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María de la Luz Cervantes, una mujer mexicana de 27 años, se subió a un autobús para pedir ayuda cuando su auto se averió durante un viaje a Barcelona para reunirse con su esposo. Cuando despertó, se encontraba en un hospital psiquiátrico. Intentó escapar desesperadamente para poder llamar a su esposo, pero la detuvieron. El director del hospital le negó el uso del teléfono y la inscribió en el asilo, describiendo su estado como "agitado".
María de la Luz Cervantes, una mujer mexicana de 27 años, se subió a un autobús para pedir ayuda cuando su auto se averió durante un viaje a Barcelona para reunirse con su esposo. Cuando despertó, se encontraba en un hospital psiquiátrico. Intentó escapar desesperadamente para poder llamar a su esposo, pero la detuvieron. El director del hospital le negó el uso del teléfono y la inscribió en el asilo, describiendo su estado como "agitado".
María de la Luz Cervantes, una mujer mexicana de 27 años, se subió a un autobús para pedir ayuda cuando su auto se averió durante un viaje a Barcelona para reunirse con su esposo. Cuando despertó, se encontraba en un hospital psiquiátrico. Intentó escapar desesperadamente para poder llamar a su esposo, pero la detuvieron. El director del hospital le negó el uso del teléfono y la inscribió en el asilo, describiendo su estado como "agitado".
María de la Luz Cervantes, la protagonista de la historia es una
mexicana de 27 años que conducía un auto hacia Barcelona para
reunirse con su esposo después de visitar a unos parientes en Zaragoza en una tarde lluviosa, cuando de repente el carro se varó, ella pidió ayuda, pero nadie respondía, hasta que un bus se detuvo ante su señal de parar, ella con un poco de duda se subió, el chofer le dijo que no iba lejos Ella le dijo que lo único que necesitaba era un teléfono, lo necesitaba para hablar con su esposo y decirle que no iba poder llegar antes de las siete de la noche a unos compromisos que tenía con él. Por la lluvia María estaba mojada, una muchacha de aspecto militar le ofreció una manta para secarse ella en la acepto. María tenía la costumbre de fumar y sacó uno de su paquete de cigarrillos, no tenía fuego, pero la vecina de asiento le ofreció. Su acompañante también quería fumar y María le ofreció un cigarrillo de los pocos secos que le quedaban (el paquete en su mayoría se había mojado) María vio que en el bus habían mujeres de varias edades, todos dormían y ella también lo hizo, cuando despertó no tenía idea de dónde estaba, Ella preguntó dónde estaba y su compañera le respondió que habían llegado, María vio que el autobús estaba entrando en el patio de un edificio bastante tenebroso y sombrío, María pensaba que era un convento. Las muchachas que iban en el autobús bajaron con pasividad mientras una guardia les ordenaba caminar en fila, su compañera de asiento le deseo buena suerte a María antes de que ella (María) bajaron del autobús de última, le indicaron que se pusiera la toalla que le dieron en el bus para secarse en la cabeza ya que, seguía lloviendo y la devolviera en portería. María corrió como intentando escapar de la lluvia pero una guarda la detuvo y le ordenó formarse. Adentro María le preguntó al portero donde había un teléfono y la condujeron hacia un dormitorio, Las guardianas que se encargaban de hacer las camas pasaron lista y se extrañaron de que María llevara su identificación, ellas le preguntaron su nombre y María les expuso su situación y les dijo que sólo venía a hablar por teléfono, ellas la condujeron hacia una cama y le dijeron que "mañana" lo podía hacer. Fue entonces cuando María comprendió que en donde estaba era en un hospital psiquiátrico, desesperadamente trató de escapar, pero una guardiana la detuvo con una llave maestra, a esa guardiana le llamaban Herculina por su fuerza, María por su parte seguía insistiendo en que sólo venía a hablar por teléfono. (Herculina, quien además de su fuerza tenía un expediente muy dudoso en cuanto a su reputación. Era la encargada de los “casos difíciles”), le tuvieron que aplicar sedante a María para tranquilizarla. Cuando despertó se encontró con el director del hospital quien se veía una persona agradable, María antes de decirle algo le pidió un cigarrillo, él le dio uno de encendido y el paquete completo mientras María se hecho llorar de desesperación porque necesita hablar con su marido, El médico le negó el teléfono de una manera muy dulce, le dijo que confiar en él y se marchó bendiciéndola, inscribió a María en el asilo con un número de serie Y en su estado la describió como "agitada”.
María de La Luz Cervantes Almuerza en Zaragoza Con Su Abuela y Luego Se Dirige en Un Carro Alquilado en Una Tarde de Lluvia Hacia Barcelona Ya Que Tenia 3 Compromisos Con Su Marido Saturno a Las Siete de La Noche de Ese Mism
Se Trata de Una Joven Llamada María de La Luz Cervantes de 27 Años Cuando en Una Tarde Lluviosa de Camino Hacia Barcelona Se Le Daño Su Carro en Medio Del Desierto