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1372 PALLOS DELACORTE SUPREMA, an los recurrentes, con desmedro de los principios rectores del proceso de igualdad y bilateralidad, lo que, de suyo, resulta inaceptable. Por ello, se confirma la providencia recurrida. Aucusto César Betiuscio — Cantos S, Fayr. JOSE SIDERMAN y Ommos v. NACION ARGENTINA y PROVINCIA pe TUCUMAN BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. La concesién del beneficio de litigar sin gastos queda librada a la prudente apreciacién judicial, en tanto los medios probatorios incorporados al incidente rednan los requisitos suficientes para llevar al animo del juzgador la verosimi- litud de las condiciones de pobreza alegada. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. El legislador ha omitido referencias tasadas sobre el concepto de pobreza, pues éste, por ser contingente y relativo, presenta insalvables dificultades para ser definido con un alcance genérico que abarque la totalidad de las diferentes circunstancias que puedan caracterizar a los distintos casos para resolver. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. En cada situacién concreta, el tribunal deberé efectuar un examen particulari- zado a fin de determinar la carencia de recursos, ola imposibilidad deobtenerlos, de quien invoque el beneficio para afrontar las erogaciones que demande el proceso en cuestién. CONSTITUCION NACIONAL: Derechos y garantias. Defensa en juicio. Procedimiento y sentencia. El beneficio de litigar sin gastos encuentra su sustento en dos preceptos de raigambre constitucional: 1a garantia de la defensa en juicio y la de la igualdad ante la ley (arts. 18 y 16 de la Constitucién Nacional). BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. Por intermedio dol beneficio de litigar sin gastos se asegura la prestacién de los servicios dejusticia noyaen términos formales, sino con uncriterio que se adecua a la situacién econdmica de los contendientes, DE JUSTICIA DE LA NACION 1373 311 BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. Frente a los intereses del peticionario del beneficio de litigar sin gastos ee hallan los de su contraria, tan respetables como los de aquél, Jos que podrfan verse conculcados si a un limitado beneficio se lo transforma en indebido privilogio. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. La relacién cercana que vincula a los testigos con el peticionante del beneficio de litigar sin gastos no es casual, por sf sola, para desechar sus dichos, pues de ordinario, por ese mismo carécter, son los que en mejores condiciones pueden describir la situacién en que se encuentran los peticionarios. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. La relacién cereana que vincule a los testigos con el peticionario del beneficio de litigar sin gastos impone un mayor rigor en el examen de sus respucstas, ala vez que un especial cotejo entre sus conclusiones y las que surjan de las demas pruebas sobre el particular incorporadas a la causa. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. Si bien para obtener el beneficio de litigar sin gastos no es imprescindible producir una prueba acabada que otorgue un grado absoluto de certeza sobre las condiciones de pobreza alegadas, es necesario que se alleguen al expediente suficientes elementos de conviecién que permitan verificar razonablemente que el caso encuadra en el supuesto que autoriza el otorgamiento del benefici BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. La valoracién judicial en materia de beneficio de litigar sin gastos no puede dejar de ponderar la importancia econémica del proceso y, consecuentemente, las de las erogaciones que implica. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS. A fin de garantizar a los demandantes hasta sus méximas posibilidades el derecho de acceder a la tutela jurisdiccional de los tribunales de su propio pats, procede conceder en un 40 % dicho beneficio. FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 9 de agosto de 1988. Autos y Vistos: Para resolver el beneficio de litigar sin gastos solicitado por los actores, a cuya procedencia se opuso la Provincia de Tucuman. 1374 PALLOS DE LA CORTE S sur Considerando: 1°) Que la concesién del beneficio de litigar sin gastos queda librada a la prudente apreciacién judicial, en tanto los medios probatorios incorporados al incidente retinan los requisitos suficientes para llevar al 4nimo del juzgador la verosimilitud de las condiciones de pobreza alegadas (conf. C.1099.XX. “Cantos, José Maria e/ Santiago del Estero, Provincia de y/o Estado Nacional s/cobro de pesos. Incidente de bene ficio de litigar sin gastos”, pronunciamiento del 18 de agosto de 1987). En efecto, a diferencia de ordenamientos procesales derogados, el legislador ha omitido referencias tasadas sobre el concepto de pobreza, pues éste, por ser contingente y relativo, presenta insalvables dificul- tades para ser definido con un alcance genérico que abarque la totali- dad de las diferentes circunstancias que puedan caracterizar a los distintos casos por resolver. En suma,en cada situacién conereta, el tribunal deberd efectuar un examen particularizado a fin de determi- nar la carencia de recursos, o la imposibilidad de obtenerlos,de quien invoque el beneficio para afrontar las erogaciones que demande el proceso en cuestién. 2) Que tal beneficio encuentra sustento en dos preceptos de raigambre constitucional: la garantia de la defensa en juicio y la de la igualdad ante la ley (arts. 18 y 16 de la Constitucién Nacional). Ello es asi,habida cuenta de que por su intermedio se asegura la prestacién de los servicios de justicia no ya en términos formales, sino con un criterio que se adecua a la situacién econémica de los contendientes. Empero, no debe olvidarse que frente a los intereses del peticionario se hallan los de su contraria, tan respetables como los de aqueél, los que podrian verse coneulcados si a un limitado beneficio se lo transforma en indebido privilegio. 39) Que, sentado lo expuesto,corresponde examinar los medios de conviceién conducentes que tanto los actores como, especialmente, la codemandada Provincia de Tucumén han incorporado en forma abun- dante al incidente. 4°) Que los actores —José Siderman, Lea Mizrahi de Siderman, Carlos Siderman y Susana Siderman— pretenden justificar la concu- rrencia de los presupuestos de hecho necesarios para el otorgamiento del beneficio con la prueba testifical efectuada en la causa. JUSTICIA DE LA NACION 1375 an 5°) Que, en tal sentido, la testigo Marta Edith Meyer manifiesta que es amiga de José y Lea Siderman y que a los restantes actores sélo los conoce; que se relacion6 con los Siderman en 1976 al compartir el exilio al que se habfan visto obligados los actores como ella misma; que mantuvo un contacto personal con ellos hasta el afio 1980 en que regresé ala Argentina, aunque posteriormente intercambié correspon- dencia con Lea Siderman, a la que volvié a ver por tinica vez en 1986. Dice que la situacién econémica de los actores era estrecha para el periodo comprendido por los arios 1976 a 1980, y piensa que aquella no varié posteriormente, pues el Sr. Siderman es jubilado y porque la recibieron en la visita que realizé en 1986 en un modesto departamento queen ese entonces ocupaban en lacalle Belgrano, el cual les habia sido facilitado por un sobrino. Respecto de Carlos y Susana Siderman considera que no se encuentran en mejores condiciones, pues mientras el primero vive con sus suegros y se desempefia como empleado de una empresa, Susana es maestra en la localidad de Tampa, Estado de Florida. En sintesis, entiende que no pueden afrontar el pago de la tasa de justicia que segtin los letrados de los actores corresponde a la causa (conf. declaraciones de fs. 128/130). En parecidos términos se pronun- cia el testigo Alfredo Barbara, esposo de Marta Meyer, aunque agrega que en 1978 le hizo un préstamo de U$S 3.000 a José Siderman, y que éste junto con Lea son propietarios de un departamento en la localidad de Santa Ménica, Estado de California. Asimismo, recuerda que en el afio 1982 José y Carlos integraban la Corporacién Gral. Still Inc., aunque no sabe en qué caracter. No conoce otras referencias sobre la situacién econémica de Carlos y ninguna acerca de la de Susana Siderman (conf. declaraciones de fs. 130 vta. /133), Por su parte, el testigo Carlos Esteban Arrona sostiene que se desempefié como apode- rado de la familia Siderman y que intervino ante los tribunales tucumanos para tratar de recuperar sus bienes; que le consta la falta de recursos de los actores pues ni siquiera ha podido cobrar sus honorarios por los trabajos realizados, y porque cree que los Siderman recibieron ayuda econdmica para subsistir durante su estancia en los Estados Unidos de amigos y familiares, y que vivieron en un departa- mento modesto cuando estuvieron en Buenos Aires. En lo esencial, desconoce otras circunstancias sobre el patrimonio de los demandantes que no sea la referente a los bienes que motivaron su actuacién profesional antes aludida (conf. declaraciones de fs. 135/137). ®) Que en los tribunales de los Estados Unidos declararon los testigos Aldo Francisco Cammarota y Mario Driz. Poco contribuye 1376 PALLOS DELACORTE SUPREMA, ‘ann Cammarota, pues, ademas de desconocer la situacién de Carlos y Susana Siderman, respecto de José y Lea —a quienes frecuenta dos 0 tres veces al afio— tinicamente dijo que los consideraba personas con un “standard de vida normal” ya que sélo poseen un departamento en Santa Monica, un automévil “viejo” del afio 1977 6 1978, y porque “no dan fiestas”. El testigo Driz, suegro de Carlos Siderman, ignora la situacién de Susana. En cuanto a José y Lea, supone que estan amparados por el Seguro Social y sabe que poseen un departamento en Santa Ménica. Con relacién a Carlos Siderman, afirma que al momento de la declaracién habita en su casa con su familia; que si bien en su momento tuvo participacién en algunas empresas, actualmente es un. desocupado que vive muy humildemente (cfr. fs. 246/348, en particular traducciones de f5. 292/303 y 318/329). 7°) Que la Provincia de Tucumén impugna las declaraciones testi- ficales resefiadas en virtud de la intima relacién que —a su juicio— vincula a los testigos con los demandantes. Sin embargo, ese tipo de relacién cercana no es causal, por si sola, para desechar los dichos de Jos testigos, pues de ordinario, por ese mismo cardeter, son los que en Mejores condiciones pueden describir la situacién en que se encuentran los peticionarios. Empero, tal cercania impone, contempordneamente, un mayor rigor en el examen de sus respuestas, a la vez que un especial cotejo entre sus conclusiones y las que surjan de las demas pruebas sobre el particular incorporadas a la causa. A tal fin, asume particular trascendencia el estudio de los elementos probatorios agregadas por la Provincia de Tucuman. 8*) Que de ellos surge que en febrero de 1977, en sus solicitudes de visa de inmigrantes y registro de extranjeros, José y Lea Siderman declararon, ante las autoridades norteamericanas respectivas, tener USS 50.000 en efectivo, USS 264.538,33 depositados en cuentas banca- tias y bienes inmuebles en la Argentina para ser vendidos por un valor aproximado a los U$S 1.500.000. Tal declaracién, por lo demés, se encuentra sustancialmente corroborada por los informes bancarios acompafiados a la causa (cfr. oficio de fs. 710/711, documentos de fs. 712/766 traducidos a fs. 784/837, y documentos de fs. 539/704 acom- pafiados con el escrito de fs. 705/709). 9°) Que también el Servicio de Inmigracién y Naturalizacién del Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha informado que en susolicitud de visa Carlos Siderman agregé al tramite una certificacién DE JUSTICIA DELA NACION 1377 ‘IL expedida en 1978 por la que acredité ocupar desde mayo de 1977 el cargo de vicepresidente y gerente general de Matchaster Deyin & Finishing Co., Ine.,y percibir un sueldo anual de U$S 55.000 (cfr. oficio de fs. 710/711, y documentos de fs. 712/766, traducidos a fs. 784/837). 10) Que singular trascendencia asume la prueba concerniente a los inmuebles que los Siderman adquirieron en los Estados Unidos. Se ha probado que José y Lea Siderman son propietarios de un departamento ubicado en 101 California Avenue, N° 504, Santa Monica, Estado de - California, cuya valuacién fiscal asciende para el afio 1986 ala suma de U$S 167.017. Carlos Siderman ha adquirido las propiedades ubica- das en 806 North Sierra Drive, Bervely Hills, Los Angeles, Estado de California, con una valuacién fiscal de U$S 586.379, en 807 Westholms Avenue, Bervely Hills, Los Angeles, Estado de California, con un valor fiscal de U$S 9.096, y en 1549 West Segundo Boulevard Campton, Estado de California, con una valuacién fiscal de U$S 115.753 (cfr. documentacién de fs. 841/866). Por su parte, Susana Siderman ha comprado 3 inmuebles en el Estado de Florida uno con valor fiscal de U$S 149.150, otro con el de U$S 90.171, y el tercero con el de U$S 95.258 (cfr. documentacién de fs. 353/363 y de fs. 1008/1060). Se han pondera- do los valores fiscales, pues los de mercado —que al entender de le provincia excederian ostensiblemente a los fiscales— no han sido fehacientemente acreditados. 11) Que este Tribunal no deja de valorar que sobre los inmuebles aludidos pesan importantes cargas hipotecarias (cfr. fs. 73, fs. 353/363, fs. 703/709 y 1008/1060). Tampoco se deja de apreciar que Carlos Si- derman ha transferido los inmuebles de los que ha sido titular, aunque eneste ultimo aspecto cabe sefialar que sus propiedades mds importan- tes fueron cedidas en favor de su esposay de su suegro con posterioridad ala fecha de iniciacién de este pleito (cfr. fs. 953/957 y 963/1005). 12) Que, no obstante lo apuntado en el considerando anterior, los medios de conviccién aportados por la Provincia de Tucumén son suficientes, cuanto menos, como reveladores de indicios importantes para apreciar prima facie la capacidad econémica de los reclamantes. Son idéneos, asimismo, para desvirtuar en gran medida las declaracio- nes testificales propuestas por aquellos. 13) Que, en efecto, obsérvese que las propias manifestaciones de José y Lea al solicitar sus visas de inmigrantes descartan las afirma- 1378 PALLOS DELA CORTE SUPREMA ‘a ciones de los testigos Meyer y Barbara sobre la situacién econémica de Jos demandantes en el periodo inmediato al de su radicacién en Estados Unidos. Por lo demas, con posterioridad a ese lapso que corre entre los afios 1976 y 1980 estos testigos desconocen —sobre todo el segundo— aspectos fandamentales que los actores debieron acreditar a fin de sustentar adecuadamente su peticién. Menos eficaces atin resultan los dichos del testigo Arrona, pues como resumen de su declaracién se puede extraer el de que ignora la situacién patrimonial de los Sider- man, a excepcién de la concerniente a su actuacién profesional en la Provincia de Tucumén. Igualmente inocua es la de Cammarota por la escucta informacién que brinda, La del. testigo Driz dista de ser convincente tanto por los pocos datos que aporta como por sucondicién: de suegro del codemandante Carlos Siderman. Finalmente, cabe sub- rayar que los testigos no conocen la situacién econémica de Susana Siderman. 14) Que, si bien para obtener el beneficio de litigar sin gastos no es imprescindible producir una prueba acabada que otorgue un grado absoluto de certeza sobre las condiciones de pobreza alegadas, es necesario que se alleguen al expediente suficientes elementos de conviecién que permitan verificar razonablemente que el caso encua- draen el supuesto que autoriza el otorgamiento del beneficio. Tal carga —a a luz de los elementos probatorios estudiados en los considerandos precedentes— no ha sido satisfecha plenamente por los actores como para justificar la exencién total peticionada. 15) Que coadyuvan a esa solucién propias manifestaciones de los demandantes efectuadas en la pieza de fs. 610/630 de los autos princi- pales cuando contestan la excepcién de arraigo opuesta—entre otras— por la Provincia de Tucumén. En dicho escrito afirman que “don José Siderman es titular dominial de un campo de 57.994 hectreas ubicado en la localidad de Taco Ralo—Estancia Los Britos— Departamento de Graneros de la Provincia de Tucuman” y “que la hipoteca que registra en favor de terceros no es causa determinante para invalidarlo como bien perteneciente al reclamante ya que la importancia de la deuda es de escasa envergadura en funcién del valor elevado de la estancia”. Se destaca que esa deuda, asi calificada por los demandantes, fue estima- da por ellos mismos en 2.000.000 de australes en el mes de marzo de 1986 (conf. fs. 332 de los autos principales). También sostienen que ILN.O.S.A. tiene bienes inmuebles de su pertenencia entre los que se encuentra el Hotel Corona, en relacién al cual, a pesar del tramite DESUSTICI,DB LA NACION 1379 judicial que se leva a eabo en la Provincia de Tucumén, “en el peor de los casos para los Siderman éstos deberdn cobrar el 50 % de su valor”. Sobre el particular, debe recordarse que los propios actoresjustiprecia- ron el valor de ese hotel en la cantidad de 4.000.000 de australes en diciembre de 1985 (conf. fs. 85/101 de los autos principales). Las cifras aludidas precedentemente reajustadas al momento de esta decisién, segin el indice de precios mayoristas nivel general publicado por el Instituto Nacional de Estadistica y Censos, ascienden, aproximada- mente, a las sumas de 28.000.000 de australes y 7.000.000 de austra- les, respectivamente. 16) Que, en un diverso pero afin orden de ideas, igualmente relevan- te para sustentar la conclusién ya sefialada, resulta necesario dilucidar el correeto porcentaje de los valores en juego que corresponde tributar en concepto de tasa de justicia. Los actores lo cuantifican en el seis por ciento, pero en realidad s6lo alcanza en este estudio procesal al uno y medio por ciento, esto es, sélo la cuarta parte de lo estimado por aquellos. Ello es asi, pues al momento dela iniciacién del pleito todavia no habfa sido modificado por el art. 40 de la ley 23.526 el art. 3 dela ley 21.859, y habida cuenta de que en esta etapa del proceso tinicamente debe obligatoriamente integrarse la mitad del total de la tasa (conf. art. 10, ine. a, de la ley 21.859). 17) Que, sentado lo expuesto, esta Corte Suprema en atencién alas particularidades del caso y a fin de garantizar a los demandantes hasta sus méximas posibilidades el derecho de acceder a la tu- tela jurisdiccional de los tribunales de su propio pais, decide conceder en un 40 por ciento el beneficio de litigar sin gastos articulado. Ademas de tales argumentos, se tiene en cuenta para esta solucisn —de indudable cardcter favorable a los actores si se repara en la prueba producida en el incidente— que la valoracién judicial en esta materia no puede dejar de ponderar la importancia econémica del proceso y, consecuentemente la de las erogaciones que implica, las que en el sub lite, a pesar de lo manifestado en el considerando 16, son indu- dablemente cuantiosas debido al monto reclamado por los propios actores. 18) Que, por ultimo, corresponde desestimar las sanciones pe- didas por los actores respecto de la actividad desplegada por los profesionales de la Provincia de Tucuman, toda vez que no se advierte que aquella haya excedido la legitima defensa de sus derechos. 1380 PALLOS DE LA Colt SUPREMA Por ello, se resuelve: 1) Conceder en un 40 por ciento el beneficio de litigar si gastos peticionado. Las costas se imponen en un 60 por ciento alos actores y en un 40 por ciento a la Provincia de Tucuman (arts. 68, 69 y 71 del Cédigo Procesal); y 2) Rechazar las sanciones pedidas. Aucusto César Bet.uscio (en disidencia) — Carios S. Fayr — Enrique Santiago Perraccnt. — Jorce Antonto Bacqué. DISIDENCIA PARCIAL DEL SENOR VICEPRESIDENTE DOCTOR DON AUGUSTO César Beu.uscio Considerando: 1) Que la concesién del beneficio de litigar sin gastos queda librada a la prudente apreciacién judicial, en tanto los medios probatorios incorporados al incidente retinan los requisitos suficientes para llevar al 4nimo del juzgador la verosimilitud de las condiciones de pobreza alegadas (conf. C 1099 XX “Cantos, José Marfa c/ Santiago del Estero, Provincia de y/o Estado Nacional s/ cobro de pesos. Incidente de Beneficio de litigar sin gastos”, pronunciamiento del 18 de agosto de 1987). En efecto, a diferencia de ordenamientos procesales derogados, el legislador ha omitido referencias tasadas sobre el concepto de pobreza, pues éste, por ser contingente y relativo, presenta insalvables dificultades para ser definido con un aleance genérico que abarque la totalidad de las diferentes circunstancias que puedan caracterizar alos distintos casos por resolver. En suma, en cada situacién concreta, el tribunal deberd efectuar un examen particularizado a fin de determi- nar la carencia de recursos, o la imposibilidad de obtenerlos, de quien invoque el beneficio para afrontar las erogaciones que demande el proceso en cuestién. 2) Que tal beneficio encuentra sustento en dos preceptos de raigambre constitucional: la garantia de la defensa en juicio y la de la igualdad ante la ley (arts. 18 y 16 de la Constitucién Nacional). Ello es asi, habida cuenta de que por su intermedio se asegura la prestaci6n de los servicios de justicia no ya en términos formales, sino con un criterio que se adecua a la situacién econémica de los contendientes. Empero, no debe olvidarse que frente a los intereses del peticionario se hallan os de su contraria, tan respetables como los de aquél, los que podrian verse conculeados si a un limitado beneficio se lo transforma en indebido privilegio. DEJUSTICIA DE LA NACION 1381 3m 3°) Que, sentado lo expuesto, corresponde examinar los medios de conviccién conducentes que tanto los actores como, especialmente, la codemandada provincia de Tucumén han incorporado en forma abun- dante al incidente. 4°) Que los actores —José Siderman, Lea Mizrahi de Siderman, Carlos Siderman y Susana Siderman— pretenden justificar la concu- rrencia de los presupuestos de hecho necesarios para el otorgamiento del beneficio con la prueba testifical efectuada en la causa. 5®) Que en tal sentido, la testigo Marta Edith Meyer manifiesta que es amiga de José y Lea Siderman y que a los restantes actores sélo los conoce; y que se relacioné con los Siderman en 1976 al compartir el exilio al que se habian visto obligados los actores como ella misma; que mantuvo un contacto personal con ellos hasta el afio 1980 en que regresé a la Argentina aunque posteriormente intercambié correspon- dencia con Lea Siderman, a la que volvié a ver por tinica vez en 1986. Dice que la situacién econémica de los actores era estrecha para el perfodo comprendido por los afios 1976 a 1980, y piensa que aquella no varié posteriormente, pues el Sr. Siderman es jubilado y porque la recibieron en la visita que realizé en 1986 en un modesto departamento que en ese entonces ocupaban en lacalle Belgrano, el cual les habia sido facilitado por un sobrino. Respecto de Carlos y Susana Siderman considera que no se encuentran en mejores condiciones, pues mientras el primero vive con sus suegros y se desempefia como empleado en una empresa, Susana es maestra en la localidad de Tampa, Estado de Florida. En sintesis, entiende que no pueden afrontar el pago de la tasa de justicia que segtin los letrados de los actores corresponde a la causa (conf. declaraciones de fs. 128/130). En parecidos términos se pronun- cia el testigo Alfredo Barbara, esposo de Marta Meyer, aunque agrega que en 1978 le hizo un préstamo de USS 3.000 a José Siderman, y que éste junto con Lea son propietarios de un departamento en la localidad de Santa Ménica, Estado de California. Asimismo, recuerda que en el afio 1982 José y Carlos integraban la Corporacién Gral. Still Inc., aunque no sabe en qué cardcter. No conoce otras referencias sobre la situacién econémica de Carlos y ninguna acerca de la de Susana Siderman (conf. declaraciones de fs. 130 vta/133). Por su parte, el testigo Carlos Esteban Arrona sostiene que se desempefié como apode- rado de la familia Siderman y que intervino ante los tribunales tucumanos para tratar de recuperar sus bienes; que le consta la falta de recursos de los actores pues ni siquiera ha podido cobrar sus 1382 ‘PALLOS DE | LA CORTE ‘SUPREMA honorarios por los trabajos realizados, y porque eree que los Siderman recibieron ayuda econémica para subsistir durante su estancia en los Estados Unidos de amigos y familiares, y que vivieron en un departa- mento modesto cuando estuvieron en Buenos Aires. En lo esencial, desconoce otras cireunstancias sobre el patrimonio de los demandantes que no sea la referente a los bienes que motivaron su actuacién profesional antes aludida (conf. declaraciones de fs. 135/137). 6") Que en los tribunales de los Estados Unidos declararon los testigos Aldo Francisco Cammarota y Mario Driz. Poco contribuye Cammarota, pues, ademas de desconocer la situacién de Carlos y Susana Siderman, respecto de José y Lea —a quienes frecuenta dos 0 tres veces al afio— tinicamente dijo que los consideraba personas con un “standard de vida normal” ya que sélo poseen un departamento en Santa Monica, un automévil “viejo” del afio 1977 0 1978, y porque “no dan fiestas”, El testigo Driz, suegro de Carlos Siderman, ignora la situacién de Susana. En cuanto a José y Lea, supone que estan amparados por el Seguro Social y sabe que poseen un departamento en Santa Mnica. Con relacién a Carlos Siderman, afirma queal momento de la declaracién habita en su casa con su familia; que si bien en su momento tuvo participacion en algunas empresas, actualmente es un desocupado que vive muy humildemente (cfr. fs. 246/348, en particular traduceiones de fs. 292/303 y 318/329). 7°) Que la provincia de Tucumén impugna las declaraciones testi- ficales resefiadas en virtud de la intima relacién que —a su juicio— vincula a los testigos con los demandantes. Sin embargo, ese tipo de relacién cercana no es causal, por si sola, para desechar los dichos de los testigos pues de ordinario, por ese mismo carécter, son los que en mejores condiciones pueden describir la situacién en que se encuentran los peticionarios. Empero, tal cercanfa impone, contempordneamente, un mayor rigor en el examen de sus respuestas, a la vez que un especial cotejo entre sus conclusiones y las que surjan de las demas pruebas sobre el particular incorporadas a la causa. A tal fin, asume particular trascendencia el estudio de los elementos probatorios agregados por la provincia de Tucumén. 8*) Que de ellos surge que en febrero de 1977, en sus solicitudes de visa de inmigrante y registro de extranjeros, José y Lea Siderman declararon, ante las autoridades norteamericanas respectivas, tener U$S 50.000 en efectivo, USS 264.538,33 depositados en cuentas banca- DE JUSTICIA DE LA NACION 1383 sit rias y bienes inmuebles en la Argentina para ser vendidos por un valor aproximado a los U$S 1.500.000. Tal declaracién, por lo demas, se encuentra sustancialmente corroborada por los informes bancarios acompariados a la causa (cfr. oficio de fs. 710/711, documentos de fs. 712/766 traducidos a fs. 784/837, y documentos de fs. 539/704 acom- pafiados con el escrito de fs. 705/709). 9) Que también el Servicio de Inmigracién y Naturalizacién del Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha informado que en su solicitud de visa Carlos Siderman agregé al tramite unacertificacién expedida en 1978 por la que acredit6 ocupar desde mayo de 1977 el cargo de vicepresidente y gerente general de Matchaster Deyin & Finishing Co., Ine., y percibir un sueldo anual de U$S 55.000 (cfr. oficio de fs. 710/711, y documentos de fs. 712/766, traducidos a fs. 784/837). 10) Que singular trascendencia asume la prueba concerniente a los inmuebles que los Siderman adquirieron en los Estados Unidos. Se ha probado queJoséy Lea Siderman son propietarios de un departamento ubicado en 101 California Avenue, N? 504, Santa Ménica, Estado de California, cuya valuacién fiscal asciende para el afio 1986 a la suma de U$S 167.017. Carlos Siderman ha adquirido las propiedades ubica- das en 806 North Sierra Drive, Bervely Hills, Los Angeles, Estado de California, con una valuacién fiscal de U$S 586.379, en 807 Westholms Avenue, Bervely Hills, Los Angeles, Estado de California, con un valor fiscal de U$S 9.096, y en 1549 West Segundo Boulevard Campton, Estado de California, eon una valuacién fiscal de U$S 115.753 (cfr. documentacién de fs. 841/866). Por su parte, Susana Siderman ha comprado 3 inmuebles en el Estado de Florida uno con valor fiscal de U$S 149. 150, otrocon el de U$S 90.171, yel tercero con el de USS 95.258 (cfr. documentacién de fs. 353/363 y de fs. 1008/1060). Se han pondera- do los valores fiscales, pues los de mereado —que al entender de la provincia excederian ostensiblemente a los fiseales— no han sido fehacientemente acreditados. 11) Que este Tribunal no deja de valorar que sobre los inmuebles aludidos pesan importantes cargas hipotecarias (cfr. fs. 73, fs. 353/363, fs. 703/709 y 1008/1060). Tampoco se deja de apreciar que Carlos Siderman ha transferido los inmuebles de los que ha sido titular, aunque en este tiltimo aspecto cabe sefialar que sus propiedades més importantes fueron cedidas en favor de su esposa y de su suegro con posterioridad a la fecha de iniciacién de este pleito (cfr. fs. 953/957 y 963/105). 1384 PALLOS: eeea coare ‘SUPREMA, 12) Que, no obstante lo apuntado en el considerando anterior, los medios de conviccién aportados por la Provincia de Tucumdn son suficientes, cuanto menos, como reveladores de indicios importantes para apreciar prima facie la capacidad econémica de los reclamantes. Son idéneos, asimismo, para desvirtuar en gran medida las declaracio- nes testificales propuestas por aquellos. 13) Que, en efecto, obsérvese que las propias manifestaciones de José y Lea al solicitar sus visas de inmigrantes descartan las afirma- ciones de los testigos Meyer y Barbara sobre la situacién econémica de losdemandantes en el perfodoinmediatoal de su radicacién en Estados Unidos. Por lo demas, con posterioridad a ese lapso que corre entre los. afios 1976 y 1980 estos testigos desconocen —sobre todo el segundo— aspectos fundamentales que los actores debieron acreditar a fin de sustentar adecuadamente su peticién. Menos eficaces atin resultan los dichos del testigo Arrona, pues como resumen de su declaracién se puede extraer el de que ignora la situacién patrimonial de los Sider- man, a excepcién de la concerniente a su actuacién profesional en la Provincia de Tucumén. Igualmente inocua es la de Cammarota por la escueta informacién que brinda. La del testigo Driz dista de ser convincente tanto por los pocos datos que aporta como por su condicién de suegro del codemandante Carlos Siderman. Finalmente, cabe sub- rayar que los testigos no conocen la situacién econémica de Susana Siderman. 14) Que, si bien para obtener el beneficio de litigar sin gastos no es imprescindible producir una prueba acabada que otorgue un grado absoluto de certeza sobre las condiciones de pobreza alegadas, es necesario que se alleguen al expediente suficientes elementos de conviccién que permitan verificar razonablemente que el caso encua- dra en el supuesto que autoriza el otorgamiento del beneficio. Tal carga —ala luz de los elementos probatorios estudiados en los considerandos precedentes— no ha sido satisfecha plenamente por los actores como Para justificar la exencién total peticionada. 15) Que coadyuvan a esa solucién propias manifestaciones de los demandantes efectuadas en la pieza de fs, 610/630 de los autos princi- pales cuando contestan la excepcién de arraigo opuesta —entre otras— por la Provincia de Tucumén. En dicho escrito afirman que “don José Siderman es titular dominial de un campo de 57.994 hectdreas ubicado en la localidad de Taco Ralo—Estancia Los Britos— Departamento de DE.USTICADELA NACION 1386 Graneros de la Provincia de Tucuman” y “que la hipoteca que registra en favor de terceros no es causa determinante para invalidarlo como bien perteneciente al reclamante ya que la importancia de la deuda es de escasa envergadura en funcién del valor elevado de la estancia”. Se destaca que esa deuda, ast calificada por los demandantes, fue estima- da por ellos mismos en 2.000.000 de australes en el mes de marzo de 1986 (conf, fs. 332 de los autos principales). También sostienen que IN.O.S.A. tiene bienes inmuebles de su pertenencia entre los que se encuentra el Hotel Corona, en relacién al cual, a pesar del trémite judicial que se lleva a cabo en la Provincia de Tucuman, “en el peor de los casos para los Siderman éstos deberdn cobrar el 50 % de su valor”. Sobre el particular, debe recordarse que los propios actores justiprecia- ron el valor de ese hotel en la cantidad de 4.000.000 de australes en diciembre de 1985 (conf. fs. 85/101 de los autos principales). Las cifras aludidas precedentemente reajustadas al momento de esta decision, seguin el indice de precios mayoristas nivel general publicado por el Instituto Nacional de Estadistica y Censos, ascienden, aproximada- mente, a las sumas de 28,000.00 de australes y 57.000.000 de austra- les, respectivamente. 16) Que, en un diverso pero afin orden de ideas, igualmente relevan- tepara sustentar la conclusion ya sefialada, resulta necesariodilucidar el correcto porcentaje de los valores en juego que corresponde tributar en concepto de tasa de justicia. Los actores lo cuantifican en el seis por ciento, pero en realidad sélo aleanza en este estudio procesal al uno y medio por ciento, esto es, sélo la cuarta parte de lo estimado por aquellos. Ello es asi, pues al momento de la iniciacién del pleito todavia no habia sido modificado por el art. 40 de la ley 23.526 el art. 3 dela ley 21.859, y habida cuenta de que en esta etapa del proceso tinicamente debe obligatoriamente integrarse la mitad del total de la tasa (conf. art. 10, ine. a, de la ley 21.859). 17) Que, por tiltimo, corresponde desestimar las sanciones pedidas por los actores respecto de la actividad desplegada por los profesionales de la provincia de Tucumén, toda vez que no se advierte que aquella haya excedido la legitima defensa de sus derechos. Por ello se resuelve: 1) Denegar el beneficio de litigar sin gastos peticionado. Con costas (arts, 68 y 69 del Codigo Procesal); y 2) Rechazar las sanciones pedidas. Aucusro César BELLUsCIO.

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