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Maltrato en la Vejez, Vol. XIV, Nº 1: Pág. 00-00.

2005

Maltrato en la Vejez

Maltreatment in the Elderly

Azucena Letelier Correa1

Resumen
El presente artículo es una revisión bibliográfica que intenta describir el recorrido
histórico que se ha realizado al intentar definir y dimensionar la problemática del
maltrato hacia el adulto mayor, desde sus inicios hasta nuestros días. Recorrido que
llega a mostrar cómo se ha avanzado en Chile respecto del conocimiento de este
fenómeno.
Se describe cómo en Chile se define el maltrato y cuántos tipos de maltrato existen.
Al mismo tiempo que se precisan las características de los actores (víctima–victima-
rio) y los factores de riesgo que pueden llevar a una persona anciana a encontrarse
en una situación de riesgo.
Palabras claves: Vejez, violencia, maltrato.

Abstract
The present article is a review of the literature intending to describe the history of
efforts to define and dimension maltreatment in the elderly, from its beginnings to our
days. The review shows how, in Chile, some progress has been made according to
the findings of novel information in this matter.
It describes how maltreatment is defined in Chile and the different types of
maltreatment there exist. At the same time, it specifies the characteristics of the actors
(victims – victimizers) and the risk factors that lead the elderly to face a vulnerable
situation.
Key words: Elderly, violence, maltreatment.

1 Psicóloga, Universidad de Chile. email: azucenaletelier@yahoo.es

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Revista de Psicología de la Universidad de Chile

Introducción Los países que hace tiempo enfrentan el


envejecimiento de su población, en cambio,
Vivimos en un mundo donde impera la “son quienes han dado el pié inicial investi-
violencia que castiga duramente a amplios gando el maltrato a personas mayores. De allí
sectores de la sociedad. En este contexto, son que es posible encontrar un escaso pero in-
excluidos del sistema social, un gran núme- teresante flujo de investigaciones que, por las
ro de seres humanos pertenecientes a los sec- dificultades que presenta tratar un tema tan
tores más vulnerables de la población: niños, cargado de emocionalidad como es el mal-
jóvenes, discapacitados, mujeres y ancianos. trato, acusan una falta de solidez, con resul-
Estos grupos son los que más sufren violen- tados muy dispares, distintos tipos de mues-
cia social en sus múltiples facetas: las activi- tras y usos diversos para los conceptos de
dades violentas afloran y se descargan sobre interés. Lo interesante es que, pese a las difi-
los más débiles. cultades, los estudios han demostrado que
el problema existe y que debe ser tratado”
A esto se suma el crecimiento de la pobla-
(Decalmer & Glendenning, 1999, p.13).
ción mundial que esta ocurriendo desde hace
algunas décadas, incremento que ha ido En lo que los investigadores chilenos sí han
acompañado de un aumento progresivo de tenido una especial preocupación, es en las te-
la población adulta mayor. Esto se produce máticas que tratan sobre la violencia conyugal,
“al aumentar la esperanza de vida y descen- el maltrato hacia mujeres, niños y niñas. Gra-
der la mortalidad y la fecundidad. De hecho, cias a esto, han surgido numerosas leyes, polí-
las estadísticas nacionales muestran que Chi- ticas, programas preventivos, de atención, re-
le está envejeciendo rápidamente, al igual habilitación, tratamiento, entre muchos otros.
que muchos otros países en el resto del mun- Sin embargo, no se puede decir lo mismo acer-
do y se estima que, en 30 ó 40 años más, vivi- ca de la preocupación por el estudio del fenó-
remos en una población constituida básica- meno de la violencia en relación a las personas
mente por personas de mayor edad” (Letelier mayores (Decalmer et al., 1999). Por estas razo-
& Sannino 2004, p. 9). nes, se ha querido aprovechar la oportunidad
de esta monografía para intentar aportar a la
Lo anterior lleva a preguntarse ¿con qué
comprensión de las dinámicas de las relacio-
problemas se enfrenta el Adulto Mayor de
nes violentas y de las experiencias de las per-
hoy? No basta sólo con plantearse aquellos
sonas mayores afectadas.
problemas que son generalmente conocidos
y comentados por la mayoría, sino por aque-
llos que se encuentran más ocultos y que Evolución del Tema
afectan a una gran cantidad de individuos
de este grupo etáreo: tales como la violencia I. Inicio del Estudio del Maltrato a
o maltrato. Personas Mayores

Las formas que ha adquirido la violencia Aunque el maltrato existe desde hace si-
en la sociedad actual han generado diversas glos, y ha sido denunciado por la prensa pro-
investigaciones sobre el tema a nivel inter- fesional en forma creciente desde los años
nacional. En el ámbito específico de la vio- setenta, el abuso y el maltrato en la vejez si-
lencia hacia las personas mayores en Chile, gue siendo la forma de violencia durante los
sin embargo, esto no ha ocurrido así, debido años noventa menos reconocida a nivel mun-
a que es un país que recién está evidencian- dial. Una de las razones de esta falta de reco-
do una profunda transición demográfica ha- nocimiento ha radicado en que han existido
cia una sociedad más vieja, situación que dificultades en definir lo que se entendía por
comienza a preocupar a estudiosos del tema. maltrato y abuso.

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“En general, las investigaciones publica- clásico estudio de los americanos Pillemer y
das ponen de manifiesto que el proceso de Finkelhor (1988 citados por Decalmer et al.,
alcanzar acuerdos sobre la definición de ma- 1999).
los tratos a personas ancianas está plagada
de dificultades y el reconocimiento generali- Esta investigación mostró que un 45% de
zado de que carecen de claridad y precisión”. los cuidadores admitieron haber cometido
“Según Margaret Hudson (1991 citada por algún tipo de maltrato e indicó que diferen-
Lowick–Russell Avalos, 1999, p. 16) desde tes tipos de abuso podían ocurrir por distin-
1978 más de cincuenta investigadores han tas razones. Otras de sus conclusiones fue
enfocado el complejo fenómeno del maltra- que las características del victimizador, en las
to a ancianos. No obstante de ello, la com- situaciones de abuso físico, parecieran ser
prensión de este fenómeno todavía está en más importantes que la de la víctima; que
los primeros pasos de desarrollo” (Lowick– existen mayores niveles de consumo de al-
Russell Avalos, 1999, p. 16). Esta diversidad cohol en los cuidadores abusivos; y que un
de usos para el concepto de malos tratos a importante factor de riesgo para que se pro-
personas ancianas ha impedido establecer un duzca una relación de maltrato es la existen-
idioma común. cia de una relación abusiva previa entre el
cuidador y la persona que tiene a su cargo.
Hacia los años 80 surgieron una serie de
investigaciones y publicaciones sobre al mal- Desde 1986 hasta 1994 hubo un marcado
trato a personas mayores las que, casi en su incremento en las denuncias de casos de vio-
totalidad, provenían de Estados Unidos, Ca- lencia doméstica en ancianos a lo largo de
nadá y Gran Bretaña. los EE.UU. (National Center of Elder Abuse,
1995 citado por Daichman & Quiroga, 2002).
Según plantean Decalmer et al. (1999), ya “Un 21.6% de estas denuncias llegó a través
en 1981 investigadores estadounidenses esti- de los médicos y otros profesionales de la
maban que el 10% de su población anciana salud. Sin embargo, porque es todavía un
era víctima de distintos tipos de maltrato (U.S. tema demasiado oculto dentro de la socie-
Select Committee on Aging, 1981). Pillemer y dad, el maltrato y abuso en la vejez siguen
Finkelhor (1988 citados por Decalmer et al., siendo ampliamente subestimados y, conse-
1999) estudiaron una población de 2000 an- cuentemente, no denunciados” (Daichman et
cianos, no institucionalizados, que vivían en al., 2002, p. 401). “Algunos expertos estiman
el área metropolitana de Boston y encontra- que sólo 1 de cada 14 casos de los incidentes
ron que el 3,2 % habían experimentado algún domésticos de maltrato en la vejez llega a
tipo de abuso desde los 65 años de edad. conocimiento de las autoridades. La preva-
lencia e incidencia verdadera todavía no se
Una investigación posterior, en la cual se conoce y lo que está a la vista puede sólo re-
añadieron preguntas sobre abuso financiero, presentar la punta de un iceberg”
fue realizada en Canadá (Podnieks, 1992 ci- (Comijs1998; Pavlik et al., 2001, citados por
tado por Decalmer et al., 1999). En ésta se ob- Daichman et al., 2002, pp. 401–402).
servó que el 4% de los ancianos canadienses
habían sufrido recientemente una o más for- Los intentos por definir adecuadamen-
mas de maltrato. te negligencia, maltrato y abuso en la ve-
jez fueron siempre difíciles y hasta recien-
El primer estudio para evaluar prevalen- temente había acuerdo sobre una definición
cia de maltrato en adultos mayores por sus standard en Europa o en América del Nor-
cuidadores en el Reino Unido, fue realizado te. La dificultad esencial se hallaba en lo
por Homer y Guilleard (1990 citados por que debería estar incluido o excluido den-
Decalmer et al., 1999), basado también en el tro de la definición.

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Deliberaciones de algunos expertos en In- concretos que se han realizado por aproxi-
glaterra comenzaron a demarcar al abuso y marse al ámbito del maltrato en la vejez.
negligencia en tres niveles diferentes: Macro,
En 1994 en la ciudad Buenos Aires (Ar-
medio y micro (Bennett, Kingston & Penhale,
gentina), se creó la Comisión Latinoameri-
1997 citados por Decalmer et al., 1999):
cana de Prevención del Maltrato en la Vejez
• Macro que se refiere a los criterios (COMLAT). Esta institución ha realizado al-
abusivos a nivel societario: como las pen- gunas investigaciones e intervenciones efi-
siones y jubilaciones inadecuadas, dificul- cientes y se ha propuesto como tarea poner
tad en el acceso a servicios de salud y so- en la discusión pública el tema del maltrato
ciales y el maltrato dentro de las institu- a ancianos, además de capacitar al personal
ciones. Estos elementos estarían incluidos que atiende a población adulto mayor.
dentro del marco sociológico de las polí-
En Colombia también se pueden encontrar
ticas económicas en el envejecimiento
casos particulares, como en la ciudad de
(Phillipson, 1992 citado por Decalmer et
Antioquía (1995), cuya Dirección Seccional de
al., 1999).
Salud realiza una publicación dentro de la cual
• El nivel Medio se refiere a las conductas se establecen ‘protocolos’ que orientan la ge-
y actitudes que afectan al anciano dentro neración de programas preventivos y de aten-
de la comunidad. Esto incluiría las con- ción a la violencia ejercida contra personas
ductas antisociales, la victimización, el mayores y otros grupos etáreos. Otra experien-
‘viejismo’ o miedo a la vejez y el facilitar cia se relaciona con profesionales de la Uni-
y forzar a la gente mayor a vivir ‘vidas versidad de San Buenaventura de Cali, quie-
marginales’. nes preocupados por el aumento significativo
de actos violentos contra los ancianos en la
• El foco hasta no hace tanto tiempo había vida familiar, llevan a cabo un estudio en base
sido puesto especialmente dentro del ni- al análisis de 100 casos de personas de 60 ó
vel Micro: o sea los conflictos de la edad más años (Lowick–Russell Avalos, 1999).
madura entre dos actores (víctima y vic-
timario) y en la en la intimidad (común- En Perú, tras una mesa de trabajo de ONGs
mente en el ámbito doméstico). sobre ancianidad, se edita “Del Maltrato al Tra-
to Digno. Manual de Promoción de una Cul-
II. El Maltrato a Personas Mayores en tura de Respeto hacia las Personas Mayores”.
América Latina Otra experiencia interesante es la desarro-
llada en Costa Rica por el Hospital Nacional
“La preocupación por el estudio y trata-
de Geriatría y Gerontología Dr. Raúl Blanco
miento de este problema social en América
Cervantes. Desde 1976 y con mayor énfasis
Latina ha sido un proceso bastante lento.
en la década de los 80, su servicio de trabajo
Quizás una de las principales razones sea que
social ha diagnosticado y tratado diferentes
nuestros países, en general, recién están en-
situaciones que afectan la vida personal y fa-
frentando el fenómeno del envejecimiento de
miliar de las personas de edad. Se elaboró un
su población y, por lo tanto, la mayoría de
proyecto metodológico para la investigación
sus estudios, investigaciones y publicaciones
de los problemas de abuso que presentan las
se han esforzado por comprender, en primer
personas mayores de 60 años atendidas en los
lugar, la naturaleza del fenómeno y las
servicios de valoración y consulta externa del
implicancias que éste tiene en el desarrollo
hospital, el cual les ha permitido a los profe-
social, económico y político” (Lowick–
sionales no sólo investigar sino también valo-
Russell Avalos, 1999, p. 30). A pesar de esto,
rar, diagnosticar y tratar las situaciones de ries-
no se puede dejar de mencionar los intentos
go (Lowick–Russell Avalos, 1999).

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III. El Maltrato a las Personas Mayores en el ejercicio de sus derechos (art. 19 N°3), el
Chile derecho a la protección de la salud (art. 19
N°9), el derecho a presentar peticiones a la
El ámbito de la vejez ha adquirido una autoridad, sobre cualquier asunto de interés
mayor preocupación en nuestro país en los público o privado, sin otra limitación que la
últimos años, lo que tiene directa relación con de proceder en términos respetuosos y con-
el progresivo envejecimiento de la población. venientes (art. 19 N°14), el derecho a la segu-
Esto ha llevado a la necesidad de preocupar- ridad social (art. 19 N°18).
se de problemas de toda índole que afectan
a este grupo etáreo, y que si bien han existi- También menciona los derechos inheren-
do siempre, sólo ahora se manifiestan en toda tes e inseparables de la persona, contenidos
su magnitud. en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Finalmente se refiere al código
Los esfuerzos que se han desplegado con penal, el cual tiene contemplado un delito
trabajos, investigaciones y publicaciones en que dice relación con las personas mayores
torno al tema de la adultez mayor, evidencian y se denomina ‘Abandono de Personas Des-
que Chile ha ido avanzando en el conocimien- validas’ (art. 352). Este delito se configuraría
to de este fenómeno. Pero, al igual que otros cuando, producto del abandono, se produ-
países latinoamericanos, aún se encuentra en cen lesiones graves o la muerte de la perso-
etapas incipientes respecto a la comprensión na y que puede ser cometido, para el caso de
de los problemas sociales que afectan a las las personas mayores, por el cónyuge o un
personas mayores para poder intervenir efec- descendiente legítimo o ilegítimo (hijo/a,
tivamente (Lowick–Russell Avalos, 1999). nieto/a). Para que el delito se configure, la
persona que fue objeto del abandono debe
Particularmente, el maltrato a adultos ma-
estar enferma o imposibilitada de valerse por
yores como problema social concreto, comien-
sí misma (Lowick–Russell Avalos, 1999).
za a aparecer en algunas publicaciones tras
haber sido promulgada la ley 19.325, común- Esta abogada menciona, además, que a
mente conocida como la “Ley de Violencia pesar de contar con procedimientos para ve-
Intrafamiliar”. Según la gerontóloga y asisten- lar por el respeto de los derechos señalados,
te social Jenny Lowick–Russell (1999), para éstos no han permitido garantizar que las
comprender la literatura sobre el maltrato a personas mayores no sean objetos de maltra-
personas mayores en Chile, es preciso hacer un tos y/o abusos. En particular, y para ejem-
repaso de esta ley y, previamente, considerar plificar, plantea que no existen modos de
la legislación vigente que protege los derechos velar por la protección de estas personas con-
ciudadanos de las personas mayores. tra el abuso patrimonial o económico por
parte de sus hijos/as, debido a que la ley no
De este modo, conviene partir refiriéndo-
contempla el ‘robo entre padres e hijos’. Has-
se a un escrito confeccionado por la abogada
ta hoy este vacío legal no ha podido ser re-
M. González (1998 citada por Lowick–Russell
suelto (Lowick–Russell Avalos, 1999).
Avalos, 1999) que menciona la existencia de
una serie de normas jurídicas que protegen a Ya en el año 1982 el sociólogo chileno O.
las personas de la tercera edad en nuestro país. Domínguez mencionaba la existencia de es-
tos y otros vacíos legales en relación a este
Aquí ella señala que la persona mayor,
grupo etáreo, señalando que “los delitos con-
como todo ciudadano, tiene sus derechos
tra los ancianos suelen aparecer como los ele-
protegidos y garantizados por la Constitu-
mentos más olvidados del sistema de justi-
ción Política de la República; pone énfasis
cia penal. En esta materia sufren un impacto
sobre la igualdad de protección de la ley en
diferencial con relación a los grupos adultos

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y jóvenes ante el riesgo del delito, tanto por Por ejemplo, el estudio realizado por el
las características de mayor debilidad física Centro de Atención y Prevención de la Vio-
como por el bajo grado de protección que lencia Intrafamiliar de la I. Municipalidad de
logran obtener de los ambientes donde des- Santiago, en base al análisis de las primeras
empeñan sus actividades”. Agrega que “…el 3.000 fichas de atención, un total de 57 co-
temor al delito puede convertirse en un pro- rrespondían a personas de más de 61 años,
blema tan importante como la enfermedad o representando el 1,9% de los usuarios
la pobreza. Al aumentar el temor y la ansie- (Lowick–Russell Avalos, 1999).
dad, decae el ánimo del anciano y restringe,
en general, su actividad. El vivir atemoriza- Las posibles razones que expliquen esto
do produce efectos psicológicos y sociales (por qué los ancianos no denuncian el mal-
que terminan por afectar la salud del ancia- trato) pueden ser muchas y diversas. Según
no” (Domínguez, O. 1982 citado por Lowick– Lowick–Russell Abalos (1999) y Zolotow
Russell Avalos, 1999, p. 35). (2002) estas podrían ser:

Frente a esta historia de dificultades y • Puede que las personas mayores hayan
vacíos jurídicos, la Ley de Violencia ido desarrollando mecanismos que les
Intrafamiliar viene a aparecer como una he- permiten evitar el maltrato, producto de
rramienta concreta que en la actualidad per- su experiencia, de este modo han ‘resuel-
mite amparar a las personas mayores que, to’ su problema del maltrato sin tener que
específicamente, han sido afectadas o vícti- efectuar una denuncia.
mas de maltrato físico y/o psicológico. • Otro motivo puede ser el temor a represa-
Esta ley, 19.325 establecida en Agosto de lias, el miedo a perder el apoyo de la fami-
1994, dicta normas sobre procedimiento y lia o a la institucionalización, la vergüenza,
sanciones relativas a los actos de violencia los mecanismos inapropiados o a la buro-
intrafamiliar. Desde entonces, todo maltrato cracia para obtener resultados de la denun-
que afecte la salud física y psíquica de las cia, la percepción del propio afectado de
personas adquirió connotación jurídica y la que en realidad no vive en una situación
posibilidad de que las víctimas obtengan pro- de violencia, o una combinación de éstas.
tección ante los actos de violencia que ocu- • Escasa comprensión del fenómeno por
rran dentro de la familia y se aplicarán san- parte de las instituciones u organismos
ciones a los agresores. De allí que se han vinculados a la temática de la violencia
creado programas de violencia intrafamiliar intrafamiliar, que actúa como una barre-
en la mayoría de las comunas del país, los ra a la cooperación, coordinación e inter-
que están a cargo de profesionales para aten- cambio de información. Debido a que el
der y canalizar las demandas y tratarlas jurí- abuso de ancianos es un problema com-
dicamente (Lowick–Russell Avalos, 1999). plejo, consultas repetidas terminan con
Estos programas y los materiales de difu- una transferencia a otros servicios. Por lo
sión de la ley 19.325, explicitan que los desti- general, las víctimas interpretan esto
natarios más frecuentes de este tipo de vio- como un rechazo y desisten.
lencia son los niños, los ancianos y las • Debido al desconocimiento, por parte de
mujeres. Esto debido a que en nuestra cultu- las personas mayores, de los procesos y
ra aparecen como los más vulnerables y los vías legales que las apoyan.
que tienen menos poder al interior de la je-
rarquía familiar. Sin embargo, es posible per- Lo importante es que nuestro país reco-
catarse que los adultos mayores representan noce que este problema social existe y que
porcentajes residuales. requiere ser investigado. Sin embargo, los

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esfuerzos no han sido suficientes como para • Abuso Psicológico o Emocional: Se define
llevar a cabo una investigación a nivel na- como la acción de infligir pena, dolor o
cional que informe sobre la violencia o mal- angustia a través de acciones expresas
trato del cual es objeto el adulto mayor. verbales o no verbales. Se expresa como
insultos, amenazas, intimidación, humi-
IV. Definición y Tipos de Maltrato llación, ridiculización, infantilización, in-
diferencia a sus sentimientos, falta de res-
A pesar de las dificultades mencionadas peto a sus creencias, rechazo a sus deseos,
previamente, ciertas definiciones sobre mal- silencio peyorativo y falta de respuesta a
trato y abuso en la vejez han sido aceptadas sus consultas en forma intencionada. Ge-
y hoy son reconocidas internacionalmente. nera sentimientos de mayor inseguridad,
De este modo “se sugiere definir el abuso o baja autoestima, invasión de la privaci-
malos tratos como: un acto no accidental u dad, despersonalización y refuerzo de ais-
omisión que menoscaba la vida, la integri- lamiento.
dad física o psicológica de una persona an-
ciana o que amenaza seriamente el desarro- Algunos ejemplos: “Tras recibir una alta
llo de su personalidad o afecta o daña su del hospital, se decidió, un tanto precipi-
seguridad financiera” (Lowick–Russell tadamente, trasladar a casa de unos fa-
Avalos, 1999, p. 18). miliares a una mujer de 82 años que su-
fría de un grado leve de demencia. En la
También se ha definido como una “con- casa, vivía en una habitación de la parte
ducta destructiva que está dirigida a una trasera, sin calefacción ni alfombra, y sin
persona mayor, que ocurre en el contexto de más muebles que la cama. Se la encerra-
una relación que denota confianza y reviste ba en esa habitación por más de seis ho-
suficiente intensidad y/o frecuencia para ras al día. Cuando la sacaban de allí, la
producir efectos nocivos de carácter físico, familia hablaba de ella como si no estu-
psicológico, social y/o financiero de innece- viese presente, discutiendo delante de sus
sario sufrimiento, lesión, dolor, pérdida y/o nietos su supuesta incontinencia. Los nie-
violación de los derechos humanos y dismi- tos la trataban con indiferencia, del mis-
nución de la calidad de vida para la persona mo modo que sus hijos, que la ignoraban
mayor” (Zolotow, 2002, p. 87). como si fuese un mueble más. Aquella
Se han definido distintos tipos de maltra- mujer se encerró en el mutismo, se man-
tos hacia personas mayores (Daichman et al., tuvo apartada y ya había perdido toda
2002, p. 403; Zolotow, 2002): esperanza cuando llegó al hospital de día
y, finalmente, ingresó en una residencia.
• Abuso Físico: Se define como el uso de la Allí, la mujer se transformó completa-
fuerza física que puede producir una inju- mente: Sonreía y hablaba con sus amigos”
ria, herida, dolor o discapacidad. Se mani- (Decalmer et al., 1999, p. 72).
fiesta mediante inmovilización física,
pellizcones, golpes, quemaduras u otras le- “Una mujer de 72 años, que sufría una
siones, capaces de provocar dolor, demencia leve, vivía con una hija alcohó-
discapacidad temporal o permanente o am- lica, enfermera de profesión. Esta hija se
bas cosas y, en casos extremos, la muerte. sentía muy frustrada ante el comporta-
miento de su madre (la cual la criticaba,
• Auto abandono (self – neglect): Conducta ca- en especial en referencia con sus abusos
racterística de una persona anciana que con el alcohol y las drogas). La hija man-
amenaza su propia salud o seguridad me- tenía a su madre confinada en su cama y
diante un rechazo o fracaso de proveerse le negó la comida y la bebida hasta que
a sí mismo un cuidado adecuado. se quedó en los huesos. Tres fueron las

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ocasiones en que se la ingresó en urgen- • Abuso Sexual: Contacto sexual, de cual-


cias por malnutrición para así poder sal- quier tipo, no consentido con una perso-
var su vida. En la actualidad cuenta con na anciana. Puede manifestarse en forma
la ayuda de un cuidador y asiste a un hos- abierta o encubierta mediante gestos, pa-
pital de día. Sigue comiendo muy poco, labras, insinuaciones, caricias, manoseos,
y se ha convertido en una anoréxica de la exhibición de genitales o violación.
tercera edad” (Decalmer et al., 1999, p. 73).
Ejemplos: “Un hombre de 70 años se
• Abandono y negligencia: Deserción o fra- mudó a la casa de su hermana viuda de
caso, intencional (activo) o no intencio- 74, que tenía problemas con el alcohol. Él
nal (pasivo), de un de un individuo que utilizaba el alcohol para sobornarla y
ha asumido la responsabilidad de proveer meterse en la cama con ella, para reanu-
custodia física o cuidado a un anciano. dar una relación incestuosa que habían
Presenta una amplia gama de manifesta- mantenido mucho tiempo antes. Ella se
ciones, como no administrar cuidados o sentía tan afligida por esa situación que
supervisión necesaria respecto a alimen- su alcoholismo alcanzó un punto en que
tación, vestido, higiene, cobijo y cuidados hubo que ingresarla, lo que resolvió el
médicos apropiados, dejar solo a un ma- problema. Se ha comprobado que el con-
yor que no pueda valerse en forma per- sumo excesivo de alcohol es un factor que
sonal, hacer consultas tardías, no tomar muy a menudo acompaña a los abusos
medidas para evitar accidentes previsi- sexuales” (Decalmer et al., 1999, p. 69).
bles y prevenibles y descuidar el sumi-
nistro de enseres. También la exclusión “Una mujer de 69 años, que asistía a una
forzada o mediante engaño del grupo fa- centro de día, estaba cada vez más
miliar, el olvido de la persona mayor por desmemoriada y débil. Cuando la baña-
parte de la familia y la falta de comunica- ban advirtieron contusiones en la zona
ción regular, entre otros. genital y se decidió a hablar de las rela-
ciones sexuales que mantenía con su hijo.
Un ejemplo: “Un soltero irlandés de 72 El hecho de que en su casa existiera un
años sufría de demencia y de lesión de solo dormitorio llevó a pensar que esta
un lóbulo frontal. Siempre había sido un relación era duradera. Su condición físi-
hombre difícil, pero sólo empezó a mos- ca había empeorado y había desarrolla-
trarse violento y agresivo debido a la ne- do una acusada dependencia de su hijo.
gligencia del personal del hogar en que Tenía dificultades para enfrentar sus pro-
residía. Cuando lo vimos, no había toma- blemas a nivel emocional. Tras asesorar-
do un baño ni se había mudado de ropa la con mucho tacto, se hizo posible una
en seis meses. En el examen médico se le relación más normal y no se observaron
encontraron úlceras de decúbito por de- más abusos sexuales” (Decalmer et al.,
lante y detrás, alrededor del ombligo y 1999, p. 69).
en ambas nalgas, así como un carcino-
ma en el pene. Su agresividad era debi- • Maltrato financiero (patrimonial, económico):
da al dolor que le ocasionaban las llagas Todo tipo de explotación, aprovechamien-
y desapareció con el tratamiento de és- to o despojo de los fondos o patrimonio, o
tas. Fue trasladado a otra residencia, ambas cosas, de las personas mayores por
donde finalmente murió a causa del car- acciones de terceros. Implica daño, pérdi-
cinoma, pero donde pudo disfrutar pa- da, transformación, sustracción, destruc-
cíficamente de su excentricidad durante ción, retención o falsificación de objetos,
sus dos últimos años de vida” (Decalmer instrumentos de trabajo, documentos per-
et al., 1999, p. 79). sonales, bienes, valores, derechos o recur-

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sos económicos destinados a satisfacer sus Estos rasgos unidos a una falta de opcio-
necesidades. Ejemplos de esto son la apro- nes hacen que a la víctima le cueste esca-
piación de la jubilación o pensión, como par de una situación abusiva. Están inca-
también bienes de muebles o inmuebles pacitados física o emocionalmente para
mediante fraude, engaño o amenazas a la denunciar la situación en la que se encuen-
persona mayor. tran ‘entrampados’ (Daichman et al., 2002).

• Maltrato estructural (societal): Falta de po- Existen muchos factores que inciden en
líticas sociales y de salud adecuadas, mal que se mantengan funcionando como víc-
ejercicio e incumplimiento de las leyes timas de violencia, tales como el miedo
existentes, y presencia de normas socia- de ser conceptuados como merecedores
les, comunitarias y culturales que desva- del abuso, miedo a perder el poco afecto
lorizan la imagen del adulto mayor, que al cual pueden acceder y miedo a la ven-
resultan en prejuicio de su persona y se ganza por exponerse a otra situación que
expresan socialmente como discrimina- pueda ser peor (Daichman et al., 2002;
ción, marginalidad y exclusión social. Zolotw, 2002).

V. Características de los Actores b) El victimario es frecuentemente un miem-


bro de la familia, generalmente un hijo/
A la hora de examinar el maltrato en la a 2 , responsable de proveer el cuidado.
vejez, suele hacerse a partir del contexto del Suelen padecer también de un grado bajo
sistema familiar. Se ha dicho que ‘la familia’ de autoestima y en general proyectan la
es la institución social más violenta y, tanto culpa de sus acciones sobre terceros como
la víctima como el victimario, son subsiste- así también sus frustraciones. Poseen fre-
mas dentro del sistema familiar, cuya co- cuentemente temperamentos explosivos
nexión es la de interrelacionar sus fuerzas y e incapacidad para controlar sus impul-
debilidades personales y así contribuir a si- sos (Daichman et al., 2002).
tuaciones, las cuales tienen el potencial de
resultar en violencia (Zolotow, 2002). Ade- Starr en el año 1980 (citado por Daichman
más, la privacidad y la intimidad de la fami- et al., 2002) “describió a las personas capa-
lia protegen a sus miembros del control so- ces de ejercer violencia como de personali-
cial externo. Es por esto que se ha dicho que dad posesiva, con dificultad para compren-
‘la familia’ es la institución social potencial- der y enfrentar situaciones y capaces de
mente más violenta. externalizar sus culpas. Una larga historia
de dificultades, una compleja relación de
a) Victima: Es frecuentemente femenina, de demandas y necesidades recíprocas e insa-
más de 75 años (es decir, de edad avan- tisfechas pueden existir entre víctima y vic-
zada) y vive con sus familiares. El perfil timario” (Daichman et al., 2002, p. 405).
es generalmente de una persona pasiva,
complaciente, impotente, dependiente y Respecto al género de los victimarios, va-
vulnerable (Pedrick– Cornell et al., 1982; rios estudios mostraron que aquellas que
Marshall et al., 2000 citados por Daichman maltrataban, generalmente eran mujeres,
et al., 2002). Suelen ser personas muy so- debido a que son las que mayoritariamen-
las y aisladas con escasas alternativas te les toca hacerse cargo del cuidado de
posibles. Pueden presentar depresión y las personas mayores de su familia.
una baja autoestima reforzados con sen- “Análisis posteriores que diferenciaron
timientos de culpa y vergüenza. entre tipos de abuso físico y negligencia

2 Los cónyuges ocupan el segundo lugar en el ranking de los victimarios de ancianos.

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demostraron una diferencia significativa texto social”. (Daichman et al., 2001 citadas
con respecto a género; los hombres esta- por Daichman et al., 2002, p. 406).
ban mucho más involucrados con la vio-
lencia física y las mujeres con actos de A partir de lo anterior, en la literatura se ha
negligencia”. (Millar et al., 1989; construido un listado que organiza los facto-
Sengstock, 1991 citados por Daichman et res de riesgo en diversos niveles. Tener presente
al., 2002, p. 405). esta información es de vital importancia, ya que
puede servir como alarma ante una potencial
“En el debate relativo a la dependencia, relación de maltrato. Sobretodo en situaciones
algunos investigadores han indicado que en las cuales la gente vive y trabaja al cuidado
los victimarios pueden ser muy depen- de personas mayores, y en las particularmente
dientes de sus víctimas financieramente estresantes, ya que aquí el maltrato puede even-
y posiblemente también con respecto a tualmente acontecer (Daichman et al., 2002):
vivienda (Pillemer, 1986 citado por
Daichman et al., 2002, p. 405). Sería la de- a) Factores de Riesgo comunes al
pendencia del victimario más que la de anciano vulnerable y su cuidador:
la víctima la que aparece como relevante
dentro de las situaciones de abuso y mal- – Historia de violencia en la familia.
trato en la ancianidad.
– Historia de una mala relación entre ambos.
En términos generales las investigaciones
– Sensación permanente de frustración,
norteamericanas sugieren que el abuso fí-
enojo y desesperanza.
sico y financiero estarían más relaciona-
dos con la dependencia del victimario – Inversión del rol parental.
sobre la víctima y el abuso psicológico y
la negligencia estén probablemente más – Cuidador dependiente de la economía y
asociados al estrés del cuidador principal de la vivienda del anciano.
(Kleinschmidt, 1997 citado por Daichman
et al., 2002). b) Factores de Riesgo en el anciano
vulnerable:
VI. Factores de Riesgo
Alteraciones de la conducta/psicológica:
Investigadores que estudian los factores
– Cambio de personalidad en la persona
que pueden llevar a una persona anciana en-
mayor.
contrarse en una situación de riesgo, en un
intento de correlacionar la multiplicidad y – Falta o escasa capacidad de “insight”.
complejidad de factores asociados al maltra-
to en la vejez, se han volcado en la actualidad – Conducta agresiva física, verbal o psico-
al modelo ecológico (Daichman et al., 2002). lógica.

Dicho modelo, fue previamente usado – Falta o escasa conciencia social.


para explicar el maltrato infantil, y más re-
cientemente, a la violencia existente dentro – Conducta incoherente, demandante o bi-
de las relaciones íntimas de pareja. Este mo- zarra.
delo “es elegido porque puede explicar de – Intolerancia marcada.
alguna forma las interacciones que pueden
crearse a través de sistemas múltiples, como – “Indefensión aprendida”, es decir la per-
una especie de juego entre los factores indi- sona mayor, producto del aprendizaje, no
viduales, interpersonales, societarios y el con- se sabe defender ni cuidar a sí misma.

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Maltrato en la Vejez, Vol. XIV, Nº 1: Pág. 00-00. 2005

– Aislamiento forzado y no–aceptación del – Falta de información sobre la enfermedad


cuidado por otro que no sea el “cuidador y su evolución.
oficial”.
– Falsas expectativas sobre las capacidades
Deprivación Sensorial del anciano.

– Ceguera, sordera, trastornos del habla y – Demanda permanente y excesiva por par-
comprensión. te del anciano.

Déficit cognitivo – Enfermedad física o mental del cuidador


(drogas – alcohol).
– Pérdida de la memoria y la concentración.
En adición a lo recién descrito, existen
Problemas físicos. otros factores de riesgo relacionados no
– Alteraciones del sueño (por ejemplo, in- sólo a los cuidadores informales o fami-
versión sueño–vigilia). liares, sino que también a los cuidadores
formales–remunerados y/o voluntarios.
– Incontinencia. Estos son:

– Discapacidad múltiple. d) Contexto:


– Vagabundeo. – Trabajar solo.

c) Factores de Riesgo en el cuidador: – Ambiente inapropiado para el cuidado


(sin las condiciones necesarias).
– Trabajo agotador sin descanso.
– Falta de espacio vital.
– Falta de espacio y tiempo personal.
– Visitas escasas.
– Sentimiento de aislamiento psico –social.
– Contacto mínimo con el mundo externo.
– Sentimiento de ser explotado por otros.
– Inseguridad con respecto al futuro.
– Percepción de necesidades básicas no sa-
tisfechas. – Falta de supervisión de la tarea.

– Sentimiento de pérdida por “la persona e) Factores que contribuyen en la


que fue”. técnica de contratación y en la práctica:
– Falta de apoyo por parte de otros fami- – Mala selección del personal.
liares.
– Falta o poco entrenamiento y capacitación.
– Conflicto marital y reacciones adversas de
otros familiares hacia el anciano. – Apoyo escaso y falta de supervisión.
– Lealtades y responsabilidades divididas – Remuneración baja y malas condiciones
(esposo, hijos, etc.). de trabajo.
– Cambio de estilo de vida (involuntario). – Subestimación del personal / voluntarios.
– Responsabilidad absoluta del cuidado o – Poco personal y/o materiales de trabajo
incapacidad para recibir ayuda. insuficientes.

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Revista de Psicología de la Universidad de Chile

– Falta de una filosofía de trabajo. Discusión y Conclusión


– Cambios continuos en la tarea o propósito. Como se ha intentado transmitir a lo lar-
go del presente artículo se puede constatar
– Trabajo bajo presión.
que, a pesar de que existe un creciente inte-
– Prácticas institucionales que desvalorizan rés en conocer más acerca del problema en
al usuario. cuestión, en la mayoría de los países no se
han adoptado legislaciones específicas sobre
– Régimen muy autoritario o “laissez faire” el maltrato en los ancianos. Por lo general, el
(sin reglas claras). fenómeno está contemplado en las leyes de
violencia intrafamiliar, de la propiedad y de
f) Factores individuales del cuidador salud mental.
que contribuyen:
Por esto, es urgente que en Chile se logre la
– Falta de interés o de compromiso. aprobación de leyes específicas e integrales
sobre este fenómeno, lo que permitirá un acer-
– Falta de conocimiento y/o comprensión camiento más real a la erradicación de este pro-
de la tarea. blema. Se requiere, además, desarrollar una
– Problemas personales. base de conocimientos más sólida, a la hora de
formular y planificar programas y planes de
– Incapacidad para relacionarse con el an- acción. Aún se desconocen muchos aspectos
ciano en particular. del problema y las investigaciones, hasta aho-
ra, no han producido resultados muy fiables.
g) Factores Societarios:
Otro aspecto sobre el cual interesaría re-
– Lugar desvalorizado que ocupan las mu- flexionar es que quizás el modo más insidioso
jeres viejas. de maltrato hacia los ancianos radique en las
actitudes negativas hacia ellos y en los estereo-
– Pérdida progresiva y sustancial de los ro- tipos que se tienen de las personas mayores y
les domésticos. del propio proceso de envejecimiento; actitu-
– Pérdida progresiva de la interdependen- des que se reflejan en la actual exagerada exal-
cia intergeneracional. tación de la juventud. Si seguimos desvalori-
zando y marginando de la sociedad a las
– Sostenida migración rural hacia las gran- personas ancianas, seguirán sufriendo una fal-
des ciudades. ta de identidad propia e irán quedando expues-
tos a la constante discriminación y a las más
– Erosión de las estructuras familiares tra- diversas formas de maltratos y abusos.
dicionales.
En los distintos países se deberían crear
h) Factores relacionados al contexto ámbitos en los que se considere al envejeci-
social: miento como una parte natural del ciclo vi-
tal. Debemos desalentar las actitudes que
– El aislamiento. tienden a negar el paso de los años; de este
modo, los ancianos tendrán el derecho a vi-
– Las normas culturales, estereotipos, mi-
vir con dignidad, sin sufrir malos tratos ni
tos y prejuicios.
explotaciones y les brindaremos la posibili-
– Imágenes negativas de la vejez. dad de participar plenamente en las activi-
dades educativas, culturales, espirituales y
económicas que la sociedad les ofrece.

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Maltrato en la Vejez, Vol. XIV, Nº 1: Pág. 00-00. 2005

A medida que nuestra sociedad envejece generaciones, la alfabetización como elemen-


y que el porcentaje de adultos mayores au- to de habilitación social, el autocuidado de su
menta aceleradamente, los temas que les ata- salud, como una manera de mantener y pre-
ñen deben transformarse en una preocupa- servar la autovalencia, entre otros.
ción nacional. Los paradigmas actuales
relacionados con la vejez, hacen del adulto Finalmente, es relevante tener en cuenta
mayor un ser tremendamente vulnerable al que en la actualidad las sociedades atravie-
maltrato y al abuso. A esto se suma que, si la san diversos cambios sociales, económicos y
persona mayor padece de algún nivel de de- culturales, lo que ha ido generando que las
pendencia (ya sea económica, emocional o familias no tengan las mismas posibilidades
física), esto la convierte en un blanco perfec- de cuidar a sus miembros más vulnerables
to para toda forma de abuso. El anciano que (como lo son los ancianos) y, por lo tanto,
depende de la asistencia de su victimario cada día irá aumentando la demanda de asis-
para sobrevivir, siente temor a sufrir mayo- tencia institucional. Al respecto, la literatura
res daños si lo denuncia, debido a que ese comenta que las relaciones de maltrato o des-
victimario/a suele constituir la única red de cuido entre el anciano y la persona que lo
apoyo que esa persona posee. atiende en su hogar no se interrumpe nece-
sariamente cuando aquél ingresa al sistema
Estos factores influyen directamente en su de asistencia institucional. A veces, el mal-
calidad de vida y, especialmente en su au- trato continúa en el nuevo ámbito.
toestima. Por otro lado, la soledad y el aisla-
miento constituyen uno de los mayores mie- Por esto es muy importante que las inter-
dos de este grupo etáreo, lo que puede venciones profesionales que se hagan a futu-
llevarlos a aceptar condiciones absolutamen- ro para intentar modificar las situaciones de
te injustas e indignas para ellos. Por esto, un abuso y maltrato en la vejez incluyan, tanto a
desafío importante es trabajar para que los las familias como a las diversas instituciones.
ancianos tengan mayor control sobre sus vi- De este modo se amplía la mirada y se inclu-
das y sean autovalentes, ya que se ha visto ye el estudio y capacitación, tanto de los
que la prolongación de la independencia fí- cuidadores formales (una enfermera de un
sica, social y psicológica es un importante hospital geriátrico) como de los informales (la
factor protector, que aleja a las personas an- hija que cuida a su madre con Alzheimer), lo
cianas de situaciones de violencia. que irá disminuyendo la probabilidad de que
los cuidadores se vean sobrepasados y mal-
Una iniciativa positiva sería la de fomen- traten las personas a su cargo.
tar la mantención, fortalecimiento y amplia-
ción de las redes de apoyo de las personas Referencias Bibliográficas
que envejecen, para disminuir de alguna
manera el aislamiento y el maltrato, los que DAICHMAN, L. & QUIROGA, P. (2002). Naturale-
se ven aumentados cuando el adulto se sien- za y dimensiones del abuso y maltrato en la
te desamparado. vejez. Quiroga, P. & Rohde, G. (Eds).
Psicogeriatría. Santiago de Chile: Maval
Los Servicios Sociales deberían ser una Ltda.
herramienta clave para mejorar la calidad de
vida de los adultos mayores, a través de acti- DAICHMAN, L. & QUIROGA, P. (2002). Preven-
vidades tales como la información acerca de ción y tratamiento de maltrato y negligencia
cuáles son sus derechos civiles. Educarlos para en el adulto mayor. Quiroga, P. & Rohde,
que incorporen dentro de sus preocupaciones G. (Eds). Psicogeriatría. Santiago de Chi-
el problema de la violencia intrafamiliar, fo- le: Maval Ltda.
mentando la asociatividad entre ellos y otras

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Revista de Psicología de la Universidad de Chile

DECALMER, P. & GLENDENNING, F. (1999). El LOWICK–RUSSELL AVALOS, J. (1999). Maltrato en


maltrato a las personas mayores. Barcelona: la vejez. Orientaciones generales para su in-
Paidós. vestigación y un estudio local exploratorio.
Santiago de Chile: C.E.C.
LETELIER, A. & SANNINO, B. (2004). Estudio so-
bre las relaciones existentes entre el signifi- ZOLOTOW, D, M. (2002). Los devenires de la an-
cado atribuido a la jubilación y el perfil de cianidad. Buenos Aires: Lumen
personalidad en sujetos pre–jubilados. Me- Hvmanitas.
moria para optar al título de Psicóloga,
Escuela de Psicología, Universidad de
Chile, Santiago Chile.

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