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Barry Commoner ha influido en los movimientos ambientalistas durante décadas al combinar el espíritu científico con el activismo social. Criticó el optimismo tecnológico que ignoraba los riesgos ambientales y promovió la participación ciudadana. Su último libro argumenta que existen tecnologías compatibles con la protección del medio ambiente y la alimentación mundial, y hace un llamado a cambiar hacia una economía ecológica.
Barry Commoner ha influido en los movimientos ambientalistas durante décadas al combinar el espíritu científico con el activismo social. Criticó el optimismo tecnológico que ignoraba los riesgos ambientales y promovió la participación ciudadana. Su último libro argumenta que existen tecnologías compatibles con la protección del medio ambiente y la alimentación mundial, y hace un llamado a cambiar hacia una economía ecológica.
Barry Commoner ha influido en los movimientos ambientalistas durante décadas al combinar el espíritu científico con el activismo social. Criticó el optimismo tecnológico que ignoraba los riesgos ambientales y promovió la participación ciudadana. Su último libro argumenta que existen tecnologías compatibles con la protección del medio ambiente y la alimentación mundial, y hace un llamado a cambiar hacia una economía ecológica.
En paz con el planeta científicas; afirma, en suma, la
importancia que tiene democrati- Barry Commoner Editorial Crítica, zar la toma de decisiones acerca de Barcelona, 1992 unas políticas de investigación y desarrollo que, una vez aprobadas, difícilmente pueden ser revisadas, Commoner tuvo debido al enorme coste de la inver- un papel sión que ha sido puesta en juego. decisivo en la Durante años Commoner tuvo un conformación papel decisivo en la conformación de la conciencia de la conciencia popular sobre la crisis ambiental. Este influyente pa- popular sobre pel se ha debido a una particulari- la crisis dad tan rara como universalmente ambiental apreciada: la combinación en una Pocas personas habrán influido misma persona del espíritu científi- tanto en los movimientos medio- co y de las convicciones del activis- ambientalistas de las dos últimas ta social. Durante treinta años ha décadas como el biólogo y ecolo- realizado estudios especializados gista norteamericano Barry acerca del impacto medioambien- Commoner. Su evolución desde la tal de los distintos tipos de produc- protesta contra los experimentos ción industrial, a la vez que ha ase- nucleares con fines militares a la sorado desde su centro de investi- crítica del uso de la energía nuclear gación a los movimientos vecinales para la producción de electricidad, que luchan en favor de soluciones sintetiza muy bien lo que ha sido alternativas en este campo. igualmente en Europa el paso del Además, Commoner se revela co- antimilitarismo de izquierdas de los mo un insuperable divulgador de años cincuenta al ecologismo problemas científicos, o tecnocien- social de los setenta. tíficos, nada fáciles de explicar al Ya en la primera de sus publicacio- gran público. Así pues, para mu- nes más influyentes, Commoner chos de nosotros ha sido en estos denunciaba el carácter infundado años un ejemplo vivo de científico del optimismo tecnológico de los representativo de una nueva mane- nuevos aprendices de brujo (cientí- ra de pensar: un profesional con ficos, técnicos, estadistas). Y lo conciencia de especie, atento al hacía mostrando cómo la reduc- valor de la participación ciudadana ción al mínimo del tiempo necesa- en la planificación científico-técni- rio para pasar de la investigación ca y con responsabilidad social. pura a las aplicaciones tecnológi- En paz con el planeta, el último cas hace aumentar considerable- libro de Commoner publicado en mente el riesgo de éstas para las España, es, en primer lugar, un poblaciones. agudo balance crítico de las oca- En la parte positiva de su argu- siones perdidas, durante los últi- mentación, Commoner ha defendi- mos veinte años, para hacer frente do la necesidad de interesar a los a la crisis medioambiental. Pero es Esta crítica ha sido extractada de la que publicó Francisco Fernández ciudadanos en el proceso de discu- también, sobre todo, un llama- Buey en el nº 50 de la revista sión y aprobación de las políticas miento esperanzado a la comuni- Mientras tanto.
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dad internacional, a los gobiernos casi absoluto de la lógica del bene-
y a las gentes, particularmente a ficio inmediato en las economías las gentes, en favor de iniciar un de mercado. cambio de rumbo hacia una eco- En lo que hace a la orientación de nomía de paz, ecológicamente la protesta ecologista actual, Barry fundamentada, ahora que el cos- Commoner piensa que hay que tosísimo enfrentamiento de las últi- pasar del ambientalismo “blando”, mas décadas entre los USA y la an- que se limita a poner el acento en tigua Unión Soviética ha concluido. el control de las energías y tecno- El libro está lleno de agudas suge- logías contaminantes, a un ecolo- rencias y de notables propuestas gismo “duro”, más atento a lo so- de actuación. Una de estas suge- cial y a las políticas en curso. La ta- rencias es la caracterización de la rea, pues, de los movimientos eco- crisis medioambiental como resul- logistas no sería simplemente con- tado (imprevisto) de un acopla- trolar, sino prevenir para evitar que miento innatural, de un desen- una mejora cualitativa se pierda cuentro o encontronazo, entre tec- por el empeoramiento cuantitativo. nosfera y ecosfera: los procesos Barry Commoner afirma con con- cíclicos, conservadores, homeostá- tundencia que ya existen tecno- ticos y coherentes, propios de la logías (aunque poco usadas hasta ecosfera, chocan con los procesos ahora) compatibles con la tutela de Ya existen lineales, innovadores pero ecológi- la ecosfera y con la posibilidad de tecnologías camente desarmonizadores de la alimentar al total de la población compatibles con tecnosfera creada por los huma- mundial. A partir de estas tecno- la tutela de la nos. Hay en esta caracterización logías alternativas, y con los fon- ecosfera y con una pretensión equilibradora de dos que antes se gastaban en una la posibilidad otros puntos de vista ecologistas demencial carrera armamentística, que acentúan de manera unilateral debería ser posible crear un siste- de alimentar al el papel sólo negativo de toda tec- ma productivo que pueda crecer y total de la nología o que reducen la crisis desarrollarse en armonía con el población ecológica a un problema de sobre- ambiente; un sistema, en suma, mundial carga, por la explosión demográfi- que produzca alimentos lo sufi- ca, en la base natural de manteni- cientemente abundantes como miento de la vida sobre el planeta. para cubrir las necesidades de unos El análisis de Commoner se dife- ocho mil millones de seres huma- rencia también de la queja ambien- nos, con máquinas eficientes, talista, tantas veces interesada, que transportes rápidos, casas decoro- culpabiliza de los desequilibrios en sas y energías limpias. el medio ambiente al conjunto de Aunque tampoco ignora la especie humana, a todos y cada Commoner cuántos obstáculos uno de los individuos miembros de político-sociales y cuántos prejui- la misma. En paz con el planeta cios culturales habrá que superar delimita culpabilidades y sabe a para lograr hacer realidad un siste- quién dirigirse a la hora de exigir ma como el propuesto. responsabilidades. Precisamente Nos encontramos ante un libro por ello se pone mucho énfasis en contundente, clarificador y de aclarar la relación existente entre la amena lectura de un “clásico” del crisis medioambiental y el dominio movimiento ecologista.