Escuela de Estudios Liberales

Teoría Política Clásica (BPTEP02)

Prof. Guillermo Aveledo

La visión de Aristóteles del gobierno de Nicolás Maduro en los

años 2016-2018

ISAAC GARCIA
20161110068

CARACAS 05/04/2018
 La república bolivariana de Venezuela establece en el artículo 3 de la
constitución de 1999 que la finalidad del estado es la protección y el velar por el
desarrollo de los individuos en una sociedad plural, pacífica y democrática, algo
que en la terminología aristotélica definiría nuestra forma de gobierno como pura
o buena al estar basada en la distribución de poderes de la politeia o república,
además de tener en su valores constitucionales intrínsecos el bien común, que
es el bienestar y los medios para el desarrollo de los individuos en la sociedad
en una suerte de utilidad colectiva.

Pero el dilema subyace en que estos aspectos en su mayor parte solo

existen en el texto constitucional, ya que en la actualidad, específicamente en el
intervalo 2017 y 2018 del gobierno del presidente de la república Nicolás Maduro
Moros, periodo en el cual diversa acciones políticas socavaron las bases
jurídicas del sistema republicano y la precaria economía que originaron
desempleo, hambruna y represión severa que terminaron por privar a la mayor
parte de la población de los medios para desarrollarse en la sociedad. Dadas
estas primicias entonces ¿para Aristóteles quien gobierna no lo hace en favor de
sus gobernados y el bien común en este momento?; si es así ¿en qué sistema
de gobierno podría clasificarlo a no ser una república según su opinión?

“Es evidente, pues, que todos los regímenes que tienen como objetivo el bien
común son rectos, según la justicia absoluta”. (La Política, III, I, 1279ª11). Es
correcto que las formas de gobierno buenas velan por el bien común, que se
podría interpretar como una serie de elementos que permiten el desarrollo social
del individuo, en el ámbito intelectual y en la mutua reciprocidad que existe entre
el hombre y su sociedad por la relación de dependencia intrínseca que
poseemos con ella, en síntesis si los hombres poseen determinados medios
estos alcanzaran un nivel distinto y posiblemente la eudaimonía , mientras que
en el caso contrario se genera malestar y por lo tanto un deterioro de las
relaciones internas en la polis.

El otro aspecto importante y característico es la justicia absoluta, la cual se

puede definir como la justicia en favor de todos los integrantes de la sociedad, o
lo que es correcto en una escala media a todos. Ya que en la municipalidad de
formas de gobierno es considerado justo lo que el sistema admita, tal como se
enuncia en el capítulo III de La Política que para la democracia la justicia es lo
que la mayoría considere justo mientras que para las oligarquías es lo opuesto,
es lo que el grupo reducido detentador de los derechos políticos consideren
correcto.
 En el caso venezolano actual la definición del bien común y la ley absoluta se
podría atribuir a los principios constitucionales de la Carta Magna, que
justamente velan por el equilibrio de la impartición de la justicia hacia los
ciudadanos y la restricción de ciertas facultades que pueden causar daño por su
carácter excesivo de poder coactivo, tal como son los estados de emergencia en
sus distintas índoles, pero realmente estas restricciones se cumplen para que
prevalezca el bien común ante el particular, lo cual para Aristóteles sería un
punto a favor y una fuente clara para analizar nuestro sistema y cualquier
desviación que pueda tener del camino al bien común y la justicia absoluta.

Un ejemplo concreto de la vulneración indudable del texto constitucional son

las sentencias 155 y 156 de la sala constitucional del tribunal supremo de
justicia, ente responsable de la jurisdicción constitucional en Venezuela y que
debe velar por la protección de esta, pero dichas sentencias la sentencia #156
también se refleja la inconstitucionalidad de los actos del TSJ, ya que esta
decreta que la Sala Constitucional “(...) asumirá competencias del Parlamento
mientras dure supuesto “desacato”” (Haro, 2017), (refiriéndose con la palabra
“desacato” a la sentencia #155) con lo cual viola directamente la autonomía de
un poder público que, según está estipulado en la Carta Magna, es de igual
envergadura e igualmente incapaz de atentar contra la autonomía de otro poder
público, por no mencionar que además intenta atribuirse sus competencias,
asumiendo tanto las funciones de TSJ y AN simultáneamente (incumplimiento de
los artículos 137 y 138). Es importante mencionar que “esta medida ha sido
calificada por representantes de la oposición como un golpe de Estado, pues por
la vía de hecho le quita todas las atribuciones al Poder Legislativo y se las
confiere al TSJ. O mejor dicho, se las auto-confiere (...)” (Weffer, 2017).

En síntesis estas sentencias desgarra unos de los elementos indispensables

para la deliberación y la resolución de normativas en un sistema republicano o
democrático, además que con respecto al principio de quien gobierna lo hace en
favor de la ley absoluta, resulta en una trasgresión de la misma, porque el
órgano estatal desintegrado constaba de 167 curules cuyos 109 eran del partido
de oposición al régimen en el poder, siendo estos mayoría en la asamblea por
elección popular y representación del colectivo mas amplio dentro de la
sociedad, al darse estas circunstancias se trasgrede dos principios vitales para
que se de el bien común, el primero es el respeto a la ley y el segundo es la
moderación ética en la toma de decisiones en favor de la generalidad y no de un
determinado grupo que detenta el poder político.

“La virtud es, por consiguiente, un hábito peculiar que consiste en un término
medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello que se origina
en la demarcación del prudente”. (Ética Nicomaquea, 1106b36-1107a2). En
síntesis se puede decir que toda acción es buena en conformidad con su punto
medio en relación con los resultados que a posterioridad traerán en los intereses
propios y colectivos, que además la ética es un valor conferido en el texto
constitucional específicamente en el artículo 2.

En el caso antes expuesto, las acciones disgregadoras ejecutadas por la sala

constitucional del TSJ puede considerarse como una desviación del sistema de
gobierno a una versión degenerada de la misma, al actuar en conformidad a los
interese de un grupo en particular, pero como he mencionado anteriormente toda
acción en el ámbito social tiene una consecuencia, en este caso fueron una serie
de protestas, demandas sociales y pronunciamientos de distintas entidades tanto
nacionales como internacionales.

En este clima de inestabilidad e inseguridad constitucional se desencadenaron

una serie de protestas públicas en contra del gobierno y las medidas del TSJ que
fueron escalando en intensidad cada vez que este último dictaba sentencias
nuevas, sólo calmándose ya a mediados del mes de agosto del año 2017 (CNN,
2017).

Durante el intervalo en que duraron las protestas que fue un periodo

turbulento plagado de desórdenes públicos y muerte un caso muy particular
ocurrió, la acusación de un miembro del Estado, el del director del Servicio
Bolivariano de Inteligencia Nacional Gustavo González López, acusado de “(...)
cometer graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos” (El
Nacional, 2017). Siendo esta otra violación fragante a la ley suprema que en la
constitución y a los tratados internacionales importantes para la convivencia
interna y con otras naciones.

Entre tanta demostración de poder coactivo y violación a la ley suprema, la

desaparición y usurpación de facultades de un poder público como es la
Asamblea Nacional, solo queda analizar el punto de vista de quien detenta la
magistratura del poder ejecutivo y sus ministros, con el fin de analizar si en
términos esenciales velan por el bien común de los ciudadanos o por el bien
particular del grupo gobernante con el fin de perpetuar el sistema político que se
esté aplicando.

La situación actual en Venezuela es de una gran precariedad tras la

decantación del sector productivo por parte de políticas económicas del estado
que mermaron la producción de productos de consumo y específicamente de
alimentos, obligando al comercio a importar de otras naciones los insumos más
esenciales, pero dada que las divisas solo las proporciona el gobierno central a
través de la entidad del banco central que ejerce su labor a través del sistema de
control de cambio designad por el gobierno, esto a producido una alza por
escases de los precios llegado a una Tasa de inflación oficial de la AN
correspondiente a enero de 2018: tasa mensual 84,2%. Tasa de inflación
anualizada enero 2018-enero: 4068%, lo cual incide directamente en las
oportunidades de adquirir alimentos que limita el posible desarrollo de los
individuos y por ende el bien común futuro o por lo contrario los priva del bien
mas preciado la vida.

El hombre es por naturaleza un animal político, y, por eso, aun sin tener
necesidad de ayuda recíproca, los hombres tienden a la convivencia. No
obstante, también la utilidad la participación en el bienestar. Éste es,
efectivamente, el fin principal, tanto de todos en común como aisladamente.
Pero también se reúnen por el mero vivir, y constituyen la comunidad política.
Pues quizá en el mero hecho de vivir (…) como si en el vivir hubiera una cierta
felicidad y dulzura natural. (La Política, III, VI, 278b3-5)

Si estas son las condiciones expuestas y claramente van en contra del primer
elemento, para que un hombre se desarrolle correctamente y pueda servir a su
sociedad, que es el estar vivo, entonces ¿cuáles serían las excusas de quien
detenta el poder político en la magistratura del ejecutivo? una de las
declaraciones más claras acerca de uno de los problemas principales que es el
control de cambio, como se mencionó anteriormente, fue proporcionada por el
anterior vicepresidente de la república Aristóbulo Istúriz durante la discusión del
presupuesto nacional para el año 2017 :

El control de cambio empleado en Venezuela en lugar de ser una medida

económica es aplicado como una medida política. “Si quitamos el control de
cambio nos tumban, el control de cambio aquí es una medida política no una
medida económica. Esa es la verdad y nosotros no nos podemos dejar tumbar,
primero que nos maten porque nosotros tenemos un compromiso con nuestro
pueblo y Chávez y el pueblo es lo mismo" (El Nacional, 2017)

Este último punto evidencia que el bien común no forma parte del régimen de
gobierno que rige en Venezuela, además del hecho notable de que quienes
detentan el poder político velan únicamente por el bien particular de la clase
gobernante ante los hechos nombrados, notablemente lo que alguna vez estuvo
en el texto constitucional ahora no es la politeia o república, como denominamos
este sistema similar, que para Aristóteles es “Ahora debemos considerar la
república. Su naturaleza resulta más clara, definidas ya las características de la
oligarquía y la democracia, pues la república es, por decirlo sencillamente, una
mezcla de oligarquía y democracia” (Política, III, 1293b). Que para él ambas
coexistían en un mutuo equilibrio que ven hacia el bien común en un grupo de
magistraturas que evocan a la monarquía, la aristocracia y la democracia, siendo
evidente que se trata del caso contrario de la definición aristotélica, entonces
debe tratarse de alguna forma de gobierno derivada nociva para la sociedad.

En las oligarquías y en las democracias surgen las tiranías: o bien los más
importantes en cada uno de estos regímenes aspiran a la tiranía en uno, los
demagogos, en otro, los poderosos o bien los que ejercen las magistraturas más
importantes, cuando lo hacen por mucho tiempo. Los regímenes políticos se
conservan no sólo por estar lejos de los elementos que los destruyen, sino a
veces incluso por estar cerca, pues a causa del miedo, los gobernantes
mantienen con más fuerza en sus manos el gobierno. De modo que los que se
preocupan por el régimen deben proporcionar motivos de temor. (La Política, V,
VIII, 1308ª7)

Basados en la primicia de que el bien común y la justicia absoluta, sino por lo

contrario el bien particular y la justicia acorde al interés del sistema, además de
tomar en cuenta que en síntesis una república es el equilibrio de la democracia y
la oligarquía en un sistema mixto monárquico, aristocrático y democrático,
podríamos alegar que en vista de las implicaciones de caso actual se podría
evidenciar el paso de una república a una democracia demagógica, analizando
el discurso del ex-vicepresidente Aristóbulo Istúriz, que va pasando a un sistema
parecido a la oligarquía, ya que quienes detentan el poder real son un grupo
reducido enriquecido y con el fin de seguirse enriqueciéndose, que a su vez
como se ha visto en el planteamiento anterior la permanencia en el poder por
medio del temor y la represión durante un periodo prolongado, inducen a los
miembros demagógicos de la oligarquía a convertirse en tiranos.

Por el momento uno de los elemento que define a la forma de gobierno

actual como una posible oligarquía, es el hecho de la aparición de otro ente
poderoso que rivaliza con el poder del ejecutivo, este ente es la Asamblea
Nacional Constituyente, organismo supraconstitucional de poder absoluto, cuyos
miembros son una representación variada de gremios y el territorio nacional,
pero únicamente de miembros del grupo gobernante.
 Si bien se podría alegar, que en realidad el sistema descrito aunque
corresponda por sus características a una oligarquía con vocación tiránica que
se mantiene en el poder a base del terror, no es tal cosa por la presencia de
mecanismos electorales que se ejecutan periódicamente, esto no quiere decir
que se esté en un error en el planteamiento anterior, ya que la “democracia se
adapta a cada ciudad, y, asimismo, que oligarquía a cada pueblo, y entre los
restantes regímenes cuál es conveniente para cada clase de hombres”. (La
Política, VI, I, 1094ª5). Si es que en los tiempos actuales un valor indispensable
o algo que aparenta ser formidablemente esencial para ser reconocido en el
mundo y gozar de ciertos beneficios, es ser visto como una república
democrática, siguiendo la idea del planteamiento de adaptación, este sistema
adopta características aparentemente democráticas, ya que debe adaptase a la
tradición republicana de su pueblo a las circunstancias del momento, para
mantener el poder político de la forma más eficiente posible para sí.
Bibliografía

Aristóteles, (1985), Ética Nnicomaquea, Madrid, España: Gredos.

Aristóteles, (1988), Política, Madrid, España: Gredos.

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