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El asesinato por codicia.

Consideraciones críticas a la sanción


de la personalidad en un “Derecho
Penal del acto”

Carlos Alberto SENISSE ANAMPA* / Melissa ARAMAYO ALONSO**

A juicio de los autores, la incorporación del asesinato por codicia en el artículo 108

Tema relevante
del CP origina una redundancia legislativa, así como problemas de indeterminación
normativa con relación al ya existente delito de asesinato por lucro. Peor aún, di-
cha incorporación es expresión de un Derecho Penal de autor, donde la pena se da
en función no al hecho delictivo cometido, sino a las cualidades personales del suje-
to y al peligro que este representa para la sociedad, lo cual atenta contra el princi-
pio de culpabilidad.

MARCO NORMATIVO opinión pública. Ya profesores como Zaffa-


roni han escrito bastante sobre esta relación
• Código Penal: arts. 48, 106 y 108.
entre los políticos y una política criminal
pensada en ganar votos del electorado, que
se manifiestan en decisiones que parecen
I. Introducción
–como expresa Queralt Jiménez– “haber si-
do impuestas de mala manera en lo político,
El Derecho Penal peruano –aunque no solo de prisa y corriendo en lo jurídico”1.
él– suele presentar rasgos definitorios de un
extremado casuismo en la tipificación de no Pues bien, esto parece haber sucedido una
pocos delitos. Asimismo, es de consenso que vez más con la reciente incorporación al Có-
esta forma de tipificación obedece a los casos digo Penal (mediante Ley Nº 30253, del 24
que se van presentando y que ganan notorie- de octubre de 2014) de la codicia como una
dad en la prensa. Nuestro legislador muestra, nueva cualificante para el delito de homici-
en efecto, una atención bastante sensible a la dio, y que ha sido ubicada en el numeral 1

* Coordinador general del Taller de “Derecho Penal Económico y de la Empresa” de la Universidad Nacional Ma-
yor de San Marcos.
** Becaria de la Philipps Marburg Universität. Ayudante de cátedra del curso de Derecho Penal I. Parte general en
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
1 QUERALT JIMÉNEZ, Joan. Derecho Penal español. Parte especial. 4ª edición, Atelier, Barcelona, 2004, p. 7.

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del artículo 108 del Código Penal, junto a la o asesinato por mandato3; mientras que se
ferocidad, el lucro y el placer. considera casos atípicos los llamados homi-
cidios “por codicia”.
La razón principal del legislador peruano al
incorporar esta cualificante es la supuesta in- Así también lo señala el legislador nacional
capacidad de la agravante de lucro para abar- en la exposición de motivos del Proyecto de
car distintas conductas delictivas, diferentes Ley N° 1194-2011-CR, que propuso incor-
a las del sicariato, lo cual habría sido demos- porar a la codicia como circunstancia cua-
trado por los operadores judiciales, quienes lificante del homicidio4. Para ello, señaló
sancionaban hechos por homicidio simple expresamente la situación de impunidad que
“al no existir dinero tangible y mensurable generaba la no inclusión de la codicia –que
de por medio”2. frente al lucro tendría un objeto mucho más
indeterminado–, puesto que, a su entender,
En ese sentido, como punto de partida, el con el lucro solo se estaba cualificado el ase-
siguiente artículo buscará responder si las sinato en razón del sicariato y no de una serie
razones de nuestro legislador (insuficiencia de otros beneficios que se obtenían con la
del lucro para abarcar los hechos delictivos muerte, como matar para recibir una heren-
mencionados) son correctas o tienen susten- cia e, inclusive, títulos honoríficos.
to en la doctrina. Sin embargo, resuelto ello,
nos proponemos analizar la legitimidad del El asesinato por codicia en tales considera-
Estado para agravar ciertas figuras típicas ciones vendría a ser un homicidio distinto del
por razón de un supuesto incremento de la que se hace por razón de precio, recompen-
culpabilidad. sa o promesa remuneratoria. Esta diferen-
ciación la consideramos equívoca, pues no
II. Lucro y codicia atiende a las observaciones que desde diver-
sos puntos de vista (sistemáticos, semánticos
En la doctrina –aparentemente mayoritaria– e históricos) se ha hecho al lucro, y tampoco
existe una identificación de la circunstan- analiza qué consecuencias ocasionaría la in-
cia cualificante “por lucro” con el sicariato clusión de la codicia.

2 Proyecto de Ley N° 1194-2011-CR, de fecha 31 de mayo de 2012, pp. 5-6.


3 BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto y GARCÍA CANTIZANO, María del Carmen. Manual de Derecho
Penal. Parte especial. San Marcos, Lima, 1997, pp. 53-54. PEÑA CABRERA, Raúl. Derecho Penal peruano.
Parte especial. Ediciones Jurídicas, Lima, 1994, p. 30. ROY FREYRE, Luis. Derecho Penal peruano. Parte es-
pecial. Tomo I, Instituto Peruano de Ciencias Penales, Lima, 1974, pp. 80-81; VILLA STEIN, Javier. Derecho
Penal. Parte especial I-A. San Marcos, Lima, 1997, pp. 76-77; HUGO VIZCARDO, Silfredo. Delitos contra la
vida, el cuerpo y la salud. Pro Derecho. Lima, 2003, pp. 103-104.
4 En este trabajo dejaremos por sentada nuestra posición a favor de la doctrina mayoritaria de considerar al asesinato
como dependiente del homicidio. En este sentido, la doctrina nacional: HURTADO POZO, José. Manual de De-
recho Penal. Parte especial I. 2ª edición, Ediciones Juris, Lima, 1995, pp. 47-48; HUGO VIZCARDO, Silfredo.
Ob. cit., p. 93; PEÑA CABRERA, Raúl. Ob. cit., p. 29. ROY FREYRE, Luis. Ob. cit., pp. 74-75. Y en contra:
CASTILLO ALVA, José Luis. Homicidio. Gaceta Jurídica, Lima, 2000, pp. 149-155. En la doctrina extranjera
podemos mencionar a favor de la dependencia del homicidio: QUERALT JIMÉNEZ, Joan. Ob. cit., p. 232; MO-
RALES PRATS, Fermín. “Del homicidio y sus formas”. En: Comentarios a la parte especial del Derecho Penal.
Gonzalo Quintero Olivares (director), 2ª edición, Aranzadi, Pamplona, 1999, p. 42; SPROVIERO, Juan. Delitos
de homicidio. Ediciones La Roca, Buenos Aires, 1996. Y en contra, en la doctrina extranjera, por todos MUÑOZ
CONDE, Francisco. Derecho Penal. Parte especial. 12ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia, 1999, p. 48 y ss.

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ESPECIAL

Tampoco se toma en cuenta la inexistente


relación que tiene la cualificante de “codi- Comentario relevante
te
cia” en la legislación española5 con el lucro, de los autores
puesto que en su lugar recoge las figuras del
precio, recompensa o promesa (caso dife- Se puede lucrar sin codicia o con ella,
rente al argentino6, donde concurre el pre- pero la codicia no tiene relación al he-
cio o promesa con la codicia), lo cual per- cho sin su concreción en un lucro. Así,
mite a sus comentaristas extraer diferentes la codicia o móvil de lucro en el ase-
conclusiones.
sinato no causa efecto adicional en
La “codicia”, según lo define la Real Acade- este, sino que aprovecha la comisión
mia Española, está referida al “afán excesivo del hecho para la sanción de la mis-
de riquezas”7. A su vez, lucro, según el mis- ma personalidad del agente.
mo diccionario, es la “ganancia o provecho
que se saca de algo”.

De ello se puede desprender que el lucro


negativa, no lo es el caso del “lucro” que, en
presente en el asesinato no se refiere nece-
su caso, es neutra.
saria y solamente a la categoría del sicariato,
sino que además contiene toda aquella cir- Según lo advertido, la diferencia entre codi-
cunstancia en la cual el agente advierte la cia y lucro estaría en que ambos se encuen-
oportunidad de obtener un provecho, como tran en diferente plano, pero en estrecha re-
es la motivación unilateral8. Además, debe lación funcional. Mientras uno se refiere a la
advertirse que mientras que la expresión “co- personalidad del agente, el otro a un objeto.
dicia” viene acompañada de una valoración También es diferente “lucro” y “motivo de

5 Código Penal español. Artículo 139.-


“Será castigado con la pena de prisión de quince a veinte años, como reo de asesinato, el que matare a otro con-
curriendo alguna de las circunstancias siguientes:
1ª. Con alevosía.
2ª. Por precio, recompensa o promesa.
3ª. Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido”.
6 Código Penal argentino. Artículo 80.-
“Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que
matare:
1º A su ascendiente, descendiente o cónyuge, sabiendo que lo son.
2º Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso.
3º Por precio o promesa remuneratoria.
4º Por placer, codicia, odio racial o religioso.
(...)
Cuando en el caso del inciso primero de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación, el
juez podrá aplicar prisión o reclusión de ocho a veinticinco años”.
7 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Lengua Española. 22ª edición.
8 SALINAS SICCHA, Ramiro. Derecho Penal. Parte especial. Grijley, Lima, 2013, pp. 36-37. VILLAVICEN-
CIO TERREROS, Felipe. Código Penal comentado. Grijley, Lima, 2001, p. 289; GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás
Aladino y ROJAS LEÓN, Ricardo César. Derecho Penal. Parte especial. Tomo 1, Jurista Editores, Lima. 2012,
pp. 408-409.

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lucro”9 o “ánimo de lucro”10. Esto traerá im- es sostenible por la amplitud del término en
portantes consecuencias de carácter dogmá- caso se acepte un sentido lato del término,
tico, que desarrollaremos más adelante. la primera restricción que se hace no es con-
forme al significado común de la expresión
De igual manera, nos ayudará entender la “por lucro”15, afectando los principios de
codicia analizar las fuentes históricas del interpretación penal, que exigen que esta se
asesinato por lucro en nuestra legislación11. haga dentro de lo que el texto de la ley lo
Así, según el profesor Hurtado Pozo12, la permita16. De esta manera, como señala Cas-
incorporación del homicidio por lucro en tillo Alva, la doctrina penal nacional prefirió
nuestra legislación, a través del artículo 152 la dogmática y legislación foránea frente al
del Código Penal de Maúrtua de 1924, tiene propio texto de la ley que comenta17.
como fuente el artículo 103 del Anteproyec-
to suizo de 1916, el cual recogía el término Consideramos, siguiendo a Hurtado Pozo
francés cupidité. Nuestro Código, al traducir y a Castillo Alva, que sería adecuado inter-
este término al castellano, empleó la expre- pretar hermenéuticamente el asesinato por
sión “lucro”. Ello evidentemente para darle lucro no como la sola punición del sicariato
otro sentido al de la regulación española13 y (interpretación injustificadamente estricta),
argentina de la época, que consideraban al sino también como la punición de conduc-
precio o recompensa como circunstancias tas agravadas por la motivación del agente
cualificantes del homicidio en vez del lucro. (el clásico ejemplo del que mata para ser he-
redero único), pero restringiendo su alcance
Es posteriormente que la doctrina nacio- al provecho de carácter “económico”, ya que
nal –siguiendo a la doctrina argentina (por aceptar cualquier estímulo (en vista de que
ejemplo, Raúl Peña Cabrera y Silfredo Hugo ningún delito se realiza sin móvil18) sería
Vizcardo)– identificó al lucro con los casos extender exorbitantemente el tipo19, incluso
de sicariato, e interpretó que el lucro debía más lejos de lo que el legislador histórico
entenderse siempre como beneficio econó- quiso al tomar la fuente suiza, que conside-
mico14. Sin embargo, mientras lo segundo ró esta última interpretación del beneficio

9 Así, VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Ob. cit., p. 289, trata como sinónimos la codicia con el deseo de lu-
cro, por ejemplo.
10 CREUS, Carlos. Derecho Penal. Parte especial. Tomo 1, 6ª edición, Astrea, 1998, p. 29.
11 Se considera que el origen histórico del asesinato se encuentra en el Derecho germano; véase HURTADO POZO,
José. Ob. cit., p. 47.
12 HURTADO POZO, José. Ob. cit., p. 54.
13 En el mismo sentido, CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., pp. 167-168, hace alusión a la distanciación que
hizo el legislador patrio de la época respecto a la legislación española.
14 GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino y ROJAS LEÓN, Ricardo César. Ob. cit., p. 408-409. HUGO VIZCAR-
DO, Silfredo. Ob. cit., pp. 104-105.
15 HURTADO POZO, José. Ob. cit., pp. 54-55.
16 CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., p. 169.
17 Ídem.
18 Del mismo parecer, CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., p. 165, siguiendo a Soler.
19 De este parecer en la doctrina nacional: CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., pp. 168-169; y en España: BAJO
FERNÁNDEZ, Miguel. “Ánimo de lucro y ánimo de hacerse de pago”. En: Anuario de Derecho Penal y Cien-
cias Penales. Tomo XXVIII, Fascículo III, setiembre-diciembre, Madrid, 1975, p. 359.

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ESPECIAL

siempre en relación cercana con la expresión (representación del resultado último que el
“codicia”20. agente desea alcanzar) que móvil (fenómeno
psíquico de naturaleza afectiva que incita a
Tras lo señalado podemos apreciar que la realizar una acción concreta).
incorporación de la codicia, que según la ex-
posición de motivos surgía por un vacío de Al respecto Castillo Alva –siguiendo a Gui-
punibilidad respecto de las circunstancias en seppe Maggiore y a Guiseppe Bettiol– indi-
las cuales el agente “se motivaba a sí mis- ca: “El motivo siempre es personal e indivi-
mo”, era innecesaria, constituyendo un pro- dual y se encuentra en la voluntad del agente
blema de lege lata, mas no de lege ferenda, preordenándola; mientras que el fin es la
ya que no hay razón alguna para que no se meta o el objetivo, a donde la voluntad se
entiendan contenidos los casos de automoti- dirige y trata de alcanzar. Toda acción tiene
vación en la expresión “por lucro”. una finalidad y un motivo, siendo este el an-
tecedente psíquico de aquel o el precedente
Por otro lado, debe quedar claro que las ex- causal de naturaleza psicológica”26.
presiones referidas al precio, recompensa o
promesa de otras legislaciones no se pueden Como ya advertíamos, tras un análisis se-
equiparar al lucro tipificado en nuestro Códi- mántico, los términos codicia y lucro obe-
go –como equivocadamente lo consideró esta decen a distintos planos, que a nuestra con-
vez el legislador–. Así, apunta Castillo Alva sideración están íntimamente relacionados.
que los primeros serían solo objetos específi- Uno es una motivación, mientras el otro es
cos del lucro21. Y en cuanto a la expresión “co- un objeto. Pero distinto es el caso del “móvil
dicia” que se encuentra presente en la legis- de lucro”. Este móvil –conforme a autores
lación argentina, hemos de apreciar –si bien como Hurtado Pozo, Villavicencio Terre-
advirtiendo las diferencias de orden legislati- ros, Castillo Alva, Carlos Creus y Edgardo
vo22– que se la ha considerado equivalente a Donna– relacionado al homicidio se entiende
la expresión “móvil de lucro”23, como indica como codicia. Nosotros compartimos dicho
Donna: “mata, y su acción entra en la agra- parecer, aunque agregando que por sí solo
vante [codicia], quien lo hace con el fin de te- el móvil de lucro no significa codicia y es
ner una ganancia apreciable de dinero (...)”24. más bien en relación con el homicidio que
expresaría la connotación de afán “excesi-
Como mencionamos, una cosa es decir “lu- vo” –según la Real Academia Española– o
cro” y otra “motivo o móvil de lucro”. Hur- desordenado, exagerado27 o desmesurado
tado Pozo25 señalaba que no es lo mismo fin –según la doctrina28–.

20 Al respecto, HURTADO POZO, José. Ob. cit., p. 56.


21 CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., p. 171.
22 El hecho de que en el Código Penal español se encuentre tipificado el asesinato por precio, trae como consecuen-
cia que las conclusiones, a nuestro parecer, sean más específicas.
23 CREUS, Carlos. Ob. cit., p. 29.
24 DONNA, Edgardo. Derecho Penal. Parte especial. Tomo 1, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, p. 43.
25 HURTADO POZO, José. Ob. cit., p. 56.
26 CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., p. 147.
27 CREUS, Carlos. Ob. cit., p. 28.
28 Aunque habría que admitir la existencia de casos en los que, no obstante existir, por ejemplo, precio o ganancia
que motive, falte codicia, ya que habría una motivación diferente determinante, como sería posibilitar una ope-
ración médica.

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Claro está que caben homicidios excepcio- Marco Antonio Terragni31 indica: “Esa am-
nales que no responden a la codicia como bición, sórdidamente alimentada y satisfe-
móvil determinante y en los cuales el lucro cha de forma tan cruel, pone de manifiesto
solo sería una finalidad a obtener, supuestos un espíritu sórdido que no merece ninguna
donde no se daría la cualificante de móvil de benevolencia (...)”.
lucro o codicia. Por lo dicho hasta aquí, la
coexistencia del móvil de lucro y codicia ha- Para Gálvez Villegas32, la codicia implica un
cen superflua, pero además contraproducen- comportamiento generalizado y habitual de
te, la tipificación de esta última. parte del individuo, frente al lucro que se re-
fiere únicamente a una determinada acción.
Ahora bien, corresponde profundizar en cuál
es el contenido de la codicia. ¿Este tipo san- O como indica Hurtado Pozo: “mediante el
ciona la personalidad del agente expresada homicidio motivado por codicia el homicida
por el asesinato o un efecto adicional que revelaría su peculiar personalidad33.
causaría la codicia en el homicidio?
Con esto queda claro que la codicia se refiere
La codicia o afán de riquezas, como indicara exclusivamente a la personalidad del agente,
Juan H. Sproviero29, responde a una faceta a como aquella influye en su proceso de mo-
del agente caracterizada por su proclividad tivación; lo cual refleja un Derecho Penal de
al lucro. “Esa proclividad indicadora de una autor34 de vertientes incluso positivistas, que
faceta o peculiaridad del homicida, debe veían al agente como sujeto especialmente
acreditarse en el hecho mismo, donde que- peligroso35 36, o también un Derecho Penal
da patentizada esa característica que hace al moralizador, tal como anota Morales Prats37.
propio espíritu (...)”.
Para Carlos Creus: “Los autores han tratado
Edgardo Donna, citando a Núñez, indica que de distinguirla [la codicia] del simple ánimo
la “codicia” se refiere a una característica es- de lucro, indicando que este se agota en la
piritual del autor30. finalidad de obtener un beneficio económico,

29 SPROVIERO, Juan. Ob. cit., p. 216.


30 DONNA, Edgardo. Ob. cit., p. 45.
31 TERRAGNI, Marco Antonio. Delitos contra las personas. Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, p. 266.
32 GÁLVEZ VILLEGAS, Tomas Aladino y ROJAS LEÓN, Ricardo César. Ob. cit., p. 400.
33 HURTADO POZO, José. Ob. cit., p. 56.
34 Zaffaroni al respecto identifica como características del Derecho Penal de autor propio de un Estado de Policía la
búsqueda de sujetos con una moral inferior a quienes se les reprocha y pena su personalidad. ZAFFARONI, Eu-
genio. Estructura básica del Derecho Penal. Ediar, Buenos Aires, 2010, p. 38.
35 VON LISZT citado por BAJO FERNÁNDEZ, Miguel. Ob. cit., p. 805.
36 Así, en el medio nacional anteriormente podemos encontrar a autores como ROY FREYRE, Luis. Ob. cit., p. 81,
quien sigue a Gonzales Teodosio; y PEÑA CABRERA, Raúl. Ob. cit., p. 31, quien alude a la peligrosidad so-
cial y la entiende mayormente perteneciente al mandante en la modalidad de sicariato, que es ciertamente la úni-
ca modalidad que entiende contenida en el asesinato por lucro. Posteriormente, tenemos a HUGO VIZCARDO,
Silfredo. Ob. cit., p. 104 y CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., p. 170, quien se refiere a la “temibilidad social
del asesino”.
37 MORALES PRATS, Fermín. Ob. cit., p. 44.

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ESPECIAL

mientras que aquella revela una característi-


ca espiritual del sujeto que importa un ‘apeti- Comentario relevante
te
to desordenado de riqueza’, una ‘inclinación de los autores
exagerada al lucro’ (Núñez), lo cual puede
resultar confuso, porque la ley no pune al Queda claro que la codicia se refiere
sujeto por esa inclinación, sino porque la ha exclusivamente a la personalidad del
traducido en el particular hecho de perseguir agente, a cómo aquella influye en su
el lucro por el medio atroz del homicidio”38.
proceso de motivación; lo cual refle-
Que la codicia pertenezca a la personalidad ja un Derecho Penal de autor de ver-
exige concluir su lejanía con los hechos con- tientes incluso positivistas, que veían
cretos. Y aquí empieza a tallar su relevancia al agente como sujeto especialmente
funcional con el lucro. Uno puede tener afán peligroso.
genérico de riqueza, pero ello es irrelevante
en tanto no lo concretemos en determinada
actividad (homicidio), como también lo ad- pero si mata a su padre al considerar el bene-
virtiera Creus, y será en dicho momento en ficio económico que recibiría del hecho (diri-
que esta motivación general se dirija hacia ge su codicia a un lucro)40 comete, entonces,
una ganancia (lucro) determinado o deter- homicidio calificado por móvil de lucro o
minable (no existe razón para concluir que codicia. En conclusión, no se puede cometer
el lucro tenga que ser determinado como asesinato por codicia (o motivado por lucro)
en la subespecie de precio, ello también se sin lucro.
desprende de interpretar otros hechos cons-
titutivos de esta agravante, por ejemplo, el La codicia o móvil de lucro en el asesinato
homicidio de un rival comercial –ejemplo no causa efecto adicional en este –sea el au-
de Castillo Alva39– que no permite apreciar mento del injusto de acción o de resultado41–,
el beneficio determinado, pero sí determina- sino que aprovecha la comisión del hecho
ble). Tras estas características del hecho em- para la sanción de la misma personalidad del
pezaremos a hablar de asesinato por móvil agente.
de lucro.
Estas observaciones no significan que nos
Se puede lucrar sin codicia o con ella, pero aunemos a favor de la legitimidad del lucro
la codicia no tiene relación al hecho sin su como circunstancia cualificante en razón de
concreción en un lucro (determinado o no). una supuesta mayor culpabilidad en el hecho,
Nótese aquí que el precio o recompensa del puesto que ello, a nuestro parecer, tanto con
sicariato sería una especialidad del lucro, la modificación o sin ella (redundante o inne-
en donde el monto del beneficio está espe- cesaria, como aquí sostenemos), se está agra-
cificado. Así, tenemos que el hijo codicioso vando o cualificando un hecho de acuerdo a
no realiza tipo alguno por el hecho de serlo, su personalidad, peligrosidad, bajeza moral,

38 CREUS, Carlos. Ob. cit., pp. 25-30.


39 CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., p. 170.
40 Es necesario mencionar que este beneficio debiera tener una base objetiva de su real obtención.
41 Un desarrollo de este aspecto podemos encontrarlo en MORALES PRATS, Fermín. Ob. cit., p. 44.

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habitualidad, predisposición al crimen, todos lesividad, al sancionar abiertamente no sobre


estas características de un auténtico Derecho la base de la mayor lesión a un bien jurídico,
Penal de autor de cuño moralizante. sino por criterios morales; situación que se
extiende no solo al lucro, sino también a la
Ello no solo es erróneo sistemáticamente, codicia, a la premeditación y al parricidio.
sino que inconstitucional dado que incluso
fungen de presunciones de culpabilidad en Por otro lado, la doble cualificación del mó-
contra del reo. Y desfiguran el Estado de De- vil de lucro y codicia no agrega dogmática-
recho por uno de Policía. En cuanto al orden mente contenido alguno (ya se dejó en claro
sistemático que también guarda una función que el sicariato nunca fue el único caso45).
garantista, estas llamadas causas objetivas de Los supuestos mencionados en la exposición
culpabilidad42 no son en estricto de un juicio de motivos de la modificación, tales como el
de culpabilidad, sino presunción de esta a homicidio para acceder a un puesto laboral,
partir de específicas características del agen- a una herencia, incluso para obtener un cua-
te. Esto lo desarrollaremos más adelante. dro famoso, y los propuestos en la doctrina,
como matar para suprimir a un rival comer-
Por otro lado, y regresando hasta lo ahora
cial o para liberarse de un acreedor46, ya se
expuesto, encontramos las siguientes conse-
encontraban contenidos en el móvil de lu-
cuencias que, a nuestro parecer, son las más
cro. Además, consecuentemente, al advertir
importantes.
el sentido económico tanto en la expresión
Una crítica primordial tiene que ver con la codicia como en el sentido restrictivo inter-
función del tipo proyectado por el legisla- medio de lucro, no podía ni puede incluirse
dor (desde el plano del ser). Este habilita de en cualquiera de estas cualificantes los otros
manera abstracta el ejercicio del poder pu- supuestos mencionados por el legislador na-
nitivo43 por parte de las demás agencias eje- cional, tales como matar para obtener los fa-
cutivas; en tal sentido, mientas más se vul- vores carnales de una mujer o casarse con la
nere el principio de taxatividad, más crece el viuda de la víctima47.
arbitrio44 en la selectividad de las agencias
policiales ejecutivas, y más difícil se torna Otra consecuencia está en que el hecho de
su limitación por el aparato judicial, ocasio- que el móvil de lucro equivalga a la codi-
nando una exacerbada inclusión de personas cia, al ser una apreciación dogmática y no
criminalizadas; indeterminación que crece ser unánimemente compartida, ni semánti-
aún más al tipificar características subjetivas camente tan clara, puede generar problemas
que incluso pertenecen a la personalidad del al momento de su aplicación. Sobre todo
agente, como hemos expuesto. por la aparente diferencia entre lucro como
finalidad y codicia como móvil permanente
Es también, clara la vulneración que estos (que nosotros descartamos, pues en el primer
tipos cualificados producen al principio de caso se trata del móvil de lucro que equivale

42 MORALES PRATS, Fermín. Ob. cit., p. 41.


43 ZAFFARONI, Eugenio. Estructura básica del Derecho Penal, p. 22.
44 ZAFFARONI, Eugenio. Tratado de Derecho Penal. Parte general. 2ª edición, Ediar, Buenos Aires, 1992, p. 117.
45 Al respecto, HURTADO POZO, José. Ob. cit., p. 56.
46 Ejemplos mencionados por CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. cit., pp. 170-171.
47 Proyecto de Ley N° 1194-2011-CR, p. 5.

56
ESPECIAL

a codicia). Esto implicaría el peligro de la III. Derecho Penal de autor y princi-


aplicación del concurso ideal de cualifican- pio de culpabilidad como limita-
tes, dado que se estaría haciendo concurrir dor de la intervención estatal
tanto a la motivación como a la supuesta y,
por nosotros descartada, finalidad, cuando en Luego de aclarada la relación entre lucro y
este caso se trata de un mismo hecho, y ello codicia, y concluido que todo asesinato de
puede generar un bis in ídem. Consideramos esta clase denota una personalidad codiciosa
que la situación sería más grave ahora puesto en el sujeto, en el presente punto lo que se
que se trataría de un concurso entre dos cir- ha de analizar es la legitimidad que tendría
cunstancias que son realmente una sola. un Estado de Derecho como el nuestro para
sancionar una figura que solo se enfoca en
Asumiendo las teorías que ven el asesinato
el móvil que ha tenido el sujeto y que no es
como un tipo derivado del homicidio, en el
más que una manifestación de sus caracteres
caso referido estaríamos ante un concurso
personales.
ideal48 –como sostiene Gracia Martín49– entre
las cualificantes del lucro y la codicia. Pues Esta cualificante tiene como dirección “acen-
bien, aunque el hecho se constituye en ase- tuar la protección del bien jurídico sobre
sinato al concurrir cualquiera de las circuns- aquellos aspectos que han sido llamados mó-
tancias (en el caso advertido por nosotros, viles sobre la conducta disvaliosa, los cuales
la codicia y el lucro, puesto que no habría habilitarían un plus en la reacción punitiva
incompatibilidad en su aparición conjunta), por parte del ordenamiento jurídico”50. Sin
de acuerdo a una interpretación de lege lata embargo, ello se hace sobre la valoración de
habría que agravar la pena en caso que el la personalidad del agente, lo cual pone en
asesinato por lucro haya sido cometido, ade- duda su legitimidad.
más, por un agente codicioso (en este caso,
el artículo 48 del Código Penal autoriza la La situación que denota dicha incorporación
agravación de hasta una cuarta parte de la es la siguiente: el móvil de codicia alude a
agravante). Sin embargo, conforme hemos la inhumanidad, brutalidad o maldad intrín-
apreciado, se estaría sancionando dos cir- seca del sujeto51, lo cual refleja un perfil tan
cunstancias constitutivas del mismo hecho, peligroso frente a la sociedad que justifica
tras una interpretación tradicional, o la misma una mayor reacción punitiva por parte del
personalidad dos veces, según aquí se sostie- Estado. Sin embargo, las preguntas que sur-
ne, por tanto, estaríamos ante un bis in ídem, gen y dan lugar al segundo punto central de
de modo que el juez solo tendría el camino de este artículo son las siguientes: ¿es legítimo
la inaplicación de la cualificante de codicia. en un Estado de Derecho sancionar al sujeto

48 Código Penal peruano. Artículo 48.- Concurso ideal de delitos


“Cuando varias disposiciones son aplicables al mismo hecho se reprimirá hasta con el máximo de la pena más
grave, pudiendo incrementarse esta hasta en una cuarta parte, sin que en ningún caso pueda exceder de treinta y
cinco años”.
49 GRACIA MARTÍN, Luis et ál. Comentarios al Código Penal. Parte especial. Tomo 1, Tirant lo Blanch, Valen-
cia, 1997, p. 126.
50 MEIROVICH, Gustavo. “Homicidio calificado por el fin”. En: Código Penal y normas complementarias. Análi-
sis doctrinario y jurisprudencial. Eugenio Raúl Zaffaroni y David Baigún (directores), Hammurabi, Buenos Ai-
res, 2007, p. 223.
51 QUINTERO OLIVARES, Gonzalo y MORALES PRATS, Fermín. Ob. cit., p. 26.

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por sus cualidades personales?, y ¿qué tanta particularmente, al incremento de desvalor de


influencia puede tener la personalidad en la acción. En ese sentido, la circunstancia sería
culpabilidad de acto? Estas preguntas serán “salvable” si quedase reconducida a la idea
absueltas a continuación. de que (por ejemplo, en el homicidio cuyo
móvil es el lucro) el precio o recompensa im-
Una justificación muy vaga que da el legisla- plican la idea de profesionalidad en el sujeto
dor a esta cualficante es la existencia de una que lleva a cabo la conducta letal (empleo de
mayor alarma social que genera este tipo de sicarios o de ejecutores profesionalizados), lo
sujetos. Así, el mayor peligro para la vida se que evidentemente ex ante comporta un ma-
encuentra inmerso en los móviles de la vo- yor peligro objetivo de la acción para el bien
luntad que tuvo el agente. Así, quitar la vida jurídico53. Sin embargo, ello no se da en la
a un individuo mediante dicho móvil supone agravante por codicia donde no existen cono-
una actitud de mayor peligrosidad frente a la cimientos o capacidades especiales que pue-
sociedad, además de un mayor desprecio ha- dan justificar un mayor peligro objetivo, sin
cia la vida humana, por lo cual la pena debe tener que recurrir a las cualidades personales.
ser más elevada.
Una mayor culpabilidad en razón del mó-
Aunque la afectación hacia el bien jurídico vil es fundamento material insuficiente para
sea la misma (quitar la vida) cuando se mata conformar una específica agravación en el
por piedad (para calmar el sufrimiento de un homicidio o bien una nota de esencialidad
enfermo) o se mata para obtener un beneficio constitutiva del asesinato como delito autó-
económico, la conmoción social producida nomo. Por ello, sin ninguna otra justificación
es distinta por la diferente determinación que más que el peligro social54 que acarrea el
tuvo el autor al momento de realizar el he- perfil del sujeto, pareciera que el legislador
cho. Pues el caso del sujeto codicioso ha de “reduce la acción a un elemento meramen-
denotar un mayor peligro social respecto del te sintomático de la personalidad bajo tales
sujeto piadoso; lo cual da lugar a una mayor circunstancias”55.
culpabilidad “que atiende a la inmoralidad y
falta de escrúpulos por parte de quien actúa Cabe precisar que esta concepción sinto-
por este móvil”52. mática del delito proviene desde Italia con
Lombroso y luego se desarrolla con las Es-
En esa línea, Morales Prats sostiene que la cuelas Criminológicas Positivas, las cuales
subsistencia de estas circunstancias solo po- consideraban esta peligrosidad “como algo
drían alcanzar un fundamento material que ‘natural’, intrínseco, inamovible e inmodifi-
la legitime político-criminalmente, como cable del sujeto”. Por lo que no se debería
circunstancia agravatoria específica del ho- enjuiciar el hecho por su repercusión en el
micidio, si su “ratio” fuese reconducida al mundo exterior, sino por lo que nos reve-
incremento de contenido de injusto y más la sobre el interior del autor, pues el hecho

52 BAJO FERNÁNDEZ, Miguel y PEÑARANDA RAMOS, Enrique. Compendio de Derecho Penal. Parte espe-
cial. Volumen I, Centro de Estudios Ramón Areces, Madrid, p. 212.
53 QUINTERO OLIVARES, Gonzalo y MORALES PRATS, Fermín. Ob. cit., p. 44.
54 Ídem.
55 BACIGALUPO, Enrique. Manual de Derecho Penal. Parte general. Temis, Bogotá, 1996, p. 83.

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ESPECIAL

es solo un ‘síntoma’ de su personalidad”56.


Así este planteamiento iba vinculado a un Comentario relevante
te
Derecho Penal de autor; en el cual “el acto, de los autores
en el mejor de los casos, solo tiene una fun-
ción sintomática y los tipos penales legales El móvil de la codicia alude a la inhu-
requieren ser complementados por un tipo manidad, brutalidad o maldad intrín-
jurídico de autor. Con lo cual, todo hecho le- seca del sujeto, lo cual refleja un per-
galmente tipificado no puede comprobarse si fil tan peligroso frente a la sociedad
no se lo contempla mediante una tipificación
que justifica una mayor reacción pu-
judicial del autor”57.
nitiva por parte del Estado. Sin em-
En el Derecho Penal de autor no se sanciona bargo, ¿es legítimo en un Estado de
por el hecho en sí mismo, sino que la san- Derecho sancionar al sujeto por sus
ción va dirigida a sus atributos personales. cualidades personales?
En tal sentido, dada la peligrosidad, la pena
impuesta para castigar al agente codicioso
tendría un criterio de prevención especial, se fundamente en los referidos factores. Asi-
donde lo principal es su supuesta rehabili- mismo, queda en la oscuridad cómo conciliar
tación, tal como sucede, por ejemplo, en el un quántum de la pena por razones exclusi-
caso de las leyes contra la apología al terro- vamente preventivo-especiales con el princi-
rismo. Sin embargo, estos fines preventivos pio de culpabilidad59.
que busca el Estado encuentran su límite en
el principio de culpabilidad, el cual limita Roxin sostiene que “el principio de culpabi-
todo poder sancionador del Estado, necesa- lidad es el medio más liberal y el psicológi-
rio para el mantenimiento de nuestro Estado co-social más propicio para la restricción de
de Derecho. la coerción penal estatal que hasta ahora se
ha encontrado. Puesto que el grado o la cuan-
Según este principio, la pena no puede so- tía de la culpabilidad se determina por fac-
brepasar en su duración la medida de la cul- tores internos en la persona del autor y por
pabilidad, aunque intereses de tratamiento, la dimensión de los daños ocasionados, por
de seguridad o de intimidación revelen como tanto, se puede contraponer eficazmente a las
deseable una detención más prolongada58. exigencias preventivas determinadas por los
Además, normalmente no se sabe cuánta intereses de la sociedad (...). Nadie puede ser
pena más necesita alguien para ser intimida- castigado más duramente que lo que se mere-
do o mejorado con éxito. De ahí que carezca ce; y ‘merecida’ es solo una pena acorde con
de legitimación una elevación de la pena que la culpabilidad”60.

56 ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte general. Tomo I, Civitas, Madrid, 1997, p. 179.
57 SCHULMAN, Daniel. Peligrosidad y Derecho Penal de autor. Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
2012, p. 268. Disponible en: <http://www.aacademica.com/000-072/65.pdf>.
58 ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 99.
59 FREUND, Georg. Hechos postdelictivos y sistema de individualización de la pena. Universidad del País Vasco,
País Vasco, 2009, p. 37.
60 ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 100.

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A través de la vinculación de la pena al prin- Para Zaffaroni, la peor expresión del Dere-
cipio de culpabilidad también se eliminan las cho Penal máximo es el Derecho Penal de
objeciones que parten del hecho de que me- autor63, pues reprimir la personalidad es,
diante la persecución de fines preventivos se además de contraproducente y contrario a
trata al particular como “medio para el fin” y un Derecho Penal liberal y que se precie de
se le perjudica así en su dignidad como per- “moderno”, claramente violatorio de la le-
sona61. El sujeto no puede ser visto como ob- galidad que surge de nuestras constituciones
jeto para satisfacer los fines preventivos del nacionales, y los pactos internacionales, ya
Estado, sino que solo deberá responder por que vulnera todos sus principios fundamen-
lo que le corresponda respecto a la responsa- tales empezando por su principio vertebral
bilidad de su hecho cometido. de la dignidad humana y prosiguiendo con
los derechos fundamentales de la intimidad
En esa línea, Baratta agrega que no es po- personal, libertad de conciencia y libre de-
sible hacer derivar responsabilidad penal sarrollo de la personalidad. El Derecho Pe-
alguna de las características personales del nal de autor viola frontalmente la dignidad
imputado subsumibles en un tipo de autor, humana64.
sino únicamente de las características del
comportamiento que puedan ser subsumi- Los puntos de vista del Derecho Penal de he-
bles en un tipo de delito previsto por la ley cho –aquellos que ven en el delito la infrac-
e imputable a un acto voluntario, del cual el ción de deberes ético-sociales representado
autor haya sido capaz de entender su sentido por la lesión de un bien jurídico– no garanti-
social. En particular, ninguna consecuencia zan, pero permiten desarrollar los principios
penal, en sentido estricto, así como ninguna del Derecho Penal liberal. Por el contrario, el
medida que implique internación coactiva, Derecho Penal de autor, sobre todo en la for-
puede derivarse, en sustitución o en con- ma en que fue concebido por Erik Wolf65 y
currencia con la realización de una figura otros autores, pone seriamente en peligro los
delictiva, de la “peligrosidad social” de un principios del Derecho Penal liberal, cuando
sujeto62. no los anula66.

61 Ibídem, p. 102.
62 BARATTA, Alessandro. “Principios de Derecho Penal mínimo”. En: Criminología y sistema penal (Compila-
ción in memóriam). B de F, Buenos Aires, 2004, p. 318.
63 Sin embargo, no se trata tampoco de caer en la radicalización del Derecho Penal de acto, pues se daría el caso en
que “una persona pobre puede sentirse tentada de apoderarse de algo de escaso valor pero que no puede comprar,
y una rica puede omitir el pago de una indemnización por muerte en accidente de trabajo, especulando con los
intereses que puede percibir de ese dinero: aunque más aberrante es la motivación de la segunda, solo se crimi-
naliza a la primera. Se impone concluir que, en un Derecho Penal de acto puro, no existen elementos que permi-
tan distinguir los conflictos criminalizados de los que no lo son, salvo por la criminalización misma. Esto plan-
tea un serio problema político, porque otorga a las agencias políticas la potestad de criminalizar prácticamente
cualquier conflicto, lo que implica que estas pueden ampliar ilimitadamente el ámbito de la materia criminaliza-
da y, con ello, fortalecer de igual modo el poder de vigilancia y selección de las agencias policiales, provocando
de esta manera la liquidación del Estado de Derecho; ZAFFARONI, Eugenio. Tratado de Derecho Penal. Parte
general, p. 68.
64 SCHULMAN, Daniel. Ob. cit., p. 268.
65 Vease: WOLF, Erik. “Sobre la esencia del autor”. En: Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología. Dis-
ponible en: <http://criminet.ugr.es/recpc/10/recpc10-r4.pdf>.
66 BACIGALUPO, Enrique. Ob. cit., p. 11.

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Por ello, el uso que hace el legislador en Hoy en día algunos autores, como Zaffaroni,
la exposición de motivos del proyecto de sostienen que si bien un Derecho Penal de
ley, de características personales, tal como autor, y con ello una culpabilidad de autor,
la peligrosidad del agente, para justificar la es inconstitucional, ello no impide69 que la
agravante de codicia, “resulta inconstitucio- personalidad del sujeto deba ser tomada en
nal, pues se está aplicando una sanción en consideración al momento de medir la repro-
razón de las características personales y no chabilidad del injusto, considerando el grado
en virtud de un hecho realizado, con lo cual de autodeterminación que ha tenido el sujeto
se está ante un Derecho Penal de autor y no al momento de cometer el hecho ilícito. Así,
frente a un Derecho Penal del hecho67”, lo el sujeto codicioso, que revela una persona-
cual viola los principios del Estado de Dere- lidad inhumana dispuesta a matar por conse-
cho y con ello los principios garantistas del guir un beneficio económico, demuestra una
Derecho Penal, tales como el de legalidad y autodeterminación menor para dejarse mo-
culpabilidad. tivar por la norma a comparación de quien
no es codicioso; por ello el reproche que
IV. La personalidad del sujeto en la debe recibir también debe ser menor. Así, “el
culpabilidad de acto ámbito de autodeterminación se valora te-
niendo en cuenta las circunstancias, pero las
mismas características de personalidad del
Hemos mencionado la culpabilidad como lí-
agente forman parte de esas circunstancias.
mite al Derecho Penal de autor, pero surge
Es obvio que un sujeto miedoso tiene menos
la segunda pregunta que nos hicimos: ¿qué
posibilidades de conducirse con serenidad
tanta influencia podría tener la personalidad
frente al peligro, que aquel cuyos rasgos de
del agente en la culpabilidad? personalidad son la frialdad, la serenidad y
En este punto nos detenemos un poco para la seguridad. Por ende, para este autor, para
adentrarnos más en la culpabilidad y ver qué ponderar el ámbito de autodeterminación,
relación tendría esta con la personalidad del será menester tener en cuenta la personali-
dad del autor”70.
sujeto. Así, los elementos fundamentales que
deben tenerse en cuenta para la culpabilidad Cuanta mayor expresión de la personalidad
son los siguientes: la reprochabilidad, la dis- del autor sea el acto, menor será el reproche;
posición interna contraria a la norma, la posi- y viceversa: cuanto más extraña a su perso-
bilidad de realizar otra conducta, la posibili- nalidad sea su conducta, mayor será el re-
dad de motivarse en la norma, la exigibilidad proche. Esto será debido a que el ámbito de
y el ámbito de autodeterminación68. Autode- libertad es menor en el primer caso y mayor
terminación entiéndase como fundamento de en el segundo: el mitómano estafador debe
la culpabilidad y el ámbito de libertad que realizar un gran esfuerzo para evitar mentir,
posibilita que el sujeto pueda motivarse por siendo su ámbito de libertad más reducido
la norma. que el de quien no es mitómano. De este

67 BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Lecciones de Derecho Penal. Volumen I, Trotta, Madrid, 1997, p. 214.
68 ZAFFARONI, Eugenio. Tratado de Derecho Penal. Parte general, p. 11.
69 Ibídem, p. 62.
70 Ídem.

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modo, llegamos a la conclusión de que en la autor en general, antes y después del hecho.
culpabilidad de acto, la personalidad del au- Así, la realización de la acción típica permi-
tor jamás puede ser tomada como objeto del tirá juzgar la conducta del autor en forma
reproche, pero debe ser considerada como total para explicar el hecho delictivo como
una de las circunstancias que influyen en la un producto de la personalidad del autor74.
magnitud del ámbito de autodeterminación La personalidad es tomada en cuenta no para
del autor en la situación concreta en que co- analizar el grado de autodeterminación que
metió el injusto”71. hubo en el sujeto, sino para ser enjuiciada
por ser este la fuente de peligro en el sujeto
Esto no se sale de las barreras del Derecho donde el delito es solo un síntoma derivado
Penal de acto, ni de culpabilidad por el he- de aquella. De esta manera, ya no estamos
cho, dado que se toma en cuenta para la cul- hablando de una culpabilidad por el hecho,
pabilidad solo la actitud del autor respecto sino de una culpabilidad por el autor, que es
de la acción típica y antijurídica cometida: lo que aplica el Estado en esta figura y que
lo cual significa que no deberá considerarse resulta inconstitucional.
otra cosa que el hecho delictivo, pero no el
comportamiento del autor anterior al mismo Cuando se afirma la existencia de un injusto y,
o, inclusive, posterior72. acto seguido, se le formula a su autor el repro-
che de esa conducta y también el de otras con-
Sin embargo, esto es todo lo contrario a lo que
ductas con las que ha decidido su vida, como
sucede con la incorporación de la cualificante
pueden ser las que le determinaron su tenden-
por codicia, pues para el legislador peruano la
cia al crimen, se le está reprochando algo que
acción del sujeto codicioso es más reprocha-
es propio de su persona, pero que es del todo
ble y merece una pena mayor, al haber demos-
ajeno al injusto75. En nuestro Derecho, lo úni-
trado que no posee suficiente autonomía para
co que puede reprochársele a un autor es un
actuar conforme a Derecho. En ese sentido,
injusto, y ello solo en función del ámbito de
el codicioso “mientras más autonomía de vo-
autodeterminación del que ha dispuesto al ac-
luntad tenga, tanto menos culpable será. Esta
tuar76. Por ello, una tipificación del móvil de
consecuencia contradictoria de su plantea-
lucro o codicia resulta inconstitucional en un
miento es, sin embargo, la que no pueden evi-
Estado de Derecho, pues la culpabilidad de
tar los partidarios de la culpabilidad de autor,
autor no se encuentra en los parámetros lega-
siempre que pretendan hacer una explicación
les que justifican nuestro sistema penal.
coherente hasta sus últimas consecuencias de
los principios de que parten”73.
V. Conclusiones
Con esta cualificante por codicia, el hecho
típico y antijurídico abre la posibilidad de La presente incorporación se hizo siguien-
un juicio sobre el comportamiento social del do ciegamente a la doctrina argentina,

71 Ibídem, p. 63.
72 BACIGALUPO, Enrique. Ob. cit., p. 148.
73 ZAFFARONI, Eugenio. Tratado de Derecho Penal. Parte general, p. 64.
74 BACIGALUPO, Enrique. Ob. cit., p. 148.
75 ZAFFARONI, Eugenio. Tratado de Derecho Penal. Parte general, p. 55.
76 Ibídem, p. 56.

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ESPECIAL

que no examina una legislación similar un Estado de Derecho como el nuestro


a la nuestra. Ello ha ocasionado una re- (pertenece a un Estado de policía), pues
dundancia legislativa que pudo haberse atenta directamente contra el principio de
evitado (de cara a la justificación del le- culpabilidad, el cual establece que el su-
gislador) con una correcta interpretación jeto solo debe responder penalmente por
del tipo nacional. Lo que se ha generado el delito cometido y no por sus atributos
es crear problemas de indeterminación personales, pues así la pena tendría un fin
normativa demasiado extensos, así como netamente preventivo-especial.
se ha acentuado la posibilidad de vulne-
La personalidad en un Derecho Penal
ración del ne bis in ídem, con consecuen-
de acto sí podría tener cabida si es que
cias bastante graves para los imputados.
se le considera como un elemento ob-
También se debe decir que esta incorpo- jetivo que influye en la capacidad de
ración forma parte de un Derecho Penal autodeterminación del sujeto. Así, el
de autor, donde la pena se da en función acto delictivo en un sujeto con mayor
no al hecho delictivo cometido, sino a autodeterminación será más reprocha-
las cualidades personales del sujeto y el ble (mayor culpabilidad) que el mismo
peligro que este ocasiona en la sociedad. acto realizado por un sujeto con menos
Esto es a todas luces inconstitucional en autodeterminación.

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