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Leemos en la introducción escrita por el Dr.

ingeniero y economista Miquel Barceló en el libro “La sociedad del conocimiento”, que las
empresas han pasado de estar organizadas a partir de funciones a organizarse a partir de los procesos relacionados con la actividad
productiva.

Una clara consecuencia de este cambio es que la comunicación entre las distintas áreas de la organización debe, no solamente
incrementarse, sino también modificarse.

Y esta nueva necesidad comunicativa comporta, a su vez, la adquisición de habilidades que van más allá de las habilidades técnicas
específicas de la actividad productiva.

Saber ser y saber entender


Tal y como el Dr. ingeniero y economista Francesc Solé Parellada nos cuenta en su aportación al ya citado libro “La sociedad del
conocimiento”, el nuevo marco de la sociedad del conocimiento exige dos tipos de formación.

El primer tipo de formación está destinado a facilitar los cambios de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para el buen
funcionamiento de las empresas e instituciones en el nuevo modelo organizativo al que hacemos referencia al inicio de este artículo.

El segundo tipo de formación tiene que ver con aprender a entender y aprender a ser, algo que la sociedad del conocimiento pide al hombre,
y a la sociedad entera, como una obligación y un deber ineludibles.

A este respecto, el Dr. Solé nos pide que nos paremos a considerar cuán sorprendente es este segundo punto, pues, hasta hace muy poco,
“el entender y el saber hacer” se adquiría en el ejercicio diario de vivir, y quien no lo conseguía quizás tampoco lo necesitaba, ni para
integrarse ni para encontrar trabajo, y tampoco parecía imprescindible para el bienestar colectivo.

El Dr. Solé termina advirtiendo y afirmando que, puesto que “aprender a entender y aprender a ser” se ha convertido en una necesidad, -y yo
recalco, tanto desde el punto de vista del logro como del bienestar individual y colectivo-, su aprendizaje se tendrá que formalizar.

“Aprender a ser y aprender a entender” se traduce por: conocernos, saber estar receptivos, y saber entender para hacer un diagnóstico no
parcial, y al mismo tiempo sensato, de la realidad global.

Un mundo global: de CFO a CEO, o la contribución del CFO


En un mundo global, y centrándonos ahora en el papel de los CFO, el análisis financiero llevado a cabo exclusivamente dentro del contexto
de la propia compañía puede resultar en un mal análisis.

Ahora es imprescindible aprender analizar y predecir tomando el contexto mayor de la competencia, así como de las estimaciones sobre la
evolución de la coyuntura económica y del entorno legal.

Y hacerlo sin autoengañarnos respecto a cómo nuestra subjetividad y el marco influyen siempre en los resultados.

Tomar conciencia de ello nos obliga a conocernos y a aprender a ser ecuánimes, reducir la ansiedad, equilibrar nuestro DAFO personal, y
compensar nuestros biases emocionales y cognitivos.

Hacerlo es de capital -logro- y vital -bienestar- importancia.

A mi modo de ver y, resumiendo, tenemos que aprender a:

 Conocernos y ser
 Estar abiertos y receptivos al entorno sin desdeñar nada de entrada
 Discriminar sabiamente y rápidamente la información útil y clave de aquella que por añadir dispersión en lugar de claridad resulta no solamente inútil
sino letal
 Comunicar eficazmente, pero también con emotividad, el resultado de nuestros análisis y percepciones, y las visiones que ellas originan

http://www.junaalbert.com/la-sociedad-del-conocimiento-aprender-a-ser-y-aprender-a-entender

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