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Análisis

Ley de Derecho Internacional Privado Gaceta Oficial Nº 36.511 de 6 de


agosto de 1998.

Primeramente, siendo objeto de análisis la Ley de Derecho Internacional


Privado, resulta concerniente señalar la definición del tema en cuestión: Según
Bustamante “El conjunto de principios que determinan los límites en el espacio
de la competencia legislativa de los Estados, cuando ha de aplicarse a
relaciones jurídicas que puedan estar sometidas a más de una legislación.” Por
otra parte, su naturaleza jurídica siendo rama del derecho internacional en
general. Pudiendo dirigirse a los particulares en su calidad de ciudadanos de
Estados diferentes, sometidos a sus propias leyes y eventualmente en
conflictos cuando reclama la aplicación de su propia ley o jurisdicción diferente
a la que normalmente sería aplicable.

Las leyes surgen de la necesidad de regular una situación o prever lo


necesario para garantizar los derechos de los individuos, partiendo de lo
anteriormente definido se puede señalar las causas de su existencia:

 La variedad legislativa: Entre los países que conforman la situación y


existencia geopolítica del mundo. Los Estados han elegido de forma
diferente para las mismas situaciones.
 La naturaleza cosmopolita del ser humano: Siendo un ser sociable que
se relaciona con sus semejantes tanto dentro como fuera de su territorio
de origen, estableciendo relaciones jurídicas que tocan diferentes
jurisdicciones. Los derechos adquiridos sea donde fuere, permanecen y
son respetados en todas las jurisdicciones.

El fin de su creación se encuentra en armonizar la diversidad de leyes,


garantizar su aplicación sobre la base del respeto y el ejercicio pleno de la
soberanía de cada uno de los Estados.

El Capítulo I

El Capítulo I se dedica a las disposiciones sobre las fuentes, el tratamiento


del Derecho extranjero como Derecho, los conflictos de leyes en el Derecho
extranjero en especial los casos de ordenamientos jurídicos plurilegislativos y
algunas instituciones generales de Derecho Internacional Privado (reenvío de
primer y segundo grado, reconocimiento de derechos adquiridos y orden
público) señaladas desde su artículo primero hasta el décimo de la mencionada
ley. Establece el orden jerárquico de las fuentes del Derecho Internacional
Privado en el artículo 1, el orden escalonado en materia de "conflictos de leyes"
en cuanto a la aplicación de las normas de derecho internacional público en los
supuestos de hecho con relación a una jurisdicción extranjera y las normas de
derecho internacional privado en el caso de tratados internacionales vigentes
en Venezuela, también prevé la falta de estas utilizando la analogía y los
principios del derecho internacional privado. Por otra parte, el segundo artículo
se refiere a las forma de aplicación del derecho extranjero que resulte
competente, La norma contenida en el artículo 2 de la Ley consagra la
aplicación de oficio del derecho extranjero, de acuerdo con los principios que
rijan en el país extranjero, con una sola limitación: la aplicación de este derecho
extranjero deberá cumplir con los objetivos perseguidos por las normas
venezolanas de conflicto. Esto establece la base para una adaptación del
derecho extranjero no al contenido de la Ley venezolana, sino a sus objetivos.
La disposición debe interpretarse como la reafirmación de la libertad del juez de
encontrar el objetivo de la determinada norma de Derecho Internacional
Privado o, como fin último, la solución equitativa del caso concreto.

El artículo tercero se refiere a la forma de resolver los conflictos de normas


en el núcleo de derecho extranjero. Regula la hipótesis de que "en el Derecho
extranjero que resulte competente coexistan diversos ordenamientos jurídicos";
en tal eventualidad "plurilegislativa", "el conflicto que se suscite entre esos
ordenamientos se resolverá de acuerdo con los principios vigentes en el
correspondiente Derecho extranjero". Esta previsión legislativa consagra una
solución de "sentido común", intuitiva: el Derecho extranjero declarado
competente debe resolver los eventuales conflictos de competencia entre los
diversos sistemas que rijan en su derecho material interno. La norma
comentada, por otra parte, resuelve el tropiezo que podría encontrar el Derecho
extranjero material para recibir aplicación, al ser varios los sistemas que
pugnan por la regulación del asunto. En alguna forma, la Ley ("lex fori")
nacionaliza primero a la norma extranjera dirimente del conflicto interno y luego
a la norma material que resulta escogida en dicho conflicto.

A su vez, el cuarto artículo se refiere al reenvío. La ley admite tanto el


"reenvío simple" como el "reenvío ulterior", al disponer: "Cuando el Derecho
extranjero competente declare aplicable el Derecho de un tercer Estado que, a
su vez, se declare competente, deberá aplicarse el Derecho interno de este
tercer Estado. Cuando el Derecho extranjero competente declare aplicable el
Derecho venezolano, deberá aplicarse este Derecho. En los casos no previstos
en los dos párrafos anteriores, deberá aplicarse el Derecho interno del Estado
que declare competente la norma venezolana de conflicto". Cuando el Derecho
extranjero competente declare aplicable el Derecho venezolano, deberá
aplicarse este Derecho. En los casos no previstos en los dos párrafos
anteriores, deberá aplicarse el Derecho interno del Estado que declare
competente la norma venezolana de conflicto.

El problema del "reenvío" está vinculado a la distinción efectuada entre


"Derecho Internacional Privado" y "derecho material". Cuando la norma de
conflicto remite a un ordenamiento jurídico extranjero, cabe la pregunta de si la
remisión se efectúa directamente al "derecho material" extranjero o bien al
derecho extranjero en su totalidad, en su conjunto, con inclusión de las normas
de conflicto de este derecho extranjero. Si esta última fuere la respuesta como
se postula generalmente puede acontecer:

a) que la norma de conflicto de la legislación extranjera se declare competente


a sí misma para regular el caso, coincidiendo de este modo con la "lex fori"

b) que la ley extranjera, a su vez, declare competente a la "lex fori", supuesto


en el cual se habla de "reenvío simple" o "de primer grado"; la ley extranjera, en
este caso, le "devuelve" la competencia a la "lex fori", (de allí que al problema
del "reenvío" se le llame también "devolución")

c) que la ley extranjera declare competente a un tercer ordenamiento legal,


hipótesis en la cual se habla de "reenvío de segundo grado" o "reenvío ulterior".

El artículo 5 de la ley referente a los derechos adquiridos señala "las


situaciones jurídicas creadas de conformidad con un Derecho extranjero que se
atribuya competencia de acuerdo con criterios internacionalmente admisibles,
producirán efectos en la República, a no ser que contradigan los objetivos de
las normas venezolanas de conflicto, que el Derecho venezolano reclame
competencia exclusiva en la materia respectiva, o que sean manifiestamente
incompatibles con los principios esenciales del orden público venezolano". La
disposición antes mencionada sobre los llamados "derechos adquiridos", es
decir, las situaciones jurídicas creadas al amparo de un derecho extranjero;
sería absurdo que la "lex fori" los desconociese, no siendo el único sistema
legal en el mundo capaz de validar tales situaciones. Un aislamiento de ese
tipo sería inconcebible.

El artículo 6 se refiere a las cuestiones previas, preliminares o incidentales,


es la solución que ha dado la Ley a la regulación de las llamadas "cuestiones
previas", "preliminares" o "incidentales". Percatada de la dificultad de anticipar
una solución rígida, porque resulta casi imposible dar una pauta uniforme para
todos los casos, cuyas características pueden ser muy disímiles, la Ley ha
optado por dejar la solución de cada caso en manos del Juez, sin atarse al
aforismo de que "lo accesorio o subsidiario sigue a lo principal", pero sin
excluirlo de plano. Todas las soluciones quedan abiertas en el supuesto
considerado, cuyo tratamiento definitivo queda al arbitrio del Juzgador, quien
deberá resolverlo con arreglo a la equidad.

En este mismo orden, el artículo 7 sobre la adaptación. Pudiera darse el


caso de que varios sistemas legales puedan ser competentes para regir
diversos aspectos de una misma relación jurídica, hipótesis en la cual se
plantea la necesidad de aplicarlos sin interferencias ni desajustes. Al disponer
que "los diversos derechos que puedan ser competentes para regular los
diferentes aspectos de una misma relación jurídica, serán aplicados
armónicamente, procurando realizar las finalidades perseguidas por cada uno
de dichos Derechos. Las posibles dificultades causadas por su aplicación
simultánea se resolverán teniendo en cuenta las exigencias impuestas por la
equidad en el caso concreto". Del modo que precede la ley regula lo que en la
dogmática internacional se denomina "adaptación". En la hipótesis planteada
por la disposición legal en comento, debe procederse elásticamente,
acomodando o ajustando los diferentes ordenamientos aplicables a diversos
aspectos de una misma relación jurídica, de manera que su aplicación resulte
armónica y congruente. La "equidad", que es siempre el norte que se señala.

A su vez, el articulo 8 sobre el orden público internacional, se consagra así


la excepción de "orden público internacional", también llamada "cláusula de
reserva". Esa "excepción" es precisamente eso: una situación que se aparta de
la regla general de que el Derecho extranjero es aplicable cuando así lo
disponga la norma del conflicto. Esta regla cede cuando la aplicación de ese
Derecho extranjero "produzca resultados manifiestamente incompatibles con
los principios esenciales del orden público venezolano". Con estas barreras
idiomáticas el legislador ha querido remarcar que la excepción de "orden
público internacional" no es aplicable en cualesquiera circunstancias,
disparatada e inconsideradamente. No se debe abusar de la "cláusula de
reserva", su aplicación debe ser "restrictiva", con la mente puesta en la idea de
que la regla es la aplicación de la ley extranjera declarada aplicable por la
norma de conflicto.

Por otra parte, el artículo 9 sobre la institución desconocida. La


consagración de la institución desconocida, introduce también una excepción
que restringe la aplicación del derecho extranjero a los casos en que no sea
posible encontrar instituciones análogas del foro. En esta materia, al igual que
en el orden público internacional se observan las modernas tendencias del
Derecho Internacional Privado de restringir al máximo la no aplicación del
derecho extranjero.

Por último, el artículo 10 del capítulo I sobre las normas de aplicación


necesarias. La inclusión expresa de la aplicación necesaria de las
disposiciones imperativas del derecho venezolano pretende amparar frente a la
aplicación del derecho extranjero, aquellas actividades en las cuales existe
especial interés del Estado con fines a protegerlas.

Capitulo II

Se prevén disposiciones relativas al domicilio de personas físicas, tanto


como factor de conexión como criterio atributivo de jurisdicción. Las
disposiciones de la Ley referentes al domicilio regulan su concepto general, el
cual se califica a través del término de residencia habitual, que resulta de fácil
comprobación (artículo 11), así como los domicilios especiales, entre los cuales
figura el de la mujer casada (artículo 12), otorgándosele plena autonomía frente
al domicilio del marido. Inicialmente debemos tener en cuenta que el domicilio
de una persona física se encontrará en el territorio del estado en donde tenga
su residencia habitual, para que sea el medio de identificar el derecho aplicable
y la jurisdicción de los tribunales. En casos de los conyugues, cada quien tiene
su propio domicilio siempre que lo adquiera dispuesto a lo establecido en la ley,
en cuanto a los menores e incapaces tendrán su domicilio en el mismo estado
donde posean su residencia actual.

En aquellos casos en que el domicilio se dé por la residencia habitual


producto de funciones exclusivas de organismos públicos sean nacionales o
extranjeras no producen efectos según lo dispuesto en la presente ley. Cabe
destacar que lo dispuesto a esta ley se aplica con el objeto de establecer el
domicilio de las personas física.

Capitulo III

En el presente capítulo se incluye una de las principales innovaciones al


referirse a la regulación del estatuto personal, sometiéndolo al derecho del
domicilio. Además, incluye normas referentes al cambio de estatuto, el cual no
restringe la capacidad adquirida; la institución de la lex in favore negotii y
somete la constitución y el funcionamiento de las personas jurídicas al derecho
del país de su constitución. Todos los derechos y deberes concernientes a las
personas físicas se rigen por el derecho de su domicilio, el cual aún al ser
cambiado no restringe su capacidad. Ahora bien en cuanto a las personas que
sean declaradas incapaz actúa válidamente si la considera capaz el derecho
que rija el contenido del acto. También, no tendrán efectos las limitaciones a la
capacidad cuando se funden en diferencias de raza, nacionalidad, religión o
rango. Por último, se regirá por el derecho de lugar de su constitución las
personas jurídicas de carácter privado en cuanto a su existencia, capacidad,
funcionamiento y disolución. A su vez, se entiende por lugar de su constitución,
aquél en donde se cumplan los requisitos de forma y fondo requeridos para la
creación de dichas personas.
El Capítulo IV

Se dedica a la familia, incluyendo disposiciones relativas a la validez, la


forma y los efectos del matrimonio; el divorcio y la separación de cuerpos; la
adopción; las relaciones entre padres e hijos legítimos y naturales, además de
la filiación. Principalmente se basa en establecer que derecho rige las
actuaciones, en cuanto al ámbito de aplicación, en caso de la capacidad para
contraer matrimonio y sus requisitos de fondo se regirán por el derecho de su
respectivo domicilio por parte de cada uno de los contrayentes, pero en caso
de divorcio o separación de cuerpo se rige por el derecho del domicilio del
cónyuge que intentó la demanda. A su vez, cuando se trate de los efectos
personales y patrimoniales, quien va a regir estos es el derecho del domicilio
en común y las capitulaciones matrimoniales validas de acuerdo a lo estipulado
podrán ser inscritas en cualquier momento en la respectiva oficina principal de
registro venezolana. Por otra parte, el establecimiento de la filiación, así como
las relaciones entre padres e hijos, se rigen por el derecho del domicilio del
hijo. En la adopción aplicará el derecho de su respectivo domicilio en todo lo
concerniente a los requisitos de fondo necesarios para la validez de la
adopción y por último, la tutela y demás instituciones de protección de
incapaces se rigen por el derecho del domicilio del incapaz.

El Capítulo V

Se refiere a los supuestos vinculados con la constitución, contenido y


extensión de los derechos reales sobre los bienes, los cuales se someten al
derecho del lugar de su situación y, en caso de conflictos móviles, se consagra
el respeto de los derechos válidamente constituidos bajo el imperio de la ley
anterior, previo cumplimiento de los requisitos establecidos en el derecho de la
nueva situación del bien mueble en cuestión. En materia de bienes, la ley se
limita a consagrar la competencia del Derecho de la situación (artículo 27) y a
regular problemas de sucesión temporal de leyes diversas (artículo 28).

El Capítulo VI

Dispone normas relacionadas a las obligaciones contractuales y


extracontractuales. Las primeras se rigen por el derecho indicado por las
partes, siempre que exista una vinculación internacionalmente admisible entre
ese derecho y la obligación. En ausencia de elección del derecho aplicable, las
obligaciones se rigen por el ordenamiento jurídico con el cual están más
directamente vinculadas, en razón de sus caracteres objetivos y subjetivos. Por
otra parte, somete las obligaciones extracontractuales (hechos ilícitos, la
gestión de negocios y el enriquecimiento sin causa) al derecho del lugar donde
se realiza el hecho originario de la obligación. Trata particularmente de las
obligaciones, en el caso de las obligaciones convencionales (Artículo 29) se ha
procurado resumir en un conjunto de preceptos las orientaciones más
relevantes de la Convención Interamericana sobre Derecho Aplicable a los
Contratos Internacionales, ratificada por Venezuela en 1995

El Capítulo VII

Se dedica a las sucesiones, las cuales se someten al derecho del domicilio


del causante. Consagra el respeto a la legítima y el traspaso de bienes de la
sucesión al Estado, en casos donde no existan o se ignoren los herederos.
Señala quienes podrán, en todo caso, hacer efectivo sobre los bienes situados
en la República el derecho a la legítima que les acuerda el Derecho venezolano
y establece que en el caso de acuerdo con el derecho competente, los bienes
de la sucesión correspondan al Estado, o en el caso de que no existan o se
ignoren los herederos, los bienes situados en la República pasarán al
patrimonio de la Nación venezolana.

En el Capítulo VIII

Se aborda la forma de los actos jurídicos, estableciendo factores de


conexiones alternativos, con el fin de favorecer la validez de los mismos. En
este capítulo se ha verificado una reforma sustancial en materia de forma de
los actos, otorgando un carácter facultativo a la regla locus regit actum (artículo
37) y reduciendo, por lo tanto, en las relaciones jurídico-privadas
internacionales, la posibilidad de nulidad de los actos por simples razones de
carácter formal. Así se recogen también las orientaciones dominantes en la
doctrina y en la legislación comparada, tanto internacional como interna. Por lo
demás, la norma está formulada con suficiente amplitud, a fin de que el criterio
resulte aplicable a los requisitos formales de los actos de última voluntad, del
matrimonio y de la adopción, lo cual implica una clara modificación de las
disposiciones legales vigentes. La regla locus regit actum de Derecho
Internacional Privado dice que la ley del Estado en que un acto se lleva a cabo,
determina la forma de ese acto.

El Capítulo IX

Se dedica a la competencia procesal internacional y establece como criterio


general atributivo de jurisdicción el domicilio del demandado en territorio de la
República. Asimismo, consagra criterios especiales cuando se trate de asuntos
originados por el ejercicio de acciones de contenido patrimonial, las relativas a
la universalidad de bienes y al estado de las personas o relaciones familiares.
Además, contiene disposiciones relacionadas con las medidas provisionales,
aunque los tribunales venezolanos no tengan jurisdicción para conocer del
fondo del litigio. También se incluyen disposiciones sobre la competencia
territorial interna. Los tribunales venezolanos tendrán jurisdicción para conocer
de los juicios originados por el ejercicio de acciones de contenido patrimonial
cuando las acciones y demandas sean en el territorio de la Republica.

El Capítulo X

Se refiere a los requisitos que deben reunir las sentencias extranjeras para
que surtan efectos en Venezuela. También se dedica al procedimiento judicial
al establecer las normas relativas a la competencia y la forma del mismo, así
como también las de cooperación judicial internacional. Además, consagra un
trato igualitario al Derecho extranjero con relación al Derecho nacional,
obligando al juez a aplicar de oficio el Derecho extranjero competente y al
mismo tiempo, conceder los mismos recursos establecidos por la ley. También
se refiere a la posibilidad de la eficacia parcial de la sentencia (art. 54); así
como a la remisión a las respectivas normas de procedimiento (art. 55).

El capítulo XI

Del procedimiento. Es referente a la competencia procesal internacional o


jurisdicción, a la eficacia de las sentencias extranjeras y al procedimiento,
respectivamente. Señala la competencia y la forma del procedimiento que se
regulan por el derecho del funcionario ante el cual se desenvuelve. En cuanto a
la falta de jurisdicción del juez venezolano respecto del juez extranjero se
declarara de oficio o a solicitud de parte. La jurisdicción venezolana exclusiva
no queda excluida por la pendencia ante un Juez extranjero de la misma causa
o de otra conexa con ella. Establece que los Tribunales de la República podrán
dirigirse a cualquier autoridad competente extranjera, mediante exhortos y
comisiones rogatorias, para la práctica de citaciones, diligencias probatorias o
de cualquier otra actuación judicial que resulte necesaria para el buen
desarrollo del proceso. Asimismo evacuarán dentro de la mayor brevedad, los
exhortos y comisiones rogatorias provenientes de Tribunales extranjeros que
se ajusten a los principios del Derecho Internacional aplicables en la materia. El
Derecho extranjero será aplicado de oficio. Las partes podrán aportar
informaciones relativas al derecho extranjero aplicable y los Tribunales y
autoridades podrán dictar providencias tendientes al mejor conocimiento del
mismo. Los recursos establecidos por la ley serán procedentes cualquiera que
fuere el ordenamiento jurídico que se hubiere debido aplicar en la decisión
contra la cual se interponen.

El Capítulo XII

Se incluyen las disposiciones finales sobre las normas derogadas por la ley
y su entrada en vigor.

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