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•• Georg Lukács
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•• 'GEORG LUKÁCS ¿NARRAR O DESCRIBIR?
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PROBLEMAS
DEL
1
¡ENTREMOS en seguida in meditLJ resl En dos célebres novelas mo-
dernas, en Nana de Zola y en Anna Karenina de Tolstoi, se des-
•• ¡","
con el mayor detalle. Las gradas de los espectadores aparecen en
'la riqueza de colorido de una exhibición parisiense de modas
bajo el Segundo Imperio. También la gente tras los bastidores se '
•• ;1" .
", :,.; .
describe exactamente y se presenta en sus conexiones generales: las
carreras terminan con una gran sorpresa, y Zola describe no sólo
la sorpresa, sino que desenmascara también la trampa que se halla
•
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••
'7' ¿NARRAR O llESCRtDIRI
Sin duda, éste es un caso extremo. Los objetos del medio del
'75
•
",.•
nacido a la de un periodista de mucho éxito y falto de conciencia.
, Una vez más, el teatro se describe, en Zola, del modo más es-
crupulosamente completo. Aun~ue "esta vez sólo desde la sala de
los-espectadores. Todo lo que tiene lngar en la .sala, en el foyer y
.se trata de la representación literaria de semejante escenario?
En el' capitulo de introducción de su novela Old Mortality
("Vieja mortalidad"], Walter Scott describe una exhibición de ar-
'mas combinada con festividades populares en Escocia, que fue 01'-
• ••
Dedica otro capítulo de la novela a la descripción del teatro Visto
desde el escenario, en la que los cambios de bastidores; de indu-
mentaria, etc. durante la representación y: ,sus pausas son .objeto
ahora de una descripción no menos deslumbrante y minuciosa.
'tos. Esta revista tiene lugar, en Scott, la víspera del levantamiento
'de los puritanos oprimidos. El gran arte épico de 'Valter Scott
'reúne 'cn este escenario total las contradicciones que poco después
'habdn de explotar en lucha sangrienta. La exhibición, de, armas
Esta integridad objetiva, material; falta, en Balz~c.· El teatro,
••
como actriz, del origen del amor apasionado entre Lucien y Cora- subsiguiente muestra 'inclusive las oposiciones dentro de los dos,
lie de los futuros conflictos de Lucien con sus amigos anteriores partidos hostiles, mediante el hecho de que solamente los modc-
del circulo de D' Arthéz, con su actual protector Lousteau, el .prin- rados de ambos participan en esta diversión popular. En la tabe.r-
l.
'na vemos la violencia brutal de la soldadesca real, y al propio
Pero, ¿qué se plasma en todas estas Iucllasy estos conflictos, tiempo se revela ante nosotros, en su grandeza sombría, la figura
relacionados todos ellos directa o indirectamente con el tea tro? El :de Burley, el futuro jefe del levantamiento puritano. En una
destino del teatro en el capitalismo: la dependencia completa y palabra: al narrar Walter Scott la historia de dicha exhibición y
complicada del teatro respecto, de1.capital,y. del teatro r~~pccto al desplegar ante nosotros en dicho rela~o el escenario. entero, ~x.
•• del periodismo, que depende a su vez del c~pltal; la c?nexlOn en-
tre el teatro y la. literatura, ent;e el periodismo. y la literatura: el
carácter capitalista de, la conexión en que. 1:, VIda de las acmces
'pone al propio tiempo toda: las. tendellCl~s,. todas las Iiguras pnn-
cipales de un gran drama histórico. nos sitúa de un solo golpe en
•
~'i".: ~:.,;~'.'¡
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Cr
.,,\:, i76 < INARRAR o DESCRIBIR?
-. ," '
.'modo muy consecuente y con arte superior,
Sin embargo, subsiste el contraste no eliminado de que este
el público de acontecimientos en los que participan los personajes
de las novelas. Vivimos estos acontecimientos. ••
••
En Flaubert y Zola, los personajes mismos no son más que es-
~. ··escenario casual, esta ocasión casual de una escena amorosa, sea al pectadores más o menos interesados de acontecimientos. :r;>e al~l
"",',:.' propio tiempo un acontecímíento importante del. mundo de la Ma- que éstos s~ conviertan para el lector en un cuadro 0, mejor di-
../"....... n ..... ,... -., ,....... ,~ rlp(rrinrinn I'IPf:lJbrf::l. p.~ absolutamente nece..
- ..: ..f -_ ..:r......... t ... """l<:lornF\'II Pilltnc rn::",lroCl
••
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;;~i~: ;n' ¡;~'pr¿i;6~ito; de'Flaubert, para la integ;ida?, perseguida
""~~v, ~ --.-----r------ - .
. '" .del dibujo del medio. De ah! que e! contraste irónico no agote
el significado de la descripción. El "escenario" posee. un signifi- Il
cado propio corno elemento de la integridad de! medio. Pero I~:JS
personajes son aquí exclusivamente espectadores. Con esto se con-
vierten para e! lector en elementos homogéneos y equivalentes ~e
los acontecimientos, importantes solamente desde .el punto de ~'S.
.EI contraste 'entre.'. ~elhCO.Í1yiy.ir.Y~W:2n. templarffi ,eEcasuaI1Pr?-
~v~e~"fde:l~p.mi¿ióñib'áSiª:fd~l.propio t~~iiOr. :y;. má;rconcrela~
mente .de .su .actitud fundafnental frente, a .Ia .vIda,.frente ,a § los
••
., grn~de"~~}>le~~; ·~df ta:s?cj~4aªt;y~€.o'i~§"?~~~.od~l;i(~n·' ira! •••••
ta de la descripci6n del medio, que Flaubert expone. Se convier-
ten en manchas de color en un cuadro. Y el cuadro s610. va más
allá del mero estado, del mero géncro, en cuanto es elevado a
tamiento artístico-de la materia o de ciertas partes de la misma.
Solamente mediante esta comprobación podemos llegar a la
concreción verdadera de nuestra cuestión. t Lo mismo que enotrosv
••
símbolo irónico del filÍstelsmo en general. J2¡cUad!!?J,a'!.quie,!~:..lin
significado que. no resulta de!~pe~h~Q,..in~el!or..d~~!'?,~,:c.?~,
tecimientos ~ narrados ".y:~ que,. máS t aún, ,t apenas ~ g~~rda •~.on .éstos
relaci6n--al~á,"Sieñdo"'producido 'artificialme"te "'por' jií,edios de
dominios de la vida, tampoco'. en literatura. se, dan "fenómenos
..
'purosl~ Engels menciona en una ocasión irónicamente que el Ieu-
dalismo "puro" sólo ha existido en la constitución efímera del reí-
••
la estilización forrn.a!.
El contenido simbólico lo alcanza Flaubert.irónicamente,y por
.
no de Jerusalén. Sin embargo, el feudalismo Fue por supuesto una
realidad .histórica y puede en .conse.~l1~~ci,\ constituir razonable-
mente objeto de un estudio. .Nohay .con segt_~~ida~ :scritor .alguno;
••
" i esto a una altura artísticamente considerable, con medios -por
lo menos en part"e'"""'7"" verdaderamente artfstíccs. En cambio, cu?n-
do en Zola el símbolo ha de adquirir una monumentalídad social,
qu.eJ.':'.~J9:~~~r!ba,~~~.,a!>~~uto."y ,ta~poco.puede .afirmarse ~e los
repre~e~antes import~,~~~L'!e.!·!c;,~H~"".~,<I~ ,la época poslenor. al i
1.848,';de_"1[~auber~Jy~Z2~~' ~qU";'i no inar;.~i1~~bs~}~tC?:_~·~~""C?H,q~le";~m~' I
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cuando tiene por objeto imprimir a un episodio en si mismo in-
significante el sello de un gran significado social, entonces se
abandona la esfera del verdadero arte. La metáfora se hincha en
. porta son 10s principios de. .la ,~ompg.SIC!<I!1,y ~o¡el fantasma de un,
:'fenómeno.puro", del narrar, o, el. descri.!'Jr11:<> que importa es
cómo y por,q~é !~ de;criP"ci~'!!:9.~e '?,rig~nariamente lfue.uno de lo.'
••
realidad. Un rasgo casual, una analogía casual, ~n estado de ~~i
mo casual y un encuentro casual han de convertirse en expresron
directa de grandes conexiones sociales. Podrían aducírse de .l;s
numerosos''1medios1'deilalplasmaclón' épica -y Vil mediO subordi-
nado~demás'"'~ se '·coñViertieñ"-pTlñCipio' deCisivó de la composi-'
ci6''':- Yaque con esto cárnbia la descripción fundamentalmente
••
novelas de Zola ejemplos en cantidad. R;~cuérdese la co~p~raclO':
de Naná con la mosca de oro, comparacion que pretende simboli-
zar su efecto funesto sobre el Parfs de 1870. El propio Zola se
su carácter, su misión en la: composición épica,
Ya Balzac subraya en su critica de la Chartreuse de Pasme ("La
cartuja de Parrna"), de Stendhal, la:importancia.\~l." la descripción
••
pronuncia a propósito de esta intención con perfecta claridad: "En
mi obra se da la hipertrofia del detalle verdadero. Del trampolín
de la observación exacta vuela hasta las estrellas. La verdad se.
como medio de exposición esencialmente modemo! La novela del
siglo XV111 (Le Sage, Voltaire, etc.). ~peJlas conoció, la descripción;
juga~a en aquélla un papel ínsígnificante y más que subordinado.
••
eleva con un solo golpe de ala a la categoría de símbolo,'
En Sean. Balzac o Tolstoi nós enteramos de acontecimientos
I
que son significativos como tales ~or .e~ destino de las personas 'l,ue
La situación s610 cambia con el romanticismo. Balzac destaca
que la tendencia Iiteraria por él representada. como cuyo fundador
considera a WaIter Scott, atribuye a la descripción una importan-
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participan en ellos, por lo que significan las personas, en el nco cia mayor.
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•• '7 8 ¿NARRAR O DESCRIBIR?
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ron en las guerras que prepararon el parto de las revoluciones; 1
la descripción -es unelemento ,entr~><~;l,~~.hos_i.otro~;:~~Có.~;:~Ha.57 Balzac fue participe y vlctima de las especulaciones delirantes del
,1
acentúa, en: partlcular,.' el: nuevo silyuiHcado del elemento dra- capitalismo francés en formación: Goethe y Stendhal colaboraron
mático, . ' . :,: " , . : _ . en la administración: Tolstoi vivió como terrateniente··y como
•• de lo que f;;e los siglos xvn y xVIII,;El medio. el, aspecto exte-'
rior y los hábitos de vida del individuo podían, indic~rse ~uy
simplemente, por ejemplo' en Le Sage, dando, pes~ a dlch~ s~~
anteriores escritores, artistas y eruditos del Renacimiento y la Ilus-
tración: individuos que toman parte activa y variada en las grandes
luchas sociales de su época y se hacen escritores a partir de las
•• los acontecimientos. .
Balzac ve claramente que este método ya no le basta. Rastig-
nac, por ejempJo, es un aventurero de .tipo muy distinto que
. . e'
C:iI
' .
de la Batalla de junio, en la sociedad burguesa }-a constituida y
completada. Ya no compartieron activamente la vida de esta so-
ciedad; ya no quisieron compartirla. En esta negativa se pone de
•• y Zola.
Balzac, Stendhal, Dickens y Tolstoi plasman la sociedad bur- ,
guesa constituyéndose .defínitivamente a través de graves crisis. Plas-
es voluntariamente asceta, en tanto que Zola, obligado por la
necesidad material) ya no es más que escritor en el sentido de
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la división capitalista del trabajo.
man las leyes complicadas de su advenimiento y las transiciones Los nuevos estilos y las nuevas modalidades de exposición no
variadas e intrincadas que conducen de la vieja sociedad en deca- surgen nunca de una dialéctica inmanente' de las formas. artísticas,
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¿NARRAR O DESCRlBlRI
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.80 tNARRAR O DESCRInIRI
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. t _"""'1" _ _ :"""..-e.'''.''~t~~"...... ,~'''H4~~_1 •.<"~,::_" ;r ,~_,_~ .,_ considera como Su misión principal la de describir el llamado equi.
t:."1 \.u Vo;1U:;JH.1;a· v ' u c
ti.! LJ"'U\..d..lU~I_~\.~
... Jo .....:.....
.l;aub,":,,: -............ !'o..t..t..,;uU<.A..... t' .........~...
valente de los diversos escritores o estilos, cree que con la demos-
también ser una necesidad hacia lo artísticamente falso, deformado
y.malo. As/, p~l~s! 2=.§~~,:~r.Y,!bseTy,~r..':?~st~_~uy~~.~o~p<?!~arnieJ1
tos socialmente necesarios de los escritoresde do~/p~I?4,OS del ca;
·I'L~~ls'l'0!,.Y ~'n~ción y la dcscripc~ón. son' los dos métodos de
· tracíón de la historia social del 'origen toda cuestión se halla
contestada y liquidada. (De cómo lo hace no queremos hablar aquf.]
• Su método significa prácticamente el esfuerzo. por rebajar toda la
evolución pasada del arte de la .huma.nidad al nivel del burguesis-
•
exposición 'fundamentales de estos penados.
Confronto, para destacar claramente el contrastede los dos mé-
todos, sendas declaraciones de Goethe y Zola sobre I~' relación
. mo decadente: según esto, Hornero o Shakespeare son "productos"
al mismo t/tulo que Joyce o Dos Passos; la tarea de la ciencia de ..'•"
entre el observar y el crear: "Nunca he contemplado la naturaleza",
ha dicho Goethe, "en vista de fines poéticos. Sin embargo, toda
· la literatura sólo consiste siempre en descubrir" el "equivalente
social" de 'flamero o de Joyce. ;M~~x p!a-!'te(Ua.f.?~~ti~~I:.delllodo
totalmente distinto, Después de,analizar la i génesis" de las, epope-
••
vez que mi dibujo anterior del paisaje y luego .mis .estudios natu-
ralistas posteriores me llevaban a. una obse,;aClón e"act~ y cons-
tante de los objetos naturales, he Ido aprendiendo paulatinamente
· yas l;oméricas, .dice: ··Sin. embargo, la dificultad no .estáen com:
prender que el 'arte, y.la épica griegos estén ligados a determinadas,
Íormas socialest'dele~volución:iLatdiIicultad consiste, antes bien, en
••
la naturaleza de memoria hasta en sus menores detalles, de tal
modo que cuando necesito algo como poeta, lo ten~o a mi dispo-
sición y no yerro ["cilmente contra la verdad". También Zola habla
:0
comprender que noa prnporcionen todavía un.goce e~tético. ~ qu~,
se consideren en cierto modo como nOfI\13 y modelo inasequible.
Por supuesto, esta indicación de Marx se refiere también a los
••
•••
muy claramente de la manera como a~orda, cuant? ~rtjsla~ un casos en que la estética ha de pronunciar. un juicio negativo: y:
'objeto: "El escritor. de novelas naturalista qUIere escribir una no- en ambos casos no puede separarse mecánicamente la valoración
vela sobre el mundo del teatro. Parte de esta idea general, sm · estética de la derivación histórica'>EI hecho de que las epope),as
poseer lodavla ni un hecho' ni "n personaje. Su prime~a preocu· homéricas sean verdaderas epopeyas J y no así, en cambio, las ~e
cupación consistirá en reunir notas acerca de 10 que pueda ente- Carnoens, Miltcn y Voltaire, constituye a la vez una cuestión his-
rarse de este mundo que se propone describir. Ha.:conocido a tal
actor y asistido a tal representación..• Luego h.a?hrá can I~ gente
que está mejor informada acerca de este. material y: ,COle¡ará las
tórico-social )' una cuestión estética. No se da "maestría" alguna.
separada e' independiente de condiciones hist~rico.soci.ales 1: persa·
nales que sean poco favorables p'ara un r~f1~Jo artístíco, neo. ~x.
••
sentencias, las anécdotas y los retratos. FI.nalmente VISItará los lu-
·gares luismos, pasará algunqs días en un teatro, para enterarse ~e
los menores detalles, pasará sus veladas en el camarín de una actriz
tenso, diverso y 'animado de la realidad objetiva, El carácter sOCIa! J
desfavorable .de las premisas y las circunstancias' de .Ia creación.
artística ha, ele deformar también las formas esenciales de la plas-'
••
y tratará de apropiarse lo más que pueda la atmósfera. Y una vez
que estos documentosest~n completos. ~u ~o~ela se hará ella s?Ja,
El escritor de novelas solo necesita distribuir los hechos lógIca-
maclón. ¡Est~se aplica asimismo 'al caso por nosotros tratado. .
Existe unaautocrttica muy instructiva de Flauqer; a propósito ••
mente... El in/erés ya no se concenlra en lo peCllliar de .la. fdbul~~
al contrario, Cllanlo md.r banal y general sea, tanto . ",ds LI[Jlca sera
de su novela L'éducation sentimenlale ("La educación sentimen-
tal"). Dice en ella: "Es demasiado verídica, y desde 'el "punto ,de
vista estético le falta la falsedad de la perspecuva. Una vez bien ••
••
(el subrayado es lulo. G. L.).. . , . concebido el plan mentalmente, lla· desaparecido, Toda obra de
Se trata de dos estilos fundamentalmente distintos. De dos actr- arte ha de tener una punta, un pico, ha- de formar una pirámide.
urdes totalmente distintas frente a la naturaleza. o bien la luz ha de raer en un punto de la esfera, Y de todo esto
-_.__.- _ .. ••
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• •• INARRAR o DI!SCIUDIR? INARRAR O DI!SCRIllIR1
nada existe en la vida. Pero el arte no es la naturaleza. Nada hace, la crisis manifiesta la unidad de los elementos hechos independien-
••
. Pero son hiJOS de su tiempo y. a tal titulo se hallan profundamente
tante novela, sino .ante todo porque descubre aqui su concepción influidos 'por lasIdeologtas de su época. Especialmente Zola, sobre
fundamental 'equivocada de la realidad, del ser objetivo de, la so- cuyas obras ejercieron los prejuicios triviales de la sociología bur-
ciedad. de la relación entre la naturaleza y el arte. Su concepción guesa una influencia determinante. De ah! que en él la vida se
•••
el contraste abstracto; .erróneo y subjetivo, de lo "normal" y lo Esta verdad de la evolución social es, asimismo-la verdad de los-
"anormal". 'Marx ve .precisamente en la crisis económica el fcnó- destinos individuales. Pero, ¿donde y. cómo' se. hace esta verdad'
meno regular "más normal" de la economía capitalista. "La inde- visible? Es obvio 110 sólo para la ciencia y no s610 para la polrt ica
pendencia que adoptan uno frente a Otro los elementos que se .clentlflcamence fundada, sino también para el conocimiento hu-
•• corresponden y completan se anula violentamente. De modo que mano en la vida cotidiana, que esta verdad de la vida sólo puede
•
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¿NARRAR o DFSCRIBIRI
••
revelarse en la práctica del individuo, en sus actos y acciones. Las
palabras ele los individuos, sus. sentimientos' y -pensamíentos mera-
mente subjetivos s610 muestran su verdad o falsedad, ~i.i veracidad
o 511 mentira, su grandeza y su Iimitnción, cu~ndo se tr'aducen en
ciale~,.~!,Y~.c1a acción se halla presente por lo menos el esquema
abstracto de la práctica humana (aunque deformado y descolo- ,
rido]. Y por eIJo algunas exposiciones abstractas ele acciones esque-
máticamente extravagantes. en las que sólo trasguean larvas hu-
• ••
práctica: cuando se afirman en los actos y las aceiones"de los in- manas ( las llave las de caballería en el pasado, y las detectivescas
dividuos, o cuando estos actos y acciones muestran su fracaso frente
a
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.hecho fundamental de la ,afirmación o el fracaso ele las intenciones
humanas .en.Ia práctica. fSigue siendo viva e interesante aún hoy, periodo. Y naelie se haga la ilusión de que esta literatura sólo es
porque, pese a sus supuestos a menudo fantasiosos, ingenuos e Ieída por 1,05 "íncultos", en tanto que la "¿lite" se entregaría a la
inaceptables para el individuo actual, pone este hecho f~l~pamen gran Íiieraturamodernav En una parte muy importante lo que
•••
tal de la vida humana en e! centro de la plasmnción. y la reuJ':ión' ocurre es precisamente lo contrario. En buena medida, en efecto, los
clásicos moelernos se leen en parte por sentimiento del deber, y en
de actos y accio~es particulares, en una cadena coherente sólo,ad:,
quiere verdadero interés por e! hecho de que e! mismo rasgo carac-
e <
parte por interés material por los problemas de la époc-a, que plas-
terístico típico. de .un individuo se .afinna ininterrumpidamente en .man, al~nq\le de modo atenuado y deformado; por recreo, en cam-
las aventuras más distintas y variadas. Ya se trate de Ulises o de
Gil BIas. la frescura. imunrccslble de esta cadena de aventuras tiene
en ello su fundamento poético y humano. En esto,' el individuo,
bio.. y por placeryse 'clevoz:a,nJas novelas policiacas..
Flaubert se quejó reiteradamente, mientras trabajaba en su Ma·
dame Bovary, de que a Sil libro le faltaba el elemento del entre- ••
la revelación (le los rasgos esenciales de la vida humana es," por
supuesto, decisiva. Lo que uos interesa es CÓl]10 Vli,ses o Gil mas,
Moll Flanders o Don Quijote reaccionan en los grandes acontecí-
tcnimiento. Quejas análogas las .C9cQntramos en muchos importantes"
escritores modernos: comprobación de que lasgrandes novelas del
pasado combinan la exposición de una humanidad significativa ••
mientes de su vida. cómo sostienen peligros y s.llpcr,at~ \obstáculos,
y de qué modo los rasgos característicos que nosIos .hacen intere-
.san tes e importantes se desarrollan en la práctica de modo cada
con la amenidad y la tensión, en tanto que en el arte moderno se
van introduciendo cada vez más la monotonía y el aburrimiento.
Esta situación paradójica 110 es en absoluto consecuencia de una ••
........ .
, l' i
'..ez más vasto y más profundo.
-~---- Sin la revelación de..\. rasgos humanos esenciales, sin In relación
reclproca. ent~~lldividu.osI y .los .a_contecimierttos del mundo¡
- falta de talento literario en los grandes escritores de dicha época,
en la que se mantuvo activo un número considerable 'de literatos
~xll'aord!!!.~.~~a~en~~ ~otados: I.:a.~~?.n2.~~~~~.Yi\~1~=2U}.:~i!D~~~!~"r~·
••
;; v \, 'v";'
exterior.í de las cosas, ele las fuerzas naturales y de las instituciones
~ociales} la aventuras son vacu~c~recen_dS contenido. Pero, 1~
se olvidel: aun sin la revelación de rasgos humanos ti picos y esen;
$ultaol. 3;-!!,~~~_~b~en,'c~~<tI~\P~1l1Cc'IP!Os.·de su tipO ~e plasniación, del
principio metódico )' de-la Iilosoíía rdel 'escritor.
Zola condena de la manera más severa, como "antinatural",
••
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•
• 9'0
••
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•• .86
.'---·----c·-
,NARRAR O DESCRIBIR? ,NARRAR O DESCRIBIR? .87 .
••
'".•.
proporciona tantas sorpresas. como d' Artagnan." A esto se debe que el poeta épico y dramático alemán. Otto
En' su ensayo sobre la actividad literaria de lo, Goncourt, Pa,,1 Ludwig, muy problemático en su práctica literaria, diga muy acero
Bourget formula el nuevo principio de la composición de modo tadamente como resultado de sus estudios sobre Walter Scott y
.muy claro y agudo: "El drama es, la;~timologla lo indica•• ccién;: Díckens; ".• .las. existencias parecen lo principal y, la rueda gira-
y la acción no es nunca, una expresión muy buena d-e,1M costum- a
toria de los acontecimientos s610 servía para poner las existencias
bee.!. .Locaracterístlco de. un individuo no es lo que hace" en Un corno tales en un juego naturalmente atrayente, ·de modo que
••
\ '. ""
de la vida le permanece cerrado por sus prejuicios. human¡zación creciente de la vida-social, labaja del nivel de la
.La poesía interna de la vida es la roesla 'del individuo que humanidad, todo esto son hechos objetivos. del desarrollo del capi-
lucha, de la belicosa relación recíproca entre los individuos en su talismo. De ellos surge necesariamente el método de la descripción.
••
I
••
••
186, ~NARRAR O DESCRIDJR?
tecimientos ",como' pasados, . en • contraste, con la actualidad abso- ¿NARRAR O DESCRIBIR;> '89
luta ?e.I'!.,~c~i?~l dram~~ica~'~}:e,~!Úo'.'~~J~jU;~¡'?79iiethe
••
r econo-
ce la dlf<:ren,E'.a' de -esrilízacíón ~entre .Iás ipoestas 'épica y dramática. lir selecCi~n a través de J~ práctica. As/, pues, el carácter de pasado
El drama se, sitúa ,de ,buenas a primeras a un nivel de abstracción de. la épica es un medio fundamental, prescrito por la realidad
mucho más alto que I~ épica.. El drama '10 concentra siempre todo mrsrna, de la plasmacíón artística. '
~Ir~dedor.de uncon[hct~...'Todo lo, que no se relaciona dírecta .o I
,?dlreclamente con el conflicto no .debe aparecer en absoluto, cons-
ntuve un accesorio perturbador. La riqueza: de " un dramaturgo c" ... ,,~
,
puede
.Sin
fusión
duda,
de
siempre
el lector no conoce todavía el Iin. Recibe una pro-
detalles cuyo rango y cuyo significado en general 110
hacérsele inmediatamente claro. Se despiertan en
••
c~moSh.akespe~redescansa en la concepción variada y rica del con,
Hlcto rmsmo, Sin embargo, en la e1iminadón de todos los detalles
que n.o [onn.an par.te del conflicto, no existe, entreShakespeare y "'~ _."
los, gnegos dl~erellcla alguna de principia., . ' " '.'
.iJ {\,.' ..\ \
the, tiene por objeto la selección poética.de lo esencial.en la vast~ , " con la revelación definitiva-de los 'caracteres; que sólo trabaja' con
rrqueza de la v~da, t~ene po~"objeto.la,plasmadónde lo esencial
de tal modo q\le 'despierte 'li'ilt!5ión 'de' la.plasmaciún de la vida
entera en toda su extensión completamente desplegada: De ah! que
detal.le~ ap~opiados a dich~ .íunción en la acción conjunta. La
omniscrencra del autor confiere al lector seguridad, le da carta de
naturaleza en el mundo de la poesía. Si bien no conoce los acon-
••
e~ juicio a;erca de si un detalle Iorrna o 110 parte del asunto, de
51 es esencial o no, ha de ser en la épica más "liberal" que en el
dra".'a, ~la de rec?no~er toda,:la como esenciales algunas conexío-
tecimíentos por anticipado, siente COn todo bastante exactamente
la dirección que los acontecírníentos, en virtud de su lógica interna
y en virtud de la necesidad interna de los ,personajes, han de to- ••
nes Intrincadas e Indirectas, Sin embargo, dentro de los Ifmites de
semejante concepción más amplia y extensa de lo esencial, la se-
mar. Sin duda na conoce el lodo de la conexión y de la posibili-
dad de evolución de las figuras, pero aun asl sabe más, en general,
que los personajesactuantes mismos. . ••
••
lección ha de ser tan' estricta como 'en el drama.'Lo que no forro"
'. Cierto que; en el curso del relato y del descubrimiento paula-
part~ "del asunto- c~Ii~~i~uy~~ un <lastre y un ~ obstáculo puesto al
tino de los elementos esenciales, los detalles aparecen en una luz
efecto tanto aqul como' en el' drama,,) , '
totalmente nueva. Cuando por ejemplo Tolstoí describe en su no-
El entrelazamiento de los caminos de la vida s610 se aclara al
final. Solamente la práctica humana muestracuáles cualidades ,de
un individu~~lan si(~o .CI~ la totalidad de sus aptitudes las impor-
vela Después del baile .al padre de la adorada 'de su héroe con ras-
gas humanos conmovedores de sacrificio por su hija. el lector que-
da subyugado por la fuerza de esta manifestación relatada, pero
••
tar;~cs y "~4ecls1vas. "~Ur:,).~~ente el.enlace; con ila práctica, única-
mente la 'ccncatenacíén complicada de actos y sufrimientos diversos'
~le l~~ individ~JOs puede revelar cuáles cosas, instituciones, etc., "han I
sin comprender su significado por completo. Solamente después
del relato de la carrera de baquetas, en /a que el mismo padre
amante. aparece" ~orz:¡o direict_pc J;)!"1.;I.~al de .la _ejecución, se disuelve ••
influldo esen~Jalment~ sobre S?S r:sp~~th'~s ~~,~~, y ~e qué m'l~.9
Y,Cl~#!d~)'l;;:[I.fl~enfla'f,!~'e!e.rcldar-Todo l~to is6lbiPuede,:abarJ
carse con la mirada desde el Iinal.: La selección de lo esencial la
la tensión por completo, ¡,j':¡"gran .arte épico ,de Tolstoi consiste!
precisamente en poder ,~OllSerVar la unidad de dicha tensión;' en I
,que. no hace del viejo oficial UIl ~'prodtlc!o" . embrutecido del ."••."
.••,
ha efectuado, tanto en el mundo subjetivo como en el mundo ob- zaris~~,",~ino.qll~mueSlríl: cómoel régimen zarista embrutece a iJ~l·
j:tivo del individ~lo, la v,ida misma, ~I épico que nana retrospec- dividuos en sí mismos bondadosos.idispuestos al .sacrificio j. desiíi-
t1van~ente, a pa~tlr d~1 ~I~al, un destino humano o el entretejido reresados en su .vida privada, y los convierte en -ejecutores mecání- /
de diversos destm.os mdlvldua!es,. hace clara y comprensible para cos e, inclusive celosos, de su bestialidad. Es obvio que todos los
el lector Ja selección ~e l~ esencial cfec~uada por la vida misma. colo~es del relato del baile sólo podían encontrarse y' plasmarse a
El observado~. que existe SIempre necesanamente al mismo tiempo, partir de Ia carrera de baquetas. El observador "simultáneo", que
ha de extraviarse en el enmarañamiento de los detalles en sI mis-
mos equivalentes, ya que la vida misma 110 ha efectuado todavía
no relata el baile, a partir de ésta y retrospectivamente, habría de..
bido ver y describir detalles totalmente distintos, detalles ínsigní-
íicantes y superficiales.
••
••
•
••
•• .,go ¡NARRAR O DESCRlIlIR1 ¡NARRAR O DESCRIBIR? 19 1
•• cisarnente en' la narración de Tolstoi que. acabamos de mencionar, el ser estático de las cosas: états d'dme ("estados de. alma") o natu-
Incluso. ,si, se _toma una novela narrada en forma de diario, como el raleza muerta.
Werthá de Goethe, puede siempre observarse que las diversas scc- Con esto la descripción cae en lo costumbrista. El principio
natural de la selección épica se pierde. En sí, el estado de ánimo
'. •
dones se hallan relegadas a cierta distancia, aunque breve, en el
pasado, Ia cual, debido a la influencia de los acontecimientos y los. de un individuo -sin referencia a sus acciones esenciales-- es tan
individuos sobre el propio W'erther," ayuda a operar la selección importante o tan poco importante como otro. Y esta' equivalencia
domina en mayor grado todavía entre los objetos. En ·la..narración
•• necesaria de lo esencial,
Sólo así empiezan los personajes de la novela' por. adoptar: con-
. t:,r!!.o~~ rr:~~r' !~!~~S y seguros, p~ro sin c:liminarse por esto su capa-
cídad de' cambio, 'Al contrario, precisamente en esta forma el
sólo puede hablarse razonablemente de los aspectos de una cosa
que son importantes desde el punto de vista de su función particu..
lar en la concreta. acción humana en' qué aparece. En sí, cada
••
tensiónl.della¡novela....es una tensión hada dicho enriquecimiento,
hacia la '''firm.aciÓií:ó'el fracaso de individuos que ya se nos han alguno y se somete a un trabajo de Sísifo consistente en expresar
hecho familiares. " .. ' con palabras la infinitud de las propiedades, o se prefieren los as-
pectos pintorescos de la cosa, los más superficiales, como más ade-
••
De ahí que en el arte épico importante el final.pueda anticipar-
se de buenas a primeras. Recuérdense las líneas de Introduccíón cuados a la descripción.
de las epopeyas de Homero, en las que el contenido y el final de En todo caso, por el hecho de que se pierde el enlace narrativo
•• ciera .el poeta. para llegar a dicho fin. Es, antes bien, la tensión
humana porsaber cuáles esfuerzos desplegará todavía Ulises, cuáles
obstáculoaIiabrá.jodavía de superar para llegar a la meta que ya
dichas cosas..Con esto la. cosa no adquiere. sin duda, significado
verdaderamente poético alguno, pero se le atribuye . poéticamente .
un significado de esta clase, La cosa se convierte en símbolo.' Pue-
•• saber 10 que será de dicho amor, sino que se orienta, antes bien,
a saber de qué manera se ha originado la superior madurez hu-
auana, J.~""4 .le 11U1UVi, "1".11;:; ya. \.vll\).....~úiv"J \.~¿;l l:..~.iv¿ liiü.iiu~.':'i". G I
Sin embargo, la pérdida del significado interno y, con éste, del
,:,~d~~ ~'!::'. j~!"?!"~·_~f?'. ~ri.':0~ ~n ~':' rl':"tiP""" t'n ha" n1pr~ nivpbrinn
en la mera transformación de la reproducción de la vida en natu-
••
sea queja tensiénde la. obra de arte verdaderamente épica se re:
fiere siempre a destinos 'humanos. ' raleza muerta. La animación sensible directa de los individuos y
.La desci-ipdó¡'t'Io-h~c~ todo presente. Pero se narra lo pasado. los objetos, su individualización directamente sensible tiene su pro-
pia lógica y confiere nuevos acentos propios. De este modo se
•• Se d~scribe .Io ~ue .s: tiene ante sí; y la presencia en ·.el .espacio.
conVlerte,~_a ~~l~l~~~..,~s y las cosas t~~bi~n, el} ,;.~:r:ta~p~~encia
temporal'lPéro éste es. un presente falso, .no el. presente: de :la ac-
origina en muchos casos algo mucho peor que la mera nivelación,
a .s~ber: se produce u".a j~r,!!,qu!a de. si~os invertidos. Esta posi-
bilidad se halla contenida en la descripción con carácter necesario.
•
••
'9 2 ,NARRAR O DESCRIDIRl ,NARRAR O DESCRIllJRl 193 ••
Porque ya por el hecho de que se describa con la misma minucio-
sidad lo importante y lo insignificante, se halla dada, la dirección
'. en el sentido de la inversión de los signos. Dicha posibilidad se
no vive en absoluto: es compuesto, calculado, artificioso, un arte.
Iacto."
~a independización de los detalles tiene para la descripción de
••
convierte en muchos escritores en un carácter de costumbrismo
que arrastra todo lo humanamente significativo.
Friedrich Hebbel analiza en, un tratado demoledoramente iró-
destinos humanos las consecuencias más diversas, pero: todas igual.
ment~.desast~osas. Por, Una '. parte,.o: los .escritores se esfuerzan por).'
descnbl~ .. I,!~_ ~leta!~s (!e.!~~r.~I~!().•!.r.'ás completamente .posíble y
•.1
nico a un representante típico de esta, descripción costumbrista de
. Adaibert otitter, qUJen desde entonces, gradas sobre todo a la
propaganda de Nietzsche, se ha convertido en un clásico de la reac-
de la manera, m;l~'nl:t"'1"'~
,.,
_.,.~ ~ J.·_·~-T~~.~_~
••
ción alemana, Hebbel muestra que en Stifter las grandes cuestio-
nes de la humanidad desaparecen, que los detalles pintados "con
amor" arrastran todo lo esencial. "Debido a que el musgo se ve
no es solamente que las cosas se describan como independientes
del destino de los individuos y adquieran de este modo un signifi-
cado ,iudependiente que noIescorresponde en la novela, sino que
•
<• •
mucho mejor si el pintor no se preocupa por el árbol, y' a que el
árbol se destaca mucho más si desaparece el bosque, se produce
un júbilo general, y unas fuerzas que bastan justamente para la
, también la modalidad de 5n descripción tiene lugar en una esfera
: vital totalmente distinta del destino de los personajes descritos.
Cuanto 01:\5 .~latú~alistas se hacen los. escritores, cuanto. más se es-
••
microvída de la naturaleza y ya no aspiran instintivamente a más,
se ven exaltadas muy por encima' de otras que no describen el
enjambre ele mosquitos, siquiera porque al lado del enjambre de
Ifuérzan"por ~nó·~de~ci-ibir·.'m'ás·,·qlle .intÍividtlOS ~orrieriies' de la rea-
lidad cotidiana y por" iío~darIes"m:l"que' sentimientos el" palabras
, propios de la realidad cotidiana, tanto más aguda se hace la diso-
••
los planetas aquél no se ve en absoluto. Y aquí empieza por do-
quier a florecer lo 'accesorio'; el barro de las botas de Napoleón
se pinta con la misma tímida fidelidad, cuando se trata del gran
momento de la abdicación del héroe, que la lucha interior refle-
nancia: en el diálogo, la falta de poesía sobria y t~ivial de la vida
.cotidiana burguesa; en Ia descripción. el artificio más rebuscado'
de un arte refinado de taller. Los indivíduos así descritos no pucw
.den tener en absoluto relación alguna COIl los objetos' descritos de
•
••
•
jada en su cara. En resumen, la coma se pone el frac y sonríe con :este modo. ""
superior condescencia a la frase, a la que debe su existencia misma.': . y si se establece una relación sobre la base de la descripción,
Hebbel ,observa aquí 'eón" penetración el otro p~ligro esencial,
de la descripción: la IndependízacíéndeIos detalles.' Con la pér- ,
dida de la verdadera cultura de la narración, los detalles ya no son
.Ia cosa empeora todavía. En tal caso, el autor describe partiendo
de la psicología de sus personajes. Prescindiendo de la imposibili-
dad de desarrollar esta exposición de modo consecuente -COI;
••
vehlculo' de elementoaconcretos de la acción. I Adquieren un sig-
nificado independiente de la acción y del destino de los individuos
actuantes. Con esto, sin embargo, se pierde toda conexión artística
con el todo de la composición. La falsa presencia de la descripción
,excepción de una novela extremadamente subjetivista en primera
.persona-s-, se destruye con esto toda posibilidad de una composi-
'ción artística, Se produce un centelleo ininterrumpido de las pen-
:peetiv3S cambiantes, El autor pierde la visión de conjunto, la
•
.-:.
se manifiesta en una atomización de la obra literaria en elementos
Independientes, 'en una desintegración" de la composición. Nietz-
sche, que observaba con mirada penetrante los sintomas de la de-
omnisciencia del antiguo épico. Desciende deliberadamente al ni-
vel de sus personajes: sólo sabe de las conexiones tanto como 53·
ben en cada caso los distintos personajes. L~.!.~Is~ pres¡ncia de., ••
cadencia en la vida y en el arte, descubre el proceso hasta en sus
consecuencias esrilísricas para las distintas frases. Dice: "La pala-
bra se hace soberana y se desprende de la frase, la frase se extiende
Ia descripción convierte la novela en un caos tornasolado.
En esta forma desaparece del estilo descriptivovtoda conexión
épica. Cosas solidificadas y Ietichizadas aparecen en .una atmós- ••
y oscurece el sentido de la página entera, y la página adquiere vida
a expensas del todo ... Y el todo ya no es tal en modo alguno ...
Pero esto es el símil para todo estilo de la décadencc . . . la vida, la
fera ilusoria. La conexión épica no consiste en una mera sucesión.
Si los distintos cuadros y cuadritos de la descripción son reproduc-
ciones de una sucesión temporal, no por esto resulta de ahí un; ••
misma vivacidad, la vibración y la exuberancia de la vida relega-
das a los seres más pequeños, y el resto pobre en "ida ... El todo ya
coherencia épica. La intuición verdaderamente artística de la suce-
sión temporal se hace patente en el verdadero arte de la narra-
••
••
~--.
.•.
•
"
••
sus novelas: el dinero, la minal etc. Esta forma de. composición mente, en que surjan repentínamente y desaparezcan COn el mismo
exige ahora que las manifestaciones materialmente distintas del . carácter repentino, en que su destino 'personal --como que no los/
complejo de objetos constituyan las diversas secciones de la novela, . conocemos en absoluto-- no nos" ínterese en 10 más mínimo, en'
••
Ya vimos cómo. por ejemplo en Naná el teatro se describe en un que no participen en accíónalguna.y, sólo se paseen, en estados dé'
capitulo desde Ia sala de los espectadores, y en otro desde los baso ánimo diversos, por el mundo objetivó descrito de la novela. Esto'
tidores. La vida de los individuos, el destino de los héroes sólo es, sin duda alguna" muy "natura!". Cabe únicamente preguntar
••
forma un nexo flojo para el enlace, para la alineación en serie qué es 10 que para el arte de la narración resulta de ello"
de estos complejos de cuadros objetivamente unitarios. Dos Passos es un gran talento. y Sinclair Lewis es un escritor
'Corresponde a esta falsa objetividad una subjetividad falsa asi- importante. Y precisamente por esto resulta interesante lo que
•••
.'.,', ,.:
tados de ánimo subjetivos no proporciona una conexión épica en Una preciosa confesión de gran sinceridad. Pero si Sinclair -Lewis
grado mayor alguno que la sucesión de complejos de objetos con- tiene razón en este pllnto -y la tiene-, ¿qué vale artlsticarnente
vertidos en fetiches. por mucho que se los' hinche -para convertir- la "manera más natural" del enlace de las personas?
•
••
Sin relaciones antagonistas recíprocas entre los individuos, sin
la comprobación de los caracteres en verdaderas acciones, todo se
halla abandonado en la composición épica al arbitrio y al azor.
Ningún psicologismo, por refinado que sea, y ninguna sociolo-
Pero, ¿y la vida intensiva de los objetos? Pero, ¿y la poesía de las
cosas? ¿La verdad poética de estas descripciones? Tales preguntas
podrían plantearnos Jos admiradores del método naturalista,
Frente a tales cuestiones hay que volver a' las, cuestiones bási-
••
'. '~ ..
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'", :
¡ ,
, ",
e
¿NARRAR O DF.SCRIIlIRI ¿NARRAR o DESCRlBIR) '97 e
ción, por muy excelente que sea y por mucho que respete el de-
talle técnico de una manifestación, del teatro, del mercado, de la
bolsa, etc., reproduce la poesía del teatro o de la bolsa? Nos pero
.. imagen real. Y para el conocedor técnico del mismo. en cambio.
r.. semejante descripción tampoco contiene novedad alguna. Poética-
mente es totalmente superflua, Pero la aspiración de una "vera-
••
mitimos dudado. Los palcos y la orquesta, el escenario y la pla-
tea. los bastidores y los camarines son. en. sí.. objetos inanimados,
cidad" objetiva mayor comporta para la novela una tendencia muy
peligrosa.' Nó se necesita entender nada de caballos para percibir
e
sin interés y faltos por completo de poesía. Y siguen careciendo el .carácter dramático de la carrera de Wronski en el concurso hl- e
de poesía, aun si se los llena con figuras hu~anas, e~ la 'medida
en que los des~inos humal1o~ de los pers~"aJes representados no
nirn !'~!"0 !~~_. d.~~=~.r.::i::;,::'~::: de !v:; ii.Q.~ür"I1.;~a.~ lJ'l:;a"ígul:u en su
terininologia~una:\~~auie"riÜcídad":pioIesionalcada vez mayor, se ~ ••
están en condiciones de emocionarnos poétlCamente. El teatro o la
bolsa son encrucijadas de aspiraciones humanas, escenario o campo
de batalla de las relaciones recíprocas antagónicas entre los indivi-
duos. Y solamente en esta conexión.: solamente, en .Ia medida e~
I
que 111;\5 adelante, en una época posterior, se pueda eventualmente preSlOn de sus profundas propiedades de carácter humau.rs. Y'
hacer otro igual. Y sin embargo estoy seguro de que más de ll1l nada tiene en absoluto de casual que, al mismo tiempo que las
••
también la pintura perdiera su capacidad ele una expresión sen-
importa a T-fomcl'O hasta qué punto deje ald s :11 pintor? En lugar sible elevada: Los rcrr.uos ele Cézaune SO,t naturalezas muertas,
ele una reproducción, nos da la historia del cetro: primero está comparados con la totalidad anímico-humana de 105 retratos del
bajo ti trnbnjo ele Vulcano, luego brilla en las manos de Júpiter; Tizi.ruo o de Rcrubrnudt , del mismo moclo que los personajes de
•• ces ele! pueblo, cual signo ele su divina dignidad ... A Hornero
no le importaba tanto describir dos bastones de materia)' figura
T'ambién aquí [Jodemos ver hasta qllé pUlltO los clásicos del realis-
mo satisfacen estas exigencias de la épica 'l.Iiléntíca.· Tolstoi plasma-
la ~)::lleZa de Arma Knreninn exclusivamente por medio de su eréc!
••
distintas. COITIO darnos de la diversidad del poder, cuyos signos
eran estos bastones, una imagen sensible. Aquél, obra de Vulcano. to sobre la acción, por medio de Jas .. tragedias que esta bcl lczá
)~stej cor~-ado por una mano desconocida en el monte. Aquél, po- ocasiona en-fa vida de otras individuos Y. en la suya propia.
no
Así, pues; la 'descripción
••
sesión antigua de una casa noble; éste, destinado a conducir el da verdadera poesía algu'll:l de las,/'
primer y mejor puño: aquél, tendido por un monarca sobre m u- ,eós:ls,_ pero trnus ícrma en cambio a,los irullvid nos en estados, cn!
'chas islas y sobre la Argólide entera: éste, llevado por uno del me- elementos de naturaleza muerta. Las propiedades de ]05 indivi-
••
dio de los griegos, al que se ha confiado, al lacio de otros, la ,duos existen unas al lado ele otras y se describen en esta yuxra-
observancia ele las leyes. :k:sta era realmente la distancia a la que . posición, eu lugar de compenetrarse recíprocamente dando así
Agamenón y Aquiles se encontraban uno ele otro; una distancia ; testimonio de la unidad viva de la personalidad en sus diversas roa-
n iícstacioues )' en sus' acciones más contradictorias. A la falsa a m-"
••
que el propio Aquiles, pese a su ofuscación colérica, JlO podía
menos que admitir." plitud del mundo exterior corresponde una angostura esquemática!
Aquí tenemos la exposición exacta de lo quc en la poesía épi- . de la carnctcriznción." El individuo aparece como listo, C0l110 "pro-
ducto" tal vez de componentes sociales y naturales bClcrog¡:neós.
••
ca {¡;ICC a las cosas vcrdadcrumcutc vivas y verd adcramcu te poéti-
GIS. y si recordamos los cjemplos mencionados al principio de La proluuda vcrtlud social del entrelazado recíproco de dcterrniua-
Scort, Balznc y 'To lsto i, habrcutos de comprobar que estos poetas cienes sociales y propiedades psicof ísicas de los individuos se pier-
de siempre. "laiuc y Zola ndruiran la exposición de las pasiones
••
-mlltntis 11lulaw!.is- han u-abajado según el mismo princípio gue
Lessing descubre en Homero. Decimos: mutatis 1JwtrUldís porque eróticas en el l-lulo t ele Balzac. Pero JlO ven más que la descrip-
ya seúalnmos el hecho de que la mayor coruphcación de las rela- cióu mód ico-p.uológica ele uua "monomanía". De la profunda
•• ciones 'sociales exige para la nueva poesía el empleo de nuevos plasmación , en cambio, de la conexión entre el tipo del erotismo
medios. de Hu lot y su carrera corno general ele la época napoleónica, que
Procede de modo- totalmente distinto, en cambio, la clcsciíp- i Bn lzac destaca todavía cspecinlrncntc mediaute el contraste can el
coa
cióu , con;C?~_,.. I~}é.~~~I-? . :~l~.i~;tet!-el ~\Jano .cornpct ir de la pocsla
••
erotismo de Crévcl. representante upico de la monarquía de julio,
1<Is artes.plástica.s. tLa' de~crii)Ción del individuo como método de,.- ; nada 'ven en absoluto.
su exposición "sólo pl¡¡;de-tri"I.I~"sfol~n-lar1o--cn naturaleza lTIUCrt:1. 50-" La descripción basada en la observación (ul I¡{IC ha de ser nccc-
lamente la pintura misma posee los medios ~cl~-·convert:ii dirccrn-f
••
:sarinmcutc superficial. No cabe duda de que de lodos los escritores
merite lns propiedades corporales del individuo en medio de e>!- -naturalist as Zo!n es el que hu unbajnclo más concienzuda me me y
• I
••
.1
••
200 ¿NARRAR O DESCRIBlIV ¡NARRAR O DESCIUllJR, . ~!)I
• I
,-••
comprender. Sin embargo, }.1 protes!:a inconsciente se convierte, ción con la historia de Inglaterra un punto de vista "medio", UD
en "J<1 pl asmarión, en una fijación de lo inhumano y an inra l. punto de :vista mediador entre las tendencias c x t rernas. Está t.anto
El método de la observación y la descripción se origina con el contra el puritanismo radical, sobre lodo en sus corrientes pl:be.
propósito de hacer a la l iternturn científica, de convertirla en una yas, corno contra la reacción catoliciznn te de los. Estuarclos ... I;"
ciencia natural aplicada, en 111la sociología. Sin embargo, los ele- esencia artística de su composición es, pues, el reflejo de su actitud
mentas sociales captados por la observación )' plasmados por la
descripción son tan pobres, tan super-licinlcs y esquemáticos. que
pol ítico-h istórica, la forma de manifestación de su ideologl~. El
protagonista situado entre los partidos no es meramente la oportu-
••
rápida y Iúoilmente pudieron convenirse en su contrarío polar¡ en
un subjetivismo acabado. Esta herencia la aceptaron luego, de los
fundadores del naturalismo, las d iversas tcudeucias nau.ua listas y
formalistas del periodo imperialista. '
nidad estructuralmente Invornblc de plasmar a los dos pnrt.i.Ios
humanamente, sino al propio tiempo expresión ,de la ideología de
'Valt.er Scott. El significado humano-poético de Scott se revela sin
duela en el hecho de que, a pesar de esta preferencia polít.ico-ideo-
lógica por su héroe, ve ron todo clruruuen te y plasma de modo
-
••
••
convincente hasta qué punto los represcn tantcs enérgicos de los
extremos son superiores en calibre humano a aquél.
••
•
••
•• ¿N/\RRAR o DESCRIllIIU
••
que en Scou nos hallamos en presencia de una conexión muy poco sinceridad conmovedora: "Me [alta una concepción fundada )' am-
. c~l~lpljc(l:Ja )' ante tocIo directa entre idcolog¡» )' tipo de compo- plia ele la vida. Tiene usted mil vec~s razón, pero, ¿dónde en-
sición. En los demás grandes realistas, estas conexiones son en contrar los meclios para que esto cambie? Se lo preguIl~o a usted.
•• poética ele la manera n1CÍs variada.¡ Este cantcrer de "ined io" IIO
necesita mauifestarse como mediocridad humana, sino que puede
provenir ele la posición social y ser consecuencia de una situación
a las exigencias del presente. El nuevo dogma de la 19t1<lld~d, que
predica el radicalismo, ha sido experimentalmente (.lc~\:lrluaclo
por la fisiología y la historia. No veo. C1c:.tll.almc.l1te posihilidad al-
•• con todas sus contradicciones vivas. Así media por ejemplo l.t
posición social de Rastignac COmO noble sin fortuna entre el n1UII-
do de la pensión Vauquer y el de la aristocracia; así también la
La confesión de Flaubert constituye una expresión extraordi-
nariamente sincera de la cr isis ideológica general de la inteligencia
burguesa después de 184.8. Pero, objetivaJ1len~e.' esta crisis se .d~
•• Pero el poeta ha de poseer una ideología firme y viva, ha de court se produce una indiferencia negligentemente escéptica .y sU 4
ver el mundo en sus contradicciones agitadas. para estar siquiera pérficia l en materia de ideología. Y esta CfJSlS ha de agtl(h~arse
en condiciones ele escoger como héroe a un individuo en cnyo des- más todavía al correr del tiempo. El hecho de que en el penado
••• alguna.
Este camino invertido no puede conducir a resultado alguno.
Sin ideología no puede narrarse justamente, no puede COilS·
n-uirse composición épica justa, articulada, variada y completa al-
.•..
••
¿NARRAR O DESCRIBIR?
••
•
••
•• ¿NARRAR O DESCRIIHR? ¿NARRAR O DESCRlUll~? 2°7
••
La naturaleza "acabada" del capitalismo no significa, por SlI-
plles~o} que. a~lOr<t todo e~(é listo y acabado, que lucha y evolución a la pérdida de la ca pacid ad de plasmar el verdadero movimiento
habrfnn terminado también en la vida del individuo. El "acaba- del proceso vital, atenúa}' empequeñece la realidad capitalista y
la refleja inadecuadamente. 'La degradación y la mut ilación de
••
do" del sistema -t:apitalista significa solamente que se reproduce
constantemente como tal, a un nivel cada vez mñs al to de la inhu- los individuos por el capitalismo es mucho más trágica. y la bes-
rnanidud "acabada". Pero el sistema se reproduce ininterrumpi- tialidad del capitalismo es mucho más vil, salvaje y cruel e}\.le la
visión que aun las mejores novelas de esta clase pueden propor·
••
(lamente, y este proceso de reproducción es en la realidad una serie
de luchas furiosas y encarnizadas, también en la vida del individuo cionnr. Sería sin duda simplificar los hechos de modo inadmisible
particular, que sólo es convertido en accesorio inhumano del sis- si se quisiera pretender gue toda la literatura moderna habría
tema capitalista, pero no viene al mundo como tal. capitulado sin lucha ante el carácter fetichista y la deshumaniza-
••
-criben unu evolución -en las novelas ele la dcsilusión-c-, se anti-
cip~ sin más l_~ victoria final ele la inhumanidad capitalista. Es constantemente, en sus representantes más importantes, con tales
decir: no se engendra en el curso de la novela un individuo solí" sentimientos ele protesta. Los representantes importantes, humana.'
y artísticamente, de las distintas tendencias formalistas qncrfau
•• nnueruo que en el curso de la novela resulta desengañado pro- mo del Ibscn de la última época, se aprecia claramente la rebelión
duzca un efecto tan débil y meramente subjetivo. No se asesina contra la monotonía de la vida cotidiana burguesa. Sólo que ta-
psíquicamente por el capitalismo en el curso de la novela a un' les revueltas han de transcurrir por doquier en vano, desde el pun·
individuo vivo, sinu que es un muerto el que deambula entre los I to de vista artístico, a menos que lleguen hasta, el, [urul.arn ent o
•• De allí que sea equivocado suponer que este método ele des- De ahí que el significado literario y teórico-literario de la re-
cripción refleje adecuadamente el capitalismo en su inhumanidad. belión humanista de las mejores inteligencias del mundo capita-
. ¡Al cont ra r io! Los escritores atenúan sin querer la inhumanidad lista revista tamaña importancia. Dada la extraordinaria d ivcrsi-
dad de las corrientes)' de las personalidades importantes de este
•• del capunlismo. Porque el triste destino ele que los individuos cxis-
u.lI1 sin vida interior animada, sin humanidad viva y sin cvolu-
ción humana, es mucho menos indignante e irritante que el hecho
humanismo, su análisis aun somero habría ele romper necesaria-
mente el marco de esta disertación. Limitémonos pues a señalar
•• de ClliC día por ella y hora u-as hora miles ele individuos COIl in- brevemente que ya en la rebelión humanista declarada de Ro-
finitas posibilidades humanas sean transformados por el capitalis- ' main Roll and se halla contenido un esfuerzo serio por salirse ele
lllO en "cadáveres vivientes". l as tradiciones literarias de la literatura burguesa posterior a r848.
•• COIll(J<ircnse las novelas ele Máximo Cork.I, (!'Je describen la Y el Inrta lecimicnto del humanismo por la victoria del socialismo
•
••
203 ¿NARRAR O DFSCRJnlR?
VII
tido nnturnlista de 1<:1 novela documental de Zola: el atavío con
"conquistns de b técnica m;¡s reciente" m.is modernas toc~a"ía, en
nada cambia este hecho Iundameutnl. No plasman en pLlIner iér- ••
Pero l;lmpOc.o en la Unión Soviética esta lucha csVt todavía deci-
dida, ní cOI1 mucho. Vemos un conunste lllUY interesante, pero
p;ua nosotros escritores asaz humill.uuc, que la evolución desigual
mino destinos hU111;lt"lOS ni rclucioucs entre i ndi vid uos proporcio-
nadas por las cosas, sino que dan lllollogr:lfb: d~ ~lll koljós. de una
fábrica, etc. En la mayorfn de los casos, los individuos HO son más
que "accesorios" Ú lll;]ICriíll ilustrm ivo de las (onC'?,~ones oh.icliv;~s.
••
ha producido. Por una parle, el auge enorme de la economía
socialista, la rápida extensión de la democracia proletaria, el sur-
gil' con gr:ln ímpetu de las iunsas muchas personalidades importan.
Por supuesto, no actúan mr-ramcn re nqu¡ uadicioucs Il:,lturall.~'
ras. Ya hemos señalado en el CUI'SO ele nuestros comcntartos ante- ••
tes, y el crecimiento del humanismo prolcrario en la practica del
pueblo trabajador y ele sus jefes actúan de modo Jormidablc y en
sentido revolucionario sobre la conciencia de los mejores intelec-
ri~rc.~ que el n ntm-al ismo se convierte neccsnriarnen te en telldenchs
Iorrnalistns (símbolo). Pero añadamos todavla.c que lns teo.Llen-
cias formalistas inspirad as en la oposición contra el .1l"l.I,11;:\11~lTlO ••
tuales del mundo capitnliara. Pero por otra parte vemos que n ues-
t ra literatura soviética no ha superado todavía los restos de las
tradiciones de la burguesía decadente que obst aculiza su desarrollo.
adoptan frente a todas las cuestiones import nnt es la misma actitud
t;:,ívial, desde el punto de vista ideológico. que el H;\ f.111';11 ismo .ml~.
1110. La relación entre el individuo y la sociedad, o Clllrc el indi- ••
Es más, ni siquiera ha emprendido aún con decisión suficiente
el camino de la superación de dichos restos. La discusión sobre
naturalismo)' formalismo en la Unión de Escritores muestra de la
viduo y la colectividad, está por lo menos tan d.ero~·1l1(l(b y es por
lo mellas tan a!Jstr:H:ta y Ietichistn en 'el cxpresiomsmo y el Fut u-
rismo como en el naturalismo mismo. Y 1:1. corriente seurlorrca- ••
manera inas clara cuán poco ha avanzado hasta ahora la literatura
soviética en dicho camino. A pesar de la gran claridad de los ar-
tículos ele la Pravdu, la discusión apenas ha rozado las cuestiones
lista del imperialismo ele posgllerra, la "nueva objeti'vid:1<.l". con
su renovación empobrecida de la Iiteratura document.al, consiuuyc
tal vez UI1 legado más pernicioso que el naturalismo mismo. Por- ••
de principio de naturalismo)' formalismo. Si Olescha ha podido
, encontrar a joyce nuis interesante desde el- punto ele vista formal
que a Máximo Gorki, esto muestra de modo impresionante en CtJ:1Tl
quc el dominio de las cosas sobre ~l hombre. en J(1 plasmnción ~e
expresa, en estas modernas tendencias Iormalistns y pscuc1orre~lJ,~
t;IS, m.is í1g11thmenle todo vía. si cabe, y de 1l12do 1l1~S dr.sprO\".lSlO ••
poco grado este problema de la forma se ha aclarad~) hasta el pre-
sente p;lra algunos escritores, y hasta qué plinto siguen todavía
confundiendo -c-cnmnrañados en las tradiciones burguesas tnrdías y
de a hna y m.is inhumano.
Hace algunos a f os, por cjemplo, se publicó la siguient.e decla-
ración teórica ele principios, que puede servir. debido n su since- ••
bogdanovianns-c- In Iormn y la técnica. Yen cuanto a la conexión
de las cuestiones formales con las de la profundización ele la ideo-
logía, del desprendimiento de los restos burglleses en m;:\teria de
ridad, ele ilustración valiosa. Dice: "El periódico me dio la entre-
vista como método de u-abajo. El estudio de las novelas de la
Koveyer Ampa provocó un i{ll.erés ;l1l11lentauu por la biogr;lf.{a de
••
••
•
••
•• ~ l') ¿NARRAR O DE$CRIlllR(
¿NARR.AR O DESCRIBIR? ai ,
•• las cosas. Me pareció por algún tiempo que UI1,L cosa Cjue se
durante un viaje a través de las ruanos de los individuos fl0tila re-
lrnar ?llriS {l[{~rcn de una éjJoca que 111la novel» !Jslculdgicn," (El
sigtlC
realizan lo general, consciente o incouscicrucmenre. deliberada-
mente o sin querer, permanece sin plasmar. El tema escueto sólo
•• sólo se trata aqn]. con todo, del extremo de una rcndcnc¡a gCllc-
ralmcute extendida ... La unidad de composición de más ele una
novela soviética forma, ·sin embargo" la biogrn í¡a. de un complejo;
f
es bastante unívoca y de línea n ica. Una importante, rnvón más,
ú
•• mente más o menos justa del tema con la mvcncion de urta fábu-
l.r. El nabujn propiamente literario de la invención, ele la con~posi~,
ción, habría debido empezar :lllí d?úde la mayoría ~le los escnto,r
7:
vcrclaclcrameute humanos por el hecho de quc cornpartimos con
simpatía sus acciones, Ni una extensa de~_c¡-jpción psicológica n,i
una amplia descripción. "sociológica" ele cOIH~icjolles generales pue-
•• -que sea rica de color )' ele cn mbios. Estas cua Iidades de la .1~llena
Lib ula provienen tal vez nuis de que solamente COI1 el :11I xil 10. de
'la fábula pueden los rasgos vcrd adcr.uneutc humanos ele tina fIgu-
objetiva sólo cobra vida literariamente, sólo puede COnvencer y
ru-rustrnr al lector, si se ha plasmado individ ualruen rc (es decir:
por medio de una, acción, ele una fábula) la conexión ele dich~~
•• ra, tanto los individuales COIIlO 105 típicos, hacerse nnirnndos )' vivos,
en tanto que la monotonía de ];1 exposición purame.nte. t~escriptiva
objetos COIl los héroes qlle se IlOS han hecho hurn.ummrmc Inrui-
liares. Donde esto falla, los individuos se convierten casi sin excep-
ción en figuras episódicas )' en cuadros estáticos. Aparecen y des.
••
del tema. no ofrece ríosibiliel;lCl, alguna ele plasmar iudíviduos per- aparecen, siu que su aparición Ü su dcsapnrición llegue a suscitar
sonales y completos. La verdadera rnulti lorrn idnd ele la vida, su verdadero interés alguno.
riqucz.. iufinua. ha de perderse si el cIllJ'e~(lza_n~iento cOlll.lJlicado Una vez más preguntará el "lector moderno": ¿acaso no es ~sí
de los c~lIninos )' rodeos por los que los lI1ChVlduos partlculares
••
••
.12 ¿NARRAR O Dy.sCRIUIR? ¿NARRAR O DE.SCRIBIR?
••
••
vueltos a .llamar, vienen delegaciones, se celebran conferencias, etc. na ele mejor causa, a la superficialidad elevada a método de la de-
Las relaciones plasmadas corresponden a nuestra realidad. Iha cadencia de la literatura burguesa. Por Iortuna, cicruuncute. no
Ehrenburg defiende la disolución de la Io rrna verdaderamente ép i- lada la l iternurm. Los escritores rusos más importantes <Ienten la
••
ca COn casi los mismos argumentos exnctamente que suelen aducir necesidad de la plusmación más profunda de la nuera vida y ricn-
los formalistas occidentales. Que la :llllígua forma clásica ya no den COn energía creciente hacia la Libula individual, Esta inten-
corresponde al "dinamismo" de la nueva vida. En esto es cnractc- ción se a precia de modo particularmente claro en las últimas obras
rístico del formalismo de la concepción y la tlrgument.:lcicm el que
el "d inarnismo' ele la vida ha de significar en IIn caso el caos del
cap ita l ismo en putrefaccióu y, en otro, la const.rucción del socia-
lismo y el advenimiento del lluevo hombre. "Los clásicos -ha
de Alcxander Fadciev.
Esta cuestión no es propiamente lh erar¡a en sentido técnico.
No es posible plasmar al nuevo hombre a part ir de este arte del ••
••
episodio. Hemos de saber exactamente, hemos de intuir h utunn a-
dicho Ehreuburg en el Congreso de Escritores de Moscú-e- descri- mente de dónde ha venido )' cómo se ha producido su desarrollo
bían Formas de vidn y héroes consolidados. Nosotros, en cambio, humano. La descripción del pasado y la descripción del nuevo
••
dcscribimos Jn vida en su movimiento. De ahí que la forma de uun hombre ya "listo", cual cuadros cst.uicos opuestos. permanecen
novela clásicn trasladada a nuestro presente exija del autor falsos .desde el punto de vista literario en un estado de uivia lidad. Y
~nlaces )'. en particulnr, In lsas soluciones. El auge ele lo_s reporta- esta trivialidad no se elimina con vestirla en formas fantasiosas °
jes, de los esbozos, el enorme interés del n rtis tn por los individuos
de carne y hueso, todas estas Ilotas, estos informes, protocolos y
diarios no SOn en modo alguno pura casualidad." )~sta es exacta-
con que aparezca como resultado cnigm.itico de supuestos deseo-
nocidos. ¡\sí por ejemplo, en su ptimera apnrición. el "Pelirrojo"
de la Central hidroeléctrica, de Schaginian, resnlta cxtraord inaria- ••
mente la descripción clel estilo de Dos Passos por Sincln ir Lcwis,
De modo que Y¡l contestarnos a esta pregunta en su lllg;rr. Es
mas, la superficie de la ren lidad se presenta efectivamente como
mente intcrcsnnte. Sin embargo. toda YC7. r¡lIC Schaginian ni ex-
plica cómo se Ira convert ido en tal hombre ni deja que sus propie-
dades iutcresantemcntc expuestas se desenvuelvan en una fábula ••
••
tíll. llera nunca ha aparecido en otra Icnnn, y los escritores bur- individual, el interés palidece: en lug:1r de la u-ivialidad gris se
gueses, que no fueron Jitctariamentc mas allá de dicha superficie, llOS da meramente una trivialidad mult icolor tornasolada.
nunca lograron despertar por sus personajes un interés verdadero y I\JuCh05 escritores sienten cada ver. rn.ls la necesidad de dar a
sólo consiguieron plasmar figuras episódicas. Tomemos un simple
episodio de la obra de 1111. gl';}ll escritor. Por ejemplo la muerte de
Andre i Bolkonski en La g1lem y la [uiz, An~lrci lloIkonski, heri-
conocer la "ida interior de sus personajes. Esto constituye inc1u-'
dablcmente un paso adelante en comparación con los com ien zos
de la literatura soviética. No ha y que olvidar. sin embargo, que ••
do, es operado casualmente en el mismo cuarto en el que se amputa
a An.uo¡ Kuragin una pierna. Es trasladado luego a Moscú y
llevado casun lrnen tc a la casa ele los Rostov. ¿Es la realidad así?
cst a vida interior sólo puede resultar asim isrno significativa, en
uun novela, en conexión COIl la Iábula, sólo como premisa, como
etapa o como producto de una acción individual. En sí misma, ••
SI, puede serlo, si el gran escritor se sirve de las casu al idades de
In vida p<lra conferir expresión a lo humanamente necesario de sus
personajes. Pero pílr<J ello ha de tener 1111<1 visión de la vida gl1e
la exposición estrit ica de la vida interior es tan naturaleza muerta
como la descripción de las cosas. Gladkov da en 511 Energia el
diario de mllnclo de un personaje. Pero este personaje no juega, ••
vaya más allá de la grrm superficie, más a llú de la dcscriucióu
abstracta de los fenómenos sociales aún más jusmmeme ob;erva-
dos, una visión que perciba precisamente la conexión entre aqué-
ni antes ni después, p;:¡pel importante 31g1.1l10 en la acción. Desde
el punto de vista de la nccióu, el conocimiento del diario no cons-
tituye para el lector necesidad alguna. Sigue siendo un mero "do- ••
llos y ésta y condense esta conexión poéticamente en una Iabula.
Esta necesidad se extingue a consecuencia de la decadencia ideo-
lógica gener;"!] de la clase burguesa. La con u-adicción peculiar de
cumento", una mera descripción de un estaClo, )' no eleva ni por
un solo instante al autor del diario por encirua xlel nivel de lo
episódico. ••
nuestra situación l irerar-ia consiste cu que ln "ida plantea estas
cuest.iones de modo cada vez más claro, en tanto que UI1,l parte
de la l itcrat ura se adhiere en cambio, con una obstinación dig-
El método de la descripción despoja semejante novela de todo
suspenso. La dialéctica del desarrollo social implica ciertamente
que el final del enredo conste para el lector de antemano. Desde ••
••
•
• . .. ,.
••
• •• 0 '
•.':
• ¿NARRAR O DESCRmIlt? ¿NARRAR O DESCRIBIR? "5
el pUllto de vista del verdadero relato, esto 110 constituiría irn- estado descrito del dominio de las cosas confiere con todo a éstas,
pedimento alguno, corno ya sabemos, de una verdadera tensión, artísticamente, el predominio sobre los individuos.
•• enlace se llalla fijado ele modo socialmente general, esto es, desde'
el punto de vista .lité rario, de modo abstracto. Pero no conduccf
a .dicho desenlace línea alguna de la fabula. Las etapas están por'
Del mismo modo que los escritores burgueses que se. ~Ir\'en e
dicho método sienten inst int ivamente la íalt a de signlflGldo m-
. terno de sus dcscripciones así. ocurre también con los ~oviétic?s.
:I
•• • •
,;
lo general llenas ele un desconcierto de los individuos frente a los!
acontecimientos, del que luego surge "repentinamente" la crisis.
Aquí las contraclicciones del método descriptivo se ponen violen-
y del mismo modo que entre los cscritor~s burgueses se ll1~r~dllJo.
a partir elel intento ele eliminar con medios l:ur~n:ente nr-t ist.tcos y
descriptivos la insignificancia ,interior de l?s individuos .Y los acon-
••• t.acl se narra ele modo épicamente justo, con el despliegue ele fuer-
'zas humanas CH plasmación máxima. entonces también las figuras
que sucumben adquieren grandeza humana. Los héroes ele Balzac
fracasan en su lnayor parte en la. vida, y los héroes de La madre,
e inclusive casi tdgico, que un Zoln ° un Ibsen recurran, pnr
desesperación acerca de la inanidad ~le la. vi~Lt co~,icliana del capi-
talismo que han de plasmar. al mecho del slml~olisn~o. Pero para
escritores, en ramhio. cuya materia es esta realidad inmensamente
•
••
......
••
¿NARRAR O DESCRIBIR?
••
_ la esencia. Ya en el Congreso de los ,K0Il1S011101cs se sometió la
mauorn rlc "vidn de.:' los escritores <J. una crítica severa. Aquí sólo
podemos plautcar Ia cucst ión ele si 'esta pcrsiucnc!n tan obstinada ••
del tipo del "observador" en nuestra li tcra uu-a no tendrá acaso
profundas ratees en 1:1 vida misma ele los escritores. y 110 se trata
en esto solnmen te del ind ivid ual ismo 'simple que se manifiesta ••
directamente en nnnrquismo )' persigue la singularización. Corres-
ponden t.uubión :líJul el documento estudiado od hoc, la actitud
al cstilo del reportaje frente a los problemas de la épica, y la des-
••
cripción de los personajes como en las "cartas rcquisitori:l(' aTa
- --
manera de ZoJa."ír6Uo~ésto
__ ..r,'
f:viéficós beben -.
,..--- _ N' _ _
...
Lodav'Ia
__
en
~,
las
jntJi("~que:nc.i:todüs
...-. __".,_1 -, _'_" ." __
-losc's'cÍ'jtores
"~,_",,,,-_ -