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Fundamentos Políticos de la Guerra Fría

Alumnos:​ Chaile, Pablo


Maizares, Ariel
Lamas, Marcos
Profesor:​ Safarov, Alejandro
Cátedra:​ Pensamiento Político,
Contemporáneo y Social

Licenciatura en Diseño de la Comunicación Visual


Facultad de Ciencias de la Educación
Departamento Académico San Salvador
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTIAGO DEL ESTERO
2017
Índice

Introducción ...……………………………………………………………….. 2
1. Comunismo o Capitalismo ...…………………………………………….... 3
2. Doctrina de Truman ...……………………………………………………... 3
3. Plan Marshall ...…………………………………………………………..... 5
4. Creación de la OTAN ……………………………………………………....6
5. El principio del fin de una época ………………………………………….. 7
6. Acontecimientos cruciales ………………………………………………… 9
Conclusión …………………………………………………………………… 11
Bibliografía …………………………………………………………………... 12

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Introducción

En el presente trabajo se investigó acerca de los fundamentos políticos que condujeron


y dieron forma a la Guerra Fría, conflicto entre Estados Unidos y la URSS. De esta manera se
hará hincapié en los aspectos más relevantes citados en el material investigado. El propósito
de la investigación es:

● Analizar y entender los fundamentos políticos de esta guerra, entre las dos
superpotencias surgidas a partir de la segunda guerra mundial.

La Guerra Fría fue un enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con
sus respectivos aliados, que tuvo sus inicios a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial,
cuyo origen se suele situar en 1947, durante las tensiones de la posguerra, y se prolongó hasta
1989 con la caída del muro de Berlín y con la disolución de la Unión Soviética en 1991. Las
razones de este enfrentamiento fueron esencialmente ideológicas y políticas.
Fue una división del mundo en dos grandes polos caracterizados por impulsar proyectos
sociopolíticos globales enfrentados (capitalismo y socialismo). Se planteó un nuevo contexto
del orden internacional, se da un mundo bipolar, donde si bien estos enfrentamientos no
llegaron a desencadenar una guerra mundial, las dos superpotencias deseaban implantar su
modelo de gobierno en todo el planeta. Dando lugar tanto a la financiación y respaldo de
revoluciones y gobiernos socialistas, como así también al apoyo de golpes de estados en
América Latina.
Cabe destacar que la misma, nunca desembocó en una guerra mundial pero siempre se
mantuvo latente esta idea. Fue una guerra “indirecta” puesto que no se dio ningún
enfrentamiento de contacto, razón por la cual se denominó “Guerra Fría” y marcó
significativamente la segunda mitad del siglo XX.
Este trabajo de investigación se realiza por la exigencia de la cátedra de Pensamiento,
Político, Contemporáneo y Social (Carrera Lic. en Diseño de la Comunicación Visual,
UCSE-DASS), para poder regularizar la misma y como última instancia rendir frente a un
tribunal final.

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1. Comunismo o Capitalismo

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, las dos superpotencias emergentes (Estados
Unidos y la Unión Soviética), pautaron el reparto global de las fuerzas, lo que supuso un
equilibrio de poderes muy desigual. La URSS ejercía su dominio en ciertos países del bloque
comunista, sin intentar extender esta influencia a través del uso de armas. Por otro lado,
Estados Unidos controlaba el resto del mundo capitalista, además del hemisferio occidental y
los océanos, no interviniendo en las zonas que correspondian al gobierno soviético. Por esta
razón se denominó al mundo como “bipolar”.
Esta distribución entre Estados Unidos y la URSS no estaba tan clara en el continente
asiático. Ésta fue la zona donde ambos países compitieron con más fervor en busca de apoyo
e influencia durante toda la guerra fría. Y donde se generó la mayor fricción, que culminó
estallando en conflictos armados.
A partir de este problema, la tensión entre ambos países se fue incrementando cada vez
más. El período más explosivo se dio desde la proclamación de doctrina Truman en el año
1947: ​“La política de los Estados Unidos tiene que ser apoyar a los pueblos libres que se
resisten a ser subyugados por minorías armadas o por presiones exteriores”​. Durante esta
época el temor de los norteamericanos a la desintegración social o a la revolución en países
no soviéticos no era una simple fantasía. Por otro lado, la URSS estaba enfrentada a un país
que constituía el monopolio de armamento atómico y que constantemente hacía declaraciones
de anticomunismo militante y amenazador. Además presentaba sus primeros quiebres en el
bloque soviético, con la división de la Yugoslavia de Tito y la muerte de Stalin en 1953.
La política de enfrentamiento entre ambos bandos surgió a raíz de la situación que
exhibía la URSS. Ésta tenía una posición precaria, insegura y defensiva, al lado de la gran
potencia mundial de Estados Unidos, que se mostraba de manera agresiva

2. Doctrina de Truman

Para poder analizar la doctrina Truman y sus diferentes elementos, es necesario tener en
cuenta el complejo contexto histórico en el que se originó y que permite explicar cómo un
presidente de sólidas convicciones wilsonianas, como Harry Truman, puso las bases de una
estrategia asentada sobre los principios del incipiente realismo político estadounidense tras la

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Segunda Guerra Mundial (Bostdorff, 2008). La creación de organizaciones internacionales,
como la propia ONU y su Consejo de Seguridad, habían llevado nuevamente a la esperanza
del papel que éstas iban a tener para condicionar el comportamiento de las grandes potencias
hacia la paz, en una forma que la Sociedad de Naciones, la predecesora de la primera, en los
años treinta no consiguió lograr. Sin embargo, esta esperanza acabó siendo nuevamente
equivocada y los equilibrios de poder subsiguientes marcaron el camino para una nueva
competición entre grandes potencias.
En este camino hacia la Guerra Fría, destacaron una serie de hitos que acabaron
produciendo como resultado el nacimiento de la doctrina Truman (Spalding, 2006).
Un primer hito fue el discurso lanzado por Stalin el 9 de febrero de 1946, en el cual
defendía la necesidad de revigorizar el Estado soviético y afirmaba la superioridad de su
organización frente a otro tipo de estados; este discurso fue percibido en Occidente como
amenazador y demagógico. Un segundo hito –una consecuencia de los hechos así como una
creación de realidades per se– fue la redacción del famoso Telegrama Largo, elaborado por
George F. Kennan el 22 de febrero de ese mismo año. Estos planteamiento se clarificaron y
expusieron en el famoso artículo de Foreign Affairs, en el que se presentó como Mr. X, que
algunos consideran el artículo más importante de toda la Guerra Fría (Muravchik y Walt,
2008). Un tercer hito fue el apoyo de la Unión Soviética a diferentes facciones o grupos
revolucionarios en diversos puntos estratégicos del planeta como Irán –donde además
existían intereses petrolíferos–, Turquía o Grecia, que acabaría con las percepciones
estadounidenses de una posible convivencia con la Unión Soviética (Kennan, 1947). El
famoso discurso del presidente Truman de 12 de marzo de 1947, donde se recoge la adopción
de la doctrina Truman, ha sido considerado tradicionalmente el punto central de la misma,
aunque la elaboración de la estrategia se deba, principalmente, a las aportaciones de Kennan
y de otros miembros de la Administración. En este discurso es destacable la relevancia que
otorga a la situación de un “Gobierno griego pequeño y pobremente equipado”, impopular
pero amenazado por el extremismo y el caos, y la ayuda solicitada por un Imperio Británico
sometido a liquidación, poniéndose a sí mismo como garante de la libertad de otras naciones
a través de una retórica wilsoniana que establece la necesidad de elegir “entre la libertad y la
tiranía”.
Truman destaca que el mundo no es estático y que el statu quo no es sagrado, pero que
no pueden aceptar cambios aplicados mediante la coerción; por todo ello, Estados Unidos es

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garante de lo recogido en la Carta de Naciones Unidas. Como colofón al discurso, el
presidente estadounidense anunció la concesión de 400 millones de dólares por un periodo
que finaliza el 30 de junio de 1948 y que califica de “inversión en la libertad y la paz
mundial”. Asimismo, el apoyo de la libertad se manifiesta en la idea de que los regímenes
totalitarios ganan en aquellos momentos en que las promesas de la libertad se hunden, y que
al ayudar a que estas se desarrollen se les combate mejor. El punto central recogido en esta
doctrina es, por lo tanto, la necesidad de contener el avance del comunismo en aquellos
puntos con un interés estratégico para Estados Unidos, de forma similar a lo planteado por
Kennan en su famoso artículo.

3. Plan Marshall

Este plan (nombrado así en honor de su mentor, el militar retirado y Secretario de


Estado de la Administración Truman que lo ideó, el general George Marshall) aconsejaba al
gobierno de Estado Unidos efectuar préstamos de bajas o nulas tasas de interés para
beneficiar a los países afectados por el conflicto, a los fines fundamentales de establecer las
pautas macroeconómicas necesarias para que sus economías emergieran de la honda recesión
en las que la guerra las había sumido.
Este plan, lejos de ser propuesto en atención a fines humanitarios asistencialistas, tenía
una finalidad práctica de directa incidencia en la propia economía norteamericana: un
continente europeo empobrecido, con economías nacionales en quiebra como saldo de los
gastos de la guerra, no representaba un potencial cliente para los productos elaborados en
Estados Unidos, ya sean materias primas, manufacturados o semimanufacturados.
Esto perjudicaba en gran medida a la actividad económica norteamericana, que veía
reducidos los mercados donde colocar los excedentes de producción que su industria lograba
en cada balance. Por lo tanto, a los fines de mantener los índices de crecimiento y proteger su
propia situación macroeconómica, desde la potencia occidental se propició la recuperación de
las economías europeas a través de la aplicación de un sistema político-económico de carácter
keynesiano, en el cual Estados Unidos tomaría parte en la reconstrucción de los mercados
europeos, a los fines de regularizar b. actividad económica del continente y asegurar su
propio bienestar económico.

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El plan tenía como objetivos:
● Salvar a la burguesía europea debilitada por las guerras y por los éxitos de las fuerzas

de izquierda y democráticas.
● Cohesionar a los capitalistas de los distintos países europeos bajo el liderazgo
estadounidense, para combatir a la Unión Soviética y al movimiento obrero
internacional y de liberación nacional.
● Aprovechar las dificultades económicas que atravesaban las democracias populares
para separarlas del campo socialista y situarlas en la órbita de su influencia.
● Utilizar este plan como mecanismo de presión para expulsar a los comunistas de los
gobiernos europeos.

Los imperialistas norteamericanos implantaron un control sobre las finanzas y el


comercio exterior de las naciones receptoras de la “ayuda”, y por sus presiones, las clases
dominantes de los países de Europa Occidental tomaron medidas contra los partidos
comunistas y otras organizaciones progresistas.
A la vez que EE.UU. lanzaba estaba masiva operación de ayuda, la administración de
Truman creó los instrumentos institucionales de la Guerra Fría, al aprobar en, julio de 1947,
la Ley de Seguridad Nacional por la que se creaban la CIA y el Consejo de Seguridad
Nacional.

4. Creación de la OTAN

Debido a los sucesos de Praga en febrero de 1948 y el bloqueo de Berlín. En este


mismo año, la necesidad de ampliar el cuadro defensivo occidental y la seguridad en la región
del atlántico norte hizo posible que el 11 de marzo de 1949 delegados de EE.UU., Canadá,
Francia, Bélgica, Holanda Luxemburgo y Gran Bretaña, reunidos en Washington, firmando
un pacto de cooperación militar y mutua ayuda en caso de conflicto con un tercer país. La
duración del tratado se fija en 20 años prorrogables. De vigilar el cumplimiento del pacto se
encargaran una institución construida a tal efecto.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Las negociaciones se prolongaron más de nueve meses (se iniciaron el 6 el julio 1943).
Habiendo sido objeto el pacto de un minucioso y detallado estudio.

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Nada más conocer las negociaciones Islandia. Dinamarca, Noruega y Portugal
manifestaron su deseo de incorporación, al igual que Italia cuyo Senado aprobó una moción
en la que expresaba su deseo de sumar sus fuerzas a la de los aliados pertenecientes al mundo
occidental. Posteriormente se ha adherido al pacto Grecia y Turquía, el 18 de febrero de
1952: la R.F. alemana el 23 de octubre de 1954 y finalmente España, que pasó a ser miembro
de la alianza el 30 de mayo de 1982.
El pacto en sustancia da vida a una alianza defensiva pero comparte también aspectos
políticos y económicos; es un texto breve, ya que consta de un preámbulo y 14 artículos, y se
presenta como abierto a cualquier Estado, siempre y cuando sea europeo, fortalezca el
desarrollo de los principios del tratado y contribuya a la seguridad de la región del atlántico
norte. Al mismo tiempo declara que no afectará a los derechos y obligaciones de las Naciones
Unidas o a la responsabilidad del Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la paz y
seguridad internacionales. El hecho de un ataque no implica la intervención automática de los
Estados miembros; según el artículo 5, estos adoptan individualmente, aunque de acuerdo con
los demás miembros, la acción que juzguen necesaria, pudiendo llegar incluso al empleo de la
fuerza armada.

5. El principio del fin de una época

Transcurridas poco más de dos décadas desde la construcción de este mundo, se dieron
sus primeras muestras de agotamiento y se presentaron los “primeros síntomas de malestar”.
La coyuntura de los años 60 representó una profunda ruptura, hizo entrar en una nueva fase al
mundo de posguerra: fue una década de una inmensa aceleración histórica. Se produjeron
hechos como la culminación del proceso de descolonización, la emergencia de un Tercer
Mundo entre el capitalista y el comunista, la expansión del capitalismo y la llegada de la
Unión Soviética a su mayor desarrollo.
Durante este periodo todos los países aliados de Estados Unidos, fueron plenamente
anticomunistas, decididos a protegerse de los soviéticos. Sin embargo, la “conspiración
comunista mundial” no fue nunca parte importante de la política interna de los países que
afirmaban ser políticamente democráticos. Sólo en los Estados Unidos se eligieron
presidentes para ir en contra del comunismo. La cuestión no era la amenaza de dominación
mundial comunista, sino la conservación del poder de los Estados Unidos. Cabe aclarar que

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los gobiernos que formaron la OTAN, aunque no estaban de acuerdo con la política
norteamericana, estaban dispuestos a aceptar el dominio de la misma como precio de la
protección contra el poder militar soviético. En otras palabras, la contención norteamericana
que estos países recibían era la política de todos.

Las consecuencias políticas más evidentes durante estos años, más allá de la división
del mundo en dos bandos, fueron:
● En Occidente los comunistas desaparecieron para convertirse en parias políticas.
● La URSS eliminó a los no comunistas de las democracias populares, y las clasificó en
dictaduras del proletariado.

A partir de entonces, la política del bloque comunista fue monolítica, tratando de ser
más sólida. Aunque las fisuras se evidenciaban cada vez más. En cambio, la política de los
países aliados con Estados Unidos no estaba tan definida, sólo los unía el desagrado por los
soviéticos.
Uno de los momentos más significativos que se dio a principios de los años sesenta, fue
el restablecimiento de la alianza entre el partido socialista y el bloque comunista. Lo que
generó la estabilización de los comunistas como la principal fuerza opositora, y la ubicación
de regímenes de corrupción institucional.
La base política de los gobiernos occidentales de la guerra fría abarcaba, desde la
izquierda socialdemócrata a la derecha moderada no nacionalista. Con una importante
adhesión de los partidos relacionados a la Iglesia católica que eran antifascistas y no
socialistas.
Los efectos de esta guerra sobre la política internacional fueron más notables. Dio sus
bases para la creación de la Comunidad Europea, organismo político para la integración de
las economías y sistemas legales de estados-nación independientes. Esta Comunidad fue
creada tanto a favor de los Estados Unidos como en contra de ellos. No solo los mantenía
unidos el temor al poder soviético soviético emergente, sino también a los Estados Unidos. El
cual suponía un aliado poco confiable, ya que podría ser capaz de poner sus intereses en
primera medida por encima de todo lo demás.

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Los años 60 vivieron una brillante situación económica, pero se fueron ensombreciendo
por los conflictos sociales y políticos. Como, por ejemplo: el asesinato del presidente John F.
Kennedy, revueltas raciales y estudiantiles, el asesinato de Martin Luther King.
Los años que siguieron fueron de crisis evidente y no menos importante fueron las
repercusiones ideológicas, intelectuales, políticas y morales de la Crisis del 68. Estos
movimientos generaron una “contracultura”. La crisis intelectual, el rechazo del conformismo
con las convicciones del mundo de posguerra significó un cambio en los fundamentos del
pensamiento filosófico y científico-social. Los comportamientos sociales se vieron afectados
por la rebeldía frente a viejos convencionalismos, surgieron los “nuevos movimientos
sociales”.
Tras la crisis del 68 y la quiebra socioeconómica se abrieron décadas de incertidumbre,
la de los años 70 y 80, fueron tiempos de recomposición del mundo de posguerra.
A mediados de los años setenta, surgieron dos acontecimientos que produjeron un
desequilibrio entre estos dos países. El primero fue la derrota de los Estados Unidos frente a
Vietnam, lo cual produjo una división en la nación y se vio evidenciado la separación de los
países europeos con Estados Unidos. En segundo lugar fue el declive económico que estaba
sufriendo la URSS e iba en aumento. Debido al programa de armamento de Brezhnev que
generó un aumento de los gastos en el país.
En estos años la política de Estados Unidos se vio afectada y desprestigiada por el
escándalo del presidente Richard Nixon y la toma de rehenes diplomáticos estadounidenses
en Irán.
El capitalismo liberal experimentó una profunda reconversión organizativa y
tecnológica. La resolución definitiva de esta época de incertidumbre se dio con la caída del
muro de Berlín en 1989, la caída se convirtió en la liquidación del mundo bipolar perviviente
durante casi cincuenta años.

6. Acontecimientos cruciales

Más de una vez se ha pretendido destacar su carácter de nueva “Revolución en Europa”


que cambió entre muchas otras cosas, el orden internacional, el orden social y político, y
desarrolló la conciencia del advenimiento de una nueva época, cabría atribuirlo a la caída del

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muro de Berlín en 1989, un acontecimiento de consecuencias más amplias los cuales
representaron una definitiva ruptura con alcance mundial.
Ocurrieron eventos que modificaron la visión del mundo y la conciencia de una
generación nueva. La caída del muro era más un síntoma que una ruptura consumada. No fue
el enfrentamiento con el capitalismo lo que precipitó la caída del socialismo, sino la
combinación de sus defectos económicos cada vez más visibles.
El punto de partida fue que el máximo dirigente de la URSS desde 1985, Mijail
Gorbachov, impuso medidas que significaban un espectacular cambio de rumbo, de ellas se
derivó ese hecho simbólico a escala internacional.
Lo trascendente resultó ser el proceso de fondo del que 1989 era síntoma. Se produjo
también la no menos simbólica matanza de la Plaza de Tiananmen en Pekín. A su vez todo el
entorno de países de “socialismo real” que rodeaba la Unión Soviética emprendieron caminos
particulares de abandono del sistema socialista. Poco después se producía la Guerra del
Golfo. Se produjeron inmensos cambios de orden interno en muchos países, estructura del
orden internacional y en la posición de las grandes concepciones ideológicas enfrentadas.
El hecho de que los acontecimientos de 1989 y los años inmediatos posteriores
produjeran expectación y controversia mundial facilita un excelente punto de partida para una
visión en perspectiva de los 90, lo que refuerza la idea de que los antecedentes de nuestro
tiempo quedan jalonados por tres hitos decisivos: 1945, 1968 y 1989.

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Conclusión

En este estudio nos hemos propuesto responder ciertas preguntas con respecto a los
fundamentos políticos e históricos que dieron pie al desarrollo de la Guerra Fría. La
importancia de este trabajo radica precisamente en resaltar los sucesos políticos más
relevantes de estos años de constante amenaza entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y
cómo esta guerra se fue desarrollando.

En primer lugar la guerra había eliminado las rivalidades y conflictos, que conformaron
la política mundial antes de la segunda guerra mundial, por el miedo a una guerra atómica
entre las dos superpotencias reinantes. En segundo lugar, había congelado la situación
internacional y estabilizado lo que era un estado de las cosas provisional y por fijar. Pero el
desarrollo de la política interna no se congeló de la misma manera. No obstante, la
combinación de poder, influencia política, corrupción, la bipolaridad y el antiimperialismo
mantuvieron más o menos estable la división del mundo.
El fin de la guerra fría suprimió los puntales que habían sostenido la estructura
internacional y de los sistemas mundiales de política interna. Dejando así una confusión ya
que no hubo nada que los reemplazará. De esta manera demostró ser, no el fin de un conflicto
internacional, sino el fin de una época para el mundo entero. La guerra fría evitó una
confrontación directa generalizada.

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Bibliografía

Aróstegui, Julio y Jorge Saborido. ​El tiempo presente. Un mundo globalmente desordenado​.
Bs. As.: Eudeba, 2005. Pág. 11-18.

Hobsbawm, Eric. ​Historia del Siglo XX 1914-1991​. Barcelona: Crítica. Grijaldo Mondadori,
1994. Pág. 230-259.

Heffer, Jean y Michel Launay.​ La Guerra Fría.​ Madrid: Akal, 1992. Pág. 238-274.

Revista CIDOB d’afers internacionals, n.º 95, (septiembre 2011). Pág. 165-187.

Nuria Carvajal Tamayo y Francisco M. Guerra Dominguez. ​La OTAN: creación, evolución y
actualidad. ​Universidad de Córdoba. Pag. 37-42.

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