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05 DE ABRIL, 2018
INTRODUCCION
Los inicios de la mecánica cuántica se deben a Max Plack para dar solución a la
catástrofe ultravioleta (a mayor calor que recibe un cuerpo mayor será la radiación de
luz) Max Plack decía que la energía no se transmite de manera infinita sino a través de
paquetes de energía denominada cuantos
La medicina es un método ontológico basado en una visión amplia del ser humano. La
Medicina cuántica considera la relación que cada persona tiene con su entorno, ya que
todo en el universo está relacionado a una red energética vibratoria a través de paquetes
de energía denominadas quantos y que actúan en una resonancia llamada coherencia.
La Medicina Cuántica es un método ontológico que busca por medio naturales corregir
las causas de la enfermedad y recuperar la potencialidad del Ser, por tal motivo, la
terapéutica busca restablecer el estado vibratorio fisiológico de lo que se denomina
cuerpo mecánico cuántico. Cuando nuestro cuerpo cuántico ve modificada su frecuencia
vibratoria a causa de estrés, emociones negativas, experiencias decepcionantes,
experiencias dolorosas o enfermedades y se le denomina cuerpo del dolor. El cuerpo
del dolor es el responsable de mantener el dolor crónico o permanente en nuestro
organismo para la Medicina Cuántica los síntomas son exteriorizaciones de algo que
nuestro organismo no pudo adaptarse, por tal razón, no trabajamos sobre síntomas ni
tampoco sobre nombre de enfermedades. Desde una visión holística, la Medicina
Cuántica anima a cada persona, que, de ser posible, comprenda que las enfermedades
son una respuesta biológica, un llamado urgente que indica que nuestra capacidad de
adaptación está siendo superada, y los síntomas se comprenden como procesos que
están pasando: procesos de limpieza, de cambio interno, de aprendizaje ante nuevas
circunstancias, de liberación de cargas emocionales antiguas.
LA MEDICINA CUÁNTICA
EL MEDICO CUÁNTICO
Aunque nuestra cultura se vanaglorie una y otra vez de los grandes avances de la
medicina mecánica, sigue habiendo muchas personas que están decepcionadas con
ella, en parte porque todos echamos en falta el toque humano consiente que esperamos
en un sanador y en parte porque la medicina alopática no funciona bien para la mayor
parte de nuestros problemas médicos cotidianos
Así, aunque los mecanicistas de la medicina tratan con un desdén manifiesto las
prácticas alternativas, la medicina alternativa esta ganado popularidad día a día.
Desgraciadamente esto no hace más que agravar la reacción de los profesionales
alopáticos convencionales, ya que cuando ven amenazado su pan de cada día, muchos
de ellos viven en un estado de guerra declarado contra la medicina alternativa. Según
dicen la medicina alternativa es una medicina vudú.
Si el mundo fuera una máquina, sí la mente fuera una máquina, e incluso si el alma fuera
una máquina, como afirman algunos ¿Qué validez podría tener una medicina que no
fuera una medicina mecánica? Ante esto los profesionales de la medicina alternativa
responden, los fármacos alopáticos tienen efectos secundarios perjudiciales, señalan
¿para qué envenenar innecesariamente el organismo? Las vacunas que nos
administran cuando somos niños, debilitan el sistema inmune hasta tal punto que nos
hacemos más vulnerables a las enfermedades en nuestra vida posterior ¿porque
tenemos que aceptar tales procedimientos sin cuestionarlos?
DEFINICIONES
La medicina convencional
La acupuntura
La homeopatía
El Ayurveda
La sanación espiritual
Los profesionales de la medicina convencional les resultan muy difícil llegar a buenos
términos con las distintas prácticas de la medicina alternativa. La medicina mente cuerpo
parece predicar que un pensamiento, un fenómeno supuestamente cerebral que supone
una minúscula cantidad de energía, puede provocar una enfermedad o puede curar cosa
que según la medicina convencional precisa de la emisión de neuroquímicos y de otros
procesos fisiológicos que involucren grandes cantidades de energía
Pero, por si esta indeterminación no fuera suficiente, existen otras diferencias entre la
física clásica y la física cuántica. En la física clásica las interacciones son locales,
proceden las inmediaciones de los objetos y sirven de ayuda de señales que viajan a
través del espacio a una velocidad y tiempo determinado haciendo un movimiento
continuo, en cambio en la física cuántica no son así aparte de las interacciones locales
también existen las interacciones no locales que permiten la comunicación instantánea
sin ningún tipo de señal “saltos cuánticos” representándose con movimientos continuos
y discontinuos respectivamente.
De ahí que los devotos de la física cuántica tiendan a ver a la física cuántica como algo
mágico y misterioso, para unicista convencido que está buscando el principio
organizador de las cosas (la consciencia), entonces tendrá que reflexionar la validez de
su punto de vista materialista.
La física clásica nos obliga a ver los objetos como “cosa” cuyos movimientos están
totalmente determinados por las leyes físicas y por ciertas condiciones iniciales (la
posición y la velocidad iniciales). En cabio la física cuántica, los objetos se calculan
como ondas de posibilidad, no como movimientos determinados. Y así se abre la
ventana visionaria: las posibilidades son posibilidades entre las cuales elige la
consciencia; cuando la consciencia elige, se precipita un acontecimiento real que consta
de un sujeto que observa a un objeto. Esto es lo que en la física cuántica se denomina
acontecimiento de” colapso cuántico”, significando simplemente el cambio que lleva de
la posibilidad a la realidad.
La consciencia es el fundamento del ser. Tendrá que comprender que las posibilidades
materiales son posibilidades de consciencia en sí, de entre las cuales esta elige, no hay
nada fuera de la conciencia, nada está separado de la consciencia.
Como puede ver este es un ejemplo claro en donde la consciencia elige de las diferentes
posibilidades y posteriormente la trasforma en realidad dependiendo del punto de vista
y las experiencias de cada individuo.
En principio, usted ve una de las dos imágenes, sea la anciana o sea la joven. Pero, si
cambia de perspectiva de su visión, no demorara en ver la otra imagen. ¿Qué está
ocurriendo? ¡Usted no le ha hecho nada al dibujo, no lo ha cambiado! Usted,
simplemente está eligiendo mediante un cambio de perspectiva en la visión, en su forma
de identificar la imagen. Pues bien, el colapso o causalidad descendiente funciona igual.
Y así, si vemos la salud y la sanación a través de la visión del mundo propia de la física
cuántica, el sanado y el paciente podrán disfrutar de inmediato del poder de la
causalidad descendente, de la fuerza potencial de elegir entre la salud en lugar de la
enfermedad.
El redescubrimiento de la mente
Cuando elegimos de entre las posibilidades del significado una de ellas, tenemos un
pensamiento concreto. En cada experiencia que tenemos, la consciencia no solo tiene
una percepción física del objeto, sino también una percepción mental de su significado
y depende de cada persona como interpretar esos significados.
De este modo, la consciencia puede verse con toda claridad como la mediadora de la
interacción entre la mente y el cuerpo, de este modo todo trabaja como un solo ser no
existiendo el dualismo.
Y nos permite situar la sanación mente-cuerpo, un espacio en el cual se le da un papel
adecuado a la consciencia (como agente causal de la causalidad descendente) y a la
mente (de la cal proviene el significado) en relación con el cuerpo físico y su sanación.
El redescubrimiento el cuerpo vital tuvo lugar más o menos en la misma época en la que
la ciencia moderna estaba redescubriendo el cuero mental, en la década de los ochenta.
Y, aquí, el paso crucial se dio con el trabajo del biólogo Rupert Sheldrake (1981)
El embrión se expande por división celular, haciendo una réplica exacta de sí mismo
con el mismo ADN, con los mismos genes. pero en las células adultas estas se
diferencian según sus funciones. Por ejemplo, las células del hígado funcionan de modo
diferente a las del cerebro. Las proteínas que una célula elabora determinan la función
celular, los genes conservan el código para elaborar las proteínas, es decir las células
del hígado producen diferentes proteínas a las del cerebro.
En conclusión, esta teoría se puede utilizar para la integración de la medicina del cuerpo
vital y la medicina del cuerpo físico. El concepto de los campos morfogeneticos nos
ayuda también a comprender el famoso concepto empírico de los chakras.
Así, los órganos son representaciones de los moldes o calcos del cuerpo vital de
diversos campos morfogeneticos. Es bien sabido que existen puntos en el cuerpo físicos
en los que solemos percibir la energía vital con más facilidad. A estos puntos se les
llama “chakras”. Muchos autores han observado que los chakras se encuentran cerca
de los órganos importantes del cuerpo físico. Y ahora entendemos por qué. Son los
puntos donde se hacen las representaciones del cuerpo vital en el cuerpo físico.
Tomad una vasija llena de agua y dejadla en el agua; ahora hay agua dentro y fuera
No sea que los necios se ngan a hablar de nuevo del cuerpo y del alma
¿Qué pretende Kabir en este poema? Que todo es consciencia, tanto el cuerpo como el
alma. La diferencia entre el agua de afuera y el agua de dentro la marca el límite de la
vasija. La diferencia entre el cuerpo y el alma la marcan las diferentes formas de
experimentarlo; experimentamos el mundo físico del cuerpo como algo externo a
nosotros, pero experimentamos también un mundo interno de la conciencia al que
llamamos alma
Si examinamos el asunto más de cerca veremos que el alma consta de tres cuerpos
(cuerpo vital, la mente y el intelecto supramental) este último está relacionado con la
creatividad. Descubrimos que la creatividad consiste, en su nivel más bajo, en descubrir
nuevo significado, la trasformación de un viejo significado mental condicionado en un
ingenioso significado mental nuevo. Esto se denomina creatividad situacional y está
relacionado a la invención, pero en su nivel más alto está relacionado a descubrimiento
de las leyes fundamentales del movimiento físico, a esto se le denomina creatividad
fundamental. A este compartimiento de la consciencia denominada intelecto
supramental compartimiento que hemos olvidado y al cual solo podemos acceder a
través de la intuición.
Aparte de estos 3 cuerpos del alma existen el cuerpo físico y al todo ilimitado o cuerpo
de gloria.
El dualismo ya no plantea ningún problema, porque todos los cuerpos son posibilidades
de la consciencia (en su cuerpo de gloria) antes de colapsar, este reino de posibilidades,
por tanto, puede equivaler al cuero de gloria de la consciencia del que hablamos antes.
Enfermedad y dolencia
La dinámica cuántica de todos los cuerpos explica por qué una parte de nuestra
consciencia (la física) se experimenta externamente, mientras que otra parte (el cuerpo
sutil) se experimenta como algo interno en nuestra conciencia. La explicación de este
hecho se halla en el famoso principio de incertidumbre cuántico.
Así pues. La enfermedad pertenece al cuerpo físico, es algo externo. La dolencia es
algo interno: nos está hablando de un funcionamiento defectuoso del cuerpo sutil, que
experimentamos simultáneamente y correlativamente. Si hubiese una correspondencia
mutua entre enfermedad y dolencia, no habría problema, el tratamiento de la
enfermedad trataría automáticamente la dolencia y viceversa. Pero, empíricamente no
hay correspondencia mutua: podemos tener una enfermedad (una primera fase de
cáncer, por ejemplo, pero no la sentimos, o podemos sentirnos mal (el llamado dolor
psicosomático) pero no encontrarse una enfermedad física como causa. ¿se da cuenta
ahora de por qué necesitamos una medicina integral?
Por otra parte, como seres conscientes que somos podemos sentir, pensar e intuir
directamente son nuestras conexiones directas con lo vital, lo mental y lo supramental
respectivamente.
Como indicara el filósofo Thomas Kuhn, un paradigma es “útil para aquellos que trabajan
con él en tanto en cuanto no comience a exhibir paradojas que no puede resolver y
datos anómalos que no pueden explicar”.
Es por tanto evidente que se hace necesario un cambio que lleve a un paradigma
integrador capaz de englobar tanto a las prácticas convencionales como a las
alternativas. Este paradigma sería el de la “Medicina integral”.
Otro prejuicio que no ayuda en nada es el del materialismo estricto, la idea de que
todo hecho de materia y de los correspondientes campos de energía y la fuerza. Desde
este punto de vista, la mente y la consciencia son epifenómenos de la materia.
(Epifenómeno: 'lo que aparece a continuación'. 1. m. Psicol. Fenómeno accesorio que
acompaña al fenómeno principal y que no tiene influencia sobre él.) Las partículas
elementales hacen conglomerados a los que llamamos átomos, los átomos componen
moléculas, las moléculas componen las células, que a su vez componen el cuerpo,
incluido el cerebro, y el cerebro genera la consciencia y la mente. Este punto de vista
se conoce como “la doctrina de la causalidad ascendente”, llamado así por la causa
asciende en la pirámide hasta el nivel más bajo (las partículas elementales), entonces
se relega la consciencia a una mera existencia ornamental, sin eficacia causal, y con
ello no va a dejar espacio alguno para la autosanación. Por otra parte, se conoce a la
mente como sinónimo de cerebro, con lo que no dejará espacio para el significado.
Con el pensamiento clásico, solo hay dos opciones: ver la consciencia, la mente y el
cuerpo vital como epifenómenos, o bien verlos como entidades diferenciadas del mundo,
como entidades duales.
Existen datos que contradicen rotundamente los demás prejuicio clásicos de los
profesionales de la medicina. Uno de estos es el Prejuicio de la continuidad. Los
profesionales de la medicina convencional creen que el proceso de sanación viene
determinado por las causas, y que estas causas actúan de modo continuo. Así, la
sanación que generarían estas causas debería ser continua, gradual; y de este modo,
e prejuicio de la continuidad se traduce en la idea del gradualismo de la remisión de la
enfermedad. Pero existen actualmente datos y casos muy difundidos de remisión
espontanea de la enfermedad, inclusive en casos graves de cáncer, remisiones que no
son graduales, sino súbitas.
En 1982, el medico Larry Dossey escribió su libro titulado “Tiempo, espacio y medicina”.
En aquella época, aun no se publicaba el famoso experimento de Aspect, en el que
demostraba concluyentemente la no-localidad cuántica, la comunicación sin señales
entre objetos cuánticos vinculados. Pero Dossey ya estaba hablando de la sanación;
instaba a los profesionales de la medicina a que renunciaran a su visión clásica del
espacio y del tiempo, junto con la localidad, y a que tuvieran en cuenta el mensaje de la
no-localidad cuántica, o acción a distancia. Dossey se basaba en el “Teorema de Bell”
que dice Cuando separamos dos partículas, una vez que han estado en contacto,
aunque situemos cada una en un extremo del universo, cualquier cambio introducido en
una de ellas produce instantáneamente un cambio correlativo en su pareja.
Seis años después, el medico Randolph C. Byrd llevó a cabo su experimento de doble
ciego sobre sanación a distancia a través de la oración. En este experimento, se controló
la tasa de recuperación de un grupo de pacientes, parte de los cuales recibían oraciones
a distancia de un grupo de oración. El resultado: aquellos pacientes por los que se rezó
tuvieron una necesidad de antibióticos cinco veces menor, estuvieron 3 veces menos
sujetos a contraer edema pulmonar, ninguno necesito de intubación endotraqueal, su
mortalidad fue menor y tuvieron una tasa de recuperación más elevada que la de los
otros. La oración cura incluso a distancia. La no-localidad es importante en la sanación.
Después, en 1989, en el libro llamado “La curación cuántica”, el famoso Deepak Chopra
planteaba la necesidad del pensamiento cuántico para explicar algunos casos de
sanación mente – cuerpo que parecen autosanaciones, casos en el que el mismo
paciente se cura a sí mismo.
Chopra sugería que quizás la mente interactúe con el cuerpo a través de un cuerpo
mecánico cuántico, y que quizás fuera la consciencia la que ayudara a mediar la
interacción. Con esto, Chopra estaba sugiriendo nada menos que la “Doctrina de la
causalidad descendente de la consciencia”, el estilo cuántico de la medicina, y se sintió
inspirado para hacerlo al ver los “saltos cuánticos” discontinuos de la autosanación.
Aun antes de Chopra, en 1983, el medico Andrew Weil estaba invitando a sus colegas
a buscar una guía en la física cuántica para devolverle a la consciencia su sitio en la
ciencia de la sanación. Weil también sugería que los casos de sanación espontánea
podían ser el resultado de un “fogonazo de la inspiración”.
Weil citaba el caso de una paciente S.R., a quien se le había diagnosticado linfoma
Hodgkin en tercera fase. S.R. estaba embarazada en aquel momento, y no quería perder
a su bebé, de modo que se negó a recibir tratamiento convencional de radioterapia y
quimioterapia, incluso fue operada, pero las cosas solo empeoraron. Buscó a otro
médico y resultó que estaba investigando la aplicación de la terapia de LSD con
pacientes con cáncer. Bajo su dirección, S.R. se introdujo en un viaje de LSD dirigido,
en el cual el médico la animó a que profundizara dentro de sí misma y a que se
comunicara con la vida que había en su vientre. Cuando S.R. logró hacerlo, el médico
le preguntó si ella tenía el derecho a cortar aquella nueva vida. Y fue en ese momento
cuando S.R. tuvo un repentino “fogonazo de inspiración” de que ella podía elegir entre
vivir o morir. Después de esa iluminación, S.R. necesitó de tiempo para curarse, así
como cambios en su estilo de vida; se curó y además dio a luz a un bebé sano.
Este caso nos demuestra que todos tenemos la capacidad de elegir nuestra propia
realidad; pero, para ello, tenemos que estar en un estado de consciencia “iluminado”.
Considerando que hay un orden y una armonía en todo, cada persona, animal, cada
célula y molécula están insertos en el orden vibratorio implícito del universo,
denominado coherencia vibratoria. Cuando un organismo pierde su capacidad para
mantener armónicamente las funciones que le son propios surge la enfermedad, ésta
pérdida de coherencia puede expresarse en cualquier tejido, órgano o sistema.
El gran pensador Patañjali señaló a la enfermedad como el sufrimiento procedente, en
última instancia, de ignorar nuestra relación con la Totalidad. La mayoría de los
maestros tanto en India como los taoista en China señalaron que vivir cohesionado con
la naturaleza nos aporta vida. Cabe indicar que la ausencia de unificación permite
mutaciones, de ser ello constante o permanente el colapso será irreparable, en cuyo
caso, no existe medicina conocida que pueda recuperar el estado natural.
Enfermedad y Dolencia
La dolencia es algo interno poco fácil de explicar. Es como un sentirse mal sin motivo
aparente, es algo que se siente en lo interno, como un cansancio emocional, un
abatimiento, una debilidad inexplicable; ello se debe a un quiebre en la energía esencial
del cuerpo cuántico. La dolencia se anida en el cuerpo cuantico, en cambio la
enfermedad se localiza en el cuerpo físico concreto. Así se explica que una persona
puede padecer de una enfermedad y no sentirla. También es posible encontrarse en la
práctica clínica con personas que experimentan una dolencia sin experimentar una
enfermedad física. Las enfermedades llamadas psicosomáticas son dolencias y no
enfermedad.
Con todo lo señalado es posible comprender que la enfermedad física puede tener
diversas causas, es decir, causas externas, internas, mentales y de desconocimiento.
Por ello, es aconsejable que una enfermedad sea estudiada en todos los niveles. Por
tal motivo un trabajo mancomunado como equipo de salud, donde se respeten los
espacios del saber de cada disciplina, de cada especialista, tanto en lo físico como en
lo cuántico y bioenergético es indispensable.
La causalidad descendente
Los objetos cuánticos son ondas de posibilidad. Cuando no los miramos se expanden,
la onda de cuanto no se expande en el espacio-tiempo, sino en el reino de la posibilidad,
un reino que Heisemberg denominó potencia. Cuando miramos, es decir, cuando
tomamos y una medida, la onda de posibilidad colapsa, lo que antes se expandía se
localiza de pronto en la realidad, asume una faceta manifiesta. Un ejemplo, imagine que
liberamos un electrón en una habitación. La onda de posibilidad del electrón, si no lo
miramos, se expande, se difunde en potencia. Cuando miramos, la onda colapsa, el
electrón se manifiesta en uno de los lugares posibles donde puede estar. En el reino de
la posibilidad el electrón no está separado de la consciencia. Cuando la consciencia
colapsa la onda de posibilidad eligiendo una de las posibles facetas del electrón, esa
faceta se convierte en realidad. El modo en que la onda del electrón, la onda del cerebro
se expanden en posibilidad, viene determinado por la causalidad ascendente (por la
dinámica de la interacción de las partículas elementales). Los acontecimientos de
colapso de las ondas de posibilidad son el resultado de una decisión consciente, de la
causalidad descendente. Esta decisión o elección de causalidad descendente es libre,
impredecible.
La discontinuidad
Niels Bohr nos ofreció una imagen del movimiento discontinuo. Todo el mundo sabe que
los electrones circundan el núcleo del átomo en órbitas muy parecidas a las que recorren
los planetas en torno al sol. Esto es el movimiento continuo. Pero cuando un electrón
salta de una órbita atómica a otra, el salto es discontinuo, el electrón no recorre en
ningún momento el espacio intermedio, denominamos salto cuántico a este movimiento
discontinuo.
John von Neumann aclararía el papel que juega el movimiento continuo y discontinuo
en la física cuántica. Los objetos cuánticos se describen como superposiciones de
facetas posibles u ondas de posibilidad. Entre observaciones el movimiento es continuo;
pero cuando los observamos, las ondas de posibilidad colapsan de forma discontinua,
pasan de onda en expansión a partícula localizada, todo ello en un tránsito espontáneo
y acausal.
La no-localidad
Einstein, Podolsky y Rosen señalaban que una mera interacción une a dos objetos
cuánticos en un todo no-local. El colapso cuántico de la onda de posibilidad de una parte
de tal sistema debe colapsar instantáneamente la onda de posibilidad del resto del
sistema. Se trata de una acción a distancia instantánea. El colapso cuántico puede ser
no-local y, sin embargo, no violar la teoría de la relatividad porque tiene lugar fuera del
espacio-tiempo. Las ondas de posibilidad de las dos partes relacionadas de un sistema
residen en el reino de la potencia, fuera del espacio y tiempo, que es donde están
conectadas; al colapsar, los acontecimientos reales correspondientes se manifiestan
discontinuamente en el espacio-tiempo. Dado que se encuentra fuera del espacio y el
tiempo, esta conexión cuántica lleva a una comunicación sin señales, y en modo alguno
existe una violación de la teoría de la relatividad.
Fred Alan Wolf acuñaría la frase “Nosotros elegimos nuestra propia realidad”, y esto se
convertiría en un mantra de la Nueva Era. Obviamente la causalidad descendente posee
determinados aspectos sutiles que los entusiastas de la década de los 70 se pasaron
por alto. Uno de ellos ya lo conoce usted ¿Quiénes somos nosotros en relación con el
mundo?¿Vamos a aplicar la causalidad descendente en un mundo que está separado,
diferenciado de nosotros, de tal modo que no tengamos que ser responsables de
nuestra acción, o bien el mundo es nosotros, y tenemos que aceptar la responsabilidad
dentro del mismo paquete en el que va la libertad de elección? Para que adquiera
sentido la causalidad descendente como fuerza de gran potencia de la física cuántica,
sólo resulta aceptable esta última filosofía, es decir, que la consciencia es el fundamento
de todo ser. No podemos elegir frívolamente la salud frente a la enfermedad; tenemos
que hacerlo responsablemente, es decir, generando, tras nuestra decisión, los
correspondientes cambios en el estilo de vida. La pregunta que quiénes somos
realmente es una pregunta sutil.
Tenemos que hacer mucho trabajo espiritual, llamado yoga en sánscrito (una palabra
que significa unión o integración), para averiguarlo. Afortunadamente, la física cuántica
está ofreciendo respuestas concluyentes acerca de nuestra naturaleza, de nuestra
consciencia. Cuando usted comprenda e integre en su vida las lecciones de la teoría de
la medida cuántica, usted estará practicando yoga de un modo y otro. Yoga cuántico: el
sendero científico para descubrir quiénes somos.
La no-localidad de la consciencia
Cuando usted mira, no solo aparece un objeto en la consciencia, sino que también
aparece un sujeto mirando al objeto. El colapso cuántico genera la conciencia de una
escisión sujeto-objeto, la experiencia de un sujeto que mira a un objeto. Según las reglas
cuánticas, antes de la medición, antes del colapso, no sólo el objeto/estímulo, sino
también el mismo cerebro del observador, el cerebro que está captando el estímulo,
tiene que estar representado por una onda de posibilidades. Existe aquí una clara
circularidad: sin cerebro, no hay colapso y no hay consciencia, no hay sujeto y no hay
agente de causalidad descendente; pero sin el colapso, no hay cerebro actualizado. La
resolución de la circularidad es una aparición conjunta y dependiente. El sujeto que
experimenta y los objetos experimentados se crean mutuamente entre sí. El sujeto ve
el objeto como algo separado de él (a esto se le denomina autorreferencia). Pero no
es más que una apariencia; la verdad es que la consciencia crea tanto al sujeto como
al objeto. La consciencia se identifica con el cerebro, que pasa a experimentarse
entonces como sujeto de la experiencia.
El entrelazamiento (lío) sólo se puede ver (y también resolver) “saltando fuera del
sistema”. No podremos verlo si nos identificamos con el sistema, pues nos quedaremos
atascados y nos veremos a nosotros mismos como algo separado del resto del mundo.
El premio estriba en que obtenemos la capacidad de la autorreferencia, la capacidad
para vernos como un “yo” que experimenta el mundo como algo aparte de sí mismo. Lo
malo es que no nos damos cuenta de que nuestra separatividad es ilusoria, surge de
una jerarquía entrelazada en la medida cuántica, en el colapso cuántico. La consciencia,
mediante la ilusión de una jerarquía entrelazada en la medida cuántica, se convierte en
ambos, sujeto y objeto. ¡Pero la mayoría de los profesionales de las medicinas
alternativas practican la jerarquía entrelazada en su relación con los pacientes! Ellos
dictan y también escuchan. Usted y su sanador se convierten así en una unidad
autorreferencial. Esta unidad tiene un gran valor. Les permite a ustedes dar de vez en
cuando saltos cuánticos creativos de sanación.
La diferencia entre consciente e inconsciente
Hemos visto arriba que la conciencia aparece con el colapso cuántico. El inconsciente
está operativo cuando la consciencia no lo está, cuando no hay colapso cuántico.
Las experiencias producidas por las medidas cuánticas en el cerebro generan memoria;
un estímulo repetido se experimenta normalmente, a través de su reflejo en el espejo
de la memoria del pasado, mediante procesos secundarios de la consciencia. Este
reflejo en el espejo de la memoria refuerza las posibilidades del posterior colapso en
favor de la respuesta condicionada. Denominaré a esto memoria cuántica, en
contraposición a la memoria ordinaria de contenidos, que precisa de un macro-cuerpo.
La autoidentidad cuántica, que es lo natural en un niño pequeño, cede terreno poco a
poco a una identidad con una historia y unos patrones de hábitos particulares, una
identidad que llamamos “el ego”.
Dado que nuestra mente está vinculada con el cerebro, cuando desarrollamos una
individualidad cerebral a través de la memoria cuántica, desarrollamos también memoria
cuántica y patrones de hábitos mentales, es decir una mente individual; las experiencias
producen un cuerpo vital individual. Estas propensiones mentales y vitales son lo que
los orientales llaman karma, concepto que juega papel crucial en la teoría científica de
la reencarnación.Cuando descubrimos un nuevo contexto, exploramos también los
contextos secundarios que existen a nuestra disposición combinando los nuevos
contextos con los aprendidos (nos adaptamos y nos integramos); es ésta una etapa de
adaptación homeostática.
Moss dirige talleres en los que se lleva a cabo mucho trabajo corporal, por ejemplo, una
paciente de cáncer terminal, a quien el cáncer se le había reproducido por todo el
cuerpo, fue a uno de los talleres. Aunque, la mujer no estaba muy dispuesta a participar
al principio en las rigurosas prácticas, Moss le iba dando toques, toques que en
ocasiones, revestían una dureza casi insultante. Estando así las cosas, la paciente
estaba tan molesta que, superando la letargia de su cuerpo enfermo, se puso a danzar.
A la mañana siguiente se sentía mucho mejor, y las pruebas demostraron que el cáncer
había desaparecido.
Goswami, Amit. “El medico cuántico: Guía de la física cuántica para la salud y la
sanación”. Editorial Obelisco. 2008.
Musso, Angelo; Gadoni, Ornella. “El psicólogo en casa”. Editorial Parkstone International.
2013.
LINKOGRAFÍA
http://antiestres.cl/psicologia-y-orientacion/
https://www.ecured.cu/Mec%C3%A1nica_cu%C3%A1ntica
https://www.youtube.com/watch?v=zOX-gbH7J64
http://medicinacuantica.cl/
https://www.dsalud.com/reportaje/es-posible-inducir-curaciones-espontaneas-con-la-
psiconeuroacupuntura/