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ACERCA DE LAS OPINIONES (ROMANOS 14:1 – 15:6) PARTE 1

COMENTARIO EXEGÉTICO. –

Teofilo mercado Figueroa. –

INTRODUCCIÓN

Antes de examinar esta sección del libro de romanos, necesitamos primero ver cuál fue el
origen del problema entre los cristianos judíos y los cristianos gentiles. Una fuente del
conflicto consiste en que Dios había establecido ciertas reglas con respecto a animales puros
e impuros con la nación de Israel: sólo los puros eran permitidos como comida (véase Lv
11:1-45; Dt 14:3-21; Dn 1:8ss). No obstante, en medio del proceso de establecimiento del
nuevo pacto, cuando Jesús dijo que lo que entra en una persona desde afuera no es lo que
lo hace impuro, Él también pronunció, en forma indirecta, que todos los alimentos eran
puros (Mc 7:15-19). Si tenemos en cuenta que aún Pedro fue lento en apreciar
esta implicación como lo muestra en Hechos 10:9-16; 11:1-18; Ga 2:11-21, es comprensible
que la situación seria mas difícil a otros judíos cristianos. Por otro lado, en Roma, como en
muchos lugares paganos de la época, se ofrecía como sacrificio carne de animales a los
dioses o ídolos que tenían, y parte de esta carne era vendida en los mercados al público en
general. Por esto, los cristianos judíos tenían duda de toda carne que se vendía, además que
también algunas de esas no eran desangradas correctamente.

¿Pero no es que Cristo, por medio de la muerte en la cruz, había abolido los símbolos del
Antiguo Testamento? (Col 2:14). Aún las reglas dietéticas establecidas divinamente habían
perdido validez, y no eran ya un mandamiento en el nuevo pacto de Cristo. Sin embargo,
muchos de los cristianos, especialmente los que vivían en Jerusalén, aunque también en
Roma y en otros lugares, seguían apegados a sus tradiciones. Ahora bien, en tanto no se le
atribuyera a la practica de esta tradición como obligatoria para la salvación del creyente y
que no se ocasionara ofensa, esta persistencia a aferrarse a lo antiguo podía ser tolerada.
Pero la situación fue contraria.

En este capitulo el apóstol Pablo comienza a tocar este punto que era un problema común en
las congregaciones con miembros mixtos culturalmente (En este caso judíos y
gentiles; véase, 1 Co 8:1-13; Ga 4:10,11; Col 2:16,17). Él no va a exponer una
recomendación u opinión de algún hombre; él va a exponer, por inspiración del Espíritu
Santo, la voluntad de Dios con respecto a esta problemática.

En toda esta sección que corresponde a nuestro estudio vamos a ver a dos tipos
de cristianos: Por un lado, los débiles en la fe, quienes no son inseguros o vacilantes en su
fe en Cristo, sino que son cristianos sinceros, temerosos de Dios, pero inmaduros, sin la
capacidad de discernir entre asuntos de doctrina y conciencia (opinión). Estos eran cristianos
judíos que todavía se aferraban a los vestigios de la ley del Antiguo Testamento. En
relación con los días, ellos todavía seguían el calendario judío. En relación con comer carne,
en una sociedad pagana como Roma, ellos no podían estar seguros de que toda
carne comprada en el mercado llenaba los requisitos de la Ley. Para ir a lo seguro, se
habían vuelto vegetarianos. Es decir, Los débiles eran los que se creían los “fuertes” por
creer conocer más de los mandamientos de Dios. Por otro lado, los Fuertes en la fe, quienes
eran maduros espiritualmente, conocían cuál era la voluntad de Dios. Sabían discernir
claramente lo que era asunto de opinión y que no afectaba a la doctrina, ni a su propia
salvación. Estos eran los gentiles cristianos que comían toda clase de alimentos con plena
convicción. Sin embargo, puede que haya algunos cristianos judíos entre este grupo (ya que
Pablo mismo se identifica como parte de los fuertes). A continuación, se desarrollará esta
temática en dos capítulos de manera exegética.

CAPÍTULO I: DEJANDO DE JUZGARSE Y MENOSPRECIARSE POR OPINIONES (14:


1- 12)

«Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones. Uno tiene fe en que
puede comer de todo, pero el que es débil sólo come legumbres. El que come no menosprecie
al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado. ¿Quién
eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o cae, y en pie se
mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie. Uno juzga que un día es
superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido
según su propio sentir. El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda; y el que come,
para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y
da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí
mismo; pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por
tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Porque para esto Cristo murió
y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos. Pero tú, ¿por qué juzgas
a tu hermano? O también, tú, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos
compareceremos ante el tribunal de Dios. Porque está escrito: VIVO YO--DICE EL SEÑOR--
QUE ANTE MI SE DOBLARA TODA RODILLA, Y TODA LENGUA ALABARA A DIOS. De modo
que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo. » (LBLA, 1997).

PRIMERO: NO SOMOS NADIE PARA JUZGAR (v. 1-4)


Algunos términos griegos:
Débil: Gr. Asdsenéo (G772); estar débil (en cualquier sentido):-enfermar, enfermo, débil,
debilitar, necesitado.
Juzgar: Gr. diákrisis (G1252); opinión judicial:-contender, discernimiento, opinión, oponer.
Opiniones: Gr. dialogismós (G1260); discusión, i.e. consideración (interna) (por implicación
propósito), o debate (externo):-contienda, discusión, pensamiento.
Aceptad: Gr. Proslambáno (G4314 y G2983); tomar para uno mismo i.e. usar (alimento),
guiar (a un lado), admitir (a la amistad u hospitalidad):-recibir, tomar.

V.1 – La palabra «aceptad» es la misma palabra que usa en el v. 3 («Dios le ha aceptado»),


dando a entender que como cristianos debemos recibir al débil de la misma forma en que el
Señor nos ha recibido como miembros de su iglesia: con las manos abiertas, con la
disposición de buscar su bienestar y no el nuestro. Por tanto, el recibirlo solo para condenarlo
queda totalmente excluido, porque Jesús no hace eso con nosotros. Y menos en temas de
opiniones. Como creyentes debemos tener celo por la doctrina, y cuando alguien (sea
cristiano o no) esta adulterando esta doctrina debemos estar listos para defenderla y
exhortar, pero cuando son temas de opinión no es de espirituales tratar de hacer valer
nuestra opinión. En este contexto la palabra «fe» se emplea en este versículo, como en el
23, en el sentido de conciencia, persuasión, o convicción. No es la «fe» referida en tales
pasajes como Judas 3; Hch. 6:7; etcétera. En ella no hay libertad de práctica.

V.2 – Los fuertes comían de todo porque tenían en mente lo que Pablo dijo en el v. 14: «Yo
sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, que nada es inmundo en si mismo…». Tenían la
convicción de no estar pecando contra Dios solo por comer carne. Pero, por otro lado, los
judíos cristianos tenían dudas de todas las carnes (de roma en especial) y por eso optaban
por comer solo legumbres.

V. 3 – Ambos grupos, por mandato del apóstol Pablo, podían sostener sus posiciones si eso
les parecía bien, siempre y cuando no menospreciaran al otro ni mucho menos
los condenaran por no hacer lo mismos que ellos. Y aquí muestra el motivo por el cual ningún
cristiano debe juzgar a su hermano en estos asuntos de opiniones: Porque Dios lo ha
aceptado.

V. 4 – Y para un mejor entendimiento, Pablo lo ilustra con la imagen del Amo y criado.
El modo de plantear la pregunta: «¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro?»
nos recuerda a 9:20: «¿Quién eres tú, oh hombre que le contestas a Dios?». Lo que
quiere decir Pablo es, usando esta ilustración, que el criado solo debe responde a su amo,
si hace algo bueno su amo le recompensa y si hace algo malo su amo le castiga, mas no otra
persona puede hacer esto con él. En este caso el amo es nuestro Señor Jesucristo, y solo él
tiene la potestad para juzgarnos o condenarnos si pecamos. Los débiles no están pecando al
sostener su posición, por eso es que pueden «mantenerse de pie», es decir, seguir sirviendo
al Señor, gracias al poder de Él mismo porque es Dios, porque si fuera por ellos mismos ya
estarían condenados.

Resumen: Al «fuerte» se le mandó recibir al «débil» y no menospreciarlo. Pablo


también indicó que el «débil» debía recibir al «fuerte» (véase 15.7) y que no debía juzgar a
los hermanos. Alguien podría preguntar lo siguiente: «¿Cómo sé si soy el hermano fuerte
o el débil? ». La mayoría de las personas decididas se consideran «fuertes». Con respecto
a recibirse los unos a los otros, en la mayoría de los temas, es de poca importancia si uno es
el «fuerte» o el «débil». (Si aún cree que es el hermano «fuerte», no hay
problema. Conforme avancemos en el texto, verá que el «fuerte» tiene la responsabilidad
mayor). Sea «fuerte» o «débil», el mensaje para todo cristiano es el mismo: ¡«Recibíos los
unos a los otros»! (véase 15.7).

SEGUNDO: LO QUE AMBOS HACEN ES PARA EL SEÑOR (v. 5-6)


Términos griegos:
Guardar: Gr. fronéo (G5424); por implicación estar dispuesto (mentalmente) (más o menos
fervientemente en una cierta dirección); intensivo interesarse uno mismo en (con
preocupación u obediencia):-pensar, solícito, poner la mira, modo, hacer caso, cuidado.
Plenamente convencido: Gr. Plerophoreo (G4135); significa «en una medida completa»
(pleros «completo»] y phero [«llevar»]).
V.5 – El apóstol, aprovechando el tema de los conflictos de opiniones de los cristianos en
Roma, introduce un aspecto en el que también tenían dificultades: Sobre los días religiosos.
¿Cuál era el día que uno, es decir, este o aquel cristiano, consideraba más sagrado que otro
día? Según algunos debía haber sido el día sábado judío. Aunque tal cristiano se uniese
al resto de los miembros de la iglesia para adorar el primer día de la semana, por ser
un mandato divino (Mt 28:1; Hch 20:7; 1Co 16:2), él cerraba su negocio y cesaba su trabajo
el día sábado, conforme a su tradición. Por otro lado, dado que el tema mismo de «comidas»
trae consigo el del «ayuno», se ha sugerido que el apóstol se refiere aquí a días de ayuno.
Fuere lo que fuere solo hay un día del Señor en el que tenemos que rendirle culto conforme
a la palabra de Dios y participar de la cena y las ofrendas: el primer día de la semana. Si
alguno quiere dedicarle un día particular al Señor puede hacerlo, pero debemos cuidarnos de
hacer algo fuera de la palabra. Con respecto a: «Cada uno este plenamente convencido
según su propio sentir», David Roper escribió: «Algunos suponen que si generalmente se
tiene el acuerdo en que cierto asunto pertenece al ámbito de la opinión, no tienen por qué
preocuparse de ello. Pablo señaló que lo anterior no es así. En relación con cualquier
asunto, necesitamos meditar, estudiar, orar y tomar una decisión. Necesitamos
estar “plenamente convencidos” en cuanto a la voluntad de Dios para nosotros en
ese particular. Si pertenece al ámbito de la opinión, no debemos imponer
nuestras conclusiones sobre los demás; pero las convicciones personales son de
suma importancia para vivir una vida consagrada a la honra del Señor».

V.6 – Debemos recordar que todo lo que hagamos para adorar a Dios, no saliéndonos de lo
establecido por Él, será aceptado. Si uno elige un día para dedicárselo a Dios y ayunar es
para la gloria de Dios. Si uno come y da gracias a Dios por el alimento es para la gloria de
Dios. Ambos adoran a Dios en sus acciones y ninguno es mejor que el otro en lo que hace.
Recordemos que toda obra, aún la mas insignificante ante nuestros ojos (como barrer el
local de reunión), es muy apreciada por nuestro Señor.

TERCERO: NO SOMOS SEÑORES DE NOSOTROS MISMOS (v.7-9)


Algunos términos griegos:
Murió: Gr. apodsnésko (G575 y G2348); morir (literalmente o figurativamente):- matar,
moribundo, morir, mortal, muerto, perecer.
Resucitó: Gr. Anístemi (G303 y G2476); levantarse, pararse (literalmente o figurativamente,
transitivo o intransitivo):-levantar, resucitar.
Volvió a vivir: (Versión RV 1960) Gr. anazáo (G326). recobrar la vida (literalmente o
figurativamente):-revivir, volver a vivir.
El verbo resucitó (anístemi) no consta en la mayoría absoluta de los MMS. En la versión Las
Américas el término “anazáo” lo traduce por resucitó directamente.

V.7 – Siguiendo el tema de nuestra dependencia al Señor como cristianos, Pablo presenta
una verdad a los cristianos en Roma: ninguno vive o muere para si mismos. La palabra
«nosotros» incluye a ambos, fuertes y débiles, quienes actúan no viviendo de manera
egocéntrica, sino por el contrario, viviendo para el Señor Jesucristo (Fil 1:21). Nuestra meta
principal es complacerle, y esto es lo que trataban de hacer los dos grupos, complacer a Dios
con sus acciones.
V.8 – Somos del Señor, por ser cristianos, miembros de su cuerpo (1 Co 12:12-27). Ambos
grupos deberían de sentirse bien en lo que hacían, porque lo hacían para el Señor, y no
estaban desviándose de la verdad de la doctrina. Este es un motivo más porque deberían de
dejar de juzgarse entre ellos y hacer todo lo contrario: estimularse a seguir agradando a
Dios.

V.9 – «Porque para esto Cristo murió y resucito (vivió)…». No se trata de que vivió y murió,
sino de que murió y vivió; es decir, luego de haber resucitado de entre los muertos, fue a
vivir al cielo. Como nuestro mediador, Cristo obtuvo el derecho absoluto de ejercer su
soberanía tanto sobre los que ya han muerto como sobre aquellos que todavía viven en la
tierra. Este señorío fue la recompensa por el precio que Él pago: su muerte en la cruz
cargando los pecados del mundo (Hch 2:36; Ro 8:34; Fil 2:9-11).

CUARTO: TODOS DAREMOS CUENTA A DIOS DE NOSOTROS MISMOS (v. 10-12)


Juzgar: Gr. Kríno, propiamente distinguir, i.e. decidir (mental o judicialmente);
por implicación tratar, condenar, castigar:-pensar, pleito, resolver, acordar,
condenar, decidir, determinar, diferencia, hacer (justicia), juez, juicio, juzgar.

V. 10 – «Pero tú (el débil en la fe), ¿Por qué juzgas (condenas) a tu hermano (al fuerte en la
fe, que come y no observa días)? O tú (el fuerte) también, ¿por qué menosprecias a
tu hermano (al débil, que no come y que tal vez hace caso especial de días)?» La razón
de por qué no juzgar y menospreciar es dada en la última frase de este versículo. No
somos jueces y señores unos sobre otros; Cristo es el Juez que se sentará en el tribunal.
La palabra «Juzgar» se usa en este versículo, en el v. 3, y en la primera parte del 13, en
el sentido de «condenar». En asuntos de indiferencia nadie tiene el derecho de condenar los
hechos de otro. A propósito, es abusar de este versículo, o del 13, aplicarlo a toda clase de
«juzgar» y bajo cualquier circunstancia. La Biblia no condena todo «juzgar» (Jn 7:24; 1 Co
6:2,5; 10:15; Hch 4:19; Ro 14:5; 14:13, decidid; 2 Co 2:1 determiné, etc. La misma palabra
griega, KRINO, aparece en estos pasajes). Pero siempre hay quienes dicen: «La Biblia dice
que no juzguemos» y luego citan tales textos como Ro 14:10 y Mt 7:1, torciéndolos porque
ignoran el contexto y el sentido en que se usa la palabra en tales textos.

V. 11 – El hecho de que todos compareceremos ante el tribunal es respaldado por


las escrituras, como por ejemplo Isaías 54:23. Este tema lo conocían muy bien los cristianos
en Roma y en especial los judíos cristianos. No obstante, también los cristianos gentiles de
Roma, si es que no conocían a profundidad ese tema, se podrían dar cuenta de su
importancia al observar el lenguaje que usó Pablo en el versículo anterior cuando habla del
«tribunal» de Dios: Los tribunales eran comunes en el mundo grecorromano; funcionarios
como Pilato o Galión decretaban sus juicios desde el bema o tribuna (Hch 18:12).

V. 12 – En consecuencia, no debían de juzgarse ni menospreciarse entre ellos porque


«cada uno dará cuenta a Dios de si mismo» y no de otros. Imagínese, pues, que en ese
día cuando estemos delante del Señor empecemos a hablar de cómo se porto otro
cristiano en lugar de dar cuenta de nosotros mismos. Estoy seguro que el Señor nos
dirá: «Apartaos de mi», si tratamos de hacer eso y también si tenemos este mismo
conflicto como los cristianos de Roma. David Roper, en su comentario al libro de
romanos, escribió: «Después de Su resurrección, Jesús apareció a sus discípulos cerca del
mar de Tiberias (Galilea) (Juan 21). Jesús aprovechó la oportunidad para hablarle a Pedro,
quien lo había negado. Al terminar la conversación, Pedro le preguntó acerca de Juan,
quien estaba cerca, diciendo: “Señor, ¿y qué de éste?” (V. 21). Jesús contestó: “… ¿qué a
ti? Sígueme tú” (V. 22). En otras palabras, ¡Deja de preocuparte por otros y empieza
a preocuparte por tu propia relación conmigo!»”.

CAPÍTULO II: REDUCIENDO NUESTRA LIBERTAD DE ACTUAR POR EL BIEN DEL


HERMANO DEBIL (14:13-23)

«Por consiguiente, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidid esto: no
poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano. Yo sé, y estoy convencido en el Señor
Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es inmundo,
para él lo es. Porque si por causa de la comida tu hermano se entristece, ya no andas
conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquel por quien Cristo murió. Por tanto, no
permitáis que se hable mal de lo que para vosotros es bueno. Porque el reino de Dios no es
comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que de esta
manera sirve a Cristo, es aceptable a Dios y aprobado por los hombres. Así que procuremos
lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua. No destruyas la obra de Dios por causa
de la comida. En realidad, todas las cosas son limpias, pero son malas para el hombre que
escandaliza a otro al comer. Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que
tu hermano tropiece. La fe que tú tienes, tenla conforme a tu propia convicción delante de
Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda, si come
se condena, porque no lo hace por fe; y todo lo que no procede de fe, es pecado.» (LBLA
1997).

NO SIENDO PIEDRA DE TROPIEZO PARA LOS HERMANOS (v. 13-18)


Términos griegos:
Juzguemos y decidid: Gr. Kríno, propiamente distinguir, i.e. decidir (mental o judicialmente); por implicación
tratar, condenar, castigar:-pensar, pleito, resolver, acordar, condenar, decidir, determinar, diferencia, hacer
(justicia), juez, juicio, juzgar.
Inmundo: Gr. Koinós, probablemente de G4862; común, i.e. (literalmente) compartido por todos o varios, o
(ceremonialmente) profano:-inmundo, común.
Amor: Gr. agápe (G25); amor, i.e. afecto o benevolencia; específicamente (plural) festín de amor: -ágape,
amado, amor.
Entristece: Gr. Lupéo (G3077); afligir; reflexivamente o pasivamente estar triste:-afligir, angustiar, causar
tristeza, contristar, entristecer, triste.

V. 13 – Pablo se dirige a los fuertes en esta sección (13- 18). «Por consiguiente», o en otras
palabras, por las cuatro razones que hemos visto en los versículos 1-12 las cuales son
suficientes para que los cristianos en Roma (tanto los judíos como los gentiles) dejen de
juzgarse entre ellos. Pablo exhorta a los débiles a dejar de criticar a los fuertes, a los fuertes
a dejar de hallar defectos en los débiles. Y en la segunda parte del versículo el apóstol les
insta a «decidir» o «a que sea vuestro juicio»: «no poner obstáculo o piedra de tropiezo al
hermano». Lo que pablo esta diciendo en este versículo, en las dos partes de este, es lo
mismo, solo que en la segunda parte les explica lo que en realidad van a hacer al momento
de dejar de juzgarse: dejar de ser tropiezos unos a otros.

V. 14 – El apóstol Pablo expone su posición con respecto a este tema y lo presenta en un


lenguaje muy enfático. Su convicción es firme, profunda e inconmovible (Ga 5:10; Fil 2:24;
2 Ts 3:4; 2 Ti 1:5,12). Es una convicción basada no sólo en la enseñanza de Jesús (Mt
15:10,11, 16-20; Mr 7:14-23), sino también en la cercanía espiritual que el apóstol tenía
con su Señor y Salvador. Pablo expone esta misma enseñanza en 1 Ti 4:4; Tit 1:15. En
consecuencia, la impureza no está en la comida como tal, sino solo en la mente de la persona
que lo considera inmunda. Esto no quiere decir que el pecado es sólo un asunto de conciencia
o de opinión subjetiva. No, lo cierto es que hay muchas cosas que están definitivamente
prohibidas. Ninguna opinión de hombre, ni siquiera el silencio de la conciencia, puede hacer
bueno lo que Dios ha declarado malo. Lo que sí significa es que aún una actividad humana,
como la que estamos tratando aquí, comer carne, que la persona considera impura, es mala
para los que la consideran mala.

V. 15 – Siguiendo la declaración del v. 13b y conectándolo a este versículo, lo que Pablo


dice es: «No pongas obstáculo o piedra de tropiezo a vuestro hermano PORQUE si tu
hermano se entristece (contristado), ya no andas en amor». Andar conforme al amor
significa salvar a las almas perdidas y no hacer que se pierdan. No debemos hacer cosas
usando nuestra libertad que, bajo ciertas circunstancias, conduciría a otro hermano a hacer
la misma cosa en violación de su conciencia hasta el grado de caer de la gracia de Dios,
perdiéndose. Esto lo conduciría a un estado de pecar. Cristo murió por él, y ahora resulta la
muerte de Cristo en vano en cuanto a él, porque el hermano cayó, se perdió. Ahora el bien
del primer hermano, bajo esas circunstancias, es vituperado, en vista de las consecuencias
de la pérdida del otro hermano.

V. 16, 17 – Si los hermanos fuertes continuaban en disputas con los hermanos débiles esto
causaría un mal testimonio para la iglesia que es el reino. Ningún cristiano debe permitir que
se hable mal del reino de Dios por causa de conflictos innecesarios como este. Pablo esta
diciendo a los fuertes que se abstengan de su libertad de comer por motivos muy serios:
Para no hacer caer al hermano débil y ahora para que el reino de Dios no sea blasfemado.
El reino no esta basado sobre opiniones o sobre lo que es mejor para uno, no se diferencia
en lo que comemos o bebemos, sino en la justicia divina (tratamiento correcto entre los
hombres), la paz (que es producida como consecuencia de considerar y tolerar unos a otros
en cosas indiferentes), y el gozo que todos los hermanos sienten porque andan
ordenadamente en consideración mutua, cosa que favorece el Espíritu Santo. Por eso los
miembros de este reino (cristianos, miembros de la iglesia) no deben poner tanta
importancia en tales cosas que pueden causar disputas y escándalos.

V. 18 - Todo cristiano es siervo de Cristo, y por eso dará cuenta a Cristo y por Él será
juzgado. Ahora, para ser siervo fiel y aprobado por Él, debe promover las cosas del reino,
que son la justicia, la paz y el gozo. Haciendo esto, aun los hombres del mundo le aprobarán.
Si el fuerte no menosprecia y el débil no juzga al siervo ajeno, habrá en la iglesia justicia,
paz y gozo. Aun el mundo inconverso reconoce este curso o camino como admirable. El
verdadero cristiano sirve a Cristo, ¡no a sí mismo!
PROCURANDO LA PAZ Y LA MUTUA EDIFICACIÓN (v. 19-23)
Términos griegos:
Edificación: Gr. Oikodomé. femenino (abstractamente) de un compuesto de G3624 y la base de G1430;
arquitectura, i.e. (concretamente) una estructura; figurativamente confirmación:-edificación, edificar, edificio.
Escandalizar: Gr. Próskomma (G4350); tocón, colilla, i.e. (figurativamente) ocasión de apostasía:-(piedra de)
tropiezo, tropezadero.

V. 19 – Conflictos sobre opiniones solo trae eso: conflictos, división, rencores, etc. El autor
exhorta a que se hagan cosas que produzcan paz y edificación espiritual. Al usar la
palabra «edificación» implica la idea de que, así como un edificio para que este
perfectamente terminado se debe construir (o edificar) siguiendo el plano del arquitecto tal
y como esta, sin hacer ninguna modificación; de la misma forma el cristiano desde el
momento del bautismo esta en una constante edificación espiritual siguiendo el plano o
molde divino (la palabra de Dios). Contender sobre opiniones no es basarnos al plano del
arquitecto.

V. 20 – Contender sobre opiniones es destruir la obra de Dios en los creyentes. «la


comida» se aplica a cualquier cosa de indiferencia o derecho personal, como por ejemplo
comer carne. «Todas las cosas (para comer) son limpias (aceptadas por Dios para
comer)» (Véase versículo 14). Por esto no está pecando el que come de cualquier carne; por
esto se llama el «fuerte» en la fe. No obstante este derecho o libertad de comer no ha de
ser empleado bajo circunstancias que conducirían al débil a violar su conciencia, al comer
algo que piensa ser inmundo (y por eso pecaminoso). «Comer con ofensa, con
escándalo» es «comer, haciendo tropezar» como bien lo explica la Versión Revisada (1960).
Aunque toda carne es lícita para comer, ¡no es lícito al fuerte en la fe comer DIA
PROSKOMMATOS (por ocasionar tropiezo)! En tal caso comer la carne lícita le sería ilícito.

V. 21 – Un cristiano maduro en ocasiones como esta tendrá que abstenerse de su libertad


de actuar para no hacer caer a un hermano débil. «Ni beber vino» se refiere al vino asociado
con la idolatría. El cristiano fuerte en la fe, y que contribuye a la paz y a la mutua edificación,
no piensa solamente en el derecho que tiene para hacer alguna cosa, sino también en la
circunstancia del momento, porque si bajo ciertas circunstancias su bien (versículo 16) sirve
de ocasión para que tropiece algún hermano débil en la fe, cayendo y perdiéndose, se
abstiene de hacerla.

V. 22 – El énfasis en el pronombre «tú», que en el original aparece al comienzo mismo de


la oración, es como si Pablo estuviese escuchando, con su imaginación, a un
creyente «fuerte»; pero uno a quien le encanta oírse a sí mismo. Este hermano estaría
diciendo: «Yo insisto en mi libertad; y yo digo que yo no permitiré que nadie interfiera con
esa ilimitada libertad mía», etc. Y es como Pablo, por así decirlo contestase: «Es mejor que
tú guardes entre ti y Dios esa convicción que tú tienes». Y luego añade: «Dichoso el que no
se condena a sí mismo en la que aprueba»; con lo que quiere decir, internamente feliz
aquella persona que evita traer sobre sí misma el juicio de Dios por insistir en el ejercicio de
su «libertad» aunque tal insistencia resulta en daño para su hermano «débil».
V. 23 – Sobre este versículo comparto la idea de Bill H. Reeves, al momento de
explicarlo: «Pero el (el débil en la fe) que duda sobre lo que come (pensando que Dios le
prohíbe comerlo), es condenado (porque viola su conciencia, presumiendo hacer lo que cree
carecer de autoridad bíblica), porque no lo hace con fe (con convicción de que es lícita la
cosa); y todo lo que no proviene de fe (de convicción y según la conciencia; de la creencia
de que es justa y correcta la cosa; de la persuasión de que hace bien al hacer la cosa), es
pecado (porque es hacer como infringiendo mandamiento o prohibición de Dios y es igual a
hacer alguna cosa que Dios en realidad prohíbe)». En este versículo la palabra «fe» quiere
decir «conciencia». Se trata de escrúpulo u opinión. La conciencia del hermano débil, por
estar mal enseñada, causa que él dude de la cosa permisible, haciéndole pensar que la cosa
es mala (versículo 20).

Resumen: Tener la razón es de vital importancia en asuntos de fe. Jimmy Allen escribió:
«Hay ámbitos en los cuales no podemos callar ni hacer concesiones. [Las vidas] de Jesús y
de los apóstoles estuvieron llenas de polémica. Debemos contender ardientemente por la fe
(Judas 3)». En relación con los falsos maestros, Pablo dijo: «… a los cuales ni por un
momento nos sometimos…» (Gálatas 2.5a). No obstante, en asuntos de opinión algunas
cosas son más importantes que tener la razón. Tener el cuidado de no lastimar a algún
hermano es más importante que tener la razón. Esforzarse siempre por ayudar a un hermano
es más importante que tener la razón. Que Dios nos ayude a preocuparnos más por nuestros
hermanos y hermanas, que por nosotros mismos.

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