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EXISTEN varias teorías sobre la formación del petróleo. Sin embargo, la más
aceptada es la teoría orgánica que supone que se originó por la
descomposición de los restos de animales y algas microscópicas acumuladas
en el fondo de las lagunas y en el curso inferior de los ríos.
Esta materia orgánica se cubrió paulatinamente con capas cada vez más
gruesas de sedimentos, al abrigo de las cuales, en determinadas condiciones
de presión, temperatura y tiempo, se transformó lentamente en hidrocarburos
(compuestos formados de carbón e hidrógeno), con pequeñas cantidades de
azufre, oxígeno, nitrógeno, y trazas de metales como fierro, cromo, níquel y
vanadio, cuya mezcla constituye el petróleo crudo.
Una versión interesante de este tema es la que publicó Thomas Gold en 1986.
Este científico europeo dice que el gas natural (el metano) que suele
encontrarse en grandes cantidades en los yacimientos petroleros, se pudo
haber generado a partir de los meteoritos que cayeron durante la formacion de
la Tierra hace millones de años.
Los argumentos que presenta están basados en el hecho de que se han
encontrado en varios meteoritos más de 40 productos químicos semejantes al
kerógeno, que se supone es el precursor del petróleo.
¿QUÉ ES EL PETRÓLEO?
Pero si se desea saber todo lo que se puede hacer con el petróleo, esta
definición no es suficiente. Es necesario profundizar el conocimiento para
determinar no sólo sus propiedades físicas sino también las propiedades
químicas de sus componentes.
Además, los crudos tienen pequeñas cantidades, del orden de partes por
millón, de compuestos con átomos de nitrógeno, o de metales como el fierro,
níquel, cromo, vanadio, y cobalto.
Por lo general, el petróleo tal y como se extrae de los pozos no sirve como
energético ya que requiere de altas temperaturas para arder, pues el crudo en
sí está compuesto de hidrocarburos de más de cinco átomos de carbono, es
decir, hidrocarburos líquidos. Por lo tanto, para poder aprovecharlo como
energético es necesario separarlo en diferentes fracciones que constituyen los
diferentes combustibles como el gasavión, gasolina, turbosina, diesel, gasóleo
ligero y gasóleo pesado.
Trión y Supremus son los nombres de los dos pozos descubridores del tesoro que
se encuentra en el subsuelo de las aguas profundas del Golfo de México,
perteneciente al Estado mexicano. Interesante conocer que esta área
seleccionada por los técnicos de Pemex Exploración y Producción bajo la batuta
del Subdirector de Exploración, el Ingeniero Geólogo Antonio Escalera Alcocer,
fue bautizada con nombres griegos para las diferentes localizaciones a perforar y
que luego se convertirán en pozos descubridores.
Según la mitología griega, Zeus gobernador del Olimpo, creó una docena de
dioses que le acompañaban en la tarea de conceder la felicidad o el castigo a los
ciudadanos griegos, dependiendo de su comportamiento. Desde la diosa de la
sabiduría Atenea, hasta el dios de los mares: Poseidón, todos vigilaban en silencio
cuán bien la sociedad griega se comportaba, o cuando sucumbían a caprichos y
hábitos que afectaban el buen camino dictado por los dioses del Olimpo, para
concederles su bondad o su pena.
El Golfo de México, conocido en los siglos XVI y XVII como Seno Mexicano, fue
descubierto por Américo Vespucio en el año 1497 y luego, durante los siguientes
dos siglos, se fue consolidando como un bastión de la España de ese entonces,
que gracias a Cristóbal Colón había tomado la delantera en el descubrimiento del
nuevo mundo; pero a partir del siglo XVIII otros países como Gran Bretaña,
Holanda y Francia establecieron colonias en islas y otros territorios del Golfo de
México y a partir del siglo XIX, ya eran muchas las embarcaciones comerciales de
diferentes banderas, principalmente de Estados Unidos, que cruzaban el Golfo.
El Golfo fue descubierto como provincia hidrocarburifera desde 1955, año en que
la Shell Oil perforó su primer pozo en mar abierto al sur de New Orleans. De
explorar áreas en tierras, perforar pozos y producir campos, la actividad se fue
moviendo hacia aguas someras, poco profundas y en la medida en que las
tecnologías de registros sísmicos y perforación de pozos lo permitieron, las
actividades siguieron avanzando hacia aguas más profundas.