Sie sind auf Seite 1von 14

1. Tener un "porqué".

Este porqué no tiene necesariamente que ser


motivante o llenarte de ilusión. Solo tiene que tener un sentido para ti.
Puede ser una necesidad, algo que te motiva a ti o hace feliz a otra
persona. Pueden ser porqués contigo o tener un tinte algo más altruista.
2. Empieza por ser disciplinado con pequeñas acciones. Puedes
elegir tres diarias: hacer la cama cuando te levantes, fregar los platos
después de comer, subir las escaleras en lugar de coger el ascensor,
ponerte menos cantidad de comida en el plato, beber más agua.
Conseguir pequeñas rutinas te dará seguridad y te motivará. Los
pequeños gestos hay que darles mucho valor, son el inicio de algo más
grande.
3. Piensa en los beneficios de ser disciplinado. Escríbelos y fantasea
con ellos. No hagas lo contrario, pensar en las consecuencias negativas
de no serlo. Saber cómo la disciplina mejorará tu vida, te motivará a
serlo.
4. No postergues. Es el gran enemigo de la disciplina. Además, cada
vez que postergas, aumentas la ansiedad que tienes con esa tarea.
5. Borra de tu memoria todos los intentos fallidos. No hacen más que
decir de ti que no puedes, que no eres capaz, que no eres disciplinado.
Puede que lo hayas sido pero eso no predice el futuro. Siempre hay un
momento para empezar a serlo. Y empieza a verbalizar "yo soy
disciplinado".
6. Pon orden y rutina. Incluye tu disciplina en un horario posible, en días
posibles.
7. Facilítate el proceso dejando todo el material preparado (ropa de
deporte, comida de dieta, la mesa del despacho ordenada), poniendo
anotaciones o recuerdos visuales.
8. Cambia tu rutina. La rutina nos facilita la vida porque consigue que
tengamos hábitos. Pero muchos de nuestros hábitos también están
asociados a lo que queremos dejar de hacer. Así que si introduces una
nueva actividad, como descansar más y acostarte antes por la noche,
puedes empezar por cenar media hora antes, y en lugar de ver tele, leer
antes de dormir.
9. Subdivide tu reto en pequeños premios. Hay objetivos tan a largo
plazo que parecen inalcanzables. Si lo escalonas, será más llevadero.
10. Prepara una contraexcusa para cada excusa. Significa tener un
plan alternativo a tu excusa: "Es que hace mucho frío... pues te pones
una camiseta térmica para correr", "es que total, si vamos a vivir tres
días, mejor darme el gusto y comerme el postre...pues recuerda que
luego te sentirás mal contigo misma y te costaré volver a salir del bucle",
"mañana podré terminar de llamar a este cliente, es un señor que me
genera mucha energía negativa...sabes que si lo llamas ahora e inicias el
contacto luego te sentirás muy satisfecho".
La ventaja de ser disciplinado es la satisfacción con la propia vida.
Porque el que es disciplinado consigue vivir su vida conforme a sus
valores y deseos.+

Las 3 Acciones Cotidianas Que


Puedes Hacer Hoy Para Ser Más
Disciplinado

de Tania Sanz
Uno de los mayores problemas que enfrentamos cuando queremos cambiar algún hábito es
la falta de disciplina. Tal vez tú tienes muy claro lo que quieres lograr, pero esta falta de
disciplina te impide lograr lo que te propones.

Ser disciplinado facilita el camino, te hace ser constante y dominar esos impulsos
innecesarios que obstaculizan el camino hacia tu meta. Simplemente porque la disciplina es
una herramienta poderosa.

En este artículo, están mis tres mejores consejos para lograr ser más disciplinado (de forma
fácil) a partir de hoy y para siempre.

Descarga GRATIS tu mini-guía con 5 hábitos que entrenan la disciplina

“La disciplina tiene el potencial de crear futuros milagros” Jim Rohn

En la universidad tenía un amigo al que le decíamos “el suertudo”. Era el portero del
equipo y dentro de la cancha parecía que tenía superpoderes. Casi nunca le metían un gol y
gracias a su talento, el equipo era campeón año tras año.

Eso es precisamente lo que todos creíamos, que tenía un talento excepcional en la portería,
pero, esto no era del todo cierto.

Una vez me acerque a conversar con él, me contó un poco sobre lo que hacía en su rutina
diaria y, me quede impactada. Su día a día era mucho más complejo y activo de lo que
parecía.

Se levantaba cada día a las 6 a.m. y salía a correr un poco antes de ir a la Universidad.
Después de clases iba sin falta a todos los entrenamientos de la tarde. No solo eso, todos los
fines de semana participaba en por lo menos un partido en el club cerca de su casa. Para él,
descansar era sumamente importante por lo que su hora de dormir estaba clavada a las 10
p.m. obviamente justo después de una buena cena equilibrada.
Lo impactante era que llevaba varios años con esta misma rutina. Y entonces me di cuenta
de que el talento no era más que el producto de su disciplina. Su desempeño casi
mágico era simplemente el resultado esperado de sus hábitos diarios.

Después de conocer su secreto, por supuesto que yo también quería lograr ser más
disciplinada y tener esa herramienta en mi vida, y estoy segura de que tú también…

La disciplina es una herramienta poderosa

Ser disciplinado nos garantiza tener buenos resultados en todo lo que nos proponemos.
Nos asegura el desenlace perfecto.

Lamentablemente la mayoría carece de esta herramienta.

Simplemente porque ser disciplinado es incómodo: Significa que hay que hacer algo que,
en ese momento, no queremos hacer y esperar una recompensa que aún no podemos ver.
Además, nos obliga a dominar nuestros impulsos y urgencias (lo que es tremendamente
difícil).

Déjame preguntarte algo:

¿Podrías hacer hacer algo que no quieres con el fin de obtener un resultado que
realmente quieres?

Si la respuesta es NO. Quiere decir que necesitas ser más disciplinado.

La auto-disciplina implica actuar de acuerdo con lo que piensas (y lo que te propones)


en lugar de actuar cómo te sientes en ese momento

Piensa en esto:

¿Cuántas veces has pospuesto la alarma de la mañana? ¿Cuántas te has planteado el típico
“mañana empiezo a hacer deporte”? ¿Qué me dices de ese atracón de chocolates cuando
prometiste comer mejor? ¿Qué pasó ese día cuando tenías mucho trabajo pero checar
Facebook pudo más?

Confía en mí. Estoy íntimamente familiarizada con todas esas situaciones y te entiendo.

Todos tenemos puntos fuertes de nuestra personalidad, así como ciertas debilidades, pero la
clave es centrarse en esos puntos fuertes y lograr entrenar la disciplina.

Entrenar la disciplina dentro de nuestra rutina se ha vuelto sumamente importante. De


hecho algunos estudios señalan la falta de disciplina y autocontrol como algunos de los
motivos responsables de la obesidad infantil en algunos países 1

Lo que quiere decir que si pequeños y grandes logramos ser un poco más disciplinados,
podemos obtener beneficios en todas las áreas de nuestra rutina. La disciplina implica
un cambio de mente lo que adicionalmente te ayuda a tener más constancia para lograr todo
lo que te propongas.

Aquí te dejo algunos ejemplos en los que ser un poco más disciplinado se traduce en una
mejora completa:

 En el trabajo o en la escuela: la procrastinación se borrará de tu rutina. Porque la


disciplina te ayuda estar concentrado durante más tiempo sin caer en la trampa de
las distracciones innecesarias. Terminando con éxito todo lo que tienes pendiente.
 En casa: la disciplina te permite ser más organizado y hacer esas tareas hogareñas
que no nos gustan como: limpiar, ordenar, lavar ropa, etc.
 En tu alimentación: la disciplina te facilita el camino para cocinar en casa,
comprar mejores alimentos, elegir mejor en los restaurantes y evitar las
“tentaciones” poco saludables.
 En el ejercicio o en tu deporte: ser disciplinado te motiva a hacer tu rutina o tu
entrenamiento de forma habitual, aunque no tengas muchas ganas o mucha
motivación.

¿Cómo puedo tener más disciplina?


SHARE ON PINTEREST
SHARE ON PINTEREST

Aunque suene como algo muy complicado, déjame decirte que es un sacrificio totalmente
necesario, simplemente porque cuando te vuelves más disciplinado y gozas de esta
poderosa herramienta puedes vivir más libre, crear nuevos hábitos y tomar decisiones más
saludables sin mucho esfuerzo.

Además, no tienes nada de qué preocuparte porque entrenar la disciplina en tu rutina diaria,
no es tan difícil como parece.

Las siguientes 3 acciones cotidianas te ayudan a entrenar tu disciplina de forma


práctica

1.- Lava los trastes (friega la vajilla)


inmediatamente después de comer
Tal vez te guste lavar los trastes, tal vez no te guste o tal vez tengas una máquina en la
cocina que lo hace por ti. Olvida todo eso y simplemente hazlo tú justo después de comer,
sin excusas.

Es un ejercicio sencillo y tal vez no tenga nada que ver con tus metas o con los hábitos que
quieres cambiar. Pero, sí es una forma de dominar tus impulsos, hacer algo que no quieres y
tomar acción sin posponer.

Es sólo un pequeño paso: cuando termines de comer tu desayuno, lava tu tazón y tus
cubiertos. Cuando termines tu café o té, lava tu taza.
Te sentirás mejor una vez que lo hagas de forma constante.

2.- Haz tu cama justo después de levantarte

Parece mentira pero esta acción tiene más beneficios de los que te imaginas.

Tener que hacer un espacio de algunos minutos para tender tu cama es un poderoso
ejercicio: simplemente porque no hay urgencia de hacerlo y nada malo pasará si no lo haces
en ese momento; pero tú te obligas a hacerlo como un entrenamiento de disciplina.
Además, se ha visto que dejar hecha la cama mejora tu productividad. Te da la sensación de
que “la primera tarea del día está cumplida” y te motiva a continuar con las que siguen.

Además cuando vuelvas a casa el orden te ayudará a relajarte y a disfrutar el resto del día
con menos pendientes sin hacer.

3.- Acaba la ducha con agua fría

Si eres más valiente, empieza con la terapia de las duchas de agua fría. Pero, si estás
iniciando tu camino hacia una vida más disciplinada, empieza a ducharte con agua tibia (o
como tú la prefieras); pero termina, por lo menos los últimos minutos, con agua fría.
Esta simple acción te obliga a enfrentar una incomodidad y a luchar con tus propias
excusas. Las cuales generalmente son las responsables de que carezcamos de disciplina.

Es todo.

Hacer estas acciones cada día entrenará tu mente a la disciplina. Y entonces facilitará el
camino para mejorar tu auto-control. Por ejemplo: comer verduras (aunque quieras comer
papas fritas) o hacer unas cuantas flexiones (a pesar de que prefieras ver televisión) o
terminar de estudiar (aunque quieras checar instagram).

Si no puedes adoptar las 3 acciones, te sugiero que comiences con una y nada más.

Existen muchas más actividades que te ayudan a mejorar tu disciplina como por ejemplo:
usar hilo dental después de lavarte los dientes, acomodar tu ropa siempre en su
lugar, cocinar en casa por lo menos una comida, separar la basura, etc.

Incluso existen 5 hábitos clave que te ayudan a entrenar la disciplina en tu rutina


diaria. Si logras incorporar uno solo de los siguientes hábitos, verás que ser disciplinado se
vuelve mucho más fácil.

Es como una paradoja ser disciplinado te ayuda a formar hábitos y algunos hábitos te
ayudan a ser más disciplinado.

Pasos disciplina:

1. Ten claras tus responsabilidades


Tienes que saber qué tienes que hacer y cuando tienes que hacerlo. Necesitas un esbozo
básico, un borrador de lo que tienes que hacer en un periodo concreto de tiempo. Si no
sabes qué te corresponde hacer, es fácil que te “pongas a un lado” y acabes postergando
esa tarea.
Debes ser consciente de que tu responsabilidad en ese proyecto, consiste en, por ejemplo,
redactar el primer borrador del informe antes de 15 días para que después lo revise tu
compañero Pedro.
2. Elimina el autoengaño
Conseguir ser disciplinado pasa por reconocer tus fallos y limitaciones.
No sirve de nada mentirte a ti mism@ diciéndote que no tienes tiempo para acabar tu
trabajo si la realidad es que cada día llegas una hora tarde y alargas hora y media la
comida. Cuando dejas de engañarte a ti mism@ estás preparado para solucionar el
problema.
3. Evita las distracciones
Ser disciplinado también implica no desviarte por cosas que distraen y consumen tu
tiempo fácilmente. Por supuesto necesitas y mereces tomarte descansos durante tu
tiempo de trabajo. Pero se trata de evitar que esos descansos te impidan acabar tu trabajo.
Aunque a veces las interrupciones externas no pueden evitarse, es importante
controlarlas al máximo mientras trabajas.
7 Estrategias para decir No sin decir no de forma efectiva.
Acaba con el problema de no saber decir no para siempre.
4. Enfócate en los beneficios
Piensa en los beneficios, no en el sacrificio. Enfocarte como un “fanático” en tus
objetivos y en lo que debes hacer para lograrlos es una manera de potenciar tu disciplina.
Se trata de ver la disciplina como un medio para ser feliz al final del día. Te sientes
mejor tras haber trabajado por la mañana en ese plan para montar tu propio negocio.
Incluso aunque sea el más odioso de los trabajos para el más desagradecido de los jefes.
Te estás entrenado intensamente para conseguir lo más importante: disciplina. Y lo estás
haciendo para ti.
5. Evita el perfeccionismo
Nadie es perfecto. Si esperas a ser disciplinado en un aspecto concreto hasta que también
seas perfecto en esa área, la tarea es tan abrumadora que ni siquiera la empiezas.
No esperes a redactar tu informe hasta que controles todos los detalles de las gráficas de
ventas del último año. No hay ningún problema en proponerte un objetivo que puedes
cumplir sin morir en el intento.
6. Mejora tu concentración
La concentración es la hermana de la disciplina. Para completar un gran proyecto
necesitas concentrarte y focalizar. La clave está en aplicarte a tope en lo que haces ese
momento, en enfocarte en una o dos cosas como mucho y hacerlas bien.
9 formas de mejorar la concentración.
7. Rodéate de gente disciplinada
Una forma segura de desarrollar tu auto disciplina es asociarte con personas que son
disciplinadas y tienen un mayor auto control que tu. Rodéate de la gente adecuada, en tu
círculo de amigos, en tu trabajo, en tu empresa… cuyos atributos y actitudes positivos
sean contagiosos.
8. Ten el material a mano
Disponer de todas las herramientas necesarias cerca de tu espacio de trabajo te evita
cualquier excusa para irte y hacer alguna otra cosa. Además mentalmente te sientes más
preparado para empezar tu trabajo si lo tienes todo a mano.
Aunque este paso pueda parecerte mucho trabajo, en realidad te ayuda a ganar mucho
auto control. No tienes excusa para deambular alrededor.
9. Da pequeños pasos
Si tu rutina de trabajo es abrumadora, nunca empiezas, ni das ningún paso. El truco
consiste en no sentarte delante de una gran tarea o proyecto de una vez. Divídelo en
partes más pequeñas, en pasos asequibles. El tiempo empleado en esas tareas más
pequeñas es un tiempo bien invertido.
A veces, parece imposible mantener una vida de disciplina.
Si tu realidad está fuera de control en todas las áreas, ser disciplinado puede parecer
como un desierto que nunca vas a cruzar. Te sientes abrumad@ con la sola idea de
abordar cualquier tema, de manera que vuelves a un estilo de vida “más relajado”.
En su lugar, elige un aspecto pequeño en el que lograr ser disciplinado y empieza
poco a poco.

Ser disciplinado no significa ser rígid@. Ni tampoco que tengas que sacrificar
todos los placeres de tu vida. Se trata de elegir con buen criterio tus
prioridades.

Ahora que sabes cómo ser disciplinado es el momento de pasar a la acción. Usa esta
información para que tu día día no se convierta en una travesía por el desierto.
Si te gusta el artículo,ayúdame a difundirlo. Compártelo por el medio que quieras.
Sólo te llevará un clic. ¡Gracias por adelantado!

Das könnte Ihnen auch gefallen