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PRÁCTICA DE LABORATORIO

INFORME Nº 7
CALORIMETRÍA

1.1 Objetivo de la práctica

 Experimentar la transferencia de energía ( calor) que se produce entre


cuerpos.
 Construir un calorímetro
 Determinar la capacidad calorífica del calorímetro.
 Calcular teóricamente el calor absorbido o liberado por un sistema
determinado
 Medir los cambios de temperatura que se producen, cuando efectuamos
reacciones químicas.
 Estudiar la relación del trabajo eléctrico con el calor.
 Determinar la cantidad de calor proporcionada por el trabajo eléctrico.
 Determinar cuantitativamente la relación entre Joules y calorías.

1.2 Fundamento teórico

Calorimetría

La calorimetría es la ciencia que mide la cantidad de energía generada en


procesos de intercambio de calor. El calorímetro es el instrumento que mide dicha
energía. El tipo de calorímetro de uso más extendido consiste en un envase
cerrado y perfectamente aislado con agua, un dispositivo para agitar y un
termómetro. Se coloca una fuente de calor en el calorímetro, se agita el agua
hasta lograr el equilibrio, y el aumento de temperatura se comprueba con el
termómetro. Si se conoce la capacidad calorífica del calorímetro (que también
puede medirse utilizando una fuente corriente de calor), la cantidad de energía
liberada puede calcularse fácilmente. Cuando la fuente de calor es un objeto
caliente de temperatura conocida, el calor específico y el calor latente pueden ir
midiéndose según se va enfriando el objeto. El calor latente, que no está
relacionado con un cambio de temperatura, es la energía térmica desprendida o
absorbida por una sustancia al cambiar de un estado a otro, como en el caso de
líquido a sólido o viceversa. Cuando la fuente de calor es una reacción química,
como sucede al quemar un combustible, las sustancias reactivas se colocan en un
envase de acero pesado llamado bomba. Esta bomba se introduce en el
calorímetro y la reacción se provoca por ignición, con ayuda de una chispa
eléctrica.

Calor

En física el calor es la transferencia de energía de una parte a otra de un cuerpo, o


entre diferentes cuerpos, en virtud de una diferencia de temperatura. El calor es
energía en tránsito; siempre fluye de una zona de mayor temperatura a una zona
de menor temperatura, con lo que eleva la temperatura de la segunda y reduce la
de la primera, siempre que el volumen de los cuerpos se mantenga constante. La
energía no fluye desde un objeto de temperatura baja a un objeto de temperatura
alta si no se realiza trabajo.

Hasta principios del siglo XIX, el efecto del calor sobre la temperatura de un
cuerpo se explicaba postulando la existencia de una sustancia o forma de materia
invisible, denominada calórico. Según la teoría del calórico, un cuerpo de
temperatura alta contiene más calórico que otro de temperatura baja; el primero
cede parte del calórico al segundo al ponerse en contacto ambos cuerpos, con lo
que aumenta la temperatura de dicho cuerpo y disminuye la suya propia. Aunque
la teoría del calórico explicaba algunos fenómenos de la transferencia de calor, las
pruebas experimentales presentadas por el físico británico Benjamin Thompson en
1798 y por el químico británico Humphry Davy en 1799 sugerían que el calor, igual
que el trabajo, corresponde a energía en tránsito (proceso de intercambio de
energía). Entre 1840 y 1849, el físico británico James Prescott Joule, en una serie
de experimentos muy precisos, demostró de forma concluyente que el calor es
una transferencia de energía y que puede causar los mismos cambios en un
cuerpo que el trabajo.

Temperatura

La sensación de calor o frío al tocar una sustancia depende de su temperatura, de


la capacidad de la sustancia para conducir el calor y de otros factores. Aunque, si
se procede con cuidado, es posible comparar las temperaturas relativas de dos
sustancias mediante el tacto, es imposible evaluar la magnitud absoluta de las
temperaturas a partir de reacciones subjetivas. Cuando se aporta calor a una
sustancia, no sólo se eleva su temperatura, con lo que proporciona una mayor
sensación de calor, sino que se producen alteraciones en varias propiedades
físicas que se pueden medir con precisión. Al variar la temperatura, las sustancias
se dilatan o se contraen, su resistencia eléctrica cambia y, en el caso de un gas,
su presión varía. La variación de alguna de estas propiedades suele servir como
base para una escala numérica precisa de temperaturas La temperatura depende
de la energía cinética media (o promedio) de las moléculas de una sustancia;
según la teoría cinética, la energía puede corresponder a movimientos
rotacionales, vibracionales y traslacionales de las partículas de una sustancia. La
temperatura, sin embargo, sólo depende del movimiento de traslación de las
moléculas. En teoría, las moléculas de una sustancia no presentarían actividad
traslacional alguna a la temperatura denominada cero absoluto. Véase Molécula.

En la actualidad se emplean diferentes escalas de temperatura; entre ellas están


la escala Celsius —también conocida como escala centígrada—, la escala
Fahrenheit, la escala Kelvin, la escala Rankine o la escala termodinámica
internacional. En la escala Celsius, el punto de congelación del agua equivale a
0 °C y su punto de ebullición a 100 °C. Esta escala se utiliza en todo el mundo, en
particular en el trabajo científico. La escala Fahrenheit se emplea en los países
anglosajones para medidas no científicas y en ella el punto de congelación del
agua se define como 32 °F y su punto de ebullición como 212 °F. En la escala
Kelvin, la escala termodinámica de temperaturas más empleada, el cero se define
como el cero absoluto de temperatura, es decir, -273,15 °C. La magnitud de su
unidad, llamada kelvin y simbolizada por K, se define como igual a un grado
Celsius. Otra escala que emplea el cero absoluto como punto más bajo es la
escala Rankine, en la que cada grado de temperatura equivale a un grado en la
escala Fahrenheit. En la escala Rankine, el punto de congelación del agua
equivale a 492 °R y su punto de ebullición a 672 °R.

En 1933, científicos de treinta y una naciones adoptaron una nueva escala


internacional de temperaturas, con puntos fijos de temperatura adicionales
basados en la escala Kelvin y en principios termodinámicos. La escala
internacional emplea como patrón un termómetro de resistencia de platino (cable
de platino) para temperaturas entre -190 °C y 660 °C. Desde los 660 °C hasta el
punto de fusión del oro (1.064 °C) se emplea un termopar patrón: los termopares
son dispositivos que miden la temperatura a partir de la tensión producida entre
dos alambres de metales diferentes. Más allá del punto de fusión del oro las
temperaturas se miden mediante el llamado pirómetro óptico, que se basa en la
intensidad de la luz de una frecuencia determinada que emite un cuerpo caliente.

En las ciencias físicas, la cantidad de calor se expresa en las mismas unidades


que la energía y el trabajo, es decir, en julios. Otra unidad es la caloría, definida
como la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de 1 gramo de
agua a 1 atmósfera de presión desde 15 hasta 16 °C. Esta unidad se denomina a
veces caloría pequeña o caloría gramo para distinguirla de la caloría grande, o
kilocaloría, que equivale a 1.000 calorías y se emplea en nutrición. La energía
mecánica se puede convertir en calor a través del rozamiento, y el trabajo
mecánico necesario para producir 1 caloría se conoce como equivalente mecánico
del calor. A una caloría le corresponden 4,1855 julios. Según la ley de
conservación de la energía, todo el trabajo mecánico realizado para producir calor
por rozamiento aparece en forma de energía en los objetos sobre los que se
realiza el trabajo. Joule fue el primero en demostrarlo de forma fehaciente en un
experimento clásico: calentó agua en un recipiente cerrado haciendo girar unas
ruedas de paletas y halló que el aumento de temperatura del agua era
proporcional al trabajo realizado para mover las ruedas.

Cuando el calor se convierte en energía mecánica, como en un motor de


combustión interna, la ley de conservación de la energía también es válida. Sin
embargo, siempre se pierde o disipa energía en forma de calor porque ningún
motor tiene una eficiencia perfecta.

Calor Latente

El cambio de temperatura de una sustancia conlleva una serie de cambios físicos.


Casi todas las sustancias aumentan de volumen al calentarse y se contraen al
enfriarse. El comportamiento del agua entre 0 y 4 °C constituye una importante
excepción a esta regla. Se denomina fase de una sustancia a su estado, que
puede ser sólido, líquido o gaseoso. Los cambios de fase en sustancias puras
tienen lugar a temperaturas y presiones definidas. El paso de sólido a gas se
denomina sublimación, de sólido a líquido fusión, y de líquido a vapor
vaporización. Si la presión es constante, estos procesos tienen lugar a una
temperatura constante. La cantidad de calor necesaria para producir un cambio de
fase se llama calor latente; existen calores latentes de sublimación, fusión y
vaporización. Si se hierve agua en un recipiente abierto a la presión de 1
atmósfera, la temperatura no aumenta por encima de los 100 °C por mucho calor
que se suministre. El calor que se absorbe sin cambiar la temperatura del agua es
el calor latente; no se pierde, sino que se emplea en transformar el agua en vapor
y se almacena como energía en el vapor. Cuando el vapor se condensa para
formar agua, esta energía vuelve a liberarse. Del mismo modo, si se calienta una
mezcla de hielo y agua, su temperatura no cambia hasta que se funde todo el
hielo. El calor latente absorbido se emplea para vencer las fuerzas que mantienen
unidas las partículas de hielo, y se almacena como energía en el agua. Para fundir
1 kg de hielo se necesitan 19.000 julios, y para convertir 1 kg de agua en vapor a
100 °C, hacen falta 129.000 julios.

Calor Específico

La cantidad de calor necesaria para aumentar en un grado la temperatura de una


unidad de masa de una sustancia se conoce como calor específico. Si el
calentamiento se produce manteniendo constante el volumen de la sustancia o su
presión, se habla de calor específico a volumen constante o a presión constante.
En todas las sustancias, el primero siempre es menor o igual que el segundo. El
calor específico del agua a 15 °C es de 4.185,5 julios por kilogramo y grado
Celsius. En el caso del agua y de otras sustancias prácticamente incompresibles,
no es necesario distinguir entre los calores específicos a volumen constante y
presión constante ya que son aproximadamente iguales. Generalmente, los dos
calores específicos de una sustancia dependen de la temperatura.

Transferencia de Calor

Los procesos físicos por los que se produce la transferencia de calor son la
conducción y la radiación. Un tercer proceso, que también implica el movimiento
de materia, se denomina convección. La conducción requiere contacto físico entre
los cuerpos —o las partes de un cuerpo— que intercambian calor, pero en la
radiación no hace falta que los cuerpos estén en contacto ni que haya materia
entre ellos. La convección se produce a través del movimiento de un líquido o un
gas en contacto con un cuerpo de temperatura diferente.

Capacidad calorífica

La capacidad calorífica es la energía necesaria para aumentar en un grado la


temperatura de un cuerpo. Sus unidades son J·K -1 o J·ºC-1.

Si un cuerpo intercambia cierta cantidad de energía térmica Q y se produce un


incremento de temperatura ΔT, la relación entre ambas magnitudes es:

Q = C·ΔT

donde C es la capacidad calorífica del cuerpo. Aumentar o disminuir la


temperatura de un gas encerrado en un recipiente se puede realizar a volumen o a
presión constante, por lo que en el caso de las sustancias gaseosas se habla de
capacidad calorífica a volumen constante, Cv, y de capacidad calorífica a presión
constante, Cp.

La capacidad calorífica de un cuerpo es proporcional a la cantidad de masa


presente:

C = m·c

La constante c se denomina capacidad calorífica específica o, más comúnmente,


calor específico y sólo depende del tipo de sustancia de que se trate, pero no de
su cantidad. Es la energía necesaria para elevar en un grado la temperatura de un
kilogramo de una sustancia.
Igualmente se puede utilizar el concepto de capacidad calorífica molar, que se
define como la energía necesaria para elevar en un grado la temperatura de un
mol de sustancia.

Calor específico

Calor específico es la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de


una unidad de masa de una sustancia en un grado. En el Sistema Internacional de
unidades, el calor específico se expresa en julios por kilogramo y kelvin; en
ocasiones también se expresa en calorías por gramo y grado centígrado. El calor
específico del agua es una caloría por gramo y grado centígrado, es decir, hay que
suministrar una caloría a un gramo de agua para elevar su temperatura en un
grado centígrado.

De acuerdo con la ley formulada por los químicos franceses Pierre Louis Dulong y
Alexis Thérèse Petit, para la mayoría de los elementos sólidos, el producto de su
calor específico por su masa atómica es una cantidad aproximadamente
constante. Si se expande un gas mientras se le suministra calor, hacen falta más
calorías para aumentar su temperatura en un grado, porque parte de la energía
suministrada se consume en el trabajo de expansión. Por eso, el calor específico a
presión constante es mayor que el calor específico a volumen constante.

Calores específicos

El calor específico de una sustancia es la energía calorífica necesaria para


aumentar la temperatura de una unidad de masa de sustancia en un grado. El
agua tiene un calor específico particularmente alto, lo que significa que hace falta
más calor para aumentar la temperatura del agua que la de la mayoría de las
sustancias. En el caso del oro, en cambio, hace falta muy poco calor.

CALOR ESPECÍFICO (A 25 ºC)


SUSTANCIA cal/g ºC J/kg K

Aire 0,24 1.010


Aluminio 0,22 900
Alcohol etílico 0,59 2.450
Oro 0,03 130
Granito 0,19 800
Hierro 0,11 450
Aceite de oliva 0,47 2.000
Plata 0,06 240
Acero 0,12 510
inoxidable
Agua (líquida) 1,00 4.180
Madera 0,42 1.760

Termodinámica

La termodinámica es el campo de la física que describe y relaciona las


propiedades físicas de la materia de los sistemas macroscópicos, así como sus
intercambios energéticos. Los principios de la termodinámica tienen una
importancia fundamental para todas las ramas de la ciencia y la ingeniería.

Un concepto esencial de la termodinámica es el de sistema macroscópico, que se


define como un conjunto de materia que se puede aislar espacialmente y que
coexiste con un entorno infinito e imperturbable. El estado de un sistema
macroscópico se puede describir mediante propiedades medibles como la
temperatura, la presión o el volumen, que se conocen como variables de estado.
Es posible identificar y relacionar entre sí muchas otras variables termodinámicas
(como la densidad, el calor específico, la compresibilidad o el coeficiente de
dilatación), con lo que se obtiene una descripción más completa de un sistema y
de su relación con el entorno. Todas estas variables se pueden clasificar en dos
grandes grupos: las variables extensivas, que dependen de la cantidad de materia
del sistema, y las variables intensivas, independientes de la cantidad de materia.

Cuando un sistema macroscópico pasa de un estado de equilibrio a otro, se dice


que tiene lugar un proceso termodinámico. Las leyes o principios de la
termodinámica, descubiertos en el siglo XIX a través de meticulosos experimentos,
determinan la naturaleza y los límites de todos los procesos termodinámicos.

Principio cero de la termodinámica

Frecuentemente, el lenguaje de las ciencias empíricas se apropia del vocabulario


de la vida diaria. Así, aunque el término “temperatura” parece evidente para el
sentido común, su significado adolece de la imprecisión del lenguaje no
matemático. El llamado principio cero de la termodinámica, que se explica a
continuación, proporciona una definición precisa, aunque empírica, de la
temperatura.
Cuando dos sistemas están en equilibrio mutuo, comparten una determinada
propiedad. Esta propiedad se puede medir, y se le puede asignar un valor
numérico definido. Una consecuencia de ese hecho es el principio cero de la
termodinámica, que afirma que si dos sistemas distintos están en equilibrio
termodinámico con un tercero, también tienen que estar en equilibrio entre sí. Esta
propiedad compartida en el equilibrio es la temperatura.

Si uno de estos sistemas se pone en contacto con un entorno infinito que se


encuentra a una temperatura determinada, el sistema acabará alcanzando el
equilibrio termodinámico con su entorno, es decir, llegará a tener la misma
temperatura que éste. (El llamado entorno infinito es una abstracción matemática
denominada depósito térmico; en realidad basta con que el entorno sea grande en
relación con el sistema estudiado.)

La temperatura se mide con dispositivos llamados termómetros. Un termómetro se


construye a partir de una sustancia con estados fácilmente identificables y
reproducibles, por ejemplo el agua pura y sus puntos de ebullición y congelación
en condiciones normales. Si se traza una escala graduada entre dos de estos
estados, la temperatura de cualquier sistema se puede determinar poniéndolo en
contacto térmico con el termómetro, siempre que el sistema sea grande en
relación con el termómetro.

Primer principio de la Termodinámica

La primera ley de la termodinámica da una definición precisa del calor, otro


concepto de uso corriente.

Cuando un sistema se pone en contacto con otro más frío que él, tiene lugar un
proceso de igualación de las temperaturas de ambos. Para explicar este
fenómeno, los científicos del siglo XVIII conjeturaron que una sustancia que
estaba presente en mayor cantidad en el cuerpo de mayor temperatura fluía hacia
el cuerpo de menor temperatura. Según se creía, esta sustancia hipotética
llamada “calórico” era un fluido capaz de atravesar los medios materiales. Por el
contrario, el primer principio de la termodinámica identifica el calórico, o calor,
como una forma de energía. Se puede convertir en trabajo mecánico y
almacenarse, pero no es una sustancia material. Experimentalmente se demostró
que el calor, que originalmente se medía en unidades llamadas calorías, y el
trabajo o energía, medidos en julios, eran completamente equivalentes. Una
caloría equivale a 4,186 julios.

El primer principio es una ley de conservación de la energía. Afirma que, como la


energía no puede crearse ni destruirse —dejando a un lado las posteriores
ramificaciones de la equivalencia entre masa y energía — la cantidad de energía
transferida a un sistema en forma de calor más la cantidad de energía transferida
en forma de trabajo sobre el sistema debe ser igual al aumento de la energía
interna del sistema. El calor y el trabajo son mecanismos por los que los sistemas
intercambian energía entre sí.

En cualquier máquina, hace falta cierta cantidad de energía para producir trabajo;
es imposible que una máquina realice trabajo sin necesidad de energía. Una
máquina hipotética de estas características se denomina móvil perpetuo de
primera especie. La ley de conservación de la energía descarta que se pueda
inventar nunca una máquina así. A veces, el primer principio se enuncia como la
imposibilidad de la existencia de un móvil perpetuo de primera especie.

Segundo Principio de la Termodinámica

La segunda ley de la termodinámica da una definición precisa de una propiedad


llamada entropía. La entropía se puede considerar como una medida de lo
próximo o no que se halla un sistema al equilibrio; también se puede considerar
como una medida del desorden (espacial y térmico) del sistema. La segunda ley
afirma que la entropía, o sea, el desorden, de un sistema aislado nunca puede
decrecer. Por tanto, cuando un sistema aislado alcanza una configuración de
máxima entropía, ya no puede experimentar cambios: ha alcanzado el equilibrio.
La naturaleza parece pues “preferir” el desorden y el caos. Se puede demostrar
que el segundo principio implica que, si no se realiza trabajo, es imposible
transferir calor desde una región de temperatura más baja a una región de
temperatura más alta.

El segundo principio impone una condición adicional a los procesos


termodinámicos. No basta con que se conserve la energía y cumplan así el primer
principio. Una máquina que realizara trabajo violando el segundo principio se
denomina “móvil perpetuo de segunda especie”, ya que podría obtener energía
continuamente de un entorno frío para realizar trabajo en un entorno caliente sin
coste alguno. A veces, el segundo principio se formula como una afirmación que
descarta la existencia de un móvil perpetuo de segunda especie.

Ciclos termodinámicos

Todas las relaciones termodinámicas importantes empleadas en ingeniería se


derivan del primer y segundo principios de la termodinámica. Resulta útil tratar los
procesos termodinámicos basándose en ciclos: procesos que devuelven un
sistema a su estado original después de una serie de fases, de manera que todas
las variables termodinámicas relevantes vuelven a tomar sus valores originales.
En un ciclo completo, la energía interna de un sistema no puede cambiar, puesto
que sólo depende de dichas variables. Por tanto, el calor total neto transferido al
sistema debe ser igual al trabajo total neto realizado por el sistema.

Un motor térmico de eficiencia perfecta realizaría un ciclo ideal en el que todo el


calor se convertiría en trabajo mecánico. El científico francés del siglo XIX Nicolas
L. Sadi Carnot, que concibió un ciclo termodinámico que constituye el ciclo básico
de todos los motores térmicos, demostró que no puede existir ese motor perfecto.
Cualquier motor térmico pierde parte del calor suministrado. El segundo principio
de la termodinámica impone un límite superior a la eficiencia de un motor, límite
que siempre es menor del 100%. La eficiencia límite se alcanza en lo que se
conoce como ciclo de Carnot.

Tercer Principio de la Termodinámica

El segundo principio sugiere la existencia de una escala de temperatura absoluta


con un cero absoluto de temperatura. El tercer principio de la termodinámica
afirma que el cero absoluto no se puede alcanzar por ningún procedimiento que
conste de un número finito de pasos. Es posible acercarse indefinidamente al cero
absoluto, pero nunca se puede llegar a él.

Fundamentos Microscópicos de la Termodinámica

El descubrimiento de que toda la materia está formada por moléculas proporcionó


una base microscópica para la termodinámica. Un sistema termodinámico formado
por una sustancia pura se puede describir como un conjunto de moléculas iguales,
cada una de las cuales tiene un movimiento individual que puede describirse con
variables mecánicas como la velocidad o el momento lineal. En ese caso, debería
ser posible, al menos en principio, calcular las propiedades colectivas del sistema
resolviendo las ecuaciones del movimiento de las moléculas. En ese sentido, la
termodinámica se podría considerar como una simple aplicación de las leyes de la
mecánica al sistema microscópico.

Los objetos de dimensiones normales, a escala humana, contienen cantidades


inmensas de moléculas (del orden de 10 24). Suponiendo que las moléculas fueran
esféricas, harían falta tres variables para describir la posición de cada una y otras
tres para describir su velocidad. Describir así un sistema macroscópico sería una
tarea que no podría realizar ni siquiera la mayor computadora moderna. Además,
una solución completa de esas ecuaciones nos diría dónde está cada molécula y
qué está haciendo en cada momento. Una cantidad tan enorme de información
resultaría demasiado detallada para ser útil y demasiado fugaz para ser
importante.
Por ello se diseñaron métodos estadísticos para obtener los valores medios de las
variables mecánicas de las moléculas de un sistema y deducir de ellos las
características generales del sistema. Estas características generales resultan ser
precisamente las variables termodinámicas macroscópicas. El tratamiento
estadístico de la mecánica molecular se denomina mecánica estadística, y
proporciona a la termodinámica una base mecánica.

Desde la perspectiva estadística, la temperatura representa una medida de la


energía cinética media de las moléculas de un sistema. El incremento de la
temperatura refleja un aumento en la intensidad del movimiento molecular.
Cuando dos sistemas están en contacto, se transfiere energía entre sus moléculas
como resultado de las colisiones. Esta transferencia continúa hasta que se
alcance la uniformidad en sentido estadístico, que corresponde al equilibrio
térmico. La energía cinética de las moléculas también corresponde al calor, y,
junto con la energía potencial relacionada con las interacciones entre las
moléculas, constituye la energía interna de un sistema.

La conservación de la energía, una ley bien conocida en mecánica, se transforma


en el primer principio de la termodinámica, y el concepto de entropía corresponde
a la magnitud del desorden a escala molecular. Suponiendo que todas las
combinaciones de movimientos moleculares son igual de probables, la
termodinámica demuestra que cuanto más desordenado sea el estado de un
sistema aislado, existen más combinaciones que pueden dar lugar a ese estado,
por lo que ocurrirá con una frecuencia mayor. La probabilidad de que se produzca
el estado más desordenado es abrumadoramente mayor que la de cualquier otro
estado. Esta probabilidad proporciona una base estadística para definir el estado
de equilibrio y la entropía.

Por último, la temperatura puede disminuirse retirando energía de un sistema, es


decir, reduciendo la intensidad del movimiento molecular. El cero absoluto
corresponde al estado de un sistema en el que todos sus componentes están en
reposo. Sin embargo, este concepto pertenece a la física clásica. Según la
mecánica cuántica, incluso en el cero absoluto existe un movimiento molecular
residual. Un análisis de la base estadística del tercer principio se saldría de los
límites de esta discusión.

1.3 Materiales y reactivos utilizados

ITEM MATERIAL CARACTERÍSTICAS CANTIDAD


1 Calorímetro 1
2 Vaso de precipitado 250 ml 1
3 Termómetro 0 – 100 ºC 1
4 Matraz Erlenmeyer 150 ml 1
5 Pipeta graduada 10 ml 1
6 Balanza Electrónica 1
7 Mufla Eléctrica 1
8 Cepillo P/ tubo 1
9 Propipeta Plástica 1
10 Esferas Metálicas 3
11 Multitester Eléctrico 1
12 Cronómetro Digital 1
13 Pinza Metálica 1
ITEM REACTIVO CARACTERISTICA CANTIDAD
1 Ácido sulfúrico H2SO4 p.a o q.p 20 ml

1.4 Cálculos y gráficos

Construcción del calorímetro

Calibración del calorímetro

50 cc de H2O

Temperatura [ºC] 17 25 27 29 29 30 30 30 30.5 30.5 30.5 30.5


Tiempo [s] 0 15 30 45 60 75 90 105 120 135 150 175

-q pH2O = q gH2O
-[Ce mH2O (Te – T1)] = [Ce mH2O (Te – T1) + CCAL mCAL (Te – T1)]
-[Ce mH2O (Te – T1)] = [(Ce mH2O + CCAL mCAL) (Te – T1)]
[Ce mH2O (T1 – Te)] = C (Te – T1)
C = [Ce mH2O (T1 – Te)]
(Te – T1)

C = 108.95

Prueba 1
Temperatura inicial del agua ºC (t1) 17
Temperatura del agua caliente ºC (tb) 63.5
Temperatura máxima alcanzada por el calorímetro ºC (t2) 30.5
Masa de agua caliente empleada [g] 44.57
Calor específico del agua 1 cal/ gºC
Capacidad calorífica del calorímetro 108.95

T vs t

35
Temperatura (ºC)

30

25
T
20

15
0 50 100 150 200
tiempo (s)

Calor de dilución del H2SO4


Valor teórico: H - 194.46 kCal/ ºCmol

a) 18 cc de H2O y 5 ml de H2SO4

Temperatura [ºC] 14 17 18 19 20 21 21.5 22 22 22 22


Tiempo [s] 0 15 30 45 60 75 90 105 120 135 150
-q pdil H2SO4 = q gsis
-q pdil H2SO4 = C (Te – T1)
-q pdil H2SO4 = C (Te – T1)

q pdil H2SO4 = - 871.59

E = |H teórico – H experimental| 100


H teórico
E = 61.57%

T vs t

24
22
Temperatura (ºC)

20
18
T
16
14
12
10
0 50 100 150
tiempo (s)

b) 27 cc de H2O y 5 ml de H2SO4

Temperatura [ºC] 15 18 19 20 20 21 21 21 22 22 22 22
Tiempo [s] 0 15 30 45 60 75 90 105 120 135 150 165

-q pdil H2SO4 = q gsis


-q pdil H2SO4 = C (Te – T1)
-q pdil H2SO4 = C (Te – T1)

q pdil H2SO4 = - 762.64

E = |H teórico – H experimental | 100


H teórico
E = 56.07 %
T vs t

24
22
Temperatura (ºC)

20
18
T
16
14
12
10
0 50 100 150 200
Tiempo (s)

c) 36 cc de H2O y 5 ml de H2SO4

Temperatura [ºC] 16 18.5 19 19 21 22 22 22 23 23 23 23


Tiempo [s] 0 15 30 45 60 75 90 105 120 135 150 165

-q pdil H2SO4 = q gsis


-q pdil H2SO4 = C (Te – T1)
-q pdil H2SO4 = C (Te – T1)

q pdil H2SO4 = - 762.64

E = |H teórico – H experimental | 100


H teórico
E = 56.07 %
T vs t

25

23
Temperatura (ºC)

21
T
19

17

15
0 50 100 150 200
Tiempo (s)

A B C
Temperatura inicial del agua ºC (t1) 14 15 16
Temperatura máxima alcanzada por el calorímetro 22 22 23
ºC (t2)
Masa de ácido sulfúrico H2SO4 [g] 8.875 8.875 8.875
Masa de agua empleada [g] 18 27 36
H (calor de disolución) [Cal] 871.59 762.64 762.64
H (calor de disolución por mol H2SO4) [kCal/ mol] 85.42 74.74 74.74

Determinación del calor específico de un sólido

Temperatura [ºC] 16 22 23 24 27 28 29 30 30 30 30
Tiempo [s] 0 15 30 45 60 75 90 105 120 135 150

-q pFe = q gH2O

-[CeFe mFe (Te – T1) Fe] = C (Te – T1)


[CeFe mFe (T1 – Te) Fe] = C (Te – T1)

CeFe = C (Te – T1)


mFe (T1 – Te) Fe

CeFe = 0.209
Prueba 1
Temperatura inicial del calorímetro ºC (t1) 16
Masa de la esfera [g] 182.53
Temperatura de la esfera ºC (tb) 70
Temperatura máxima alcanzada por el calorímetro ºC (t2) 30
Masa de agua empleada [g] 44.57
Calor de intercambio [cal] 1525.28
Calor específico del metal 0.209

Determinación del error:

E = |Ceteórico – Ce experimental | 100


Ceteórico
E = 84.87 %

1.5 Conclusiones

o Considero que la práctica fue muy interesante ya que en ella aprendí el


empleo del calorímetro y conocí más de cerca la aplicación de los
principios de la termodinámica, así como otros elementos interesantes
como la transferencia de calor en un sistema aislado y el equilibrio de
temperaturas que se da al interior del calorímetro.

o Asimismo, en el desarrollo de la práctica aprendí a determinar, a través


de la calibración del calorímetro, la capacidad calorífica del mismo, este
aspecto fue esencial en el desarrollo de la práctica, debido a que a
través de este cálculo fue posible determinar otros valores como el calor
de dilución o el calor específico de la esfera metálica, talvez hubiera sido
interesante realizar más pruebas para este efecto, para obtener un r
más preciso de esta constante.

o Otro aspecto que me llamó mucho la atención fue el de hallar el valor del
calor de dilución del ácido sulfúrico, ya que esta es una interesante
manera de conocer si una reacción es endotérmica o exotérmica a
través de la energía desprendida durante la reacción, así como
cuantificar este desprendimiento de energía a través de la transferencia
de calor que se da al interior del calorímetro, aunque tal vez durante el
experimento haya habido alguna fuga de energía, debido a que el
calorímetro no llegó a cerrarse completamente, y al no ser hermético,
hubo contacto con el ambiente.

o En la determinación del valor del calor específico de la esfera de hierro,


me pareció muy interesante el empleo del multitester para conocer la
temperatura que alcanzó la misma en la mufla, pues una forma
interesante de medir temperaturas de determinados objetos en los
cuales no es posible introducir el termómetro o en los que puede resultar
peligroso su uso por temor a que este explote.

o Considero que sería importante hacer un estudio más profundo de este


tema, dado que volveremos a estudiarlo en fisicoquímica y en esta
materia es muy importante el estudio de la termodinámica, así
tendríamos una mayor experiencia para desenvolvernos de mejor forma
en esta materia.

1.6 Bibliografía

LONGO, FREDERICK. Química General


BROWN – LEMAY – BURSTEIN. Química
SONESA, ANDER. Principios de Química
CORONEL – MEJÍA – DÍAZ. Compendios de Química General
BABOR JOSE - IBARZ, JOSE. Química General Moderna, (1997)
FERNÁNDEZ, M. R. y otros. Química General.
FONTANA- NORBIS. Química General Universitaria.
PERRY, JHON. Manual del Ingeniero Químico.
DILLARD - GOLBERG

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