Sie sind auf Seite 1von 32

Signos de alarma en la

alteración del
desarrollo sensorial
infantil, medidas para la
intervención temprana.

CARLOS MOREYRA MUÑOZ


PERCY PALOMINO CCAHUANA

UPSJB | HOSPITAL NACIONAL ARZOBISPO LOAYZA


1
CONTENIDO
1 DESARROLLO PSICOMOTOR:............................................................................................5

1.1 GENERALIDADES SOBRE EL DESARROLLO NORMAL DEL CEREBRO...................6

1.2 DESARROLLO PSICOMOTOR “NORMAL”...................................................................8

1.3 EVALUACIÓN DEL NEURODESARROLLO..................................................................8

2 DESARROLLO SENSORIAL NORMAL..............................................................................10

2.1 DESARROLLO VISUAL...............................................................................................10

2.2 DESARROLLO AUDITIVO...........................................................................................11

2.3 DESARROLLO DEL TACTO, GUSTO Y OLFATO........................................................11

3 TRASTORNOS DEL DESARROLLO SENSORIAL.............................................................13

3.1 Factores de riesgo biológico.........................................................................................14

3.2 Signos tempranos de alarma........................................................................................15

3.3 VISIÓN......................................................................................................................... 16

3.4 AUDICIÓN...................................................................................................................... 1

3.5 Signos de Alarma de Problemas de Integración Sensorial.............................................2

4 La intervención en el desarrollo sensorial.............................................................................4

4.1 Organización del espacio para favorecer el desarrollo sensorial de los niños................5

4.2 El tratamiento educativo de las alteraciones en el desarrollo sensorial........................10

A. INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN NIÑOS CON SORDERA...........................................10

B. INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN NIÑOS CON CEGUERA...........................................11

C. INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN NIÑOS CON SORDOCEGUERA..............................12

5 Conclusiones:...................................................................................................................... 15

2
3
INTRODUCCIÓN:

El desarrollo es un proceso continuo; comienza desde el momento mismo de la concepción y se


da de forma ordenada. Cada etapa representa un nivel de madurez con características muy
singulares en cada área del desarrollo del niño: sensorial, motora, comunicativa y cognitiva. Los
padres y los especialistas deben estar muy atentos que se cumplan estos procesos evolutivos y
actuar ante cualquier señal que indique una conducta irregular o la no presencia de la conducta
evolutiva.

“Las características madurativas o de desarrollo están directamente vinculadas a la genética, y


de esto depende la variabilidad que se puede observar en los niños. El desarrollo es la
consecuencia de archivos de conducta que incluye desde lo más simple hasta lo más complejo.
Es un proceso secuencial que tiene etapas muy claras y definidas”.

La progresiva adquisición de habilidades por parte del niño en las diferentes áreas del
desarrollo durante los primeros años de vida, sigue una secuencia progresiva, continua y
constante, y se precisa completar una etapa para alcanzar la siguiente. Es decir, para alcanzar
una sedestación estable necesitamos el control cefálico, y para caminar es necesaria
previamente la sedestación y, si una etapa no se supera no se puede alcanzar la siguiente.

No todos los niños tienen un mismo ritmo, ni desarrollan sus habilidades en un momento
específico. Por ejemplo, algunos bebés comienzan a decir sus primeras palabras a los 9 meses,
mientras que otros no lo hacen hasta los 18. En ambos casos, los bebés están dentro del rango
de lo que se considera normal. Sin embargo, si resulta que su hijo sí presenta una alteración,
detectarla lo antes posible es de suma importancia para conseguir los apoyos y servicios
adecuados, y así ayudarle a compensar ese déficit.

Por ello, presentamos a continuación los SIGNOS DE ALARMA SENSORIAL en el desarrollo


infantil, (esta información es una recopilación de contenidos de varias guías de desarrollo
infantil), que nos ayudarán a determinar cuál es el punto de inflexión en el que una madre o un
padre no deben perder tiempo y consultar con su pediatra.

4
1 DESARROLLO PSICOMOTOR:
El desarrollo del sistema nervioso es un proceso complejo que tiene como resultado la
maduración de las estructuras, la adquisición de habilidades y, finalmente, la formación del
individuo como persona única. La presente revisión recoge información acerca de las
principales características de los procesos de desarrollo cerebral, las características del
desarrollo neurológico normal en las diferentes áreas: motora gruesa y fina, lenguaje, sensorial
y socialización; se acompaña también de una descripción de las principales alteraciones en el
desarrollo, identificables en la consulta diaria del pediatra. Nuestro objetivo es reforzar el
conocimiento en esta área clave de la evaluación del niño menor de cinco años para detectar
problemas con la debida antelación para su intervención oportuna.

5
1.1 GENERALIDADES SOBRE EL DESARROLLO NORMAL DEL
CEREBRO

El neurodesarrollo se da a través de un proceso dinámico de interacción entre el niño y el medio


que lo rodea; como resultado, se obtiene la maduración del sistema nervioso con el
consiguiente desarrollo de las funciones cerebrales y, a la vez, la formación de la personalidad.
El desarrollo del cerebro es un proceso muy complejo y preciso que inicia muy temprano en la
vida y continúa varios años después del nacimiento. Existen periodos críticos para el desarrollo
cerebral normal, siendo los principales la vida intrauterina y el primer año de vida. Podemos
resumir las etapas del desarrollo del cerebro en estas cuatro: proliferación neuronal, migración,
organización y laminación del cerebro, y mielinización . No son etapas consecutivas, se van
superponiendo y pueden ser afectadas simultáneamente si existe algún agente externo o
interno presente en el medio. Un ejemplo es el consumo de alcohol en la madre gestante, o la
desnutrición del niño menor de dos años. Ambos procesos pueden afectar más de una fase en
forma permanente.

La proliferación de las neuronas es un proceso que ocurre en la primera mitad de la gestación.


A través de este proceso se da origen a los cien mil millones de neuronas que el cerebro posee.
Todas las neuronas deben desplazarse a su lugar final en la corteza durante el proceso llamado
migración, este segundo proceso se da de adentro hacia afuera, es decir, desde la parte más
profunda del cerebro, donde nacen las neuronas, hasta la corteza o borde externo. Se trata de
un proceso muy preciso, y el momento más importante ocurre en el segundo trimestre del
embarazo. Puede ser afectado por la exposición fetal a medicamentos, infecciones, tóxicos,
desnutrición y estrés materno, entre otros, y producirse malformaciones cerebrales importantes
como consecuencia de estos eventos, conocidas como trastornos de migración neuronal.

Después de las 25 semanas posconcepcionales, la reproducción de nuevas neuronas es


excepcional. Sin embargo, el peso del cerebro se triplica después que la fase de proliferación
ha terminado. Este sorprendente incremento en peso y volumen obedece a la aparición de
millones de conexiones sinápticas entre las neuronas y a la arborización, resultado de la
aparición de dendritas. Se estima que cada neurona puede llegar a tener entre 7000 y 10 000
sinapsis, las cuales, posteriormente, podrán ser modeladas según la exposición a factores
externos e internos y experiencias que modifican su conformación en forma permanente. El
último proceso en iniciarse es la mielinización, en el que los axones de las neuronas se
recubren de mielina para mejorar la velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos. Este es

6
un proceso crítico que inicia cerca del nacimiento. Sin embargo, puede verse severamente
alterado en los primeros meses de vida como consecuencia de la falta de nutrientes, el
hipotiroidismo, la anemia y la falta de una adecuada estimulación en el niño pequeño.

7
1.2 DESARROLLO PSICOMOTOR “NORMAL”

Se considera un desarrollo psicomotor “normal” cuando el niño alcanza las habilidades


esperadas a su edad cronológica, normalidad estadística. Es decir, cuanto más lejos se
encuentre del promedio se encuentre, más posibilidades de que exista algún problema.

La progresiva adquisición de las habilidades diversas como: el sentarse, tomar objetos, gatear,
caminar, etc… tienen variabilidad en cuanto puesto que cada niño tiene su propio ritmo.

Los cambios más rápidos y acelerados ocurren en los primeros 18 meses de vida. Al año y
medio el niño se ha incorporado venciendo a la fuerza de la gravedad, camina con cierto
equilibrio y emplea sus manos para sostenerse y manipular.

Alrededor de los tres años irá perfeccionando su equilibrio y habilidades manuales. Camina más
rápido y estrecha su base de sustentación, corre, se alimenta solo, colabora para vestirse y
desvestirse, maneja sus juguetes y habla.

Hacia los cinco años, domina bien su equilibrio, salta al jugar con sus compañeros coordina de
manera selectiva y exacta sus movimientos manuales. Está listo para escribir. De aquí en
adelante su desarrollo avanza con más lentitud y ya no ocurren cambios fundamentales ni
rápidos.

1.3 EVALUACIÓN DEL NEURODESARROLLO


La evaluación de los hitos del desarrollo en el niño permite estimar que el desarrollo cerebral
está ocurriendo dentro de un marco apropiado, por tanto, es muy importante conocer los
parámetros mínimos de evaluación del desarrollo para cada edad. Para ello, nos podemos
ayudar del carné de atención del niño o de algunas escalas previamente validadas.
Recordemos que los hitos del desarrollo tienen un amplio margen de variabilidad normal, y es
más importante establecer que se está logrando una secuencia adecuada de eventos en el
tiempo, que fijarse en un determinado logro puntual. Como ejemplo, podemos poner el hito del
caminar, que en promedio es logrado por el niño alrededor del año de vida. Sin embargo, según
la OMS, un niño puede empezar a caminar entre los 9 y 17 meses, siendo esta variabilidad
normal. En el niño que demora en caminar debemos determinar si los pasos previos
(sedestación, gateo, marcha con apoyo) se han logrado a tiempo, o si todo el proceso motor
grueso está demorado también. En este último caso, el diagnóstico del niño es de retraso en el

8
desarrollo y como tal deberá ser evaluado. Debemos recordar, además, que la pérdida de
habilidades previamente adquiridas, o regresión del desarrollo, siempre implica una alerta para
que el niño sea derivado inmediatamente para su evaluación complementaria . Otro punto muy
importante en la evaluación del neurodesarrollo es determinar si el tamaño de la cabeza
corresponde al apropiado para la edad del paciente. El perímetro cefálico es una medida de
referencia muy sencilla para realizarse en cualquier consultorio o ambiente que nos permite
estimar de forma rápida si los procesos de desarrollo del cerebro se han dado en forma
adecuada. El hallazgo de microcefalia o macrocefalia también es motivo de atención.

9
2 DESARROLLO SENSORIAL NORMAL

El desarrollo sensorial es la base del desarrollo cognitivo motor. Los procesos sensoriales son
capacidades que nos permiten relacionarnos con el entorno. Recibimos la información a través
de los receptores sensoriales que pueden ser visuales, auditivos o táctiles. Esta información se
convierte en sensación para poder organizarla e interpretarla a través de otra habilidad
denominada la percepción. Luego, trasmitiremos la información o daremos una respuesta ya
sea mediante el llanto, la sonrisa, o la expresión de emociones. De esta forma nos vamos
relacionando con nuestro mundo exterior e interior. Si carecemos de estos estímulos o
experiencias debido a múltiples factores como las carencias sociofamiliares o, lo que es peor,
debido a una enfermedad neurológica, se verá afectado el desarrollo en todas sus áreas:
motora, emocional, mental, afectiva o social.

Desde las etapas iniciales de la gestación el feto recibe diversos estímulos, tanto del interior
como del ambiente exterior. El feto puede percibir los niveles de luz y oscuridad, puede
escuchar las voces o los sonidos, o sentir la calidez del útero, puede iniciarse el sentido de la
olfacción y del gusto, ya que sentirá el sabor del líquido amniótico que deglute.

2.1 DESARROLLO VISUAL


Es el sistema que proporciona mayor información sobre el mundo exterior. Al nacer, la retina
(donde se encuentran los conos y bastones) va a estar completamente desarrollada y es por
esto que la percepción de la luz es posible. Mientras que el cristalino aún esta inmaduro, por lo
que el enfoque visual estará reducido.

A pesar de que el recién nacido mantiene los ojos cerrados la mayor parte del tiempo, va a
fruncir los parpados frente al estímulo de un foco luminoso. El recién nacido es capaz de fijarse
en un punto de luz, a pesar de que esta sea borrosa. La visión de colores es restringida, tal vez
solo una gama de grises, de baja nitidez. Solo podrá distinguir luz, sombras y movimientos. En
el primer mes de vida, mejora la agudeza visual, la cual será nítida a una distancia de 25 a 30
centímetros, justamente la distancia del pecho hasta la cara de la madre. El recién nacido

10
puede mirar la cara de la madre pero no la reconoce hasta los 3 meses de edad, inclusive
puede imitar la expresión facial y disfrutar frente a rostros o figuras. El recién nacido presta
atención por más tiempo a rostros y círculos concéntricos, por lo que siempre debe evaluarse la
preferencia visual al igual que la capacidad de habituarse o deshabituarse frente a un estímulo
(3).

Desde el segundo mes, el bebé ya fija la mirada. Establece la convergencia ocular, sigue
objetos en movimiento, no diferencia colores, solo contrastes blancos y negros. Al tercer mes
desplaza la mirada de un objeto a otro y reconoce el color rojo. Gira la cabeza siguiendo
estímulos interesantes. Descubre su cuerpo, se mira las manos, se interesa por juguetes
cercanos. En el cuarto mes ve objetos a distancias variables, percibe detalles pequeños, tiene
una capacidad visual cercana al adulto.

Durante los primeros meses de vida; el bebé tendrá incapacidad para reconocer objetos e
interpretar los mensajes, van a ser necesarias experiencias repetidas. Por todo esto, es
importante la estimulación sensorial.

2.2 DESARROLLO AUDITIVO


Es el sistema más importante para el desarrollo del lenguaje. El estímulo a través de las ondas
sonoras ingresará por el conducto auditivo externo, luego al medio y, por último, al oído interno,
desde donde serán trasmitidas, mediante un impulso nervioso, por el nervio auditivo hacia la
corteza cerebral del lóbulo temporal; donde será procesado el estímulo para la emisión de una
respuesta.

El recién nacido es sensible a la intensidad de los sonidos, se sobresalta, incluso desde antes
de nacer. No localiza ni dirige su cabeza hacia el estímulo sonoro, prefiere la voz humana (3). Al
segundo mes, el bebé localiza mejor la fuente sonora y empieza a interesarse por los sonidos y
voces familiares. Desde el tercer mes vuelve la cabeza al sonido, empieza a diferenciar la voz
humana de otros sonidos. En el cuarto mes adquiere agudeza y madurez, logrando identificar y
localizar la dirección exacta del sonido.

11
2.3 DESARROLLO DEL TACTO, GUSTO Y OLFATO
El tacto es el sentido con desarrollo más precoz, desde etapas muy tempranas de la gestación.
Evoluciona progresivamente desde la séptima semana, cuando empieza a sentir sensaciones
en el contorno de la boca, luego en el rostro completo y, finalmente, en ambos pies y el tronco.
A las veinte semanas sentirá en todo el cuerpo.

Este sentido es importante no solo para el desarrollo de los reflejos primarios, sino que los
receptores ubicados en músculos, tendones, articulaciones y el aparato vestibular, llevaran la
información a la corteza cerebral y al cerebelo, para poder percibir nuestro tono muscular,
nuestros movimientos, la disposición de nuestros miembros, las partes del cuerpo y la posición
en el espacio; todo esto es importante para desarrollar el equilibrio.

Desde el útero las papilas gustativas funcionan, y luego del nacimiento el bebe podrá diferenciar
lo dulce de lo ácido y amargo, con preferencia por el sabor dulce. Al cuarto mes; aceptará
sabores salados, siempre utilizando el olfato. El recién nacido tiene el olfato desarrollado y
podrá diferenciar olores agradables y desagradables, con preferencia por los olores conocidos
como el de la madre.

Las estructuras básicas del desarrollo sensorial están en el cerebro desde antes del nacimiento.
Es necesario perfeccionarlo, establecer redes conectivas a través de experiencias sensoriales,
especialmente en los primeros meses de vida. Detectar la deficiencia sensorial es labor
primordial del pediatra.

12
3 TRASTORNOS DEL DESARROLLO SENSORIAL
El sentido de la visión permite al niño relacionarse con el entorno e interactuar apropiadamente
con él. A partir de los 4 meses de vida la visión dirige al desarrollo motor fino y grueso. El
lenguaje también es influido por la exposición a estímulos visuales, asimismo, el desarrollo
social depende de la interacción visual, mediante el reconocimiento facial de las emociones. Por
lo tanto, es muy importante reconocer tempranamente la disfunción visual e intervenir según
corresponda en cada caso. Sospechamos discapacidad visual en un bebé pequeño que no
logra enfocar la mirada o seguir rostros. La forma anormal o asimétrica de las pupilas también
debe llamar nuestra atención, así como todo movimiento anormal de los ojos. Los preescolares
y escolares pueden quejarse de visión borrosa o cefalea. Los niños que ya leen y escriben
pueden presentar dificultades en la lectoescritura y/o en el aprendizaje.

Asimismo, cuando no es reconocida a tiempo, la discapacidad auditiva lleva a una menor


estimulación del niño pequeño y una gran dificultad para desarrollar el lenguaje; además, de
una estructuración anómala del pensamiento y consecuencias socioafectivas severas. Si bien
se describen una serie de factores de riesgo para discapacidad auditiva (prematuridad, muy
bajo peso al nacer, uso de medicamentos ototóxicos, hiperbilirrubinemia neonatal, etc.) se
recomienda el tamizaje universal en la edad pediátrica temprana. La sospecha de disfunción
auditiva en un bebé aumenta cuando no hay respuestas reflejas al ruido o presenta un lenguaje
monótono. Un lactante con hipoacusia no volteará al escuchar su nombre ni intentará localizar
sonidos familiares. Cerca del primer año, demorará en adquirir sus primeras palabras y nombrar
objetos o personas familiares. Posteriormente, la dificultad se hará más evidente al no lograr
entender lo que se le dice, ni contar lo que le pasa.

Por último, mencionaremos que la disfunción sensorial es un problema común en el niño. Se


caracteriza por hipo o hiperrespuesta a determinada información sensorial, y se acompaña con
frecuencia de la aparición retardada del lenguaje y de problemas de conducta. Los niños con
disfunción sensorial auditiva rechazan los sonidos intensos, angustiándose en ambientes muy
ruidosos o con mucha gente. A nivel gustativo y olfativo pueden evitar o rechazar ciertos
alimentos y limitar así la ingesta adecuada. Muchas veces estos menores, además, tienen
dificultades en los sentidos de la propiocepción y el equilibrio; y presentan hiperlaxitud articular.
Los infantes con disfunción sensorial pueden presentar menores niveles de atención y
concentración, niveles de actividad muy altos o muy bajos, dificultades en la coordinación y

13
planeamiento del movimiento, dificultad para interactuar con sus pares y baja autoestima. Todo
ello requiere un reconocimiento temprano y una intervención oportuna.

3.1 FACTORES DE RIESGO BIOLÓGICO


Hay algunas situaciones de riesgo que podría conllevar un desarrollo psicomotor anormal,
algunas situaciones conocidas que ha vivido un niño y que pueden provocar un desarrollo no
óptimo como por ejemplo:

Factores de riesgo biológico

 Trastornos genéticos o metabólicos


 Parto prematuro
 Asfixia perinatal
 Ausencia de respiración espontánea
 Factores de riesgo psico-social
 Desnutrición
 Limitación de movimiento
 Ambiente empobrecido, afectivo y físico.

IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN PRECOZ DE TRASTORNOS DEL


DESARROLLO, SENSORIALES Y DE INTEGRACIÓN SENSORIAL

Hay trastornos del desarrollo y sensoriales que se detectan apenas el niño nace (y aún antes) y
otros que se descubren más tarde. La detección precoz es de suma importancia, pues si las
dificultades se diagnostican tempranamente es posible brindar al niño estimulación y/o
intervención temprana que lo ayudarán a alcanzar su máximo potencial y le permitirán hacer
muchas cosas que de otra manera no sería capaz de realizar.

Para la detección temprana de cualquier discapacidad o trastorno del desarrollo es necesaria la


observación y evaluación del niño en función del Cuadro de Desarrollo y de la lista de signos
atípicos de alerta o alarma.

Un signo atípico de alarma o alerta es una de advertencia, es la expresión clínica de una


desviación del patrón normal del desarrollo. Puede llevar a patrones de tipo compensatorio, con
compromiso del desarrollo en su conjunto.
No supone necesariamente la presencia de patología neurológica; indica que le niño tiene un
problema y debe ser examinado y/o tratado por un terapista calificado.

14
3.2 SIGNOS TEMPRANOS DE ALARMA
Existen algunos parámetros que nos permiten identificar alteraciones relevantes en el
neurodesarrollo, comoson la falla en el progreso del desarrollo a una edad determinada, el
desarrollo asimétrico del movimiento, tono o reflejos, la pérdida de habilidades previamente
adquiridas, y la pobreza de interacción social y psicoafectividad. Algunas alteraciones
específicas que pueden hallarse desde edades muy tempranas sonde tipo motor: pulgar
cautivo, dominancia establecida antes del primer año, persistencia de reflejos primitivos,
anormalidades persistentes del tono muscular y demora en la aparición de reflejos. Otro
aspecto de interés mayor en los últimos años es el desarrollo social, con el objetivo de la
identificación temprana de trastornos del espectro autista. El desarrollo sensorial debe ser
evaluado en el niño muy pequeño, quien debe ser capaz de responder a estímulos visuales y
auditivos en forma adecuada en el primer trimestre de vida. Finalmente, una curva anormal de
crecimiento craneal es otro signo de alarma relevante.

SIGNOS DE ALARMA A CUALQUIER EDAD:

 Retraso en las adquisiciones esperadas para una edad determinada


 Estancamiento o regresión en las habilidades adquiridas.
 Persistencia de reflejos o conductas de etapas previas.
 Signos físicos anormales.
 Calidad no adecuada de las respuestas.
 Formas atípicas del desarrollo.

SIGNOS DE ALARMA FISICOS:

 Fenotipo peculiar, rasgos dismorficos


 Estigmas cutáneos
 Organomegalias
 Crecimiento anormal del perímetro cefálico
 Anomalías en la fontanela o en las suturas
 Anomalías oculares

3.3 VISIÓN
PRIMER AÑO DE VIDA:

 Ojos rojos.  Lágrimas espesas.

15
 Lagrimeo permanente.  Molestias ante la luz.
 Desviación permanente o  Ojo entrecerrado.
 Gestos de dolor.
intermitente de uno o ambos ojos.
 Movimientos oculares anómalos, sin
 Opacidad de una o ambas córneas
dirección y sin ritmo.
(túnica o membrana transparente y
 Ambos ojos desviados hacia abajo,
abombada que recubre el globo
con retracción de los párpados en
ocular).
forma intermitente.
 Una de las córneas es de mayor
 No fija la mirada en la mamá.
tamaño que la otra, o ambas son  No sigue los objetos con la vista.
llamativamente grandes.

A PARTIR DE LOS 12 MESES:

 Desvía, inclina o gira la cabeza para  Falta de brillo en un ojo, a diferencia


fijar la mirada hacia los costados. del otro.
 Cierra un ojo.  “Brillo” dentro de un ojo, en
 A menudo se tropieza con cosas o
determinada incidencia o
se cae.
iluminación.
 Se frota frecuentemente los ojos, o
 Dolor de cabeza a repetición.
se queja porque le duelen.  Mareos (“le dan vueltas las cosas”).
 Párpados enrojecidos, llorosos,  Molestia exagerada ante la luz
lagañosos, inflamados o (entrecierra los ojos, quiere estar a
edematizados. oscuras, etc.).
 Frecuente o intermitentemente  Desviación intermitente o
bizqueo de uno o ambos ojos. permanente de uno o ambos ojos.
 Para leer, lleva los libros u otros  Confusión en discriminación de
objetos muy cerca de los ojos. colores (6 años o más).
 Se acerca mucho a la televisión.  “Molestias vagas” (difíciles de definir
 Córnea opaca o blanquecina.
por el niño) y/o dolor persistente, sin
causa determinada.

16
3.4 AUDICIÓN
1 A 3 MESES:

 No responde a los ruidos fuertes.


 No se calma con la voz de la mamá.
 Duerme mucho y no reclama atención.

3 A 6 MESES:

 No se da vuelta cuando lo llaman suavemente.


 Demuestra una reacción marcada a ruidos repentinos.
 Es irritable.
 Nota: “Un niño sordo puede balbucear (uu, bba, ajó, etc.) y realizar otros juegos vocales
a la misma edad que un niño oyente.”

6 A 10 MESES:

 Deja de balbucear (al no oírse, pierde interés en el juego vocal).


 Se muestra aislado del medio ambiente, impresiona “diferente” a otros bebés.
 Su atención a la música o cuentos es menor de cinco minutos.
 No comprende palabras y sonidos simples (no, mamá, chau, etc.).
 No responde a sonidos habituales (teléfono, alarmas, timbres, etc.).

10 A 15 MESES:

 Dolores/supuración de oídos a repetición.


 Habla con voz muy alta o muy baja.
 Gira siempre hacia el mismo lado para escuchar, aunque el sonido provenga de otro
lugar.
 No responde al llamarlo desde otro cuarto.

MÁS DE 15 MESES:

 Utiliza gestos en lugar de palabras para comunicarse.


 Lenguaje inusualmente poco claro comparado con el de otros niños.
3.5 SIGNOS DE ALARMA DE PROBLEMAS DE INTEGRACIÓN SENSORIAL
Por dificultades en el procesamiento de estímulos simultáneos por baja o elevada sensibilidad
sensorial, un niño con desorden en la integración sensorial presentará más de uno de los signos
descriptos más adelante. Si se detectan, se debe consultar con el pediatra.

 Irritabilidad o rechazo a ser tocado.


 Arquea su cuerpo o se pone tenso al ser sostenido.
 No se acurruca al ser sostenido, o llora.
 Se irrita si es pasivamente movido en el espacio, o se lo cambia de posición.
 No le gusta la presión sobre su cuerpo.
 Se distrae o reacciona con temor frente a movimientos comunes.
 No se calma fácilmente luego de estar disgustado o llorando.
 Se quita o no le gustan algunas texturas de ropa, juguetes o superficies ásperas,
 con etiquetas, etc.
 Evita y/o llora al probar comidas con diferentes consistencias (grumosas, más espesas,
 etc.) aunque sean introducidas a la edad apropiada.
 Le desagradan ciertos olores.
 Rechaza temperaturas frías.
 Le molestan sonidos de alta intensidad (licuadora, timbres, bocinas, aspiradora, etc.).
 Se distrae con facilidad.
 Presenta un carácter impulsivo.
 Le cuesta planificar sus tareas.
 Cuando algo no le sale bien, se frustra, se pone agresivo o se aísla.
 Realiza movimientos extraños, no intencionales, con alguna parte de su cuerpo
 mientras ejecuta una actividad.
 Está en constante movimiento.
 Permanece en una posición poco activa, cansándose rápidamente.
 Pierde el equilibrio.
 No extiende sus brazos para protegerse al caer (6 meses o más).
 Le cuesta aprender nuevas actividades en las que usa sus brazos y piernas.
 Choca reiterativamente con su cuerpo contra objetos.
 No lleva su mano derecha hacia el lado izquierdo y viceversa (8 meses o más).
 No emplea ambas manos para jugar (no transfiere un objeto desde una mano a la
 otra, no cruza la línea media, no golpea dos chiches entre sí).
 Luego del año de vida, manipula los objetos sólo con la yema de sus dedos.
 No lleva objetos a la boca, o los muerde.
 Le cuesta dormirse; llora al acostarlo en su cama.
 Duerme por breve tiempo (15 minutos o menos), se despierta rápidamente.
 Duerme por largos períodos de tiempo.
 Pobre autoestima.
4 LA INTERVENCIÓN EN EL DESARROLLO SENSORIAL
El niño, al nacer, se encuentra inmerso en un mundo de sensaciones, en un mundo de
imágenes, olores, texturas, sabores, que recibe mediante sus órganos sensoriales, aunque en
principio, desconoce por completo el significado de estos estímulos.

A través de su experiencia, del contacto directo con el entorno, el niño irá creando estructuras
de pensamiento más elaboradas. Aprenderá a reconocer la procedencia de los estímulos, el
significado de los acontecimientos que le rodean, las características propias de los objetos, sus
propias necesidades vitales y, en general, toda la información que recibe tanto del mundo
externo como interno.

La intervención educativa en el ámbito sensorial consiste precisamente en propiciar todo tipo de


experiencias dirigidas a la exploración y al contacto directo con el entorno a través de los
distintos sentidos. Al mismo tiempo, las actividades planteadas en este aspecto, contribuirán a
que el niño vaya haciéndose cada vez más consciente de sus posibilidades sensoriales.

Es decir, que entienda lo que es capaz de hacer con cada uno de sus sentidos y, en definitiva,
que disfrute explorando, investigando, conociendo, comprendiendo y elaborando el mundo del
que forma parte.

Para llevar a cabo los distintos aprendizajes, es fundamental que el niño se sienta seguro en su
espacio y que sus primeros contactos con la escuela sean positivos y enriquecedores. Para ello,
crearemos vínculos afectivos con nuestros pequeños y propiciaremos situaciones de interacción
entre iguales, de manera que cooperen desarrollando propuestas de experiencias y actividades
ajustadas a sus intereses.

Para que el niño pueda «sentir» el mundo del que forma parte, es interesante planificar también
propuestas fuera del centro y en el patio de recreo exterior. De esta manera podrán percibir el
entorno de forma directa, observando el estado de los árboles según la época del año,
expresando sensaciones de frío, calor... explorando sensaciones táctiles con la arena, la
hierba... En definitiva, trataremos de planificar actividades y estrategias para el uso y disfrute de
los sentidos, utilizando los recursos más apropiados, generando un clima de afecto y un espacio
cercano que favorezca el desarrollo evolutivo de los más pequeños.
4.1 ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO PARA FAVORECER EL DESARROLLO

SENSORIAL DE LOS NIÑOS


En el contexto de la educación formal, los espacios en la Educación Infantil deben cumplir una
serie de requisitos mínimos que vienen establecidos en los decretos de ley. Todos los centros
deben cumplir ciertas condiciones en cuanto a superficie de las salas o aulas (30 m2),
luminosidad (preferiblemente luz natural), condiciones de accesibilidad, higiene, temperatura,
ventilación y seguridad, etc.

Sin embargo, es labor de los educadores la organización de este espacio de manera que
cumpla ciertas funciones que favorezcan el desarrollo, partiendo del respeto a las necesidades
afectivas, comunicativas, relacionales, intelectuales, de salud, alimentación e higiene de los
más pequeños.

El niño percibe la escuela como un lugar distinto al habitual, extraño, y solo conseguirá
adaptarse y disfrutarlo si logramos que lo haga suyo, propio, parte de él. Alcanzaremos este
objetivo en la medida en que logremos ofrecerle cierta seguridad, no solo física, sino también
emocional, creando un clima de afecto y confianza donde el niño pueda explorar libremente y
expresar sus temores. Es fundamental crear un espacio lúdico, atractivo, con distintas zonas y
variedad de materiales, donde el niño sienta el deseo de probar, investigar y reconocer la
influencia que él mismo ejerce sobre el entorno.

En lo que se refiere al desarrollo sensorial, el niño recibirá todo tipo de estímulos del espacio
educativo. Desde el aula de bebés hasta los 6 años, es importante que exista una iluminación
favorable, una temperatura adecuada, que esté alejado de ruidos fuertes... y además podemos
contribuir a dicho desarrollo sensorial creando espacios y proporcionando materiales para los
distintos sentidos.

Dadas las necesidades de cada edad la organización de cada aula tendrá ciertas características
propias que comentamos a continuación.
ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO EN UN AULA DE 0-1 AÑO

En las aulas de bebés, la distribución de espacios está supeditada a las necesidades biológicas
de estas edades, fundamentalmente vinculadas a sus ritmos de actividad y descanso. Será
imprescindible, por tanto, tener una cuna para cada bebé. Podemos emplear diversos recursos
para las cunas. Poner sábanas traídas de casa, para que el bebé reconozca sus colores, las
sensaciones táctiles de la tela, el olor al jabón familiar. También podemos tener en su cuna un
pañuelo con el perfume de mamá, un muñeco de peluche, etc.

Para las horas de actividad podemos crear una zona con una alfombra, cojines y una manta
sensorial, con distintas texturas y objetos sujetos con cintas o velcro. Pondremos a su alcance
objetos sonoros como sonajeros, campanillas, cajas de música, objetos de goma para chupar,
presionar, etc. El bebé, una vez se inicie en el gateo u otras formas de desplazamiento, podrá
recorrer libremente el espacio del aula, y alcanzar objetos que llamen su atención. De esta
manera, se los llevará a la boca, los palpará y agitará a su antojo, sin esperar a que los
pongamos en su zona de acceso.

Los móviles y otros objetos visuales y sonoros, con colores llamativos estarán colgados del
techo y situados por distintos lugares del aula. Este tipo de elementos no cumplen una finalidad
expresamente decorativa, sino que estimulan el sentido de la vista y el oído, y se podrán
mantener en las aulas de edades posteriores.

ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO EN UN AULA DE 1-2 AÑOS

A esta edad cambian los intereses, sobre todo porque se inician en la marcha y aumentan las
necesidades de movimiento. Con ello, crece el interés por explorar y descubrir.

Ahora no podrá faltar un espacio destinado a los libros de imágenes, cuentos en distintos
formatos y texturas (cuentos de tela, de plástico para el agua, etc.).

En un lugar de referencia personal, donde se sitúe su perchero, colocaremos una cajita pegada
a la pared para colocar sus pertenencias, decorada con fotos y dibujos hechos por las familias.
Este tipo de recurso se mantiene en el aula de 2-3 años.

Para el desarrollo del gusto, comenzaremos a realizar el desayuno colectivo, a base de frutas,
zumos o galletas, introduciendo nuevos alimentos para educar el paladar. Debemos tener en el
aula, por tanto, una mesa para sentarnos juntos, a ser posible plegable, para rentabilizar el
espacio dedicado al movimiento.
ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO EN UN AULA DE 2-3 AÑOS

En este momento debemos incluir una zona para el juego simbólico: cocinita, garaje, disfraces,
títeres, construcciones, etc, donde podrán realizar diversas actividades.

Es conveniente que estas zonas ofrezcan entornos ricos para el descubrimiento de objetos y
materiales sensorialmente interesantes para el tacto por texturas, formas, peso, temperatura,
consistencia, y para la vista por color, forma, tamaño, luminosidad, brillo. Los niños
experimentan mediante la observación y la manipulación. Les encanta tocar, arrastrar, hacer,
deshacer, mirar, y con este tipo de acciones prueban su influencia sobre los objetos y observan
las distintas reacciones. Un espacio para la música y el movimiento puede resultar de gran
interés para trabajar el sentido propioceptivo y la audición, mediante el ritmo, la escucha, etc.

ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO EN UN AULA DE 2.º CICLO (3-6 AÑOS)

En las escuelas infantiles, a partir de los 3 años, el aula se organiza en espacios más
pequeños: son los rincones de juego. Dada la creciente autonomía que surge a estas edades,
la propuesta de juego y trabajo por rincones es una de las más ajustadas a las necesidades de
estos niños.

El aula se encuentra diversificada en cuanto a actividades, juegos y materiales. Los rincones se


plantean en los distintos ángulos y esquinas de la clase, o se delimitan con muebles, alfombras
y biombos. Se puede plantear el rincón del juego simbólico, el rincón de informática, el de la
biblioteca, el de las construcciones, etc. Pueden ser fijos o ir cambiándolos a lo largo del curso,
según los intereses.

Todos pueden tener relación con el ámbito sensorial. El de juego simbólico presenta
posibilidades similares a las expuestas para los 2 años. Se incluye un rincón de lógica
matemática con numerosas acciones para el desarrollo de la coordinación viso-manual (encajar
puzles, insertar bolas, bloques lógicos, etc.).

Se puede introducir un rincón para descubrimientos científicos y realizar juegos de agua


(objetos que se hunden, flotan), de aire (sonidos de objetos que agitamos en el aire).

El rincón de plástica y el del pintor también ofrecen numerosas oportunidades para el desarrollo
del tacto y la vista, modelando plastilina, arcilla, pintando con pincel, con las manos; trabajos
con distintos tipos de papel, para rasgar, recortar, etc.
ORGANIZACIÓN DE OTROS ESPACIOS DEL CENTRO

Para atender a las necesidades básicas de alimentación, higiene y descanso, todos los centros
deben tener zonas comunes o delimitadas en el aula para estas funciones.

El comedor de la escuela cumple una clara función para el desarrollo del gusto y el olfato, pero
sus posibilidades no se limitan al simple acto de degustar; la comida debe ser un momento
plenamente educativo. Normalmente se encuentra en un espacio habilitado, pero algunas
escuelas infantiles emplean una zona del aula para desayunar y comer. En cualquier caso, este
espacio debe ser higiénico, seguro y cómodo para el niño. Por ejemplo, mesas y sillas a su
altura, cubiertos y utensilios de fácil manejo, etc.

Del mismo modo, la zona de baños y aseos podrá ser compartida por dos o tres aulas, o estar
situada en cada clase, a excepción del aula de bebés que dispondrá de cambiadores.

Puede resultar interesante aportar a estos espacios algunos estímulos visuales (dibujos con
normas de uso, fotos de alimentos, móviles y otros adornos por las paredes...).

Como decíamos, resulta de gran interés realizar propuestas al aire libre. Todos los centros
cuentan con un patio de juegos exterior que ofrece muchas posibilidades al desarrollo sensorial.

Si contamos con un arenero, podemos jugar con la arena e incluso con agua. También es un
buen lugar para observar los cambios climáticos y reconocer sensaciones térmicas. Los
columpios, toboganes, triciclos y la amplitud de espacios ofrecen múltiples posibilidades para
las sensaciones propioceptivas.

Esta descripción de espacios hace referencia fundamentalmente al desarrollo sensorial. En la


Unidad 5 se describen las aulas desde el punto de vista motor y se puede complementar la
información de ambas unidades.
4.2 EL TRATAMIENTO EDUCATIVO DE LAS ALTERACIONES EN EL DESARROLLO

SENSORIAL

A. INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN NIÑOS CON SORDERA


Las dificultades asociadas a los trastornos de tipo auditivo revierten de forma directa en el
desarrollo del lenguaje y la comunicación oral. La ausencia de lenguaje o las dificultades graves
de comunicación oral limitan las posibilidades de entender el mundo, de interactuar con las
personas. Al mismo tiempo, la incapacidad de comunicación con el entorno genera en las
personas sordas una conducta de introspección, una actitud de inseguridad, desconfianza y
rechazo, aislándose aún más del mundo en que viven.

Se trata de un grupo de personas que comparten un código de conductas y valores, una lengua
y una experiencia visual, pues estas personas organizan su percepción del mundo de acuerdo a
una cultura visual.

Existen dos modalidades de educación de la lengua oral con niños sordos:

 Enfoque monolingüe: el objetivo es la enseñanza de la lengua oral y escrita. Según los


restos auditivos del niño, se pueden emplear sistemas complementarios. Algunos de
estos son la incorporación de signos a la lengua oral (comunicación bimodal) y
 Enfoque bilingüe: se considera fundamental el uso de la lengua de signos, pues es el
código que un niño sordo profundo puede adquirir de manera natural, por contacto con
personas que la emplean. El uso de este lenguaje facilita el desarrollo de conceptos y
representaciones mentales lingüísticas, que pueden servir de base para el aprendizaje
de la lengua hablada.

De este modo, surgen dos modalidades, el bilingüismo sucesivo (se busca inicialmente la
competencia comunicativa con lenguaje de signos, y se incorpora después la segunda lengua,
la hablada), y el simultáneo (se utilizan ambos sistemas de comunicación desde el principio).

La intervención debe comenzar con un examen audiológico que determine las posibilidades
auditivas del alumno, los restos aprovechables, y, en los casos que se estime oportuno, la
adaptación de ayudas técnicas, como una prótesis auditiva o audífono. Un audífono es una
especie de amplificador del sonido en tamaño cada vez más pequeño, y se coloca en el exterior
de la oreja. Otro tipo de ayuda técnica cuyo empleo ha aumentado en los últimos años es el
implante coclear. Se trata de un aparato que transforma los sonidos del ambiente en energía
eléctrica que actúa sobre el nervio coclear. Proporciona una información auditiva que el sujeto
debe aprender a interpretar. Requiere intervención quirúrgica.

En la mayoría de los casos, un alumno con dificultades auditivas requerirá un plan de


intervención logopédica para trabajar tanto la rentabilización de los restos auditivos como la
comprensión. Es importante tener en cuenta que una buena estimulación auditiva tendrá
efectos positivos en la producción del habla. La lectura labio-facial es una vía de acceso para
comprender los mensajes orales. Esta habilidad puede ser perfeccionada con entrenamiento,
aunque con niños pequeños no resulta apropiado.

A la hora de trabajar el vocabulario, debemos guiarnos por el criterio de la funcionalidad, es


decir, enseñar en primer lugar las palabras que más necesiten. Los aspectos gramaticales,
antes de los 3 años, se tratan partiendo de acciones y situaciones en que esté implicado el niño.
Después de esta edad se pueden utilizar soportes gráficos para visualizar aspectos
estructurales del lenguaje.

Los sistemas complementarios añaden información visual, pero nunca sustituyen el mensaje
oral. Los más utilizados son la palabra complementada y la comunicación bimodal. No son
materia de aprendizaje para el niño sordo, sino medios que ayudan al educador, logopeda,
familiares y compañeros a entenderse con ellos.

El lenguaje de signos, en cambio, es un código, un idioma completo para quien lo conoce.

Desafortunadamente, hasta el momento pocos profesionales lo dominan, por lo que su


enseñanza se limita a los centros específicos.

B. INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN NIÑOS CON CEGUERA


La evaluación del grado de deficiencia visual debe realizarse a dos niveles. Por un lado el
examen oftalmológico, en el que participan el médico oftalmólogo, cuya formación está
especializada en el diagnóstico y tratamiento de los problemas oculares; el optometrista y el
óptico, que se encargará de confeccionar las lentes correctoras en cada caso.

Por otro lado, debe evaluarse el grado de visión funcional, que nos proporcionará una
información de gran utilidad en cuanto al aprovechamiento de los restos visuales.

Esta información es especialmente útil durante la infancia para el diseño de programas de


intervención adecuados, pues este grado de visión funcional debe ser potenciado y
aprovechado al máximo.
Una vez determinado el grado de pérdida de visión, se llevan a cabo las medidas oportunas.

Como la utilización de lentes correctoras, un atril para facilitar el enfoque y la distancia visual, el
uso de marcadores en los contornos de imágenes, y en los casos de ceguera total, el sistema
de lectura táctil, braille, una vez iniciado el periodo de aprendizaje de la lecto-escritura.
Sabemos que el sentido de la vista es capaz de recoger una gran cantidad de información en un
periodo de tiempo breve. Por ejemplo, un niño deficiente visual necesitará explorar parte a parte
una mesa antes de poder extraer el concepto mesa, mientras que el vidente en un solo
imágenes.

Esto provoca cierto retraso en algunos aspectos del desarrollo cognitivo, sin embargo, con una
adecuada intervención, y superadas las etapas iniciales (en las que la adquisición de
conocimientos es más lenta y costosa), una persona ciega puede tener una percepción del
mundo bastante precisa y desenvolverse en el entorno con bastante autonomía.

El niño con visión se siente atraído desde sus primeros meses de vida por el color, la forma y el
movimiento de los objetos. Estos constituyen en ellos mismos un estímulo para el desarrollo del
bebé. Priorizaremos, por tanto, la disposición del bebé ciego a tocar. Es imprescindible alcanzar
los estímulos al campo perceptivo del niño ciego, es decir, a su percepción táctil y cinestésica.

El sentido del oído también tiene gran importancia en el niño ciego, pues tiene una función
telerreceptora, es decir, de localización de objetos y personas en el espacio.

El lenguaje también desempeña un papel fundamental en el desarrollo cognitivo, pues les


ayuda a organizar sus propias percepciones compartiendo la cultura lingüística y simbólica de
las personas de su entorno.

Mediante el olfato podrá reconocer personas y ambientes, completando la información de otros


sentidos. El sistema propioceptivo proporciona una información fundamental para la orientación
y la movilidad.

La intervención educativa debe ir encaminada a la potenciación de los sistemas sensoriales


alternativos, de manera que proporcionen la forma más completa de conocimiento del entorno.

C. INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN NIÑOS CON SORDOCEGUERA


Las estrategias, recursos y ayudas técnicas serán las descritas para la sordera y la ceguera,
con algunas limitaciones. Por ejemplo, la persona sordociega, con ceguera total, no podrá hacer
uso del lenguaje de signos ni de lectura labiofacial. Del mismo modo, si la sordera es total, no
podremos utilizar el lenguaje oral para ayudarles a organizar el mundo según nuestro código
lingüístico. Tampoco se beneficiarán de la función telerreceptora del oído.

Sin embargo, lo más habitual en los alumnos que se integran en centros escolares ordinarios es
que tengan algún resto aprovechable, ya sea visual o auditivo. Si tienen restos visuales,
trataremos de no salirnos de su campo visual y procuraremos una iluminación adecuada.
Marcaremos los contornos de las imágenes y usaremos tinta negra sobre papel blanco, que
facilita la visibilidad por el contraste. También podemos utilizar el lenguaje de signos y algunos
sistemas complementarios.

Si el niño utiliza audífono, le hablaremos cerca, claro y con una entonación y vocalización
adecuada, es decir, nos comunicaremos igual que con un niño hipoacúsico.

Cuando queramos captar su atención, le tocaremos suavemente el brazo, el hombro; no la


cabeza o la cara. Debemos evitar alterarle. Le informaremos de dónde estamos, si nos
marchamos y de todo lo que sucede a su alrededor. La comunicación a través del tacto es
esencial para las personas sordociegas. La dactilología es un sistema de comunicación a través
de los dedos de las manos de uso muy común en la intervención con sordociegos.
SÍNTESIS
5 CONCLUSIONES:
Hemos presentado una visión sucinta de las características y evolución del neurodesarrollo
infantil normal, enfocado en la parte sensorial; con la finalidad de identificar oportunamente la
presencia de anomalías en una o varias de sus áreas sensoriales.

Ante la detección o sospecha de alteración del desarrollo neurológico, todo pediatra o


profesional de la salud que atiende niños deberá alertar oportunamente a los padres para la
búsqueda de la terapia correspondiente.

La detección temprana de un trastorno en el desarrollo permite dar una atención temprana de


manera preventiva o si se requiere una intervención terapéutica que pueda mejorar la
sintomatología y evitar que esa patología sea definitiva.

Das könnte Ihnen auch gefallen