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La mecánica de suelos, es una de las principales ciencias de la ingeniería; tuvo su origen en el año
1913, en los países de Estados Unidos y Suecia. Su origen se dio por la necesidad, de regularizar
y organizar de forma sistemática, la realización de estudios para el tratamiento correcto de los
suelos.
La mecánica de suelos basa en el estudio, de las fuerzas y cargas que son aplicadas sobre la
superficie del terreno y el comportamiento de las mismas, para determinar la utilización del suelo
como material estructural, tal que, las deformaciones y resistencia de este garanticen seguridad,
durabilidad y estabilidad a las obras de ingeniería civil.
El módulo de deformación del suelo, es aquel que permite determinar el nivel de elasticidad que
puede resistir un cuerpo solido (suelo), hasta presentar deformación, sin regresar a su forma
original, o perder ciertas propiedades únicas de este cuerpo.
Es un parámetro característico de cada material que indica la relación existente (en la zona de
comportamiento elástico de dicho material), entre los incrementos de tensión aplicados en
el ensayo de tracción y los incrementos de deformación longitudinal unitaria producidos.
𝑑𝜎
∈=
𝑑𝜀
En muchos casos el módulo de elasticidad es constante durante la zona elástica del material,
indicando un comportamiento lineal del mismo, es decir, (Ley Hooke). El módulo de elasticidad
indica la rigidez de un material: cuanto más rígido es un material mayor es su módulo de
elasticidad.
Con la finalidad de superar este inconveniente pueden ser realizados ensayos específicos que
permiten evaluar los parámetros resistentes del suelo de forma más adecuada.
Se talla una probeta de suelo, la cual se enfunda en una camisa dúctil e impermeable que aísla el
suelo de un fluido confinante con el cual se rellena la célula cuya presión puede ser controlada.
Existen numerosas correlaciones entre el valor de NSPT y otros ensayos “in situ” o de laboratorio
que permiten estimar algún parámetro relacionado con la deformabilidad del suelo estas
correlaciones acostumbran a estar validadas por estudios realizados sobre casos reales, por lo que
debe tenerse en consideración su aplicación con criterios de validez restringidos a un entorno
local o una formación geológica determinada e los cuales la experiencia permita el necesario
contraste.
Para gravas puede utilizarse la siguiente correlación establecida por Wrench y Nowatzki (1986):