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Universidad de Baja California

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

REPORTE DE LECTURA
Número 1: CIENCIA Y FILOSOFÍA

ASIGNATURA
Filosofía de la Ciencia. Grupo A
NOMBRE DEL ALUMNO
Nahima Milena Salazar Suárez.
NOMBRE DEL CATEDRÁTICO
Dr. Juan Ávila Osornio.
Bogotá, Colombia; Enero 17 de 2018.

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CIENCIA Y FILOSOFIA: OLVIDO O NEGACIÓN.

Quisiera dar inicio a este ensayo, partiendo de la idea de que la ciencia y la filosofía han
caminado de la mano a través de la historia de la humanidad, tal vez por esta razón han sido
estos dos campos los que más le han aportado al ser humano desde tiempos inmemorables, ya
que gracias a ellos se ha pretendido explicar los fenómenos de la naturaleza. Sin embargo
también es claro que en un mundo globalizado en el que la información mediata y a veces poco
certera se confunde con el “conocimiento” (entendido como la simple acumulación de datos) la
filosofía podría no estar pasando por su mejor momento.

Azcárraga (2003) nos dice en su artículo que la filosofía no atraviesa hoy su época de mayor
esplendor, la ciencia con ayuda de toda la tecnología que hoy conocemos ha seguido dando
pasos de gigante, dejando relegada a su compañera haciendo que nos preguntemos si es
posible que esta pueda continuar acompañando al hombre en la búsqueda incesante de
conocimiento, aquí debemos tener en cuenta el contexto actual y permitirnos preguntas como:
¿Qué significa y para que nos sirve todo lo que sabemos?. Y entonces la filosofía vuelve a
aparecer ya que sin una estructura científica fuerte acompañada de la capacidad de obtener
conocimiento relevante y poder utilizarlo, nosotros simplemente no tendríamos futuro.

La filosofía en algunas esferas sociales es observada con desdeño y relegada para unos pocos
eruditos y en otros casos más preocupantes, no se logra establecer relación alguna con los
avances y pensamientos científicos contemporáneos, por el contario, existe una admiración y
reconocimiento en lo referente a la técnica. Esto se ve reflejado en algunos círculos
académicos, donde la formación del pensamiento del estudiantado está enfocada hacia la
formación técnica, al parecer por la urgencia de desarrollo de habilidades y destrezas para las
diferentes actividades que demanda la industria y el mercado global. Bajo este panorama se
puede pensar entonces que se privilegia el saber hacer y adquisición de experiencia, que
garantizaría el éxito en la ejecución y repetición de tareas en el campo laboral, que al saber
pensar, estrictamente al deseo de conocer y descubrir otros modos y métodos, tal vez quizás
generando una sensación de azar frente al logro de reconocimiento o éxitos laborales.

Respecto a esto Aristóteles en su metafísica libro primero va a fundamentar una concepción


para establecer la importancia de la ciencia y la sabiduría

““Pero no es menos cierto que pensamos que el saber y el conocer se dan más bien en el arte que
en la experiencia y tenemos por más sabios a los hombres de arte que a los de experiencia…. Por
ello, en cada caso consideramos que los que dirigen la obra son más dignos de estima, y saben
más, y son más sabio que los obreros manuales: porque saben las causas de lo que se está
haciendo (a los otros, por su parte, los consideramos como a algunos seres inanimados que
también hacen, pero hacen lo que hacen sin conocimiento….). Con que no se considera que

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aquellos son más sabios por su capacidad practica, sino porque poseen la teoría y conocen las
causas”.

Así pues se estaría dejando en un lugar poco privilegiado el desarrollo de un pensamiento


filosófico y desde luego un pensamiento científico en la academia, en la actualidad la ciencia, por
ser ciencia es reconocida, aceptada y vanagloriada por los diferentes adelantos que nos aportan
comodidad, entretenimiento y muchas posibilidades que en tiempos de antaño no se alcanzaba
a imaginar, reafirmando la concepción que a través del dominio de la ciencia es posible conocer
y someter a la naturaleza. Por otra parte la filosofía no logra destacarse como en el pasado con
la misma relevancia y admiración, su papel se orienta en algunos eventos a cuestionar y a
enfrentar a la ciencia por las consecuencias que se pueden generar al desligarse de ella como
por ejemplo, el desarrollo de armas de destrucción masiva, el daño al ecosistema, la
manipulación genética y el bajo impacto social a la hora de brindar bienestar y equilibrio entre
muchos otros que podrían ser nombrados.

En su momento, el filósofo Adorno señaló puntualmente que en la relación actual con la técnica,
hay, por otra parte, algo de exagerado, de irracional, de patógeno. Tal cosa guarda relación con
el «velo tecnológico». Las personas tienden a tomar la técnica por la cosa misma, tienden a
considerarla como un fin en sí misma, como una fuerza dotada de entidad propia, olvidando al
hacerlo que la técnica no es otra cosa que la prolongación del brazo humano. Los medios y la
técnica son la encarnación suprema de unos medios para la autoconservación de la especie
humana son fetichizados, porque los fines “una vida humana digna” han quedado cubiertos por
un velo y han sido erradicados de la conciencia de las personas.

Azcárraga (2003) nos dice en su artículo que la ciencia es el reflejo de la naturaleza, planteando
que la ciencia no tiene contradicciones, ni movimiento porque es el espejo de la realidad.
Además, tenemos el fascinante poder de encontrar las leyes de la naturaleza, y hasta el de
usarlas en nuestro propio perjuicio, pero no el de cambiarlas. Es una realidad innegable que
tanto el conocimiento como el pensamiento son fuentes inagotables de movimiento, que se
entrelazan que no pueden emerger sino están es constante compañía, ¿será entonces que la
filosofía no se ha relegado sino que ha sido negada? El afán constante de la ciencia por ser una
verdad absoluta quizás habría dejado a un lado a su mayor compañera.

“La filosofía no puede, hoy, vivir de espaldas al conocimiento científico, y menos aún, tratar de
relativizarlo en un intento fútil de retener un espacio privilegiado o protegido, que es lo que, en el
fondo, han intentado algunos filósofos postmodernos con sus críticas desmesuradas a la
racionalidad y objetividad de la ciencia (Azcárraga, 2003)”.

Esta confrontación entre el mundo que podemos comprender y el mundo que podemos dominar
a la que se refieren Ayala y Longoria 2005 cuando afirman que la imagen griega de la filosofía
en confrontación con la ciencia moderna se presenta casi como una antípoda, no sólo como la

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precursora e iniciadora del camino de la capacidad y el dominio teoréticos. Nos hace pensar que
tal vez este sea el momento para que cada una ciencia y filosofía tomen caminos separados. Sin
embargo al intentar desligarlas perderíamos de vista no sólo el punto de llegada al que
deseamos ir sino que además olvidaríamos el punto de partida del que debemos venir.

“Porque en esta época de cambio vertiginoso, en la que no es fácil aventurar hacia dónde vamos,
bueno será saber, al menos, de dónde venimos (Azcárraga, 2003)”.

En este preciso momento lleno de cambios y descubrimientos científicos cada vez más
extraordinarios el conocimiento no debe considerarse como inalcanzable en el sentido de que
se nos cierre todo acceso a él, ni podemos considerarlo nunca como totalmente alcanzado o
terminado sino que debemos construirlo de manera tal que siempre estemos cerca de él, pero
sin que nos sea nunca entregado o concebido en su totalidad absoluta.

Valdría la pena entonces preguntarnos si las relaciones conflictivas que aparecen en este
momento son entre ciencia y filosofía o entre científicos y filósofos, la ciencia constantemente
esta contestando las diversas preguntas que tiene la filosofía así que podríamos decir en
palabras de Bunge (2014) que los filósofos se han alejado tanto de las ciencias que los
científicos han dejado de escucharlos, La filosofía necesita el apoyo sensible de la ciencia y
esta, a su vez, sin la filosofía, pierde profundidad, espíritu crítico y actividad creativa.

De esta manera considero que es importante mediar para que exista un acercamiento entre
todos los campos del saber y la filosofía, siendo este un deber de los que estamos llamados a la
tarea de educar, esto sin importar la disciplina a la que se pertenezca. La filosofía debe
permitirnos repensar nuestros intereses, nuestras prácticas y en últimas toda nuestra vida, la
filosofía nos da el poder de reflexionar y es necesario que lo utilicemos de manera individual y
colectiva.

Debemos orientar a nuestros estudiantes para que busquen trascender, para que vean el
conocimiento y la sabiduría como una forma de transformar su entorno y con ello sus
posibilidades de cambio, cambio de una sociedad llena de ciencia y tecnología pero vacía en la
ética y descuidada en las relaciones no solo personales sino con el universo, con la naturaleza.
Hemos dado gran importancia a la técnica, al saber hacer, pero nos alejamos cada vez más de
la formación para la vida, de la formación reflexiva, ética, critica.

Todo esto se ve reflejado en la forma de ver el mundo, en el individualismo que deja de lado el
bien común para buscar únicamente la satisfacción personal, sin tener que sentirnos
responsables por el otro, por el mundo y muchísimo menos sentir responsabilidad con las
acciones que cometemos en nombre de la ciencia, en nombre del conocimiento, en nombre del
saber. La relación de la ciencia y la filosofía ha sido negada, no olvidada, ni separada, se niega

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con el fin de dejar de lado la metacognición que como seres humanos estamos llamados a
hacer. Podríamos pensar que existe una relación proporcional a la inversa: a mayor desarrollo
económico, científico y tecnológico menor desarrollo humano, el progreso tecnológico ha llevado
a las personas a tener y desear cada vez más, pero no los llevo a ser por ellos mismos MÁS.

“Así desde descartes, la autoconciencia es el punto donde la filosofía procura, en cierto modo, su
ultima evidencia y, a la certeza de la ciencia su máxima legitimización (Caloca, f. y Padilla, m.
2005)”.

La filosofía nos acerca a la ciencia para determinar en muchos casos nuestra conducta frente a
los diferentes fenómenos naturales, a las creaciones humanas, a los adelantos tecnológicos, la
filosofía nos permite cuestionarnos y al cuestionarnos entendemos como se verá afectada
nuestra vida y la vida de todos los que nos rodean al utilizar o no de manera acertada todos los
avances científicos que el mundo moderno pone en nuestras manos. En últimas la filosofía no
puede desligarse de la ciencia, ni puede continuársele negando el puesto que le corresponde en
este momento de la actualidad. Ya que es gracias a ella, que a un continuamos haciéndonos
preguntas, cuestionando al mundo y a la naturaleza, reflexionando frente a cada cambio y
avance. Es gracias a la filosofía que aun hacemos las preguntas correctas, esperando que sea
la ciencia la que nos ayude a descubrir las respuestas correctas.

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Referencias Bibliográficas

 AZCÁRRAGA, J. (2003). Ciencia y Filosofía. Mètode, Revista de difusión de investigación


de la Universidad de Valencia, págs. 40-46.

 ADORNO, Theodor. Educación para la emancipación. Madrid: Ediciones Morata, 1998.


pág. 88.

 CALOCA, F. y PADILLA, M. (2005). H.G. GADAMER, La filosofía griega y el mundo


moderno. Puebla: Revista La Lámpara de Diógenes. Vol.6, números 10 y 11. Pág. 131-
136.

 ARISTOTELES. (1994). Metafísica. Introducción, traducción y notas de Tomás Calvo


Martinez. Madrid: Editorial Gredos. Pág. 72-73.

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