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de Tania Sanz
Uno de los mayores problemas que enfrentamos cuando queremos cambiar algún hábito es
la falta de disciplina. Tal vez tú tienes muy claro lo que quieres lograr, pero esta falta de
disciplina te impide lograr lo que te propones.
Ser disciplinado facilita el camino, te hace ser constante y dominar esos impulsos
innecesarios que obstaculizan el camino hacia tu meta. Simplemente porque la disciplina es
una herramienta poderosa.
En este artículo, están mis tres mejores consejos para lograr ser más disciplinado (de forma
fácil) a partir de hoy y para siempre.
En la universidad tenía un amigo al que le decíamos “el suertudo”. Era el portero del
equipo y dentro de la cancha parecía que tenía superpoderes. Casi nunca le metían un gol y
gracias a su talento, el equipo era campeón año tras año.
Eso es precisamente lo que todos creíamos, que tenía un talento excepcional en la portería,
pero, esto no era del todo cierto.
Una vez me acerque a conversar con él, me contó un poco sobre lo que hacía en su rutina
diaria y, me quede impactada. Su día a día era mucho más complejo y activo de lo que
parecía.
Se levantaba cada día a las 6 a.m. y salía a correr un poco antes de ir a la Universidad.
Después de clases iba sin falta a todos los entrenamientos de la tarde. No solo eso, todos los
fines de semana participaba en por lo menos un partido en el club cerca de su casa. Para él,
descansar era sumamente importante por lo que su hora de dormir estaba clavada a las 10
p.m. obviamente justo después de una buena cena equilibrada.
Lo impactante era que llevaba varios años con esta misma rutina. Y entonces me di cuenta
de que el talento no era más que el producto de su disciplina. Su desempeño casi
mágico era simplemente el resultado esperado de sus hábitos diarios.
Después de conocer su secreto, por supuesto que yo también quería lograr ser más
disciplinada y tener esa herramienta en mi vida, y estoy segura de que tú también…
Ser disciplinado nos garantiza tener buenos resultados en todo lo que nos proponemos.
Nos asegura el desenlace perfecto.
Simplemente porque ser disciplinado es incómodo: Significa que hay que hacer algo que,
en ese momento, no queremos hacer y esperar una recompensa que aún no podemos ver.
Además, nos obliga a dominar nuestros impulsos y urgencias (lo que es tremendamente
difícil).
¿Podrías hacer hacer algo que no quieres con el fin de obtener un resultado que
realmente quieres?
Piensa en esto:
¿Cuántas veces has pospuesto la alarma de la mañana? ¿Cuántas te has planteado el típico
“mañana empiezo a hacer deporte”? ¿Qué me dices de ese atracón de chocolates cuando
prometiste comer mejor? ¿Qué pasó ese día cuando tenías mucho trabajo pero checar
Facebook pudo más?
Confía en mí. Estoy íntimamente familiarizada con todas esas situaciones y te entiendo.
Todos tenemos puntos fuertes de nuestra personalidad, así como ciertas debilidades, pero la
clave es centrarse en esos puntos fuertes y lograr entrenar la disciplina.
Lo que quiere decir que si pequeños y grandes logramos ser un poco más disciplinados,
podemos obtener beneficios en todas las áreas de nuestra rutina. La disciplina implica
un cambio de mente lo que adicionalmente te ayuda a tener más constancia para lograr todo
lo que te propongas.
Aquí te dejo algunos ejemplos en los que ser un poco más disciplinado se traduce en una
mejora completa:
Aunque suene como algo muy complicado, déjame decirte que es un sacrificio totalmente
necesario, simplemente porque cuando te vuelves más disciplinado y gozas de esta
poderosa herramienta puedes vivir más libre, crear nuevos hábitos y tomar decisiones más
saludables sin mucho esfuerzo.
Además, no tienes nada de qué preocuparte porque entrenar la disciplina en tu rutina diaria,
no es tan difícil como parece.
Es un ejercicio sencillo y tal vez no tenga nada que ver con tus metas o con los hábitos que
quieres cambiar. Pero, sí es una forma de dominar tus impulsos, hacer algo que no quieres y
tomar acción sin posponer.
Es sólo un pequeño paso: cuando termines de comer tu desayuno, lava tu tazón y tus
cubiertos. Cuando termines tu café o té, lava tu taza.
Te sentirás mejor una vez que lo hagas de forma constante.
Parece mentira pero esta acción tiene más beneficios de los que te imaginas.
Tener que hacer un espacio de algunos minutos para tender tu cama es un poderoso
ejercicio: simplemente porque no hay urgencia de hacerlo y nada malo pasará si no lo haces
en ese momento; pero tú te obligas a hacerlo como un entrenamiento de disciplina.
Además, se ha visto que dejar hecha la cama mejora tu productividad. Te da la sensación de
que “la primera tarea del día está cumplida” y te motiva a continuar con las que siguen.
Además cuando vuelvas a casa el orden te ayudará a relajarte y a disfrutar el resto del día
con menos pendientes sin hacer.
Si eres más valiente, empieza con la terapia de las duchas de agua fría. Pero, si estás
iniciando tu camino hacia una vida más disciplinada, empieza a ducharte con agua tibia (o
como tú la prefieras); pero termina, por lo menos los últimos minutos, con agua fría.
Esta simple acción te obliga a enfrentar una incomodidad y a luchar con tus propias
excusas. Las cuales generalmente son las responsables de que carezcamos de disciplina.
Es todo.
Hacer estas acciones cada día entrenará tu mente a la disciplina. Y entonces facilitará el
camino para mejorar tu auto-control. Por ejemplo: comer verduras (aunque quieras comer
papas fritas) o hacer unas cuantas flexiones (a pesar de que prefieras ver televisión) o
terminar de estudiar (aunque quieras checar instagram).
Si no puedes adoptar las 3 acciones, te sugiero que comiences con una y nada más.
Existen muchas más actividades que te ayudan a mejorar tu disciplina como por ejemplo:
usar hilo dental después de lavarte los dientes, acomodar tu ropa siempre en su
lugar, cocinar en casa por lo menos una comida, separar la basura, etc.
Es como una paradoja ser disciplinado te ayuda a formar hábitos y algunos hábitos te
ayudan a ser más disciplinado.
Pasos disciplina:
Ser disciplinado no significa ser rígid@. Ni tampoco que tengas que sacrificar
todos los placeres de tu vida. Se trata de elegir con buen criterio tus
prioridades.
Ahora que sabes cómo ser disciplinado es el momento de pasar a la acción. Usa esta
información para que tu día día no se convierta en una travesía por el desierto.
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