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Este documento discute los principios del enfoque de empowerment, incluyendo la potenciación de recursos, la diversidad cultural y la relatividad cultural. Argumenta que los profesionales deben comprender sus propias culturas y evitar el etnocentrismo. También propone un modelo de colaboración horizontal entre profesionales y comunidades donde se respete la diversidad cultural y se promueva una distribución equitativa de recursos. Finalmente, enfatiza la importancia de un lenguaje que potencie la autoayuda y las habilidades de las personas en lugar de
Originalbeschreibung:
Psicología Comunitaria: Empowerment y Diversidad Cultural
Este documento discute los principios del enfoque de empowerment, incluyendo la potenciación de recursos, la diversidad cultural y la relatividad cultural. Argumenta que los profesionales deben comprender sus propias culturas y evitar el etnocentrismo. También propone un modelo de colaboración horizontal entre profesionales y comunidades donde se respete la diversidad cultural y se promueva una distribución equitativa de recursos. Finalmente, enfatiza la importancia de un lenguaje que potencie la autoayuda y las habilidades de las personas en lugar de
Este documento discute los principios del enfoque de empowerment, incluyendo la potenciación de recursos, la diversidad cultural y la relatividad cultural. Argumenta que los profesionales deben comprender sus propias culturas y evitar el etnocentrismo. También propone un modelo de colaboración horizontal entre profesionales y comunidades donde se respete la diversidad cultural y se promueva una distribución equitativa de recursos. Finalmente, enfatiza la importancia de un lenguaje que potencie la autoayuda y las habilidades de las personas en lugar de
El enfoque del empowerment tiene unos principios básicos que busca defender, uno de ellos hace referencia a la potenciación de los recursos o la necesidad de adoptar una visión ecológica, y el otro se refiere a el derecho de las personas a ser diferentes. A parte de estos principios, el empowerment también asume el principio de la diversidad y el de la relatividad cultural, en donde el último implica comprender como construyen la realidad las personas, es decir, como organizan e interpretan el mundo donde viven. Por lo tanto, el ser humano, el grupo, la sociedad, es quien le da significado a sus relaciones ya que de ellos emana fundamentalmente la definición por aquellos con quienes han interactuado. Los profesionales deben iniciar un proceso de toma de conciencia de su propia cultura, es decir, que debe observar y estar atento a por qué se hace lo que se hace para luego así poder comprender nuestras formas de vida. Asimismo, debe asumir nuestro propio etnocentrismo que se refiere a la centralidad de la cultura, que nos permite asumir que lo que hace el otro es tan normal por más raro que parezca, como cualquier hecho o cosa habitual para nosotros. Thomas y Thomas (1928) a finales de los años veinte, decían que si los hombres definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias. Por consiguiente, desde la perspectiva del empowerment, se dice que se debe adoptar un modelo de colaboración entre el profesional y la comunidad, en donde se comprenda y respete el acuerdo intersubjetivamente compartido por la comunidad y hacerse participe de la diversidad y de la relatividad cultural promoviendo una distribución más equitativa de los recursos. El modelo de colaboración define en la práctica el rol del profesional, en donde este no actúa como un experto ni a su vez como consejero utilizando su autoridad desde una posición unilateral para poder realizar un diagnóstico del problema que se esté presentado, para lograr conseguir el compromiso de la comunidad hacia las acciones de cambio. Este modelo de colaboración lo que quiere decir, es que se presente por medio de un dialogo horizontal con la comunidad. Todo lo mencionado anteriormente, le va permitir a el profesional aprender de todas las diversidades de culturas, como por ejemplo, su visión, sus costumbres y asimismo sus conflictos cotidianos como también la manera en como los resuelven. Para que toda esta dinámica, tenga un buen resultado y genere un clima de confianza y respeto mutuo, se necesita tener en cuenta cual es el lenguaje que se va a emplear, el leguaje debe ser direccionado tradicionalmente a la descripción de los procesos de ayuda, que les permita potenciar inconscientemente la dependencia de las personas y crear una visión en la que las personas son clientes que precisan de ayuda de naturaleza unidireccional. Aunque este lenguaje según Rappaport, limita el descubrimiento de los recursos y potencialidades y también reduce la posibilidad de que las personas se ayuden entre sí. El enfoque empowerment reemplaza los términos de cliente y experto, por participante y colaborador. Finalmente, es necesario que por medio de la elección de un buen lenguaje, se transmitan a las personas de la comunidad que la oportunidad que tienen para potenciar sus propias habilidades y así también para controlar y/o modificar sus propios recursos, prescindiendo expresiones que lleven a los individuos a pensar que son objetos de ayuda o que se les va a proveer servicios y recursos.