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DERECHO CIVIL II 1
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TEMA PÁGINA

ÍNDICE………………………………………………………………………………………..3

PRESENTACIÓN…………………………………………………………………………....4

ANTECEDENTES.……………….…………………………………………………….…….5

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………….……8

CONTENIDO

 Concepto………………………………………………………………….……….…9

 Diferencia entre hecho, acto y negocio jurídico………………………………....10

 Efectos……………………………………………………….….............................10

 Características………………………………………………………………………11

 Clases.……………………………………………………………………………….11

 código civil peruano artículo 140…………………….……………………………

DERECHO COMPARADO………………………………………………………...………

CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………...………

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Distinguido Docente DOCTOR: Juvenal Luque Avendaño, tenemos el


agrado de dirigirnos a Ud. Como estudiantes de la UNIVERSIDAD ANDINA
DEL CUSCO filial Sicuani de la carrera Profesional de DERECHO
cursando el cuarto semestre.
Para presentarle el siguiente trabajo que lleva por título “EL ACTO
JURIDICO Y EL NEGOCIO JURIDICO”. El presente trabajo que fue hecho
con mucho esmero, ya que el tema es muy importante en el Derecho de
personas y para el desarrollo académico como estudiantes en la
especialidad de derecho.

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acto jurídico así concebido debía dar cabida a toda la gama de actos jurídicos ydebía
constituirse en la fuente voluntaria de relaciones jurídicas, las que
también,voluntariamente podían ser objeto de regulación, modificación o
extinción. Al influjo de la doctrina francesa, la Teoría del Acto Jurídico se constituyó co
moinstitución de Derecho Privado, aunque no siempre admitida o legislada por
lacodificación civil.Pero también los juristas alemanes del siglo XIX que formaron el
movimientopandectista, hicieron la misma búsqueda y hurgando en las fuentes
romanistas yprescindiendo de los glosadores y de los postglosadores, no solo llegaron
a laconclusión de que la convención no cubría toda la gama de relaciones
jurídicassusceptible de originarse en la voluntad privada, pues al lado de las
convenciones,que son bilaterales, se podían crear también relaciones jurídicas nacidas
de lavoluntad unilateral.Fue así que buscaron un concepto único, que abarcara lo
bilateral y lo unilateral,surgiendo la conceptuación del negocio jurídico como una
declaración omanifestación de voluntad encaminada a una finalidad práctica que,
nocontraviniéndolo, pudiera recibir e1 reconocimiento y la tutela del
ordenamiento jurídico. De este modo, se dio lugar a la formulación de la Teoría del Ne
gocioJurídico
El término negocio jurídico y lo fundamental de su dogmática se deben a la pandectística alemana
en su intento de sistematizar la ciencia jurídica para establecer criterios que faciliten la solución de
problemas prácticos en supuestos en que la autonomía de la voluntad juega un papel relevante.

1) EL DERECHO ROMANO
En roma por razones derivadas de la práctica procedimental se distinguió entre la sanción de
derecho civil, en la que se incurría por falta de uno de los requisitos de la validez del contrato,
lo que vino a ser la nulidad absoluta o el acto nulo. Y la protección que el pretor concedía a los
menores, así como a los contratantes cuyo consentimiento hubiera sido viciado, lo que vendría
a ser la nulidad relativa o acto anulable.
A esta distinción se llegó luego de un largo proceso evolutivo pues para el antiguo ius civile no
existió el concepto de anulabilidad que surgió recién con el ius pretorium. La evolución a la que
nos referimos permitió la posterior diferencia entre el acto nulo y el anulable.
Según expone Zanonni mientras el ius civile tenía por validos los actos jurídicos si se habían
observado las formalidades, el ius pretorium cuidaba que los efectos generados por los actos
jurídicos que no hubieran sido injustamente obtenidos, concediendo para el caso, la actio o la
exceptio que permitieran reparar la injusticia. De este modo mientras la nulidad permitida por el
ius civile operaba ipso iure, la del derecho pretoriano resultaba del ejercicio de la actio o
exceptio.

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La distinción trazada por el ius civile y el ius pretorium han subsistido y en ella radica la
separación entre actos nulos y anulables
Con la evolución del derecho romano la distinción entre nulidad y anulabilidad basada en la
validez de los actos jurídicos según el ius civile fue perdiendo significación y el criterio que se
fue imponiendo radico en la causa de la nulidad.

Así era nulo el acto al cual le faltaba un elemento esencial y anulable el que podía ser rescindido
por causa que debía invocar el interesado porque el acto era válido en su origen. Es así que se
configuraron y distinguieron las nulidades relativas y las absolutas.
2) EL CODIGO CIVIL FRANCES
La recepción del derecho romano en el código civil francés no incorporo ni desarrollo conceptos
relativos al acto jurídico, tampoco recepto conceptos relativos a su nulidad. Esta fue
considerada como un medio de extinción de las obligaciones.
Ante el tratamiento dispensado por el código napoleónico la doctrina francesa formulo una
sistematización de las nulidades distinguiéndolas en nulidades absolutas o de orden público y
nulidades relativas o de orden privado.
3) EL CODIGO CIVIL PERUANO DE 1852
Nuestro código civil siguiendo la concepción del código napoleónico tampoco incorporo el
concepto de acto jurídico e ignoro su teoría. Ocupándose de la nulidad como nulidad de los
contratos.
Asimismo asimilo a la nulidad la inexistencia ala que considero como nulidad ipso iure pues
preceptuó: los contratos prohibidos por ley sea por su materia o por su forma y todos aquellos
en los que la nulidad aparece del mismo acto se reputan no hechos y no producen efecto
alguno. (art.2278)
También se reputan no hechos y no producen efectos los contratos celebrados por locos, por
fatuos o por pródigos declarados (art 2279)

Miguel Antonio de la lama distinguió la nulidad en la nulidad ipso iure y en nulidad por vía de
acción la primera correspondía a los contratos prohibidos y a los celebrados por locos. Etc. Y
la nulidad por vía de acción era la presentada en los contratos que resultaban rescindibles a
instancia de la parte perjudicada.
4) EL CODIGO CIVIL ARGENTINO
Este código a diferencia de los otros de su época si legisló sobre los hechos y los actos jurídicos.
Tres fuentes influyeron en este código: el esboco de Augusto Teixeria, el código civil chileno y
la doctrina francesa
Aquí se hace la distinción entre nulidades manifiestas y nulidades no manifiestas. Según la ley
haya o no declarado nulo el acto o le haya o no impuesto la pena de nulidad es Io que lleva a
la distinción entre actos nulos y anulables. A su vez tanto las distinciones en nulidades
manifiestas como nulidades no manifiestas, como la de los actos nulos y anulables conducen
a la de nulidad absoluta y nulidad relativa.
5) CODIGO CIVIL ALEMAN
Hace referencia a los negocios jurídicos nulos y los negocios jurídicos impugnables, pero sin
formar un conjunto sistematizado de normas.
Los nulos vienen a ser los negocios que no producen los efectos queridos y los impugnables
son los negocios eficaces pero expuestos a que una de las partes los impugne en su validez
retrotrayéndose la nulidad sobrevenida al momento de la celebración del negocio.

6) EL CODIGO CIVIL PERUANO DE 1936

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Distinguió la nulidad según se tratara de actos nulos y anulables, el código distingue dos clases
de nulidad la que tiene por principio el interés público(nulidad absoluta) y la que se concede a
favor de ciertas personas o intereses(nulidad relativa). El código de 1936 reservo la rescisión
para los casos previstos en la ley y solo en relación a los contratos.
7) EL CODIGO CIVIL ITALIANO
El código civil italiano de 1942 solo considera la nulidad y la anulabilidad siendo necesario hacer
notar que la plasmación legislativa de la teoría de las nulidades está referida a los contratos
pues no ha regulado el negocio jurídico y ha dejado esa tarea a la doctrina.

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El acto jurídico como institución del derecho civil no es una creación legislativa
Debe precisarse que los franceses en su Código Civil (primer hito en la codificación civil
mundial) regularon lo concerniente a las Convenciones (que son los antecedentes del
contrato), creyendo que esta figura jurídica voluntaria sería suficiente para regular todos
las relaciones jurídicas que pudiesen derivarse como producto del ejercicio de la
autonomía de la voluntad y, con innumerables efectos jurídicos.
Sin embargo ello no fue así ya que existían relaciones jurídicas generadas por la
voluntad humana donde era insuficiente la regulación normativa establecida para las
convenciones (o contratos), donde a manera de ejemplo existían vínculos jurídicos
habidos de una sola voluntad (unilateral), como el reconocimiento de un hijo, o que
podía generar también efectos extrapatrimoniales, como la adopción, donde la
convención no podía regular debidamente estas situaciones generadas ya que está se
refería esencialmente a voluntades bilaterales y de efectos patrimoniales.

El negocio jurídico es la manifestación de voluntad que tiende a producir efectos


jurídicos consistentes en la adquisición, modificación o extinción de un derecho
subjetivo. Con él se trata de englobar en una figura unitaria todos aquellos hechos o
supuestos en los cuales el papel de la voluntad individual es relevante y en cierta
medida condiciona y determina los efectos jurídicos que los actos del hombre van a
producir. Es una figura jurídica que trata de englobar los contratos, testamentos y
análogos, como las renuncias de derechos, aceptación de herencias, etc.
Nuestro Código Civil, al igual que los restantes Códigos latinos, no utiliza la expresión
“negocio jurídico”. Sin embargo, todas las exposiciones generales de Derecho civil
dedican amplias páginas a esta temática.
Frente a la opción legislativa tradicional de los Códigos latinos de regular
separadamente diversas instituciones cuya esencia así lo requiere, matrimonio,
contratos, testamentos, adopción, etc., el BGB se pronuncia por convertir la abstracción
en pauta normativa: toda declaración de voluntad dirigida producir un efecto jurídico
debe considerarse un negocio jurídico

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l concepto de acto encuentra su origen en el vocablo en latín actus y se halla asociado


a la noción de acción, entendida como la posibilidad o el resultado de hacer algo.
Un acto jurídico, en este sentido, constituye una acción que se lleva a cabo de manera
consciente y de forma voluntaria con el propósito de establecer vínculos jurídicos entre
varias personas para crear, modificar o extinguir determinados derechos.
En otras palabras, puede decirse que un acto jurídico es una manifestación de
voluntad cuyo fin es provocar consecuencias de derecho. Estos resultados son
reconocidos por medio del ordenamiento jurídico.
La base del acto jurídico la conforma la declaración de voluntad, la cual debe ser
consciente de los efectos que tendrá el primero, de acuerdo a lo que estipulen las leyes.
El acto jurídico busca una variación del estado de las cosas y provoca las ya
mencionadas consecuencias de tipo jurídico.

1. DEFINICION
Según la Real Academia Española:

NEGOCIO
1. Ocupación, actividad o trabajo que se realiza para obtener un beneficio,
especialmente el que consiste en realizar operaciones comerciales,
comprando y vendiendo mercancías o servicios.
2. Ganancia o beneficio conseguido en una actividad comercial o de otro tipo.
Acto:
1.Acción u obra que realiza una persona
2.Reunión o ceremonia pública, oficial o solemne
JURIDICO:
Del derecho o de las leyes o relacionado con ellos

2. CONCEPTO
Es la una parte o subespecie del acto jurídico El Negocio Jurídico son las declaraciones
de voluntad privadas dirigidas a la consecución de un fin preponderantemente
económico reconocido por el ordenamiento jurídico vigente en tanto y cuanto exista
concordancia entre la voluntad declarada y el efecto producido, siempre y cuando ese
efecto sea licito.

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Manifestación más importante de la autonomía privada consistente en una
autorregulación de intereses privados en vista de una función considerada socialmente
razonable, y como tal valorada y reconocida por el ordenamiento jurídico.

2.1. DIFERENCIA ENTRE HECHO, ACTO Y NEGOCIO JURIDICO

2.1.1. Hecho Jurídico:


• Es el género.
• Se produce por hechos naturales o por la conducta humana.
• No busca producir efectos de Derecho, los efectos surgen de la ley.
• Acepta cualquier clase prueba.
2.1.2. Acto jurídico:
• Es la especie.
• Se produce solo por conducta humana.
• Necesita exteriorización de la voluntad.
• La exteriorización de la voluntad esta destinada a producir efectos jurídicos.
• Acepta solo prueba documental. Porque cuando una persona crea, modifica o
extingue una relación jurídica debe dejar constancia de ese acto. Al legislador le
importa porque: (a) es la exteriorización de la voluntad, y (b) hay necesidad de dejar
una prueba fehaciente de la realización de ese evento.
2.1.3. Negocio jurídico:
• El Negocio Jurídico o Acto negocial es una sub especie del Acto jurídico.
• En el Negocio Jurídico el fin es esencialmente económico. Si el resultado es extra patrimonial
no es Negocio Jurídico, es un Acto Jurídico.

2.1.4. EL ACTO JURIDICO COMO ESPECIE DE HECHO JURIDICO


DEFINICION:
• Todo acto jurídico es un hecho jurídico pero no todo hecho jurídico es acto jurídico
• El hecho jurídico comprende ,además de los acotos jurídicos , a los actos meramente
licitos a los actos licitos a los actos involuntarios sean estos comformes o comtrarios
con el ordenamiento jurídico y también los hechos naturales o externos que inciden en
la vida de relación social del ser humano
• El acto jurídico es el acto humano , licito , con manifestaciones de voluntad destinada a
crear , regular , modificar , o extinguir relaciones jurídicas

3. EFECTOS DEL ACTO JURIDICO


 EFECTOS DEL ACTO JURÍDICO Los efectos fundamentales consisten en la
creación, modificación o transmisión de derechos y obligaciones, o la
constitución de una nueva situación jurídica general y permanente que implique
el nacimiento de una serie de derechos y obligaciones. Autor, parte y tercero
(definición) El autor del acto es la persona que por su voluntad se producen las
consecuencias del acto. Parte, son las personas que adquieren derechos y
obligaciones que nacen en la relación jurídica. Tercero, persona ajena a los
efectos que producen las relaciones que nacen del acto. Causante y
Causahabiente Se llama al causante al transmisor de los derechos o bienes y

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causahabiente al que los recibe, es decir, al sucesor de aquel en la titularidad
del derecho
 El principio Res Inter Alios Acta Este principio significa que los actos jurídicos
producen obligaciones solamente para su autor o las partes, no para los terceros.
Los contratos y los actos jurídicos, en general, solo comprometen la libertad de
quienes los celebran

4. CARACTERISTICAS

1. Es un acto jurídico y por ello un acto de voluntad; más caracterizado porque el contenido
de la voluntad es decisivo y regulador de los efectos jurídicos que produce; éstos se originan
ex voluntae, no ex lege, a diferencia de los actos no negociales semejantes a los
negocios jurídicos (v. gr., el requerimiento de pago que engendra ex lege la mora del
deudor).

2. El negocio jurídico tiene doble valor: a) es título y fundamento de relaciones jurídicas, y


b) establece reglas de conducta. Por ello cabe distinguirlo de aquellas declaraciones
de voluntad que afectan la relación negocial, pero que carecen de independencia y
de fundamento de dicha relación negocial, como son los actos de cumplimiento o actos
debidos (pago de la obligación, entrega de legados) y los actos autorizados por la ley o
el contrato modificativos de larelación negocial (v. gr., elección en la obligación alternativa -
art. 1.132-, la intimación -art. 1.100-, la confirmación -art. 1.311-, el escoger del perjudicado
-art. 1.124-).

5. CLASES
Clasificación De Acto Juridico
1.- Positivos y negativos: Según tengan por objeto un hacer, o un no hacer o
abstención (art. 945), para determinar el comienzo o el fin de un derecho. Los contrato
de locación, o de compraventa, son positivos, porque requieren una conducta de hacer,
para cumplir el efecto jurídico deseado, como entregar el objeto dado en alquiler, en la
locación de cosas, o la prestación de un servicio, en la locación de servicios, o el pago
del precio, etcétera. Los negativos implican un no hacer, como sucedería en el caso de
una servidumbre de impida elevar una pared más allá de cierta altura

2.- Unilaterales y bilaterales: Está contenida en el artículo 946, que toma en cuenta
la existencia de una sola voluntad que da comienzo al acto, como el testamento, o la
necesidad de la existencia de conformidad de voluntades, como ocurre en el matrimonio
o la compra-venta. Para esta clasificación el codificador se inspiró en Mackeldey. La
importancia radica en los casos donde procede la nulidad parcial, que solo es posible,
en principio, cuando se trata de actos unilaterales.

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3.- Entre vivos o de última voluntad: El artículo 947, tomando como fuente el esbozo
de Freitas, llama actos jurídicos entre vivos, a los que no dependen de la muerte de la
persona que los constituyó, para producir efectos jurídicos, sucediendo lo contrario en
los de última voluntad, que recién cumplen efectos cuando la muerte del disponente
sucede. Como ejemplo de los primeros el mismo artículo cita a los contratos, y del
segundo a los testamentos. En el caso del seguro de vida, si bien se necesita la muerte
de una persona para poder cobrarlo, el acto existe desde su celebración, aunque sus
efectos se produzcan cuando la muerte acontezca.
4.- Onerosos y gratuitos: Según contengan una prestación de una parte, sin
contraprestación de la otra, como el caso de las donaciones, herencias o legados, o
exijan la contraprestación de la otra parte, como sucede por ejemplo en la compra-venta
o en la locación.
5.- Formales y no formales: Los actos formales son los que dependen para su validez
de la realización de ciertas formalidades exigidas por la ley, lo que no es requerido en
los no formales. Por ejemplo, para la validez de una compra-venta de inmuebles, se
requiere el otorgamiento de la escritura traslativa de dominio.
6.- Principales y accesorios: Los actos principales, son los que existen por sí mismos,
sin depender de otros actos, como una compraventa, un comodato, un mutuo o una
locación. Los accesorios son los que no existen por sí mismos, sino que solo valen
adicionados al acto principal, cuya suerte siguen. O sea que si no es válido el acto
principal, tampoco lo será el accesorio. Esto no significa que la nulidad no pueda afectar
sólo al acto accesorio, pero en este caso, el acto principal, conservará su validez. Por
ejemplo, una venta con garantía hipotecaria.
7.- Puros y simples y modales: Los actos puros y simples contienen los elementos
del acto jurídico que hemos ya visto como esenciales, los modales, contienen además,
elementos accidentales (condición, plazo o cargo)
8.-Patrimoniales y extrapatrimoniales: Los patrimoniales poseen contenido de tipo
económico, o sea, son valorables en dinero, por ejemplo, la compra venta. Los
extrapatrimoniales, no lo poseen, y se refieren sobre todo al ámbito del derecho de
familia, por ejemplo, el matrimonio o la adopción.
9.- De administración y de disposición: En el caso del primero, no hay modificación
sustancial del patrimonio, ya que el acto no lo disminuye, sino que tiende a conservarlo
y a acrecentarlo por la simple actividad habitual desarrollada. Por ejemplo, reparar el
inmueble, cobrar alquileres. La venta de frutos de la cosa, es considerada acto de
administración.
ELEMENTOS
La tradición escolástica afirma la existencia de tres tipos diversos de elementos en los
negocios jurídicos:
1. Elementos esenciales: como su propia denominación sugiere, serían aquellos
que, de forma necesaria e inderogable para el sujeto o las partes, deben integrar
el negocio jurídico para que se considere válido y eficaz. Estos elementos serían:
la voluntad o el consentimiento de crear un determinado negocio; la causa, forma
y el objeto (sobre estos tres últimos elementos hay discusiones profundas y
variadas).
2. Elementos naturales: circunstancias, datos técnicos o características del negocio
que la ley considera integrados en el negocio, salvo que el sujeto o las partes los
excluyan.
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3. Elementos accidentales: representados por la condición, el término y el modo, en
cuanto determinaciones de carácter accesorio que, por propia y expresa voluntad
de los sujetos, pueden formar parte del negocio jurídico.

Es tradicional la clasificación de los elementos del negocio jurídico en:


- Esenciales, sin los cuales el negocio del negocio jurídico en:
- Naturales, que el negocio lleva consigo normalmente, pudiendo excluirse por las partes (v.
gr., saneamiento en lacompraventa, gratuidad del mandato, etc.).
- Accidentales, que sólo existen cuando las partes los agregan (v. gr., condición, término, modo).
Estos elementos accesorios pueden tomar para las partes una importancia capital, de suerte que
su nulidad entrañe la del acto mismo (serían, pues, accesorios en sentido objetivo, pero esenciales
en sentido subjetivo).

Los elementos esenciales pueden ser propios de un negocio jurídico determinado (precio en
la compraventa) o comunes a todo negocio. Estos últimos pueden ser subjetivos (declaración de
voluntad) y objetivos (objeto, causa y forma). El Código Civil no contiene una regulación general de
los elementos esenciales del negocio, pero lo contempla en determinados supuestos concretos
(arts. 45 rel. 73.1 -matrimonio-, 687 -testamento-, 1.261 -contrato-).

La declaración de voluntad tiene como presupuestos: la capacidad del sujeto (la capacidad
jurídica especial para que le sean atribuibles los efectos propios del negocio jurídico -los del
casado, los del comprador, etc.- y la capacidad de obrar para vincularse a sí mismo -artículo 1.263-
o a la persona en cuyo nombre o para cuya cuenta actúa -
artículo1.259, legitimación del representante-) y una voluntad no viciada.

Por último, cabe destacar que cuando alguno de los requisitos o elementos del negocio faltan o no
son como debieren, se produce, según los casos, la ineficacia o la anomalía del
negocio, categoría ambas que son objeto detratamiento separado (V. negocio
jurídico, ineficacia del; negocio jurídico, integración del; negocios jurídicos anómalos;negocio
jurídico, objeto del).

ACTO O NEGOCIO JURIDICO SEGÚN EL


CODIGO CIVIL PERUANO ARTICULOS 140
DEL ACTO JURÍDICO

Artículo 140.- El acto jurídico es la libre manifestación de voluntad destinada


a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas.

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Artículo 140a.- Para la validez del acto jurídico se requiere:

1. Que el sujeto tenga plena capacidad de ejercicio, salvo los casos de


excepción previstos en la ley, y esté legitimado para celebrarlo.
2. Que la relación jurídica sea lícita.
3. Que cuando recaiga sobre bienes, servicios o abstenciones, sean
físicamente posibles, determinados o determinables, y susceptibles de
tráfico jurídico.
4. Que su finalidad sea lícita.
5. Que se cumpla la formalidad que, bajo sanción de nulidad, establece la
ley.

EL ACTO O NEGOCIO JURIDICO EN EL DERECHO COMPARADO

FRANCIA Y ALEMANIA

La Teoría del Acto Jurídico fue una elaboración de la doctrina francesa posterior a la
vigencia del Código Napoleón y su concepto no pasó de ser una elaboración doctrinal,
mientras que la Teoría del Negocio Jurídico fue obra de la pandectística germana que
se desarrolló a mediados del siglo XIX dando origen al concepto de negocio jurídico,
que pasó de una elaboración doctrinal a una elaboración legislativa en el Código
Alemán vigente desde 1900. De este modo, mientras el Código Francés de 1804 se
irradió a lo largo del siglo XIX ejerciendo una decisiva influencia, el BGB se irradió en
el presente siglo ejerciendo su influencia hasta compartirla con el Código italiano de
1942.

La doctrina moderna, entonces, por iniciativa de los autores alemanes, y posteriormente


seguida por los italianos y españoles, ha planteado el concepto de negocio jurídico
como la declaración de voluntad orientada a conseguir una finalidad práctica, lícita y
amparada por el ordenamiento legal, el que lo reconoce como un factor voluntario
eficiente para entablar relaciones jurídicas, regularlas, modificarlas o extinguirlas,
presentándosele, en este orden de ideas, como una especie del acto jurídico, que viene
a ser el género, y dejando librado para el acto jurídico, la noción de todo hecho
voluntario que produce efectos jurídicos, sean lícitos o ilícitos, lo que no guarda
conformidad con el desarrollo teórico trazado por León Barandiarán para la
determinación de su concepto en el Código de 1936.

El acto jurídico, como lo hemos advertido, fue el resultado de una elaboración de la


doctrina francesa, pues el acto jurídico no fue una elaboración legislativa ni con esa
nomenclatura fue incorporado al Código Napoleón, que lo ignoró. La doctrina francesa

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conceptuó el acto jurídico como toda manifestación exterior de voluntad con la finalidad
de producir efectos jurídicos y así lo definen, por ejemplo, Josserand y los Mazeaud,
calificados exponentes de la doctrina francesa de las últimas décadas.

El nomen iuris de acto jurídico, como aparece en la traducción de los autores franceses,
parece ser que presenta una confusión lingüística y de dificultades de traducción. Luis
Alcalá-Zamora y Castillo, traductor de la obra de los Mazeaud, considera que no debe
confundirse el acto jurídico como toda manifestación de voluntad hecha por una o varias
personas con la intención de crear, modificar o extinguir un derecho y que designa como
negocio jurídico (negotium), con el acto jurídico en el sentido de instrumento de prueba
de la operación jurídica (instrumentum). Advierte el mismo traductor de una posible
confusión lingüística que se derivaría de los vocablos "acto" y "acta", que este último
en el lenguaje francés es de género masculino y así, por defecto de traducción, se
habría equiparado, en el texto de los Mazeaud, "acto" con negocio jurídico para
distinguirlo del acta (documento). Federico de Castro y Bravo, en cita de Jorge Muñiz
Ziches, considera también que la nomenclatura utilizada por la doctrina francesa
obedece, más que todo, a una dificultad léxica ante la imposibilidad de usar el término
"affaire juridiqué" para traducir la del negocio jurídico.

Como ya hemos indicado, el concepto de negocio jurídico fue incorporado al Código


Alemán de 1900. Ennecerus, uno de sus más calificados comentaristas, explica el
concepto de negocio jurídico exponiendo que las consecuencias jurídicas tienen su
elemento principal en los hechos jurídicos, en los cuales, cuando participa la voluntad,
se derivan los actos jurídicos, que los distingue en tres clases: las declaraciones de
voluntad, los actos conformes al Derecho y los actos contrarios al Derecho: de las
primeras, cuando están dirigidas a producir un efecto jurídico se genera el negocio
jurídico, pues en los actos conformes al Derecho los efectos son determinados por la
ley y, en los contrarios al Derecho, por su ilicitud, también la ley determina sus efectos.
De este modo, para el tratadista alemán, el negocio jurídico es el acto jurídico en el que
el contenido de la declaración de voluntad da lugar a las consecuencias jurídicas en
cuanto a la creación, modificación o extinción de derechos.

 Larenz , otro calificado exponente de la doctrina alemana, explica el concepto de


negocio jurídico incorporado al BGB como "un acto, o una pluralidad de actos
entre sí relacionados, ya sean de una o de varias personas, cuyo fin es producir
un efecto jurídico en el ámbito del Derecho Privado, esto es, una modificación
en la relaciones jurídicas entre particulares". Por medio del negocio jurídico,
según el tratadista alemán, el individuo configura por sí sus relaciones jurídicas
con otros, siendo el negocio jurídico el medio para la realización de la autonomía
privada. Según el mismo Larenz, la autonomía privada requiere de una
"manifestación", esto es, de una "declaración de voluntad", para dar a conocer
que el efecto jurídico debe originarse según esa voluntad, pues la declaración
de voluntad viene a ser, al mismo tiempo, manifestación de voluntad y actuación
de la voluntad dirigida a la producción del efecto jurídico, conformándose así el
negocio jurídico, que se distingue del acto jurídico en cuanto que éste puede ser

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lícito o ilícito y por ello sus efectos están previstos en la ley, mientras que en
aquél es la declaración de la voluntad la que genera los efectos jurídicos.}

ITALIA

Como ya hemos expuesto, el Código Civil Italiano no ha incorporado a sus textos el


concepto de negocio jurídico, por lo que la doctrina italiana lo mantiene como una
elaboración doctrinal pero tomando de la alemana la distinción entre acto jurídico y
negocio jurídico y manteniéndola como una distinción de género a especie. Veamos los
planteamientos que han formulado algunos de sus mas calificados exponentes.

 Messineo explica también el negocio jurídico partiendo del supuesto de los


hechos jurídicos y los explica como aquellos acontecimientos o situaciones que
producen una modificación de la realidad jurídica y, por eso, son jurídicamente
relevantes, ya que sin ellos el ordenamiento jurídico permanecería inerte y no
nacerían efectos jurídicos. Estos hechos, según el autor italiano, interesan al
Derecho en cuanto están referidos al ser humano o se generan con la voluntad
humana, calificando el acto jurídico como un acto de la voluntad humana,
realizado concientemente, del cual nacen efectos jurídicos, porque el sujeto, al
realizarlo, quiere determinar un resultado y tal resultado es tomado en
consideración por el Derecho: este acto puede ser lícito o ilícito. El negocio
jurídico, según el mismo autor italiano, es una especie del acto jurídico que
consiste en una declaración de voluntad o varias, dirigidas a la producción de
determinados efectos jurídicos y que el ordenamiento jurídico reconoce y
garantiza en los límites de la correspondencia o coherencia entre los efectos y
la voluntad que los persigue, pero siempre que se trate de efectos lícitos.
 Barbero, en su desarrollo conceptual para llegar a la delimitación del negocio
jurídico, lo distingue del hecho jurídico y del acto jurídico y señala que los rasgos
característicos de estas figuras provienen de la relevancia o irrelevancia que en
cada una de ellas adquieren los elementos que denomina la "fenomenicidad
exterior" del evento, la "voluntariedad" de él y la "intención". Si la "fenomenicidad"
es relevante y son irrelevantes la "voluntariedad" y la "intención", se tiene el
hecho jurídico; si son relevantes la "fenomenicidad" y la "voluntariedad" se tiene
el acto jurídico; y, si son relevantes la "fenomenicidad", la "voluntariedad" y la
"intención", se tiene, entonces, el negocio jurídico. El acto jurídico, según el
tratadista italiano, es el comportamiento voluntario de un sujeto productor de
efectos solamente en cuanto y porque voluntario, y no porque el sujeto haya
querido causarlos, ya que tales efectos pueden ser también contrarios a los
perseguidos por el sujeto y que pueden representar, incluso, una reacción del
orden jurídico contra la intención del sujeto y, así, define el acto jurídico, no ya
como una "manifestación de voluntad", sino como una manifestación o un
comportamiento voluntario del sujeto al que el derecho vincula determinados
efectos jurídicos en cuanto precisamente y sólo porque es voluntario. El negocio
jurídico, según el desarrollo de Barbero, es la manifestación voluntaria de una
intención: la "manifestación" representa el hecho, el evento o el acontecimiento
exterior, la "voluntariedad" determina su configuración en calidad de "acto" y la
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"intención" caracteriza a este acto en su calidad de "negocio", por lo que el
negocio jurídico es la "manifestación voluntaria de la intención a la cual el orden
jurídico vincula los efectos reconocidos o convenientes para su mejor realización
jurídica" (11).
 Para Galgano , el negocio jurídico es, en el mundo del Derecho, el momento final
de una secuencia conceptual que parte de la categoría más amplia de hecho
jurídico. El hecho jurídico, para el mismo autor italiano, es todo acontecimiento
natural o humano, a cuya realización el Derecho atribuye un efecto jurídico
constitutivo, modificativo o extintivo de relaciones jurídicas. El acto jurídico lo
distingue del hecho por tratarse de un hecho voluntario al que el Derecho no
atribuye el efecto jurídico a un acontecimiento material sino al ulterior requisito
de la voluntariedad del acontecimiento, de forma que el efecto jurídico no se
produce si el hecho no consiste en el comportamiento voluntario y conciente del
hombre. El negocio jurídico lo define sobre la base del papel específico que
cumple la voluntad del hombre, pues el Derecho no atribuye el efecto jurídico,
como ocurre en el acto jurídico en general, a la mera voluntariedad del
comportamiento sino al ulterior extremo de la llamada "voluntad de los efectos",
no bastando, como para el acto jurídico en general, que el sujeto haya querido
el acto, pues para que el efecto jurídico se produzca hace falta que el sujeto haya
querido también el efecto.

ESPAÑOLA

La moderna doctrina española, pese a que el Código Civil hace referencia al acto
jurídico, también ha acogido la figura del negocio jurídico por obra de Valverde, según
apunta Puig Peña. El negocio jurídico viene a ser la declaración o declaraciones de
voluntad privada, encaminadas a conseguir un fin práctico jurídico, a las que el
ordenamiento jurídico, bien por sí sola o en unión de otros requisitos, reconoce como
base para producir determinadas consecuencias jurídicas, según acotación de Espín
Cánovas . Además, los civilistas españoles enfatizan en el desarrollo de la noción del
negocio jurídico el poder de autorregulación de los intereses jurídicos por los propios
sujetos y siguen a la doctrina italiana en cuanto a la distinción entre acto jurídico --como
hecho jurídico voluntario-- y negocio jurídico. Así, por ejemplo, Albaladejo y García
Amigo y, en general, los civilistas españoles de nuestros días. Sin embargo, un
tratadista de la talla de Federico de Castro y Bravo, citado por Manuel de la Puente , se
ha referido a los riesgos de la utilización del concepto de negocio jurídico en el Derecho
español.

En el Perú, por obra de Jorge Eugenio Castañeda, a partir de 1972, los estudios se han
inclinado en favor del negocio jurídico como denominación del concepto. Castañeda ,
civilista de notabilísimo cuño y antiguo maestro de San Marcos, expuso la sospecha de
que una desafortunada traducción del Código Civil Alemán fue la causa de que los
juristas brasileros, y sus seguidores en el Perú, instalaran en sus respectivos Códigos
disposiciones sobre acto jurídico y no sobre negocio jurídico y, por ello, propuso que el
nomen iuris de negocio jurídico fuera incorporado en la Reforma del Código Civil de
1936. También Raúl Ferrero Costa poco tiempo después tomó partido por la
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denominación de negocio jurídico. Y, recientemente, Juan Guillermo Lohmann, quien
primero realizó un interesante y documentado trabajo en base al Proyecto de la
Comisión Reformadora, publicado por la Pontificia Universidad Católica del Perú y del
Proyecto publicado por el Ministerio de Justicia, para luego, iniciada la vigencia del
Código Civil de 1984, publicar un enjundioso estudio , que ha reeditado enriquecido y
actualizado.

Pueden citarse también otros trabajos de menor envergadura, como el de Ricardo La


Hoz Tirado, quien tiene publicada una monografía sobre Negocio Jurídico y Declaración
de Voluntad , pero sin plantear distingos entre negocio jurídico y acto jurídico y, más
bien, tratándolos como conceptos de igual contenido, así como el de Carlos Peña
Gálvez que, en su ingenioso manual de preguntas y respuestas, utiliza indistintamente
las denominaciones de acto jurídico y de negocio jurídico, y otros trabajos difundidos
en artículos de revistas especializadas en materia jurídica.

La obra mas importante es la de Lohman por su actualidad y densa doctrina. Lohman,


identificado con la doctrina europea y particularmente la española, parte de la distinción
entre acto jurídico y negocio jurídico y, en cuanto a éste, sostiene que no se está
refiriendo exactamente a una institución del Derecho sino a una abstracción jurídica
elaborada por la doctrina sobre la base de un conjunto de normas y caracteres propios
y comunes a cierto tipo de actos jurídicos, aunque esta abstracción o construcción
teórica no se justifique a priori, sino por su utilidad al sistematizar principios
ordenadores. Conceptúa el negocio jurídico como la declaración o declaraciones de
voluntad de Derecho Privado que, por sí o en unión de otros hechos, estarán
encaminadas a la consecución de un fin práctico, lícito y admitido por el ordenamiento
jurídico, el cual reconoce a tales declaraciones como el sustento para producir efectos
prácticos queridos y regular relaciones jurídicas de derecho subjetivo, es decir, una
proyección de la voluntad sobre el ámbito del Derecho.

COLOMBIA

EL NEGOCIO JURÍDICO Y LA DECLARACIÓN DE VOLUNTAD

NOCIÓN DE NEGOCIO JURÍDICO: todo negocio jurídico debe fundarse en una


declaración de voluntad, encaminada a obtener una o varias consecuencias jurídicas,
protegidas por el orden jurídico. En general, la consecuencia jurídica consiste en el
nacimiento, modificación o extinción de un derecho subjetivo. Así, en la compraventa la
declaración de voluntad del vendedor se dirige a la transmisión de la propiedad que
tiene sobre una cosa y a la adquisición de una suma de dinero.

Pero la declaración de voluntad no siempre tiene como fin exclusivo la adquisición,


modificación o extinción de un derecho subjetivo; así, el reconocimiento de un hijo
extramatrimonial se dirige a establecer un estado o situación jurídica: la de padre e hijo
extramatrimonial, aunque el establecimiento de ese estado es supuesto de importantes
derechos subjetivos, ya que a la muerte del padre el hijo adquirirá derechos herenciales;
además el padre asume la obligación de criarlo, educarlo y sostenerlo.

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Pero podemos decir que el efecto de la declaración de voluntad en un negocio jurídico
ha de ser el de establecer, modificar, transmitir o extinguir una relación jurídica.

En algunos casos, la sola declaración de voluntad de una persona engendra el negocio


jurídico; en otros, debe estar unida a otros hechos. Así, en la celebración de un contrato
se requiere la concordancia recíproca de las declaraciones de dos personas, que en
relación con sus intereses están la una frente a la otra. El elemento esencial de todo
negocio jurídico es la declaración de una o varias voluntades; en consecuencia negocio
y declaración de voluntad no son equivalentes.

Entonces por negocio jurídico se entiende aquel hecho jurídico que contiene una o
varias declaraciones de voluntad de los particulares que, por sí o unidos con otros
requisitos, persiguen un determinado efecto jurídico.

Debe tratarse de una o varias declaraciones de voluntad. En los negocios


unilateralessolo se requiere una declaración de voluntad (aceptación de una herencia,
el testamento, reconocimiento de un hijo extramatrimonial); en los negocios
bilateralesse exigen dos declaraciones de voluntad (contrato, tradición); en
algunos negocios plurilaterales se exigen varias declaraciones (el acuerdo para formar
una sociedad, para modificar su objeto social o para extinguirlo).

El núcleo principal del negocio jurídico son las declaraciones de voluntad de los
particulares. Esto diferencia claramente las declaraciones privadas de voluntad del
negocio, de otras declaraciones de voluntad que no son privadas, por ejemplo, la
declaración de voluntad del juez (sentencias), las de autoridades administrativas
(decretos, ordenanzas, acuerdos) la del legislador (normas jurídicas o leyes en
general).

En ocasiones son suficientes las simples declaraciones de voluntad (negocios


consensuales); en otras se requiere además una determinada formalidad para la plena
validez del negocio (negocios solemnes o formales).

La declaración de la voluntad del negocio debe perseguir un determinado efecto


jurídico, pues el negocio jurídico es el instrumento principal que el orden jurídico pone
a disposición de los particulares para que por su voluntad ejerzan sus derechos y
satisfagan sus intereses racionales y legítimos. El efecto jurídico perseguido se traduce
en la creación, modificación o extinción de una relación jurídica.

LA DECLARACIÓN DE VOLUNTAD: el Código Civil habla de declaraciones de voluntad


(arts. 1502, 1517, etc.), que no es más que la voluntad exteriorizada. Desde este punto
de vista se contraponen dos especies de voluntad: la simple interna y la declarada.

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La voluntad interna (no exteriorizada) carece de eficacia en formación de las relaciones
jurídicas, ya que el derecho solo tiene en cuenta la voluntad declarada, es decir, la que
puede conocerse.

Pero cuando el Código Civil exige que la voluntad del negocio jurídico sea declarada,
no está haciendo referencia a una voluntad esencialmente distinta de la voluntad o
querer de una persona; simplemente exige que ese querer debe plasmarse en signos
que permitan que las demás personas lo conozcan, y que mientras no se exteriorice,
carece de eficacia jurídica. De otra manera el comercio social, que implica un
permanente intercambio de voluntades, sería imposible.

La declaración de voluntad puede definirse como "la conducta humana externa y


consciente que según los usos sociales permite inferir la existencia y el contenido de
una voluntad"

MEDIOS APTOS PARA EXTERIORIZAR LA VOLUNTAD

El lenguaje es el mas idóneo de exteriorización de una voluntad. Pero existen otros


medios, como sucede con ciertos signos; por ejemplo, una inclinación de cabeza o
ponerse de pie en una junta de accionistas, levantar la mano, dar una palmada en una
mesa, etc. Supongamos reunidas en un salón unas sesenta personas, que tienen la
calidad de socios. El gerente somete a votación una proposición sobre aumento del
capital social; a fin de no perder tiempo, se conviene en que los socios que quieran
expresar su voluntad en el sentido de permitir dicho aumento, simplemente levanten la
mano, y que quieran expresar su voluntad en sentido contrario, no la levanten.

VOLUNTAD EXPRESA Y VOLUNTAD TÁCITA (DIRECTA E INDIRECTA)

El Código Civil Colombiano adopta la noción de "voluntades declaradas expresas" y


"tácitas" o "presuntas".

1.- Ejemplos de Voluntad Expresa:

a) El artículo 1640 prescribe que el poder conferido por el acreedor a una persona para
demandar en juicio al deudor, no la faculta por sí solo para recibir el pago de la deuda.
Esto indica que el poder para recibir exige una voluntad expresa.

b) Según el artículo 2373, la fianza no se presume, es decir, que no pueden existir


fianzas tácitas.

c) El artículo 2004 prohíbe al arrendatario ceder el arriendo o subarrendar, a no ser que


se le haya autorizado expresamente.
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2.- Ejemplos de Voluntad Tácita o Presunta:

a) El artículo 1287 prescribe que si el heredero o legatario vende, dona o transfiere, de


cualquier modo, el objeto que se le ha deferido, o el derecho de suceder en él, se
entiende que por el mismo hecho acepta.

b) El artículo 1290 establece que el asignatario constituido en mora de declarar si


acepta o repudia, se entenderá que repudia. Se trata de una voluntad presunta de
repudiación.

c) El artículo 1713 habla de la remisión tácita, es decir, de la condonación de una deuda


deducida de la entrega voluntaria que hace el acreedor al deudor del título de la
obligación.

BRASIL

EL NEGOCIO JURIDICO EN EL CODIGO CIVIL DEL BRASIL 2003


- con reseñas del Acto Jurídico -

I.- Apuntes sobre el Acto y el Negocio Jurídicos con algunas referencias a los Códigos
Civiles peruanos de 1936 y 1984
En atención al cambio que se ha propiciado en la legislación brasileña con la vigencia
desde Enero de 2003 de un nuevo Código Civil y a sabiendas de la similitud que el
Código Civil de 1936 tenía con el Código del Brasil de 1916 – y aún con el que hoy rige
- respecto a la concepción del acto jurídico, es que nos permitimos un somero repaso
de algunas consideraciones acerca del tema en la legislación civil vigente y derogada
del Perú en tanto su utilidad analítica.

El Negocio Jurídico es, todavía y solo en apariencia, un nomen juris tomado por parte
de la doctrina para denominar lo que se ha venía conociendo como Acto Jurídico.

Decimos que la nueva terminología sólo aparenta una sinonimia pues el Negocio
Jurídico perfecciona el concepto concibiéndose como integrado por: Fin licito en sí
mismo y contemplado por la Ley, en tanto, supuesto de hecho.

Lo que no cabe duda, es el reconocimiento tanto del acto como del negocio jurídico
como especies del género, esto es, del Hecho Jurídico.

El Hecho Jurídico es aquél “con la propiedad de producir efectos jurídicos”, pero que
acaecen no siempre con la intervención del hombre sino que también pueden ser
naturales o de carácter mixto ( hombre más naturaleza).

Por su lado, el Acto Jurídico tiene un FIN inmediato o PROPÓSITO querido por las
partes que es el de PRODUCIR UN EFECTO JURÍDICO.

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Ello, No ocurre con el Hecho Jurídico cuyo efecto se produce porque la LEY así lo
dispone, es decir, que sólo tiene relevancia jurídica en virtud de una disposición legal.

El Acto jurídico es un acto voluntario licito (declaración ó manifestación de voluntad),


que tiene por fin inmediato ESTABLECER RELACIONES JURÍDICAS ( Producción de
efectos jurídicos: crear, modificar, regular, transferir, conservar o aniquilar derechos.
Conceptualización que, también tuvo el Negocio Jurídico, cuando este concepto fue
pergeñándose por los pandectistas del 1900; así, tanto Acto como Negocio Jurídicos
nacen casi en la misma cuna pero van luego tomando senderos distintos pero no tan
lejanos u opuestos).

Se ha identificado desde un inicio, al Acto Jurídico con el concepto de DECLARACIÓN


DE VOLUNTAD, lo que se ha traducido en el articulo 140º de nuestro Código (1984)
que, a diferencia del Código Civil 1936, ha consagrado la definición clásica francesa del
Acto Jurídico, germinado gracias a Domat y Pothier, primeros comentaristas del código
napoleónico y adscritos al Ius Naturalismo, corriente resaltadora de la Libertad del
Hombre, entendido éste como centro de la sociedad y, por ende, el centro del
ordenamiento jurídico, donde la función del mismo debía limitarse - al final - a consagrar
todos los propósitos de los sujetos de derecho ( Teoría clásica de la voluntad donde
predominaba el “dogma de la voluntad”, la “autonomía de la voluntad”, el simple
“consensualismo” y el “valor de la palabra dada”).

Repetido, hasta el cansancio, es saber que dicha consecuencia legislativa fue también
influencia de la obra del Dr. José León Barandiarán quien entendió al acto jurídico como
esa manifestación de voluntad dirigida a producir efectos jurídicos y que, como tal, no
había sido definida en el Código derogado aunque si regulada con cierta eficacia ya
que es evidente el desarrollo de la Teoría del Acto Jurídico en el Código Civil de 1936.

Pero el Acto Jurídico No termina en esa manifestación de voluntad productora de


efectos legales, ésta No lo es todo.

“ El fenómeno del Acto Jurídico, al igual que el del Contrato, están basados o
fundamentados en la necesidad de explicar y entender

adecuadamente, cuándo las intenciones de los sujetos de derecho, en un determinado


ordenamiento jurídico, en una sociedad y en un momento histórico determinado, deben
ser valoradas y tomadas en consideración por dicho ordenamiento jurídico para la
atribución de efectos jurídicos”.

Así, se trata de entender “en qué casos las intenciones de los sujetos de derecho deben
ser valoradas por las normas jurídicas como BASE de la producción de efectos
jurídicos, lo cual implica DIFERENCIAR estos comportamientos de aquellos otros, en
los cuales la producción de efectos jurídicos es directa atribución de la norma a la simple
manifestación de voluntad, SIN interesar el propósito o la finalidad que los hubiera
determinado”, según explica Taboada..
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Esto mismo se ha aplicado también como “novísima” corriente a los postulados que hoy
contiene la teoría del Negocio Jurídico.

Lo que se trata de distinguir, dentro de todos los comportamientos del hombre en su


ámbito social, son los actos que deben merecer la tutela legal en atención al propósito
práctico ( salido expresamente del hombre) que los hubiere determinado, con la
consiguiente imposibilidad de retractarse, de aquéllos que son intrascendentes o que,
siendo también relevante jurídicamente, producen efectos atribuidos directa y
abstractamente por la normas jurídica al simple comportamiento voluntario SIN
interesar el fin practico perseguido por sus autores.

El acto jurídico conceptualizado así por la profunda influencia del Ius Naturalismo, dejó
de lado la función ordenadora y organizadora del ordenamiento jurídico y del Derecho
en sí mismos.. Tal era la importancia del individuo, “que de su propia voluntad debe
depender en última instancia la concesión de efectos jurídicos por parte del
ordenamiento”.

El acto jurídico conlleva, de este modo, un requisito adicional: “el que la voluntad deba
estar orientada y dirigida a la obtención de EFECTOS jurídicos, no siendo suficiente
una voluntad orientada únicamente a la consecución de efectos meramente prácticos”.

Arribamos finalmente a una concepción individualista del acto jurídico, no social y


normativa y, según algunos, artificial, pues se “pretende hacer creer que es en la
voluntad del individuo donde reposa la esencia del concepto de acto jurídico”.

1.1.- EL NEGOCIO JURÍDICO

Conocedores de la nueva denominación de NEGOCIO JURÍDICO, recogida por el


nuevo Código Civil Brasileño nos preguntamos: ¿ Acaso, esa misma denominación
pudo haberse usado sin complicaciones en el Código de 1917?

La respuesta es: definitivamente SÍ

Puesto que, de la simple lectura del texto de nuevo Código Civil, se repara que no existe
mayor cambio con el derogado.
Se aprecia que:
a) mantiene casi el mismo esquema del libro III ( Hechos Jurídicos del antiguo Códice)
y reproduce textualmente parte o la totalidad de sus mismos artículos, cambiando solo
el nombre de “acto jurídico” por el de “negocio jurídico”;
b) que solamente se agrega a uno de los requisitos de validez para el negocio jurídico
que el objeto además de lícito, sea posible, determinado o determinable, y;
c) se mantiene el error al incluir nuevamente al Acto Ilícito y a la Prescripción dentro de
dicho libro, conceptos que no integran ni la teoría del acto jurídico ni la del negocio;
d) se añaden únicamente dos secciones totalmente nuevas, las referidas a la Lesión y
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al Estado de peligro como defectos del Negocio aunadas a unas cuentas reglas sobre
representación
e) Cambia la denominación de Nulidad por la de Invalidez, incluyendo dentro de este
titulo a la Simulación como causa de nulidad.

Si leemos ambos Código podríamos, en algunas partes del mismo, confundirnos y


pensar que se trata de uno solo, dado que es difícil determinar si se trata de acto o
negocio aunque sus nombres digan respectivamente de qué se trataría, y decimos que
es complicado, pues, no es tarea de un Código explicar ello sino que se convierte en
un trabajo meramente doctrinario y que solo el legislador y el saber de los motivos que
tuvo para cambiar las denominaciones podrán descifrar y definir si se trató o no del
Negocio Jurídico y de sus corrientes de utilidad y trascendencia social.

Creemos que, sin duda, se basaron en el desarrollo de la teoría del Negocio Jurídico
en atención a su evidentísimo uso, como de igual forma pudieron hacerlo en
codificaciones anteriores siendo que esta vez se animaron a plegarse a este término.

Pero sea como fuere o pudiera haber sido, el negocio jurídico y, porque no el acto
jurídico, deben proyectarse al principio de legalidad que hace que las relaciones
personales de los hombres, al ser trascendentes, terminen siendo amparadas por la
Ley en atención a la necesidad y utilidad sociales de dichas conductas.

Repetimos, de la simple lectura del nuevo Código del Brasil no concluiríamos en


mayores conclusiones salvo por haber dejado al “acto” por el “negocio jurídico”, en
consideración a su “apego” a las formulas clásicas del código derogado y que podría
hacernos pensar que solo “cambiaron el nombre”.

Pero, ¿Cómo se ha ido desenvolviendo, la teoría del Negocio Jurídico cuando en varios
códigos relativamente ni siquiera se mencionó al acto jurídico?.

Codificaciones de avanzada como el Código Italiano de 1942 y, otro de menor ralea,


como el mexicano para el Distrito Federal de la década del treinta, olvidan por completo
a la teoría del acto jurídico y con más fuerza a la del negocio.

Como debe recordarse, la teoría del Negocio Jurídico comienza con la labor de los
pandectistas de finales del siglo 19, cuando antes y después de la vigencia del Código
Alemán del 1900 y “ ante la necesidad también de justificar y conceptuar los actos del
hombre que son jurídicamente relevantes”, elaboran tal concepto.

Proveniente de la palabra latina “Negotium”, la propia Real Academia de la Lengua


española se anima a definirlo como el “Acto de una o más voluntades que pretende
algún efecto jurídico reconocido por la Ley”, en una definición emparentad sima con la
del acto jurídico.

Pensamos que en una de las acepciones de la palabra negocio, es aplicable la que


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indica que es “la utilidad o interés que se logra en lo que se trata, comercia o pretende”
y hacia esa dirección es donde apuntó una de las corrientes mas recientes del negocio
jurídico: la Utilidad Social.

Una de las distinciones que se hace entre el acto y el negocio jurídico es la que
establece que es acto jurídico: “Cuando el agente no puede dictarse a sí mismo las
reglas bajo las cuales se comportará; o, lo que es lo mismo, cuando su propósito NO
es tomado en cuenta a la hora de diseñar los efectos jurídicos que se seguirán de su
manifestación de voluntad”

Y, es negocio jurídico: “Cuando el agente puede dictarse a sí mismo las reglas bajo las
cuales se comportará; o lo que es lo mismo, cuando su propósito es tomado en cuenta
a la hora de diseñar los efectos jurídicos que se seguirán de su manifestación de
voluntad”

En la teoría del Negocio Jurídico, del acto ilícito No puede derivarse un acto jurídico; en
cambio, el acto ilícito si es un acto jurídico ( esa seria la diferencia según palabras de
Vidal Ramírez).

Al ser el negocio jurídico un acto licito, éste implicaba a la voluntad ( declaración), a los
efectos jurídicos queridos y al amparo de ellos por la Ley.

Recapitulando, decíamos de la motivación de los pandectistas del siglo antepasado


para formular un nuevo concepto que, al inicio, solo quedó en una nueva definición
pues junto con los clásicos franceses, artífices de la teoría del acto jurídico, coincidieron
de manera absoluta en sus postulados, pues, se entendió al negocio jurídico como “
una declaración de voluntad que produce efectos jurídicos perseguidos por los sujetos
precisamente como jurídicos”, en definición tan igual que la que atañía al acto jurídico.

Empero, de allí surge una evolución distinta para cada teoría las que, no obstante ello,
se entrechocan en su camino coincidiendo interminables veces y haciendo creer
algunos que ambas se encuentran inmersas la una a la otra girando en un “circulo
vicioso” interminable.

Ambas nociones tuvieron en su creación el mismo objetivo: “la justificación de los actos
del individuo que son relevantes jurídicamente en un determinado sistema jurídico”.
Pero esta coincidencia primigenia se fue disipando por acción de los propios
doctrinarios alemanes.

Así, a través del tiempo surgieron algunas posiciones o corrientes dentro de la teoría
del negocio jurídico que para resumir los conceptos pasamos a detallar:

- PRIMERA CORRIENTE: El Negocio Jurídico No como simple manifestación de


voluntad sino como SUPUESTO DE HECHO (Hipótesis prevista en abstracto por las
normas jurídicas de una o más declaraciones de voluntad que producirán
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consecuencias jurídicas): Teoría POSITIVISTA.

- SEGUNDA CORRIENTE: Se aunaba a la primera, pero, añadiéndose la posibilidad


de celebrar negocios jurídicos SIN considerar la UTILIDAD SOCIAL, solo bastaba la
utilidad personal o individual

- TERCERA CORRIENTE: La TEORIA PRECEPTIVA, en donde el negocio jurídico es


un PRECEPTO SOCIAL, esto es, una autorregulación de intereses privados
SOCIALMENTE UTIL ( que lo regulado tenga trascendencia social).

- CUARTA CORRIENTE: De la tipicidad social (negocios atípicos) y de la tipicidad legal


(negocios típicos). Finalidades SOCIALMENTE RAZONABLES y NO ABSURDAS,
como requisitos de validez de los negocios jurídicos atípicos en su transición a su
tipicidad

Culminando podemos afirmar que, haciendo un fácil parangón, el acto y el negocio


jurídico sino son hermanos gemelos al menos sí primos hermanos.

VENEZUELA

Negocio jurídico.

En el código civil venezolano en el artículo (1133), dice que el contrato es una


convención entre dos o más personas para constituir, reglar, transmitir, modificar o
extinguir entre ellas un vínculo jurídico.

Clasificación de los contratos

(1). Unilaterales: son los que están constituidos por una declaración de voluntad.

(2). Bilaterales: Estos constan de dos o más declaraciones de voluntad, como por
ejemplo la compra venta.

(3). Onerosos: La prestación de una de las parte, le corresponde una contraprestación,


por la otra parte.

(4). Gratuitos: Estos no suponen una contraprestación uno de los casos puede ser la
donación.

- Los elementos del contrato son: La voluntad, objeto y la causa.

- Los vicios del contrato son: Error, dolo y violencia.

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Sentencia dictada por el Pleno Casatorio


Civil realizado por las Salas Civiles de la
Corte Suprema de Justicia de la República
Casación Nº 3189-2012-LIMA NORTE.
Demandante : Rodrigo Sánchez de la Cruz.
Demandados : Asociación de Vivienda Chillón.
Homero Castillo Alva.
Materia : Nulidad de Acto Jurídico.
En la ciudad de Lima, Perú, a los 03 días del mes de enero del dos mil trece los
señores Jueces Supremos, reunidos en sesión de pleno casatorio, han expedido la
siguiente sentencia, conforme a lo establecido por el articulo 400 del Código
Procesal Civil. Vista que fue la causa en audiencia pública del Pleno Casatorio de
fecha 16 de octubre de 2012, escuchados los informes orales de los señores
abogados de las partes y la exposición de los señores abogados invitados en calidad
de amicus curiae
(Amigos del Tribunal), discutida y deliberada que fue la causa, designándose
magistrada ponente a la señora Jueza Suprema Aranda Rodríguez, de los
actuados, resulta:

II. Resumen del Proceso.

La demanda, obrante a folios 101, fue interpuesta por Rodrigo Sánchez de la Cruz
ante el Juzgado Mixto de Puente Piedra de la Corte Superior de Justicia de
Lima Norte, con fecha 16 de mayo de 2006, conforme se aprecia del escrito en el
expediente principal; fue calificada y admitida a trámite en la vía de proceso de
conocimiento conforme al Código Procesal Civil, así se aprecia del auto de fecha 23
de mayo del 2006 de folios 118.

La citada demanda tiene como pretensión principal, la nulidad por las causales de
falta de manifestación de voluntad del agente y adolecer de simulación absoluta
respecto del acto jurídico contenido en el Acta de Asamblea General Extraordinaria
de Asociados de fecha 10 de octubre de 2004, referida al nombramiento del
Comité Eleccionario que nombra como Presidente del Consejo Directivo a Homero
Castillo Alva y 09 personas componentes del mismo cuerpo Directivo para el período
2004 a 2007; plantea como pretensiones accesorias:

se declare la nulidad del acto jurídico contenido en el Acta de Asamblea General


Extraordinaria de fecha 02 de octubre de 2005, referida a la aprobación del
otorgamiento de los más amplios poderes y facultades especiales a favor de
Homero Castillo Alva y se declare la nulidad de los asientos registrales de los citados
actos jurídicos, inscritos en la Partida Nº01975773 del Registro de Personas

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Jurídicas de Lima. La parte demandante agrega que es socio de la Asociación de
Vivienda Chillón según el acta de entrega de posesión de lote, la cancelación de
fecha 06 de septiembre de 1996 y los contratos de compraventa; anota que en el
mes de marzo de 2005 tomó conocimiento que el codemandado Homero Castillo
Alva había inscrito una Junta Directiva en forma fraudulenta y que convocó a los
asociados para la realización de la Asamblea General Extraordinaria de Asociados
de fecha 10 de octubre de 2004, señalándose que se había designado a Ricardo
Palencia Torres como Presidente del Comité Electoral que llevó cabo el proceso
eleccionario; sin embargo, refiere, que ello deviene en un acto fraudulento e ilegal
por cuanto no han participado en las citadas Asambleas la gran mayoría de los
asociados que se mencionan en las referidas actas, incurriendo dichos actos en falta
de
manifestación de voluntad, acarreando la nulidad del acto jurídico objeto de la
demanda; asimismo, sostiene, que dichas Asambleas no fueron convocadas bajo
las
normas estatutarias de la Asociación, sustentándose la inscripción en simples
declaraciones juradas emitidas por el codemandado Homero Castillo Alva en calidad
de Presidente de la citada persona jurídica no lucrativa.

Mediante escrito a folios 134, la Asociación de Vivienda Chillón contesta la demanda


manifestando que el acto jurídico cuestionado cuenta con todos los requisitos para
su validez de conformidad con el artículo 140 del Código Civil, precisando que a la
Asamblea General asistieron 300 asociados y en la misma se adoptaron los
acuerdos que son impugnados por el demandante; el objeto de dicha Asamblea fue
tratar lo referido al nombramiento del Comité Electoral y la elección del Consejo
Directivo para el período 2004 a 2007; sostiene que la Asamblea se llevó cabo
conforme a ley, el Presidente realizó la convocatoria mediante publicación en el
Diario Oficial quedando instalada ésta con el número de miembros previsto en los
artículos 87 del Código Civil y 23 de los estatutos de la Asociación, aprobándose los
acuerdos por la mayoría de los asistentes, inscribiéndose éstos en los Registros
Públicos. Resalta que la persona jurídica no lucrativa está conformada por 930
socios, el 90% está conforme con la Junta Directiva, por lo que la voluntad unilateral
del demandante no puede privilegiarse en oposición a los acuerdos válidamente
adoptados por la mayoría en la Asamblea General, celebrados con la convocatoria,
quórum de asistencia y aviso de publicidad en el Diario Oficial, respectivamente.
Refi ere que su derecho de oposición debió constar en el acta respectiva en caso
hubiera asistido y en su defecto contaba con 60 días para hacerlo valer
judicialmente, por lo que la demanda resulta improcedente. Finalmente anota que
no se acredita la inasistencia de los 121 socios que se indican en la demanda, no
existe coherencia en su petitorio, no es requisito de la convocatoria a la Asamblea
la notifi cación personal, bastando la publicación en el Diario ofi cial, las
publicaciones en el local y lo llamados
por megáfono; respecto de la causal de simulación deducida en autos agrega que
el accionante se limita a señalar que no estuvo presente en la Asamblea lo que no
resulta arreglado a ley.

Por resolución de folios 151, se declaró la rebeldía del codemandado Homero


Castillo Alva, quien no contestó la demanda pese a estar notifi cado de la misma.

Mediante sentencia de fecha 25 de julio del 2011, corriente a folios 262, el Juzgado
Civil de Puente Piedra, de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte declara

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fundada la demanda, en consecuencia nulas las Actas de Asamblea General
Extraordinaria de Asociados de fechas 10 de octubre de 2004 y 02 de octubre de
2005, ordenándose la cancelación de las inscripciones registrales de las mismas.
Se ha establecido en esta sentencia que en el caso de autos nunca se realizaron
las citadas Asambleas Generales, conforme a la declaración jurada de Pascual
Narvaja Condor quien señala que su padre Martín Narvaja Guitérrez falleció el 15
de junio de 2000, sin embargo éste aparece incluido en la lista de supuestos
asistentes a la referida asamblea presentada a los Registros Públicos por el
codemandado Homero Castillo Alva obrante a folios 16.
Agrega que otra situación similar se presenta con Justo Solía Leyva quien aparece
fallecido el 18 de enero de 2001 a folios 37, sin embargo se le consigna también en
la citada lista. Asimismo, se indica que en la presunta acta de asamblea general del
10 de octubre de 2004 según declaración jurada de Homero Castillo Alva habría
participado como Presidente del Comité de ese entonces Ricardo Palencia Torres,
pero de la revisión del libro padrón de la Asociación obrante de folios 22 a 29, en
ninguna parte aparece dicha persona, máxime cuando el demandante expresó que
éste antes de la celebración de dicha Asamblea había transferido el bien inmueble
que le confería la calidad de asociado a favor de Román Poma Mamani ,folios 71 a
78. Adicionalmente a ello se han presentado las declaraciones de otros asociados,
folios 38 a 57, quienes sostienen desconocer la existencia de la referida asamblea
y que nunca asistieron a ella; sin embargo en la declaración jurada que presentó
Homero Castillo Alva a los Registros Públicos los incluye como presuntos
asistentes.

A folios 286, la Asociación de Vivienda Chillón interpone recurso de apelación


alegando que no se ha valorado la voluntad de 940 socios quienes no han puesto
de manifi esto su disconformidad con el contenido en las actas de asamblea general
materia de autos. Agrega que en forma tardía el accionante cuestiona la validez de
las referidas actas de asamblea sin respetar la voluntad mayoritaria de los
asociados. Añade que del contenido de las actas se advierte la existencia de un acto
jurídico válido.

La Sala Civil Transitoria de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte expide


sentencia el 22 de junio del 2012 a folios 452 declarando nula e insubsistente la
sentencia apelada, nulo todo lo actuado incluido el auto admisorio e improcedente
la demanda. Se estableció que con relación a la pretensión demandada que se viene
tramitando como un proceso de conocimiento, cuyo objeto es la nulidad de acto
jurídico, existe una pretensión específi ca y una vía procedimental determinadas
expresamente por la ley con carácter imperativo para discutir la validez de los
acuerdos de una asociación, por lo que no procede su tramitación en una vía distinta
pese a la voluntad en contrario de la parte demandante. El incumplimiento de la
normativa vigente, artículo 92 del Código Civil, afecta de nulidad todo el proceso,
por lo que no corresponde adaptar la demanda a la vía procedimental específi ca,
en razón que el derecho de impugnación judicial de acuerdos de la parte
demandante ha caducado, por cuanto los acuerdos de nombramiento de Comité
eleccionario y Consejo Directivo para el período 2004 a 2007 fueron inscritos el 07
de enero de 2005 a folios 32 y 230, y el acuerdo de otorgamiento de amplios poderes
y facultades especiales corrió igual suerte el 12 de octubre de 2005 a folios 58, en
tanto que la demanda fue interpuesta el 16 de mayo de 2006, luego de transcurrido
el plazo de caducidad de 30 días de inscrito el acuerdo

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VII. FALLO.
Por tales razones, el Pleno Casatorio Civil de la Corte Suprema de Justicia de la
República, de conformidad con lo normado por el artículo 400 del Código Procesal
Civil:
Declara INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Rodrigo
Sánchez de la Cruz; en consecuencia NO CASARON la resolución de vista,
obrante a folios 452, su fecha 22 de junio de 2012, expedida por la Sala Civil
Transitoria de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte.
ESTABLECE como doctrina jurisprudencial vinculante lo siguiente: La
impugnación de todo acuerdo emitidopor una Asociación Civil, persona
jurídica no lucrativa, se fundamenta de manera obligatoria e insoslayable en
base a lo dispuesto por el artículo 92 del Código Civil, conforme a los métodos
sistemático y teleológico que permiten observar adecuadamente el principio
de especialidad de la norma.

El procedimiento predeterminado por ley para la tramitación de la pretensión de


impugnación de acuerdos de Asociación Civil, regulado en el artículo 92 del Código
Civil de 1984 es en la vía abreviada y de competencia de un Juez Civil.

Se encuentran legitimados para impugnar el acuerdo asociativo, tal como señala el


artículo 92 del Código Civil, el Asociado que asistió a la toma del acuerdo si dejó
constancia de su oposición en el acta respectiva, los Asociados no concurrentes,
los Asociados que fueron privados ilegítimamente de emitir su voto, así como el
Asociado expulsado por el acuerdo impugnado. Los legitimados antes precisados
no pueden interponer indistintamente pretensiones que cuestionen los acuerdos
asociativos, sustentados en el Libro II del Código Civil u otras normas, fuera del
plazo previsto en el artículo 92 del citado cuerpo normativo; sólo y únicamente
pueden impugnar los acuerdos de la Asociación Civil en base al citado artículo 92
que regula la pretensión de impugnación de acuerdos de asociación.

Toda pretensión impugnatoria de acuerdos de Asociación Civil debe realizarse


dentro de los plazos de caducidad regulados en el artículo 92 del Código Civil, esto
es:
Hasta 60 días a partir de la fecha del acuerdo. Hasta 30 días a partir de la
fecha de inscripción del acuerdo. El Juez que califica una demanda de
impugnación de acuerdos asociativos, fundamentados en el Libro II del
Código
Civil u otra norma que pretenda cuestionar la validez del acuerdo, puede adecuar
ésta, de conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Civil, siempre y cuando, conforme al petitorio y fundamentos de hecho, se cumplan
los requisitos previstos en el artículo 92 del Código Civil; sin embargo si los plazos
previstos en la norma acotada se encuentran vencidos ello no podrá realizarse de
ninguna manera, dado que se ha incurrido en manifiesta falta de interés para obrar
de la parte demandante, conforme a lo previsto en el numeral 02 del artículo 427 del
Código Procesal Civil, al interponerse la demanda fuera del plazo establecido en la
normativa vigente, lo cual es insubsanable, correspondiendo la declaración
de improcedencia de la demanda.

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En conclusión, desde un punto de vista formal podemos decir que entendemos por
"negocio jurídico" un supuesto de hecho que contiene una o más declaraciones de
voluntad privada dirigidas a la producción de un efecto jurídico y que el Derecho
Objetivo reconoce como base para producir el efecto calificado de efecto querido,
perteneciendo por definición al Derecho Privado
Por otro lado, debe resaltarse el hecho de que cada causa genera un negocio particular,
siendo imprescindible la declaración de voluntad de una o de ambas partes obtenida
mediante la exteriorización de la misma, sin que esta ocurra como consecuencia de
engaño, del error o la violencia.
También conocemos que para perfeccionarse el "negocio jurídico" debe tener un objeto
o un fin lícito y determinado o determinable, es decir, conocido o definido por las partes
y con un fin o función reconocida por las voluntades actuantes.
Es indudable que no solo los elementos señalados anteriormente (conocidos como
elementos esenciales) son suficientes para conducir una relación basada en la
juridicidad de un acto y a ella se le asimilan los llamados elementos accidentales tales
como la condición y el término amén del modo como forma de imponer, por ejemplo,
una carga a una persona beneficiada con una liberalidad.
Ante todas estas realidades, contenidas de algún modo en nuestro ordenamiento
jurídico vigente, especialmente en el Código Civil, no escapa la necesidad de algunos
sujetos, ya por su condición de ausentes o por ser personas cuyo órgano de
manifestación (por ser producto de una ficción del Derecho) les sean necesario suplir
una falta de capacidad y ampliar su esfera de acción, les faculta u otorga para que
puedan ser legalmente representados.
Para finalizar encontramos los fundamentos para desvirtuar los efectos del negocio
jurídico cuando este está afectado por vicios anteriores a su vigencia o producto
del desarrollo de la misma, siendo estos anulables o nulos de acuerdo a características
bien definidas por nuestras leyes.

El negocio jurídico como categoría lógica es un conjunto de conceptos de aplicación


general. Para nosotros el negocio jurídico es un acto que produce, modifica o extingue
normas jurídicas (concepción normativa) que constituye un ordenamiento jurídico
(concepción institucional), y, asimismo es un acto vinculante de privada reglamentación
de intereses (concepción axiológica). Pero también es un acto programático
(concepción programática) y un acto de comunicación social.

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TRATADO DE DERECHO CIVIL

Autor: JOSE LEÓN BARANDARIÁ

Formato: Digital

Año: -----

País de edición: Perú

Aguilar Gorrondona, J. (1997). Derecho Civil I Personas (Ed. 13°). Caracas: Fondo de
publicaciones UCAB.
Asociación Venezolana de Derecho Tributario. (1999). Revista de Derecho
Tributario (Ed. 1° Trimestre). Caracas: LegisLEC Editores.
Carmona Urdaneta, W. (1998). Manual de Derecho Romano (Ed. 3ra). Caracas: Editorial
Mc Graw Hill.
Cabanellas de las Cuevas, G. (1998). Diccionario Jurídico Elemental (Ed. 1998).
Argentina: Editorial Heliastasa.
Código Civil. (1982). Gaceta Oficial de la República de Venezuela, 2990 (Extraordinaria),
julio 26, 1982.
Constitución de la República de Venezuela. (1961). Gaceta Oficial de la República de
Venezuela, 3251 (Extraordinaria), septiembre 12, 1961.
Contreras, G. (1997). Manual de Derecho Civil I (5ta. Ed.). Caracas: Vadell Hermanos
Editores.
Decreto con rango y fuerza de Ley N°. 126 que establece el Impuesto al Valor
Agregado. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, 5.341 (Extraordinaria), mayo 5,
1999.
Egaña, Manuel S. (1984). Notas de Introducción al Derecho. Caracas: Editorial Criterio.
García Máynez, E. (1980). Introducción al Estudio del Derecho (Ed. 31°). Argentina;
Editorial Porma, S.A.
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Marcano Salazar, L. (1997). Introducción a los Principios Generales del
Derecho. Caracas: Marga Editores.
Maduro L., Eloy. (1993). Curso de Obligaciones (Derecho Civil III). Caracas:
Publicaciones UCAB.
Olaso, L. (1997). Curso de Introducción al Derecho. (Tomo II). Caracas: Manuales de
Derecho UCAB.
Ossorio, Manuel. (1963). Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y
Sociales. Montevideo: Editorial Obra Grande.
Ramírez, Alberto. (1998). Obligaciones. Caracas: Vadell Hermanos Editores.
Torres, Irene. (1997) Educación Jurídica y Razonamiento. Caracas: Intertextos
Consultores

http://www4.congreso.gob.pe/comisiones/1999/r_codigos/civil/libro2/libro2.htm

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