el párrafo, de tal forma que ya no eran citas
exactas, pero al mismo tiempo habían sido tomadas prestadas, y la explicación de
que simplemente fue un descuido no se sostiene, hermano Amadon, porque no hu­
biera sido correcto ponerlas entre comillas cuando tantas frases y palabras se han
cambiado; no había citas; eran préstamos. 1labia plagio y no citas. Hay una clara di­
ferencia entre plagio y cita.
El plagio aparece cuando se copia un texto casi palabra por palabra, pero no
exactamente, sino con algo cambiado para que no se llame propiamente una cita.
No hay uno solo de esos textos que lleve comillas. Si se hubieran entrecomillado,
se estaría mintiendo, porque lo que se estaría representando allí es la reproduc­
ción literal del texto escrito por el autor, cuando en realidad no ha sido escrito por
el autor. Por tanto, su excepción no se puede sostener. Sin embargo, lo mismo ha
ocurrido aquí; alguien llamó mi atención sobre los textos copiados, y escribí in­
mediatamente a W.C. White y dije: «Esto no se puede tolerar. Will White. Sigo de­
fendiendo a tu madre, y a sus escritos, y asi espero seguir, pero si alguien acude
ante mí y me plantea este tema, no tendré otra alternativa que expresar claramente
lo que pienso de esa práctica: que es un uso injustificable de los escritos de otras
personas, que no tiene el derecho de hacerlo y que me siento avergonzado y ape­
nado por esc motivo.»
Él me dijo: «¿No cree que es correcto que cuando mi madre ve cosas y se en­
cuentra con ideas que están de acuerdo con lo que ha visto en su visión las adopte?»
U' dije: «No sin mencionar su procedencia. Es totalmente correcto que las cite y que
las use, pero debería poner comillas y decir de dónde proceden los textos, y lo de­
bería explicar en consonancia con lo que ha ‘visto ». No tenía ningún derecho a mez­
clar los textos con lo que ha «visto» y hacerlo parecer como si hubiera sido la pri­
mera en darse cuenta. El prefacio afirma que ese libro fue escrito después de una
iluminación especial, que recibió una nueva luz gracias a una inspiración especial;
por tanto, las personas cuando leen el libro, y ven esos párrafos, pueden decir: «Eh,
esto lo he leído en el libro de Wiley». Y le dije a Will: «Esta actitud condenará su li­
bro. le quitará mérito y carácter, y nunca lo volverá a recuperar; esto está muy mal».
Le dije: «No lo puedo tolerar, y quiero que sepa que nunca lo haré y que esta si­
tuación debe cesar de inmediato». Sin embargo, continuaron y vendieron toda la
edición, al menos 1.500 ejemplares, y siguieron vendiendo ese libro con todos los
plagios allí incluidos.
Continuaron vendiéndolo, pero cambiaron el prefacio de la siguiente edición como
una especie de maniobra para disfrazar y ocultar de una forma muy sutil el hecho

79
de que el autor también se había aprovechado de información obtenida de diversas
fuentes asi como de la inspiración divina. Ésta fue mi recomendación. Recuerdo que
vi la corrección y no me gustó. Dije: «Sólo es un subterfugio: únicamente se ha cam­
biado para que el lector ordinario no lo descubra, y para que parezca que las frases
más largas son de inspiración especial: por tanto, serán engañados». Después se pu­
blicaron otros libros. Su explicación no ayudó en absoluto en el caso de los otros li­
bros. ¿Dónde están «Oeat Controversv» y los demás libros, como «Desire of Ages» y
«How To Uve»? No a c ó que nunca haya o id o hablar de «How To Uve» -con ideas
que fueron tomadas prestadas del libro de Colé.8

La habilidad de los adventistas, tanto en el pasado como en el presente, de jus­


tificar los plagios de la hermana White es casi imposible de creer. ¿No sería posi­
ble, como alguno sostuvo, que cuando los ángeles conocieron los textos de los li­
bros publicados que expresaban la verdad permitieron a la señora White hacer
uso de ellos? En su entrevista de 1907. el doctor Kellogg cita al doctor David Kress.
un colega suyo adventista en Battle Creek. diciendo: «I le descubierto un libro que
es muy parecido a How to Live [de la señora Whitel. Es algo sorprendente que el
Señor haya puesto la mismas ideas en dos mentes en momentos diferentes, pero
lo curioso es que este libro fue escrito antes de How to Uve». Kellogg replicó que
él poseía el libro de Colé, que la hermana White lo había leído y que simplemente
lo había copiado.
Ira neis B. Nichol, en Hilen G. White and Her Critica (1951). dedica tres capítu­
los a defender a la hermana White de las acusaciones de plagio. Leí esos capítu­
los con creciente asombro ante las retorcidas y absurdas justificaciones de Nichol.
Cita pasajes de un libro escrito por Canríght demostrando que el mismo Canright
los había copiado de otro libro anterior. Pero si un ladrón testifica en un juicio por
el robo de otro ladrón, ¿acaso esto convierte el robo del primer ladrón en moral­
mente correcto? Muchos de los intrincados argumentos de Nichol tienen una asom­
brosa semejanza con las justificaciones propuestas por los urantianos para expli­
car los errores científicos en el LU y los pasajes que repiten textos de otros libros
anteriores, con frecuencia literalmente. (Trataremos de los plagios del LU en el ca­
pítulo 16.)

8. La entrevista con el doctor Kellogg tuvo lugar en su casa el 7 de octubre de 1907. Los entrevistado-
res fueron los pastores de la iglesia George Washington Amadon y AC. Bordean. Sin saberlo ellos, dos
estenógrafos, ocultos detras de una cortina, registraron toda la conversación en taquigrafía por deseo
expreso del doctor. Treinta y cuatro dias más tarde la iglesia expulsó al doctor.

80
Pocos adventistas de base saben que la educación de la señora White nunca
fue más allá del equivalente a un tercer año de primaria. Su redacción sin corre­
gir era absolutamente tosca. No sabía deletrear, puntuar ni organizar frases y pá­
rrafos. Su conocimiento de gramática era prácticamente nulo. Al principio era su
esposo el que corregía sus errores, pero tampoco el tenía muchos conocimientos,
y pronto se hizo absolutamente necesario contratar a competentes ayudantes li­
terarios para que convirtieran el caótico material escrito a mano en una prosa lim­
pia. Se desconoce cuántos ayudantes trabajaban para ella, pero el número es mu­
cho mayor de lo que se ha podido sospechar hasta ahora. Walter Rea en The White
Lie (pág. 199) menciona diecisiete nombres. La mayoría de ellos mantuvieron si­
lencio sobre los plagios de la señora White. en los cuales por supuesto participaban.
Se ha sugerido que fueron los correctores que trabajaban para la señora VVliite
los que copiaron textos de otros escritores sin decírselo a ella. Si éste hubiera sido
el caso, no habría forma de defender que sus libros fueron divinamente inspira­
dos. Sin embargo, la suposición de que fueron sus ayudantes literarios los que co­
metieron toda esa ratería no tiene ningún fundamento. Existe una abrumadora
evidencia de que la señora White creyó firmemente, durante toda su vida, que cada
vez que descubría un pasaje en un libro que expresaba exactamente lo que el Es­
píritu Santo le había dicho a ella, se sentía libre de copiar el pasaje sin añadir una
nota a pie de página que indicara su fuente.
El hijo de la señora White. Willie. en una carta a un amigo, describió el pro­
ceso de copia de la siguiente forma:

En los primeros días del trabajo, mi madre estaba totalmente dedicada a la selec­
ción de los escritos de otros autores, para separar las piedras preciosas de la verdad
de la basura del error. Todos nosotros la liemos visto realizando esto, y aunque ella
me lo contó, me advirtió no decírselo a los demás.

Como el doctor Kellogg señaló, el material robado por la señora White rara vez
aparecía como una cita literal, sino siempre con ligeros cambios. ¿Realizó la her­
mana White esas modificaciones para ocultar su procedencia? Parece más proba­
ble que sus editores literarios realizaran los cambios con ese propósito. Modifica-

El texto completo de la entrevista no fue publicado hasta 1986 por la Omega Historical Research
Societv of Tempe, Arizona. Se reproduce en un libro de bolsillo de 110 páginas titulado The Kellogg File
1907 Closed. Reupened 1980. I na versión abreviada de esta entrevista apareció en Spedrum (abril y
junio de 1990). periódico que representa el ala liberal de la iglesia adventista.

81
han una palabra aquí y otra allá, cambiaban frases de sitio y disponían de otro
modo los párrafos si el material robado era extenso. De esta forma, como Kellogg
lo explicó en una carta, podían «disimular la piratería».
Aunque la mayor parte de los correctores de la señora White no parecían de­
masiado molestos por la práctica, algunos estaban profundamente preocupados.
Los que rehusaron guardar secreto con relación a esa piratería, incluyendo la pro­
pia sobrina de la señora White, Mary Clough. fueron despedidos. Aunque la se­
ñora White era totalmente consciente de los plagios -después de todo, era ella
quien copiaba el material-, creía que la influencia de sus escritos se vería grave­
mente perjudicada si se hicieran públicas las fuentes que había consultado. De
vez en cuando alguno de sus cientos de libros fuente podía contener un grave error
histórico y ese eiror se podía deslizar en una de las páginas de la señora \\ hite.
El conocimiento de tales errores, percibió sensatamente, podría arrojar serias du­
das sobre sus constantes afirmaciones de que todo lo que escribía había sido dic­
tado por los ángeles o por el Espíritu Santo.
El ayudante que se sintió más preocupado por la piratería masiva de la her­
mana White fue Fanny (también escrito Fannie) Bolton. Francis Eugenia Bolton
nació en Chicago en 1859: era la atractiva hija de pelo oscuro de un pastor me­
todista. La señorita Bolton se convirtió al Adventismo del Séptimo Día en 1885,
cuando tenia 26 años. Dos años después. Filen White la contrató para que redactara
sus sermones. En ese momento la rodadora jefe de la hermana White era Marian
Davis. La tarea de Fanny consistía en ayudarla. Marian explicó diplomáticamente
a Fanny que la señora White no escribía muy bien, y que su trabajo consistía en
dar forma a sus garabatos para convertirlos a un inglés legible. Cuando Fanny se
dio cuenta de que estaba trabajando sobre un material que la hermana White ha­
bía copiado casi literalmente de otros autores, se sintió profundamente conmo­
cionada. Es más. nunca se mencionaba en los libros de la hermana White la la­
bor de sus ayudantes literarios.
Los esfuerzos de Fanny por persuadir a la señora White de que indicara sus
fuentes, y de que reconociera su deuda con sus rodadoras, cayeron en saco roto.
La señorita Bolton fue despedida en 1890. después de tres años de servicio. La
hermana White se sintió indecisa antes de contratar a otro valioso y competente
redactor pero que pudiera dañar su reputación revelando el asunto de sus plagios.
También parecía haber un curioso aspecto de amor-odio en su relación personal.
Fanny, por otro lado, estaba igualmente dividida entre su amor y admiración
por la señora White. de la que creía que era la líder inspiradora de la iglesia, y su
repulsión por la terca negativa de la señora White de reconocer su plagio. Ade­
mas, no era fácil encontrar trabajo en otro lugar, y la señora White pagaba bien.
Fanny envió a Filen White una carta de disculpas. Cuando la señora White viajó
a Australia, se llevó a Fanny con ella.

82
Pero Fanny todavía se sentía infeliz por los engaños en los que una vez más es­
taba colaborando. En su espléndida biografía de Ellen White. Ronald Xumbers nos
relata lo que Fanny le dijo al hermanastro del doctor Kellogg. Merritt. cuando éste
la visito en Australia.

«Doctor Kellogg, siento una gran angustia que oprime mi alma. Acudo a usted en
busca de consejo porque no se qué hacer. Ya le he relatado al ministro [George B.|
Starr lo que le voy a contar a usted, pero no me dio ningún consejo satisfactorio.
Como ya sabe -dijo Fanny-, estoy trabajando para la hermana VYhite. La mayor
parte de lo que escribo se ha publicado en el Rcview a n d H e rnld como procedente
de la pluma de la hermana White. y como escrito por la hermana White por ins­
piración divina. Lo que quiero decirle es que estoy muy afligida sobre este asunto
porque creo que estoy actuando como parte implicada. Los lectores están siendo
engañados sobre lo que escribo. Creo que no es correcto que todo lo que yo es­
cribo deba publicarse con el nombre de la hermana White y se afirme que ha sido
especialmente inspirado por Dios. Lo que yo escribo debería publicarse con mi firma,
entonces el mérito pertenecería a quién realmente pertenece.» Aconsejé a la se­
ñorita Bolton [sic] lo mejor que pude, y poco después pedí a la señora White que
me explicara la situación. Le conté lo que Fanny me había confesado. La señora
White me preguntó si Fanny en verdad me había dicho lo que yo le había contado,
y al afirmar que en efecto asi había sido, dijo: «El ministro Starr me ha dicho que
ella le contó la misma historia». Entonces la hermana White dice con cierta cali­
dez: «Fanny Bolton nunca mas volverá a escribir otra linea para mi. Ella es capaz
de herirme como nadie».

Pocos días después de haber ido con el cuento a MerritL Fanny fue despedida
de nuevo. La señora White tuvo una visión en la cual el mismo Jesús, sentado en
un cairo de oro conducido por caballos de plata, repitió tres veces: «¡Fanny Bolton
es tu enemiga!».
Mn cartas dirigidas a sus amigos, la hermana White tuvo palabras muy duras
al referirse al carácter de Fanny. Daba a entender que su editora se encontraba
bajo el control de Satán y sus demonios. La comparaba con Judas. Increíblemente,
en 1894 Fanny Bolton, azuzada por los remordimientos y probablemente en gran
necesidad económica, envió de nuevo una carta a la señora White afirmando su
amor por ella y por la iglesia, y disculpándose por su comportamiento. La señora
White contestó a Fanny que estaba «profundamente conmovida», aceptó su «con­
fesión» y añadió: «Puedo y quiero perdonarte».
Puede parecer increíble, pero ¡Fanny fue contratada de nuevo! «Ella [Fannyl
posee un destacado talento -escribió el hijo de la señora White. Willie. a su her­
mano Edson- y maneja los asuntos de nuestra madre de forma rápida e inteli-

88
gente, sacando adelante dos veces más trabajo que cualquier otro editor que nues­
tra madre haya contratado nunca.» Fanny y Ellen se necesitaban mutuamente.
Entonces surgió otro escollo en la relación. Fanny se enamoró de un hombre
casado que había sido contratado para ayudarla a escribir a máquina. La opinión
de la señora White con respecto a ese hombre no podía ser peor. Al poco tiempo
estaba escribiendo de nuevo a sus amigas acerca de los defectos del carácter de
Fanny. «Nunca pretendí darle otra oportunidad para verla traicionarme y conver­
tirse en una traidora», escribió a Marian Davis. En 1895, Fanny fue despedida una
vez más.
Al final de ese mismo año. aunque pueda parecer increíble. Ellen White tuvo
una visión en la cual el Espíritu Santo le pidió que contratara de nuevo a Fanny.
La señorita Bolton había trabajado para la hermana White intermitentemente du­
rante siete años, pero ahora no tenía ningún deseo de regresar con ella. En Amé­
rica continuó hablando acerca de los plagios. «Frenaré la influencia de tu lengua
con todo lo que esté en mi mano», le escribió Ellen White en 1897.
I lasta donde soy capaz de determinar, todo lo que Fanny estaba haciendo era
decir la verdad. A pesar de la rabia de la señora White, en 1901 Fanny se volvió a
disculpar de nuevo, pero esta vez de forma mucho más despreciable:

Doy gracias a Dios por haber impedido que la hermana White aceptara mi supuesta
superior sabiduría y rectitud, y por haber impedido que reconociera el mérito de los
redactores o autores: por el contrario, ha ofrecido a todo el mundo la expresión sin
adulterar de la mente de Dios. Si hubiera hecho lo que yo deseaba que hiciera, el
don hubiera sido degradado a una autoría común, su importancia disminuida, su
autoridad minada y su bendición perdida para el mundo.

Como leal adventista, Fanny finalmente había concluido, o pretendido concluir,


que no sólo había que justificar a Ellen White por realizar esos plagios masivos,
sino que también tenía que ser elogiada ¡por haber ocultado esa piratería a los
lectores! Como veremos en el capítulo 16, los urantianos ahora están diciendo exac­
tamente lo mismo sobre el reciente descubrimiento de plagios en el LU.
En 1911, a la edad de 52 años, Fanny pasó trece meses recluida en un hospi­
tal mental en Kalamazoo, Michigan. Posteriormente, volvió a ingresar en la misma
institución durante tres meses, y todavía después pasó un tiempo en un hospital
mental de Florida. Murió en Battle Creek en 1926, enferma y casi en la indigen­
cia, aunque se sabe que había sido ayudada durante varios años por un adven­
tista que quería casarse con ella, pero cuya identidad se desconoce.
Mi fuente para esos tristes detalles de la vida de Fanny Bolton es «Fannie's
Folly», la primera parte de un ensayo sorprendente escrito por Alice Elizabeth
Gregg en el periódico Adventist Cúrrenla (octubre de 1983). La segunda parte,

84
«Manan the Bookmaken», apareció en la edición de febrero de 1984 de ese mismo
periódico. Trata de la carrera de la antigua asociada de Fanny, Marian Davies.
Marian habló menos de los plagios que Fanny, pero se sentía igualmente mo­
lesta por ellos, quizá más aún porque intentaba reprimir su rabia. Nacida en 1847.
en North Berwick. Maine, sus padres eran devotos adventistas cuando se trasla­
daron a Battle Creek. El primer trabajo de Marian fue de correctora de pruebas
para la editorial Revievv and Herald de la iglesia. Su hermana menor, Ella, se casó
con William K. Kellogg, propietario de Kellogg Cornflake Company y hermano del
doctor John Kellogg. Durante veinticinco años trabajó fielmente como ayudante li­
teraria jefe de Ellen White.
Dudley Canright. en su biografía de Ellen White, revela que un dia se oyó llo­
rar a Marian en su habitación. Al preguntarle qué era lo que le preocupaba, ella
replicó: «Deseo morirme, deseo morirme». Cuando el interlocutor le preguntó por
el motivo de su tristeza, su respuesta fue: «Es este terrible plagio».
Fue Marian quien convirtió la caótica redacción de la señora White sobre la vida
de Cristo en el maravillosamente escrito Desirc o f ;\ges. Ijos adventistas todavía
comentan la belleza de los libros de la hermana White, ignorantes de que los her­
mosos pasajes proceden de otros escritores y ayudantes cuyos nombres y libros no
se mencionan en ningún lugar. Sólo en una última reimpresión de The Great Con-
troversy, los oficiales de la iglesia añadieron notas a pie de página en las que se
indican las fuentes principales. Los oficiales de la iglesia todavía siguen haciendo
todo lo que está en su mano para ocultar a sus fieles la gran cantidad de pasajes
que la señora White copió de otros libros.
Siempre débil, Marian se consumió lentamente. Cuando murió de anemia en
1904, tenía 57 años y pesaba 30 kilos. «¿No podía haber sido -se pregunta Alice
Gregg- que dejarse morir de hambre fuera la única forma de salir de una situa­
ción que ya no podía soportar?»9
Gregg concluye en su ensayo que la controversia sobre los plagios de la señora
White nunca cesará hasta que la iglesia adventista sea capaz de «reconocer que
Ellen no actuó correctamente cuando copió sin mencionar las fuentes usadas».

9. En el cuarto volumen de la biografía en seis volúmenes de Arlhur L White sobre su abuela, Ellen G.
White: The Australian Years. el capitulo 32 está dedicado a Marian Davis. Detalla la estrecha colabora­
ción de la señora White y Davis en The Desirc o(Ajíes. El capitulo 20 aborda la relación intermitente
entre la señora White y Fanny Bolton.

85
V
El templo viviente

Hasta 1900, el doctor Kellogg y la hermana White mantenían la mejor de las re­
laciones. De joven el doctor Kellogg vivió en su casa, donde fue tratado casi como
un hijo por Eilen White y su marido, James. Ya en 1889 le escribió: «La he que­
rido y la he respetado como si fuera mi propia madre». Un año después escribió
el prefacio del libro de la señora White y otras personas Chrístian Temperan ce and
Bible Hvgiene, en el cual afirmaba que las opiniones sobre salud de Ellen White
llevaban «la evidencia inconfundible de la dirección e intuición divina». En las reu­
niones del Sanitarium, el pequeño doctor leía con frecuencia los libros de la her­
mana White con los ojos anegados de lágrimas.
La señora White a su vez quería y admiraba al doctor. En General Conference
Bulletin (1901, pág. 203), escribió que el doctor Kellogg «se ocupaba de casos tan
difíciles, que si el bisturí se hubiera movido el grosor de un cabello, hubiera cos­
tado una vida. Dios está a su lado y la mano de un ángel se posa sobre su mano,
guiándole en todas sus operaciones». Esta frase no le pareció muy bien al médico,
pues temía que sus pacientes esperaran que realizara milagros. En un testimonio
de 1901 en el cual la señora White describe una de sus visiones, expone:

Mientras rezaba y enviaba mi petición allí aniba, como otras veces, vi una luz que
rodeaba la habitación y me llegó una fragancia de flores, y el maravilloso aroma de
las flores, y luego una voz que hablaba suavemente me dijo que tenía que aceptar
la invitación de mi siervo John Kellogg, y de hacer que mi casa fuera su casa. En­
tonces las palabras fueron «Yo le he nombrado mi médico. TU puedes ser un aliento
para él».

87
Cuando la señora VVhite entraba en estado de trance y experimentaba las ilu­
siones visuales y auditivas, generalmente veía la habitación inundada con una
suave luz, a veces coloreada de rosa o de azul. Podía apreciar también una fra­
gancia de rosas o violetas, o de alguna otra flor. Nadie más podía ver la luz ni
oler las flores. Un trance podía durar horas, durante las cuales hablaba sin pa­
rar de lo cine veía y oía.
Permítanme apartarme por un momento del tema que nos ocupa para relatar
cómo Hilen White, en su adolescencia, comenzó a tener sus visiones. En 1839, Wi-
llian Miller (1782-1849). un inculto granjero baptista de Nueva York, después de
un diligente estudio de las profecías bíblicas, concluyó que Cristo regresaría a la
tierra en algún momento entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844.
Después amplió la fecha hasta octubre de 1844. Su oratoria carismática obtuvo
un entusiasta seguimiento entre los fundamentalistas de Nueva Inglaterra.
Cuando pasó el año 1844. sin ningún signo de la llegada de Jesús, el gran­
jero Miller fue lo suficientemente honesto para admitir que se había equivocado,
y se retiró de la escena. La mayoría de los milleritas, tristes y desencantados, re­
gresaron a sus iglesias anteriores, pero un pequeño grupo de creyentes más de­
votos descubrieron una forma sorprendente de explicar lo que fue conocido como
el Gran Desengaño.
¿Qué ocurrió en realidad en 1844? Ése fue el año. dijeron, en el que Jesús «en­
tró en el Santuario» del Cielo para cerrar la puerta de la salvación. Miller estaba en
lo cierto con respecto a la fecha, pero se había equivocado en el acontecimiento.
En otras palabras, el destino de cada persona estaba decidido; ya no serían posi­
bles más conversiones antes del Segundo Advenimiento. Posteriormente, surgió una
gran controversia con respecto a lo que se conoció como la doctrina de la «Puerta
Cerrada». Se hubiera podido justificar de alguna manera si Jesús hubiera regresado
al cabo de un año más o menos, como creían los milleritas post-desengaño, pero
a medida que transcurrían los años y las décadas, sin poder ver ningún final a la
historia, la teoría de la Puerta Cenada se volvió demasiado débil para sostenerse.
James White, un predicador millerita, y su amiga Ellen 1lannond de Poríland, Main,
que entonces contaba con 18 o 19 años, eran dos adventistas que durante unos
cuantos años defendieron entusiásticamente la teoría de la Puerta Cerrada. La pa­
reja, después de ser convencidos por el millerita Joseph Bates de que Dios preten­
día que su iglesia rezara el sábado en lugar del domingo, se convirtieron en los lí­
deres del Adventismo del Séptimo Día. Fue la mayor de las diversas facciones en
lucha de milleritas que continuaron después de 1844 predicando el Segundo Ad­
venimiento. Si se desean conocer más detalles sobre la historia de esta iglesia, con­
súltese el libro Light Bearers to the Remnant (1979), escrito por Richard Schwartz.
A los milleritas, tanto antes como después de 1844. les gustaba celebrar reu­
niones en toda Nueva Inglaterra durante las cuales daban salida a una emotivi-

88
dad que rivalizaba con la de las congregaciones pentecostales. En las reuniones
gritaban, lloraban y rezaban simultáneamente, y también cantaban vigorosos him­
nos. Para demostrar humildad, practicaban el lavado de pies -lavar los pies a otro
miembro al igual que Jesús había lavado los pies a sus discípulos- y también se
arrastraban por el suelo, ladrando algunas veces como si fueran perros. Se daban
entre ellos lo que denominaban el «beso sagrado», y daban rienda suelta a una
desinhibida «risa sagrada».10 De vez en cuando alguien «tocado por el Señor» se
desmayaba y caía al suelo. Como todavía seguían creyendo que Jesús podía llegar
en cualquier momento, los granjeros dejaron que sus cosechas se perdieran y de­
jaron de ordeñar las vacas. Los propietarios de almacenes cerraron sus pequeñas
tiendas. Durante un breve tiempo, el predicador White continuó difundiendo que
el Segundo Advenimiento tendría lugar antes del 22 de octubre de 1845 o en esa
misma fecha.
En febrero de 1845, en medio de una tormenta de nieve en Maine, se cele­
braron descontroladas reuniones en Atkinson, cerca de Bangor. en la casa del
millerita James Ayer, Jr. El líder del grupo, el predicador Israel Dammon, que ha­
bía sido capitán de barco en Exeter, fue arrestado por alterar la paz. Sensacio-
nalistas relatos de su arresto y de su juicio aparecieron en un periódico local.
Estos relatos, junto con algún comentario, se publicaron en el periódico no au­

to. Pocos pentecostales de nuestros días están enterados de que la «risa sagrada» fue una práctica muy
común en sus primeros días. Sorprendentemente, esta práctica tuvo un renacimiento en 1993. Según
«Laughing for thc Lord», un artículo escrito por Richard Ostling en Time (1,1 de agosto de 1994), el re­
nacimiento de la risa sagrada comenzó en las reuniones dirigidas por Rodney Howard-Ostling de Louis-
ville. Kentucky, y luego se extendieron a las iglesias carismáticas de Canadá e Inglaterra. Time describe
un brote de risa sagrada en Holy Trinity. una iglesia anglicana evangélica de Ixrndres.

Sin apercibirse del extremo calor del santuario y de la falta de ventilación, la multitud de
jóvenes bullía en una expectación más común de un concierto de rock o de un partido de rugby.
Después de las habituales lecturas de las Escrituras, de los rezos y de los cánticos, se separa­
ron las sillas. El sacerdote N'icky Gumbel reza para que el Espíritu Santo derrame sus dones
sobre la congregación. Entonces una mujer comienza a reír. Gradualmente, otros comienzan a
unirse a ella con grandes carcajadas. Un joven orante cae al suelo, agitando sus manos ner­
viosamente. Otro cae, luego otro y otro. Al cabo de media hora había cuerpos por todas par­
tes. como si fueran suplicantes, que sollozaban, se agitaban, rugían como leones y. lo más ex-
trafio de todo, reían de forma incontrolable.

89
torizado Adventist Cúrrente (abril de 1988), profusamente ilustrados con foto­
grafías y dibujos. Tanto Ellen Harmon como James VVhite se encontraban pre­
sentes en esa reunión. En el periódico se describe a Ellen tumbada en el suelo
durante horas, con los ojos totalmente abiertos, gritando acerca de algo que es­
taba viendo en una visión, señalando de vez en cuando a alguien presente y re­
velando hechos sobre esa persona. Ellen predicaba la doctrina de la Puerta Ce­
rnida. Advertía a todos los presentes que irían directamente al infierno si no se
volvían a bautizar por inmersión.
También tirada en el suelo durante esta reunión, gritando sus propias visiones,
se encontraba Dorinda Baker, a la que la prensa describe como una mujer «en­
fermiza» de 23 o 24 años. No se menciona nada de ella en la historia de Schwarz.
A veces me pregunto qué le habrá sucedido. Ellen y James se casaron en 1846
ante un Juez de Paz de Portland. El resto ya es historia.
Los relatos de los periódicos sobre el juicio al mayor Dammon no dejaron ni
la más ligera duda de que la joven Ellen compartía incondicionalmente lo que
los adventistas les gusta llamar «fanatismo» de los primeros milleritas. Quince
años después, en el libro Spiritiuil Gifts (vol. 2. págs. 40-42), la señora White ex­
puso su propia versión de la reunión y del arresto de Dammon. En muchos pun-

Rav Wadtlle. en el Nash vilie Tcnnesscan. a finales de agosto de 1994, informa que la risa sagrada
-tam bién conocida como «risa alegre» y «risa del Espíritu Sagrado»- había estallado en la Restoration
Fellowship Cluirch en I lendersonville. Tennesee. «En mitad de un sermón, docenas de personas co-
merizaron a reírse, a lanzar risotadas y carcajadas. Algunos de ellos estaban ya en el suelo, doblados pol­
la hilaridad.»
La risa sagrada se está extendiendo como el fuego por todas las iglesias pentecostales de lodo el
mundo. Ha estallado en la Vineyard Church. en San Francisco, en la Vineyard Church de Toronlo y en
muchas otras congregaciones pentecostales. Richard Roberts, hijo de Oral, ha comentado cómo la risa
sagrada ha cambiado su ministerio y ha dado nuevos ánimos a los estudiantes de la universidad de su
padre en luisa. Pat Robertson aprobó la risa sagrada en su espectáculo televisivo «700 Club» del 28 de
octubre de 1994. Jimmy Swaggarl se ríe a carcajadas cada vez con más frecuencia durante sus macha­
cantes sermones sobre la Biblia.
Al menos dos libros sobre esta nueva moda han aparecido recientemente: Holy Uuighter. escrito
por Charles y Francés I lunter, y Fresh Annointíng, de Mona Johnian. Howard-Browne, conocido como el
Camarero del Espíritu Santo, aparece en la cubierta de Charisma (agosto 1994) acompañando a un ar­
tículo titulado «Praise the Lord and Pass the New VVine». En el mismo ejemplar se hace publicidad de
un vídeo, «The Laugh Thal Was Heard Round the World».

90
tos contradice lo que los periódicos publicaron que había sucedido. Posterior­
mente insistió en que había luchado contra la emotividad de los primeros ad­
ventistas e incluso negó que hubiera defendido alguna vez la doctrina de la Puerta
Cerrada.
Tanto el doctor Kellogg como el doctor Sadler estaban completamente con­
vencidos de que las visiones de la señora White eran una forma de epilepsia par­
cial causada por una lesión grave de sus lóbulos temporales que sufrió cuando
era una niña." La lesión la hizo caer en un estado de semicoma durante algu­
nas semanas.
Ésta es una copia de una carta que el doctor Kellogg escribió el 3 de marzo de
1933 a la señora L.B. Tovver de Glendale, California:

He recibido su carta del 18 de febrero en la que menciona ciertas pruebas que fue­
ron aplicadas por mí a la señora White cuando estaba teniendo una visión. No hay
nada de verdad en lo que usted afirma Nunca vi a la señora White mientras se en­
contraba en estado de trance. Creo que su estado era el de la catalepsia. Es un es­
tado nervioso unido a la histeria en el que generalmente se experimentan visiones
sublimes. Los músculos están dispuestos de tal forma que las pruebas convencio­
nales no pueden mostrar la evidencia de la respiración, pero la aplicación de prue­
bas más minuciosas demuestran que hay leves movimientos respiratorios, suficien­
tes para mantener la vida. Los pacientes a veces permanecen en ese estado durante
varias horas.

Además de la creciente preocupación del doctor Kellogg por la resistencia de


la hermana White a no reconocer sus plagios, otros acontecimientos aceleraron
aún más la ruptura. El doctor se sintió absolutamente conmocionado al descubrir
que durante muchos años la señora White no sólo había comido carne, sino, lo
que era aún peor para él, también ostras.1- Ellen y sus hijos, durante unos 25 años,
fueron muy aficionados al pollo, así como a los huevos, mantequilla, pescado y queso.12

11. Véase «\ isions or Partial-Complex Seizures?». escrito por el doctor Delbert H. Hodder, en la edición
especial de Evangélica «Ellen G. White Reconsidered», vol. 2 n. 5 (noviembre de 19(81): 30-37.
12. En la carta de la señora Milite a so nuera, escrita en 1882. escribe: «Marv. si me pudieras conseguir
una caja de arenques, frescos, por favor hazlo. Los últimos que VVillie consiguió eran amargos y pasa­
dos.. Asimismo, si me iludieras conseguir también unas cuantas latas de ostras, consíguelas».

91
No fue hasta 1894 cuando se convirtió en una estríela vegetariana. Es más, el doc­
tor Kellogg nunca superó el horror que le produjo saber que los líderes y mayores
de la iglesia se habían convertido en auténticos «carnívoros».
En 1900, Ellen White se enfadó con el doctor Kellogg por no haber enviado
dinero para ¡a labor de la iglesia en Australia, donde ella había fijado tempo­
ralmente su residencia. En uno de sus testimonios, le acusó de robar dinero del
San y de derrocharlo en la construcción de nuevos edificios en Chicago. Escri­
bió que había visto esos nuevos edificios en un sueño, edificios diseñados para
«dar abrigo a pobres indignos» y para aumentar la fama del doctor Kellogg. (Tal
como habían augurado el doctor Sadler y otros médicos, después de su meno­
pausia, las visiones de la señora White cesaron y los ángeles se comunicaban
con ella sólo en sueños.)
El doctor Kellogg contestó a vuelta de correo declarando que el sueño de la se­
ñora White era falso porque no se había construido ningún nuevo edificio en Chi­
cago. Ellen White no le creyó. En lugar de continuar la discusión, el doctor reveló
en su entrevista de 1907 que tendió una trampa a la señora White. No le volvió a
escribir más cartas negando las acusaciones, seguro de que la señora White to­
maría su silencio como culpabilidad. Ella se tragó el anzuelo y continuó envián­
dole cartas insistiendo en que había gastado el dinero en la construcción de los
nuevos edificios. Cuando la hermana White regresó de Australia y visitó Chicago,
se quedó asombrada al descubrir que tales edificios no existían. ¿Cómo había caí­
do en un error tan obvio? Le habían hablado de la construcción de nuevos edifi­
cios en Chicago. Por tanto, lo que en realidad pretendía el ángel era evitar que los
nuevos edificios se construyeran. El doctor Kellogg no se quedó satisfecho con esta
explicación.
En otra visión la señora White vio «lenguas de fuego» descendiendo sobre el
San en Battle Creek. Efectivamente, un misterioso fuego destruyó los dos edificios
principales del San el 18 de febrero de 1902. En 1905, la hennana White hizo pú­
blico por primera vez ese testimonio que había registrado en su diario tres años
antes. Censuró enérgicamente al doctor Kellogg por haber reconstruido el San, por-

En una carta de 1873, la señora White describe un viaje de vacaciones durante el cual ella y su fa­
milia cenaron pato salvaje. Como Douglas Hackleman señaló en su artículo «Ellen White’s Habit» (Fice
tnquin. otoño 1984), Ellen White había escrito dos años antes: «Aquellos que se desvían de vez en cuando
para dar gusto al paladar comiendo un pavo engordado o cualquier otro tipo de carne pervierten sus
apetitos... La falta de estabilidad en lo que concierne a los principios de la reforma de la salud es un au­
téntico espejo del carácter y de la fortaleza espiritual».

92
que el Señor le había dicho que debería haber construido en su lugar varios sa­
natorios más pequeños en zonas rurales, alejados de las ciudades. Estaba tan fu­
riosa la señora White por lo que consideraba ambiciones en aumento del doctor
que predijo que, al igual que Nabucodonosor, «sería humillado y arrojado al suelo
para que comiera hierba como un buey».
Refiriéndose a este comentario tan poco amable, Merrit dijo a John: «Tú si que
no echarás de menos los sabrosos asados y las jugosas carnes cuando llegue ese
momento, como sí lo harán muchos de los predicadores adventistas del Séptimo
Día cuanto tengan que comer hierba como si fueran bueyes, o como muchos de
ellos hacen todavía, o tengan que pasar hambre, cuando se revelen las falacias de
sus enseñanzas, tal como ocurrirá cuando llegue la hora de Dios».
Otro importante punto de fricción entre el doctor Kellogg y la señora White
y su hijo Will fue la publicación en 1903 del libro de Kellogg, de 568 páginas,
The Living Temple (El templo viviente). El libro resaltaba la inmanencia de Dios
en todas las cosas vivas. «Está presente en el árbol un poder que lo crea v lo
conserva -escribió el doctor-, un hacedor de árboles en el árbol, un hacedor-
de (lores en la flor.» A la señora White estos comentarios le sonaban sospecho­
samente panteístas, al introducir a Dios en la naturaleza en lugar de estar por
encima v alejada de ella. El doctor Kellogg negó repetidamente el panteísmo. Sos­
tuvo que rio era nada más que un reconocimiento de la presencia trascendente
de Dios en todas las cosas, no mucho más diferente de lo que la misma her­
mana White había expuesto en un capítulo sobre «God and Nature» en su libro
Educadon.
Así arranca el capítulo:

En todas las criaturas creadas se ve la huella de la Deidad. La naturaleza es prueba


de la existencia de Dios. La mente susceptible, airebatada por el milagro y el mis­
terio del universo, no puede sino reconocer la obra de un poder infinito. No es por
su propia energía inherente que la tierra produce sus dones, ni que año tras año
continúe su movimiento alrededor del sol. Una mano invisible guía los planetas en
su recorrido por los cielos. Una vida misteriosa impregna toda la naturaleza -una
vida que sostiene los innumerables mundos en toda la inmensidad: que vive en el
insecto minúsculo que ilota en la brisa de verano; que impulsa el vuelo de la go­
londrina, y que alimenta a los jóvenes cuervos que lloran; que lleva al brote a flore­
cer, y a la flor ai fruto.
El mismo poder que sostiene a la naturaleza también opera en el hombre. 1-as
mismas leyes que guían por un igual a la estrella y al átomo controlan la vida hu­
mana. Las leyes que gobiernan la acción de corazón, que regulan el flujo de la co­
mente de vida por el cuerpo, son las leyes de la poderosa Inteligencia que posee la
jurisdicción del alma.

93
El doctor Kellogg intentó en vano pacificar a la señora Whitc y a los teólogos
de la iglesia y propuso recortar las páginas ofensoras y pegar en su lugar otras nue­
vas. Se imprimieron cinco mil ejemplares de la primera edición, de los cuales 2.000
ya se habían vendido. Los 3.000 restantes, con sus nuevas páginas pegadas con
cinta adhesiva, salieron al mercado. La primera edición es bastante difícil de en­
contrar. pero las ediciones con la cinta adhesiva son más raras incluso. Posterior­
mente, el doctor Kellogg reescribiría el libro en su totalidad con el nuevo título de
The Mímele o f Life.
Cuando se lee hoy en día The Living Temple, es difícil encontrar en él algún
comentario que pudiera molestar al fundamentalismo protestante. Sospecho que
no era tanto este libro del doctor Kellogg lo que molestaba a Ellen White como
su creciente crítica a sus testimonios y sus ataques en aumento a lo que él consi­
deraba deshonestidad de su marido y de su hijo Will. En su entrevista de siete ho­
ras mantenida con dos líderes de la iglesia, en 1907, los ataques del doctor Ke­
llogg sobre James y Will fueron en efecto muy crueles.
Profusamente ilustrado, The Living Temple está dedicado en primer lugar a la
fisiología del cuerpo humano, aunque su texto está salpicado con toda liberalidad
de citas bíblicas. Todas las conocidas opiniones sanitarias de Kellogg se encuen­
tran aquí. May que abstenerse del alcohol, del té, del café, de las especias y, por
supuesto, de la carne. No sólo la carne es el origen de la «autointoxicación» del
colon y de toda clase de enfermedades y molestias, sino que también es moral-
mente perjudicial:

Una artista una vez comentó a un amigo: «¿Cómo puedes comer algo que te mira
con esos ojos?». El caballero declaró que desde ese momento siempre que se sen­
taba en una mesa donde se sem a cordero, veía un par de dulces ojos contemplán­
dole. y que era incapaz de probar esa carne. Los ojos implican una mente, una in­
teligencia. algo que tiene sentimiento y capacidad para disfrutar, y que mira al mundo,
se forma sus opiniones, sus gustos, sus aversiones, que disfruta, sufre, ama, odia -ex­
periencias que comparten todas las criaturas que pertenecen al reino animal. Por
tanto se puede decir que, en cierto sentido, no sólo existe una hermandad de hom­
bres -aunque pocos reconocen este hecho-, también hay igualmente una herman­
dad mayor, que incluye no sólo a los hombres, a los civilizados, a los salvajes, a los
cristianos, a los celestiales - a todos los hombres en definitiva-, sino también a los
humildes parientes del hombre pertenecientes al reino animal, en cuyas fosas na­
sales al igual que en las del hombre Dios insudó la respiración de la vida.
El hombre cría su ganado, sus ovejas y sus aves como si fueran animales do­
mésticos. Sus hijos juegan con sus crias. A su lado trabajan los bueyes en el campo.
A cambio de amabilidad, ellos nos dan afecto. ¡Qué confianza depositan en él! ¡Con
qué fidelidad le sirven! Con el frío del invierno llega un día terrible -un día de ma-

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sacre, de perfidia, de derramamiento de sangre y carnicería. Con un cuchillo y un
hacha el hombre se vuelve hacia sus confiados amigos, hacia la oveja que besaba
su mano, hacia el buey que araba su campo. El aire se llena de chillidos y gemidos,
de gritos de terror y desesperación, la tierra se humedece con sangre caliente, se cu­
bre de cadáveres.

De todos los alimentos, la «ostra es el más censurable». Los huevos frescos son
inofensivos, pero la leche y sus productos derivados como la mantequilla y el queso
son abominaciones:

La leche y sus derivados son incuestionablemente los productos más sucios que lle­
gan a nuestras mesas. La leche generalmente contiene estiércol de los animales en
tal cantidad que es necesario filtrarla antes de que pueda ser consumida, y aún así.
después de un filtrado ordinario, siempre se encuentra que las últimas gotas del cán­
taro contienen una repugnante cantidad de desechos de las cuadras.

Sólo se deberían hacer dos comidas al día, sin beber agua durante la comida.
Ks muy conveniente realizar un bario frío cada mañana, y un baño caliente, cada
noche. La ropa blanca es la más recomendable porque permite que la luz atra­
viese el cuerpo a la vez que sirve de pantalla a las radiaciones dañinas. Se acon­
seja a los lectores dormir sobre un colchón duro, sin almohada o con tina muy
fina. En el libro se describen y se recomiendan todas las formas de hidroterapia
(curas de agua).
Para adelgazar, dice el doctor, lo mejor es ingerir sólo una clase de comida. En
la monotonía radica el truco para perder peso. «El paciente se cansará pronto de
comer siempre lo mismo y no querrá comer demasiado.»
Las personas que viven y comen bien, se nos informa en el libro, nunca pa­
decerán de aerofagia. El paso del gas está «causado por la fermentación no na­
tural y la putrefacción en el colon debido a la retención de materia fecal». Los
intestinos deberían ser vaciados dos o tres veces a la semana utilizando «un enema
abundante».
A lo largo de todo el libro. Kellogg recalca que Dios habita en todas las cosas,
y especialmente dentro de los cuerpos de los hombres y mujeres. ¿Acaso no nos
dijo San Pablo (1 Corintios 6:19) que nuestros cuerpos son templos del Espíritu
Santo?

Supongamos que ahora tenemos una bota detrás de nosotros -n o una bota ordi­
naria. sino una bota viva, y que cuando la miramos, vemos pequeñas botas que sa­
len en tropel por las costuras, abriendo las punteras, desprendiéndose de los talo­
nes. y saltando hacia arriba-, docenas, cientos, miles de botas, una multitud de botas
I
cinc continuamente están saliendo de nuestra bota viva -nos veríamos obligados a
preguntar «¿Acaso hay un zapatero dentro de la bota?» De la misma forma está pre­
sente en el árbol un poder que lo crea y lo mantiene, un hacedor de árboles en el
árbol, un hacedor de flores en la flor -un arquitecto divino que comprende todas
las leyes de la proporción, un artista infinito que posee un poder ilimitado de ex­
presión tanto en color como en forma; en todo el mundo que nos rodea se siente
una Presencia infinita, divina aunque invisible, hacia la que el ignorante puede es­
tar cegado, pero que se manifiesta a sí misma por su actividad incesante y benéfica.
«Los cielos cantan la gloria de Dios; y el firmamento nos muestra su obra.»

La inmanencia de Dios en todas las cosas es algo que ningún fundamenlalista,


y menos que nadie los adventistas, puede negar. Es más, Kellogg repetidamente
manifestó su creencia en un Dios determinado y personal, con una mente análoga
a la nuestra propia, pero infinitamente mayor. Sin embargo, hay pasajes ocasio­
nales en los cuales parece que se niega la trascendencia de Dios. «Dios es la ex­
plicación de la naturaleza -no un Dios fuera de la naturaleza, sino en la natura­
leza, manifestándose a sí mismo a través y en todos los objetos, movimientos y
fenómenos del universo» (pág. 28).«... un gran Diseñador, un ser personal, que tra­
baja no sobre la naturaleza, sino en la naturaleza, del cual la naturaleza es su ex­
presión» (pág. 451). «Dios no está detrás ni sobre la naturaleza: está en la natura­
leza -la naturaleza es la expresión visible de su poder» (pág. 40).
Éstos son los fragmentos que molestaban a Ellen VV'hite. Es difícil saber exacta­
mente lo que Kellogg quería expresar cuando afirmaba que Dios no estaba sobre
la naturaleza. Supongo que lo que quería decir era únicamente que Dios no estaba
al margen de la naturaleza. Su reconocimiento de la trascendencia de Dios, más
allá del espacio y del tiempo, se evidencia en pasajes como el siguiente (pág. 33);

Las discusiones con respecto a la forma de Dios son totalmente infructuosas y sólo
sirven para minimizar nuestras concepciones del que está por encima de todas las
cosas, y que, por tanto, no puede ser comparado en forma o tamaño o gloria o ma­
jestad con nada que ningún hombre hubiera visto nunca ni que hubiera podido con­
cebir. Ante la presencia de cuestiones como ésta, sólo tenemos que reconocer nues­
tra insensatez e incapacidad, e inclinar nuestras cabezas con temor reverencial ante
la presencia de una Personalidad, de un Ser Inteligente de cuya existencia toda la
naturaleza ofrece un definitivo y positivo testimonio, aunque está más allá de nues­
tra comprensión al igual que los límites del espacio y el tiempo.

Gomo he dicho antes, las páginas molestas se suprimieron de los ejemplares


de la primera edición del libro que todavía no se habían vendido, y fueron sus­
tituidas por otras páginas. Cuando el doctor Kellogg reescribió y publicó el libro

96
completo en 1904, como The Miníele o í Life, que tiene aproximadamente unas
quinientas páginas, no había ya ningún rastro de panteísmo.
De especial interés para los urantianos son las páginas 460-474 de The Living
'Temple, en las cuales Kellogg defendía las doctrinas adventistas (y urantianas) del
sueño del alma y de la reconstrucción del propio cuerpo. En 1878, Kellogg había
escrito un libro exclusivamente dedicado a este tema, The Soul and the Resunection.
pero sus puntos de vista, nos dice, habían madurado desde entonces. Una docena
de páginas de The Living Temple constituyen un espléndido resumen de su libro
anterior. Nuestra identidad personal no está protegida por la sustancia material de
nuestro cuerpo porque esa sustancia se está renovando continuamente al igual que
las nuevas moléculas reemplazan a las viejas. Nuestra identidad está conservada
por la continuidad de lo que Aristóteles llamaba la «forma» del cuerpo -el com­
pleto e increíblemente complejo patrón de nuestras moléculas cerebrales.
Cuando morimos, estamos totalmente inconscientes porque nuestro cerebro ha
dejado de funcionar. El día de la resurrección Dios da a nuestro patrón cerebral
un cuerpo nuevo y glorificado. Es este patrón lo que constituye nuestra «alma».
Como Dios vive dentro de nosotros, es fácil para él recordar ese patrón. Después
de nuestra resurrección no somos «un nuevo ente» porque nuestra identidad ha
sido conservada en la mente de Dios. No sentimos el paso del tiempo transcurrido
entre la muerte y la resurrección mientras duerme nuestra «alma», porque no te­
nemos ningún cerebro que mida el paso del tiempo. Nos parece que despertamos
instantáneamente, en lo que Pablo llamaba el «parpadeo de un ojo», con todos
nuestros recuerdos intactos.

El plano del templo es su alma; no su forma externa, ni la disposición interna, sino


el esquema completo del templo, incluyendo los detalles más minuciosos de la forma
y estructura corporal. Cada célula cerebral, cada fibra nerviosa, cada cuerda del arpa
viviente, cada tono que produce, la descripción completa del instrumento humano
y cada partícula de su trabajo en los actos y palabras y pensamientos humanos -todo
esto se registra, ¿dónde? En la mente universal, en la memoria de Él que dijo: «An­
tes de que te formara en el vientre te conocí» (Jer. 1:5). Dijo David: «Ya vieron tus
ojos mis obras, siendo escritas todas en tu libro. Estaban mis días determinados
cuando aún no existía ninguno de ellos» (Salmos 139:16). El mismo poder que formó
a David de acuerdo con un plan que existía antes de que él existiera, llevando ade­
lante este mismo plan representado en el carácter de David, en su personalidad, re­
cordado en la menú de Dios incluso antes de su nacimiento, puede reformarle en
el mundo futuro y, | >r tanto, asegurarle una vida futura. David reconoció la exis­
tencia de tal registro antes de su nacimiento, y la Biblia en muchos lugares reco­
noce la existencia de un registro similar de todas las vidas humanas. Jer. 1:5; Isa. 4:3:
Apoc. 20:12.
Esta presencia de Dios en el templo le da la información más minuciosa posi­
ble respecto a cada detalle de su historia; ningún acto externo ni pensamiento in­
terno puede escapar a su atención. Aunque un hombre pueda morir, aunque sus
pensamientos puedan perecer, su personalidad, su carácter, sobreviven. Sin cerebro
humano no puede haber, por supuesto, pensamiento humano, voluntad humana, ni
alegría ni dolor humanos. Con la muerte del cuerpo, el hombre deja de ser; el es­
píritu de la vida, el poder vital que anima el polvo del cual está compuesto este cuerpo,
y le convierte en un alma viviente, regresa al Dios que lo donó. El hombre se so­
mete a su autoridad y control. Deja de prestar servido a Dios. El hombre se dirige
a su «última morada», el polvo; el espíritu divino que vivía en el templo, el poder
creativo que le formaba, que le cuidó durante toda su vida, que compartió todas sus
penas, sus dolores, sus luchas, que soportó sus cargas, que «conocía su forma» con
el más minucioso detalle, sobrevive al naufragio del cuerpo. Y, por tanto, mientras
el cuerpo del hombre se funde con el polvo, su individualidad, su «vida», su alma
(no su conciencia humana), se alojan en el gran corazón de Dios, esperando ese
momento decisivo que las edades han esperado anhelantemente cuando un uni­
verso purificado permita la rehabilitación de las almas a aquellos que han amado
con justicia y verdad y que, por tanto, están capacitados para una vida interminable
«en sintonía con el Infinito». Estos seres entrarán en un estado de humanidad es­
piritual infinita a través de la creación de un cuerpo adaptado a su carácter, y ca­
paz de alcanzar los más elevados ideales y de realizar los más elevados propósitos
que el alma en su estado anterior de existencia pudo haber aspirado, pero que, de­
bido a la debilidad de la carne, sólo se pudo lograr de forma imperfecta.

Todo esto, por supuesto, suena a doctrina adventista y urantiana. Estoy con­
vencido que ni Wilfred Kellogg ni el doctor Sadler, ni sus mujeres respectivas, aban­
donaron nunca su fe original. Y creo que es por este motivo por el que estas doc­
trinas encontraron su sitio en El Libro de Urantía.
Comprensiblemente, la señora White y otros líderes de la iglesia se sentían muy
molestos ante los rumores de que el doctor Kellogg estaba comenzando a dudar
de algunas de las doctrinas adventistas más elementales. Los rumores eran cier­
tos. Así es como Richard Schwarz, en su biografía de Kellogg, resume las herejías
del doctor

Alrededor de los años veinte, se había acumulado una considerable evidencia con­
tra el doctor Kellogg de que había modificado seriamente algunas de las creencias
religiosas en las que sus padres le habían educado. Durante varios años había es­
tado fomentando «tranquilas» actividades recreacionales durante el sábado para sus
huéspedes del Sanitarium. También comenzó con mayor frecuencia a citar teorías
evolutivas con el objetivo de apoyar su sistema del modo de vida biológico. Los an-

98
tiguos socios adventistas informaran que el médico ya no tenía fe en ciertas partes
de la Biblia, como las de Joñas y de Job; negaba el nacimiento virginal de Jesús y la
divinidad de Jesús y la necesidad de una reparación de los pecados; constantemente
se burlaba de la aparición personal de Dios; y expresaba su opinión acerca de que
era posible que los seres humanos elaboraran su propia salvación a través de un
programa de eugenesia y de vida biológica.

Creo que tanto Wilfred Kellogg como el doctor Sadler compartían las herejías
del doctor Kellogg, y que muchos de estos puntos de vista fueron introducidos en
el LU. El libro niega doctrinas como el nacimiento virginal de Jesús, así como su
reparación cruenta de los pecados de la humanidad. Niega la historicidad de mu­
chos mitos del Antiguo Testamento y de muchos milagros del Nuevo Testamento.
En las páginas 26-28 del LU se habla de que Dios «convive» en todas sus criatu­
ras. En las páginas 26 y 1.609 nuestros cuerpos se denominan «templos de Dios»,
repitiendo el título del libro de Kellogg. Y lo más significativo de todo, el LU acepta
la evolución como el método de creación de Dios.
Los adventistas actuales están divididos en lo que respecta al creacionismo,
pero en esa época todos eran «habitantes de una tierra joven», convencidos de
que el universo sólo tenía 10.000 años y que los fósiles eran vestigios de vida
que pereció en el Gran Diluvio de Noé. Su «geólogo» (no tenía ninguna prepa­
ración formal en esta ciencia) George McCready Price pronto comenzó a publi­
ca) libro tras libro defendiendo una tierra joven y la teoría del diluvio basándose
en los fósiles.
Desconozco cuándo el doctor Kellogg abandonó la teoría de la tierra joven.
En la edición de enero de 1913 de su Good Health Magazine (que tuve la opor­
tunidad de comprar en una feria de libros antiguos), el doctor Kellogg dedica
tres páginas a un reciente descubrimiento de un hombre fósil que vivió al me­
nos hace 100.000 años. Cita favorablemente las opiniones de un científico lon­
dinense según las cuales «el hombre moderno no desciende del hombre de Ne-
ardental, como muchos suponen, sino de otras especies humanas inferiores
estrechamente relacionadas con el chimpancé y el gibón». El artículo no deja
ninguna duda de que el doctor ya había descartado la teoría del diluvio basada
en los fósiles.
También vale la pena mencionar que el énfasis del doctor Kellogg en la euge­
nesia como medio de mejorar la raza humana no encajaba bien con todos aque­
llos que estaban convencidos de que el mundo estaba a punto de acabar. El doc­
tor Sadler compartía la pasión de Kellogg por la eugenesia. Esta pasión se refleja
con todo detalle (como veremos en el capítulo 14) en el LU.
Si ya en el año 1907 el doctor Kellogg se había alejado de la fe de su iglesia,
como creo que lo estaba, me parece que la iglesia tenía motivos suficientes para

99
expulsarle. Cuando una persona deja de aceptar los dogmas esenciales de una
fe, creo sinceramente que debe abandonar esa fe. Nunca he sido capaz de com­
prender cómo un teólogo católico como llans Küng, que ha abandonado tod¿is
Lis doctrinas claramente católicas, quiera seguir siendo católico. Nunca me de­
jará de sorprender que Paul Tillich, que no creía en un Dios personal ni en la
vida después de la muerte, decidiera llamarse a sí mismo protestante. Tampoco
puedo comprender la mente de personas que se llaman a sí mismas mormones,
pero que no tienen ningún interés en el Libro de Mormón, o que dicen perte­
necer a la Ciencia Cristiana y no tener ningún interés por los escritos de Mary
Baker Eddy.
En su entrevista de 1907, Kellogg dejó claro que no deseaba abandonar vo­
luntariamente la iglesia, aunque predijo la caída del Adventismo del Séptimo Día
si sus líderes continuaban comportándose como en el pasado. Por otro lado, de­
claró que no se opondría a la expulsión. «Si la Iglesia Adventista no es suficiente­
mente buena para mí, no lo será ninguna otra iglesia.» Fiel a sus palabras, nunca
adoptó otra religión. Ni siquiera abandonó su profunda fe en Dios y en Jesús, ni
tampoco la doctrina adventista del sueño del alma hasta que la reconstrucción fi­
nal del cuerpo el día de la Resurrección.
Según un artículo publicado en el Battle Creek Journal (11 de noviembre de
1907), otros seis adventistas también fueron expulsados junto con el doctor Ke­
llogg. Eran el ministro George C. Tenney, D. Duffy, N. Winebrener, Deo Paul. Art-
hur Abeggy un tal señor Moore, cuyo nombre de pila desconocía el periódico. Las
expulsiones tuvieron lugar en el Tabernáculo de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día, en una reunión a puerta cerrada. Al ministro R.S. Ovven y a Moses Eastman
Kellogg (al que conoceremos en el siguiente capítulo) les fue negada la entrada
por la fuerza.
Pocos años antes de morir, el doctor Kellogg todavía conducía su bicicleta
-blanca, por supuesto- y recorría unos kilómetros con ella todos los días. A me­
dida que su muerte se acercaba, comenzó a sufrir deterioros en su vista y oídos,
así como una parálisis. Murió a consecuencia de una neumonía en 1943 y fue en­
terrado en el Oak Hill Cemetery de Battle Creek junto a su mujer. T es ministros
de la iglesia pronunciaron un panegírico en su funeral: un ministro adventista, un
ministro de la Iglesia Congregacional y un baptista del Séptimo Día, que era por
entonces capellán del San. Su hermano Will se encontraba demasiado enfermo
para asistir. Su hermana camal Clara Butler tampoco pudo asistir. Había sido atro­
pellada por un coche y se estaba recuperando en el San.
El San alcanzó su apogeo en 1931, cuando se le añadió un bloque de 16 pisos.
En 1942, fue adquirido por el gobierno federal para servir como hospital del ejér­
cito. Actualmente está situado en el 74 de North Washington y es la sede central
de numerosas oficinas federales.

100
Cuando el doctor Kellogg murió en 1943, se recibieron multitud de condolen­
cias de antiguos pacientes procedentes de todo el mundo. Dejemos que sea el es­
critor Wall Durant el que diga la última palabra en este capítulo:

La muerte de nuestro querido científico y santo nos deja afligidos pero no moles­
tos. La muerte se perdona cuando sigue a una vida noblemente disfrutada y dedi­
cada. Fue uno de los hombres más sabios y más amables que he conocido. Damos
nuestra más profunda condolencia a todos aquellos que estuvieron más cerca de él.
y a aquellos que sentirán su ausencia cada hora del día durante muchos años. Ojalá
el trabajo que ejercía siguiendo la gran tradición de Pitágoras sea continuado por
sus capaces y devotos ayudantes para iluminación y felicidad de la humanidad.

101
VI
Wilfred Custer Kellogg

El otro protagonista de la historia del movimiento de Urantia -el hombre ciue mien­
tras dormía, estoy absolutamente convencido de ello, fue el conducto a través del
cual los supermortales comunicaron por primera vez sus revelaciones a Sadler-
es Wilfred Custer Kellogg, el cuñado de Sadler.
Wilfred nació el 3 de octubre de 187b, en Berkshire, Vermont. Cuando tenía
aproximadamente 20 artos, su madre se trasladó a Battle Creek después de la
muerte de su padre. En 1910, el censo de Battle Creek menciona a Wilfred traba­
jando como contable y viviendo con su madre. Aunque abandonó sus estudios en
el sexto grado, llegó a ser director de la Toasted Corn Flake Company de W.K. Ke­
llogg. Esto no debe resultar extraño si se tiene en cuenta que Will Kellogg, el fun­
dador y presidente de la empresa, tampoco había recibido formación educativa al­
guna. Wilfred dimitió de la empresa en 1910. Después de su matrimonio en 1912.
vendió sus acciones y se unió a Sadler en Chicago.
El padre de Wilfred, Charles Leónides Sobeski Kellogg (1847-1896), era predi­
cador de la New England Conference de los adventistas del Séptimo Día. Murió a
los 48 artos, a causa de una neumonía, en Norwich, Connecticut, y fue enterrado
en Battle Creek. De joven había sido soldado raso durante la Guerra Civil, pres­
tando servicio en la Compartía I), primer regimiento de voluntarios de Vermont de
artillería pesada.
El padre de Charles, Edward Kellogg (1802-1891). había sido también un pre­
dicador adventista. El lio de Wilfred (un hijo del hermano de su padre Ray Stan­
ley Kellogg) fue Moses Eastman Kellogg, un importante editor y escritor adventista
de Battle Creek. Su libro The Suprcmacy o f Peter (Rcview and I lerald. 1897). enér-

103
Ricamente atacado por los católicos romanos, afirmaba que Pedro había sido el
primer papa. (Los adventistas entonces, y muchos incluso hoy en día, creían que
la Iglesia católica era el anticristo.) Moses Eastman Kellogg era un gran amigo del
hijo mayor de Ellen VVhite, James Edson. En su libro The Corning o í Jesús (1900),
James agradece a Moses sus contribuciones.
Moses también colaboró con John Kolvoord en un libro de 119 páginas titulado
The Vision o í the Evening and Moming a Study o f the Prophecy ofDanial VIL El
libro atacaba un anterior dogma de la iglesia conocido como la «Puerta Cerrada»,
que sostenía que en 1844 la puerta de la salvación se había cerrado para todo el
mundo excepto para los adventistas que entonces vivían (ver el capítulo 4). El li­
bro fue publicado en 1907, el mismo año que John Kellogg fue excomulgado. El
sobrino de Wilfred, Ray Stanley Jr.. recuerda que su padre le había dicho que lo­
dos los Kelloggs, que vivían entonces en Battle Creek, fueron expulsados de la igle­
sia junto con el doctor Kellogg.
La «expulsión» no significa excomunión. Milton Raymond Hook, en Flames Over
Battle Creek (1977), una biografía de Georges Washington Amadon, cuenta esa his­
toria en su capítulo final. Dice que en 1907 aproximadamente veinticinco «rebel­
des de Battle Creek» pidieron que sus nombres fueran suprimidos de los archivos
adventistas. Entre los nombres se incluían al hermano del doctor Kellogg. William
Keith, Wilfred Kellogg y su tío Moses Eastman Kellogg. No sería ninguna sorpresa
si el doctor Sadler estuviera también entre los expulsados.
Wilfred era el mayor de cinco hermanos. Su hermano Ray Stanley Kellogg, 18
años menor que él, fue dentista, en el área de Battle Creek, durante medio siglo.
Todavía viven sus dos hijos, Ray Stanley Jr. y John Phillips, aunque lamentablemente
ninguno de los dos mantuvo ningún contacto personal con Wilfred. Sabían de su
estrecha relación con la secta Urantia, y que Wilfred o Sadler envió a su padre un
ejemplar del LU, pero no sabían que Wilfred había sido el canalizador inicial. Wil­
fred murió en Chicago el 31 de agosto de 1956, algo menos de un año después
de la publicación del LU. Ray Stanley Jr. acompañó a su padre al funeral de Wil­
fred en Chicago. Me contó que hubo un servicio urantiano y que su padre estaba
furioso porque no asistió el doctor Sadler.
Probablemente fue en Battle Creek donde Wilfred conoció a la sobrina de John
Kellogg, Amia Bell Kellogg (1877-1960), la hermana de la mujer de Sadler, Lena.
Una ley de Illinois prohibía el matrimonio entre primos hermanos. Para legalizar
el matrimonio, la pareja se casó primero en Kenosha, Wisconsin (un estado que
no prohibía el matrimonio entre primos), la mañana del miércoles 28 de agosto
de 1912. La ceremonia tuvo lugar en la oficina del Juez George W. Taylor. Por la
tarde del mismo día se casaron por segunda vez en La Grange, un suburbio de
Chicago. El día siguiente, en el Daily Moon y en el Battle Creek Enquirer de Bat­
tle Creek, se publicó la noticia de la ceremonia celebrada en la casa de los Sad-

104
ler, en l^a Grange. Fue una elaborada doble boda oficiada por el ex-adventista Ge-
orge C. Tenney, por entonces capellán del Battle Creek Sanitarium. La otra pareja
que se casaba eran Edward van Bond, de Dallas, y Sarah Willmer, de La Grange.
Según el Enquirer, Sarah y Amia eran viejas amigas que habían vivido con los
Sadler «durante todos estos años». Se dijo también que Wilfred y Anua estaban
pensando en volver a Battle Creek para vivir en el 61 de Oak Lawn. Se podía leer
también que Wilfred era uno «de los jóvenes empresarios más prometedores de
Battle Creek, y que todo el mundo estará profundamente interesado en su matri­
monio con una de las más bellas hijas de Illinois». Wilfred es identificado como
secretario del Battle Creek Sanitarium Companv, así como secretario-tesorero de
Battle Creek Optica! Companv.
Una noticia de 1911 aparecida en la Ross Coller Colleclion de la Willard Librarv
de Battle Creek menciona que Wilfred estaba finalizando la construcción de una
nueva casa en Aun Avenue, en Battle Creek. Se dice que está asociado con la re­
vista Good Health del doctor Kellogg, y con la Battle Creek Optical Companv. Añade
que también «está a cargo del equipo eléctrico del San».
Amia y Wilfred eran primos hermanos por el lado de la madre de Wilfred, Emilia
Kellogg. Emilia era la hija de John Preston Kellogg y de su segunda mujer, y John
Preston era el padre de Smith Moses Kellogg y del doctor John Kellogg. Por tanto,
Wilfred y Anua eran nietos de John Preston Kellogg. La madre y el padre de Wil­
fred también eran primos, aunque lejanos. Ambos descendían de Nathaniel Ke­
llogg. de Amherst, Maine, cuyo padre, Joseph Kellogg, había emigrado a los Esta­
dos Unidos desde Inglaterra en la mitad del siglo diecisiete.
Es divertido encontrar en el LU (933) la siguiente frase: «La transición de la fa­
milia materna a la familia paterna explica las prohibiciones, por lo demás insen­
sibles. de matrimonios entre ciertos tipos de primos».
En sus primeros libros Sadler defendía la tesis de que los matrimonios entre
primos no causaban ningún daño, siempre que ambos miembros de la pareja sean
de «buena casta». Por ejemplo, en The Tmth About Heredityi 1927), encontramos
las siguientes frases:

M atrim o nios entre primos. La legislación existente sobre los estatutos de los diver­
sos estados de este país, que prohíbe los matrimonios entre primos, tiene que ser
contemplada en su totalidad como nada científica y más o menos injustificada.

Parece como si las leyes que regulan el matrimonio consanguíneo -el matrimonio
entre primos en particular- estuvieran basadas en la genealogía de las personas im­
plicadas y no en el mero hecho de la relación. Los biólogos son de la opinión que
el matrimonio entre primos y entre otros parientes cercanos, de familias fuertes y
eficaces, podría en efecto ayudar a la raza, mientras que todos están de acuerdo en
el hecho que los primos que poseen defectos hereditarios deberían evitar iniciar cual­
quier relación que los pudiera conducir al matrimonio.

La legislación que prohíbe los matrimonios entre primos no es nada científica. Sólo
a los parientes con defectos debería negarse el matrimonio. Los biólogos son de la
opinión que los matrimonios entre primos en las familias sanas y normales podrían
beneficiar la raza.
East y Jones concluyen que los matrimonios consanguíneos no son perjudicia­
les para la raza, a no ser que la familia ya sea portadora de defectos susceptibles de
ser heredados.

Consideraciones similares se expusieron en uno de los primeros libros de Sad-


ler, Race Decadence (1922). En su libro de 1931 Piloting Módem Youlli. Sadler y
su mujer dedican cuatro páginas a los matrimonios entre primos. Resaltan los pe­
ligros de los matrimonios entre primos hermanos cuando la raza de los padres es
mala, pero «si la herencia es buena, la raza se mejora». Sadler recuerda el caso,
que seguramente es el de Wilfred y Anna, de dos primos hermanos que querían
casarse. Afirma que él no se opuso al matrimonio, porque «he aprendido de la ex­
periencia que, cuando las personas han decidido casarse, no se puede hacer nada
o casi nada al respecto. Incluso cuando rezan buscando consejo, he descubierto
que Dios siempre les responde afirmativamente».
Aunque Sadler no realizó ningún intento de «romper el compromiso», advirtió
a la pareja de la posibilidad de que sus hijos pudieran verse negativamente afec­
tados, y «les aconsejó no tener descendencia». Tuvieron una hija que a los pocos
días comenzó a tener convulsiones y a mostrar signos de gran nerviosismo. Afor­
tunadamente, los padres emplearon una gran perspicacia, siempre ayudados por
los consejos de Sadler. para criar a la muchacha que, en la época que Sadler es­
cribió este relato, tenía once años y era «robusta, estaba bien alimentada y muy
bien controlada». Sadler no nombra a los padres, pero llama a la hija Mary.
Wildred y Anna tuvieron únicamente una hija, Emilia Ruth, que nació prácti­
camente sorda. Posteriormente aprendería a hablar y a leer en los labios. No sé
cuándo nació ni la fecha de su matrimonio. Anna sobrevivió a su marido cuatro
años: murió en Chicago el 24 de febrero de 19(30. a los 82 años.
Según las notas tomadas por Martha Sherman (la conoceremos en los dos ca­
pítulos siguientes), Ruth murió en febrero de 1944. Martha condujo su coche a tra­
vés de la lluvia para asistir a una conmemoración en su honor celebrada en Chi­
cago el 25 de febrero. Ruth y su marido Jerry Picard (que murió en 1991) vivían
en las afueras de San Diego en un pequeño apartamento que incluso carecía de
teléfono. Ruth cogió un resfriado que rápidamente derivó en una neumonía se­
guida de un ataque de sarampión. Durante este periodo de sucesivas enfermeda-

10(3
des, tuvieron un niño, «pero Jerry no tenía experiencia y no supo cómo cuidarle y
el bebé murió. Ruth murió el jueves por la noche». Se especuló entre los urantia-
nos de que esa anormalidad auditiva de Ruth, así como otros defectos genéticos
que podían haberle causado su temprana muerte, estaban relacionados con el pa­
rentesco tan cercano de sus padres.13
Sospecho que Sadler, en su dramático relato de un matrimonio entre primos
hermanos, cambió el nombre de la niña de Ruth por Mary, y su sordera heredita­
ria por una enfermedad nerviosa no especificada. Al recordar sus experiencias con
matrimonios de primos hermanos, es totalmente factible que escribiera sobre el
caso más cercano a él. pero modificando los hechos para preservar las identidades
de Wilfred y de Amia, así como de su hija de once años.
Después de que Sadler estableciera su instituto en una mansión de ladrillo de
tres pisos, en el 533 de Diversev Parkvvay, en la zona norte de Chicago (todavía es
la sede central de la Fundación Urantia), Wilfred v Amia se mudaron a un apar­
tamento situado en el 2.754 de Hampden Court, a unas pocas manzanas de la
casa de Sadler. El edificio sería sustituido posteriormente por un rascacielos. Wil­
fred fue nombrado director del instituto, puesto que conservó hasta su muerte acae­
cida en 1956.
He encontrado sólo dos referencias a Wilfred en los libros de S¿idler, aunque
no lie leído todos sus libros y quizá haya otras referencias. Al cierre de su prefa­
cio a The Theory and Practice oí Psychiahy (1936), Sadler agradece a su «fiel se­
cretaria, la señorita Norma Lucas», por su ayuda con el manuscrito y «a mi esposa
y socio profesional, la doctora Lena K. Sadler». Añade: «Mi antiguo socio. Wilfred
C. Kellogg, me proporcionó una valiosa ayuda al examinar el manuscrito y prepa­
rar el índic.». Y al final del prefacio del libro Prescription for Permanent Peace (1944)
Sadler escribe: «Mi asociado de tanto tiempo. Wilfred C. Kellogg, contribuyó con
sus muchas y valiosas sugerencias a la preparación de este manuscrito.»
Toda la vida de Wilfred estuvo a merced de una salud precaria y de una timi­
dez que casi rayaba en el miedo patológico a la gente. Agradezco a Buddy Roo-
govv tener una copia de una carta de 1906 dirigida por Wilfred a su jefe, W.K Ke­
llogg, en la cual se queja de los «malos días» que ha pasado y comenta que su
doctor, un tal doctor Read. le había aconsejado dejar de trabajar durante unos cuan­
tos meses para descansar, ya sea fuera de la ciudad o en el Baltle Creek Sanita-
rium. donde podría recibir tratamiento. No especifica la naturaleza de su enfermedad,

13. En Racial Decadence(pág. 330) Sadler afirma que el 4,5% de las sorderas son resultado del paren­
tesco cercano de los padres.

107
pero según las cartas de Harry Loose a Harold Sherman, como veremos en el ca­
pítulo 8, Wilfred sufría de úlceras estomacales crónicas.
En The Physiology oí'Faith and Feari 1912), encontramos el siguiente fragmento
digno de mención:

En el estado cataléptico la consciencia se desprende -parece como si fuera empu­


jada muy lejos hacia la periferia. Tiene un nivel cero de intensidad. La vida mental
está en su mayor parte sumida en un leve estado marginal. Los procesos psicoló­
gicos del cuerpo se ralentizan; de hecho, se asumen condiciones muy parecidas a
las que dominan en la hibernación animal. El cuerpo puede tornarse extraordina­
riamente rígido e inflexible. Es en este estado en el que los grandes metíamos de la
historia y del presente se encuentran sumidos por lo general cuando reciben sus
maravillosas revelaciones y visiones.
No es infrecuente que las personas en un estado cataléptico se imaginen a ellas
mismas realizando viajes a otros mundos. De hecho, los maravillosos relatos de sus
experiencias, que hacen públicos después de que finalizan sus ataques catalépticos,
son tan únicos y espectaculares que pueden servir de base a la fundación de nue­
vas sectas, cultos y religiones. Muchos movimientos religiosos extraños se han crea­
do y establecido de esta forma. Por ejemplo, una médium que creía en la inmorta­
lidad natural del alma, siempre estaba acompañada en sus viajes celestiales por
algunos amigos muertos. Un día modificó sus creencias religiosas -se convirtió en
una defensora del sueño del alma. Después de esto, cuando tenía trances, seguía
siendo acompañada de un mundo a otro en sus numerosos viajes celestiales, pero
esta vez por ángeles; dejaron de hacer aparición en sus visiones sus amigos muer­
tos o ausentes después de este cambio en su fe.
Prácticamente todas estas víctimas de trances y de catalepsia nerviosa más pronto
o más tarde llegan a creerse mensajeros de Dios y profetas del Cielo; y no dudo que
la mayoría de ellos son sinceros en su fe. Al no comprender la fisiología y psicolo­
gía de sus aflicciones, llegan sinceramente a considerar sus particulares experien­
cias mentales como algo sobrenatural, mientras que sus seguidores creen ciegamente
todo lo que les enseñan debido al supuesto carácter divino de estas así llamadas
revelaciones.

A Sadler le gustaba repetir pasajes, casi literalmente, una y otra vez en sus li­
bros posteriores. lx>s páiTafos citados arriba, por ejemplo, reaparecen con sólo tri­
viales modificaciones en The Tmth About Spiritualism (1923), Modem Psychiatry
(1945) y Mental Mischief and Emotional Conflicts (1947). El libro de 1912, del que
he tomado la cita, estaba seguramente escrito en 1911. antes de que Sadler des­
cubriera que su curiado era capza de entrar en estado de trance. En libros poste­
riores, en los que trata del canalismo por estado de trance, sugiere levemente que

108
puede haber personas (o «canalizadores») que en realidad pueden estar en con­
tado con una realidad superior. Mental Mischief contiene un párrafo que los es­
cépticos del LU podrían aplicar directamente a YVilfred:

De vez en cuando algún «profeta» con estilo propio intenta convencer a los demás
de la autenticidad de las cosas que ve y que oye en su propia mente. Si tales genios
extraños están razonablemente sanos y son muy poco convencionales, a veces atrae­
rán a una multitud de seguidores, crearán grandes sectas y fundarán iglesias. Por
otro lado, si ven algo más que los demás o si oyen demasiado, pronto se podrán en­
contrar dentro de las paredes de un asilo para locos. Esto es lo que sucede cuando
se permite que este «sentimiento de realidad» tome posesión de una mente que no
es capaz de distinguir entre las criaturas de la conciencia y las de existencia material.

Sin embargo, a este párrafo le sigue el siguiente:

La gran mayoría de esas víctimas de trances y de catalepsia nerviosa, muchos de


ellos sin duda alguna sinceramente, se creen mensajeros y profetas de Dios. Y esto
no es extraño, ya que no saben nada acerca de la fisiología y de la psicología que
subyace en sus experiencias. Tampoco es difícil comprender por qué sus seguidores
creen ciegamente en todo lo que ellos les enseñan.
En mis muchos años de observación de diferentes metíamos que han tenido esos
particulares sueños y visiones, he encontrado que más de las cuatro quintas partes
son mujeres. Ix>s sistemas nervioso v endocrino de las mujeres parecen prestarse
más a esos fenómenos que los sistemas de los hombres. En efecto, las fuerzas es-
pirituales del universo no visitan con más frecuencia a las hembras de las especies
que a los hombres porque sean unas criaturas más espiritualizadas. Es más proba­
ble que el responsable sea la glándula pituitaria así como otros factores endocrinos
y químicos que someten al sistema nervioso de las hembras a periódicos trastornos,
tanto psicológicos como fisiológicos. Nunca he visto un caso donde estos fenóme­
nos continúen después de la menopausia.
No estoy cuestionando la validez de los verdaderos profetas, ya sean del pasado
o del presente; tampoco estoy planteándola. Aunque estoy dispuesto a aceptar que
hayan existido o existan tales personas que se creen divinamente guiadas, estoy con­
vencido de que la mayoría de los que afirman tener esas experiencias sobrenatura­
les realizan fraudes o se autoengañan. que, no familiarizadas con los estados físicos,
creen realmente que sus sueños, visiones o visitas son de origen divino.
Entre esas personas a las que he podido estudiar que tienen ataques o expe­
riencias de esta clase, sólo hay unos pocos casos en los que no soy capaz de des­
cubrir las influencias psíquicas, químicas y físicas que expliquen a mi completa sa­
tisfacción su extraordinario comportamiento.

109
Éstas son las primeras opiniones de Sadler acerca de la escritura y habla au­
tomáticas. Los párrafos citados a continuación, procedentes de The Phvsiology
o f Faith and Lear (1912). reaparecen también con cambios nimios en libros pos­
teriores:

Como un cierto tipo de pariente de los trances y de las llamadas visiones, habría
que mencionar las prácticas de escritura y habla automáticos. El estudio del des­
doblamiento de la personalidad ha arrojado mucha luz sobre la psicología de la es­
critura automática. Cuando la practica, el paciente puede parecer encontrarse en su
estado habitual; de hecho, puede estar conversando con otra persona de una forma
perfectamente normal y natural, cuando, si se le coloca un lápiz en su mano, co­
mienza a escribir continuamente largos ensayos que están cuidadosamente com­
puestos y lógicamente dispuestos, y que a veces son extraordinariamente bellos en
expresión retórica; y todo esto se lleva a cabo mientras la consciencia central es to­
talmente ignorante c inconsciente de todo lo que está ocurriendo.
Esta escritura automática no es en esencia diferente de las experiencias de leer
en la bola de cristal, escuchar las caracolas o la hipnosis. En la escritura automá­
tica las actividades de la consciencia marginal se proyectan hacia el exterior junto
con la región motora de la escritura. En este caso, las actividades subconscientes
no son sensoriales; la causa principal no radica en una sensación auditiva ni vi­
sual, como cuando se escuchan las caracolas o se lee en la bola de cristal, sino en
sensaciones de tacto y movimiento -son totalmente motoras. La consciencia cen­
tral no se entera de lo que está pasando en la consciencia marginal hasta que ve
los pensamientos expresados con palabras automáticamente escritas. Por tanto, la
consciencia central puede creer que esos mensajes en efecto proceden de otro
mundo; y por este motivo tantas personas psicológicamente desequilibradas, ejer­
citadas en la escritura automática, han sido conducidas por tanto a suponer que
esos mensajes escritos proceden de los muertos, o de espíritus que habitan otros
planetas.
El fenómeno del habla automática ocurre de la misma forma. Es otro caso de
una expresión motora de la proyección psíquica, aunque esta vez el sujeto trata con
las palabras habladas, en lugar de con las palabras escritas.

En 1929, en The Mind at Mischief: Tricks and Deceptions o f the Subcons-


cious and How lo Cope with Them, Sadler reveló explícitamente su encuentro,
dieciocho años antes, con lo que llegó a creer que era un canalizador en estado
de trance en auténtico contacto con los seres superiores. En el capítulo 17, so­
bre disociación y desdoblamiento de personalidad, afirma que el desdoblamiento
de la personalidad es uno de los descubrimientos modernos más interesantes.
En la última sección del libro sobre espiritismo, Sadler trata de la relación de

110
esta enfermedad con los metíamos. Según su propia experiencia, el setenta y cinco
por ciento de los metíamos son fraudes conscientes, pero el otro veinticinco por
ciento son víctimas honestas y autoengañadas de personalidades secundarias.
Añade que se ha encontrado con «sólo uno o dos casos» en los cuales este fe­
nómeno similar al de los metíamos en estado de trance puede tener una base
«espiritual o sobrenatural». La frase «uno o dos» indica que Sadler no se había
decidido todavía a incluir en esa categoría a la señora White. Una nota a pie de
página remite a los lectores al apéndice del libro.
El siguiente capítulo del libro de Sadler también aborda la estrecha relación de
la escritura automática con los trastornos de desdoblamiento de personalidad. Puede
dar la impresión de que la mano de un paciente es agarrada por una entidad in­
visible, quizá un pariente muerto o un ángel, que comienza a escribir. Esta activi­
dad automática con frecuencia tiene como resultado «largos ensayos que son cui­
dadosamente compuestos, lógicamente dispuestos y a veces extraordinariamente
bellos en su expresión retórica, y todo esto se lleva a cabo mientras la conscien­
cia central es ignorante de todo lo que está sucediendo». Sadler repite lo que ya
expuso en 1912.
Al igual que los metíamos de voz directa, los escritores automáticos pueden
ser charlatanes u honestos, o una extraña combinación de ambas categorías.
«Quizá sea posible que algunos de ellos sean manifestaciones de una actividad
genuina por parte de auténticas fuerzas espirituales, pero esto no es un aspecto
que deba ser discutido en esta relación.» De nuevo, una nota a pie de página
dice «Ver Apéndice». El capítulo finaliza: «Se remite al lector al Apéndice para
darle a conocer un caso nada común de una supuesta escritura automática aso­
ciada con otros fenómenos psíquicos que estuvieron bajo mi observación hace
varios años».
El apéndice es tan esencial para nuestra historia que lo cito en su totalidad:

Siempre que he mencionado el caso de metíamos o psíquicos que se autoengañan,


el lector de este libro se habrá encontrado varias veces con la frase de que hubo
ciertas excepciones a las acusaciones generales mencionadas aquí, y en esos casos
se le remitió al apéndice. Ahora es mi obligación explicar lo que tenía en mente
cuando se insertaron esas notas a pie de página.
En interés de la exactitud científica por un lado, y de una estricta justicia por
otro, es necesario explicar que hay una o dos excepciones a mi afirmación general
de que todos los casos de fenómenos psíquicos que han llegado a mi observación
resultaron ser muestras de autopsiquismo. Ix> cierto es que prácticamente todos los
fenómenos psíquicos han resultado ser fraudulentos, siempre que el fenómeno psí­
quico se ha podido explicar por las leyes de la proyección física, transferencia, cam­
bio de realidad, etc. Pero hace muchos años conocí a una médium de trance, ya fa-

111
Ilccida. cuyas visiones, revelaciones, etc., no estaban contaminadas con el espiritismo.
I lasta donde llega mi conocimiento, en ningún momento ella afirmó encontrarse
bajo la influencia de guías o controles espirituales, ni transmitió mensajes proce­
dentes de espíritus de seres humanos ausentes. Su obra era en gran parte de na­
turaleza religiosa y su objetivo era impartir profundos consejos y admoniciones re­
ligiosas. Nunca tuve el privilegio de realizar- un completo análisis psíquico de este
caso, y no estoy en posición de expresar el grado en el cual sus revelaciones se ori­
ginaron en el ámbito inconsciente de su propia mente. He hecho mención del caso
únicamente para registrar la circunstancia de que he conocido un caso de fenóme­
nos psíquicos aparentemente relacionados con el trance que no estaba de ninguna
forma asociado con el espiritismo.
La otra excepción tiene que ver con un caso bastante peculiar de fenómeno psí­
quico, que soy incapaz de clasificar, y que me gustaría poder relatar con todo deta­
lle: sin embargo, me encuentro en la imposibilidad de hacerlo debido a una pro­
mesa que hice y que me siento en la obligación de cumplir. En otras palabras, he
prometido no publicar este caso mientras viva esa persona. Espero que en algún
momento haya una modificación de esa promesa y sea capaz de presentarlo en su
totalidad debido a sus interesantes características. Entré en contacto con esa per­
sona durante el verano de 1911. y lo he venido observando desde entonces, habiendo
estado presente en probablemente 250 sesiones nocturnas, muchas de las cuales
he sido ayudado por un estenógrafo que tomó voluminosas notas.
Un estudio profundo de este caso me ha convencido de que no es un episodio
de trance ordinario. Aunque el sueño parece ser bastante natural y muy profundo,
por ese motivo nunca pudimos despertar al sujeto cuando se encontraba sumido
en ese estado; pero el cuerpo no está rígido, y la acción del corazón no se modifica,
aunque la respiración a veces se interrumpe de forma notable. Este hombre está to­
talmente inconsciente, está completamente al margen de lo que le está ocurriendo,
y. a no ser que después se le cuente todo, nunca sabe que ha sitio utilizado como
una especie de centro de referencia para las idas y venidas de personalidades su­
puestamente interplanetarias. De hecho, muestra una cierta indiferencia ante todo
este procedimiento, así como una sorprendente falta de interés por esos aconteci­
mientos cuando le ocurren de vez en cuando.
Estas visitas nocturnas no son en absoluto como las sesiones asociadas con el
espiritismo. En ningún momento durante el período tic observación, que duró die­
ciocho años, ha habido comunicación de ninguna clase con nadie que afirmara ser
el espíritu de un ser humano fallecido. Las comunicaciones que se han escrito, o
que hemos tenido la oportunidad de oír, son realizadas por un vasto orden de se­
res que afirman provenir de otros planetas con el objeto de visitar este mundo como
visitantes estudiantes que estudian y observan, mientras viajan de un universo a otro
y de un planeta a otro. Estas comunicaciones se mantienen también con supuestos

112
seres espirituales que clan a entender que lian sido asignados a este planeta para
realizar obligaciones de diversos tipos.
Dieciocho años de estudio y de profunda investigación no han sido capaces de
revelar el origen psíquico de estos mensajes. Ahora me encuentro en el mismo lu­
gar donde empecé. Psicoanálisis, hipnotismo, comparación intensiva, no pudieron
demostrar que los mensajes escritos o hablados de esta persona hayan tenido su
origen en su propia mente. Gran parte del material conseguido por medio de este
sujeto es bastante contrario a sus hábitos de pensamiento, a la forma en que ha
sido enseñado v a toda su filosofía. De hecho, de todo lo que hemos conseguido,
no hemos podido encontrar nada de esta naturaleza en la existencia. Su contenido
filosófico es bastante nuevo, y somos incapaces de descubrir si gran parte de él ha
encontrado alguna vez una expresión humana.
Aunque me encantaría poder dar detalles de este caso, no me encuentro en po­
sición de hacerlo en este momento. Sólo puedo decir que durante todos estos años
de observación, la información canalizada a través de esta fuente ha resultado ser
completamente coherente. Aunque hay una considerable diferencia en la calidad de
las comunicaciones, parece estar razonablemente explicada por una diferencia en
el estado de desarrollo v en el orden jerárquico de las personalidades que realizan
las comunicaciones. Su filosofía es coherente. Es esencialmente cristiana y. en su
conjunto, totalmente armoniosa con los hechos científicos conocidos y con las ver­
dades de esta época. De hecho, el caso es tan inusual y extraordinario que se ha
convertido inmediatamente, y en lo que concierne a mi experiencia, en algo único
por él mismo, que hasta ahora ha resistido todos mis esfuerzos de demostrar que
tiene un origen psíquico. Nuestras investigaciones continúan y, como he insinuado
antes, espero contar en algún momento con el permiso necesario para informar de
forma más completa sobre el fenómeno relacionado con este interesante caso.

El primer caso de Sadler, la mujer con visiones y sueños no contaminados por


el espiritismo, no podía ser otro que Ellen White. Aunque Sadler ya se había con­
vencido de que sus revelaciones eran al menos parcialmente inválidas, nunca per-
dio su admiración y afecto hacia ella. Cuando Richard Schwartz visitó a un an­
ciano Sadler -Schwartz estaba por entonces investigando para su biografía de John
Kellogg-, se sorprendió de encontrar al Sadler ex adventista hablando todavía de
la hermana White con gran respeto. La segunda persona mencionada en el apén­
dice, que escribía y hablaba mientras estaba en estado de trance, era en mi opi­
nión Wilfred Kellogg. Nunca dio permiso a Sadler para revelar su identidad.
Sadler había adquirido de su educación adventista una firme creencia en el
«sueño del alma» hasta el día de la resurrección, creencia que hacía que la co­
municación con los muertos fuera imposible. Siempre que Sadler se encontraba
con un médium que afirmaba ser el canalizador de un alma fallecida, sabía de
inmediato que el canalismo no era válido y que podía explicarse como un ab­
soluto fraude o que el médium sacaba de su inconsciente falsas comunicacio­
nes. Sin embargo, le faltó tiempo para añadir lo siguiente (The Minó al Mischief.
pág. 352):

De nuevo tengo que confesar que he estado en contacto con unas cuantas perso­
nas de una peculiaridad psíquica que se convirtieron en el canal de comunicación
de numerosos mensajes que no eran de naturaleza en absoluto trivial; pero en nin­
gún caso esos mensajes confirmaron que habían tenido su origen en seres huma­
nos fallecidos. Siempre afirmaban otro origen muy lejano y diferente del ámbito de
los espíritus fallecidos.

Obsérvese que Sadler utiliza la palabra «canal» para describir los papeles de-
sempeñados por Ellen While y por Wilfred Kellogg en la comunicación de esos
mensajes nada triviales procedentes de seres superiores. Consideraciones simi­
lares se encuentran en el libro de Sadler The Truth Ahout Spirítualism (1923).
Este libro es uno de los ataques más duros que jamás se han escrito sobre los
médiums fraudulentos y sus métodos. En el prefacio del libro. Sadler declara que
al año siguiente publicaría un libro mucho más extenso titulado Spirítualism, li­
bro que nunca apareció. Desconozco si Sadler finalizó o incluso si empezó a es­
cribir el manuscrito.
Merece la pena observar que aunque Sadler afirma que nunca se encontró per­
sonalmente con ejemplos de fenómenos psíquicos (mesas que se levantan, eclo-
plasmas, voces procedentes de trompetas flotantes, fantasmas luminosos, etc.) que
no pudo explicar como un completo truco, no está dispuesto a descartar la posi­
bilidad de que algunos médiums pueden haber estado ayudados por demonios.
Esto es lo que dice acerca de ellos en las páginas 207-208:

Por supuesto no puedo estar científicamente seguro de que los fantasmas malignos
y espíritus vagabundos, o cualquier otra manifestación de Su Satánica Majestad, no
puedan encontrarse en el fondo de ciertos raros casos de fenómenos psíquicos ex­
teriorizados con la forma de espiritismo. Es decir, no puedo, como científico, resol­
ver esa cuestión. Quizá sea cierto que en algunos casos los demonios están aliados
con los médiums, y que les ayudan astutamente a perpretar algunos de los fenó­
menos psíquicos que presentan en el nombre de espiritismo. Pero aunque admito
la posibilidad de algún tipo de conexión entre espiritismo y demonismo, deseo en­
fáticamente confesar que no he investigado personalmente el caso de ningún mé­
dium. u otro psíquico, que pretenda ser un canal de comunicación entre los vivos y
los muertos, en donde haya estado inclinado a recurrir a estas hipótesis para expli­
car el fenómeno observado.

114
En su libro de 1912 The Physiology oíFaith and Fear. Sadler fue incluso más
explícito al confirmar su creencia de que los espíritus malignos eran los respon­
sables de los fenómenos no fraudulentos producidos por médiums espiritualistas:

Los lectores de este libro sin duda alguna están familiarizados con la norma bíblica
según la cual se miden estos fenómenos. Por tanto, según esta fuente son lamenta­
bles por su origen y su relación con los espíritus del mal. En consecuencia, conta­
mos con la denuncia de las Escrituras a esa práctica de buscar información en los
muertos y con la exhortación para realizar nuestro llamamiento al Dios Viviente.
El autor de este libro está personalmente inclinado a aceptar el diagnóstico bí­
blico. y conmina a sus lectores de nuevo, como lo hace repetidamente en este vo­
lumen, a adoptar la actitud de la fe en su mejor yo interior y en el Ser Supremo.
Esta, cree el autor, es la clave que, junto con un uso racional de los medios mate­
riales. abrirá los misterios del presente y del futuro. De sus experiencias personales
con médiums espiritualistas, piensa que tenemos en ellos mismos la evidencia em­
pírica más palpable que apunta a la existencia de esos poderes espirituales que por
su naturaleza son mentirosos y engañadores. Confiamos en que los fenómenos de
espiritismo nunca serán aceptados por la investigación científica ni por los experi­
mentos de laboratorio (pág. 467).

Dos años después, en Wotry and Nervousness (pág. 288), Sadler expresa de nuevo
su creencia en la demonología:

No me voy a comprometer diciendo que soy capaz de explicar todos los fenómenos
relacionados con los médiums espiritualistas y sus espiritismos. Personalmente, soy
un creyente de las influencias sobrenaturales: pero no estoy totalmente convencido
de que todas las acciones sobrenaturales tengan una buena influencia, y a partir de
mi conocimiento de los médiums de los espíritus y del espiritismo (si se pudiera de­
mostrar al final que tienen un origen sobrenatural), creo que ya me he decidido so­
bre qué clase o forma de espíritu está relacionado con estas manifestaciones. Con­
sidero que el espiritismo es un problema en gran parte al margen del ámbito de la
investigación científica, aunque muchas fases del fenómeno están sujetas tanto al
estudio psicológico como fisiológico.

En todo este libro sobre espiritismo, así como en escritos posteriores sobre
los médiums, Sadler es extremadamente prudente a la hora de distinguir entre
médiums y videntes. Considera que son médiums todas aquellas personas que
afirman estar en comunicación con los muertos. Considera que son videntes to­
das aquellas personas que no se comunican con los muertos, sino que pueden
estar en auténtico contacto con una realidad espiritual trascendente. Entre los
videntes de su época, aunque no los nombra, con toda seguridad tenía en mente
(como ocurre en el famoso apéndice de Mind ¿it Mischief) a Ellen White y a Wil-
fred Kellogg. En 1923, Sadler había roto con el adventismo y se había desen­
cantado de Ellen White, pero todavía no estaba seguro de si era una auténtica
charlatana o si se estaba autoengañando. De ahí su cauta frase de «uno o dos
casos» ele auténticos fenómenos sobrenaturales. Estaba seguro de que el caso
de Wilfred era auténtico. En lo que no estaba tan seguro era en el caso de la
hermana White.
Éstos son algunos de los pasajes más relevantes:

Hasta donde llega mi experiencia, nunca he detectado nada en mi relación con los
médiums que me diera una explicación razonable para una hipótesis espiritual. 1le
encontrado, en mi práctica profesional, peculiares casos psíquicos, algunos de los
cuales no he sido capaz de comprender totalmente bajo la luz de las leyes fisioló­
gicas y psicológicas. Sin embargo, como he afirmado anteriormente, en ningún caso
han sido médiums ni tampoco afirmaron nunca haberse comunicado con los muer­
tos. (pág. 136)

Es mi opinión que cerca del setenta y cinco por ciento de nuestras manifestaciones
espiritistas más comunes son fraudes (conscientes y deliberados fraudes comercia­
les), y que cerca del veinticinco por ciento pertenecen al orden que hemos estado
describiendo, e incluyen los posibles casos de fenómenos espirituales o sobrenatu­
rales reales, que yo. que los he observado, los acepto como posibles, aunque nunca
he tenido personalmente contacto con ellos excepto en uno o dos casos que se pu­
dieran clasificar en este último grupo mencionado, (págs. 143-144)

De nuevo, tengo que rechazar categóricamente toda intención de discutir o co­


mentar algo sobre los genuinos videntes de los tiempos pasados o presentes. Los
profetas del Todopoderoso no se van a tratar en este trabajo. Si hubo quienes tu­
vieron visiones en los tiempos antiguos, los que fueron la voz del «Que clama en
el desierto»; y si hubo quienes tuvieron visiones en los tiempos más modernos (vo
he encontrado unos pocos de este tipo que eran muy difíciles de comprender y
de explicar adecuadamente sobre una base puramente psicológica), si hubo quie­
nes tuvieron alguna visión en nuestros días y en nuestra generación, está total­
mente fuera del propósito de este libro juzgarlos o condenarlos. Pero de nuevo
debo afirmar que esos pocos casos de fenómenos psíquicos que ocurrieron bajo
mi observación, y que posiblemente tuvieran un origen sobrenatural, no tenían nada
en común con el espiritismo. Puedo incluso declarar que eran en cierto modo an­
tiespiritualistas, y que por consiguiente su presentación o análisis no concierne a
este estudio (pág. 209)

116
Es interesante observar que, en su apéndice de The Mind ¿it Mischief. Sadler
nos cuenta que el canalizado!'que no menciona permanecía totalmente indiferente
al contenido de lo que le estaba ocurriendo mientras dormía. Esta curiosa indife­
rencia se refleja en el LU( 1.208-1.209):

El Ajustador del ser humano a través de) cual se realiza esta comunicación disfruta
de tal amplia gama de actividad principalmente debido a la indiferencia casi total
de este humano hacia cualquier manifestación exterior de la presencia interior del
Ajustador, es en efecto una suerte que permanezca conscientemente tan despreo­
cupado de todo el proceso. Él contiene a uno de los Ajustadores altamente exper­
tos de su época y generación, y sin embargo el guardián del destino considera su
reacción pasiva e inactiva a los fenómenos asociados con la presencia en su mente
de este Ajustador versátil, una reacción rara y afortunada. Todo ello constituye una
coordinación favorable de influencias, favorable tanto para el Ajustador en la esfera
más elevada de acción como para el socio humano desde el punto de vista de su
salud, eficacia y tranquilidad.

He sido incapaz de determinar hasta qué punto Wilfred y su mujer creían que
el material que salía del durmiente Wilfred era auténtico. A pesar de la indiferen­
cia de Wilfred, tuvieron que haber creído en él porque ambos participaron activa­
mente en el movimiento urantiano.
En 1911, el matrimonio Sadler estaba viviendo en La Grange, un suburbio de
Chicago, como ya hemos mencionado antes, esperando que estuviera disponible
algún apartamento en Chicago. En 1912, Wilfred y su esposa Anua ocuparon unas
habitaciones del mismo edificio. La única mención impresa del descubrimiento de
Sadler de que su cuñado era un canal transmisor aparece en un libro de bolsillo
escrito por Harold Sherman. De esto tratará principalmente el siguiente capítulo.

117
VII
Comienza la revelación

La única mención e n u n lib r o im p re s o d e c ó m o los D o c u m e n to s ele U ra n tia co­


menzaron a ser canalizados se encuentra en el capítulo 5, «Pipeline lo God». de
H o w lo K n o w W h a t lo B e lie ve , un libro de bolsillo editado por Fawcett y escrito
por I larold Shennan, (jue fue publicado en 1976. Sherman (1898-1987) fue un pro-
lífico escritor de ficción deportiva hasta sus últimos años, cuando se convirtió en
un autor muy conocido de libros de autoayuda y de temas paranormales. Aunque
admirado por sus capacidades psíquicas y sus investigaciones sobre percepción ex-
trasensorial, Sherman nunca quiso ser llamado psíquico. Durante toda su vida sin­
tió una fascinación especial por las potencialidades de la mente humana, así como
una necesidad imperiosa de demostrar a los demás que los pensamientos se po­
dían transferir de una persona a otra. En el siguiente capitulo hablaremos am­
pliamente de su curiosa profesión y de su desafortunada implicación durante cinco
años en el movimiento de Urantia.
En 1941, Sherman y su esposa, Martha, se unieron a lo que se conocía como
l'orum, un guipo de personas que vivían en Chicago y que se reunían los domin­
gos para discutir sobre los Documentos de t randa, después de que su contenido
fuera canalizado durante la noche por el durmiente Wilfred.
Aunque al principio se sentían intrigados y participaban en las sesiones del grupo,
los Sherman pronto comenzaron a sospechar que el material canalizado estaba
siendo reescrito y ampliado por Sadler. Sherman intentó persuadir a Sadler de que
incorporara en el LU alguna información sobre la investigación y comunicación
psíquica con los muertos -para que fuera verificada y autorizada por el durmiente
(véase el Apéndice C). Fue un esfuerzo inútil porque Sadler, que seguía siendo leal

119
a muchas doctrinas adventistas, creía firmemente que ninguna comunicación con
los fallecidos es permitida por Dios. La hostilidad entre Sadlery el matrimonio Sher-
man se intensificó hasta el punto de que Harold y Martha fueron bruscamente ex­
pulsados del Forum. Sadler acusó a Sherman de encabezar una rebelión contra
la nueva revelación, actuando bajo la influencia del malvado Caligástia. El siguiente
capítulo abordará toda esta confrontación con más detalle.
En el relato de Sherman de este cáustico conflicto, la palabra Urantia nunca se
menciona. El LU es llamado The New Reve¡¿ilion Book. Sadler aparece con el nom­
bre de doctor Henry P. Norton. Wilfred y su esposa son Alfred y Lucy Buxton. Ocho
páginas están dedicadas a reproducir, entre comillas, lo que Sadler confió a Sher­
man acerca del misterioso origen del LU.
La fecha exacta en la cual Sadler comenzó a interesarse por el canalismo de
Wilfred sigue siendo hasta hoy un gran misterio. Sherman menciona en su libro
que Sadler le había confiado que el canalismo había empezado «hace unos 35
años». Sadler hizo este comentario en 1942, y si le restamos 35 años, nos sitúa en
el año 1906 o 1907. Esta fecha la contradice categóricamente Sadler en su apén­
dice a The Mind ¿it Mischief. donde explícitamente afirma que el canalismo co­
menzó en el verano de 1911. El mismo Sherman contradice su declaración de «hace
unos 35 años» en la página 69 de su capítulo sobre el origen del LU. «De esta
forma dio comienzo una extraña y dramática saga humana -escribe- que empezó
en 1911 y continuó durante casi la mitad de un siglo.»
La fecha de 1911 dada por Sadler no pudo haber sido un error deliberado por­
que por dos veces menciona que ha observado al sujeto durante 18 años. Mind at
Mischief fue publicado en 1928, y el prefacio de Sadler está fechado en agosto de
1929. Restando 18 años nos da 1911. Sadler afirma que hizo una promesa sagrada
de no revelar ni escribir sobre este caso durante la vida del sujeto, aunque espe­
raba que algún día pudiera conseguir una modificación de esa promesa y tener
autorización para informar completamente sobre el caso. La modificación nunca
tuvo lugar.
Estoy convencido de que 1911 fue un error no pretendido, y que Sadler en rea­
lidad quería decir verano de 1912. Según Sherman, «el canalizador» se casó cuando
los mensajes comenzaron a aparecer. Como hemos visto, Wilfred se casó en La
Grange en agosto de 1912, cuando él y Anna estaban viviendo en un apartamento
debajo de los Sadler. Fue en la casa de Sadler donde se celebró el matrimonio.
Como menciona Sherman, Sadler le dijo que en el momento de comenzar las
revelaciones él y su mujer estaban viviendo en un «apartamento amueblado». El
censo de La Grange, Illinois, muestra que entre 1911 y 1912. los Sadler vivían en
el 56 de Sixth Avenue en una casa propiedad de Sadler que le servía tanto de re­
sidencia como de consulta. Sin embargo, los Sadler alquilaron habitaciones a otras
personas. Según el censo de 1910, en esa dirección, además de los Sadler. vivían

120
Anna Kellogg y Francés Givens, ambas descritas como «enfermeras diplomadas»,
y Sarah M. Willmer, como «lectora» (a la que conocimos en el capítulo 2). En el
censo de 1911 se menciona a los mismos residentes excepto a Givens, que ya no
se encuentra con ellos.
Según el censo de 1913, en el 56 de Sixth Avenue viven los Sadler, la señora
de Wilíred Kellogg y la señora de Edward van Bond, lectora. La señora Van Bond
era la anterior Sarah Mildred Willmer. Se casó con Edward en 1912, como ya nos
enteramos, en una doble boda (Wilfred y Anna eran la otra pareja). La ausencia
de Wilfred y de Edward del listado de 1913 o bien se debió a un descuido, o bien
fue porque ambos residieron temporalmente en otra dirección. Los Sadler y los
Kelloggs se trasladaron a Chicago en 1914, donde vivieron a pocas manzanas unos
de los otros.
El hecho de que la fecha de 1911 sea un error está respaldado por el testimo­
nio de Carolyn Kendall, una miembro del Forum que recordó en 1993 haber oído
decir que la fecha de 1911 había sido un error, aunque el editor del libro de Sad-
ler nunca lo corrigió. Kendall piensa que la fecha correcta era 1906. Yo creo que
era 1912. Es fácil explicar que Sadler se equivocara en un año, pero ¡en cinco! 1Iay
que recordar que en 1929 menciona dos veces los 18 años que habían pasado
desde que observó por primera vez al conducto durmiente.
Sadler reveló a Sherman que una tarde una mujer que vivía debajo de ellos
llamó a su puerta para decir que algo muy extraño le estaba ocurriendo a su ma­
rido. Sadler y su mujer (Sherman la llama doctora Ruth) se enfundaron sus al­
bornoces y siguieron a la mujer escaleras abajo. En la habitación, un «hombre de
complexión media, cercano a la mediana edad», se encontraba sumido en un pro­
fundo sueño. De vez en cuando interrumpía la respiración durante largos perío­
dos. Sadler se mostró asombrado al descubrir que el pulso del hombre era nor­
mal. y que no se podía despertar aunque le clavaran alfileres en la piel.
Frecuentemente, su cuerpo «daba saltos». El durmiente se despertó una hora des­
pués, en perfectas condiciones. Sadler lo examinó el día siguiente y encontró que
su salud era excelente. Sadler explicó a los Sherman que la mayoría de personas
que había visto entrar en estado de trance eran mujeres «emocionalmente inesta­
bles». «Y ahí estaba un hombre de negocios robusto, miembro del consejo de ad­
ministración y agente de bolsa, que no creía en ninguna de esas tonterías y que
no tenía ningún recuerdo de lo cine le pasaba durante esos extraños estados de
sopor de los que no podía despertarse».
Pocas semanas después el hombre, cuyo nombre Sadler nunca reveló a Sher­
man, tuvo otro acceso, durante el cual estuvo algunos momentos sin respirar. Los
accesos continuaron hasta que los Sadler se trasladaron a su nuevo apartamento
en Chicago, y el hombre y su esposa ocuparon unas habitaciones del mismo edi­
ficio. Una noche, durante uno de los accesos del hombre, Lena Sadler le hizo una

121
pregunta. El durmiente le contestó con una voz que no era la suya. «Esta voz, como
después supimos, era la de un visitante estudiante en ¡un viaje de observación desde
un planeta muy alejado! Este ser conversaba con nosotros a través de este sujeto
durmiente y expresaba ideas y filosofías que nos sobrecogieron por lo totalmente
novedosas que eran.»
Sadler no pudo encontrar evidencia alguna de que las palabras emitidas por el
hombre estaban procediendo de su inconsciente. El durmiente nunca recordaba
nada de lo dicho durante sus trances, ni tampoco podía recordar nada bajo hip­
nosis. Más visitantes celestiales brotaron de los labios del hombre cuando Sadler
y su esposa empezaron a conversar con ellos, formulando preguntas que «siempre
ofrecían las respuestas más estimulantes e inesperadas».
Sadler dijo que «había elaborado» -supongo que quería decir que había puesto
por escrito- y memorizado 52 preguntas para hacer a los seres superiores. Una
noche, Sadler le preguntó a una «personalidad particularmente electrizante» que
parecía provenir de un planeta alejado, Sadler le preguntó si podía demostrar quién
era. El ser asombró a Sadler al pronunciar las siguientes palabras: «Tengo permiso
pava responder a 46 de las 52 preguntas que ha guardado en su mente». Sadler
estaba totalmente convencido de que el durmiente no tenía forma alguna de co­
nocer la existencia de las preguntas. Como había indicado, la entidad respondió
a 46 preguntas.
Durante diez años los Sadler conversaron con las inteligencias celestiales ca­
nalizadas oralmente por el durmiente. Su hija adoptiva Christy estuvo presente en
sesiones posteriores para tomar notas en taquigrafía. Según Harry Loose, a quien
conoceremos en el siguiente capítulo. Christy fue contratada por Sadler gracias a
su habilidad como taquígrafa, y luego pasaría a formar parte de la familia.
En 1923, los Sadler comenzaron a invitar a 20 o 30 amigos a un té los domingos
por la tarde para discutir de temas religiosos. Aproximadamente en la cuarta reu­
nión. Sadler reveló al guipo, que se llamó el Foruin, todo lo relacionado con el
durmiente y sus asombrosas revelaciones. Sadler pidió a los miembros del Forum
que volvieran el domingo siguiente con preguntas preparadas para las inteligen­
cias superiores. Llegaron con más de 4.000 preguntas. Los Sadler pasaron varios
días ordenándolas y clasificándolas.
Nada sucedió durante unas cuantas semanas. Una mañana temprano la mu­
jer del durmiente llamó por teléfono a Sadler rogándole que acudiera a toda prisa.
Los Sadler se vistieron como si fueran «bomberos voluntarios» y corrieron esca­
leras abajo. Durante la noche el hombre había escrito un manuscrito de 472 pá­
ginas que ¡respondía a todas las preguntas formuladas por los miembros del Fo­
rum! Estaba escrito a mano, pero el durmiente no tenía ningún conocimiento
de haberlo escrito. Sadler calculó que le hubiera llevado ocho horas a una per­
sona, escribiendo a toda velocidad, realizar ese documento, aunque «el tema era
tan profundo y tan inteligentemente escrito que yo sabía que estaba más allá
del alcance de la capacidad humana». El día siguiente Sadler examinó el brazo
derecho del hombre en busca de algún signo de fatiga, pero éste estaba en con­
diciones normales.
El manuscrito fue escrito a máquina por Christy (Sherman la llama Cynthia Fre-
derick o Cindy) y se leyó ante un Forum «asombrado y sin habla». Esta lectura pro­
vocó más cuestiones, cuyas respuestas se canalizaron a través del durmiente, ya
fuera de forma oral o escrita, o ambas. Sadler dijo a Sherman:

Descubrimos que parecía ser un grupo organizado de inteligencias superiores «del


otro lado», preparado para presentarnos la más completa y asombrosa historia del
universo, encabezada por Dios, el Padre Universal, hasta llegar al origen de la cria­
tura humana, el hombre, y su glorioso destino final más allá de los límites del tiempo
y del espacio.
Esta situación continuó durante siete u ocho años, después de lo cual consi­
deramos que la primera edición de los documentos estuvo terminada. En ese mo­
mento, el Forum recibió su primer mensaje directo, y se aconsejó a sus miembros
que ahora, como su conocimiento se había ampliado, deberían ser capaces de for­
mular preguntas más inteligentes y que si así lo hacían, al comenzar a releer cada
documento, esas inteligencias revisarían completamente el voluminoso manuscrito.

Después de cada mensaje del durmiente, Christy tomaba notas en taquigrafía:


sus escritos a máquina se leían en voz alta al Forum (generalmente los leía el doc­
tor Sadler, y algunas veces su hijo Bill). A los miembros del Forum nunca se les
permitió ver las notas taquigráficas de Christy hasta después de que el material
hubiera sido revisado y vuelto a escribir sobre la base de la retroalimentación del
Forum.
La mejor descripción del proceso de revisión de los documentos se encuentra
en una larga declaración jurada realizada el 29 de junio de 1994, en Chicago, por
1lelen Carlson. La declaración fue hecha en relación con un sensacional juicio que
abordaremos en nuestro capítulo final. El marido de Helen había muerto en 1932
y en 1935 su hermana, la primera mujer de Bill Jr„ la llevó al Forum. Desde en­
tonces está viviendo en el 533 de Diversey Parkway.
Las reuniones del Forum los domingos por la tarde, tal como relató 1lelen, se
celebraban en el 533, en una habitación en la que había cerca de cincuenta sillas
plegables. Todos los asientos estaban generalmente ocupados, y a veces los miem­
bros del Forum tenían que instalarse en una habitación contigua que ahora es el
cuarto de estar de Helen. Después de que el doctor o Bill leyeran un documento,
los asistentes escribían sus preguntas en trozos de papel que se introducían en un
cesto o en una pecera situada sobre una mesa que se encontraba en una esquina

123
de la habitación. Bill recogía los trozos de papel, después clasificaba las pregun­
tas. eliminando las duplicadas, y por último escribía las más relevantes en una o
dos hojas de papel que se presentaban a los seres intermedios. Mellen describió a
estos seres intermedios como entidades invisibles que vivían en Urantia y a medio
camino «entre lo espiritual y lo humano».
Helen se mostró muy reservada en lo que concernía a cómo las preguntas se
presentaban a esos «amigos invisibles». Decía que «las preguntas se guardaban en
cierto lugar» para que los seres intermedios las pudieran coger. Cuando se le pre­
guntó dónde estaba ese lugar, contestó: «No puedo responder a esa pregunta. He
intentado averiguarlo varias veces, pero sin éxito». Era, añadió, una información
mantenida en secreto por varias personas que habían jurado no revelarlo. Cuando
se le preguntó quién le reveló tales juramentos, dijo: «Conozco la respuesta pero
no se me permite revelarla».
Una semana más o menos después de que Bill reuniera las preguntas, las res­
puestas se leían al Forum en forma de documento revisado o en un nuevo do­
cumento. Helen recordó que el documento número 1 fue ampliado al principio
a dos documentos, y después a cinco. En cierta ocasión los miembros del Fo­
rum desearon saber qué quería decir un documento cuando hablaba de «per­
sonalidad». Poco tiempo después apareció un documento en el que se daba la
respuesta directa. Esta revisión constante de los documentos, basándose en la
retroalimentación del Forum, continuó al menos hasta el año 1949 (Helen in­
sistió dos veces en ello).
¿Dónde se guardaban los documentos? No en una caja fuerte, reveló Helen,
sino en una «cómoda en el tercer piso». Ningún miembro del Forum tenía per­
miso para sacar ningún documento del edificio. Se les permitía leer los docu­
mentos siempre que no tomaran notas. Después, cuando los estudiantes avan­
zados conocidos como «los Setenta» comenzaron a reunirse los miércoles por la
tarde, se les permitió tomar notas en carpetas de tres anillas. Estos cuadernos
de notas se guardaban en un librería de la que podían tomarlos si así lo dese­
aban, aunque no se les permitió sacarlos del edificio hasta después de que el
LU fue impreso en 1955.
En 1991, Mark Kulieke, de Creen Bay, Wisconsin, publicó un documento de
Ib páginas titulado Birth o í a Revelation: The Story o í Ihe Urantia Papera. Lo
revisó y amplió a 24 páginas en la segunda edición de 1992. Posteriormente fue
ampliado a 37 páginas en la tercera edición, al final de ese mismo año, y en 1994
apareció una cuarta edición con 43 páginas. Fue publicado por su recientemente
fundada Morning Star Foundation. En un prefacio a esta edición, Kulieke afirma
que varios miles de ejemplares de ediciones anteriores fueron vendidos en veinte
países. Junto con el relato de Sherman, es la historia más valiosa del LU escrita
hasta la fecha.

124
Las credenciales de Kulieke como historiador del LU son muy estimables. Su
padre, Warren H. Kulieke, sucedió a Bill Sadler Jr. como segundo presidente de la
Hermandad Urantiana (Urantia Brotherhood). El hermano de Warren, Alven, tam­
bién prestó servicios como presidente. Las hermanas y la primera mujer de Ku­
lieke, Barbara Newsom (después se divorciarían), eran devotas urantianas.
Durante más de cuatro años, Mark trabajó a tiempo completo en el 533 de Di-
versey como ayudante de Christy. Como antiguo presidente de la Primera Socie­
dad Urantiana de Chicago (First Urantian Society), era licenciado en historia y po­
seía un máster en biblioteconomía.
Las únicas personas con conocimiento directo del proceso de revelación, escribe
Mark Kulieke, eran los miembros de un grupo que se conocía como la Comisión
de Contacto. Kulieke cree que allí había al menos seis personas: el doctor Sadler,
su mujer Lena. Wilfred Kellogg y su mujer Anna, Bill Sadler Jr. y Christy. Puede
que incluso estuvieran allí otras personas. Kulieke sugiere que el doctor Meyer So-
lomon, que escribió una de las dos introducciones a The Mind al Mischief, pudo
haber sido miembro de la Comisión. Me sorprende esta suposición porque Solo-
mon fue durante toda su vida un ateo y no hay ningún motivo para creer que acep­
tara la revelación urantiana. Es mucho más probable que se encontrara allí Ro-
berl 11. Galt, psicólogo de la Northwestern University que escribió la otra introducción
al libro de Sadler. Existe cierta evidencia de que se le permitió ser testigo del ca-
nalismo del durmiente.
La Comisión se formó, continúa Kulieke, como respuesta a una orden del re­
velador Maquiventa Melquisedec el 11 de febrero de 1924, con el objetivo de pla­
nificar la producción del LU. Kulieke cree que las revelaciones comenzaron en Bat-
tle Creek en 1906, «convergieron» en La Grange y culminaron en Chicago. ¿Por
qué Chicago? «Probablemente Chicago fue elegida por una gran variedad de ra­
zones, al igual que Palestina fue elegida como escenario de la vida y enseñanzas
de Jesús.»
Mi querida vieja Chicago, la sucia ciudad donde viví tantos años antes de la
Segunda Guerra Mundial. ¿Quién hubiera sospechado que los Dioses hubieran
escogido Chicago para lo que el LU llama la Quinta Revelación Epocal? Ha ha­
bido muchas revelaciones para la humanidad (LU 1.007), pero sólo cinco fueron
lo suficientemente grandes para ser llamadas epocales. La primera de estas re­
velaciones fueron las enseñanzas de los miembros del séquito de Caligastia an­
tes de que éste se rebelara. Estas enseñanzas continuaron durante 300.000 años,
pero se fueron perdiendo gradualmente. Los indios americanos las conservaron
durante más tiempo.
La segunda revelación epocal, aproximadamente hace 38.000 años, se trans­
mitió a través de Adán. La tercera llegó a través de Melquisedec de Salem, que en­
señó la bondad de Dios y que la «fe era el acto por el cual el hombre ganaba el
favor de Dios». Esto fue alrededor de 1920 a.C. La cuarta revelación epocal fue a
través de Jesús, el encamado Miguel de Nebadón. La quinta consistió en la apari­
ción de los Documentos de Urantia. En la cuarta revelación, como a los urantia-
nos les gusta decir, el mundo se hizo carne. En la quinta, el mundo se hizo libro.
Kulieke cree que los supermortales otorgaron a los miembros de la Comisión
de Contacto una suerte de «impulsos internos», «algo parecido a lo que se conoce
como canalismo». Kulieke suprimió esta frase en la segunda edición de su folleto,
reemplazándola por «haciendo lo invisible visible».
Los urantianos rechazan enérgicamente la palabra canalismo para describir la
aparición de las revelaciones a través del contacto durmiente, porque esta palabra
se aplica con mucha frecuencia a todos esos cientos de seguidores de la Nueva
Era que afirman ser «canales» de los seres espirituales. Sin embargo, Wilfred ob­
viamente sirvió como «canal» para tales comunicaciones. Se dice con frecuencia
que esa transmisión difería de los canales de trance en que sus mensajes tenían
lugar mientras dormía; sin embargo, muchos médiums famosos, como la señora
Piper de Boston, por ejemplo, también canalizaban después de caer en un pro­
fundo sueño.
«Alguien -continúa Kulieke- que no era el sujeto durmiente y que también era
un miembro del grupo de contacto recibía conscientemente los impulsos intemos
de las palabras y significados y los anotaba, aunque nadie podía darse cuenta ni
escucharlos. Así me parece que llegaron algunas instrucciones. No me sorprende­
ría que todos los miembros de la Comisión de Contacto tuvieran esa capacidad.»
Ese «alguien» era claramente Sadler.
Kulieke también cree que había «un contacto directo auditivo entre los miem­
bros de la Comisión de Contacto y los reveladores superhumanos», y que también
ocurría «la materialización, desmaterialización y redacción de los documentos fí­
sicos por los superhumanos».
También estaban capacitados para presenciar genuinas visiones del mundo in­
visible. «La Comisión de Contacto podía ver los transportes seráficos. Fueron tes­
tigos de un tren seráfico que pasaba sobre el Lago Michigan. Urantia era simple­
mente una parada de este tren seráfico que había vaciado un planeta condenado
de personalidades salvables y que se dirigía a un nuevo mundo para depositar su
carga humana.» Ésta es una de las historias más disparatadas de Urantia que Ku­
lieke creía a pie juntillas.
A Sadler se le permitió también disfrutar de otras visiones clarividentes. Es­
taba «autorizado a ver la vida de los mundos de estancia antes de su muerte. Pa­
rece como si la reílectividad fuera también empleada para permitirle ver deter­
minados acontecimientos de la Tierra en distintas localizaciones». La reílectividad
es una palabra empleada en el LU para la comunicación instantánea de infor­
mación.

126
Resumiendo, Kulieke está convencido de que Sadler y los otros miembros de
la Comisión de Contacto estaban inspirados por la divinidad, o «autorizados» como
el LU prefiere decir, para contribuir en lo que él denomina proceso «penetrante,
complejo, multidimensional y evolutivo» que culminó en el LU.
Esta creencia de que Sadler adquirió poderes psíquicos de los seres celestiales
también es compartida por I larold Sherman, en How lo Know Wlmt to Believe:

El doctor los sorprendió afirmando cine sabía que ellos habían acudido para verle,
porque había sido «sacado de su cuerpo físico la noche anterior y transportado a la
casa del Deane en su forma espiritual», donde «vio v escuchó todo lo que fue dicho
allí desde lo invisible».

En esta cita de Sherman, el Deane es Ben Deane. Su nombre auténtico era Denl
Karle. Como Sherman recuerda correctamente, «Ben Deane. desilusionado y ame­
nazado con la ceguera, se suicidó disparándose un tiro».
La ex mujer de Mark Kulieke, Barbara, trabajó durante dos semanas con Christy
en 1976 en la redacción de una historia sobre el LU. Tres arios después Christy le
comunicó que el material preparado para esa historia se había perdido o bien lo ha­
bían robado. Esto llevó a Mark y a Barbara a preparar una historia en diapositivas,
con voz grabada, de casi una hora de duración, que fue reproducida en diversas reu­
niones urantianas. No he podido ver esa historia: es como si se la hubiera tragado
la tierra. Si las notas de la historia pensada por Christy todavía existen y se recupe­
ran, constituirían un hallazgo inestimable. Nadie conocía mejor los detalles sobre el
canalismo de Wilfred que la propia Christy.
Tengo que añadir que Kulieke nunca compartió la opinión, ahora aceptada por
muchos antiguos urantianos. de que Wilfred fuera el durmiente. Él cree que la fe­
cha dada por Sadler de 1911 está equivocada en cinco arios, que el canalismo co­
menzó en 1906 en Ballle Creek, lo que contradice totalmente la identificación de
Wilfred como el canalizador de la revelación. En consonancia con las declaracio­
nes de Sadler, Kulieke está convencido de que la identidad del canal nunca será
revelada.
Sólo dos documentos respaldan la fecha de 1906.1Iemos mencionado uno -la
supuesta frase de Sadler a Sherman en 1942 de que las revelaciones comenzaron
«hace unos 35 arios». Como veremos en el siguiente capítulo, el amigo de Sher­
man Harry Loose mencionó esta misma cifra de 35 arios en una carta de 1941 di­
rigida a Sherman. Creo que ésta es la única pista con la que cuenta Sherman para
atribuir esa fecha a Sadler.
La principal fuente de Kulieke para defender la fecha de 1906 fue la miembro
del Forum Carolyn Kendall, una leal urantiana que ahora vive en Wheeling, Illi­
nois. Al igual que Kulieke. la fecha de 1906 prueba que Wilfred no podía haber

127
sido el durmiente porque en 1906 Wilfred todavía estaba soltero. En una confe­
rencia urantiana celebrada en Montreal, en agosto de 1991, la señora Kendall afumó
que si se enteraba en el primer mundo de estancia de que Wilfred había sido el
contacto, «me volvería a morir de nuevo».
En este punto quiero aclarar que no estoy absolutamente seguro de que Wil­
fred fuera el canalizador inicial, pero la evidencia me parece tan abrumadora que
en todo este libro doy por supuesto que sí lo fue. Tengo buenas razones para creer
que algunos de los primeros miembros de la Fundación Urantia, así como muchos
veteranos del movimiento, sabían que Wilfred era el contacto, pero se mantuvie­
ron leales a Sadler e hicieron un voto de silencio con respecto a esta cuestión. Si
un día aparece una evidencia concluyente de que el durmiente era otra persona,
no me moriré, pero me quedaré absolutamente atónito.
En una entrevista con Pollv Friedman. publicada en el periódico urantiano The
Conjoint Reader (verano, 1993), la señora Kendall afirma que en 1951, cuando te­
nia 19 años, Sadler le explicó cómo comenzó la revelación. La historia, añade, era
«esencialmente la misma que la que aparece en el libro de Sberman». La señora
Kendall se refiere a la frase «hace unos 35 años» del relato de Sherman. y sostiene
que debería tomarse 1906 como la fecha del primer canalismo. «Probablemente
-añade-, el editor cometió un error y ellos decidieron dejarlo tal como estaba.»
Obsérvese que la señora Kendall no dice explícitamente cine Sadler mencionó
la fecha de 1906. Creo que se está basando enteramente en la referencia de Sher­
man de «hace unos 35 años» que él encontró mencionada en una de las cartas
de 1lan-y Loose. Resulta difícil de creer que Sadler hubiera cometido el error de
añadir cinco años a 1906 cuando escribió el apéndice de su libro de 1929. No creo
que Sadler contara a la señora Kendall que la revelación comenzó en 1906. sino
que creo que ella recuerda correctamente el descubrimiento, después de que The
Mind at Mischicísaliera de la imprenta, de que 1911 era un error. En efecto, la re­
velación comenzaría durante el verano de 1912, no en el verano de 1911. Es mu­
cho más probable que Sadler se equivocara de fecha en sólo un año. Como la di­
ferencia era tan nimia, Sadler permitió que no se corrigiera la errata del libro en
las siguientes ediciones.
Pero merece la pena mencionar otra posibilidad. Wilfred pudo haber comen­
zado a tener sus ataques nocturnos en 1906, pero no fue hasta 1912, cuando él y
su mujer vivían en un apartamento debajo de los Sadler en La Grange, que ésta
y los Sadler se enteraron de su canalismo. Fácilmente pudo haber confundido el
año en que comenzaron los ataques con el año en que lo conoció Sadler.
Debería añadir que muchos urantianos no están demasiado satisfechos con
el folleto de Kulieke. En el ejemplar de primavera/verano de 1992 de Sojoum,
una publicación periódica editada por urantianos descontentos en Boulder. Co­
lorado, Larry Mullins hace una reseña muy poco favorable del documento. Ku-

128
1
lieke es reprendido por mezclar la realidad con el mito, y por no decir nunca a
sus lectores quién es quién. «No creo que sea acertado -escribe Mullins- que
Mark difunda información que no puede ser verificada y que ceda a la patética
debilidad humana de desear ser especial, único y de particular valor para los se­
res celestiales.»
Los miembros de la comisión, nos dice Kulieke en su panfleto, mantenían «un
contacto directo auditivo con los reveladores».

El procedimiento era el siguiente: Ellos leían un documento cada domingo por la


tarde. lx> solía leer uno de la Comisión de Contacto, generalmente el doctor Sadler.
Los miembros tenían que escribir cualquier pregunta que les viniera a la mente y
entregarla cada semana. El señor Kellogg solia ser el responsable de recogerlas. Las
respuestas a sus preguntas eran entonces consideradas por los reveladores supcr-
humanos. Las respuestas se incorporaban a un documento posterior o a una ree­
laboración del documento original. De esta forma, un documento sobre Dios se con­
virtió en poco tiempo en cinco documentos sobre Dios -los cinco primeros del libro.
Otras partes del libro se ampliaron de la misma forma después de que los super-
humanos supervisaran la reacción humana ante su material.

La señora de Harold Sherman, que durante cinco años asistió a las reuniones
del Forum con su marido, me contó que Wilfred era la única persona del grupo
que nunca hacía un comentario o formulaba una pregunta.
Kulieke continúa:

Este proceso duró inicialmente unos cinco años, durante el cual se redactaron 57
documentos. Pero el proceso no se detuvo aquí. El libro avanzó otra generación en
el conocimiento humano entre 1929 y 1935. Después de varios años de leer docu­
mentos. preparado ya el primer borrador de las partes 1-111, se le dijo al Forum: «Como
ya contáis con una mayor comprensión derivada de la lectura y del estudio del ma­
terial, podéis formular preguntas más inteligentes. Vamos a examinar de nuevo el li­
bro». Y así el libro fue corregido y ampliado semana tras semana y año tras año a
medida que los miembros del Forum aprendían y maduraban.
Varios miembros del Forum me informaron que parte del material revelatorio
había sido descartado -o bien porque era demasiado incomprensible para la mente
humana, o bien porque se juzgó mejor que no se revelaría esa información a los
lectores futuros. Se d o muy poca explicación aparte de que era decisión de los se­
res celestiales retirai el documento. Otros documentos también se corrigieron des­
pués de haber sido leídos por el Forum. Por ejemplo, en uno de los documentos se
afirmaba que el apóstol Nathaniel tenía un agudo sentido del humor para ser un
judío. Los miembros del Forum se rieron de este comentario. Cuando se volvió a sa­

129
car ese documento de la caja fuerte, descubrieron que la frase «para ser un judío»
se había suprimido. La reacción humana hacia el material era cuidadosamente su­
pervisada. Algunos miembros del Forum creían incluso cine varios de los documen­
tos más difíciles no se habrían incluido en E l L ib ro de E m itía sino fuera por las
preguntas formuladas por William S. Sadlcr. Jr. E l L ib ro de E m itía lleva la marca
de nacimiento de la mente colectiva de todas esas personas que compusieron el Fo­
rum durante su fase de creación.
El doctor Sadler declaro en un documento que aproximadamente 150 perso­
nas participaron en el proceso creativo. En otro, menciona a 300 personas, a la vez
que afirma que los miembros totales del Forum ascendían a 48(5. El estatuto origi­
nal de miembros cita a 30 personas. Entonces como ahora, había una variada mez­
cla de personas, incluyendo a los muy comprometidos, a los indiferentes e incluso
a unos pocos que reaccionaban negativamente ante todo el proyecto. Sus orígenes
eran muy diversos. En el curso de los acontecimientos, algunos abandonaron el pro­
yecto, otros se cambiaron de ciudad y otros se trasladaron a los mundos de estancia.
Entre 1934 y 1935, el proceso estaba esencialmente finalizado en lo que con­
cierne a las tres primeras partes del libro. Un tercer y final recorrido creativo se llevó
a cabo entre 1935 y 1942, con el objeto de clarificar conceptos y eliminar ambi­
güedades. Evidentemente, esto tuvo como resultado una corrección mucho menor
por parte de los reveladores superhumanos.
P5n 1935, el Forum recibió los documentos de Jesús de manos de los seres in­
termedios. que habían esperado la aprobación de Uversa antes de emprender la re­
dacción de la historia. El recorrido final de clarificación y corrección entre 1935 y
1942 parece haber incluido la parte IV. Esta última parte no está fechada. Nadie ha
dicho por qué. Creo que es porque las partes 1 a 111 contienen una cosmología que
tiene que datarse y que finalmente necesitará revisarse. La parte IV, por otro lado,
contiene «hechos históricos y verdades religiosas» que deberían «permanecer en los
registros de las eras venideras» (1.109). Su fecha no necesita ser determinada.

Este proceso de cooperación íntima entre los reveladores y la Comisión de Con­


tacto, con entradas procedentes de cientos de miembros del Foro, condujo final­
mente a lo que Sadler consideró una obra publicable. En la página 354 del LU se
nos dice que los 31 documentos que constituyen la Parte 1 del libro fueron «for­
mulados y puestos en idioma inglés» en 1934. En la página (548 se nos dice que
los 25 documentos que forman la Parte 11 fueron «redactados» y puestos en inglés
en 1934. En la página 1.319 se nos dice que los (53 documentos de la Parte III
«fueron autorizados por una comisión de doce seres de Nebadón actuando bajo
la dirección de Mantutía Melquísedec. Redactamos estos relatos y los pusimos en
idioma inglés mediante una técnica autorizada por nuestros superiores, en el año
1935 d. de C. del tiempo de Urantia».

130
En 1939, un grupo llamado «Los Setenta», porque originalmente estaba com­
prendido por 70 miembros, fue encargado de ía preparación del texto final del LU,
y de su preparación para la publicación en Donnelley Press de Chicago. Los Se­
tenta era un grupo estrechamente unido que se reunía los miércoles por la noche
además de participar en las reuniones de los domingos con los restantes miem­
bros del Forum. Trabajaban rodeados de un gran secreto, y sumidos en un estado
de gran exultación y esperanza. «Había un constante diálogo -nos dice Kulieke-
con los serafines y los seres intermedios.» Recuerda el día en que su padre, con
gran excitación y orgullo, llevó a casa los primeros ejemplares impresos del libro.
\ o es ninguna coincidencia, nos recuerda, que Jesús (como sabemos de Lucas 10:1)
reuniera a 70 discípulos para que recorrieran toda la tierra proclamando la buena
nueva del evangelio.
Se decidió no publicar el LU hasta que la larga sección sobre Jesús hubiera fi­
nalizado. Sus documentos ofrecerían un relato completo de la vida de Jesús, co­
rrigiendo cientos de errores encontrados en los cuatro evangelios y proporcionando
miles de detalles sobre la vida y enseñanzas de Jesús que nunca antes se habían
revelado. Los seres superiores querían que se publicara el libro final, en palabras
de Sadler a Sherman, «sin que se identificara ninguna personalidad humana... ni
ningún autor al que se le pudiera atribuir».
«Sólo quedamos vivos unos pocos -finalizó Sadler- de los que estuvimos en
contacto con este fenómeno desde el comienzo, y cuando muramos, este conoci­
miento morirá con nosotros. Entonces el libro existirá como un gran misterio es­
piritual, y ningún ser humano sabrá cómo se produjo en realidad.»
Como he mencionado antes, el Forum estaba formado originalmente por unos
30 miembros. Este número fue aumentando poco a poco y. por supuesto, había
un constante movimiento de miembros que entraban o salían del grupo. Antes de
que una persona se pudiera unir al Forum, tenía que ser entrevistada personal­
mente por Sadler y jurar que guardaría el secreto de lodo lo que estaba sucediendo.
De vez en cuando los documentos canalizados por Wilffed y escritos a máquina
por Christy, o escritos por otros, se destruían. Después de la muerte de Sadler, ocu­
rrida en 1969. se destruyeron muchos más. Antes de su enfermedad final en 1982,
Christy ordenó la destrucción de todos los documentos originales restantes. Por
supuesto, esta acción imposibilita que nadie pueda determinar el grado en que
Sadler u otros miembros de la Comisión de Contacto o del Forum revisaron, cen­
suraron o sustituyeron el material original.
En al menos dos ocasiones Sadler escribió, aunque con medias palabras, acerca
del origen del LU. En 1941, pronunció una conferencia sobre «La evolución del
alma» en el PIymouth Congregational Church, de Lansing, Michigan. (Esta confe­
rencia fue reimpresa en 1990 por la Jesusonian Foundation, una empresa de Uran-
tia radicada en Boulder.) La conferencia es una ardorosa defensa de las doctrinas

131
ele Urantia, especialmente del dogma, tan esencial para los adventistas del Sép­
timo Día, de que el ser humano está compuesto de tres partes: el cuerpo, la mente
y un «espíritu» que es un fragmento de Dios.
Después de su primera resurrección, en la cual el ser humano se reconstruye
con todos sus recuerdos terrenales restaurados, dice Sadler, la persona emprende
una larga aventura durante la cual su mente y su espíritu gradualmente se fusio­
nan para crear un alma inmortal. El alma continúa evolucionando, en cuerpos re­
constituidos. en otros planteas, en reinos cada vez más elevados, hasta que final­
mente consigue la perfección en el Paraíso. «Y así el hombre pasa de la dependencia
de la niñez cósmica a esa categoría celestial de ciudadano del universo, donde co­
mienza a tomar liarte del fascinante drama de la eternidad cuando se le revela
majestuosamente el eterno propósito de los Dioses.»
Obsérvese el plural en mayúsculas de Sadler, «los Dioses». El término «Dioses»
aparece más de cien veces en el LU. Éste es un pasaje tomado de la página 364:

Existe un gran y glorioso propósito en la marcha de los universos a través del es­
pacio. Todas vuestra luchas mortales no son en vano. Todos nosotros somos parte
de un plan inmenso, una empresa gigantesca, y es la vastedad de esa empresa la
que convierte en imposible poder ver mucho de ello en un determinado tiempo y
durante una vida cualquiera. Todos formamos parte de un proyecto eterno que los
Dioses están supervisando y efectuando. Majestuosamente la totalidad del mecanismo
universal sigue su marcha a través del espacio al compás de la música del pensa­
miento infinito y el propósito eterno de la Primera Gran Fuente y Centro.

«Muchos de los conceptos contenidos dentro de esta presentación de mi teoría


-declaró Sadler en su conferencia de 1941- no son originales míos, sino que he
considerado que es mejor no sobrecargar esta exposición con citas, menciones o
reconocimientos.» Una nota a pie de página añade: «En el caso de que deseara
mencionar las fuentes originales de algunos de mis conceptos ‘prestados’ que no
están publicados. Aunque el permiso para utilizar este material me fue concedido,
la petición de mencionar a sus autores me fue denegada».
En 1958, Sadler publicó un texto de 26 páginas titulado Consideration oí Sonic
Qiticisms o í the Urantia Book En él daba respuesta a dieciocho de las objeciones
más comunes que se le planteaban. ¿Era el LU un fraude o un engaño? Sadler afirma
que tanto él como su mujer tenían una gran experiencia en descubrir a los médiums
falsos y a los «psíquicos farsantes». En caso de haber detectado el más mínimo fraude
en el LU, hubieran abandonado el proyecto inmediatamente. Insiste en que ningún
urantiano se ha beneficiado económicamente del LU. Aparte de los correctores de
pruebas profesionales, nadie más recibió «un centavo» por las ventas del libro. Por
el contrario, se gastaron más de 100.000 dólares en su edición e impresión.

132
El LU contiene más de un millón de palabras, dice Sadler, v todavía nadie ha en­
contrado ninguna contradicción. Esta afirmación pudo haber sido cierta en 1958,
pero en los años siguientes se hicieron ciertos cambios en el texto del LU. La ma­
yoría de los cambios son correcciones triviales de erratas y de puntuación, pero al­
gunas contradicciones fueron eliminadas. Por ejemplo, en la página 1.317 de la pri­
mera edición del LU se nos dice que tres reyes magos «visitaron al recién nacido en
el pesebre». En la página 1.351. sabemos que cuando se realizó esta visita Jesús y sus
padres se habían trasladado a una habitación en la posada. Cuando se dieron cuenta
de esta contradicción, las palabras «en el pesebre» fueron suprimidas de la siguiente
edición. En la página 1.943 se menciona a los doce apóstoles reunidos para la úl­
tima cena. En realidad, como tanto el LU y el Nuevo Testamento aclaran, sólo once
estaban presentes porque Judas había salido precipitadamente. En las siguientes edi­
ciones. «los doce» fue reemplazado por «los apóstoles».
Otra contradicción evidente (aunque los fundamentalistas urantianos, como sus
homólogos cristianos, tienen formas ingeniosas de explicar tales hechos) aparece
en las frases del LU dedicadas al Padre Melquisedec y a Gabriel. El Padre Melqui-
sedec es el «primer asociado ejecutivo» de Gabriel. En la página 385 se nos dice
que «Gabriel y el Padre Melquisedec no se ausentan jamás de Salvingtón al mismo
tiempo, ya que en ausencia de Gabriel, el Padre Melquisedec actúa como jefe eje­
cutivo de Nebadón». En la página 1.753, sin embargo, leemos que tanto Gabriel
como el Padre Melquisedec estaban presentes durante la Transfiguración de Jesús
en la cima de la montaña cuando su rostro brilló, como afirma el LU, «con la lu­
minosidad de la luz celestial». La Biblia nos cuenta que Moisés y Elias estaban
presentes en esta ocasión, pero el LU nos informa que esto no era así. «Pedro con­
jeturó erróneamente que los seres con Jesús eran Moisés y Elias; en realidad, eran
Gabriel y el Padre Melquisedec. Los controladores físicos habían dispuesto, por so­
licitud de Jesús, que los apóstoles presenciaran esta escena.»
¿Por qué nunca fue revelada la identidad del canalizador del Libro de Urantia?
La respuesta de Sadler a esta pregunta es la siguiente: «No queremos que las ge­
neraciones futuras estén vinculadas a la adoración de un san Pedro, o san Pablo,
o un Lutero, o un Calvino, o un VVesley. No queremos que ninguna persona sea ve­
nerada por haber escrito los Documentos de Urantia. El libro debe destacar por su
propia naturaleza y valía».
Mantener secreta la información importante no es nada nuevo, continúa Sad­
ler. Cita varios pasajes del Nuevo Testamento en los cuales Jesús pide a sus se­
guidores «que no revelen» un determinado hecho, incluyendo que él es Cristo.
Y en lo que concierne a la misma Biblia, no sabemos quiénes son los verdade­
ros autores de sus libros. No tenemos que conocer quién compuso una sinfonía
para disfrutar de ella. En el ejército, los altos oficiales con frecuencia manejan
información que no es aconsejable compartir con los soldados rasos. Incluso des-

133
pues de alcanzar el Paraíso, nos asegura Sadler, habrá secretos que nunca com­
prenderemos acerca de los siete mundos sagrados que giran a su alrededor.
En lo que concierne a la forma en que fueron transmitidos los documentos de
Urantia, declara Sadler, hay aspectos que ni él ni ningún otro puede comprender
totalmente. «Si supierais todo lo que sabemos, todavía seguiríais ignorando una
gran parte relacionada con este fenómeno de hacer reales estos documentos. Nin­
gún ser viviente puede comprender totalmente cómo se tradujeron los documen­
tos de Urantia al inglés manuscrito que fue autorizado para su publicación.»
Como réplica a la Crítica 10, en la que se afirma que el libro es producto de la
escritura y habla automáticas, Sadler afirma: «Mientras no tengamos libertad de
deciros aunque sea lo poco que conocemos sobre la técnica de la producción de
los documentos de Urantia, no estamos autorizados a deciros cómo conseguimos
esos documentos». El libro, continúa insistiendo, no es ningún producto de la es­
critura, habla, oído, vista, pensamiento, recuerdo, actuación, personalización auto­
máticos o de cualquier combinación de esos o de otros estados psíquicos.
Es importante comprender lo que Sadler entiende por «automático». Para él. el
LU no procede del inconsciente del «canalizador». Un escéptico, por supuesto, cree
que era exactamente eso -que Wilfred. al igual que la señora Piper y la señora
White, era un canal en estado de trance que hablaba y escribía lo que salía de su
subconsciente. Sadler, convencido del origen divino de los documentos, negaba sin­
ceramente que fueran el producto de cualquier clase de comportamiento «auto­
mático» (es decir, subconsciente).
Aunque Sadler nunca identificó al canal. Sherman y su mujer sí conocieron la
identidad del hombre. Las notas de Sherman sobre este asunto han sido selladas
en un caja y guardadas en los archivos de la Torreyson Library, en la University of
Central Arkansas, en Conway. La caja no se abrirá hasta ti año 2000. Contiene
registros detallados de las experiencias de Sherman con Sadler y el Forum desde
1942 hasta 1947, experiencias que condujeron a su expulsión del Forum y a las
acusaciones de que se encontraba bajo ti dominio de Caligastia. Tanto la señora
Sherman como otros antiguos urantianos que todavía viven han confirmado la iden­
tificación de Wilfred como el sujeto durmiente
La Fundación Urantia, que es propietaria de los derechos de autor del LU, ha
permanecido fiel a las órdenes de Sadler de no revelar la identidad clel canaliza­
dor. Un folleto de 1978 que se puede comprar actualmente en la Fundación se ti­
tula The Urantia Book: The Question ofOrigin. Así es como justifica la Fundación
su negativa a revelar el nombre del canalización

Nunca se sabrá quién fue ti ser humano cuyo Ajustador del Pensamiento le ayudó
a traer la quinta revelación epocal a nuestro mundo, porque los reveladores pidie­
ron a los pocos que lo sabían que hicieran la promesa solemne de guardar el se­

134
creto. No querían que ningún ser humano fuera místicamente asociado con E l L i­
bro de Urantia. Es sorprendente que los autores de los documentos de Urantia nos
digan todo lo que hacen. Después de reflexionar, se reconocerá que las persistentes
cuestiones acerca de los «detalles» no revelados que conciernen al origen del libro
se corresponden psicológicamente con la constante exigencia impuesta a Jesús: «Mués­
tranos una señal».
Ahora volvamos al lado humano de l¿i historia que puede ser interesante, peto
que no tiene importancia espiritual. Para preparar la presentación de los documen­
tos de la quinta revelación epoeal y darlos en custodia a un grupo responsable de
seres humanos, los reveladores contactaron con un pequeño grupo de personas que
vivían en Chicago. Los reveladores pidieron a los líderes de ese grupo que no sólo
evitaran revelar la identidad de la persona asociada con la presentación de los do­
cumentos. sino que también evitaran discutir los detalles relacionados con la llegada
de los documentos. Por tanto, no sabremos nunca dónde o cómo se recibieron los
documentos. Incluso esos primeros guías se sentían confusos; ningún ser humano
sabe cómo fue realizada esta materialización. La razón esgrimida por los reveladores
para esa petición de guardar secreto es su determinación de que las generaciones
futuras dispongan de E l L ib ro de Urantia totalmente libre de conexiones mortales.

Los esfuerzos de la Fundación para ocultar la identidad del conducto durmiente


han sido tan arduos como para llevar al engaño a todos sus miembros. Esta es la
única explicación convincente que puedo aducir ente las repetidas afirmaciones
de Christy de cine el famoso apéndice del libro de Sadler Mind aL Mischief (repro­
ducido en el capítulo 6) no hacía ninguna referencia a la señora White o al con­
ducto durmiente del LU. He consultado varias de sus cartas en las que niega Fr­
íes afirmaciones. Tengo una delante de mí mientras escribo estas líneas. Fue enviada
el di de marzo de 1978, en la estafeta de la Fundación, a David Biggs. de Flinl,
Michigan. Christy llamaba «Poppy» a su padre. La carta completa dice lo siguiente:

Estimado David:
En respuesta a su carta del 25 de marzo en la que me adjuntaba unas páginas de
The M in d at M is c h ie f del doctor Sadler, que le devuelvo, ya que tengo ejemplares
de todos los libros de Poppy en una librería especial, le comento que estoy muy fa­
miliarizada con éstas en concreto.
Otras personas me han escrito cartas similares a la suya. The M in d at M ischief
fue escrito algunos años antes de E l L ib ro de Urantia y en ese momento el doctor
Sadler afirmó que había estado estudiando ese caso durante 18 años. Nunca lo he
relacionado con E l L ib ro de Urantia, ni siquiera escuché ninguna conversación que
tuviera alguna relación con ello. Por consiguiente, no puedo darle ninguna infonnación
sobre si su presunción es correcta o no.
Cuando le pregunté a Mark Kulieke el significado de esta carta, me comentó
que en sus últimos años Christy se volvió tan temerosa de que pudiera deslizar
inadvertidamente alguna pista sobre la identidad del canalizado»-, que exageraba
todo lo que podía para evitar hacer algún comentario relacionado con el hombre.
¿Cómo supo Sherman que Wilfred era el conducto durmiente de la quinta re­
velación epocal? Sherman lo revela en una importante carta fechada el 18 de enero
de 1971, escrita a sus amigos Robert y Ruth Burton. devotos urantianos que junto
con Bert M. Salyer, Jr. habían estado entre los fundadores del grupo de estudio uran-
tiano en Oklahoma City. Nos encontraremos con Burton de nuevo en el capítulo
17, como acusado en un juicio interpuesto contra él por la Fundación Urantia.
Éste es el pasaje relevante que procede de la carta de Sherman. Los puntos
suspensivos son todos del original.

He pasado tres horas interesantísimas con Bert Salyer en Tulsa, que salió de Okla­
homa City con el único propósito de verme, después de mi conferencia sobre «Cómo
crear el futuro», para el Tulsa Town Hall Forum. Salyer insiste en que tanto el doc­
tor como Bill le confiaron y le dijeron que Kellogg era en realidad el «sensitivo» a
través del cual llegaban los documentos... que se había trasladado para estar cerca
de ellos... y que le ayudaron a editar el manuscrito cuando aparecía, etc. Era un se­
creto muy bien guardado... pero esto explica en gran parte... la historia que ya sabí­
amos, de que un joven corredor de Bolsa, cuya mente estaba libre de conceptos re­
ligiosos perjudiciales, era el «receptor».
Recuerdo, cuando tuvimos nuestras dificultades con el doctor, lo asustado que
Kellogg se sentía ante nosotros... quizá había presentido que conocíamos su identi­
dad y que la podríamos revelar... Nos asombrábamos un poco pero eso era todo...
del papel que Kellogg desempeñaba en ese proyecto. Salyer dijo que el doctor le ha­
bía confesado que había sido la señora Sadler quien le convenció de que los do­
cumentos que Kellogg estaba escribiendo procedían de una fuente superior y que
debían ser tomados en serio...
El mismo Kellogg no sabía qué hacer con ellos [los documentos]... y mientras
continuaban apareciendo, el sistema estaba elaborando un plan para darles forma.
Esto explica nuestro convencimiento de que Sadler estaba revisando y cieando al­
gunas de las secciones. Incluso Bedell descubrió que los documentos habían tomado
prestado algunas ideas de un libro sobre economía escrito por [Stuart] Chase, y ellos
le dijeron que «siempre que los humanos crean algo de valor, los autores de los do­
cumentos de Urantia lo utilizan». Recuerda ????
I lay muchos misterios que todavía siguen sin resolver.

Para ser justo con aquellos primeros urantianos que no creían que Wilfred era
el durmiente, debería mencionar una reclamación hecha por Melvin (Bud) Kagan,

136
un devoto urantiano desde hace mucho tiempo, cjue actualmente vive en Hono­
lulú. En una declaración realizada en 1992 en un juicio que trataremos en el úl­
timo capítulo del libro. Kagan declaró que su buen amigo Bill Sadler Jr. una vez
le comentó que el durmiente «no era ningún Kellogg». Kagan está convencido de
que la identidad del durmiente nunca se sabrá y que ningún ser humano contri­
buyó con una sola palabra al LU.
El 23 de noviembre de 1993, mantuve una conversación telefónica de dos ho­
ras con Bert Salyer, un viudo con tres hijos adultos, que vive en Oklahoma City.
Se convirtió en urantiano en 1957, declaró, cuando descubrió por primera vez el
LU. En esa época estaba predicando en una iglesia del Nuevo Pensamiento que
había fundado. Con unos veinte miembros de su congregación fundó la Primera
Sociedad Urantiana de la ciudad. Durante 15 años fue un devoto urantiano. in­
cluso publicó él mismo un libro titulado We Believe.
Al cabo de quince años se convenció de que el LU era un fraude, «tan falso
como un billete de tres dólares». Salyer me habló brevemente de sus muchos ne­
gocios (era socio de una desmotadera de algodón, presidente de The Salyer Oil
Company, inventor de una máquina de movimiento perpetuo basada en una má­
quina de vapor modificada, etc., entre otros). En algún momento u otro de su vida
estuvo relacionado con la masonería, con la teosofía, con una secta califomiana
llamada Los Lemurianos, con el Método Silva de Control Mental y con diversas
iglesias del Nuevo Pensamiento. Una vez incluso dirigió una clínica donde se prac­
ticaba la hipnoterapia. Llamó a su actual religión Universalismo y me dijo que ha­
blaba constantemente con su mujer fallecida y con dos seres celestiales llamados
Cus y Charley. Me instó a leer el libro The Woman's Encydopedia o f Miths and
Secrets de Barbara G. Walker, al que mencionó como «el libro más importante del
siglo veinte».
Salyer no pudo recordar si conoció alguna vez a Harold Sherman y negó po­
seer algún conocimiento sobre quién era el contacto del LU.
Debería añadir que Clyde Bedell (Sherman le llama Floyd Winters) escribió un
folleto escrito a máquina de 27 páginas criticando el relato de Sherman sobre el
Movimiento Urantia. Titulado «A Responso To a Thinly Disguised Attack on The
Urantia Book». es un resumen de una conferencia que Bedell impartió en la Pri­
mera Sociedad Urantiana de Oklahoma, el 3 de septiembre de 1976. Aunque el
LU. especialmente en su sección de Jesús, enseña que se debe amar a los enemi­
gos y ser amable con ellos, muchos urantianos estallan con increíble animosidad
siempre que se encuentran con alguien que se atreve a cuestionar sus creencias.
Clyde Bedell era director de publicidad de una empresa de Chicago llamada
Butler Brothers, cuando en septiembre de 1924 se unió al Forum. Siguió siendo
un leal urantiano hasta su muerte acaecida en 1985. Asimismo, convenció a su
secretaria Marian Rowley que se uniera al Forum: ésta se convirtió también en una

137
activa urantiana durante toda su vida. Bedell editó el voluminoso Concorclex del
LU, una referencia indispensable para todos los estudiosos del LU. Hablaremos
más sobre él en el capítulo 10.
Éstos son algunos ejemplos de la retórica de Bedell:
A de Sherman lo define como «una espantosa masa de carne de ficción sobre
un frágil esqueleto de hechos deformados». Está lleno de «fabricaciones», «decla­
raciones erróneas», y es totalmente «despreciable».
Bedell describe acertadamente a Sherman como un creyente en fenómenos pa­
ranormales. Cuando descubrió que no podía «tener el control de los documentos»,
permaneció en el Forum durante años para aprender tanto como pudiera con el ob­
jeto de desacreditar el movimiento. Todos los miembros del Forum siguieran siendo
«devotos creyentes totalmente dedicados a la Poderosa Revelación Cristiana que se
estaba mostrando delante de ellos». ¿Por qué fue Sherman el único que dejó de creer?
Porque le faltó la «fortaleza espiritual necesaria para abandonar su interés en el es­
piritismo» y en otras creencias ocultas económicamente rentables.
Bedell acusa a Sherman de no confesar a nadie su secreta intención de ata­
car el LU. Sin saberlo, el Forum «aceptó como uno de los suyos a un entrome­
tido disfrazado de miembro sincero». Sus «maquinaciones, su provocaciones al
doctor... sus dudas acerca de la buena fe del doctor», todo ello formaba parte de
su diabólico plan.
Sherman había escrito que él y Martha asistieron a las reuniones del Forum du­
rante cinco años. Sin embargo, Bedell afirma haber hablado con cinco de los miem­
bros más antiguos, que no podían recordar que Sherman hubiera estado allí. Pero
estuvieron. Martha y su hija Marcia me aseguraron que después del escándalo, I la-
rold y ella asistieron regularmente a las reuniones del Forum durante cinco años,
pero se sentaban en los asientos del final, no participaban en las discusiones y se
marchaban después de las lecturas de cada documento. Por tanto, muchos miem­
bros del Forum podían no enterarse de su presencia silenciosa.
Sherman también relató que en cierta ocasión había sido zarandeado por «dos
fornidos hermanos», y amenazado por el fornido hijo de Sadler. Bedell afirma que
esto es «una ficción absurdamente descabellada». Fue sólo él. Bedell, quien «diri­
giéndose hacia el centro de la sala, agarró con firmeza el brazo izquierdo del Au­
tor [Shermanl con ambas manos... y ejerciendo la necesaria presión, le acomodó
de nuevo en su asiento... Ninguna otra persona tocó al Autor».
Si confiamos en la memoria de Sherman, Christy (llamada Cindy en su relato)
estaba de acuerdo con su deseo de que el LU incluyera algún material sobre los
fenómenos psíquicos.

Una noche invitamos a Cindy a nuestro apartamento a cenar. Por la tarde salió el
tema de The N ew Revelation Book. Yo le indiqué que, cuando se publicara, los lec-

138
lores se podrían preguntar por qué no se hizo ninguna mención de la telepatía y
de otros fenómenos psíquicos como una preparación para la existencia de tales
poderes en ámbitos superiores. Entonces llegó la «sorpresa». Cindy dijo que estaba
de acuerdo con mi argumento, y entonces me preguntó por qué Sir Hubert Wil-
kins y yo. que como resultado de nuestras pruebas de transferencia de pensamiento
probablemente conocíamos el tema mejor que nadie, no escribíamos un capítulo
explicándolos. El doctor podía someter nuestro documento a la consideración de
los «superiores», y si ellos lo aceptaban, se podía insertar en The N ew Revelaban
Book.

E n una carta a Harry Loose (9 de noviembre de 1942), Sherman relató su con­


versación con Christv:

Harry, una frase que me dijo Christv hace mucho tiempo ya -m e parece mucho tiempo
el junio pasado-, fue como una conmoción. Estaba cenando con nosotros y le es­
taba comentando que como el Libro de Urantia trata de forma tan autorizada los
fenómenos sobrenaturales por qué no se había escrito algo que explicara esos lla­
mados «acontecimientos psíquicos» que millones de personas han experimentado.
(Sé que el Doctor tiene unas ideas fijas sobre este tema y hasta he llegado a creer
que había influido, por su actitud, en lodos los datos de esta índole que se estaban
emitiendo.) Christv estuvo de acuerdo en que sería una buena idea incluir un capí­
tulo sobre este tema en el libro y entonces dijo: «Harold. tú sabes mucho de estos
temas. ¿Por qué no escribes un informe acerca de cómo piensas que se puede ex­
plicar y lo sometemos a los Ángeles del Progreso y vemos si le dan el visto bueno
para incluirlo en el libro?»
¿Qué quería decir con esto? ¿Acaso que el Doctor pone por escrito sus ideas so­
bre diferentes temas y luego las somete en busca de aprobación? ¿Tal vez ha habido
cierta discrepancia en este asombroso documento por el intento del doctor de an­
teponer sus propias ideas en esta revelación espiritual? Si es asi, debería ser expul­
sado y se debería nombrar a otra persona en su lugar para que estuviera en con­
tacto con el «instrumento», como un comisionado tle contacto, y que cualquier falso
escrito debería ser reemplazado por el auténtico y cualquier material que debería
haber estado en el libro habría que recuperarlo con el objeto de que el Libro de
Urantia finalmente exista tal y como se había pretendido.
Esta pregunta de Christv me tuvo preocupado durante cierto tiempo, aunque
estaba claro que esos documentos de Urantia no eran el producto de la mente del
Doctor. Pero ¿por qué me haría ella una propuesta de ese estilo si todo fuera como
debe ser? Confió en que al final se aclararán muchos de estos aspectos. Christv puede
decir que el camino ha sido abierto.

139
La sorprendente respuesta de Christy, añade Sherman en su libro, era una prueba
palpable de que «se habían incluido en el manuscrito [LU] inserciones escritas por
seres humanos». Bedell ridiculiza esta suposición. Sostiene que Christy no estaba
hablando en serio. Simplemente estaba intentado «librarse de la sugerencia del
Autor [Sherman] sin discutir con él», con pleno conocimiento de la «sagrada in­
violabilidad» del LU.
Sherman afirma que Sadler le dijo que él (Sadler) una vez se había teletrans­
portado a la casa de otra persona «en su forma espiritual». Este relato de una pro­
yección astral, sostiene Bedell. es una «fabricación deliberada» que proviene del
«odio» de Sherman hacia Sadler.
Sherman menciona una similitud casi literal de un pasaje del LU con uno del
libro de Emery Reves A Democratic Manifestó (1942). Bedell nos recuerda que
los reveladores admiten (LU 1.343) haber empleado «información de fuentes pu­
ramente humanas». Esto no invalida el hecho de que «cada palabra de los do­
cumentos de Urantia, incluso cuando se hacía uso de los ‘más elevados conceptos
humanos existentes’, fue introducida en los Documentos de Urantia por los re­
veladores. Ninguna fue introducida por ser humano alguno sea cual fuere. Apos­
taría mi vida en ello». Sugerir otra cosa es «una completa -quizá maliciosa- fa­
bricación».
Sherman declara que Sadler era temido por muchos de los miembros del Fo-
rum. Para Bedell es una «calumnia» lanzada sobre un «hombre amable y muy
querido». La acusación procede de un escritor «abusivo», «rencoroso» y «abis­
malmente ignorante» que no sólo era un «investigador sin valía», sino también
«un escritor descuidado» que servía un «potaje repugnante». Sherman afirma que
escuchó a los miembros del Forum referirse a Sadler como «el pequeño Papa».
Bedell sostiene que nadie dijo eso nunca. «El doctor Sadler era un gran hom­
bre, un gigante, al que se le otorgó la mayor confianza y responsabilidad sobre
este planeta en muchos cientos de años. Los Reveladores invisibles supieron es­
coger muy bien.»
Bedell está particularmente indignado por la afirmación de Sherman de que
el nieto de Sadler, el hijo de su hijo Bill, se había suicidado debido a su «desdi­
chada situación doméstica». Por el contrario, declara Bedell. el joven tenía un
tumor cerebral y se enfrentaba con una muerte segura. «En el supuesto caso de
que se suicidara, que [Sherman] desconoce si realmente fue así. fue porque de­
cidió no esperar.»
Como hemos visto anteriormente en el capítulo 2. la investigación final sobre la
muerte de Bill III no puedo descubrir traza alguna de tumor cerebral. No fue posi­
ble determinar la causa de la muerte porque la investigación oficial se realizó mu­
chos meses después del fallecimiento del joven, aunque se encontraron en el cuerpo
del muchacho rastros de barbitúricos, lo que dio origen a la posibilidad de suicidio.

140
Bedel] estaba asombrado de que todo lo que Sherman podía decir en elogio
del LU era que había encontrado en él cierto material que «incitaba a pensar».

¡Dios mío! ¡Cómo deben estar regocijándose en las alturas la majestuosa Comisión
de Reveladores Celestiales y los Ángeles del Progreso y las Iglesias! Este psíquico es­
piritualmente poco profundo acaba de descubrir que esta fabulosa Revelación a punto
de realizar grandes cambios en esta tierra contiene material que considera incita­
dor del pensamiento!

A pesar de ese «pérfido» ataque al LU, Bedell declara que tanto él como los
otros urantianos le perdonan. «Su intento de desacreditar El Libro de Urantia es
similar a un niño furioso que, armado con una pistola de juguete, intenta evitar
que el mayor barco de la tierra entregue el don de la vida eterna a una civilización
necesitada que se encuentra en la otra orilla... Siento lástima por el Autor.»
No es el relato de Sherman el que está plagado de errores y de mentiras, sino
el de Bedell. Como veremos en el siguiente capítulo, en ningún momento deseó
Sherman desacreditar los Documentos de Urantia o usurpar el poder del movi­
miento. Cuando él y Martha fueron expulsados del Forum, todavía creían que el
canalismo de Wilfred procedía de los seres celestiales. La principal preocupación
de Sherman era intentar que los miembros de Forum se enteraran de que Sadler
estaba alterando y aumentando lo que él, Sherman. creía que era una auténtica
revelación de la divinidad.
¿Por qué he relatado tan extensamente la enfadada respuesta de Bedell? Por­
que su lenguaje abusivo expresa de forma muy clara la obsesiva devoción de los
urantianos hacia el doctor Sadler, así como sus convicciones, imposibles de mo­
dificar, de que cada frase del LU procede directamente de los supermortales, sin
haber sido mancilladas por manos humanas.

141
VIII
Harold Sherman y Harry Loose

En agosto de 1992, mi mujer y yo viajamos a la región de Ozark en el norte de


Arkansas, donde tuvimos el placer de pasar varias horas con Martha Sherman, la
viuda de Harold Sherman, su hija Marcia y David Lynch, el marido de Marcia. La
señora Sherman es una pequeña y hermosa mujer, de unos noventa años. Su mente
es más lúcida que nunca, aunque algunos recuerdos, como a ella le gusta decir,
han «huido por la ventana».
El diario detallado de Harold Sherman, junto con cartas y notas sobre sus cinco
años como miembro creyente del Forum de Urantia, se guardan sellados en una
caja en los archivos de Torreytown Library, en la University of Central Arkansas,
en Comvay. Como he dicho antes, la caja no se abrirá hasta el año 2000. Sin em­
bargo, la señora Sherman generosamente ha permitido que Marcia visitara la bi­
blioteca y copiara para mí varias cartas que su marido intercambiaba con un mis­
terioso y oscuro policía y psíquico de Chicago llamado Harry Jacob Loose.
Fue Harry Loose quien persuadió a los Sherman a que realizaran una completa
investigación sobre los Documentos de Urantia, entonces bajo la custodia del doc­
tor Sadler, pero todavía no publicados como libro. En How to Know What to Be-
lieve, Sherman precede su capítulo sobre el movimiento de Urantia, «Pipeline to
God», con un capítulo titulado «The Wisdom of Harry J. Loose». Ix> que sigue está
tomado principalmente de este capítulo, de las cartas que Loose y Sherman se in­
tercambiaron y de un documento titulado «How it Began» que Martha Sherman
dictó a Marcia poco antes de nuestra visita.
Sherman conoció a Harry Loose en 1921, al año más o menos de haber con­
traído matrimonio. Los Sherman estaban viviendo por entonces en Marión, Indiana,

143
donde el joven Harold desempeñaba su primer trabajo como reportero para el Ma­
non Chronicle. Cuando Loose dio una conferencia en Marión, en el circuito Rcd-
path Chautauqua, se le encargó a I íarold la presentación de ésta. Loose había sido
policía y detective en Chicago. Después trabajó asignado como escolta en el fa­
moso Mull House de Jane Addams. En 1920, la firma bostoniana de Christopher
Publishing imprimió su libro de 206 páginas, The Shamus, descrito en la porta­
dilla como «un verdadero relato de robos y una exposición del auténtico sistema
del crimen, escrito por el detective Harry J. Loose del Departamento de Policía de
Chicago». Antes de que se retirara a California en 1934, era el responsable de la
vigilancia policial del Daily News de Chicago.
¿Cómo conoció Loose al doctor Sadler? Es posible que consultara a Sadler como
paciente. En The Mind at Mischiefipágs. 137-138). Sadler escribe:

Vino a verme hace unos pocos años un ex oficial de la policía, un hombre muy ro­
busto, de los que pasan por una calle oscura cualquier noche y ahuyenta a media
docena de ladrones, pero que, como resultado de una larga tensión emocional, su­
fría una depresión nerviosa parcial. Estuvo varios meses recuperándose, pero cuando
se encontró bien, uno de sus muchos miedos todavía seguía persistiendo, compor­
tándose en cierto modo como un miedo residual. Simplemente no quería ir a nin­
gún sitio solo. Encontraba siempre alguna excusa para librarse de hacer cualquier
recado que requiriera que fuera solo a cualquier lugar. Por motivos de trabajo, tuvo
que viajar considerablemente durante uno o dos años, y por esa razón contrató a
un compañero para que fuera con él. Finalmente se curó, pero necesitó más esfuerzo
para vencer esta fobia en particular que para todos sus otros miedos, y no se curó
por medio del razonamiento, conversaciones, explicaciones o racionalización, como
le ocurrió con los demás miedos. Tuvo que enfrentarse con él y desafiarlo; en reali­
dad tuvo que padecer toda la tristeza y sufrir todas las manifestaciones físicas del
miedo que le acompañaban cuando iba solo a cualquier sitio.

Este párrafo se repite, con idénticas palabras, en Mental Mischief (pág. 142) y
en Theoiy and Practice of Psychiahy (pág. 465).
Si el policía descrito por Sadler era en efecto Loose, su compañero de viaje,
como podremos comprobar en un momento, fue un oficial de policía de Chicago
llamado William Cray. Cartas enviadas a Sherman por otros urantianos mencio­
nan que Loose estaba deprimido por el romance que estaba manteniendo su hija
con un hombre que él consideraba inadecuado para ella. Dijo que incluso había
pensado en el suicidio. Esto pudo haber contribuido a lo que Sadler llama «la larga
tensión emocional» que condujo a «una depresión nerviosa parcial». Las cartas in­
dican que un tal reverendo Williams de Chicago enseñó a Loose a hablar en las
reuniones de Chautauqua, y lo preparó para hacerlo. Martha y Marcia me conta­

144
ron qué Loose era en efecto «un hombre muy robusto». Según las cartas de Wi­
lliams, Loose nunca fue miembro de la Comisión de Contacto y no tenía ningún
conocimiento de quién era el instrumento humano, aunque asistió a las primeras
reuniones del Forum.
Tengo en mi poder la copia de una carta (fechada el 15 de febrero de 1917), es­
crita por Sadleral presidente de International Lyceum Burean, en Chicago. I^a carta
en su totalidad es la siguiente:

I te oído que el señor I I.J. Loose ha aceptado continuar en el estrado dando con­
ferencias bajo su dirección, y he estado echando un vistazo a la publicidad de es­
tas conferencias en particular. No siempre lo que las circulares del Lyceum publi-
citan como lo mejor es la realidad, pero en este caso me consta que el señor Loose
ha adquirido todo lo que su circular afirma: y es más, sé que el detective Loose es
un hombre de espléndidos ideales, orgullosos principios y poseedor de una gran
moralidad.
Le felicito por confiar en el señor lxx>se. Estará muy bien. Lo liará muy bien.
Sabe de lo que habla. Es un personaje muy singular que extraña encontrar en la
policía de cualquier ciudad, y será una revelación en todas las comunidades que ten­
gan la fortuna de escucharle.

También poseo, gracias a la investigación realizada por Leo Elliott. copias de


muchas cartas intercambiadas entre Loose y aquellos que estaban al cargo de con­
tratarle como conferenciante de Redpath. En esa época Loose vivía en el 4.218 del
North Monticello Avenue, Chicago. Se quejaba constantemente de las heridas re­
cibidas cuando fue policía, de su necesidad de dinero y de su terrible soledad en
los viajes de conferenciante.
Habitual mente, Loose daba conferencias siete veces a la semana, y su tema siem­
pre estribaba en las causas, prevención y naturaleza del crimen. Creía que la causa
principal de los delitos era «el alejamiento de Dios y de la iglesia». Durante sus
conferencias solía mostrar una colección de pistolas, cuchillos y otras armas usa­
das por el hampa de Chicago. Asimismo, exigía la censura de aquellas películas
que glorificaban el crimen y la violencia. Un periódico de Molden. Missouri, des­
cribió su conferencia como «la más asombrosa, contundente, impactante... que nunca
presenció audiencia alguna en Holden».
Una nota de prensa sobre el libro de Loose The Shamus incluye estos dos pá­
rrafos en los que se mencionan alguna de sus hazañas:

En cooperación con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, el señor


Ix>ose realizó la investigación, arresto y acusación de Samuel J. Rosenthal, «El Falso
Rey de la Bancarrota», recientemente sentenciado a cumplir condena en Fort Lea-

145
*
venworth. En cooperación con los Inspectores de Correos de los Estados Unidos,
realizó la investigación, arresto y acusación del doctor Ottoman Zar Adusht I lanisch
de la conocida secta del Sol. Reunió evidencias para el Chicago Council Crime Com-
mittee que demostraban la existencia del «Sistema» en el crimen; que estaba tan su­
mamente organizado como cualquier empresa legítima; que los receptores de pro­
piedad robada constituían el núcleo de la red de robos y que en ellos se podía rastrear
el noventa y cinco por ciento del crimen organizado.
El señor Loose ayudó a la compilación del informe de la Comisión contra el Vi­
cio de Chicago, y se ha encargado de toda clase de criminales, desde el «trust de los
rateros» al llamado Trust de Ladrones de 1.000.000 de dolares.

El doctor Ottoman Zar-Adusht Ha’nish era el nombre que el natural de Leip­


zig Otto Hanish (1844-1936) adoptó cuando se convirtió en el gurú de una secta
solar norteamericana llamada Maz-Daz-Nan. No conozco absolutamente nada de
dicha secta o de los detalles del arresto de Ha’nish. El libro de John Hartmann
Who's Who in Occultism, New Thought, Psychism, and Spirítualism (1927) hace
referencia a dos artículos sobre la secta escritos por Louis Adamic, en el ílalde-
inan-Julius Monthly (junio y julio de 1926), y cita la dirección de D)s Ángeles del
«doctor» Ha’nish.
Hanish era un naturópata que escribió varios libros en alemán, francés e inglés.
Su Health and Breath Culture According lo Mazdaznan fue publicado en Chicago
en 1902 por su Sun-Worshipper Company, que después se convertiría en Mazdaznan
Press, de Los Angeles. Sus otros libros son How lo Fast Scientifically (1912), Maz­
daznan Dictetics and Cookeiy Book (1914). Omar Khayyam (una biografía, 1924)
y Yohoshua Nazir (1917), una vida de Jesús.
A Loose le gustaba presumir de conocer cada calle y callejón del «perverso* Chi­
cago. Sus conferencias profundizaban en detalles sobre prostitución, carterismo,
hurtos, forzamientos de cerraduras, voladura de cajas fuertes, estafas, adicción a
drogas, peleas amañadas, trampas en el juego de cartas, etc.
Nacido en Springfield, Illinois, en 1880, Loose entró en la Policía Estatal en 1901.
Después de prestar servicio durante más de cuatro años, abandonó la policía para
unirse a la agencia de detectives Pinckerton durante uno o dos años, después de
lo cual se convirtió en oficial de policía de Chicago en 1906. Fue detective de Full
1louse durante seis años. Loose realizó cientos de arrestos, algunos de ellos de co­
nocidos criminales.
Incapaz de combatir lo que él llamaba la «terrible soledad» de sus viajes de con­
ferenciante, Loose dispuso que fuera acompañado por William Cray, un amigo po­
licía que le ayudaría en el estrado a mostrar todos los artilugios de la policía. Pero
la compañía no mejoró el comportamiento de Loose. En una carta de 1920 es­
crita por un empleado de Chautauqua, se le llama «buen sujeto, pero con un ca-

146
rácter peculiar». Loose es acusado de cancelar abruptamente un recorrido de diez
días antes de finalizarlo sin realizar las disposiciones pertinentes para buscar un
sustituto, «excepto su hermana que no valía en absoluto». En una carta del mismo
año. dirigida por Loose a «Tío Crotty». dice que conoció a Sadler «años antes» cuando
el doctor trabajaba en el Municipal Court Bench. El antagonismo hacia Sadler es­
taba comenzando a aflorar. Loose se quejaba a su tío de que Sadler había dado
una conferencia que copiaba una suya de forma demasiado aproximada para ser
accidental.

Un hombre tiene que encontrarse en una gran necesidad, tener poco cerebro y no
estar demasiado preocupado por su conciencia para «robar» deliberadamente el es­
fuerzo de otro hombre y de arramplar con él.
La imitación es el halago más sincero, pero de Sadler, a partir de la reseña dada
en la nota de prensa, apenas se puede decir que lo ha «imitado». Sería más apro­
piado y probablemente describa mejor sus esfuerzos un nombre más corto y tam­
bién más feo.

Dos años después Loose habla en una carta de su «dura lucha» por recupe­
rarse de una depresión. Una carta del mismo año dirigida por un oficial de Red-
path a otro se lamenta de que Loose «nos ha hecho un gran daño... Hemos per­
dido un contrato de 2.000 dólares en Marshalltown [lowal y una de las razones
esgrimidas fue la conducta de Loose exhibida allí».
Otra carta de 1922 escrita por un oficial de Redpath acusa a Loose de pagar a
un laxista sólo cincuenta centavos, presentando después una factura de gastos de
cinco dólares. El taxista reclamó a Redpath. exigiendo 3,50 dólares por sus serv i­
cios. Un grupo íle Richland, Iowa, exigió la celebración de un debate porque lañó­
se rehusó responder a las preguntas formuladas después de la conferencia, como
había prometido, así como exhibir sus colecciones de «curiosidades» del crimen.
Redpath le acusó de deslealtad hacia la oficina y hacia las comunidades donde
conferenciaba. Esta situación parece haber sido la causante del fin de su carrera
como conferenciante. Regresó a la policía de Chicago donde permaneció hasta que
se retiró en 1934 y se trasladó a vivir a California.
La conferencia de Loose en Marión fue una conferencia habitual sobre el cri­
men en Chicago. Después de la conferencia, Harold se sintió extrañamente im­
pulsado a visitar a Loose para entrevistarse personalmente con él. Se registró en
el Marión Motel, sin estar seguro de que Loose estaba alojándose allí. Lo estaba.
Tal como lo cuenta en How to Make ESP Work for You (1964), no dio su ver­
dadero nombre al recepcionista. Cuando entró en la habitación del hotel, en­
contró a Loose sentado en la cama en ropa interior para soportar el intenso ca­
lor de julio.

147
Sherman se sorprendió al escuchar a Loose decir: «Entre, Shennan, y siéntese.
Llega tarde. Le estoy esperando desde hace media hora».
Como recuerda la señora Sherman. Loose le dijo a su marido que el verdadero
propósito de su conferencia había sido localizar a jóvenes de gran inteligencia y
potencial espiritual y alistarlos para una misión especial. No especificó la natura­
leza de la misión.
Loose dijo que tenía la habilidad (hoy se denomina PK o psicoquinesis) de mo­
ver objetos de sitio. «¿Ve esc pañuelo sobre el aparador? No tengo que salir de la
cama para cogerlo.» De acuerdo con el relato de Martha, el pañuelo «estuvo re­
pentinamente en las manos del señor Loose».
Loose demostró un conocimiento minucioso de la vida de Harold, y finalizó la
entrevista con lo que Martha llamó una «demostración de telepatía» con su esposa
en Chicago. Dos semanas después, se recibió una carta manuscrita de Loose, con
fecha del 27 de julio de 1921. En la carta le decía a Sherman que estaba desti­
nado para una «misión de gran importancia». Después de aconsejarle acerca de la
dieta, ejercicio y sueño, Loose añadió: «Si todo sale bien, escribir en papel ya no
será necesario para la comunicación». Se comunicarían por telepatía. «Su plano
-aseguró a Sherman- está muy por encima del mío. Su plano es en cierto grado
superior al mío.»
En el tercer capítulo de How to Know What lo Believe, Sherman llama a esta
primera reunión con Loose «las tres horas más inolvidables e inspiradoras que nunca
he experimentado en este planeta».

No había nada en lo que dijo sobre el estrado que indicara que el señor Ix>ose po­
seía poderes psíquicos inusuales, pero cuando esa tarde me sentí fuertemente im­
pulsado a a c u d ir al hotel donde se alojaba y s o licita r una entrevista personal con
él, me sentí totalmente asombrado al oír llamarme por mi nombre y mirándome
como si hubiera sabido que iba a encontrarme con él desde hacía tres semanas.
Entonces me explicó que una mujer muy espiritual, de noventa y seis años de edad,
que residía cerca de Boston, le había dado el equivalente de una educación uni­
versitaria mientras dormía por la noche: y que ella estaba atrayendo hacia él en
sus recorridos de conferencias a todos los jóvenes que tuvieran un potencial de de­
sarrollo psíquico, y que necesitaran apoyo. Dijo que ella podía «sintonizar» las men­
tes de tales personas mientras investigaba mentalmente las ciudades en las que él
iba a estar -y transmitir a los que quería que se encontraran con él el impulso de
ir a buscarlo. Según Harry, ¡había estado esperando en su habitación hasta que yo
apareciera!

A medianoche Harry se excusó para pasar media hora comunicándose por


percepción extrasensorial (PES) con «mamá Loose», su mujer. Dijo que recibía

148
sus pensamientos durante los primeros quince minutos, y él enviaba los suyos
durante los últimos quince minutos.

I larry estaba estirado en su cania, enfundado en su ropa interior, cuando entre, esa
caliente noche de julio; había acercado una silla al lado de la cama, como si esperara
compañía, sobre la que me senté contemplándole, fascinado, mientras él yacía so­
bre la espalda, y comenzaba a respirar profundamente, con los ojos cerrados. De vez
en cuando, durante los primeros quince minutos, se levantaba y tomaba algunas no­
tas en un bloc que había situado en la mesilla de noche. Al cabo de un rato, em­
pujó el bloc y permaneció inmóvil. Finalmente, casi a las doce y media, abrió sus
ojos, me sonrió y dijo: «Me he permitido dejarle ver esta pequeña práctica telepá­
tica. Usted y su esposa Martha deberían poder hacerlo a su debido tiempo -si con­
tinúa trabajando en ello». (Nunca hemos podido realizarlo, pero hemos sentido con
exactitud los pensamientos del otro durante años.)

Curiosamente, después de intensas indicaciones de una misión especial para


Sherman, la comunicación entre los dos hombres cesó por completo y pasaron
dos décadas antes de que entraran de nuevo en contacto. Sherman y Martha se
trasladaron a vivir a la ciudad de Nueva York en 1924, a un quinto piso sin as­
censor con vistas al rio Hudson. Sherman comenzó su carrera como escritor, es­
cribiendo cientos de historias de aventuras y de deportes para muchachos y mu­
chachas en publicaciones periódicas como Boy’s Life, American Boy, Target, Top
Notch y Ropeco. Además de su propio nombre, usaba los seudónimos de Tilo­
mas Baldwin y Edward Morrow. Estos relatos fueron recopilados en tres doce­
nas de libros.
Durante un tiempo Sherman dirigió un programa de radio llamado «Su llave
para la felicidad» (Your Key to 1lappiness). Su libro de 1935 con el mismo título
se convirtió en un best-seller. En la revista Amazing Stories se publicaron dos no­
velas de ciencia ficción antes de que se convirtieran en los libros titulados The
Creen Men y The Creen Man Returns. Fueron estas novelas las que introdujeron
la frase «los hombrecillos verdes de Marte» en la literatura de ufología.
Sherman se interesó vivamente por todos los aspectos relacionados con la pa­
rapsicología y lo paranormal, y en los últimos años de su vida llegó a convencerse
de que él mismo poseía poderes paranormales. Escribió más de veinticinco libros
acerca de la percepción extrasensorial, psicoquinesis, precognición, poltergeists, PES
animal, zahoríes, tableros de ouija, ovnis, etc. En uno de sus libros se nos explica
cómo grabar voces de los muertos. Hizo un viaje a Filipinas con su amigo 1Ienry
Belk. hijo del fundador de la cadena de almacenes Belk, para estudiar a los ciru­
janos psíquicos -supuestos «cirujanos» que pretendían eliminar tejidos enfermos
del cuerpo del paciente sin cortar la piel.

149
Tanlo Sherman como Belk se tomaron muy en serio a esos cirujanos psíqui­
cos. Ahora ya se sabe que esos hombres son charlatanes que realizan sus su­
puestamente milagrosas hazañas con la ayuda de lo que los magos llaman un golpe
de efecto. Consiste en la utilización de un dispositivo transparente que lleva teji­
dos y sangre humanos falsos hacia el punto donde los «cirujanos» parecen elimi­
nar el tejido sangriento del vientre de una persona. El libro de Sherman Wonder
Hcnlcrs oíthe Philippines, de pasta dura y con 339 páginas, fue publicado en 1997
por una editorial californiana de DeVorss and Company. La cubierta del libro lleva
el subtítulo Is Psychic Surgen’ Truc? Sherman reconoce que con frecuencia mu­
chas de esas prácticas son un fraude, pero tanto él como Belk estaban profunda­
mente convencidos de que esa cirugía en concreto era auténticamente paranor­
mal. En cualquier caso, pensaron que merecía la pena realizar una investigación
científica.
Uno de los libros de Sherman estaba entusiásticamente avalado por su amigo
Norman Vincent Pe¿ile, el primer predicador de la nación sobre el poder del pen­
samiento positivo. Los anuncios publicitarios de Sherman sobre su libro citan el
siguiente fragmento de una de las cartas de Peale:

Querido Harold: Los m uertos están vivos es una obra maestra y debería conside­
rarse el mayor de todos tus grandes libros. Espero que todo el mundo lo lea. Yo lo
encuentro muy serio.

Harold Morrovv Sherman nació en 1898 en Traverso City. Michigan. Su madre


era metodista y su padre de familia católica. Como ya vimos en el capítulo 2, Sad-
ler, de joven, había trabajado como botones en el Sanitarium del doctor John Ke­
llogg en Battíe Creek. Michigan. Por una curiosa coincidencia, en 1914, el joven
Sherman (tenía entonces 16 años) comenzó a trabajar en el «San» como botones
y ascensorista. A diferencia de Sacller, Sherman nunca se convirtió al Adventismo
del Séptimo Día: por el contrario, nunca se afilió a ninguna iglesia u organización
religiosa.
En 1918. Sherman dejó la Universidad de Michigan para combatir por breve
tiempo en la Primera Guerra Mundial. En 1920, mientras trabajaba para Henry
Ford, en Detroit, se casó con Martha Francés Bain, una joven de su localidad de
origen. Era por entonces una estudiante de enfermería en el Grace Hospital de
Detroit. Habían asistido a las mismas escuelas públicas en Traverso City desde el
sexto grado hasta la enseñanza superior, aunque sus caminos personales rara vez
se cruzaron. El v Martha tuvieron dos hijas, Mary Alcinda y Marcia Anne.
Cuando Sherman murió en 1987 -o como Martha prefiere decir, «cuando aban­
donó esta dimensión»-, había estado dirigiendo durante más de dos décadas el
ESP Research Association Foundation, en Little Rock. Arkansas. La Fundación

150
vendió casi todos sus libros, publicó animados boletines informativos y patro­
cinó conferencias, seminarios y talleres en todo el país.
Sherman y el explorador australiano del Artico y del Antartico Sir Hubert Wil-
kins se hicieron buenos amigos. En 1937 y 1938. cuando Sherman estaba en Nueva
York y Wilkins se encontraba a muchos miles de kilómetros en el Polo Norte, los
dos hombres realizaron experimentos telepáticos a larga distancia, bajo la super­
visión del doctor Gardner Murphy, un respetado parapsicólogo, entonces en la Uni­
versidad de Columbia. Wilkins era el emiso y, Sherman el receptor. El setenta por
ciento de lo que declararon era cierto. Sherman escribió por primera vez expli­
cando estas pruebas en la revísta Cosmopolitan (marzo 1939), y luego ofreció un
relato más detallado en Thoughts Through Space (1942). La reimpresión en libro
de bolsillo de 1971 cuenta con un prólogo entusiasta escrito por Edgar Mitchell,
el astronauta que se ha convertido en un defensor a ultranza de los fenómenos
psíquicos a través de su Instituto de Noética.
En 1973, Sherman y el cienciólogo y psíquico lugo Svvann colaboraron en un
esfuerzo para realizar viajes extracorpóreos a Júpiter antes de que el Pioneer 10
sobrevolara el planeta para hacer fotos. Cada uno anotó lo cine vio; el experimento
fue supervisado por Harold Pulhoff y Russell Targ, entonces parafísicos en la Stan-
ford Research International. Su informe, que yo sepa, no ha sido publicado. Sher­
man y Svvann colaboraron después en dos pruebas similares de visión remota, de
Mercurio en 1974 y de Marte en 197(5. Los resultados de estas dos pruebas tam­
poco se han publicado.
En julio de 1941, la Warner Brothers pidió a Sherman que fuera a Hollywood
a trabajar en el guión de la película Las aventuras de Mark Twain, guión basado
en una obra de teatro que Sherman había escrito. En el viaje de Nueva York a
I Iollywood, acompañado por su mujer y sus dos hijas, Sherman se detuvo en Chi­
cago para encontrarse con Sadler. La señora Josephine Davis, una prima suya que
vivía en Marión. Ies había dado una carta de presentación para Sadler.
En el capítulo sobre Urantia de How lo Know Wlial lo Be Heve, Sherman mo­
difica el nombre de la señora Davis por el de Susan Saunders, añadiendo que a
comienzos de los años veinte ella y su marido «estaban dedicados, como nosotros,
a la investigación psíquica». Un cordial Sadler habló entusiásticamente de los do­
cumentos de Urantia, lamentando que los Sherman no tuvieran tiempo de que­
darse y de leerlos. Fue una reunión fortuita que los Sherman olvidaron pronto (in­
cluso fueron incapaces de recordar el nombre de Sadler).
Durante dos décadas Sherman había intentado sin éxito localizar a 1Iarry Ixio-
se. Finalmente lo consiguió por medio de la ayuda de un amigo. Loose estaba
retirado y vivía en el 123 de Noctli Elizabeth Avenue, en Monterey Park, un su­
burbio a unos dieciséis kilómetros al este del centro de Los Ángeles. La carta
de Sherman a Loose (31 de enero de 1941) fue la primera comunicación entre
ellos desde que se encontraron veinte años atrás en Marión. La respuesta de Loó­
se (5 de febrero) contiene la primera mención del LíJ Esta notable carta está
impresa en su totalidad en el libro de Sherman How lo Know What lo Bclieve.
La reproduzco a continuación:

¡Saludos!
Ix* agradezco su carta. No la esperaba hasta finales de mes.
Con una buena mujer y dos bellas y obedientes hijas es usted muy afortunado.
Marv y Marcia. Ambos nombres bíblicos. Marcia es un derivado de Marlba. Estoy muy
satisfecho con su éxito como escritor. Ix* felicito. Ha sido ayudado -porque se ha
ayudado a usted mismo.
Vivo con unos ingresos muy modestos, en una antigua casa de un pequeño y
humilde suburbio de Los Angeles. Tardo conduciendo doce minutos al centro de la
ciudad. Soy propietario de un gran terreno pero soy muy mal granjero. Mi tiempo
no está ocupado por ninguna actividad física.
Las inteligencias con las que estoy en contacto han realizado un gran servicio
a este átomo de mundo. Les presto servicio con mi muy humilde capacidad. Mi mi­
sión no ha finalizado. I le progresado aunque había confiado en una liberación y en
un progreso mucho mayor. Mucho se ha hecho con respecto a la crisis que ame­
naza a esta nación, pero Lis fuerzas en oposición poseen un inmenso poder psíquico.
Una mente sin instrucción y sin formar quizá no lo comprenda. [Estábamos a po­
cos meses del ataque sorpresa japonés a Pearl Harbour y del comienzo de la Se­
gunda Güeña Mundial.]
La telepatía a larga distancia -o a corta distancia- se está utilizando con pro­
fusión y marcha perfectamente, lia estado funcionando durante miles de años en
todas las épocas y entre ciertos grupos. Su método es muy sencillo cuando se com­
prende. El tiempo o el espacio no es nada. No hay nada más REAL que la MENTE.
«Es el Espíritu el que resucita, de la carne no se aprovecha nada.»
No conozco cuál es su actual desarrollo. Tengo que ser cauto. No quiero bom­
bardear su cabeza con teorías y arriesgarme a ser malinterpretado.
Recuerde estar al tanto de un voluminoso libro que se publicará aproximada­
mente dentro de dos años. Ha permanecido treinta y cinco años en el edificio. No
es mío pero tengo algo que ver con él. Lo reconocerá cuando aparezca. Aclarará
muchos temas que ya están reflejados en nuestra Biblia. Es una auténtica revela­
ción espiritual de esta era escrita por inteligencias que nunca han vivido en la tie­
rra y que tienen que ver con el gobierno de esta minúscula tierra en esta parte muy
limitada del universo. Por favor, crea cada asombrosa palabra de él. Es la v e r d a d ...
YO LO SÉ.

Hablé con usted la noche del 21 de julio de 1921, en mi habitación del viejo
Marión Hotel. Por entonces yo sabía muy poco acerca de mí mismo. La vida es una

152
tarea individual -ya sea para madurar o no. Nadie puede madurar por usted. Esto
se aplica tanto para el más allá como para este mundo. No se sentirá muy satisfe­
cho cuando este sobre una húmeda nube y toque un arpa de cuatro cuerdas. Se
cansará de ello al cabo de los primeros cientos de años. Entonces descubrirá que
prefiere mantenerse ocupado en lugar de sentarse en las nubes.
Que los buenos pensamientos le rodeen y le ayuden a usted y a los suyos. Sin­
ceramente, Harry J. Loose.

Loose estaba por entonces en sus setenta y tantos años y padecía una grave
enfermedad cardíaca. Ahora que él y Sherman estaban viviendo tan cerca uno del
otro, las dos familias se hicieron buenas amigas. Se visitaban los domingos o bien
en la casa tle Loose en Monterey Park, o bien en el apartamento de Hollywood
que los Sherman habían alquilado.
Fue durante este período cuando Loose dio a conocer a los Sherman la Quinta
Revelación Epocal. Ix>ose conocía a Sadler de sus primeros años del Forum. y ha­
bía desempeñado algún tipo de papel en la formación de los documentos. Nunca
reveló a los Sherman cuál había sido ese papel. Creía que él mismo estaba en con­
tacto directo con los reveladores celestiales, que le habían pedido, según decía, que
iniciara a Harold y a Martha en la maravillas de la nueva revelación.
Como Sherman relata en su capítulo sobre lx>ose, su amigo pretendía tener el
poder de realizar viajes astrales durante los cuales su forma espiritual podía pa­
recer completamente real a otras personas. Dijo que él y el padre John Carlos, un
sacerdote católico que vivía en Suramérica, de vez en cuando se visitaban por me­
dio de la proyección astral. Sherman cita a Loose diciendo:

Me gustaría que alguna vez conociera a mi amigo, el sacerdote católico. A lo mejor


me visita mientras está usted aquí. Generalmente nos encontramos en el pequeño
parque de la zona, donde podemos sentarnos y observar a los niños. Sólo puede
permanecer diez horas conmigo debido a sus obligaciones con la iglesia. Viene a
mi casa para comer conmigo, pero no puede ingerir nada. Sin embargo, el aire y el
agua son absolutamente necesarios para él. Será perfectamente visible para usted,
y sé que disfrutará hablando con él. Me gustaría que usted lo viera sobre lodo cuando
acude a mi hogar. No. No soy católico.

El día de Acción de Gracias de 1941, Sherman afirma que el cuerpo astral de


Loose le visitó en los Apartamentos Canterbury, en el 1746 de North Cherokee
Avenue, Hollywood. Desafortunadamente, él y Martha estaban viajando en coche,
pero Loose fue visto por el conserje y una sirviente. En el capítulo 4, «A Verified
Case of Projection of the Psvche». en You Live Afler Death (1940), Sherman im­
prime una carta de William A. Cousins, el conserje. «Estoy escribiendo -comienza-
tal como me ha sugerido, un relato detallado de lo que ahora considero la expe­
riencia más escalofriante que ha sucedido en mi vida.»
Cousins recuerda que por la tarde del día de Acción de Gracias un hombre se
había aproximado a la recepción. Era de complexión robusta, e iba vestido como
un trabajador -gorra, jersey marrón, pantalones de pana y una blusa azul oscuro.
Sin preguntar si los Sherman estaban en casa, dio al conserje el siguiente men­
saje: «Dígale al señor Sherman que el señor Loose estuvo aquí; le veré el domingo».
El hombre movía la boca después de cada palabra, lo que sugirió al conserje que
tenía dificultad para mantener en su sitio la dentadura postiza. Parecía sin respi­
ración. El conserje recordó la hora como «aproximadamente las 2:30 de la tarde».
Los Sherman regresaron aproximadamente a las tres de la tarde. Sherman dijo
al conserje que lamentaba no haber visto a su amigo, pero que le telefonearía in­
mediatamente. Media hora después Sherman bajó al vestíbulo con noticias increí­
bles. 1labia hablado con Loose v se había enterado de que no había salido en nin­
gún momento de su casa, situada a unos treinta kilómetros de los apartamentos.
¡Había estado en casa todo el día celebrando la festividad de Acción de Gracias
con toda su familia!
Sherman visitó a Loose el domingo siguiente. Cuando le contó la historia del
conserje. Loose se mostró extremadamente agitado y sorprendido. Propuso hablar
con el conserje y verificar el relato de Sherman. Así es como lo cuenta Cousins en
su carta:

Llegó por la puerta lateral del edificio de apartamentos, vistiendo las mismas ropas
que había llevado el día de Acción de Gracias, excepto por una camisa más clara.
Me puse de pie y dije: «Buenos días, señor Loose», y el me preguntó por el señor
Sherman. Le dije que no creía que el señor Sherman estuviera en casa, y en ese mo­
mento. el señor Sherman se acercó por detrás del señor 1.oose, al darse cuenta de
que yo le había reconocido.
Me sentí un poco nervioso y dije: «Éste es el caballero que le visitó el día de Ac­
ción de Gracias». Ambos rieron y el señor Sherman me presentó al señor Loose. que
explicó que la blusa azul oscuro se la había puesto el día de Acción de Gracias y
que ahora estaba en la lavandería.
El señor I/>ose me pidió entonces que le explicara lo que había sucedido en el
Día de Acción de Gracias, y le repetí lo que he relatado antes.

El relato más detallado de Sherman de la visita astral de Loose se encuentra


en el capítulo dedicado a ello en Yon Uve After Death. Cita a Loose diciendo:I

Itarold. creo que ya ha llegado el momento de decirle unas cuantas cosas acerca
de mí mismo, pues tenía miedo que no las comprendiera ni creyera. Desde hace
algunos años poseo la capacidad de abandonar mi cuerpo y aparecer consciente­
mente en espíritu en lugares distantes para visitar a ciertas personas. Durante el
tiempo en que me ausento de mi cuerpo físico, permanezco en un profundo es­
tado de sopor y me cuida Mamá Loose. Si me voy durante el día y los vecinos pa­
san por mi casa, ella simplemente explica, después de haber cerrado la habitación,
que Harry está durmiendo y que en estos momentos no puede ser molestado. In­
tentar despertarme durante esos períodos podría causarme un gran shock nervioso.
Puedo decirle que uno de los amigos que conocí de esta forma es John Carlos, un
sacerdote católico que vive en Suramcrica. A veces él me visita también de la misma
forma. Yo no soy católico, como sabe, y esta evolución espiritual no tiene nada que
ver con ningún credo.
¿Recuerda, Harokl... cuánto me gustaba pasear con usted por el pequeño par­
que cercano y sentarnos en un banco, bajo ese gran árbol, donde podíamos ver a
los niños jugar inocentemente y las majestuosas montañas a lo lejos?
Ese es el lugar... donde me reúno con John Carlos cuando viene a visitarme. Nos
comunicamos telepáticamente y cuando tiene algo de importancia espiritual que tra­
tar conmigo, el o yo acudimos en busca del otro. No hay mucho más que le pueda
decir porque la madurez y la comprensión espiritual es cuestión de evolución. Pero
si hubiera estado en el parque conmigo y le hubiera permitido compartir esta ex­
periencia, podría ver de repente a otro hombre sentado a mi lado o cerca del banco.
Para el observador fortuito, somos dos hombres comentes, discretamente vestidos,
como esos viejos que con frecuencia pasan su tiempo sentados en los bancos de
los parques de lodo el país.
Estas reuniones entre John Carlos y yo siempre están preparadas de antemano.
Cada uno está esperando a que el otro llegue y cada uno es totalmente consciente
de la visita, capaz de regresar a su cuerpo físico y, después de recobrar la conscien­
cia normal, conservar un recuerdo de la experiencia. Pero lo que me ha preocupado
sobremanera, en la evidencia que me ha deparado mi visita a Canterbury. es el he­
cho que no tengo ningún recuerdo de tal proyección.

Sherman reimprime una carta (fechada el 20 de diciembre de 1941) escrita por


la hija de Loose y la señora Raymond A. Burkhart, v también firmada por su ma­
rido, por la esposa de Loose, Emily, y por la hermana de Emily, la señorita Dorothy
Hesse. En la carta se informa que después de finalizar la cena de Acción de Gra­
cias a las 12:30, Emily y su hermana echaron su habitual siesta de sobremesa a la
1:30. Los Burkharts y su hijo pequeño, John, se marcharon. Loose estaba sentado
en una silla en el salón, leyendo un libro. Llevaba sus viejos pantalones, una ca­
misa azul y una corbata gris y negra.
Emily y Dorothy se levantaron de su siesta, como recuerdan, a las 2:30. En­
contraron a Loose que todavía seguía sentado en el salón, con las zapatillas pues­
tas y leyendo. lál como afirmaron, no había abandonado la casa en todo el día.
Por tanto, no podía haber estado en los apartamentos Canterbury ese mediodía.
¿Qué se puede deducir de todo esto? A cualquier escéptico en proyecciones as­
trales sólo se le ocurre una aceptable posibilidad. La señora Burkhard declaró que
ella y su marido se marcharon alrededor de la 1:40. Como ella indica en su carta,
aquí acaba su conocimiento y el de su marido del paradero de su padre durante
ese día. Emily recuerda que ella y su hermana se despertaron de su siesta alrede­
dor de las 2:30. Por tanto, desde la 1:40 a las 2:30, un periodo de al menos 50 mi­
nutos, nadie sabe en realidad dónde estuvo el señor Diose.
En un mapa actual de lx>s Ángeles y de sus suburbios, el apartamento de Sher-
man y la casa de Loose están separados por unos 50 centímetros, casi en la misma
línea horizontal. En el mapa 2,5 cm equivalen a aproximadamente 1 km; por tanto,
la distancia estimada es de unos 20 kilómetros. Calculo una distancia en coche
de 24 kilómetros.
No tengo ni idea de cómo era el mapa en 1941, ni qué autopistas había en­
tonces. Si Loose condujo esa distancia a unos 100 km/h, hubiera tenido tiempo
de llegar al apartamento de Sherman, correr al vestíbulo (el conserje recuerda que
estaba sin respiración), dejar apresuradamente el mensaje, conducir de nuevo a
su casa y regresar a su silla antes de que su mujer se despertara, y aún le sobra­
rían veinte minutos. Seguramente las carreteras estaban menos congestionadas en
1941 de lo que están hoy, y hay que recordar además que era el Día de Acción de
Gracias, así que debía haber muy poco tráfico.
Contra esta conjetura se encuentra el hecho de que Emily recuerda haberse des­
pertado «aproximadamente a las 2:30», y el conserje recuerda que Loose salió del
edificio de apartamentos «aproximadamente a las 2:30». «Aproximadamente» es una
palabra muy poco concreta. Tanto Emily como el conserje podían haberse equi­
vocado ligeramente en sus recuerdos, y al mismo tiempo estar dispuestos a apo­
yar la visita astral. Si Emily se despertó, por ejemplo, a Lis 2:45 y Loose abandonó
el domicilio de Sherman a las 2:15, este margen hubiera permitido a Loose con­
tar con 30 minutos completos para recorrer los 20 kilómetros. Recuerdo que en
la carta de Loose a Sherman, impresa aquí en la página 143, Loose dice: «tardo
conduciendo doce minutos al centro de la ciudad».
Está claro, si nos basamos en la correspondencia de Loose, que se sentía muy
orgulloso de sus poderes psíquicos. Algunas personas no dudan en utilizaren cier­
tas ocasiones el engaño para convencer a otras. Me viene a la mente cómo Uri Ge-
ller convenció a su amigo y biógrafo. Andrija Puharich. de que se había teletrans­
portado desde el centro de Manhattan al porche trasero de la casa de Puharich
en Ossining, muchos kilómetros al norte. Puharich contó en su libro Uri que en
la cubierta del porche se podía ver incluso un gran agujero en el lugar donde Ge-
ller afirmaba haber caído.

156
Sadler, en sus investigaciones sobre los médiums, era totalmente consciente de
que éstos y los psíquicos, incluso los verdaderos creyentes en fenómenos psíqui­
cos, recurrían frecuentemente al fraude para alimentar su ego. Éste es un pasaje
recogido de Menta! Mischief and Emotional Conflicts (pág. 269) que creo que se
puede aplicar a las pretensiones de Loose de haber realizado proyecciones astra­
les, aunque por supuesto no hay ninguna forma hasta la fecha de demostrar lo
contrario:

Distinguir a los verdaderos escritores automáticos de aquellos que son, al menos


hasta cierto punto, conscientemente fraudulentos no es ninguna tarea sencilla. Es­
tos fenómenos psíquicos y los llamados «sensitivos» exageran casi inconscientemente
sus dones y, de forma infantil, magnifican sus ejecuciones. Parece como si cada mé­
dium intentara superar a los otros «psíquicos», de tal forma que siempre están su­
jetos al deseo de perpetrar el fraude.

Los relatos de Sherman sobre la visita astral de lx)ose se pueden consultar en


su totalidad en How to Make ESP Work for Yon y Yon Live After Death. Un re­
lato más breve se encuentra en el capítulo sobre Loose en How to Know Wliat to
Bclievc. Sherman afirmaba repetidamente que consideraba ese acontecimiento
como uno de los «casos más auténticos de visita astral en la historia de los fenó­
menos psíquicos».
Volvamos ahora a Loose y a los documentos de Urantia. Los Sherman estaban
tan fascinados por los elogios de su amigo a esta nueva revelación que se trasla­
daron a Chicago en mayo de 1942 con el propósito expreso de estudiar los do­
cumentos. Su hija mayor, Marv, estaba trabajando como telefonista en Hull House.
(Sherman, por cierto, estaba por entonces dándole vueltas a la idea de escribir una
película sobre la vida de Jane Addams.) La hija más joven, Marcia. pasó el verano
con sus primos en Michigan.
1larold y Martha fijaron su residencia en los apartamentos Cambridge, enfrente
de la sede central de Sadler en el 533 de Diversey. En su primera visita a Chi­
cago, los Sherman habían sido admitidos al Forum después de haber firmado la
declaración jurada exigida por Sadler de que no revelarían a nadie que no per­
teneciera al Forum ninguna información sobre los documentos. Durante cinco
años, de mayo de 1942 a mayo de 1947, asistieron a las reuniones del Forum de
los domingos. En 1943, Marv y su marido. Bernard J. Kobiella. también fueron
admitidos en el Forum después de firmar la declaración jurada. Asistieron sólo
a unas pocas sesiones porque el señor Kobiella, que era católico, no podía acep­
tar las doctrinas del LU.
«Nunca nos dijeron -escribe la señora Sherman en su informe- qué papel de­
sempeñaba en realidad Harry Loose en la recopilación y evolución del material de
Urantia, aunque Bill Sadler Jr. una vez comentó que existía un cierto misterio en
relación con I larry Loose y los primeros días de producción del material.» Los Sher-
man respetaron el deseo de Loose de que no se mencionara su nombre a Sadler
ni a los demás miembros del Forum. Sadler. a su vez, nunca habló de su relación
con Loose.
Lo más destacado de las cartas de Loose es su gran consternación sobre cómo
Sadler estaba manejando los documentos. En opinión de Loose era Lena la que
equilibraba al doctor. Después de su muerte, escribe Loose, «algo se quebró» en
el cerebro de Sadler. Se volvió extremadamente autoritario, más engreído que
nunca, se enfurecía a la menor ocasión y no soportaba siquiera la más mínima
crítica o desobediencia de sus órdenes. Su egoísmo, siempre muy acusado, au­
mentó en una forma considerable. En una carta Loose escribe: «La verdad es
que creo que Sadler está mentalmente enfermo. Es un paranoico con un com­
plejo de poder religioso -que se aferra febrilmente a ejercer un mayor control
sobre las mentes de todos... iSi la doctora Lena viviera! ¡Qué diferente sería todo!
Sadler siempre evidenció un sadismo mental, aunque durante mucho tiempo
latente y activado en estos últimos años, que está claramente reconocido y de­
finido como sadismo físico».
Lo más importante para nuestra historia es que Sadler se convenció de que es­
taba en contacto directo con los seres celestiales, que le habían autorizado a co­
rregir los documentos, a suprimir secciones y a añadir material nuevo. Después de
la muerte de Lena, según Loose, Sadler afirmaba que un ser intermedio actuaba
como representante de su esposa en todas las decisiones tomadas por la Comi­
sión de Contacto. Loose tiene razón en que Sadler mentía respecto a esto. Wil-
fred Kellogg es descrito por Loose como un hombre nervioso que sufría de graves
úlceras estomacales (¡totalmente comprensible!) y que compartía con Christy un
profundo disgusto por la forma como Sadler estaba mutilando las revelaciones.
En cartas a Loose fechadas el 22 de octubre y el 2 de noviembre de 1942, Sher-
man cuenta una historia increíble. Una miembro del Forum, llamada Rachel Gus-
ler, de Oak Park, visitó a los Sherman. Estaba visiblemente molesta. Sadler le ha­
bía comentado que Ruth Kellogg le había dicho que ¡Sherman le había pedido
que robara las planchas del LU sin publicar! Sherman entonces poseería los de­
rechos de autor del libro, lo publicaría y ¡vendería los derechos para rodar una pe­
lícula! Era una absurda mentira. «Sabemos que el doctor ha difundido algunos co­
mentarios poco favorables sobre nosotros -escribió Sherman-, pero no podemos
creer que se hubiera atrevido a llegar tan lejos.»
Loose contestó el 25 de octubre:

Esa historia sobre Ruth no me parece cierta. Aunque tampoco dudo de que Sadler
lo dijera. No puedo concebir a Ruth diciendo lo que Sadler puso en su boca. Estoy

158
mucho más dispuesto a creer que es una mentira totalmente elaborada por el doc­
tor S. o bien «que hizo una montaña de un grano de arena». Tendrán que aparecer
otras evidencias además de las palabras de Sadler para hacerme creer lo que él ha
dicho de Ruth.

Los Sherman encontraron que Ruth se mostraba de forma tan amistosa hacia
ellos como antipática hacia Bill Jr. Anna Kellogg también se comportaba de forma
amable, aunque su marido Wilfred «se alejaba cada vez que me veía como si tu­
viera miedo de enfrentarse conmigo», escribió Sherman a Loose. El señor Stein-
beck, presidente de «lx>s Setenta», también estaba del lado de Sherman. En una
carta a Loose (28 de septiembre de 1942), Sherman informa que el señor Stein-
beck le dijo: «La mayoría de los miembros del Forum están con usted, pero no po­
demos hacer mucho al respecto... Siento tener que decir esto, pero el doctor Sad­
ler NO es una persona espiritual». Algunos miembros del Forum confesaron a
Sherman que si dejaban de creer en todo lo que decía Sadler, tendrían también
que dudar de la autenticidad de los documentos.
Christy, escribió Sherman a Loose, tiene un «miedo terrible», es «un alma ab­
solutamente unida» a Sadler. A Bill Jr. se le describe como «abrasándose de odio»
hacia él y Martha.
Sherman estaba convencido de que Sadler, después de morir Lena, se había
vuelto paranoico, con una mente «perversa y trastornada». Tanto él como su hijo
Bill, escribió Sherman, «mentirán e incriminarán a cualquiera y [harán] lo que sea
para llevar a cabo sus propósitos». En una carta fechada el 10 de septiembre de
1942, Sherman escribió: «No guardo ningún rencor hacia él [Sadler] No me estoy
olvidando del gran servicio que ha prestado, pero es lamentable contemplar cómo
ha caído.»
En la misma carta Sherman escribe que cada vez que se celebraba una reu­
nión de urantianos descontentos en casa de Dent Karle, Sadler declaraba ante los
miembros del Forum que los seres superiores le habían autorizado a estar presente
astralmente en la casa de Karle para poder ver y escuchar todo lo que allí se de­
cía. Como supimos en el capítulo anterior, Sherman repite esta historia en el re­
lato de su libro sobre el movimiento de Urantia. Elsie Baumgartner, una miembro
del Forum en ese momento, le confesó a Martha Sherman que eso era mentira.
Fue el urantiano Albert H. Dyson, afirmó Elsie. que se encontraba también en la
reunión, quien informó a Sadler de todo lo que había sucedido.
Es esencial comprender que la principal razón de Sherman para desencantarse
con Sadler era que el doctor va no se comportaba como el «guardián» de los do­
cumentos. Creyéndose él mismo en contacto directo con los seres intermedios, se
sentía investido de poder para «autorizar» todo lo que quería y para rechazar todo
lo que deseaba de los documentos.
En cartas a Loose fechadas el 7, 10 y 28 de septiembre, y el 2 y 22 de octubre
de 1942, Sherman menciona otro ejemplo de la disposición de Sadler a mentir
para reforzar su teoría de que el matrimonio Sherman se encontraba bajo la in­
fluencia de Caligastia y de otros caídos seres celestiales. Dijo a los miembros del
Forum que antes de que los Sherman llegaran a Chicago, un ser intermedio iden­
tificado sólo como «DEF» le había advertido sobre la llegada de un matrimonio
desconocido al que se le permitiría entrar en el Forum y que causaría una infini­
dad de problemas. La advertencia la había recibido, dijo Sadler, durante una «vi­
sita personal del ser intermedio, cuando lodo el mundo había abandonado la sala».
Sadler comentó que había tomado notas de la advertencia, pero que no se lo ha­
bía dicho a nadie, ni siquiera a Christy. hasta ahora.
Ésta era otra «mentira deliberada» de Sadler. Los Sherman pronto supieron por
boca de los miembros del Forum que Sadler les había mencionado repetidamente
ese mensaje de advertencia. Aunque el ser intermedio no había dado nombres,
Sadler declaró que la advertencia obviamente se aplicaba a los Sherman.
Martha estalló. «Doctor, no hay ninguna palabra de verdad en todo esto... Defi­
nitivamente no tiene nada que ver con nosotros y no veo cómo usted puede in­
terpretarlo de otra forma». Pero la acusación de Sadler fue eficaz. De ahí en ade­
lante, la mayoría de los miembros del Forum evitaron a los Sherman como si fueran
leprosos. Como Harold mencionó en su carta a Loose (7 de septiembre de 1942),
el doctor esperaba que él «llegara arrastrándose sobre su vientre, con sus orejas
gachas», y que apareciera en la siguiente reunión del Forum «completamente hu­
millado, como un pecador para siempre jamás y un aliado de Lucifer».
Sigue una frase curiosa. Sherman escribe que «los Angeles del Progreso y de
Sonsovoctón, que tiene a su cargo el libro de Urantia, no han condenado las ac­
ciones del Forum». Sherman se refiere a Sonsovoctón en otras cartas. ¿Algún ve­
terano del movimiento me puede decir en el nombre del cielo quién es este ser
celestial? Su nombre no aparece en ningún sitio del LU
Loose estaba particularmente molesto por el rechazo de Sadler hacia cierto ma­
terial, procedente del contacto, sobre una extraña clase de seres que vivían en Uran-
lia llamados «híbridos». Parece que personalidades ascendidas de planetas más an­
tiguos y más avanzados habían sido enviados a la tierra para «encarnarse» como
pequeños primates inteligentes. Su misión consistía en ayudar a los humanos pri­
mitivos que habían evolucionado en el ahora sumergido continente de Lemuria.
Estoy tomando la mayor parte de esta información del capítulo de Sherman so­
bre Loose, en el cual se encontrarán varias páginas acerca de los híbridos. Estos
son algunos párrafos:

Ellos vinieron aquí a enseñar y a guiar y a ayudar a mejorar a los humanos que es­
taban comenzando. p e r o n o v e n ía n pa r a e m p a r e j a r s e e n t r e e l l o s . Les habían dado

160
estrictas instrucciones de no tener descendencia para que no cruzaran lo ya total­
mente espiritual con la carne subdesarrollada. Sin embargo, por un accidente y error
y un malentendido de las órdenes, esto o c u r r ió , y antes de que pudiera detenerse
y corregirse, habían nacido varios cientos de estas pequeñas criaturas que se en­
contraban en una posición que nunca antes se babía presentado.
Estos descendientes de híbridos se encontraban entre dos mundos. Había na­
cido en ellos una sensibilidad y un vago conocimiento de cosas más allá de lo me­
ramente físico. l^a normal progresión evolutiva que la naturaleza ha decretado liara
todos aquellos de su clase que no se habían mezclado con esos seres superiores les
fue negada a ellos. Fueron destinados a permanecer en un estado dimensional in­
termedio hasta que el aspecto evolutivo físico de su progresión pudiera igualar a su
don espiritual. En otras palabras, su alma o identidad se encontraba detenida en
un estado de suspensión evolutiva.
Esta desafortunada situación ha continuado entre sus descendientes durante si­
glos, y sólo ahora comienzan a ser enviados, a su muerte, a la Segunda Dimensión,
donde al menos son libres de continuar su normal progresión espiritual.
Estos híbridos existen en todas las razas. Con frecuencia están atormentados
por profundas añoranzas y asombros acerca de la vida y están repletos de sentimientos
que han vivido antes. Estos sentimientos son totalmente comprensibles, ya que lle­
van dentro de ellos la influencia de los seres de la Segunda Dimensión que fueron
sus ancestros.
Esto explica, hasta cierto punto, el falso y erróneo concepto de la reencarnación.
Estos híbridos, debido a su mayor sensibilidad, son capaces de traer a la mente fu­
gaces recuerdos y visiones de experiencias de vidas pasadas, que han interpretado
erróneamente como que les ha sucedido a ellos, pero lo que realmente experimen­
tan pertenece a uno o más ancestros de su directa línea ancestral.

No se encontrará mención alguna de los híbridos en el LU , ni tampoco nin­


guna referencia a Lemuria, a veces llamada Mu. Es un mítico continente perdido
que se cree que ahora está inundado por las aguas del Pacífico y es muy querido
por numerosos escritores de ocultismo. ¿Por qué se ha omitido esta parte de la re­
velación en el L W Los urantianos explicarán que por alguna razón desconocida
los reveladores pidieron a Sadler que la suprimiera. Otra explicación más sencilla
es que Sadler se dio cuenta de que era demasiado absurda [tara ser creída incluso
por los fundamentalistas urantianos.
En una de sus cartas a Loose, Sherman revela que uno de los documentos
contenía un pasaje copiado literalmente de un libro de Stuart Chase, libro que
Sadler había encontrado de gran interés. Los devotos y crédulos urantianos -Lo­
ose los llama Charlie McCarthys porque eran como muñecos fácilmente mani­
pulados por Sadler- expresaban su asombro (escribe Sherman) ante el hecho

161
de que los seres celestiales ¡pusieran frases idénticas en un documento del LU
y en la mente de Chase!
En una carta, Loose comenta el interés de Sadler por las mujeres jóvenes y atrac­
tivas. «Normalmente se llega a una edad en la que el sexo deja de emitir su lla­
mada. Pero hay algunos ejemplos de ancianos en los que esta regla no siempre se
aplica.» Loose habla de la afición de Sadler de abrazar y besar a las jóvenes de su
grupo. «Y si se supiera la verdad, se revelarían todos los besos y abrazos que bajo
otros subterfugios intercambiaba en la intimidad de su despacho con la puerta ce­
rrada -otros “toqueteos” y “apretones”». Cuando el buen amigo de Sherman Henry
Belk me visitó hace unos años, me reveló que Sherman le había dicho cine en una
ocasión Sadler había cortejado a Martha. Cuando le pregunté a Martha sobre esto,
su cauteloso comentario fue «El señor Belk ha hablado demasiado».
Después de que Sherman se desencantara con Sadler c intentara convencer a
los miembros del Forum de que el «pequeño Papa» estaba llevando mal las reve­
laciones, Loose se puso totalmente al lado de Sherman. El setenta y seis por ciento
de los miembros del Forum, escribió Loose, estaban cansados de la actitud dicta­
torial y posesiva de Sadler hacia los documentos, y sobre sus constantes mentiras
sobre ellos.
Loose menciona la siniestra influencia que sobre Sadler ejerció uno de los pri­
meros comisionados de contacto. G. Willard Hales, un hombre muy rico que vivía
en Oak Park, Illinois, cuya casa era un lugar muy frecuentado para la celebración
de picnics urantianos. Se refiere también a la mujer de Hales, Carrie, que había
sido paciente de Sadler, y a su profunda aversión por Bill Sadler Jr. (El hijo de Hit-
Ies, William, y su mujer, Mary Lou, se convirtieron en activos urantianos, y su hijo
John llegó a ser presidente de la Hermandad Urantiana en 1979.) Según Loose,
Willard Hales era el miembro número 17 de la comisión de contacto original. Loo­
se advirtió repetidas veces a Sherman que evitara relacionarse con toda la familia
Hales. En su capítulo sobre el movimiento de Urantia, Sherman pudo haber te­
nido a los Hales en mente cuando se refiere al «financiero Ravmond Stafford, con
su mujer, su hijo Ray y su mujer Marjory».1'1
No puede dejar de asombrarnos cómo Loose. desde California, sabía tanto de
los últimos acontecimientos ocurridos en Chicago. La señora Sherman me ex-14

14. George Willard Hales era el presidente de la Northwestern Malt and Grain Companv. de Chicago,
desde 1910. Congregacionalista y republicano, fue director del Chicago Theological Seminan’ desde 1941.
así como miembro del Consejo de Administración y miembro vitalicio del Chicago Art Institute. Para
más detalles, consúltese IVho's Who in Chicago and Illinois (octava edición. 1945).

162
plicó que Loose mantenía un contacto regular con siete miembros del Forum.
Sus cartas animaban a Sherman a mantener el contacto con «los siete». No apa­
rece ningún nombre en las cartas de Loose, aunque hay referencias al «Número
1» y «Número 4».
Al contrario de lo que Mark Kulieke escribe en su historia del movimiento de
Urantia, en ningún momento Sherman tuvo en mente destituir a Sadler y ocupar
su puesto como líder del grupo. Como verdadero creyente de la Revelación, su único
motivo era hacer pública la forma en que Sadler manipulaba los documentos.
Como ya hemos visto, Sherman intentó persuadir a Sadler que permitiera al
contacto solicitar información a los supermortales acerca de la validez de la PES
y de otros poderes paranormales. La defensa de Sherman de los fenómenos psí­
quicos era compartida por el fallecido Brendan O’Regan, que murió de cáncer en
1992 a los 47 años. Durante unos doce años O’Regan trabajó para el Instituto de
Noética, una organización que promueve todas las formas de psiquismo y que fue
la responsable de consolidar la notoria autentificación del Stanford Research Ins-
Litute de los poderes psíquicos de llri Geller. Menciono a O’Regan porque me sor­
prendió saber que dio una conferencia en el Segundo Simposio Científico, patro-
cinado por los urantianos de Oklahoma City en 1991.0'Regan defendió la capacidad
de Geller de doblar cucharas con su mente, así como los poderes de la PES del
cienciólogo higo Swann que veía escenas muy distantes. Si Sadler hubiera estado
vivo, se hubiera sentido tan molesto como Sherman encantado de que se hubiera
permitido hablar a O’Regan.
Sherman estaba convencido de que los médiums se pueden comunicar con los
muertos. Como hemos visto, Sadler conservaba su fe adventista, tan intensamente
inculcada por la hermana White, de que no es posible comunicación alguna con
los muertos y de que todo espiritismo es obra de Satán. Por lo visto, Sherman no
conocía los antecedentes adventistas de Sadler, ni tampoco se había dado cuenta
de la imposibilidad de modificar la opinión de Sadler sobre este tema.
Herido en su orgullo por las acusaciones de Sadler de que estaba intentando
hacerse con el control del movimiento de Urantia, Sherman escribió la siguiente
declaración de motivos, fumada y validada ante notario el 10 de septiembre de 1942:

A quien pueda interesar:


Yo, e l a b a j o f i r m a n t e , d e c l a r o q u e m i ú n i c o i n t e r é s c o n r e s p e c t o a E l L ib r o dl

U r a n t ia e s e s t r i c t a m e n t e e s p i r i t u a l .

No he aceptado en el pasado ni tampoco ahora en el presente ni incluso he te­


nido deseo, ni aceptaré ningún dinero que pueda provenir de cualquier esfuerzo por
mi parte en relación con su publicación.
Por el mismo motivo, no busco identificación ni glorificación de mi nombre en
relación con la mencionada publicación. No permitiré el uso de mi nombre, ya que

163
c re o que e s t a v e r d a d e r a r e v e l a c ió n d e b e q u e d a r a s í, s i n r e l a c i ó n y s i n la s t r a b a s d e
n i n g u n a a filia c ió n h u m a n a .

A h o r a a p ro v e c h o e s ta o c a s ió n p a r a d e c la r a r y p r o m e te r s o le m n e m e n te , b a jo ju ­

r a m e n to , u n a v e z y p a r a s ie m p re , q u e b a jo n in g u n a c ir c u n s ta n c ia q u e p u e d a s u rg ir
e n el fu tu r o m e o b lig a r á a d e s e a r g a n a n c ia m e r c e n a r i a p o r c u a l q u i e r s e rv ic io p r e s ­
ta d o c o n r e s p e c to a la p u b lic a c ió n d e E l L ib r o de U ran tla .

Todo lo que poseo y lo que pueda dar en tiempo y servicio para esta obra del
Reino lo ofrezco gustosamente a mi Creador, a los Ángeles del Progreso y a Sonso-
voctón porque el privilegio de prestar este servido no tiene precio.
Finnado por mí el décimo día de septiembre, 1942.

Pocos días después (14 de septiembre), Sherman envió a Sadler una extensa
carta en la que intentó dejar claro que no tenía intención alguna de discutir la au­
toridad de Sadler. «No está en mi naturaleza ser un “agitador” o un “disidente”,
como lo puede demostrar toda mi vida. Mi único y profundo interés está enfocado
a todo lo que conduzca a la mejor presentación de esta v e r d a d e r a r e v e l a c i ó n al
mundo.» La carta finaliza:

No puedo concebir a ningún ser humano recibiendo un castigo decretado espiri­


tualmente por este acto honesto. Me enfrentaré con mi Dios cuando sea el momento,
y me he enfrentado con Él, a través de la oración, durante estos últimos días, y he
invocado a los Ángeles del Progreso para que examinen mi mente y corazón y se­
pan que he sido sincero y bien intencionado en todo lo que he hecho.

En una carta, Loose escribe que tanto Wilfred como su mujer están «muy al­
terados» por los esfuerzos de Sadler de «jugar a ser Dios» con los documentos.
Tanto Wilfred como Amia, continúa Loose, eran solidarios con supuesta rebelión
de Sherman. El matrimonio Kellogg, abade, eran «superiores» al matrimonio Sad­
ler, pero no se sentían capaces de contrariar al doctor debido a su dependencia
económica con él. También Christy, afirma Loose, apoyó a Sherman en su batalla
contra Sadler, pero no podía expresarlo abiertamente porque tenía miedo. «Su alma
está enferma», escribe Loose. «¡Qué de historias podría contar! Pero está llena de
m i e d o -un miedo mortal, horrible y aterrador.»

Loose murió el 21 de noviembre de 1943, creyendo firmemente en la autenti­


cidad de los Documentos originales de Urantia y sin revelar a los Sherman qué
papel había desempeñado en su recepción. Sus cartas incitaban constantemente
a Sherman a «¡luchar, luchar, luchar!» y a confiar siempre en el apoyo y sabiduría
espiritual de su esposa. Loose tenía mucho aprecio a Martha, y siempre se refería
a ella como la «pequeña Martha». Repetidamente aconsejaba a Sherman mante­
ner un detallado registro de todo lo que estaba sucediendo y de todo lo que ha­

164
bía aprendido. Así lo hizo Sherman. En sus cartas llama a estas notas su «Diario»,
que eran dictadas cada día a Martha. Confiaba, con el gran apoyo de Loose, lle­
gar a publicar el diario con el objeto de revelar por primera vez la verdadera his­
toria de los documentos, cómo fueron manipulados y distorsionados por Sadler, e
identificar el contacto.
Sherman no tenía ningún deseo de atacar a la Quinta Revelación Epocal, sino
de validarla. En este período de su vida consideraba que el LU era, según sus pro­
lijas palabras, «indescriptiblemente maravilloso», «inatacable» y «la mayor colección
de noticias que se puede presentar a los humanos de cualquier tiempo, y de cual­
quier lugar, sobre la historia del mundo». Estas palabras fueron escritas, por su­
puesto, antes de que él y Martha se vieran agresivamente atacados por Sadler y
fueran expulsados del movimiento.
El amargo conflicto entre Sadler y Sherman alcanzó su clímax en la reunión
del Forum del 13 de septiembre de 1942. Sherman lo relata brevemente en su li­
bro How to Know What lo Believe, pero en la larga carta que escribió a Harry Loo­
se el 13 de septiembre, explica el incidente con más detalle. Transcribo aquí los
pasajes más relevantes:

Sadler apareció ante el Forum y nos dio la bienvenida como huéspedes suyos, lo
que para mí indicó claramente que no nos estaba dando ninguna oportunidad... pues
implicaba que nadie debe comentar algo incorrecto si es huésped de alguien.
Esperé hasta que se dispuso a despedir a los miembros del Forum para comenzar
el primer descanso de una hora cuando me levanté y dije: «Doctor Sadler, en el co­
mienzo de esta nueva época... ¿puedo dirigirme a los miembros del Forum?».
Inmediatamente se puso en guardia y contestó: «No. no en este momento».
Me levanté de mi silla, me dirigí hacia el pasillo y continué: «Lo siento, doctor,
pero hay algunas cosas que debo decir al Forum».
Él me dijo: «¡Siéntese! Y ya le diré cuándo puede hablar al Forum. Es usted un
huésped en mi casa. No tiene derecho a hablar.»
Le dije: «Soy un miembro del Forum, doctor, y la señora Sherman y yo nos sen­
timos como parias. Hemos sido acusados y tenemos el derecho de réplica y de ser
escuchados».
El doctor Sadler repitió: «Siéntese. No va a hablar ahora».
Le dije: «Doctor, ¿acaso tiene usted miedo a la verdad?».
Contestó: «Le repito que es usted mi invitado. Ocupe su asiento. Ahora no va a
haber ninguna discusión».
Me mantuve en mis trece, y en ese momento, otros miembros del Forum. como
tenia previsto, ya se habían levantado. Clvdc Bedell. que perteneció una vez a la re­
sistencia. aunque ya había claudicado junto con el resto, me agarró por el brazo y
me dijo: «Harold, se está haciendo daño a usted mismo si persiste en esta actitud.

165
El doctor tiene razón al pedirle que ocupe de nuevo su sitio. Todos somos invita­
dos aquí. A usted no se le ocurriría venir a mi casa y comportarse de esta manera,
¿no es así?».
Ix respondí: «Clyde. esto es diferente. Éste es el único lugar en el cual un hom­
bre puede hablar de todo esto sin ser acusado... Tenemos el derecho de defender­
nos a nosotros mismos».
El doctor Sadlcr contestó: «Si Sherman quiere hablar y ocupa su sitio, yo le diré
cuándo puede hacerlo.»
Le dije: «¿Puedo hablar más tarde, doctor? Quiero hablar hoy».
Sadler contestó: «\!o, no hablará hoy».
Ix pregunté: «¿Estará usted aquí cuando yo hable?».
Y contestó: «Rehúso contestar a esa pregunta».
Hales se había puesto ahora a mi lado, y agarrándome las solapas de mi abrigo
me dijo que siempre había creído que era un buen compañero, que había leído to­
das las «cosas» que yo había escrito, y que me estaba haciendo daño por adoptar
una actitud como ésta, pues perdería el respeto de todos los miembros del Forum.
Siguió diciendo cosas por el estilo, preguntándome por qué no había escuchado
a Clyde Bcdell. Entonces Dent Karle, otro «amigo»... intentó interceder, pero yo me
seguía negando a ocupar mi asiento. Mientras tanto las mujeres presionaban a
Martha y le rogaban que me hiciera volver a mi asiento... pero Martha permaneció
inmóvil.
Y entonces Russell Buclin se unió al grupo que estaba a mi alrededor, y los dos
hijos de Kulieke, dos jóvenes robustos, preguntaron excitadamente al doctor si me
podían echar. El doctor no quiso aceptar su sugerencia aunque le hubiera gustado
pronunciar el «adelante». Bill Sadler comenzó a avanzar por el pasillo hacia el grupo
que me rodeaba...
Todavía no quería claudicar a pesar de las preguntas procedentes de toda la sala,
«Doctor, ¿quiere que suspendamos la reunión?» Algunos miembros, hombres y mu­
jeres, estaban gritando. Otros se mostraban desafiantes. Creo que muchos se sen­
tían como borregos porque carecían del valor suficiente para adoptar una actitud
firme y enfrentarse con la situación...
Finalmente accedí a ocupar mi asiento de nuevo y me las arreglé para soltar el
comentario a los miembros del Forum de que nosotros los respetábamos y que los
queríamos a todos ellos... frase que el doctor intentó evitar.... pero que de todas for­
mas pronuncié. En el descanso, muchos de los miembros nos rodearon y estrecha­
ron nuestras manos y nos expresaron su amistad...
'tengo mi conciencia absolutamente limpia y creo que no podría actuar de otra
forma si me volviera a encontrar en Lis mismas circunstancias, aunque sé que el
doctor cree que ha obtenido una victoria. Durante todo el revuelo Bill se reía histé­
ricamente, lo que indica lo inestable que es y será como líder. El doctor estaba vi­
siblemente conmocionado cuando no me senté inmediatamente y me mantuve firme
durante al menos quince minutos. Expulsó la bilis después del descanso...
Clvde Bedell se me acercó después y me dijo: «1 larold, tenía una buena opinión
de usted hasta hoy... pero si deja que su egoísmo le supere y no adopta una posi­
ción más humilde... y deja de ser tan impaciente... su utilidad para el Forum se verá
absolutamente cuestionada. Creo que en las dos semanas próximas se decidirá su
destino. Yo también he tenido que tragarme muchas veces mi orgullo porque tam­
bién me impacientaba y quería hacer cosas diferentes por mí mismo».
Le contesté: «Clvde. usted no se encuentra en la misma posición que Martha y
yo o nuestros puntos de vista quizá sean diferentes... Hemos sido elegidos para re­
cibir un castigo especial y nos han acusado porque el doctor se ha negado a hacer
las paces con nosotros. ¿Qué ocurre entonces con su propio egoísmo y su testarudo
orgullo? ¿Tenemos siempre que acatar su voluntad... es que siempre tiene razón?».
Deberías ya saber. 1larry, que no actúo movido por el miedo... Siento su presencia
hoy... y siento una Gran Presencia... Quiero estar seguro de que estoy en lo cierto.
Espero no haber fallado, repito, ante los ojos de aquellos [los celestiales] que nos
están mirando. El doctor finge con tanta desfachatez, es un actor tan consumado
que se gana una rápida simpatía...
Me siento muy bien después de esta horrorosa experiencia y gracias por tu carta.
No entablaré ninguna acción judicial a no ser como último recurso. Os quiero mu­
cho a los dos.

Harold esperaba escribir un libro que constituyera por primera vez el verdadero
relato del movimiento de Urantia. El 15 de enero de 1967, dos años antes de la
muerte de Sadler, Sherman le envió la siguiente y destacada carta. Martha Sher-
man me concedió amablemente el permiso para reproducirla.

A su edad, sus días ya están contados. Le queda muy poco tiempo para permitir fi­
nalmente que se cuente la verdadera historia sobre el origen del libro de Urantia.
Acabo de finalizar una investigación sobre los sanadores de fe y de espíritu en
las Filipinas y mi libro «vvónder» iiealers of the phieippines acaba de ser publicado.
Ahora estoy considerando la posibilidad de escribir un nuevo libro que detalle
la «historia por dentro» del desarrollo de Urantia, desde los comienzos, en lo que yo
conozco, hasta el presente -basándome en mis voluminosas notas, observaciones,
información de muchas fuentes, algunas de ellas sorprendentes-, en el que se tra­
taría de las personalidades implicadas y de las acciones que han sido tomadas al
respecto.
Creo que es el momento de revelar al público la v e r d a d sobre Urantia. Si real­
mente cree en la «Revelación de Urantia», puede hacer una valiosa contribución con
este libro.

167
Éstos son algunos de los puntos que necesito aclarar.
1. Un conocimiento específico sobre el «sujeto durmiente» -Sus primeros con­
tactos... cómo comenzó a desarrollarse el libro con usted, al que «nombraron»
guardián.
2. La formación del Forum; la financiación del proyecto; la lectura de los docu­
mentos; la supuesta observación de los Seres Superiores y su «corrección* de
los documentos, basándose en la reacción de los oyentes.
3. leí aparición informada (materialización) de esos documentos después de ha­
ber sido corregidos, escritos a máquina.
4. La declaración de que los documentos se consideraron terminados en 1934
-y la razón de por qué los documentos de Jesús aparecieron en una fecha
posterior.
5. Pruebas de que los documentos de Jesús fueron dictados a través del «sujeto
durmiente» y no escritos por usted y adaptados a la filosofía de Urantia, con
su conocimiento de religiones comparadas.
6. La razón por la que todos los manuscritos originales supuestamente escritos
por el «sujeto durmiente» no se conservaron en una cámara acorazada, ni se
testificaron por observadores, como evidencia, para que se pudieran presen­
tar como prueba de que el libro, originalmente escrito, no había sido alterado.
7. Una explicación de cuántas licencias editoriales se han tomado con el ma­
nuscrito original, con qué autorización, y cuánto se ha interpolado, para que
el lector pueda saber qué es verdad y qué es falso con respecto a sus conte­
nidos.
8. Una explicación de su poder de expulsar, ejercido por usted, si el conducto o
la actitud de cualquiera de los miembros del Forum no satisfacía su aproba­
ción. Una prueba de que le fue concedida por los Seres Superiores la au­
torización de amenazar y castigar a los miembros del Forum, pretendidamente
a cargo del Proyecto de Urantia.
Éstas son sólo algunas de las misteriosas etapas del desarrollo de Urantia que
necesito aclarar antes de que el público acepte alguno de sus notables contenidos
como una glorificada Ciencia Ficción.
Si realmente cree en la revelación de Urantia, tiene una gran deuda pendiente
antes de abandonar la tierra, al ser la ú n ic a persona que puede revelar la a u t é n t ic a
VERDAD. Personalmente, si yo estuviera en su posición y tuviera fe, no intentaría en­

trar en la Siguiente Dimensión guardando ciertos actos no revelados dentro de mi


corazón y mi alma. No querría tener que responder por algunas de las cosas que se
han dicho y hecho en nombre de la v e r d a d .
Christy, como una de las comisionadas supervivientes, que tiene también una
gran responsabilidad en el nombre de la v e r d a d , puede servir de gran ayuda para
usted a este respecto.
Éste es el momento de dar a conocer la verdad, y si emprendo la escritura de
un libro así sobre U r a n t ia , contaré la v e r d a d con tanta honradez como la he ex­
puesto en mi trabajo de Cirugía Psíquica en las Filipinas, sin miedos ni favoritismos.
Ya h a p a s a d o e l t i e m p o s u f i c i e n t e p a r a t e n e r u n a v is ió n g l o b a l d e E l L ib r o de

U r a n t ia - y d e s u s c o n t e n i d o s .

¿Cuánto hay en el de verdad ?

¿ C u á n t o h a y e n é l d e i-a l s o ?

El libro no se ha vendido demasiado en su forma actual. Necesita un cambio


para revitalizarse -para resaltar sus factores significativos-, para separar el lado hu­
mano del metafísico, en su creación.
¿Tiene usted el valor y la integridad necesarios de desvelar a todo el mundo to­
llos estos misterios?
Si no es así, el libro siempre permanecerá como un gran Signo de Interrogación
-y lodo el trabajo realizado para su creación perderá su valor para la humanidad.

Sinceramente,
I larold Sherman

No existe ninguna evidencia de que Sadler le contestara.


IX
«Oahspe»

En el capítulo 1 se mencionó brevemente el libro OAHSPE: A Kosmon Bible in


the Words oíJehovih and His Angel Embassadors. Existen tantas similitudes in­
teresantes entre la secta faitista y el movimiento de Eran tia que be creído que un
capítulo sobre Oahspe no estaría fuera de lugar en este libro. Aunque a los faitis-
tas les gusta poner en mayúsculas todas las letras de Oahspe, sólo conservaré la
mayúscula de la inicial.
Cuando escribí el primer capítulo tenía la impresión de que los faitistas ya ha­
bían desaparecido hacía tiempo. Pero no es así. La secta nunca ha dejado de exis­
tir. aunque en las últimas décadas los miembros se han diseminado aquí y allá en
pequeños grupos que disminuyen sin cesar. De vez en cuando un grupo remanente
publica algún periódico de corta vida. En el momento de escribir estas líneas, una
colonia íle Utah. The Universal Faithists of Kosmon, publica un boletín informa­
tivo llamado Kosmon Voice. Después de dieciséis años, el boletín sigue rellenando
sus 24 páginas con artículos inspirados, noticias de conferencias, poesía, cómics y
fotografías. Se editan seis ejemplares al año. Sus fotos nos muestran que la ma­
yoría de los fieles son casi ancianos. En la editorial, cuya dirección es POB 154,
Riverton, Utah 84065, también se pueden adquirir una variedad de libros y pan­
fletos, entre los que se incluyen un libro de himnos faitista de 254 páginas y un
Diclionary o f Words and Tenns Used in Oahspe.
En 1904, surgió en Londres otro grupo faitista. Su periódico, Kosmon Unity, que
ahora se publica dos veces al año, según me han dicho, es el periódico faitista de
más tirada. Es editado en Londres por Kosmon Press. En Estados Unidos, otros
periódicos faitistas son The Faithist Journal, impreso en Hualapai, Arizona, y Four

171
Winds ViIkige News, una edición trimestral publicada por el Essene Faithist Church
and Missionary Sociefy, cuya dirección es Route ], Box 2120,Tiger, Georgia, 30576.
La sociedad dirige una comuna llamada Four Winds Village, fundada en 1969 por
Virginia Howard, cuya abuela era una india Ojibvva. Radiance, oirá revista faitista,
es una publicación bimensual editada por The EloisLs, POB 83, Henniker, New
Hampshire 03242.
Hasta hace muy poco tiempo se podían adquirir ejemplares de Oahspe en Owl
Press, POB 81, Rosholt, Winsonsin 54475.ir> La primera mitad del libro, anotada
por Walter Wiers, en dos grandes volúmenes en rústica, también fue distribuida
por Owl Press. Al igual que los urantianos, los faitistas insisten en que nadie está
cualificado para rechazar su Biblia si previamente no la ha leído con todo dete­
nimiento y ha valorado cada frase. He sido incapaz de hacerlo (el libro tiene casi
mil páginas), pero he leído lo suficiente para darme cuenta de que es muy inferior
al LU, tanto en ideas como en estilo. Sadler era un escritor y editor educado y con
talento. El autor de Oahspe, John Newbrough, por el contrario, era un escritor me­
diocre. Merece la pena comentar unas cuantas y asombrosas coincidencias entre
el LU y Oahspe, pero en primer lugar resumiré brevemente cómo apareció esta vo­
luminosa Biblia.
John Ballou Newbrough (1828-1891), llamado así por John Ballou, un famoso
predicador universalista, había nacido en una cabaña de madera en Springfield,
Ohio. Su padre era escocés y su madre suiza. La madre era una devota espiritua­
lista, y el joven John creció arropado por la fe de ésta. Se dice que se graduó en
medicina en una universidad de Cincinnati. No estoy seguro en cuál fue. quizá en
el Eclectic Medical College de la ciudad, cuyo profesorado insistía en los remedios
naturales en oposición a la medicina tradicional.
En 1849. el joven Newbrough participó de la fiebre del oro de California, donde
trabajó con éxito durante varios años en las minas. Se convirtió en un enfervori­
zado defensor de los derechos civiles de los trabajadores chinos cruelmente ex­
plotados en California. Junto con su amigo John Turnbull. de Escocia, buscó oro
en Australia.
En 1859, Newbrough se casó con Rachel. la hermana de Turnbull. Fijaron su
residencia en el 128 W. de la 43th Street, en Manhattan, donde durante 23 años15

15. En julio de 1992, envié a Owl Press un cheque de 29,20 dólares para adquirir su edición de Oahspe.
El cheque fue cobrado. Pasaron más de dos artos, pero no me llegó ningún ejemplar del libro, Las car­
tas que envié a Owl Press no fueron contestadas y fue imposible contactar con ellos por teléfono. Fi­
nalmente conseguí un ejemplar de la edición Palmer en una librería de libros raros. Owl Press nunca
devolvió mi cheque.

172
Newbrough practicó la odontología. Siempre generoso, gran parte de su trabajo
con los pobres era gratuito. Dos niños y una niña vinieron de ese matrimonio. Uno
de los niños murió en la infancia y del otro se dice que se licenció como ingeniero
civil en la Universidad de Columbia. El matrimonio no tuvo éxito y en 1886 New­
brough presentó una demanda de divorcio, que ganó. Un año después se casó con
la divorciada Francés van deWater Sweet.
Newbrough era alto y atractivo, con un cuerpo imponente y grandes ojos color
avellana. Gran admirador del doctor Kellogg de Battle Creek, fue vegetariano y abs­
temio durante toda su vida. Siguiendo las instrucciones del doctor, hacía sólo una
o dos comidas al día. evitaba la leche y los huevos, e incluso abandonó el con­
sumo de todos los tubérculos porque crecían sin el beneficio de la luz del sol. Se
dice que gracias a esta escasa dieta bajó su peso de 130 a 80 kilos.
Newbrough viajó mucho por Europa y por Oriente, dando conferencias a gru­
pos espiritualistas mientras vestía ropas orientales de brillantes colores. Su fama
como médium y escritor automático se extendió rápidamente. Crecieron las leyendas
sobre él. Se decía que era capaz de pintar cuadros en una total oscuridad, usando
ambas manos. Se afirmaba que podía cerrar sus ojos y leer cualquier libro en una
biblioteca. Sin esfuerzo, era capaz de levantar pesos de una tonelada o más. Su
cuerpo astral podía visitar cualquier lugar de la tierra. Durante dos años trabajó
como médium en «The Domain», una pequeña colonia espiritualista en Jamestown,
Nueva York.
Una noche a las cuatro de la madrugada, como el mismo Newbrough nos cuenta,
sintió que una mano se posaba sobre su hombro y escuchó una voz que le urgía
a levantarse. En su habitación, inundada con una misteriosa luz, distinguió las for­
mas de hermosos ángeles sin alas. La voz le dijo que había sido elegido para una
misión especia). Tenía que continuar absteniéndose de comer carne y vivir una vida
pura, ayudando a cuantos desafortunados pudiera.
Pasaron diez años antes de que fuera despertado de nuevo por la voz miste­
riosa, que le instó a adquirir una máquina de escribir. Ix>s ángeles, dijo, controla­
rían sus dedos mientras él escribía. Estas sesiones de escritura a máquina auto­
máticas comenzaron en las primeras horas de la mañana del 1 de enero de 1881,

Me han dicho que Owl Press está en bancarrota. Hay rumores de que La Toya Jackson, la hermana
de Michael, se ha ofrecido voluntaria para financiar una reimpresión de Oahspe, pero no he podido con­
firmar este rumor. La Toya actualmente está patrocinando un nenian psíquico telefónico llamado Zo-
diac Group, cuya sede central está en Boca Ratón, Florida. El coste de la llamada es de 3,99 dólares por
minuto.

173
y duraron hasta el 15 de diciembre del mismo año. Cada mañana, antes del ama­
necer. Newbrough golpeaba su máquina de escribir Sholes, sin enterarse, insistía,
de lo que estaba escribiendo. Todos estos datos, por cierto, proceden de una larga
carta escrita por Newbrough (fechada el 21 de enero de 1883), que fue publicada
en The Banner of Light, el principal periódico espiritualista de Boston.
Muchos años antes de que comenzara a escribir a máquina de forma automá­
tica, Newbrough había adquirido la capacidad de escribir automáticamente en es­
critura manual. Mientras se encontraba participando en sesiones de espiritismo,
«mis manos no podían descansar en la mesa sin iniciar esos ‘ataques’. Con fre­
cuencia escribían mensajes, a la izquierda o a la derecha, arriba o abajo, y no las
podía controlar de otra forma que retirándolas de la mesa».
Al cabo de diez años de vida pura, y de bañarse dos veces al día, «una nueva
situación de control llegó a mis manos». El control era a través de la escritura a
máquina. El poder descendía sobre él cada mañana antes del amanecer cuando
se encontraba solo en su pequeño apartamento. Una mañana miró hacia la ven­
tana y vio una larga línea de luz que descansaba en sus manos y «se extendía ha­
cia las alturas como si fuera una línea telegráfica hacia el cielo. Sobre mi cabeza
se posaron tres pares de manos, totalmente materializadas. Detrás de mí otro án­
gel tenía sus manos apoyadas sobre mis hombros... Mi contemplación no perturbó
aquella escena; mis manos seguían escribiendo, escribiendo sin pausa».
¿Estaba mintiendo Newbrough? ¿En realidad experimentó esas alucinaciones?
Probablemente nunca lo sabremos.
Durante cincuenta semanas, Newbrough continúa en su carta, los ángeles con­
trolaron su escritura a máquina durante treinta minutos cada mañana antes del
amanecer. Repentinamente, los controles cesaron. Por primera vez le dijeron los
ángeles que leyera lo que había escrito, y que lo publicara con el título ele Oahspe.
Newbrough imprimió él mismo el libro en Boston, en 1882, en una imprenta com­
prada con el dinero aportado por siete socios anónimos. En la portada no apa­
rece ningún nombre de autor. En 1891, se publicó una edición revisada; en 1910,
se reimprimió en Londres. El libro fue ilustrado con dibujos a lápiz que habían
sido trazados por los ángeles que controlaban sus manos. «Me pidieron que algu­
nos de los dibujos -escribió- como Saturno, las ceremonias egipcias, etc., fueran
copiados de otros libros.»
En 1960, Ray Palmer, un escritor y editor de ciencia ficción, publicó una copia
offset de la primera edición de Oahspe. De la edición de 1891 Palmer reprodujo
nueve dibujos al óleo de Newbrough de varios profetas de Oahspe. y fotografías
que había tomado Newbrough a diez niños de la secta. En una segunda edición
(1970) Palmer añadió «The Book of Discipline», también procedente de la edición
de 1891 de Oahspe. Dos años después, en una tercera edición, Palmer añadió un
índice de setenta páginas.

174
La edición final de Palmer (1972) se llama el «Oahspc verde» porque su cubierta
de pasta dura es de color verde. Aunque tiene la mitad de páginas que el LU, su
papel es más grueso, con lo que los dos libros tienen el mismo grosor. El Oahspc
verde pesa 100 gramos más que el LU. Claramente Palmer pretendía que su Oahspc
imitara la apariencia del LU. La cubierta de los dos libros es casi del mismo ta­
maño, la del LU toda en azul, la de Oahspc toda en verde. El único texto impreso
sobre el LU azul es su título en letras doradas en la cubierta y en el lomo. El único
texto impreso en el Oahspc verde es su título en letras doradas en la cubierta y
en el lomo.
Palmer es más conocido por haber sido despedido por el editor de Amazinp
Storíes, que el mismo Palmer publicaba. Palmer había engañado a los lectores afir­
mando que ciertas criaturas demoníacas llamadas Deros vivían debajo de la su­
perficie de la tierra. Como fundador y editor de Fate, fue el primer editor de re­
vistas en apoyar la locura colectiva de los platillos volantes, sosteniendo que los
ovnis provenían del interior de una tierra hueca y salían a través de un inmenso
agujero en el Polo Norte. Para más información, consúltese el capítulo «Who Was
Rav Palmer?», de mi libro New Age (1991) [Ed. en español, La Nueva Era: Notas de
un observador de lo marginal. Alianza Ed., Madrid, 1990]
Al igual que el LU, Oahspc nos enseña que sólo hay un Dios último que su­
pervisa a una vasta burocracia de deidades menores. Este Dios tiene varios nom­
bres: y o s o y , Ormazda, Eloih, Creador, El Más Supremo y Jehovih-Om. Jehovih es
el aspecto masculino y positivo del Creador. Om es el lado femenino y negativo de
Dios. Al igual que la Ciencia Cristiana y las actuales teólogas feministas, a los fai-
tistas les gusta pensar en el gran y o s o y como Madre-Padre, Él y Ella. Jehovih es
el término que se usa con más frecuencia para denominar al Creador último. Como
en el LU, a cada planeta habitado se le asigna un Dios menor. Tales dioses son
conocidos como Emuls. El dios asignado a la Tierra mora en una ciudad celestial
llamada Hored. Está «situada encima y debajo de las montañas de Aotan en Ug-
hoqui, hacia el este de L’l». Es difícil de creer, pero los nombres propios de Oahspc
son bastante más numerosos e incluso más feos que los del LU.
Oahspe habla de miles de millones de dioses, aunque a diferencia de los mi­
llones del LU, la mitad son hembras. Más próximos a Jehovih están sus innume­
rables 1lijos. Por debajo de los Hijos están los dioses menores, y por debajo de los
dioses hay miles de millones de arcángeles, ángeles y Señores. Los Hijos llevan nom­
bres tales como Sethantes, Ah’shong, Aph, Sue, Apollo, Thor, Osiris, l’hua Mazda,
Yima, Lika, Uz y Fragapatti. Las diosas tienen nombres como Cpenta-Armij, Pat-
hema, 1lamvaiti, Devvs, Cura, Yenne, Wettemaiti y D’zoata.
Al igual que en el LU, y en muchas otras religiones del mundo, los humanos se
asoman a la existencia a través del nacimiento, sin ninguna vida anterior, pero des­
pués de la muerte ascienden de cielo en cielo en una serie infinita de aventuras

175
mientras avanzan hacia la perfección. Tres días después de la muerte las almas de
la mayoría de los mortales son conducidas por los ángeles guardianes, llamados
ashars, al cielo inferior donde sus almas volverán a nacer como una «tabula rasa».
Los ángeles que reciben las almas se llaman asaphs.

Y los ashars hacen una ficha de cada mortal, del grado de su sabiduría y de las bue­
nas obras; y cuando muere un mortal, y su espíritu es llevado a los asaphs, la ficha
es llevada con él; y el asaph, al recibirlo, enviara a ese espíritu junto con la ficha a
un lugar de esos cielos que se adapte a su grado, donde se le pondrá a trabajar y a
estudiar, según el lugar de las resurrecciones que yo he creado.
Y. por tanto, todo esto será una norma en los cielos, con gobernadores, y pro­
fesores, y médicos; y con capitales, v ciudades y provincias; y con hospitales y guar­
derías y escuelas y fábricas, aun así él seguirá inspirando al hombre sobre la tierra
a llevar a cabo las mismas cosas.
Y los mortales que son elevados para dominar a los mortales serán llamados
reyes y emperadores. Como Mis Dioses y Mis Señores son llamados Mis Hijos, así
los reyes y los emperadores serán llamados hijos de Dios, a través de él serán as­
cendidos a sus lugares, y gobernarán bajo Mi gloría.

El cielo hacia el que nos dirigimos después de la muerte se encuentra en una


dimensión superior y, por tanto, es invisible. Ocupa una región llamada Atmosp-
heria porque se encuentra dentro de la atmósfera del vórtice de la tierra. Todos
los cuerpos celestiales -soles, planetas, lunas- proceden y son sostenidos por vór­
tices rotantes de espacio-tiempo.
Más allá de Atmospheria se hallan los cielos de dimensiones superiores en
una vasta región llamada Etheria. La comida allí se llama heine, y la bebida, ha-
oma. Se huele un potente perfume llamado liorna. El color dominante de Et­
heria es el amarillo dorado. Todo en Etheria está hecho de ethe, un solvente del
corpor. El corpor es la materia de nuestro mundo corpóreo y de nuestros cuer­
pos corpóreos. El mundo invisible se llama Es en contraste con el mundo visi­
ble de Corpor. Los habitantes de Es se llaman escaños. Los de Corpor se lla­
man corporeanos. Al igual que en el LU, no hay dos mundos celestiales
igualesxada uno difiere del otro, y cada uno a su propio modo con una gloria
sin par. El cielo se llama Haraiti. y junto con otros seis cielos, fueron fundados
por Fragapatti.
Al igual que en el LU, no hay infierno eterno. Los que todavía no están prepa­
rados para entrar en el primer cielo están arrestados hasta que se «desacostum­
bren del mal». No hay aniquilación final de los que no se hayan redimido.
Al igual que en el LU, los ángeles se mueven rápidamente en barcos espiritua­
les ethereanos no materiales. Los barcos tienen nombres como:

17(5
Arrow, Pirre, Abatios. Adavasit, Airavagna, Airiata. Avalanza, Beyanfloat, Ballast Flags,
Covvpon, Ese’lene, Koa’loo, Oniy’yah, Otevan, Ometer. Obegia, Piedmazar, Port-au-gon.
Seraphin, Yista.

Uno de los barcos, Koa’loo. es casi tan grande como la tierra. Algunos están
impulsados por vibraciones musicales, otros por las vibraciones de los colores. Mu­
chos faitistas todavía siguen creyendo, como algunos urantianos, que estos bar­
cos espaciales son los responsables de los avistamientos de ovnis en las recientes
décadas.
Al igual que el LU. Oahspe recrea muchas de las historias de la Biblia cris­
tiana, incluyendo la desobediencia de Adán y Eva al comer la fruta de un árbol
prohibido. El relato de Oahspe del diluvio de Noé refleja el hundimiento de
Whaga, que después se llamaría Pan, un vasto continente que se hallaba en el
Pacifico. Oahspe es una palabra del olvidado lenguaje de Pan. La «O» significa
tierra, «ah» significa aire y «spe» significa espíritu. La palabra se pronuncia imi­
tando el sonido del viento que pasa entre los árboles, sobre los océanos y a tra­
vés de las montañas. Los habitantes de Pan fueron destruidos por Jehovih como
resultado de su perversa forma de vida.
Cuando Pan se hundió, las aguas del Pacífico se tragaron los ricos valles de Mai,
las amplias llanuras de Og, la gran capital de Penj, los templos de Khu, Barí. Gam
y Saing. El Zha’Pan (Japón) de nuestros días es un fragmento de Pan que sobre­
vivió al hundimiento. Después de la inmersión de Pan. la cultura humana se ex­
tendió de Zha’Pan a Jaffeth (China). En Oahspe. Asia se llama Jud, Africa es Vohu,
Europa es Dis y América es Thouri.
Las personalidades bíblicas de Oahspe, muchas más numerosas que en el LU,
llevan nombres extraños. Adán es Asu, Abel es I’hin, Caín es Druk. Curiosamente,
Eva sigue siendo Eva. Asu fue hecho por el Creador sin se’mu. Los asílanos, des­
cendientes de Asu, desobedecieron a Jehovih al comer la fruta del Árbol, y fueron
castigados por ello.
Los admirables i’hins (descendientes de Abel) eran blancos y amarillos, peque­
ños y delgados. Los gigantes druks (descendientes de Caín) eran marrones y ne­
gros, altos y corpulentos -una horrible raza de asesinos. cohabitación entre druks
y i'hins produjo una raza híbrida llamada i’huanos. La cohabitación entre los a’-
suanos y los druks, después entre i’huanos y druks, dio lugar a los yaks, o «gente
de la tierra». Estos tenían largos brazos, espaldas clavadas, caminaban sobre las
cuatro extremidades como si fueran monos, y eran incapaces de hablar o de so­
brevivir a la muerte. Los i’hins los castraron y los esclavizaron. Los i’huanos tenían
la piel de color cobre y se convirtieron en los ancestros de los ong’wee, o indios
americanos.
Moisés y los profetas del Antiguo Testamento, según se nos dice, fueron los

177
primeros failistas. Se llamaban escaños (esenios). Joshu (Jesús) descendía de esa
línea genealógica. Fue apedreado hasta morir a la edad de 36 años por judíos
que adoraban a dioses paganos. Cuarenta años después una falsa deidad lla­
mada Looeamong se llamó a sí mismo Cristo. Sus tribus guerreras se convirtie­
ron en los primeros cristianos. Los cristianos, dice Oahspe, son «guerreros hasta
el presente».
En lugar de leer todo el Oahspe. que lo encuentro demasiado aburrido para lo­
grar mantener mis ojos abiertos, dejo que el resumen que aparece en la Encyclo-
pedia o f Religión and Ethics finalice la historia.

Looeamong, con los otros triunos, Ennochissa y Kabalactes, intentaron derrocar a


Jehovih, asumiendo los nombres de Brahma. Buda y Cristo para combatir a Kayu
(Confucio), Sakaya (Buda) y Joshu. Pero Looeamong no pudo mantener su palabra
a su ángel guerrero jefe, Thoth, o Gabriel, quien se reveló en consecuencia, y se
llamó Mahoma. El mahometanismo perecerá primero, después el bramanismo, luego
el budismo y finalmente el cristianismo. Durante el periodo tratado por el Book of
Es (c. 1448- c. 1848) comienza una etapa de abolición de revelaciones, ceremonias,
etc., y la libertad del pensamiento empieza a prevalecer. Melkazad es enviado por
la divinidad para inspirar una migración a Guatama, y tomó el nombre de Colón
para descubrirla con el objetivo de ampliar la esfera del reino de Jehovih y ayudar
a derrocar a los triunos y a Thoth. Entonces Looeamong inspiró a sus seguidores
(los católicos romanos) a castigar la herejía, apareciendo entonces el protestantismo,
que también está inspirado por los espíritus maléficos.
Los Padres Peregrinos fueron inspirados por Dios, pero corrompidos por Looe­
among; los cuáqueros eran faitistas de corazón. Thomas Paine fue inspirado por Je­
hovih; los otros jefes «llamados por Dios, para establecer la fundación del reino de
Jehovih con los mortales» fueron Jefferson, Addams, Franklin, Carroll, I lancock y Was­
hington. Durante la decadencia del reino de Looeamong, los insignificantes dioses
Drujan fundaron pequeños principados, como los metodistas, presbiterianos y bap-
tistas, mientras Pirad fundaba a los mormones, Ixnvgannus, a los shakers y Sava-
vvan, a los swedenborgianos.

Si se desean conocer más datos sobre el elogio del libro de Oahspe al ataque
de Thomas Paine a las doctrinas cristianas, junto con su defensa del teísmo y la
esperanza de inmortalidad, consúltese el capítulo 13 del Book oí Es. El capítulo
20 del mismo libro nos cuenta cómo los ángeles se le aparecieron a Lincoln en
sueños y le inspiraron la libertad de los esclavos.
Además del hecho de que tanto Oahspe como el LU afirmen contener docu­
mentos escritos por los seres celestiales que canalizaron sus palabras a través
de un conducto humano, hay muchas otras evidencias de que Oahspe presagió

178
la revelación del LU. Ambos libros describen una elaborada y fantástica cosmo­
logía con muy poco apoyo de la moderna astronomía. La cosmología de Oahspe
es en conjunto mucho más primitiva que la del LU. pero debemos recordar que
el LU fue escrito medio siglo después y que, por tanto, podía reflejar los nuevos
descubrimientos astronómicos. Sin embargo, hay un aspecto de la cosmología ele
Oahspe que destaca sobre la cosmología del LU. Se refiere a la teoría sobre el ori­
gen de nuestro sistema solar.
Como ya hemos visto, el Lt/defiende la hipótesis Chamberlin-Moulton, muy po­
pular en el momento en que fueron escritos los documentos, pero totalmente re­
chazada desde entonces por los astrónomos, que defienden la teoría de que las
estrellas y los planetas se condensaron a partir de nebulosas rotantes. ¡Y éste es
precisamente el punto de vista adoptado por Oahspe! Habla de las estrellas, pla­
netas y lunas que se han condensado a partir de grandes vórtices, o remolinos en
el «firmamento elheriano». Nuestro Sol se encuentra en el centro de un gigantesco
vórtice. Sus planetas y lunas son los centros de vórtices más pequeños. Para rizar
el rizo, se podía considerar como una profecía de la relatividad general en la cual
los objetos masivos como las estrellas y planetas concentran el espacio-tiempo en
lo que podrían ser denominados vórtices circundantes que generan la gravedad.
En Oahspe. la energía creada por cada vórtice se llama vortex-ya. Las moléculas
ionizadas, de forma similar a agujas magnetizadas, se alinean con las líneas del
vortex’ya. Esta es la descripción de Jehovih de cómo creó el universo:

Por el poder de rotación, girando rápidamente los extremos, condenso los mundos
atmosfereanos que flotan en el firmamento; y éstos se convierten en Mis mundos cor-
poreales. Los creo en la mitad de los vórtices, y por la potencia de los vórtices, los
giro sobre sus ejes, y los llevo a las órbitas que he asignado para ellos. I le creado
vórtices mucho más amplios para las lunas de un planeta, que llevan también lunas.
Alrededor de algunos de Mis mundos corporeales, he colocado cinturones y ani­
llos nebulosos, para que el hombre pueda comprender la rotación de Mis mundos
vorticeanos.
Para cada uno de los mundos corporeales he creado primero un vórtice, y gra­
cias a su rotación y a los lugares en el firmamento por donde viaja, he hecho que
el vórtice conciba el mundo eorporeal.
I le creado un gran vórtice para el sol. y. dentro de este vórtice y sujeto a él. he
hecho los vórtices de muchos de los mundos corporeales. I le hecho que el vórtice
del sol rotara, y le he dado el poder de llevar otros vórtices dentro de él. Según su
densidad y posición son llevados alrededor del sol.

Jehovih añade que nuestro sistema solar recorre una órbita tan inmensa que
tarda 4.700.000 años en completar una revolución. Los astrónomos actuales esti­

179
man que el sistema solar completa su órbita alrededor de la Vía Láctea en apro­
ximadamente 200.000.000 de años. Sin embargo, en la época ele Newbrough,
4.700.000 no era un mal cálculo.
Cuando el Mystic Magazine (febrero 1955) de Palmer reimprimió algunos pá­
rrafos de Oahspe en un artículo titulado «The Most Amazing Book in the World»,
un escritor no identificado (probablemente Palmer) redactó Lis notas a pie de pá­
gina. Éstos son sus comentarios acerca de las anticipaciones de Oahspe con rela­
ción a la cosmología actual:

El libro es sumamente interesante a la luz de la ciencia actual, cuyos descubrimientos


todavía no se habían conocido en 1880. cuando el libro fue escrito, y sin embargo
están totalmente de acuerdo con los preceptos dados en el libro...
La teoría aceptada más reciente acerca de la creación del sistema solar y de los
planetas es la form ación de «torbellinos» o «vórtices» de m ateria que finalmente se
convirtieron en soles y planetas por condensación de la materia primigenia del es­
pacio. En 1880, este concepto era desconocido, aunque se ofrece con gran detalle
en O a h s p e .

Tanto los faitistas como los urantianos poseen su propio logotipo. Como ya sa­
bemos, la marca registrada de los urantianos son tres círculos concéntricos azu­
les. El símbolo faitista, que no está registrado y se representa en la portada de
Oahspe y en su «Book of Jehovih», es un círculo dividido por una cruz con una
hoja de roble en el centro.
Ambos libros describen un gobierno ideal para los terrícolas. En el L U es una
democracia con tintes socialistas. En Oahspe está más cerca al anarquismo -una
federación relajada de grupos autónomos que cooperan por amor de los unos a
los otros.
Los urantianos insisten repetidamente en que no es importante saber quién era
el conducto durmiente del LU o cómo se editaron y se recopilaron los documen­
tos. El LU, como sostienen sus fieles, tiene que ser juzgado exclusivamente por su
mérito intrínseco. En la carta de Newbrough expresa el mismo sentimiento:

Si un libro tiene mérito, ¿qué importa quién lo haya escrito? Y si no lo tiene, cierta­
mente importará menos de dónde provenga. Ya ha pasado el tiempo cuando el nom­
bre de un autor revestía su producto con algún tipo de autoridad. Me alegro de que
ese día haya pasado, que la adoración por el hombre haya llegado a su fin y de que
todos los libros, incluyendo las biblias, se lean detenidamente no como autoridades
sino como pasatiempos que nos conduzcan cada vez más cerca a la Luz Eterna. Pero
sobre todo me alegro porque nuestro Padre Celestial nos ha proporcionado un go­
bierno que nos protege a la hora de publicar nuestras concepciones más elevadas.

180
Un editor anónimo, en el prefacio a la primera edición de Oahspe, lo expuso
de la siguiente forma:

Si un libro cayera del ciclo con la firma de Jehovih en su cubierta, el hombre no


aceptaría jamás ese libro bajo ese concepto. ¿Por qué, entonces, hay que mencionar
cómo fue escrito este libro? Quema, pero nadie resulta herido; no crea líder alguno.
No es un destructor de antiguos sistemas o religiones. Por el contrario, revela una
nueva, adaptada a esta época.

Al igual que el LU, Oahspe afirma con rotundidez que no hay que considerar
que el libro contiene la verdad absoluta. El siguiente pasaje aparece en el primer
documento de Oahspe: «Este libro, O ahspe , no es infalible; pero enseña a los mor­
tales a oír la voz del Creador y a ver Sus cielos, con plena conciencia, mientras to­
davía vive en la tierra; así como a conocer ele verdad el lugar y la condición que
les espera después de la muerte».
A diferencia del LU, Oahspe está escrito en el mismo estilo de la Biblia de King
James, con muchas palabras del inglés antiguo, y salpicado de palabras y frases bí­
blicas. Al igual que la Biblia, se divide en libros, que a su vez se dividen en capí­
tulos, divididos a su vez en versículos numerados. Los tres libros sagrados -Biblia.
LU y Oahspe- son documentos supuestamente escritos por autores identificados.
Sobre todo, Oahspe se parece al LU en que contiene miles de extraños nombres
propios con los que se denominan personas y lugares, así como neologismos que
no se utilizaron ni antes ni después del libro. Este es un ejemplo típico extraído
del capítulo 2 del «Book of Aph»;

4. Oídme vosotros. Jefes de Or, de Oot y de las llanuras de Gibiathatova. Difundo


Mi palabra a tus huestes de veloces mensajeros de Wak'awauk y Beliathon y Dor, y
ellos se alejarán rápidamente a los montículos a'ji’an de Mentabraw y Kax de Govvh.
5. Escucha Mi Voz, Oh tú Diosa de Ho'etaivi de Váivi'yoni'rom en los arcos ethe-
reanos de Fas y Leigge, y Omaza. Proclamo mis decretos de la estrella roja y de sus
cielos en medio del estrépito de sus facciones rebeldes, porque yo cosecharé en los
bosques de Seth y Raim.
6. Escucha Mi Voz, ¡Oh I I’monkensoughts, que lleváis millones de años espe­
rando, y directores de los mundos corporeales! lie proclamado el huz y el hiss de
la estrella roja en su alabanza y gloria. Divulga la palabra desde Plumfgoe a los
grandes Dioses, Miantaf en los vórtices ethereanos de Bain. y a Rome y a Nesh’ou-
toza y Du ji.

En el The First Book of Cocí, los nombres propios alcanzan longitudes com­
parables a las sorprendentes voces del Finnegans Wake de Joyce:

181
Chiawassaibakanalszhoo era el hijo de Tenehamgameralhuchsukzhaistomaipow-
wassaa, que a su vez era hijo de Thusaiganganenosatamakka, el que construyó el
gran canal del este, el Oseowagallaxacola, en el rico valle de Tiedaswonoghassie, y
a través de la tierra de Seganeogalgalyaluciahomanhomhom [probablemente Loui-
siana y Mississippi -Nota del Ed.]. donde vivían los grandes hombres y mujeres, los
Ongewahapackaka-ganganecolabazkoaxax.

Al igual que a los urantianos, a los faitistas les encanta reivindicar que lodo tipo
de verdades científicas de su libro sagrado, desconocidas en su época, se han visto
confirmadas por los recientes descubrimientos. En una reseña de Owl Press sobre
la ciencia de Oahspe, se afirma que esa ciencia «está siendo confirmada hoy en
día por los satélites espaciales y los nuevos descubrimientos arqueológicos de ra­
zas antiguas, y de ciudades y civilizaciones desaparecidas».
Harold Sherman y su mujer Martha, que durante cinco años fueron leales miem­
bros del Forum, sabían muy bien que Oahspe se parecía al LU. En How to Know
What to Believe, Sherman nos relata que él y Martha una vez se sintieron «pro­
fundamente atraídos por el extraordinario libro de O ahspe». Cierra el capítulo 10
de su obra con los siguientes versículos de Oahspe:

ENTONCES Jehovih respondió a las canciones de alabanza que brotaron de Sus


cientos de miles de millones, hasta el total de Sus poderosas creaciones.
2. ¡Paz. amados míos! ¡Y una gran alegría! ¡He oído vuestra voz de alabanza! ¡Os
respondo con millones de nuevas creaciones! ¡Más lejos de lo más lejano, ilimitado!
¡Miles de millones de años son las obras de Mi mano! ¡No voy a convertir el agua
en vino, como un mago, o afirmar que revivo a los muertos!
3. ¡Pero sin embargo resucito a los muertos, a las almas de los muertos, y las
conduzco a mundos brillantes, esplendorosos, llenos de amor! Io)s guío no a los tra­
bajos duros y a la tristeza; sino hacia delante, hacia arriba, hacia cielos de placer
que nunca perecen, para siempre.
4. Mío es el Árbol de la Vida, siempre creciendo y rico en flores y dulces perfu­
mes. Los muertos son Míos, los espíritus de los muertos Mis jóvenes flores llenas de
promesas, pronunciando palabras del alma para gloria de Mis cielos.
5. Los que impulsé a la vida son Míos, y los cuidaré Paternalmente y con gran
sabiduría. No permitiré que desaparezcan para siempre. Y les ofrezco Mis lugares
celestiales, infinitos, para que el alma del hombre nunca llegue a su fin.
6. Aunque se alejen de Mí durante un tiempo, les ofrezco la posibilidad de vol­
ver a Mí al final. Y los obsequiaré con un banquete, y les daré una fiesta, en una
casa de amor, con música y danza incluso en el umbral de la sabiduría.
7. ¡No lloréis por los muertos, queridos Míos! ¡Tengo lugares de placer para los
justos, llenos de regocijo y maravillas! Y el alma de los muertos entrará allí, como si

182
surgiera desde dentro de un velo, para proclamar con gran alegría las provisiones,
abundantes y brillantes, que he creado.
8. I le creado cielo tras cielo como una nueva sorpresa de gran felicidad para
Mis Hijos e Hijas, en el camino de Mi resurrección. ¡Disfrutad y ser felices en santi­
dad! ¡Abrid vuestros ojos, queridos Míos, y contemplar las obras de Mis manos que
dispongo que sean vuestras para siempre!

Walter Wier, en un prólogo al primer volumen de su reimpresión anotada de


algunas partes de Oahspe. describe el libro de la siguiente forma:

Incluso un breve examen de Oahspe convencerá al lector de que es algo especial,


que no es sólo otro libro escrito por otro hombre que busca y trata de Dios. Por el
contrario, se lee como un libro procedente de otro mundo.
El punto de vista plasmado en sus páginas corresponde a alguien que está por
encima de esta tierra y por encima del hombre en la jerarquía del universo, que está
mirando hacia abajo, hacia el hombre, instándole a mejorarse a sí mismo y a su so­
ciedad para que cuanto antes pueda elevarse y disfrutar de los mayores esplendo­
res de los mundos superiores. Aunque sólo fuera por esto, por su tranquilizador punto
de vista de nuestros asuntos desde una perspectiva superior, restauradora de la sa­
lud. merecería la pena leer Oahspe.
Esencialmente, Oahspe es una nueva revelación, una revelación verdadera, más
razonable, más coherente y más completa que cualquier otra. Sin reivindicar la in­
falibilidad, el propósito de Oahspe es ofrecer una nueva ayuda desde arriba, una nueva
luz desde la Altura Más Alta sobre las eternas cuestiones de la humanidad, inclu­
yendo algunas de las más graves de esta época.
Para poder, de forma inteligente, dirigir nuestras vidas hacia estos objetivos dig­
nos y eliminar tanto error y esfuerzo fastidioso y anulante, así como para poder per­
manecer colectivamente en el camino hacia las estrellas, nos han dado en el libro
de Oahspe una información vital e indispensable que nos hace tanto bien, que no
podríamos de otra forma conseguir por nosotros mismos. Nos ha dado información
sobre causas y orígenes, sobre hechos, personajes y acontecimientos, sobre el bien
y el mal, sobre el espacio, la gravedad y las organizaciones extraterrestres, y, sobre
todo, sobre la vida ininterrumpida del espíritu humano y de lo que esto realmente
significa.
¿Quién nos ha dado esta información? Creemos que Oahspe esta compuesto de
descubrimientos auténticos y oficiales revelados para nuestra orientación y guía por
entidades organizadas que viven en el espacio en un rango superior al nuestro en
la jerarquía de las formas de vida. Estas entidades que viven en el espacio de Oahspe
afirman ser, y en efecto lo pueden ser muy bien, miembros de una sociedad cósmica
más antigua que la tierra.
Sustituyamos la palabra Oahspe en la cita anterior por El Libro de Urantia, y
las frases podían haber sido escritas por un devoto urantiano.
Me sorprendió escuchar a mi buen amigo, el doctor Matrix, el eminente nume-
rólogo, que una vez había realizado un estudio detallado de la significación nu-
merológica de los nombres y números de Oahspe, aunque su monografía sobre
este tema nunca llegó a publicarse. ¡Le rogué que no me enviara una copia! Sin
embargo, debo mencionar a mis lectores un extraordinario descubrimiento que el
doctor Matrix me incluyó en su carta que me envió por fax. Los faitistas con fre­
cuencia se refieren a Jehovih como el gran y o s o y (I a m . en inglés). Si se mueve
cada una de las letras de la palabra inglesa una posición hacia delante en el al­
fabeto, llegamos a JBN, ¡las iniciales de John Ballou Newbrough!
Oahspe divide a todos los seres humanos en dos clases. Los que aceptan la nueva
revelación son faitistas. Los que no son faitistas se llaman uzianos. Todos los uran-
tianos, por supuesto, son uzianos sin remedio.
Los críticos uzianos de Oahspe atacaron el libro sin piedad en sus comenta­
rios, aunque se maravillaban de que un hombre pudiera producir sin ayuda una
obra tan monumental. Los urantianos muestran el mismo asombro por el LU, pues
afirman que ninguna persona, ni siquiera Sadler, pudo posiblemente escribir algo
tan imponente. Si Oahspe es la verdadera revelación, continúan los críticos, es en­
tonces el mayor libro jamás escrito, más importante para la humanidad que la Bi­
blia. Si no es la verdadera revelación, o bien es la obra de un psicótico, o una mons­
truosa estafa. Comentarios similares se han hecho con relación al LU.
Poco después de la publicación de Oahspe. comenzaron a cuajar diversos pla­
nes para fundar una colonia de faitistas. Se fundó una pequeña colonia en Wood-
side, Nueva Jersey, que después se trasladaría a Pearl River, Nueva York. No duró
mucho tiempo.
Conozcamos ahora a Andrew M. Hovvland, un hombre de negocios cuáquero
muy rico procedente de Massachusetts. Fue el converso al faitismo más notable, y
casi tan loco como Newbrough. Los dos se hicieron grandes amigos.
Uno de los libros de Oahspe titulado «Book of Shalam» recomendaba la fun­
dación de una colonia que cuidara de los niños no deseados. A mediados de
1880, bajo la dirección de los ángeles, Newbrough y Howland fundaron la Chil-
dren’s Land of Shalam. cerca del pueblo de Dona Ana al sur de Nuevo México,
en la orilla este del Río Grande. Cuando la colonia fracasó, Howland y otros par­
tidarios habían perdido en ella más de un millón de dólares.
Los primeros colonos de Shalam procedían principalmente de la colonia de Pe-
arl River -al principio sólo eran unos 20, pero la cifra pronto ascendió a 50. Es-
tos detalles históricos, así como los que vendrán a continuación, están extraídos
de dos obras: The Land of «Shalam», de la señora K.D. Stoes, c Inside the Shalam
Colonv, de Elnora W. Wiley.

184
La historia de la señora Stoes apareció por primera vez en The New México
Historícal Review (vol. 33, n.l y 2. enero y abril 1958). Posteriormente, fue reim­
preso como folleto de 68 páginas, que en la actualidad se puede adquirir actual­
mente en The Universal Brotherhood of Faithist. en Tiger, Georgia. La obra de la
señora Wiley, un libro de bolsillo de 166 páginas, fue publicada en 1991 por Los
Alamos, Nuevo México, Document Shop. Se puede adquirir en Universal Faithists
of Kosmos, Post Office Box 654, McCook, Nebraska 69001.
No puedo verificar la exactitud de estas dos historias. La señora Wiley fue se­
cretaria de la New México State University. Su relato, en forma de novela, está ba­
sado en lo que le contó a ella Justine Newbrough, la hija de John Newbnough, cuando
tenía 83 años. Justine defiende a su padre y le define como un hombre honesto y
decente, totalmente sincero en sus extrañas creencias aunque a él y a sus amigos
más íntimos les faltaba, así lo admite, algo de sentido común. El libro contiene fo­
tografías de Newbrough, de su tumba y de muchos de los edificios de Shalam.
Durante cinco años, escribe la señora Stoes, hubo un ir y venir de personas a
Shalam. Entre ellas se encontraban «aventureros, fanáticos religiosos de dudosas
creencias, habituales nuevos creyentes, y unos cuantos deficientes mentales». En
la colonia había alojamiento para cien personas. El dinero provenía de filántropos
del este, la mayoría de los cuales no conocían a Newbrough ni las extrañas doc­
trinas de Oahspe. También eran aceptados incluseros de las grandes ciudades. No
había barreras raciales. Los niños eran blancos, negros, marrones y amarillos -ni­
ños que el mundo no quería. Se les daban nombres Oahspianos como Pathoci-
des, Astraf, Thouri, I Jiatisi, Hayah, Thalo, Ninya, Havalro, I liayata. Des, Fiatsi, Vohnu,
Whaga y Ashtaroth. No se conservó ningún registro con los nombres de los pa­
dres. Tiempo después muchos de los niños, ya adultos, intentaron desesperada­
mente saber quiénes fueron sus padres, sin éxito.
Con la ayuda de la barata mano de obra mexicana, se construyeron los edifi­
cios. 1lowland comenzó a ser conocido como el Padre Tae, y el primer edificio que
se levantó fue el Templo de Tae. Así es como la señora Stoes describe ese Templo:

El. T e m p ix ) d e T a e era un firmamento azul en miniatura, cine relucía con estrellas


plateadas, de un solo piso, circular y cónico. En el altar había un ejemplar abierto
de Oahspe. Campanas de cobre de una sonoridad exquisita alimentaban la imagi­
nación. Los armarios de la pared estaban repletos de extrañas vestimentas y de asom­
brosas máscaras. Las misteriosas ceremonias constituían una parte crucial del ritual
simbólico de la Primera Iglesia de Tae. En ellas el doctor Newbrough, el Sumo Sa­
cerdote Faitista, vestido con extraños ropajes, dulce, refinado, educado y convincente,
presentaba los preceptos de Oahspe, y revelaba sus oráculos.
Bajo la panoplia de las estrellas plateadas este profeta moderno predijo la Pri­
mera Guerra Mundial, el fracaso de la ley seca, la desaparición de la religión orto-
tloxa actual y la extensión de la frontera sur de los Estados Unidos al istmo de Pa­
namá. Predijo la desaparición de los aranceles y de las fronteras nacionales a su de­
bido tiempo, las guerras civiles en México, el destierro final de las tropas militares,
la desaparición de la pobreza y la supremacía de la ciencia.

La señora Nevvbrough era conocida por todos como «Mamá». Todo el mundo
en la colonia seguía las recomendaciones del doctor Kellogg de una estricta dicta
vegetariana y no más de dos comidas al día. A finales de 1880. la colonia mante­
nía a unos 25 faitistas y a unos 50 niños.
Se ponía un gran énfasis en las propiedades curativas de los colores. El amari­
llo era el color más sagrado. El azul era un color frío que podía curar la calvicie e
inducir al sueño. La gastritis era aliviada con agua procedente de botellas azules
radiadas con luz solar.
Newbrough había pintado cuadros de los grandes profetas mencionados en
Oahspe en las paredes de un edificio llamado el Faturnum. Se decía que los ha­
bía pintado con las dos manos a la vez. Los ángeles constantemente le daban con­
sejos sobre cómo gestionar la colonia.
En 1891, a los 63 años, Nevvbrough murió de neumonía junto con muchos otros
faitistas debido a una epidemia de gripe que asoló la región. Hovvland estaba en
Boston en ese momento, supervisando la impresión de una segunda edición revi­
sada de Oahspe. Nevvbrough murió antes de que se publicara. Como había sido
masón toda su vida, su cuerpo encontró descanso en el cementerio masónico de
Las Cruces.
En su tumba, bajo el logotipo faitista de la cruz y la hoja, se encuentran estas
palabras: «Tú. Jehovih-Creador, serás alabado y agradecido por el hermano John B.
Nevvbrough, 5 de junio de 1828-23 de abril de 1891. a través de cuyas manos fue
transcrita para el Mundo O ahspe , la nueva Biblia».
I lovvland, convertido en el patriarca de la colonia, con su larga barba gris, ojos
azules, pelo largo, pantalones blancos y pies calzados con sandalias, se ocupó de
la gestión de Shalam. Fui 1893, se casó con la viuda de Nevvbrough. Durante unos
cuantos años la colonia prosperó. I lovvland fundó una granja de pollos. Ocho mo­
linos llevaban agua del Río Grande a los edificios. I labia un taller de reparación y
construcción de maquinaria, un almacén general, establos, gallineros y colmenas
que proporcionaban miel. Se realizaron muchos esfuerzos para construir Levitica,
una ciudad con 20 casas pequeñas. Los residentes fueron traídos de Kansas City
y de otros lugares, pero pronto comenzaron a pelearse. Algunos llegaron incluso
a imaginarse que en la colonia se permitía el amor libre. Disgustado, 1lovvland los
envió de vuelta a sus lugares de origen.
Al igual que otras tantas pequeñas colonias religiosas con extrañéis doctrinas, Sha­
lam se fue desintegrando lentamente. Los fondos disminuyeron. Las tormentas y las

186

i.
inundaciones destruyeron las propiedades. En 1901. la comuna se encontraba en ban­
carrota. Aproximadamente 25 niños fueron alojados en bogares adoptivos o envia­
dos a orfanatos de Denver y Dallas. Booker T. Washington adoptó a un brillante niño
negro llamado Tbail. lx>s Howland echaron la culpa del fracaso de Shalam a los án­
geles del mal. Si hubieran sido urantianos, le hubieran colgado el sambenito a Ca-
ligastia. Durante un par de años, en California, la pareja intentó conservar lo que
quedaba de la fe oahspiana. Junto con unos pocos seguidores se establecieron en
El Paso donde Howland murió en 1917, a los 83 años. Cinco años después su mu­
jer le siguió hacia las alturas a través de las estrellas.
En 1918, la poeta americana Ella Wheeler Wilcox publicó una autobiografía ti­
tulada The World and I. La señora Wilcox ahora está olvidada tanto por la crítica
como por el público, pero entonces se encontraba en la cima de su fama. Además
de escribir poesía, novelas y ensayos, era líder de lo que entonces se llamaba el
Nuevo Pensamiento, un precursor de la Nueva Era de nuestros días. Era la Shir-
ley MacLaine de su época -teosofista, espiritualista y verdadera creyente en todo
lo psíquico y oculto. Después de que su marido muriera en 1916, comenzó una
búsqueda desesperada de solaz espiritual por toda la nación, así como una au­
téntica comunicación con su marido. Finalmente, estableció contacto con él por
medio de la ouija, pero antes de esto su búsqueda la condujo a California donde
visitó a los que quedaban de la secta Oahspiana. Encontró, según sus propias pa­
labras, a «un puñado extraño y serio de hombres y mujeres, que obedecían idea­
les altruistas, pero que me dejaron más triste de lo que estaba antes de visitarlos.
Parecían haber eliminado de la vida en la tierra toda idea de belleza».
Los urantianos creen que la Quinta Revelación Epocal comenzó cuando los
supermortales contactaron con la humanidad a través de un durmiente, lo que
dio lugar a los documentos del LU, que fueron publicados en 1955. Los faitis-
tas fechan la nueva revelación, el comienzo de lo que ellos llaman la era Kos-
mon, el 31 de marzo de 1848. ¿Por qué ese año? Por dos razones. En ese año
se fundó California, marcando el momento en que Guatama (Norteamérica) fue
«habitada de este a oeste... con hombres de sabiduría y entendimiento» (Book of
Es 2:25,26). Más importante todavía, fue el día en que los ángeles entablaron el
contacto más directo con los humanos a través de los golpecitos espirituales de
las hermanas Fox de Hydesville, Nueva York. Este acontecimiento «abrió una
puerta en el nombre de Jchovih, ¡que no se volverá a cerrar nunca, nunca!» (Book
of Daughter of Jehovih, 19:18).
Aunque los golpeteos comenzaron a mediados de marzo de 1848, no fue hasta
la noche del 31 de marzo cuando comenzaron a ser inusualmente intensos. Las
hermanas Fox acabaron confesando que ellas producían los golpeteos chasquean­
do las articulaciones de sus dedos, pero los espiritualistas rehusaron creer esas con­
fesiones. Así es como Sir Arthur Conan Doyle describió ese momento en el pri­

187
mer volumen (páginas 62-63) de su History o f Spiritualism (1926) (Ed. en español,
Ilistona del espiritismo. Sus hechos y sus doctrinas. Eyras, Madrid, 1983],

En la noche del 31 de marzo, apareció un brote estrepitoso y continuado de soni­


dos inexplicables. Fue en esa noche cuando se alcanzó uno de los grandes momentos
de la evolución psíquica... Busquemos en cualquier palacio y cancillería de 1848, y
allí nos encontraremos una habitación que ha hecho que su lugar en la historia sea
tan seguro como la pequeña habitación ele una choza.

Los urantianos celebran el 21 de agosto, el día que creen que Jesús nació. Para
los faitistas, obedeciendo las órdenes de Oahspe. el 31 de marzo es su día sagrado.
Tanto los faitistas como los urantianos consideran su revelación como el co­
mienzo de un despertar religioso que transformará la historia humana. Este es un
pasaje tomado del Kosmon Voice (vol. 16. enero/febrero 1993. pág. 6) que pudo
haber sido escrito por cualquier urantiano, con los cambios de palabras indicados
entre corchetes:

Es el amanecer de la Era Kosmon [quinta era epocal]. El Faitismo [Urantismo] alum­


bra como el primer parpadeo tenue de una llama en una selva oscura que presu­
miblemente se consumirá.
El faitismo [urantismol de hoy es considerado por los demás, y con frecuencia
también por nosotros, como un esfuerzo lastimosamente inadecuado para la tarea
de la regeneración del mundo que reposa sobre nuestros hombros. Pero en esta ta­
rea, nosotros, como faitistas [urantianosl, representamos la vanguardia de un ejér­
cito que se aproxima y que es el centro de fuerzas cósmicas y trascendentes.
Al trabajar dentro de la lenta urdimbre y de la trama del tiempo, estas fuerzas
pueden ser claramente percibidas por aquellos que son los encargados de exami­
nar los asuntos de la humanidad. Contamos con potentes c irresistibles aliados que
nos guían, y en ningún lugar es más evidente que en los acontecimientos y en las
realizaciones de las vidas de todos los que están reformando los asuntos de nues­
tro planeta.

Los Sherman no fueron los únicos urantianos que se impresionaron con Oahspe.
Dan Massey, en una nota escrita en Internet en 1994, recuerda a un grupo en Aus­
tralia durante los años sesenta y setenta que combinaban una creencia ien el LU
y en Oahspe! Este grupo era dirigido por un hombre llamado Fred Robinson que
viajó por todo el continente australiano vistiendo una toga con tres círculos azu­
les impresos en la parte delantera. La Fundación le persuadió para que cambiara
el nombre de su grupo, de Hermandad Urantiana a Hermandad Universal, tirara
la toga y restara importancia a Oahspe.

188
Después de morir Robinson, según Massey, el grupo se volvió «menos urantiano
v más oahspista». Desconoce lo que sucedió finalmente a sus seguidores. Massey
también recuerda a un hombre de Kansas City, conocido como «YVilly. el fanático
de Oahspe», que asistía a las conferencias urantianas e intentaba persuadir a los
urantianos de que Oahspe era una revelación más importante que el LU.
Hay una diferencia fundamental entre las dos revelaciones, y en sus volumino­
sas Bibli¿is. Oahspe surgió a raíz de la moda espiritualista que comenzó con los
chasquidos de dedos de las hermanas Fox. Sus páginas están cuajadas de creen­
cias espiritualistas. El LU surgió del movimiento adventista del Séptimo Día que
negaba toda posibilidad de conversar con los muertos y consideraba a todo el fe­
nómeno del espiritismo como obra de Satán.
El LU obviamente es una obra mucho más inteligente, mucho mejor escrita que
Oahspe, con menos neologismos y menos locura científica. Después de todo, los
documentos del LU fueron escritos más de 50 años después que los libros de
Oahspe y contaban con un redactor experto, gran conocedor de la ciencia de su
época. Seria interesante saber si Sadler o Wilfred Kellogg leyeron alguna vez Oahspe.
Si así fuera, ¿qué habrían pensado de él? Podría conjeturar sin temor a equivo­
carme demasiado que si Sadler hubiera leído el libro de Oahspe en sus primeros
años, estaría de acuerdo con Ellen White y su iglesia de que la Biblia Faitista, como
todos los libros canalizados a través de médiums espiritualistas, o bien era un fraude
deliberado o la obra de Satán y sus secuaces.
Muchos urantianos creen que Newbrough se encontraba bajo la influencia de
Caligastia cuando canalizó Oahspe. El año pasado un importante historiador ad­
ventista comentó a un amigo mío que Satán era sin duda alguna el verdadero au­
tor de El Libro de Urantia. Sólo un fundamentalista protestante o musulmán puede
creer que las dos Biblias tienen en común una autoría demoníaca, pero hay una
sola cosa que tienen en común y que nadie me puede negar los dos libros cons­
tituyen un excelente tope para las puertas.

189
X
La ciencia en «El Libro de Urantia»
I parte

A lo largo de lodos estos años la literatura urantiana se ha publicado en libros de


pasta dura, libros de bolsillo y panfletos. De los «compañeros» de pasta dura del
LL. el más impresionante es el Concordex o f the Urantia Book. Compilado por
Oyele Orvis Bedell (1898-1985) y publicado en Santa Barbara, California, en 1971.
está ahora en su tercera edición. Es un monumental trabajo desinteresado de 507
páginas que lista alfabéticamente, con breves definiciones y referencias a las pági­
nas. todos los términos y personalidades principales del LU, tanto humanos como
celestiales.
Bedell era un ejecutivo de publicidad de Chicago. Trabajó para la compañía Butler
Brothers desde 1924 a 1932, seguidamente fue director de publicidad de Marshall
Field de 1936 a 1939 y después director de promoción de ventas de los grandes
almacenes Fair. Él y su mujer Florence, que había sido su secretaria en Butler Brot­
hers. asistieron como fieles urantianos a las reuniones del Forum desde el año 1924
hasta que murieron. En el capítulo sobre el movimiento de Urantia (véase el ca­
pítulo 7 de este libro), Harold Sherman llama a Bedell por el nombre de Floyd
Winters.
Bedell escribió muchos libros y panfletos. Entre los libros se incluyen U 't’s Talk
lictailing(m e), Seven Keys to Rctail Profits (1931) y Your Adveriising, Is ll a Pro-
lil-Making Forcé or the Usual Money Wasting. Opportunity-Wasting Parce? (1953).
Su obra más importante. How to Wiite Advertising That Sells (McGraw-Hill, 1940),
se ha reimpreso varias veces y todavía se sigue vendiendo. Entre los panfletos de
Bedell hay que mencionar Chefs Perpetual Menu-Planner (1951) y Grist, Giit, and
Gristle (1932).
191
Los líderes de la Fundación Urantia no se mostraron muy satisfechos cuando
Bedell se encargó él mismo de escribir, imprimir y vender su Concordex en lugar
de publicarlo a través de la Fundación. A Bedell le amargó la actitud adoptada pol­
la Fundación hacia él hasta su muerte, acaecida en Boulder, Colorado, después de
haberse trasladado allí desde Santa Barbara. En el «Unofficial White Paper» de 16
páginas (mi ejemplar no tiene fecha), Bedell criticó duramente a la Fundación por
su extraña desgana de editar un índice que la misma Fundación había anunciado
en la página LXV1 de las tres primeras ediciones del LU. «Se publicará en un vo­
lumen independiente -escribió la Fundación- un índice exhaustivo de Id Libro de
Urantia». Lo que sugiere que ya en 1955 se había preparado un índice.
Según los miembros del Forum que todavía viven, el trabajo del índice fue rea­
lizado sin remuneración por las mujeres de más edad en el 533 de Diversey, a las
que con frecuencia se las denomina «monjas». Desde 1955 hasta hoy la Fundación
siempre ha declarado que estaba trabajando en un índice de ese tipo y que pronto
lo iba a publicar. Nunca lo hizo, aunque durante muchos años pidió dinero para
su publicación. Furioso por esos retrasos, Bedell decidió hacer el índice él mismo
«de forma desinteresada. No para obtener un beneficio. Ni para ganarme la vida.
Si el 533 no lo acepta por lo que es y por lo que yo lo he creado, quizá cambien
por completo mis puntos de vista sobre la distribución». Continúa:

Nunca ha salido una sola palabra de reconocimiento para el C o n c o r d e x desde el


533, aparte de una petición que me envió la Fundación -que en cierta forma se puede
considerar una aprobación.
Pero n u n c a , n u n c a , NUNCA nadie se sentó junto a mí y me dijo: «Clydc, recono­
cemos el gran valor del C o n c o r d e n y el extraordinario servicio que lia prestado a
E l L ib r o d e U r a n t ia y a sus lectores, y lo valioso que puede resultar a la hora de
interesar a nuevos lectores en el L ib r o . Sabemos que casi todas las Sociedades y
Grupos de Estudio utilizan con mucha frecuencia el Concordex, y que casi todos
los oradores lo consultan para preparar sus conferencias. Creemos que tiene que
haber otras formas de emplear el C o n c o r d e n que nos ayuden a vender más L ib r o s
d e U r a n t ia , y que usted probablemente y a ha pensado en algunas. Hablemos so­

bre ello».

El segundo libro de consulta más valioso sobre el LU es The Paramony, com­


pilado y editado privadamente en 1986 por Duane L. Faw. Consiste en 15.000 re­
ferencias cruzadas que relacionan pasajes del ¡Al con versículos de la Biblia. Ha­
blaremos más detalladamente de Faw en el capítulo 17.
El hijo de Sadler, Bill Jr„ era extremadamente activo e influyente en el movi­
miento urantiano, pues se dedicaba a dar conferencias y a promover grupos de es­
tudio. Después de su muerte en 1963, la Second Society Foundation publicó su

192
Stiuly o í tlie Master Universo (1968) de 150 páginas y su Appendix Lo a Study oí
thc Master Universo (1975) de 872 páginas. El primer libro está dedicado a Taba-
mantia. una entidad celestial a cargo de la inspección periódica de Urantia y de
otros planetas cuya vida está evolucionando.
Bill fue el primer presidente de la Hermandad Urantiana (Urantia Brotherhood).
Una conferencia que impartió a los jóvenes. Simplifícation o í the Foreword From
thc Urantia Book, fue publicada como panfleto en 1977 por la Asoka Foundation
de Oklahoma City. Los urantianos consideran «secundarios» a éste y a los demás
libros mencionados antes. Sin embargo, aunque no fueron inspirados por Dios,
son de gran importancia para los estudiosos del LU.
A Resource Cuide, que se puede adquirir en Fifth Epochal Fellowship. en el 529
de Wrightwood Avenue. Chicago, Illinois 60614, menciona muchos otros libros de­
rivados del LU que actualmente están a la venta. Entre ellos hay reproducciones
de ilustraciones de la cosmología del LU. panfletos, boletines informativos envia­
dos por numerosos grupos de estudio, y libros de poesía urantiana. It Is Finished
contiene 45 sonetos de David Glass, un urantiano que vive en Forth Worth, Texas.
¿Por qué estoy tan intrigado en el LU y en su cada vez mayor literatura deri­
vada? Uno de los motivos es que siempre he estado interesado en la historia del
\dventismo del Séptimo Día, pues cuando era joven, durante un período de un
año, me consideré a mí mismo adventista. Fue sobre lodo el resultado de haber
leído sin sentido crítico los extravagantes libros geológicos escritos por el adven­
tista creacionista George McCready Price y un libro escrito por el adventista Carlyle
B. Haynes titulado Our Times and Their Meaning. Cuando supe de la influencia
adventista sobre el Movimiento Urantiano, me picó la curiosidad.
También me incitó el misterio de quién había sido en realidad el conducto dur­
miente a través del cual los poderes superiores transmitieron el LU. Y sobre todo,
como periodista científico, me sentía fascinado por la enorme cantidad de ciencia
que había en el LU. Es único en este sentido entre toda la literatura que pretende
haber sido canalizada por inteligencias superiores a través de una persona, ya es­
tuviera durmiendo o en estado de trance. La ciencia del LU es una extraña mez­
cla de conocimiento aceptado por los principales científicos durante los años en
tiue el LU fue preparado, con estrafalarias especulaciones acerca de verdades o
bien desconocidas por la ciencia o bien descartadas por la ciencia actual.
Como el LU fue publicado en 1955, han proliferado libros que tratan de su con­
tenido científico. En 1961, el mismo Sadler, con la ayuda de Alvin L. Kulieke, pu­
blicó dos volúmenes escritos a máquina y en rústica titulados Science in the Uran­
tia Book. Ambos libros, sin embargo, son casi en su totalidad meros resúmenes de
lo que el LU tiene que decir sobre temas científicos.
Se han celebrado tres simposios sobre la ciencia en el LU. El primero, celebrado
en Nashville en mayo de 1988, está resumido en una edición especial del Journal

193

m
o í the Urantia Brotherhood. El segundo simposio se celebró en Oklahoma City, en
mayo de 1991. Están disponibles las cintas de audio y de vídeo de estas conferencias.
Una colección en dos volúmenes de treinta de las conferencias del simposio de
1991 fue publicada por el Fellovvship Forum en 1993. En este segundo simposio
Michael B. Wisenbaker distribuyó su folleto, impreso por él mismo, denominado
Cosmic Dcsign. Trata de la ciencia del LU con un énfasis especial en la moderna
cosmología y en la mecánica cuántica.
El tercer simposio sobre la ciencia del LU se celebró en Oklahoma City en ju­
lio de 1994. En el momento en que escribo este libro, sus cintas todavía no están
disponibles, ni sus contenidos impresos. Sin embargo, Philip Calabrese. Byron Be-
litsos y Dan Massey han comentado a través de Internet alguna de las ponencias.
Massey, en su ponencia sobre «Tiempo y Espacio», da una interpretación de los
pasajes del LU que encuentra coherentes con la relatividad especial. También ex­
plica cómo los seres intermedios y los serafines pueden superar la velocidad de la
luz, y por qué el universo tiene siete dimensiones. Desde una «perspectiva no re­
ligiosa», añade Massey, en un comentario sorprendentemente perceptivo, su con­
ferencia era «el epítome de la extravagancia».
Nuestro próximo capítulo abordará la absurda teoría del LU de que dentro de
cada electrón están «apiñados» exactamente un centenar de partículas llamadas
«ultimatones». Michael Pilzer, que se considera a sí mismo astrólogo, ha patentado
un modo de doblar un trozo cuadrado de papel con el que se forma una especie
de «sombrero de mago» que él denomina «trimobio». Pitzer describió esta estruc­
tura y afirmó que ¡había reproducido un ultimatón! Explica que la idea del trimo­
bio le vino a la mente cuando estaba asistiendo a un curso de topología. El tri­
mobio apareció ante él cuando intentaba construir una superficie cenada con un
solo lado llamada botella de Klein. Al principio los líderes de la conferencia in­
tentaron evitar que Pitzer hablara, pero finalmente se lo permitieron al haberse
quejado de lo injustamente que estaba siendo censurado porque su teoría del ul­
timatón difería de una teoría rival defendida en el simposio por Calabrese.
Michael Wisenbaker presentó una comunicación defendiendo que el big bang
nunca había ocurrido, y que el rechazo de esta teoría por LU finalmente se de­
mostrará que es acertado. Una profesora de la Universidad de Oklahoma dio una
conferencia sobre el mito de Fausto, un terna sin relación alguna con el LU. Me
pregunto quién le pediría que hablara y por qué. Matthevv Block (volveremos con
sus sensacionales descubrimientos en el capítulo 16) leyó un texto procedente de
un manual de geología de los años veinte que afirmó había sido la fuente del pá­
rrafo sobre el flujo de lava del IM (página 662).
Como todos sabemos, tanto en el cristianismo católico como en el protestante,
así como en el judaismo, se ha levantado una agria polémica entre los llamados
fundamentalistas, cine rehúsan ver cualquier error histórico o científico en las Es-

194
crituras, y los moderados o liberales que aceptan los errores aunque mantienen
que no disminuyen las grandes verdades espirituales de los escritos sagrados. Una
escisión similar existe entre los musulmanes con respecto al Corán. También se
observa en sectas como los mormones, en relación con Ul Libro de Mormón, e in­
cluso entre los adventistas del Séptimo Día con respecto a los escritos «inspira­
dos» de su profetisa Ellen VVhite.
En los últimos años los urantianos están comenzando a escindirse en bandos
similares. La escisión es más profunda con referencia a la ciencia del LU Los uran­
tianos liberales admiten que el LU contiene graves errores científicos. Los funda-
menlalistas urantianos, como sus homólogos judíos, cristianos o musulmanes, son
incansables en sus esfuerzos por demostrar que la ciencia de su Biblia no sólo
está libre de errores, sino que en muchos casos está adelantada a su tiempo.
A medida que aparece más información, los fundamentalistas están perdiendo
terreno rápidamente. La mayoría de la ciencia del LU refleja obviamente las opi­
niones que prevalecían desde que comenzó la revelación hasta 1955, cuando el
LU fue publicado. Como veremos, los mismos reveladores afirmaron que la cien­
cia del LU estaba basada en la opinión científica del momento, que se revisaría
en décadas futuras. A la vista de tales .advertencias, no es fácil comprender por
qué los fundamentalistas urantianos se muestran tan dispuestos a defender cada
afirmación científica del LU que los críticos consideran anticuada.
Ninguno de los grandes descubrimientos científicos de la última mitad del si­
glo está reflejado en el LU. No contiene, por ejemplo, ninguna indicación de la cos­
mología del big bang. La evidencia reciente de que el universo tiene mucha más
densidad de la que previamente se había supuesto ha dificultado en cierta medida
explicar cómo las galaxias se han podido formar a la luz de la uniformidad de la
«incandescencia» de las microondas dejada por la primigenia bola de fuego. Unos
pocos astrónomos disidentes han propuesto modelos cósmicos alternativos, siendo
el más destacado de ellos el modelo de plasma del físico sueco y premio Nobel
Hannes Alfvén. Un físico americano, EricJ. Lerner, escribió incluso un libro sobre
el modelo de Alfvén titulado The Big Bang Never Happened (1991). Los medios
de comunicación dieron una gran publicidad al libro de Lerner sin aclarar que la
inmensa mayoría de los astrónomos lo consideraban una obra extravagante. La
ev idencia reciente de estructuras a gran escala en el universo no desvirtúa la cos­
mología del big bang; simplemente requiere más trabajo estudiar cómo se han for­
mado las galaxias y cuál es la naturaleza de la todavía no encontrada «materia ne­
gra» requerida para esculpirlas.
Es comprensible que los fundamentalistas urantianos se valgan de las recien­
tes dudas sobre el big bang para respaldar el rechazo del LU de la cosmología del
big bang. Sus esperanzas se frustraron en 1992 cuando nuevas observaciones de
la radiación de microondas mostraron fluctuaciones y patrones que apoyan fir­

195
memente el big bang. Como un astrofísico exclamó: «El big bang está vivo, y se en­
cuentra bien, muy bien». Por supuesto toda la ciencia es enmendable y la teoría
del big bang puede algún día ser sustituida por un modelo mejor.
También ausente del LUestá cualquier indicación acerca de la división del átomo,
sucedida en 1942, más de una década antes de que se publicara el LU. ¿Por qué
no se incluyó esa noticia en el LU? Porque los documentos que tratan de la estructura
atómica se habían terminado de escribir en 1934, y no hubiera sido conecto rees­
cribirlos para incluir los últimos descubrimientos científicos. Sin embargo, era ab­
solutamente necesario añadir en los documentos la salvedad de que la ciencia del
LU no iría más allá de la opinión científica del momento en que los documentos
fueron escritos, y que los urantianos, por consiguiente, debían esperar que la cien­
cia del LU pronto se vería superada por los nuevos descubrimientos.
Ninguno de los grandes y todavía actuales descubrimientos científicos en física
de partículas desde 1955 se encuentra en el LU. Los documentos no mencionan
la revolución informática. A pesar de que se comentan repetidamente los rápidos
métodos de comunicación entre mundos mucho más avanzados que Urantia en
su tecnología, nada se dice de la televisión. Los documentos no mencionan la es­
tructura en hélice de la molécula del ADN, el descubrimiento que provocó una
nueva y explosiva era en la genética, un campo en el que Sadler se consideraba
un experto.
¿Cómo los urantianos, tanto liberales como fundamentalistas, justifican que el
LU no mencione ni siquiera insinúe esos sorprendentes avances científicos? Como
respuesta, llaman la atención sobre una fiase del LU (1.109) dicha por Melquise-
dec de Nebadón. Los reveladores, dice, tienen prohibido descubrir verdades cien­
tíficas antes de que hayan sido «merecidas» por los científicos urantianos. Estos
son algunos fragmentos de los cautos comentarios de Melquisedec:

Toda cosmología presentada como parte de la religión revelada está destinada a ser
superada en un período muy corto... No tenemos libertad para anticipar los descu­
brimientos científicos de mil años... dentro de pocos años muchas de nuestras de­
claraciones sobre las ciencias físicas necesitarán una revisión como consecuencia
de desanollos científicos adicionales y de nuevos descubrimientos. Estos nuevos de-
sarrollos los anticipamos desde ya, pero se nos prohíbe incluir tales hechos aún no
descubiertos por la humanidad en nuestros registros revelatorios... La cosmología
de esas revelaciones no es inspirada. Está limitada por el permiso que tenemos para
la coordinación y selección del conocimiento actual. Aunque el discernimiento di­
vino o espiritual sea un don, la sabiduría humana debe evolucionar.

Estas afirmaciones realizadas por Melquisedec no sólo justifican el silencio ab­


soluto del LU sobre los grandes descubrimientos, sino que también justifican los

196
errores científicos que aparecen en el LU. Como los reveladores no pueden reve­
lar la ciencia no merecida, tienen prohibido corregir todos los errores que a cien­
cia cierta se descubrirán después de la publicación del LU. A pesar de la rotunda
declaración del LU de que su ciencia pronto se volverá anticuada, los fundamen-
talistas urantianos nunca cejan en su empeño de rechazar la idea de que el LU
contiene errores científicos. Es más, en oposición a la clara advertencia de Mel-
quisedec, continúan buscando evidencias en el LU de datos en los que la ciencia
no merecida se anticipe a los tiempos.

# #

En 1991. la Brotherhood of Man Library, POB 1355, Masón City, lowa 50401, pu­
blicó un folleto de 35 páginas titulado The Science Contení o f the Urantia Book.
Cuatro devotos urantianos colaboraron en este trabajo: Richard Bain, Ken Gasziou,
Matt Neihaur y Frank VVright. Como carezco de espacio suficiente para tratar to­
das las reivindicaciones de este fantástico documento, sólo destacaré las más re­
levantes. Demostraré cómo los cuatro autores se están engañando a sí mismos de
la misma forma que los creacionistas se engañan al considerar que el relato del
Génesis sobre la creación es históricamente exacto, o de la misma forma que los
ardientes discípulos de Inmanuel Velikovsky se autoengañan buscando justifica­
ciones para cada error de la extravagante cosmología de Velikovsky. En el siglo pa­
sado, los verdaderos creyentes de la Biblia Oahspe hacían los mismos esfuerzos
por justificar toda la ciencia de ese mamotreto de disparates canalizados. Con toda
seguridad en cualquier libro extenso como Oahspe, como en los muchos libros de
Velikovsky, habrá unos cuantos aciertos en medio de centenares de errores.
A continuación razonaré todas las presunciones de los cuatro autores urantia-
nos. Parten de la base de que no se modificó absolutamente nada en los docu­
mentos originales del LU después de 1934. Yo no lo creo así. Existe una gran evi­
dencia de que los documentos fueron continuamente corregidos y revisados por
Sadler y posiblemente por otros miembros del Forum. y de que él mismo escribió
algunos de ellos bajo la convicción de que había sido divinamente «autorizado»
para hacerlo. El LU fue compuesto en linotipia. Helen Carson, en una declaración
jurada realizada en 1994, afirmó que los documentos no fueron compuestos hasta
«finales de los años cuarenta o cincuenta». Incluso después de que las líneas de
la linotipia fueran colocadas en los moldes y hechas las planchas para la impre­
sión de 1955, hubiera sido muy fácil desmontar los moldes y las planchas, reali­
zar los cambios y fundir las nuevas planchas.
i lelen Carson, hermana de la primera mujer de Bill Sadler Jr„ trabajó durante
casi toda su vida en el 533 y todavía sigue viviendo allí. Si alguien conoce la his­
toria de los documentos ésta es Helen. En la declaración que realizó en 1994 du­

197
rante un juicio del que hablaremos en nuestro último capítulo, Helen describió el
proceso de revelación de la siguiente manera. Sadler leía un documento al Forum,
luego se escribían en tiras de papel todas las dudas surgidas en los presentes y es­
tas tiras se recogían y se introducían en una cesta o en lo que se llamaba una pe­
cera. Bill seleccionaba las preguntas para evitar repeticiones, y luego se llevaban a
los seres intermedios. Helen dijo desconocer cómo las entregaban a los seres in­
termedios.
Cuando los seres intermedios habían contestado a todas las preguntas, el do­
cumento volvía a revisarse de nuevo. ¿Cuánto tiempo duró este procedimiento? Du­
rante al menos «diez años después de 1939», respondió Helen. Rehusó llamar al
LU «revelación divina» -revelación, si, pero no divina. «No creo ni que se pueda lla­
mar divina a la Biblia», añadió.
La misma creencia en que no tuvo lugar ningún cambio en los documentos des­
pués de 1934 la comparten Irwin Ginsburgh y Geoffrey Taylor en su ponencia «Pre­
dicciones científicas de El Libro de Urantia», en el Segundo Simposio Científico
de 1991, celebrado en Oklahoma City. Mencionaron varias «predicciones» de he­
chos científicos que no se conocían antes de 1934, pero que fueron muy popula­
res varios años después de que el LU se imprimiera en 1955.
Por ejemplo, señalan que el LU (260) afirma que la velocidad de la luz es de
299.790 kilómetros por segundo. En 1931, dicen, la estimación era de 299.774,
pero en 1949 los cálculos habían incrementado esa cifra a 299.793, es decir, sólo
tres kilómetros de diferencia con respecto a la cifra dada por el LU. Esto es un
poco engañoso, porque antes de 1935 se habían realizado numerosas medicio­
nes de la velocidad de la luz. Por ejemplo, en 1882, el resultado de Michelson
era de 299.796 kilómetros por segundo. El autor del documento 23 puede ha­
ber dado con esa cifra consultando viejas enciclopedias o libros de astronomía,
y redondearla a seis kilómetros por segundo por debajo. O ¿es que quizá el au­
tor del LU encontró la cifra de 299.793 en una referencia de 1949 o de una fe­
cha posterior y la redondeó en tres kilómetros?
Parece probable que el material revisado o escrito totalmente por Sadler y quizá
por otros (hablaré de esto en los capítulos 14 y 15) fuera «autentificado» por los
reveladores que lo comprobarían a través el durmiente Wilfred. Esto justificaría a
Sadler cuando negaba haber «escrito» alguna parte del LU. En su mente serían
los reveladores los que escribían al poner las ideas en su cabeza, y los que luego
las autentificaban a través de Wilfred.
Comencemos por considerar cómo el LU (Documentos 57 al 65) explica el
origen de nuestro sistema solar. Cada documento fue escrito por un Portador de
Vida, algunos todavía residentes (aunque invisibles) en Urantia. Los astrónomos
¿ictuales fechan la edad del universo en aproximadamente 15.000 millones de
años, 5.000 millones arriba o abajo. Se cree que el universo entero comenzó con

198
una explosión primordial que el astrónomo británico Frecl Hoyle llamó burlo-
namente el «big bang». En esa época Hoyle defendía la teoría de la creación con­
tinua o teoría del estado estacionario del universo, que desde entonces ha sido
abandonada, principalmente debido al descubrimiento de una «incandescencia»
de microondas que dejó tras de sí la bola de fuego.
El LU rechaza la teoría del big bang. Nuestra galaxia, afirma, se inició hace
875.000.000.000 de años siguiendo el mandato de los Ancianos de los Días. Pri­
mero los poderes superiores crearon una enorme nebulosa llamada Andronóver.
Su número es 876.927 (3 veces el número primo 292.309). Andronóver evolucionó
en una hélice similar a la galaxia Andrómeda. Al contraerse, giraba cada vez más
rápida, hasta fragmentarse finalmente en 1.013.628 soles (LU 655). Nuestro Sol tiene
el número 1.013.572. (Los reveladores disfrutan al darnos esos inmensos números
tan precisos, que por supuesto nadie puede verificar.) ¿Sólo hay un millón de so­
les en nuestra galaxia? Los astrónomos cuentan millones.
Nuestro sistema solar, llamado Monmatia en el LU, se inició hace 4.500.000.000
de años (esta cifra concuerda con las actuales estimaciones) como resultado de la
aproximación de Angona, un sistema estelar, con una gigante estrella oscura en
su centro. La gran estrella extrajo de nuestro Sol dos filamentos que se conden­
saron en doce planetas. (Como he mencionado antes, conocemos sólo nueve; el
I I predice tres más, todavía no detectados, fuera de la órbita de Plutón.) Lenta­
mente. a lo largo de miles de millones de años nuestros planetas y sus lunas se
fueron ampliando progresivamente por la unión de meteoritos hasta que alcan­
zaron su tamaño actual hace mil millones de años aproximadamente.
Esta teoría de la evolución de nuestro sistema solar fue la conjetura más po­
pular durante los años veinte y treinta, cuando se escribieron los documentos del
1 1 Se llamó «hipótesis planetesimal» o «hipótesis Chamberlin-Moulton», en ho­
nor a los dos profesores de la Universidad de Chicago que la propusieron por pri­
mera vez en 1900. Estos profesores eran el geólogo Tilomas Chamberlin y el as­
trónomo Forest Ray Moulton. Esta teoría se puede consultar con detalle en el libro
Moultnn Astronomy (1931), un libro de consulta muy utilizado en su época. (Fue
uno de los que yo empleé en 1936 cuando estudiaba Astronomía en la Universi­
dad de Chicago.) Chamberlin ofrece un buen relato de la teoría en diversos artí­
culos, y en una antología popular editada por Moulton, The World and Man As
Science See Them (1937).
En Inglaterra, Sir James Jeans, por entonces el astrónomo más famoso del mundo,
aceptó la teoría en 1916. La «teoría mareomotriz», como le gustaba llamarla, es de­
fendida con todo detalle en su popular libro The Universe Around Us (1929), un
libro que sospecho (por razones que explicaré después) que Sadler leyó con de­
tenimiento.
En la página 320, Jeans escribe:
Al saber cómo las estrellas están diseminadas en el espacio, podemos estimar con
bastante aproximación con qué frecuencia dos estrellas se aproximarán una a la otra.
El cálculo muestra que incluso después de que una estrella haya vivido millones de
millones de años, la probabilidad todavía es de cien mil contra uno que llegue a ser
un sol rodeado por planetas.

Sir Arthur Stanley Eddington, otro famoso astrónomo británico, también defendió
la teoría mareomotriz en su libro de 1927 The Nature o í the Physical World (176
y ss.). Al igual que Chamberlin, iMoulton y Jeans, destacó la extrema rareza que dos
soles se aproximen tanto que den origen a los planetas. La probabilidad, escribe,
es la de que dos bolas de tenis, entre veinte que se están moviendo aleatoriamente
dentro de una esfera tan grande como la Tierra, se aproximen tinos pocos metros
una a la otra.16 Eddington estima que ninguna estrella entre un centenar de mi­
llones podría haber estado lo suficientemente cerca a otra estrella para extraer fi­
lamentos que posteriormente se condensarían y darían lugar a los planetas.
El LU ofrece un conciso relato de la teoría Chamberlin-Moulton, incluyendo una
exposición sobre la enorme improbabilidad de un encuentro tan próximo de dos
cuerpos masivos. Desgraciadamente, sus principales defectos se descubrieron muy
pronto, y ya por 1940 la teoría había muerto. Si su muerte hubiera sido conocida
por Sadler, como supongo que así ocurrió, ¿por qué no la eliminó del LU? La res­
puesta más obvia es que el documento en el cual se describía esa teoría era tan
conocido por todos los miembros del Forum que se hubieran molestado terrible­
mente si Sadler lo hubiera suprimido. Además, no había ninguna necesidad de
hacerlo. ¿No niega el LU explícitamente la exactitud de su cosmología, y afirma
que gran parte de ella estará anticuada en unos pocos años?
Considero que es una excusa sin sentido si se tiene en cuenta que un lugar tan
destacado en un libro supuestamente dictado por seres superiores está ocupado
por una teoría que se ha demostrado falsa. Seguramente muchos urantianos, aun­
que quizá no lo admitan, se sienten preocupados por el hecho de que inteligen­
cias superiores, conocedoras de que la teoría de las mareas era falsa, le hubieran
reservado tanto espacio en el LU. Y que además no añade absolutamente nada al
contenido espiritual del libro.
El LU no llama estrella al cuerpo masivo que se aproximó a nuestro Sol. Lo llama

16. Sospecho que la analogía de la bola de tenis de Eddington fue el origen de la declaración del LU
(458) sobre la densidad de los soles en Nebadón: «Tienen tanto espacio, comparativamente, como el
que tendría una docena de naranjas circulando a través del interior de Urantia si el planeta fuera un
globo vado».

200
«un gigante oscuro del espacio». Tenía una «tremenda atracción de gravedad». A pe­
sar de la advertencia del LU sobre la ciencia no merecida, a los fundamentalistas
urantianos les gusta llamar así a los «cuerpos oscuros», al igual que en otras re­
ferencias en el LU, lo que consideran una anticipación de los «agujeros negros».
La suposición de que estos cuerpos oscuros son agujeros negros es extrema­
damente inverosímil. Mucho tiempo antes de que se pusieran de moda los aguje­
ros negros, los astrónomos sabían que las estrellas masivas se podían colapsar y
formar enanas blancas, pequeñas estrellas que son extremadamente densas con
enormes campos gravitatorios. En una enana blanca un cuaderno podría llegar a
pesar varias toneladas. Los astrónomos conjeturaron que las enanas blancas se
pueden enfriar y formar enanas negras que no radian ninguna luz. No se han ob­
servado hasta ahora enanas negras (¡no es fácil ver estrellas como éstas!), pero la
teoría de su existencia estaba muy defendida en la época. Como el LU no dice
nada acerca de las singularidades del tiempo y del espacio dentro de un agujero
negro, parece plausible que los cuerpos oscuros del LU sean simplemente estre­
llas que no producen ninguna luz.
El LU (173) identifica explícitamente «las islas oscuras del espacio» como «soles
muertos y otras agregaciones de materia carentes de luz y calor». Describe conecta-
mente estas estrellas negras como poseedoras de una densidad increíble que se puede
calcular por su efecto en los soles luminosos cercanos. También puede ocurrir que
tales estrellas sean más abundantes de lo que se supone, y puedan contribuir a la
misteriosa «materia negra» que los cosmólogos de nuestros días están buscando.
Si la teoría del big bang es correcta, como casi todos los astrónomos creen, el
universo tiene de 10.000 a 20.000 millones de años. El LU estima que la edad de
nuestro universo era de más de 1.000.000.000 de años. Lo que no estaba dema­
siado alejado de las estimaciones del momento. Jeans (en su libro mencionado ante­
riormente). antes de que la teoría del big bang se convirtiera en una norma, esti­
maba la edad del universo en 200.000.000.000 de años, con estrellas formándose
aproximadamente hace 5.000.000.000 de años. El LU{469) habla de materia que
surge de «la potencia espacial» del «Absoluto No Cualificado». Sospecho que el que
haya escrito esta línea ha leído la siguiente frase (página 316) del libro de Jeans:
«Si quisiéramos una imagen concreta de esta creación [de materia], se podría pen­
sar en el dedo de Dios agitando el éter».
El L U (656 y 658) inequívocamente afirma que nuestro sistema solar tiene tres
planetas todavía no descubiertos fuera de las órbitas de Neptuno y Pintón. En el
momento en que fueron escritos los documentos de Urantia, los astrónomos sos­
pechaban de la existencia de un décimo planeta, llamado Planeta X. La última evi­
dencia. basada en mediciones extremadamente exactas de las órbitas de Urano y
Neptuno, no muestra discrepancias que indiquen un objeto fuera de Pintón lo su­
ficientemente grande para ser llamado un planeta. Sin embargo, hay cientos de

201
minúsculos objetos, del tamaño de asteroides, moviéndose alrededor del sol en el
supuesto cinturón Kuiper de cometas. Consúltese al respecto el artículo del doc­
tor E. Myles Standish, un astrofísico del Jet Propulsión Laboratory, en The Astro-
nomical Journal (mayo 1993), y «Planet X is Dead», escrito por Robert Naeye, en
Discover (septiembre 1993).
Si las futuras pinchas espaciales enhenan definitivamente al Planeta X, ¿se en­
cogerán de hombros los leales urantianos y dirán que la afirmación del LU de la
existencia de los 12 planetas era otra broma de los divertidos seres celestiales? Po­
demos estar seguros de que no les causaría la menor consternación. En efecto, no
puedo pensar en ningún hecho, científico, histórico o de cualquier otra índole, que
les pueda hacer dudar del origen divino de su apreciada Biblia.
Ahora se sabe que la energía radiante del Sol está producida por una reacción
termonuclear en la cual el hidrógeno se convierte en una variedad de helio. No se
destruyen en este proceso ni electrones ni protones. Cuando fueron escritos los
documentos de Urantia, sin embargo, se creía que la energía radiante del Sol pro­
cedía de la aniquilación de electrones y protones. Como Sir James Jeans afirma en
The Universo Around Us, la energía del Sol es «originada por la aniquilación de
electrones y protones. El Sol está destruyendo su sustancia para que podamos vi­
vir». Esta noción de que el Sol está transformando la materia en energía es el punto
de vista adoptado por el LU. La principal fuente de energía, afirma el LU(463), es
la «aniquilación de los átomos y eventualmente de los electrones».
En la misma página, el LU da una temperatura de superficie del Sol de 6.000
grados (3.300 °C, en la edición española), y una temperatura interna de 35.000.000
grados (19.400.000 °C, en la edición española), añadiendo en ambos casos que es­
tas temperaturas se refieren a la escala Fahrenheit. Sospecho que esas tempera­
turas fueron sacadas de libros escritos por Jeans y otros astrónomos de) momento.
Desafortunadamente, cualquiera que haya copiado las cifras ha cometido un grave
error. La temperatura interior del Sol está basada en efecto en la escala Fahren­
heit, pero su temperatura de superficie de 6.000 grados está basada en la escala
Kelvin en la cual las unidades son las mismas que en la escala centígrada o Cel­
sius, pero el cero se toma como -273 grados, o cero absoluto. Jeans, en la página
241 de The Universe Around Us (1929) [ed. en español, El mundo que nos rodea,
ed. España, Madrid, 1933] da la cifra de 6.000 grados para la temperatura de su­
perficie del Sol, usando la escala Kelvin. En la escala Fahrenheit es aproximada­
mente de 10.000 grados. Es difícil comprender cómo una inteligencia superhumana
pudo cometer un error tan elemental, pero es fácil comprender que un ser hu­
mano, al leer apresuradamente el libro de Jeans, pudo haber pasado por alto el
hecho que Jeans daba las temperaturas en la escala de Kelvin o absoluta.

202
I ■ '— h

Fig. 1. El doctor Wiliiam S. Sadlér, de joven


F ig . 2. El doctor Sadler. ya mayor

Fig. 3. Ixi doctora Lena Sadler (Las


«The Evolution the Soul»,
una conferencia impartida en 1941 por William
S. Sadler. ahora publicada por la Jesusonian Foun-
dation [1990])
Fig. 4. Christv (Emma Christensen), la hija ádop-
tada por los Sadler, de joven
i
¡
I
I
I ' Fig. 5. L’n «experimento de eejui-
|\ librio» alemán, supuestamente rc-
/ \ petido por el doctor Sadler (ex-
/ ] v \ baldo de William Sadler. The
* Phvsiplogy oí FaJth and Fear
___________________________________ J [19121. pág, 127)

-
__________________________ ji

lió. (i. |-;| (ImUn John ||ane> Kelln^e (extraído


tk l -livid i l-'li/ahelh Aniislrnne. The (¡nuil 1me [
rican 'le d id n e Show ■[New York: hondee Hall. ^
1991). Cortesía del Bable Creek Adventisl Hos­
pital Fȃ- 7. Filen White

_ _ _ _ _ _ _ JL
Fig. 8. Harold M. Sherman Fig. 9. Martha Shcrman |

I
H ^ 1

Fig. 10. HarryJ. Loose I


F ig. 11. Vem Bennom Grimsley

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Fig. 12. Kristen Maahcna (de l'rantian Sojoum [primavera-verano. 1992)


El LU está plagado de afirmaciones científicas que obviamente son imposibles de
verificar o refutar. Esto es especialmente cierto en las partes que tratan de la cos­
mología. Según el LU todo nuestro universo conocido es una parte minúscula de
un reino mucho más grande en el cual florecen un gran número de otros univer­
sos. totalmente fuera del alcance de cualquier telescopio concebible. Hay que acep­
tar la existencia de esos superuniversos por un acto de fe.
Lo mismo se puede decir de muchas afirmaciones «científicas» sobre ángeles
y seres superiores. ¿Cómo, por ejemplo, puede la ciencia verificar que los serafi­
nes son capaces de viajar a 89,3.000 y 899.400 kilómetros por segundo, o más
de tres veces la velocidad de la luz (LU 433); o que los Ajustadores del Pensa­
miento pueden ir desde Diviningtón, una de las esferas sagradas del Paraíso, a
Urantia en 117 horas, 42 minutos y 7 segundos? (LU 1.186)
La gran velocidad con la que viajan los ángeles se ha discutido mucho por los
teólogos, y alabada por los poetas. Esta es la primera estrofa de un poemilla ab­
solutamente prescindible sobre ángeles, escrito por la poetisa escocesa del siglo
diecinueve Marión Paul Aird:

Like an arrow through the air,


Or thc fountain flovv of light,
Ministering angels fair
Cleave the deep of night:
Quick as thought’s clectric glow,
Dovvn into earth’s chambers dark,
Fire-wheels running to and fro.
Like tlie eye of God, they dart;
Watching o’er the earth's green bound,
Searching all in cities round.

[Como flechas que surcan el aire,


0 el luminoso flujo de la fuente.
Los nobles ángeles ayudantes
surcan lo profundo de la noche:
Rápidos como una chispa eléctrica del pensamiento,
1 lacia las cámaras oscuras de la tierra,
De acá para allá, ruedas de fuego que.
Como el ojo de Dios, se precipitan;
Observando el verde límite de la tierra.
Buscando en todas las ciudades.]

207
lx>s ángeles que aparecen una veintena de veces en la Biblia no están descri­
tos como seres alados excepto en los casos de serafines y querubines. En la visión
de Isaías de Dios sobre su trono (Isaías 6:2). se nos dice que sobre el trono «había
en El serafines, que cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro y con
dos se cubrían los pies, y con las otras dos volaban». En el capitulo décimo de Eze-
quiel. el querubín es descrito como un ser que vuela con alas. En I Reyes 6, sabe­
mos que el Templo de Salomón contenía inmensas figuras de querubines talladas
en madera de olivo con sus alas desplegadas.
En los libros apócrifos del Antiguo Testamento de Enoc y de Elias, se describe
a los ángeles como poseedores de seis alas. Los antecedentes de los ángeles ju-
deo-cristianos fueron los grandes ángeles del zoroastrismo que viajaban moviendo
sus enormes alas. Incluso Abura Mazda, el Dios supremo y creador, era represen­
tado como un ángel.
Aunque las alas no se mencionen, en Apocalipsis 8:13 se describe a un ángel
«que volaba por medio del cielo», y en 14:6 habla de «otro ángel que volaba por
medio del cielo». Es de suponer que llevaran alas.
Las grandes alas blancas comenzaron a aparecer en los ángeles del arte cris­
tiano durante la Edad Media y el Renacimiento. En las ilustraciones de Doré para
el Paraíso Perdido de Milton, y para la Divina Comedia de Dante, todos los ánge­
les buenos llevan alas blancas. Satán y sus cohortes llevan todos ellos alas oscu­
ras. como las de los murciélagos. Las alas de murciélago también adornan a los
ángeles caídos en los dibujos de William Blake. En la literatura adventista, los án­
geles. buenos y malos, aparecen en las ilustraciones con grandes alas empluma­
das. La señora White repetidamente describió a los ángeles que veía en sus visio­
nes como seres alados. En una de sus primeras visiones también ella llevaba alas
y se le permitió visitar un planeta, que no había caído, con siete lunas.
El canto final del Infíemo retrata a un Satán con tres caras, una roja, otra ne­
gra y otra amarilla. Bajo cada cara salía «un gran par de alas, tal como convenía
a tanto pájaro; velas de barco no vi nunca iguales. No eran plumosas, sino de mur­
ciélago su aspecto; y de tal forma aleteaban, que tres vientos de aquello se mo­
vían». Los vientos mantienen congelado el hielo del círculo final del infiemo -hielo
en el cual Satán está hundido hasta el pecho. El Satán de Milton era un demonio
inteligente y atractivo. El Satán de Dante era un idiota peludo y horrible.
En el segundo canto del Purgatorio, Dante describe a un ángel que volaba «con
eternas plumas», como un «pájaro divino». En el Canto 8 del mismo libro, dos án­
geles llevaban alas verdes, repartiendo el color verde por todo el Purgatorio como
un símbolo de la esperanza de la redención. En el Paraíso la esperanza ya dejó de
ser una emoción, por tanto las alas de los ángeles toman un color dorado. En el
Canto 31 del Paraíso, «sus caras [de los ángeles] eran todas llama viva, de oro las
alas, y tan blanco el resto, que no es por nieve alguna superado».

208
Hermas, un Padre de la Iglesia apostólico y romano, enseñó que cada persona
liene dos ángeles guardianes, uno bueno y uno malo, punto de vista aceptado sólo
por algunos Pádres posteriores. En el libro de Daniel hay un ángel guardián para
cada nación, estando Miguel destinado a Israel. De vez en cuando surgen sectas
en las cuales se adoran a los ángeles y muchas iglesias están dedicadas a los án­
geles individuales, especialmente a Miguel.
La angelología todavía sigue estando vigente, y no sólo entre los urantianos. Ac­
tualmente está floreciendo una secta en Alemania y en Austria entre los devotos
católicos. Esta secta está inspirada en una revelación especial de una tal Gabrie-
lla Bitlerlich, y sus miembros participan en elaborados rituales dedicados a la ve­
neración de los ángeles.
En la Edad Media, casi todos los teólogos estaban de acuerdo en que un ángel
guardián estaba asignado a cada cristiano, aunque no había acuerdo de si también
estaban asignados a los pecadores. Los teólogos protestantes estaban igualmente
divididos. En cambio, todos estaban de acuerdo en que los ángeles del mal son in­
capaces de influir en la salvación a no ser que nuestro libre albedrío lo permita.
Los escolásticos escribieron abundantemente sobre los ángeles, su número, na­
turaleza y hábitos. Tal especulación alcanzó alturas pasmosas en los escritos de
Tomás de Aquino. Sin ningún rastro de humor, el Doctor Angélico consideró muy
seriamente misterios tan profundos como si los ángeles son capaces de defecar y
de ventosear-cuestiones sobre las que el LU se muestra compasivamente silen­
cioso. Si se desea leer una excelente historia sobre angelología, tanto cristiana como
de otro tipo, consúltense los artículos sobre «Demonios y Espíritus» en Encyclo-
pedia o í Religión and Ethics de James Hastings.
Una referencia básica sobre angelología es A Dictionary oíAngels de Gustav Da-
vidson (Free Press 1967). El libro Angels: An Endangered Species de Malcolm God-
win (Simón and Schuster. 1990) cuenta con una gran profusión de láminas en co­
lor pero el texto está plagado de nociones de la Nueva Era y no es demasiado exacto.
Por ejemplo. Godwin afirma en la página 11, que «en el Antiguo Testamento no
hay ninguna referencia a los ángeles caídos. No hay nada que sugiera que Satán
era malo». Y entonces, ¿qué ocurre con Isaías 14 cuando habla del orgullo de Sa­
lan de querer ser como Dios, e incluye la maravillosa línea: «¡Cómo caíste del cielo,
lucero brillante, hijo de la aurora!»?
¿Como surgió el mito de que los ángeles viajaban con alas batientes? El LU nos
ofrece una inteligente explicación. Se nos dice (LU 438) que en unos pocos mi­
nutos antes de la muerte las personas a veces pueden llegar a disfrutar de una
leve visión de un ángel esperando antes de ser transportados. Ven lo que parece
ser un doble juego de alas. No son alas. Son «aislantes de la energía -escudos de
fricción» requeridos debido a la gran velocidad de los serafines cuando transpor­
tan el alma de una persona inconsciente a otro mundo. Cuando estos escudos de

209
energía se despliegan en sn totalidad, el durmiente se «deposita hábilmente» pol­
los asistentes seráficos «directamente encima del ángel transportador». Los escu­
dos están por tanto cuidadosamente cerrados y ajustados.
Cuando el ángel transportador se prepara para «que vire hacia las corrientes
de energía de los circuitos del universo», comienza una «extraña metamorfosis». El
ángel se alarga en ambos extremos, envuelto en «luz extraña de tonalidad ámbar».
Después de que el jefe de transporte inspecciona lodo para asegurarse de que el
ángel está adecuadamente «enserafinado», el ángel se convierte en «una lumino­
sidad brillante, casi transparente, vibrante, en forma de torpedo». El despachador
de transporte reúne miles de «baterías auxiliares de energía viviente», y entonces
sucede que toca el punto cercano del «vehículo seráfico», que «sale despedido ha­
cia delante con una velocidad como la del rayo, dejando una huella de luminosi­
dad celestial» en la atmósfera del planeta -un rastro que dura diez minutos.
Philip Calabrese, un matemático urantiano que vive en San Diego, se ha preo­
cupado durante años por una aparente contradicción en el LU. Se nos dice (LU
260) que el serafín viaja aproximadamente tres veces más rápido que la luz.17 En
la página 569 descubrimos que, cuando morimos, nuestra alma durmiente es trans­
portada desde Urantia al primer mundo de estancia, que gira alrededor de Jeru-
sem. ¡en sólo tres días! Alfa Centauro, la estrella más cercana a la Tierra (además
de nuestro Sol), está a más de cuatro años luz. Un serafín, viajando a triple velo­
cidad de la luz, necesitaría más de un año para alcanzar nuestra estrella más cer­
cana, ¡y tardaría más a Jerusem, que está mucho más distante!
Los uranlianos se han preocupado desde hace tiempo por esta aparente con­
tradicción. Trov Bishop escribió sobre ello en «Seraphic Velocity», un artículo apa­
recido en la edición de otoño/invierno de 1982-1983 de Ascender. Meirit Horn le
siguió con «Seraphic Velocities», artículo aparecido en otra publicación periódica
urantiana titulada Planetary Prints (enero 1984).
Calabrese hato este enigma en la conferencia «Sobre las velocidades seráficas
y la resurrección en el tercer día» impartida en el primer Simposio Científico Uran-
liano, celebrado en Nashville, Tennessee, los días 13-15 de mayo de 1988. Señaló

17. La velocidad seráfica es lenta comparada con la velocidad de los Mensajeros Solitarios, descritos en
el Documento 23 por un Consejero Divino de Uversa. Nos dice que 7.960 billones de Mensajeros Soli­
tarios operan sólo en Orvontón. y que es la séptima parte de su número total. Para prestar sus siete cla­
ses diferentes de servicio, viajan a una velocidad de 1.346.169.220 kilómetros por segundo. Incluso esta
increíble velocidad no es nada comparada con la de los Mensajeros de Gravedad de Diviningtón (LU
346-347). ¡Ellos trascienden el espacio y el tiempo yendo de A a B instantáneamente!

210
que según el LU (261), un «mensajero solitario» puede viajar a 1.346.169.220 ki­
lómetros por segundo, que es casi un millón de veces más rápido que la luz. Sin
embargo, el LU dice claramente que es el transporte seráfico, no los mensajeros
solitarios, el que lleva las almas de los muertos a Jerusem.
Calabrese resume las diversas formas extrañas con que los urantianos han in­
tentado explicar el «tercer día» en el cual las almas «se repersonalizan». Las rechaza
todas en favor de considerar el «día» como un período de tiempo indefinido. Ésta
es su conclusión final:

Por tanto, mi respuesta a esa anomalía es que realmente se lardan 11 años, y más
probablemente 20. 50 o más años, en resucitar «en el tercer periodo» sin un retraso
significativo. Las circunstancias tienen todavía que madurar. Muchas personas que
lian muerto en el pasado están todavía durmiendo en estado de tránsito. ¡Veinte años
es menos de media hora en un día del Paraíso!

Ln 1991, cuando Calabrese habló en el segundo Simposio Científico Urantiano


en Oklahoma City, reveló un cambio en su modo de pensar. Abrió su conferencia
sobre la teoría de partículas urantiana y la topología del espacio retractándose de
la anterior solución que había propuesto. En ningún lugar del LU, dijo, se afirma
que cuando un serafín lleva un alma mortal desde Urantia a la primera estancia
viaja por su propio poder. Calabrese ahora piensa que se desplaza con más rapi­
dez debido a alguna técnica que la ciencia urantiana todavía desconoce.
Es imposible no traer a colación el famoso debate de los teólogos medievales
sobre ¡cuántos ángeles podían permanecer sobre la punta de un alfiler!

1lace seiscientos millones de años, según el LU, una comisión procedente de Je-
rusem realizó una investigación en Urantia, planeta 606, e informó que era favo­
rable para que se llevara a cabo un experimento vital. Los Portadores de Vida te­
nían que esperar hasta que nuestros océanos estuvieran lo suficientemente salados
para soportar el protoplasma que habían fabricado en el planeta y que vertieron

lomas de Aquino defendió la teoría de que los ángeles, al igual que los electrones en la actual te-
oríá cuántica, pueden viajar instantáneamente de un lugar a olio sin ocupar ningún lugar entre ellos.
Si la teoría de la relatividad es conecta, ningún objeto o información puede superar la velocidad de la
luz sin ir hacia atrás en el tiempo y sin crear lodo tipo de contradicciones lógicas.

211
en sus mares en Ives lugares diferentes, listo ocurrió, se nos dice, hace 550.000.000
de años. Entonces comenzó el proceso de evolución. Como consideraremos de
nuevo en el capítulo 15, el proceso no era darvviniano en el sentido de que la vida
evolucionó por una acumulación gradual de minúsculas variaciones. Aunque es­
tos cambios tan pequeños pudieron introducir variaciones dentro de las especies,
cada especie surgió de una abrupta mutación a gran escala.
A los urantianos les gusta considerarlo como una anticipación de la moderna
teoría del equilibrio puntuado, con frecuencia llamada «teoría del salto» de la evo­
lución, propuesta por Stephen Jay Gould y sus colegas. Sin embargo, el texto de­
lata una completa desinformación de la teoría saltacionista. Los saltos son una
serie tic pequeñas mutaciones genéticas que ocurrieron durante miles de años.
Son llamados saltos no porque sean repentinos, sino porque ocurren más próxi­
mos en el tiempo que los largos períodos de lenta evolución en la clásica teoría
de Darvvin. Darwin pensó que los saltos en los registros de fósiles eran debido a
la peculiaridad de las condiciones para la fosilización. Gould cree que los saltos
son demasiado grandes para ser explicados de esta forma. En el capítulo 15, com­
probaremos cómo la inconsistente teoría del LU sobre la evolución por grandes
mutaciones «repentinas» fue tomada del libro de Sadler de 1927 The Trutli About
Heredity.
La mutación más importante, por supuesto, fue la aparición repentina, aproxi­
madamente hace un millón de años, según el LU, de los primeros humanos, los
gemelos Andón y Fonta. Como he mencionado antes, sus padres eran primates.
Ambos padres fueron asesinados, se nos dice, por gibones enemigos. Los gemelos
huyeron hacia el norte para dar origen a la raza andonita al engendrar diecinueve
hijos. De ojos negros y tez morena, los andonitas fueron los primeros en hacer fuego
al quemar un nido seco y abandonado de pájaros con chispas producidas al gol­
pear dos pedernales. Spntad, el primer hijo, se casó con una de sus hermanas. A
los 42 años, Andón y Fonta murieron a causa de un terremoto (LU7Y3). Otro con­
junto de gemelos que apareció al mismo tiempo, por otra mutación repentina, eran
mental y físicamente inferiores a Andón y Fonta. Fue de este par subhumano del
que los simios de nuestros días han evolucionado (LU 706).
Esta teoría de que las especies surgen de mutaciones repentinas, en lugar de
por minúsculos cambios a lo largo de miles de años, tiene más de cien años.
Uno de los primeros biólogos en defenderla fue George Mivart, un alumno de
Thomas Huxley. Su Génesis ofSpecies fue publicado en 1871, con un título muy
similar al de Origen de las especies de Darwin. Darvvin se tomó a Mivart lo su­
ficientemente en serio para dedicarle varias páginas en las siguientes ediciones
de su famoso libro. Mivart era un católico que hizo todo lo que estuvo en su
mano para convencer a su iglesia de que aceptara la evolución. Por ese motivo
fue excomulgado y se le negó un entierro cristiano. (Se podrá encontrar un re-

212
lato de este vergonzoso episodio en mi libro de 1992 On the Wikl Siclc. ÍEd. en
español. Extravagancias y disparates, Ed. Alcor, Barcelona, 1993.].)
La idea de que Dios guiaba todo el proceso de evolución al provocar abruptos
cambios, especialmente al infundir un alma inmortal en los primeros humanos des­
pués de que sus cuerpos hubieran evolucionado lo suficiente, ha sido muy popu­
lar entre los cristianos liberales que aceptaban la evolución pero que procuraban
armonizarla con el Génesis. El LU adopta un método similar. Aunque las muta­
ciones repentinas ocurren por leyes naturales, todo el proceso ha sido cuidadosa­
mente planeado, y fue y está siendo guiado por los Dioses. Los cristianos libera­
les suelen adoptar similares puntos de vista, sustituyendo el politeísmo urantiano
por un solo Dios.
La suposición de que una sola mutación puede ser lo suficientemente grande
para producir una nueva especie está ahora totalmente desacreditada. Sin embargo,
la historia de las formas de vida en el LU, en su evolución a través de las distin­
tas edades geológicas desde el Proterozoico al Cenozoico, sigue muy de cerca los
manuales de geología histórica que circulaban en los años veinte y treinta. Sería
interesante contrastar algunos de estos libros para comprobar si el relato del LU
sigue a alguno de ellos en frases y detalles técnicos.

# #

Los cuatro autores de The Science Contení oí the Urantia Book admiten que la
astronomía del LU tiene algunos fallos notables. Por ejemplo, el LU (170) afirma
que la galaxia Andrómeda está a un millón de años luz de la Tierra. Ésta era una
estimación aceptada en los años veinte, pero los instrumentos modernos han du­
plicado la distancia.18
Mercurio es descrito en el LU(657) mostrando siempre la misma cara hacia el
Sol. También era la teoría aceptada hasta que fue descubierto que Mercurio rota
lo suficientemente rápido para presentar todas sus caras al Sol. (La creencia de
que Mercurio tiene un cinturón crepuscular entre su cara oscura y la iluminada

18. La evidencia actual procedente del telescopio Ilubble sugiere que la constante llubble (la velocidad
de expansión del universo) puede ser mayor de lo que se había sospechado. Si es asi. reduce tanto el
tamaño como la edad del universo, y devuelve a Andrómeda una distancia de aproximadamente un mi­
llón de años luz desde la Tierra. (Consúltese «Cantiles in the Nighl», en Aslronomy. septiembre 1994.)
I'.sta idea es muy controvertida, y en cualquier caso no tiene ninguna relevancia con relación a la exac­
titud del LU porque meramente refleja la opinión de los astrónomos en los años treinta

213
por el Sol, tan popular en la ciencia ficción, tuvo que ser abandonada.) El LU tam­
bién se equivoca al afirmar, que como Mercurio, la Luna no rota sobre su eje. Para
mantener la misma cara siempre hacia un cuerpo central, un cuerpo que gira tiene
que rotar una vez sobre su eje para cada revolución. El error del LU es un error
muy común que se puede esperar de un escritor humano que no es astrónomo,
aunque no se esperaría de una inteligencia superior.
Es divertido observar que Oalispc, a pesar de su absurda cosmología, no co­
mete este error sobre la rotación de la Luna. En el Book o f Cosmogonv and Prop-
hccy. capítulo ñ. versículo 16, los ángeles escriben: «Sin embargo, la Luna no tiene,
en relación con la cara de la Tierra, una revolución axial. Pero hay que recordar
que la Luna no puede girar alrededor de la Tierra sin realizar una auténtica re­
volución axial».
¿Cómo justifican los cuatro autores del folleto sobre la ciencia del LU los erro­
res científicos del L(7? Es difícil de creer, pero lo racionalizan todo maravillosamente.
Los reveladores, argumentan, intercalaron deliberadamente ciertos errores en el
LU como si fueran «bombas de relojería», es decir, afirmaciones diseñadas para ex­
plotar con posterioridad. ¿Por qué motivo? ¡Para convencer a los urantianos que
no hay que caer en el hábito de venerar el LU, convirtiéndolo en un fetiche en la
misma forma que los fundamentalistas han convertido en un objeto de culto la
Biblia o el Corán!
Esta noción de que los errores del LU son «bombas de relojería» dispuestas es­
tratégicamente para impedir una excesiva veneración del LU procede de Dick Bain.
uno de los cuatro coautores. Bain es un alto y simpático ingeniero eléctrico que
vive en I Iickory. Carolina del Norte, y que publica un boletín informativo semes­
tral llamado Cosmic Reflection. Antes de convertirse al urantismo, había sido un
miembro activo de Unidad, secta escindida de la Ciencia Cristiana. I loy pertenece
a la Iglesia Unitaria. Me visitó en agosto de 1993, conduciendo un coche con una
gran pegatina que decía U raxtia . (I loy lleva esta palabra en su matrícula.) A pesar
de los pocos errores triviales catalogados como «bombas de relojería» que observa
en el LU, mi impresión fue que el LUes para él un objeto de culto, pues tenía una
justificación para cada uno de los importantes errores científicos del LU que yo le
mencionaba.
Si esta idea de las «bombas de relojería» se amplía para justificar todos los erro­
res del LU obviamente ningún concepto científico erróneo incluido en los docu­
mentos podrá perjudicar al sagrado libro a los ojos de los verdaderos creyentes.
Por tanto, los urantianos tienen dos opciones. Si encuentran errores de ciencia y
de historia en el LU. pueden decir que en este caso los reveladores, con su gran
sabiduría, ¡los habrían puesto allí a propósito! Por otro lado, siempre que se en­
cuentren con una aparente anticipación a la ciencia posterior, entonces esas an­
ticipaciones serán prueba de que ¡el LU tiene un origen divino! A pesar de lo sor-

214
préndente que puede resultar lodo esto, y a pesar de la advertencia de Melquise-
dec de que el L U no contiene conocimiento merecido, los defensores del LU con­
tinúan buscando las auténticas anticipaciones a una ciencia ¡que los reveladores
afirman que les fue prohibido revelar!
Considérese por ejemplo cómo los cuatro autores intentan convencer a sus lec­
tores de que el LU (663) ha demostrado una presciencia al defender la teoría de
la deriva continental mucho antes de que formara parte de la geología imperante.
Son conscientes, por supuesto, de que la teoría había sido propuesta antes de la
quinta revelación epocal y, por tanto, pueden argumentar que el LU no estaba di­
vulgando ciencia «no merecida». Había sido merecida por Alfred Wegener. Sin em­
bargo, afirman que la teoría de Wegener había sido enérgicamente rechazada por
los geólogos cuando el LU fue escrito. Por tanto, según ellos, el LU fue profético
al aceptar esa teoría como verdadera.
Desafortunadamente, los cuatro autores no se molestaron en investigar los orí­
genes de la deducción de Wegener. A comienzos de los años veinte, cuando apa­
recieron los primeros documentos de El Libro de Urantia a través de Wilfred y fue­
ron corregidos por Sadler y el Forum, la deriva continental era una teoría
controvertida pero muy respetada. Alfred Lothan Wegener (1880-1930) propuso por
primera vez la teoría de la deriva continental en un documento fechado en 1912,
el año en que probablemente comenzó el canalismo de Wilfred.
En 1915, Wegener publicó The Origina o f Continents and Oceans (ed. en es­
pañol La génesis de los continentes y los océanos, Pirámide, Madrid, 1983). Este
librito de 94 páginas tuvo tres ediciones alemanas revisadas y ampliadas y fue
traducido al francés y al inglés. Nature reseñó favorablemente el libro en 1922.
Su teoría fue respaldada por muchos de los mejores geólogos del mundo, espe­
cialmente en Holanda. Wladimir Kóppen, un distinguido astrónomo alemán, fue
uno de los primeros defensores de su teoría. El geólogo de Harvard Reginald Daly,
el geólogo surafricano Alexander du Toit y Arthur Holmcs, de Edimburgo, eran
otros de sus devotos aliados. Du Toit incluso escribió un libro titulado Our Wan-
dering Continents. publicado en 1957, y dedicado a Wegener. Como sostiene Mi-
chael Friedlander en el capítulo sobre deriva continental de su libro A t the Erin­
ges o f Science (1994), la teoría de Wegener «permaneció en un estado de
credibilidad suspendida hasta después de la Segunda Guerra Mundial».
Wegener «mereció» la teoría al ser el primero en dar una razonable aunque de­
fectuosa explicación de la deriva continental. El casi perfecto acoplamiento de los
dos continentes, Africa y América, ya se había observado mucho antes. El cientí­
fico alemán Alexander von Humboldt, el científico francés Antonio Sider-Pelligrini
y el científico inglés Osmond Fisher ya habían sugerido que los dos continentes
podían haber estado unidos, pero en ausencia de una buena teoría y de una de­
cisiva evidencia confirmadora, nadie los habían tomado muy en serio. En 1930.

215
Wegener murió en una expedición que dirigía en Groenlandia. Sus compañeros le
enterraron allí en la nieve. Podemos encontrar otras interesantes historias sobre la
teoría de Wegener en Continental Drift (1983) de U.B. Marvin y Continenta in Co-
llision (1983) de Russell Miller.
En 1926, se celebró un simposio sobre esta teoría en mi ciudad natal de Tulsa.
Sus ponencias (la mayoría de ellas opuestas a la teoría de Wegener) se publicaron
posteriormente como libro, con una larga introducción apoyando la teoría, y un
ensayo de cieñe contrario a ella. Sir James Jeans. en su popular libro Through Space
and Time (1934), considera que la teoría de Wegener es «más interesante» que una
antigua teoría sobre la modificación continental, «aunque [la teoría de Wegener]
todavía no ha conseguido una aceptación general por parte de los científicos».
Wegener mantuvo por diversas razones -principalmente el notable acoplamiento
de la costa oeste africana con la costa este suramericana, y la similaridad de los
fósiles encontrados en ambos lados del Atlántico- que hace 200 millones de años
los dos continentes estaban unidos como si fueran una sola masa de tierra, a la
que llamó Pangaea (todo tierra). Posteriormente, esta masa se fragmentó y sus frag­
mentos flotaron como glaciares, en una base de basalto líquido y a una velocidad
de unos doce metros al año.
La conjetura de Wegener tuvo que haber llamado la atención tanto de Wilfred
como de Sadler. La oposición a esta teoría, especialmente en ios Estados Unidos,
no comenzó a aparecer hasta mediados de los años veinte. Culminó en los años
cincuenta, demasiado reciente para haber influido en los documentos de Urantia.
Fue a finales de los cincuenta cuando la evidencia cine apoyaba la tectónica de
placas proporcionó por primera vez un mecanismo plausible para explicar la de­
riva, y las opiniones favorables a esta teoría volvieron a salir a la luz.
La teorías actuales acerca de la deriva continental se alejan en gran medida tanto
de Wegener como del LU. Las placas de la corteza terrestre no fueron a la deriva
flotando en basalto líquido. Fueron separadas por una roca fundida que brotó de
las grandes profundidades, que se solidificó y empujó las placas. Se denomina «ex­
pansión del fondo oceánico», hipótesis propuesta por Robert Dietz en 1961. El mo­
vimiento de continentes es mucho más lento de lo que Wegener supuso.
Los cuatro autores urantianos también dieron mucha importancia a dos anti­
guas explosiones de supernovas. Una gigante roja situada en el centro de la ne­
bulosa del Cangrejo explotó en 1054 a.C. En los años sesenta, Rudolf Minkovvski
descubrió lo que él creyó que era la estrella madre debido a la destacada ausen­
cia de líneas de absorción en el espectro de la estrella. En 1969, se descubrió que
esa estrella es un pulsar. Incluso vibra a la luz visible, pero tan rápidamente (treinta
veces por segundo) que parece arder en una incandescencia fija. Ahora se sabe
que es una estrella neutrón cuyo colapso gravitacional produjo la supernova. Si su
vibración se hubiera mencionado en el LU, o si el LU hubiera mencionado algo

216
acerca de los púlsars, entonces los urantianos se hubieran podido jactar de ello.
Sin embargo la suposición de que una esfera madre estaba dentro de la nebulosa
del Cangrejo, todavía no identificada, era muy extraña en el momento en que los
documentos de Urantia fueron escritos.
La otra supernova mencionada en el LUes la que Tycho Brahe observó en 1572.
Los cuatro autores están impresionados por el hecho de que no fuera identificada
como una explosión de dos estrellas hasta 1952, cuando fueron descubiertos sus
remanentes. En efecto, 1952 es anterior a 1955, lo que hubiera dado a S¿tdler una
oportunidad de incluirlo en el LUÍ458). Pero aunque hubiera aparecido antes en
los documentos tampoco resultaría sorprendente.
Durante muchos años antes de 1952 los astrónomos fueron partidarios de la
teoría de que la supernova de 1572 era de Tipo I, y sospechaban que era el re­
sultado de una enana blanca que se había fusionado con una estrella normal. Esto
hizo que la masa de la enana se hinchara hasta desencadenar un rápido colapso
gravitacional. El Tipo 2 procede de una sola estrella mucho mayor que se colapsa
cuando consume lodo su combustible nuclear y se convierte en una estrella neu­
trón o en un agujero negro. Como la supernova de 1572 era de Tipo 1, mucho an­
tes de 1952, cuando los remanentes de la explosión de la nova se observaron por
primera vez, la mayoría de los astrónomos eran de la opinión de que procedían
de la fusión de dos estrellas.
Los astrónomos distinguieron entre los dos tipos de supernovas a finales de los
años treinta, y en 1941 Walter Baade demostró lo que se había sospechado antes,
es decir, que la supernova de Tycho era de Tipo I. y que probablemente fue el pro­
ducto de la explosión de una enana blanca en proximidad con otra estrella. La
creencia en que una estrella binaria estaba implicada en la supernova de 1572 era
el punto de vista aceptado de los astrónomos mucho antes de que el LUfuera pu­
blicado. Ya en 1911. en el artículo «Estrellas» en la decimoprimera edición de la
Encydopaedia Brítannica (vol. 25. pág. 786), se dan dos explicaciones para la apa­
rición de la novas: la repentina explosión de una estrella (entonces la teoría pre­
ferida) o la colisión de «dos estrellas o entre una estrella y un conglomerado de
materia meteórica o nebulosa».

l ’na de bis predicciones de más éxito del LU acerca de la futura ciencia se en­
cuentra en las páginas 378-379:

Los cuatro puntos de la brújula son universales c inherentes a la vida de Nebadón.


Todas las criaturas vivientes poseen unidades corpóreas que son sensibles y responden
a estas corrientes direccionales. Estas creaciones en forma de criaturas son dupli-

217
cadas a través del universo y los planetas individuales y. en conjunción con las fuer­
zas magnéticas de los mundos, activan las huestes de los cuerpos microscópicos en
el organismo animal de tal modo que estas células dircccionales apuntan siempre
al norte y al sur. Así pues el sentido de orientación está fijado para siempre en los
seres vivientes del universo. Este sentido no es por completo una posesión cons­
ciente de la humanidad. Estos corpúsculos se observaron por primera vez en Uran-
lia. aproximadamente en la época de esta narración.

En una época tan temprana como 1855. el biólogo ruso E. von Middenclorf ex­
puso en una ponencia su teoría de que los pájaros migradores son capaces de sen­
tir el campo magnético de la Tierra. Desde entonces la teoría ha seguido siendo
discutida, aunque ahora hay una evidencia demasiado fuerte de que los pájaros
en efecto poseen un sentido magnético.
Obsérvese que el LUdice que los «cuerpos» magnéticos fueron encontrados por
primera vez en formas vivientes en Urantia «aproximadamente en la época de esta
narración». Esto implica que la evidencia de tales cuerpos había sido reclamada
por otra persona antes de 1955, cuando el LU fue impreso.
En efecto, en 1947 la revista Life (22 de septiembre, páginas 105-108) publicó
un artículo titulado «Hovv Homing Pigeons Find Tlieir Way». Describía la investi­
gación que H.L Yeagley, un profesor de física de Pcnn State, realizó con palomas.
Yeagley sujetó minúsculos imanes a las alas de un grupo de palomas, e idénticas
piezas de metal a las alas de un grupo de control. Las palomas con los imanes se
perdieron. Las otras encontraron su camino a casa. Life incluso incluyó un dibujo
en el que se podía ver la posible localización de los «cuerpos» magnéticos en las
palomas. Mi suposición es que Sadler o alguien del Forum leyó ese artículo y lo
convirtió en la base para el párrafo citado.
En 1979, se encontraron partículas de magnetita (óxido de hierro), sensibles a
los campos magnéticos, en las cabezas de las palomas, entre su cerebro y su es­
queleto. 1íoy se sigue aceptando que las palomas utilizan el magnetismo terrestre,
entre una variedad de señales de navegación (incluyendo las «brújulas» propor­
cionadas por la posición del Sol y de las estrellas), para encontrar su camino por
la noche o en días con niebla. Sólo sigue siendo un profundo misterio cómo sus
cerebros emplean la magnetita.
A finales de los años setenta, evidencias concluyentes mostraron que ciertas bac­
terias sienten el magnetismo de la Tierra. En los años ochenta, se encontró magne­
tita no sólo en las bacterias, sino también en moluscos, mariposas, delfines y en el
abdomen de las abejas. Ahora existe una buena evidencia de un sentido magnético
en los paramecios. patelmintos, escarabajos, gusanos, serpientes, salamandras, sal­
mones, atunes, tiburones, rayas, tritones e incluso tortugas marinas. (Consúltese «I low
Tu riles Navigate», de Kennelh Lohman, en Scicntiñc American, enero 1992).

218
El LU afirma que los humanos también poseen un sentido magnético. Robin
Baker, zoólogo británico, sostiene que él ha encontrado esa evidencia. En TheMis-
leiy ofMigration (Viking 1981. páginas 241-242), relata su experimento realizado
con estudiantes que tenían los ojos vendados. Fueron conducidos a un área des­
conocida, y con los ojos todavía cubiertos les pidieron que señalaran la dirección
hacia su casa. Baker sostiene que un número estadísticamente significativo reali­
zaron con éxito el experimento, aunque fueron incapaces de explicar cómo. Cuando
llenaban cascos en los que se incluían bobinas eléctricas para producir campos
magnéticos, se sintieron confusos y señalaron aleatoriamente la dirección.
Baker ha defendido este experimento en numerosos artículos técnicos, co­
menzando con «Goal Orientation bv Blindfolded Human After Long-distance Dis-
placement: Possible Involvemenl of a Magnelic Sense», Science (vol. 210, 1980.
págs. 555-557). Su artículo más divulgativo, «We May llave an Inner Compass
Thal Point Us Tovvard Home», apareció en Psvchology Today (vol. 14, 1980, págs.
00-73). Su libro Navigation and die Sixth Sense fue publicado en Inglaterra en
1981. El reciente artículo de Baker sobre el tema. «I luman Navigation: Sun, Star,
and Magnelic Orientation by Naive Subjects». se puede encontrar en Orientation
and Navigation: Birds, Humans, and Other Animáis, editado por la Poyal Insti­
lóte of Navigation de Londres en 1993. Desconozco cómo han reaccionado ante
las afirmaciones de Baker otros zoólogos y psicólogos.
Nadie puede negar que el LU se ha marcado un tanto de suerte al extender el
sentido magnético de las palomas a otras formas de vida, aunque su aplicación a
«todas las criaturas vivientes», incluyendo a los humanos, todavía está por ver. Si
en el futuro la evidencia concluyente muestra que los humanos también poseen
este sentido, sería otro caso más de la violación en el LU de su propia norma de
no revelar hechos científicos desconocidos en el momento en que los documen­
tos se estuvieron materializando.

219
XI
La ciencia en «El Libro de Urantia»
II parte

El LU afirma (página 657) que nuestra Luna se está alejando lentamente de la


Tierra. Sólo recientemente se ha demostrado que se aleja unos 3,8 cm al año. Los
cuatro autores del folleto sobre la ciencia de LU nos dicen que los astrónomos ha­
bían creído que la Luna se estaba moviendo hacia la Tierra. ¿No es esto, pregun­
tan. otro ejemplo del conocimiento científico conocido sólo por los supermortales
en el momento en que los Documentos fueron escritos?
Los autores no habían hecho bien sus deberes. Los astrónomos modernos du­
rante décadas han sabido que la Luna se está alejando de Urantia. Sir James Jeans,
en The Universe Around Us (citado en el capítulo anterior como una posible fuente
para ciertos temas de la cosmología del LU). explica por qué los efectos de las ma­
reas pueden hacer que la Luna retroceda. Esto mismo ya había sido explicado mu­
cho tiempo atrás por el astrónomo británico George Darvvin. Finalmente, en unos
50.000 millones de años, Jeans piensa que la situación se invertirá y que la Tierra y
la Luna comenzarán a aproximarse de nuevo.
Así es como lo explica Jeans en las páginas 214-215:

De la misma forma. la fricción mareomotriz ha sido con toda probabilidad la prin­


cipal responsable de la actual configuración del sistema Tierra-Luna, alejando a la
Luna hacia su distancia actual de la Tierra y ocasionando que siempre muestre la
misma cara hacia nosotros. La fricción mareomotriz está todavía operativa. La Luna
es la responsable de la mayor parte de las mareas que se originan en los océanos
de la Tierra; éstas, ejerciendo un empuje desde abajo sobre la Tierra sólida, ralen­
tizan su velocidad de rotación, con el resultado de que el día se está alargando con-

221
tinuamente, y que continuará haciéndolo hasta que la Tierra y la Luna estén rotando
y girando en un completo unisono. Cuando ese momento llegue, si es que lo hace,
la Tierra mostrará siempre la misma cara a la Luna, de tal forma que los habitan­
tes de uno de los hemisferios de la tierra nunca verán la luna, mientras que el otro
lado estará iluminado cada noche. En ese momento la longitud del día y del mes
serán idénticos, siendo cada uno de ellos igual a '|7 de nuestros días actuales. Jef-
freys ha calculado que se llegará a este estado de cosas después de unos 50.000
millones de años.
Después de esto, la fricción mareomotriz ya no ejercerá efecto en el sentido de
alejar a la Luna de la Tierra. Id efecto conjunto de las mareas solares y lunares con­
sistir;! en ralentizar la rotación de la Tic na aún más, al mismo tiempo que la Luna re­
duce gradualmente su distancia de la Tierra. Cuando finalmente, después de un tiempo
inconcebible, se haya acercado a aproximadamente unos 19.300 kilómetros de la Tie-
na, las mareas originadas por la Tierra en el cuerpo sólido de la Luna harán pedazos
a esta última (página 234 abajo), lo que dará lugar a un sistema de diminutos satéli­
tes que girarán alrededor de la Tierra de la misma forma que los anillos de Saturno
giran alrededor de Saturno, o que los asteroides giran alrededor del Sol.

Compárense los anteriores párrafos con el siguiente fragmento del LU (657-658):

Cuando las fricciones mareomotrices de la Luna y la Tierra se igualen, la tierra siem­


pre proyectará el mismo hemisferio hacia la luna, y el día y el mes serán análogos
-con una duración aproximada de 47 días. Cuando se alcance tal estabilidad de ór­
bitas, las fricciones mareomotrices entrarán en acción inversa; ya no impulsarán la
Luna para que se aleje más de la Tierra sino que acercarán paulatinamente este sa­
télite al planeta. Luego, en aquel futuro lejano, cuando la Luna se acerque basta
unos diez y siete mil seiscientos kilómetros de la Tierra la acción de gravedad de
ésta, hará que la Luna se fracture y esta explosión ocasionada por la gravedad ma­
reomotriz la hará añicos convirtiéndola en pequeñas partículas, que tal vez se arre­
molinen en tomo al mundo a manera de anillos de materia, semejantes a los de Sa­
turno. o bien, sean atraídos paulatinamente a la Tierra como meteoros.

¿Qué conjetura es la más plausible? ¿Que los seres celestiales hayan leído el li­
bro de Jeans y hayan resumido su relato del futuro de la Luna, o que Sadler (o al­
gún otro ser humano) lo haya leído y resumido? Ésta es exactamente la misma
clase de copia parcial de otros libros practicada por Hilen White. Obsérvese el cam­
bio menor de los 19.300 kilómetros de Jeans a los 17.700. Creo que el copista rea-
lizó este cambio en un intento inútil de ocultar su fuente. Jeans continúa diciendo,
en su siguiente párrafo, que la historia del sistema Tierra-Luna sugiere una edad
de la Tierra y de la Luna de aproximadamente 4.000 millones de años. Como el

222
sistema solar había comenzado a formarse antes, calcula una edad del sistema so­
lar que es muy cercana a los 4.!500.000.000 de años dados en el LU (655).
Existen teorías conflictivas acerca del origen de los asteroides que giran alre­
dedor del Sol en órbitas entre Júpiter y Marte. El LU (657-658) defiende la teoría
de que resultaron de la fractura de un planeta que entró en lo que los astróno­
mos llaman el límite Roche de la intensa gravedad de Júpiter. Los anillos de Sa­
turno se explican de forma similar, como una fractura de una de las lunas de Sa­
turno que giró dentro del límite Roche de Saturno.
Creo que esos pasajes del LU también estaban basados en Tlic Universo Around
Us de Jeans. Si se contrastan las páginas 233 a la 237. se podrá comprobar que
la disposición de las frases es demasiado similar a la del LU para ser una coinci­
dencia. Jeans escribe que la fractura de un cuerpo tiene lugar «cuando el radio de
su órbita» sea menos de «2,45 veces el radio del cuerpo mayor». El LU (658) afirma
que la fractura ocurre «cuando el radio de su órbita se vuelva menos de dos ve­
ces y media en comparación con el radio del cuerpo mayor». La fractura de nues­
tra Luna, nos dice el LU (página 658), producirá «anillos de materia, semejantes a
los de Saturno». Jeans predijo que la fractura de la Luna dejará a la Tierra «rodea­
da por anillos como los de Saturno».
El LUÍ561) habla de la atmósfera de la Tierra como a medio camino en den­
sidad entre Marte y Venus. El motivo de por qué los cuatro autores lo consideran
sumamente profético me deja asombrado. I lace tiempo que la observación teles­
cópica de los dos planetas ha mostrado a Venus totalmente cubierta de nubes den­
sas. y a Marte con una atmósfera demasiado fina para poder ser visible. Es cierto
que nadie antes de 1955 había medido previamente la densidad de las dos at­
mósferas. Si el LU hubiera proporcionado esos datos, en particular la evidencia de
que la atmósfera de Venus era extremadamente más densa de lo que anteriormente
se había sospechado, hubiera merecido la pena mencionarlo. Simplemente declarar
que la atmósfera de Venus es más densa que la de la Tierra era un comentario
muy común hace un siglo.
A los autores del LU les gusta dar grandes y precisas cifras para hechos que no
se pueden confirmar, como la velocidad a la que los ángeles pueden viajar o el
número de mundos inhabitados, pero cuando se llega a datos no merecidos que
con bastante probabilidad se podían conocer en el futuro próximo, como la den­
sidad de la atmósfera de Venus, los documentos pennanecen en silencio.
Afirmar, por ejemplo, que hay todavía tres planetas sin observar fuera de la ór­
bita de Plutón es una declaración en cierto modo segura porque es difícil demostrar
con rotundidad que no existan tales planetas. Su existencia es, por supuesto, un
conocimiento no descubierto. ¿Por qué, entonces, los seres celestiales se abstuvieron
de revelar los tamaños y la distancia con respecto al Sol de esos planetas? Para
los escépticos, todo indica que los autores humanos de los documentos estaban

223
simplemente elucubrando sobre la existencia de esos tres planetas, pero que no
pretendían en absoluto proporcionar datos que pudieran resultar falsos si alguna
vez se encontraran tales planetas, U>s urantianos, por supuesto, pueden argumentar
que dar esos dalos podría ser una prueba positiva de que los documentos proce­
den de los supermortales, y que de esta forma se podría llegar a considerar el LU
como un «fetiche».
El LU explica (464) que el carbón desempeña un importante papel en la reac­
ción nuclear que comienza convirtiendo hidrógeno en helio, liberando por tanto
grandes cantidades de energía. No resulta en absoluto sorprendente que esta afir­
mación aparezca en el LU (como los cuatro autores parecen pensar) porque I íans
Bethe -los mismos autores nos lo dicen- comunicó en 1938 que el carbón de­
sempeña un papel catalizador en las reacciones nucleares del Sol. Los autores es­
tán asumiendo, por supuesto, que los documentos de Urantia se terminaron en
1934 y que nunca se volvieron a revisar.
Tampoco resulta sorprendente que el LU (473) hable de un bajo grado de ca­
lor que impregna nuestro universo. Que el espacio no puede ser un cero absoluto
ya era obvio mucho antes de que el LU fuera publicado, porque están flotando allí
demasiados átomos, producidos una gran cantidad de ellos por explosiones de no­
vas. En efecto, se sabía entonces que todos los metales pesados, incluyendo el cal­
cio {LU 461-462), procedían de las estrellas. El único descubrimiento después de
1955 fue lo elevado que era ese calor. Fue entonces cuando se detectó la radia­
ción dejada por el big bang -un bang que (como hemos visto) no reconoce el LU.
Si el LU hubiera mencionado la temperatura exacta de esta radiación de microon­
das, en efecto hubiera sido algo sorprendente. Pero afirmar que el espacio no tiene
el cero absoluto era exponer algo obvio.
Igualmente vaga es la aserción del LU (463) de que el Sol emite rayos X. Tales
rayos procedentes del Sol fueron detectados a finales de los años treinta, y medi­
dos con exactitud en 1949, seis años antes de que el LU fuera publicado. En The
Universo Around Us (capítulo 5) Jeans dedica varias páginas a la radiación de ra­
yos X procedente de todas las estrellas. «Una estrella no es otra cosa que un gi­
gantesco aparato de rayos X... la velocidad en la que se generan rayos X es sólo la
velocidad en la que están radiando energía en el espacio.»
Como he explicado en el capítulo anterior, la teoría de que las estrellas masi­
vas pueden ser negras ya se había reconocido desde hacía tiempo. Los astróno­
mos las llamaban cuerpos oscuros, y así lo hace el LU en varios lugares. Los cua-
tro autores hacen lo que pueden para intentan demostrar que esos comentarios
son una anticipación de los agujeros negros. Por ejemplo, el LU(655) describe que
el sistema estelar de Angona contenía «un gigante oscuro del espacio sólido, alta­
mente cargado, y poseedor de una tremenda atracción de gravedad». Los cuatro
autores comentan: «Esta descripción concuerda con las teorías más recientes so-

224
bre los agujeros negros». Como he mencionado antes, es mucho más probable que
quien fuera el que escribiera sobre un cuerpo oscuro en Angona estuviera sim­
plemente pensando en una estrella masiva ya apagada que no emitía ninguna luz.
Cuando leí por primera vez el folleto sobre la ciencia en el LU, la sección que
más me sorprendió tenía que ver con las fechas exactas de una famosa conjun­
ción triple de Saturno y Júpiter. Esto ocurrió el 7 a.C. en la constelación de Piscis
(el Pez). El LU (1.352) dice que esa conjunción tuvo la apariencia de una sola es­
trella que dio lugar a la leyenda de la Estrella de Belén, contada sólo en el Evan­
gelio de Mateo. Fue esta «estrella» la que guió a los tres Reyes Magos hacia el lu­
gar donde Jesús había nacido.
Por lo visto Kepler fue el primero en sugerir una teoría de la conjunción. Desa­
fortunadamente, los dos planetas nunca estuvieron lo suficientemente próximos para
aparecer como una sola estrella. (Una conjunción mucho más próxima de los mis­
mos planetas tuvo lugar el (5(5 a.C.) Es más, la triple conjunción ocurrió en unos po­
cos dias. mientras que a los Magos les llevó varias semanas finalizar su viaje. Kepler
finalmente decidió que la estrella tuvo que haber sido una nueva, especialmente cre­
ada por Dios para guiar a los Magos. Esta ha sido la opinión de san Agustín, así
como de la mayoría de los teólogos de los últimos siglos.
La principal objeción a la idea de que la estrella era una conjunción de plane­
tas es el hecho de que tal «estrella» tendría que salir y ponerse igual que el Sol, la
Luna, las estrellas y los planetas, mientras que la Biblia claramente la describe per­
sistiendo en el cielo y moviéndose uniformemente en dirección a Belén. Los ad­
ventistas del Séptimo Día adoptan el sistema mucho más sensible tomado de la
señora White. «No era una estrella o un planeta fijo», escribe en el capítulo 6 de
su vida de Jesús. «Era una compañía lejana de ángeles brillantes.»
Esta suposición de la triple conjunción era muy popular entre algunos profe­
sores alemanes del siglo xix, sobre todo el astrónomo Christian Ludwig Idcler (que
murió en 1846), y Kart Georg Wieleler (que murió en 1843) en su tratado de cro­
nología bíblica.
Un contendiente de la Estrella de Belén es una conjunción de Júpiter y Venus
que ocurrió el 17 de junio del 2 a.C. Está próxima a la fecha tradicional dada para
el nacimiento de Jesús, pero descartada en relación con la fecha de nacimiento
que aparece en el LU del 21 de agosto del 7 a.C. Los dos planetas estuvieron más
cerca (sus discos incluso se pudieron haber solapado) que la conjunción Júpiter-
Saturno defendida por el LU. Consúltese «Star of Bethlehem», escrito por James
DeYoung y James I lilton, n Sky and Telescope (abril 1973), págs. 357-358; y Ro-
ger Sinnott, «Computing (he Star of Bethlehem», Sky and Telescope (diciembre
1986). págs. 632-635.
Otro contendiente para la estrella es una explosión de supernovas ocurrida
en la primavera del 5 a.C. en la constelación de Capricornio. Esta posibilidad

225
fue defendida en una ponencia por el famosos astrónomo británico David 11. Clark
aparecida en la revista The Quarterly Journal o í the Astronómica! Society (di­
ciembre 1977).
Las tres conjunciones de Saturno y Júpiter del 7 a.C. fueron causadas por el
giro de sus órbitas tal como fue visto desde la tierra. Los cuatro autores del do­
cumento sobre la ciencia en el LU nos dicen que a comienzos de los años sesenta
las fechas de estas triples conjunciones fueron calculadas como 27 de mayo. 6 de
octubre y 5 de diciembre. Sin embargo, el LU da las fechas de 29 de mayo, 29 de
septiembre y 5 de diciembre. No fue hasta 1976, 21 años después de la publica­
ción del LU, cuando se realizó una comprobación más minuciosa utilizando un
programa informático en el Jet Propulsión Laboratory de California.
El programa demostró que las fechas habían sido en realidad el 29 de mayo,
30 de septiembre y 5 de diciembre -fechas que difieren de las del LU sólo en un
día en septiembre. Estas fechas corregidas no fueron publicadas hasta 1986. ¿Cómo,
preguntan los autores, podía el LU haber estado tan certero en estas fechas si no
hubiera sido escrito por los seres celestiales?
Aquí de nuevo, los cuatro autores fueron muy descuidados en su investigación.
Cuando el LU fue publicado, lodos los astrónomos creían que las fechas eran el
29 de mayo, 1 de octubre y 5 de diciembre. Kepler había intentado calcular esas
fechas pero se había equivocado considerablemente. En 1856 el astrónomo britá­
nico Charles Pritchard realizó un cálculo minucioso y dio las fechas anteriormente
citadas. Están mencionadas en el Dictionary o f the Biblcdc William Smith, segunda
edición, vol. 1, Londres 1893. También aparecen en un libro que Sadler pudo muy
bien haber consultado, The Life of Our Lord Upon the Earth Considered in its
Uistorical. Chronological and Geographical Relations (Scribner’s 1891, ed. revisada
1906, págs. 7-10), escrito por Samuel J. Andrews,
En 1949, seis años antes de que fuera publicado el LU, el conocido astrónomo
americano Roy K. Marshall escribió un folleto titulado The Star o f Bethlehem, pu­
blicado por el Morehead Planetarium de la Universidad de Carolina del Norte, Cha-
pel Mili. Tuvo muchas reimpresiones, y se vendió en todos los planetarios de la na­
ción, incluyendo el Adler Planetarium de Chicago, que vendió el folleto durante
su espectáculo anual de Navidad dedicado a la estrella. Marshall menciona las mis­
mas fechas de conjunción que Pritchard había calculado, excepto en que la última
fecha sería el 4 de diciembre en lugar del 5 de diciembre. Varias páginas del fo­
lleto están dedicadas a la cronología del Nuevo Testamento, y menciona como la
probable fecha del nacimiento de Jesús la primavera del 6 o 7 a.C. (la fecha del
L ile s el 21 de agosto del 7 a.C.). y las fechas de la última cena, crucifixión y re­
surrección como (respectivamente) el jueves 6 de abril del 20 d.C.; el miércoles 7
de abril y el domingo 9 de abril. Éstas son las mismas fechas que las citadas por
Andrews (pág. 649) y por el LU.

226
Marshall señala, como lo hizo Pritchard, que en ningún momento durante las
tres conjunciones Júpiter y Saturno se acercaron más de la distancia de dos diá-
metros de la Luna, tal como se ve en el cielo. Para citar a Pritchard: «Incluso con
el extraño postulado de que para alguien con ojos enfermos los planetas hubie­
ran podido parecer como una estrella, porque nunca se aproximaron entre ellos
más que el doble del diámetro observable de la Luna» (Andrews, pág. 8). «Sólo un
par de ojos sumamente débiles pueden haberlos fundido», explicó Marshall. Lo que
va en contra de la suposición de que la triple conjunción de Saturno-Júpiter era
la base de la leyenda de la Estrella de Belén. También va en contra de la credibi­
lidad del LU.
The Chrístmas Star (1987), libro escrito por el astrónomo John Mosley, publi­
cado por el Griffith Laboratory, en Los Ángeles, incluye un capítulo cuyo título es
«What Was the Star?». Entre las diversas teorías sobre la fecha de la conjunción,
opta por el 17 de junio del 2 a.C., fecha en la que Venus pasó tan cerca de Júpi­
ter que los dos planetas se hubieran podido ver como una sola estrella. El libro
adjunta una bibliografía con las 22 referencias anteriores a la estrella. Para el LU
Jesús nació el mediodía del 21 de agosto del año 7 a.C. Mosley aporta pruebas de
que Jesús no habría podido nacer antes del 4 a.C., y que probablemente nació el
3 o el 2 a.C.
La mayoría de los actuales estudiosos del Nuevo Testamento, y yo estoy de
acuerdo con ellos, consideran que la Estrella de Belén no es más que un mito pin­
toresco ideado por los primeros cristianos, probablemente para relacionar el naci­
miento de Jesús con la profecía de Números 24:17: «La veo, pero no ahora; la con­
templo, pero no de cerca; álzase de Jacob una estrella, surge de Israel un cetro».
Permítaseme añadir que veo con malos ojos el intento de explicar las grandes
historias milagrosas de la Biblia buscando causas naturales -u n a técnica que Im-
manuel Velikovsky llevó hasta extremos ridículos. Es mejor aceptar el significado
claramente pretendido de los mitos de que son fenómenos creados por Dios. Con
respecto a la estrella, lo mejor es exclamar con el antiguo villancico de Navidad:

O star of wonder, star of night,


Star with royal beauty bright,
Westward Icading. still proceeding,
Cuide us to thy perfect light.

[Oh estrella de maravilla, estrella de la noche,


Estrella con regia belleza resplandeciente,
Que te diriges hacia el oeste, y sigues avanzando,
Guíanos hacia tu perfecta luz.]

227
En la página 988 del LUse nos dice que un chamán indio shawnee predijo un
eclipse solar en 1808. La fecha es errónea porque no hubo ningún eclipse en 1808.
Un eclipse total ocurrió el 16 de junio de 1806, que se observó perfectamente en
Nueva Inglaterra. El eclipse total fue visible en las ciudades del norte de los Esta­
dos Unidos. Otro eclipse total de sol tuvo lugar el 29 de noviembre de 1807, pero
fue visible sólo en Africa.
Tenskwatawa, popularmente llamado «El Profeta», era el hermano gemelo, ciego
de un ojo, del famoso jefe indio shvvanee Tecumseh. El Profeta, que afirmaba po­
seer poderes psíquicos, y ser un agente en la tierra del Gran Espíritu, supo de la
llegada del eclipse por los astrónomos que habían acudido al área de Ohio para
hacer fotografías, y habían difundido la noticia del eclipse. Justo antes de que ocu­
rriera, Tenskwatawa reunió a sus ignorantes y supersticiosos seguidores en Greenville,
Ohio, y simuló utilizar sus poderes psíquicos para tapar el sol. Naturalmente, luego
empleó la misma magia para hacer regresar el sol de nuevo. Su audiencia india
estaba convenientemente atemorizada. En el libro de Benjamín Drake The Life oí
Tecumseh and of ¡lis Brother the Prophet (1841), se pueden conocer más datos
de esta historia. Drake menciona el año correcto del eclipse, de manera que o Mel-
quisedec de Nebadón se descuidó en su investigación, o alguien de la comisión
de contacto cometió un error al copiar el dato.
Dick Bain, en la edición de verano/otoño de 1994 de su publicación Cosmic
Reficctions, llama la atención sobre un error que aparece en las páginas 460-461
del LU En la sección sobre la radiación solar, los autores se refieren a los rayos
del Sol como «electrones altamente recalentados y agitados». La radiación solar
consta de fotones, no de electrones. Gomo Bain señala, el Sol emite partículas que
incluyen electrones, pero su radiación comprende sólo fotones, y son los fotones
de la porción infrarroja del espectro solar los que generan el calor del Sol. «Es ex­
traño -comenta Bain- que los autores no hayan usado el término ‘fotón’, ya que
los documentos fueron recibidos a mediados de los años treinta, y la palabra 'fo­
tón' se usó por primera vez alrededor de 1926.» Se pregunta si el error fue come­
tido a propósito; es decir, otra de las «bombas de relojería» del LU.
Aunque no está en el folleto sobre la ciencia en el LU, uno de sus autores,
Malí Neibaur, en una carta, llamó mi atención sobre un texto del LU (170) en el
que se habla de múltiples anillos concéntricos que rodean a un sol central. Los
astrónomos los conocen como nebulosas planetarias o nebulosas en anillo. Nei­
baur tenía la impresión de que todas las nebulosas planetarias sólo tenían un
anillo. Me envió un artículo reciente de Sky and Telescope que mostraba una
imagen de una nebulosa con tres anillos. ¿No era acaso un ejemplo de que el
LU se había anticipado a ese nuevo descubrimiento? No, porque tales nebulo­
sas con dos o tres anillos, aunque raras, ya eran bien conocidas mucho antes de
que el LU fuera publicado. Los anillos, por cierto, son nubes de gas en expan­

228
sión. Parecen anillos desde nuestros telescopios debido a que su luminosidad es
mayor en los bordes de las masas que en sus centros.
El LU, como he mencionado antes, asigna a la Tierra una edad de 4.500.000.000
de años. Para los cuatro autores es una anticipación de las recientes estimaciones
que mencionan la misma edad. No he encontrado esta ciña específica en los pri­
meros libros de astronomía, aunque una estimación de 4.000 millones de años
era bastante común. He comentado antes que Jeans menciona esa cifra, basán­
dose en los cambios de la órbita de la Luna. La misma cifra se puede encontrar
en la decimocuarta edición (1929) de la Encydopaedia Britannica. George Gamovv,
en Biography o f Lhe Earth (1941), calcula a la Tiena una edad de unos 5.000 mi­
llones de años, como indican las mediciones de la radiación de las rocas antiguas.
No me sorprendería encontrar una estimación de 4.500 millones de años en al­
gunos textos de astronomía anteriores a 1955, y estaría muy agradecido si algún
lector pudiera localizar algún ejemplo. O también pudiera ser que el autor humano
del LU, encontrándose con las estimaciones de 4.000 y 5.000 millones, se quedara
con 4.500.
A propósito, la datación del LU de las diversas edades geológicas de la historia
de la Tierra sigue muy de cerca la datación ofrecida por los manuales más popu­
lares del momento. Los métodos modernos de datación de las rocas han modifi­
cado considerablemente esas fechas. Los fundamentalistas urantianos son muy afi­
cionados a resaltar el grado de inexactitud de las modernas técnicas de datación,
y confían en que las fechas del LU algún día puedan ser justificadas. Me sorprende
que sigan esperando, ya que el LU afirma con toda claridad que su ciencia será
rápidamente modificada, y además a los supermortales no le fue permitido pro­
pagar el conocimiento no merecido.
El Portador de Vida de Nebadón. asignado a Urantia, en su descripción del pe­
riodo cambriano (Documento 59, página 674), comete un visible error. Hace con­
temporáneos a crustáceos como gambas, cangrejos y langostas con los trilobites,
cuando en realidad los crustáceos no aparecieron en Urantia hasta mucho tiempo
después. Unos pocos urantianos han intentado justificar este error garrafal expli­
cando que es una errata de imprenta. El Portador de Vida, sugieren, escribió ori­
ginalmente «los ancestros de los crustáceos». Es mucho más probable que el au­
tor del documento realizara alguna copia descuidada de algún libro sobre geología
histórica.

Ahora vayamos del vasto universo al increíblemente pequeño. Muchas páginas


del LU están dedicadas a una teoría de partículas que es una completa fanta­
sía. Si algún día resultara ser correcta, o incluso parcialmente correcta, sería un

229
monumental ejemplo de la clase de ciencia no merecida que los reveladores te­
nían prohibido incluir en el libro.19El núcleo de la teoría de partículas del LU, así
como el núcleo de toda materia, es una partícula última llamada «ultimatón». El
atomismo, la perspectiva científica que considera que la materia está compuesta
de partículas invisibles, nos lleva hasta Demócrito. Sin embargo, los «átomos» de
los antiguos atomistas griegos variaban en formas y tamaños. Lo mismo se puede
decir en el caso de las partículas de Newton. Leibniz, el gran rival alemán de Nevv-
ton. fue el primer pensador importante en postular una partícula sencilla y ele­
mental, aunque la noción ya había sido sugerida antes por Bruno y otros científi­
cos. Las partículas de Leibniz, que él llamó mónadas, eran unidades metafísicas
no materiales, carentes de tamaño, forma, posición o movimiento.
A comienzos del siglo xvm, el filósofo italiano G.B. Vico propuso que la ma­
teria estaba constituida de partículas de forma apuntada, y muchos otros inves­
tigadores defendieron posteriormente puntos de vista similares. (Para una exce­
lente historia de este tema, consúltese el libro Essay on Atomism, de Lancelot
Whyte, publicado en 1971.) Sin embargo, no fue hasta 1785 cuando el científico
y jesuíta suizo R. J. Boscovitch desarrolló una detallada teoría formal sobre las
partículas elementales, todas ellas idénticas. (Dedico un capítulo a la ingeniosa
e influyente teoría de Boscovitch en mi obra New Ambiclextrous Universo. [Ed.
en español, El universo ambidextro. RBA, Barcelona, 1994.]) Otros científicos pos­
teriores a Boscovitch formularon inteligentes teorías a partir de argumentacio­
nes similares. Cuando Sadler afirmó en 1958 en su respuesta a las críticas que
nunca había oído el concepto de ultimatón hasta que lo leyó en los documen­
tos de Urantia, obviamente no se había molestado en rebuscar en la historia del
atomismo.
En la actualidad, la materia parece estar formada por dos clases de partículas
elementales, los quarks y los leptones, con seis clases diferentes cada una de ellas,
sin contar con sus formas antipartícula. Tanto los quarks como los leptones son
puntiagudos, sin ninguna estructura interior conocida. Es ciertamente posible que
en algún momento del futuro los físicos sean capaces de descubrir una partícula

19. Cuando le pregunté a Dick Bain sobre esto, me dejó atónito con la siguiente racionalización. En caso
de que resultara que la teoría de los ultimatones fuera falsa, ¡los autores del LU no habrán proporcio­
nado conocimiento no merecido y por tanto no habrán violado la orden que se les dio! El ultimatón
debe ser lo que Bain califica como «una bomba de relojería», deliberadamente incluida en el LU para
evitar que los lectores consideren la obra un fetiche. Afirma que si se demuestra algún día que el elec­
trón está formado, por ejemplo, de doce partículas más pequeñas, ¡esta bomba de relojería detonará!

230
más elemental que forme los leptones y los quarks, aunque de momento no hay
ningún signo de datos empíricos que soporte una conjetura similar. Si los revela­
dores se hubieran contentado con introducir el concepto de una nueva partícula,
desconocida para nuestros físicos, habrían pisado terreno seguro, y quizá habrían
anticipado alguna física no merecida. Desafortunadamente, desarrollaron con de­
talle una teoría de ultimatones que ningún físico de partículas puede considerar
como otra cosa sino como un completo absurdo.
La absurda pretensión del LU es que cada electrón (el electrón es un leptón)
consta exactamente de 100 ultimatones. No giran alrededor del centro del elec­
trón. de la misma forma que los electrones giran alrededor del núcleo de un átomo.
Por el contrario, se «amontonan» dentro del electrón, rotando cada uno en un eje
que puede apuntar a cualquier dirección. El núcleo de cada ultimatón reside en
la Isla del Paraíso, sin tiempo y sin espacio, donde está sujeto a la «tracción de la
gravedad circular del Paraíso». Si se desean saber más detalles sobre esta teoría
de locos, consúltese las páginas 474-479 del LU.
Según los cuatro autores, uno de los supuestos éxitos del LU es su reivindica­
ción {LU479) de que una partícula llamada mesotrón sirve como portador de ener­
gía entre neutrones y protones dentro del núcleo de un átomo. Para mí esta de­
claración constituye una clara evidencia de que Sadler manipuló los documentos
del LU después de 1934 y antes de 1955. La referencia al mesotrón es bastante
sorprendente. Fue en 1935 cuando el físico japonés Hidekai Yukawa conjeturó que
tenía que existir una partícula de esas características. Como su masa debía en­
contrarse entre la del protón y la del electrón, llamó a su partícula «mesón», que
significa «mitad». Algunos físicos prefirieron denominarla mesotrón. Dos años des­
pués, en 1937, el mesón fue finalmente observado. Se estimada que su masa era
200 veces la del electrón, cifra cercana a la dada por el LU, de ciento ochenta.
¿Un golpe profético? En absoluto. En las últimas mediciones el mesotrón es 250
veces más masivo que el electrón. Es uno más de entre una variedad de mesones
y que ahora se llama «más pión» o «pi-pión». La partícula es un estado ligado de
un quark y un antiquark. El LU le podía haber llamado cornetamente «energía
aún no descubierta» cuando el documento que trata de él fue escrito por primera
vez, pero por ese entonces todos los físicos confiaban en que se iba a poder ob­
servar muy pronto. Cualquier lector de libros de ciencia y de revistas de divulga­
ción ya lo sabía. De nuevo, los cuatro autores tratan la referencia del LU como pro-
fética sólo porque creen que no se añadió nada a los documentos después de 1934.
Que el LU mencione las partículas no cargadas emitidas por los átomos en «la
desintegración mesotrónica» (LU 479) es otro ejemplo de algo muy conocido an­
tes de 1955. Ya en 1930, Wolfgang Pauli propuso una partícula similar. Enrico Fermi
la llamó neutrino. o pequeño neutrón. Todos los físicos estaban esperando que los
neutrinos se detectaran muy pronto, lo que en efecto sucedió en 1953.

231
Al describir el interior del átomo (LU 477), los reveladores se basaron en el pri­
mer modelo del átomo de Niels Bohr, anterior a los años veinte, según el cual los
electrones eran considerados no como ondas sino como pequeñas esferas girando
alrededor del núcleo, de una forma similar a como los planetas giran alrededor
del Sol.

Dentro del átomo, los electrones giran alrededor del protón central en un espacio
comparativamente semejante al de los planetas que giran alrededor del Sol en el
espacio del sistema solar. Existe la misma distancia relativa, en comparación con el
tamaño real, entre el núcleo atómico y el circuito electrónico interior que entre el
planeta interior. Mercurio, y vuestro Sol.

El modelo planetario del átomo lo había propuesto Bohr aproximadamente en


las mismas fechas en las que Wilfred comenzó el canalismo, pero después del sur­
gimiento de la mecánica cuántica en los años veinte, pronto se volvió obsoleto.
¿Por qué Sadler no lo eliminó del LU? Porque los miembros del Forum ya lo ha­
bían leído en los documentos, y no se podía arriesgar a suprimirlo. Obsérvese que
en el pasaje anterior el núcleo se llama «protón central». Sólo el núcleo del hidrógeno
es un protón. En todos los átomos mayores sus núcleos consisten en más de un
protón, y generalmente son una combinación de protones y neutrones.
Los supenuortales afirman categóricamente (LU477-478) que 100 es el número
máximo de electrones que pueden seguir una órbita en el núcleo de un átomo.
¿Por qué 100? ¡Porque «los universos locales son de construcción decimal»! Es im­
posible, dice el LU, que el número de electrones en un átomo exceda de cien. Si
se añade un electrón 101, el elemento se desintegra instantáneamente.
Por tanto, 100 era una buena conjetura en los años cincuenta porque el fermio,
que tiene exactamente 100 electrones, fue descubierto en 1955. Desafortunadamente,
en 1955, el año en que el LU fue impreso, se encontró el mendelevio, con 101 elec­
trones. Desde entonces los químicos han creado elementos que tienen desde 102
hasta 111 electrones. (Los dos últimos fueron creados en Alemania en 1994.) «En
Orvontón -dice el LU (478)- no ha sido nunca posible reunir naturalmente más
de cien electrones orbitales en un sistema atómico.» Con toda seguridad los seres
celestiales eran perfectamente conscientes de que estaban haciendo una afirma­
ción falsa, pero se basaron en la importancia numerológica de un múltiplo de diez.
Tampoco se puede argumentar que todos los elementos con números atómi­
cos superiores a 100 tienen una vida extremadamente corta y que, por tanto, no
son verdaderos elementos, porque algunos elementos con números atómicos in­
feriores a 100 también tienen vidas más cortas que otros superiores a cien. Dick
Bain lo considera otra «bomba de relojería» incluida deliberadamente en el LU para
evitar que los fundamentalistas consideren el libro como un fetiche.

232
La antropología del LUestá menos inspirada que su ciencia física. Ya he hablado
(en el capítulo 1) de su extravagante historia de las razas. Ahora voy a comentar
brevemente los fósiles humanos, sobre todo porque se citan en el folleto sobre la
ciencia en el LU como otro ejemplo de intuición profética. Los cuatro autores sa­
len al paso argumentando que, aunque el LU menciona diversos fósiles humanos
(Documentos 61-63), no hace ninguna referencia al hombre de Piltdown. Como
ahora se sabe que el hombre de Piltdown es un fraude, ¿no es ésta una prueba
concluyente de que los reveladores sabían algo que los científicos desconocían hasta
hace recientemente poco tiempo?
Consideremos los hechos. Inmediatamente después del anuncio en 1912 del
descubrimiento de un fragmento de cráneo y de una mandíbula que se cono­
cieron como los restos del hombre de Piltdown (llamado así por haberse en­
contrado en la localidad inglesa de ese nombre), los científicos comenzaron a
cuestionarse si ambos fragmentos pertenecían al mismo individuo. En 1913, Wi-
lliam Gregory, del American Museum of Natural History, escribió: «Se ha sospe­
chado desde hace tiempo que geológicamente estos fragmentos no son tan an­
tiguos: puede ser un fraude deliberado, por ejemplo, el cráneo de un negro o
australiano y la mandíbula rota de un mono, artificialmente fosilizados y ocul­
tos en un lecho de grava para engañar a los científicos». Comentarios semejan­
tes fueron expresados al mismo tiempo por el anatomista David Waterson. el zo-
ólogo Gerrit Miller, y por muchos otros más. El adventista del Séptimo Día George
McCready Price, en su voluminoso manual The New Geology (1923), se rió de
los fragmentos de Piltdown.
En el momento en que fueron escritos los documentos de Urantia, casi todos
los geólogos y antropólogos consideraban que el hombre de Piltdown era un fraude.
En 1951, varios científicos demostraron finalmente que el fragmento de cráneo ha­
bía sido artificialmente envejecido y que la dentadura de un orangután se había
limado para darle una apariencia más humana. Uno de los científicos, J.S. Weiner,
escribió un libro sobre este asunto, The Piltdown Forgery (1955). El fraude fue re­
velado en la revista Time, del 30 de noviembre de 1953, en un artículo que es muy
probable que Sadler no dejara pasar por alto. A partir de 1951. la única cuestión
que quedaba sin resolver era quién había perpetrado el engaño, cuestión todavía
no resuelta aunque hay varios sospechosos. Por tanto, no hay ningún misterio con
relación a por qué el hombre de Piltdown no está catalogado en el LU como un
auténtico fósil.
Una parte del libro escrito por los cuatro urantianos es incuestionablemente
correcta. Matt Neibaur, empleando un programa informático para contrastar más
de un centenar de datos en los documentos de Jesús, con el objetivo de verifi­
car si los días de la semana que aparecen en esa sección eran exactos, encon­
tró que todos ellos lo eran. Guando el folleto fue escrito, sólo habían podido com­

233
probar unas pocas fechas, pero desde entonces Neibaur ha comprobado todas
ellas sin encontrar un solo error. ¿Y esto que nos demuestra? Solamente que al­
guien -Sadler y Wilfred son los primeros sospechosos- fue muy cuidadoso a la
hora de verificar esos datos para asegurarse de que los días de la semana eran
correctos.
No es necesario un programa de ordenador para hacerlo. Las fórmulas para cal­
cular los días de la semana se han conocido desde hace mucho tiempo. b)s lec­
tores podrán encontrar una de ellas en la famosa decimoprimera edición de la Ency-
clopaedia Brítannica, en el artículo «Calendario». En efecto incluso es muy fácil
realizar estos cálculos de cabeza, tal como lo explico en el capítulo «Tficks on Light-
ning Calculators» (Tímeos de los calculistas ultrarrápidos), de mi libro Mathemati-
cal Camival (Ed. en español, Carnaval matemático, Alianza Editorial. Madrid, 1980).
Habría sido fácil, aunque tedioso, para Sadler o Wilfred o cualquier otro asegu­
rarse de que todos los días de la semana estuvieran correctamente asignados a
los acontecimientos de la vida de Jesús. Sadler pudo haber proporcionado las fe­
chas de los meses, creyéndose a sí mismo autorizado a hacerlo por los Seres In­
termedios, o podrían haber provenido del inconsciente de Wilfred, añadiendo poste­
riormente los días de la semana en los documentos. Wilfred, hay que recordar, era
un experto contable que incluso pudo haber encontrado divertido la tarea de ve­
rificar fechas.
El doctor Ken T. Glasziou, de Maleny, Australia, publicó en 1989 un librito ti­
tulado Science and Religión: The New Age Beyond 2000 A.D. Afirma que en efecto
«se puede reconocer que parte de su ciencia (del Lli) es una cita prácticamente
literal de diversos documentos de esa época, lo que significa que algunos de los
autores de los documentos obedecieron el mandato al pie de la letra». Por «man­
dato» quiere decir que tenían prohibido difundir conocimiento no merecido, pero
que eran libres de utilizar la ciencia que estaba a su alcance en ese momento, aun­
que fuera errónea. Por otro lado, continúa Glasziou, a los reveladores se les per­
mitió proporcionar algún material genuinamente profético.
Glasziou está particularmente impresionado por el descubrimiento de Neibaur
del día exacto de la semana en que ocurrió la crucifixión de Jesús:

Si hechos como los que se acaban de citar son insuficientes para convencer a los
lectores potenciales del Libro de URAXTIA de considerar seriamente su autentici­
dad. permítanme añadir algún material adicional que fue descubierto por el doctor
Neibaur. uno de mis amigos de mente más científica, durante su primera explora­
ción de este libro. Al relatar la historia de la vida de Jesús, el Libro menciona tanto
el día de la semana como la fecha actual en la que muchos acontecimientos ocu­
rrieron. Por ejemplo, afirma que la fecha de la crucifixión de Jesús fue el viernes 7
de abril del 30 d.C.

234
El doctor Neibaur reflexionó sobre cómo, en 1955, se podía saber que el 7 de
abril era un viernes de un día de hace casi 2.000 años. Tal tarea debería haber sido
prácticamente imposible en 1955 cuando los ordenadores y los programas infor­
máticos que podrían haber realizado el cálculo no estaban disponibles.

En realidad, el día tle la semana del 7 de abril en que tuvo lugar la crucifixión
fue calculado un siglo antes de que el LU fuera publicado. Este es un pasaje pro­
cedente del libro de Roy Marshall sobre la Estrella de Belén, que cité antes como
un trabajo que Sadler pudo muy bien haber consultado:

Victorius descubrió que, si multiplicamos el período de 28 años de los domingos


por el ciclo de 19 años de las fases de la Luna descubierto por el ingeniero griego
Metón, aproximadamente en el 433 a.C., obtenemos un período de 532 años des­
pués del cual las fechas de la Pascua se repiten. Esto requiere un uso cuidadoso,
para asegurarse de que los años bisiestos no interfieran, pero es una buena cifra y,
en el siglo sexto, cuando vivía Victorius, era incluso mejor. Según este Ciclo Victo­
riano. si conocemos y clasificamos todas las fechas de la Pascua en su orden co­
rrecto durante 532 años, podemos anotarlas en el mismo orden durante los próxi­
mos 532 años.
Antes de dejar el tema de la Pascua, hay que observar aquí que las fechas de la
Última Cena, la Crucifixión y la Resurrección pueden haber sido establecidas con
considerable certeza, porque el día de la Última Cena era jueves por la tarde, la vís­
pera de la Pascua. Sólo en el año 30 d.C, de todos los años posibles, la Pascua co­
menzó al atardecer del jueves; esto se ha sabido desde hace dos siglos al menos, ü i
fecha de la Ultima Cena fue el 6 de abril: la Crucifixión tuvo lugar el 7 de abril, y la
Resurrección, el 9 de abril, en el 30 d.C. Como se podrá evidenciar a continuación,
no es tan fácil fechar el nacimiento de Jesús.

En 1928, D.R. Fotheringham publicó su conocido The D¿ite ofEaster. Basando


sus argumentos en tablas astronómicas y en antiguos calendarios babilónicos, con­
cluyó que Jesús había muerto el 7 de abril del 30 d.C. Ésta puede haber sido la
fuente del LU.
La misma fecha se dedujo mucho antes. El Bible Dictionaryi 1925) de Peloubet,
en las páginas 780 y 782, también menciona la fecha del 7 de abril, del 30 d.C.
La enorme Biblia de mis padres encuadernada en piel, con cierres de latón con­
tiene un Bible Dictionary, escrito por Albert Bigelovv Ravvson, fechado en 1872.
En la página 21, en su entrada sobre «Cronología», da la fecha del 7 de abril del
30 d.C. como el día de la muerte de Jesús. Samuel J. Andrews, en su The Life o f
Our Lord (1891, ed. revisada en 1906), incluye una larga sección (páginas 35-51)
titulada «Date of the Lord’s Death». Ofrece excelentes razones para datar la muerte

235
en el viernes 7 de abril del 30 d.C., así como un erudito resumen histórico de
suposiciones que se remontan a los Padres de la Iglesia. Para Ireneus «las di­
versidades de opinión son infinitas.» y «no podemos ser ignorantes de lo mucho
que lodos los padres disienten entre ellos».
En lo que respecta a la fecha del nacimiento de Jesús, existe una total falta de
acuerdo, y se han propuesto muchos arios y días diferentes. Andrews propone (pá­
ginas 1-17) un día no especificado del mes de diciembre, del ario 5 a.C. Si hay al­
gún precedente en la literatura cristiana para la fecha propuesta por el Lt/del 21
de agosto del 7 a.C., todavía no he dado con él.
Otro ejemplo de error evidente en la ciencia del LU es su afirmación en la pá­
gina 397 de que el número de cromosomas de una célula humana -que son lla­
mados «unidades de control de modelos originales» o «determinantes de rasgos»-
es de 48. En 1923, un falso recuento de cromosomas condujo al número 48 y fue
aceptado como correcto hasta 1956. En efecto, el mismo Sadler, en The Truth About
Ueredity (página 76) escribe: «Se ha calculado, en el caso de las especies humanas,
que si el número de cromosomas se establece en 48, después de una división ha­
bría 24 pares de cromosomas paternos y maternos». En una nota a pie de página
se expone: «Paintcr recientemente descubrió en las glándulas sexuales de un hom­
bre blanco y de uno negro que cada una de las células portaba 48 cromosomas».20
Desafortunadamente, en 1956, ya demasiado tarde para que Sadler tuviera una
oportunidad de corregirlo, la cifra se estableció definitivamente en 46. Tanto va­
rones como hembras contienen en cada célula 22 pares de cromosomas no se­
xuales, llamados «autosomas». Las mujeres tienen un par 23 de cromosomas se­
xuales XX. Los hombres tienen un par 23 de cromosomas sexuales XY. Cada
persona, por tanto, tiene 23 pares de cromosomas, o bien 46 individuales.
Durante la mitosis, cada célula se divide dos veces. La primera vez se dupli­
can todos los cromosomas, pero la segunda vez sólo la mitad de los cromoso­
mas van a cada célula. En otras palabras, un óvulo humano no fertilizado con­
tiene sólo 23 cromosomas, y un espermatozide también contiene 23. Cuando el
espermatozoide y el óvulo se unen, el óvulo adquiere 23 cromosomas de cada
padre, dando un número total de 46. Si el óvulo consigue el cromosoma X del

20. El zoólogo de la Universidad de Chicago Horatio Hackett Newman, en su libro clásico Evolution,
Cenetics, and Eugenics (1921), da la cifra de 48 cromosomas humanos. Esta misma cifra continua en
la séptima edición de su libro (1947). El libro pudo haber influido en Sadler (que lo cita en la biblio­
grafía de The Truth About Ueredity) no sólo por su apoyo a la eugenesia, sino también por su comen­
tario favorable de la teoría de la evolución de I lugo de Vries. Dataremos la teoría de Vries, aceptada por
el LU, en el capítulo 15.

236
espermatozoide, el bebé será niña. Si consigue el cromosoma Y. el bebé será niño.
Es el padre, por tanto, quien determina el sexo del embrión.
En una conferencia impartida en el Primer Simposio de Ciencia Urantiano (Nash-
ville. 1988). Kermit Anderson intentó valientemente demostrar que la cifra de 48
cromosomas dada por el LU era correcta. Ahora se sabe que la información ge­
nética. recordó Anderson a sus oyentes, se transporta como un código a través de
una molécula DNA de doble enlace, una dentro de cada cromosoma. Hay 22 cro­
mosomas no sexuales, y dos cromosomas sexuales X e Y, lo que hacen 24 cro­
mosomas diferentes en total. Como cada molécula tiene un doble enlace, multi­
plicamos 24 por 2 y se obtienen 48 «determinantes de rasgos» diferentes. (Es verdad,
como Anderson puntualiza, que el LU no utiliza el término cromosoma.) Por su­
puesto que ninguna célula humana contiene todos esos 48 «determinantes de ras­
gos», pero en la enrevesada lógica de Anderson el número de tales unidades es de
48. ¡Sólo me puedo asombrar ante los extremos a los que pueden llegar los fun-
damentalistas urantianos para intentar encontrar ciencia no merecida en el LU.
¿Cuál es la explicación más sencilla: que el LU da la cifra de 48 porque en el
momento en que sus documentos fueron escritos era el número aceptado de cro­
mosomas humanos en cada célula, o que los reveladores razonaron como Anderson,
anticipando un futuro descubrimiento de moléculas ADN de doble enlace?
Casi todos los antropólogos de nuestros días aceptan la teoría de que el cani­
balismo ritual, al contrario que el canibalismo por supervivencia y por otras razo­
nes, nunca existió. Consúltese The Man-Eating Mvth (1979), escrito por William
Arens, un antropólogo de SUNY, en Stony Brook, Nueva York. Arens argumenta
convincentemente que esa creencia en tales rituales está basada en los rumores
difundidos por los misioneros, o por los antropólogos ingenuos que informaron lo
que las tribus vecinas enemigas le dijeron sobre prácticas que nunca presenciaron.
Los autores del LU por supuesto no estaban enterados de esta reciente inves­
tigación. Una sección del Documento 89 describe el canibalismo como una cos­
tumbre universal entre las sociedades primitivas. Se nos dice que en Queensland
todavía se mata y se devora con mucha frecuencia al primer hijo, y que el caniba­
lismo se sigue practicando en muchas tribus africanas, aunque no especifique nin­
guna. En algunas tribus los padres ancianos rogaban a sus hijos que los comie­
ran. En la página 770 nos enteramos que en una tribu ¡«no hace mucho tiempo»
se comía cada quinto hijo que naciera! Todo esto son auténticos disparates, aun­
que no tengo la menor duda que tales descabelladas afirmaciones se podían en­
contrar en libros fácilmente accesibles para los autores del LU Uno de los artícu­
los más increíbles que se ha escrito sobre el canibalismo es una contribución de
16 páginas a la Encyclopedia oí Religión and Ethics de Hastings. El autor, John Ar-
nott MacCulloch, era un pastor anglicano que reunió todos los mitos más horri­
bles que pudo encontrar en la vasta literatura pseudocientífica sobre el canibalismo.

237
Desearía cerrar este capítulo inconexo con lo que considero la afirmación más es­
trafalaria aparecida en libro alguno que pretendiera ofrecer información exacta so­
bre la primera historia de la tierra -información procedente directamente de in­
teligencias superiores que se supone que saben más que cualquier geólogo,
arqueólogo o historiador urantiano.
Se nos dice en el LU que cuando los animales fueron domesticados, se entre­
naron palomas mensajeras para llevar mensajes de acá para allá. Esto es bastante
plausible, pero entonces se nos informa que las palomas mayores fueron entre­
nadas como «aves de transporte» para llevar a seres humanos de un sitio a otro.
Estos pájaros gigantes se denominan «fándores». un nombre que inmediatamente
sugiere el de «cóndores».
Permítanme desviarme del tema un momento para llamar la atención de la cu­
riosa forma que los términos del LU se convierten en palabras habituales con sólo
una ligera (o ninguna) modificación de sus letras:

Absolutum — absoluto
Edén lia — Edén
Gravita — gravedad
Jerusem — Jerusalén
Ascendingtón — ascenso
Salvingtón — salvación
Diviningtón — Divinidad
Majestón — Majestad
Ultimatón — último
Abandónteros — abandonadores
Servitales — serviciales, sirvientes
Andronóver — Andrómeda
Conciliators — conciliadores
Realizer — realizador
Consummator — consumador
Transcendentalers — trascendentales
I lavona — Habana
Caligastia — caliginoso
U Mayor — Osa Mayor
U Minor — Osa Menor

Y muchos otros términos más.


¿Disfrutaron los reveladores con esta clase de juegos de palabras? ¿Disfrutaba
la mente inconsciente de Wilfred cuando modificaba las palabras familiares? ¿Fue
Sadler el que inventó en broma toda esa terminología?

238
Un ejemplo interesante de esta clase de juegos de palabras es lo que el LUÍ 1.139)
llama «lógica mota». Es una lógica más allá de nuestra comprensión, pero que los
seres superiores la usan para demostrar teoremas que nosotros somos incapaces
de demostrar. Los lógicos han empleado desde hace tiempo la palabra «metaló-
gica» para referirse a la lógica en la cual los teoremas que se encuentran en un
nivel inferior de un sistema formal pueden ser validados o demostrarse que son
falsos. ¿Son estas pruebas concluyentes? No. porque existe una jerarquía infinita
de metalógicas y cada una de ellas contiene sentencias demostrables sólo si se
pasa al nivel inmediatamente superior. Los psicólogos cuentan con un término si­
milar, «metaanálisis», para analizar los datos obtenidos a partir de muchos oríge­
nes diferentes.
¿Por qué era necesario cambiar meta por mota? ¿Fue un error cometido por Ch-
risty cuando anotaba algo que decía Wilfred, o un error cometido en algún texto
escrito por Wilfred y que Christy posteriormente pasó a máquina? ¿O fue Sadler,
quien leyendo sobre metalógica, modificó el término para sugerir que los Dioses
conocían una lógica superior a cualquiera que se pudiera formalizar en Urantia?
¿Es el hecho que «mota» leído hacia atrás sea «atom» un accidente u otro diver­
tido juego de palabras?
El corresponsal Mark Ross llamó mi atención en lo que probablemente sea sólo
una coincidencia. En el LU. «moroncia» es un término para describir una sustan­
cia desconocida en Urantia. Es más espiritual que material, pero menos espiritual
que el espíritu puro del Paraíso. Moroni es el nombre de un poderoso ángel en El
Libro de Mormón. Un conocido mío me ha sugerido que moroncia es un apro­
piado neologismo porque sólo un morón (es decir, un imbécil) puede tomarse en
serio una sustancia similar.
Ahora volvamos con los fándores y los cóndores. Los cóndores se encuentran
entre las más grandes de todas las aves que vuelan. Su envergadura puede llegar
a medir unos tres metros y vuelan a una velocidad aproximada de ochenta kiló­
metros por hora. El cóndor negro de California es un animal prácticamente en ex­
tinción. Según el LU(749), los fándores se extinguieron hace 30.000 años. El mo­
tivo por el cual todavía no se ha encontrado ningún fósil de fándores permanece
sumido en el más profundo misterio.
Los fándores se mencionan seis veces en el LUÍ521. 590. 694, 746, 831 y 832).
En la página 694, nos enteramos de cómo han evolucionado esos enormes pája­
ros: «Un ave terrestre grande, parecida al avestruz, se desarrolló hasta una altura
de tres metros y ponía huevos de veintitrés por treinta y tres centímetros. Estos
fueron los antepasados de las futuras gigantescas aves de pasaje que eran de una
inteligencia superior y que, durante un tiempo, transportaron seres humanos por
el aire».
Cuando Adán y Eva inspeccionaron por primera vez el Jardín del Edén {LU832),

239
fueron conducidos a través del aire por fándores. Como Adán y Eva medían al me­
nos dos metros y medio (/X '580), pesarían entre los dos unos 200 kilos. Sin em­
bargo, como un urantiano fundamentalista ha sugerido, quizá cada uno viajara en
un fándor diferente.

Este es un notable pasaje {LU 590) sobre estos pájaros gigantes:

Las razas primitivas también hacen amplio uso de los animales voladores más gran­
des. Estas enormes aves tienen la capacidad de llevar a una o dos personas de ta­
maño promedio en vuelo ininterrumpido durante más de ochocientos kilómetros.
En algunos planetas estas aves son de gran utilidad, puesto que poseen un orden
elevado de inteligencia, siendo muchas veces capaces de hablar muchas palabras
de los idiomas del reino. Estos pájaros son altamente inteligentes, muy obedien­
tes e increíblemente afectuosos. En Urantia, estas aves para pasajeros se extin­
guieron hace muchos años, pero vuestros antepasados primitivos disfrutaron de
sus servicios.

¿Fue la mente inconsciente de Wilfred, o la mente consciente de Sadler, la


que incluyó los fándores en el LU corno si fuera una broma? ¿Hay algún devoto
urantiano, de mente clara y con un conocimiento de la geología histórica, que
en realidad crea que el párrafo anterior fue dictado (como se nos dice en la pá­
gina 600) por un «Mensajero Poderoso vinculado temporalmente al séquito de
Gabriel»?
La respuesta es sí. En un simposio sobre ciencia celebrado un fin de semana
en Oklahoma City, en 1991. un ingeniero aeronáutico llamado Paul Herrick pro­
nunció una fascinante conferencia semitécnica sobre los fándores. Herrick ob­
viamente posee un gran conocimiento sobre la estructura de los aviones y so­
bre la mecánica del vuelo de las aves. Se nos dice en el LU que un fándor puede
volar a ciento sesenta kilómetros por hora y puede llevar a una persona durante
unos ochocientos kilómetros. Asumiendo que este pájaro gigante pudiera des­
pegar verticalmente, Herrick estimaba a partir de los relatos del LU que tenía
que haber pesado unos 400 kilos, con una envergadura de 16 a 23 metros y un
área de vuelo de unos 5 kilómetros cuadrados. Sus caballos de potencia, que
Herrick suponía que no eran más de 35, eran considerablemente menos que la
potencia necesaria por un helicóptero. Argumentó que los fándores eran con toda
probabilidad carnívoros, porque las plantas no les habrían proporcionado la su­
ficiente energía. Una mujer de la audiencia quiso saber cómo una persona mon­
tada en un fándor podía haber resistido un viento de 160 kilómetros cuadrados.
Herrick tenía una buena respuesta para ello. Quizá apoyaba su cabeza sobre el
cuello del ave.

240
Todavía no se han encontrado fósiles de los fándores, aunque Hcrrick confiaba
en cine se encontraran algún día. Se habían encontrado fósiles de los grandes di­
nosaurios alados, uno de ellos con una envergadura de diez metros. Sin embargo,
como señaló I ferrick, los dinosaurios no son pájaros (aunque después evolucio­
naron en pájaros), y el LU llama inequívocamente ave al fándor. Herrick mostró
diapositivas de dibujos descubiertos por arqueólogos en los que aparecían gran­
des pájaros transportando a personas, y citó varios mitos antiguos sobre seres hu­
manos que conducían pájaros.
Cuando escuché por primera vez la cinta en la que se encontraba la conferen­
cia de Herrick, pensé que estaba hablando irónicamente. Pero me equivocaba, el
ingeniero estaba hablando absolutamente en serio. Como el monstruo marino de
la Biblia que se tragó ajonás y que después lo devolvió sano y salvo, los fándores
del LU se han convertido en una prueba clave para distinguir a un urantiano li­
beral de un fundamentalista. Los fundamentalistas están seguros de que los fán­
dores han existido alguna vez, y que Adán y Eva cabalgaron sobre sus espaldas.
Los liberales se preguntan por qué los reveladores introdujeron esos extraños pá­
jaros en el LU. Los uranfíanos no tienen que creer en su existencia para ser bue­
nos urantianos, de la misma forma que los adventistas del Séptimo Día no tienen
que creer en las primeras visiones de la señora White en las que vio en el cielo a
unos niños pequeños con alas que Ies posibilitaban volar como pájaros. Un fun­
damentalista urantiano, sin embargo, debe creer en fándores, al igual que un fun­
damentalista cristiano o judío debe creer en un monstruo marino capaz de tra­
garse a Jonás, o en que la mujer de Lot se convirtió en una estatua de sal.
Cuando le pregunté a Dick Bain qué pensaba de los fándores, confiaba que me
dijera que eran una de esas «bombas de relojería» introducidas en el LU para evi­
tar que los urantianos se Lomaran los documentos demasiado en serio. Me sor­
prendió diciendo que la ausencia de una evidencia de fósiles que indicaran la exis­
tencia de los fándores se podía explicar por el hecho de que los huesos de los
pájaros son huecos y se desintegran fácilmente. El reverendo Meredith Sprunger
me respondió por carta a la misma pregunta diciendo que aunque tenía serias du­
das sobre la existencia de esos pájaros de transporte, no adoptaba una postura
definitiva por si se descubrían algunos esqueletos. Me recordó que hay tradiciones
acerca de pájaros de pasajeros, y que una historia sobre un ave de esas caracte­
rísticas aparecía en una de sus lecturas de la escuela primaria. No respondió a mi
indicación de que si los fósiles de fándores se encontraran alguna vez, sería otro
ejemplo del LU de proporcionar una asombrosa ciencia no merecida.
Sprunger es un liberal urantiano que también es ministro jubilado de la Iglesia
Unida de Cristo. Expresó muy bien la escisión entre liberales y fundamentalistas
en un editorial de 1992 que apareció en su Spirítual Fellowship Journal. A lo largo
de los años, escribe, la investigación «ha revelado que prácticamente todo el ma-

241
tcrial científico encontrado en el LU o bien era el conocimiento científico acep­
tado en el período en que el libro fue escrito, o era el defendido por algunos cien­
tíficos del momento, o estaba a punto de ser descubierto o reconocido». Sprunger
continúa:

La evaluación erudita demuestra que el fundamentalismo de E l L ib io de Urantia


sólo es tan insostenible como el fundamentalismo bíblico. De la misma forma que
las críticas más acervas establecieron unas sólidas bases para los estudios bíblicos,
así la erudición crítica prepara el camino para un estudio creativo de E l L ib ro de
Urantia. Por este motivo, libres de cualquier ilusión acerca de su infalibilidad literal,
nos habremos librado de las actitudes defensivas y fundamentalistas y estaremos abier­
tos para evaluar su percepción espiritual, cosmología, teología y sus puntos de vista
sobre el origen del hombre, su desarrollo y destino. Es en esta capacidad que sus
potenciales no tienen parangón en la escena humana.

En el mismo LU se puede detectar cierto apoyo a la liberal forma de Sprunger


de ver el LU. En el Documento 88, sobre «Los fetiches, los amuletos y la magia»,
se nos dice que creer a pie junlillas en todo lo que hay en un libro sagrado es una
forma de fetichismo:

En cuanto a los escritos fetiche acumulados que muchos religiosos consideran li­
bros sagrados, no sólo se cree que el contenido del libro es verdad, sino también
que toda verdad está contenida en el libro. Si uno de estos libros sagrados llega a
declarar que la Tierra es plana, por largas generaciones los hombres y mujeres por
otra parte de mente sana rehusarán aceptar pruebas positivas de que el planeta es
redondo.

El utantiano Denver Pearson es un excelente espécimen de la categoría «por


otra parte de mente sana» que rehúsa aceptar cualquier evidencia científica que
contradiga lo que aparece en el LU En The Journal o í the Fcllowship (prima­
vera de 1993), su artículo sobre «The Scientific Integrity of the Urantia Book» re­
conoce que en el LU hay afirmaciones que contradicen la ciencia actualmente
vigente. Sin embargo, la ciencia no es infalible, y cuando hay que elegir entre la
ciencia de hoy y la del LU. como en lo que concierne a la cuestión del big bang,
sin dudarlo un segundo escoge el LU. ¿Por qué? ¡Porque no puede creer que los
supermortales hayan introducido información falsa a sabiendas en sus docu­
mentos!
Pearson continúa diciendo que nunca se ha cruzado con un urantiano que
considere fetiche al LU. Sin embargo, está totalmente ciego ante el hecho de que
él mismo considera el libro como un fetiche. El siguiente párrafo procedente de
su artículo no puede constituir una mejor expresión de la disposición mental de
un fundamentalista:

Si se encuentran errores verificables en la revelación, entonces, en mi opinión, tie­


nen que ser debidos a errores de registro, a errores de impresión o a cualquier otro
aspecto relacionado con la producción del libro mismo.

Rivalizando con los fándores en ridicula fantasía aparece la noción de que en


cada planeta habitado, incluyendo la Tierra, hay un «polo de energía universal»
(LU 438). Éste es el lugar donde los serafines invisibles llegan y salen para trans­
portar adecuadamente «enserafimados» a las personalidades muertas desde Uran-
tia a Jerusem. También es el lugar donde «los informes planetarios espaciales» se
reciben al mediodía, aunque el tiempo de partida del serafín generalmente es a
medianoche (LU 439).
En el Apéndice B de la segunda edición (1992) de Birth o ía Revelation, Mark
Kulieke especula con la localización del polo de energía de Urantia:

Se sabe que este polo de energía espiritual es por lo general el mismo que la sede
central del gobierno espiritual de un planeta y por tanto el de Urantia debería ha­
berse situado en Dalmacia durante los días del Principe Planetario. Lo que sucedió
durante el estallido de la rebelión se desconoce, aunque ese polo pudo haberse en­
contrado en la sede central de Van hasta los días de Adán y Eva y luego en el lugar
del jardín. Es bien sabido entre los miembros del Forum que a la Comisión de Con­
tacto le fue revelada la actual localización del polo de energía espiritual. Está situado
en el Mariposa Grove de secoyas gigantes, en Yosemite National Park, localizado en
el este de California central. Este lugar no es sólo donde los serafines llegan y par­
ten de Urantia, sino también la localización de la sede central de los arcángeles. De­
bido a la rebelión, las emisiones sólo son recibidas por cortesía de la sede central
del arcángel divisionario. Por supuesto, es también el emplazamiento de la sede cen­
tral del actual gobierno planetario espiritual de Urantia. Excepto la belleza paisajís­
tica del lugar no se observará allí nada inusual.

La acusación más grave a la ciencia del LU fue realizada por el mismo Sad-
ler. aunque por supuesto estaba atacando a los «espíritus» del espiritismo, no a
los seres celestiales del LU. Así es como lo expresa en The Truth About Spiri-
tualism (167):

Si los espíritus fueran tan sabios, ¿por qué nunca han susurrado los principios de
alguna nueva y grande invención a los médiums? ¿Por qué nuestras invenciones me­
cánicas se han originado todas ellas en los cerebros de los genios de nacimiento, o

243
se han resuello gracias al persistente tesón de hombres como Thomas A. Edison?
Qué cantidad de tiempo y trabajo se alionaría si los secretos del telégrafo sin hilos,
o los principios de un motor de gasolina de combustión interna hubieran sido trans­
mitidos en una sesión de espiritismo. ¿Por qué estos espíritus no encarnados y se­
res espirituales del espacio invisible, si es que en realidad están tan interesados en
la raza humana, no susurran a los médiums la curación para el cáncer, el remedio
para la parálisis infantil o el método más satisfactorio para tratar la neumonía?

¿Por qué los seres celestiales, como los espíritus que se comunican a través
de los médiums, rehúsan incluir en el LU algunas teorías científicas que pudie­
ran demostrar que poseen un conocimiento mayor que el conocido por los cien­
tíficos de Urantia en 1955? ¿Por qué solamente reflejaron la ciencia del momento,
o la desfiguraron con absurdas afirmaciones acerca de fándores y ultimatones
-afirmaciones tan extravagantes como la «ciencia» de Oahspe? Se nos ha dicho
que los seres celestiales tenían prohibido incluir ciencia «no merecida». Es un
recurso carente de sentido. Creo que el mismo Sadler incluyó esta «salida» en el
LU cuando se dio cuenta de lo rápidamente que su ciencia se iba a volver poco
convincente y obsoleta.

244
XII
La influencia adventista en «El Libro de Urantia»

Sólo hay tres teorías factibles acerca del origen del LU:
1. Wilfred Kellogg era un charlatán. Al igual que otros falsos médiums y escri­
tores automáticos, su ego experimentaba una gran y secreta satisfacción al falsifi­
car trances durante los cuales pretendía canalizar material que había preparado
conscientemente durante un largo período de tiempo de lecturas y meditación.
2. Wilfred en realidad había sido escogido por los supermortales para transmi­
tir una nueva revelación a la humanidad.
3. Wilfred pertenecía a un pequeño grupo de personas sinceras y honestas quie­
nes. por causas todavía no muy bien conocidas, experimentaban accesos de pro­
fundos trances durante los cuales canalizaban información fabricada por perso­
nalidades secundarias que eran parte de su inconsciente. Sería interesante saber
si Wilfred sufrió, al igual que Ellen White y la señora Piper, alguna lesión grave en
su cabeza cuando era un niño.
Como el mismo Sadler indica en su ya mencionado libro Minó ¿ít Mischief,
incluso los «canalizadores» de trance honestos cuentan con un cierto rasgo en
su carácter que les hace mentir ocasionalmente para aumentar sus reputacio­
nes de auténticos videntes. Por ejemplo. Wilfred podía haber conocido de ante­
mano la lista de Sadler con las 52 cuestiones, a las que después respondía en
estado de trance por medio de una auténtica escritura automática, pero se abs­
tenía de decirle a Sadler que había visto la mencionada lista. No es en absoluto
infrecuente en la historia de los fenómenos físicos que personas que sinceramente
creen que poseen poderes paranormales se inclinen de vez en cuando a come­
ter un sutil engaño.

245
Yo sostengo la tercera alternativa. Los síntomas de Wilfred son los clásicos. Al
igual que la señora Piper. su pulso permanecía normal durante un estado de trance,
aunque su respiración era totalmente irregular. Ix>s adventistas recuerdan que se
creía que la señora White. mientras estaba en trance, dejaba totalmente de respi­
rar. En varias ocasiones alguien puso su mano sobre su boca, apretando al mismo
tiempo su nariz durante varios minutos sin que este hecho la molestara apa­
rentemente. Como casi todos los escritores automáticos, se decía que la escritura
de trance de Wilfred era muy rápida; cada hoja que escribía la tiraba al suelo.
Las doctrinas del LUson una extraña combinación de creencias del Adventismo
del Séptimo Día y herejías adventistas, precisamente las que se esperaría de la mente
subconsciente de un hombre que había abandonado sus primeras creencias ad­
ventistas. Las doctrinas adventistas que aparecen en el LU son precisamente esas
creencias fundamentales que a un ex adventista le hubieran resultado más difíci­
les de abandonar, creencias que serían recibidas más favorablemente por los otros
tres parientes ex adventistas de la Comisión de Contacto, los dos Sadler y la es­
posa de Wilfred. Se dice que Lena Sadler fue la primera en convencerse de que
el canalismo de Wilfred era genuino. Sadler tardó mucho más tiempo en modifi­
car su opinión. No sabemos en qué momento fueron igualmente persuadidos Wil­
fred y Anua, si es que alguna vez lo estuvieron.
Las dos creencias adventistas fundamentales que aparecen en el LU -creencias
que distinguen al Adventismo del Séptimo Día del cristianismo convencional- son
las doctrinas del sueño del alma hasta que el cuerpo sea reconstruido en la resu­
rrección, y el rechazo del infierno. Sabemos por el Documento 47 del LU que des­
pués de la muerte estamos totalmente inconscientes hasta que nos despertamos
en una gigantesca sala de resurrección con nuestros recuerdos restituidos. Co­
menzamos nuestra nueva vida exactamente donde la dejamos para emprender un
largo viaje espiritual mente ascendente y espacial mente interior hacia los siete mun­
dos de estancia, hasta que finalmente conseguimos un alma inmortal.
El LU habla de miríadas de mundos habitados. En ninguno de ellos aparece
una Caída comparable a la Caída del hombre de la religión cristiana -es decir, una
maldición que se extiende a todos los habitantes de un planeta, y para todas sus
generaciones futuras, destinados por ello a un eterno castigo a no ser que sean
«redimidos» por el sacrificio cruento de un Dios. El universo de la señora White
también rebosa de mundos habitados, aunque sólo sobre la tierra tuvo lugar la
gran controversia entre Cristo (Miguel) y Satán.
Tanto en el LU corno en los libros de la hermana White, las inteligencias que
se encuentran en otros mundos - a la señora White les gusta llamarlos «mun­
dos no caídos»- están constantemente observando la historia de la tierra con
gran interés. Incluso acontecimientos específicos, como el casi sacrificio de Isaac
por su padre Abrahám (el símbolo de Dios sacrificando a su propio Hijo), están

246
siendo supervisados por nuestros amigos invisibles. Así es como la señora VV'hile
lo explica en Patríarchs and Prophets:

El sacrificio requerido a Abraham no fue sólo por su propio bien, ni únicamente


para el beneficio de las generaciones venideras; sino que fue también para la ins­
trucción de las inteligencias sin pecado que habitan en el cielo y en otros mundos.
La esfera de la controversia entre Cristo y Satán -el ámbito sobre el cual el plan de
la redención se ha elaborado- es el libro de lecciones del universo. Como Abraham
había mostrado una falta de fe en sus promesas a Dios, Satán le había acusado ante
los ángeles y ante Dios de no haber cumplido con las condiciones del pacto, y que
era indigno de sus bendiciones. Dios deseaba probar la lealtad de Su siervo ante to­
dos los cielos, para demostrar que no se puede aceptar nada que no sea la perfecta
obediencia, y para desplegar completamente ante ellos el plan de salvación.
Los seres celestiales fueron testigos de la escena cuando se probaron la fe tle
Abraham y la sumisión de Isaac. El ju ic io fue m ucho más severo que el que se ha­
bía buscado Adán. La obediencia junto con la prohibición que obligaba a nuestros
primeros padres no implicaba sufrimiento; pero la orden dada a Abraham exigía el
sacrificio más atroz. Todos los cielos contemplaron con asombro y admiración la obe-
diciencia resuelta de Abraham. Todos los cielos aplaudieron su fidelidad. Se demostró
que las acusaciones de Satán eran falsas. Dios lo declaró Su siervo: «Ahora he visto
que en verdad temes a Dios [a pesar de las acusaciones de Satán], pues por mí no
has perdonado a tu hijo, tu unigénito». El pacto de Dios, confirmado a Abraham con
un juramento ante las inteligencias de otros mundos, demostró que la obediencia
siempre será recompensada.

S¿idJer y Wilfred, quizá otros ¿intimaos adventistas, pudieron muy bien haber
introducido en el LU recuerdos de la vasta cosmología de la hermana White en
la cual miles de millones de planetas habitados giran alrededor del «trono de
Dios». Cambíese la palabra Trono por Paraíso, Satán por Caligastia, y las dos ver­
siones de la historia de Urantia no están tan alejadas como se pudiera suponer.
Caligastia, el Satán de la Biblia, todavía vaga por la tierra, invisible a nuestros
ojos, causando todo el sufrimiento que puede. Finalmente, nos dice el LU, al igual
que Lucifer y los demás ángeles rebeldes, será aniquilado «como si nunca hu­
biera sido». La gran lucha de Miguel con Caligastia -que el título del libro más
famoso de la señora White llama The Great Controversy Behvcen Christ and Sa­
lan- llegará a su fin, como finalizará también en todos los demás mundos «ca­
ídos» mencionados en el LU.
La creencia, común en muchas religiones, de que después de la muerte cada
alma asciende a través de una serie de cielos, progresando hacia el Paraíso, es ab­
solutamente básica en la teología urantiana. Este también era el punto de vista de

2 'ú
Ellen VVhile. En las páginas finales de The Great Controversy, habla de las almas
que «se lanzan a sus incansables vuelos hacia mundos lejanos», y de cómo el trono
de Dios se encuentra en el centro del universo, con todas las «estrellas y soles y
sistemas» girando alrededor de él:

Cada facultad será desarrollada, cada capacidad aumentada. la adquisición de co­


nocimiento no cansará la mente ni agotará las energías. Allí se llevarán a cabo las
más grandes empresas, se alcanzarán las aspiraciones más nobles, se realizarán las
más elevadas ambiciones: y todavía surgirán nuevos retos que vencer, nuevas ma­
ravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetos que avivarán
las potencias de la mente y del alma y del cuerpo.
Todos los tesoros del universo se abrirán al estudio de la redención de Dios. Li­
berados de la mortalidad, se lanzan a sus incansables vuelos hacia mundos lejanos
-mundos que se emocionan con dolor ante el espectáculo de la desgracia humana
y que difunden cánticos de alegría ante las noticias de un alma redimida. Con in­
decible alegría los hijos de la tierra participan de la alegría y de la sabiduría de los
seres no caídos. Ellos comparten los tesoros del conocimiento y comprensión ad­
quiridos a través de años y años de contemplación de la obra de Dios. Con una vi­
sión no empañada, contemplan la gloria de la creación -soles y estrellas y sistemas,
todo en un orden fijo girando alrededor del trono de la Deidad. Sobre todas las co­
sas, desde la más pequeña a la más grande, se escribe el nombre del Creador, y en
lodo se muestra las riquezas de Su poder.
Y los años de eternidad, a medida que pasan, traerán revelaciones más ricas y
más gloriosas sobre Dios y sobre Cristo. Como el conocimiento es progresivo, así
también aumentarán el amor, la reverencia y la felicidad.

El último capítulo del libro de la señora White Eclucation se titula «The School
of the I lereafter» (La escuela del futuro). En él resalta, con frases similares a las
anteriores, el infinito aumento de conocimiento que tiene lugar en la persona que
se ha salvado después de partir de la tierra. Los siguientes párrafos podrían pro­
venir perfectamente del LU:

Allí cada potencia será desarrollada, cada capacidad aumentada. Se llevarán a cabo
las más grandes empresas, se alcanzarán las aspiraciones más nobles, se realizarán
las más elevadas ambiciones. Y todavía surgirán nuevos retos que vencer, nuevas
maravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetos que avi­
varán las potencias de la mente y del alma y del cuerpo.
Todos los tesoros del universo se mostrarán para el estudio de los hijos de Dios.
Con indecible placer participaremos de la alegría y de la sabiduría de los seres no
caídos. Compartiremos los tesoros adquiridos a través de años y años de contem-

248

plación de la obra de Dios. Y los años de eternidad, a medida que pasan, continuarán
ofreciendo revelaciones más gloriosas. Id reparto de los bienes de Dios será «exce­
sivamente abundante para todo lo que pidamos o pensemos», para siempre jamás.
«Sus siervos Le servirán». La vida en la tierra es el comienzo de la vida en el
ciclo; la educación en la tiena es una iniciación en los principios del cielo: el tra­
bajo de vivir aquí es un entrenamiento para el trabajo de vivir allí. Ix> que ahora so­
mos, en carácter y en servicio, es el presagio de lo que seremos.

En el LU, la morada del Dios final es la Isla del Paraíso, que se encuentra en
el centro de todo, con todas las galaxias y sistemas estelares girando a sti alrede­
dor. La señora VVhite también sitúa el trono de Dios en el centro del cosmos, con
el resto del universo dando vueltas alrededor de él. En una de sus primeras visio­
nes. situaba el trono de Dios en algún lugar más allá de la gran nebulosa de Orion.
Estas son sus palabras;

El 16 de diciembre de 1848 el Señor me concedió una visión dé los desconcertan­


tes poderes de los cielos. Reconocí que cuando el Señor dijo «cielo», al mostrar los
signos registrados por Mateo, Marcos y Lucas, quiso decir cielo, y cuando dijo «tie­
rna» quiso decir tierra. D>s poderes del cielo son el Sol, la Luna y las estrellas. Ellos
gobiernan los cielos. Los poderes de la tierra son los que gobiernan en la tiena. Los
poderes del cielo se estremecerán ante la voz del Señor. Entonces el Sol, la Luna y
las estrellas se mudarán de sus lugares. No desaparecerán, sino que serán movidos
por la voz de Dios.
Surgieron nubes negras y pesadas, y chocaron entre ellas. La atmósfera se par­
tió y desapareció; entonces pudimos ver. a través del espacio abierto en Orion, de
donde procedía la voz de Dios. La ciudad sagrada será derribada a través de ese es­
pacio abierto. Vi los poderes de la tierra que ahora están siendo sacudidos, y que
los acontecimientos suceden en orden. La guerra, y los rumores de guerra, las lu­
chas, las hambres y las pestilencias serán lo primero que conmocionarán los pode­
res de la tiena, y entonces la voz del Señor sacudirá el Sol. la Luna y las estrellas,
y la Tierna también. Vi que la sacudida de los poderes de Europa no es. como al­
gunos enseñan, la sacudida de los poderes del cielo, sino que es la sacudida de las
naciones enojadas.

El adventista Lucas Reed, en Astronomy and the Bible (1919), se tomó la visión
de la hermana VVhite de lo más en serio:

Creemos, entonces, que sin duda alguna, más allá de esa inalcanzable luz de Orion
descansa, en algún lugar, el cielo y el trono de Dios. La señora VVhite, sin ningún
conocimiento astronómico, dijo algo acerca de Orion que ningún astrónomo del mo-

249
mentó había calculado. Ahora, sin conocer su afirmación, y probablemente sin preo­
cuparse en conocerla, nos muestran hechos que confirman su declaración acerca
tle «un espacio abierto en Orion».

Ilabia creído que la mayoría de los adventistas ya habrían rechazado esta es­
trafalaria teoría, pero evidentemente no es así. George Vandeman, que hasta su re­
ciente jubilación dirigía un programa televisivo llamado «Is lt Written», es un im­
portante portavoz adventista. En 1970, publicó un librito titulado Look! No
Doomsday, y uno de sus capítulos se titulaba «Rescue from Orion». En 1989, visité
a Robert Gentry, un devoto adventista del Séptimo Día que defiende enérgicamente
en sus libros publicados el punto de vista creacionista de la «tierra joven». Gentry
está convencido, como casi todos los adventistas lo estuvieron hasta hace muy poco
tiempo, cuando las teorías sobre «la tierra vieja» comenzaron a deslizarse en las
universidades adventistas, que Dios creó nuestra galaxia de la Vía Láctea hace apro­
ximadamente 6.000 años. Me esbozó una cosmología en la cual todo el universo
gira alrededor de la morada de Dios, localizada a unos pocos millones de años luz
de la constelación de Orion.
No todo el mundo conseguirá la inmortalidad. Aquellos que persistan en la ini­
quidad y en la rebelión contra Dios serán aniquilados al final. Así es como lo ex­
plica el L U en la página 37:

El mayor castigo (en realidad una inevitable consecuencia) de la maldad y la rebe­


lión deliberada contra el gobierno de Dios es la pérdida de la existencia como súb­
dito individual de ese gobierno. El resultado final del pecado a sabiendas es la ani­
quilación. En último análisis, tales individuos identificados con el pecado se destruyen
a sí mismos al tornarse completamente irreales por su identificación con la iniqui­
dad. Sin embargo, la desaparición de hecho de tales criaturas siempre se posterga
hasta que se haya cumplido plenamente con los requisitos vigentes de la justicia en
ese universo.
La cesación de la existencia suele decretarse durante la adjudicación dispensa-
cional o de edad del reino o de los reinos. En los mundos tipo L'rantia. ocurre al fi­
nal de una dispensación planetaria. La cesación de la existencia se puede decretar
en tales casos por la acción coordinada de todos los tribunales de jurisdicción, desde
el concilio planetario hasta los tribunales de juicio de los Ancianos de los Días, pa­
sando por las cortes del I lijo Creador. El mandato de disolución se origina en los
tribunales superiores del superuniverso después de una confirmación ininterrum­
pida del proceso que comenzó en la esfera de residencia del malhechor, y luego,
cuando la sentencia de extinción ha sido confirmada en lo alto, la ejecución es lle­
vada a cabo por la acción directa de esos jueces que residen y funcionan en los cen­
tros de gobierno del superuniverso.

250
Cuando esta sentencia se confirma finalmente, el ser identificado con el pecado
instantáneamente se vuelve como si no hubiera sido. No hay ninguna resurrección
de este destino; es perdurable y sempiterno. Los factores de identidad de la energía
viviente se resuelven mediante las transformaciones del tiempo y las metamorfosis
del espacio en los potenciales cósmicos de los cuales emergieron anteriormente. En
cuanto a la personalidad del inicuo, se la priva de un vehículo continuado de exis­
tencia vital debido al fracaso de la criatura de hacer esas elecciones y decisiones fi­
nales que le habrían asegurado la vida eterna. Cuando el abrazo continuado del pe­
cado por la mente asociada culmina en la identificación completa del ser con la
iniquidad, entonces, en el momento de la cesación de la vida, en el momento de la
disolución cósmica, esa personalidad aislada es absorbida en la superalma de la crea­
ción, haciéndose parte de la experiencia evolutiva del Ser Supremo. Nunca más apa­
rece como personalidad; es como si su identidad nunca hubiera sido. En el caso de
una personalidad que albergue a un Ajustador, los valores espirituales experiencia-
les sobreviven en la realidad del Ajustador que sigue existiendo.

¿Qué ocurre con los destinos de Lucifer, Satán y otros ángeles rebeldes? Miguel
les ofreció una segunda oportunidad para arrepentirse. Miles de ellos lo hicieron.
Junto con los ángeles no arrepentidos, están ahora confinados en Jerusem donde
esperan el veredicto final. Aquellos que se arrepientan sinceramente se salvarán
(L t/619). Lucifer, que encabezó la rebelión, ahora está prisionero en el satélite nú­
mero uno de las esferas de transición de Jerusem (LU 611). Satán también está
prisionero en Jerusem.
Caligastia, una vez Príncipe Planetario de Urantia, y su «despreciable» asociado
Daligastia, habían rehusado la oferta de misericordia de Miguel. «Caligastia... aún
está libre en Urantia de perseguir sus nefastos designios, pero no tiene absoluta­
mente ningún poder para entrar en la mente de los hombres, ni tampoco puede
acercarse a sus almas para tentarlas o corromperlas a menos que realmente de­
seen ser maldecidas por su malvada presencia.»
En The Grent Controversy (pág. 30). la señora White lo expresó de esta forma:
«Ningún hombre sin su propio consentimiento puede ser vencido por Satán. El
tentador no tiene ningún poder de controlar la fuerza de voluntad ni de obligar al
alma a pecar». Al igual que todos los Príncipes Planetarios, Caligastia es invisible
para los mortales ascendentes.

La rebelión ha terminado en Jersusem. Termina en los mundos caídos en cuanto


llegan los Hijos Divinos. Creemos que todos los rebeldes que en algún momento pu­
dieran aceptar la misericordia ya lo han hecho. Aguardamos la emisión del informe
de la decisión que privará a estos traidores de la existencia de la personalidad. An­
ticipamos que el veredicto de Uversa será pronunciado mediante la transmisión eje-
altiva que efectuará la aniquilación de estos rebeldes internados. Después de ello,
buscaréis sus lugares, pero no los hallaréis. «Y los que os conozcan entre los mun­
dos se espantarán al veros; habéis sido un terror, pero nunca jamás lo seréis nue­
vamente.» Así pues todos estos traidores especiales «serán como si nunca hubieran
sido». Todos aguardan el decreto de Uversa (L U 611).

La doctrina de la aniquilación de los malvados, incluyendo al Satán de la Bi­


blia, es el núcleo de la escatología del Adventismo del Séptimo Día. Es otra doc­
trina que Sadler nunca abandonó. «Cuando esta sentencia se confirma plenamente,
el ser identificado con el pecado instantáneamente se vuelve como si no hubiera
sido. No hay ninguna resurrección de este destino; es perdurable y sempiterno» (LU
37). Sin embargo, puede haber largos períodos de lo que el LU (615-620) llama
una «demora temporal de la justicia», antes de que sea ordenada la terminación
tan drástica de la vida de una persona. Muchas sectas cristianas diferentes al Ad­
ventismo del Séptimo Día han defendido, a lo largo de los siglos, que la doctrina
de la aniquilación es mucho más piadosa que el tormento eterno. Dos ejemplos
de nuestros días en los Estados Unidos son los Testigos de Jehová y la ya desapa­
recida Iglesia de Dios Universal, fundada por Herbert Amstrong.
La señora White fue elocuente en sus ataques a la doctrina del infierno y del
castigo eterno. «Qué repugnante para toda emoción de amor y misericordia, e in­
cluso para nuestro sentido de justicia -escribió en el capítulo 31 de The Great Con-
troversy-, es la doctrina de que los malvados muertos serán atormentados con fuego
y azufre en un infierno que arde eternamente; esto es lo que tienen que sufrir du­
rante tanto tiempo como Dios viva por los pecados cometidos en una breve vida
terrenal.»
La doctrina de la aniquilación está íntimamente unida al rechazo adventista
de que poseemos almas intrínsecamente inmortales. Esta doctrina se conoce
como doctrina de la «inmortalidad condicional». La inmortalidad no es innata.
Es un don de Dios. La muerte es un estado de inconsciencia temporal, o «sueño
del alma», hasta el día de la resurrección en el que, por la gracia de Dios, nos
conceden la inmortalidad. En la muerte nuestro cuerpo se convierte en polvo,
pero nuestro «espíritu» regresa a Dios hasta el momento en que se vuelva a reu­
nir, en el parpadeo de un ojo (como lo dice Pablo), con un nuevo cuerpo y una
nueva mente.
Los adventistas creen que Lis personas que vivieron en el pasado dormirán su
alma durante varios miles de años hasta que sus cuerpos se reconstruyan el día
de la resurrección. Por supuesto, no se habrán enterado del paso del tiempo. El
L U nos dice (página 341) que muchos de los que han muerto sin haber alcanzado
sus niveles necesarios de «dominio de la inteligencia y dote de espiritualidad» no
irán directamente a un mundo de estancia:

252
Dichas almas sobrevivientes deben descansar en un sueño insconscientc hasta el
día del juicio de una nueva época, una nueva dispensación, la llegada de un Hijo
de Dios para pasar lista a la edad y adjudicar el reino, y ésta es la práctica general
en todo Nebadón. Se dijo de Cristo Miguel que, cuando ascendió a las alturas tras
finalizar su labor en la tierra, «condujo a una gran multitud de cautivos». Y estos
cautivos eran los sobrevivientes adormecidos desde los días de Adán hasta el día de
la resurrección del Maestro en Urantia
El paso del tiempo no es de importancia para los mortales adormecidos; están
totalmente inconscientes y desapercibidos de la longitud de su reposo. Al reensam-
blarsc la personalidad al fin de una época, aquellos que han dormido cinco mil años
no reaccionan diferentemente de los que tan sólo han descansado cinco días. Aparte
de este atraso en el tiempo, estos sobrevivientes pasan a través del régimen de as­
censión en forma idéntica a la de aquellos que evitan el sueño más largo o más
corto de la muerte.

Obsérvese que la resurrección de esos durmientes tiene lugar en un día del jui­
cio que coincide con la llegada de un Hijo de Dios. Si be leído los párrafos ante­
riores correctamente, en ellos se afirma que muchos durmientes del alma que se
encontraban en Urantia antes de la primera llegada de Cristo Miguel fueron revi­
vidos cuando él ascendió a los cielos, y que aquellos que desde entonces siguen
sumidos en un sueño del alma serán despertados de nuevo en la Segunda Lle­
gada de Cristo.
Los lectores interesados en la historia de la doctrina de la inmortalidad condi­
cional la encontrarán tratada con deLalle en The Conclitionalist Faith of Our Fal­
lías. una impresionante obra en dos volúmenes escrita por el erudito adventista
LeRoy Edwim Proom (Revievv and Herald, 1965). Uno de los primerísimos tratados
del doctor John Kellogg, The Soul and the Resurrection (Review and Herald, 1879),
ha sido reimpreso como libro de bolsillo por Leaves of Autumn Books, Box 440,
Payson, Arizona 85541.
Como los adventistas creen que los muertos están totalmente inconscientes
hasta su resurrección, se deduce que no disponen de ninguna forma de poderse
comunicar con nosotros a través de los médiums. La señora White escribió am­
pliamente acerca del auge del espiritismo, que ella creía obra de Satán. Cientos
de libros y panfletos adventistas han contenido advertencias similares. Aunque
Sadler se alejó de la fe adventista, éste constituyó otro aspecto de sus enseñan­
zas que nunca abandonó. Su libro The Truth About Spirítualism (1923) es uno
de los mejores ataques que se han escrito nunca contra los médiums, con ex­
posiciones de todos sus métodos. En el prefacio Sadler expone su deseo de con­
tinuar escribiendo sobre el tema publicando una obra mucho más amplia, Spi­
rítualism, que nunca llegó a materializarse. ¿Existe tal manuscrito? Si es así, quizá

253
contenga los nombres de psíquicos reales estudiados por Sadler, algunos de ellos
pacientes suyos, pero cuyos nombres se omitieron cautelosamente en The Truth
About Spiiitualism.
En The Psychology of F¿¡ith and Fear, publicado en 1912 cuando Sadler toda­
vía se encontraba bajo el hechizo adventista, aceptaba la noción de que los de­
monios eran los responsables de algunas de las manifestaciones físicas de los mé­
diums espiritualistas:

Los lectores de este libro sin duda alguna están familiarizados con la norma bíblica
según la cual se miden estos fenómenos. Por tanto, según esta fuente son lamenta­
bles por su origen y su relación con los espíritus del mal. En consecuencia, conta­
mos con la denuncia de las Escrituras a esa práctica de buscar información en los
muertos y con la exhortación para realizar nuestro llamamiento al Dios Viviente.
El autor de este libro está personalmente inclinado a aceptar el diagnóstico bí­
blico, y conmina a sus lectores de nuevo, como lo hace repetidamente en este vo­
lumen, a adoptar la actitud de la fe en su mejor yo interior y en el Ser Supremo.
Ésta, cree el autor, es la clave que, junto con un uso racional de los medios mate­
riales. abrirá los misterios del presente y del futuro. De sus experiencias personales
con médiums espiritualistas, piensa que tenemos en ellos mismos la evidencia em­
pírica más palpable que apunta a la existencia de esos poderes espirituales que por
su naturaleza son mentirosos y engañadores. Confiamos en que los fenómenos de
espiritismo nunca serán aceptados por la investigación científica ni por los experi­
mentos de laboratorio (pág. Ú67).

En Wony and Nervousness, publicado dos años después, Sadler lo expresó de


esta forma:

No me voy a comprometer diciendo que soy capaz de explicar todos los fenómenos
relacionados con los médiums espiritualistas y sus espiritismos. Personalmente, soy
un creyente de las influencias sobrenaturales; pero no estoy totalmente convencido
de que todas las acciones sobrenaturales tengan una buena influencia, y a partir de
mi conocimiento de los médiums de los espíritus y del espiritismo (si se pudiera de­
mostrar al final que tienen un origen sobrenatural), creo que ya me be decidido so­
bre qué clase o forma de espíritu está relacionado con estas manifestaciones. Con­
sidero que el espiritismo es un problema en gran parte al margen del ámbito de la
investigación científica, aunque muchas fases del fenómeno están sujetas tanto al
estudio psicológico como fisiológico.

Diez años después en su libro sobre espiritismo, Sadler de nuevo afirma (207-
208) que aunque nunca se ha encontrado con un fenómeno psíquico que no

254
pudiera explicar por la charlatanería o por causas naturales, no puede descar­
tar la posibilidad de que haya demonios implicados:

Por supuesto no puedo estar científicamente seguro de que los fantasmas del mal
y los espíritus vagabundos, o alguna otra mediación de Su Satánica Majestad, no se
encuentren en el fondo de ciertos casos muy raros de fenómenos psíquicos pre­
sentados bajo el disfraz del espiritismo. Es decir, no puedo, como científico, resol­
ver esta cuestión. Quizá sea cierto que en algunos casos los demonios están alia­
dos con los médiums y los ayudan astutamente a perpetrar algunos de los fenónemos
psíquicos que se presentan con el nombre de espiritismo.

En este mismo libro, al igual que en libros anteriores y posteriores, Sadler exa­
minaba la telepatía, y concluía que no estaba fundamentada científicamente. En
The Phvsiology o í Faith and Fcar (1912), en un capítulo sobre «Psychic Fads and
Fakes», ataca la teoría de que las leyes de la naturaleza permitan que la mente de
una persona se comunique directamente con otra. Está inclinado a pensar que los
casos tomados como telepáticos en realidad están causados por una Mente Uni­
versal que simultáneamente envía el mismo mensaje a dos individuos. En Thcoiy
and Practico oíPsvchiatiy (1936), continúa defendiendo este mismo punto de vista:

Después de todo lo que se ha dicho y hecho, de todas las teorías hasta ahora pre­
sentadas para explicar la indudable habilidad de ciertas mentes de comunicarse, es­
toy más inclinado a aceptar o bien la hipótesis de la mente cósmica o la de una pro­
yección espiritual. Con el paso de los años estoy cada vez más convencido de la realidad
de los fenómenos que comúnmente se conocen como telepatía. He tenido algunas
experiencias personales que serían difíciles de explicar por pura coincidencia o por
una probabilidad matemática Al no ser un mecanicista, supongo que me resulta fá­
cil. al menos temporalmente, buscar una explicación satisfactoria de esas experien­
cias a la luz de la hipótesis de una mente cósmica -u n a armonización espiritual.

Conocemos por otras fuentes que Sadler se está aquí refiriendo a sus experiencias
psíquicas relacionadas con la creación del LU. Ahora está abierto, añade, a la po­
sibilidad de que la telepatía sea auténtica. Habla favorablemente del trabajo del
parapsicólogo Joseph Banks Rhine, y afirma seguir sus trabajos con gran interés,
siempre conservando hacia él una actitud científica.
Los adventistas creen que cada uno de nosotros posee, además de nuestra mente
v cuerpo, un «espíritu» que es la parte habitada por Dios. Esta doctrina se refleja
en la idea central del LU deI Ajustador del Pensamiento. Un Ajustador del Pensa­
miento es un «fragmento de Dios» no personalizado, también llamado Monitor Mis­
terioso o Presencia Habitada. Un Ajustador del Pensamiento entra en cada niño

25ó
tan pronto como llega a la edad en la que se toman las decisiones morales. Esto
ocurre (LU 1.187) cuando el niño alcanza la edad de cinco años, diez meses y cua­
tro días. El LU revela unas cifras específicas: añade correctamente que esto ocu­
rre a los 2.134 días de la vida terrestre del niño.
Como en la doctrina adventista, el Ajustador del Pensamiento proporciona la
continuidad entre la muerte y la resurrección del individuo. Cuando morimos, nues­
tro Ajustador del Pensamiento «se dirige hacia el seno del Padre». Nuestro ante­
rior cuerpo de carne y sangre continúa en la tierra, pero en el instante que des­
pertamos en el primer mundo de estancia, recibimos un nuevo cuerpo hecho de
moronda, una sustancia a medio camino entre la materia y el espíritu puro. El
Ajustador del Pensamiento abandona el seno del Padre para reunirse con nues­
tro nuevo cuerpo y mente.
Hay varias clases de Ajustadores del Pensamiento en el universo de los univer­
sos. En la página 1.178 del LU se enumeran las diferentes formas en que pueden
ser clasificados. Pertenecen a las siguientes categorías: Ajustadores vírgenes, Ajus­
tadores avanzados, Ajustadores supremos, Ajustadores desaparecidos, Ajustadores
liberados, Ajustadores fusionados y Ajustadores personalizados. Eos Ajustadores
fusionados se unen permanentemente con las personas en su camino ascendente
de mundo a mundo hacia el Paraíso. Si alguien rechaza la vida infinita, prefiriendo
en su lugar ser aniquilado, su Ajustador del Pensamiento se vuelve «personalizado»
-es decir, adquiere una personalidad-, siempre que sean recomendados por los
Ancianos de los Días.
Como se ha observado antes, los Ajustadores del Pensamiento también se lla­
man Monitores Misteriosos. En The Tmth Ahout Heredityi 1927, página 101), Sad-
ler nos informa «del destino espiritual del Monitor Divino que tantos creen que
vive junto y con el intelecto humano en su tabernáculo terrenal». ¿Se estaba re­
firiendo Sadler al decir «tantos» al pequeño grupo de urantianos que entonces
estaban estudiando los documentos del LU o se refería a los adventistas? El Mo­
nitor Misterioso del LU es lo que los adventistas conocen como el «espíritu» re­
sidente, un fragmento de Dios que forma parte de la personalidad del ser hu­
mano. Cuando una persona muerte, su espíritu retorna al seno de Dios (Ecles.
12:7) hasta que se reúne con el cuerpo reconstituido de esa persona el día de
la resurrección.
El pasaje del Nuevo Testamento que más parece contradecir la doctrina del
sueño del alma es la respuesta de Jesús al buen ladrón en la cruz. «En verdad
te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lucas 23:43). Los adventistas afir­
man que en la traducción de la Biblia de King James se había desplazado una
coma. Lo que Jesús en realidad dijo fue: «En verdad te digo hoy, estarás conmigo
en el Paraíso». Se podría escribir todo un libro con citas de pasajes procedentes
de la literatura adventista que hacen hincapié en esta coma desplazada. Me con­

256
tentó con dar sólo uno, una nota a pie de página procedente del libro Seventh-
Day Adventists Believe (Revievv and Herald, 1988).

La solución a la comprensión del texto radica en su puntuación. Los primeros ma­


nuscritos de la Biblia no tenían comas o espacios entre las palabras. La inserción de
la puntuación y de la división de las palabras puede establecer una gran diferencia
en el significado del texto. í^os traductores de la Biblia utilizaron su mejor criterio
para situar los signos de puntuación, pero su trabajo ciertamente no es inspirado.
Si los traductores, que realizaron un excelente trabajo en general, hubieran co­
locado una coma en Lucas 23:43 después de «hoy» en lugar de antes, este pasaje
no contradiría las enseñanzas del resto de la Biblia sobre la muerte. Las palabras
de Cristo serían entonces perfectamente comprendidas: «En verdad te digo hoy leste
día, cuando estoy muriendo como un criminal], estarás conmigo en el Paraíso.»

Así es como la vida de Jesús, The Desire o í Ages, de Ellen White, explica la fíase
de Jesús al buen ladrón:

Rápidamente llegó la respuesta. Con tono dulce y melancólico, lleno de amor y com­
pasión, y palabras potentes: En verdad te digo hoy, estarás conmigo en el Paraíso.

La coma está similarmente cambiada de lugar en el LU (2009): «De cierto, de


cierto hoy te digo que tú algún día estarás conmigo en el Paraíso».
En la primera edición de la vida de Jesús de la señora White, ya fuera ella o
sus editores, se explicó el cambio de puntuación de esta forma en una nota a
pie de página:

N o t a 4. P á g in a 751.- Es bien conocido que la puntuación de la Biblia no es una obra

de escritores inspirados. Por el contrario, la puntuación es un arte moderno, ha­


biéndose inventado la coma en su forma presente en 1490 por un impresor de Ve-
necia. Por consiguiente, tenemos libertad de cambiar la puntuación de las Escritu­
ras como el sentido puede requerir. En Lucas 23:43, si se dispone la coma después
de «hoy», y se pone el verbo en forma directa en lugar de indirecta, el texto afirma:
«En verdad te digo hoy, estarás conmigo en el Paraíso». Entonces ya no hay ninguna
falta de armonía entre este texto y la última afirmación de Cristo, de que Él todavía
no había ascendido hacia Su Padre.

Si se desea consultar i na defensa más amplia y más apasionada del desplaza­


miento de la coma, véase el capítulo 15, «Christ’s Majestic Answer to the Penitent's
Pica», en el volumen 1 de The Conditionalist Faith o f Our Fathers (1966), escrito
por el historiador adventista IxRoy Edvvin Froom.

257
Según Norman T. Burns, en su excelente Christian Mortalism from Tyndale to
Millón (Harvard L'niversity Press, 1972), los argumentos de los defensores del sueño
del alma para desplazar la coma hacia delante nos hacen retroceder al menos hasta
comienzos del siglo xvn. Thomas Edwards, en Gangracna (Londres, 1646), lo men­
ciona como un argumento muy conocido en su tiempo, y el baptista Richard Over-
ton lo defiende en Man Wholly Mortal (Londres, 1655). Overton razona, al igual
que Froom. que tanto Jesús como el buen ladrón con toda probabilidad no pu­
dieron haber estado en el Paraíso ese día porque los dos murieron después.
Los Testigos de Jehová, que comparten con los adventistas la creencia de que
los muertos permanecen inconscientes hasta el día de la Resurrección, están igual­
mente obligados a cambiar la coma. En su New World Transladon de la Biblia,
en Lucas 23:43 se lee: «Y él le dijo: “En verdad te digo hoy, estarás conmigo en el
Paraíso”».
Se puede añadir algo más sobre el cambio de la coma. San Pablo claramente
enseñó que los muertos no están conscientes hasta que se les dan nuevos cuer­
pos en una fecha futura y, por tanto, el desplazamiento de la coma armoniza la
observación de Jesús con muchas de las enseñanzas del Nuevo Testamento sobre
la vida después de la muerte. Pero también se esgrimen razones igualmente po­
derosas para no cambiarla. Su frase «En verdad te digo» es una traducción del griego
amen soi lego. Aparece 74 veces en los Evangelios como frase introductoria, siem­
pre seguida por una coma. Sería bastante extraño que sólo una vez de 74 usos no
fuera una frase que introduce una afirmación.
E incluso un argumento mucho más convincente contra el cambio de la coma
es lo que el ladrón acababa de decir. «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu
reino». Sin embargo, se creía que la llegada al reino ocurriría en una fecha futura
cuando Jesús regresara de nuevo a la tierra. Sería apropiado, por tanto, que Jesús
le dijera, en efecto, no tendrás que esperar hasta entonces. Hoy estarás conmigo
en el Paraíso. ¿Cuál sería entonces el motivo de decir «te digo hoy» cuando obvia­
mente está hablando hoy? El paraíso, por cierto, era el lugar donde muchos ju­
díos del tiempo de Jesús creían que se dirigía el alma de la gente buena, espe­
rando una futura resurrección.
Tanto para los primeros cristianos como para los Padres de la Iglesia el lugar
de la coma era el mismo que el establecido por la Biblia de King James. Esto se
evidencia en el capítulo 20 (versículos 1-14) del apócrifo Cospel o f Nicodemus, lla­
mado al comienzo Acts o f Pondos Pílale. Los versículos describen la llegada del
buen ladrón al Paraíso.

5. Y mientras el santo Lnoch y Elias estaban relatando esto, contemplaron que


llegaba otro hombre con un aspecto miserable llevando la señal de la cruz sobre
sus hombros.

258
6. Y cuando todos los santos lo vieron, le dijeron, ¿Quién eres? Por tu semblante
pareces ladrón; ¿y por qué llevas una cruz sobre tus hombros?
7. A lo cual el hombre respondió: Tú has dicho bien, soy un ladrón, que come­
tió toda clase de maldades sobre la tierra.
8. Y los judíos me crucificaron con Jesús: y observé los sucesos sorprendentes
que ocurrieron en la creación cuando la crucifixión del Señor Jesús.
9. Y creí que era el Creador de todas las cosas, y el Todopoderoso Rey; y le su­
pliqué, diciendo, Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
10. Al momento consideró mi súplica y me dijo, En verdad te digo, que este día
estarás conmigo en el Paraíso.
11. Y me dio esta señal de la cruz diciendo. Llévala, y vete al Paraíso; y si el án­
gel que está guardando el Paraíso no te admite allí, muéstrale la señal de la cruz, y
dilc; Jesucristo, el que está crucificado, me ha enviado.
12. Cuando hice esto, y dije al ángel que está guardando el Paraíso todas estas
cosas, y él las oyó, al momento abrió las puertas, me introdujo y me colocó en el
lado derecho del Paraíso.
13. Diciendo, Quédate aquí, hasta que Adán, el padre de toda la humanidad, en­
tre con lodos sus hijos, que son los santos y justos siervos de Jesucristo, el que fue
crucificado.
14. Cuando ellos oyeron este relato del ladrón, todos los patriarcas dijeron con
una sola voz, Bendito sea Tu Nombre, Oh Todopoderoso Señor. Padre de la eterna
bondad, y Padre de la misericordia, que has concedido tales favores a todos aque­
llos que pecaron contra ti, y que los has traído a la misericordia del Paraíso, y los
has colocado entre tus hermosas y espirituales provisiones, en una espiritual y santa
vida. Amén.

Ilite ra tu ra medieval y apócrifa ha asignado varios nombres al ladrón penitente:


Desmas, Dismas, Dimas, Mata y Vicimus. El ladrón que no se arrepiente es llamado
Gesmas, Destas, Sesmas, Joca y Justino. Longfellow, en The Golden Legend, llama
al buen ladrón Titus y al mal ladrón Dumachus. Se imagina a los dos ladrones
atacando a María y a José cuando estaban huyendo a Egipto. Cuando Dumachus
reclamó un p¿igo por su liberación, Titus, que sintió compasión por la sagrada fa­
milia, pagó el rescate de su propio bolsillo. El niño Jesús profetizó entonces:

When thirtv years shall llave gone by,


I at Jerusalem shall die,
By Jewish hands exalted high
On (he accursed tree,
Then on my right and my lel't side,
Thesé thieves shall bolh be crucified,

259
And Titus thenceforth shall abide
In paradise with me.

[Cuando treinta años hayan pasado,


Y a Jerusalén me dirija para morir,
A manos de los judíos exaltados
Allá en lo alto sobre el árbol maldito,
A mi derecha y a mi izquierda,
Estos ladrones serán crucificados,
Y Titus morará desde entonces
Conmigo en el paraíso.]

Un manuscrito griego medieval llamado La historia de José de Arimatea pre­


tende ser un relato de primera mano de la crucifixión. El autor es descrito en los
Evangelios como un hombre rico que era un secreto seguidor de Jesús. Después
de la crucifixión, José pidió a Pilato permiso para enterrar el cuerpo de Jesús. Pi-
lato dio su consentimiento, y el entierro fue llevado a cabo por José y Nicodemo.
Debido a que esta obra apócrifa ofrece un relato tan gráfico de las muertes de los
dos ladrones, la reproduzco en su totalidad en el Apéndice D.
A propósito, el Nuevo Testamento no menciona que el buen ladrón haya sido
inducido al pecado por las malas compañías. Ésta es otra de las adiciones de la
hermana White a los Evangelios. Escribe en el capítulo 78 de su vida de Cristo:
«[El buen ladrón] había sido llevado al mal camino por asociaciones dañinas». El
L U (2.009) nos dice: «Este joven, el bandido penitente, había caído en una vida de
violencia y fechorías por influencia de los que encomiaban tal carrera criminal».
El LU también está plagado de detalles similares sobre la vida y hechos de
Jesús que repiten los detalles proporcionados por la señora White. Juan 8 cuenta
la historia de la adúltera que estaba a punto de ser apedreada por sus pecados.
Mientras los acusadores permanecían allí, sabemos que Jesús escribió algo en la
arena, pero el Evangelio no nos dice qué escribió. La señora White, en el capí­
tulo 50 de The Desire o í Ages, nos revela que Jesús escribió «vergonzosos se­
cretos» de los acusadores. El LU (1.793) no descubre exactamente qué palabras
escribió Jesús, pero asume que fueron vergonzosos secretos porque escribió «para
beneficio de sus propios acusadores; y cuando ellos leyeron sus palabras, tam­
bién se alejaron, uno por uno».
La Biblia también guarda silencio sobre lo que le sucedió después a la adúl­
tera. Según la señora White, «la mujer penitente se convirtió en una de Sus más
resueltas seguidoras». Según el LU (1.793), «esta mujer, Hildana [sólo el LU men­
ciona su nombre], abandonó a su malvado marido y se unió a los discípulos del
reino».

260
La señora Whitc abre su relato sobre Jesús en el Estanque de Betesda con las
siguientes palabras: «En ciertas estaciones las aguas de este estanque solían mos­
trarse agitadas, y se creía que era el resultado de un poder sobrenatural, y que el
primero que después de la agitación del estanque entrara en las aguas, se curaría
de cualquier enfermedad que tuviera».
Una descripción similar aparece en el LU( 1.649): «Se creía que este fenómeno
periódico de las aguas calientes se debía a una influencia sobrenatural, y era creen­
cia popular que el primero que entrara en el agua después del burbujeo se sana­
ría de su enfermedad».
Ambas frases proceden de Juan 5:4, pero las paráfrasis de la hermana White y
del LU se parecen demasiado para ser una mera coincidencia.
En ningún lugar del Antiguo Testamento se revela cómo murió Pilato. Según
la señora White (capítulo 7): «Herido por sus remordimientos y su orgullo, y algún
tiempo después de la crucifixión, acabó con su vida». Según el LU (1989), Pilato
«no se recobró nunca plenamente de la condenación penosa de haber consentido
la crucifixión de Jesús. Como no gozaba de ningún favor a los ojos del nuevo em­
perador, se retiró a la provincia de Lausanne, donde posteriormente se suicidó».
Existen relatos apócrifos del suicidio de Pilato. Un apéndice del libro Acts o f Pí­
late le describe matándose con un cuchillo. César entonces ató una piedra de mo­
lino alrededor del cuello de Pilato y arrojó el cuerpo al Tíber. (Consúltese The
Apocryphal New Testamenf traducido por Montague Rhodes James, Oxford, 1924,
página 158.)
En la sección sobre Jesús del LU se hacen afirmaciones de hechos que no es­
tán recogidos en la Biblia y sí en The Desire o f Ages de la hermana White. Tanto
Marcos como Mateo cuentan cómo Herodes, en su fiesta de cumpleaños, estaba
tan complacido por el baile de Salomé que le ofreció concederle todo lo que de­
seara. Ella le pidió la cabeza de Juan el Bautista, una petición que Herodes triste­
mente concedió. La señora White descubre (capítulo 22) que «el rey estaba atur­
dido por el vino», aunque esto no lo mencionan ni Marcos ni Mateo. En el LU( 1.508)
conocemos que «Herodes así habló después de haber bebido mucho vino».
No hay una sola línea en los Evangelios que sugiera que el joven Jesús hizo al­
gún esfuerzo especial para estudiar la naturaleza. En el capítulo 1 hicimos referencia
a pasajes del LU en los que Jesús de niño estudiaba Lis estrellas y las plantas. «De­
dicaba mucho de su tiempo libre -cuando su madre no necesitaba de su ayuda
en los quehaceres- al estudio de las flores y de las plantas durante el día, y de Lis
estrellas por las noches.» (LU 1.360)
Observar el vapor que escapaba de una olla hirviendo «dio al joven mucho que
pensar sobre el mundo físico y su constitución. A pesar de que la personalidad en­
carnada en este niño en desarrollo había creado y organizado todas estas cosas a
lo largo y a lo ancho del vasto universo.» (LU 1.367)

261
A los doce años, el LU nos cuenta (1.371) que Jesús «continuó progresando en
la escuela y estudiaba la naturaleza sin cansarse; al mismo tiempo, se interesaba
cada vez más por los métodos que usaba la gente para ganarse la vida».
Sospecho que Sadler, quizá ayudado por su mujer y por los demás miembros
de la Comisión, escribió la vida de Jesús del LU. También sugiero que al detallar
los estudios juveniles de Jesús sobre la naturaleza Sadler se basó en los recuerdos
de lo que la señora VVhite había escrito en el capítulo 7 de The Desirc o f Ages:

Y extendida delante de Él se encontraba la gran biblioteca de las obras creadas por


Dios. Él que había hecho todas las cosas estudiadas en las lecciones con Sus pro­
pias manos había escrito en la tierra y en el mar y en el cielo. Excepto la formas no
sagradas del mundo, extrajo gran cantidad de conocimiento científico de la natura­
leza. Estudió la vida de las plantas y de los animales, y la vida del hombre. Desde
Sus primeros años, estaba poseído por un único propósito; vivía para bendecir a los
demás. Para este propósito encontró recursos en la naturaleza; nuevas ideas de for­
mas y medios bombardeaban Su mente mientras estudiaba la vida de las plantas y
de los animales.

No he leído todas las voluminosas obras de la hermana White, pero he trope­


zado con un pasaje de su Patriarchs and Prophets que guarda una asombrosa si­
militud con afirmaciones del LU. Se nos dice (LU828) que Adán y Eva medían al­
rededor de dos metros y medio y que sus cuerpos «despedían una luz trémula»
(LU 834):

Despedían los cuerpos de Adán y Eva una luz trémula, pero siempre vestían ropa
en conformidad con la costumbre de sus asociados. .Si bien usaban muy poca ropa
durante el día, vestían una capa a partir del atardecer. Data de los días de Adán y
Eva el origen de la aureola tradicional que rodea la cabeza de los supuestos hom­
bres sagrados y dignos de alabanzas. Puesto que se opacaban en gran parte las ema­
naciones de luz de sus cuerpos debido a la ropa, no se distinguía sino el resillan­
do)' radiante en tomo a su cabeza. U>s descendientes de Adansón siempre retrataban
de este modo su concepto de los individuos que se tenían por seres extraordinarios
en cuanto al desarrollo espiritual.

Adán y Eva eran 1lijos e Hijas Materiales de Dios. Se nos dice (LU 580-581) que
tales personas «varían en altura de dos metros y medio a tres metros, y su cuerpo
brilla con un halo de luz radiante de tonalidad violeta. Aunque la sangre material
circula por sus cuerpos materiales, también están sobrecargados de energía divina
y saturados de luz celestial».
Éste es el pasaje de Patriarchs and Prophets (capítulo 3) al que antes aludía:

262
Cuando apareció de la mano de su Creador, era de elevada estatura y de perfecta
simetría. Su semblante llevaba el rubicundo tinte de la salud, y brillaba con la luz
de la vida y de la alegría. La altura de Adán era muy superior a la de los hombres
que ahora habitan la tierra. Eva era algo menor de estatura; aunque su forma era
noble y llena de belleza. La pareja sin pecado no llevaba adornos artificiales; esta­
ban vestidos con una capa de luz y gloria, como la que llevan los ángeles. Mientras
vivieron en obediencia a Dios, su vestido de luz continuaba envolviéndoles.

Los urantianos que se sienten tan enormemente impresionados por la maravi­


llosa prosa de los documentos de Jesús del LU deberían leer (aunque probable­
mente no lo desean) The Desire o f Ages de la señora White. El libro está también
maravillosamente escrito, es igualmente erudito, detallado e incluso más extenso
que la sección de Jesús del LU. Si los urantianos leyeran The Desire o f Ages con
amplitud de mente, se sentirían igualmente maravillados, sobre todo a la vista del
hecho de que la educación de la señora White nunca pasó del equivalente a un
tercer grado. The Desire o f Ages ejerció una gran influencia en el doctor Sadler.
D)S adventistas hablan de este libro con la misma reverencia que los urantianos
hablan de la sección de Jesús del LU «He leído muchas biografías sobre Jesús -e s­
cribe el adventista John Robertson en su libro The White Truth (1981)-, pero nin­
guno de esos libros jamás me ha impulsado a arrodillarme por amor a Cristo como
el libro The Desire o f Ages.»
Aunque la señora White añadía con frecuencia diálogos y acontecimientos que
no estaban en la Biblia, seguía más de cerca los relatos de los Evangelios que el
LU. Creyendo que la Biblia estaba divinamente inspirada y que era infalible en cada
versículo, no podía decir nada (como con frecuencia hace el LU) que contradijera
la Biblia. Sin embargo, como alguien que se creía en contacto directo con los án­
geles y el Espíritu Santo, se sentía con facultad para adornar su narrativa, como
hemos visto, con ocasionales retazos de información que no se encontraban en el
Nuevo Testamento.-1 Sería un proyecto interesante que alguien que dispusiera del
tiempo y paciencia necesarios para recorrer línea a línea las dos vidas de Jesús, y
enumerara cada detalle que no aparece en los Evangelios pero que las dos vidas21

21 Los [¡rimeros escritos de Ellen White sobre Jesús descubren muchos acontecimientos que no se en­
cuentran reflejados en la Biblia, pero que se suprimieron de The Desire oí Ages para no ofender a los
lectores que desconocieran que la señora White era capaz de obtener por medio de visiones infonna-
cion previamente desconocida. Por ejemplo, en Spirítual Gifts (vol. 1) nos revela que después de que al­
guien escupiera en el rostro de Cristo durante su juicio, «él tranquilamente levantó su mano y se limpió».

263
tienen en común. Tales similitudes son, por supuesto, lo que cabría esperar si el
autor o autores de los documentos sobre Jesús del LU fueran antiguos adventis­
tas que conocían los escritos de la hermana White de memoria.
Muchas otras doctrinas curiosas del Adventismo del Séptimo Día se encuen­
tran también reflejadas en el LU. Tanto adventistas como urantianos están con­
vencidos de que el arcángel Miguel de la Biblia y Jesús son la misma persona, y
que fue a través de Miguel que Dios creó la tierra {LU 24). En hebreo «Miguel» sig­
nifica «uno que es como Dios».
La identidad de Jesús-Miguel se subraya en la primera literatura adventista y en
libros posteriores como el influyente de Carlyle B. Haynes Our Times and Their
Meaning (1929). De esta forma lo expresa Haynes al describir la rebelión de Satán:

Finalmente ocurrió la clara ruptura.


«Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con el dra­
gón, y peleó el dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue ha­
llado su lugar en el cielo» (Apoc. 12:7,8).
El nombre «Miguel» es uno de los nombres de Cristo. Se hace plena referencia
a ello en la Epístola de san Judas 9. donde Miguel es llamado Arcángel, en relación
con 1 Tes. 4:16, donde «el mismo Señor» se dice que es el arcángel, cuya voz des­
pertará a los muertos; y Juan 5:25, donde se dice que es la voz de Cristo la que le­
vantará a los muertos.

Una de las mejores referencias sobre la angelología adventista se encuentra en


Past. Present, and Future, escrito por el hijo mayor de Ellcn White, James Edson
White (1909, ed. revisada en 1914). Ocho capítulos están dedicados a «Ángeles, Dios
y Demonio». En la página 67, White expone las razones de la iglesia para identi­
ficar a Cristo y Miguel. «Por tanto, Miguel no es otro que Cristo, el arcángel, que es
el “Capitán de las Huestes del Señor”».
D)s adventistas tomaron la identidad de Jesús-Miguel de William Miller, cuyas
fracasadas profecías acerca del Segundo Advenimiento condujo a la formación de
la iglesia adventista del Séptimo Día. Según la Encyclopedia de la Iglesia, «la ma­
yoría de los adventistas han sostenido siempre que Miguel es Cristo».22

22. Ellen White defendió la identidad de Cristo y de Miguel. En el capítulo 10 del The Desire ol .Ages.
donde menciona a Miguel en la página 99, pone «Cristo» entre comillas después de su nombre. Tam­
bién en Spiritual Gifts (vol. 4A) y en el primer volumen de The Spirít ofProphecy, donde describe a Mi­
guel resurgiendo del cuerpo de Moisés y llevándolo al cielo, le llama «Miguel, o Cristo».

264
La identidad Miguel-Cristo es una antigua herejía cristiana. El grupo más pe­
culiar que la defendió fue una secta búlgara de mediados del siglo diez conocida
como los bogomilitas. En su extraña mitología maniquea, Dios tenía dos hijos. Sa­
tán y su hermano más joven Miguel. Después de que Satán fuera expulsado del
cielo, creó un nuevo cielo y tierra, y se convirtió en el Jehovah del Antiguo Testa­
mento. Intentó por todos los medios fabricar a los seres humanos, pero fue inca­
paz de hacerlo sin la ayuda de Dios que infundió el alma en sus cuerpos sin vida.
Fue Satán quien tentó a Adán y Eva y originó la caída de la humanidad. Para
oponerse a los planes maléficos de Satán, Dios envió a Miguel a la tierra, a través
del vientre de la virgen María, que nació como Jesús. La crucifixión fue un acto de
Satán, pero Jesús finalmente triunfará tal como lo profetiza el Apocalipsis. Los bo­
gomilitas estuvieron en auge hasta bien entrado el siglo xiv. Si se desea conocer-
más datos sobre su historia y creencias, consúltese la edición decimoprimera de
The Encyclopaedia Britannica, Encyclopaedia o f Religión and Etliics de Hastings
y The Bogomils de Dmitrí Ohlensky (Cambridge, 1948).
En la breve Epístola de san Judas (versículo 9). del Nuevo Testamento, se nos
dice que Miguel y Satán una vez discutieron acerca de quién debía poseer el cuerpo
de Moisés. Sabemos por el Apocalipsis (12:7-9) que Miguel finalmente se deshará
de Satán. El arcángel se representa tradicionalmente en el arte sosteniendo una
espada desenvainada, junto a un Satán muerto con forma de dragón.
Dos fiestas católicas honran a Miguel: La Fiesta de San Miguel y de todos los
Ángeles (29 de septiembre) y la Aparición de San Miguel (8 de mayo). La mayoría
de las iglesias consagradas a Miguel se construyeron en lugares donde se dice que
ocurrieron apariciones del arcángel. En Inglaterra es una antigua tradición comer
un ganso el día de San Miguel. Como expresa un antiguo pareado:

Septemher vvhen by custom (right divine)


Geese are ordained lo bleed at Michael's shrine.

[En septiembre era costumbre (por derecho divino)


desangrar a los gansos en el santuario de Miguel.)

Para conocer otras pintorescas costumbres y tradiciones en torno al día de San


Miguel y del arcángel, consúltese la sección sobre Miguel en Curíositíes o í Popu­
lar Customs (1898) de William Walsh. Debería añadir que Miguel fue el ángel que
habló directamente con Juana de Arco. En Golden Legend de Longfellow, Miguel
es el ángel del planeta Mercurio. Hasta la fecha ningún papa ha negado la reali­
dad de los ángeles. En 1986, el actual papa Juan Pablo II dio cinco conferencias
sobre los ángeles. En 1950. el papa Pío XII nombró a Miguel el ángel patrón de
los policías.

265
En la fe musulmana Miguel es el poderoso arcángel que por medio de sus ayu­
dantes, los querubines, controla toda la naturaleza. Sus alas son verdes, pero sólo
Alá sabe cuántas tiene. Por sus millones de ojos brotan lágrimas por los pecados
de los musulmanes, y de cada lágrima Alá crea otro querubín.
Miguel y Gabriel, este último el más famoso de los ángeles de la literatura cris­
tiana y musulmana así como del arte, son los únicos ángeles cuyos nombres apa­
recen en la Biblia. Se nos dice en el LU que Gabriel, también conocido como la
Brillante Estrella Matutina, fue el hijo de Miguel y del Espíritu Materno. Es el jefe
ejecutivo del Universo de Nebadón.
Fue Gabriel quien dictó el Corán a Mahoma. El Corán le describe como posee­
dor de 140 pares de alas. En Golden Legend de Longfellow es el ángel de la Luna.
En el Evangelio, fue Gabriel quien anunció a María el nacimiento de Jesús, en una
escena pintada cientos de veces por los artistas del Renacimiento.
El LU (1345-1347) acepta los relatos del Nuevo Testamento de Gabriel apare­
ciendo tanto a María como a Elisabet (Isabel). Cuando visitó a Elisabet para co­
municarle que sería la madre de Juan el Bautista, el libro data esa visita el día 8
de junio del 8 a.C. El LU niega el nacimiento virginal de Jesús -José fue su verda­
dero padre- pero vuelve a relatar la historia de Gabriel llevando la «buena nueva»
a María. Esto, se nos dice, ocurrió a mediados de noviembre del 8 a.C.:

La anunciación de Gabriel a María ocurrió al día siguiente de la concepción de Je­


sús y constituyó el único acontecimiento de naturaleza supematural del embarazo
y alumbramiento del hijo prometido (L U 1.347).

Aquí tenemos uno de los muchos ejemplos en el LU en el que un tradicional


milagro cristiano, el nacimiento virginal de Jesús en la Virgen María, es negado para
mayor ofensa de los cristianos conservadores, mientras se confirman otros acon­
tecimientos sobrenaturales, como las visitas de Gabriel a Elisabet y María, para un
enojo similar de los no cristianos.
He visitado New Harmony, Indiana, donde pude ver una inmensa huella en pie­
dra de un pie desnudo, que se dice que fue dejada por Gabriel después de hablar
con George Rapp. Rapp fue el fundador de la colonia adventista rapita de New
Harmony. Los miembros de la secta esperaban el Segundo Advenimiento de Cristo
tan pronto como dejaran de tener hijos. Como resultado de esa extraña medida,
la colonia obviamente desapareció. Se dice que Rapp exclamó en su lecho de muerte
que si Dios no deseaba que viviera para ser testigo del retorno de Jesús, entonces
su última hora había llegado.
En la teología adventista del Séptimo Día, Miguel (Jesús) es una parte eterna
de la Divinidad. Los Testigos de Jehová también identifican a Cristo con Miguel,
pero con una diferencia principal. Al igual que los antiguos amanos y los actua­

266
les urantianos, creen que Miguel fue un ser creado, no una parte eterna de la Di­
vinidad. Hace miles de millones de años, dicen los Testigos, Dios creó a Miguel como
el primer ángel. Miles de millones de años después, fue a través de Miguel que
Dios creó el universo. Como un sacrificio por los pecados de la humanidad. Dios
introdujo a Miguel dentro del vientre de María como Jesús, un auténtico ser hu­
mano que murió, no en una cruz, sino en un «poste de torturas» -u n palo verti­
cal sin la barra cruzada. No hubo resurrección del cuerpo de Jesús. Después de
deshacerse del cuerpo de Cristo (LU 2.024), Jehovah reconstruyó el espíritu de Je­
sús como Miguel, el arcángel que había sido anteriormente.
El primer capítulo de la Carta de san Pablo a los Hebreos afirma con rotundi­
dad que Jesús nunca fue un ángel. Esto puede explicar por qué la identidad Je-
sús-Miguel ha sido tan poco frecuente en las pasadas herejías cristianas. Los ad­
ventistas de nuestros días han dejado de mencionar esta identidad, y muchos incluso
la han abandonado. La Epístola de san Pablo no es ningún obstáculo pata los uran­
tianos porque su Jesús-Miguel nunca fue un ángel. Era el Hijo del Hijo Eterno de
la Trinidad Paradisíaca.
Herbert Armslrong. el patín egoísta que fundó la Iglesia de Dios Universal, adoptó
muchas de las doctrinas adventistas del Séptimo Día, incluyendo el sueño del alma,
la aniquilación de los malvados y la celebración del sabbath, aunque no la iden­
tidad de Miguel-Jesús. En la absurda teología de Armstrong, Miguel sólo es un ar­
cángel cuya tarea consiste en proteger a las doce tribus de Israel, y a la auténtica
iglesia de Dios actual, a saber, la iglesia fundada por Armstrong.
Por otro lado. Armstrong afirmaba que Melquisedec (véase Génesis 14, Hebreos
.1-7 y Salmos 110) y Jesús «son uno y la misma persona» (Armstrong, Mistery o í the
Ages, capítulo 1). Esta pintoresca creencia también ahonda sus raíces en los pri­
meros siglos del cristianismo. Epifanio, el obispo de Salamis que vivió en el siglo
cuarto, escribió un libro llamado Panaríon, en el cual atacaba a ocho variedades
de herejías. Una de ellas era la creencia de que Melquisedec era Jesús, otra la creen­
cia de que Melquisedec era una deidad superior a Jesús. La última creencia era el
núcleo de una secta herética del siglo tres llamada los Melquisedequianos o Mel-
quisedianos. Que Melquisedec es una encarnación de Jesús era la opinión defen­
dida por Marcos Eremita, conocido como Marcos el ermitaño, que vivió alrededor
del 400 d.C. y fue abad de Ancyro. San Ambrosio, obispo de Milán que vivió en el
siglo cuarto, argumentó que Melquisedec era la encamación del Espíritu Santo.
Algunos comentaristas judíos de la Biblia identificaron a Melquisedec con el Me­
sías venidero.
En el LU. «Melquisedec» es un nombre genérico de una clase de Hijos de Dios.
El primer «otorgamiento» (encarnación) de Miguel fue hace mil millones de años
en el mundo de Salvingtón como un Melquisedec (LU 1.310). El Melquisedec del
Antiguo Testamento, según el LU. fue Maquiventa Melquisedec, un otorgamiento

267
de uno de los Hijos de Dios, aunque no el I lijo Miguel. Melquisedec siempre ha
sido una figura vaga y misteriosa para los comentaristas bíblicos, principalmente
debido a las extrañas declaraciones que se hacen sobre él en la Carta a los He­
breos del Nuevo Testamento. Desempeña un papel tan importante en la historia
urantiana que todo un documento (Documento 93) del L U está dedicado a él. Su
«otorgamiento» en Urantia ocunió en Salem (un nombre antiguo de Jerusalén) 1.973
años antes del nacimiento de Cristo, como Hebreos 7:3 lo describe: «Sin padre, sin
madre, sin genealogía, sin principio de sus días ni fin de su vida, se asemeja en
eso al Hijo de Dios».
Como nos dice el LU, se materializó en Urantia en un cuerpo especialmente
construido para él por los Dioses, pero careciendo del equipamiento genético ne­
cesario para producir descendencia. El cuerpo desapareció cuando tenía 94 años.
Abraham fue su pupilo, y los tres círculos concéntricos eran su insignia.
El Antiguo Testamento tiene poco que decir acerca de Melquisedec, pero en
cambio se habla mucho de él en el apócrifo Second Book o f Enoch. Cuando su
madre Sothonim murió. Melquisedec salió de su cuerpo como un niño de tres
años. «Mirad, el símbolo del sacerdocio está en su pecho, y su apariencia es glo­
riosa». ¿Constaba ese símbolo de tres círculos concéntricos? Según Enoch, hubo
un segundo Melquisedec que se convirtió en el rey de Salem. Para preservarlo
del diluvio de Noé. Dios ordenó a Miguel que lo llevara a Edén pitra ponerlo a
buen recaudo. Algunas fuentes judías posteriores identifican a Miguel con el pri­
mer Melquisedec. Una traducción del Second Book o f Enoch se puede encon­
trar en The Oíd Testament Pseudepigrapha, editado por James H. Charlesworth,
volumen 1 (Doubleday, 1983).
La historia de Melquisedec, rey de Salem, se cuenta en El Libro de Mormón
(Alma 13:14-19). El sacerdocio de Melquisedec es la orden suprema de los sacer­
dotes mormones -los canales a través de los cuales Dios envía revelaciones con­
tinuadas. Juan el Bautista, disfrazado de ángel, otorgó el sacerdocio ajoseph Smith
y a uno de sus asociados en 1829. Desde entonces los sacerdotes de Melquisedec
han gobernado la iglesia con autoridad de hierro. La orden no está abierta a las
mujeres mormonas.23

23. Se dice que en 1694 surgió en Nueva York una secta denominada La Anciana y Mística Orden de
Melquisedec. Según U7?o's Who in Occultism, New Thought Psychism and Spirítualism, editado por Wi-
lliam C. Hartmann (Occult Press, 1927), este grupo ya desaparecido desde hace mucho tiempo tenía
como primer objetivo: «Formar un núcleo de la Hermandad Universal de Humanidad, sin distinción de
raza, credo, sexo, casta o color». Su segundo objetivo era: «Fomentar el estudio de la religión comparada,

268
El Ajustador del Pensamiento de Melquisedec se convirtió posteriormente en
el Ajustador del Pensamiento de Jesús -el único Ajustador del Pensamiento que
ha ocupado dos mentes en Urantia (LU 1.01(5, 1.200, 1.357, 1.511). Jesús tenía cinco
años cuando el Ajustador del Pensamiento entró en su mente el 11 de febrero del
2 a.C. Mientras Jesús estaba siendo bautizado por Juan, el Ajustador del Pensa­
miento le dejó para regresar pocos momentos después como un exaltado Ajusta­
dor Personalizado.
Conocido como el Príncipe Planetario de Urantia, hace menos de mil años Mel­
quisedec era el «gobernador general residente», donde vivió invisible durante cien­
tos de años. El Documento 5(5 fue escrito en colaboración con él. Al igual que Je­
sús. algún día regresará a la tierra en forma visible. Como dice el LU (1.251), este
acontecimiento trascendental, al igual que el Segundo Advenimiento de Cristo,
puede ocurrir «en cualquier día o momento».
El Documento 93 concluye:

Ésta es la historia de Maquiventa Melquisedec, uno de los seres más singulares que
haya estado relacionado jamás con la historia de Urantia y una personalidad que
puede estar destinada a desempeñar un papel importante en la experiencia futura
de vuestro mundo irregular y fuera de lo común.

La doctrina adventista de que los ángeles guardianes velan por cada uno de
nosotros también se menciona en el LU. El Jefe de los Serafines, asignado a Uran­
tia. abre del Documento 114 de la forma siguiente:

Los Altísimos gobiernan en los reinos de los hombres a través de muchas fuerzas y
agencias celestiales pero principalmente a través del ministerio de los serafines.
I loy al mediodía cuando pasamos lista a los ángeles y guardianes planetarios y
otros ángeles en Urantia había 501.234.(519 pares de serafines. Asignados a mi co­
mando había doscientas huestes de serafines: 597.19(5.800 pares de serafines o
1.002.469.238 individuos. Por consiguiente, se deduce que estaban ausentes de este
mundo 191.294.362 ángeles en misiones de transporte, de mensajería y de muerte.
(En Urantia existe alrededor del mismo número de querubines que serafines y es­
tán organizados de .forma similar.)

filosofía y ciencia, psicología y divinidad». Su tercer objetivo: «Investigar las leyes inexplicadas de la na­
turaleza y los poderes latentes en el hombre». ¿Algún lector me podría decir algo más acerca de esta os­
cura orden?

2(59
Ya he mencionado en otras ocasiones la pasión del LU por las cifras largas y
exactas como las anteriores. Merece la pena recordar de nuevo a los lectores que
Wilfred, el conducto durmiente, comenzó su carrera en Battle Creek como conta­
ble, y que durante décadas fue el director comercial de la institución sanitaria de
Sadler. Los contables no son matemáticos, pero su éxito profesional obviamente
depende de la exactitud con la que registran y manipulan grandes cifras.
Tanto en la teología urantiana como adventista, los ángeles guardianes no pue­
den interferir con las decisiones tomadas por nuestra propia voluntad. Sólo en raras
ocasiones interactúan con las causas y efectos naturales de la historia. Si se de­
sea conocer los detalles, consúltense las páginas 1.243-1.249 del LU. En casos de
extrema emergencia, el serafín puede intervenir en los asuntos de los mortales re­
alizando «alguna obra poco común», generalmente ordenado por los superiores,
pero a veces actuando por propia iniciativa. Como el LU expresa: «En la mayor
parte de los casos las circunstancias del reino material proceden sin alteraciones
por la acción seráfica, aunque han surgido ocasiones en las que algún eslabón vi­
tal de la cadena de la evolución humana corría peligro, y entonces los guardianes
seráficos han actuado, y adecuadamente, por su propia iniciativa» (LU 1.246).
Los adventistas, de acuerdo con Tomás de Aquino y casi todos los teólogos protes­
tantes y católicos de las épocas anteriores, creen que hay sólo un ángel guardián
asignado a cada creyente. El ZT/sin embargo asigna un par de ángeles no sólo a
los cristianos sino también a cada ser humano. Generalmente no somos conscientes
de su presencia o de la forma que guía nuestros pasos «hacia caminos de expe­
riencias nuevas y progresivas».
Los ángeles guardianes y los Ajustadores del Pensamiento no se comunican,
aunque el par angélico y el Ajustador están «extrañamente correlacionados» para
trabajar juntos en «perfecta armonía y exquisito acuerdo». Como los serafines ca­
recen de cuerpo físico, no pueden derramar lágrimas físicas, pero experimentan
«emociones espirituales» comparables a las nuestras. En un sentido figurado «llo­
ran por nuestra intolerancia y testarudez intencionadas». No están directamente
relacionados con nuestras oraciones, pero nuestro deseo de rezar es con frecuen­
cia el resultado de su influencia.
Después de que hayamos muerto, nuestro ángel guardián conserva todos los
registros que constituyen nuestra identidad mientras nuestra alma duerme hasta
que llegue el día de la resurrección. Si hemos sido demasiado malvados para me­
recer la resurrección, dejaremos finalmente de existir. Cuando se pase lista, nues­
tro Ajustador será el que nos identifique, y nuestro guardián seráfico nos «reper­
sonalizará» con un nuevo cuerpo hecho de moroncia. Por primera vez podremos
ver a nuestros ángeles guardianes. Permanecerán con nosotros a lo largo de nues­
tras a venturas interiores de mundo a mundo. «Y estarán esperando en las Otilias
del Paraíso cuando sus asociados mortales despierten del último sueño de trán-

270
sito a las nuevas experiencias de eternidad.» (LU 1.248). Sus dos ángeles compa­
ñeros se fusionarán entonces para formar una «biunificación» y convertirse en Dei­
dades del Paraíso.
Así es como Ellen White, en el capítulo final de Education, describe nuestros
contactos con los ángeles después de nuestra resurrección en el cielo:

Cada redimido comprenderá el ministerio de los ángeles en su propia vida. El án­


gel cine fue su guardián desde sus primeros momentos; el ángel que vigiló sus pa­
sos, y cubrió su cabeza el día de) peligro; el ángel que estaba ju n to a él en el valle
de las sombras de la muerte, que marcó su lugar de descanso, que fue el primero
en saludarle la mañana de la resurrección -¡qué será mantener una conversación
con él, y conocer la historia de la divina interposición en la vida humana, y la coo­
peración celestial en cada obra de la humanidad!
Todas las perplejidades de la experiencia vital se volverán sencillas. En donde
ante nuestros ojos se mostraba sólo confusión y decepción, propósitos cancelados
y planes frustrados, veremos un gran propósito, dominante y victorioso, una divina
armonía.

En el año en que escribo este libro (1994), los ángeles están casi tan «de moda»
como lo estuvieron en la Edad Media y en el Renacimiento, cuando rezar a los án­
geles era una herejía generalizada. Se han publicado más de treinta libros acerca
de ángeles en los últimos años, incluyendo uno de Billy Graham, y un tratado más
académico escrito por el filósofo episcopaliano Mortimer Adler. Por alguna razón
Adler escribió The Angels ¿md Us (1982) sin revelar si creía o no en su existencia.
La cubierta de la revista T im e (27 de diciembre de 1993) muestra a un ángel
joven con gloriosas alas blancas. Ilustra un ensayo de ocho páginas, escrito por
\ancy Gibbs, titulado «Angels Among Us». La cubierta afirma: «El sesenta y nueve
por ciento de los americanos creen que [ios ángeles! existen.-4¿Qué está pasando?».
Al igual que Adler, Gibbs se mantiene al margen con respecto a si los ángeles son
reales o míticos.24

24 La cifra del 69% procede de una encuesta telefónica realizada por Time en 1993 sobre 500 ameri­
canos adultos. El 46% de los creyentes también creen en la existencia de un ángel guardián para cada
uno de nosotros. El 55% creen que los ángeles son seres superiores creados por Dios; el 15% dan por
supuesto que los ángeles son las almas de los fallecidos. El 32% afirman haber sentido «una presencia
angélica» en su vida. Sólo el 7% no creen que los ángeles existan. El 49% creen en los ángeles caídos
contra un 45% que no creen en ellos.

271
Los ángeles guardianes aparecen también en las películas y en las series de te­
levisión, incluyendo las infinitas reposiciones de Qué bello es vivir, la película más
famosa de James Stevvart después de Arizona. El fallecido Michael Landon -fíjense
en su nombre-representó a un ángel guardián en la larga seiie de televisión Au­
topista hacia el cielo. En una reciente obra de Broadway, Ángeles en América, un
hombre enfermo de sida es ayudado por un ángel. Las ventas de ángeles buenos
-pins, imágenes, e tc - están en auge. En mi ciudad natal, Tulsa, hay una tienda lla­
mada «Ángeles y Cosas» especializada en figuras de ángeles. Las tres cuartas par­
tes de los adolescentes americanos, según demuestra una reciente encuesta Ga-
llup, cree tanto en ángeles buenos como en los demoníacos.
En 1994, fue publicado por Warner Brothers Angelic Healing: Working with An-
gels lo ¡leal Your Life, escrito por Eileen Elias Freeman, que había escrito ante­
riormente Touched by Angels. El libro era una selección de The Literary Guild y
del Doubledav Book Club, ambos propiedad de Warner Brothers. «Asombrosas his­
torias reales de personas que han sido curadas a través de la intervención de los
ángeles», afirma el anuncio publicitario a media página en The New York Times
Book Review (13 de noviembre).
En 1995, apareció una revista bimestral titulada Angels on Earth. editada por
Fulton Oursler, Jr., hijo del conocido escritor americano. Los suscriptores recibían
de forma gratuita un calendario de pared que presentaba las obras maestras del
arte angélico. El folleto que anunciaba la revista llevaba un mensaje firmado por
Oursler que comenzaba:

Querido amigo,
¿Ha sentido alguna vez el contacto tranquilizador del ala de un ángel mientras se
enfrentaba con los retos de la vida diaria? ¿O alguna vez un ángel intervino y le salvó
de una prácticamente segura desgracia?
Cada vez más personas se están dando cuenta de que sus vidas han sido en
efecto tocadas por los ángeles. Estos espíritus atentos nos proporcionan fortaleza y
ayuda, comodidad y atención, y con frecuencia cuando más los necesitamos. Y ahora,
de los editores de la revista Guideposts llega Angels on Earth -u n a colección ins­
piradora de relatos de primera mano de personas corrientes cuyas vidas han sido
extraordinariamente bendecidas por esos mensajeros celestiales de Dios.

Tanto los adventistas como los urantianos consideran que la Iglesia católica es
la gran pervertidora de las enseñanzas de Jesús, al incluir toda clase de extrañas
doctrinas que no se encuentran en la Biblia. Hasta muy recientemente, los ad­
ventistas creían que la Iglesia católica era el Anticristo de la profecía bíblica. Tinto
adventistas como el LUrechazan que Jesús deseara que Pedro fuera el primer papa.
Como ya sabemos, el tío de Wilfred escribió un libro completo sobre este tema.

272
Los adventistas son vegetarianos, y también rechazan el consumo del tabaco y
del alcohol. Adán y Eva. como nos recuerda la hermana White, son descritos en
el Génesis como estrictos vegetarianos antes de que desobedecieran a Dios y co­
menzaran a comer carne. El LU(851) nos dice: «Adán y Eva y la primera genera­
ción de sus hijos no se valieron de la carne de animales para alimento».
¿Por qué Dios permitió que Satán y sus cohortes se rebelaran? Porque, como
los adventistas siempre han mantenido al igual que san Agustín. Dios concedió a
sus seres creados el poder del libre albedrío, y esto necesariamente incluye la po­
sibilidad de pecar. Dios permitió el conflicto para que, después de la aniquilación
de todos los ángeles rebeldes, todo el mundo comprendiera las funestas conse­
cuencias del pecado. Cuando finalice el gran conflicto entre Cristo y Satán, el uni­
verso se verá libre del mal para siempre. Esta doctrina también se refleja en mu­
chos lugares del LU. aunque en la página 618 se nos dice que «en Uversa enseñamos
cuarenta y ocho razones para permitir que el mal corra su pleno curso y su pro­
pia bancarrota y extinción espiritual». El Mensajero Poderoso que escribió este do­
cumento añade que hay muchas otras razones que él no conoce, y que algunas
de las razones que conoce «no se me permite narrar».
El énfasis del LU en el misterio del mal es una doctrina del Adventismo del
Séptimo Día. Obsérvense los siguientes comentarios de Ellen White en el capítulo
29. «On the Origin of Evil», en The Great Controversv Between Christ and Satan:
«Es imposible explicar el origen del pecado para dar una razón de su existencia...
El pecado es un intruso de cuya presencia no se puede dar razón alguna. Es mis­
terioso, inexplicable». La señora White quiere decir, por supuesto, inexplicable desde
nuestra limitada y finita perspectiva.
Como no se podría esperar menos de las mentes inconscientes o conscientes
de unos desencantados adventistas, el LU entra en conflicto con muchos dogmas
adventistas fundamentales. Por ejemplo, el LU traslada el Segundo Advenimiento
de Cristo, que los adventistas todavía creen que está a la vuelta de la esquina, a
una fecha distante y desconocida. Sin embargo, como veremos en el último capí­
tulo. muchos urantianos implicados en lo que se llama La Misión de Instrucción
están ahora predicando un inminente regreso de Miguel.
Xo hay ninguna afirmación en el LU de que el sabbath todavía siga relacionado
con los cristianos de nuestros días. Por otro lado, el gran énfasis en todo el LU so­
bre el número siete puede estar relacionado con los recuerdos inconscientes de
Wilfred de su pasado adventista. Probablemente sea una coincidencia, pero es di­
vertido observar que hay siete letras en Wilfred y en Kellogg, sin mencionar Uran-
lia. Xebadón, Gabriel, Lucifer y muchos otros nombres del LU.
Aunque Will Kellogg, como su hermano John, perdieran su fe adventista, nunca
abandonaron su fascinación por el número siete. En los hoteles siempre reservaba
una habitación en el séptimo piso. Su matrícula del coche tenía que terminar en

273
siete. «Era el séptimo hijo de mi padre -le gustaba decir-; nací el séptimo día de
la semana [el sabbath adventista] y el séptimo día del mes. Mi padre también fue
el séptimo hijo y el apellido Kellogg' tiene siete letras.» Seguramente se habría sen­
tido intrigado por la omnipresencia del siete en el LU.
U)s urantianos sostienen que sus doctrinas son «cristianas» en el sentido de que
aceptan lo que creen que son las verdaderas enseñanzas de Jesús, tal como apa­
recen en los documentos sobre Jesús del LU. Ningún cristiano conservador esta­
ría de acuerdo, especialmente por el rechazo del LU de la redención mediante el
sacrificio cruento. Es fácil comprender por qué el LU ha sido tan intensamente
atacado por los fundamentalistas protestantes en sus muchos libros recientes so­
bre sectas americanas.2526A los urantianos naturalmente no les gusta que su reli­
gión sea llamada «secta»,20 al igual que a los adventistas, mormones y miembros
de la Ciencia Cristiana tampoco les gusta ser llamados sectarios. Sus objeciones
carecen de fundamento ante el hecho de que la Brillante Estrella Vespertina de
Nebadón (LU 965-966) llama culto religioso al primer cristianismo, y alienta a los
urantianos a reemplazarlo con un «nuevo culto religioso» destinado a ser la «ver­
dadera religión» del futuro.
A los miembros de una secta nunca les gusta que a su secta se la llame secta.
El New Collegiate Dictionary de Webster ofrece varias definiciones de esa palabra.
Casi todas sus definiciones se aplican al movimiento urantiano, pero especialmente
la siguiente: «una religión considerada como heterodoxa o falsa... Una gran devo­
ción hacia una persona, idea u objeto [en la secta Urantia el ‘objeto- es por su­
puesto el LUI... un pequeño círculo de personas unidas por devoción o lealtad ha­
cia un movimiento artístico o intelectual». Por supuesto, el urantismo difiere de
muchas de las sectas actuales en que carece de un líder carismático viviente, y en
la poca intensidad de su proselitismo.
Otro aspecto importante en el que el LU se aleja del Adventismo es su acep­
tación de una tierra antigua y de la evolución de todos los seres vivos. Tales pun­
tos de vista son comunes, por supuesto, en los cristianos liberales e incluso entre
una pequeña pero creciente minoría de adventistas. Trataremos la versión del LU
de la evolución en el capítulo 15.
Permítaseme comentar lo que puede ser sólo una divertida coincidencia. Por

25. Véase por ejemplo las secciones sobre urantismo en Larson's New Book uf Culis de Bob Larson (edi­
ción actualizada, 1989), Mairs Book ofNew;\ge Cults and Religions de Tex Marrs (1949) y otros libros
similares actualmente en venta en las librerías cristianas.
26. La palabra inglesa cult tiene dos acepciones: «secta», que es la que se ha utilizado en la traducción,
y «culto religioso». (N. de la T.)

274
otro lado, puede ser un ejemplo de cómo el nombre de una persona, muy fami­
liar a Wilfred porque esa persona desempeñó un papel crucial en la expulsión del
doctor Kellogg de la iglesia, pudo haberse convertido en material que surgía de la
mente inconsciente de Wilfred.
En el Documento 67 del LU conocemos a un personaje llamado Amadón. En
este documento se afirma que la gran rebelión de Lucifer de la Biblia cristiana tuvo
lugar en Urantia unos 150.000 años antes de que Adán y Eva aparecieran en es­
cena. Durante 300.000 años Urantia había sido gobernada por Caligastia, un siervo
de Lucifer. Cuando Caligasta se proclamó soberano absoluto, se opuso a él Van,
el inconmovible, presidente del consejo supremo de coordinación.
Durante los primeros siete años de la rebelión de Caligastia, Van fue apoyado
por su leal asociado Amadón. Amadón no era tan inteligente como el superhu-
mano Van, pero era inquebrantable en su devoción a Dios y a su I lijo Miguel (Je­
sús). Finalmente Caligastia fue depuesto. Sin embargo, se le permitió seguir viviendo
en Urantia donde es invisible a nuestros ojos pero donde continúa haciendo todo
lo que está en su mano para oponerse a los planes de Miguel. Fue Caligastia quien
tentó a Adán y Eva. Él es el «Demonio» de la Biblia -el malvado antagonista de
Miguel en The Great Controversy Between Christ and Satan, de la señora White.
Los amadonitas fueron un «noble bando» que apoyó a Amadón. Sus descen­
dientes, junto con los rivales Noditas, prosperaron en Urantia hasta la fundación
tic Edén. Sostenido por el Arbol de la Vida, Amadón continuó sirviendo a Van du­
rante más de 150.000 años. lx>s noditas, por cierto, se asentaron en la tierra de
N'od (LU 758), lo que aclara el misterio del Antiguo Testamento acerca de dónde
Caín consiguió a su mujer. Según el Génesis 4:16, la encontró en la tierra de Nod,
justo al este del Edén.
Ahora lo que puede ser o no una curiosa coincidencia. George Washington .Ama-
don (1832-1913) era un importante editor ejecutivo adventista de Battle Creek, sin
duda alguna descendiente de los nobles amadonitas. Él fue quien entrevistó al doc­
tor Kellogg acerca de sus opiniones heréticas, y quien desempeñó un papel cru­
cial en la expulsión del doctor de la fe en 1917, justo treinta y cuatro días después
de la fatal entrevista. Fue en ese momento cuando Wilfred Kellogg y el doctor Sad-
ler abandonaron la iglesia a la que sus parientes habían sido tan devotos, una igle­
sia que ellos mismos creyeron una vez que era la única organización que difun­
día el verdadero evangelio a un mundo malvado que pronto sería destruido por el
regreso de Miguel a esta tierra que él mismo había creado.

275
XIII
Sadler y la hermana White

En 1901, cuando Sadler tenía 26 años, escribió un folleto de seis páginas publi­
cado por la editorial adventista Pacific Press, de Oakland, California. Titulado Some
One Cares For Your Soul, el folleto es una apasionada súplica a los pecadores,
plagado de citas bíblicas. El siguiente párrafo puede dar una idea de lo firmemente
que Sadler estaba comprometido con la cristiandad evangélica:

Sí. Dios te ama, sin importar tu condición. Él te dio a Su 1lijo, Jesús, para que mu­
riera por ti. p o r com o eres: por ese motivo si sólo creyeras en Jesús, puedes llegar a
Él ahora, p o r com o eres. Jesús, el Salvador de los pecadores, te recibirá con sus bra­
zos abiertos y amorosos. ¿Acaso te vas a negar a acudir a Él?

Todavía en 1906, cuando Sadler y su mujer estaban viviendo en el 38 de Ca­


lendar Avenue. La Grange. Illinois, y Sadler todavía estaba estrechamente asociado
al doctor Kellogg y a su sanatorio de Battle Creek, el matrimonio Sadler seguía
siendo leal al Adventismo. Esto lo sabemos gracias a una notable carta de 14 pá­
ginas, escrita a un solo espacio, que Sadler envió a Ellen G. White el 26 de abril
de 1906.
Como revela esta carta, Sadler seguía creyendo firmemente en que la hermana
White era una profeta cuyos escritos y «testimonios» (escritos y discursos dirigidos
a los oficiales y miembros de la iglesia) estaban inspirados por el Espíritu Santo y,
por consiguiente, libres de enor. Al igual que su buen amigo el doctor Kellogg, que
en 1907 había de ser expulsado de la Iglesia, Sadler estaba comenzando a tener
serias dudas acerca de la integridad de la señora White. Los rumores de esas du­

277
das habían llegado a la propia Ellen White. El 30 de marzo de 1906, envió la si­
guiente carta a los escépticos asociados del doctor Kellogg:

Recientemente, en una de mis visiones nocturnas me encontraba con una gran com­
pañía de gente. Allí estaban presentes el doctor Kellogg, el ministro jones, Tennv y Tay-
lor, el doctor Páulson, el ministro Sadler, el juez Arthur y muchos de sus asociados.
El Señor me mandó que les pidiera a ellos y a algunos otros que tenían dudas y asun­
tos graves en sus mentes relacionadas con los testimonios que he sido merecedora,
que me especificaran cuáles eran sus objeciones y críticas. El Señor me ayudará a res­
ponder a esas objeciones, y a hacer más sencillo lo que parece ser intrincado.
Que todos aquellos que están preocupados escriban en un papel lo que preo­
cupa su mente, v veamos si podemos arrojar alguna luz sobre la materia que alivie
sus perplejidades... Que lo escriban todo, y lo presentaremos a los que deseen eli­
minar esas perplejidades.
Solicito a los directores del centro médico de Battle Creek, y a todos aquellos
que se han asociado con ellos, que reúnan todas las críticas y objeciones a los tes­
timonios que he merecido, y que me comuniquen abiertamente todo lo que ya se
ha comunicado abiertamente a los demás. Deberían hacerlo, si son leales a estas
instrucciones dadas por Dios.

Obedeciendo la petición de Ellen White, que afirmaba que Dios se lo había pe­
dido, varios hombres de Battle Creek anotaron sus preguntas específicas. El doc­
tor Charles E. Stewart, uno de los médicos del San, preparó una lista de «perple­
jidades» que envió a la hermana White. Sadler se encontraba entre los que enviaron
cartas similares. Su extensa carta fue un ruego apasionado y agónico a la señora
White para que aclarara sus dudas. Ésta es la carta de Sadler reproducida en su
totalidad, exactamente tal como la escribió:

38 Calendar Avenue
La Grange. III.
26 de abril de 1906

Señora E.G. White


Sanitarium. California

Estimada hermana White:


Hace unos pocos días he podido leer un comunicado suyo en el cual se men­
ciona mi nombre, y en el cual invita a todos aquellos que tengan dificultades con
relación a los Testimonios a que le escriban a usted.

278
Hay algunos asuntos que han surgido recientemente y que me tienen preocu­
pado: muchos asuntos que me encuentro incapaz de explicarlos a los que están per­
plejos; por tanto, aunque no tengo dudas con respecto a los «Testimonios», si me
han surgido varias perplejidades.
No le he escrito antes en relación con este tema porque soy de la posición de
que si el Señor le ha hablado, no soy el más adecuado para cuestionar y criticar
nada aunque sea totalmente incapaz de comprender o asimilar el mensaje. Pero como
ha pedido que todos aquellos que tengan dificultades se las presenten directamente,
y por cuanto que mi nombre se ha mencionado, me siento con la libertad suficiente
para escribirle y exponerle mis dificultades.
Para fundamentar correctamente mi presente actitud, será necesario remontar­
nos en el tiempo diez o doce años, justo en el momento en que había finalizado un
estudio sistemático de sus escritos, y realizado un extenso índice de todas sus obras
publicadas, incluyendo sus artículos que aparecieron en Review. Signs y otros do­
cumentos desde los años cincuenta. El estudio de sus escritos hicieron maravillas
en mí; mi alma se sintió inflamada de valor y poder, y dirigí frecuentes estudios pú­
blicos en el Sanatorio, en concentraciones religiosas al aire líbre y ante las iglesias
en relación con el tema.
Fue mientras estaba dirigiendo una serie de estudios con la South Side Church
de Chicago, adoptando la posición de que todos sus escritos provenían de la misma
fuente divina, en armonía con lo que afirma en el volumen 5, página 67:

Podría decir que esta comunicación es sólo una carta. Sí, es una carta,
pero promovida por el Espíritu de Dios, para dar a tu mente las cosas
que se me han mostrado. En estas cartas que escribo, en los testimo­
nios que difundo, estoy presentando ante ti lo que el Señor ha presen­
tado ante mí. No hay un solo artículo en el documento en el que ex­
prese únicamente mis irropias ideas. Por el contrario, son las que Dios
ha puesto delante en mi visión, los preciosos rayos de sol que brillan del
trono.

y estaba presentando ardientemente estos temas a la iglesia, cuando un viejo mi­


nistro cuestionó la validez de mi posición, pero yo lei el pasaje citado arriba, y me
basé firmemente en él. Por tanto, durante años he estado aceptando que tod¿is sus
comunicaciones eran «Testimonios». ¿Estaba en lo cierto? ¿O, como se afirmó, algu­
nas son «cartas», que sólo se refieren y tratan de un Testimonio en concreto?
Poco tiempo después, llegó la carta que envió al doctor Kellogg concerniente
a los edificios de Chicago, y por supuesto me preocupó; pero adopté la misma po­
sición -sé que los Testimonios proceden de una fuente superior a la humana; por
tanto, aunque ahora me encuentro con algo que no puedo explicar, algo que no

279
comprendo, un tema que incluso se me aparece sin fundamento, mantendré in­
quebrantablemente mi posición de fe absoluta.
Posteriormente, oí como usted explicaba ese asunto, que. en lo que a mí con­
cierne, me satisfizo, pero que dejó mi mente sumida en un problema, que ahora le
pido que me ayude a comprender: Ya que el Señor le mostró a usted esos edificios
en Chicago, y como se supone que habían sido construidos y después se comprobó
que no era así. y que el motivo de la representación era solamente evitar su erec­
ción, ¿esto no se podría aplicar también a otras representaciones que ha visto us­
ted. es decir, que el Señor le muestra visiones de cosas que no son, pero que es pro­
bable que ocurran, con el propósito expreso de evitar su aparición, como en el caso
de los edificios de Chicago a los que antes me he referido?
Por consiguiente, me encuentro en un dilema cuando quiero comprender cier­
tas cosas que ha escrito usted recientemente. Con frecuencia me siento perdido
cuando tengo que escoger entre las dos posiciones siguientes:
(1) ¿Tengo que reconocer las acusaciones o condiciones que se afirman en el
Testimonio como ciertas, y como condiciones que realmente existen en el
momento presente, aunque después de una piadosa búsqueda y de una cui­
dadosa investigación todavía sea incapaz de reconocer que estas cosas exis­
ten? O,
(2) ¿Es otro ejemplo como el de los edificios de Chicago, en el cual usted pre­
senta un hecho que en realidad no existe, pero que el Señor está intentando
evitar que se haga realidad?
Con estas dos posiciones ante mí, que conciernen a diversos temas, no sé por
cuál decidirme, de manera que he dejado lodo este problema en suspenso, en mi
mente, buscando y rezando para que se haga la luz.
Por ejemplo, recientemente leí una comunicación suya dirigida al doctor Paul-
son y a su esposa. Al leerla, se podría suponer que en ese momento, el doctor
Paulson se encontraba bajo la influencia del doctor Kellogg; sin embargo, después
de haber estado asociado con él muy estrechamente durante años, especialmente
desde mi regreso de California, no he visto tal cosa; de hecho, me ha parecido que
el doctor Kellogg ejercía menos influencia sobre el doctor Paulson en los últimos
años que sobre cualquiera de los anteriores colegas y actuales asociados. Podría
escribir muchas páginas para demostrar cómo, en muchos asuntos importantes,
el doctor Paulson durante los últimos dos años y medio se mantuvo inflexible en
sus convicciones, y ha seguido inquebrantable hasta el final en diversos temas con
respecto al doctor Kellogg.
I Iasta muy recientemente, no había prestado una gran atención a estos temas,
porque mi mente había tomado la decisión de creer en los Testimonios; tuve una
experiencia personal con ellos: y, como conocía a mi corazón, estaba decidido a creer
en ellos hasta tal punto que no pensaba que nadie sería capaz de modificar mi fe.
Pero durante los últimos meses estas dudas religiosas han surgido a raíz de sus es­
critos, y me he sentido tan seriamente presionado para buscar una explicación a mi
posición que juzgué necesario que me dirigiera al fondo de mis dificultades y. si fuera
posible, llegar a alguna conclusión definitiva.
Es preciso que sepa la alegría que me inundó cuando, después de haber llegado
a esa conclusión, recibí esa carta de usted invitándome a exponerle directamente
mis dificultades. Se que su invitación manifiesta una buena voluntad, y creo que con­
siderará esta carta como las dudas de alguien que es sincero, aunque se encuentra
perplejo.
Otro tema que encuentro muy preocupante son sus palabras hacia el doctor Ke­
llogg en la Conferencia General de hace cinco años en la que afirmó que proba­
blemente le había escrito con demasiada dureza. Si escribe con demasiada dureza
sobre cualquier tema que el Señor le presenta a usted, ¿.acaso no es posible que es­
criba también con demasiada debilidad? De nuevo, me pregunto, si escribió enton­
ces con demasiada dureza, ¿.cómo podemos saber que no está escribiendo ahora
también con demasiada dureza? La parte de su exposición a la que me refiero es la
siguiente:

Gracias a Dios que el doctor Kellogg no se ha hundido en la depen­


dencia c infidelidad. Tenía miedo de que así fuera, y le he escrito algu­
nas cosas de forma muy sincera: y puede ser, doctor Kellogg -si es que
el está ahí-, que las haya escrito con demasiada dureza, porque creo
que tengo que detenerle y detenerle con la fuerza de todo el poder que
dispongo. Pero he visto la obra, y he visto la obra que se ha llevado a
cabo, y ¿cómo no podemos verla sin damos cuenta que es Dios el que
está trabajando? Esto es un misterio para mí: no puedo comprenderlo:
no puedo explicarlo.

¿Todo lo que especifica en sus escritos existe o algunas visiones son profecías
de los peligros que están delante de nosotros y que tenemos que evitar?
De cualquier forma, no puedo permitirme equivocarme: es preciso que tenga la
razón, y espero que el Señor me ayude a aclarar todos estos temas, aunque ahora
me parecen muy confusos, y me parecen aún más confusos a medida que los in­
vestigo. Durante años no presté oídos a todos esos comentarios, pero ahora, como
nuestra actitud hacia los Testimonios se está convirtiendo en una prueba, me doy
cuenta de que tengo que llegar hasta el final, y saber cuál es mi posición con res­
pecto a esos puntos.
1lace unos cuatro años, cuando mi esposa y yo disfrutábamos de esas agrada­
bles y provechosas ocasiones en su sala de St. I lelena. nos había comunicado que
no era «una profeta», sino simplemente «la pequeña Ellen White. una mensajera que

281
transmite un mensaje». Cuando regresamos a San Francisco, mi mujer y yo discuti­
mos largamente sobre esa frase que había pronunciado. Siempre había dado por
supuesto que usted era una profeta, pero ya no podía seguir manteniéndolo des­
pués de haber oído de sus propios labios que no lo era. Sin embargo, resolví no ha­
blar sobre esto con nadie. A pesar de todo, mi esposa comentó con alguien lo que
nos había confesado, y de alguna forma le llegó al señor Ruef que el señor Sadler
había sido el responsable de difundir tal comentario; por tanto, cuando regresamos
a Battle Creek, lo primero que nos entregaron, una vez que nos apeamos del coche
en el Sanatorio, fue una caita del hermano W.C. White, criticando a la señora Sad­
ler por haber hecho un comentario de esa índole, y afirmando que una idea así po­
dría perjudicar en gran medida el trabajo de usted; y que si en realidad se había di­
fundido. era preciso retractarse.
Esta actitud sorprendió mucho a mi mujer, pues había oido decírselo a usted, y
no vio ninguna razón por la que debería retractarse: pero su confusión se alivió cuando
usted misma afirmó en público, en el tabernáculo de Battle Creek, que no era una
profeta, declaración que se publicó posteriormente en Review: pero en la misma /ve­
nen' habia un artículo del editor contradiciendo directamente su declaración, y de­
mostrando que sí era una profeta.
Ahora, hermana White, ¿a quién tengo que creer? Hasta que me aclare este di­
lema, aceptaré su palabra. Tengo confianza en que sabe más acerca de su don que
cualquier otra persona en el mundo. Mi contacto personal con usted y su trabajo
en St. I lelena y en California me satisfizo sobremanera, no sólo por el don que Dios
le había concedido, sino por su sinceridad y profunda lealtad; y por tanto decidí en
mi corazón que ningún hombre ni conjunto de hombres me podrían explicar lo cine
usted quiso decir cuando afirmó que no era una profeta. Sólo aceptaré una expli­
cación de usted y de nadie más.
Otro tema que me preocupa es la influencia de Willie sobre los Testimonios.
Llegué a esta conclusión hace unos veinte años, y, poco antes de que fuera bauti­
zado por el ministro Wm. Covert (hace unos 18 años), adopté la única decisión po­
sible con respecto a los Testimonios. Resumiendo, los acepté; pero desde ese día
hasta hoy, especialmente en los últimos diez años, y más especialmente desde su
regreso de Australia, he escuchado constantemente, de boca de líderes, de minis­
tros, de los superiores en la Conferencia, que Willie le influía a usted en la pro­
ducción de sus Testimonios; o, como ellos los llaman con frecuencia, las «cartas»
que usted envía.
Estas habladurías apenas hicieron mella en mí. Rehusé resueltamente creerlas,
año tras año. Me han facilitado una copia de la comunicación escrita por usted el
19 de julio de 1905, dirigida a los hermanos I.11. Evans y J.S. Washburn, y desde en­
tonces no he sabido qué hacer o decir con respecto a este tema. Me refiero a los si­
guientes párrafos.
m

Después de contemplar esta visión, desperté, y esperé que el asunto su­


cediera tal como se me había presentado. Cuando el ministro 1laskell
me comentó acerca de la dificultad en la que se encontraba para llevar
a cabo el trabajo del sur, le dije: «Ten fe en Dios: obtendrás de la reu­
nión los cinco mil dólares necesarios para la compra de la iglesia».
Escribí unas líneas al ministro Daniels sugiriéndole lo que se debe-
ria hacer, pero Willic consideró que ese tema no debería llevarse a cabo,
porque el ministro Daniels y los demás se encontraban en ese momento
muy disgustados con respecto a una serie de asuntos en Balite Creck.
Por tanto, le dije que no era necesario enviar esa nota. Pero no podía
descansar. Estaba preocupada y no podía encontrar la paz de espíritu.

Por favor, ¿me podría ayudar a aclarar este punto? Es la mayor dificultad con la
que me he encontrado en mi relación con los Testimonios; y con frecuencia la han
comentado conmigo y no sé qué responder.
Hasta hace muy poco tiempo, no tenía ninguna dificultad en solucionar todas
las objeciones que me encontraba contra los Testimonios, pero ahora estoy topán­
dome con situaciones que no soy totalmente capaz de resolver.
Cuando regresé a Battle Creek desde California, traje conmigo muchas de sus
comunicaciones más recientes, para leerlas a mi familia. Durante mis lecturas, leí
una declaración suya en la que regañaba a los directores del Sanatorio de Battle
Creek por haber firmado contratos con sus trabajadores. Inmediatamente me acordé
de otra comunicación suya en la que afirmaba que los directores deberían tener a
sus trabajadores bajo contrato. Me refiero concretamente a la comunicación apa­
recida en el Boletín de la Conferencia General (1893). páginas 162-163, en la que
afirmaba:

Antes de admitir a los estudiantes en nuestras Escuelas de Formación


de Misioneros, se firmará un acuerdo escrito de que después de recibir
su educación, se dedicarán a la obra misionera durante un período de
tiempo especificado. Ésta es la única forma de que nuestras misiones
puedan hacer lo que deben hacer.

¿Cómo me puede explicar esta contradicción? Me dije que debería ser un ejem­
plo similar al de las Escrituras cuando Cristo dijo a Sus discípulos un día que no
se llevaran ni dinero ni provisiones, y al otro El les dijo que se llevaran unas mone­
das y una capa como vestimenta. Pensé: «Quizá las condiciones hayan cambiado y.
por tanto, las instrucciones cambian también». ¿Cuál es su explicación a esto?
Me gustaría que me explicara lo que quería decir en sus escritos con relación a
Dios en la Naturaleza, etc. Me refiero a los siguientes pasajes:

283
¿Sabes que eres el templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
ti? Si un hombre mancilla el templo de Dios, Dios le destruirá porque
el templo de Dios es sagrado, templo que eres tú. Ningún hombre puede
arrojar a la multitud de demonios que han tomado posesión de su co­
razón. Sólo Cristo puede limpiar el templo del alma.
— Desire o f Ages, 161

I Ian seguido un tratamiento estricto, y han vivido con tanta sencillez que
su salud se ha deteriorado, la enfermedad se ha hecho fuerte en el sis­
tema, y el templo de Dios se ha debilitado.
—Testimonies, vol.l, pág. 205

Conozco a muchas almas honestas que se sienten confundidas con respecto a


esos pasajes, a la vista de sus recientes escritos.
Otro asunto en el que necesito su ayuda hace referencia al uso de los Testi­
monios.
(1) ¿Aprueba que se envíen los testimonios personales, que el Señor ha trans­
mitido a los hombres, a otras personas?
(2) ¿No es norma de la Biblia que cuando se tiene alguna crítica de un hermano,
hay que presentársela a él directamente, y, si hace falta, dos o tres veces mas, y si la
rechaza, entonces se envia a la iglesia? Por este motivo le estoy escribiendo directa­
mente a usted. ¿Acaso el Señor sigue una norma diferente con relación a los Testi­
monios?
Por ejemplo, la carta a la que ésta responde, aunque tiene mi nombre en ella,
no la he recibido personalmente. Me fue mostrada por uno que sí la recibió, pero
cuyo nombre no se menciona; y tengo en mente otros ejemplos de esta índole. No
me parece correcto que los Testimonios personales se multipliquen y se difundan
sin que hayan sido rechazados por la persona a la que están dirigidos, aunque sean
de interés general para la iglesia. ¿Estoy en lo cierto con respecto a esto?
De nuevo, ¿tengo derecho a usar el Testimonio transmitido al hermano A en
mis esfuerzos por conseguir que el hermano A haga lo que creo que le pide el Tes­
timonio que el Señor le envió? ¿Son los Testimonios propiedad de los hombres para
que se puedan usar sobre las almas de sus compañeros; o son los mensajes envia­
dos por Dios para que el Espíritu Santo llegue al corazón humano con poder de
liberar de la culpa? Siempre supuse que el Señor pretendía esto último; y me ha
molestado grandemente ver el uso privado y público que se ha hecho de sus es­
critos durante el problema actual entre la Conferencia General y el Trabajo Médico
Misionero.
Otro asunto que me preocupa, aunque no lo hizo en su momento, es que du­
rante la Conferencia celebrada en Berrien Springs, cuando el profesor Prescott es­
taba predicando contra el panteísmo, usted nos envió a buscar a mí y al doctor Paul-
son una mañana para que fuéramos a verla; y durante nuestra conversación nos co­
mentó muchas cosas que le habían sitio mostradas durante la noche, y nos entregó,
para que la leyéramos, una copia de una carta dirigida al hermano Prescott, en la
que le prohibía realizar esos ataques públicos, etc.
La leimos, y supuse que el tema iba a detenerse ahí, pero esa tarde y la siguiente,
las cosas continuaron como estaban y como los ataques continuaron desarrollán­
dose, pareció como si usted hubiera entregado el Testimonio a Willie para que se
lo diera al hermano Prescott. y que Willie no había podido hacerlo, como pública­
mente confesó ante la Conferencia, pensando que su negativa servía mejor al pro­
pósito del Señor, al permitir que las cosas continuaran como estaban. Nunca he
sido capaz de comprender totalmente esto. ¿Es usted quien ordena cuándo, cómo,
en el orden y a quién se van a enviar sus escritos, o permite que sean otros los que
lo decidan?
En la clausura de esta reunión en Berrien Springs, estaba comentando con el
hermano J.E. White la desavenencia que había surgido allí, y habló categóricamen­
te contra su hermano Willie y su relación con usted, y sobre cómo Willie estaba que­
riendo controlar las cosas a su manera, y hacer que todo funcionara como él que­
na. gracias a la influencia que ejercía sobre usted. Cuando le pregunté lo que quería
decir, me respondió que quería decir una de las tres cosas siguientes, o
(1) Que usted se había alejado de la confusión para que su don no se pudiera
usar para alentar los propósitos de su hijo Willie y de los demás; o
(2) Que el don había desaparecido porque los hombres estaban pervirtiéndolo; o
(3) Que era necesario que él expusiera a la luz lo que su hermano y los demás
estaban haciendo.
Me dijo también que le resultaba prácticamente imposible estar con usted a so­
las, en California, cuando acudía allí para verla; y que Willie siempre le negaba el
privilegio de tener una entrevista privada con su propia madre.
Desde entonces he sabido, hermana White, que esto mismo se lo han dicho tam­
bién a muchos otros, y ¿puede usted imaginarse la preocupación y la confusión que
se están apoderando de todos nosotros cuando su propio hijo tiene esa opinión de
todo este asunto?
No sé qué hacer en una situación así, pero como me ha pedido que me dirija
a usted exponiendo todo lo que me preocupa, no volveré a ser un hombre cristiano
ni rezaré con mis ojos vueltos al cielo, a no ser que le cuente toda la historia. Estoy
exponiendo en esta carta todo lo que me preocupa a mí personalmente, y además,
todas esas otras cuestiones con las que me estoy constantemente enfrentando, y no
sé cómo explicar.
¿Son Testimonios las cartas que escribe a los líderes de nuestra obra, como res­
puesta a las cartas que ellos le escriben? ¿Tengo que recibir todo lo que usted es­

285
cribe como si fuera enviado por el Señor -tal como es. palabra por palabra-, o hay
comunicaciones que usted envía que son cartas personales -o comunicaciones per­
sonales del señor White? A la vista de lo que ha sucedido y está sucediendo ante
mis ojos, me siento muy agitado con respecto a todo esto, y le pido una palabra suya
que me aclare esta confusión, y que establezca los hechos y verdades exactos.
A continuación le explicaré por qué nunca le he escrito a usted ni nunca le he
consultado ningún tema, incluso cuando estaba tan cerca en California. Por o to
lado, me podrá decir si estoy en lo cierto o me equivoco cuando pienso que los
hombres no deben intentar forzar a los mensajeros de Dios. Lo observé cuándo
David acudió a Natán en busca de información concerniente con la construcción
del templo, y Natán le dijo que construyera el templo. David sabía que Natán era
un profeta; tenía confianza en los mensajes que le daba. Pero inmediatamente des­
pués. Natán fue instruido por la palabra del Señor de que prohibiera a David cons­
truir el templo. A partir de aquí, he concluido que los mensajeros tle Dios eran para
uso de Dios, no de los hombres; no tienen que utilizarse como Oficinas de Inteli­
gencia, o como un Tribunal de Apelación, ni nada de ese estilo: por tanto, no te­
nía derecho de acudir a usted en busca de información. Si era una información
humana o un consejo lo que buscaba, lo mejor que podía hacer era arrodillarme
y pedir consejo al Señor; y si era un consejo divino lo que buscaba, razonaba que
lo obtendría de todas formas, sin necesidad de acudir a usted para conseguirlo; por­
que cuando el Señor le hubiera transmitido alguna cosa para mí, usted lo habría
anotado, y me lo hubiera enviado, sin necesidad de escribirle. lis por este motivo,
aunque siempre he apreciado tanto los consejos y recomendaciones que con fre­
cuencia me ha dado en California y que nunca he olvidado, por el que nunca le
he escrito en busca de consejo, aunque con frecuencia me sintiera confuso. Algu­
nas veces he escrito al hermano W.C. White preguntándole si sabia algo que se le
hubiera mostrado a usted sobre cierta conducta que debía seguir, y si conocía que
usted tuviera alguna indicación sobre esa conducta, para que me la enviara a mí;
y de vez en cuando me ha enviado manuscritos y copias de sus escritos en res­
puesta a esas peticiones.
De una vez para siempre, hermana White, me gustaría hacer un serio esfuerzo
para poner este asunto en orden entre todos nosotros. Conozco a varias personas
que afirman en público que creen en los Testimonios, e intentan convencer a los
demás para que también crean; incluso sé, a raíz de conversaciones personales con
algunas de estas personas, que no creen en esos Testimonios. Algunos de los que
ahora están vociferando a favor de los Testimonios fueron los primeros que me di­
jeron, en el pasado, que Willie estaba influyendo en usted, y he podido comprobar
que esas personas comen carne, y se comprometen con otras actividades que son
ciertamente contrarias a la luz que usted tan sinceramente ha impartido en los Tes­
timonios. ¿Qué puedo pensar de todo ello?

286
Es más, con frecuencia me han aconsejado que me «quede quieto», que esté tran­
quilo; que conteste a todo el mundo «todo esto está muy bien»; y que lime las as­
perezas; pero, hermana White, soy incapaz de hacerlo. Tengo que encontrarme con
Dios antes del día del juicio. Quiero ser justo. Quiero salir de esta confusión y diri­
girme a la clara luz del día, y luego quedarme allí como un hombre que ha defen­
dido lo que creo que es justo; pero no soy capaz de fingir una doble personalidad
con relación a este tema como me parece que muchos están haciendo. 1le guar­
dado silencio durante muchos años, porque creo en los Testimonios, y la única ra­
zón por la que estoy haciendo un esfuerzo diligente para llegar al fondo de estos
asuntos, y llegar al fondo ahora, es que me siento muy presionado para definir mi
actitud con relación a los Testimonios, y a estas dificultades que han surgido.
También me gustaría que me dijera, esta vez como ministro, ¿qué uso tengo que
hacer de los Testimonios como prueba de ingreso? ¿Es correcto que bautice e in­
troduzca a personas en la iglesia que no aceptan categóricamente los Testimonios?
Me refiero no a aquellos que han rechazado los Testimonios, sino a aquellos que to­
davía no se han sentido capaces de adoptar una postura definida con relación a
ellos, aunque por otro lado están en armonía con el Mensaje del Tercer Angel. ¿Cuál
es mi obligación a ese respecto?
Se me ha informado -ríe hecho me lo comentó un hermano antes de que de­
jara San Francisco- que usted envió ciertos manuscritos a Pacific Press para que
fueran publicados, y que después de que estuvieran compuestos en la imprenta, us­
ted los retiró y materialmente los modificó, de tal forma que les dio un significado
totalmente diferente. Entonces fueron publicados. ¿Es esto cierto? Xo lo creí cuando
me lo dijeron. El hermano que me lo contó me dijo que podía probarlo, pero le res­
pondí que yo no estaba buscando esa clase de evidencia. Sin embargo, he escuchado
varias veces ese relato desde entonces, y me gustaría saber si es verdad.
X'o tengo ningún deseo de adentrarme en estos espinosos lemas, pero en la fe­
roz contención que está surgiendo, es necesario que llegue al fondo del asunto, para
decir a mis hermanos cuál es mi posición, de tal forma que puedan saber si me van
a escoger en la fraternidad o no. No seré un hipócrita. Nunca diré a mis hermanos
que creo en todas esas cosas si no creo en ellas; y no puedo ni consciente ni in­
conscientemente decir que creo en todas ellas, hasta que haya llegado al fondo de
cada uno de nuestros présenles m alentendidos.
Éste es un tema al que las circunstancias me han conducido y aunque es to­
talmente desagradable, y hubiera preferido continuar con mi trabajo, y dejar que el
Señor resuelva estas cosas a su debido tiempo, me he visto incapaz de hacerlo a la
vista de la situación en la que me encuentro, y más especialmente después de que
usted se haya dirigido personalmente a mí, y haya pedido directamente que le en­
viemos todos nuestros problemas. Ahora estoy cumpliendo sinceramente con ese
deseo, y espero obtener la deseada y necesitada luz.

287
Otro tema: ¿cuál debe ser mi actitud hacia quienes dudan de aceptar un Testi­
monio o que manifiestamente rechazan algún Testimonio? ¿Los debo dejar a solas
con Dios y con la Biblia, o debo denunciarlos públicamente y luchar contra ellos?
¿O les debo dar un poco de tiempo para que puedan ser conducidos ante Dios y
condenados por el Espíritu Santo?
Otro asunto que me resulta mucho más confuso son sus recientes escritos con­
cernientes al sanatorio de Battle Crcek. No puedo llegar a la misma conclusión que
usted con referencia a los ayudantes de Battle Creek. Basándome en lo que el Se­
ñor le ha mostrado, ¿es correcto que un adventista del Séptimo Dia trabaje en el sa­
natorio? ¿Hay que abrir la institución a todo el mundo? ¿Qué actitud debería tomar
con respecto a la situación en la que me encuentro hoy? Comprendo perfectamente
que no debo contratar a trabajadores jóvenes e inexpertos, y estoy totalmente de
acuerdo con ello: ¿pero esto significa que tampoco debo contratar a trabajadores
experimentados? Estoy muy confuso y deseo saber cuál es realmente su actitud ha­
cia el sanatorio con respecto a estos asuntos.
¿Es cierto que en sus Testimonios de fecha reciente ya no se manifiesta el Se­
ñor de la misma forma que en los antiguos? ¿Es cierto que los últimos Testimonios
se basan en todas las comunicaciones anteriores que tratan del mismo tema?
El siguiente tema está relacionada con el American Medical Missionary College.
La impresión que está teniendo nuestra gente es que seria mejor que los estudian­
tes acudieran a las facultades de medicina del exterior en lugar de acudir a estudiar
en esa escuela. Sin embargo, hermana White, no comparto esa opinión. Estoy dis­
puesto a ser convencido en caso de estar equivocado; pero he estado matriculado
en dos facultades de medicina del exterior, y no puedo aconsejar conscientemente
a ninguno de nuestros jóvenes a que asistan a esas facultades. Además, tengo en
mi poder una comunicación suya, escrita hace diez o doce años, en la que usted
prohíbe expresamente al doctor Kellogg y a otros asociados que aconsejen a nues­
tros estudiantes a matricularse en Ann Al bor y en otras conocidas facultades de me­
dicina. ¿Cómo puedo relacionar esta primera comunicación en la que usted prohíbe
a los estudiantes matricularse en facultades de medicina exteriores con estas últi­
mas en las que parece que está prohibiendo a nuestra gente asistir al American Me­
dical Missionary College? ¿Dónde debería recomendar a los jóvenes adventistas del
Séptimo Día que estudiaran para obtener una educación en medicina? A la vista de
lo que he visto y oído en las mundanas facultades de medicina, ciertamente no po­
dría aconsejar a mis hermanos a que asistan a tales universidades, mientras tenga­
mos nuestra propia universidad. Ahora por favor ayúdeme a saber qué tengo que
hacer en esta situación. Ésta es mi opinión, pero estoy dispuesto a enmendarla si
en verdad estoy equivocado.
Hace varios años usted envió un Testimonio a la Conferencia concerniente al
sanatorio de Mt. Vemon, en el que afirmaba que la Conferencia no debía compro­
meterse con la fundación ni con la dirección de sanatorios, aunque ahora observo
que toda nuestra política devocional no es otra que los comités y los organizado­
res de la Conferencia posean y dirijan sanatorios. ¿Es incorrecto que individuos se­
rios y bienintencionados se comprometan en una práctica médica misionera de ca­
rácter privado? ¿Acaso no puedo ejercer la medicina a no ser que mi trabajo
pertenezca y sea supervisado por la Conferencia? A la vista de la comunicación de
Mt. Vemon, adopté mi postura sobre el tema; entonces, ¿por qué motivo tengo que
cambiar?
Con relación al uso de la palabra «confesional», creo que algunos no entienden
exactamente lo que usted quiere decir con esa palabra. Recientemente ha declarado
que nuestro trabajo médico debería ser «confesional»; sin embargo tengo delante de
mí una comunicación dirigida al «Doctor Kellogg y a todos los que están relaciona­
dos con él en el Consejo de Administración del Sanatorio», fechada el 11 de enero
de 1899, en la que usted habla expresamente del trabajo médico misionero como
«no confesional». Si supiéramos lo que quiso decir con esa palabra y en qué sen­
tido fue empleada, creo que aclararía una considerable confusión. El pasaje al que
me refiero es el siguiente:

Nuestros hermanos de América que están comprometidos en una prác­


tica médica misionera pueden obtener ayuda, apelando a las personas
exteriores, porque su trabajo no es un trabajo estrictamente confesional.

Por lo que respecta a la Reforma del Vestido y al cambio de instrucciones con


respecto a su longitud, usted escribió en R e v i e w y H e r a l d que la evidente discre­
pancia era debida al hecho de que los objetos se le presentaban ante usted, y que
a usted se le permitía expresarlos con su propio lenguaje. ¿Es su posición actual di­
ferente de la que adoptó y que se escribió en el artículo mencionado más arriba?
El artículo al que me refiero es una respuesta a una pregunta formulada a us­
ted. y que apareció el 8 de octubre de 18(>7 en A dvent Review & Sabbath Herald, y
que es la siguiente:

¿No contradice la práctica de las hermanas de llevar sus vestidos 23 cm


por encima del suelo el Testimonio nB 11. en el que afirma que debe­
rían cubrir la parte superior del borceguí de la dama? ¿No contradice
también el Testimonio n2 10, en el que afirma que deberían tocar la su­
ciedad de la cal' unos 3 o 4 cm sin ser levantados por la mano?

Respuesta: La distancia adecuada de la parte in fe rio r d el vestido a!


suelo no me fue dada en centímetros. Tampoco se me mostraron los bor­
ceguíes de las damas; pero delante de mí pasaron tres compañías de mu-

289
jeres con sus vestidos con respecto a la longitud: lx>s primeros eran de
un largo de moda, agobiando las extremidades, impidiendo el paso, y
baniendo la calle y recogiendo su suciedad: cuyos pésimos resultados
ya he afirmado. Esta clase de mujeres, esclavas de la moda, parecían dé­
biles y lánguidas.
El vestido que llevaba la segunda compañía que pasó delante de mí
era en muchos aspectos como debería ser. Las extremidades estaban cu­
biertas. Estaban libres de las cargas que la moda tiránica había impuesto
a la primera clase, pero habían llegado a un extremo en lo corto del ves­
tido que disgustaba y molestaba a las personas decentes, y destruía hasta
cierto punto su buena influencia. Éste es el estilo de la «Moda Ameri­
cana», que muchas mujeres exhiben en «Our Home», Dansville, Nueva
York. Apenas cubre la rodilla, y no necesito decir que este estilo de ropa
se me mostró como demasiado corto.
Un tercer grupo de mujeres pasó por delante de mí con un rostro
alegre, y con paso libre y elástico. Sus vestidos tenían una altura que des­
cribiría como adecuada, modesta y saludable. El bajo del vestido estaba
unos pocos centímetros, y en todas l¿is circunstancias, como subir y ba­
jar escaleras, etc., del nivel tle la calle y de las aceras.
Como he dicho antes, la longitud no se me dio en centímetros, ni
se me mostró la bota de ninguna dama, y debo afirmar que aunque de­
pendo del Espíritu del Señor tanto cuando escribo mis opiniones como
cuando las estoy recibiendo, sin embargo las palabras que empleo para
describir lo que he visto son las mías propias, a no ser las que me son
transmitidas por un ángel, que siempre cito entre comillas. Cuando es­
cribí sobre el tema del vestido, la visión de esas tres compañías de mu­
jeres revivió en mi mente de forma tan clara como si la hubiera estado
viendo de nuevo en la visión, pero se me permitió describir la longitud
adecuada del vestido con mi propio lenguaje, lo que he hecho al afir­
mar que la parte inferior del vestido debería cubrir la parte superior de
la bota de la dama, longitud necesaria para evitar arrastrar la suciedad
de la calle bajo las circunstancias antes mencionadas.
He explicado el vestido, en una longitud tan próxima a la que ha­
bía visto y lo he descrito como he juzgado más conveniente. Mis her­
manas del norte de Michigan también adoptaron mi punto de vista, y
cuando surgió el tema de los centímetros, para asegurar la uniformidad
de longitud en todas partes, dieron la norma de que la longitud de nues­
tros vestidos oscilara entre los 22 y los 25 cm desde el suelo. Algunos
de estos vestidos eran un poco más largos de los que se me mostraron,
mientras que otros eran algo más cortos.
Me llegaron numerosas cartas procedentes de todo el país pregun­
tándome por la longitud del vestido que se me mostró. Habiendo visto
la regla aplicada a la distancia de varios vestidos, y habiéndome encon­
trado totalmente satisfecha de que 23 cm era lo más próximo a lo que
se me mostró en la visión, he mencionado esta cifra en el número 12
como la longitud adecuada del vestido, con el objeto de conseguir la de­
seable uniformidad.
Si se argumenta que hay botas que no tienen 23 cm de alta, entonces
respondo que yo calzo una bota de 20 cm de alta, y que cuando he ca­
minado delante de mis hermanas, como caminaban delante de mí en
la visión las que vestían adecuadamente, no podían ver la parte supe­
rior de mi bota.

En sus escritos ha afirmado que los doce discípulos estaban presentes en la


Última Cena, pero en «Christ our Savior» afirma que sólo once estaban presentes;
Judas estaba ausente. I lace varios años me comentaron que había sido su hijo el
que había realizado ese cambio en el manuscrito. ¿Es eso cierto? ¿Es que alguien
tiene la suficiente autoridad para cambiar sus escritos? ¿Hasta qué punto y de qué
manera son editados los Testimonios después de dejar su pluma, y antes de que se
cristalicen en la imprenta?27
Esto es, hermana White, lodo lo que tenía que escribirle. Por supuesto, circulan
muchos rumores estos días, pero yo no estoy preocupado por los rumores. Mi es­
posa y yo estamos muy interesados, ya sea personalmente o en el caso de amigos
muy queridos, en todo lo que he expuesto en esta carta. Todas las preguntas que­
dan surgido son las que deben resolverse en nuestras mentes con la mayor rapidez
posible. La situación en la que nos encontramos así lo exige. Nuestras almas lo de­
sean. Pero no podemos resolver las dudas hasta que sepamos que las estamos re­
solviendo adecuadamente.
Durante años no me preocupó en absoluto plantearme muchas de estas obje­
ciones, pero ahora todo este asunto ha tomado un cariz tan peculiar que nos en­
contramos absolutamente perplejos cuestionándonos constantemente estos temas.

_’7. Curiosamente, como hemos observado en el capítulo (5, una confusión similar entre «doce» frente a
«once» ocurrió en el LU en la página 1.943. En la primera edición, se dice que Jesús se dirige a sus doce
apóstoles en un momento en el que claramente Judas había partido. En las ediciones posteriores la pa­
labra «doce» fue adecuadamente suprimida. ¿Quién tenía autoridad para cambiar doce por once en uno
de los escritos de la hermana White? Sadler quería saberlo. ¿Quién tenia autoridad para realizar un cam­
bio similar en el LU?

291
Y a la vista de su invitación a escribirle directamente en el caso de que tuviéramos
dificultades, creo que es mi deber como cristiano y como ministro de la iglesia en­
viarle todo lo que he mencionado en esta carta, y esperar que el Señor se dirija a
usted pava ofrecerle un medio de responder a las explicaciones, un rechazo o una
aclaración; y siempre apreciaré cualquier cosa que haga en esa dirección, y prometo
prestarle una cuidadosa y devota atención.
Nos hemos entristecido al enterarnos del terrible y desastroso terremoto de San
Francisco; y pensar que ¡estábamos viviendo allí hace sólo dos años! Percibo mu­
chas evidencias de un próximo fin de la tierra, aunque no es en absoluto la menor
de ellas la confusión que ha tomado cuerpo entre nuestras filas y el estado de ¿imi­
tación en el que veo sumido a muchas mentes. Ruego al Señor que guíe a Su pro­
pia gente y que la conduzca una vez más a la unidad.
1la entristecido nuestros corazones comprobar que todas estas dificultades y per­
plejidades han surgido en sus años de vejez, y que no hubiéramos añadido nada de
esta carga a sus espaldas si hubiéramos podido solucionarlo por nosotros mismos,
y no le mostraríamos nuestras perplejidades en este momento si no fuera porque
lo ha solicitado. Además no conocemos otra forma en que puedan ser explicadas,
y finalmente olvidadas.
La señora Sadler se une a mi para desearle la fortaleza sustentadora y el santo
ministerio de nuestro buen Espíritu del Señor.

Atentamente,
su hermano en la Obra.
W.S. Sadler

Obsérvese que Sadler no menciona los plagios de la hermana White. A raíz de


la entrevista realizada al doctor Kellogg, de la que se informó en el capítulo 4, es
impensable que Sadler no los conociera. ¿Fue porque no quería molestar a la se­
ñora White más de lo necesario o porque no encontró sus robos tan censurables
como el doctor Kellogg? Como veremos en el capítulo 16. el LU bulle de plagios
idénticos a los de Filen White.
La señora White nunca aclaró ninguna de las «perplejidades» de Sadler y de
sus amigos de Battle Creek. Fl 3 de junio de 1906 envió la siguiente declaración:

Durante muchos meses he estado preocupada al ver que algunos de nuestros her­
manos que Dios ha empleado en su causa se sienten perplejos por toda esa teolo­
gía científica que ha aparecido con el objeto de alejar a los hombres de la fe en Dios,
ü i noche del Sabbath tuve una visión, en la cual estaba hablando delante de una
gran cantidad de gente que me formularon muchas cuestiones relacionadas con mi
trabajo y mis escritos.

292
Un mensajero del cielo me ordenó no aceptar la carga de reunir y contestar a
todos esos comentarios y dudas que están siendo introducidos en muchas mentes.
«Preséntate como el mensajero de Dios en todos los sitios, en cualquier lugar.» Se
me ordenó difundir el testimonio que ahora os doy. Sed libres. Aceptar los testimo­
nios que el Señor os ha dirigido como reprobación o como reprimenda, con el ob­
jetivo de animar y estimular el alma; «enséñales a observar todas las cosas que te
he ordenado: y. de esta forma, siempre estaré contigo, hasta el fin del mundo».

Cito del capítulo 24 del libro de Francis D. Nichol Ellen C. Wliite and Hcr Cri­
des (1951). Nichol intenta valientemente demostrar que la hermana White nunca
se echó para atrás en su promesa de aclarar las dificultades presentadas por Sad-
1er y otros miembros de la iglesia, pero sus intentos no convencen a nadie. La evi­
dencia es clara. La segunda visión de la señora White contradice claramente la
anterior. Dios prometió ayudarla a resolver todas las objeciones. Después cuando
los hermanos de Batlle Creek hicieron exactamente lo que ella había pedido, Dios
le dijo «iNo respondas!» La señora White constituye un caso muy habitual entre
los miles de lideres religiosos que aparecieron a lo largo de los siglos que pensa­
ban que Dios les hablaba directamente, e invocaban una comunicación especial
de las alturas para justificar su incapacidad de responder a las cuestiones emba­
razosas.
Diez días después, el 11 de junio de 1906. la hermana White envió la siguiente
carta a Sadler y al doctor David Paulson:

Estimados hermanos:
He estado trabajando mucho, y me siento cansada: pero no cejaré en mi em­
peño porque todavía hay mucho que hacer. Durante la dedicatoria de inauguración
del sanatorio de Loma Linda, hablé durante un breve tiempo en la plataforma abierta
sobre el césped, mientras el viento soplaba. D)s ejercicios fueron impresionantes. Tam­
bién disfrutamos de una excelente reunión en la dedicatoria del sanatorio de Para-
dise Valley.
Estoy muy contenta de que las propiedades de los sanatorios estén en posesión
de nuestros hermanos y hermanas de la Southern California Conference. Durante
años hemos trabajado con desventaja; pero ahora estoy muy agradecida porque en
la providencia de Dios se han dispuesto muchas instalaciones que ahora están a
nuestro alcance, y podemos animar a nuestros hermanos del sur de California a que
aprovechen estas oportunidades. Todos deberíamos estar muy agradecidos a Dios
porque Él ha trabajado para nosotros de una forma notable.
El sanatorio de Loma Linda necesita un espacio mayor para sus salas de trata­
miento. Además de esta instalación que construiremos este verano, el sanatorio de
Paradise Valley ha añadido un gran ala al edificio principal, y ahora ya cuenta con

293
unas excelentes salas de tratamiento. El segundo piso de la nueva parte se está fi­
nalizando para dar acomodo a los pacientes, pero el tercer piso todavía no está aca­
bado. Sin embargo, ambas instituciones están funcionando y están haciendo un buen
uso de las instalaciones ciue poseen.
Por circunstancias que no puedo controlar bien, he estado sufriendo durante al­
gún tiempo de abatimiento por la constante ansiedad. Soy consciente del hecho de
que soy mortal, y que tengo que proteger mis poderes físicos, mentales y morales.
El constante movimiento de un lugar a otro para poder realizar mi labor pública es
demasiado duro para mí, además de los escritos que sigo preparando día y noche
cuando el Señor infunde mi mente con Su Santo Espíritu. Y cuando me encuentro
con la evidencia de que esas comunicaciones son consideradas según el juicio hu­
mano de aquellos que las reciben; cuando me doy cuenta de que algunos están vi­
gilando atentamente esas palabras que han sido trazadas por mi pluma para poder
realizar sobre ellas sus interpretaciones humanas con el objeto de apoyar sus de­
ducciones y justificar una línea de conducta errónea; cuando pienso en todas estas
cosas, no resulta muy alentador seguir escribiendo. Algunos a los que ciertamente
he reprochado su conducta se esfuerzan porque cada palabra mía justifique sus pro­
pios comentarios, la s tergiversaciones, las confabulaciones, las desfiguraciones y el
uso indebido de la Palabra son increíbles. Todas esas personas están unidas en esta
tarea. l a que uno no piensa, otra mente lo proporciona.
Cuando el auténtico poder de conversión llega a nosotros como agentes humanos,
nos damos cuenta del poder de los planes de Dios, y aceptamos la evidencia del re­
medio divino para el pecado. «Si caminamos hacia la luz. y Él es la luz. nos dirigi­
mos en camaradería unos con otros, v la sangre de Jesucristo Su I lijo nos limpia de
todo pecado». Puedo confiar totalmente en la certera Palabra de la profecía.
Ahora estoy soportando esa carga tan pesada de todos aquellos que se han per­
dido en los misterios de la falsa ciencia. lie sufrido estos últimos días del corazón;
por tanto, no puedo responder con la rapidez que desearía a las cuestiones que us­
ted y el ministro Sadler me han planteado. Un grave resfriado me tiene postrada en
la cama desde la reunión de Loma Linda, I^es aseguro que no es porque no les res­
pete, hermanos Paulson y Sadler. por lo que no les respondo ahora. Rogad por mí,
y yo rogaré por ustedes; y tan pronto como pueda, aclararé, si es posible, todos esos
equívocos con relación al trabajo que Dios me ha dado. Ciertamente tienen mucho
trabajo que hacer. Ahora lo único que me queda es vigilar y rezar y esperar.
«Y cada hombre que tenga esperanza en él se purificará a si mismo, por cuanto
Él es puro».
Ellen G. White

Uno de los rebeldes de Batlle Creek, el doctor Charles Stewart, el 8 de mayo


de 1907, envió a la hermana White (por medio de su hijo) treinta páginas meca-

294
nografiadas presentando graves acusaciones sobre su honestidad. Amenazó con
publicarlas si no respondía al cabo de treinta días. No lo hizo. La carta se amplió
a un panfleto de noventa páginas que fue publicado en noviembre, de forma anó­
nima y sin fecha, por «The Library Missionary Society, Post Office Box 239, Battle
Creek». Titulado A Responso to an Urgetil Testimony from Mrs. Rilen G. White, el
folleto llegó a ser conocido como «El libro azul». No be podido ver ninguna copia.
Varios urantianos me han hecho la siguiente pregunta: «¿Cómo es posible que
Sadler. un hombre tan inteligente, tan familiarizado con los médiums fraudulen­
tos y engañosos, pudo llegar a creer que su cuñado era un contacto genuino con
los seres celestiales -y especialmente después de haber llegado a la conclusión de
que la señora White no siempre contactaba con los ángeles durante sus trances
y sueños?». En efecto, Sadler se convenció posteriormente de que las primeras vi­
siones de la hermana White estaban asociadas a ataques epilépticos y que deja­
rían de aparecer (como de hecho sucedió) al alcanzar la menopausia. ¿Quizá ese
desencanto con la señora White no le impidió aceptar una nueva y diferente re­
velación canalizada de manera tan similar a las revelaciones de la señora White?
Esta es mi opinión. Sadler y su esposa fueron devotos adventistas hasta que
Sadler se sintió profundamente conmocionado cuando fue consciente de los de­
fectuosos testimonios de la señora White. Y por otro lado, el rechazo de Ellen White
a admitir sus préstamos de otros autores hizo surgir serias dudas acerca de su ho­
nestidad. Estoy convencido de que esta dolorosa pérdida de la fe de la niñez dejó
un gran vacío en los corazones de Sadler y Lena.
Como esos devotos comunistas que después de conocer los crímenes de Sla-
lin se convirtieron en católicos, o como esos fundamentalistas protestantes de­
sencantados que se vuelven budistas, hinduistas o de la Nueva Era, creo que Sad­
ler. en su treintena, buscaba desesperadamente un reemplazo de la señora White
que no le defraudara.
Los Sadler encontraron este reemplazo en Wilfred, un pariente al que no po­
dían acusar de fraude. Creo que después de un lento proceso que duró varios
años llegaron a convencerse de que Wilfred era en realidad el conducto de una
nueva revelación superior al Adventismo, aunque compartiera algunas de las doc­
trinas adventistas básicas. Al igual que James White, el marido de la hermana
White, era indispensable para llevar a la humanidad las revelaciones de su mu­
jer, así Sadler sería el instrumento que llevaría las revelaciones de Wilfred a la
humanidad.
Estoy convencido de que en sus últimos años, Sadler pensó que él mismo ha­
bía sido elegido por Dios para difundir esta nueva revelación epocal a lo que siem­
pre había creído que era un mundo sufriente y espiritualmente en bancarrota. Las
revelaciones de la señora White eran parcialmente ciertas y parcialmente defec­
tuosas. Él, Sadler, desempeñaría un papel más importante en la historia religiosa

295
que Ellen White. Tan firmemente se convencieron, tan dedicados y persuasivos fue­
ron los Sadler en su cometido, que traspasaron su convicción a su hijo Bill, a su
hija adoptada Christy, a cientos de personas que se movían dentro y fuera del Fo-
rum, a los hijos e hijas de los miembros del Forum. y a otros miles que hoy en día
son urantianos.
En resumen, creo que Sadler, en un rebote espiritual desde un amor perdido,
llegó a pensar de sí mismo que era el profeta de una nueva y mejor cristiandad,
de una fe destinada a limpiar el mundo y a ofrecer una utopía de vida y de luz.

296
XIV
¿Contribuyó Sadler a la redacción de los Documentos?
I parte

Hay muchas indicaciones en el LU de que fue un mortal -Sadler es el principal


sospechoso- el que transcribió el primer material canalizado a través de Wilfred.
En el LU{354) se nos dice que los primeros 31 documentos «fueron patrocinados,
formulados y puestos en idioma inglés» en 1934. Similares comentarios sobre los
documentos de las dos parles siguientes del libro se expresan en las páginas 648
y 1.319. En la página 1.258 aparece este destacado pasaje:

En muchos mundos los seres intermedios secundarios mejor adaptados son capaces
de llegar a grados variables de contacto con los Ajustadores del Pensamiento de cier­
tos mortales constituidos de forma favorable a través de la penetración experta en la
mente en la que reside dicho Ajustador. (Mediante tal combinación fortuita de ajus­
tes cósmicos como estas revelaciones se materializaron en el idioma inglés de Uran-
tia.) Estos mortales de contacto potencial de los mundos evolucionarlos son movili­
zados en los numerosos cuerpos de reserva, y es. hasta cierto grado, a través de estos
pequeños grupos de personalidades de visión amplia a través de los que se avanza
la civilización espiritual y los Altísimos pueden gobernar en los reinos de los hom­
bres. Los hombres y mujeres de estos cuerpos de reservistas tienen así distintos gra­
dos de contacto con sus Ajustadores a través del ministerio interpósito de los seres
intermedios; pero estos mismos mortales son poco conocidos por sus semejantes ex­
cepto en aquellas raras urgencias sociales y exigencias espirituales en las cuales es­
tas personalidades reservistas funcionan para la prevención de la interrupción de la
cultura evolucionaría o de la extinción de la luz de la verdad viva. En Urantia, estos
reservistas del destino raramente se engalanan en las páginas de la historia humana.

297
¿Estaba allí ese mortal «de visión amplia», miembro de este cuerpo de reserva,
que a través de su Ajustador del Pensamiento contactó con los seres intermedios
secundarios y materializó los documentos del LU en inglés? Ciertamente, la per­
sona o personas que lo hicieron no incluyeron al durmiente porque, como Sadler
nos dice en su apéndice de The Mind at Mischief, el durmiente tenía muy poco
interés en lo que canalizaba, y en algunos casos el material era incluso contrario
a sus creencias. Circunstancia que viene respaldada por lo que el LU afirma acerca
del durmiente en las páginas 1.208-1.209:

El Ajustador del ser humano a través del cual se realiza esta comunicación disfruta
de tai amplia gama de actividad principalmente debido a la indiferencia casi total
de este humano hacia cualquier manifestación exterior de la presencia interior tlel
Ajustador, es en efecto una suerte que permanezca conscientemente tan despreo­
cupado de todo el proceso. Él contiene a uno de los Ajustadores altamente exper­
tos de su época y generación, y sin embargo el guardián del destino considera su
reacción pasiva e inactiva a los fenómenos asociados con la presencia en su mente
de este Ajustador versátil, una reacción rara y afortunada. Todo ello constituye una
coordinación favorable de influencias, favorable tanto para el Ajustador en la esfera
más elevada de acción como para el socio humano desde el punto de vista de su
salud, eficacia y tranquilidad.

Resulta difícil creer que estas frases se apliquen a la «personalidad de visión


amplia». Me parece que la personalidad de visión amplia que transcribió los do­
cumentos al inglés no fue otro que el mismo Sadler.
Sospecho firmemente que también es Sadler quien se menciona en la página
1.243 del LU donde se habla de que «cierto mortal fue recientemente admitido al
cuerpo de reserva del destino». Este hombre determinado era tan importante para
la quinta revelación epocal que «más de cien serafines calificados se ofrecieron para
el cargo» de ser su ángel guardián. El seleccionado, se nos dice, fue «el mejor para
guiar a este ser humano por la jornada de su vida».
Algunos de los términos en el primer pasaje citado necesitan una explicación.
Los seres intermedios se describen ampliamente en las páginas 862-867 del LU.
Los dos grupos principales se denominan primarios y secundarios. Los seres in­
termedios primarios están más cerca de los ángeles que de los humanos. Los
seres intermedios secundarios están más próximos de los humanos que de los
ángeles. Ambos grupos están a medio camino entre los humanos y los ángeles,
de ahí su nombre. Los seres intermedios primarios obedecen las órdenes de los
serafines, y a su vez dan órdenes a los seres intermedios secundarios. Los seres
intermedios primarios tienen dificultad para contactar con los humanos. Los se­
res intermedios secundarios, como son casi humanos, no tienen ese problema,

298
pues se encuentran en contacto constante con nosotros los mortales, y también
pueden interactuar con los animales y las «cosas materiales». A través de ellos
fue como se realizó el contacto con el «sujeto por el cual se transmitieron estas
comunicaciones».
Ambas órdenes de seres intermedios no son materiales y normalmente son in­
visibles a los mortales. Ni comen ni duermen. Tampoco procrean. Ya aparecen to­
talmente formados, y no necesitan evolucionar, aunque crecen en «sabiduría y ex­
periencia». «Entran en el espíritu del trabajo, reposo y juego humanos.» Comparten
nuestro sentido del humor y nuestra adoración. Los seres intermedios secunda­
rios tienen incluso un tipo de distinción entre femenino/masculino, trabajando con
frecuencia en parejas de «él» o «ella».
Los Seres Intermedios Unidos de Urantia, como se llama su organización en
nuestro planeta, tienen su lema: «Lo que emprendan los Seres Intermedios Uni­
dos, lo realizan los Seres Intermedios Unidos».
Originalmente, fueron asignados a Urantia 50.000 seres intermedios primarios;
40.119 se unieron a la secesión de Caligastia. quedando 9.881 que permanecieron
leales. Los seres intermedios secundarios de Urantia fueron 1.984. hasta que 873
se aliaron con el malvado Caligastia. Esto dejó 1.111 seres intermedios secunda­
rios en nuestro planeta. Han estado aquí durante 35.000 años, «apenas fuera de
los límites de la vista normal».
La suma de 9.881 y 1.111 da, como establece correctamente el LU, 10.992 se­
res intermedios de ambos tipos en Urantia. Iodos ellos se han comprometido a
no marcharse del planeta hasta que sean liberados por las autoridades superio­
res. Sólo un ser intermedio leal, llamado «1-2-3 el primero», ha partido. Ahora vive
en Jerusén.
Muchos acontecimientos del Nuevo Testamento, erróneamente atribuidos a án­
geles y demonios, fueron en realidad ejecutados por seres intermedios leales o des­
leales. Por ejemplo, los seres intermedios leales una vez liberaron a los seguidores
de Jesús de la prisión, y en otra ocasión liberaron a Pedro de la cárcel. Los seres
intermedios desleales fueron los responsables de los relatos del Nuevo Testamento
de las posesiones demoníacas. Todos estos seres intermedios rebeldes fueron apre­
sados en otro mundo desde el Día de Pentecostés, y desde entonces les está prohi­
bido entrar en ninguna mente humana. Por tanto, la posesión demoníaca ya no
es posible. Lo que hoy consideran los fundamentalistas católicos y protestantes una
posesión demoníaca no es más que psicosis.

Los seres intermedios son los hábiles servidores que compensan esa diferencia en­
tre los asuntos materiales y espirituales de Urantia que apareció al morir Adán y
Eva. A la vez, son vuestros hermanos mayores, camaradas en la prolongada lucha
por lograr el estado de luz y vida en Urantia. Los Seres Intermedios Unidos son un

299
cuerpo que ha sido sometido a la prueba de la rebelión, y ejecutarán fielmente su
función en la evolución planetaria hasta que este mundo alcance la meta de las eda­
des, hasta aquel dia distante en el cual reine de hecho la paz en la tierra y en ver­
dad haya buena voluntad en el corazón de los hombres.

¿Quién pertenece al cuerpo de reserva del destino? El Jefe de los Serafines esta­
cionado en Urantia responde a esta pregunta en el Documento 114: Todos los hom­
bres y mujeres de cada generación que son seleccionados por los poderes superio­
res para asistir a los seres intermedios en su tarea de ayudar a las razas en evolución.
«Consiguientemente, en cuanto aparecen hombres y mujeres en el escenario de la
acción temporal con suficiente capacidad mental, adecuado estado moral y espiri­
tualidad según los requisitos, rápidamente son asignados al grupo celestial apropiado
de personalidades planetarias en calidad de asistentes mortales de enlace humano.»
Estos asistentes son elegidos debido a su «capacidad especial para ser preparados
secretamente para numerosas posibles misiones de urgencia», por su dedicación a
causas dignas, por su disposición de servir sin reconocimiento ni recompensas y por
la posesión de un Ajustador del Pensamiento avanzado.
En Urantia, cuando el Jefe de los serafines escribió el Documento 114, había
doce cuerpos independientes de destino, que combinaban a 962 personas. El cuerpo
más pequeño contaba con 41 miembros, y el mayor, con 172. Entre los 962 había
menos de 20 «personalidades de contacto». Los seres intermedios secundarios de
los mundos evolucionarlos interactúan con las personalidades de contacto «a tra­
vés de la penetración experta en sus mentes». Fue a través de estas penetraciones
que los documentos del LU se «materializaron en el idioma inglés». Esto proba­
blemente se refiere no sólo al canalismo a través del durmiente, sino también a la
recepción, corrección y publicación del material canalizado por las personalidades
de «visión amplia» del cuerpo de reserva del destino. No tengo ninguna duda de
cine Sadler, como miembro superior del cuerpo de reserva, creía que su mente ha­
bía sido penetrada por seres intermedios que le autorizaban no sólo a corregir el
material procedente de Wilfred, sino también a escribir partes del LU
Cuando muere un miembro del c u e rp o de reserva, los datos vitales proceden­
tes de su mente se pueden transferir a un sucesor más joven por una unión de
dos Ajustadores del Pensamiento. También se nos dice aquí que hay un grupo de
un millar de mortales en Urantia que forman una organización llamada «el cuerpo
de reservistas cósmicos de ciudadanos conscientes del universo». El Jefe de los Se­
rafines nos hace sufrir diciéndonos que tiene prohibido «revelar la verdadera na­
turaleza y función de este grupo singular». ¿Está comprendido por los estudiantes
selectos del LU?
Es evidente que Sadler y los demás miembros de la comisión de contacto, así
como un número desconocido de leales miembros del Forum, pensaban que per­

300
tenecían al cuerpo de reserva del destino. En la página 1.243 sabemos que «el
guardián del destino del sujeto humano» usado para la comunicación del Do­
cumento 113 es el número 3, del grupo 17, de la compañía 126, del batallón 4,
de la unidad 384, de la legión 6, de la hueste 37. del ejército seráfico 182.314 de
Nebadón. El número de asignación de este guardián del destino es 3.641.852.
También es el número del contacto humano.
Pregunté al doctor Matrix. el conocido numerólogo que tan inteligentemente ana­
lizó el número de registro de Urantia (como expliqué en el capítulo 1), qué podia
hacer con las muchas cifras mencionadas anteriormente. Haré todo lo posible para
resumir las 30 páginas que el doctor Matrix me envió por fax desde su actual re­
sidencia en Singapur.
El doctor Matrix comenzó por observar que los siete números (3-17-126-4-384-
6-37) suman 577, un número primo. Estos siete números van seguidos por el nú­
mero de seis dígitos 182314 y por el número de siete dígitos 3641852. Seguramente
no puede ser una coincidencia, razonó el doctor Matiix, que 7, 6 y 7 son el nú­
mero de letras de los nombres de Wilfred Custer Kellogg.
Considérese, escribió el doctor Matrix, la siguiente tabla:

1 2 3
4 5 6
8 A B
C D E
F G H
1 J K
L M N
0 P Q
R S T
U V W
X Y Z

En la parte superior de la tabla se encuentran los siete dígitos que aparecen


en los dos números mayores. Para cada letra de Custer y Kellog elegimos uno de
los dos o tres dígitos directamente encima de ella en la misma columna. Encon­
traremos que cada una de las trece letras de los dos nombres tiene encima un dí­
gito que aparece en el lugar adecuado en los dos números, con sólo una excep­
ción. El quinto dígito de 182314 debería ser 3 o 6 en lugar de 1.
Sabemos que se cometieron errores en algunos de los números citados en la
primera edición del LU. En la página 608, el número de Hijos Materiales perdi­
dos en la gran rebelión de Lucifer era de 681.227. En la segunda edición, este
número ha cambiado -n o tengo ni idea de por qué- a 681.217. ¿Fue para co­

301
rregir un error de imprenta? En la página 486, «cuatro mil años» de la primera
edición se convierte en «cuarenta mil años» en la siguiente edición. En la página
477, «menos de 1/2.000 parte» fue modificado por «más de 1/2.000 parte». En
la página 460 de la segunda edición, encontramos que «sesenta mil» de la edi­
ción anterior fue cambiado por «cuarenta mil». «Secundario» se convirtió en «ter­
ciario» (413) y «Y» se convirtió en «gamma» (474). ¿Por qué se hicieron esos cam­
bios y quién los autorizó?
Se podría esperar por supuesto que los errores de imprenta fueran inevitables
en un libro tan voluminoso como el LU, pero tales correcciones (y hay más de un
centenar) contradicen las afirmaciones, a veces hechas por los mismos urantianos,
de que hay una milagrosa ausencia de errores en la primera edición del LU
Volvamos ahora a la secuencia 3-17-126-4-384-6-37. Empleando la misma clave
que antes, los dígitos simples 3-4-6 se correlacionan con VV'.F, y E en W ilfréd, pero
parece que no hay ninguna forma plausible de correlacionar las otras cuatro le­
tras. Sin embargo, mientras se estaba escribiendo este capítulo, el doctor Matrix
me envió por fax un descubrimiento verdaderamente asombroso. Asumiendo sólo
un error en los siete números -6 debería ser 60-, se pueden obtener las letras de
W ilfred aplicando los siete números, en un determinado orden, al versículo más
querido y más citado de la Biblia, Juan 3:16:

For God so loved the world that he gave bis only begolten son tliat whosoever
believeth in him should not perish but have everlasting life.

[Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para que
todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna.]

Ix>s números están dispuestos en el siguiente orden 37-17-384-126-4-3-60. Con­


tando hasta la letra 37 se llega a la L. Diecisiete letras más desde la L y se llega
a la W. Contando 384 (volviendo al comienzo del versículo una vez que se llega
al final), se llega a la E. Contando 126, se llega a la F, 4 más a la R, 3 más a la D
y, finalmente, 60 más a la I. ¡Son las siete letras de W ilfred !
La elección de Juan 3:16 para ocultar el nombre de contacto es apropiado por­
que el versículo tiene un significado especial tanto para los adventistas como para
los urantianos. Claramente afirma que los que no se salven perecerán, no vivirán
para siempre. Si los que no se salvan van a sufrir para siempre en el infierno, se­
guramente sus vidas serán tan eternas como las vidas de los que se salvan. El con­
traste con la vida eterna no es un tormento eterno, sino una muerte eterna -una
vida cortada de la existencia «como si no hubiera sido».
¿Qué se puede hacer con todo esto? El doctor Matrix, el muy canalla, es su­
mamente hábil en juguetear con los parámetros basta encontrar asombrosas coinci-

302
ciencias. No debemos tomarlas en serio. Por otro lado, creo firmemente que el 7,
6 y el 7 estaban destinados a contar las letras de «Wilfred Custer Kellogg».
A la vista de la timidez patológica de Wilfred, es impensable que hubiera per­
mitido a Sadler identificarle en el LU como el contacto de la nueva revelación. Nunca
hubiera resistido la publicidad resultante de ello. Sabemos que sufrió durante toda
su vida adulta de úlceras de estómago, una señal de estrés y ansiedad fácil de com­
prender considerando las circunstancias de su canalismo. Por otro lado, quizá no
deseaba ser identificado para siempre con el contacto. En cambio, estaría de acuerdo
con su naturaleza tímida y secreta proporcionar, en la página 1.243 del LU, los nú­
meros 7, 6 y 7.
En cuanto a la técnica del doctor Matrix de decodificar esos números miste­
riosos, supongo que es bastante posible que Wilfred aceptara algunas de las co-
trelaciones que el doctor Matrix ha descubierto, correlaciones que se ocultaron con­
venientemente a los demás miembros de la Comisión de Contacto. De esta forma,
estarían totalmente ignorantes de los errores de registro, y Wilfred no hubiera ne­
cesitado llamar la atención de Sadler por esos errores. También es posible que Sad­
ler conociera las correlaciones, pero que la Comisión de Contacto decidiera in­
troducir algunos errores para ocultar mejor el nombre de Wilfred.
Bill Sadler, Jr., en su Appendices lo a Sludv of the Master Universe. publicado
postumamente en 1975, dedica las páginas 205-218 a la elaborada numerología
del LU, con especial énfasis en el 3 y el 7. El doctor Matrix me aseguró que esta
sección es demasiado trivial para ser interesante. Por ejemplo, en una sección ti­
tulada «interacción del 3 y del 7». Bill omitió completamente la significación nu-
merológica del número asignado a Miguel (Jesús) en la página 1.513 del LU. El nú­
mero 611.121 es 3 por 7 el número primo 29.101.
El doctor Matrix me envió material adicional sobre la numerología del LU que
no voy a comentar aqui. Por ejemplo, tenía una forma curiosa de obtener 666, el
número de la Bestia, a partir de «533 Diversey Parkway», pero decidí que la téc­
nica era demasiado inverosímil para incluirla.

# *

Entre los urantianos veteranos que conocieron a Sadler, se han consolidado va­
rías leyendas sobre la milagrosa forma en la que algunos documentos del LU lle­
garon a la posesión de Sadler. En lugar de ser escritas o transmitidas oralmente
por Wilfred, y luego escritas a máquina por una secretaria, se dice que Sadler una
vez anotó algunas preguntas en un papel que guardó en su escritorio. Al día si­
guiente. para su asombro, las preguntas habían sido reemplazadas misteriosamente
por respuestas. Sadler decidió hacer un experimento. Escribió otra serie de pre­
guntas y las introdujo en una caja de seguridad de un banco de Chicago. Esto fue

303
un viernes. El lunes siguiente abrió la caja. De nuevo, las preguntas habían desa­
parecido. siendo reemplazadas por respuestas escritas a mano. Se dice que Sad-
ler contrastó la letra con la de todos los miembros de la Comisión de Contacto y
del Forum. No hubo ningún emparejamiento.
Otras anécdotas, incluso más difíciles de creer, aparecen en el libro Birth o í
¿i Revelation de Mark Kulieke (citado en el capítulo 7). Estas leyendas proceden
principalmente, según me han dicho, de Meredith Sprunger y de una antigua
miembro del Forum, llamado Carolyn Kendall. Se dice que Sadler con frecuen­
cia guardaba los manuscritos en una caja de seguridad del banco sólo para en­
contrarlos después corregidos por manos desconocidas. En una ocasión, según
Sprunger, Sadler quiso tentar a los reveladores introduciendo billetes de diez dó­
lares entre las hojas. Los documentos originales desaparecieron o fueron corre­
gidos. pero los billetes siguieron ahí. Como añade Kulieke, sin ningún rastro de
humor, «los supermortales indicaban con ello que no tenían necesidad alguna
de dinero».
¿Quién es el que hacía esos milagros? Hay cuatro posibles respuestas:
1. Los seres celestiales invisibles enviaban el material a Sadler por medios su-
pernormales. Sadler no lo reveló a nadie del Forum porque sabía que sena difícil
de creer.
2. Según Kulieke, la caja de seguridad del banco pertenecía a la Comisión de
Contacto. Sin embargo, nunca llevo conmigo la llave de mi caja de seguridad del
banco, sino que la guardo en un rincón de mi escritorio. Seguramente cualquiera
que trabajara en el 533 sabía donde Sadler guardaba esa llave, particularmente
Wilfred que era el administrador de Sadler. Era el que gestionaba todas las cuen­
tas bancadas y los impuestos de Sadler, y probablemente era la persona que rea­
lizaba los depósitos y retiradas bancadas. No puedo creer que Lena, Christy y Billy
Júnior desconocieran el paradero de esta llave.
Éste es un escenario bastante factible. Alguien del Forum se podía creer au­
torizado por los seres intermedios para escribir un documento, pero por un mo­
tivo u otro no quería que Sadler supiera quién lo había escrito. El autor daría
el manuscrito a Wilfred, o Bill, o Lena, o Christy, con el ruego de que se con­
servara el anonimato. Wilfred, Bill. Lena o Christy introducían el documento en
la caja de seguridad del banco de la Comisión de Contacto sin decírselo al doc­
tor. Sadler estaría auténticamente desconcertado. Esta situación justificaría su
afirmación de que no comprendía cómo algunos de los documentos fueron es­
critos y entregados.
¿Sería censurable que Christy, por ejemplo, se burlara de esa forma de Sadler?
No necesariamente. Pudo haber justificado el engaño razonando que si le contaba
a Sadler cómo había obtenido el documento, el doctor le exigiría que confesara
quién se lo había entregado, y estaría obligada a decírselo. Sabemos que Christy

304
era capaz de cometer algún engaño argumentando tener muy buenas razones para
ello gracias a una carta que reproduzco en el capítulo 7 -una carta en la que ne­
gaba que el apéndice de The Miad ¿ú Mischief se refería a Ellen White o al trans­
misor del LU.
3. Sadler realizaba todas esas maniobras, quizá aconsejado por lo que él creía
que le era otorgado por los seres intermedios, para ocultar el hecho de que él y
quizá algunos de sus parientes y amigos estaban escribiendo ciertos documentos
y que sería poco aconsejable revelarlo al Forum.
4. I,os relatos milagrosos eran mitos evocados por los miembros imaginativos y
excesivamente fervorosos del Forum liara resaltar los aspectos sobrenaturales de
lo que estaba pasando. Sprunger. Kendall y otros miembros afirman que estos fal­
sos recuerdos fueron contados por el mismo Sadler cuando en realidad se los es­
cucharon, atribuidos a Sadler, a personas cercanas a él.
Tengo en mi poder una copia de un documento de cuatro páginas y escrito a
un espacio titulado «Hovv the Urantia Papers Carne», escrito a mediados de los años
cincuenta por un tal Webster Stafford, de San Francisco. Sigue muy de cerca el re­
lato del libro de Harold Sherman, pero contiene anécdotas adicionales como la si­
guiente:

Se dedicaron dos años a la fase de preguntas y respuestas antes de que el material


básico comenzara a surgir. Por esa época se dieron fenómenos inusuales, como la
aparición de algunas de las respuestas o documentos sobre las cuestiones que se
respondieron durante este período de dos años en misteriosos lugares. Por ejemplo,
a veces las preguntas se guardaban en una caja de seguridad, y desaparecían miste­
riosamente durante la noche: pocos días después las respuestas a esas preguntas
aparecían en las hojas de un bloc, e incluso una vez aparecieron anotadas en el re­
verso o lado blanco de un telegrama de la Western Union Telegraph. Sin embargo,
era interesante observar que el escrito aparecía siempre en la parte superior del bloc,
donde las hojas estaban pegadas hasta tal punto que sería imposible que una mano
humana escribiera en el reverso de una hoja de un bloc sin amanear dicha hoja. En­
tonces después de un considerable intercambio de opiniones entre el «visitante es­
tudiante» y los observadores o cuestionadores durante los períodos de discusión, el
tema llegaba a un momento culminante en el cual el «estudiante visitante» comu­
nicaba a los oyentes que había recibido permiso para entregarles durante un perí­
odo de tiempo varios documentos que trataban de diversos temas y que comenza­
ran inmediatamente a difundirlos para que pudieran resultar beneficiosos para toda
la humanidad.

Stafford continúa diciendo que los documentos aparecieron regularmente hasta


1941, seguido de un período entre dos y cuatro años de revisiones en los cuales

305
algunos de éstos fueron rechazados. Se hicieron muchas correcciones y ciertos
documentos se reescribieron completamente.

A un pequeño número de personas relacionadas con el trabajo se les reveló que si


se dirigían a un lugar específico en la orilla del lago Michigan en un momento de­
terminado se les permitiría ver una partida seráfica. Así lo hicieron y vieron cómo
cruzaba el cielo un transporte iluminado con forma de cigarro en el cual se supo­
nía que había varias deidades que eran transportadas a otro planeta o universo.

Antes de morir Stafford entregó una copia de esta historia a su amigo Ben­
jamín Adams, pastor de la Trini {y Baptist Church de San Francisco. El reverendo
Adams mostró el documento a Bill Sadler Jr. En la parte superior de éste, Adams
escribió a mano la respuesta de Bill: «El señor William S. Sadler, Jr., declara que
este documento es en gran parte de índole novelesca. Como su padre es el doc­
tor ‘S’ de este relato, no tenemos otra alternativa que aceptar esta declaración.
La cuestión que todavía permanece sin resolver es el grado de ficción que hay
en el relato.»
Obviamente, no hay forma de saber el grado de ficción que contiene. Sadler
nunca puso por escrito estos acontecimientos, ni tampoco conozco ninguna de
las primeras cartas escritas por los miembros del Forum que documenten tales su­
puestos acontecimientos sobrenaturales.

# #

Cuando la información se canaliza durante un trance, ya sea de forma oral o es­


crita, nunca aparece en una forma tan elegante y tan coherente como en los do­
cumentos de Urantia. Christy tuvo que haber realizado algún trabajo de correc­
ción cuando transcribía a máquina las revelaciones, y no hay ni la más ligera
duda de que Sadler, y quizá otros miembros de la Comisión de Contacto, corri­
gieran el material basándose en las sugerencias de los miembros del Forum. Este
material corregido se autorizaba leyendo los documentos revisados a los revela­
dores a través del durmiente Wilfred, o por medio de los contactos personales
que Sadler y otros miembros creían mantener con los seres intermedios. La única
cuestión es: ¿cuánto añadieron Sadler y los demás miembros? Sadler pudo afir­
mar con total sinceridad que él no escribió los documentos, pero esto no ex­
cluiría la práctica de una sustancial corrección, así como supresiones y adicio­
nes de texto, para obtener posteriormente la aprobación de los seres intermedios
de tales cambios.
Harold Sherman nos informa, como he mencionado antes, que una vez in­
tentó que Christy incluyera un documento sobre PES y otros poderes psíquicos

306
en el LU. Christy sugirió a Sherman que si él mismo escribía ese artículo, lo pre­
sentaría a los reveladores para obtener su consentimiento de incluirlo en el LU.
Si esto es verdad, y no tengo ninguna razón para dudar de Sherman, una gran
proporción del LU, incluyendo documentos enteros, podían haber sido escritos
por Sadler o por cualquier otro mortal cercano a é l y luego ser autentificado al
leerlos al durmiente Wilfred. En la página 1.319 del LU se encuentra esta enig­
mática addenda:

Este documento, que ilustra los siete autootorgamientos de Cristo Miguel, es el se­
xagésimo tercero de una serie de presentaciones, patrocinadas por numerosas per­
sonalidades, que narran la historia de Urantia hasta el tiem po de la aparición de
Miguel en la tierra a semejanza de la carne mortal.
Una comisión de doce seres de Nebadón autorizaron estos documentos actuando
bajo la dirección de Mantuda Melquisedec. Redactamos estos relatos y los pusimos
en idioma ingles mediante una técnica autorizada por nuestros superiores, en el año
1935 d. de J.C. del tiempo de Urantia.

«Redactar» es una palabra muy frecuente en el LU. Significa «escribir», pero sa­
bemos por las páginas 84, 1.618, 1.848 y 1.972 que también significa estar autori­
zado para hacerlo por un ser superior. Si Sadler fue el que escribió el párrafo an­
terior, podía estar dando a entender que estaba autorizado por un ser intermedio
a escribir ese documento particular.
El doctor Jacques Rhéaume, un antiguo sacerdote católico que ahora vive en
Quebec, fue durante cuatro años un buen amigo del urantiano Meredith Sprun-
ger. Estaba convencido de que Sadler había escrito parte del LU bajo la creencia
de que estaba autorizado a hacerlo. Este argumento se defiende en las más de
700 páginas de la tesis doctoral de Rhéaume, titulada Analyse d'un texte revelé:
The Urantia Book. Fue escrito en francés en 1983 para la Universidad de Ottavva.
En 1990, el doctor Rhéaume resumió su tesis en un libro de bolsillo titulado Le
Verbe s’est fait livre, publicado en Quebec con el número 9 de una serie de libros
sobre nuevas religiones. Estoy completamente de acuerdo con Rhéaume. Yo tam­
bién estoy convencido de que Sadler fue totalmente capaz de escribir una gran
parte del LU, integrándola en la elaborada cosmología y mitología que ya había
sido canalizada por su cuñado mientras dormía.
Baso mi creencia en que hay demasiado material del Libro de Urantia que
procede directamente de los primeros libros escritos por Sadler. Los urantianos
que lo saben lo racionalizan argumentando que Sadler obtuvo sus ideas de los
reveladores y que luego las plasmó en sus libros. Creo que todos esos urantia­
nos no han consultado ni leído ninguno de los libros en cuestión escritos por
Sadler.

307
Considérese, en primer lugar, el gran énfasis puesto por el LU en la eugenesia.
Muchas páginas del libro abogan por el uso de la eugenesia para eliminar de Uran-
tia un número cada vez mayor de débiles mentales y de otras personas genética­
mente inferiores. Como hemos visto, el mentor de Sadler, John Kellogg, era un ar­
diente defensor de la eugenesia. El mismo Sadler escribió dos libros defendiéndola:
Racial Decadent e: An Examination oí the Causes oí Racial Degeneralion in the
United States (1922) y The Tmth Ahout Merecíity (1927). Sus opiniones contro­
vertidas se repiten, a veces casi literalmente, en el LU.
La mujer de Sadler. Lena, compartía el entusiasmo de su esposo por la eu­
genesia. Su ponencia «Is the Abnormal to Become Normal?» se leyó primero ante
la Federación de Illinois de Clubes de Mujeres, el 19 de mayo de 1932. y se im­
primió en el Illinois Medical Journal (septiembre 1932). La misma ponencia tam­
bién se puede encontrar en A Decade oíProgress in Eugenics (Williams & Wil-
kins, 1934), una colección de ponencias leídas en el Tercer Congreso
Internacional de Eugenesia celebrado en Nueva York en agosto de 1932. La po­
nencia de leería es una severa advertencia contra la cada vez mayor degenera­
ción racial ele América y recomienda severas medidas eugenésicas para conte­
ner esa marea.
El siguiente párrafo es una muestra de la retorica de la señora Sadler.

Y aquí nos encontramos mimando, alimentando, enseñando y protegiendo a esta ví­


bora de degeneración, mientras halagamos nuestras almas creyéndonos personas
filantrópicas, caritativas y profundamente cristianas. Presumimos de proteger al dé­
bil y prodigar caridad liberalmente a esas personas anormales, mostrándonos apa­
rentemente ignorantes y descuidados ante el hecho de que finalmente este mons­
truo crecerá en unas proporciones tan odiosas que llegará a derribamos, que los
futuros descendientes de ese ejército de incapaces aumentara en tal cantidad que
aplastará a los humanos superiores y finalmente destruirá la civilización que lega­
mos a nuestros descendientes; y todo esto llegara a pasar si no tenemos en cuenta
las pintadas de advertencia en las paredes y hacemos algo eficaz para detener la
marcha de la degeneración racial, porque se dice incluso que las bes cuartas par­
tes de la siguiente generación será producida por la cuarta parte inferior de la ge­
neración presente.

Una ley de esterilización federal que obligue su cumplimiento, continúa expo­


niendo Lena, «daría como resultado, en menos de cien años, una eliminación de
al menos el noventa por ciento del crimen, de locura, de subnormalidad, de mo-
ronismo y de anormalidad sexual, sin mencionar muchas otras formas de imper­
fecciones y de degeneración. Por consiguiente, dentro de un siglo, nuestros mani­
comios, prisiones y hospitales estatales estarán vacíos de gran parte de sus actuales

308
víctimas de la miseria y desgracia humanas. Los indigentes y los mendigos ancia­
nos y los infortunados degenerados de diversos tipos desaparecerán como factor
molesto de la sociedad civilizada».
En la página 33 de Racial Decadente. Sadler menciona la misma cifra del diez
por ciento para la proporción de «incapaces» de Estados Unidos que deberían ser
esterilizados. En lo que concierne a la incapacidad moral, Sadler creía firmemente
que «la moralidad es hereditaria» y que «algunas razas son más morales que otras».
Si se está interesado en refutar los radicales puntos de vista sobre la euge­
nesia de los Sadler. de John Kellogg y del LU. aconsejo leer el libro de 734 pá­
ginas de Alian Chase The Lcgacy ofMalthus: The Spiiihuil Cost ofthe New Scien-
Hfic Racism (University of Illinois Press, 1980). En la página 27. Chase se refiere
a Lena como «una irascible cirujano de Chicago». En las páginas 327-328. la acusa
de defender una forma de infanticidio. Por supuesto esta acusación no hay que
entenderla como que Lena estuviera recomendando matar a los bebés incapa­
ces. pero en su vergonzosa conferencia de 1932 se oponía a la práctica de in­
tentar «salvar cada niño débil que nace en el mundo» al ¡dar ayuda médica gra­
tuita para las madres que percibían subsidios sociales! Ya en 1936, cuando se
publicó el voluminoso Theory and Practice o f Psvchiatry de Sadler. todavía se­
guía recomendando la esterilización para prevenir el rápido deterioro racial de
América:

Si aisláramos a nuestros degenerados -clasificándolos y empleándolos adecuada­


mente, encarcelándolos o esterilizándolos-, al cabo de muy pocas décadas la ma­
yoría de nuestras sociedades benéficas, que se están enfrentando con los problemas
resultantes de los incapaces mentales, desaparecerían; la mayoría de nuestras cár­
celes y burdeles se vaciarían: nuestros tribunales languidecerían por falta de casos;
y prácticamente los dos tercios de nuestro trabajo filantrópico y reformador relacio­
nado con la pobreza, el vicio, la intemperancia, la delincuencia y el crimen se para­
lizaría a falta del grano de los débiles mentales que todavía mantiene a esos moli­
nos de caridad funcionando.

Cuando Sadler escribió Racial Decadente en 1922, la creencia de que la he­


rencia genética de América estaba en decadencia como resultado de la rápida tasa
de natalidad de los negros y de la afluencia de cepas raciales inferiores procedentes
del extranjero era una doctrina muy popular, no sólo entre los defensores de la
eugenesia sino también entre los periodistas. El libro más vendido del momento
era el de Lothrop Stoddard, The Rising Tide o f Color Against U hite World Su-
prematy (1920). El libro tuvo tanta influencia y fue tan leído que F. Scott Fitzge-
rald, en el primer capítulo de su obra maestra DI Cían Gatsby (1925), hace que
Tom Buchanan realice una ligeramente encubierta referencia al libro;

309
«La civilización se está desmoronand», estalló Tom. «Me siento terriblemente pesi­
mista acerca de todo. ¿Has leído “La aparición de los imperios negros” por un tal
Goddard?»
«No, ¿por qué?», respondí, bastante sorprendido por su tono.
«Bueno, es un libro excelente y creo sinceramrenle que debería leerlo lodo el
mundo. 1.a idea es que, si no tenemos cuidado, la raza blanca en su totalidad se
verá... quedará totalmente desbordada. Son lodos argumentos científicos; cosas que
están demostradas.»
«Tom se está volviendo muy profundo», dijo Daisy con un gesto de tristeza que
parecía perfectamente espontáneo. «Lee libros muy serios con palabras de muchas
sílabas. ¿Cuál era la palabra que...?»
«Bueno, se trata de libros totalmente científicos», insistió Tom, mirando molesto
a su mujer. «Esc tipo ha estudiado la cuestión a fondo. Nosotros que somos la raza
dominante hemos de estar alerta. De lo contrario esas otras razas acabarán con­
trolándolo todo.»

No he leído el best-seller de Stoddard (tampoco creo que sea un libro muy inte­
resante). Sería interesante determinar qué porcentaje de su texto plagió Sadler. Ob­
sérvese su uso de «marea» en el siguiente párrafo que cierra el prefacio de Racial
Decadence:

Y. por consiguiente, mientras no se consideren estos asuntos con seriedad, y al mismo


tiempo se asuma la misión que se ha esforzado por realizar en este y en los volú­
menes siguientes, será evidente que si hubiera contribuido aunque fuera en poco a
la clarificación de estos problemas básicos con los que se enfrenta la nación; que si
hubiera añadido aunque fuera una pizca para ayudar a solucionar las amenazan­
tes dificultades tratadas en esta obra; que si hubiera añadido aunque fuera una ba­
gatela al giro final de la marea de influencias malignas que ponen en peligro las ra­
zas blancas en general y la cepa americana en particular, entonces nos sentiremos
muy bien pagados por la investigación y otros esfuerzos acometidos para la elabo­
ración de este libro.

Las palabras «cien años» y «diez por ciento» se encuentran en el LU (818) en


un documento que describe la creación de una utopía socialista democrática en
un planeta increíblemente similar a Lrantia en su política y su ética: «Hace más
de cien años que se iniciaron esfuerzos para impedir la procreación de criminales
y anormales y ya han dado resultados satisfactorios.
No existen presidios ni manicomios, pues estos grupos representan aproxima­
damente sólo un diez por ciento de los que se hallan en Urantia».
¿Qué es más probable, que los Sadler conocieran estas cifras por los revela­

310
dores o que aparezcan en el LU porque eran las opiniones que defendía nues­
tro amigo Sadler?
El LU (771) nos dice que el estado debería mantener la tasa de natalidad de
las personas subnormales en un nivel lo suficientemente bajo para producir tan­
tos subnormales como fuera necesario para esas tareas que requieran una in­
teligencia ligeramente superior a la de los animales. Ésta, también, era una opi­
nión de nuestro querido Sadler. En Racial Decadcnce (página 183), Sadler resalta
la «relación inversa» entre la salud genética de las personas, familias y pueblos
y «el número de años que han estado alejados del cultivo de la tierra». Esta misma
relación inversa se encuentra en el LU (768-770), donde Melquisedec enfatiza lo
que él llama «la relación entre el hombre y la tierra» que subyace en todas las
civilizaciones. «Rige a la sociedad humana una ley que decreta que la población
ha de variar en proporción directa con las artes de la tierra e inversa al nivel de
vida.» En la página 887, los chinos se jactan de tener una «relación hombre-tie­
rra» baja. En la página 770, se nos advierte que los «peores rasgos de la natura­
leza humana» surgen cuando la población aumenta y el rendimiento de la tie­
rra se reduce.
Animo a los urantianos a leer todas las secciones del LU (véase «Eugenesia» en
el Concordes) en las que la eugenesia se defiende apasionadamente, y que luego
lean detenidamente el libro de Sadler Racial Decadcnce. ¿Qué es más factible? ¿Que
Sadler tomara sus puntos de vista sobre la eugenesia de los reveladores o que el
mismo Sadler haya incorporado al LU los puntos de vista de Kellogg y suyos pro­
pios que habían defendido desde hacía tanto tiempo, y que luego solicitara la apro­
bación de Melquisedec?
Las opiniones racistas, tan características de los entusiastas de la eugenesia,
se encuentran tanto en Racial Decadcnce de Sadler como en el LU. En la pá­
gina 275 del LU se nos dice que la raza negra es inferior a la de los indios ro­
jos. En la página 585 se nos dice que es correcto tener un programa de euge­
nesia para eliminar las razas inferiores. El motivo por el que es tan difícil llevarlo
a cabo en l ’rantia es que carecemos de jueces competentes que decidan sobre
«la aptitud física o inaptitud biológica de los individuos de vuestras razas mun­
diales». De nuevo: «A pesar de este obstáculo, parecería que vosotros debierais
ser capaces de concordar en la desconfratemización biológica de vuestras cepas
más marcadamente ineptas, defectuosas, degeneradas y antisociales». Descon-
fraternización es una palabra poco habitual. Los adventistas del Séptimo Día la
usan como sinónimo de excomunión.
En la página 764 del LU. a los nativos australianos y los bosquimanos y pig­
meos de África se les llama razas primitivas, «miserables restos de pueblos no
sociales de los tiempos antiguos». Su naturaleza es atrasada, asocial y descon­
fiada. Los bosquimanos se vuelven a denominar «raza inferior» en la página 1.132.

311
Estos comentarios reflejan la opinión de Sadler de que esas culturas primitivas,
al igual que los negros africanos, son genéticamente inferiores a los blancos. (¡Qué
locura!)
¿Deberíamos sentir remordimientos por pedir la creación de programas de eu­
genesia con el objeto de eliminar esas razas inferiores? ¿Deberíamos sentir re­
mordimientos acerca de abolir las razas degeneradas de nuestra sociedad? No de­
beríamos, pues como afirma Sadler en Racial Decadence «la eugenesia es una
empresa verdaderamente altruista». Así es como el LU lo explica en la página 592:

Un idiota no tiene mucha oportunidad de supervivencia en una organización social


tribal primitiva y guerrera. Es el falso sentimiento de vuestras civilizaciones parcial­
mente perfeccionadas el que fomenta, protege y perpetúa los linajes completamente
defectuosos de las razas humanas evolucionarías.
No es ternura ni altruismo prodigar compasión inútil a seres humanos degene­
rados, mortales anormales e inferiores insalvables. Existe incluso en el más normal
de los mundos evolucionarlos suficientes diferencias entre los individuos y entre los
numerosos grupos sociales como para proveer el ejercicio pleno de todos aquellos
nobles rasgos de sentimiento altruista y ministerio mortal sin egoísmos, sin perpe­
tuar las cepas socialmente inadecuadas y moralmente degeneradas de la humani­
dad en evolución. Existe abundante oportunidad para el ejercicio de la tolerancia y
la función del altruismo a favor de aquellos individuos desafortunados y necesita­
dos que no han perdido inseparablemente su herencia moral ni han destruido para
siempre su derecho espiritual de nacimiento.

¿Qué es más verosímil, que los seres celestiales inspiraran a Sadler el libro Ra­
cial Decadence, o que sus puntos de vista acerca del altruismo de eliminar a los
incapaces fueran incluidos por el mismo Sadler en el LU?
Sadler se opuso enérgicamente a los matrimonios interraciales. «Por razones ob­
vias -escribió en The Trutb About Heredity (página 275)-, los matrimonios mixtos
entre diversas razas tienen que ser deplorados, particularmente entre razas de dis­
tinto color.»

Estos investigadores concluyen que el matrimonio interracial es extremadamente in­


deseable en el caso de razas que estén tan alejadas en sus rasgos y tendencias que
el matrimonio tuviera como resultado la descomposición de las características in­
herentes y valiosas de ambas razas, prácticamente hablando, como que tales matri­
monios ignoraran la línea de color. Tales matrimonios mixtos tenderían a trastornar
la larga asociación de ciertos rasgos físicos y mentales, que se han establecido y coor­
dinado desde hace tiempo por herencia, y que se han c o n fin m c lo p o r cientos de ge­
neraciones de «selección natural». Y por supuesto, desde el punto de vista de la eu-

312
genesia, hay que deplorar cuando una de las razas es inferior comparada con la otra,
lo que sucede con el hecho biológico en lo que concierne a las razas negras y blan­
cas de este país (página 272).

En The Truth About Heredity (página 187). Sadler lo expresó de esta forma:

La barrera de la raza tiene mucho que ver con la restricción de la selección natu­
ral, particularmente en casos en los cine las razas son de diferente color, o en otras
formas muy desiguales, como en el caso de los negros y los blancos.

Tanto Sadler como el LL'(920) distinguen entre el entrecruzamiento racial de


cepas superiores, que puede ser beneficioso, y el entrecruzamiento racial de una
raza superior con otra inferior, que sólo puede tener consecuencias desastrosas.
Éstos son algunos pasajes del LU (58(5, 719, 726 y 920. respectivamente) en los
que se expone tal distinción:

Pero aunque los hijos de la línea pura de un Jardín del Edén planetario pueden en­
tremezclarse con los ejemplares superiores de las razas evolucionarías y así mejo­
rar el nivel biológico de la humanidad, no sería beneficioso para las cepas superio­
res de los mortales urantianos aparearse con las razas inferiores; un procedimiento
tan poco sabio pondría en peligro toda la civilización en vuestro mundo. 1labiendo
fallado en alcanzar la armonización de las razas a través de la técnica adánica, de­
béis ahora resolver vuestros problemas planetarios de mejoramiento racial a través
de otros métodos, básicamente humanos, de adaptación y control.

Así ha sido siempre en Urantia. Civilizaciones altamente prometedoras se han ido


deteriorando progresivamente hasta extinguirse debido a la locura de permitir la li­
bre procreación de los seres superiores con los inferiores.

Se obtienen razas mejores y más fuertes como resultado del cruzamiento de diver­
sos pueblos cuando estas distintas razas son portadoras de factores hereditarios su­
periores. Las razas de Urantia se habrían beneficiado mediante una amalgamación
temprana, siempre y cuando estas cepas amalgamadas hubieran podido posterior­
mente mezclarse ampliamente con la cepa superior adánica. El intento de hacer un
experimento de esta índole en Urantia bajo las condiciones raciales de hoy día se­
ría altamente desastroso.

Las mezclas de las r¿izas blanca y negra no son tan deseables en cuanto a sus re­
sultados inmediatos, pero tampoco son tan objetables estos vástagos mulatos como
querría hacerlos aparecer el prejuicio social y racial. Físicamente, tal híbrido de blanco

313
y negro son ejemplares excelentes de humanidad, a pesar de su ligera inferioridad
en algunos otros respectos.

¿Qué consejo nos da el LU acerca de cómo hay que tratar a las personas sub­
normales?

Se debe favorecer el hombre normal; él es la espina dorsal de la civilización y la


fuente de los genios motantes de la raza. Se deberá mantener al hombre subnor­
mal bajo el control de la sociedad: no se deben producir más de los que se requie­
ran para atender los niveles inferiores de la industria, aquellas tareas que requieren
inteligencia por encima del nivel animal pero de exigencias tan exiguas como para
dar constancia de verdadera esclavitud y subyugación a los tipos superiores de la
humanidad. (LU 771.)

En la página 812, nos enteramos que en un planeta cercano, donde la vida es


increíblemente similar a la vida de Urantia, pero más avanzada, los criminales ha­
bituales y los locos incurables son enviados a la cámara de gas. ¿El resultado? No
hay prisiones ni hospitales para los locos. «Numerosos crímenes, además del ase-
sinato, la prevaricación inclusive, también son castigados con la pena de muerte»
(LU818). Estas eran las opiniones de Sadler al respecto. ¿Las consiguió Sadler de
Melquisedec de Nebadón o fue Melquisedec quien las tomó de Sadler? El lector
debe responder a esta pregunta.
Tanto en el LU (918-919) como en los dos libros de Sadler sobre genética que ya
hemos mencionado se nos dice que los matrimonios entre primos mejorarán una
raza si ambas personas son de «buena cepa». «Si la herencia es buena -escribe Sad­
ler-. no existe ninguna objeción científica.» Ya hemos resaltado antes que Sadler no
podía haber dicho otra cosa a la vista del hecho de que la hermana de su mujer es­
taba casada con su primo hermano, Wilfred. En efecto, como hemos visto en ese ca­
pítulo, el LU comparte la misma opinión sobre los matrimonios entre primos.
Los deplorables puntos de vista de Sadler con respecto a la raza ya eran evi­
dentes en su libro de 1918 Long Heads and Round Heads, or What's the Matter
with Germanv?Según la tesis doctoral de Meussling sobre Sadler, éste había dado
primero una conferencia sobre este tema. El Secretario de Estado de Estados
Unidos se sintió tan impresionado por el tema que le preguntó a Sadler cuánto
tardaría en convertir su conferencia en un libro. Sadler contestó que lo haría en
aproximadamente un fin de semana. Al leer el libro da la impresión de que en
efecto así fue.
Dedicado a los soldados y marineros de la nación, el libro es una apasionada
defensa de la güeña de Estados Unidos contra Alemania. Para explicar lo que ocu­
rre con relación al enemigo, Sadler se basa fundamentalmente en dos libros; The

314
Passing o f a Great R¿\ce. de Madison Grant, y Men ofthe Oíd Stone Age, de I lenry
Fairfield Osbom.
Los puntos de vista racistas del doctor Sadler, así como los del LU, estaban muy
influidos por Grant, un abogado neoyorquino así como un descarado racista. Sus
libros más influyentes fueron The Passing o f a Creaí Race (1916) y The Conquest
o ía Confinen! (1933). Ambos contaban con introducciones de Osbom.
América, afirmaba Grant. fue poblada originalmente por una raza superior de
nórdicos protestantes -u n a raza que rápidamente se vio degradada por el en-
trecruzamiento con inmigrantes extranjeros inferiores. A no ser que detengamos
esta «hibridación». América seguirá el camino de la antigua Roma. Los negros,
según opinión de Grant. eran inferiores a las demás razas. Su capacidad men­
tal. escribió, «es casi directamente proporcional a la cantidad de sangre blanca
que [un negro] tiene». Incluso un mulato con suficiente sangre negra para «apro­
bar» el examen todavía posee rasgos que «pueden hacerle retroceder insidiosa­
mente a sus ancestros negros, y que se pueden transmitir a la raza blanca de
esta forma».
¿Cómo deseaba Grant resolver el «problema negro»? Los Estados Unidos de­
berían promulgar leyes estrictas contra los matrimonios entre blancos y negros, y
trabajar con energía para educar a los negros en el control de natalidad, con el
objeto de frenar su rápida reproducción.
Como veremos en el capítulo 16, el LUestá repleto de pasajes plagiados de otros
libros. Al mismo Sadler le gustaba robar. Considérese por ejemplo el siguiente pá­
rrafo de Grant: «El cruce entre un hombre blanco y un negro es un negro; el cruce
entre un hombre blanco y un hindú es un hindú, y el cruce entre cualquiera de
las tres razas europeas y un judío es un judío». (Cita tomada de un capítulo sobre
el racismo de mi libro de 1952 Fads and Fallacies in the Ñame o f Science, en el
que dedico dos páginas a Grant.)
Así es como Sadler expresa lo mismo en un pasaje procedente de Long Heads
and Round Heads que volveré a citar después: «El cruce entre un hombre blanco
y un negro no es un hombre blanco, sino uno negro. El cruce entre un hombre
blanco y un hindú es un hindú, y el cruce entre cualquiera de las tres razas euro­
peas más modernas y un judío es siempre un judío». ¡La copia es casi literal!
Sadler considera que Alemania está dominada por dos razas principales:
1. Los nórdicos o teutones, que suelen tener pelo rubio, piel clara y ojos azu­
les. También poseen cabezas alargadas (dolicocéfalos). U>s nórdicos son sumamente
inteligentes. Sadler estaba convencido de que los líderes militares, estadistas, ex­
ploradores, organizadores e inventores más grandes del mundo eran todos nórdi­
cos. Cita como ejemplos a Ciro. Alejandro, César. Carlomagno y Napoleón. Entre
los líderes alemanes de 1918 escoge al cerebro nórdico superior del general Yon
Ludendorff, como afirma en el pie de foto del general.

315
2. Los alpinos, que suelen tener cabezas anchas (braquicéfalos) y ojos oscuros.
Sadler nos recuerda que la mayoría de los mamíferos y de los monos tienen ojos
oscuros. «Por tanto, es opinión de las máximas autoridades que las primitivas ra­
zas de la humanidad tenían ojos oscuros.»28
Más importante todavía, los alpinos son una raza estúpida, bruta y genéticamente
inferior. En el pasado fueron sobre todo granjeros. El libro muestra una fotografía
del mariscal de campo alemán Von Hindenburg considerado por Sadler como la
quintaesencia del hombre alpino. En el pie de foto se le llama «la fuerza personi­
ficada, dominante, brutal, desprovisto de idealismo y con poca o ninguna imagi­
nación».
Los gobernantes de la antigua Roma eran todos nórdicos, tal como Sadler nos
asegura, pero Roma cayó debido a la decadencia que siguió a un rápido aumento
de una cepa inferior. La Alemania actual está sufriendo una degeneración racial
similar. Su cepa nórdica superior comenzó a declinar después de la vergonzosa
Guerra de los Treinta Anos. Desde entonces, los alpinos, y otras razas inferiores,
se volvieron dominantes. Aunque muchos líderes militares todavía son nórdicos,
la mayoría de los soldados son alpinos estúpidos, de cabeza ancha y viciosos. Esto
explica «la brutal alegría alemana por la batalla, el amor a la atrocidad, y el placer
en el sufrimiento y en la tortura».
Sólo aproximadamente un diez por ciento de Alemania es nórdica, escribe Sad-
ler. Los nórdicos siguen ocupando la clase superior de la nación. «Son esos mis­
mos alemanes que los caballeros de antaño. Son las personas de espíritu amable
que nos dieron el árbol de Navidad con sus tiernos sentimientos y sus asociacio­
nes espirituales.» Desgraciadamente, los alpinos de cabeza ancha ahora dominan
la patria. Representan una amenaza para todo lo que apreciamos. El libro con­
cluye con 25 razones por las que América tiene que ganar la guerra.
Estados Unidos todavía no ha llegado tan lejos como Alemania en la degene­
ración racial, pero Sadler teme que se está moviendo lentamente en la misma di­
rección. Las colonias americanas originales, nos dice, eran en su mayor parte nór­
dicas, como lo fueron los primeros colonos del Canadá. Después de la Guerra Civil,
librada por los nórdicos de ambos bandos, hubo una gran afluencia de razas ge­
néticamente inferiores procedentes de Europa. Sadler cita con aprobación los si­
guientes párrafos de su mentor Madison Grant:

28. En las fotografías en Illanco y negro de Sadler podemos ver que sus ojos eran de color gris. Un uran-
tiano que conoció a Sadler recuerda que sus ojos eran azules grisáceos; otro piensa que eran verdes
claros. En cualquier caso, no eran oscuros. Los ojos de Bill Sadler Jr. eran azules brillantes.

316
El resultado se está viendo en el rápido declive en la tasa de natalidad de los ame­
ricanos nativos porque las clases más pobres de la cepa colonial, que todavía exis­
ten. no desean traer niños al mundo para competir en el mercado laboral con los
eslovacos, los italianos, los sirios y los judíos. El americano nativo es demasiado or­
gulloso para mezclarse socialmente con ellos y está retirándose gradualmente de es­
cena, cediendo a esos extranjeros la tierra que él conquistó y desarrolló. El hombre
de la vieja cepa está siendo expulsado en muchos distritos del país por esos ex­
tranjeros. al igual que está siendo literalmente apartado de las calles de la ciudad
de Nueva York por los enjambres de judíos polacos. Estos inmigrantes adoptan el
idioma de los nativos americanos; llevan sus ropas; roban sus nombres, y están co­
menzando a tomar sus mujeres; pero casi no adoptan su religión ni comprenden
sus ideales, y mientras está siendo expulsado a codazos de su propio hogar, el ame­
ricano dirige tranquilamente su mirada hacia el exterior e incita a los demás a se­
guir las éticas suicidas que están exterminando su propia raza.

Los negros presentan un problema especial para los Estados Unidos. Esto es
lo que Sadler dice sobre ellos:

La doctrina de que el esclavo negro de los días de la Guerra Civil era un desafor­
tunado primo lejano del hombre blanco, que simplemente estaba demasiado bron­
ceado porque había vivido durante largo tiempo bajo el sol tropical, y que su esta­
tus social e intelectual eran el resultado de haberle sido negados los privilegios de
la civilización y las bendiciones del Cristianismo, todavía es aceptada por muchos
honestos y bienintencionados sentimentales. Éste era el sentimiento que prevalecía
en los días de la Guerra Civil y, en realidad, creo que la Guerra Civil comenzó o para
salvar a ía Unión o para liberar a los hombres negros. El hombre negro merecía su
libertad, pero ha tardado el hombre blanco de América casi la mitad de un siglo en
darse cuenta del hecho de que más o menos libertad política, una poca educación,
buenas ropas y la posibilidad de hablar y de escribir inglés y de asistir a la iglesia
no han sido capaces de transformar al negro en un hombre blanco o incluso en un
hombre negro con poderes y prerrogativas similares de ciudadanía; y vamos a tener
experiencias similares en este país con nuestros judíos polacos y rusos y otros in­
migrantes balcánicos. \x> más desafortunado de toda esta amalgama de gente es que
no se mezcla. La raza todavía es el factor determinante de la civilización y de la ciu­
dadanía.

Nuestro vecino México, también, está sufriendo de degeneración racial:

Lo que en realidad consigue la amalgama racial, y lo que amenaza hacer en este


país, se puede ver con claridad en un estudio étnico sobre México y su gente. Aquí

317
la sangre de los conquistadores españoles originales (que, como todos los explora­
dores del mundo, eran nórdicos) fue absorbida por la población nativa indígena, que
era inferior, lo que dio como resultado una mezcla de razas que ahora observamos
en los actuales mexicanos inferiores; y desde los días de Roma hasta el presente, es­
tos tipos mestizos siempre han representado movimientos retrógrados en la civili­
zación del presente.
Hay que tener presente que algunas de las características más deseables de las
razas civilizadas son de origen relativamente reciente, y que cuando dos razas muy
desiguales se mezclan, el resultado por lo general es una rápida gravitación hacia
abajo, hacia el tipo más antiguo, más primitivo e inferior de hombre. El cruce en­
tre un hombre blanco y un negro no es un hombre blanco, sino uno negro. El cruce
entre un hombre blanco y un hindú es un hindú; el cruce entre cualquiera de las
tres razas europeas más modernas y un judío siempre es un judío. Al cruzar la raza
rubia nórdica más reciente con la más antigua y morena mediterránea, se encon­
trará que predomina el tipo moreno más antiguo. Si el hombre nórdico de pura
raza y de ojos azules se casa con una mujer mediterránea de pura raza y de ojos
negros, los hijos tendrán ojos negros u oscuros. Xo habrá descendencia de ojos azu-
les, y tenemos que reconocer que a pesar de todas las ayudas de una civilización
cristiana, y de todo el entorno y educación de las instituciones democráticas, no
pueden ni serán nunca capaces de modificar estas leyes fundamentales de la he­
rencia humana.

Merece la pena mencionar de pasada que los comentarios de Sadler acerca de


las razas de Neanderthal y Cromagnón, en Long Heads and Round Heads, son
muy similares a los comentarios del LU. En ambos libros, los neanderthales se lla­
man «grandes cazadores». En ambos libros, se nos explica también cómo emple­
aban el reno para comida y vestimenta, su trabajo con el pedernal, su religión pri­
mitiva, su extinción final por los cromagnones, y la sustitución de los cromagnones
superiores por razas inferiores.
Estoy en deuda con Douglas Hackleman por haberme enviado copias de un
fascinante intercambio de cartas entre el doctor John Kellogg y .Ales Hrdlicka, un
distinguido antropólogo que trabajaba para la Smithsonian Institution. En una carta
fechada el 1 de abril de 1918, Kellogg escribió: «Le estoy enviando un pequeño li­
bro titulado Round Heads and Long Heads’. Creo que el autor de este libro no
posee ninguna reputación científica. No conozco demasiado a esta persona para
saber si hay alguna base científica que respalde sus argumentos. Si puede encon­
trar algo de tiempo para echar una ojeada al libro y darme su opinión, le quedaré
muy agradecido.»

El doctor Hrdlicka contestó (G de abril):

318
Acuso recibo de su atenta carta de abril así como del breve libro recibido, que be
leído desde el principio hasta el final. El autor ha dado un desafortunado paso al
invadir el campo de la antropología, del cual evidentemente es un completo igno­
rante, y al subirse al tren del señor Madison Grant con todos sus prejuicios. El re­
sultado es que sea cual sea lo que esté relacionado con el tema expresado en el
título del libro es un cúmulo de tonterías, y afectará seriamente [sic] al resto de la
breve obra que. si se hubiera publicado separadamente, hubiera hecho algún bien.
Mi primera intención después de leer el libro fue la de escribir una reseña para
nuestro periódico; pero hubiera sido tan demoledora que únicamente podría tener
como resultado crearme un enemigo que es mejor evitar. La parte antropológica
del libro es tan mala que de cualquier forma será condenada por los hombres más
instruidos.

El doctor Kellogg respondió a esta carta el 8 de abril:

I le recibido su carta del 6 de abril.


Su opinión sobre el libro concuerda con lo que yo pensaba de él. Es, como us­
ted dice, de lo más desafortunado que una persona pretenda dogmatizar en un campo
en el que es totalmente ignorante.
Desearía que reconsiderara su determinación de no escribir una reseña del li­
bro. Me parece que la literatura de ese estilo debería ser condenada por una auto­
ridad competente. El autor del libro no tiene ninguna influencia en los círculos cien­
tíficos para que le pueda hacer algún daño a usted o al Jo u rn a l o f A m erican
A nihropology. Una crítica autorizada como la de usted impediría las notas reco­
mendatorias a un considerable número de revistas, cuyos editores ignoran quién es
el autor del libro, y por tanto evitaría la extensión de los errores de vicio.

¿Qué es más factible? ¿Que las extremadas opiniones de Sadler acerca de la he­
rencia. la raza y la eugenesia hayan procedido de inteligencias superiores que ha­
blaban a través de Wilfred o directamente a Sadler por medio de su Ajustador del
Pensamiento y de los Seres Intermedios, o que esas deplorables opiniones fueron
introducidas de alguna forma por Sadler y su mujer en el Ll/?No hay ninguna in­
dicación en el libro de Sadler de 1918 que apunte a que sus opiniones procedían
de otra fuente distinta a la de Grant y a la de otros escritores del momento de­
fensores del movimiento eugenésico.
Una lectura atenta de LongHeads and Round Heads puede revelar muchas si­
militudes con afirmaciones del LU, no sólo en el énfasis general sobre la eugene­
sia y la degeneración racial, sino también en muchos pequeños detalles. Leemos
en la página 897 del LU que los adonitas eran de cabeza ancha y que los nórdi­
cos eran de cabeza alargada. Sus descendientes, se nos dice, son las dos razas prin-

319
cipales de la Alemania actual. En la página 898, se nos dice que el cromagnón, o
raza azul, sobrevive hoy entre los bereberes, una raza caucásica del norte de Africa.
En la página 27 de Lo/íg Heads encontramos: «El tipo de cabeza del cromagnón
es casi idéntica a la de los actuales bereberes».
Se ha sospechado durante mucho tiempo, principalmente debido a la piel mo­
rena y a los rasgos faciales de Ellen y de su hermana gemela, que la señora White
tenia sangre negra. Aunque los investigadores adventistas han trazado su árbol ge­
nealógico hasta cuatro generaciones, nada se ha publicado acerca de la raza de
esos ancestros. Casi todos los adventistas negros dan por supuesto la sangre ne­
groide de Ellen White. Se sabe que creció en una zona pobre de Portland, Maine,
conocida como Moose Alley -u n área poblada principalmente por negros. No se
conoce que exista ninguna fotografía de la madre de Ellen, a no ser que la iglesia
adventista esté guardando alguna bajo llave.
Es posible, supongo, que el antagonismo entre la hermana White y Sadler pudo
haber jugado un papel inconsciente en la pobre opinión de Sadler sobre la inte­
ligencia negra, o quizá haya sido al revés. Sadler se oponía enérgicamente a los
matrimonios entre negros y blancos. Si el padre de la hermana White era blanco
y su madre negra, y Sadler lo sabía, esta circunstancia pudo haber influido en su
creciente desencanto con el adventismo.
Siempre que llamo la atención de algún urantiano sobre los evidentes elementos
racistas que aparecen en el LU, se me recuerda indefectiblemente que el LU tam­
bién afirma que todas las razas son igualmente amadas por los Dioses y que for­
man parte de la gran hermandad del hombre. No me siento en absoluto impre­
sionado por este argumento. Durante los días de la esclavitud americana, cuando
todo el mundo del sur consideraba a los negros mental y moralmente inferiores a
los blancos, los ministros religiosos de vanguardia siempre andaban diciendo que
Dios y Jesús amaban a los hombres y mujeres negros tanto como a los hombres
blancos. Sin embargo, y debido a su inferioridad genética, Dios había dispuesto
que los negros fueran esclavos. El argumento nos lleva hasta Aristóteles que de­
fendía la esclavitud griega sobre una base en cierto modo similar.
Con la publicación de Modern Psychiatry (1945) -el libro es una versión con­
densarla de su anterior manual Theoiy and Practico o f Psychiatiy, con muy pocos
cambios de redacción-, Sandler parece que ha abandonado la mayoría de sus opi­
niones tan extremistas sobre la raza y la eugenesia. Sin embargo, todavía se con­
servan algunos restos. En la página 187, por ejemplo, encontramos: «Al igual que
las personas, las razas poseen su comportamiento característico, su atractivo y sus
rasgos repulsivos». Después sigue un párrafo en el que Sadler habla de las inu­
sualmente elevadas tasas de alcoholismo y de senilidad entre los irlandeses, de la
tendencia de los judíos a convertirse en drogadictos y a sufrir de maniacodepre-
sión y de esquizofrenia. Los italianos, dice, padecen mucho «de esquizofrenia y de

320
epilepsia», y los negros tienen elevadas tasas de «parálisis general y de otros tras­
tornos que resultan de la sífilis». Se suicidan m¿ís blancos que negros, los ingleses
tienen una predisposición hacia la demencia precoz, y «las neurosis son más fre­
cuentes entre los latinos y los judíos que en las razas del norte de Europa». Sad-
ler considera claramente todas estas predisposiciones como genéticas.
La eugenesia ha sido un tema de amarga controversia desde que el científico
británico Francis Galton sugirió hace un siglo que la raza humana podía ser me­
jorada a través de la reproducción selectiva. Este movimiento tuvo su auge en los
años veinte, sólo para hundirse en lo más profundo después del descubrimiento
de cómo los nazis habían llevado los experimentos de reproducción humana hasta
extremos horripilantes en un esfuerzo por eliminar a los judíos, gitanos y otros se­
res considerados tanto mental como físicamente incapaces. El libro de Stephen
Jay Gould La falsa medida del hombre se ha convertido en un ataque clásico a lo
fácilmente que la genética se puede malinterpretar.
En los últimos años, a medida que se avanza en el estudio del genoma humano,
la eugenesia se ha puesto otra vez de moda. Muchos biólogos sostienen actual­
mente que el retraso mental e incluso el comportamiento criminal puede estar vin­
culado a los genes. La perspectiva de mejorar la humanidad mediante la repro­
ducción selectiva, como Kellogg y Sadler tan entusiásticamente recomendaban,
continúa siendo un tema controvertido. En efecto puede existir cierto consenso
en lo que respecta a la eugenesia negativa para librarse de las enfermedades he­
reditarias, tanto físicas como mentales, pero la inteligencia no se puede dividir y
hay muy poco acuerdo sobre qué rasgos comportamentales, vinculados a los ge­
nes, deberían ser considerados indeseables.29
En lo que respecta a la eugenesia positiva, es decir, la reproducción de los ras­
gos «superiores», hay menos consenso todavía. ¿Quién va a decidir qué rasgos son
superiores? Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y La isla del doctor Moreau. de H.G.
Wells, quizá ya no sean fantasías dentro de poco tiempo. El futuro con toda pro­
babilidad exigirá drásticas decisiones políticas para las que la ética y las religiones
tradicionales no serán capaces de ofrecer guía alguna.

29. Para una excelente visión general del tema, exponiendo los pros y los contras, véase «Eugenios Re-
visilcd» de John I Iorgan. en Scientifíc ^American (junio 1993).

321
XV
¿Contribuyó Sadler a la redacción de los Documentos?
II parte

Entre todas las declaraciones científicas expuestas en el LU, la que refleja más cla­
ramente las primeras opiniones de Sadler es la afirmación de que la evolución no
era darvviniana. Como hemos visto en un capítulo anterior, la evolución darvviniana
asume que las especies evolucionan lentamente, a lo largo de miles de años, de­
bido a una continua acumulación de pequeños cambios. Por supuesto, Darvvin es­
cribió esto antes de que las mutaciones fueran descubiertas. En la moderna teo­
ría evolutiva es una acumulación gradual de pequeños cambios en la molécula
ADN la que causa la lenta formación de nuevas especies.
La idea del LU acerca de la evolución es bastante diferente. Las especies se des­
criben como surgiendo «de repente» de mutaciones individuales. Andón y Fonta,
los primeros humanos, fueron el resultado de un solo salto genético repentino que
los distinguió de sus parientes simiescos.
En The Trulh About Heredity (1927), Sadler dedica varios capítulos a la teoría
evolutiva -capítulos en los que defiende un punto de vista propuesto por el ahora
olvidado Hugo de Vries (1848-1935). un botánico holandés de la Universidad de
Amsterdam. De Vries dedicó muchos años de su vida al cultivo de la prímula ves­
pertina, así llamada porque sus capullos amarillos se abren por la tarde. Algunas
de las variaciones que produjo eran tan diferentes de sus ancestros que creyó que
eran especies nuevas. A estos «cambios» repentinamente surgidos les dio el nom­
bre de «mutaciones». En 1900. publicó una colección de ensayos titulada Muta-
don Theoiy. Después de dar conferencias en América sobre su teoría, recopiló un
gran número de documentos en un libro que fue publicado en 1903 en inglés con
el título Species and Varíeties: Their Orígin hy Mutation.

323
De Vries estaba de acuerdo con Darvvin en t|ue la selección natural, a lo largo
de enormes períodos de tiempo, producía variaciones en una especie, pero nunca
una especie totalmente nueva. Tales especies, defendía, aparecían en un solo salto
evolutivo, como resultado de una única mutación. A continuación extraigo dos ci­
tas de Mutation Theory:

Toda nueva especie aparece de forma repentina. Surge de la ya existente sin pre­
paración visible, y sin ninguna forma de transición.

Las nuevas especies elementales surgen repentinamente, sin formas transicionales.

Las pruebas aportadas por De Vries para respaldar su teoría eran muy poco fir­
mes, pues se basaban en la observación de una única especie de planta, pero esta
teoría estuvo muy de moda en todo el mundo durante más de veinte años, espe­
cialmente entre los botánicos que la aclamaban como una revisión principal del
darwinismo. Así es como Sadler la considera en The Truth About Heredityi 1927):
«La mutación nos enseña que los nuevos tipos surgen repentinamente de las es­
pecies padres -escribió en la página 212- y no gradualmente como resultado de
una serie de pequeñas variaciones acumuladas». Según Sadler, la teoría de De Vries
era «el mayor avance biológico desde la época de Darvvin».
La teoría de De Vries tuvo una vida muy corta. El destacado zoólogo americano
Samuel Jackson escribió: «La teoría de las mutaciones de De Vries ha ganado acep­
tación, especialmente en América, con una rapidez casi injustificada. Sin embargo,
es contemplada con gran recelo por la mayoría de los estudiantes de taxonomía
y de distribución». Las prímulas que De Vries pensó que eran nuevas especies eran
simplemente «variaciones», al igual que un trébol de cuatro hojas. No surgieron de
ningún cambio en los genes.
La noción de que las nuevas especies surgen debido a saltos repentinos era más
antigua que De Vries. Como he mencionado antes, el biólogo católico George Mi-
vart, alumno de Idiomas Huxley, ya defendía esa teoría en su libro de 1871 The
Génesis o f Species. Oswald Spengler, en el volumen 2, capítulo 2. de su famoso li­
bro Decline uf the West (1922), defendió también la teoría saltacionista. «La pri­
mera prueba de que las formas básicas de plantas y animales no evolucionaron
sino que estuvieron repentinamente allí -afirma en una nota a pie de página- fue
dada por H. de Vries en su Mutation Theoty.»
Erwin Schródinger, uno de los más grandes artífices de la mecánica cuántica,
tenía en alta estima a De Vries, como puso de manifiesto en su famosa serie de
conferencias titulada «What is Life?» Las conferencias fueron publicadas como
libro en 1944. Schródinger atribuye los «saltos» de la evolución a los saltos cuán­
ticos de los genes: en efecto, llama a la teoría de la mutación de De Vries «teo­

324
ría cuántica de la biología», aunque la mecánica cuántica sólo tenía dos años de
edad cuando De Vries hizo público por primera vez su descubrimiento.
Algunos biólogos más actuales han defendido puntos de vista similares, so­
bre todo el genetista Richard Goldschmidt, un refugiado judío de la Alemania
de Hitler que fue profesor de la Universidad de California, en Berkeley, donde
murió en 1958. Su controvertido libro The Material Basis ofEvolution (1940; reim­
preso en 1982 con una introducción de Stephen Jay Gould) dividía las grandes
mutaciones en dos grupos. La mayoría de ellas dieron lugar a «monstruos es-
peranzadores» que murieron rápidamente porque los cambios eran desastrosos,
pero una pequeña parte de esos «monstruos esperanzadores» se convirtieron en
nuevas especies que sobrevivieron. Como apunta Gould en su ensayo sobre
Goldschmidt (en El pulgar del panda), los monstruos esperanzadores en reali­
dad no eran demasiado diferentes de sus padres. A los creacionistas les gusta
caricaturizar los puntos de vista de Goldschmidt al atribuirle falsamente que los
huevos de los reptiles repentinamente incubaban un pájaro con plumas. Si los
cambios eran tan abruptos, se preguntaba Gould, ¿con quién se emparejaría el
monstruo esperanzador?
La teoría de De Vries, y su reflejo en el LU, está ahora totalmente rechazada.
No tiene nada en común con la teoría del «equilibrio puntuado» de Gould en la
cual los saltos aparecen a lo largo de períodos de miles de años como resultado
de una secuencia de pequeñas mutaciones. Como ya he señalado anteriormente,
son «saltos» únicamente en el sentido de que han surgido en un tiempo más breve
en relación con períodos mucho más largos de cambio gradual. Pero el entusiasmo
de S¿idler por la defectuosa conjetura de De Vries no tenía límites. Si se cuenta el
número de veces que utiliza las palabras «súbita» y «súbitamente» en su libro de
1927, se encontrará que casi iguala el número de veces que esas palabras apare­
cen en el LU.
Supongo que algunos urantianos mantendrán que «súbitamente», tal como se
emplea en las páginas del LU sobre la evolución, debería ser tomado por largos
períodos de tiempo en conformidad con el equilibrio puntuado. Pero esto no es
cierto. Obviamente, tiene el mismo significado para el LU que para De Vries y Sad-
ler. Se nos dice, por ejemplo, que el primer pájaro auténtico hizo su «súbita apa­
rición» hace 55.000.000 años cuando «surgió directamente del grupo de los rep­
tiles» {LU 691). No es posible aquí ninguna interpretación razonable de «súbita»
porque sabemos que a los pájaros les llevó millones de años evolucionar a partir
de los reptiles. Es mucho más probable que el significado pretendido fuera que
los primeros pájaros auténticos eran monstruos esperanzadores que se incubaron
en huevos de reptil.
Los mismos reptiles, como nos explica el LU (686), aparecieron «súbitamente»,
«totalmente completos en su forma», lo que difícilmente sugiere una lenta Lransi-

325
ción de miles de años. En muchas páginas del LU el término es igualmente es­
pecífico. Los primeros animales multicelulares (LU673) aparecen «repentinamente
y sin ascendencia de gradación». En la página 691, sabemos que, «súbitamente y
sin gradación previa, la gran familia de plantas floríferas se transformó por muta­
ción». En la página 693 se nos dice que el primer animal placentario «surgió de
golpe, directa y súbitamente» de un ancestro reptil. «El padre de los mamíferos pla-
centarios fue un dinosaurio del tipo pequeño, sumamente activo, carnívoro y sal­
tador.» ¡Ninguna oportunidad para la gradación! El imitante salta a otra etapa en
una única generación.
En la página 701, se nos explica que hace 500.000 años las seis razas de color
«se originaron por mutación ele la raza humana aborigen», v que este cambio ocu­
rrió «repentinamente y en una sola generación». Y no hay como negar que el LU
describe a los primeros humanos auténticos como abruptos mulantes de padres
simiescos.
¿Qué es más factible? ¿Fueron los reveladores los que introdujeron la teoría falsa
de De Vries en el LÍL Si es así, ¿con qué propósito? ¿O fue deslizado en el LU de­
bido al entusiasmo de Sadler por una teoría popular en su tiempo y que parecía
permitir una intervención divina en el proceso de evolución de Urantia?

* * #

El LU resalta los efectos benéficos del humor y del juego, especialmente en las pá­
ginas 547 y 550. «La hilaridad del regocijo y el equivalente de la sonrisa -se nos
dice—son tan universales como la música.» El humor y el juego son también as­
pectos esenciales de la vida en los mundos moronciales superiores. No podemos
apreciar totalmente el avanzado humor espiritual de esos mundos, aunque se pa­
rece al humor de nuestros «tipos más elevados de humoristas». A diferencia de tanto
humor burdo en Urantia, nunca es blasfemo, ni siquiera explota las desgracias de
«los débiles y falibles».
Las razas primitivas, dice el LU no tenían capacidad para el humor, ni es ne­
cesario el humor entre los residentes del Paraíso. En los niveles intermedios, sin
embargo, existe una «necesidad en aumento de la misión de la hilaridad y el mi­
nisterio de la alegría». Aquí en Urantia el humor con frecuencia es burdo y sin arte,
pero «sirve un propósito valioso tanto como seguro de salud como en calidad de
liberador de la presión emocional, para prevenir de este modo una tensión ner­
viosa dañina y una autocontemplación excesivamente seria». El humor y el juego
relajantes son esenciales, no sólo en Urantia, sino también en otros mundos mien­
tras ascendemos al Paraíso. Disfrutaremos «de los equivalentes celestiales» de nues­
tro «humor terrestre a través de toda» nuestra «carrera moroncial y luego» en nues­
tra «carrera cada vez más espiritual».

326
Sadler resaltó de igual forma, en todos sus libros sobre salud mental, los valo­
res del juego y de la risa. En The Phvsiology oíFaith ¿niel Fear, publicado en 1912
pero probablemente escrito antes de que Wilfred comenzara el canalismo, en­
contramos el siguiente párrafo (página 379):

La risa y la alegría parecen ser de auténtico valor para el tratamiento de esos suje­
tos melancólicos enfermos de miedo crónico. Parecen servir al propósito de aliviar
el «espasmo de atención»; permiten que la mente se distraiga durante un momento
y contribuyen en gran medida a la mejora de la propia habilidad para dedicarse a
una nueva linea de pensamiento.

Wony and Nenousness (1914) dedica un capítulo al juego. «El sano regocijo, la
risa y la alegría parecen ser de auténtico valor para el tratamiento de los estados
nerviosos; parecen aliviar el espasmo de atención, y sirven al propósito de distraer
la mente» (página 482).
En The Mind at Mischieíi 1929), aparecen los siguientes párrafos en la página 61:

8. H um or.- El humor probablemente está basado en la emoción básica de la exal­


tación conectada con el instinto inherente de la autoafirmación. Sin duda alguna
nos sentimos un poco superiores con todo lo que excita nuestro humor, por tanto
el elemento sorpresa también puede contribuir a nuestra risa. I lay también un ele­
mento de competencia en el humor. Disfrutamos mejor de una broma cuando lo
hacemos mejor que el otro compañero. Reímos con más ganas cuando otra persona
resbala con la misma monda de plátano con la que resbalamos nosotros. Hay un
elemento de vanidad en el humor, y probablemente un cierto orgullo, y es por esta
razón que tenemos que admitir que de todas las emociones humanas, más parti­
cularmente de los sentimientos, este tipo de humor es el más difícil de definir. No
estoy del lodo satisfecho con las definiciones que se han formulado hasta ahora. Sin
lugar a dudas, existe una predisposición temperamental en lodo nuestro humor.
Al igual que el juego, el humor es el precedente de la alegría. Rara vez, si es que
la hay, el buen humor culmina en tristeza. El humor es un sentimiento peculiar y
exclusivamente humano, y siempre se puede depender de una «buena historia» para
fomentar una buena relación y desarrollar el lado alegre de la naturaleza humana.

Éste es un párrafo del libro Piloting Modern Youth (1931). escrito por Sadler
y su mujer:

Muchos adolescentes están predispuestos a preocuparse. Se toman los pequeños


acontecimientos de sus vidas con demasiada seriedad. Aveces esa preocupación bor­
dea el abatimiento -al menos temporalmente: estos jóvenes agobiados con frecuencia

327
son todo menos melancólicos. Se preocupan en exceso de muchos estados físicos
-su aspecto, manchas en el rostro, granos, pecas, etc. Creo que muchos de ellos no
gozan de la suficiente variedad en sus vidas; hay una falta de interés porque todo
les resulta demasiado monótono. Habría que animar a esta juventud excesivamente
sería a mejorar su sentido del humor, a aprender a contar historias divertidas. El
humor es la tabla salvadora de muchos hogares, y un salvavidas para ayudar a esta
gente joven tan seria a contar con un mayor autoconocimiento y con una mejor apre­
ciación de los valores y de las relaciones de los asuntos humanos.

La obra más ambiciosa de Sadler, Theory andPractice o f Psychiatiy (1936), tiene


estos pasajes:

El h u m o re s muy difícil de definir o comprender. Parece estar de alguna forma aso­


ciado con los desatinos de la vida. Disfrutamos especialmente con los errores de los
demás, especialmente de nuestros posibles superiores. El líder, el superambicioso.
el depresivo y el melancólico rara vez disfrutan del humor. Están demasiado absor­
bidos en lo que están haciendo, pensando o sintiendo. Todos los pacientes nervio­
sos se toman a ellos mismos demasiado en serio y, en lugar de disfrutar con una
broma pesada, es más probable que se resientan con ella tomándola como un in­
sulto personal.
Al cultivar el sentido del humor, mejoramos nuestra valía social; aumentamos
en gran medida nuestras oportunidades sociales, porque la mayoría de las personas
muestran una preferencia por compañeros con sentido del humor. Es la persona jo­
cosa la que es más espontánea, creativa, feliz, alegre y tolerante. Existe una espon­
taneidad refrescante y encantadora sobre el humor que hace que esas personas sean
inusualmente atractivas.
«En corazón alegre es la mejor medicina.» El buen humores una protección con­
tra tomarse a uno mismo demasiado en serio. El sentido del humor es el mejor cri­
terio de la psicopatología del paciente, y también es un indicador muy fiable del grado
de recuperación de los pacientes que están sometidos a prolongados tratamientos.
Nadie que se ría de sí mismo está muy lejos de ser aceptablemente normal.
Los pacientes nerviosos deben ser animados a contar historias divertidas. Siem­
pre insto a mis pacientes a que inicien cada consulta narrando una historia diver­
tida. Se puede decir que han realizado grandes progresos cuando aprenden real­
mente a reírse de sus miedos, íobias y compulsiones.

7. Sentido d el hum or.- Aquellos que carecen de sentido del humor destruirán el mi­
nisterio de la higiene mental. En primer lugar, se sentirán tan sobrecargados por las
tribulaciones de sus problemas que se encontrarán en un peligro inminente de su­
frir un colapso o de estallar en cólera. En segundo lugar, no podrán ayudar a todos
esos mortales sufrientes que se toman a ellos y a lodo demasiado en serio. El hu­
mor es contagioso, pero el paciente melancólico no se va a contagiar de un médico
que carece de él.

Por último, y aunque no menos importante, es preciso que una adecuada vena de
humor transcurra por todo el tratamiento. El paciente debe intercambiar historias
divertidas con su enfermera o asistentes. Hay que animar al paciente sometido a
tratamiento a que satisfaga el «sentido del ridículo». La risa es un poderoso agente
curativo. Como procedimiento terapéutico puede ser algo burdo y grosero en su ex­
presión; sin embargo, es muy eficaz ese breve lema que se puede ver colgando de
la pared de la barbería: «Sonríe, maldito, sonríe».

De Modcm Psychiatry (1945):

17. H um or.- Es el antídoto de tomarse a uno mismo, incluso a su religión, dema­


siado en serio.
El humor es difícil de definir, pero todo el mundo sabe lo que es, y todos sabe­
mos cómo disfrutar de una buena historia cuando se nos cuenta Las personas que
tienen el sentido del humor bien desarrollado no están tan predispuestas a traba­
jar demasiado ni a destrozar su salud. Tampoco es probable que se conviertan en
snobs sociales. Si tiene sentido del humor, no tomará su religión demasiado en se­
rio -no se convertirá en un exagerado o en un fanático. El humor y la religión son
emociones que están por encima de las de los animales.

El párrafo anterior se repite, casi literalmente, en Mental Mischieíand Emotío-


nal Conílicts (1947). Sadler tenía la costumbre de plagiar sus primeros libros.
¿Qué es más creíble, que Sadler obtuviera sus nociones sobre la importancia
del humor y del juego de los reveladores, o que el humor y el juego fueran una
contribución de Sadler al LU?
# *

El libre albedrío es otro atributo de la naturaleza humana muy enfatizado en el


LU. También se resalta en los escritos de la señora White. Por tanto, era de espe­
rar que se reflejara en las opiniones de Wilfred Kellogg y del doctor Sadler, am­
bos ex adventistas. Así es como Sadler lo expresa en su libro de 1912 The Phy-
siology o í Faith and Fear (página 470):

El Todopoderoso que dio existencia a la mente humana nunca obliga al hombre a


rendirse o a someterse a algo contra su propia voluntad, ni siquiera a la influencia

329
de la Divina Mente. Dios parece respetar tanto la voluntad del hombre que está más
dispuesto a que el hombre se equivoque (que peque o siga su propio camino) a que
actúe bien (que siga el camino de Dios) por coacción u obligación.

Afirmaciones similares aparecen en todos los libros de Sadler. Sólo daré un ejem­
plo más. procedente de Worry and Nervousness (1914), página 289:

Creemos que los seres humanos son agentes morales libres, reyes y reinas de sus
propios dominios, y que el Creador nunca ha intentado que nuestras mentes acep­
ten ser dominadas, ser dirigidas o ser controladas por cualquier mente del universo
a excepción de la del Hacedor del hombre.

Otra noción firmemente defendida tanto en el LU como en los primeros es­


critos de Sadler sobre religión es la distinción entre fe y creencia. «La aceptación
de una enseñanza como verdadera no es fe -afirma Melquisedec de Nebadón
(LU 114)- es meramente creencia.» Compárese esta sección, titulada «La fe y la
creencia», con la forma como Sadler contrasta las tíos estructuras de la mente
en las páginas 315-316 de The Physiology o f Faith and Fear. Este libro fue es­
crito, en mi opinión, unos ocho meses antes de que YVilfred comenzara su ca-
nalismo. El prefacio del libro está fechado el 1 de enero de 1912, por lo que tiene
que haber sido escrito algún tiempo antes.
«La fe significa más que la creencia», escribe Sadler. «Creer en algo es aceptarlo
meramente por nuestra razón... La fe requiere una total e incondicional rendición
de todo nuestro cuerpo, alma y espíritu a la itlea o cosa en la que se está creyendo.»
Obsérvese que Sadler, al igual que el LU, distingue el cuerpo (incluyendo el cere­
bro) del alma o espíritu de una persona, distinciones conservadas de su pasado
adventista.

* *

Ahora pasemos a la economía y a la política. Siempre se ha dado por supuesto,


algo que comparten todos los biólogos, que si la vida inteligente hubiera evolu­
cionado en otros planetas, sería totalmente diferente de cualquier modo de vida
que conocemos en la Tierra. Este punto de vista lo defiende el LU (667), donde
se nos dice a través de un Portador de Vida que «la vida de Urantia es única, ori­
ginal con el planeta... No hay otro mundo en toda Satania, ni siquiera en todo Ne­
badón. que tenga una existencia vital exactamente tal como la de Urantia».
Ahora consideremos el Documento 72. para mí uno de los documentos más di­
vertidos del LU. Supuestamente transmitido por Melquisedec de Nebadón. describe
la vida política y social de un planeta «no muy distante» a Urantia. No se nos dice

330
el nombre ni la localización de éste planeta. Sin embargo, su historia y su orga­
nización social se parece tan extraordinariamente a la de Urantia que se podría
sospechar que Melquisedec, con un extraño sentido del humor, estuviera tomando
el pelo a los lectores del LU.
El documento de Melquisedec está dedicado a un solo continente de nuestro
planeta hermano. El continente tiene el tamaño aproximado de Australia, y cuenta
con una población de 140 millones de personas. Las razas están mezcladas, pero
conviven en armonía. La duración media de vida de una persona es de noventa
años. Se sucedieron los reyes y los gobernantes del planeta hermano hasta que fi­
nalmente la monarquía cedió su puesto a una nación unificada y democrática. Su
democracia es precisamente la clase de gobierno hacia el que Sadler afirmaba que
Urantia se estaba encaminando.
El gobierno se divide en tres poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. El
jefe ejecutivo se elige cada seis años por sufragio universal. El (no hay ninguna
mención a una posible Ella) no se puede reelegir a no ser que sea aprobado por
al menos el setenta y cinco por ciento de los 100 estados de la nación. No se per­
mite un tercer mandato.
La división legislativa está fonnada por bes cámaras. Su sistema judicial consiste
en cortes municipales, estatales y una corte suprema federal de doce jueces. Cada
juez tiene que ser mayor de 40 años y menor de 75. Sus decisiones requieren los
dos tercios de los votos. El derecho al voto de los ciudadanos comienza a los veinte
años. Votar es obligatorio. El derecho a casarse sin consentimiento de los padres co­
mienza a los 25 años. Los hijos deben abandonar el hogar a los 30 años. Aunque
el divorcio es un procedimiento sencillo, el índice de rupturas matrimoniales es una
décima parte que el de aquí.
La educación es obligatoria. Las personas con una inteligencia inferior a la
normal están segregadas por su sexo en colonias donde la procreación está prohi­
bida. Su trabajo está confinado al trabajo en el campo y a la cría del ganado.
Todo el mundo tiene un mes de vacaciones cada año. No hay iglesias, pero las
personas creen en Dios, y se da una «extraña superposición entre la religión y
la filosofía».
El capital y el trabajo son antagonistas, pero están aprendiendo lentamente a
cooperar entre ellos. La esclavitud fue abolida hace cien años. Los salarios y los
precios no están controlados de forma rígida, pero hay una cierta regulación gu­
bernamental. Los trabajadores disponen de una semana de cinco días, cuatro para
trabajar y uno para disfrutar. La jornada laboral tiene seis horas. Los ciudadanos
son cada vez más aficionados a viajar como resultado de los recientes desarrollos
de los nuevos métodos de transporte.
I lace doscientos años el afán por la rentabilidad dominaba la industria, pero
ahora está dejando paso a incentivos más altruistas. El servicio público se está

331
volviendo cada vez más ambicioso, y está surgiendo una desconfianza pública
hacia «la ociosidad así como a la riqueza inmerecida».
«La caridad que destruye la dignidad» está siendo reemplazada por programas
de garantía del gobierno. Cada niño tiene asegurada la educación, cada adulto tiene
garantizado un trabajo y todos los «endebles y ancianos tienen derecho a una aten­
ción médica». Las personas se jubilan a los 65 años, aunque pueden obtener un
permiso del estado para continuar trabajando hasta los setenta. Los fondos fede­
rales para las pensiones de vejez proceden de los salarios, de los legados de los
ciudadanos ricos, del trabajo obligatorio y de los ingresos procedentes de los re­
cursos naturales propiedad del gobierno.
Los bienes importados están sujetos a aranceles protectores. Durante la paz, el
servicio militar es voluntario, con alistamientos de cuatro años. La nación man­
tiene una poderosa estructura militar. No ha habido guerras civiles desde que el
continente desarrolló un gobierno central unificado, pero durante los dos siglos
anteriores la nación había librado nueve «encarnizados combates defensivos», tres
de los cuales fueron guerras mundiales. «Al declararse la guerra, se moviliza toda
la nación.»
La sociedad y el gobierno de esta nación, tan increíblemente parecidos al de
los Estados Unidos, son superiores a los de cualquiera de las naciones de Uran-
tia. Sin embargo, los once continentes restantes son «marcadamente inferiores a
los de las naciones más avanzadas de Urantia». Hasta el momento ningún «Hijo
Magisterial», como Miguel (Jesús), ha venido al planeta. Si alguno lo hiciera, «su­
cederían cosas prodigiosas en este mundo».
He mencionado sólo los aspectos más destacados de un documento de 13 pá­
ginas. Me resulta imposible concebir cómo cualquier lector inteligente del LU puede
tomarse en serio este documento que describe la vida actual de otro planeta. Es
claramente la exposición de un terrícola que le gustaría que la vida política y so­
cial de su nación estuviera tan cuidadosamente planificada. La mera suposición
de que una nación tan similar a la nuestra está floreciendo en un planeta no de­
masiado lejano al nuestro supera toda credulidad.
En 1942, Random House publicó un pequeño libro muy elogiado de Emory Re­
ves titulado A Democratic Manifestó. Si se lee el libro detenidamente, encontrare­
mos en el LU (1487-1491) un excelente resumen de los argumentos a favor de un
estado mundial que constituyen el núcleo del libro de Reves.

En primer lugar, citaremos algunas frases del LU:

Las guerras en Urantia no han de acabar nunca mientras las naciones se aterren a
las nociones ilusorias de ilimitada soberanía nacional.

332
Urantia no disfrutará de una paz duradera hasta que las llamadas naciones sobe­
ranas no pongan inteligente y plenamente sus poderes soberanos en las manos de
la fraternidad de los hombres -el gobierno de la humanidad. El internacionalismo
-las ligas de las naciones- no puede asegurar la paz permanente a la humanidad.
Las confederaciones mundiales de las naciones podrán prevenir eficazmente las güe­
ñas menores y podrán controlar de forma aceptable a las naciones más pequeñas,
pero no pueden prevenir las guerras mundiales, ni controlar a los tres, cuatro o cinco
gobiernos más poderosos. En presencia de un conflicto real, una de estas potencias
mundiales se retirará de la Liga y declarará la guerra. Es imposible evitar que las
naciones entren en guerra mientras éstas estén infectadas con el virus engañoso de
la soberanía nacional. El internacionalismo es un paso en la dirección adecuada.
Una policía internacional podrá prevenir muchas guerras menores, pero no hará nin­
gún efecto en la prevención de las guerras mayores, los conflictos entre los grandes
gobiernos militares de la tierra.

No habrá paz en Urantia hasta que todas las naciones llamadas soberanas pongan
el poder de declarar la guerra en las manos de un gobierno representativo de toda
la humanidad. La soberanía política es innata en los pueblos del mundo. Cuando
todos los pueblos de Urantia creen un gobierno mundial, tendrán el derecho y el
poder de hacer que dicho gobierno sea s o b e r a n o ; y cuando esa potencia mundial
representativa o democrática, controle las fuerzas terrestres, aéreas y navales del
mundo, prevalecerán la paz en la tierra y la buena voluntad entre los hombres, pero
no hasta entonces.

Estos cuarenta y ocho estados, al abandonar el doble sofisma de la soberanía y


la autodeterminación, disfrutan de paz y tranquilidad interestatal. Así comenza­
rán a disfrutar de la paz las naciones de Urantia, cuando renuncien libremente a
su soberanía para confiársela a un gobierno mundial -la soberanía de la frater­
nidad de los hombres. En este estado mundial las naciones más pequeñas serán
tan poderosas como las más grandes, así como el pequeño estado de Rhode Is-
land tiene sus dos senadores en el Congreso norteamericano, al igual que el es­
tado de Nueva York con su gran población, o que el estado de Texas con su ex­
tenso territorio.

Ahora algunos pasajes sacados del libro de Reves:

E l B e c e r r o d e O r o que más reverencian y que más adoran las masas en nuestros

días es la Soberanía. Ningún símbolo con pretensiones divinas que alguna vez adoró
la humanidad causó tanta miseria, odio, hambres y ejecución de masas como la no­
ción de «Soberanía de la Nación».

333
Sólo si estamos decididos a promulgar leyes internacionales que tengan las mismas
características de las leyes nacionales, que unan a todas las naciones, o al menos a
cierto número de ellas, seremos capaces de establecer las bases para un desarrollo
pacífico en las relaciones internacionales. Cualquier concepción de paz sin una ley
internacional obligatoria es un sueño sin esperanza. El criterio de una interpreta­
ción realista de paz es su base en la ley.

La distinción usual entre ley nacional e internacional, la primera con fuerza coac­
tiva, la última sin tal fuerza, es una definición puramente teórica. No tiene ningún
valor práctico.
«La ley internacional», tal como la conocemos, es simplemente un sistema de
normas, costumbres, reglas y obligaciones de tratados sin poder compulsivo. No es
ninguna ley. Es un juego. Llamarla «ley» sólo consigue que los problemas de rela­
ciones internacionales sean todavía más confusos.

El apartado del LDque defiende el movimiento hacia un estado mundial se en­


cuentra en el Documento 134 de la sección de Jesús. No sabemos cuándo fue es­
crita esta sección, pero seguramente fue en un momento en el que se hablaba con
mucha frecuencia de un estado mundial como la única esperanza para la paz per­
manente. En Inglaterra, pensadores tan importantes como H.G. Wells y Bertrand
Russell habían estado predicando el gobierno mundial durante décadas. Wendell
Willkie, el republicano nominado para presidente en 1940, escribió un libro titu­
lado One World Varias organizaciones americanas estaban dedicadas de lleno a
la idea de un gobierno mundial, y habían llegado incluso a redactar una consti­
tución y a diseñar una bandera.
Clyde Bedell, en su furibunda respuesta al capítulo sobre el urantismo del libro
de Harold Sherman, no negó los asombrosos paralelismos entre la defensa del LU
de un gobierno mundial y el libro de Reves. Sin embargo, no puede encontrar nin­
gún ejemplo de frases o párrafos copiados literalmente. Otra cosa es repetir los
mismos argumentos con un uso ocasional de palabras similares. El LU, por ejem­
plo, habla de la guerra como un «síntoma» de la enfermedad de la soberanía na­
cional (LU 1.491). Reves (página 134) también califica a la guerra como un «sín­
toma» de la lucha entre las naciones soberanas.
A los urantianos, por supuesto, no les preocupa descubrir que los reveladores
hicieron uso de los libros publicados -trataremos de este tema en e) siguiente ca­
pítulo-, pero en el caso del libro ele Reves, hay un molesto inconveniente adicio­
nal. El libro no fue publicado hasta 1942. Los urantianos creen que los documentos
de Jesús fueron escritos antes de 1940. Si el autor del Documento 134 estaba muy
influido por el libro de Reves, lo que parece evidente, habría que datar los docu­
mentos de Jesús después de 1941.

334
Sabemos que Sadler estaba impresionado por el libro de Reves porque en el
prefacio a Prescríption for Pemmnent Peace (1944), escrito al final de la Segunda
Guerra Mundial, Sadler alaba el libro de Reves, Democratic Manifestó. En un pá­
rrafo dedicado a los reconocimientos lo incluye entre los libros que cita. El pró­
logo también agradece a «mi socio desde tanto tiempo Wilfred C. Kellogg» por «ha­
ber contribuido con muchas valiosas sugerencias».
Los paralelismos entre pasajes del documento 134 y los de Prescríption forPer-
manent Peace son mucho más abundantes que los paralelismos con respecto al
libro de Reves. En efecto, el Documento 134 parece ser simplemente un mero re­
sumen de los temas tratados en el libro de Sadler de 1944. Al igual que Reves,
Sadler elogia apasionadamente el gobierno mundial como la única esperanza para
evitar las guerras futuras. Repetidamente lo llama «Gobierno de la humanidad».
Obsérvese que esta frase también se encuentra en el Documento 134 (página 1.489)
en un párrafo que he citado antes, así como en las páginas 1.490 y 1.491.
Los temas centrales de Sadler son los siguientes: después de ganar la guerra, Amé­
rica tiene que abandonar su incapacidad esquizoide para decidir entre el aislacio­
nismo y el liderazgo mundial. Si el tío Sam no puede liderar el trabajo para conse­
guir un gobierno mundial, el «tío Iván» lo hará. (Curiosamente, Rusia es elogiada como
¡una nación de libertades democráticas y buena voluntad!)
«La Unión Soviética se está inclinando rápidamente hacia la democracia», es­
cribió Sadler en la página 86, en un momento en que la despiadada dictadura de
Stalin no mostraba ningún signo de debilidad. «Anticipamos que no habrá nin­
guna batalla con Rusia», dijo en la página 174, y predijo que después de que fina­
lizara la Segunda Guerra Mundial, «Rusia continuará estando a nuestro lado tanto
en la guerra como en la paz» (176).
El gobierno de la humanidad, escribe Sadler, debería tener su propia capital,
su propia bandera, sus propios sellos y su himno. Debería contar con un banco
internacional y una imprenta para la publicación de libros, periódicos y revistas in­
ternacionales. Contaría con un lenguaje mundial que hablaría el Gobierno de la
Humanidad, como un inglés básico o quizá el esperanto. Por supuesto, habría un
ejército para mantener la paz. Las Naciones Unidas representan un paso en la di­
rección conecta, pero se necesitan otros muchos pasos. Otras responsabilidades
del Gobierno de la Humanidad serían las de socorrer a las víctimas de incendios,
inundaciones, hambrunas y terremotos. También trabajaría activamente para la me­
jora de las «razas humanas» y para prevenir la degeneración racial.
Éstas son dos de las muchas citas del libro de Sadler parafraseadas en el Do­
cumento 134 del LU:

El nacionalismo, o soberanía, se ha convertido en una especie de dios pagano para


muchas personas. Aunque los cuarenta y ocho estados americanos hablan de «so­

335
beranía del estado», saben que sólo en sentido limitado son soberanos, ya que es­
tos cuarenta y ocho estados están subordinados en muchos asuntos al gobierno fe­
deral. De esta misma forma las naciones de este mundo tendrán finalmente que aso­
ciarse y unirse entre ellas en un gobierno mundial.

No puede haber paz duradera mientras la soberanía ilimitada, el nacionalismo ex­


tremo, el imperialismo y las ideas irreales de autodeterminación continúen gober­
nando las políticas exteriores de las naciones. Será preciso instituir alguna base me­
jor para las relaciones internacionales si se desea que la güeña tenga un fin.

Al igual que en su libro de 1918 sobre Alemania, Sadler sigue considerando que
Alemania sufre de paranoia, egoísmo, envidia, irracionalismo, delirios de grandeza,
crueldad teutónica y una total carencia de sentido del humor, pero no hay nin­
guna referencia a las cabezas alargadas y a las cabezas anchas. Sadler también
mostraba un mayor racismo en sus primeros libros. No hay ningún comentario des­
preciativo en el libro Prescríption for Permanent Peace sobre los judíos y los ne­
gros, aunque Sadler tenía la molesta costumbre de referirse siempre a los japo­
neses como japs.
¿Qué es más plausible? ¿Que el Documento 184 fuera redactado por los seres
celestiales que habían leído el libro de Sadler y los libros de los que Sadler tomó
prestadas sus ideas, o cine Sadler, quizá con la ayuda de Wilfred. escribiera el Do­
cumento 134?

Muchos de los libros de «autoayuda» de Sadler fueron escritos en colaboración con


su mujer. Hay pasajes en el LU tan similares a los consejos dados por el matri­
monio Sadler en sus libros más divulgativos que sugieren que Lena pudo haber
ayudado a redactar algunos de los documentos de Urantia. Considérese, por ejem­
plo, este fragmento de Piloting Módem Youth (1931), escrito por Sadler y Lena,
perteneciente al capítulo titulado «A Chapter for Fathers»:

Muchos padres americanos son culpables de abandonar a sus familias: están de­
masiado ocupados con sus negocios. Trábajan fuera de) hogar -en la oficina o en
la fábrica. Muchos van a sus casas sólo unas pocas tardes a la semana, y muchas
veces sólo para cenar, vestirse y llevar a la familia al cine o a alguna otra forma de
entretenimiento. Practican juegos fuera del hogar, en el club o en el golf. Muy po­
cos dedican su tiempo libre a permanecer con sus hijos en casa o a jugar con ellos
durante las excursiones familiares.

336
Compárese con el siguiente párrafo del LU{531):

Ningún mortal ascendente puede escapar a la experiencia de criar hijos -los pro­
pios o los de otros- sea en los mundos materiales o posteriormente en el mundo
de los finalistas en Jerusem. Los padres deben pasar por esta experiencia esencial
tan ciertamente como las madres. Es una idea desafortunada y errónea de los pue­
blos modernos de Urantia que la crianza de los hijos sea en gran parte tarea de las
madres. l/¡s niños necesitan a sus padres tanto como a sus madres, y los padres ne­
cesitan de esta experiencia paternal tanto como las madres.

¿Qué es más probable, que las líneas anteriores fueran escritas por una Brillante
Estrella Vespertina o por Sadler y/o su mujer? Se nos dice que la Estrella Brillante
simplemente «patrocinó» el documento. ¿Quizá esto significa que la Estrella pidió
a los Sadler que escribieran el documento para autentificarlo posteriormente?
En los últimos años, se han vuelto muy populares ciertos programas de orde­
nadores escritos para determinar si dos documentos fueron escritos por el mismo
o por diferente autor. La técnica generalmente está basada en la frecuencia pro­
medio de ciertas palabras como «y», «el», «pero», «que», «ese», «sin embargo», etc.
Se han hecho varios intentos de aplicar hiles comprobaciones en el LU. Uno de
ellos, llevado a cabo por Ken Glasziou y su hijo, en Malenv, Australia, concluyó que
al menos cinco, posiblemente nueve, personas colaboraron en la redacción de los
documentos del LU. Los resultados se resumen en «The Book», un artículo escrito
por Glasziou en una publicación periódica urantiana internacional llamada Six-
O-Sis (mayo/junio 1993), publicada en Frankston. Australia.
No se puede cuestionar la evidencia de que Sadler corrigió y revisó el mate­
rial procedente de YVilfred o escrito por él mismo u otras personas. Esto daría
al LU una destacada coherencia. Además de los análisis estadísticos realizados
por los Glasziou. otro método resultó ser igualmente fructífero, si no más. Im­
plica el rastreo de los muchos libros de Sadler en busca de palabras y frases inu­
suales, para luego determinar con qué frecuencia esas palabras y frases apare­
cen en el LU. Los resultados de mi búsqueda aleatoria de palabras que se emplean
rara vez y la búsqueda de Leo Elliott de frases de dos o más palabras han pro­
ducido sorprendentes resultados. Un informe preliminar sobre este proyecto se
ofrece en el Apéndice E.
Muchas ¡deas sobre la fe religiosa y la oración que aparecen en los primeros li­
bros de Sadler encuentran su paralelo en las ideas expresadas en el LU. Elliott
llamó mi atención sobre el siguiente párrafo de la página 476. del capítulo «Pra-
yer the Master Cure», en The Phvsiology o f Faith and Fear (1912) de Sadler. Un pá­
rrafo idéntico se encuentra también en el libro de Sadler Worry and Nervousness
(1914, páginas 491-492).

337
La verdadera oración es una especie de comunión espiritual entre el hombre y su
Hacedor, una comunicación simpatética entre el alma y su Salvador. No considera­
mos que la oración sea un medio ele cambiar la voluntad de Dios. La Divina Mente
no necesita ser cambiada; Él es siempre benéfico y está bondadosamente dispuesto
hacia la humanidad. Aunque la oración no cambie a Dios, en verdad cambia al que
reza, v este cambio en la mente del alma orante a veces es inmediato, profundo y
con frecuencia totalmente inexplicable.

Así es corno el autor de un documento sobre la oración en el LU (998) lo ex­


presa:

Recordad, aunque la oración no cambia a Dios, muy frecuentemente efectúa cam­


bios grandes y duraderos en el que ora con fe y confianza, l a oración lia sido el an­
tepasado tle mucha paz mental, alegría, calma, valor, autodominio y justicia entre
los hombres y las mujeres de las razas en evolución.

¿Cómo reaccionan los auténticos creyentes urantianos cuando se enfrentan con


tantas ideas y con tantas palabras y frases poco usadas que aparecen en el LU y
que se encuentran también en los libros de Sadler? La racionalización más habi­
tual es que Sadler ¡recibió esas ideas, palabras y frases de los supermortales! Ésta
es la opinión de Meredith Sprunger. En una carta que me escribió me dijo que él
mismo en sus escritos utilizaba frecuentemente palabras y frases del LU. Ken Glas-
ziou me confió, también por carta, que tendría una buena prueba de la corrección
de Sadler de los documentos si pudiera encontrar palabras y frases similares en
los libros escritos por Sadler antes de que comenzaran las revelaciones. Glasziou
se encuentra entre Jos que piensan (pie el canalismo comenzó en 190(5. Los dos
primeros libros de Sadler, The Science ofLiving y The Cause and Cure o f Colds,
fueron publicados en 1910, por lo que, obviamente, no hay forma de dar satisfac­
ción a ese reto.
Ahora que toda esta información acerca de las palabras y frases paralelas se
está difundiendo por los círculos urantianos, ha surgido otra explicación. Así es
como el urantiano Dennis Shields justifica los paralelismos en un mensaje enviado
a Urantiai internet (16 de septiembre de 1994):

A raíz de lo que sabemos sobre el Libro y el proceso revelatorio, la única persona


que necesitaba ser convencida por los autores era WSS. Sabemos que los autores
admiten haber utilizado exhaustivamente patrones de pensamiento humano antes
de recurrir a la revelación. Como tenían acceso a los recursos del pensamiento hu­
mano y necesitaban contar con la implicación vitalicia de WSS, ¿por qué no podían
haber interceptado su proceso de pensamiento o pensamiento registrado (libros) y

338
usar parte de su fraseología para conseguir el compromiso de WSS que se reque­
ría de algún humano para que llevara a cabo el proceso de registrar esta revelación
en forma de libro? Quizá se utilizaron sus propias frases para vincular a Sadler en
este proyecto.

Otros auténticos creyentes han expresado ideas similares. Argumentan que si


los reveladores podían copiar material de otros libros, ¿por qué no podían copiar
ideas, palabras y frases de los escritos de Sadler? Seguramente es mucho más plau­
sible que Sadler, al corregir los documentos, no fuera consciente de que con fre­
cuencia su vocabulario y estilo se deslizaban en la Quinta Revelación Epocal.

% #

La parte más impresionante del LU es la última sección, casi la tercera parte del
libro, que trata de la vida de Cristo. Se han escrito cientos de biografías sobre Je­
sús -Rilen White también escribió una-, pero aparte de los relatos de ficción, como
el Brook Keríth de George Moore, ninguna pretendidamente verdadera biografía
de Jesús ha proporcionado tantos detalles sobre acontecimientos y enseñanzas que
no aparecen en los cuatro Evangelios canónicos ni en los Evangelios apócrifos como
el LU. Varios urantianos me han confesado que fue al leer esta sección del LU
cuando se convirtieron a la fe urantiana.
Emociones similares las expresan con frecuencia los adventistas del Séptimo
Día acerca de la vida de Cristo de la señora White. El siguiente es un comentario
de un documento sin publicar de Douglas Hackleman:

Si tuviera que evaluar a Ellen White basándome en sus criterios y educación -o en


su uso de las fuentes, en el error de no atribuir el mérito a otros, frases cine pare­
cen estar en desarmonía con el conocimiento histórico y/o científico-, exclamaría
¡no puedo creer! ¡No quiero creer!
Pero he tenido una intensa experiencia con las obras de Ellen White... Sé lo que
significa ver a Jesús tan vibrante, tan real, tan vivo en The Desire oí.Ages y que lágri­
mas de alegría y de acción de gracias se deslicen por mis mejillas. Sé lo que significa
leer los últimos capítulos de The Great Controversy y caer postrado de rodillas, v, al
igual que Tomás cuando se aferró los pies de Jesús, grité: «¡Dios mío y Señor mío!».

La sección de Jesús del LU es en efecto una obra bien escrita e impresionante.


Puede ser exacto en el relato de su historia, en caso de que proceda directamente
de seres superiores en posición de conocer, o puede ser una obra procedente de
la fértil imaginación de alguien que conocía el Nuevo Testamento de memoria y
que también estaba empapado del conocimiento de la época en que vivió Jesús.

339
No sé quién escribió la vida de Jesús del LU, aunque sospecho que fue Sad-
ler. Nadie conoce la Biblia tan concienzudamente como los ministros adventis­
tas, y el conocimiento de Sadler de las Escrituras era absolutamente asombroso.
Se evidencia en muchos de sus libros. El capítulo 30 de uno de sus primeros li­
bros, The Physiology oíFaith and Fear (1912), consiste casi totalmente en citas
bíblicas. Worty and Netvousness (1914) dedica tres páginas (452-454) a textos
de las Escrituras bajo la denominación «Exceeding Great and Precious Promi­
ses». El mismo título y los mismos pasajes aparecen treinta años después en Mó­
dem Psychiatry (765-767).
Piloting Modem Youth (1931) tiene una sección titulada «The Boyhood of Je­
sús». Comienza de la siguiente manera: «Lamento sinceramente que no sepamos
más acerca de la adolescencia de Jesús. No dudo que sería de gran utilidad para
guiar a la juventud de hoy en día». Más significativamente, Sadler pone en la boca
del joven Jesús una frase sin entrecomillar que no se encuentra en el Nuevo Tes­
tamento. Jesús dice a sus padres, después de que le hubieran reprochado su au­
sencia para discutir de religión con los maestros del templo: «¿No comprendéis?
Tengo una misión que cumplir en la vida. Tengo un servicio que prestar a la hu­
manidad, y aunque sólo tengo doce años, es ya el momento de ocuparme de la
obra de mi vida».
Compárense los anteriores comentarios, atribuidos a Jesús por Sadler, con lo
que Jesús dice a su madre en la página 1.384 del LU. Le acababa de reprender
por haber desaparecido durante tres días para estar en el templo. Responde Jesús:
«¿Por ciué me habéis buscado durante tanto tiempo? ¿No os imaginabais que me
encontraríais en la casa de mi Padre, puesto que ha llegado el momento para mí
de ocuparme de los asuntos de mi Padre?» (cf. Lucas 2:49).
Sadler tiene cine haber estado orgulloso de su diálogo imaginario porque lo re­
pite palabra por palabra en un capítulo sobre la adolescencia de Jesús en Ado-
Iesconce Problems (1948). A la señora White le gustaba plagiar a los demás. A Sad­
ler le gustaba plagiarse a sí mismo. Cientos de párrafos tle sus primeros libros se
repiten con frecuencia en libros posteriores sin apenas cambios. También hemos
comprobado que el LU contiene material tomado de los primeros libros de Sad­
ler. En el siguiente capítulo veremos algo aún más sorprendente -que el mismo
LU está repleto de pasajes copiados a otros autores humanos sin ninguna indica­
ción ¡de que no habían sido escritos por los reveladores!
En Piloting Modem Youth. así como en los demás libros en los que Sadler trató
de religión, resaltó (como lo hace el LU) el carácter evolutivo del cristianismo. «De­
bemos hacer sinceros esfuerzos para decir a nuestra juventud la verdad de la evo­
lución religiosa -escribió-, enseñando sin miedo la religión comparativa. Las en­
señanzas de Jesús no tienen nada que perder si se comparan con las de cualquiera
de los otros pensadores religiosos del mundo.»

340
Como ejemplo de la reescritura de algunas partes de la Biblia en terminología
moderna, Sadler ofrece lo que denomina una «traducción» del salmo 23 que, en
su opinión, resultaría «fascinante y esclarecedora para la mente adolescente del si­
glo veinte». Ésta es la nueva versión de Sadler

El Señor es mi Divino Protector nunca conoceré la pobreza espiritual.


El Señor me ayuda espiritualmente, como la marcha corta de mi automóvil me
ayuda a subir las empinadas colinas.
El Señor renueva mi alma, como las calorías y vitaminas restauran mi fuerza y
previenen la enfermedad.
El Señor preserva mi espíritu del mal, al igual que las vacunas previenen las en-
fermedades y los antisépticos evitan el contagio en tiempos de epidemias peligro­
sas. De esta forma puedo disfrutar de la paz de espíritu y de la salud del cuerpo.
El Señor es el confortador de mi alma y también mi dinamo, pues carga las ba­
terías descargadas de mi mente y de mi cuerpo, para así resistir mejor a mis ene­
migos, los microbios.
El Señor es la luz espiritual de mi alma; el Señor es, efectivamente, la luz del
sol que entra en mi habitación ofreciéndome la vida y la salud de los rayos ultra­
violetas.

Sadler continúa:

¿Qué sabe el joven de una ciudad moderna de ovejas y de pastores -excepto por
las leyendas poéticas de la literatura y el sabor de las chuletas de cordero? Disfru­
temos de las antiguas versiones en su belleza poética como de los conocimientos
tradicionales de la religión; pero la juventud necesita una paráfrasis práctica y nueva
del libro guía de la moralidad -una traducción del siglo veinte de las incomparables
enseñanzas de los profetas hebreos y del I lijo del I Iombre.
Disfrutemos de la belleza de lo antiguo y de la ayuda práctica de lo nuevo. Si a
nuestros mayores les encanta la versión antigua, dejemos que la disfruten. Si nues­
tros jóvenes pueden ser ayudados por una nueva traducción -una nueva exposición
de las antiguas verdades-, entonces permitámosles disfrutar de su derecho de sa­
tisfacer tal anhelo del alma.

Permítanme repetir aquí algunas opiniones que he expresado anteriormente.


Creo que Sadler, conmocionado por su descubrimiento de que Ellen White era
en parte una charlatana, llegó a creer que él mismo estaba en contacto directo
con los seres intermedios que a su vez estaban en contacto con los seres supe­
riores. Creo que Sadler, especialmente después de la muerte de su mujer, llegó
a convencerse de que era más sabio, más sano y estaba mejor informado que la

341
señora White; que había sido escogido por los Dioses para ser el profeta y fun­
dador de una nueva forma de cristianismo superior en mucho a su abandonado
adventismo.
Cuando era joven. Sacller consideraba al Adventismo del Séptimo Día como la
iglesia remanente, que llevaba el mensaje final de Dios a una generación sin fe
destinada a se)- testigo de) Segundo Advenimiento. Hacia 1910, llegó a p e n s a r que
su iglesia estaba equivocada e incluso creyó que había sido inspirada por Satán.
Como custodio de la nueva revelación, transmitida al principio misteriosamente a
través de su durmiente cuñado, se vio a sí mismo desempeñando un papel en la
historia mayor incluso que el de la señora White. Creo que fue en este estado de
megalomanía cuando Sadler, basándose en su amplio conocimiento de la Biblia,
y confundida su propia y vivida imaginación y su superior destreza para escribir
con las instrucciones de los seres intermedios secundarios, decidió superar a la
hermana White. ¡Crearía una vida de Jesús rebosante de detalles desconocidos in­
cluso para la hermana White y que nunca antes habían sido revelados!
En The Truth About Spiritualism (página 141), publicado en 1923, Sadler es­
cribió lo siguiente:

De vez en cuando surge alguien que intenta hacer creer a los demás en las cosas
que ve o que oye en su propia mente. Estos profetas «de estilo propio» aparecen
para convencemos de la realidad de sus visiones. Se nos muestran como seres ex­
traños que hablan de las voces que oyen, y si además parecen cuerdos y socialmente
convencionales, son capaces incluso de arrastrar a muchos seguidores, de crear sec­
tas y de fundar iglesias; mientras que, si son demasiado audaces en sus imagina­
ciones. si ven algo más o escuchan demasiado, son inmediatamente arrestados y en­
cerrados con toda rapidez en los confines de un manicomio para locos.

Pocas páginas después, Sadler repite, con ligeras diferencias, los párrafos que
he citado en el capítulo 6 (véanse las páginas 102-103). En ellos menciona los «mo­
vimientos religiosos extraños» iniciados por personas que sufren trances nerviosos
catalépticos y experimentan visiones que creen que proceden directamente de Dios.
Declara una vez más que esos «profetas» son generalmente mujeres. En la mayo­
ría de los casos, escribe, sus visiones aparecen después de la adolescencia y en
ningún caso que haya obsetvado las visiones sobreviven a la menopausia.
Hay muy pocas dudas de que Sadler tenía a la hermana White en mente
cuando escribió los párrafos anteriores. Después de su ruptura con el Adven­
tismo, se convenció de que la señora White era víctima de ataques catalépticos
parciales. Predijo correctamente que sus visiones cesarían después de la meno­
pausia. Es una de las grandes y tristes ironías de la reciente historia religiosa
que un hombre que pudo escribir los párrafos citados más arriba ¡se convirtiera
en el fundador de una secta basada en una revelación inicialmente canalizada
a través de su durmiente cuñado!
Al igual que los adventistas del Séptimo Día, a los urantianos les gusta me­
nospreciar los frecuentes préstamos de fuentes humanas del LU. El hecho de
que la señora White había plagiado desvergonzadamente está fuera de toda duda.
Ni tampoco se puede negar que era consciente de sus plagios, aunque ni ella ni
su marido James lo admitieron nunca. En su libro Life Sketches. James White
escribió:

(Acaso los incrédulos sugieren que lo que ella escribe en sus testimonios persona­
les ha sido aprendido de los demás? Preguntamos, ¿en qué momento ha podido apren­
der todo eso? ¿Y cómo se podría considerar entonces una mujer cristiana si da oído
a los chismes y luego los escribe como si hubieran sido una visión de Dios? Y ¿dónde
está esa persona de superiores habilidades naturales y adquiridas que pueda escu­
char la descripción de una, dos o tres mil casos, todos ellos diferentes, y que luego
los escriba sin confundirlos, sin que en toda la obra se detecten miles de contra­
dicciones? Aunque se pueda dar un solo caso en el que la señora W. haya utilizado
la creación de alguna mente humana, tiene miles de casos más en los que Dios le
ha mostrado todas estas cosas que ella ha escrito en esos testimonios personales.
En sus obras publicadas hay muchos hechos enunciados que no se pueden en­
contrar en otros libros, y sin embargo son tan claros y maravillosos que cualquier
mente sin prejuicios los acepta instantáneamente como verdad... Si los comentaristas
y escritores teológicos hubieran visto esas joyas del pensamiento que iluminan la
mente de forma tan clara, y si las hubieran visto impresas, todos los ministros de la
tierra las habrían podido leer. Estos hombres recopilan pensamientos de los libros,
y como la señora White ha escrito y ha dicho cientos de cosas tan verdaderas como
maravillosas y armoniosas, que no se pueden e n co ntra r en los escritos de otras p e r­
sonas. son nuevas para los lectores y oyentes más inteligentes. Y si no se pueden
e n co ntra r impresas y no se difu n de n en los sermones desde el pulpito, ¿dónde Lis
encontró la señora White? ¿De qué fuente ha recibido esos nuevos y ricos pensa­
mientos que irán a encontrar un sitio en sus escritos y conferencias? N o ha p o d id o
aprenderlos de otros libros, a p a rtir del hecho que nin g u no de ellos contiene tales
pensamientos. Y. en efecto, no los pudo aprender de esos ministros que no han pen­
sado en ellos. El caso está muy claro. Evidentemente, requiere una credulidad cien
veces mayor creer que la señora W. ha aprendido esas cosas de otros, y que las ha
hecho pasar como si fueran visiones de Dios, que creer que el Espíritu de Dios se
las ha revelado a ella [cursivas añadidas].

Sustituyase «señora White» por «LU» en los párrafos anteriores y las frases po­
dían haber sido escritas perfectamente por un devoto urantiano.

343
Más pronto o más tarde, estoy convencido, los urantianos tendrán que enfren­
tarse con el hecho de que Sadler fue uno de los autores del LU. No pudo haber
sido Wilfred, cuya educación era limitada y no hay ninguna evidencia de que po­
seyera habilidad como escritor. Por supuesto, inicialmente, el material básico fue
transmitido por Wilfred mientras dormía, pero a medida que pasaban los años, en
mi opinión, Sadler se convenció de que los reveladores también le habían esco­
gido a él para que fuera el portador de la gran quinta revelación epocal.
Aunque Sadler había perdido su fe en el Adventismo, nunca abandonó su fe
en Dios y en la vida después de la muerte, en las enseñanzas de Jesús inspiradas
por Dios, y en el gran valor de la fe y de la oración como tratamiento de los en­
fermos mentales. En Theory and Practico o í Psychiatry (1936), las páginas 1.114-
1.115 están dedicadas a elogiar las enseñanzas de Jesús; en ellas afirma: «Estar algo
separado de Su evangelio de Salvación y de Su doctrina de la supervivencia del
alma inmortal». Todavía leal a la «inmortalidad condicional» de la teología adven­
tista, Sadler (y el LO rechaza la innata inmortalidad del alma en la vida después
de la muerte proporcionada por la gracia de Dios. ¡Obviamente, el alma no puede
ser inmortal si puede ser aniquilada!
El núcleo de las enseñanzas de Jesús, escribe Sadler en el libro que acabo de
citar, se resume simplemente en «La Paternidad de Dios y la Hermandad de los
hombres». Esta unión de los dos conceptos, en el que cada uno necesita al otro,
aparece como estribillo en todo el LU, especialmente en la sección de Jesús. La
fiase, que nos lleva un siglo atrás, era invocada constantemente por los protestantes
liberales de los siglos diecinueve y veinte. Un ejemplo de esa frase se puede leer
en el libro de Shailer Mathews The Social Teachings o í Jesús (1905, página 62):

En una palabra, en el viejo orden social Jesús vio la tiranía del egoísmo y del odio:
en el nuevo, ve un reino universal de amor -la paternidad de Dios y la hermandad
de los hombres.
Esta expresión, la paternidad de Dios y la hermandad de los hombres, es para
muchas mentes la esencia del Cristianismo.

El Documento 99 del LU, «Los problemas sociales de la religión», no contiene


ni un solo pensamiento que no se encuentre en el libro de Mathews. El núcleo de
esta obra es la convicción de que el orden social ideal, el «Reino de los Cielos» ha­
cia el que Urantia está evolucionando lentamente, será un orden social en el cual
«la relación del hombre con Dios sea la de hijos y (por consiguiente) la relación
con cada otro, la de hermanos» (pág. 54). En efecto, éste ha sido el punto central
del protestantismo liberal durante los últimos dos o tres siglos. Mathews cita de
una vida «liberal» de Jesús en tres volúmenes, escrita por el teólogo alemán Karl
Theodor Keim (publicada en 1867. 1871 y 1872): «Brevemente explicado, el cielo

344
religioso de Jesús implica la Paternidad de Dios con respecto a los hombres, la fi­
liación de los hombres con respecto a Dios, y el infinito bien espiritual del reino
de los cielos consiste en la Paternidad y la Filiación».
Buell Gordon Gallagher, en su libro Color and Con Science (1946, página 183),
lo expresa de la siguiente forma:

La idea de la hermandad universal de todos los hombres es tan profunda como sen­
cilla. Muchas veces damos por supuesto que, como la idea se comprende rápida­
mente, no es profunda: o, cuando vislumbramos algunos de los significados más pro­
fundos de la noción de hermandad, inmediatamente desviamos nuestros ojos por
miedo a que podamos sentirnos demasiado conmocionados por las percepciones
éticas de ese momento. Las exigencias sobre la conducta personal y de grupo que
incluye la noción de hermandad están fundamentalmente en desacuerdo con las
exigencias hechas por el racismo. La creencia en la Paternidad de Dios y su nece­
sario corolario, la hermandad de los hombres, es nuestro mayor recurso religioso
para atacar el sistema de castas. Si afirmamos que no es nuestro padre, estamos ne­
gando al Dios cristiano y recurriendo a algún dios pagano menor de una tribu o
clan o raza. Esto precisamente es lo que Hitler ordenó a sus seguidores que hicie­
ran. Si aceptamos la Paternidad de Dios, tenemos que aceptar la hermandad de los
hombres.

Uno de los primeros usos de la frase «Paternidad de Dios y Hermandad de los


Hombres» (según el Macmillan Book oí Proverbs, Maxims and Famous Finases,
página 247) se encuentra en el famoso predicador y escritor unitarista James Frce-
man Clarke (1810-1888). Es el primero de los «cinco puntos de Unitarismo» de su
Statenient ofFaith. Amigo de Emerson, Clarke fue pastor en las iglesias unitaristas
de Louisville y Boston. Durante unos cuantos años enseñó «religión natural» en
Harvard.
Tryon Edvvards, en A Dictionary ofThoughts (1899), incluye una sección sobre
«Hermandad» en la que enumera varias citas sobre la paternidad de Dios y la her­
mandad de los hombres. (En el siguiente capítulo veremos que este libro fue la
fuente de los 28 aforismos que aparecen en las páginas 556-557 del LU) «No existe
la hermandad del hombre sin la paternidad de Dios», escribió el reverendo 1larry
Martyn Field, un ministro presbiteriano (nacido en 1822) y autor de varios libros.
«La hermandad del hombre es una parte integral del cristianismo no menos im­
portante que la Paternidad de Dios.» Así se expresaba el reverendo Lyman Abbott
(1835-1922), un ministro congregacionalista que, al igual que Sadler, armonizaba
el cristianismo con la evolución biológica.
Charles Lemuel Thompson, pastor de la Iglesia Presbiteriana de Madison Ave-
nue de Nueva York desde 1888, escribió: «El siglo dieciséis afirmó: “Responsabili­

345
dad de Dios”. El presente siglo diecinueve afirma: “La hermandad de los hombres"».
El compilador Edwards incluso se cita a sí mismo: «Cualquiera que cuando rece
diga ‘Padre Nuestro’, reconoce y cree en la hermandad de toda las razas de la hu­
manidad».
*

Ya no hay grandes dudas acerca de que Wilfred fue en realidad el conduelo dur­
miente; sin embargo, sigue siendo una personalidad oscura sobre el que se sabe
muy poco. Los miembros del Forum que todavía viven le recuerdan como una per­
sona tremendamente tímida -alguien que se ocultaba en el fondo de la sala du­
rante los tés de los domingos y por el que todo el mundo sentía pena. Un miem­
bro del Forum afirma que en las reuniones estaba permanentemente «asustado».
Hay pruebas de que Christy afirmó públicamente que el «canalizador» -al que por
supuesto nunca ha identificado- no tenía una educación superior al sexto grado.
No hay ninguna evidencia de que Wilfred pasara de ese curso, pero al igual que
el «canalizador» de Oaiispe, tuvo que haber leído ampliamente, sobre todo libros
de astronomía y de ciencia general. El afán en todo el LU de dar largas series de
números exactos refleja la formación de Wilfred como contable, una profesión que
desempeñó durante toda su vida. Al haber sido educado como adventista, no me
sorprendería que compartiera con Sadler un profundo conocimiento de la Biblia.
Sadler, es preciso recordarlo, también era un experto en las religiones del mundo,
sobre las cuales conferenciaba con frecuencia. Su Moclem Psychiaby tiene secciones
dedicadas a Lis principales creencias del mundo, así como resúmenes de los pun­
tos de vista de Platón, Aristóteles, los estoicos, los epicúreos, los cínicos y los es­
cépticos. Seis de estos filósofos y escuelas filosóficas se mencionan en el LU en las
páginas 1.335-1.338.
Creo que Sadler, incapaz de aceptar las múltiples personalidades de su cuñado,
sufría en los últimos años de una megalomanía que ni él ni sus admiradores re­
conocieron. Al igual que tantos otros líderes carismáticos de sectas religiosas, creía
que había sido seleccionado por los dioses para ser el fundador y cabeza visible
de una nueva religión, superior no sólo a la que había perdido, sino también a las
demás creencias del mundo. Era una religión armónica con la ciencia, libre de mu­
chas supersticiones del cristianismo tradicional, destinada a anunciar, bajo la pa­
ternidad de Dios, una hermandad mundial, democráticamente organizada -una
hermandad que aboliría la guerra y que establecería en Urantia por primera vez
en su problemática historia un mundo de amor, paz y justicia.
Según la edición de invierno de 1992 de The Fellowship Bullctin, cuando el LU
salió de la imprenta por primera vez, muchos miembros del Forum se mostraron
tremendamente entusiastas. Estaban convencidos de que en muy poco tiempo el

346
urantismo barrena el mundo. El hijo de Sadler. Bill, predijo que en diez años al
menos 100.000 grupos de estudio estarían prosperando en Urantia.
En la primera reunión del Comité Ejecutivo de febrero de 1955, alguien pro­
puso ofrecer los derechos del LU a ¡la revista Ufe! La propuesta fue rechazada.
También se rechazó la idea de hacer publicidad del LU cu los principales perió­
dicos, y de distribuirlo en las principales librerías y almacenes. Como compromiso,
se enviaron por correo ejemplares no solicitados a personalidades influyentes como
Sholem Asche, Ralph Bunche, Arthur Compton, Norman Cóusins, Aldous Huxley.
Edward R. Murrow, Eleanor Roosevelt y Edvvard Teller. The Bulletin afirmó mo­
destamente: «La respuesta fue insignificante».
Como presidente del Comité de Educación de la Fundación Urantia, el doctor
Sadler fundó una escuela para formar a los profesores del LU. Se matricularon se­
tenta y un estudiantes. En 1960, a diecisiete les fue concedido el título de «líder»;
algunos de estos líderes fueron nombrados posteriormente «instructores Ordena­
dos». Obsérvese la palabra «ordenados», que confirma la esperanza de Sadler de
iniciar algo que se pareciera a una iglesia. Cada año. continúa The Bulletin. «se
matriculaban menos estudiantes -eran cursos difíciles- y el cada vez mayor énfa­
sis sobre la ciencia no atraía a todo el mundo. Finalmente, la escuela se quedó sin
estudiantes y se cerró».
Desde entonces el plan de la Fundación no fue promocionar el libro, sino de­
pender de su lenta difusión -vender el LU verbalmente, y a través de contactos
personales. (‘Aumentará finalmente la secta para convertirse en una gran religión
mundial, como Sadler y otros miembros fundadores esperaban, y como los creyentes
actuales todavía confían? ¿Tendrán los líderes de boy la sabiduría, como Mark Ku-
lieke afirma en Birth o/'a Revelation. de «dirigir la última revelación desde un puerto
seguro hasta la alta mar del destino evolutivo»? ¿O está el movimiento urantiano
condenado a desaparecer como los faitistas de Oahspe?

347
XVI
Los plagios en «El Libro de Urantia»

El 22 de septiembre de 1992, ocurrió uno de los más alarmantes descubrimien­


tos en la historia del movimiento de Urantia. Ésta fue la fecha en la que Matthevv
Block. un joven, devoto y totalmente ingenuo urantiano, que vive en Chicago, dis­
tribuyó un folleto de cuatro páginas titulado «A Bíblíographíc Essay on Some Hu­
man Books Used in The Urantia Book». El folleto cita quince libros que «fueron
utilizados en la redacción de algunos documentos de El Libro de Urantia. Cada
uno de estos libros contiene frases, párrafos o incluso capítulos enteros cuya re­
dacción y organización del pensamiento o información guardan un paralelismo tan
estrecho con los Documentos de Urantia como para ser considerados fuentes de
un modo inconfundible».
Algunos de estos préstamos ya eran conocidos, continúa Block, pero la mayo­
ría de ellos eran desconocidos hasta que comenzó a descubrirlos durante el ve­
rano de 1992. Espera descubrir muchas más fuentes del LUen los próximos años.
En lugar de permitir que me apropie de sus descubrimientos, no los publicará en
su totalidad hasta después de que mi libro haya salido a la luz. Block está disfru­
tando mucho con su investigación y considera que 1994 es el año más glorioso
de su descubrimiento. No cree que Sadler escribiera una sola línea del LU ni que
corrigiera sus documentos. En aquellas partes del LU en las que se copia mate­
rial procedente de los primeros libros de Sadler, Block está enormemente impre­
sionado por la habilidad con que los supermortales reinterpretaron las ideas pres­
tadas, así como lo inteligentemente que mejoraron los pasajes copiados de libros
de otras personas.

349
Como sabe cualquiera que haya llegado hasta este capítulo, copiar de otros li­
bros, sin mencionar a los ¿nitores originales, era exactamente la misma práctica
que seguía Ellen White al escribir los libros que afirmaba que habían sido inspi­
rados por Dios y sus ángeles. Como he mencionado antes, los líderes adventistas
fueron conscientes desde el principio de muchos de sus plagios, que se mantu­
vieron cuidadosamente ocultos a los fieles. Se hicieron públicos por primera vez
en la biografía de la señora White escrita por el ministro D.M. Canrighl, en 1919,
aunque no demasiado documentada. La mejor biografía hasta la fecha es la del
pastor Walter T. Rea. que publicó The White Lie en 1952. Todavía se siguen des­
cubriendo pasajes paralelos procedentes de obras de la señora White y de libros
escritos por otros autores.
Ahora que la extensión de los plagios de la señora White es conocida por to­
dos, ¿cómo los justifican los adventistas? Pocos están dispuestos a aceptar la su­
posición de que ¡a copia fue realizada por escritores y correctores contratados, sin
el conocimiento de la señora White, porque esto los forzaría a admitir que ella en
realidad no había escrito sus propios libros. Prefieren creer que la señora White,
guiada por el Espíritu Santo, copiaba los pasajes sólo ¡cuando expresaban exac­
tamente las verdades que quería transmitir! Sí, robaba textos a los demás, pero el
robo estaba divinamente inspirado. Para decirlo de otro modo, eran el Espíritu Santo
o los ángeles los que cometían los plagios.
Walter Rea, y cientos de otros adventistas del Séptimo Día, estaban tan horro­
rizados por el grado en que la señora White infringió las leyes de propiedad inte­
lectual que llegaron sensatamente a la conclusión de que sus escritos tenían un
origen humano. Se podría haber esperado que Block llegara a una conclusión si­
milar acerca de los Documentos de Urantia, pero no -tan poderoso es el deseo de
los auténticos creyentes de racionalizar aspectos embarazosos de su fe que no se
sienten en absoluto consternados. Un urantiano devoto, con el que he mantenido
correspondencia, exclamó «¡Maravilloso!» en una carta que me envió después de
recibir el comunicado de Block. Block no tiene ni la más ligera duda de que los
Documentos del LU fueron redactados de forma superhumana. Xos recuerda que
el mismo LU (17 y 1.343) afirma que los reveladores no dudaron en hacer uso del
conocimiento e ideas humanas existentes:

Las sucesivas revelaciones planetarias de la verdad divina invariablemente com­


prenderán los conceptos más elevados existentes de valores espirituales como parte
de la coordinación nueva y mejorada del conocimiento planetario. Por lo tanto, al
hacer estas presentaciones sobre Dios y sus asociados universales, hemos seleccio­
nado como base de estos documentos más de mil conceptos humanos que repre­
sentan el conocimiento planetario más elevado y más avanzado de los valores es­
pirituales y de los significados universales. En la medida en que estos conceptos

350
humanos, reunidos a partir de los mortales del pasado y el presente conocedores
de Dios, sean inadecuados para describir la verdad tal como se nos instruye que la
revelemos, los suplementaremos sin titubeos, recurriendo para este propósito a nues­
tro conocimiento superior de la realidad y divinidad de las Deidades del Paraíso y
de su trascendente universo ele residencia. (L U 17.)

[R econocim iento: Para llevar a cabo mi misión, que consiste en volver a relatar las
enseñanzas y las circunstancias de la vida de Jesús de Nazaret, he recunido libre­
mente a todos los archivos y fuentes de información planetaria. Mi principal motivo
al emprender esta tarea era el de preparar un documento que no solamente sea ilu­
minador para la generación de seres humanos que ahora viven, sino que también
sea provechoso para todas las futuras generaciones. Seleccioné los elementos más
adecuados para cumplir este propósito de la amplia gama de información que me
fue proporcionad:!. Siem pre que pude, extraje m i inform ación de fuentes puram ente
humanas. Sólo cuando dichas fuentes resultaban insuficientes, he recurrido a los
archivos superhumanos. Siempre que las ideas y los conceptos de la vida y las en­
señanzas de Jesús estuvieran expresados de forma aceptable por una mente humana,
invariablemente preferí utilizar las conformaciones aparentemente humanas de pen­
samiento. Aunque traté de ajustar la expresión verbal para que se corresponda me­
jor a nuestro concepto del verdadero significado y de la real importancia de la vida
y las enseñanzas del Maestro, siempre que fue posible me limité al concepto hu­
mano y al modo de pensamiento humano en todos mis relatos. Bien sé que los con­
ceptos originados en la mente humana son más aceptables y útiles para todas las
demás mentes humanas. Allí donde no pude hallar los conceptos necesarios en los
archivos humanos o en las expresiones humanas, recurrí entonces a la memoria de
mi propia orden de criaturas terrestres, los seres intermedios. En los casos en que
esta fuente secundaria de información resultó inadecuada, recurrí sin titubeos a las
fuentes superplanetarias de información.
Los memorandos que he reunido, y de los cuales he preparado este relato de la
vida y las enseñanzas de Jesús -aparte de la memoria de los escritos del apóstol An­
drés- abarcan joyas del pensamiento y conceptos superiores de las enseñanzas de
Jesús, recopilados por más de dos mil seres humanos que vivieron en la tierra desde
los tiempos de Jesús hasta el momento de redacción de estas revelaciones, que más
correctamente debería llamar repasos. El permiso revelatorio sólo ha sido utilizado
cuando los escritos y los conceptos humanos no ofrecían un esquema de pensa­
miento adecuado. Mi comisión reveladora me prohíbe recurrir a fuentes extrahumanas
para información o expresión hasta que atestiguara que había agotado todas las po­
sibilidades para encontrar la expresión conceptual necesaria en las fuentes puram ente
humanas.
Aunque yo, en colaboración con mis once compañeros asociados seres inter-
medios y bajo la supervisión de Melquisedec a cargo, lie encarado esíe relato ele
acuerdo con mi concepto de organización efectiva y mi elección de expresión in­
mediata. sin embargo, la mayoría de las ideas y algunas de las expresiones que he
utilizado se originaron en la mente de los hombres de muchas razas y de muchas
generaciones sucesivas que lian vivido o que durante este trabajo viven aún en la
tierra. En realidad he actuado como recopilador y corrector más que como narra­
dor original. Me lie apropiado sin titubeos de las ideas y conceptos, preferiblemente
humanos, que permitieran crear el retrato más auténtico de la vida de Jesús y rei­
terar sus enseñanzas sin parangón mediante una fraseología altamente provechosa
y universalmente esclarecedora. En nombre de la Fraternidad de los Seres Interme­
dios Unidos de Urantia, deseo expresar nuestra inmensa gratitud a todas las fuen­
tes y archivos de hechos y conceptos que hemos utilizado para elaborar este nues­
tro repaso de la vida de Jesús en la tieiraj (LU 1.343)

Merece la pena destacar que esta política, la de tomar prestado material pro­
cedente de otros escritores sin reconocer las fuentes, era precisamente la política
que el mismo Sadler siguió en muchos de sus libros. Éste, por ejemplo, es un frag­
mento del prefacio de su Prescription forPennanent Peace (1944), que parece como
si hubiera sido escrito por los autores del LU:

Cuando se escribe un libro de esta clase, naturalmente se da expresión a muchas


ideas que se han absorbido procedentes de muchas fuentes. Xo lie podido leer li­
bros como Is Germ any Incurable, de Brickncr; Towards an A b id in g Peace. de MacI-
ver; U nited States Foreign Policy. de Lippmann, y A D em ocratic M anifestó, de Re­
ves. sin sentirme favorablemente impresionado al ver que las ideas de estos diversos
autores encuentran más o menos expresión en estas páginas.
Siento que no me sea posible reconocer la fuente de los muchos conceptos pre­
sentados aquí que lie recogido de docenas de autores, porque no todas las ideas y
sentimientos contenidos aquí son originales míos, ni mucho menos. Estos capítulos
expresan mi intento durante la pasada década -m ás especialmente desde que Hi-
tler invadió Polonia- de «coger las moras» de todo arbusto disponible.

En uno de sus primeros libros. The Physiology o f Faith and Fear (1912), Sadler
defendió esa práctica plagiaría de la siguiente forma:

Para la preparación de este libro, el autor ha realizado en cada fase una investiga­
ción exhaustiva de la literatura relacionada con muchos de los temas considerados.
Con este propósito, ha recurrido no sólo a su propia biblioteca, sino también a las
diversas bibliotecas de Chicago y a la gran Biblioteca del Congreso en Washington,
D.C. En un trabajo de esta clase, diseñado para los legos en la materia, y en el que

352
la brevedad es tan esencial, se han evitado las citas directas, aunque se han con­
sultado las principales autoridades en fisiología y psicología para la preparación de
esta obra y las diversas conferencias que la han precedido.

La señora White nunca reconoció sus cientos de plagios obvios. Si lo hubiera


hecho así, no los podría haber justificado mejor que lo hicieron los dos fragmen­
tos anteriores del LU, y los dos pasajes de Sadler.
Block admite estar «bastante sorprendido por la cantidad de material que los
reveladores entresacaban de libros» no relacionados con la ciencia, teología y la
vida de Jesús. Por otro lado, está enormemente impresionado y complacido con la
forma como cada libro que los reveladores tomaron prestado «fue tan hábil y crea­
tivamente consultado para integrar de forma transparente la observación humana
con el añadido o corrección reveladora».
En lugar de ser motivo de embarazo para los urantianos, continúa Block. co­
nocer los libros empleados por los reveladores nos ayuda a comprender los Do­
cumentos. Recomienda a los estudiantes del LU que deberían «reconocer abier­
tamente» la copia de material porque de esta forma se podrían «desarmar los
descréditos de Martin Gardner que defiende la teoría de que cualquier revelación
siempre y necesariamente significa, para sus crédulos creyentes, una completa ins­
piración superhumana».
Muchos urantianos me han dicho que una de las principales razones por las que
creen que el LU está escrito por los superhumanos es el hecho de que ninguna
persona ni grupo de personas podría haber adquirido todo el conocimiento histó­
rico y científico detallado necesario para producir una obra tan monumental y de
tan gran alcance. Sabemos ahora, gracias a los asombrosos descubrimientos de Block
que no era necesario que los autores del LU tuvieran toda esa información alma­
cenada en sus cabezas. ¡Sólo tenían que robarla de los humanos más expertos!
Tengo la oscura sospecha de que Block no se da cuenta completamente del
efecto de la bomba que ha lanzado sobre sus hermanos y hermanas. Una cosa es
hacer un uso general del material de libros publicados sin mencionar la fuente,
pero otra muy distinta es copiar frases casi literalmente sin encerrarlas entre co­
millas o sin ninguna indicación de la fuente de la frase. Esto último se denomina
plagio. Va contra la ley. Si los plagios del LU se hubieran observado en 1955, cuando
el libro se publicó por primera vez, los editores habrían ganado muchos casos con­
tra la Fundación Urantia por infringir la ley de propiedad intelectual.

* *

Veamos, en primer lugar, una página procedente de Man’s Vision o f God. del filó­
sofo Charles Hartshome, libro publicado en 1941 por la editorial Wiliett, Clark and

353
Company, de Chicago. En esa época, Hartshome era uno de mis profesores de la
Universidad de Chicago, y un defensor muy conocido de lo que se ha llamado «te­
ología del proceso», es decir, la idea de que Dios está y evoluciona con el universo.
En la página 8 de su libro, Hartshome enumera siete posibles significados de «per­
fección absoluta».

Perfección absoluta en todos los aspectos.


Perfección absoluta en algunos aspectos, perfección relativa en los demás.
Perfección absoluta, perfección relativa, e «imperfección» (perfección ni
absoluta ni relativa), cada una en algunos aspectos.
Perfección absoluta en algunos aspectos, imperfección en los demás.
Perfección absoluta en n ingún aspecto, relativa en todos.
Perfección absoluta en ningún aspecto, relativa en algunos, imperfección
en los demás.
Perfección absoluta en n ingún aspecto, imperfección en todos.

En la página 3 del LLJ, en su prefacio. Block encontró impresos los mismos siete
significados de la perfección casi palabra por palabra:

1. Perfección absoluta en todos los aspectos.


2. Perfección absoluta en algunas fases y perfección relativa en todos los
demás aspectos.
3. Aspectos absolutos, relativos e imperfectos en asociaciones variadas.
4. Perfección absoluta en algunos respectos, imperfección en todos los
demás.
5. Perfección absoluta en ninguna dirección, perfección relativa en todas
las manifestaciones.
6. Perfección absoluta en ninguna fase, relativa en algunas, imperfecta
en otras.
7. Perfección absoluta en ningún atributo, imperfección en todos.

Hartshome me aseguró en una carta que sus siete sentencias no fueron publi­
cadas antes de su libro de 1941. Seguramente es absurdo imaginar, como un uran-
tiano me ha sugerido, que el Consejero Divino de Orvontón, que supuestamente
escribió el prefacio antes de 1935. permitió a I lartshorne formular las siete formas
de perfección con palabras idénticas a las del ser celestial usadas en el LU seis o
siete años antes.'030

30. Según un veterano del movimiento de Urantia, que pide que no mencione su nombre, el prefacio

354
Es muy difícil imaginar que el Consejero Divino hubiera leído el libro de Harts-
horne en 1941 o después, y que luego copiara los siete tipos para su propio uso
en el prefacio. ¿No es mucho más probable que Sadler o uno de sus asociados, al
escribir el prefacio, hiciera uso libre de la obra de Harsthome sin creer que fuera
necesario mencionar a su autor? Hartshome no recuerda haberse reunido nunca
con Sadler, pero me dijo que él (Hartshome) con frecuencia daba conferencias en
el McCormick Theological Seminary donde Sadler enseñó durante muchos años.
Sin tener en cuenta quién realizó la copia, es ciertamente censurable, así como
ilegal, no mencionar adecuadamente a Hartshome.

■fr *

Uno de los ensayos más conocidos de Bertrand Russell es «El credo del hombre
libre», publicado por primera vez en 1903 y reimpreso desde entonces en nume­
rosas antologías (Ed. en español. El credo del hombre libre y otros ensayos, Ed.
Cátedra, Madrid, 1996.). Éstos son dos de sus pasajes más citados:

Así es. en términos generales, pero aún con menos finalidad y más carente de sen­
tido, el mundo que la ciencia presenta a nuestra opinión. Y este es el mundo donde
nuestros ideales han de encontrar su morada, si es que ésta existe, de hoy en ade­
lante. Que el I lombre es el resultado de causas que no previeron el fin al que con­
ducían: que su origen, su desarrollo, sus esperanzas y sus temores, sus amores y sus
creencias no son sino el resultado de ciertas situaciones accidentales de los átomos;
que ninguna pasión, heroísmo, intensidad de pensamiento o de sentimiento pue­
den preservar la vida individual más allá de la tumba; que todo el trabajo de siglos,
toda la adoración, toda la inspiración, toda la espléndida luminosidad del genio hu­
mano, están destinados a extinguirse con la abrumadora muerte del sistema solar,
y que todo el templo de las realizaciones del Hombre quedará inevitablemente en­
cerrado bajo los restos de un universo en ruinas; todo esto, aun cuando sea sus­
ceptible de discusión, es, sin embargo, casi tan cierto que ninguna filosofía que lo
rechazara podría aspirar a mantenerse en pie. Sólo dentro del armazón de esas ver-

no fue escrito hasta 1946. Afirmó en 1993. en una reunión urantiana celebrada en I lawaii. que el doc­
tor Sadler y Bill Jr. querían escribir una introducción al LU, en parte por razones de propiedad intelec­
tual. Los reveladores rechazaron esta idea y respondieron enviando su propio prefacio. Si esto es cierto,
explicaría cómo las siete definiciones de Hartshome de perfección llegaron al prefacio.

355
dades, sólo sobre los firmes cimientos de una completa desesperación, podrá cons­
truirse en lo sucesivo, con seguridad, la morada del alma. (Págs. 70-71)

Breve e impotente es la vida del I lumbre; sobre él y su estirpe se abate lenta y segura
una suerte despiadada. Ciega para el bien v el mal, indiferente a la destrucción, la om­
nipotente materia avanza en su implacable camino; para el Hombre, condenado hoy
a perder lo más querido, mañana a traspasar él mismo el umbral de la oscuridad, lo
único que le queda para amar, antes de que se alxita el golpe, son los pensamientos
elevados que ennoblecen su pobre existencia: desdeñando los cobardes terrores del
esclavo del Destino, reverenciar ante el altar lo que sus propias manos han creado;
impasible ante el imperio de los cambios, conservar la mente libre de la tiranía ca­
prichosa que rige su vida exterior; orgullosamente desafiante ante las fuerzas inesis-
tibles que sólo por un momento toleran su conocimiento y su condenación, sostener
solo, como un Atlante, cansado pero inflexible, el mundo que sus propios ideales han
creado a despecho de la marcha irresistible del poder inconsciente. (Pág. 79)

Compárense los anteriores pasajes con el siguiente párrafo de preámbulo del


LU al Documento 102 (LU 1.118):

Para el materialista no creyente, el hombre es tan sólo un accidente evolucionarlo.


Sus esperanzas de supervivencia están engarzadas en la ficción de la imaginación
mortal; sus temores, amores, deseos y creencias no son sino la reacción de la yux­
taposición incidental de ciertos átomos de materia sin vida. No hay exhibición de
energía ni expresión de confianza que puedan llevarle más allá de la tumba. Las la­
bores devotas y el genio inspirador de los mejores entre los hombres están destina­
dos a extinguirse en la muerte, esa larga y solitaria noche de oblivio eterno y extin­
ción del alma. Di desesperación sin nombre es la única recompensa del hombre por
vivir y luchar bajo el sol temporal de la existencia mortal. Cada día de vida aprieta
lenta y seguramente el nudo de un destino despiadado decretado por un universo
material hostil e implacable que será el último insulto para todo lo que en el deseo
humano es hermoso, noble, elevado y bueno.

¿Puede alguien dudar de que el autor del Documento 102 tenía el ensayo de
Russell delante de él cuando lo escribió? Las «esperanzas y sus temores, sus amo­
res y sus creencias» de Russell se convierten en las «esperanzas ... temores, amo­
res, deseos y creencias». El «trabajo de los siglos, toda la adoración, toda la inspi­
ración» de Russell se convierte en «las labores devotas y el genio inspirador». La
«completa desesperación» se convierte en «desesperación sin nombre». La «suerte
oscura y despiadada» de Russell que se «abate lenta y segura» se convierte en «el
destino despiadado».

35(5
Block. que fue el primero en identificar esta fuente, piensa que es probable que
Melquisedec de Nebadón, del cual se dice que escribió el Documento 102, no uti­
lizó el ensayo de Russell como fuente, sino las citas de él que aparecen en The In-
ner Life (1916), de Rufus Jones. Así lo piensa porque otro libro de Jones, A Preface
Lo Christian Faith ¡n a New Age (1932), proporciona el material para las secciones
5 a 10 del Documento 195 del LU. «Prácticamente cada párrafo de la sección 10
-escribe Block- está tomado de la segunda mitad de este libro.»

Ahora me voy a centrar en el descubrimiento de Block de cómo The Dawn oíCons-


cience (1913) de James Henry Breasted fue usado como fuente principal para el tra­
tamiento del LUdc las costumbres religiosas del antiguo Egipto (secciones 2 a 5 del
Documento 25, y páginas 1.215-1.216 del Documento 111). Breasted era un egiptó­
logo de fama mundial que trabajaba para la Universidad de Chicago. La prueba de
que este libro fue fuente del LU va mucho más allá del hecho de que su informa­
ción sea constantemente resumida y reescrita. Sabemos que era la fuente por los pa­
sajes donde se repiten literalmente los textos de Breasted. Veamos algunos ejemplos:

LU (1.044)

Las supersticiones de estos tiempos están bien ilustradas por la creencia general
en la eficacia del esputo como agente curativo, una idea que se había originado en
Egipto y se difundió desde allí a Arabia y Mesopotamia. En la legendaria batalla de
Horus contra Set, el joven dios perdió el ojo, pero una vez que Set fue vencido, el
ojo de Horus fue restaurado por el sabio dios Thoth, quien escupió sobre la herida
y la curó.

Breasted (102)

La batalla entre Horus y Set. que, tal como recordamos, fue un incidente solar, se
libró tan fieramente que el joven dios perdió su ojo a manos del enemigo de su pa­
dre. Cuando Set fue vencido, y el ojo fue finalmente recuperado por Thoth, el dios
sabio escupió sobre la herida y la curó. Este método de curación de los ojos, que
es, por supuesto, medicina popular reflejada en el mito, evidentemente ganó una
amplia popularidad, pasó a Asia, y reaparece en la narrativa del Nuevo Testamento,
en el incidente que describe a Jesús renuente ante la costumbre popular de emplear
los mismos medios para curar a un hombre ciego.

■K- #

357
LU (1.045)

El pasaje inclinado de entrada a la gran pirámide estaba construido en dirección


hacia la estrella polar para que el alma del rey, al surgir de la tumba, pudiera ir de­
recho a las constelaciones estacionarias y establecidas de las estrellas fijas, la su­
puesta morada de los reyes.
Cuando los rayos oblicuos del sol llegaban a la tierra a través de un claro entre
las nubes, se creía que eso simbolizaba el descenso de una escalinata celestial para
que ascendieran el rey y otras almas justas. «El rey Pepi derramó su resplandor como
una escalinata bajo sus pies por la que pudiera ascender hasta su madre.»

Breasted (73-74)

Mucha discusión ha provocado el hecho de que el pasaje inclinado de la Gran Pi­


rámide apuntara directamente a la estrella polar. La razón hasta ahora desconocida
se revela obviamente en los Textos de la Pirámide. Cuando el alma del rey salía de
este pasaje, su dirección lo llevaba directamente hacia las estrellas circumpolares.

Breasted (78)

También en los rayos oblicuos del sol. que llegaban a la tierra a través de algún claro
entre las nubes, contemplaban una radiante escalinata que descendía del ciclo pol­
la que el rey pudiera ascender. «El rey Pepi derramó este resplandor como una es­
calinata bajo sus pies, para poder ascender por ella hasta su madre, el Uraeus vi­
viente que está sobre la cabeza de Re.»

LU( 1.046)

Amenemope enseñó que las riquezas y la fortuna eran dones de Dios, y este con­
cepto coloreó profundamente la filosofía hebrea que surgió más adelante. Este no­
ble maestro creía que la conciencia de Dios era el factor determinante de toda con­
ducta; que cada momento debía vivirse en la comprensión de la presencia de dios
y de la responsabilidad que se le debía. Las enseñanzas de este sabio fueron poste­
riormente traducidas al hebreo y se tornaron el libro sagrado de ese pueblo mucho
antes de que se redujera a escritura el Antiguo Testamento. La predicación princi­
pal de este buen hombre tuvo que ver con instruir a su hijo en la rectitud y hones­
tidad en las posiciones gubernamentales de confianza, y esos nobles sentimientos
de antaño hartan honor a cualquier estadista moderno.

358
B reasted (721-722)

El profesor l^ange de Copenhague, que ha contribuido en gran medida a la com­


prensión de este extraordinario tratado, al comparar a Amenemope con sus pre­
decesores, dice lo siguiente: «Los puntos de vista religiosos de Amenemope son
mucho más profundos y penetran mucho más profundamente en todo este mundo
de pensamiento que los de sus predecesores. Para los otros profesores de sabi­
duría la piedad es una virtud, el pensamiento de la muerte y de la eternidad es
un motivo para una conducta virtuosa, es Dios quien da la riqueza y la fortuna.
Sin embargo, para Amenemope la conciencia de Dios es el factor determinante
en su concepción de la vida y en todo su comportamiento». Por consiguiente, para
enseñar a su hijo Amenemope mantiene constantemente esta actitud hacia la vida,
que debe vivirse tanto en las relaciones personales como en las oficiales, en total
comprensión de la momentánea responsabilidad hacia Dios. Esta intensidad de
la conciencia y de la conciencia de Dios en las enseñanzas de un pensador egip­
cio del siglo x a.C. antes de que el Antiguo Testamento fuera escrito, es muy no­
table, porque ahora sabemos que la Sabiduría de Amenemope fue traducida al
hebreo, fue leída por los hebreos, y una parte importante de ese libro influyó en
el Antiguo Testamento.

L U ( 1.046)

Este hombre sabio del Nilo enseñó que «las riquezas crecen alas y vuelan» -que to­
das las cosas terrestres son evanescentes. Su oración más sentida era «sálvame del
temor». Él exhortó a todos a que prestaran oído sordo a las «palabras de los hom­
bres» para escuchar en cambio «los actos de Dios». En sustancia enseñó: el hombre
propone pero Dios dispone. Sus enseñanzas, traducidas al hebreo, determinaron la
filosofía del Libro de los proverbios del Antiguo Testamento. Traducidas al griego,
colorearon toda la filosofía religiosa helénica subsiguiente. El filósofo alejandrino más
reciente, Filón, poseía un ejemplar del Libro de la sabiduría.

Breasted (328, 330)

En la sabia conclusión de que a las riquezas les «crecen alas» y vuelan, la imagen grá­
fica de Amenemope de la incertidumbre y de lo efímero de los bienes terrenales, re­
conocemos a una figura que ha llegado a nosotros a través del editor del Libro de los
Proverbios hebreo, y que en el mundo occidental ha ganado aceptación después de
trescientos años. Nuestro sabio considera fútil esa dependencia en tales recursos bu-
manos fugaces; la única seguridad se encuentra en Dios, rogadle y «os salvaréis del te­
mor-». Aquí surge el proverbio universal en su forma más antigua: «El hombre pro­
pone, Dios dispone». Este antiguo dogma egipcio tan ampliamente difundido de la
relación de Dios con el hombre hace pensar en el lugar que ocupa la evolución mo­
ral egipcia en la historia no sólo del hombre primitivo, sino de toda la civilización
occidental.

LU ( 1.215-1.216)

Los habitantes del valle del Nilo creían que todo individuo favorecido había reci­
bido como don, al tiempo de su nacimiento, o poco después, un espíritu protector
que llamaban el ka. Enseñaban que este espíritu guardián permanecía con el su­
jeto mortal a lo largo de la vida y pasaba delante de él al estado futuro. En las pa­
redes de un templo de Luxor, se ilustra el nacimiento de Amenhotep III. y el pe­
queño príncipe se retrata en los brazos del dios del Nilo, y junto a él hay otro niño,
de apariencia idéntica al príncipe, que es un símbolo de esa entidad que los egi|>
cios llamaban el ka. Esta imagen esculpida se completó en el siglo xv a.C.
El ka se consideraba un genio espiritual superior que deseaba guiar al alma
mortal asociada hacia caminos mejores de vida temporal pero, más específicamente,
influir sobre las fortunas del sujeto humano en el más allá. Cuando un egipcio de
este período moría, se esperaba que su ka lo estaría aguardando del otro lado del
Gran Río. Al principio, se suponía que tan sólo los reyes tenían ka, pero finalmente
se llegó a creer que todos los hombres rectos lo poseían. Un gobernante egipcio,
al hablar del ka dentro de su corazón, dijo; «No hice caso omiso de sus palabras;
temía transgredir su guía. Por ello prosperé grandemente; así que triunfé en vir­
tud de lo que se me indujo que hiciera; fui distinguido por su guía». Muchos cre­
ían que el ka era un «oráculo de Dios en todos». Muchos creían que tenían que
transcurrir la eternidad con el regocijo del corazón en el favor del Dios que está
en ti».

Breasted (49-50)

Al comienzo de la nueva vida después de la muerte, el fallecido era ayudado por un


espíritu protector guardián llamado ka, que nacía con cada persona, permanecía con
él durante toda la vida, y pasaba delante de él a la vida futura. Sobre las paredes
del templo de Luxor, donde se describe el nacimiento de Amenhotep III en escenas
esculpidas de finales del siglo xv a.C„ encontramos al pequeño principe llevado en
los brazos por el dios del Nilo, acompañado aparentemente por otro niño. Esta se-
gímela figura, idéntica en su apariencia externa a la del principe, es la que los egip­
cios llaman el ka. Era una especie de genio superior destinado especialmente a guiar
Jas fortunas de las personas en el más allá, donde cada egipcio que mona encon­
traba a su ka esperándole.
Es importante observar que lo más probable es que el ka fuera originalmente
la exclusiva posesión de los reyes, cada uno de los cuales vivía bajo la protección de
su genio guardián individual, y que mediante un proceso de lento desarrollo el pri­
vilegio de poseer un ka se hizo universal entre todas las personas.

Éstos son sólo algunos pasajes que el LU tomó prestado, con frecuencia con
frases literales, del libro de Breasted. Es posible que esta transcripción literal fuera
involuntaria. Sé por propia experiencia que cuando se loman notas extensas de
un libro de la biblioteca, o incluso de un libro de nuestra propiedad, se tiene la
impresión de estar repitiendo el material con nuestras propias palabras. Meses o
años después, cuando se hace uso de esas notas, es fácil olvidar que ciertas ba­
ses se han podido copiar al pie de la letra.
¿Qué es más verosímil? ¿Que los seres celestiales tomaran esas notas, o que Sad-
ler. o algún otro miembro de Ja Comisión de Contacto o del Forum, se creyera au­
torizado por los seres intermedios a escribir un determinado documento, consciente
o inconscientemente plagiado?
■*

He mencionado antes el descubrimiento de Block de la utilización en el LU del


libro de Rufus Jones .4 Preface to Chiistian Faith in a New Age. He podido revisar
este libro, y aunque hay muy poca copia literal, de vez en cuando se repiten pala­
bras y frases de Jones. Éstos son algunos ejemplos:

LU (2.084)

«El reino de Dios está dentro de vosotros» fue probablemente la declaración más
magnífica que Jesús hiciera jamás...

Jo n es(130)

La gran declaración «El reino de Dios está en vosotros» ha sido llamada por un hindú
moderno la mayor revelación que ninguna persona hiciera jamás.
LU( 2.085)

Si la iglesia cristiana se atreviera a abrazar el programa del Maestro, miles de jóve­


nes aparentemente indiferentes correrían a ingresar en dicha empresa espiritual, y
no titubearían en recorrer todo el camino de esta gran aventura.

Jones (163-164)

Si la Iglesia recuperara su lugar predominante de influencia en la vida del mundo


actual, ejercería un gran liderazgo entre los que son jóvenes. La Iglesia en su tota­
lidad tiene que ser penetrada por un nuevo espíritu de aventura, y ese espíritu es
peculiarmente una característica de la juventud.

* *

LU (2.085)

La verdadera iglesia... está caracterizada por la unidad, no necesariamente por la uni­


formidad... está destinada a tomarse en un organism o vivo.

Jones (143. 146)

lia habido una curiosa pero sin embargo generalizada tendencia a confundir uni­
dad con uniformidad. Son totalmente diferentes. El corazón del cristianismo debe­
ría ser uno que se aproximara tanto como fuera posible a un organism o vivo...

* *

LU (2.086)

Es muy necesario [en la moderna educación] enseñar disciplina moral, en lugar de


tanta autogratifícación.

Jones (194)

Cuando se hable favorablemente, como se ha hecho, de ciertos tipos modernos de


educación, nada debería decirse que implique simpatía con algún método de edu­
cación que rechace la disciplina moral y mental.

362
LU (2.076)

Al observar el mundo, recordad que las manchas negras del mal que veis se mues­
tran contra un fondo blanco de bondad final. No veréis simples manchas blancas
de bondad que se destacan contra un fondo negro de maldad.

Jones (70)

La fe central del capítulo es... que en la naturaleza última de las cosas los cuadros
negros están sobre un fondo blanco y no los cuadros blancos sobre uno negro.

Muchas otras frases e ideas procedentes del libro de Jones han ido a parar al
LU: «El mundo necesita más religión de primera mano» (LU 2.083). «Religión de
primera mano» es el titulo del tercer capítulo de Jones. El LU (2.083) nos cuenta
cómo el cristianismo se «atrevió a disminuir sus ideales». Jones (página 36) tam­
bién lamenta el hecho de que el cristianismo «haya disminuido sus ideales».
«La corriente del cristianismo drena de muchos antiguos pantanos paganos y
muchas ciénagas bárbaras; muchos antiguos arroyos culturales vierten sus aguas
en su río cultural de hoy, así como también los manantiales de las altas mesetas
galileas que supuestamente son su fuente exclusiva», dice el LU en la página 2.083.
Compárese con .4 Preface to Christian Faith ¡n a New Age de Jones (página 284):
«La civilización cristiana no es, por tanto, un río con una sola fuente. Por el con­
trario, drena de pantanos y de ciénagas y de arroyos remotos así como de la alta
meseta de Galilea de la que surge su fuente original».
Jones escribe en su primera página que «los discípulos de un carpintero cruci­
ficado... conquistaron el Imperio romano». El LU (2.086) dice: «Discípulos comu­
nes de un carpintero crucificado... conquistaron al mundo romano».
Si el lector consigue un ejemplar del libro de Jones y lo lee con detenimiento,
y luego lo compara con el Documento 195, le resultará obvio que el documento
del LU es un hábil resumen de los temas básicos planteados por Jones. ¿Qué es
más verosímil? ¿Que un ser celestial leyera el libro de Jones y lo resumiera o que
Sadler o uno de sus amigos realizara la lectura y la resumiera?

# *

En las páginas 556-557 del LU, el Arcángel de Nebadón enumera 28 «declaraciones


de la filosofía humana» que están siendo empleadas por los instructores del pri­
mer mundo de estancia para enseñar a los estudiantes principiantes «los signifi­
cados mota». Mota es un término empleado en el LU para expresar una forma su­
perior de lógica y metafísica.

363
El sensacional descubrimiento de Block -¡no llego a comprender cómo se le
ocurrió divulgarlo!- fue que prácticamente las veintiocho declaraciones están ba­
sadas en unas breves citas de una antología titulada The New Dictionary o f
Thoughts: A Cyclopedia o í Quotations, compilada por Tryon Edwards. El libro
se titulaba Jewels for thc Household cuando se publicó por primera vez en el
año 1852 como una obra de 448 páginas. Fue aumentado a 664 páginas en 1891
con el nuevo título de Dictionary o f Thoughts. Tlivo varias ediciones posteriores,
revisadas y aumentadas por otros autores, culminando en las 794 páginas pu­
blicadas como The New Dictionary o f Thoughts por la Standard Book Company
en 1957.
Por alguna razón difícil de comprender, la mayor parte de la copia del L U pro­
cede de las primeras 33 páginas de esta antología. A continuación enumeraré
la declaración que aparece en el diccionario (los números de las páginas co­
rresponden a la edición de 1957), seguida de una declaración similar del LU. En
la mayoría de los casos la copia es obvia. En otros, sólo se ha copiado el pen­
samiento básico. En estos últimos casos no siempre ha sido fácil localizar la cita
relacionada en un libro de 794 páginas. Block y yo, trabajando independiente­
mente, estamos de acuerdo con las correlaciones. En dos casos, las declaracio­
nes numeradas como 6 y 23 en el LU, no fuimos capaces de encontrar citas pa­
ralelas verosímiles. El autor del documento obviamente tuvo que consultar una
edición de la antología anterior a 1957; es posible que las fuentes de las decla­
raciones 6 y 23 fueran eliminadas de la edición de 1957 a la que tanto Block
como yo tuvimos acceso.

Edwards LU

1. Debemos mantenernos en guardia 1. 1.a exhibición de pericia especializa­


contra toda tentación de pasar directa­ da no significa posesión de capacidad
mente de la destreza a la capacidad, y de espiritual. El ingenio no es un sustituto
asumir que, cuando un hombre muestra del carácter auténtico.
destreza en alguna hazaña, su capacidad
es considerable (pág. 1).
2. Los hombres más capaces en todas 2. Pocas personas viven a la altura de la
las áreas de la vida moderna son los fe que realmente tienen. El temor sin
hombres de fe. La mayoría de ellos tienen raciocinio es un poderoso fraude intelectual
mucha más fe de la que ellos mismos se practicado sobre el alma mortal en evolución.
dan cuenta (pág. 1).

364
Edwards LLJ

3. Una pinta no puede contener un 3. No se pueden exceder las capaci­


cuarto de galón -si contiene una pinta dades inherentes; una botella de medio
está haciendo todo lo que se puede es­ litro no podrá contener jamás un litro. El
perar de ella (pág. 1). concepto espiritual no puede ser forzado
de forma mecánica dentro del molde de
la memoria material.
4. U)s hombres con frecuencia son 4. Pocos mortales se atreven jamás
capaces de mayores hazañas de las que a sumar los créditos de la personalidad
acometen. -Son enviados al mundo con establecidos por el ministerio combinado
cartas de crédito, que rara vez se libran de la naturaleza y de la gracia. La mayo­
en su totalida. (pág. 1). ría de las almas empobrecidas son en
verdad ricas, pero se niegan a creerlo.
5. Las aflicciones enviadas por la 5. Las dificultades pueden desafiar la
providencia funden la constancia de los mediocridad y derrotar al temeroso, pero
poseedores de una mentalidad noble, pero sirven de estímulo para los verdaderos
confirman la inflexibilidad de los viles, al hijos de los Altísimos.
igual que el mismo horno que licúa el
oro. endurece la arcilla (pág. 11).
6. ? 6. Disfrutar del privilegio sin abuso,
contar con libertad sin libertinaje, poseer
poder y no utilizarlo nunca para el propio
engrandecimiento -éstas son las señas de
la civilización elevada.
7. Lo que ios hombres ilaman acciden­ 7 No ocurren accidentes ciegos e im­
te es la obra de la providencia de Dios predecibles en el cosmos. Tampoco ayudan
(pág. 3). los seres celestiales a los seres inferiores
que se niegan a guiarse por su luz de la
verdad.
8. La acción no siempre trae la felicidad; 8. El esfuerzo no siempre produce el
pero no hay felicidad sin acción (pág. 3.) deleite, pero no hay felicidad sin esfuerzo
inteligente.
9. Sólo las acciones dan fortaleza a la 9. la acción logra la fuerza; la modera­
vida, y sólo la moderación le proporciona ción resulta en el encanto.
su encanto (pág. 3).
10. Cada acción de nuestras vidas hace 10. La rectitud hace sonar las cuerdas
sonar alguna cuerda que vibrará en la armónicas de la verdad y la melodía vibra
eternidad (pág. 5). Un acto correcto hace a través del cosmos hasta el reconocimien­
vibrar una cuerda cuyo sonido se extiende to del Infinito.

365
Edwards LU

a través de todo el universo, hace sonar la


inteligencia moral, visita cada mundo, vibra
en toda su extensión y condensa sus vi­
braciones en el pecho de Dios (pág. 4.)
11. Nunca he oído nada acerca de las 11. Los débiles se permiten resolucio­
resoluciones de los apóstoles, pero mucho nes, pero los fuertes actúan. La vida no es
acerca de sus actos (pág. 4). sino un día de trabajo -hacedlo bien. La
Las acciones nos pertenecen: sus con­ acción es nuestra; las consecuencias de
secuencias pertenecen al cielo (pág. 5). Dios.
12. Ningún hombre es más infeliz que 12. La mayor aflicción del cosmos
el que nunca ha sufrido adversidad consiste en no tener nunca aflicciones.
alguna: la mayor aflicción de la vida es Ix>s mortales tan sólo aprenden la
no haber estado nunca afligido (pág. 6). sabiduría a través de la experiencia
de las tribulaciones.
13. Las estrellas se pueden ver desde el 13. Las estrellas se disciernen mejor en
fondo de un profundo pozo cuando no aislamiento solitario de las profundidades
se pueden distinguir desde la cima de una experienciales, y no desde las cimas
montaña. De la misma forma se aprenden iluminadas y estáticas de las montañas.
muchas cosas en la adversidad sobre las
que el hombre próspero no ha soñado
nunca (pág. 6).
14. El consejo y la reprensión requieren 14. Estimulad el apetito por la verdad
de la máxima delicadeza: las verdades de vuestros asociados; ofreced consejo tan
dolorosas deberían ser dichas en los tér­ sólo cuando se os pide.
minos más suaves, y ser expresadas no más
de lo necesario para que surtan el efecto
adecuado. Un hombre cortés mezclará lo
conciliador con lo ofensivo: el halago con
la censura: la deferencia y el respeto con la
autoridad de la admonición: en la medida
que se pueda hacer en coherencia con la
probidad y el honor. La mente se revuelve
contra todo poder crítico que expresa orgullo
o placer cuando encuentra una falta; pero
el consejo, despojado de la dureza, y conser­
vando la sincera calidez de la verdad, es
como la miel en el borde de un vaso lleno
de hiel. -Incluso esto a veces es insuficiente

366
Edwards LU

para disfrazar la amargura del trago.


Dad a lodos los hombres vuestro oído,
pero a pocos vuestra voz; aceptad la censura
de cada hombre, pero reservad su juicio.
Dar consejo a veces sólo es mostrar
nuestra sabiduría a expensas de otro (pág. 9).
15. Toda afectación es el vano y ridículo 15. La afectación es el esfuerzo ridícu­
intento de los pobres de parecer ricos. lo de los ignorantes por parecer sabios, el
(pág. 9) intento del alma estéril por parecer rica.
16. La adversidad es el juicio de los 16. No podéis percibir la verdad espiri­
principios. -Sin ella el hombre apenas tual hasta que no la experimentéis con
sabe si es honesto o no (pág. 6). los sentimientos, y muchas verdades no
Lo que no entendéis cuando leéis, lo son realmente sentidas excepto en las ad­
comprenderéis el día de vuestro castigo; versidades.
porque muchos secretos de la religión no
son percibidos hasta que son sentidos, y
no serán sentidos salvo en el día de la
adversidad (pág. 11).
17. No debemos estar tan absorbidos 17. La ambición es peligrosa hasta que
en la búsqueda de la verdad como para no se la socializa plenamente. No habréis
descuidar las necesarias obligaciones de la adquirido en verdad virtud alguna hasta
vida activa; porque es sólo la acción la que que vuestras acciones no os hagan mere­
da un auténtico valor y elogio a la virtud cedores de ella.
(pág. 4).
18. La ira es como una piedra atrojada 18. La impaciencia es un veneno del
a un nido de avispas. espíritu; la ira es como una piedra arrojada
a un nido de avispas.
19. Alegrémonos, recordando que las 19. Abandonad toda ansiedad. Los
desgracias más difíciles de soportar son desencantos más difíciles de soportar son
las que nunca llegan (pág. 4). los que no llegan nunca.
20. No encontraréis poesía en ningún 20. Sólo un poeta puede discernir
lugar a no ser que la llevéis dentro de poesía en la prosa común de la existencia
vosotros (páginas 28 y 488). rutinaria.
21. El mayor problema de todo arte es 21. La misión elevada de todo arte es,
provocar a través de su aspecto la ilusión mediante sus ilusiones, anticipar una rea­
de una realidad superior. lidad universal más elevada, cristalizar las
emociones del tiempo en el pensamiento
de la eternidad.

367
Edwards LU

22. \ o es lo que hace el hombre lo 22. El alma en evolución no se vuelve


que lo exalta, sino lo que debe hacer. divina por lo que haga, sino por lo que
trata de hacer.
23. ? 23. La muerte nada agregó a la pose­
sión intelectual ni a la dote espiritual, pero
agregó al estado experiencial la conciencia
de la supervivencia.
21 Los actos de esta vida son el 24. El destino de la eternidad está
destino de la siguiente (pág 5). determinado de momento en momento
Actuad bien en el presente, y habréis por los logros del vivir de día en día. Las
ejecutado una buena acción para toda la acciones de hoy son el destino de
eternidad (pág. 4). mañana.
25. La grandeza reside no tanto en ser 25. Ixi grandeza yace no tanto en
fuerte, sino en el uso correcto de la fuerza. poseer fuerza como en hacer un uso sabio
-Brvant (pág. 249). [En la página 251, la y divino de dicha fuerza.
misma declaración se atribuye a l lenry
Ward Beecher.l
26. Si vais a saber profundamente de 26. El conocimiento tan sólo se posee-
todo, enseñadlo a los demás. -Tryon si se lo comparte; está protegido por la
Edwards (pág. 333) sabiduría y es socializado por el amor.
27. La individualidad es la marca del 27. El progreso exige el desarrollo de
genio o a la inversa. Ui mediocridad la individualidad; la mediocridad busca la
busca la seguridad en la estandarización perpetuación en la estandarización.
(pág. 302).
28. El que basa su argumento con 28. La defensa argumentativa de cual­
ayuda del mido y de órdenes, demuestra quier posición es inversamente proporcio­
que su razón es débil (pág 29). nal a la verdad que contiene.

Quizá los lectores que tengan acceso al libro de Edwards puedan mejorar los
anteriores paralelismos y encontrar las fuentes para las declaraciones (3 y 23 del
Libro de (Jrantia.
¿Por qué, en el nombre de los Más Elevados, los instructores del primer mundo
de estancia consultaron una antología urantiana de citas de muy poca categoría
y luego volvieron a escribir los 28 aforismos más aburridos del libro, todos de las
primeras 33 páginas de la antología, para usarlos como modelo de enseñanza a
las personalidades urantianas recién llegadas? ¿Qué es más evidente? ¿Que un ar­
cángel de N'ebadón informara fielmente lo que los seres superiores de otro pla­
neta estaban enseñando a los primeros urantianos o que Sadler o algún otro po-

368
severa una edición de The Didionaiy o f Thoughts y redactara de nuevo las 28 ci­
tas que le gustaban particularmente pero que se cansó de copiar después de exa­
minar las primevas 33 páginas de la antología?

* * *

En las páginas 1.728-1.733 del LU aparecen dos discursos de Jesús que resumen
la «verdadera religión». Como Block fue el primero en descubrir, parece como si
Jesús hubiera mirado en el futuro para leer un libro escrito en 1904 por Auguste
Sabatier. un teólogo protestante de la Universidad de París. Lo que nos enseña Je­
sús, afirma el LU, es que la verdadera religión es la del Espíritu, basada en la ex­
periencia humana, no en la autoridad de dogmas del pasado como la religión de
los fariseos. La frase «la religión de la autoridad» la utiliza Jesús más de diez veces
en sus dos breves discursos. De las religiones de autoridad, dice, hay que progre­
sar a las libertades de una «religión del espíritu... completamente basada en la ex­
periencia humana».
Precisamente éste es el tema central, incluyendo las mismas frases, de la obra
ile Sabatier. En efecto, el título de su libro es Religions ofAuthoriíy and the Re­
ligión o í the Spirit. Su libro ataca a las dos religiones de autoridad, la católica
romana y la protestante. Por supuesto. Jesús no podía estar criticando esas dos
creencias religiosas, pero su ataque al autoritarismo de los escribas es esencial­
mente el mismo.
«Todavía se enfrentan los dos sistemas teológicos -escribe Sabatier en su pre­
facio-, la teología de autoridad y la teología de la experiencia». Llama a esta úl­
tima «la religión del Espíritu». El evangelio enseñado por Jesús, escribe (283), «im­
plica la abolición de las religiones de autoridad e inaugura como una realidad
la religión del Espíritu». La autoridad de la última cede el paso a la «santidad y
al amor».
Sabatier (369 y ss.) distingue tres etapas en la evolución religiosa. Como Block
reconoce, se corresponden con las «tres manifestaciones del impulso religioso» en­
señadas por Jesús en la página 1.728 del LU. La primera etapa de Sabatier es una
adoración no civilizada a la naturaleza en la cual el hombre teme a «los poderes
misteriosos». El LU la denomina «temor* a las «energías misteriosas». La segunda
etapa es una etapa civilizada gobernada por la mente. Las supersticiones ceden
el paso a las leyes morales y dogmas religiosos -la era de la teología racional y de
la autoridad de la iglesia. Ira tercera etapa, iniciada por Jesús, es la fe no obliga­
toria en Dios Padre, junto con el amor del prójimo. Sabatier califica a esta etapa
como la «maravillosa misión» de esta religión. Jesús en el LU la llama «visión de la
bondad y belleza del carácter infinito del Padre en el cielo -la religión del espíritu
tal como es demostrada en la experiencia humana».

369
¿Es necesario apuntar que esta deuda con el libro de Sabatier arroja graves du­
das sobre la exactitud de la vida de Jesús del Li ? No es sólo que los autores del
LU hayan copiado los textos de otros autores, ¡sino que la copia se pone en boca
del mismo Jesús!
The Life o í Chríst, escrita por Ernest DeWitt Burton y Shailer Mathews (Uni-
versitv oí Chicago Press, 1901). fue utilizada de forma asombrosa por el autor de
los documentos sobre Jesús. Como Block ha apuntado, sólo se han copiado los tí­
tulos de sección y de capítulo: «El hombre de la mano seca» (LU 1.664), «La pro­
pagación de la fama de Jesús» (LU 1.668). «Más parábolas junto al mar» (LU 1.693),
«La crisis en Capernaum» (LU 1.707), «La mujer adúltera» (LU 1.792) y «El discurso
sobre la libertad espiritual» (LU 1.796).
El motivo por el cual el autor de los documentos de Jesús sólo se apropió de los
títulos es difícil de entender. Más curioso todavía es el hecho de que sólo consultó
la primera edición del libro. En la edición revisada en 1927 los autores eliminaron
todos los anteriores títulos excepto el de la mujer adúltera. Mathews escribe en el
prefacio: «Los títulos de las secciones también han sido cambiados en interés de un
análisis más sencillo del relato de la obra y de las palabras de Jesús, así como de su
influencia religiosa e ideales». Por alguna razón, el autor del LU no pensó que fuera
necesario comprobar la versión revisada que le hubiera proporcionado tal aclaración.
¿Podría ser que el autor sólo hubiera tenido acceso a la edición de 1901?
Sabemos que Sadler estaba familiarizado con los escritos de Burton porque cita
el libro Source Book for llie Study o f the Teachings o f Jesús (1928) de éste en su
bibliografía, al final del capítulo sobre terapia religiosa, de Theory and Practico of
Psychiatry,

Dos libros muy leídos en la época, escritos por Walter E. Bundy, un profesor de Bi­
blia inglesa en DePauw University, influyeron considerablemente en el Documento
196 final del LU. Los libros eran The Religión o f Jesús (Bobbs-Merrill, 1928) y Our
Recovety o f Jesús (misma editorial. 1929). Block estima que aproximadamente el
noventa y cinco por ciento del preámbulo del Documento y las dos primeras sec­
ciones proceden de esos dos libros. «Las últimas secciones difieren en tono y en
contenido -añade Block-, y pueden ser originales de los seres intermedios.»
En los años veinte, la frase «experiencia religiosa» era muy popular entre los au­
tores de libros de religión. Bundy la ha debido usar más de un millar de veces. Wi-
lliam James tituló su libro clásico sobre religión The Varieties of Religious Expe-
rience. William Ernest I locking tituló su libro principal sobre religión The Meaning
o f God in Human Experience (1912). La frase se emplea repetidamente en los do­
cumentos sobre Jesús, especialmente en el Documento 196.

370
A los urantianos les gusta citar la siguiente frase de la página 2.091: «Podéis
predicar una religión sobre Jesús, pero, por fuerza, debéis vivir la religión de Jesús».
En la página 2.090 el LU recomienda que la «religión sobre Jesús» tiene que ser
reemplazada por la «religión viviente de Jesús». En la página 2.089 podemos leer:
«Jesús no requiere que sus discípulos crean en él sino más bien que crean con él».
Esta distinción entre la religión sobre Jesús y la religión de Jesús aparece una y
otra vez en los dos libros de Bundv. Citaré unos pocos ejemplos, manteniendo en
cursiva el original como he hecho con las citas del LU.
De The Religión oí Jesús:
«El cristianismo histórico ha exigido en primer lugar compartir l¿i fe sobre Je­
sús en lugar de compartir la propia fe personal en Jesús» (253).
«Jesús no exigió que sus seguidores creyeran en él, sino que creyeran con él»
(264).
«El cristianismo desde el momento de su nacimiento fue una religión sobre Je­
sús en lugar de una religión ele Jesús» (277).
«Una religión sobre Jesús puede encajar en los piadosos patrones del pasado...
pero sólo la religión de Jesús puede recomendarse y probarse en la vida y expe­
riencia de los hombres modernos» (325).
«La esperanza del cristianismo... no es una restricción rigurosa de lo que se puede
o no creer sobre Jesús, sino que es una versión sin reserva de todas nuestras fuer­
zas para creer con él» (329).
«Jesús no sólo desafiaba a sus seguidores a creer lo que él creía, sino también
a creer como él creía» (264). La frase del LU (2.089) es sumamente aproximada:
«Jesús desafió de forma enternecedora a sus seguidores, no sólo a que creyeran lo
que él creía, sino también a que creyeran como creía él.»
«La idea común es que Jesús fundó una religión -el cristianismo. Pero es me­
jor decir: Jesús se convirtió en una religión» (277). El LU (2.092) lo dice de esta
forma: «Pero el error más grande se cometió cuando, aunque se reconocía que el
Jesús humano tenía una religión, el Jesús divino (Cristo) se convirtió, prácticamente
de la noche a la mañana, en una religión». No veo mejora alguna en la forma que
el LU amplía a Bundy.
De Our Recovery o í Jesús, de Bundy:
«El cristianismo es una religión sobre Jesús que prácticamente ha oscurecido
totalmente la visión cristiana de la religión de Jesús» (2)
«¿Es una religión sobre Jesús, como ha sido siempre el cristianismo, la que sur­
tirá el cuerpo de nuestra fe, o vamos a convertirnos a la religión de Jesús?» (7).
«Él (Jesús] no pidió que sus discípulos creyeran ciertas cosas acerca de él, sino
que creyeran con él... No es difícil creer en Jesús, pero creer con él, creer qué y
cómo creía... es una tarea religiosa que bebe de las más profundas fuentes de la
vida humana» (10).

371
El LU (2.092) reseña palabras duras a Pablo por haber reemplazado la religión
de Jesús por una religión sobre Jesús. Lo que también resalta Bundy. En su libro
Our Recoven' o í Jesús, describe la religión de Pablo como «un mundo diferente»,
«bastante distinto de la experiencia religiosa de Jesús», y «En la experiencia cris­
tiana de Pablo el Cristo de la fe, no el Jesús de la historia, es la autoridad religiosa
suprema» (32).
En la página 2.093 del LU leemos: «Jesús no compartía la opinión pesimista de
Pablo sobre la humanidad... consideraba al hombre de forma positiva, no negativa.
Veía a la mayoría de los hombres más como débiles que como malvados, más con­
fundidos que depravados».
Compárese lo anterior con las palabras de Bundy en las páginas 170-171 de
Our Recoven>of Jesús:
«El [Jesús] no compartía ese pesimismo cristiano concerniente a la humani­
dad que ha fluido como una fuerte corriente desde el pensamiento de Pablo ha­
cia el presente... La apreciación de Jesús de la humanidad es positiva, no nega­
tiva... Jesús se basó en la presunción de que los hombres son débiles y no
malvados... Jesús encontró a los hombres más confundidos y distraídos que de­
pravados y condenados.»
Muchas otras frases del Documento 196 también proceden de Bundy. La pri­
mera frase de The Religión oíJesús es «Jesús era un galileo de Dios». El LU (2.088)
llama a Jesús «Galileo de Dios». Bundy escribe {Our Recoven ofJesús, página 16):
«Él [Jesús] era uno de ellos, un laico». El LU (2.090-2.091): «El pueblo lo escuchaba
con deleite, porque él era uno de ellos, un laico sin pretensiones».
EJ autor del Documento 196 (LU2.089) escribe: «Jesús desafió de forma enter­
oecedora a sus seguidores, no sólo a que creyeran lo que él creía, sino también a
que creyeran como creía él. Éste es el significado pleno de su requisito supremo:
“Sígueme”». Bundy expresa lo mismo de la siguiente manera (Our Recovery of Je­
sús, página 10): «Jesús no requirió credo... ni confesión alguna a sus discípulos. E]
gran mandamiento de Jesús era “Sígueme”».
En la página 2.089 del LU hay dos párrafos que explican que la fe de Jesús
en Dios era como la de un hijo que confía en sus padres. Las frases proceden
de un capítulo de 20 páginas del libro The Religión o í Jesús de Bundy titulado
«Tlie Child Mind» (218 y ss.). E) LU también Dama a la mente de Jesús «mente
de un niño». Bundy escribe: «Una característica definitiva de la mente del niño
es la falta singular de pretensión» (226). El LU dice: «No hubo ninguna preten­
sión de titubeo en su experiencia religiosa». Bundy resalta el sentimiento del niño
por las «maravillas del mundo», y cómo ese «mundo maravilloso» es parte de to­
das las experiencias religiosas. El LU habla de la respuesta del niño a las «ma­
ravillas de) universo». Bundy resalta la «confianza sin reservas» del niño. El LU
habla de «la confianza pura de un niño». Bundy hace hincapié en el «sentido de

372
seguridad» del niño. El LU habla de la «certeza de una absoluta seguridad per­
sonal». Bundy enfatiza el «saludable y alegre optimismo» del niño. El LU men­
ciona el «optimismo sincero».
* *

De todos los libros de su lista de 1993, Block piensa que uno de «los más utiliza­
dos» por los autores del LU fue Orígin and Evolution o f Religión de E. Washburn
Hopkins (Vale Universily Press, 1923). Todo el Documento 85, afirma con preci­
sión, «está tomado directamente ele los ocho primeros capítulos del libro, corres­
pondiéndose cada sección del documento casi exactamente con un capítulo del
libro». Támbién se ha incorporado material procedente de Hopkins en los Docu­
mentos 86 al 90, y en el Documento 92. «El preámbulo y la sección I del Docu­
mento 104 -escribe Block- están tom¿idos directamente de los capítulos de Hop­
kins sobre T h e Triad”, T h e Hindú Trinity”, T h e Buddhistic Trinity” y T h e Christian
Trinily”». El constante énfasis del LU en la evolución de las religiones es el con­
cepto central del libro de Hopkins.
La extensión de Ja deuda del LU a Hopkins es en efecto asombrosa. No sólo
son hechos e ideas libremente apropiados, sino que con frecuencia se copian fra­
ses completas. Éstos son algunos ejemplos:
«El hombre ha adorado torio lo que hay sobre la tierra, incluyéndose a sí
mismo» (Hopkins, página 13). «En uno u otro momento el hombre mortal ha ado­
rado todo lo que se encuentra sobre la faz de la tierra, incluyéndose a sí mismo»
(LU 944).
«Actualmente los habitantes de Kateri, en el sur de la India, adoran una pie­
dra... y en el norte de la India... Jacob después de usar una piedra como almohada
la ungió y Raquel ocultó piedras en la tienda» (Hopkins, páginas 14-15). «Hoy los
katerinos del sur de la India adoran una piedra... y en el norte de la India. Jacob
durmió sobre una piedra porque la veneraba; hasta llegó a ungirla. Raquel ocul­
taba una cantidad de piedras sagradas en su tienda» (LU 944).
«[...] Un grupo de cinco piedras en la India, treinta en Grecia» (Hopkins, página
16). «En la India, se reverenciaba un grupo de cinco piedras; en Grecia, era un ra­
cimo de treinta» (LU 945).
«La ceremonia de arrojar una piedra entre los romanos implicaba la invocación
a Júpiter... Támbién podemos mencionar la práctica común en la India de tomar
una piedra como testigo. Si se desea llevar a un ofensor a la corte, se toma una
piedra y se llama a un oficial» (Hopkins, página 17). «Los romanos siempre arro­
jaban una piedra al aire cuando invocaban a Júpiter... En algunas regiones la pie­
dra se puede emplear como talismán de la ley, y por su prestigio un criminal puede
ser llevado a la corte» (LU 945).

373
«La nariz y las orejas no se perforaron al principio para llevar pendientes, sino
que los pendientes se llevaban para mantener abiertos los agujeros» (Hopkins, pá­
gina 18). «No se perforaban las orejas para llevar piedras, pero sí se colocaban pie­
dras dentro del oído para mantener el orificio auditivo abierto» (LU945).
«Los finlandeses los consideran [a los espíritus del árbol] bondadosos... mien­
tras que en Suiza los espíritus del bosque son engañosos» (Hopkins, página 25).
«Los finlandeses creían que la mayoría de los árboles estaban ocupados por espí­
ritus bondadosos. Ix>s suizos por mucho tiempo desconfiaron de los árboles, cre­
yendo que contenían espíritus engañosos» (LU 945).
«En la India moderna y en Africa... el arco iris es una serpiente celestial» (Hop-
kins, página 51). «Tanto en la India como en África [el arco iris] se considera una
gigantesca serpiente celestial» (LLr947).
«La adoración del fuego, que alcanzó su punto culminante en la antigua Per-
sia... las vírgenes vestales cuya principal obligación era atender el fuego» (Hopkins,
páginas 49-50). «Di reverencia al fuego llegó a su máximo en Persia... Las vírgenes
vestales tenían el deber de vigilar los fuegos sagrados» (LU 947).
«La adoración a la Luna... es probablemente más antigua que la adoración al
Sol porque pertenece más a la etapa cazadora que a la agricultora» (Hopkins, pá­
gina 55). «La adoración de la Luna precedió a la adoración del Sol. La veneración
de la Luna llegó a su máxima expresión durante la era de caza, mientras que la
adoración del Sol se volvió la ceremonia religiosa principal en las eras agrícolas
subsiguientes» (LU 947)
«El salvaje... no hace una distinción clara entre las categorías de bestia, hombre
y dios» (Hopkins, página 67). «El salvaje de mente sencilla no hace una distinción
clara entre bestias, hombres y dioses» (LU 948).
Lo anterior sólo representa unos cuantos de los cientos de paralelismos que se
pueden encontrar entre las páginas de Hopkins y el Documento 85, del que se
dice que está presentado por una Estrella Brillante Vespertina de Nebadón. De­
bería resultar obvio que la Estrella Brillante Vespertina era alguien que tenía el li­
bro de Hopkins delante de él, y que simplemente resumió, con frecuencia emple­
ando frases y palabras idénticas, los ocho primeros capítulos de la obra de Hopkins.
Si la Estrella Vespertina hubiera sido en verdad un ser celestial, seguramente ha­
bría hecho mucho más que resumir y reescribir los escritos de un profesor de Yale
de sánscrito y de filología comparada. ¿No hubiera sido más honesto que esta su­
puesta Estrella Brillante Vespertina simplemente hubiera aconsejado a los uran-
tianos comprar y leer el libro de Hopkins, en lugar de atribuirse una erudición que
no posee? ¿Es justo no haber mencionado a 1lopkins como fuente?
Como Block percibe correctamente, el Documento 85 no es el único del LU
que ha robado a Hopkins. No cansaré al lector con demasiados paralelismos, pero
permítanme mostrar los siguientes ejemplos seleccionados al azar.

374
«Antes de que el sacrificio tuviera lugar, el salvaje se perdona automutilándóse...
como arrancarse el cabello, cortarse los dedos, extraerse los dientes» (Hopkins, pá­
gina 159). «Los primeros sacrificios eran actos tales como arrancarse los cabellos,
cortarse la piel, mutilaciones, extracciones de dientes y cortarse los dedos» (LU977).
«L1 motivo por el cual el Tres se ha convertido en un ‘número sagrado’ ha sido
desde hace mucho tiempo objeto de especulación. Una moderna teoría sugiere
que, como el hombre tiene tres articulaciones en los dedos... el tres se convirtió en
la base del orden y, por consiguiente, en sagrado» (Hopkins, página 291). «Las ideas
de las triadas surgieron de muchas relaciones sugestivas pero principalmente de­
bido a las tres articulaciones de los dedos» (LU 1.143).
«Es cierto que pensamos en triadas... ayer, hoy y mañana... amanecer, mediodía,
atardecer... padre, madre, hijo» (Hopkins, página 291). «El hombre generalmente
tiende a pensar en triadas: ayer, hoy y mañana; amanecer, mediodía y atardecer,
padre, madre e hijo» (LU 1.143).
«El fantasma chino se aplaca por medio de una triple ablución de agua... el ca­
dáver exige el enterramiento a los tres días» (Hopkins, página 293). «Los muertos
se entierran al tercer día, y el fantasma se aplaca mediante tres abluciones de agua»
(LU 1.143).
La explicación de los fetiches del Documento 88 está tomada en gran parte de
1lopkins. Citaré sólo unos cuantos ejemplos. Hopkins escribe (pág. 119): «Todas esas
partes del cuerpo que parecen tener vida propia... entre ellas las uñas y el pelo-
son particularmente aptas para ser consideradas como fetiches». El LU (968)dice:
«Ciertas partes del cuerpo se consideraban fetiches potenciales, particularmente
el pelo y las uñas.»
Hopkins (135): «Más general es el ritual que implica la expulsión de saliva. Se
escupía tres veces para ahuyentar el mal o un espíritu... Se escupía a una persona
para alejar a los diablos... en algunas tribus africanas el anfitrión escupe sobre el
huésped que se marcha como un cumplido». LU (968): «La saliva era un fetiche
poderoso; se podía ahuyentar a los diablos escupiendo sobre la persona. Era un
gran cumplido que un anciano o un superior le escupiera a uno».
A la vista de las grandes deudas contraídas por el LU con respecto a Hopkins
no es de extrañar que Sadler, al final de su capítulo «Religious Therapy», de Theo-
ry and Practice of Psychiatry, incluyera el libro de Hopkins como una referencia
importante.

En las páginas 1.954-1.955 del LU se nos dice que la paz interior que Jesús ofrece
a sus seguidores es superior a la paz proporcionada por el estoicismo y optimismo.
«Cierta medida de estoicismo como de optimismo resulta útil en el curso de la vida

375
en la tierra, pero ninguno de los dos tiene nada que ver con esta paz excelsa que
otorga el Hijo de Dios a sus hermanos en la carne.» Block cree que el párrafo an­
terior está basado en las páginas 101-102 de The Autobiographv o í a Philosopher
(1930) de George Palmer.
Palmer era un profesor de filosofía de Harvard, muy conocido por sus libros de
ética y por su traducción al inglés de La Odisea de I lomera. Era un devoto angli­
cano, aunque lo suficientemente liberal como para abandonar doctrinas como el
nacimiento virginal de Cristo en María y para sentirse repelido por leyendas del
Nuevo Testamento tales como la de Jesús maldiciendo a una higuera porque es­
taba yerma. En su pequeño libro autobiográfico. Palmer distingue la paz del cris­
tiano de «dos formas inferiores de atrevimiento» -el estoicismo, que «rehúsa sen­
tirse abrumado» por ningún desastre, y el optimismo extremo, qúe considera que
todo lo que sucede es lo mejor. Sin embargo, no hay ningún ejemplo en el LU de
frases copiadas de Palmer.
Podemos tener la seguridad de que los puntos de vista de Palmer fueron la fuente
de los comentarios del LU sobre el estoicismo y optimismo porque el mismo Sad-
ler menciona a Palmer en su Theóry and Practico o f Psychiatry, libro escrito a me­
diados de los años treinta. Esto es lo que Sadler escribe sobre Palmer en la pá­
gina 1.115:

De todos los filósofos modernos más conocidos cuyas creencias pueden definitiva­
mente ser incluidas en esta categoría de I lijo Divino, el más destacado es el profe­
sor George Iíerbert Palmer, profesor de filosofía en la Universidad de Harvard. El
profesor Palmer resalta definitivamente la conciencia del Hijo Divino como un con­
cepto central de su credo personal. Cree que la moralidad consiste en «la plenitud
de la autorrealización».
Después de descartar el estoicismo y el optimismo. Palmer adopto como tema
central de su filosofía personal «la idea de la paternidad de Dios», y elaboró este con­
cepto hasta que llegó, en su sistema de creencias, a abarcar las siete características
siguientes:
1. Compañerismo -asociación consciente en la familia universal.
2. Curación del miedo -la finalización del temor morboso.
3. El destierro del remordimiento.
4. l a eliminación de la dureza y de los sentimientos de esclavitud del sentido
del deber.
5. El aumento del sentimiento de seguridad.
6. El desarrollo de la paciencia -liberación de la tensión del tiempo.
7. Salvación del fatalismo.
La filosofía de Palmer se puede resumir en su conclusión de que en la religión
el hombre mira a Dios, mientras que en la moral el hombre mira a sus iguales.

376
¿Qué es más verosímil, que un ser intermedio celestial haya estudiado a Palmer,
o que Sadler admirara a Palmer e introdujera en el LU esta distinción entre la paz
cristiana y la paz inferior de los estoicos y optimistas?
•M-

No hay ni la más ligera duda de que el «Mensajero Poderoso asignado a Nebadón»,


que escribió el Documento 42 «a solicitud de Gabriel» (LU 484), consultó deteni­
damente The Aichitecture o f the Universo (1934). Este libro fue escrito por William
Francis Cray Swann, físico del Franklin Institute. En las páginas 479-480 del LU, en
una sección titulada «La filosofía natural», el Mensajero Poderoso habla de un «fa­
moso maestro religioso» que mantiene que el siete era el número fundamental en
la naturaleza porque hay siete orificios en la cabeza humana -ojos, ventanas de la
nariz, oídos y boca. Si ese hombre hubiera silbido de química, continúa el LU, hu­
biera basado su creencia en una base más firme: cuando los elementos básicos «se
ordenan según pesos atómicos», sus propiedades se clasifican en grupos de siete.
En un capítulo titulado «Progress of Natural Philosophv». Swann cuenta cómo
Francesco Sizzi. un eminente contemporáneo católico de Galileo, sostuvo que el
siete es un número fundamental en la naturaleza que se demuestra en los siete
orificios de la cabeza. Podía haberlo hecho mejor, escribe Swann, si hubiera co­
nocido que las propiedades de los elementos químicos se clasifican en grupos de
siete «cuando se ordenan según sus pesos atómicos» (página 4).
Como Block indica, «muchas de sus estimaciones [de Swann] sobre la tem­
peratura, tamaño y distancia relacionadas con los cuerpos intraatómicos y astro­
nómicos se utilizan en El Libro de Urantia al igual que varias de sus analogías e
ilustraciones». Block cita este ejemplo:

Si magnificáramos la masa de la materia hasta el punto de que un electrón equi­


valiera a un décimo de una onza [2.8 gramosl, su tamaño se magnificaría propor­
cionalmente, y el volumen de dicho electrón llegaría a ser tan grande como el de la
Tierra. Si aumentáramos el volumen de un protón -mil ochocientas veces más pe­
sado que un electrón- hasta el mismo tamaño de la cabeza de un alfiler, en com­
paración. la cabeza de un alfiler alcanzaría un diámetro igual al ele la órbita de la
Tierra alrededor del Sol (L U 477).

Éstas son las frases paralelas de Swann:

La masa del electrón es tan pequeña que si se pudieran magnificar todas las ma­
sas para que el electrón alcanzara una masa de un décimo de onza, ese décimo de
onza podría, en la misma escala de magnificación, ser tan pesado como la Tiena.

377
Entonces tenemos el protón -la unidad fundamental de carga positiva-, 1.800
veces más pesado que el electrón, pero 1.800 veces más pequeño en tamaño, de tal
forma que si se magnificara al tamaño de la cabeza de un alfiler, esa cabeza del al­
filer podría, en la misma escala de magnificación, alcanzar un diámetro igual al de
la órbita de la Tierra alrededor del Sol (páginas 44-45).

Obsérvese que el Mensajero Poderoso comete un pequeño error al copiar de


Swann. Dice que el electrón magnificado tendría un volumen igual al de la Tierra
cuando debería haber dicho masa. Sería tan masivo como la Tierra, no del mismo
tamaño. Por otro lado, Swann comete un monumental error cuando dice que el
tamaño del protón es 1.800 veces más pequeño que un electrón -un error que el
LU no repite.

Precediendo al párrafo citado arriba del LU, está este otro:

Cada átomo tiene un diámetro apenas por encima de 1/40.000.000 de centímetros,


mientras que un electrón pesa poco más de 1/2.000 parte tlel átomo más pequeño,
el hidrógeno. El protón positivo, característico del núcleo atómico, aunque puede
no ser más grande que un electrón negativo, pesa casi dos mil veces más. (L U 477)

En la primera edición del LU. el autor había escrito «menos» en la segunda línea
cuando la palabra debería haber sido «más». Alguien corrigió el error en la segunda
edición del LU, y en la última línea se cambio «de dos a bes mil» a «casi dos mil».
En el artículo «Some I Iuman Sources of The Urantia Book» publicado en el pe­
riódico urantiano The Spiritual Fellowship (primavera 1993, páginas 9-13), Block
cita el siguiente pasaje de Swann que explica la disposición de los elementos quí­
micos en la tabla periódica:

Comenzando por uno de ellos, y observando alguna propiedad como el punto de


fusión, por ejemplo, la propiedad cambiaría cuando recorremos la fila, pero cuando
continuamos, gradualmente regresa a una condición muy similar de la que empe­
zamos; y, mientras continuamos nuestro viaje por la fila, la misma historia se repite
una y otra vez. El octavo elemento era en muchos aspectos como el primero, el no­
veno como el segundo, el décimo como el tercero, y asi sucesivamente. Este estado
de acontecimientos no apunta sólo a una estructura interna variada, sino también
a una cierta armonía en la sugestiva variación de algún plan organizado al construir
el átomo (página 64).

El Mensajero Poderoso parafrasea a Swann (LU 480) de la siguiente manera:

378
Comenzando con un elemento, después de notar una propiedad, dicha cualidad
cambiará en los seis elementos consecutivos, pero al llegar al octavo tenderá a re­
aparecer. o sea. que el octavo elemento químicamente activo se asemeja al pri­
mero. el noveno al segundo y así sucesivamente. Este hecho del mundo físico in­
dica sin lugar a dudas la constitución séptuple de la energía ancestral e indica la
realidad fundamental de la diversidad séptuple de las creaciones espacio-tempo­
rales. El hombre también debería notar que existen siete colores en el espectro
natural.

En la actualidad, es habitual hablar de seis colores en el arco iris -tojo, naranja,


amarillo, verde, azul y violeta- en lugar de introducir el añil entre el azul y el vio­
leta. Pero los seres celestiales, como los adventistas del Séptimo Día, los ocultis­
tas, los numerólogos y los primeros Padres de la Iglesia tienen (como hemos visto)
una especial debilidad por el siete.
-X- -X

Todos los libros fuente de la lista de Block ya están descatalogados excepto el de


Breasted. Los ejemplares de segunda mano son difíciles de encontrar así como muy
caros, y con frecuencia difíciles de obtener por préstamo bibliotecario. En el mo­
mento en que estoy escribiendo este libro, no he visto todavía ejemplares de los
siguientes libros 1, 2, 7, 8, 10, 15, 1(5, de la lista que mencionaré a continuación.
La siguiente lista menciona sólo las fuentes que Block había descubierto hasta
1992. Aparecen en orden alfabético de autores. Después del título incluyo la parte
del LU que según Block está más influida por la fuente, que en muchos casos es
una copia casi literal.
1. Aston, W.G., Shinto: The Wav o f the Gods (1905). Documento 131. Block
comenta:

Frases de la traducción de Aston de la colección «Wa Rongo» de oráculos sintoís-


tas. ligeramente reescritas y parafraseadas, constituyen todo el resumen de Gañid
del sintoísmo.

2. Bishop, William Samuel, The Theology o f Personality (1926). Prefacio, sec­


ción 12: Documento 106, sección 8. Block escribe:

Aunque parece que no hay una copia superhumana de contenido, Bishop usa los
términos «trinidad», «triunidad» y. sorprendentemente, «Una Trinidad de Trinidades»
en la exposición de su teología constructiva. Estos términos están completamente
redefinidos en E l L ib ro de branda.

379
3. Brcasted, James Henry, The Dawn o f Conscience (1933). Documento 95.
4. Bundy, Walter E.. The Religión of Jesús (1928). Documento 196, preámbulo
y secciones 1, 2.
5. Bundy, Walter E„ Our Recovery o f Jesús (1929). Documento 196, preámbulo
y secciones 1, 2.
6. Burton, Emest DeWitt y Shailer Mathews, The Ufe of Christ (1927). Sólo el
capítulo y títulos de sección de la parte IV están tomados de este libro.
7. Carus, Paul, The Canon ofReason and Virtue: Being Lao-tzé’s Tao Teh Ring
(1913). Documento 94, sección 6; Documento 131, sección 8. «Esta traducción del
Tao te Ching -comenta Blocks- fue usada por los reveladores en la referencia al
taoísmo en las partes I, 111 y IV.»
8. Covvdry, E.V., editor, Human Biology and Racial Warfare (1930). Documento 51,
sección 4; Documento 65, sección 2; Documento 82, sección 6. Escribe Block: «Los
reveladores consultaron ensayos de Hrdlicka. Conklin y Davenport en sus exposiciones
de las diferencias de razas, los peligros y beneficios de las mezclas de tazas y la fac­
tibilidad de un modesto programa de eugenesia».
9. Edwards, Tryon, The New Dictionary ofThought (1957). Documento 48, sec­
ción 7.
10. Fosdick, Harry Emerson, The Hope o f the World (1933). Documento 131, sec­
ción 7. «La bondad es eficaz sólo cuando es atrayente» (LU 1.874) -dice Block-, es
la esencia del sermón de Fosdick T h e Fine Art of Making Goodness Attractive”».
11. Frost, Jr„ S.E., editor, The Sacred Writíngs of the World’s Great Religions
(1943). Documento 131.
Block comenta: «El LU parece usar las mismas traducciones de los escritos jai-
nislas, zoroastristas y confticianistas que Frost, así como la traducción de .Aston so­
bre Shinto. Existe una destacada superposición en los pasajes seleccionados en los
dos libros». Difiero de Block. Me parece que hay muy poca superposición, y sospe­
cho que el autor del Documento 131 consultó otra fuente distinta para las citas.
12. Hartshorne, Charles, Mans Vision of God (1941). Prefacio, sección 1.
13. Hpkins, E. Washburn, Origin and Evolution o f Religión (1923), documentos
85, 9, 92, 96, 104.
14. Jones, Rufus M„ The Inner Life (1916). Documento 107.
15. Jones, Rufus M., A Preface to Chnstian Faith in a New Age (1932), Docu­
mento 195, secciones 5-10. «Prácticamente cada párrafo de la sección 10, “El Fu­
turo" -escribe Block- está basado en la última mitad de este libro.»
16. Noble, Edmund, Purposive Evolution (1926). Documento 42, sección 11: Do­
cumento 116, sección 7.
Como Block señala, el capítulo 9 de Noble se titula «Cosmic Self-Maintenance:
The Universe as Purposive». La frase «automantenimiento cósmico» aparece en la
página 482 del LU, en la línea trece contando desde el final.

380
17. Osborn. I Ienry Fairfíeld, Man Rises to Pamassus (1928). Documento 64. sec­
ciones 2, 4; Documento 80, secciones 3, 8, 9. Block escribe: «Este libro parece ser
la fuente principal para la exposición del LU de las sucesivas razas humanas en
Europa desde los pueblos Foxhall a los neardenthales, los cromagnones y los an­
cestros de los nórdicos. El LU está de acuerdo con muchas de las cronologías geo­
lógicas, raciales y culturales de Osborn, y con sus caracterizaciones de las cultu­
ras de esos diversos pueblos. La exposición de Osborn de los bretones se reproduce
exactamente en la página 899 del LU.»
Block quizá haya exagerado la dependencia del LU en este libro de Osborn,
aunque en algunos lugares el LU puede estar en deuda con él. Por ejemplo, el LU
dice (899) que los bretones «aún mantienen piedras de trueno en la chimenea como
protección contra el relámpago». Osborn lo dice más claramente: «En muchas de
las chimeneas de los hogares bretones, estos antiguos celtas todavía cuelgan [amu­
letos] para alejar los rayos» (página 158).
18. Palmer, George Herbert, The Autohiography o í a Philosopher (1930). Do­
cumento 81, sección 1.
19. Sabatier, Auguste, Religions oíAuthority and the Religión oílhe Spirit (1904).
Documento 155, secciones 5, 6.
20. Svvann, W.F.G., The Architecture o í the Universo (1934). Documentos 41 y 42.
En la última de sus ediciones de 1992, Block estimó que los escritos publica­
dos antes de 1936 «forman la base de aproximadamente un tercio de las partes 1
y II [del LU], y al menos dos tercios de las partes 111 y IV». Está abrumado por la
«diáfana brillantez» con la que los reveladores fueron capaces de combinar el ma­
terial copiado con nuevas revelaciones que ellos solos podían proporcionar.
Block no está en absoluto preocupado por el hecho de que los autores del LU
violaran todas las leyes imaginables sobre propiedad intelectual de los Estados Uni­
dos. Por el contrario, está encantado. Éste es su comentario sobre dos pasajes del
libro de Swann:

Obsérvese el cuidado y la elegancia con que se repite el segundo pasaje. Aunque con­
serva bis estructuras sintácticas originales y usa palabras similares, el superhumano
presentador se aparta del tono especulativo de la última oración de Swann. insertando
en su lugar una declaración revelada de significación decisiva. Muchos otros ejemplos
de esta técnica aparecen en los libros que se enumeran a continuación: su efecto acu­
mulativo es verdaderamente asombroso. También son perceptibles otros patrones, igual­
mente ingeniosos, de referencia: se tratará de ellos en capítulos posteriores.

Se podrían dedicar también varias páginas a las similares declaraciones de los


adventistas del Séptimo Día esforzándose por justificar los abundantes plagios de
Ellen White. Ésta es una típica declaración de Neal Wilson de su artículo «This I Be-

381
Heve about Ellen G. White», citado por Douglas Hackleman en un ensayo todavía no
publicado que lleva por título «Dissecting Ellen G. White Apologetics» (1983):

Los profetas, antiguos o modernos, seleccionaron muy bien su material, Ellen White
empleaba autores de reconocida calidad... donde la ayudaban a completar lo ciue a
ella se le había mostrado como verdad, sabiamente los utilizaba; donde evidencia­
ban que no habían visto toda la verdad, ella claramente exponía los hechos tal como
le habían sitio revelados por el Espíritu Santo.

K # •*

Es curioso que el LU, que no tiene relación alguna con la doctrina oriental de la
reencarnación o con el misticismo hindú, relate cómo Jesús recorrió el oriente con
dos amigos de la India Oriental. Existe una abundante literatura ocultista que afirma
que Jesús visitó una vez la India. En 1908, la Yogi Publication Societe de Chicago
publicó Mystic Christianity, escrito por el yogi Ramacharaka, seudónimo de William
Walker Atkinson (1862-1932). Es posible que este libro haya ejercido alguna in­
fluencia sobre los documentos de Jesús del LU
El breve libro de W.W. Atkinson niega el nacimiento virginal de Jesús (se da por
supuesto que José fue su verdadero padre), pero acepta milagros tales como la re­
surrección de Lázaro y la conversión del agua en vino. Según Atkinson, después
de la muerte de Jesús, no fue su cuerpo físico el que se apareció a sus seguidores
sino su cuerpo «astral» espiritual. Un capítulo dedicado a la juventud de Jesús de­
fiende la teoría de la visita de Jesús a la India, Egipto y Persia cuando tenía veinte
años:

Leyendas ocultistas nos cuentan que Él despertaba un gran interés entre los habi­
tantes de cada país que visitaba, y que El también despertaba la más encarnizada
oposición entre los sacerdotes, y porque siempre se opuso al formalismo y a la prác­
tica sacerdotal, y deseaba conducir de nuevo a los hombres al Espíritu de la Verdad,
y alejarlos de las ceremonias y formas que siempre habían sonido para oscurecer y
nublar la Luz del Espíritu. Siempre enseñó la Paternidad de Dios y la Hermandad
del Hombre.

Hay otros paralelismos. En la página 20, Atkinson define a la estrella de Belén


como la conjunción de Saturno y Júpiter «en la constelación de Piscis», ocurrida
en el año 7 a.C. Sería interesante saber si Sadler conocía a Atkinson o si Atkin­
son alguna vez asistió al Forum.
Estaba navegando por Internet cuando supe por primera vez gracias a Stephen
Finían de la deuda del LU con respecto al libro The Bclieving World, un best-se­
ller muy popular en 1926 escrito por el periodista americano de origen inglés Le-
vvis Brovvne. Es imposible leer el relato del LU sin reconocer que Melquisedec de
Nebadón copió del ahora olvidado libro de Brovvne.
Brovvne escribe (110):
«Mitras llegó a ser el campeón más tenaz del dios solar en su guerra contra el
dios de la oscuridad, y el punto culminante de su cañera fue una pelea a vida o
muerte contra un mítico toro sagrado. Al matar finalmente a ese toro... Mitras fue
elevado a la morada de los Inmortales, y allí vivió como divino protector de todos
los fieles de la tierra.»
El LU (1.082) lo cuenta de esta forma:
«Mitras fue concebido como el campeón sobreviviente del dios solar en su lu­
cha contra el dios de la oscuridad. En reconocimiento de su matanza del loro sa­
grado mítico, Mitras fue transformado en inmortal y fue elevado a la posición de
intercesor para la raza humana ante los dioses de las alturas.»
Obsérvese la disposición paralela: «campeón del dios solar en su lucha [guerra]
contra el dios de la oscuridad». El único cambio de Melquisedec fue «guerra» por
«lucha». «Elevado» y «toro sagrado» son otras palabras copiadas.
En el párrafo siguiente, Brovvne nos cuenta cómo los devotos de Mitras le ado­
raban «tres veces al día» en «cuevas secretas», y el 25 de diciembre se cantaban
himnos, se realizaban ritos mágicos, se comía la carne de animales sacrificados
y se bebía su sangre. Esto les abriría las siete puertas cerradas con siete llaves.
El día del juicio final los malvados serán aniquilados y los redimidos vivirán para
siempre. Estas doctrinas de Mitras están estrechamente relacionadas con las pri­
meras creencias en el culto de Cibeles. Si leemos ahora lo que Melquisedec tiene
que decir acerca de Mitras, observaremos que es una paráfrasis de lo que Brovvne
nos dice.
Los urantianos pueden argüir que el revelador mejoró la redacción del libro de
Brovvne, pero esto está lejos de ser cierto. La explicación más sencilla es que el
mortal que escribió el Documento 98, creyendo que estaba transmitiendo a Mel­
quisedec, condensó y manipuló las frases de Brovvne para librarse de una clara
violación de las leyes de propiedad intelectual, o bien transcribió a partir de anti­
guas notas sin darse cuenta de las similitudes.
La breve exposición del LU del zoroastrismo (1.050) es otro ejemplo de la co­
pia del libro de Brovvne. Melquisedec enfatiza la influencia de esta religión sobre
«las lies grandes religiones» -judaismo, cristianismo y mahometanismo. Exactamente
los mismos comentarios aparecen recogidos en el libro de Brovvne en las páginas
216-219. En la página 1.051 el LU llama a la piedra Kaaba una «piedra oscura si­
tuada en cierto templo de la Meca». Brovvne (306) habla de «ese fetiche, esta pie-

383
dra oscura encerrada en un pequeño templo cuadrado llamada la Kaaba». Lewis
Brovvne no era ninguna autoridad en religión comparada. Cabría esperar que los
supermortales hubieran seleccionado sus textos de auténticos expertos.
En una de las cartas que I larold Sherman escribió a Harr>' Loose se menciona
el descubrimiento realizado por los miembros del Forum de que un documento
que Sadler había recibido supuestamente de los celestiales contenía una copia li­
teral de un pasaje de un libro escrito por Stuart Chase. Evidentemente, o bien el
pasaje o bien el documento completo fueron excluidos del LU. No he podido ve­
rificar este punto. Un veterano uranliano, que pide que su nombre no sea reve­
lado, ha confirmado la historia pero no recuerda el título del libro de Chase que
fue plagiado.

Grabados sobre la pared del memorial de Gandhi en la India están los que Ma-
hatma consideraba los Siete Pecados de la humanidad:

1. Riqueza sin trabajo.


2. Pkicer sin conciencia.
3. Conocimiento sin carácter.
4. Comercio sin moralidad.
5. Ciencia sin humanidad.
6. Adoración sin sacrificio.
7. Política sin principios.

En la página 2.086 del LU, en una sección sobre el futuro del cristianismo, en­
contramos:

El cristianismo se topa ante un gran obstáculo, porque se ha identificado en la mente


de todo el mundo como parte del sistema social, la vida industrial y las normas mo­
rales de la civilización occidental: así pues, el cristianismo parecería patrocinar, sin
intención, una sociedad que se tambalea bajo el yugo de tolerar una ciencia sin idea­
lismo, una política sin principios, una riqueza sin trabajo, un placer sin límites, un
conocimiento sin carácter, un poder sin conciencia, y una industria sin moralidad.

Podríamos argumentar que los supermortales deberían haber tenido la decen­


cia de mencionar los siete pecados de Gandhi. Quizá Block sea capaz de locali­
zar el libro del que se copiaron.

* #

384
En marzo de 1994, pregunté a Meredith Sprunger, uno de los principales defen­
sores del LU, qué pensaba sobre esta copia masiva. Me respondió por carta di­
ciendo que si los humanos hubieran escrito el LU, en efecto se hubiera sentido
molesto por los plagios. Pero como fueron los supermortales los que escribieron
el libro, no se siente en absoluto molesto por ellos. En efecto, añadió, es «una ex­
celente técnica para asegurar la comunicación relevante». Me recordó que los su­
permortales habían admitido abiertamente en el LU haber hecho uso de fuentes
humanas.
Los adventistas ahora admiten libremente que Ellen White también hizo uso
de fuentes humanas, guiada por los ángeles y por el Espíritu Santo para seleccio­
nar sólo los pasajes adecuados. He hecho todo lo que estaba en mi mano para
persuadir a Sprunger que investigue en la literatura adventista, pero hasta la fe­
cha no se ha mostrado interesado. Considerando las muchas creencias adventis­
tas del LU y el hecho de que los cuatro miembros principales de la Comisión de
Contacto fueron antiguos adventistas, da la impresión que esa terca negativa de
Sprunger de leer los libros de Ellen White puede estar peligrosamente cerca del
pecado de la ignorancia deliberada.
Block está convencido de que leer los libros fuente le ha ayudado a profundi­
zar en su comprensión del LU. Por este motivo espera que los demás urantianos
sigan su ejemplo. Incluso puede merecer la pena, sugiere, volver a publicar algu­
nos de los libros fuente cuyos derechos de autor hayan expirado.
Block pretende informar de sus continuas investigaciones en las principales re­
vistas periódicas urantianas, y finalmente escribir un libro sobre ellas. Podemos es­
tar seguros de que cuando mi libro esté publicado habrá encontrado, en su in­
cansable búsqueda, otras muchas fuentes, y que fortalecerá, no disminuirá, su fe
en que el LU ¡no pudo haber sido escrito por autores humanos!
Esto nos enfrenta con una cuestión intrigante que nunca podrá ser respon­
dida. ¿Quién fue o fueron los responsables de tantos plagios? Es posible que Sad-
ler, al igual que su antiguo gurú la hermana White, se creyera autorizado por
poderes superiores a copiar material sin mencionar a sus autores, pero estoy in­
clinado a pensar de otra forma. Aunque Sadler sin lugar a dudas corrigió todos
los documentos, es difícil creer que hubiera sido culpable de una práctica tan
ilegal.
Parece más probable que los miembros de la Comisión de Contacto y el Forum.
convencidos de que estaban divinamente «autorizados» para contribuir a la re­
dacción del LU, escribier n la mayoría si no todos los documentos. Al no ser es­
critores profesionales, no sabían que la ley obliga a un autor a citar las fuentes
cuando toma material, casi palabra por palabra, de otros libros publicados. Des­
pués pasaban su trabajo a Sadler, quizá subrepticiamente dejando los manuscri­
tos en su escritorio o incluso en la caja de seguridad de su banco en caso de te­

385
ner acceso a la llave. Esto explicaría las diversas anécdotas y la declaración de Sad-
ler de que nunca había comprendido cómo se escribían los documentos.
Quizá los miembros de la Comisión pensaron que Sadlcr no podía estar fami­
liarizado con todos los libros de los que se robó material. Sin embargo, cuando el
L U se envió a la imprenta en 1955, Sadler tuvo que haberse dado cuenta de que
tal robo había ocurrido. Esto explicaría los párrafos que aparecen en el LU en los
que los reveladores admiten haber utilizado libremente los escritos de otros auto­
res siempre que creían que sus ideas eran las adecuadas.
En resumen, Sadler no escribió el LU. Solamente lo corrigió y escribió partes
de él. Esto explicaría tanto los diversos estilos de los documentos como la ten­
dencia de Sadler, como editor, de introducir ciertas palabras y frases poco usua­
les de su preferencia. Hasta qué punto los documentos escritos por los miembros
del Forum fueron «verificados» al leerse a un Wilfred durmiente es otra pregunta
que nunca seremos capaces de responder. Parece bastante verosímil que a medida
que más y más urantianos llegaban a creerse ellos mismos bajo la influencia de
los seres intermedios y de los ajustadores del pensamiento, la verificación con Wil­
fred se hizo cada vez menos necesaria.
Si creemos a Harry Loose, Wilfred y su mujer se sintieron cada vez más frus­
trados y furiosos por la forma en que Sadler había tomado posesión de la crea­
ción del LU. de tal forma que el mismo Wilfred era cada vez más irrelevante con
relación al producto final. Creo que las personalidades secundarias de Wilfred fue­
ron las creadoras de los primeros documentos, especialmente aquellos que cubrían
la fantástica cosmología y politeísmo del LU Pero a medida que el LU aumentaba
de tamaño, y Sadler y los miembros de la Comisión de Contacto comenzaron a
sentirse «autorizados», el LU se convirtió en un producto de muchas manos -per­
sonas bien intencionadas que simplemente no se daban cuenta que de estaban
violando las leyes cuando robaban de libros publicados antes de 1955.
Cuando escribo este libro (1994), Block afirma haber descubierto muchas otras
fuentes adicionales del LU, pero como pretende escribir un libro sobre ellas, man­
tiene todo muy en secreto, tanto los autores como los libros. Se sigue sintiendo
cautivado por la forma tan inteligente de los supermortales de mejorar los párra­
fos que plagiaron. (Los adventistas afirman lo mismo con respecto a los préstamos
de Ellen White.) Es probable que pasen varias décadas, como en el caso de la se­
ñora White, antes de que la gama completa de plagios del LU se conozca. Para
repetir lo que he dicho antes, los urantianos han sostenido desde hace mucho
tiempo que ninguna persona ni ningún grupo pequeño de personas podía poseer
ese conocimiento tan amplio necesario para crear una obra tan compleja y volu­
minosa como el LU Tienen razón. No sólo el LU es la obra de muchas manos,
sino que incluso los autores de sus documentos robaron desvergonzadamente ma­
terial de los libros disponibles en su tiempo.

386
A pesar del hecho de que la Fundación podía haber sido demandada en 1955
por violación de derechos de propiedad intelectual -y que podía incluso ser de­
mandada hoy por haber robado de libros que todavía se encuentran bajo las le­
yes de copyright-, los fundamentalistas urantianos siguen utilizando lodo tipo de
excusas extrañas para justificar los robos. Un urantiano ha llegado incluso a de­
cir que los autores del LU pedían permiso a los autores humanos ¡después de que
hubieran ascendido a un mundo superior! «También pudieron haber obtenido el
“permiso” en un nivel subconsciente, superconsciente o incluso consciente» de ¡au­
tores vivos! (Cito de un mensaje en Internet.)
Otro urantiano ha escrito en la misma red: «Es fácilmente creíble que las cir­
cunstancias de la vida de Matthew Block han sido guiadas por la influencia será­
fica y su curiosidad avivada por la guía del espíritu, de tal forma que fue cap¿iz de
convertirse en el centro de esta serie de descubrimientos». En otras palabras, los
seres celestiales no hicieron nada «equivocado» al copiar, y es más, Block tiene que
ser elogiado por descubrir la habilidad con la que estos seres «mejoraron» los pa­
sajes robados.

387
XVII
Cismas encarnizados

A través de la historia, en todas las culturas, los movimientos religiosos más pronto
o más tarde desarrollan irreconciliables disputas internas. Las heréticas sectas cris­
tianas proliferaron en los siglos siguientes a la muerte de Jesús. La Iglesia católica
se escindió en las ramas oriental y occidental. El mayor cisma fue por supuesto la
Reforma Protestante. Después de la reforma, el protestantismo se escindió en mu­
chas otras confesiones religiosas y en una miríada de confesiones y sectas más pe­
queñas. Millones de personas murieron a consecuencia de güeñas entre facciones
religiosas rivales. Decenas de miles fueron torturadas y ejecutadas debido a sus
opiniones heréticas. Murieron más cristianos a manos de otros cristianos que los
que fueron asesinados por los romanos en los primeros siglos de la fe. La historia
de otras grandes religiones mundiales ha seguido unos derroteros similares.
También ha ocurrido algo parecido en las sectas y cultos religiosos más mi­
noritarios. Tan pronto como surge una nueva religión, los miembros comienzan a
estar en desacuerdo y a escindirse para formar movimientos rivales. Consideremos
por ejemplo la historia del Adventismo del Séptimo Día, que ha desempeñado un
papel tan importante en la formación del urantismo. Tuvo su origen en la gran de­
cepción que surgió a raíz de la predicción fallida del granjero William Miller de
que 1844 era el año de la segunda venida de Cristo. Los fieles se escindieron en
varias facciones, de las cuales los adventistas del Séptimo Día, bajo el liderazgo de
Ellen White y de su marido James, fue la que tuvo más éxito. Herbert Armstrong,
el fundador megalomaníaco de la Iglesia de Dios Universal, comenzó su absurda
carrera en uno de los pequeños grupos adventistas que sobrevivieron tras el de­
sengaño millerita. Esto explica por qué tantas doctrinas adventistas se encuentran

389
en la absurda teología de Armstrong. 1la habido otros movimientos adventistas di­
sidentes, como la Rama de los Davidianos, que a su vez se dividieron en facciones
rivales, como veremos en el capítulo siguiente.
El movimiento de Urantia comenzó a sufrir sus propias tensiones internas en
los años setenta cuando sus miembros comenzaron a poner en duda el derecho
de la Fundación a controlar, por virtud de la ley de propiedad intelectual, la pu­
blicación y distribución del LU. Bajo el liderazgo autocrático y estricto de Martin
Myers, la Fundación comenzó a entablar pleitos para proteger sus intereses con
tanta celeridad como la Iglesia de la Cienciología.
En 1977, la Fundación ganó un pleito contra un grupo de Los Angeles que se
autodenominaban Escuela Urantiana de Investigación (Urantian School of Re­
search). Los acusados fueron William Burton King, Barbara King y Doris George,
demandados por publicar una serie de panfletos y folletos que contenían material
copiado del LU, y por usar el nombre «Urantia» sin permiso.
En 1980, la Fundación ganó un pleito similar contra Robert Burton por copiar
y distribuir ilegalmente partes del LU a los Congresistas en Washington, D.C., y por
iniciar una traducción al español del LU. La Fundación había retrasado tanto el
pleito que Burton murió antes de que el tribunal emitiera el fallo contra él.
Ese mismo año, temerosa de perder su estatus de exención de impuestos, la Fun­
dación solicitó al IRS (Infernal Revenue Service, Dirección General de Tributos) una
disposición para que cuando se vendieran ejemplares del LUen las cadenas de gran­
des almacenes, las ventas fueran consideradas ventas a personas y no a almacenes.
El IRS rehusó presentar tal disposición. Ira Fundación llevó el caso al Tribunal de
Apelaciones de Estados Unidos en 1982, pero el tribunal mantuvo la decisión del
IRS. En 1982, la Fundación demandó y finalmente ganó un pleito contra la First
Urantia Society de Houston por utilizar el logotipo de los tres circuios sin permiso.
En 1988, la Fundación demandó al Center for Urantia Book Synergy (CUBS), or­
ganización independiente de Santa Bárbara, California, por usar el nombre «Uran­
tia». El Centro editó una publicación llamada The Synergist en la cual esa pala­
bra aparecía sin permiso. CUBS llegó a un arreglo amistoso después de que sus
fondos se agotaran. (Si se quiere conocer el punto de vista de CUBS de la batalla
legal, consúltese The Synergist, verano 1989, una edición especial de 48 páginas.)
Se entablaron pleitos similares contra Arnold Zakow. Don Petrie, y otros más.
Aunque la Fundación no tenía nada que ver, merece la pena comentar un di­
vertido pleito que implicaba a un tal Ira Mullins porque el LU desempeñó un pa­
pel significativo. En 1972, Mullins fue arrestado en Mendocino County, California,
por cultivar marihuana en su propiedad. Él y su mujer trabajaban para lo que lla­
maron la Iglesia de la Vida Universal de la Luz de Cristo. Mullins era el «pastor».
No había ningún edificio construido para la iglesia y los miembros vivían en tien­
das indias.

390
Según el California Repórter (vol. 123, páginas 201-209), Mullins afirmó que
el consumo de la marihuana, LSD, peyote y otras drogas, combinados con la lec­
tura del LU, había logrado cambios en su sangre y en su cerebro, induciendo a
su vez a un estado trascendental de «unión total y completa con Dios y su Se­
ñor y Maestro, Jesús». Los miembros de la iglesia se sentaban en un círculo fu­
mando marihuana como «sacramento» mientras meditaban sobre los atributos
de Cristo y «leían pasajes seleccionados de El Libro de Urantia». A continuación,
se discutían los pasajes y cómo se podían aplicar a las vidas diarias de los fie­
les. Mullins afirmó que había celebrado al menos un centenar de esas ceremo-
nias en su propiedad.
La policía fue alertada de estos rituales gracias a un miembro de la secta que
había estado viviendo en una de las tiendas. Dejó de ser bienvenido en la «igle­
sia», explicó la señora Mullins a la policía, debido a sus excesivas borracheras.
El tribunal falló contra Mullins, y en el año 1975 un tribunal de apelación le negó
otra vista.
Mullins y sus seguidores no fueron los primeros en combinar los estudios del
LU con la aspiración sacramental de la marihuana. A finales de los años sesenta,
un grupo de urantianos en I lawaii, autodenominados miembros de la Religión de
la Iglesia de Jesús, estaban convencidos de que fumar cannabis era un valioso sa­
cramento. Dennis Shields, un leal miembro de esta curiosa «iglesia» (sus más de
un centenar de devotos ahora están dispersos por las islas), defendió su práctica
en Internet (13 de diciembre de 1994). Estaba convencido de que fumar marihuana
llevará a los urantianos «más cerca de Dios y Dios estará más cerca de esos cre­
yentes que decidieran usar el cannabis de forma ritual».

El movimiento urantiano estuvo muy cerca de escindirse a comienzos de los años


ochenta a partir de las afirmaciones realizadas por Vern Bennom Grimslev, un
joven, enérgico, atractivo y carismático líder urantiano, además de orador diná­
mico y un diestro guitarrista. A comienzos de los años setenta, Vern fundó una
organización urantiana llamada la Familia de Dios (Family of God), que origi­
nalmente tuvo sus sede en Berkeley, California, y que más tarde se estableció
cerca de Clayton. Su acrónimo era FOG. El presidente Vern y su esposa Nancy,
y el vicepresidente David Gray, promocionaron el movimiento a través de popu­
lares programas de radio, folletos atractivamente impresos y publicaciones pe­
riódicas con nombres tales como The Spiritual Renaissance Herald, Updale, The
Family o f God Journal. Family o f God Diaiy y The Touch. El propósito de FOG
era ampliar la familia de Dios predicando el lema del LU de la Paternidad de
Dios y la Hermandad de los Hombres.

391
Los líderes de la Fundación Urantia, en Chicago, apoyaron inicialmente a FOG.
Christy escribió un artículo titulado «Our Challenge» para la primera página del
primer número (primavera 1970) de la publicación The Spiritual Renaissance He-
rald. Su artículo concluía:

Y podéis todos vosotros convertiros en valientes soldados de los círculos, alistados


con entusiasmo en las sólidas filas de esos mortales que se dirigen hacia su pró­
xima batalla por la verdad contra el error bajo el liderazgo firme de un poderoso se­
rafín de progreso.

Tan impresionada estaba Christy por la dedicación de Vem a la causa y por sus
destrezas evangelizadoras que incluso llegó a afirmar que los seres celestiales le
habían informado que Vem era un miembro del cuerpo reservista del destino. Mar­
tin Myers, que había sido hermano de fraternidad de Vern en la universidad, era
otro entusiasta defensor de FOG. Su «fogoso» artículo, «The Question is the Fat-
her s: The Ansvver is Ours», adorna la primera página del segundo número del mismo
periódico.
Entonces le sucedió a Vern algo curioso.
Comenzó a oír voces -voces que él creía que procedían de los mismos seres
superiores que escribieron los documentos del LU. Las voces le advertían de una
tercera guerra mundial que se convertiría en un holocausto nuclear.
Algunos urantianos fácilmente impresionables se sintieron tan abrumados por
las predicciones de Vern -algunos incluso llegaron a pensar que era el nuevo Juan
el Bautista profetizado por el LU (1866)- que donaron millones de dólares a FOG,
fondos que serían empleados en la preparación de los fieles para la supervivencia.
Se dijo que uno de los principales contribuyentes fue William Hales, Jr., hijo de
uno de los fundadores del movimiento urantiano y padre de John Hales, actual­
mente un importante urantiano.
Christy fue una de las primeras en apoyar las voces de Vem. También le apo­
yaron Richard Keeler, David Kantor, Robert Slagle, David Elders y otros peces gor­
dos todavía activos en el movimiento. Se construyeron refugios nucleares, así como
cavernas para almacenar grandes provisiones de alimentos. Se escondió más de
un millón de dólares en oro. Se compraron unos cuantos rifles y pistolas para re­
forzar la seguridad de los refugios. Cientos de Libros de Urantia fueron almace­
nados en una cueva en Parthenon, Arkansas, para preservarlos del fuego. Incluso
unos pocos fogistas descerebrados vendieron sus hogares y empresas y abando­
naron sus trabajos para esperar el fin de la tierra.
Las sombrías advertencias de Grimsley se toparon con una gran resistencia en­
tre los urantianos conservadores. Un voluminoso texto escrito a máquina titulado
The Vem Grimsley Message Evaluation fue publicado el 17 de junio de 1984 para

392
su lectura por los líderes urantianos. El trabajo lo realizó Hoite C. Gastón, actual­
mente uno de los cinco administradores de la Fundación. Caston es guionista y
director de cine de Ix>s Ángeles. Él y Martin Myers habían sido hermanos de fra-
temidad y compañeros de habitación en la Universidad de Kansas. Fue Vern quien
introdujo a Hoite en el LU después de que él mismo conociera el libro a través
del reverendo Meredilh Sprunger.
Tan demoledor fue el informe de Caston, en el que exponía al detalle todas las
razones por las que el canalismo de Vern era falso, que la Fundación expulsó a
Grimsley del movimiento. El reverendo Sprunger intentó que Vern considerara la
posibilidad de que lo que estaba oyendo en realidad no eran voces de los super-
mortales sino voces de su inconsciente. El consejo cayó en saco roto.
Richard Keeler, que había administrado las inversiones de FOG, no sólo renunció
a FOG. Modificó su testamento porque, aunque resulte difícil de creer, había de­
jado toda su riqueza a FOG. Especializado en filosofía por la Universidad de Kan­
sas, también había sido hermano de fraternidad de Grimsley. Vern le había intro­
ducido en el LU. En una carta dirigida a Vern (20 de noviembre de 1983), Keeler
confiesa que «literalmente lloró» cuando renunció a FOG, definiéndolo como «uno
de los momentos más tristes de su vida».
Vern y Nancy se separaron o se divorciaron, aunque me han comentado que
están juntos de nuevo. Al igual que ocurrió con Harold Sherman, los antiguos ami­
gos de Vern comenzaron a esquivarle como si se hubiera convertido en un agente
involuntario de Galigastia. Se comenta que Grimsley y Nancy están viviendo en un
rancho de California donde Vern dirige una banda de música para ganarse la vida.
Aunque me han dicho que ya no está oyendo voces, todavía sigue creyendo que
las voces que oía eran auténticas: los seres celestiales le habían advertido certe­
ramente contra un inminente cataclismo -acontecimiento que fue impedido por
cambios históricos que no habían previsto.
Cuando escribí a la oficina de alumnos de la Universidad de Kansas solicitando
la actual dirección de Vern, recibí una carta con el siguiente mensaje: «Ausente».
Dos cartas que le escribí a una dirección que obtuve por otro medio nunca fue­
ron contestadas. Mi sospecha es que sigue siendo un firme creyente en la Quinta
Revelación Epocal. Sería interesante saber qué piensa de la reciente epidemia de
canalismo urantiano que introduciremos y trataremos extensamente en el siguiente
capítulo.
Muchos líderes urantianos que aceptaron las revelaciones de Grimsley o bien
renunciaron a sus puestos o bien fueron expulsados por los administradores de la
Fundación. Thomas Kendall, presidente de la Fundación, y su esposa Garolyn, am­
bos partidarios de Grimsley, fueron expulsados por los administradores. Martin Myers
fue nombrado nuevo presidente de la Fundación y Richard Keeler se convirtió en
uno de los cinco miembros del consejo de administración.

393
David Elders fue otro de los miembros que defendió firmemente las voces de
Veril. (1lablaremos más sobre Elders en nuestro capítulo final.) Aunque Dave desde
entonces ha modificado su punto de vista con respecto al canalismo de Grimsley.
todavía cree que el Message Evaluation de Gastón fue excesivamente cruel con Veril.
Iioco digno de un uranliano que se supone que debe amar a todo el mundo.

# #

El fiasco de Grimsley no parece haber enseñado gran cosa al gran número de cre­
yentes urantianos. En 1991, el movimiento entró en una nueva y mucho más de­
sorganizada fase en la cual voces de seres celestiales comenzaron a aparecer de
nuevo, pero ahora multiplicadas por cien. No estoy seguro cuándo comenzó este
nuevo canalismo. pero el primer ejemplo importante en los Estados Unidos está
relacionado con Jan Messenger, una activista perteneciente a un grupo de uran­
tianos que viven en o cerca de Woods Cross, Utah, un suburbio de Salt Lake City.
Al igual que Grimsley, Jan está recibiendo nuevas revelaciones de los seres celes­
tiales. Ya en 1989 su Ajustador del Pensamiento le dijo que había sido escogida
como contacto para una segunda fase de la Quinta Revelación Epocal. Los men­
sajes que han sido transmitidos a través de ella desde comienzos de 1991 están
disponibles en miles de páginas escritas a máquina.
Gis entidades que comenzaron a transmitir en Utah tienen nombres como Mam.
Abraham, Lazerik, Rayson, Norson. Horace, Will y Melquisedec. Han otorgado nue­
vos nombres a los miembros del grupo de Wood Cross. Jan ahora es conocida como
Rebecca. Thorn Blackbum, el coordinador del grupo, es Joshua. A todos esos miem­
bros se les ha comunicado que no son miembros del cuerpo reservista de destino,
que llevarán a Urantia las nuevas revelaciones.
Un aspecto molesto del canalismo de Woods Cross es que Duane L Favv, un
urantiano sumamente respetado que preparó The Paramony, es uno de los más
ardientes partidarios de Jan Messenger. Como ya he mencionado anteriormente,
The Paramony, que Faw compiló y publicó él mismo en 1986, enumera 15.000 re­
ferencias cruzadas que armonizan pasajes del LU con textos de la Biblia. Es una
obra de 389 páginas, distribuida actualmente por la Jesusonian Foundation, en Boul-
der. Colorado -u na obra de consulta que posee y elogia la mayoría de los uran­
tianos. Faw es un general retirado de los marines, fue juez de apelación y también
antiguo profesor de derecho en Pepperdine Universitv.
El general Favv poseía una cinta grabada con el canalismo de Jan con la que
pensaba que podía curar a la fallecida estrella de cine Michael Landon, que por
entonces se estaba muriendo de cáncer. Se hicieron los arreglos pertinentes para
enviar la cinta a Landon, que murió poco después. El general está convencido
de que Adán y Eva están a punto de regresar a Urantia, tal como se predice en

394
el LU (1.025). ¡Incluso ha ofrecido donar dinero para comprar un terreno sobre
el cual construir una casa para ellos!
Imaginémonos lo maravilloso que sería si Adán y Eva regresaran a la tierra. Po­
drían aparecer en programas de televisión para responder a las preguntas acerca
de su modo de vida en el Jardín del Edén. Podrían desvelamos dónde Caín cono­
ció a su esposa al proporcionar más detalles que el breve relato del LU en la pá­
gina 840. en el que se dice que Caín se instaló en la tierra de Nod, al este del
Edén, y se casó con su prima lejana Ramona. Podrían demostrar inmediatamente
a todos los creacionistas si tienen o no ombligo.
Meredith Justin Sprunger, como he mencionado antes, es un ministro retirado
de la Iglesia Unitaria de Cristo. Nacido en 1915, y en la actualidad viviendo en Fort
Wayne, Indiana, el reverendo Sprunger ha sido uno de los más devotos defenso­
res del movimiento urantiano. Durante muchos años fue consultor de psicología
en Indiana. Enseñó en el Elmhurst College y en el Indiana Institute of Technology,
donde fue director del Departamento de Psicología, y durante un tiempo fue rec­
tor de la universidad. Es el fundador y director del The Chrístian Fellowship for
Readers o fth e Urnntia Book, miembro del consejo de administración de lajesu-
sonian Foundation de Boulder, y editor de The Spiritual Fellowship Journal. Como
autor de numerosos panfletos y artículos sobre el LU, ha sido incansable en sus
esfuerzos por llevar la Quinta Revelación Epocal a las principales iglesias cristia­
nas. Hasta la fecha esos esfuerzos han sido espectacularmente infructuosos.
Sprunger está confundido con la afirmación de I lam de que el «centro espiri­
tual» del planeta se encuentra en Manitoba, Canadá. Esto entra en conflicto, es­
cribe Sprunger, con la «información del contacto de Chicago» en que ¡el centro es­
piritual se encuentra en el «Grizzly Giant del Mariposa Grove de las secoyas gigantes,
en el Yosemite National Park»!
Como ya hemos visto, esto lo creen todos los veteranos del movimiento uran­
tiano, aunque de dónde ha salido esta revelación todavía no lo he descubierto.
Sprunger también critica a Ham por identificar a Norson como instructor cuando
el durmiente de Chicago había declarado que Norson es el nuevo «encargado su­
pervisor planetario». Ésta fue la primera vez que oí hablar de Norson. Su nombre
no aparece en el LU. Evidentemente, Sprunger está en posesión de revelaciones
que hasta lo que yo sé no han sido registradas o mostradas a los fieles.
Le pregunté a Sprunger en una carta si había aparecido algo impreso sobre Nor­
son. Me respondió que no, pero que Sadler le había dicho en privado, a finales de
los años sesenta, que Norson había tomado posesión como nuevo supervisor espi­
ritual de Urantia. Supongo que Norson es un ser celestial, no un mortal ascendido.
La habilidad de Sprunger de armonizar su cristianismo y respeto por los Evan­
gelios con el elaborado politeísmo del LU es algo que me tiene asombrado. Me
explica en una carta que no está preocupado por los descubrimientos de plagios

395
en el LU. Saca a colación la página 1.343 del LU en la que el autor de los docu­
mentos de Jesús informa que se consultaron más de 2.000 fuentes humanas para
preparar la vida de Jesús.
En 1993, Sprunger fue entrevistado en dos ocasiones por el urantiano Larry
Mullins. Se grabó y se distribuyó una cinta de vídeo de las dos sesiones, una en
Boulder y la otra en Quebec, por el Invisible Fellowship of Urantia Book Believers,
Box 19135, Boulder, Colorado 80308.
Este vídeo tiene que verse para creerse. Sprunger se muestra como un autén­
tico creyente y muy orgulloso de haber conocido a Sadler personalmente. No se
sabe el grado de amistad que mantuvo con Sadler. Sprunger nunca fue un miem­
bro del Forum. Conocía a Sadler sólo de conversar con él en sus frecuentes visi­
tas a su casa.
Sprunger afirma que el juez Hammerschmidt le introdujo en el LU en 1955,
poco después de que el libro fuera publicado.31 Se sintió absolutamente impre­
sionado con la vida de Jesús gracias a los miles de detalles que «encajaban per­
fectamente» con los Evangelios. Encontró que el LU era profundo, de gran alcance
y autovalidable.
Sadler nunca dijo a Sprunger quién era el durmiente, pues había hecho un so­
lemne juramento de no revelar su nombre. «Sospecho que era un hombre», aña­
dió Sprunger, un sorprendente comentario a tenor de la afirmación del LU de que
en efecto era un hombre. Sprunger declaró que cree que las revelaciones se inte­
rrumpieron en 1952. Sadler le dijo: «Ni siquiera se molestaron en decir adiós».
Lena fue la primera en creer en la nueva revelación. Sadler mantuvo su pos­
tura escéptica durante años, nos dice Sprunger, pero se convenció con el docu­
mento del LU de los doce apóstoles. Desde el punto de vista de Sprunger, ningún
ser humano participó de ninguna forma en la producción de los documentos. Los
seres intermedios secundarios tomaban al dictado lo que transmitía el contacto,
lo escribían a mano y entregaban los documentos a Sadler de formas misteriosas.
Su escritura no se parecía a la de ninguna persona del Forum. El único papel de
los humanos, insiste Sprunger, era pasar a máquina los documentos escritos a mano.
Sprunger repite el mito de que cuando Sadler guardaba los documentos origi­
nales en su caja de seguridad, con preguntas formuladas por el Forum, los docu­

31. El juez Louis Hammerschmidt, de South Bend, Indiana, no era un miembro del Forum ni un estu­
diante del LU. I labia conseguido un ejemplar del libro a través de William Ferguson Harrah. un famoso
fabricante y miembro del Consejo General de la Urantia Foundation. (Consúltese la entrada de I larrah
en Who's Who in America.) Hammerschmidt pasó el libro a Sprunger y le pidió que le dijera lo que pen­
saba de él.

396
mentas desaparecían para reaparecer posteriormente en una forma revisada.
Cuando Sadler incluyó una vez un billete de diez dólares con un documento, los
reveladores se llevaron el documento pero dejaron el billete.
Sadler y los otros miembros de la comisión de contacto, que Sprunger sospe­
cha que eran seis mortales, tenían permiso para conversar directamente con los
seres celestiales e incluso escuchar en sus reuniones. «Debería haber presenciado
la celebración entre los seres intermedios -afirma Sprunger que Sadler le reveló-
cuando finalmente se aprobaron los documentos de Jesús.»
En el capítulo 9, mencioné un pasaje de Oahspe (Book of Es, capítulo 20, pá­
ginas 771-772), en el que me enteré que los ángeles se comunicaron con Lincoln
y le inspiraron liberar a los esclavos. Me quedé boquiabierto cuando oí a Sprun­
ger decir que Sadler le había comunicado que Lincoln era un «reservista» uran-
tiano cuyo Ajustador del Pensamiento había sido influido por los seres celestiales
¡para escribir el discurso de Gettysburg!
Sprunger tuvo palabras crueles para los administradores de la Urantia Foun­
dation a quienes acusó de haber perdido su «sentido de misión». Los creyentes
deberían incrementar sus esfuerzos para difundir la Quinta Revelación Epocal
por todo el mundo. Sólo es cuestión de tiempo, cree Sprunger, que los cristia­
nos acepten el LU El problema con el cristianismo de hoy es que se ha «cris­
tianizado». Con este término Sprunger quiere decir que se ha convertido, como
el LU repite tantas veces, en una religión «sobre Jesús» en lugar de una religión
«de Jesús».
Los cristianos todavía piensan en Jesús como una encarnación humana de una
parte de la trinidad, continúa Sprunger. En realidad es mucho más. Fue el crea­
dor de todo nuestro universo. ¿Sabe Sprunger que ésta es la doctrina del Adven­
tismo del Séptimo Día? Si es así, nunca lo menciona. En ningún lugar de la en­
trevista menciona a Ellen White. Se refiere a Sadler como un antiguo ministro, pero
no quiere decir que fue un ministro adventista.
A Sprunger le gustaría que el movimiento urantiano fundara verdaderas iglesias,
con sus pastores, su música y sus himnos. Predice que los judíos se convertirán en
ardientes urantianos tan pronto como reconozcan el enor que cometieron sus an­
tepasados al rechazar a Jesús. Los Seres Intermedios Unidos, según Sprunger, reve­
laron a Sadler que habían «hecho la guerra» contra el comunismo. Sprunger real­
mente cree que fueron los responsables de su reciente caída.
Sprunger no condenó a los nuevos canalizadores, pero añadió que pensar que
están aportando algo nuevo a la fe es una «tontería». Al ser preguntado sobre el
lenguaje sexista del LU, admitió que en efecto es abiertamente masculino, pero
que no se puede aplicar a todas las ideas del libro. El estilo simplemente refleja
la forma de escribir de esa época, como por ejemplo usar «hombre» como tér­
mino genérico para referirse a toda la humanidad. Irene, la mujer de Sprunger,

397
se reunió con él brevemente al final de la segunda entrevista. Intervino en la con­
versación para recordar a los oyentes que el LU habla de un Espíritu Materno
entre los Dioses.
Aunque Sprunger niega ser un fundamentalista urantiano (admite libremente
que el LU está plagado de errores científicos), cree firmemente que contiene una
auténtica revelación procedente de seres superiores que está destinada a revitali­
zar el cristianismo v a convertirse en la religión dominante del mundo. Así es como
concluye un artículo sobre «The Urantia Book and Christian Fundamentalism»:

Cada profeta en la historia del Antiguo y Nuevo Testamento se ha encontrado ante


un muro de incredulidad y oposición. Los sacerdotes han apedreado regularmente
a sus profetas. Sus hijos de otro siglo construyen monumentos para honrar a esos
profetas perseguidos por sus padres. Es correcto ser cauto y crítico; es muy útil du­
dar y evaluar todo detenidamente. Sin embargo, tenemos que ser lo suficientemente
abiertos y objetivos para permitir que el espíritu nos conduzca a una mayor verdad.
Jesús dijo a sus apóstoles que enviaría el Espíritu de la Verdad por medio del cual
les entregaría mayores verdades en el futuro. Tenemos que ser sensibles con este
Espíritu de la Verdad. Tenemos que saber reconocer la verdad en sus muchas for­
mas y en sus variadas apariencias.
E l L ib r o d e U r a n t ia es una de estas nuevas apariencias de la verdad. Descu­

briréis que El L ib r o d e U r a n t ia soporta la prueba de un examen crítico. Está en­


raizado firmemente en las tradicionales verdades espirituales de la fe cristiana que
han sobrevivido durante siglos. La lectura y el estudio de E l L ib r o d e U r a n t ia os
dará una visión más amplia y más profunda de esta fe salvadora y os ayudará a con­
vertiros en parte de un renacimiento espiritual que está surgiendo en nuestro mundo.

En 1994, The Invisible Fellowship, de Boulder, publicó The Urantia Bookon Chan-
neling and the «Teaching Mission», un informe de 32 páginas que consiste princi­
palmente en citas del LU que contradicen las afirmaciones procedentes de la reciente
oleada de canalismo. Trataremos de la Misión de Instrucción, que así se denomina
el actual canalismo, en el siguiente capítulo. El informe está escrito por Larry y Joan
Mullins, y Carol May, tres editores de The Invisible Fellowship Magazine. Un apén­
dice reimprime un artículo de 1992 escrito por Sprunger sobre el canalismo, con
«Comentarios adicionales» añadidos por Sprunger en 1993. Ahora es mucho más
firme en su oposición a esa moda del canalismo. Así es como lo expresa:

Aunque no es intencional, no puedo pensar en una forma más sutil de desorgani­


zar la unidad de) movimiento de Urantia y desviar la atención de un dinámico pro­
grama para llevar a la Quinta Revelación Epocal a nuestro mundo que esta preo­
cupación por el canalismo y otras actividades psíquicas.

398
¿Por qué está el movimiento urantiano destinado a ser una secta menor? Se­
guramente uno de los motivos radica en que insulta tanto a los humanistas se­
culares como a los cristianos. Insulta a los humanistas y cristianos liberales por su
elaborado politeísmo y por su aceptación de tantos milagros del Nuevo Testamento,
incluyendo la resurrección de Lázaro. Insulta a los cristianos conservadores, cató­
licos y protestantes por un igual al negar la Caída del I Iombre y la Redención, y
al situar el LU por encima de la Biblia como fuente de verdad religiosa. «El Libro
de Urantia -h a escrito Martin Myers- es la presentación más equilibrada, cohe­
rente y justa de verdad espiritual y de hechos universales que jamás la raza hu­
mana pudo disponer en forma de libro.» Los urantianos no son «Soldados de la
Cruz». Son lo que Myers llama «Soldados de los Círculos». Cito de «Unity, Not Uni-
formity», una famosa alocución que Myers ofreció en 1973 en la First Western Uran­
tia Conference -conferencia reimpresa en un Special Rcport to the Readers oíthe
Urantia Book de 1990. Mi relato del asunto Grimsley se ha basado principalmente
en este informe.
Las advertencias de Vern procedentes de los seres celestiales y el canalismo de
Woods Cross fueron sólo el comienzo de una moda que desde entonces se ha ex­
tendido como la pólvora a través de las comunidades urantianas, amenazando con
la desintegración total del movimiento. Éste es el tema central de nuestro siguiente
capítulo.

399
XVIII
Joe Pope y los nuevos instructores

En la página 1866 del LU, aparece una profecía acerca de la llegada a Urantia de
otro Juan el Bautista:

Tarde o temprano surgirá otro Juan el Bautista más grande, que proclamará que «el
reino de Dios está cerca» -significando un retomo del elevado concepto espiritual
de Jesús, quien proclamó que el reino es la voluntad de su Padre celestial que do­
mina y trasciende en el corazón del creyente- y haciéndolo así sin referirse de nin­
guna manera ni a la iglesia visible en la tierra ni al segundo advenimiento antici­
pado de Cristo. Es necesario que tenga lugar un renacimiento de las enseñanzas
verdaderas de Jesús, una redeclaración que deshaga el trabajo de sus primeros se­
guidores, quienes procuraron crear un sistema sociofilosófico de creencias sobre el
hecho de la estadía de Miguel en la tierra. En poco tiempo, la enseñanza de esta
historia sobre Jesús prácticamente suplantó la predicación del evangelio del reino
de Jesús. Asi pues, una religión histórica desplazó aquella enseñanza en la cual Je­
sús había combinado ideas morales y los ideales espirituales más elevados del hom­
bre con la esperanza más sublime del hombre para el futuro -la vida eterna. Y ése
era el evangelio del reino.

Joe Pope, un urantiano que vive en Vancouver, cree en realidad que ¡esta pro­
fecía se está refiriendo a él! Como la Biblia nos dice, Juan el Bautista era el se­
gundo Elias. Pope (un nombre muy adecuado) está convencido de que es Elias el
Tercero. Ha grabado una serie de casetes explicando su nueva revelación. Se pue­
den conseguir (o por lo menos se podía en 1994) escribiéndole al 1.868 de E. Ele-

401
venth Avenuc, Vancouvcr, BC. V5N 1Z1. Pope denomina a sus cintas «la presenta­
ción más inspirada que nunca se ha concedido a un mortal urantiano durante lodo
el tiempo pasado». Hay que considerar las casetes como «una revelación o apén­
dice adicional a los documentos [del L lb .
Tengo delante de mí una carta dirigida por Joe a sus «Queridos hermanos y her­
manas de Urantia». y un folleto de Elias III titulado «Bienvenidos a la Nueva 'Fie-
ira». Intentaré resumir, con frecuentes citas, lo que dice este folleto.
En 1990, darán comienzo en Urantia siete años de tribulación. Durante este
período una serie de guerras culminarán en un holocausto nuclear mundial. Más
de dos mil millones de personas, cuidadosamente seleccionadas por los poderes
superiores, se salvarán. El resto morirá. Los supervivientes serán transportados por
ángeles a un planeta gigante llamado Graceland (¿Acaso fue Joe en su adolescen­
cia un fan de Elvis Presley?). Este transporte de los que se han salvado es lo que
a los fundamentalistas protestantes les gusta llamar el Rapto.
Los que van a ser evacuados de la tierra destruida ya están siendo selecciona­
dos por jueces invisibles. El proceso comenzó en 1987, pero la Resurrección Final
en el Día del Juicio no tendrá lugar hasta el año 2021. Ocurrirá en Urantia, pero
aquellos que han sido llevados a Graceland podrán observar los procedimientos
de selección en una pantalla de televisión. Las personas malvadas como I litler y
Slalin serán aniquiladas. Satán ya fue arrestado en 1935 y Caligastia fue expul­
sado de la tierra en 1954. Ellos y otros seres celestiales malvados también serán
aniquilados después del Día del Juicio. La salvación dependerá totalmente de la
fe en Dios, sin tener en cuenta sus creencias religiosas. «Judíos, musulmanes, cris­
tianos, budistas, hindúes, etc. -escribe Joe-, lodos pueden optar a la salvación si
su fe es sincera.» Es de presumir que los ateos, sin importar lo buenos que hayan
sido en la vida, no escaparán a la aniquilación.
Graceland fue especialmente construida por los dioses. Es «una enorme es­
fera diez veces mayor que la tierra». No hay océanos ni montañas. «Abunda en
luz celestial y grandeza botánica... Magníficas ciudades permanecen sin ocupar.
Se han preparado casas sencillas pero confortables, con mucha comida, ropas y
otras necesidades.» Los Árboles de la Vida ofrecen los cuidados medicinales. Toda
la comida es vegetariana. Los animales inteligentes realizan las labores de jar­
dinería. y los fándores hablantes serán los encargados de transportar pasajeros
de un lugar a otro. La economía de Graceland será capitalista, sin inflación e
«impuestos mezquinos».
Suponiendo que usted se encuentre entre los raptados, un ángel le hará dor­
mir, y después desmaterializará su cuerpo, «cambiándolo a un estado que pueda
ser conducido a través del espacio. En este estado temporal se le transportará a
Graceland, donde su cuerpo mortal será restaurado. Este proceso tardará varios
días en completarse, pero no se dará cuenta del paso del tiempo, sumido al estar

402
en un sueño inconsciente». ¡Toda la doctrina del LU. Si se desean conocer más
detalles de cómo funciona el proceso de transporte, en caso de que una catástrofe
sentencie a todo el planeta evolucionado, consúltese el LU (582).
Cuando ya esté reconstituido, todas las marcas del envejecimiento se habrán bo­
rrado y parecerá como si tuviera 25 años. Supongo que los que ya tengan 25 años
seguirán pareciendo de la misma edad. Su ciclo vital durará 300 años. Las enfer­
medades por supuesto desaparecerán. El parto será sin dolor. Los ciegos podrán ve;
los sordos, oír. y los cojos, caminar. Los miembros amputados se restaurarán. Los
empastes y otros trabajos dentales artificiales desaparecerán para dar paso a una
dentadura perfecta. Podrá ver las órdenes inferiores de ángeles de matiz violeta. Re­
cibirá poderes telepáticos con un radio de 17.000 km y aprenderá un nuevo lenguaje
universal que ahora se habla en cuatro millones de mundos habitados.
Entre los salvados habrá 144.000 personas conocidas como los Elegidos. Se­
rán hombres y mujeres que en el pasado, sin tener en cuenta su religión, fueron
torturados y muertos por su fe. Entre sus filas se incluyen a los profetas del Anti­
guo Testamento, a cinco apóstoles de Jesús, Zoroastro, Mahatma Gandhi, Lincoln
y John Kennedy. Me deja perplejo la afirmación de Joe de que los dos presidentes
fueron asesinados por su fe religiosa.
Graceland es sólo una morada temporal para los raptados mientras la tierra se
rejuvenece y los dioses la vuelven a construir. Después de unos treinta años en Gra­
celand, los mismos ángeles de transporte llevarán de nuevo a los salvados a una Nueva
Tierra. Será una Utopía que supera nuestros sueños. Lord Maquiventa, uno de los
«príncipes sobrenaturales», que tiene miles de millones de años, será enviado a go­
bernar Urantia desde su sede central en Jeruscm. Su cuerpo urantiano encarnado
será de complexión fuerte, y medirá algo menos de dos metros. Otros espíritus su-
pernales, algunos de ellos apenas visibles, también serán enviados a la Nueva Tie­
rra. Este grupo incluye a los 86 Hijos Instructores Trinitarios que ahora viven en el
Paraíso. Miguel (Jesús) algún día visitará la Nueva Tieira. como ha prometido, pero
ni siquiera los ángeles (como se nos dice en Mateo 24:36) sabrán dónde está.
Elias III (Joe Pope) es el mensajero escogido para advertimos de todos estos pró­
ximos acontecimientos. En una carta a sus hermanos urantianos escribe:

El día ha llegado, ¡incluso la hora! Proclamadlo a un mundo sacudido por la rebe­


lión. el pecado, la guerra y el sufrimiento —¡el Reino de Dios está a nuestro alcance!...
¡Dejad que el mundo siga -Avonal juzga a Urantia! ¡Pronto será la glorificada lle­
gada de las 86 personalidades paradisíacas -los excelsos Dainales del otorgamiento
trinitario! ¡Revelad a esta gente distraída su trascendencia evolucionaría -Graceland!
Ixis que tengan oído ¡dejadles escuchar! -la repentina aparición de una cultura asom­
brosa que si hubiera estado en nuestros días, nunca habría oscurecido esta tierra la
secesión de Caligastia y el pecado adánico.

403
No conozco demasiados detalles de la vida de Elias III salvo que nació en Ca­
nadá, hizo su servicio militar en el ejército canadiense, era periodista, y durante
un breve tiempo fue locutor de televisión en Filadelfia.
Después de cuatro años de silencio, Joe Pope apareció de nuevo en escena, en
febrero de 1994, con otra apasionada declaración a sus «Queridos hermanos y her­
manas urantianos». La carta fue enviada desde su «Ministerio de Elias», en Van-
couver.
El fin de la terrible tribulación, escribe Joe, está «a punto de llegar». Con estos
terribles «acontecimientos acercándose paulatinamente, es preciso conseguir los
fondos suficientes para ‘comprar tiempo' con el objeto de finalizar los preparati­
vos de la gran tarea que se me ha asignado».
Joe asegura que todos los que le envíen dinero cosecharán «los auténticos fru­
tos» en el mundo siguiente. Como «heraldo divino», nombrado por Maquiventa Mcl-
quisedec, Joe afirma que suplicará al Maestro que recompense generosamente a
todos aquellos que ayuden al Ministerio de Elias en estos «días pre-reino». Es más,
el ministerio está registrado en Canadá como una asociación benéfica religiosa,
por lo que aquellos que envíen dinero podrán deducirlo de impuestos.

Por este motivo le estoy escribiendo no para incrementar sus cargas financieras, sino
para proclamar con gran alegría que «la oportunidad llama a su puerta» con la pro­
mesa de cosechar sustanciales «frutos».
Si prefiere esperar a que las hostilidades mundiales estallen, y a que sea «obvia»
la inminente liberación de la esfera, para convencerse de la autenticidad de mi mi­
sión y mensaje, sólo conseguirá «una recompensa menor por su menor fidelidad».
Por entonces me resultará mucho más fácil recolectar fondos a través de una lla­
mada pública y mundial con el objeto de tener lo suficiente para consolar y con­
fortar a los escogidos de Dios.
De igual forma, si arruga esta carta y la tira con incredulidad o desinterés, es­
tará tirando también algo do usted mismo, un «valor» verdaderamente incompara­
ble para su propio interés.
Si contesta a esta carta, éste será su recuerdo «futuro» en ese día glorioso cuando
el Soberano de un vasto universo le agradezca públicamente, e incluso cósmicamente,
el apoyo prestado a su heraldo, en un momento en que ese apoyo se necesitaba tan
desesperadamente en este confuso y sumamente irregular mundo. Este «recuerdo»
incomparable le acompañará durante mucho tiempo en toda su vida eterna. Le ruego
que no tire esta carta. Esta «oportunidad», como la mayoría de las oportunidades
agondónteras, sólo llama una vez a nuestra puerta.

# #

404
Si Joe Pope y los c¿maleadores de Woods Cross fueran los únicos uranlíanos que
afirman mantener un contacto directo con los supermortales, el movimiento uran-
tiano seguiría moviéndose lentamente dentro de sus acostumbrados derroteros. Sin
embargo, una impresionante epidemia de canalismo ha brotado en toda la nación,
así como en Nueva Zelanda, Canadá y Hawaii. Y también hay rumores de que se
fia extendido a Francia, Alemania y Suramérica.
Aunque los mensajes que han aparecido desde 1991 se contradicen de vez en
cuando, se observa una sorprendente unidad entre ellos, pues afirman que «Men­
sajeros Instructores» celestiales, muchos de ellos mortales ascendentes, están ahora
preparando Urantia para una segunda fase de la Quinta Revelación Epocal. Esta­
mos viviendo un «Momento de Corrección» que precederá a la próxima era de «luz
y vida» ya profetizada en el LU (598-600).
Las siete etapas de la era de luz y vida se describen en las páginas 627-629.
Durante la primera etapa, Urantia será administrada por tres gobernantes: el So­
berano Planetario, el jefe del cuerpo planetario de finalistas, y Adán y Eva, que re­
gresarán a la tierra para servir como «unificadores clel liderazgo dual» de los otros
dos gobernantes.
Al final se eliminarán todas las razas inferiores y habrá sólo una raza purifi­
cada, un lenguaje y una religión (LU 623-626). Los humanos vivirán quinientos
años. La muerte natural será menos frecuente a medida que los «Ajustadores
aumentan la fusión con sus sujetos», y muchos mortales «son trasladados di­
rectamente de la vida» a mundos superiores. Incluso en la primera etapa, Uran-
lia será la utopía descrita en el Apocalipsis de la Biblia como «el nuevo cielo y
la nueva tierra».
Los nuevos instructores han revelado que Caligastia y sus secuaces, al haber-
rehusado arrepentirse, han sido aniquilados «como si no hubieran sido». Ya no po­
drán continuar con sus malvados planes para echar por tierra la Quinta Revela­
ción Epocal. Los circuitos espirituales de comunicación, cerrados por la rebelión
de Lucifer mientras se estaba transmitiendo el LU. se han vuelto a conectar y a
abrir para la segunda fase de la Quinta Revelación.
Maquiventa Melquisedec, recientemente nombrado Príncipe Planetario de Uran­
tia, ha prometido regresar algún día, en carne humana, para ser seguido por el Se­
gundo Advenimiento del mismo Miguel (Jesús). Es difícil de comprender, pero un
grupo de crédulos urantianos se reunieron en un motel de Naperville, Illinois, el
24 de abril de 1993, para dar la bienvenida a Melquisedec. No es necesario aña­
dir que Melquisedec nunca se presentó.
Los urantianos que esperaban que Melquisedec se materializara en Naperville
reaccionaron a su desengaño de una forma que repite, aunque en una escala mu­
cho menor, por supuesto, el Gran Desengaño de los adventistas en 1844, cuando
Jesús no se materializó como William Miller había profetizado.

405
El 6 de agosto de 1993, jeannie George, que viajó ex profeso desde Dallas para
dar la bienvenida a Melquisedec, envió por correo un documento de seis páginas
titulado «Cuando Dios cierra una puerta, otra puerta se abre». De la misma forma
reaccionaron los fieles adventistas que se concentraban alrededor de Ellen VVhite
y de su marido. Decidieron que Miller había acertado en su fecha, pero que erró
en el acontecimiento, pues en realidad había sido el día en que Jesús entró en un
Santuario celestial y cerró la puerta. Dios utilizó la falsa profecía de Miller para
probar a los creyentes y fortalecer su fe.
La predicción de que Melquisedec llegaría en carne y hueso a Napcrville había
sido comunicada por Welmek. uno de los supermortales. Según Welmek, el mismo
Jesús había autorizado la materialización. ¿Por qué no se llevó a cabo? Porque el
Absoluto, el Padre, decidió que a la vista de las noticias sensacionalistas sobre la
tragedia de Waco. no era el momento propicio para la encarnación de Melquise­
dec. ¡Ni siquiera Jesús conoció la decisión del Padre hasta el último momento!
Sin embargo, según la señora George. fue una gran ocasión para Naperville.
Los que se encontraban allí fueron espiritualmente «energizados» por una má­
gica efusión de amor y paz. «Creo que este acontecimiento -escribe- es el punto
de partida para que la hermandad de los hombres y la paternidad de Dios se
materialice en nuestro planeta... Concedámonos algo de tiempo para darnos
cuenta de las puertas que se han abierto gracias al trabajo que se estaba ha­
ciendo entre bastidores.»
«En conclusión -continúa-, el acontecimiento fue planeado con total convic­
ción de que iba a suceder. Nadie tiene que echar la culpa a nadie de su retraso.
El Padre sabe lo que es mejor para nosotros, y nosotros le agradecemos su aten­
ción cariñosa y respetamos su omnisciencia. Hemos recibido cientos de bendicio­
nes por el acontecimiento de Naperville. Es un acontecimiento para recordar. Real­
mente es el comienzo de una nueva época en nuestro planeta bajo la guía de
Miguel.»
La Misión de Instrucción o MI se está extendiendo rápidamente por toda la tie­
rra. Se espera que lleguen miles de Instructores a Urantia, invisibles por supuesto,
para comunicarse a través de los nuevos contactos. «Soy un humano de otro pla­
neta que se ha fusionado con mi Ajustador», declaró Will. por medio de un con­
tacto que vive en Tallahassee. «A los humanos se nos requiere para servir como
Instructores en este esfuerzo ideado por Miguel, gracias a nuestra disposición na­
tural para establecer contactos con humanos en un planeta como el suyo.»
Los instructores tienen nombres tan extraños como los de los supermortales
mencionados en el LU, y son casi tan numerosos como ellos. La siguiente lista de
más de 150 seres celestiales, preparada en 1993, da los nombres de los instructo­
res espirituales que se comunicaban a través de «transmisores» humanos en di­
versos grupos urantianos en todo el país. No incluye ajo e Pope ni a todos los re­

406
veladores de Woods Cross. La lista está aumentando con tanta rapidez que en el
momento en que este libro salga a la luz ya estará totalmente anticuada.
Ln enero de 1993, Patije Mills, una urantiana de Sarasota. Florida, a petición
de Welmek, un ser celestial en contacto con un grupo de Indianápolis, preparó
una lista de los grupos de instrucción conocidos, los contactos principales y los
nombres de los seres celestiales que se están canalizando. Ella reconoció que la
lista era «parcial, incompleta y plagada de errores». He copiado los nombres de las
localizaciones de los grupos y los nombres de los seres celestiales, pero he omi­
tido los nombres y las direcciones de los transmisores. A la lista de Mills he aña­
dido ciudades y seres celestiales procedentes de una lista de diciembre de 1994
preparada por Aliene Vick. de Bradenton, Florida.

Arizona, Sedona, Felicia.


Arizona, Tucson, Serafín.
California, Arcadia. Astara v Adora.
California, Malibú. Rayson.
California, Los Osos. I lilson y I^oriyana.
California, Corona del Mar. Signa y Bertrán.
California, Sabastopol. Jared.
California. Santa Rosa. Jared.
California, Bakersville. Andrea.
California, Hall Moon Hay. Oleana y Tarkas.
California, Oakland, Allhea.
Colorado. Colorado Springs. Rizden.
Colorado. Pueblo. Heironamas.
Florida, Tallahasee. Wall.
Florida. Englewood. Oliver.
Florida, Sarasota. Aflana, LorEl. VanEssa, VanEI.
Hawaii, Kailua. Norsen, Aflana y Síg-EI.
' ldaho, Coeur DAlene. Elyon y Aaron.
Idabo, Pocatello. Daniel
Illinois, Naperville. Oren.
Indiana, Indianápolis. Welmek.
Indiana. DuBois. Amaden.
Iovva, Burlington. Aranda.
Kansas, Kansas City. Sara.
Kansas, Lawrence. James.
Marvland, Seabrook. Curtis e Iruka.
Missouri, St. Louis. Josepha.
Missouri, Kansas City. Esleí- y Tilomas.

407
Nueva York, Bu fíalo. Andrea.
Oklahoma, Norman. RonEl.
Oklahoma, Tulsa. Welnora.
Oregón, Corvallis. LinEl.
Oregón, Newberg. Ambraisa.
Oregón, Lebanon. Rokmar.
Oregón, Portland. Norsen y Andronasón.
Oregón, Salem. Abigail.
Pensilvania, Pittsburgh. Andrew.
Pensilvania, New Blomfield. MaxEl.
Pensilvania, York. El Tañere.
Tennessee, Nashville. 1íam.
dexas, Dallas. Anastacia y Ordón.
Utah, Woods Cross. Ham.
Washington, Spokane. Aarón.
Wisconsin, Bailey’s Harbor. Khar-EI.
Canadá. Manitoba, Winnipeg. I lorace.
Colombia, Bogotá. V.
Nueva Zelanda, V.

La señora Mills continúa con una lista de grupos a los cuales ya se les han asig­
nado los instructores y están esperando que se realice el contacto:

Evansville, Indiana. Anna.


Bloomington, Indiana. Raymon.
Rochester, Nueva York. Olando.
Charlotte, Carolina del Norte. Jonathan.
Alburquerque, Nuevo México. Tomás.
Mineápolis, Minnesota. Rachim.
Cincinnati, Ohio. Tarkas.
Tampa, Florida. Ramsey.

Una lista preparada anónimamente me fue enviada a comienzos de 1994. Con­


tenía los siguientes nombres de seres celestiales que no se encontraban mencio­
nados en la lista de la señora Mills: Abicoralinia, Abilenia, Abithenia, Adolia. Afonía,
Aginar, Alunen. Amixia, Amstar, Anastacia, Anasthia, Anelia, Aranda, Aronolac, As-
tema, Ba-Kim, Bernatella. Bonizia, Camille, Castelon, Chanli, Chanti, Clois, Cona-
non, Corabena, Corali, Danalenia, Danezia, DrinEl, Elaine, Enizia, Esterna, Foehn,
FramSon, Grabriel, GrabEl, GynsEl, Ham, HapsonEssa, Hapsonia, HarSon, Inessa.
JaEl. JamEl, JanEl, Jinsetta, JoEl, Josphine, JuEI. Korsta, Kwinsetta, LamSON, Lans-

408
mOn, LeNera, Lentzia, Liliana. Liliken, Lutzia, Maqniventa, Malvatia, Malventia, Ma-
notia, Mantutia. Maraiena, Mekkcn, Merfilam, MordEl, Nexus, Nodken, Norsa, Nova.
Odron, Olympia, Ophelia, OrabEl, Osario. Or-cl, Farsa, ParstOn, Partalena, Paralina,
Pilaron, QuinsEtta, Raisalee, Ranasthea, Rinletta, RoiEl, Rovce. Ryby, SamuEL, Sam-
Son. Serenia, Singing Brook, Sygcl, Timmin, Tosterra, TrtenTon, Tru-elee, Tutken. Tnt-
zia, Váladatia, Valadontia, Vesheeda, Wenstor, Wynella, Zanbella, Zen, Zion. Zvgel.
Como cada semana aparecen nuevos instructores, es imposible dar una lista
definitiva. Quizá cuando este libro se haya publicado, se podrá disponer de algún
tipo de directorio completo con direcciones y números de teléfono de los contac­
tos, y una descripción de quién afirma ser cada ser celestial. Hasta el momento
son una mezcla de mortales ascendentes, de seres intermedios, de ángeles, Ajus-
tadores del Pensamiento y superseres superiores.
No son sólo los urantianos quienes piensan que se están comunicando con los
supermortales. Como hemos visto en el capítulo 12. los ángeles guardianes están
en toda la tierra, en contacto no con los católicos, evangélicos y fundaméntalistas,
quienes por supuesto creen en ángeles, sino con los de la Nueva Era. Los libros
sobre ángeles están proliferando y continuamente aparecen publicaciones perió­
dicas sobre ángeles. Incluso existe un Club Nacional de Coleccionistas de Ange­
les y se puede comprar una baraja de 52 cartas con ángeles, que incluye instruc­
ciones sobre cómo usarlas para entrar en contacto con los seres celestiales.
Los tres autores de Ask Your Angels (Ballantine, 1992) aseguran que el libro
les fue dictado por los ángeles. Recomiendan sintonizar nuestros chacras corpo­
rales (o puntos de energía), técnica muy útil a la hora de introducirnos en el com­
pleto silencio para hablar con nuestro ángel de la guarda. Nuestro ángel incluso
puede ser canalizado a través de nuestros dedos mientras escribimos a máquina.
Ix>s autores recomiendan colocar una vela encendida, un cristal o una flor fresca
sobre el ordenador antes de ponerlo en marcha. Podemos decir que un ángel está
cerca porque con frecuencia se detecta un aroma de flores que no procede de nin­
gún sitio en concreto, ¡y sentimos como si alguien suavemente nos acariciara en
la mejilla o nos despeinara!
No sólo están hablando Jesús, los ángeles y otros supermortales a través de
los transmisores americanos, sino también la Virgen María. En octubre de 1994,
los medios de comunicación informaron de dos mujeres católicas que canaliza­
ban mensajes procedentes de María el día trece de cada mes. Los nombres de
estas dos canalizadoras son Nancy Fovvler, en Conyers, Georgia, y Rosa López,
en Hollywood. Florida.
El 13 de octubre miles de peregrinos aguantaron de pie bajo la lluvia durante
horas para escuchar el mensaje mensual a través de Nancy. «Nuestra señora es­
taba radiante», dijo la señora Fovvler. «Lleva un velo y un vestido blanco y es ma­
ravillosa.»

409
En Florida, la multitud para oír a Rosa ascendía a 23.500 personas, con 45 ofi­
ciales de policía pendientes del curso de los acontecimientos, y una ambulancia
para ayudar a los peregrinos que sufrieran lipotimias. Muchos informaron de ha­
ber visto emees y el rostro de María en el cielo.
En Paraclise Nchvorker (verano de 1994), una publicación periódica editada pol­
la Misión de Instrucción de Hawaii, la transmisora Patije Mills describe el proceso
del canalismo de la siguiente forma:

Muchos se han preguntado cómo el TR (transmisor-receptor] «escucha» las comu­


nicaciones procedentes de los Ayudantes Invisibles. lie probado muchas formas de
demostrar o describir el proceso pero con frecuencia es muy diferente para cada
nuevo TR que se conecta. Algunos «oímos», pero no es como «oír» y repetir una
conversación telefónica de otra persona; otros «vemos» mensajes o visualizaciones
que luego interpretamos dándoles un significado; otros «olemos» -quizá el olor nos
evoca un recuerdo de nuestro banco de memoria (el subconsciente) que significa
algo para nosotros y que podemos describir a los demás; algunos de nosotros co­
menzamos a pensar en ciertas palabras tan intensamente que desencadenan una
secuencia de pensamientos -u n a transferencia de pensamientos quizá; y otros «sen­
timos» un conocimiento interior, y ¡algunos incluso escuchamos una voz silenciosa
dentro de nosotros!

Uno de los promotores más entusiastas de la MI es el doctor Robert W. Slagle.


Slagle es doctor en psicología, asignatura que enseña en la Sonoma State Uni-
versity, en Rohnart, California. También es terapeuta. Su libro para niños Tales oí
Joshua (1980) recrea historias del LUsobre episodios de la niñez de Jesús. En 1994,
se publicó una edición del libro ampliada: las ilustraciones pasaron de 190 a más
de 300, y se introdujeron unos recuadros especiales para que los niños pudieran
colorearlos. Esta edición limitada de 1.000 ejemplares se puede adquirir en Family
Relations Foundation. Box 462. Sebastopol, California 95473.
Slagle era un ferviente seguidor de FOG que defendía entusiásticamente el ca­
nalismo de Vem Grimsley y que no parece haber aprendido nada de la vergonzosa
caída de FOG. En el polo opuesto se encuentra otro ex FOG (perteneció al grupo
durante quince años), David Kantor, ahora un destacado crítico de la MI.
En una pequeña reunión de urantianos, celebrada en San Francisco (enero 1993),
dos de los ponentes fueron Slagle y Kantor. Slagle, de pelo gris, con gafas y de voz
dulce, comenzó su exposición leyendo un mensaje de Ham, el primero de los ins­
tructores celestiales de Estados Unidos. Ham habló del «tiempo de corrección», de
la difusión de la revelación del LU. de cómo Miguel había nombrado a Maquiventa
Melquisedec nuevo Príncipe de Urantia y de cómo los «circuitos» de energía pre­
viamente cerrados a Urantia se estaban abriendo.

410
Slagle me sorprendió afirmando que todo el mundo era libre de aceptar o re­
chazar los mensajes procedentes de algún amigo invisible. Él mismo, confesó, re­
chazó el ochenta por ciento o más de las comunicaciones de la MI «que no me
hacían vibrar». Desmintió que los mensajes de la MI estuvieran siendo «canaliza­
dos» y declaró que estaba totalmente impresionado por el sentido del humor del
que hacían gala los instructores.
La ponencia de Slaglc fue seguida por la de una profesora de inglés, que im­
partía clases en un colegio. Habló apasionadamente de lo «deslumbrantes» que
eran las respuestas espontáneas de los instructores y de lo «maravilloso» que es
su estilo en inglés.
Kantor fue el siguiente en hablar. Es un joven de pelo oscuro, alto, atractivo,
inteligente y erudito. Su conferencia era nada menos que una historia del cristia­
nismo desde los tiempos de Jesús hasta el presente, calificando a los 2.000 años
como una monumental preparación para la Quinta Revelación Epocal del LU. Su
principal argumento fue una cita de Pablo con la que finalizó su conferencia: «Pro­
cura con diligencia presentarte ante Dios, probado como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que distribuye rectamente la palabra de la verdad» (II Timoteo
2:15). En otras palabras, no sólo hay que aceptar la gran «magnitud y poder» del
LU, sino que también hay que estudiar historia, ciencia y teología moderna para
poder integrar la revelación en el contexto cultural de nuestros días. Advirtió con­
tra los peligros de creer que se está manteniendo contacto con los supermortales.
Recomendó la lectura de The Meaning oíRevelation, escrito por Richard Niebuhr
(hermano de Reinhold), quien por supuesto se hubiera sentido mortificado por la
sugerencia de que el LU es una revelación de Dios.
Kantor elogió los descubrimientos de Matthevv Block. Los calificó de «maravi­
llosos» por revelar lo hábilmente que los seres celestiales habían usado las fuen­
tes humanas para introducir en el LU la moderna ciencia y cultura, ampliando en
gran medida nuestro conocimiento de la Quinta Revelación Epocal. En Internet
(9 de diciembre de 1993) lo expresó de esta forma: «Si se compara el material fuente
con su nueva expresión en el LU, se evidencia claramente otro nivel de revelación,
en el que se puede ver cómo el material fue ligeramente modificado para precipi­
tar una mayor condensación de significado en la mente mortal». Como he dicho
antes, así es precisamente cómo justifican los adventistas del Séptimo Día el pla­
gio sin fin de la señora While.
Kantor habló brevemente de la gran fuerza destructiva de las voces de Grims-
Iey; de lo gravemente que FOG había dañado las esperanzas, ideales, carreras, eco­
nomías e incluso matrimonios de urantianos que se tomaron las voces demasiado
en serio. Más de tres millones de dólares despilfarrados que se hubieran emplea­
do para anticipar la auténtica revelación del LU. La convicción de Kantor de que
las MI iban a repetir los engaños de Grimsley estaba implícita en sus comentarios.

411
En respuesta a una pregunta, Kantor explicó cómo había aceptado la predic­
ción de FOG de que la gran guerra de destrucción iba a ocurrir el 25 de marzo
de 1985, y cómo se había unido a otros miembros de FOG para ocultarse en un
refugió nuclear la noche antes. Lo que no sucedió el día siguiente, dijo, fue «bas­
tante interesante». Esta subestimación provocó grandes carcajadas en el auditorio.
Durante el período de preguntas y respuestas, Sara L. Blackstock se levantó para
decir que había sido una miembro devota de FOG que creyó haber recibido men­
sajes de los supermortales. Supe por un mensaje enviado a Internet (5 de julio de
1993) que comenzó a recibir mensajes el 2 de enero de 1985, y que continuó re­
cibiéndolos casi diariamente hasta el 25 de marzo, el día en que se suponía que
la tercera guerra mundial iba a comenzar. En efecto, tanto ella como su marido
Robert Blackstock (que al igual que Slagle es doctor en psicología) se reunieron
con otros miembros en el bunker. Cuando nada sucedió, confesó a la audiencia,
se dio cuenta de que sus voces no habían sido auténticos mensajes de los amigos
invisibles.
«¿Cómo lo supo?», preguntó Slagle.
Porque, dijo, la Tercera Guerra Mundial no estalló.
«¿Rezaron para que no sucediera?»
«Sí.»
«Por eso no ocurrió», fue la respuesta de Slagle.
La implicación evidente era que el canalismo de Sarah, como el de Vem, era
auténtico después de todo, pero que gracias al libre albedrío de la humanidad, y
en respuesta a sus oraciones, ise evitó afortunadamente que ocurriera el holocausto!
Unos pocos urantianos fueron lo suficientemente perceptivos para darse cuenta
del parecido de ese acontecimiento fracasado con la experiencia de Joñas, una
breve historia del Antiguo Testamento que siempre me pareció el libro más di­
vertido de la Biblia. El escritor Paul Goodman lo describió una vez como una tí­
pica broma judía.
¿Recuerdan el argumento? El Señor ordenó a Joñas que se dirigiera a la «gran
ciudad» de Nínive y que advirtiera a su gente que la ciudad pronto sería destruida
por la maldad de sus hombres. Jonás rehusó hacerlo. Para castigar a Jonás por su
desobediencia, Dios hizo que fuera tragado por un gran pez en el mar. Después de
pasar tres días en la barriga del pez, Jonás rezó a Dios. Aceptando la contricción de
Jonás. el Señor hizo que el pez lo vomitara en tierra finne. No deseando sufrir nin­
guna indignidad más, Jonás se dirigió a Nínive donde predicó el mensaje de Dios.
¿Y qué sucedió? Los habitantes de Ninivé cambiaron su malvada forma de vida
y Dios cambió de opinión. ¡No destruyó la ciudad después de todo!
Como se puede comprender, esta decisión «disgustó a Jonás sobremanera, y
se mostró muy enfadado». Se sintió tan deprimido que pidió al Señor que le qui­
tara la vida.

412
El Señor aceptó el derecho de Jonás a estar enfadado. Sin embargo, insistió en
que había hecho bien al librar a Nínive de la destrucción porque estaba habitada
por más de 120.000 pobres almas que no podían distinguir su mano derecha de
la izquierda. Además, ¿no tenía la ciudad también «numerosos animales»?
l^a analogía con el relato de Jonás falla en este punto. No hay ninguna eviden­
cia de que Grimsley o Slagle estuvieran enfadados con los supermortales por per­
mitir que la profecía de FOG se desmintiera. Sólo nos queda asombrarnos ante
su capacidad de autoengaño.
En 1993, Slagle distribuyó un notable documento de 23 páginas titulado Wol­
eóme lo Changa Es una apasionada defensa, profundamente sentida, de lo que
las MI llaman la segunda fase de la Quinta Revelación Epocal, el tiempo de co­
rrección, ahora bajo la supervisión de Miguel. La misión es universal. Los circui­
tos cerrados han sido abiertos, y miles de instructores, no sólo de nuestro universo
sino también de los superuniversos, están en contacto con cualquiera que se in­
troduzca en el silencio y busque ese contacto. Muchos de los instructores son hu­
manos ascendentes.
Slagle escribe que al principio era escéptico con respecto a la MI, pero que des­
pués de escuchar las grabaciones de los mensajes de Ham y de otros seres celes­
tiales, y de experimentar el contacto personal con un instructor, llegó a conven­
cerse de que el nuevo canalismo cumplía la predicción del LU de la página 2.082:
«Urantia se tambalea en el borde mismo de una de las épocas más sorprenden­
tes y cautivantes de reajuste social, aceleración moral y esclarecimiento espiritual».
Slagle se lo creía todo. Incluso se tragó The Course in Mirados, del que se de­
cía que había sido dictado a un humano por el mismo Miguel. La palabra favorita
de Slagle, usada decenas de veces en Welcome lo Chango, es «experiencial». Es a
través de su experiencia personal, guiada por su ajustador del pensamiento y por
el Espíritu de la Verdad, cuando descubrió que conversar a través de un transmi­
sor con amigos invisibles era una experiencia «impresionante». Le conmocionó en
su yo más íntimo. Sintió una «nueva flotación». A través del silencio logró mante­
ner contacto directo con los seres celestiales, aunque hasta el momento afirma que
sólo ha sido capaz de transmitir unas pocas palabras.
Slagle confiesa la gran alegría que sintió cuando supo por primera vez que Lu­
cifer, Caligastia y otros rebeldes habían rehusado arrepentirse y fueron misericor­
diosamente destruidos por el Padre. «Mi alma renace cuando me doy cuenta de
que la mano tortuosa del Príncipe malvado se ha alejado para siempre.» Cita al
supermortal Will: «Nuestro Padre lloró ante la noticia de esta decisión». Caligastia,
Slagle nos asegura, está fuera de Urantia desde 1985.
Slagle es el típico fundamentalisla. En efecto admite que el LU contiene al­
gunos errores, pero son triviales e insignificantes. Cree que Adán y Eva medían
de dos metros a dos metros y medio de altura y que viajaban en las espaldas de

413
los fáridores. También admite errores ocasionales que proceden ahora de los ins­
tructores. pero encuentra una verdad y unidad asombrosas en todo lo que es­
tán transmitiendo.
David Kanlor, el urantiano más sincero en oponerse a la MI, comunicó muchas
cosas interesantes en 1993 a través de Urantial Internet. Fue educado, afirma, como
un cristiano fundamentalista. La lectura de Teilhard de Chardin constituyó su pri­
mer «trampolín» para superar el primitivo biblicismo. Durante un tiempo flirteó con
Zen y otras creencias orientales. Todavía admira los escritos de Paramahansa Yo-
ginanda y de Rabindranath Tagore. Entonces llegó el descubrimiento del LU, y ha
sido un profundo creyente desde entonces. No es un urantiano fundamentalista,
pero considera que el LU contiene el «mejor modelo de realidad» que ha encon­
trado hasta el momento.
Fue Christy quien convenció a David para que ofreciera sus servicios a Grims-
ley, y durante quince años trabajó para Veril, aceptando sus voces como genuinas.
Sus compromisos y experiencias emocionales en FOG, y la «proximidad social» que
sentía con los otros miembros, eran tan abrumadores, escribió, que incluso hoy se
esfuerza vanamente en buscar palabras para expresarlos.
Lo mismo se podía decir, continúa, de las emociones que le embargaron des­
pués del 25 de marzo de 1985, por lo que tuvo que adaptar su mente a la terri­
ble experiencia que él y sus compañeros de FOG habían sufrido. Todavía encuen­
tra demasiado doloroso hablar del repentino desplome de FOG y de cómo él mismo
se sentía «asomándose al abismo de la locura total». Tan abrumadoras fueron esas
emociones que creyó que hasta que no entrara en los mundos de estancia no se­
ría capaz de comprender totalmente lo que había sucedido.
Los miembros de FOG estaban tan absorbidos en sus creencias, que Vern ti­
raba sin leer toda carta procedente de cualquier urantiano escéptico. David con­
fiesa que él mismo «no quería oír nada de nadie que no creyera en nuestros men­
sajes, porque, ahora me doy cuenta, mi propia creencia en ellos era tan débil que
dependía de esa creencia ciega para proteger mi propia identidad social y mi bie­
nestar psicológico». Gonsidera que el mismo tipo de «aislamiento cerrado y subje­
tivo del yo» es el que se está desarrollando en el movimiento de la MI. El virus de
la MI, añadió, se está extendiendo rápidamente y está haciendo un daño incalcu­
lable a la Quinta Revelación Epocal. Es consciente de que precisamente este re­
gocijo de pertenecer a un núcleo semisecreto de auténticos creyentes es lo que
puede conducir a los excesos de Jonestovvn y VVaco.
Durante los días de FOG. revela David, el matrimonio de Vern estaba «pla-
gado de hechos violentos», y comenzó a depender del alcohol, circunstancias que
se ocultaron debidamente a sus seguidores. Cuando los mensajes de los seres
invisibles comenzaron a transmitirse a otros miembros, Vern se mostró profun­
damente preocupado por esta erosión de su autoridad. Después del desastre del

414
25 de marzo, Kantor afirma que se implicó en acciones legales para evitar que
Vern repitiera su locura con otros urantianos.
Como revela David, durante varias semanas después del gran desengaño del
25 de marzo, los miembros de FOG le telefoneaban constantemente para con­
vencerle de que las voces de Vern eran auténticas, pero que la historia había dado
un giro imprevisto que libró a Urantia de un supuesto holocausto nuclear. Aque­
llos que telefoneaban con esas racionalizaciones, añade Kantor, son las mismas
personas que ahora apoyan la Misión de Instrucción.
Aunque Kantor sólo tiene duras palabras para describir la paranoia de Grims-
ley y su deseo de poder, habla con mucho entusiasmo de la oratoria de Vern y de
sus «maravillosos y nobles ideales». Sus alocuciones «se encontraban entre los ser­
mones más conmovedores espiritualmente que nunca he oído». Pero Vern se pa­
recía demasiado, escribe David, al Mago de Oz, que usaba inteligentes «trucos má­
gicos» para engañar a sus discípulos.

¿No os habéis dado cuenta que Vern nunca participaba en acontecimientos so­
ciales que no controlaba? ¿Alguna vez le visteis asistir a los seminarios de una con­
ferencia y participar como cualquier otro? ¿Alguna vez le visteis sentarse en un
grupo de discusión y participar como uno de nosotros? Siempre tenía que estar
en la primera plana de actualidad y controlarlo todo. o. por el contrario, se ocul­
taba. por miedo a ser descubierto. ¿Acaso creéis que David Koresh era una inspi­
ración para su pueblo? ¿Y qué ocurre con David Jones o cualquiera de los telee-
vangelistas que manejan a sus oyentes como herramientas para su beneficio político
o personal?
Después del 25 de marzo de 1985. todos los miembros de FOG nos reunimos
y enviamos una disculpa y una declaración pública, que todos nosotros firmamos,
con la excepción de Vern. Rehusó incluso asistir a una sola de las muchas reu­
niones post-mortem que mantuvimos para intentar dar un sentido a lo que nos
había ocurrido.

Kantor sospecha que Christy puede haber usado a Vern para evitar que Ber-
kelev Elliot, de Oklahoma City, ¡construyera una base de poder que rivalizara con
la Hermandad de Chicago!
Hoy Kantor y su esposa Rebecca -que. por cierto, una vez trabajó como secre­
taria de Christy- están dedicados al estudio de la moderna teología cristiana. Kan­
tor está muy impresionado por los recientes estudios bíblicos y por las obras de
los pensadores tanto católicos como protestantes. Ya he mencionado su admira­
ción por Richard Niebuhr. Otros que menciona en Internet como mentores suyos
son Gerd Thiessen, Sallv McFague, Ian Barbour. Mary Gerhardt y Avery Dulles. Está
convencido de que actualmente los teólogos cristianos están intentando unificar

415
ciencia, filosofía y religión precisamente de la forma recomendada por el LU. Cree
que él mismo está luchando por salir a flote de dos peligrosas «zonas de intoxi­
cación» -la excesivamente emocional y la excesivamente intelectual.
Creo que Kantor está ampliando rápidamente su perspectiva religiosa. No me
sorprendería si dentro de unos pocos años siguiera el ejemplo de su amigo Leo
Elliott y rompiera claramente con la secta Urantia.
Hasta este momento no se ha canalizado nada que no armonice con el LU ni
que contenga algo esencialmente nuevo o significativo. La mayoría de las comuni­
caciones procedentes de los seres superiores comparten la misma calidad mediocre
que los mensajes que procedían de los grandes médiums y escritores automáticos
del pasado.
El término «canalismo» se aplica claramente a la transmisión de mensajes pro­
cedentes de entidades que se encuentran en un plano superior de existencia, pero
los miembros de la Misión de Instrucción, al igual que todos los urantianos, son rea­
cios a usar ese termino porque sugiere un parentesco con el canalismo de la Nueva
Era y con la reencarnación. Prefieren llamar a sus contactos «Transmisores-Recep­
tores», o TR.
Cualquiera puede convertirse en un TR Actualmente, se está publicando sufi­
ciente material que explica cómo «entrar en el silencio» y rezar por la luz. ¡En se­
guida un Instructor contactará con nosotros! Aflana, que se comunica con más de
un guipo MI, anunció en 1992 que los seres celestiales estaban trabajando en una
técnica mediante la cual ¡pronto podrían ser parcialmente visibles a sus transmi­
sores! Están apareciendo constantemente publicaciones que informan sobre los
últimos acontecimientos de la Misión de Instrucción.
Una de las publicaciones menos pueriles de la Misión de Instrucción es Spi-
rít Quest, publicada en Ohio por Jim Cleveland. Jim no vive en Cleveland sino
en Cincinnali, donde un grupo está canalizando a Tarkas y a Bakim. El número
seis de Spirít Quest (julio 1994) es una petición a los urantianos para que de­
jen de discutir por la Misión de Instrucción y se amen los unos a los otros. «Es
la misma experiencia la que autentifica la Misión de Instrucción -afirma en uno
de sus artículos-, igual que al leer El Libro de Urantia se verifica la revelación...
Sabes lo que sabes. Y puedes decir a los críticos que sólo tienen que estar allí
-y que pueden hacerlo si simplemente entran en el silencio con una mente y un
corazón abiertos.»
Respondiendo a una pregunta, Tarkas informó al grupo de Cleveland que la re­
belión de Lucifer había sido en efecto sentenciada y que los «espíritus rebeldes ya
no crean ningún problema a los participantes de las MI que están “bañados por
el amor del Padre"».
Cleveland continúa publicando sus aleluyas. Esta es la estrofa final de su can­
ción «Todos somos bendecidos»:

416
In the Heaven up there, we’ll stav the path
To the Father’s brilliant light
Where all that’s good that we do share
Lie precious in I lis sight.
It's a tough life here; it’s a trial sometimes
Faitli comes when you know the store
That the life down here is just a part
And the Heavens hold so much more.

[En el Cielo allá arriba, encontraremos el camino


Hacia la brillante luz del Padre
Donde todo el bien que compartimos
es precioso ante Su vista.
Es una vida difícil; a veces es una prueba
La Fe llega cuando se descubre
Que la vida aquí sólo es una parte
Y que en los Cielos hay mucho más.]

En el número de mayo de 1994 del periódico Spirít Quest se publica un largo


ensayo de Eric Johnson, residente en Denver, que defiende la autenticidad de las
voces de Vem Grimsley. En realidad sí que había un grave riesgo, escribe, de que
la tercera guerra mundial se hubiera desencadenado a raíz de un primer ataque
soviético.

Vern estaba desempeñando el papel de Jonás, enviado a advertir del peligro a la ciu­
dad de Nínive. Advirtió, rezó, pasó el peligro y Dios se sintió satisfecho. Pero noso­
tros no hemos sitio misericordiosos con Vem. ni tampoco con nosotros mismos si
fuimos sus seguidores. No teníamos ni la menor idea que los campamentos bien
abastecidos y las trincheras se encontraban en una posición de repliegue en caso
de que estallara la guerra. Y casi estalló. Gracias a Dios que finalmente no ocurrió,
pero eso no significa que la información de Vern estuviera equivocada ni que el pro­
ceso hubiera sido un engaño.

Eric (de diecinueve años) lamenta los deslucidos esfuerzos de la Fundación para
evangelizar el mundo. Confía en que la Misión de Instrucción revitalice la Quinta
Revelación Epoca!. Se es1i animando a los grupos de estudio a aprender las lec­
ciones de Curso de milagros y a practicar ejercicios que fomenten el amor entre
las personas.
Cleveland incluso escribió una canción titulada «Backseat Children». Comienza
con esta absolutamente prescindible estrofa:

417
If we’II just get along, the tiip will pass
by joyful and serene
And vve will share our time in vvonderment
And watch the passing scene
With the Father’s toad map well in hand
Our guidance from Supremo
We can make the world a better place
Eacli day our spirits sing.

[Si seguimos, el viaje terminará


con alegría y serenidad.
Y compartiremos nuestro tiempo en asombro
Y contemplaremos la escena que ha terminado.
Con el mapa de carreteras del Padre en nuestra mano.
Nuestra guía del Supremo.
Podemos hacer del mundo un lugar mejor.
Y cada dia nuestro espíritu canta.l

Un activo grupo de urantianos de West Sedona, Atizona, llamado el Aquarian


Concepts Community, está enviando escritos anunciando que el mismo Maquiventa
Melquisedec ha informado que en diciembre de 1989 el I lijo Creador de nuestro
universo local le había nombrado Príncipe Planetario. West Sedona ha sido esco­
gido como su cuartel general. El y sus asistentes son. por supuesto, invisibles por­
que habitan en una dimensión superior.
El número de mayo/junio de 1993 de la publicación de este grupo, The S¿iIvinfi­
lón Circuit, ofrece un mensaje a cuatro páginas de Melquisedec. En él afirma que se
está apareciendo «a los reservistas cósmicos y urantianos para traer y anunciar la
primera etapa de vida y luz en Urantia dentro de la jurisdicción y control de la Bri­
llante Estrella Matutina de Salvingtón, tal como fue ordenado por Cristo Miguel» y
«transmitido a través del Complemento Material, Gabriel de Sedona». Caligastia no
está muerto, como sostienen otras MI, sino que está haciendo todo lo que puede
para desacreditar al grupo de Sedona. Las donaciones para su gran obra se pueden
enviar a su Planetary Center of Light, POB 3946, West Sedona, AZ 86340.
El grupo de Sedona, aceptando instrucciones de un ser celestial llamado Pala­
dín, afirma que los documentos originales del LUcontenían información apoyando
tanto la reencarnación como la astrología. Como Sadler no creía en ellas, comenzó
una «degradación sistemática de esos documentos» eliminando todas las referen­
cias a la astrología y a la reencarnación. Este grupo de Nueva Era afirma que el
LU sólo contiene la primera décima parte de la Quinta Revelación Epocal. Las otras
nueve décimas partes están siendo otorgadas por sus contactos celestiales.

418
A comienzos de los años ochenta, un urantiano de Toronto que se hace lla­
mar Edward comenzó a entrar en estado de trance y actualmente está canali­
zando a una variedad de ángeles. Se puede leer sobre este asunto en el dispa­
ratado libro de Timothy Wyllie, Dolphins, ETs, and Angels. Este libro se publicó
por primera vez en 1984, pero actualmente se puede adquirir en formato de li­
bro de bolsillo en una edición de 1992, publicada por Bear and Company, una
editorial de Santa Fe, Nuevo México, especializada en literatura ocultista.
Wyllie es un arquitecto británico que durante quince años fue el líder de la Igle­
sia del Juicio Final, fundada en Inglaterra por Robert DeGrimson. (Ahora se llama
La Fe Fundacional en Dios.) Los miembros, que llevan largas vestiduras, difunden
la doctrina de que Jesús y Satán se reconciliarán al final v que la humanidad está
en vías de destrucción, después de lo cual Jesús regresará a la tierra y Satán será
el encargado de realizar los juicios de Cristo.
Wyllie utiliza toda la parafernalia de la Nueva Era: viajes astrales, FES, sanación
pública, extraterrestres en ovnis, etc. En la página 32 nos cuenta cómo se puede
hacer desaparecer una nube al concentrar «energía cálida» sobre ella. Descubrió
que podía comunicarse telepáticamente con los delfines. Un delfín de Clearwater
Bay, Florida, le presentó a los ángeles del LU. «Ahora ya sabes lo suficiente de no­
sotros -dijo el delfín (página 218)-, ¡pero muy poco sobre ellos!»
El LU impactó profundamente a Wyllie. Está convencido de que la Quinta Re­
velación Epocal está en marcha, que los circuitos de energía se han abierto, y que
los ángeles están contactando con urantianos de todos los lugares para difundir
la gran era de «Vida y Luz». No sé lo que pasa ahora en Toronto, pero en 1982
Edward estaba canalizando a Shelena, Shandron, Durandior, Talantia, Beatea y Joy.
Un amigo de Wyllie vio a Caligastia mirando a través de la ventana de su dormi­
torio que se encontraba en el segundo piso. «No fue... una visión agradable.» Cuando
el amigo quiso tocar a la sombra, el archidemonio desapareció, dejando al amigo
inundado de «una ola tangible de perdón y amor para lodo del Universo» (página
141). El libro finaliza con un mensaje de Miguel canalizado por Edward «en un to­
rrente de escritura automática».
Parece como si los de la Nueva Era comenzaran a descubrir el LU. ¿Qué piensa
Shirley MacLaine de todo esto, me pregunto?
¿Desaparecerá alguna vez esta epidemia de nuevo canalismo (Joe Pope, el grupo
de Wood Cross, el grupo de Sedona y el cada vez mayor número de miembros de
la Misión de Instrucción) de forma tan radical como las voces de Grimsley? ¿O re­
picará un toque de difuntos para el movimiento urantiano? En la actualidad los
grupos de estudio urantianos se están escindiendo en dos bandos profundamente
enemistados -aquellos que aceptan a los nuevos instructores y aquellos que no
los aceptan. El conflicto es especialmente intenso en el área de Los Angeles, donde
Duane Faw dirige a los seguidores de la MI y Lyn Lear encabeza la oposición. No

419
sorprende a nadie que la Fundación Urantia, amenazada por una futura desinte­
gración, haya repudiado toda la MI como falsa, posiblemente iniciada por un to­
davía activo Caligastia. Los auténticos creyentes en una Biblia inspirada casi nunca
miran con amabilidad las nuevas revelaciones que pretenden suplantarla.
¿Podemos imaginamos a los mormones tomándose en serio una nueva revela­
ción dictada por un miembro de la iglesia que afirma estar en con Ficto con el án­
gel Moroni? ¿O a los musulmanes aceptando una nueva revelación de Gabriel que
actualiza el Corán? Es por este motivo por el que las principales corrientes cris­
tianas no tienen ningún interés en el Libro de Mormón, el Corán, los escritos de
Ellen White, la Biblia del reverendo Sun Moon o el Libro de Urantia. Es por este
motivo que la fe judia no está inspirada por el Nuevo Testamento. Porque para los
movimientos religiosos centrados alrededor de un libro santo y divinamente ins­
pirado. ¡una Biblia es suficiente!

Las declaraciones de tantos urantianos de que están manteniendo contacto directo


con los reveladores y de que están recibiendo mensajes liara los fieles son simila­
res a las declaraciones que han perseguido periódicamente a los adventistas. Mu­
cho tiempo antes de que muriera Ellen White, una mujer de la iglesia adventista
tuvo visiones que durante un breve tiempo rivalizaron con las de la señora White,
pero que ella silenció eficazmente al informar que Dios le había dicho que las vi­
siones de su rival eran falsas. Los dos casos más destacados están relacionados
con Amia Garmive, de Petosky, Michigan, y Alina Phillips Rice, de Ogden, Utah.
Otras mujeres adventistas experimentaron visiones similares después de la muerte
de la señora White.
D.M. Canright, en su biografía de Ellen White, escribió (170-171):

Un editorial en A d ve n t Review, 19 de agosto de 1915, dice: «En nuestra experiencia


personal recordamos al menos una docena, durante las últimas dos o tres décadas,
que han afirmado poseer el don profético. Dos o tres de esos casos han derivado
en la más absurda fantasía. En otros casos los supuestos visionarios reconocieron
francamente que su experiencia había sido un error y se acostumbraron a una vida
más tranquila. Otros, quizá, siguen alimentando su fantasía».
Por tanto, entre los adventistas del Séptimo Día ha habido numerosas perso­
nas que han imaginado poseer el don de la profecía. El editor atribuye conecta-
mente todos estos casos a una imaginación desbordada. Como no tenían a nin­
guna hermana White que les apoyara y respaldara, sus visiones acabaron por cesar,
como con toda probabilidad la señora White hubiera hecho en circunstancias si­
milares.

420
El más curioso con mucho de todos los sucesores autodeclarados de la señora
VVhite fue Margaret W. Rowen, de Los Angeles. Como el adventista Richard Schwarz
nos revela en su historia de la iglesia, Light Bearers lo the Remnant un año después
de que Ellen White muriera en 1915, la señora Rowen anunció que Dios la había
escogido para continuar la obra emprendida por la señora White. Tenía por enton­
ces unos cuarenta años y había sido adventista durante cuatro.
Las visiones de Ja señora Rowen copiaban exactamente las de la señora White.
Su cuerpo se volvía rígido y sus ojos se abrían y no pestañeaban. No había signos
de respiración. Comenzaba y terminaba sus trances con gritos de «¡Gloria. Gloria,
Gloria!». Su iglesia disidente, llamada Adventista del Séptimo Día Reformada, pu­
blicó un periódico llamado The Advócate. Falsificó un documento de Ellen White
que la nombraba (a Rowen) nueva líder de la iglesia remanente e intentó intro­
ducirlo en los ficheros del White Estate en Elmshaven. Cuando se demostró ia fal­
sedad, la señora Rowen acusó a los oficiales de la iglesia de haberlo inventado para
desacreditarla. Fue desconfratemizada de su iglesia en Los Ángeles en 1919.
Después del Gran Desengaño de 1844, cuando Jesús no apareció en la fecha
que William Miller había predicho, hubo algunos intentos por parte de otros miem­
bros de fijar nuevas fechas, pero los adventistas del Séptimo Día, después de ha­
berse organizado formalmente como iglesia, han tenido mucho cuidado de no vol­
ver a predecir una fecha específica. En 1923, la señora Rowen cometió el error de
anunciar el Segundo Advenimiento para el 6 de febrero de 1925. Cuando obvia­
mente no sucedió nada, su respuesta fue que había olvidado el tiempo que ijesus
tardaba en hacer el viaje a la tierra después de salir del cielo el 6 de febrero!
El discípulo más ardoroso de la señora Rowen era un médico bastante ingenuo
llamado B.E. Fullmer. La enemistad comenzó a surgir poco a poco entre ellos. En
1926 confesó que había sido él quien había introducido el falso documento de
E.G. White en los archivos White. Cuando descubrió que la señora Rowen estaba
robando dinero de los diezmos para su uso personal, se separó completamente
de ella. La rabia de la señora Rowen no conoció límites. El 27 de febrero de 1927,
Fullmer fue golpeado en la cabeza hasta caer inconsciente con un trozo de tube­
ría. Los vecinos llamaron a la policía. Encontraron a la señora Rowen y a dos ayu­
dantes suyos junto al inconsciente Fullmer, con una pala para enterrar el cuerpo.
Fullmer se recuperó. Los tres fueron declarados culpables de «ataque con arma
mortal» y fueron sentenciados a la penitenciaría de San Quintín. La señora Rowen
consiguió la libertad condicional después de pasar un año en prisión. Trasladó su
sede central a Florida, donde ella y el «rowenismo» desaparecieron en una agra­
dable oscuridad.
El último ejemplo de un antiguo adventista que imaginó estar en contacto di­
recto con Dios y los ángeles fue Vernon Howell, que se autodenominó David Ko-
resh y que dirigió la secta Rama de los Davidianos cerca de Waco, Texas. El ori­

421
gen de la secta se remonta a un grupo disidente adventista dirigido por Benjamín
L. Roden (1905-1978). Roden afirmaba ser el sucesor de Víctor Tasho I Iouteff (1885-
1955). Inmigrante búlgaro, I Iouteff se convenció de que los adventistas se habían
vuelto corruptos y tibios, y que Dios le había escogido a él para reformar el movi­
miento. En 1935, después de que su iglesia de Los Angeles le hubiera expulsado,
se dirigió con un pequeño grupo de seguidores hacia el Lago Waco, en Texas, donde
fundó el Centro del Monte Carmelo.
La escatología de Houteff se llamó La Vara del Pastor, basándose en el título
de su primera obra, The Shepherd’s Roci. un libro de 255 páginas que publicó él
mismo en 1930. (El volumen segundo de este libro apareció en 1932.) La «vara»
se refiere a la vara que Moisés llevaba cuando dirigió el primer éxodo desde Egipto.
Houteff se vio a sí mismo liderando un segundo éxodo de los fieles que quedaban
fuera del «Egipto» (mundialidad) de una iglesia materna degenerada.
En 1942, Houteff denominó a su grupo los Adventistas Davidianos del Séptimo
Día. Predicó que los fieles remanentes, al menos 144.000 (Apocalipsis 7:4; 14:1 y 3),
pronto se reunirían en Palestina, donde sería fundado el Reino de David para pre­
parar el regreso de Jesús. Este acontecimiento sería el comienzo del quinto sello
(Apocalipsis (5:9), sobre el cual Koresh afirmaba que estaba escribiendo un tratado.
Después de que Houteff muriera en 1955, año en que se publicó el LU, su viuda,
Marcella, se hizo cargo de la secta. El Centro del Monte Carmelo contaba enton­
ces con unos 125 residentes. Vendió la propiedad del Lago Waco, trasladó su sede
central unos 25 km al norte, a Elk. Texas, en las afueras de Waco, y la llamó «Nuevo
Monte Carmelo». Fue allí donde cometió un error tan estúpido como el de la se­
ñora Rowen -un error que muchos davidianos niegan enérgicamente. Anunció que
el 22 de abril de 1959 Dios expulsaría a todos los judíos y árabes de Palestina
para que allí se pudiera establecer el Reino de David.
Cuando pasó esta fecha y nada sucedió, la mayoría de sus seguidores abando­
naron la zona, avergonzados y desilusionados. Algunos regresaron al Adventismo del
Séptimo Día, otros engrosaron la nómina de otras iglesias y otros muchos no se unie­
ron a ninguna. En diciembre de 1961, Marcella se disculpó por su desatino e intentó
sin éxito disolver la secta. Todavía vive, pero se desconoce su paradero, es como si
se la hubiera tragado la tierra. Me han dicho que está viviendo en California y que
ha cambiado su apellido por el de Eakin.
Unos cuantos seguidores de la señora Houteff continuaron en el Centro del
Nuevo Monte Carmelo bajo el liderazgo de Benjamín Roden, un hombre de ne­
gocios de Odessa, Texas. Se autodenominaron Rama de los Adventistas del Sép­
timo Día. Después de que Roden muriera en 1978, su mujer Lois se hizo cargo
del guipo. Cuando murió en 1986, el control de la secta pasó a su hijo George.
En 1982 un joven guitarrista tejano de pelo largo llamado Vemon Wayne Ho-
vvell, nacido en I Iouston en 1959 de una madre soltera adolescente, llegó a Waco.

422
Acababa de ser expulsado de la iglesia adventista del Séptimo Día de Tyler, Texas,
a los 21 años, por haberse acostado con la hija menor de edad de un pastor de
la iglesia. Por entonces ya se había convertido en un devoto seguidor de Roden.
Durante un tiempo Hovvell intentó sin éxito fundar una rama de los davidia-
nos en Los Ángeles. De regreso a Waco. él y la mucho mayor que él Lois Roden
se convirtieron en amantes. Su hijo George acusó a Hovvell de violar a su madre,
y los dos hombres se vieron envueltos en una lucha de poder por el control de
la colonia. Hubo una pelea a pistola en 1987. Roden recibió un disparo pero no
murió. Un jurado exculpó a Hovvell del caigo de asesinato frustrado. Según el ar­
tículo de Ivan Solotaroff, «The Last Revelation from Waco», aparecido en Squire
(julio de 1993), George fue declarado loco en 1990 por haber matado a un hom­
bre convencido de que Hovvell le había contratado para matarle a él. Roden fue
enviado al hospital psiquiátrico de Vernon (Texas), donde todavía permanece re­
cluido.
En 1990, Hovvell, convertido en líder de la secta, cambió su apellido por el de
Koresh, el nombre hebreo de Cyrus, y denominó a su secta la Rama de los Davi­
dianos. Por lo visto no sabía que una anterior secta de Florida denominada Ko-
reshanity había sido dirigida por Cyrus Teed, que también se autodenominaba Ko­
resh. Los seguidores de esta secta creían que nuestra tierra era una esfera hueca,
y ¡que nosotros vivimos en su interior! En mi libro La ciencia, lo bueno, lo malo y
lo falso y en el capítulo 2 de mi libro Extravagancias y disparates se pueden co­
nocer más datos sobre esta secta.
El 28 de febrero de 1993, aproximadamente un centenar de agentes federales
tomaron por asalto la sede central de la secta en Waco para arrestar a Koresh con
el cargo de almacenar armas ilegales. Cuatro agentes y varios miembros de la Rama
Davidiana resultaron muertos en la breve contienda. Una broma circulaba por los
alrededores: las letras de WACO querían decir «We Aint't Corning Out» (No vamos
a salir). El 19 de abril, después de que los agentes federales abrieran los muros del
recinto y llenaran sus habitaciones de gas lacrimógeno no letal, se cree que Ko­
resh ordenó incendiar el lugar. Todavía permanecían en el interior ochenta y siete
fieles. Fue el caso más horrible de suicidio de masas desde que Jim Jones enve­
nenó a cientos de sus seguidores. El esqueleto de Koresh tenía un agujero de bala
que le atravesaba la frente.
Pequeños grupos de leales davidianos llevaron las doctrinas de Houteff a otros
lugares de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, este de África, Suramérica y las Fi­
lipinas. Están tan en desacuerdo entre ellos mismos como lo están con los ad­
ventistas del Séptimo Día. El grupo mayor se encuentra en Exeter, Missouri. Se
creó en 1961 entre un grupo de antiguos davidianos de Waco, dirigidos por Mar­
tin J. Bingham (1903-1988) que se había opuesto enérgicamente a las descabella­
das profecías de la señora I Iouteff. Primero se organizaron en California como Ad-

423
ventístas Davidianos del Séptimo Día, y tuvieron su cuartel general en Riverside,
California, hasta 1970 cuando se trasladaron a una propiedad que habían com­
prado en Exeter. Su Universal Publishing Association, en Bashan Hill, Exeter, edita
muchas publicaciones y distribuye literatura divulgando los puntos de vista y las
profecías de Houteff.
Los davidianos de Exeter no tienen ninguna conexión con la secta de Waco, de
cuyo líder creían que estaba loco. Al igual que todos los davidianos, se consideran
verdaderos adventistas del Séptimo Día que todavía permanecen leales a las en­
señanzas de la hermana White. No somos «vástagos» del Adventismo del Séptimo
Día, declaró Houteff en un sermón en 1949, sino «resultados». Hasta nuestros (.lías
los davidianos siguen dedicados a las enseñanzas de Houteff -doctrinas que creen
que su iglesia materna ha abandonado hace más de un siglo.
En 1993. apareció en Waco la ex esposa de George Roden, Amo Bishop Ro­
cíen. Según Time (17 de enero de 1994), está viviendo en una pequeña casita pro­
piedad de la secta, donde vende cintas de vídeo en las que afirma que el fuego lo
iniciaron los lanzallamas de los tanques del FBI.

En lo que concierne a los nuevos canalizadores de la Misión de Instrucción en la


escena urantiana. es imposible calcular cuántos fieles se están tomando estas re­
velaciones en serio. Una aproximación a la actual epidemia fue realizada por el
urantiano Stephen lan Mclntosh en su artículo «Channelers Expose Urantia Book
Fundamentalism», publicado en Urantia Sojoum (primavera/verano, 1992). Aun­
que Mclntosh se muestra crítico ante el nuevo canalismo, no lo repudia totalmente.
Aconsej¿i a los urantianos que sean imparciales, que esperen y vean cómo se de­
sarrollan los acontecimientos. «En este momento -escribe-, emitir un juicio defi­
nitivo sobre estas comunicaciones canalizadas sería en cierta medida prematuro...
Soy ambivalente. No las descarto completamente.»
Es más, Mclntosh piensa que aunque el LU es una «sagrada escritura» y «el li­
bro más importante y poderoso que el planeta ha conocido, no es en absoluto
una obra perfecta y acabada». En otras palabras, los fundamentalistas urantianos
no deberían descartar el nuevo canalismo sólo porque puede entrar en conflicto
con algunos puntos del LU. «La especulación paranoide basada en el miedo pa­
rece ser una especialidad entre algunos fieles con relación a El Libro de Urantia.
pero, afortunadamente, la mayoría de los lectores sensatos no manifestarán hos­
tilidad hacia este nuevo desarrollo hasta que los acontecimientos requieran tal
reacción.»
La Fundación Urantia rechaza enérgicamente la Misión de Instrucción. Su
Urantia News (noviembre de 1993) advirtió contra el estallido de lo que se co­

424
noce como el «canalismo» de la Nueva Era. Se cita el LU para aconsejar a los
lectores que no interpreten erróneamente «lo que surge de los recuerdos de los
niveles inconscientes de la mente humana» (LU 1.099). Citando de la misma pá­
gina: «No dehe cultivarse nunca, bajo ninguna circunstancia, el estado semejante
al trance de una conciencia visionaria como experiencia religiosa». Y de la pá­
gina 2.089 se extrae un fragmento sobre cómo Jesús nunca se dio el gusto de
ver visiones y oír voces.
Irónicamente, para cualquiera que no sea un urantiano o un adventista del Sép­
timo Día, tanto el Adventismo como el LU tuvieron su origen precisamente en esta
clase de canalismo. Ellen YVhite basó sus doctrinas en visiones y sueños. El LU se
apoya en las voces que fueron primero canalizadas por Wilfred y posteriormente
oídas por el doctor Sadler y otras personas próximas a él.
El último número que he consultado de T/R News Network (vol. 2, n.s 7, agosto
1994) está repleto de extractos de mensajes que los seres celestiales han enviado
recientemente a través de los transmisores de la MI. Todos los mensajes parecen
estar de acuerdo en que sucederán muy pronto los siguientes acontecimientos:
1. El regreso a la tierra de Adán y Eva. Según Norsen, «están esperando con
gran alegría la oportunidad que nuestro gracioso Hijo y el Padre y los Más Eleva­
dos y los Ancianos de los Días les han concedido».
2. El regreso a la tierra en forma visible de Maquiventa Melquisedec, ahora Prín­
cipe Planetario de Urantia. Dijo Lleewena: «Estamos haciendo los preparativos para
su llegada a Urantia. En efecto, os ha visitado brevemente en Naperville el último
abril; sin embargo, por razones desconocidas no permaneció mucho tiempo. 1.a
visita de regreso está prevista en algún momento de noviembre/diciembre de este
año [1994]. Su destino exacto todavía no se nos ha revelado».
3. Frico después de la llegada de Maquiventa Melquisedec. el mismo Miguel se
encarnará de nuevo en Urantia en forma humana visible.
4. Los seres celestiales construirán en Urantia doce «universidades» para ense­
ñar y anunciar la era ele la vida y la luz. Para su construcción real, según Darana-
dek, hay que esperar el envío de «manito», un material hecho de moronda, que se
utiliza para la construcción de los «niveles superiores de vuestras universidades».
Ésta es la primera vez que he oído hablar del manilo.
5. El Arbol de la Vida que una vez floreció en el Edén se volverá a plantar en
la tierra. Será necesario, dice Norsen, para proporcionar el sustento a los cuerpos
materiales de los Melquisedec cuando se materialicen aquí.
En septiembre de 1994, recibí por correo un paquete, que no había pedido,
que incluía 50 folletos enviados por Beryl McCandless desde una Misión de Ins­
trucción de Piltsburgh. La carta de Beryl lleva una paloma de la paz en la parte
superior y un arco iris impreso a través de la página. En el folleto hay un men­
saje transmitido por Gabriel a través de Beryl «de acuerdo con la dirección del

425
querido hermano Miguel». Se solicitan contribuciones para la Misión de Ins­
trucción. La carta finaliza con «¡Amor, Luz y Alegría!».
El mensaje de Gabriel está tan repleto de las trivialidades que proceden de los
transmisores de las MI, que sólo reproduciré sus últimos cuatro párrafos.

No se necesitan recitaciones, preparaciones, títulos, especial ización o permisos para


acudir a mí. Hijo mío de la tierra, todo lo que se necesita es un corazón serio y hu­
milde que sea sencillo y sincero. ¡Yo s i e m i w : escucho! Sabrás por la paz que te inunda
que te he escuchado y le he bendecido amorosamente.
Mis palabras están dirigidas a t o d o s , especialmente a aquellos que creen que
no son merecedores de atención. El merecimiento sólo es una palabra usada en los
juicios, no en el amor, y o s o y a m o r . Has sido formado en el amor. Donde YO e s t o y
hay a m o r .
Hijo mío, conocerme es conocerte a ti mismo. ¡Qué gloriosa es esta revelación!
Cuando me ames, comenzarás a amarte a ti mismo. ¡Al amarte a ti mismo, amarás
a tu prójimo como a ti mismo! ¡Este círculo maravillosamente perfecto no tiene fin!
El. a m o r es todo. Yo s o y .a m o r . Yo soy todo lo que existe. Tú eres parte de todo
esto. T ú. Tú eres amado. ¡Yo soy Dios el Padre Poderoso que te ama!

En el verano de 1994, los creyentes en la Misión de Instrucción se reunieron


en Spokane, Washington, para celebrar su primera conferencia anual. Robert Sla-
gle fue el orador más destacado. Asistieron más de un centenar de urantianos (mu­
chos de ellos llegaron en coche desde Florida). Su entusiasmo por el nuevo «tiempo
de corrección» se puede detectar en una descripción de la conferencia enviada por
Internet y escrita por Fred Harris de Tallahassee. «La alegría y excitación -escri­
bió- se convirtió en la fiesta del abrazo.» Slagle, Byron Belitsos y otros fieles die­
ron conferencias inspiradas. Lilly Frazier cantó solos musicales. Rick Giles y llal
Bynum tocaron las guitarras. Jeannie George representó un acto de una conocida
comedia.
«Al final -continuó Harris-, lodos nos abrazamos y abrazamos... El Amor que
Jim McCalloon afirma que brota de mis ojos no era más que el reflejo del amor
que estaba siendo derramado...» Los Instructores conectaron con sus canales «y
confirmaron que estábamos en proceso de ayudar al mundo gracias a poderes sa­
nadores que se nos concederían. A todos nosotros se nos pidió que buscáramos
el silencio diariamente y que prestáramos servicio con un semblante alegre a to­
dos aquellos con los que nos tropecemos en nuestros caminos».
La conferencia finalizó con todo el mundo cantando lo que Harris denomina
la «ya famosa canción del abrazo». Supongo que en efecto se puede considerar
progreso que en el movimiento de Urantia los creyentes ahora se abracen más de
lo que se abrazaban en el LU.

426
XIX
La gran rebelión

Otra grave amenaza para la unidad urantiana, tan grave como los acontecimien­
tos detallados en los dos capítulos anteriores, es una reciente rebelión de uran-
Lianos contra la Fundación Urantia del 533 de Diversey Parkway, Chicago. La re­
belión fue encabezada por David Elders, presidente de la Urantia Brotherhood, y
su vicepresidente, Marilynn Kulieke, una prima por matrimonio de Mark Kulieke,
a quien conocimos antes.
La amarga disputa estalló en 1990. El elemento clave de la controversia es la
insistencia de la Fundación por poseer el control exclusivo sobre la propiedad in­
telectual y las ventas del LU, y el control exclusivo sobre el uso del logotipo de
Urantia, los tres círculos concéntricos azules sobre un fondo blanco (LU 606). Es
más, durante décadas los administradores de la Fundación han seguido la norma
de frenar la promoción del LU de acuerdo con estrictas órdenes dadas por los re­
veladores. «Crecimiento lento», con frecuencia en mayúsculas, es la estrategia que
Martin Myers, hasta muy recientemente presidente de la Fundación, insiste que le
fue comunicada por los seres celestiales. En una conferencia de 1973 titulada «Uni­
dad, no Uniformidad», dijo: «Un crecimiento excesivo sería suicida. El libro se está
entregando a todos aquellos que están preparados para recibirlo, mucho antes de
su misión mundial».
Hasta la fecha el movimiento de Urantia no ha hecho ninguna tentativa para
fundar iglesias u ordenar ministros, aunque desde 1956 a 1969 Sadler dirigió una
Urantia Brotherhood School cuyas clases se impartían semanalmente en el 533
de Diversey. I lelen Carlson, a quien conocimos en el capítulo 7, era la secretaria
de la escuela. Se concedía el título de «líder certificado» a los alumnos que apro­

427
baban seis cursos especializados, y el título de «instructor ordenado» a los estu­
diantes que aprobaban doce cursos. Es muy probable que la palabra «ordenado»
indique, como he sugerido anteriormente, que Sadler tenía en mente algún tipo
de iglesia organizada. En cualquier caso, la idea de una iglesia formal nunca se
materializó, y hace mucho tiempo que la mayoría de los registros de la Brother-
hood School fueron destruidos.
Desde entonces la Fundación ha potenciado la lenta difusión de la fe a través
de los grupos de estudio locales, que consisten en diez o más miembros, y sus con­
tactos personales con los de fuera. No hay rituales sagrados en las reuniones de
esos grupos de estudio. Helen Carlson ha testificado que las reuniones del Forum
generalmente finalizaban con una bendición. No hay un servicio matrimonial uran-
tiano, aunque sí un servicio funerario. En los últimos años, cada vez más creyen­
tes, en especial el reverendo Meredith Sprunger, han expresado su esperanza en
la transformación del movimiento en una iglesia completa, con sus ministros or­
denados, sus rituales y sus himnos urantianos.
Por razones que no logro entender, el LU parece haber levantando más expec­
tación entre los francófonos que en los Estados Unidos. En 1961, Jacques Weiss
publicó en París una traducción al francés en tres volúmenes con el título La Cos­
mogonía d'Urantía. Rápidamente se agotó la edición. (Weiss, por cierto, es un ocul­
tista que cree firmemente en la reencarnación.) La Fundación Urantia llevó a jui­
cio a Weiss por no haber pedido permiso para la traducción. La Fundación publicó
posteriormente su propia traducción en 1982 con el nuevo título de Le Livre d'U-
rantia. Desde entonces ha atraído a una gran cantidad de seguidores tanto en Fran­
cia como en el Quebec fracófono.
Como cabría esperar, la popularidad del LU en Francia y Quebec ha desen­
cadenado la publicación de diversos libros que atacan el movimiento. Conozco
al menos cuatro de ellos: L ’Évangile de Van 2000 (1974), escrito por L. Gagnon,
un sacerdote católico; Le mythe de IVianda (1981). escrito por L. Michaud, de
Scarborough College, Universidad de Toronto; A Propos de The Vianda Book et
de la Bible (1982), escrito por G. Giroux, y Le Verbe s'est fait livre (1990), escrito
por Jacques Rhéaume, un profesor de teología de la Universidad de Laval, Que­
bec. La tesis doctoral de Rhéaume sobre el LU, escrita para la Universidad de
Ottawa, también está en francés. Los cuatro libros atacan el LU por su alejamiento
radical de la ortodoxia cristiana. Michaud argumenta que el LU fue inspirado
por Satán, punto de vista compartido también por varios adventistas del Sép­
timo Día que conocen el LU.
En España, Finlandia y Estonia han aparecido traducciones no oficiales del LU.
Como he mencionado antes, las traducciones oficiales al ruso y holandés están en
marcha. En 1993, se publicaron las traducciones autorizadas al finlandés y al es­
pañol, así como la decimoprimera edición del LU en inglés, y las exhaustivas concor­

428
dancias entre el inglés y el finlandés. En España, un escritor llamado J.J. Benítez
ha estado plagiando durante años el LU al incorporar extensos fragmentos del li­
bro en sus cuatro novelas fantásticas, con otra en camino. La Fundación se mues­
tra impotente para luchar contra esto.
La Hermandad Urantiana (Urantia Brotherhood) fue fundada en 1955 por 36
miembros del Forum con el objetivo de ser el brazo derecho de la Fundación, es­
pecialmente para gestionar las ventas y distribución del LU. En 1989, cuando la
Fundación le negó a la Hermandad el derecho de vender el LU o de usar el nom­
bre «Urantia» o el logotipo de los tres círculos, la Hermandad decidió separarse.
Desde 1955, su cuartel general se encontraba en el 533 de Diversey, en el mismo
edificio ocupado por la Fundación -el edificio donde los Sadler vivieron y ejercie­
ron su práctica médica.
Después de la ruptura, la Hermandad cambió su nombre por el de Fifth Epo-
chal Fellowship (FEF) y en 1989 se trasladó a unas pocas manzanas al sur de Di­
versey, al 529 de Wrightwood Avenue, en el área de Lincoln Park. Sus primeras
publicaciones, Urantia Brotherhood Bulletin y The Urantian continúan editándose
bajo los nuevos nombres de The Fifth Epochal Fellowship Bulletin y The Journal
o í the Fifth Fpoch¿il Fellowship.
En el momento de escribir este libro. 18 de las 21 sociedades del LU, incluyendo
FUSLA (First Urantia Society of Los Angeles), han decidido abandonar la Funda­
ción y unirse a la Fifth Epochal Fellowship. Tres de los cinco administradores de
la Fundación, Gloriann Harris (que también trabajó como jefe de oficina y conta­
ble), Frank Sgaraglino y Helen Sprague, fueron despedidos en 1989 para ser reem­
plazados por amigos de Martin Myers. Uno de los nuevos administradores es Pa­
tricia Sadler Mundelius, de Danville, California, la hija de Bill Sadler Jr.
Lyn Davis Lear, la esposa del magnate de la televisión Norman Lear, es un miem­
bro activo de la Fifth Epochal Fellowship. Estará prestando servicio al Consejo hasta
el año 2000. Hace unos pocos años cuando Norman le preguntó qué es lo que
más deseaba para su cumpleaños (o quizá era por un aniversario de boda), se ru­
moreó que le contestó que el mejor regalo que le podía hacer era leer el LU. No
sé si Norman lo ha hecho. Si es así, no me lo puedo imaginar aceptando el LU
como una auténtica revelación procedente de los seres celestiales.
Para sustituir a la perdida Hermandad, la Fundación creó una Urantia Brot­
herhood Association. Myers, licenciado en derecho por la Universidad de Kansas,
dimitió de su puesto como vicepresidente de un banco de Chicago y de un banco
de depósito para dedicarse a tiempo completo a la dirección de la Fundación. Na­
cido en Kansas en 1941, hijo de un médico, Myers fue introducido en el LU por
Vem Grimsley, su hennano de la fraternidad Sigma Chi. (La apostasía FOG de Grims-
ley se trató en el capitulo 17.) Hay pruebas de que Myers ha expresado pública­
mente que abrir el LU fue uno de los momentos más felices de su vida.
En 1992, los nuevos administradores votaron unánimamente a favor de la ex­
pulsión de Myers del cuadro directivo. Ahora vive en Evanston, Illinois, y tiene un
proceso de demanda interpuesto por los administradores por «acusación ilegítima».
Uno de los administradores, K. Richard Keeler, ha iniciado una acción legal con­
tra Myers y su esposa, Diane, con el objeto de conseguir un interdicto que evite la
publicación de un documento libelo sobre cómo Keeler burló la ley acusado por
un presunto delito de abuso a una menor. Keeler exige que le devuelvan todas las
copias del documento.
En agosto de 1994, los cinco administradores de la Fundación eran Patricia Mun-
delius (presidente), Richard Keeler (actuando como director ejecutivo), Thomas C.
Burns, Hoite C. Caston y Philip A Rolnick. Se dice que Keeler es el principal con­
tribuyente financiero de la Fundación. Nacido en Bartlesville, Oklahoma, heredó
una fortuna de muchos millones de dólares de su padre, un funcionario de la Phi­
llips Petroleum Company.
La rebelión contra la Fundación alcanzó su punto culminante en 1991 cuando
la Fundación inició una acción legal contra Kristen Maaherra. Maaberra es un nom­
bre finlandés que significa «Señor de la Tierra». Casada y con cuatro hijos de un
matrimonio anterior con un hombre ya fallecido, Maaherra reside en Jamestown.
Colorado, una ciudad situada a unos 20 kilómetros al norte de Boulder, con su
actual marido, Eric Schaveland. Ha sido una devota urantiana durante más de veinte
años. La cólera de la Fundación se alzó sobre ella porque preparó un índice so­
bre el LU, en un disquete, y distribuyó copias gratuitas del disco, así como copias
impresas, a sus amigos. Fiel a sus antiguas costumbres, la Fundación demandó a
Maaherra por violar la propiedad intelectual que desde 1955 posee sobre el LU,
que habían renovado en 1983.
La Fundación también acusa a Maaherra de violar la ley de propiedad intelec­
tual al utilizar el logotipo de los tres círculos en el disco. Para Maaherra ese sím­
bolo es de dominio público al igual que la cruz cristiana, la Estrella de David de
los judíos o el círculo bisecado del ying-yang de los budistas. ¿Por qué, quiere sa­
ber Maaherra, está prohibido imprimir los círculos en su papel de corresponden­
cia o llevarlos en un pin en la solapa? Aunque parezca increíble, la Fundación tam­
bién le ordenó que no llevara su anillo de matrimonio ¡porque mostraba los tres
círculos!
Es divertido observar que el popular libro Course in Miracles, que Heien Schuct-
man sostiene que le fue dictado por el mismo Jesús, también está registrado como
propiedad intelectual. La Fundación para la Paz Interior, propietaria de los dere­
chos de autor, está tan dispuesta a prohibir la difusión de cualquier copia no au­
torizada del libro como la Fundación Urantia. Helen nunca dudó que fue Jesús
quien guió sus manos mientras ella escribía a máquina el Course in Miracles, ni
tiene la más mínima duda sobre Kenneth y Gloria Wapnick, que la ayudaron a edi-

430
Lar el Course y que son sus principales difusores. Como explica el matrimonio Wap-
nick en The Lighthouse (septiembre de 1993), ciertas partes dictadas por Jesús se
suprimieron del Course «porque así lo mandó el mismo Jesús», al igual que los su-
permortales ordenaron a Sadler suprimir material canalizado del LU. Las restric­
ciones sobre la propiedad intelectual del Course se tratan con detalle en el nú­
mero de marzo de 1993 de The Lighthouse.
¿Exactamente cómo estaba protegido por la ley de propiedad intelectual The
Course in Miníeles? Los detalles nos los ofrecen el matrimonio Wapnick, Judith
Skutch Whiston y Robert Skutch (el primer marido de Judith), en The Lighthouse
de diciembre de 1992. Los cuatro escucharon la «Voz del Espíritu Santo» antes de
tomar una decisión concerniente a la publicación del Course, pero no estaban pre­
parados para las explícitas instrucciones que Jesús dio a Helen acerca de que el
Course tenía que ser registrado como propiedad intelectual. Esta decisión les sor­
prendió al principio por «no ser característica» cuando se aplica a una obra escrita
por Jesús; sin embargo «como escuchamos a Jesús, procedimos a contactar con la
Oficina de Propiedad Intelectual... Allí nos informaron que los derechos de autor
no se podían conceder a un autor no físico como Jesús, ni siquiera a uno ‘anó­
nimo’». Por otro lado, no podían inscribir el Course con el nombre de Helen por­
que Jesús le había prohibido asociar su nombre al libro. Así lo aceptaron. El libro
fue registrado como «Anónimo» seguido por el nombre de Helen entre paréntesis.
Maaherra y su abogado Joe Lewis. de Washington D.C., afirman que el LU es de
dominio público al igual que la Biblia. Sostienen que tanto los derechos de pro­
piedad intelectual de la Fundación como su renovación son ilegales. En Estados
Unidos para que una obra pueda ser registrada como propiedad intelectual tiene
que tener un autor o autores humanos que deben ser especificados. Los autores
celestiales del LU, insiste Maaherra, obviamente no son humanos. Merece la pena
observar que I Iarold Sherman, en su famoso capítulo sobre el LU en How to Know
What to Believe, previo un pleito similar. «Es posible -escribe (página 94)- que la
propiedad intelectual [sobre el LU] no sea válida porque el libro no está registrado
con ningún nombre individual. Este punto se tendrá que decidir, algún día, ante
un tribunal de justicia.»
La Fundación ha contraatacado afirmando que el movimiento de Urantia no es
una religión, porque no tiene iglesias ni sacerdotes, y que el LU no es una Biblia
sino esencialmente una obra «filosófica» «parcialmente escrita» por autores humanos.
Pueden afirmar esto porque Bill Sadler Jr. ¡había escrito el índice de contenidos!
Sobre estas flojas argumentaciones la Fundación ha denominado al LU «obra de
alquiler». Los administradores han comparado la situación con la de Moisés, cuando
recibió de Dios los Diez Mandamientos. Dios es el auténtico «autor» de los man­
damientos. pero como Moisés los escribió en tablas de piedra, satisface todos los
requisitos para registrarlos como «autor».

431
Algunos argumentos les parecieron a los miembros disidentes de la Fundación
una codiciosa estratagema con la única intención de conservar el control sobre
las ventas del LU. En 1959. por cierto, la Dirección General de Tributos (IRS) con­
cedió a la Fundación la exención de impuestos sobre la base de que «trabaja ex­
clusivamente con un propósito religioso y caritativo». Esto echa por tierra la argu­
mentación de la Fundación de que el movimiento de Urantia no es una «religión».
La quijotesca batalla emprendida por Maaherra contra la Fundación está siendo
firmemente respaldada por una revista satírica llamada Urantian Sojourn. publi­
cada por un grupo disidente de Boulder que se autodenominan Hermandad Dis­
persada (Scattered Brotherhood). El título de la revista refleja nuestra breve estancia
en la tiara mientras preparamos nuestro viaje sin fin a través de las estrellas ha­
cia el Paraíso. En sus páginas se ataca mordazmente, por medio de Liras cómicas
y caricaturas, a Myers y a otros anteriores administradores de la Fundación. Se les
llama endebles, tiranos, mentirosos, enrabietados desequilibrados, engañadores, so-
ciópatas seculares comedores de prestigio, ateos, despreciables, infames, locos, ma­
níacos, corruptos, brutales, antipáticos y personas que disfrutan explotando a los
demás. Estos son algunos de los epítetos que he seleccionado de las páginas de
los primeros cuatro números del Sojourn. Estoy esperando con ansiedad el quinto.
La Fundación ha demandado a Maaherra por 50.000 dólares en concepto de
daños además de los costes del juicio. Si publica una edición en braille del LU,
como piensa hacer, la Fundación ha jurado demandarla de nuevo. Hasta la fecha,
los únicos beneficiarios de esta batalla legal han sido los abogados. Julio Edwards,
un miembro desinteresado del grupo de Boulder, ha comparado la situación a la
de dos granjeros que se disputan a quién le pertenece una vaca. Uno tira de la ca­
beza de la vaca y el otro tira de la cola. Mientras este tira y afloja continúa, un abo­
gado llega y ordeña la vaca. No es necesario añadir que cada parte del conflicto
acusa a la otra de encontrarse bajo la influencia de Caligastia. Las injurias que se
cruzan las partes en conflicto son incesantes. Parece absolutamente fuera de lu­
gar entre los miembros de una secta que afirman seguir las enseñanzas de Jesús
acerca de amar a los propios enemigos.
Mark Kulieke, en el número de julio de 1993 del periódico urantiano Pervaded
Space, escribió un artículo demoledor para la Fundación por lo que él considera
un aumento injustificado del precio del LU de 34 dólares al «escandaloso precio
de 48 dólares».

Con el aumento del precio, la demanda volverá a reducirse de nuevo. Vuestra polí­
tica consiste en impedir a los que buscan la verdad encontrar las verdades que sa­
tisfacen al alma y que están contenidas en E l L ib ro (le Urantia. Lo que fue un grave
error en 1979 lo será de nuevo en 1993. Con el aumento de precio desaparecerá el
poco apoyo del que todavía disfrutáis. Asi tendrá que ser. Personalmente os consi­
dero el mayor obstáculo para el bienestar de la quinta revelación epocal y haré todo
lo que esté en mi mano para que vuestro control tenga un rápido final. Sois unos
administradores infieles y llegará finalmente el día en que rindáis cuenta por ello.

Cuando se le hizo cada vez más evidente a la Fundación que podía perder sus
derechos sobre el LU, comenzó a tomar medidas para evitar que su demanda lle­
gara a los tribunales. Durante cuatro años adoptó la táctica de retrasar en lo po­
sible el avance del pleito, empleando cualquier maniobra, con la intención de arrui­
nar a Maaherra. Por supuesto, también la Fundación gasta enormes sumas de dinero
en pagar los honorarios de los abogados, dinero obtenido de los fieles, para lu­
char contra esta valiente y persistente mujer. No soy capaz de comprender por qué
los administradores están tan molestos con ese índice. La primera edición del LU,
en 1955, afirmaba que un «exhaustivo índice» se publicaría muy pronto. No fue
hasta 1994, casi 40 años después, cuando la Fundación publicó su Concordance
del LU, una obra voluminosa que se vende por 65 dólares.
En 1991, Bernard C. Dietz, a cargo de la sección de renovaciones de la Oficina
de Propiedad Intelectual de los Estados Unidos, hizo una declaración concerniente
al estado de la propiedad intelectual del LU. Afirma que su oficina está cons­
tantemente devolviendo material supuestamente escrito por Dios, por ángeles o
por una gran variedad de seres no humanos. Después de la llegada a la Luna, re­
cibió muchas obras de las que se afirmaba cine habían sido escritas por extrate­
rrestres, como composiciones musicales que provenían de Marte. Una persona llegó
incluso a presentar los escritos del Ratón Invisible. Al serle pedida una fotografía
del autor, el solicitante mostró una hoja en blanco.
Para resumir esta hilarante declaración, Dietz está de acuerdo en que Moisés
ofrece la mejor analogía para este caso concreto. Si Moisés fuera el verdadero au­
tor de los Diez Mandamientos, se le habría concedido sin duda alguna la propie­
dad intelectual. Pero como afirmó que sólo era el «escriba», el derecho a la pro­
piedad intelectual tiene que ser retenido a no ser que se identifique un autor
humano susceptible de ser elegido como propietario de la propiedad intelectual.
En resumen, el LU puede poseer los legítimos derechos de autor siempre y
cuando identifique a seres humanos como sus autores verdaderos. Lo único que
la Fundación ha afirmado siempre es que las siguientes personas actuaron como
escribanos: el doctor Sadler, su hijo Bill, los miembros del Forum, los miembros
de la Fundación y el durmiente cuyo nombre no se ha descubierto. Los cinco ad­
ministradores de la Fundación han confirmado su convicción de que los autores
de todos los documentos del LU son supermortales.
En 1994, respondiendo a una serie de preguntas formuladas por Maaherra,
los administradores admitieron que los documentos del LU constituyen el pro­
ducto de una colaboración de trabajo entre los seres celestiales, los miembros

433
del Forum y la «personalidad de contacto» cuyo nombre identificamos antes como
Sadler. Así es como lo expresaron los administradores:

La Fundación U r a n t ia admite y afirma que no escribió el texto de las partes de El


Libro de U r a n t ia que están indicadas como Prefacio y Documentos, numerados del
1 al 196, y que están impresos en las páginas 1-2097 de El Libro de U r a n t ia . Sin
embargo, la Fundación U r a n t ia afirma que sus predecesores, un grupo de personas
denominadas la Comisión de Contacto, algunos de los cuales se encontraban entre
los miembros originales del Consejo de Administración de la Fundación U r a n t ia ,
participaron activamente en la creación de ciertos textos de los documentos de Uran­
tia al trabajar estrechamente con la «personalidad de contacto» humana, y al for­
mular preguntas y proporcionar retroal imentación a las diversas personalidades que
crearon el texto de las partes arriba indicadas de El Libro de U r a n t ia y que son iden­
tificadas como las fuentes de ese material en el mismo Libro de U r a n t ia .

En abril de 1994, la Fundación respondió a la «Solicitud de Admisión» de Maa-


herra con una larga serie de respuestas. Los administradores admitieron que el
LU se basó frecuentemente en libros escritos por humanos, pero negaron categó­
ricamente que algún humano escribiera una sola línea de alguno de los documentos.
Todos los documentos fueron escritos a máquina por Christy, que se entregaban
posteriormente a los impresores, pero ella no hacía ningún cambio en el texto. Nin­
gún humano añadió «estilo, preparación, forma de expresión o cualquier tema sub­
jetivo de su propia cosecha».
Los administradores admiten que las preguntas sobre los documentos se for­
mulaban en las reuniones del Forum y que se llevaban al durmiente para ser re­
visadas según lo que los seres celestiales le comunicaban. Los documentos en
su forma impresa eran las versiones finales autorizadas por los amigos invisi­
bles. «Mientras se escribía el manuscrito original de cualquier parte del LU -afir­
man los administradores-, ninguna persona humana añadió ningún tema sub­
jetivo... y se trasladó a forma escrita sólo lo que era transmitido a tales personas
por la fuente del texto.»
Obsérvese que esta declaración no excluye la posibilidad de que los humanos
se pudieran haber considerado autorizados por los seres intermedios para escri­
bir partes del LU. Por ejemplo, si Sadler creía estar en contacto con un ser inter­
medio y se creía autorizado para modificar o escribir partes de los documentos, o
incluso un documento entero, no se consideraba que Sadler actuara como «hu­
mano». Como las verdaderas palabras procederían de un ser intermedio, Sadler
sólo desempeñaba el papel de escriba que servía de conducto.
En noviembre de 1994, la Fundación, a través de sus abogados, publicó 8(i pá­
ginas de respuestas suplementarias a las preguntas de Maaherra. Es un curioso

434
documento, sumamente reiterativo pues repite una y otra vez las mismas citas de
dos documentos que la mayoría de los urantianos no sabían de su existencia. Uno
de los documentos es una l lis Ion of the Urantia Movement, escrito por Sadler en
una fecha no especificada, y el otro documento es una historia similar preparada
por Christy, también sin fechar por los abogados.
Las respuestas de la Fundación no añadieron demasiado a lo ya conocido aparte
de revelar la existencia de las dos historias. Los pasajes citados de la historia de
Sadler no dejan claro si el durmiente y la «personalidad de contacto» eran la misma
persona o dos personas diferentes. Sadler se refiere a la personalidad de contacto
de una forma sesgada que fácilmente se podría tomar como una referencia a sí
mismo. Posteriormente se refiere al «sujeto durmiente», un término que no había
usado antes.
Los miembros de la Fundación aseguraron a sus abogados que eran «inca­
paces de identificar» al sujeto durmiente. Creen que era también la personali­
dad de contacto, una presunción que bien pudiera ser correcta, pero sospecho
que no lo es. Los administradores identifican al durmiente con un «paciente» de
los Sadler. Afirman desconocer cuándo comenzó el durmiente su canalismo ha­
blado y escrito, pero están seguros de que no fue antes de 1904. Se basan en el
argumento de que habían pasado veinte años desde el comienzo del canalismo
hasta la llegada de los documentos manuscritos en 1925. La fecha de 1904 con­
tradice, en efecto, la afirmación de Sadler en el apéndice de The Mind ¿it Mis-
chief de que la revelación comenzó en 1911. Como he explicado antes, es difícil
de creer que Sadler se pudiera haber equivocado en seis o siete años. Ya he ex­
puesto mis razones para pensar que el canalismo no captó la atención de Sad­
ler hasta el verano de 1912, aunque Wilfred pudo haber estado canalizando desde
mucho tiempo antes.
La referencia más reveladora de la historia de Sadler es su afirmación (repetida
cinco veces en el documento preparado por los abogados de la Fundación) de que
«Los Seres Intermedios eran muy reales para nosotros, pues frecuentemente ha­
blábamos con ellos durante nuestros diversos ‘contactos’». Esto aclara la convic­
ción de Sadler y de otros miembros de la comisión de contacto de estar implica­
dos en un diálogo directo con los supermortales, de la misma forma que muchos
urantianos de nuestros días creen que existe un diálogo con sus amigos invisibles
de la Misión de Instrucción. Ya no existe la más ligera duda de que Sadler, des­
pués de que muriera su mujer, se creía «autorizado» para corregir los documen­
tos, quizá incluso para escribir algunos de ellos, con la convicción de que estaba
siguiendo las instrucciones de los seres celestiales. Aunque no cuestiono la ho­
nestidad y sinceridad de Sadler, estoy convencido de que fue víctima en sus últi­
mos años de los delirios de grandeza y superioridad que ocasionalmente padecen
algunos ancianos.

435
Los administradores no saben por qué el durmiente era un paciente de Sadler.
Esto me sorprende porque Harold Sherman, en su relato sobre el origen de los
documentos que le fue relatado por Sadler, nos informó que el mismo Sadler con­
sideró al durmiente como paciente tan pronto como se dio cuenta de que el hom­
bre estaba hablando y escribiendo en sueños. Durante años Sadler fue escéptico
respecto a la autenticidad de los mensajes del durmiente, y le catalogó de la misma
forma que a la hermana White, es decir, como un canalizador de voces y un es­
critor automático al que era incapaz de atribuirle fraude o autoengaño inconsciente.
En su historia, Sadler repite lo que dijo en The Mind ¿it Mischief acerca de «uno
o dos casos» que había encontrado de tales fenómenos inexplicables.
Cuando Sadler declara que habían pasado 20 años entre el canalismo inicial y
la aparición del primer documento, se puede estar refiriendo a la finalización de
los documentos del LUy su preparación para la impresión. En la página 1.319 del
LU leemos: «Redactamos estos relatos y los pusimos en idioma inglés mediante
una técnica autorizada por nuestros superiores, en el año 1935 d. de J.C. del tiempo
de Urantia».
Los «20 años» de Sadler de la experiencia de contacto pueden referirse a los
20 años que transcurren desde el primer canalismo en 1911 o 1912 hasta 1931 o
1932, cuando los documentos comenzaron a aparecer en forma escrita, y que Sad­
ler acabó de corregir unos pocos años antes de 1935. Recuérdese que el Forum
simplemente participaba formulando preguntas concernientes al material registrado
en taquigrafía y escrito a máquina por Christy. Los documentos auténticos apare­
cieron después. Cuando Sadler afirma que el «primer documento» aparece antes
de 1925. quizá no se refiera al escrito final, sino sólo al material canalizado sobre
el cual se basó el primer documento.
La declaración de Sadler de que transcurrieron veinte años desde el comienzo
de su «preeducación» y la llegada del primer documento, aproximadamente en 1925,
parece fechar en 1905 el canalismo inicial del durmiente. ¿May alguna forma de
reconciliar esto con la repetida afirmación de Sadler en The Mind al Mischief de
que el canalismo no comenzó hasta 1911, y que yo creo fue un lapso de memoria
de Sadler, quien quiso decir 1912?
Sí. hay una forma si asumimos que Sadler fue la personalidad de contacto dis­
tinta del durmiente. Escribe en su historia de los «primeros años» que los amigos
invisibles estaban «dedicados a una comprobación minuciosa de la personalidad
de contacto, probando la forma idónea de comunicación, seleccionando los co­
misionados de contacto; se podría decir que preparando el terreno para el inicio
de la presentación de los Documentos de Urantia».
Sabemos que en 1906, cuando Sadler escribió su larga carta a Ellen White, es­
taba comenzando a tener dudas acerca de sus visiones. Desde 1906 hasta 1912,
Sadler seguramente estaba atravesando un período de intensa confusión sobre su

436
fe adventista. Se volvió receptivo a herejías adventistas tales como la evolución, el
rechazo del nacimiento virginal y otras creencias no adventistas adoptadas por su
antiguo socio el doctor Kellogg. Cuando Sadler escribió su historia del movimiento
de Urantia, quizá consideró que fue durante este período de transición cuando los
amigos invisibles le probaron y le prepararon para la recepción del canalismo de
Wilfred cuando comenzara en 1912. Esto es, por supuesto, sólo una suposición
mía. Quizá Wilfred haya sido también la personalidad de contacto, y quizá toda­
vía se pueda argumentar otra explicación plausible para la larga discrepancia en­
tre los «20 años» de Sadler y su fecha de 1911.
La afirmación de la Fundación de que el movimiento de Urantia no es una re­
ligión es por supuesto una tontería. Estas son algunas declaraciones extraídas de
una conferencia dada por Bill Sadler Jr.:

Creo que existe una posibilidad de desarrollar a partir de este libro azul una reli­
gión que el mundo no ha visto todavía... lx>s Documentos de Urantia presentan la
religión más coherente que nunca se ha ofrecido a la raza humana... Si se suprime
la teología y la cosmología, este libro complicado se convierte en la religión más sen­
cilla que jamás fue presentada al hombre... Creo que la Hermandad Urantiana. E l
L ib ro de Urantia y el movimiento de Urantia constituyen el esfuerzo más arduo de
lodos los seres superhumanos con la intención de poner en marcha una religión in­
ternacional. una religión de la humanidad.

Esta declaración es una fanfarronada, pero los urantianos están convencidos de


su verdad del mismo modo que Mary Baker Eddy y sus seguidores, o los mormones,
o los musulmanes, o los moonies, o los cristianos o los judíos ortodoxos están con­
vencidos de que su religión está destinada a dominar el mundo. Algunos íunda-
mentalistas, y sectas como los adventistas y Testigos de Jehová, ven las cosas con me­
nos optimismo. Se consideran a sí mismos como la «iglesia remanente», que propaga
la verdad de Dios ante una oposición creciente compuesta por el resto de la huma­
nidad. hasta que el Segundo Advenimiento de Jesús aniquile a los que no se han
salvado y ponga fin a una historia controlada por Satán.
En enero de 1993, Kristen Maaherra escribió: «Al demandarme, la Fundación
se ha condenado a ella misma. Si admiten la autoría superhumana de los docu­
mentos ante el tribunal, pierden sus derechos de propiedad intelectual. Si afirman
haber contratado a un humano para que escribiera los documentos, pierden su
credibilidad ante los lectores -sin mencionar a los Ancianos de los Días».
En 1994, el urantiano Chris Hansen publicó una reimpresión de bolsillo, de
dos columnas por página, de los documentos de Jesús del LlI El libro se llama
God’s Bible. Se puede adquirir por 9,95 dólares más 3 dólares de envío, solici­
tándolo a God’s Bible. POB 327, Navsink, New Jersey 07752. Si la Fundación gana

437
su caso contra Maaherra, sin duda alguna demandará a Hansen por una obvia
violación de su propiedad intelectual.
El movimiento de Urantia es un asombroso ejemplo de cómo personas inteli­
gentes pueden entrar en una secta e implicarse con una serie de creencias que
parecen absurdas a los de fuera. Cuando estaba investigando para mi libro Fads
and Fallados in the Ñame o í Sdence (1952), me topé con una secta llamada Ko-
reshanity. (La he mencionado brevemente en el capítulo anterior.) Los miembros
estaban convencidos de que la tierra es hueca y de que vivimos en el interior de
la concha. Un creyente me describió su conversión diciendo que cuando estudió
la literatura de la secta y escuchó los sermones de su gurú, en su mente repenti­
namente se hizo la luz: «¡Estaba dentro!».
Lo que quería decir, por supuesto, es que de repente creyó que se encontraba
en la superficie interior de una tierra hueca. Su declaración siempre me ha pare­
cido una maravillosa metáfora de las rápidas conversiones a una fe religiosa. Las
personas llegan a un momento en su vida en el que repentinamente se descubren
aceptando las doctrinas de una comunidad de creyentes que comparten un con­
junto común de creencias y cuya amistad refuerza las convicciones. En su mente
se hace la luz. Se encuentran «dentro».
La fe de Kristen Maaherra es una fe resuelta. «O los documentos de Urantia
son la quinta revelación epocal para el planeta, o no lo son. O los documentos
fueron autorizados por seres divinos, o no lo fueron.» Los que como Kristen han
elegido la primera de esas alternativas se sienten abrumados por la emoción de
pertenecer a una comunidad de personas escogidas por Dios que están en pose­
sión de una gran Verdad secreta desconocida para los de fuera. Es una emoción
poderosa, casi imposible de abandonar, habitual en los miembros de sectas reli­
giosas pequeñas y excéntricas. Ellos están dentro, y el resto de la humanidad, po­
bres almas, están todos fuera.
Éste es un chiste sobre un urantiano que recibe una llamada telefónica de uno
de los serafines.
«¿Y qué es lo que te dijo?», le pregunta su mujer.
«Dijo que tenía noticias buenas y noticias malas. Las buenas noticias es que
Dios está tan preocupado por la multiplicidad de religiones en Urantia que ha or­
denado a Miguel y a sus ángeles que tomen medidas drásticas para eliminar esta
confusión. Están pensando en abolir todas las religiones excepto una.»
«¡Es maravilloso!», exclamó la mujer. «Siempre hemos confiado en que esto su­
cedería desde que se nos comunicó la quinta revelación epocal. ¿Y cuáles son las
malas noticias?»
«Las malas noticias -respondió su esposo- es que la llamada de teléfono pro­
cedía de Salí Lake City.»
Se puede variar el chiste sustituyendo Salt Lake City por Israel, La Meca o Roma.
Las estructuras mentales de los verdaderos creyentes son casi imposibles de mo­
dificar por medio de argumentos. Para ellos siempre es la mente del escéptico la
que parece estar construida de hormigón armado, incapaz de aceptar la Gran Ver­
dad que para ellos es tan evidente. Es inconcebible, para dar algunos ejemplos,
que Gilbert Chesterton, que se convirtió al catolicismo en los últimos años de su
vida, hubiera abandonado su nueva fe. Es imposible imaginar que Sir Arthur Co-
nan Doyle, educado como católico pero convertido al espiritismo, hubiera admi­
tido que los médiums no rezuman ectoplasma de su nariz o que las hadas no ju­
guetean en las cañadas irlandesas. Es inconcebible que Billy Graham, cuando se
encontraba cerca del fin de su larga carrera, se hubiera conmovido con argumen­
tos tales como que Dios no es lo suficientemente cruel para atormentar a los no
creyentes con el fuego eterno del infierno, o que Jesús no caminó sobre las aguas
ni que resucitó corporalmente de la tumba. Es inconcebible que Shirley MacLaine
escriba alguna vez un libro desacreditando la reeencarnación y todo el resto de
basura ocultista que atonta su cerebro.
Ningún converso se vuelca tanto en una nueva religión como el que aban­
dona la fe de su niñez. Sadler es un buen ejemplo de ello. Educado como ad­
ventista del Séptimo Día, tardó varios años en desencantarse de Ellen White y
de su iglesia. De alguna forma intentó romper con todo eso. Lo trágico y lo có­
mico de su vida, esos aspectos que hacen tan fascinante su compleja persona­
lidad, es el hecho de que sustituyó su fe en la hermana White con una fe más
extraña incluso. Escéptico al principio, se hizo la luz en su mente y se encontró
a sí mismo dentro.
Aunque los plagios de la hermana White desempeñaron un importante papel
en su ruptura con el Adventismo, Sadler estaba tan comprometido con su nueva
fe que corrigió y publicó una nueva y voluminosa Biblia ¡plagada de pasajes co­
piados de libros registrados! Como Harry Loose comunicó a Harold Sherman, des­
pués de la muerte de Lena algo ocurrió en la personalidad de Sadler. De ser un
completo escéptico del canalismo. se volvió tan crédulo acerca del canalismo de
su propio cuñado como Shirley MacLaine. Es por este cambio asombroso de una
secta a otra, producido en un hombre inteligente y dotado, que encontré esta his­
toria tan suficientemente fascinante como para escribir un libro sobre ella. Mi que­
rida esposa, debo añadir, piensa que escribir este libro ha sido un total desperdi­
cio de mis energías.
También debo confesar que he escrito este libro porque encuentro al urantismo
casi tan divertido como al mormonismo, la cienciología y el moonismo. Creo que
Martin Myers, el depuesto líder del movimiento, es tan cómico como Jimmy Swag-
gart, Oral Roberls y Tammv Faye Bakker.
Permítanme acabar con la cristalina expresión de la estructura mental de un
verdadero) creyente:

439
Para mi la verdad es algo precioso. La amo. La acepto en todas las circunstancias
que me la encuentro. No dejo de preguntarme, ¿es popular la verdad? Sin embargo,
la acepto. Sólo me pregunto, ¿es verdad? Si mi juicio se convence, mi conciencia lo
aprueba y mi voluntad refuerza mi aceptación. Deseo la verdad por mor de la ver­
dad, y no en busca del aplauso [sic] ni de la aprobación de los hombres. No recha­
zaría la verdad aunque fuera impopular, ni aceptaría el error porque fuera popular.
Prefiero tener la razón y estar solo que correr con la multitud y estar equivocado.
Por defender estos puntos de vista he ganado el escarnio y el desprecio y el ri­
dículo de mis compañeros. Soy considerado un ser extraño, peculiar, excéntrico: un
poco chiflado: que me falta un tornillo en mi maquinaria mental. Pero la verdad es
la verdad y aunque todo el mundo la rechace y se vuelva contra mí, todavía seguiré
aferrado a la verdad.
Estoy profundamente agradecido a la señora AC. Caldvvell, de Ticton. Washington,
y a todos los demás que apoyan mis puntos de vista y que han contribuido tan ge­
nerosamente con su apoyo económico.
Estaré encantado de recibir cualquier crítica justa, amable y cortés de mis ideas
por parte de mis lectores. Pero por favor, lean primero este pequeño libro antes de
condenarlo a él o a su autor.

Suyo afectísimo por una Eterna Verdad,


C.S.D.

¿Quién escribió estas conmovidas palabras? Proceden del prefacio de A Repa-


ration: Universal Gravitation a Universal Fake. tercera edición revisada (1931), es­
crito por Charles Sylvesler DeFord. Es un libro que pretende demostrar que Uran-
lia es tan plana como una tortilla.

# *

Nota añadida cuando el libro estaba a punto de imprimirse

El 10 de febrero de 1995. Warren K. Urbom. juez de distrito de los Estados Unidos,


en Atizona, falló a favor de Kristen Maaherra en un Juicio Sumarísimo que senten­
ció la invalidez de la renovación de los derechos de propiedad intelectual del LU. El
libro ahora es de dominio público. Hasta la fecha desconozco si la Fundación Uran-
lia pretende apelar. Tampoco se ha decidido todavía si el derecho de propiedad de
la Fundación sobre su logo de los tres círculos concéntricos sigue siendo válido.
«¡Gracias, Jesús!», exclamó Maaherra en una declaración que envió por correo
a sus amigos el 11 de febrero. «El regalo que Dios nos hizo a todos sus hijos del
planeta ya nos pertenece a todos.»

440
A P E N D IC E A
L ibros e sc r ito s p o r W illia m S a d le r

La siguiente bibliografía de libros y panfletos escrita por Sadler y su mujer, Lena,


es la más exacta que he podido conseguir. Los libros se citan en orden cronoló­
gico. Muchos de ellos se volvieron a reeditar, con frecuencia revisados y ampliados,
y a veces con cambio de editorial y de título. En unos pocos casos se incluyó el
nombre de Lena como coautora en una edición posterior.

1901 Someonc Cares for Your Soul. Oakland, California: Pacific Press, edito­
rial adventista del Séptimo Día. Es un folleto de ocho páginas dedica­
do a los que no se quieren salvar. Pertenece a una serie que fue llamada
Apples of God Library. Lo menciono aquí porque es el primer libro co­
nocido impreso de Sadler además de sus contribuciones a publicacio­
nes periódicas.
1909 Soul-Winning Texts, or Bible Helps for Personal Work. Otro folleto reli­
gioso. Fue impreso por la Central Bible Supply Company, Chicago.
1910 The Science o f Living, or thc Art o f Kecping lie//. Chicago, McClurg,
420 pp. Edición revisada, 476 páginas.
1910 The Cause and Cure o f Colds. Chicago: McClurg, 147 pp. Edición revi­
sada y ampliada en 1930. En 1938 fue ampliada de nuevo a 253 pági­
nas, con Lena aparecía como coautora.
1912 The Physiology o f Faith and Fear or the Midn in Health and Disease.
Chicago: McClurg, 580 páginas. Ampliado a 602 páginas en 1925.
1914 Worry and Nenousness. or the Science o f Self-Masteiy. Chicago: McClurg
535 páginas. Ampliado a 605 páginas en 1923.

441
1910 The Chicago Therapeutic Instituto: The Reliance Baths. Chicago: VV’ins-
hip. ¿Panfleto?
1917 MeasuríngMen. Chicago: Winship. ¿Panfleto?
1918 Long Heads and Round Heads. or. What's the Matter with Germany?
Chicago: McClurg, 157 páginas.
1922 Race Decadent e: An Examination oí the Causes o í Racial Degeneracy
in the United States. Chicago: McClurg, 421 páginas.
1923 The Truth About Spiritualism. Chicago: McClurg, 211 páginas.
1923 What a Salesman Should Know About llis Health: A Straight Talk lo
Salesmen About Keeping Fit. Chicago: Damell, 125 páginas.
1924 Personality and Health. Chicago: American, 128 pp. Reimpreso en 1930
(Chicago: Rockwell, 128 pp.) con el título The Business Woman: Her Per­
sonality and 1lealth.
1925 Constipation: How to Cure Yourselí. Chicago: McClurg, 296 pp. Reim­
preso por 1lealth Press en 1930.
1925 Ainerícanitis: Blootl Pressure and Neives. New York: Macmillan, 176 pp.
1925 The Elements ofPep.A Talk on Health and Efficiency. Chicago: .Ameri­
can, 142 pp. Reimpreso (Chicago: Rockwell, 142 pp.) como The Road to
Attainment: The Elements oíPep.
1926 How Yon Can Keep Happy. Chicago: American, 292 pp. Reimpreso por
el mismo editor en 1930 como The Quest for Happiness: How You Can
Keep Happy. con Lena como coautora.
1927 The Truth About Heredity: A Concise Explanation oí Heredity Written
for the Lavman. Chicago: McClurg, 512 p.
1928 The Truth about Mine! Cure. Chicago: McClurg, 206 pp.
1929 The Mind at Mischief: Tricks and Deceptions oí the Subconscious and
How to Cope with Them. New York: Funk and Wagnalls, 400 páginas.
1930 The Boy and llis Body. Torch, 59 páginas.
1936 Psychiatric Educational Work. Conferencia de 1936.
1936 Theory and Practico o í Psychiatry. St. Louis: Mosby, 1231 pp.
1938 The Mastery o í Worry and Nervousness. Chicago: American, 258 pp.
Reimpreso en 1943 por Wilcox and Follett, 282 páginas.
1944 Prescription for Permanent Peace. Chicago: Wilcox and Follett. 202 pp.
1945 Modern Psychiatry. St. Louis: Mosby, 896 pp. Reimpreso como Practice
of Psychiatry, 1953.
1947 Mentid Mischief and Emotional Conñicts: Psychiatry and Psychology in
Plain English. St. Louis: Mosby. 396 páginas.
1948 Adolescence Problems: A Handbook for Pliysicians. Parents, and Tea-
chas. St. Louis: Mosby, 466 páginas.
1948 A Doctor Talks to Teen-agers. St. Louis: Mosby, 379 páginas.

442
1952 Courtship and Love. New York: Macmillan, 209 páginas.
1990 The Evolution ofthe Soul. Edición postuma de una conferencia de 1941.
Jesusonian Foundation, 35 páginas.

LIBROS ESCRITOS CON LENA COMO COAUTORA O POR LENA SOLA

1916 The Mother and Her Child. Chicago: McClurg, 456 páginas.
1920 How to Reduce and How to Gain. Chicago: McClurg, 271 pp. Reimpreso
en 1938 (Chicago: American. 293 pp.) con el título de Diet and Food
Valúes with Key to Weight Control.
1925 How to Feed the Baby. Chicago: McClurg, 330 pp. Su entrada en Who's
Who in America menciona este libro como escrito por Lena, pero en la
contraportada de Mind at Mischief, Sadler figura como autor.
1925 The Essentials oíHealthful Living. New York Macmillan, 481 pp. ¿Es una
reedición de The Science o í Living de Sadler?
1930 The Woman and the Home. Chicago: I leath, 407 páginas.
1931 Piloting Modern Youth. New York: Funk and Wagnalls, 370 páginas.
1937 Psychiatric Nursing. Anna B. Kellog, esposa de Wilfred, se menciona en
la portada como tercer autor. St. Louis: Mosby, 433 páginas.
1938 Living a Sane Sex Life. Chicago: American, 344 páginas.
1938 The Sex Life Before and Aftcr Marriage. Chicago: American. ¿Páginas?
¿Es el libro anterior con diferente título?
1938 The Tmth about Mental Healing. Chicago: American, 223 pp. ¿Es una
reedición del libro de Sadler The Truth about Mind Cure?
1938 The Cause and Cure ofHeadaches, Backaches, and Constipation. Chi­
cago: American, 298 páginas.
1940 Growing Oul o f Babyhood: Problems o í llie Preschool Child. New York:
Funk and Wagnalls, 350 páginas.
A P É N D IC E B
L ib ros e sc r ito s p o r H arold S h e r m a n

FICCIÓN

1926 Fight 'cm. Big Three, Appleton.


Mayfield's Fighting Five. Appleton.
One Minute to Play. Grosset.
1927 Touchdown! Grosset.
Beyond the Dog's Nose. Appleton.
Cameron MacBain, Backwoodsman, con Hawthorne Daniel. Appleton.
Get'em. Mayfíeld. Appleton.
1928 Hit by Pitcher. Grosset.
Block ihat Kick! Grosset.
Bases Full! Grosset.
Safe! Grosset.
1929 Over the Line. Grosset.
Don Rader, Trailbrazer. Grosset.
Flashing Steel. Grosset.
Hit and Run! Grosset.
1930 Hokl That Line! Grosset.
Flying Heels and Other Hockey Stories. Grosset.
Ding Palmer, Air Detective. Grosset.
Battcr Up! Grosset.
Number Forty-Four, and Other Football Stoiies. Grosset.
Shoot That Ball! and Other Baskerball Stories. Grosset.

445
1931 The Land oíMonsters. Grosset.
It's a Pass! Goldsmilh.
Slashing Sticks and Other Hockey Stoiies. Grosset.
Strike Him Out! Goldsmith.
Goal lo Go! Grosset.
1932 Interference and Other Football Stories. Goldsmith.
Down the Ice, and Other WÍnter Sports Stories. Goldsmith.
Double P!ay! and Other Baseball Stories. Grosset.
Crashing Through! Grosset.
Under the Baskel, and Other Basketball Stoiies. Goldsmith.
The Tennis Tenor, and Other Tennis Stoiies. Goldsmith.
Let Freedom Ring! N.H. YVhiteJr.
1933 Tallara Among African Tribes. Goldsmith.
Tahara: Boy King o í the Deseit Goldsmith.
lahara: Boy Mystic o í India. Goldsmith.
Tahara in the Land o í Yucatán. Goldsmith.
Captain o í the Eleven. Goldsmith.
1934 The Fun Diving Gang: in Wrong Right Goldsmith.
1935 lile Fun Loving Gang —Always Up to Something. Goldsmith.
1936 The Winning Point. Saalfield.
1946 The Green Man: A Visitor froni Space. Century.
1948 Cali oí the Land: A Novel oíHigli Adventure in 4-11 Club It ork. Donahue.
1979 The Green Man and His Return. Amherst.

NO FICCION

1935 Your Rey to Happincss. Kinsey.


1942 Thoughts Through Space. con I lubert Wilkins. Creative Age.
1944 ) 'our Key to Manied Happincss. Putnam.
1945 Your Key to Youth Problems. Putnam.
1948 Your Key to Romance. Pegasus.
1949 Your Live After Death. Creative Age.
1950 Yon Can Stop Drinking. Creative Age.
1953 Know Your Own MindL G. & R. Anthony.
1954 The New 77VT. Prentice-Hall.
1956 Adven tures in Tliinking. Master.
1957 TXT. the Power within You. con Glande Bristol. Prentice-Hall.
1958 How to Tum Failure into Success. Prentice-I lall.
How to Use the Power o í Praver. C. & R. Anthony.

446
1964 lio w lo Make ESP Work for Yon. DeVorss.
196f) How to So Ive Mysteries ofYour Mine! and Soul. DeVorss.
1966 The New TNT. Prcntice-I lall.
1967 Wonder Healers o f tlie Philippines. DeVorss.
1969 Your Mysteríous Powers o í ESP. World.
1970 How lo Forcsee and Control Your Enture. Fawcett.
1971 How to Take Yourself Aparí and Pul Yourself Pack Tofielher Again.
Fawcett.
Know Your Own Mind. Fawcett.
1972 The Harold Shennan ESP Manual. Human Development Associates.
Your Power to Heal. con Amblóse y Olga Worrall. Harper.
1974 Yon Can Communicate with the Unseen World. Fawcett.
1976 How to Know What to Relieve. Fawcett.
1978 How to Picture What Yon Want. Fawcett.
1981 The Dead .Are Alive! Amherst.

OBRAS DE TEATRO Y PELÍCULAS

1922 Her Supporting Cast (obra de teatro).


1925 The Little Black Book (obra de teatro).
1942 The Adven tures ofMark Twain (película de la Warner Brothers).

No he mencionado los discos y las casetes. Muchas de las obras de no ficción fue­
ron posteriormente reimpresas por otras editoriales.
APÉNDICE C
Carta de Sherman a Sadler

El tenaz esfuerzo de Marold Sherman por añadir al LU un documento que de­


fendiera los fenómenos psíquicos y la comunicación con los muertos aparece consta­
tado en una carta registrada ante notario que envió a Sadler. La carta se repro­
duce en el capitulo sobre el LU en How lo Know What to Believe, escrito por
Sherman. «El doctor Norton» es el nombre con el que Sherman identifica a Sad­
ler, y el titulo del LU está modificado por el cíe The New Revelation Book. Ésta es
la carta completa:

Estimado Dr. Norton:


Algunos meses después de nuestra llegada y tle haber leído con todo deteni­
miento los documentos de la Nueva Revelación, le pregunté acerca de la manifiesta
ausencia de algún documento que tratara de los «fenómenos psíquicos» -que los
humanos han experimentado vcrificablemcnte en la tierra durante los tiempos pa­
sados y todavía siguen experimentando en el presente. Incluso el mismo libro trata
con mucha autoridad fenómenos espirituales que se encuentran más allá del alcance,
percepción y comprensión del hombre medio.
Se pretende que los lectores de este gran documento en su forma pública acep­
ten exclusivamente por la fe la existencia de todos estos fenómenos superiores. Pero,
como el hombre es i ser experimental, y tenemos que considerarlo sobre la base-
de su actual desarro.lo y conocimiento, se sentirá ansiosamente perplejo al no en­
contrar mención o explicación alguna de las «experiencias psíquicas» que sabe que
lia tenido -que le han puesto de manifiesto que la telepatía, bajo ciertas condi­
ciones. es un hecho: que hay acontecimientos como los viajes astrales, y que a los

449
así llamados m uertos se les permite regresar para cumplir ciertas misiones y bajo
ciertas circunstancias. Y no estoy hablando de esplritualismo cuando afirmo esto
último.
Usted determinó hace varios años, y por confesión suya, que no había encon­
trado ningún fenómeno auténtico excepto los de la naturaleza del «instrumento» y
de los otros «contactos durmientes».
Millones de seres humanos que ahora viven y los que todavía van a nacer pon­
drán en duda esa actitud que se refleja en las páginas de The N ew Revelation Book.
ya que se están produciendo demasiadas «experiencias psíquicas» de las que ellos
mismos pueden servir de testigos. Y ningún científico se podrá tomar a broma es­
tas experiencias o rechazarlas.
Es un gran error que levantará una gran polémica, confusión y disensión el que
The N ew Revelation B o o k afirme categóricamente que nadie se puede comunicar
con los muertos, y que los muertos, bajo ninguna circunstancia, pueden regresar o
regresan a esta tierra. Es una afirmación deliberadamente errónea -u n a falsedad-
que no pudo haber sido expresada por inteligencias superiores, porque ellos lo SA­
BEN mejor. Al contener The N ew Revelation B o o k tales deducciones falsas, muchos
humanos que han tenido experiencias auténticas no van a saber qué partes del li­
bro creer y cuáles no, y finalmente se sentirán más predispuestos a dudar de todo.
Hace meses presenté una serie de cuestiones que abordaban todo el tema de
los «fenómenos psíquicos». ¿Fueron revisadas por usted y por los otros «comisiona­
dos de contacto» y presentadas para su consideración y posible respuesta de la forma
habitual, o fueron arbitrariamente archivadas por usted debido a su convicción de
que ningún «fenómeno psíquico» existe en realidad?
¿lia modificado o excluido, debido a su actitud, algún material o verdades que
deberían haberse incluido en The New Revelation Book?
En su mente y corazón conoce todos esos pasos que ha podido dar que no han
sido autorizados por las inteligencias superiores. Tendrá que responder por cada uno
de ellos... pero todavía le queda tiempo para resolver muchos de ellos.
Casi no es necesario que le recuerde que, si cualquier material destinado a The
New Revelation B o o k se ha ocultado, se ha interpretado erróneamente, no se ha en­
tendido bien o se ha modificado por razones personales o subjetivas o debido a una
actitud intransigente, será usted el único responsable de todo ello en los siglos ve­
nideros.
Mi único interés, como siempre, radica en la pureza, en la sinceridad sin adul­
terar, y en la total autenticidad de The N ew Revelation Book. Sabré, y los demás
también lo sabrán, si, cuando se publique, alguno de los documentos se ha mani­
pulado por cualquier circunstancia humana, sea cual sea.
Sinceramente,
(firmado) Harold Sherman
APENDICE D
La historia de José de Arimatea

El siguiente documento apócrifo fue traducido del griego por Montague Rhodes
James. Cito del libro que él ha editado, The Apoctyphal New Testament (Oxford,
1924):

1. 1. Yo, José de Arimatea. que suplicó a Pilato el cuerpo del Señor Jesús, fui he­
cho prisionero por los judíos por ese motivo. Éstas son las personas que enojaron
a su legislador Moisés, y que no fueron capaces de reconocer que su Dios crucificó
a su Hijo.
Siete días antes de la pasión de Cristo, dos ladrones que habían sido condena­
dos fueron enviados desde Jericó ante Pilato: sus crímenes eran los siguientes:
2. El primero, Gestas, solía desnudar y asesinar a los caminantes, colgar a las
mujeres por los pies y cortar sus pechos, beber la sangre de los niños: no conocía
Dios ni obedecía ley alguna, y desde el principio fue violento.
El otro, Dimas, era un galileo que regentaba una posada; despojaba a los ricos
pero ayudaba a los pobres, incluso les daba sepultura, como Tobit. Había robado a
los judíos, violó la misma ley en Jerusalén. desnudó a la hija de Caifas, que era sa­
cerdotisa del santuario, y se llevó incluso el depósito místico de Salomón que había
sido depositado en el (santo) lugar.
3. Jesús también fue llevado en la tarde del tercer día antes de la pascua. Caifas
y la multitud de los judíos no celebraron la pascua porque sentían un gran dolor por
el robo del santuario cometido por el ladrón. Y enviaron a buscar a Judas Escarióte
que era hijo del hermano de Caifas, y que había sido convencido por los judíos para
que se convirtiera en un discípulo de Jesús, no para seguir sus enseñanzas sino para

451
traicionarle. Ellos le pagaban un dracma de oro todos los dias: y como dice uno de
los discípulos de Jesús, llamado Juan, había estado dos años con Jesús.
\ . El tercer día antes de que Jesús fuera apresado, Judas dijo a los judíos: Reu­
namos un consejo y digamos que no fue el ladrón quien violó la ley sino Jesús. Ni-
codemo, que tenía las llaves del santuario, dijo No. porque era un hombre sincero.
Pero Sanas, la hija de Caifas, gritó que Jesús había dicho en público, «Yo puedo des­
truir el templo» (etc.). Todos los judíos dijeron: Te creemos. Porque la consideraban
su profetisa. Y de esta manera Jesús fue apresado.
II. 1. Al día siguiente, siendo miércoles, a las nueve, le llevaron ante Caifas, y Anas
v Caifas le preguntaron: ¿Por qué has violado la ley? Él guardó silencio. ¿Por qué que­
rías destruir el templo de Salomón? Él guardó silencio.
2. Por la tarde la multitud fue a buscar a la hija de Caifas, para quemarla en el
fuego, porque la ley había sido violada y no podían celebrar la pascua. Pero ella dijo:
Esperad un poco, hijos míos, y destruyamos primero a Jesús, y la ley volverá a su si­
tio y se podrá celebrar la fiesta. Entonces Anás y Caifas en privado le dieron oro a
Judas y dijeron: Digamos lo que has dicho antes, que fue Jesús quien violó la ley. Ju­
das estuvo de acuerdo, pero dijo: La gente no debe saber que tú me has dicho esto:
y tienes que dejar marchar a Jesús, y yo les convenceré. Entonces dejaron marchar
ocultamente a Jesús.
d. El jueves Judas se dirigió al santuario y dijo a todo el mundo: ¿Qué me da­
réis si os entrego al destructor de la ley y al ladrón de los profetas? Dijeron: Treinta
piezas de oro. Pero ellos no sabían que era de Jesús de quien estaba hablando, por­
tille muchos pensaban que era Él el Hijo de Dios. Y Judas recibió las treinta piezas.
4. A la cuarta y quinta hora salió y encontró a Jesús caminando por la calle. Ha­
cia la tarde consiguió una guardia de soldados. Cuando llegaron. Judas les dijo: A
quien bese, prendedle: él es quien ha violado la ley y robado a los profetas. Llego
hacia Jesús y le besó, diciendo: I lola. rabino. Se llevaron a Jesús ante Caifás y le pre­
guntaron «¿Por qué hiciste eso?» Pero no respondió nada. Nicodemo y yo abando­
namos el sitio pernicioso y no consentimos seguir en el consejo de los pecadores.
III. 1. Ellos hicieron muchas cosas malvadas a Jesús esa noche, y al amanecer
del viernes le llevaron ante Pilato. Fue condenado y crucificado con los tíos ladro­
nes, Cestas a la izquierda. Dimas a la derecha.
2. El tic la izquierda gritó a Jesús: Mira las maldades que has traído a la tierra;
y si hubiera sabido que eras rey. te hubiera matado a ti también. ¿Por qué te lla­
mas I lijo tle Dios y no puedes ayudarte a ti mismo en caso de necesidad? o ¿cómo
no eres capaz tle socorrer a los otros que rezan? Si eres el Cristo, baja de esa cruz
para que yo pueda creerte. Pero ahora ya te veo, no como a un hombre sino como
a una bestia salvaje capturada y castigada junto a mi. Y mucho más hablo contra
Jesús, blasfemando y rechinando sus dientes hacia él: porque estaba preso en la
trampa tlel diablo.
3. Pero Dimas, a la derecha, viendo la divina gracia de Jesús, comenzó a gritar
así: Sé. Jesucristo, que tú eres el I lijo de Dios. Te veo, Cristo, adorado por diez mil
veces diez mil ángeles: perdona los pecados que he cometido: que no entren las es­
trellas en el juicio conmigo, o la luna, cuando juzgues a todo el mundo; porque por
la noche llevé a cabo mis malvados planes: no provoques al sol que ahora se está
oscureciendo por ti para que revele lo malvado de mi corazón: porque no puedo
ofrecerte nada para la remisión de mis pecados. Ya ha llegado la muerte para mis
pecados, pero el perdón te pertenece: sálvame, Señor de todas las cosas, de este te­
mblé juicio: no des el poder al enemigo para consumirme, y sé el heredero de mi
alma, como el de ése que está colgado a la izquierda; porque veo cómo el demonio
ha tomado posesión de su alma con regocijo, y su carne se está consumiendo. No
me ordenes partir con el resto de los judíos, porque veo a Moisés y a los patriarcas
llorar amargamente, y al demonio exultante sobre ellos. Por tanto, antes de que mi
espíritu parta, ordena Señor que mis pecados sean borrados, y recuerda a este pe­
cador en tu reino cuando estés sentado en el gran trono de los Más Poderosos y
juzgues a las doce tribus de Israel: porque tú has preparado un gran castigo para
este mundo por sus pecados.
4. Y cuando el ladrón hubo dicho esto, Jesús le contestó: En verdad, en verdad,
te digo a ti. Dimas, que hoy estarás conmigo en el paraíso: pero los hijos del reino,
los hijos de Abraham. Isaac y J¿icob, y Moisés serán arrojados a la oscuridad exte­
rior allá habrá llanto y rechinar de dientes. Pero tú solo morarás en el paraíso hasta
mi segunda llegada, cuando juzgue a todos los que no han confesado mi nombre.
Y dijo al ladrón: Vete y díte a los querubines y a los ángeles que empuñan la espada
flamígera y que guardan el jardín desde que Adán, el primer ser creado, estuvo en
el paraíso y lo transgredió y no obedeció mi mandato y yo por tanto le expulsé de
allí -pero nadie de los primeros hombres verá el paraíso hasta que vaya por segunda
vez para juzgar a los vivos y a los muertos. Y escribió esto: Jesucristo el I lijo de Dios
que ha bajado de los cielos, que procedió del seno del Padre invisible sin separa­
ción. y que llegó al mundo para ser encamado y ser clavado en la cruz, que puedo
salvar a Adán a quien lie formado: bajo mi poder los arcángeles, que guardan las
puertas del Paraíso, los siervos de mi Padre: Deseo y ordeno que el que está calci­
ficado conmigo lentrel, reciba el perdón de sus pecados en mi nombre, y entre con
un cuerpo incorrupto en el paraíso, y que viva allí donde ningún otro hombre más
podrá vivir.
Y cuando esto fue dicho. Jesús entregó el alma el viernes a las nueve horas. Y
allí hubo oscuridad sobre toda la tierra y un gran temblor, tanto que el santuario
cayó asi como el pináculo del templo.
IV. 1. Y yo. José de Arimatea, pedí el cuerpo y lo enterré en una nueva tumba. El
cuerpo de Dimas no fue encontrado: el de Gestas tenía la apariencia de un dragón.
Ixis judíos me hicieron prisionero la tarde del sábado.

453
2. Cuando era la tarde del primer día de la semana, a la quinta hora de la no­
che, Jesús vino hacia mí con el ladrón lomado en su mano derecha. Había una gran
luz: la casa fue elevada por las cuatro esquinas y me marché: y percibí a Jesús pri­
mero, y luego al ladrón que llevaba una carta de él. y mientras nos dirigíamos a Ga­
lilea había una gran luz, y una dulce fragancia emanaba del ladrón.
3. Jesús se sentó en cierto lugar y leyó lo siguiente: El querubín y los ángeles de
seis alas que están comandados por tu Divinidad liara guardar el jardín del paraíso
te hacen saber esto por mano del ladrón que por tu dispensa fue crucificado con­
tigo. Cuando vimos la marca de los clavos en el ladrón que fue crucificado contigo
y la luz de las cartas de tu Divinidad, el fuego fue apagado, siendo incapaces de so­
portar la luz de la marca, y tuvimos un gran miedo y nos sobrecogimos. Porque oí­
mos que el hacedor del cielo y tierra y de toda la creación había venido para mo­
rar en las partes inferiores de la tierra en el nombre tle Adán, el primer ser creado.
Porque contemplamos la cruz sin mancha, y al ladrón brillando con una luz siete
veces más luminosa que el sol, y estremeciéndose llegó hacia nosotros, cuando oí­
mos su estruendo bajo la tierra, y con una gran voz los ministros del Iíades nos di­
jeron: Santo, Santo, Santo, es el que estaba en lo más alto en el principio: y los po­
derosos lanzaron un grito, diciendo, Señor, te has manifestado en el cielo y en la
tierra, alegrando a los mundos (eras) y salvando a tu propia creación de la muerte.
V. 1. Y cuando llegué con Jesús y el ladrón a Galilea, la forma de Jesús cambió
y se convirtió todo Él en una luz. y los ángeles le asistieron y conversaron con ellos.
Permanecí con ellos durante tres días, y ninguno de sus discípulos estaba allí.
2. En los días del pan ácimo llegó su discípulo Juan, y el ladrón desapareció.
Juan le preguntó quién era, pero Jesús no respondió. Juan dijo: Señor, sé que me
has amado desde el comienzo: ¿por qué no me revelas quién era ese hombre? Je­
sús dijo: ¿Deseas saber las cosas ocultas? ¿Sigues sin comprender? ¿Es que no per­
cibes la fragancia del paraíso que llena este lugar? ¿No sabes de quién provenía? El
ladrón que estaba en la cruz se ha convertido en el heredero del paraíso: en verdad,
en verdad te digo, que será de él sólo hasta que llegue el gran día. Juan dijo: Me gus­
taría ser digno de verle.
3. Entonces de repente el ladrón apareció y Juan cayó postrado en la tierra: por­
que él era ahora como un rey con un gran poder, llevando la cruz. Y se oyó una voz
de una multitud: Has llegado al lugar del paraíso preparado para ti: hemos sido nom­
brados para servirte por él que te envió hasta el gran día. Después de esto el ladrón
y yo, José, desaparecimos, y me encontré de nuevo en mi propia casa y no volví a
ver a Jesús nunca más.
Todo esto lo he visto y lo he escrito, que todos deben creer en Jesús y no servir
nunca más a la ley de Moisés, y creer en los signos y maravillas de Cristo, y creer en
alcanzar la vida eterna y morar en el reino riel cielo.
Porque El es la gloria, el poder, la alabanza y la majestad, el mundo sin fin. Amén.
APÉNDICE E
Palabras y frases inusuales que Sadler
y «El Libro de Urantia» tienen en común

Leo Elliot, un antiguo urantiano que conoce el LU mucho mejor que yo, ha loca­
lizado cientos de frases, de dos o más palabras, que Sadler utiliza en sus libros y
que también aparecen en el LU. Éstas son algunas frases procedentes de The Phy-
siology o f Faith and Fear (1920), seguidas por las referencias en el LU.
Canales de pensamiento [channels of thought] (18, 69, LU 1.0391; temor sin racio­
cinio [unreasoning fear] (45, LU 556); arquitecto de su propio destino eterno [ar-
chitect of eternal destinv] (57. 62, LU 1.135]; energías parcialmente agotadas [de-
pleted energies] (60. LU 548); y el yo es más que la suma de las sensaciones [self
is more (han (he sum of one's sensations] (60, LU 1.479); asociación espontánea
de ideas [spontaneous association of ideas] (75. LU 709); nobles aspiraciones [no­
ble aspirations] (97, LU 1.480); muchos antiguos [many an ancient] (107, LUT71.
2.083); mala voluntad [ill humor] (79, LU 1.989); dormir al templo [temple sleep]
(81, 91, 101. LU 991); magia blanca y negra... espíritus buenos y manos [white and
black magic... good and bad spirits] (81, LU 774); los ismos y los cultos [cults and
isms] (90, LU 1.098); niveles mentales sumergidos Idead levell (474, LU 1.207).
Algunos ejemplos más: gasto de energía vital [expenditure of vital energy] (115,
LUT7S)] paralizar por el miedo [paralyzed by fear] (129, LU 1.745); pálidos de te­
nor [palé vvith fright] (124, LU 1.846); dominados por el temor [dominated by fear]
(129, LU 1.243, 1.437); sentimiento fraternal [fellow fecling] (108, LU946); influencias
saludables [salutary influence] (137, LU 597); en todos los aspectos favorables [in
every vvay favorable] (149, LU 743); fe implícita [implicit faith] (164, LU 2.029).
ÍY todavía hay más! Maravillosa transformación [marvelous transformador!] (176,
LU 593); glándulas endocrinas [ductless glands] (182-183, LU 737); dentro de cier­

455
tos límites Iwithin certain limits] (186, LU 115, 539, 581); víctimas del temor [vic-
tims of íear] (187-188, LU 1.836); estado deseable [desirable State] (188, Lf/927);
corriente [sentimental de emoción] de la humanidad [stream ofhumanity] (189,
LU 1...098); comparte la naturaleza de [partakes of the nature of] (200, LU 468,
536); poner en funcionamiento aquellas influencias [set in operation thoses in-
fluences] (202, LU 658).
Dependen en gran parte [largely dependent] (221, LU 1.013, 1.043); razas civili­
zadas modernas [modern civilized races] (221, L U 956); libertad de la fe [liberty of
faith] (321, LU 1.565); trabar la buena lucha de la fe [fight the good fight of faith]
(324, LU 1.766); estadía temporal en la tierra [temporal sojourn on earth] (324, LU
69); aquellos semejantes menos afortunados Hess fortúnate fellows] (330, LU927).
Mandatos morales [moral mandates] (318, LU 43, 1.087); es interesante obser­
var [it is interesting to note] (324, LU 1.189); corazón alegre [merry heart] (329, LU
1445, 1674); el peso del temor [shackles of fear] (261, LU 1.302); perlas de verdad
[gems of truth] (261. LU 1.102); con todo [notwithstanding all this] (262, LU 846);
periodo formativo [formative period] (265, 279, LU 888); por precepto y ejemplo
[by precept and example] (280, LU 1094, 1.840); poderosamente influidas [migh-
tily influenced] (280, LU 1.104); debe tenerse presente [it must be borne in mind]
(284, LU 767).
El mundo está lleno de [the vvorld is filled with] (342, 344, LU 1.098, 1766); nos
tomemos menos en serio [take ourselves less seriously] (346, LU 549); puramente
instintiva [purely instinctive] (350, LU 909); las incertidumbres de la vida y las vi­
cisitudes de la existencia [the uncertainties of life and the vicissitudes of existence]
(351, LU5\Y, el temor constante de [in constant fear of] (359, L U 950); prisione­
ros de la desesperación [prisioners of despair] (360, LU 2.035); hombres y muje­
res inteligentes [intelligent men and vvomen] (361, LU 1.048, 1.198); la práctica de
la presencia de Dios [practice of the presence of God] (381, LU 1.133); morbosa
tendencia a la introspección [morbid introspeclion] (395, 406, LU 1.561).
Influir favorablemente [favorablv to influence] (438, LU 970, 1.256); ciego e irra­
zonable [blind and unreasoning] (471, 496. LU 1.102); más o menos misteriosas
[more or less mysterious] (477, LU 115, 739, 1.105); la provincia de la oración [the
province of prayer] (476, LU 995, 999); nos vemos obligados a reconocer [we are
torced to recognize] (484, LU 364); válvula de seguridad [safety valve] (491, LU549,
929); las cadenas del temor [fettered with fear] (493, LU 1.192, 1.437).
Los comentarios del LU sobre los humanos primitivos y los actuales tipos ra­
ciales tienen un estrecho paralelismo con afirmaciones procedentes del libro de
Sadler de 1918 Long Heads and Round Heads. Leo Elliott ha encontrado docenas
de frases que aparecen tanto en ese libro como en el LU. Éstas son unas cuantas:
la llamada raza Heidelberg (9, L t/719); suicidio intelectual y moral [intellectual and
moral suicide] (47-48, LU 2.079); debe tenerse presente [it must be borne in mind]

456
(66, LU 767); espontaneidad divina de acción [spontaneity of action] (76, LU 448);
nos vemos obligados a reconocer [we are torced to recognize] (115, LU 364); espi­
ritualmente insolvente [spiritually insolvent] (156, LU 1.229).
Ésta es una lista parcial de frases que Elliott encontró en The Tmth About Spi-
rítualism (1923), de Sadler, y en el LU.
Vida onírica [slumber season] (48, LU 1.208); esquema nefasto [nefarious scheme]
(58, LU 607); nefasto proyecto [nefarious scheme] (58, LU 1.567); ciertos tipos ines­
tables de seres humanos [certain unstable types of human bcings] (9, LU 1.714);
época tras época [age after age] (180, LU 586, 1.247, 1.919).
En The Mind at Mischief (533), Sadler recuerda a un paciente que enseñaba
geología tan bien que «podía recoger una piedra y contar su origen, historia y des­
lino». En el LU{ 1.339) leemos: «En los tiempos de Jesús los judíos tenían un con­
cepto establecido de su origen, historia y destino». Y en la página 215:«... las tres
fases de la realidad universal: origen, historia y destino».
Los reveladores, en un pasaje citado frecuentemente (LU 1.109), explican por
qué nos han prohibido informar acerca de «conocimiento no ganado o prematuro».
En la página 38 de The Truth About Spiritualism, Sadler hablar de buscar «co­
nocimiento no merecido» de los adivinadores y médiums.
En la página 323 del libro Piloting Modero Youth, escrito por Sadler y su es­
posa, se refiere a Jesús como «el muchacho de Nazareth». Esta frase aparece cinco
veces en el LU.
De las más de las cien frases similares que ha descubierto Leo Elliott en el LU
y en Race Decadence de Sadler (1922), éstas son una pequeña muestra; genera­
ciones próximas y futuras [if the next and future generations] (8, LU 941); los más
débiles [the vveak and feeble] (90, LU 1.474); no debe deducirse de ahí que [it should
not be inferred that] (205, LU 710); nos vemos obligados a reconocer que [we are
forced to recognize that] (260, LU 364); claramente distinguibles [clearly distin-
guisable] (276, LU 455); que se suele designar como [usually designated as] (276,
LU 699); ciego e irrazonable [blind and unreasoning] (368, LU 1.102); no lograran
establecer [failure to establish] (370, LU 859).
El best-seller de Sadler The Mind At Mischief está plagado de frases que dela­
tan la profunda corrección que realizó Sadler en los documentos del LU. Ésta es
una pequeña muestra de lo que Leo Elliott ha descubierto:
Desvarios mentales [intellectual vagaries] (VII, LU 1.493); debe tenerse presente
[it niust... be borne in mind] (3, LU 767); es enteramente posible [it is entirely pos-
sible] (6, LU 22, 756, 1.178, 1.182); el corazón humano es engañoso sobre todas
las cosas y a veces aun desesperadamente perverso [the hearth is deceitful above
all things and desperately wicked] (esta cita de Jeremías aparece en la página 7, y
se menciona dos veces en el LU [1.609, 1.630]); ciertos tipos inestables de seres
humanos [certain unstable types of human beings] (9, LU 1.714); bajo la supervi­

457
sión inmediata [under (he immediate supervisión] (10, L U 292, 415, 1.987): la aso­
ciación espontánea de ideas [spontaneous association of ideas] (14, LU 402, 709);
tener presente [to bear in mind] (15, UU855); control más o menos completo (more
or less complete control] (16, LU 470): lamentable condición [sorrv plight] (24, LU
839. 840, 975, 1..348, 1810. también dolorosa situación, dura condición): imagina­
ción creativa (22. aparece 13 veces en el LU).
Fatal para la felicidad [fatal to happiness] (43. LU 1.220): pueblos modernos ci-
vilizados [módem civilized peoplesl (43. LU 1.922); no debéis olvidar el hecho que
[must not overlook the fací that] (51, 53, LU 901): mejorada aún más [further aug-
mented by] (52, LU 423, 1.251).
Numerosos pasajes del LU, localizados por Elliott, condensan pasajes más ex­
tensos de The Mind at Mischiefde la misma forma que resumen pasajes de libros
escritos por otros autores. Como ejemplo, éstas son dos frases procedentes de la
página 47 de The Mind at Mischieí.

Ninguna otra emoción primaria es capaz de un uso tan benéfico o de un abuso tan
monstruoso. Ningún otro instinto primitivo puede contribuir tanto a la felicidad hu­
mana cuando se vale de ella adecuadamente: y de la misma forma ninguna otra emo­
ción innata puede causar tanto sufrimiento y tanta pena cuando se le da rienda suelta
o se pervierte.

Compárese con la siguiente frase del LU (914):

Ninguna emoción o impulso humano, cuando no se le enfrena pero se le da rienda


suelta, puede producir tanto daño y pena como este poderoso impulso sexual.

Verdaderos o imaginados [real or fancied] (59. LU945, 995); que denota el ejer­
cicio de [which betokens the exereise olí (60, LU 1.183); es enteramente posible [it
is entirely possible] (67. LU 22. 757, 1.178, 1.182): ese tipo de autoengaño [species
of self-deception] (70, LL 614, 982); no era más ni menos que [nothing more ñor
less thanj (71, LU 958, 967. 969, 983, 1.005, 1.590).
Otros pasajes con un estilo similar, encontrados en el LU y en The Mind at
Mischieí. son los siguientes: Tuve que seleccionar varios textos para esta mujer,
como «Un corazón alegre hace bien como una medicina» (182, LU véase 1.445
y 1.674); conciencia libre de ofensa [conscience void of offense] (184. LU 1.736);
debilidad inherente [inherent weakness] (190. LU 2.082); la gran mayoría de los
que [majoritv of those who] (197. LU 294, 1.501. 1.633); cobarde moral [moral
cowardl (211, LU 1.987, 1.996, 1.113. 1.769): episodios transitorios [transient epi-
sode] (220. L U 501); no paséis por alto el hecho de que [overlook the fact that]
(248. LU 734, 901, 1.608. 2.063); la asociación espontánea de ideas [spontanc-
ous association of ideas] (249, L U 402, 709): no tenemos la menor duda de que
[not the slightest doubt that] (253. LU 1..239, 2010).
No he mencionado los pasajes en los cuales las ideas expresadas en The Mind
at Mischief aparecen ligeramente modificadas en el LU. Por ejemplo, Leo Elliott
encontró la siguiente frase en el libro de Sadler «Probablemente la única razón
por la que las mujeres parecen tener más intuición que los hombres es que están
menos formadas en el razonamiento lógico» (249). Así es como lo expresa el LU
en la página 938: «Parecería que las mujeres tuvieran más intuición que los hom­
bres. pero también parecen ser ellas un tanto menos lógicas». ¿Tomó estas ideas
Sadler de los seres celestiales o fue el Jefe de los Serafines estacionado en Lran-
tia el que las tomó de Sadler? ¿O fue que Sadler y su mujer Lena escribieron el
Documento 84, creyéndose autorizados por el Jefe de los Serafines?
Se debe tener presente [should be borne in mind] (78, LU 828, 1.158, 1.324,
1.858); problemas que surgen del hecho de que [conflict arises out of the fact that]
(78. LU 486); trabajadora de rutina [routinc drudgery] (78. LU 774); asociación es­
pontánea de ideas íspontaneous association of ideas] (93, LU 709); libre y franca­
mente [freely and frankly] (111, 116, LU 941); no paséis por alto el hecho de que
[must no overlook the fact that] (113, LU 901); comprenden más o menos plena­
mente [more or less fully understoodl (113. LU 1.769): no era más ni menos que
[nothing more ñor less Iban] (116, LU seis veces); integración perfecta [perfect in-
tegration] (116. Ll 738).
Todavía hay más frases paralelas entre The Mind at Mischiefy el LU, descubiertas
en investigaciones posteriores por Leo Elliott:
Exhibe infaliblemente [unfailingly exhibit] (119, LU 1.299); nos corresponde a
nosotros [it behooves us to] (120. LU 1532. 1744): ciego e irrazonable [blind and
unreasonable] (121, LU 1.102): nos vemos obligados a reconocer que (\ve are for-
ced to recognize that (122, LU 364); movilizar en la mente [mobilize in bis mind]
(135, L U 403); vagas e indefinidas [vague and indefinite] (146, LU 488, 713, 1022);
conviene tener presente [it must be remembered that) (149, LU 840, 1.070): Jesús,
el autor y acabador de nuestra fe [Jesús, the author and finisher of our faithl (159,
LU 2091); verdadera educación... la obtuvo mezclándose con sus semejantes [real
education... obtained by mingling with bis fellow menl (176, LU 1.363); origen, his­
toria y destino [origin, history, and destinv] (176. LU 215, 1.339); deambular por el
universo [roaming the universe) (359, LU 1178); es enteramente verdad que [it is
entirely true that] (364, LU 1.946); tan sólo el vestíbulo [bul the vestibule] (361, LU
1.225).
Los sueños grotescos... lo absurdo de la vida onírica [your grotesque dreams...
the absurdities of dreamlife] (291. LU 1208); dispuestos a aceptar [disposed to ac-
cept] (294, LU831, 1.812); me inclino a creer [inclined to believe] (302, LU56, 1.844.
1919, 2.027, 2.031): conspiración maligna entre hvicked conspiracv between] (315.

459
324, LU 991); se quedaron anonadados [inordinately perplexedj (322, LU I.6I1);
almas sinceras (eamest souls) (352. LU 976).
Pilotíng Modem Youth, escrito por Sadler y su esposa, contiene muchas frases
que aparecen también en el LL ’. Éste es sólo un ejemplo, localizado por Leo Elliott,
quien está ahora comenzando su investigación con ese libro. En la página 3 los
Sadler escriben: «Yasí pues se encuentra el adolescente en medio de...» El Lí/(1.684)
ío expresa así: «Asi pues el Maestro se encontró en medio de...» Cuando se publi­
que mi libro, es muy probable que l>eo disponga ya de una lista muy extensa con
otros paralelismos.
Aquellos lectores que deseen un listado completo de las referencias de Elliott
pueden contactar con él escribiéndole a Route 1, Box 48, Charlottesville. Virginia,
22903. o por comeo electrónico a Ja siguiente dirección: 76440.1416@Compu-
serve.com.

460
APÉNDICE F
Agradecimientos

Entre los veteranos urantianos con los que estoy en deuda por su ayuda prestada
para escribir este libro, mi mayor agradecimiento es para Martha Sherman. La se­
ñora Sherman permitió generosamente que mi esposa y yo la visitáramos en Ar-
kansas y charláramos sobre los cinco artos que ella y su esposo. Harold, fueron
miembros del Forum de Urantia. Además, permitió que su hija Marcia accediera
al voluminoso «diario» de su esposo -notas, cartas y otros documentos que cons­
tituyen una valiosísima fuente de información acerca de los primeros artos del mo­
vimiento tJe Urantia Marcia ha sido incansable en su búsqueda de todo este ma­
terial y por haber copiado para mí textos de especial interés. Mi deuda hacia ella
es tan grande como hacia su madre. \'o puedo agradecer lo suficiente a «M y M».
tal como firman sus cartas, por su ayuda y amistad.
También querría darle las gracias a íola Martin, una adventista del Séptimo Día
que durante un tiempo se sintió fascinada por el LU por ser la primera persona
que me reveló, por carta y por teléfono, que IV’ilfred Kellogg era el contacto origi­
nal del LU. Ella me ayudó a introducirme en fuentes adventistas de información
acerca del doctor Sadler y su relación con el doctor Kellogg y Ellen YVhite.
I 'na carta de Julio Edwards al Skeplical lnquirer fue mi primera introducción
al IA Desde entonces ha compartido generosamente su tiempo y su conocimiento
para corregir los errores y ofrecer consejos que mejoraron los primeros esbozos de
este libro. Julio cree que mi tono debería ser menos duro y combativo. Quizá tenga
razón. Estoy inclinado a suponer que ningún verdadero creyente de una secta mo­
dificaría su fe como resultado de argumentos racionales, y me gustaría citar el co­
mentario de H.L Mencken de (pie el relincho de un caballo vale más que un mi­

461
llar de silogismos. Me sorprendería si algún urantiano abandonara su fe como re­
sultado de la lectura de este libro, aunque por supuesto estaría encantado.
Leo Elliott se ha convertido en un amigo que me ha proporcionado una ines­
timable ayuda para suplir la información que no hubiera podido conseguir de otra
forma, especialmente su descubrimiento de cientos de frases que tanto El Libro
de Urantia como los primeros libros de Sadler tienen en común.
Entre los urantianos que todavía siguen siendo fieles a su fe pero que han te­
nido el coraje y el deseo de hablar conmigo, incluso algunos de visitarme, debo
agradecer especialmente a Richard Bain, Kristen Maaherra, Emest Mover, Matt Nei-
baur, Ken Raveill, Buddv Roogow y Meredith Sprunger.
Jacques Rhéaume merece mi agradecimiento por proporcionarme ejemplares
de su libro La Verbe s'est fait livre, que ataca el movimiento urantiano, y por ha­
cerme llegar una copia de su voluminosa tesis doctoral (también en francés) acerca
del movimiento.
Richard Schwarz, un historiador adventista, compartió conmigo en una visita
sus impresiones sobre el doctor Sadler, a quien entrevistó antes de escribir su ad­
mirable biografía del doctor John Kellogg.
La espléndida biografía de Ronald Numbers de Ellen White fue una fuente de
información esencial acerca de ella y sus relaciones con Kellogg y Sadler. Le agra­
dezco también el haberme prestado de su biblioteca raros ejemplares de libros es­
critos por el doctor Sadler.
Muchos devotos urantianos rehusaron contestar mis cartas y se negaron a ayu­
darme cuando descubrieron que estaba escribiendo un libro que no apoyaba sus
creencias. Entre este grupo deseo particularmente \ o darle las gracias a Mark Ku-
lieke, Vonne Meusling, Florine Sadler, John Seres, Scott Forsythe, Patricia Munde-
lius, Berkeley Elliott, Matthew Block, Vem Grimsley, Dan Massey, Banie Bedell y
Martin Mvers. Sin embargo, conociendo tan bien como conozco sus estructuras
mentales, no les puedo censurar su actitud.

Martin Gardner

462
APÉNDICE G
Direcciones útiles

URANTIA FOUNDATION

533 Diversey Parkway. Chicago, Illinois 60614 USA Teléfono: (312) 525-3319
Fax: (312) 525-7739

JESUSONIAN FOUNDATION

RO. Box 18764. Boulder, Colorado 80308 Teléfono: (303) 581 0456

FIFTH EPOCHAL FELLOWSHIP

529 Wrighhvood Avenue. Chicago, Illinois 60614 (312) 327 0424

DIRECCIONES DE LOS GRUPOS DE ESTUDIO URANT1ANOS

E spaña
Sevilla. Ángel Donaire Barduena (954) 236 025

463
B élgica
Braine-lAlleud. Fernand y Marie-Therese de Vinck 23 84 72 68

S uecia
Katrineholm. Christel Garrick 46 ISO 53366

EE.UU.
Washington, DC. The Gainors & Willis Davis (301) 423 5333
Birmingham (Alabama). (205) 822 9214
Anchorage (Alaska). The Eriksons (907) 345 0436
Phoenix (Arizona). Arley & Rhonda Grubb (602) 841 7649
Palm Springs (California). Tilomas Hwan (619) 778 0080
San Francisco (California). Stephen Zendt (415) 821 9363
San Francisco (California). Charles Lamar (415) 386 6072
Denver (Colorado). Paul Brekus (303) 458 6478
Palm Beach (Florida). Kenneth Coleman & Margaret Anderson (407) 842 8419
Atlanta (Georgia). Katherine I lames & C. Van Valkenburg (404) 513 8340
Chicago (Illinois). Cece Forrester & David Owen (312) 907 9782
New Orleans (Louisiana). lx*nny & Vianne Jones (504) 845 2426
Boston (Massachusetts). Steven Hecht (617) 647 9887
Detroit (Michigan). Jim & Ellie Jackson (810) 855 5354
Las Vegas (Nevada). Gard Jameson (702) 294 0980
Santa Fe (New México). Virginia Douglass (505) 884 0493
New York. Robin & Helene Jorgensen (212) 226 6349
Dallas-Ft. Worth (Texas). Aun Garner (817) 265 8375
Alexandria (Washington DC). Stephanie Shaefer (703) 820 7573

DIRECCIONES ÚTILES EN INTERNET

La versión electrónica de El Libro de Urantia está disponible en las direcciones si­


guientes:

http://www.spiritweb.org/Urantia/

http://zeta.cs.adfa.oz.au/Urantia/

ftp://ccnet.com/users/mlturrin/urantia/readme

464
El directorio de los grupos de estudio urantianos se puede conseguir en la siguiente
dirección:

http://www.ubook.org/ ~litan tia

Las noticias urantianas procedentes de la Urantia Foundation están accesibles en


la siguiente dirección:

http://www.urantia.Org//nl995.htm

4(55
índice de nombres

Ll siguiente índice no incluye los nombres de personas bíblicas ni de super-


mortales.

Abbott. Lyman, 345 Baade, Walker, 217


Abegg, Arthur, 100 Baker, Dorinda, 90
Adamic. Louis, 146 Baker, Robín, 219
Adams, Benjamín, 306 Bakker, Tammy Paye. 439
Addams. Jane, 157 Bald, Rosalía Thora Nana, 44
Adler, Alfred, 37 Barbour, ian, 415
Adler, Mortimer J„ 271 Bates, Joseph. 88
Aird, Manon Paul, 207 Baum, Lyman Frank, 22
Alfvén, Hannes, 195 Baumgartner, Lisie, 43, 159
Amadon, George W.. 104, 275 Bedell, Clyde Orvis. 136-141, 165-167,
Anderson, Kermit, 237 191. 334
Andrews, Samuel J., 226-227, 235 Belitsos, Byron, 194, 426
Aquino. Tomás, 209, 270 Belk, Henry, 149-150, 162
Armstrong, Herbert, 267. 389 Benítez, J.J.. 429
Asche, Sholem, 347 Bethe, Hans, 224
Aston, W.G., 379 Biggs, David, 135
Atkinson, William Walker, 382 Bingham, Martin J„ 423
Agustín, san, 225, 273 Bishop, Trov. 210
Ayer, Jr., James, 89 Bishop, William Samuel, 379

467
Blackbum, Thorn, 394 Cousins, Norman, 347
Blackstock, Robert, 412 Cousins, William A., 153-154
Blackstock. Sara L., 412 Covert, William, 36
Blake, William, 208 Cowdry, E.V., 380
Block. Matthew, 194, capítulo 16. 349
Bolton, Francés Eugenia, 82-84
Boscovitch, R.J., 230 Daly, Reginald, 215
Bouchard, Charles, 58 Dammon, Israel, 89-90
Brahe, Tycho, 217 Dante, 208
Breasted, James Henry, 357-361. 379 Darvvin, Charles, 212, 323-324
Browne, Lewis, 383 Darwin, George, 221
Bunche, Ralphe, 347 Davidson, Gustav, 209
Burkhart, Raymond A„ 155 Davis, Josephine, 151
Burns, Norman T.. 258 Davis. Marian, 82-84
Bums, Thomas C, 430 Deane, Ben, 127
Burton, Ernest DeWitt, 370, 380 De Viies, Hugo, capítulo 15
Burton, Robert, 136 Dietz, Bemard C., 433
Burton, Ruth, 136 Dietz, Robert, 216
Butler. Clara. 100 Doré, Gustav, 208
Bynum, Mal, 426 Doylc, Arthur Conan. 188, 439
Drake, Benjamin, 228
Duffy, D„ 100
Calabrese, Philip, 194, 210 Dulles. Avery, 415
Canright, Dudley M„ 78-83, 350, 420
Carlos, John, 153-155
Carlson, Helen, 123, 427-428 Eaton, Ella E.. 54
Carus, Paul, 380 Eddington. Arthur Stanley, 200
Caston, 1loite C„ 393-394 Eddv, Mary Baker, 8. 100, 438
Chardin, Teilhard de, 414 Edison, Idiomas A, 53, 244
Charlesworth, James H„ 268 Edwards, Julio, 433
Chesterton, Gilbert K, 39. 439 Edvvards. Thomas, 258
Christensen, Emma Louise, 43, capí­ Edwards, Tryon, 345-346.364-368, 380
tulo 7, Elders. David, 392, 394, 427
Christensen, Neis, 44 Elliot. Berkeley, 415
Clark. David H„ 226 Eremita, Marcos. 267
Clarke, James Freeman, 345 Evans, I.H.. 282
Cleveland, Jim, 416
Clough, Mary, 82
Coles, Larkin B., 78 Faw, Duane L„ 192, 394
Compton, Arthur Holly, 347 Fermi, Enrico, 231

468
Field, Henry Martyn, 345 Hales, Mary Lou, 162
Finían, Stephen, 383 Hales, Jr., William, 392
Fisher, Osmond. 215 Hammerschmidt, Louis, 396
Fitzgerald, F. Scott. 309 Hansen, Chris, 438
Fletcher, Horace, 64-65 Harris, Fred, 426
Fosdick, Harr>' Emerson, 380 Harris, Gloriann, 429
Fovvler, Lorenzo, 52 Hartmann, William C„ 146
Fowler, Nancy, 409 I Ienick, Paul, 240
Frazier, Lilly, 426 Hilton, James, 225
Freud, Sigmund, 37 Hocking, William Ernest. 370
Friedlander, Michael, 215 Holmes, Arthur, 215
Frost, Jr„ S.E., 380 Houteff, Marcella, 422
Fullmer, B.E., 421 Houteff, Víctor Tcisho, 422
Howard, Virginia, 172
Howell, Vern («Koresh»), 421-423
Gagnon, L„ 428 Howland, Andrew M„ 184-185
Gallagher, Buell Gordon, 345 Humboldt, Alexander von, 215
Galt, Robert H., 125 Huxley, Aldous, 321
Galton, Francis, 68, 321 Huxley, Thomas, 212, 324
Gamovv. George, 229
Gandhi, Mahatma, 384, 403
Geller, Uri, 157, 163 Ideler, Christian Ludwig, 225
Gentry, Robert, 250
Gibbs, Nancy, 271
Ginsburgh, Irvvin, 198 Jackson, Samuel, 324
Gívens, Francés, 121 James, William, 7, 31
Glasziou, Ken, 234, 337-338 Jeans, James, 199-202
Goldschmidt, Richard, 325 Johnson. Eric, 415
Goodman, Paul, 412 Jones, Jim, 423
Gould, Stephen Jay, 212, 321. 325 Jones, Rufus, 357, 361-363
Grant, Madison, 315 Jovce, James, 182
Cray, William, 144, 146
Grimsley, Nancy, 391
Grimsley, Vernon Bennom, 42,391-392 Kagan, Melvin, 136-137
Kant, Immanuel. 31
Kantor, David, 392, 410-412, 415
Hackleman, Douglas, 318, 339 Kantor, Rebecca, 415
Hales, Carrie, 162 Karle, Dent, 127, 159
Hales, G. Willard, 162 Keeler, Richard, 392-393, 431
Hales, John. 162, 392 Keim, Charles Theodor, 344
Kellogg, John Harvey, capítulo 3, capí­ Miller, Genit, 233
tulo 5. y en todo el libro Miller, Russell. 216
Kellogg. Wilfred Custer. capítulo 6, y en Miller. William. 88. 264, 389. 405-406,
todo el libro 421
Kendall, Carolyn, 120, 127-128, 304 Mills, Patije, 32. 407-410
Kepler, Johann, 225 Mitchell, Edgar, 151
King. Barbara. 390 Mivart, St. George, 212, 324
King, William Burton, 390 Moon, Sun, 8
Knight. J. Zebra, 7-8 Moore, George, 339
Kobiella. Bernard J., 157 Mosley. John, 227
Kulieke, Marilynn, 427 Mouiton. Forest Jay, 179, 199-200
Kulieke, Mark, capítulo 7. y en todo el Mullins, Ira. 390-391
libro Mullins, Larry, 128-129, 396, 398
Mundelius, Manfred K, 40
Mundelius, Patricia Helen, 40. 430
Lañe, Arbuthnot, 58 Myers, Martin. 390,392-393, 399.427.
Lear, Lyn Davis, 419, 429 429, 431, 433
Lear. Norman. 429
Lerner, Eric J.. 230
Lewis, Joe, 432 Naeye, Robert, 202
Lincoln, 178. 397 Neibaur, Matt, 197. 228, 233-235
Locke, John, 22-23 Newbrough, John Bailón, 8, capítulo 9
Lohman, Kenneth. 218 Nichol, Francis D., 80, 293
Longfellow, William Wadsworth, 259, Niebuhr, Richard, 411
265-266 Numbers, Ronald, 78. 83
lx>ose, Harry Jacob, capítulo 8
Lucas, Norma, 107
Oblensky, Dmitri, 265
Osbom, I Ienry Fairfield, 315. 381
Maaherra, Kristen, capítulo 19 Oursler. Jr„ Fulton, 272
Mahoma, 8. 266 Overton, Richard, 258
Marshall. Roy K.. 226-227, 235 Ovven, R.S., 100
Massey, Dan, 189, 194
Matrix, Irving Joshua, 12, 184, 301
May. Carol, 398 Paine, Thomas, 178
Messenger, Jan, 394 Palmer. George Herbert, 376-377, 381
Metchnikoff, Elie. 58 Palmer. Ray, 174-175, 180
Meussling, G. Vonne, 38-39, 314 Pauli, Wblfgang. 231
Michaud, L„ 428 Paulson, David, 278, 285, 293
Middendorf, E. von, 218 Peale. Norman Vincent, 150

470
Pearson, Denver, 242 Sherman. Martha Francés Bain, capí­
Peirce, Charles. 31 tulos 7 y 8
Petrie, Don, 390 Shields, Dennis, 338, 391
Phillips. John. 104 Sidcr-Pelligrini, Antonio, 215
Piper, Leona, 7-8. 126. 134, 245 Slagle, Robert, 392, 410-411
Pitzer, Michael, 194 Smith, Joseph, 8
Platón. 25 Solomon, Meyer. 125
Pope, Joe, capítulo 18 Solotaroff, Ivan. 423
Pnce, George McCready, 99. 193. 233 Sprague, 1Jelena, 26„ 429
Pritchard, Charles, 226 Sprunger, Meredithjustin, 44,241-242,
Puharich, Andrija, 156 304-307,338.385.393,395-398,428
Puthoíf, Uarold, 151 Stewart, Charles E„ 77. 278. 294
Stoddard, Lothrop, 309
Svvann, Ingo. 151, 163
Ramacharaka. Yogi. 382 Svvann, William Francis Grav, 377-381
Rapp, George. 266 Svveet, Francis Van de Water, 173
Rea, Walter T., 78. 81, 350
Reed, Lucas, 249
Reves, Emory, 140, 332-335 Thgore, Rabindranath, 414
Rhéaume, Jacques, 307, 428 Targ, Russell. 151
Rhine. Joseph Banks. 255 Taylor, Geoffrey, 198
Rice, Anna Phillips, 420 Taylor. George W, 104
Roherts, Jane, 8 Tecumseh. 228
Roberts, Oral, 440 Teed, Cyrus («Koresh»), 423
Robinson, Fred. 189 Teller, Edvvard. 347
Roogovv, Buddy, 43. 107 Tenney, George C, 100, 105
Rovven, Margaret W„ 421 Tenskwatawa, 228
Rovvley, Manon, 137 Tillich, Paul. 100
Russakov, Sharon, 42 Tovver, E.B.. 91
Russell, Berlrand, 334, 355 Trall, Russell Thatcher. 52
Tbmbull, John, 172
Tumbull, Ríichcl, 172
Sabatier, Auguste, 369-370
Sadler, l^ena Celestia, capítulo 2
Sadler, William Samuel, capítulos 2, 7. Unamuno, Miguel de, 31
13. 14, 15, y en todo el libro. Urbom. Warren K„ 441
Salyer, Jr„ Bert M„ 41, 136-137
Schwarz, Richard W., 88, 113
Sherman. Harold Morrow, capítulos 7 Vandeman, George, 250
y 8. y apéndices B v C Velikovsky. Immanuel, 197

471
Vick. Aliene, 407 Whyte. Lancelot, 230
Vico. G.B.. 230 Wier, Walter, 183
VVilson. N'eal, 381
Wilson. Sara Isabelle, 35
Walker, Barbara G„ 137 Wincbrener, N., 100
Walsh, William. 265 Wright, Frank. 197
Washbum. J.S., 282
Washington, Booker T„ 187
Waterson, David, 233 Yeagley, H.L., 218
Wegener, Alfred Lothar, 215 Yoginanda, Paramahansa, 414
Weiner, J.S., 233 Yukavva. 1lidekai. 231
Whiston, Judith Skutch, 432
White, Ellen Gould. capítulos 4, 5. 12
y 13, y en todo el libro Zakovv, Amold, 390

472
L
C o l e c c i ó n E LEU SIS
15,5 x 21 cm

EL T A L IS M Á N D E LO S S U E Ñ O S Y L A S

«
V IS IO N E S N O C T U R N A S
N o s tra d a m u s

Una joya literaria y apasionante de Nostradamus,


el más célebre autor de profecías de Europa. Por
oscuros motivos, esta obra ha permanecido
escondida en la Biblioteca Nacional desde 1877, y
supone una clave ordenada y concisa para ,
nterpretar los sueños. Tikal Ediciones recupera el
;xto perdido de Michel de Notradame y lo pone en i
anos del gran público, ávido de poder contar con
máximo número de escritos del que ha sido el
ionario más importante de Occidente.

nfiLflQüfflS
_________ SOBRELOS
■ rn
C Ó M O SE C O NSTRU YERO N LA PROFECÍA DE SAN M A L A Q U ÍA S
LAS P IR Á M ID ES SOBRE LOS PAPAS
CRÓNICAS DEL FUTURO
de Isaac Asimov "^UMi
Pocos autores a lo largo de este siglo han sabido tratar con tanto
rigor y profesionalidad el excitante tema del futuro como Asimov. ^ « 3
Sus vastos conocimientos, su habilidad como escritor y su agudeza
mental convierten este libro en una obra indispensable para todos los
lectores de Asimov.
Ref.: 126-999
Págs.: 130

LAS PROFECÍAS DE JUAN DE JERUSALÉN


La historia de este documento parece la trama de una película de
misterio: el autor, Juan de Jerusalén, uno de los fundadores de la
Orden del Temple, mantuvo en secreto su obra, puesto que su
prestigio le obligaba a ello. Al cabo de los siglos, el libro fue
encontrado por las SS nazis en una sinagoga de Varsovia. /r \\
Desaparecido con el hundimiento del III Reich, apareció de nuevo en \
los archivos del KGB, de donde fue rescatado por el profesor
Galviesky hace pocos años.

LA NUEVA ERA
de Jean Vernette
El advenimiento de la New Age, que obtiene su sentido más pleno H j I i ñ m B 3 '/¿ ■ O
ahora, a las puertas del paso de la era de Piscis a la era de Acuario,
que coincidirá con el cambio de siglo, abre nuevas perspectivas de
plenitud y de felicidad en las personas, aunque también ha sido f .. ■ %¿* 1
usada por embaucadores con inconfesables fines sectarios. El padre
Vernette no se calla nada: expone con total claridad el ideal
profundamente humano y espiritual de la Nueva Era, y también
advierte sobre los intentos de «vender» este movimiento
como si de una moda se tratara.

MAGIA VUDÚ
de Rosamaría Nassetti ■ f Vi f f l l i l
El Vudú, una mezcla inquietante de magia y de religiosidad H \ l u J L p J J jL flJ ||J H
procedente del corazón de África, queda en esta obra perfectamente
expuesto. Los ritos, las divinidades, las ceremonias, los estados de I f / i / 1] f
trance, el papel de los zombis o muertos vivientes, etc., todo queda I ' f I j í J! y t r r j
trazado con maestría en un documento sobrio, sin fundamentalismos H
ni reparos, sin tabúes ni miedos reprimidos. El resultado final es un
trabajo completo y a la vez suscinto, claro y ameno, que ofrece toda
la información necesaria para aquellos lectores que quieran
adentrarse algo más en el Vudú.
el secreto de LA CABALA i

^ /T l» J Í|j[|illj Por fin un experto como Will Parfitt se atreve a desvelar al gran
público todos los secretos de la Cabala, hasta ahora reservados en |
E 'x : y \] l¡ 3 !a M exclusiva a los iniciados. La conclusión es sorprendente y estimulante:
\ y la Cábala se renueva continuamente y puede llegar a ser un medio
B h - p a r a el crecimiento personal. Desde la publicación de este libro, la
V Cábala ha dejado de ser un conocimiento hermético y ha quedado a
B |n H H H disposición de todos los que quieran aprovechar su sabiduría secular
para entender y entenderse.

LA ESFERA DE CRISTAL
de Sibilla
Los años no han desprestigiado en absoluto el poder adivinatorio de
la bola de cristal. Ahora, esta moderna obra viene a demostrar que su
uso actual es no sólo posible sino necesario. La autora nos enseña a
magnetizar el cristal, ejecutar los rituales antiguos y modernos,
consultar la esfera y contemplar sus posibilidades.
Ref.: 131-999
Págs.: 128

EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA


de Marc Dem
En 1917, la Virgen se apareció a tres pastores en las cuevas de Iría
(Fátima). De los tres mensajes proféticos que la Señora quiso
comunicar al mundo, dos se han cumplido ya... pero el tercero, cuyo

H
contenido sólo conoce el Papa, continúa custodiado en el Vaticano en
un antiguo cofre del Santo Oficio. Ningún pontífice se ha atrevido a :

desvelar el tercer secreto de Fátima. ¿Cuál es el terrible secreto que ]

LAS PROFECÍAS DEL ISLAM


del Ayatolá Hübsch
Lejos de las acciones de los militantes fundamentalistas, los místicos
del Islam han conservado siempre una sutil espiritualidad que ahora,
^ d e la mano del Ayatolá Flübsch, se ofrece al público occidental. El
lector se sorprenderá al comprobar la exactitud de las profecías que
ya se han cumplido, lo cual supondrá sin duda una reflexión profunda
sobre los acontecimientos anunciados para los próximos años.
EL LENGUAJE DE LOS FARAONES EL LIBRO DE LOS HECHIZOS DE AMOR
de Sir E.A. Wallis Budge ( jn completo, apasionante y divertido estudio
He aquí el primer libro publicado en español sobre todos los brebajes, pócimas, ungüentos,
cuyo contenido está pensado expresamente filtros y fórmulas que la humanidad ha
para introducir a los no expertos en el utilizado a lo largo de los siglos para potenciar
maravilloso mundo de los jeroglíficos del el deseo sexual, aumentar el atractivo físico y
Antiguo Egipto. A través de 11 lecciones, Sir provocar sentimientos amorosos.
E.A. Wallis Budge del Brltlsh Museum, nos Cont¡ene además, un pítul0 especial,simo
ensena a descifrar los mensa,es que los dedicado a los métodos usados para
escribas, por encargo de los reyes mas contrarrestar los hechizos de amor
poderosos de la tierra, legaron a la posteridad. indeseados
Ref.: 134-999 Págs.: 180 Ref.; 135-999 Págs.: 158

EL VERDADERO ROSTRO DEL HINDU1SMO LAS PROFECÍAS DEL MILENIO


de Stephen Cross de Rasputín, Nostradamus y Juan de
He aquí la esencia del hinduismo, una senda Jeruslón
de conocimiento que nos hará mejores, nos A las puertas del tercer milenio, los mensajes
llenará de sentido y nos permitirá dirigirnos de los videntes se erigen, hoy más que nunca,
hacia un objetivo concreto: nuestra propia en textos imprescindibles para todos los que
realidad esencial. pretendemos aprovechar los poderes mentales
_ , _ . , . . de ciertos hombres privilegiados para planificar
Stephen Cross lleva mas de veinte anos ni)estra ex¡stenc¡a
dedicado al estudio de la filosofía y la religión
hindú. Ref.: 137-999
Ref.: 136 999 Pa9S" 416
Págs.: 162
I

DICCIONARIO DE AFRODISÍACOS
Para aumentar el deseo y mantener la
potencia sexual, los seres humanos han
recurrido a través de la historia a infinitas
^ ¿ g j. ;»} fórmulas, más o menos afortunadas. Parece
que casi todo ha sido probado alguna u otra
^ ». vez por sus propiedades afrodisíacas.
^É ; !-• ' , Este libro recopila y clasifica los remedios que
•’& el hombre ha adoptado, a través de los siglos
y bajo circunstancias dispares, para perpetuar
j MMl o ampliar su potencia sexual ante los desafíos
de la madurez o el agotamiento.
________ - JnUl L Ref.: 138-999 Págs.: 340 j

EL JARDÍN DE LOS JUSTOS


;§ 1 Imán Nawawi
j. Los hadices son los dichos del profeta Mahoma,
™ de sus compañeros, de los primeros califas y de
'■ otros destacados sabios musulmanes de los
s __________ _ primeros tiempos de) Islam.
He aquí una recopilación de esta tradición oral
I realizada por el erudito sirio Nawawi en el
siglo XIII, ahora en lengua española, para
conocer mejor una ele las primeras
religiones del mundo.
Ref.: 139-999 Págs.: 448

XI
B B M fl ' . OLECCIÓti LEUSIS f

U ltim o s títu lo s publicad os

£- _ ■ ' * • • • :f
El lenguaje de los faraones

El libro de los hechizos de amor

El secreto de la Cabala

Magia
Rosamaría Nassetti

£ / tercer secreto de Fátima


Dem

Hubsch

[ I P Í u í ^ j M r l ' El verdadero rostro del hinduismo ¡j


Stephen Cróss * ¡¡

I
Las profecías del Milenio # t Ü

Rasputín, Nostradamus y Juan de Jerusalén .* .1

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