Sie sind auf Seite 1von 4

Psicología Comunitaria: contextos de surgimiento, funciones y la

necesidad de ‘facilitar’ el sentido

Diego Muñoz Beck

Introducción

Maritza Montero (1984) señala que la Psicología Comunitaria es

la rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que


permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos
pueden ejercer sobre su ambiente individual y social, para solucionar problemas que
los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social. (p.390)

Frente a esta caracterización, se hace necesario reflexionar acerca de los roles,


compromisos y responsabilidades que adquiere la disciplina para con los individuos sobre
los cuales interviene ¿ofrece, efectivamente, la PC, posibilidades de verdadero cambio
social y empoderamiento de los individuos?

Para esbozar una respuesta a lo último, se ahondará en el contexto de surgimiento y


producción de la Psicología Comunitaria, se revisarán ciertas visiones criticas al campo
disciplinar que propugnan en él una reproducción de ciertas relaciones sociales de
dominación y, por último se hará hincapié en la necesidad de una Psicología Comunitaria
que actúe como ‘facilitadora’ del sentido en un mundo globalizado caracterizado por el
vacío existencial. Se verá, entonces, que a pesar de una relativa presencia y participación en
relaciones de dominación, la Psicología Comunitaria puede actuar (y de hecho actúa) como
agente activo comprometido con la facilitación de sentido y el empoderamiento de los
individuos sobre los cuales interviene.

Contexto sociocultural y conceptual de surgimiento de la Psicología Comunitaria: El


ambiente espiritual de nuestro tiempo
Para Jaspers (1933) el desarrollo del mundo técnico es lo que ha de establecer, de
ahora en adelante, los fundamentos de toda existencia humana y con ello, nuevas
condiciones. Fundamente éste, que “Con la significación más extendida la existencia es hoy
vista naturalmente como abastecimiento de masas en producción racional sobre la base de
invenciones técnicas” (Jaspers, 1933, p.31). La existencia del ser humano, por lo tanto, se
ve coartada en favor de la razón productiva en base al desarrollo y la implementación de la
técnica.

Dentro del contexto de este régimen productivista amparado en la razón, el


individuo enfrenta un conflicto de sentido, ya que el régimen de masas exige un aparato
existencial universal, que destruye el verdadero mundo existencial humano (Jaspers, 1933,
p.40). Es en este escenario en el cual se comienzan a articular ciertos saberes, que en último
término, supondrían la aparición de la Psicología, y en específico (para efectos de este
documento), de la Psicología Comunitaria.

Por otro lado, es posible afirmar que en la actualidad se asiste a una era de tensión
entre lo global y lo local. Esto es

Entre el capital financiero global y las comunidades locales, entre la política


neoliberal global y, por ejemplo, las políticas territoriales del buen vivir en América
Latina, y entre la cultura massmediática y del consumo global, y las culturas
populares locales. Esto evidencia ya no una lógica de contraposición entre fuerzas
de distinta cualidad y similar cantidad, sino de subalternidad entre fuerzas de igual
cualidad y distinta cantidad. (Campos, 2017, p.10)

Esta tensión trae consigo nuevas articulaciones y conflictos de sentido para el ser
humano. Éste, tiene como principal preocupación salir del lugar subalterno de lo local para
ser incluido en los lugares superiores globales donde habitan los ciudadanos del mundo
(Bauman, 2001, citado en Campos, 2017). Así, el sentido en la actualidad se ve “compuesto
de una subordinación global-local en el que participamos a condición de subastar nuestro
futuro, nuestra libertad de llegar a ser sí-mismos en tanto responsables de nuestro Dasein”
(Campos, 2017, p.11-12). Esta situación manifiesta una realidad de vacío existencial que no
permite la construcción de una gama de valores y futuros posibles, y que al ser
interiorizados por las personas, pue encontrar un sentido de vida que fortalezca el temple
anímico para afrontar el sufrimiento intrínseco al hecho de vivir. (Campos, 2017)

Teniendo en cuenta este contexto, es posible dar cuenta de las intrincadas y


complejas relaciones del mismo con la Psicología Comunitaria.

Psicología Comunitaria: ¿Reproductora de relaciones de dominación?

Es posible adscribir la Psicología Comunitaria a la lista de las “Ciencias Sociales”.


Para dar cuenta de que la aparición de éstas cumple con una finalidad específica, es posible
considerar la interpelación que Foucault (1968) hace de las mismas, en tanto

no aparecieron hasta que, bajo el efecto de algún racionalismo presionante, de algún


problema científico no resuelto, de algún interés práctico, se decidió hacer pasar al
hombre (a querer o no y con un éxito mayor o menor) al lado de los objetos
científicos… aparecieron el día en que el hombre se constituyó en la cultura
occidental a la vez como aquello que hay que pensar y aquello que hay que saber.
(p. 334)

La aparición de las Ciencias Sociales, entonces, persigue fines específicos, que


tienenque ver con la promoción de relaciones de saber/poder en tanto el hombre es
configurado como objeto de estudio científico

En el caso específico de la Psicología Comunitaria, estas relaciones son promovidas


muchas veces en el nivel interventivo de la misma: podemos ver, por ejemplo, como
reproduce las relaciones de subalternidad reduciendo ciertos saberes tradicionales al mito,
entorpeciendo ciertos procesos propios de la comunidad, imponiendo saberes y prácticas de
lo moderno y lo global en comunidades locales. En fin, intentando promover el ideal del
burócrata sofista en ciertos espacios subalternos, con la consiguiente carga de vacío
existencial que éste produce. Cabe mencionar, por último que esto se da de manera especial
cuando las practicas interventivas bajan desde instituciones al alero del Estado.

Una Psicología Comunitaria ‘facilitadora’ del sentido

Para Campos (2017) “Uno salta a ser sí-mismo cuando se reconoce en la situación
límite de reproductor-seductor de sentido y da el salto para convertirse en productor-
seductor de sentido, lo que implica humanizar principalmente su mundo de trabajo,
deshumanizado por el minimalismo glocalizador” (p.22).

Esta última sentencia abre la puerta a la reflexión acerca de la posibilidad de la


Psicología Comunitaria de ser, para las comunidades sobre las cuales interviene, un
instrumento que facilite y promueva la búsqueda del sentido por parte de los individuos que
interactúan en ella. Efectivamente, la PC solo puede asemejarse a la definición dada por
Montero al principio del texto, en tanto efectúa su labor con compromiso y responsabilidad
en pos de la resistencia ante la imposición del ideal del burócrata-sofista, la defensa de los
saberes locales y el fomento del empoderamiento de los individuos que participan de una
comunidad. Una disciplina que enfoque sus esfuerzos en este sentido, facilita en los
individuos una pregunta por el metasentido, otorgando condiciones a los mismos para salir
del vacío existencial propia de la sociedad contemporánea.

Referencias
Montero, M. (1984). La psicología comunitaria: orígenes, principios y fundamentos
teóricos. Revista latinoamericana de psicología, 16(3), pp. 387-400
Jaspers, K. (1933). Ambiente espiritual de nuestro tiempo. Trad. Ramón De la Serna. Barcelona:
Editorial Labor.
Campos, H. (2017). Sentido del sentido en Víctor Frankl y Cristóbal Holzapfel: Elementos para un
metasentido del mundo de la vida. Revista Documentos Lingüísticos y Literarios UACh, (35),
8-24.
Foucault, M. (1968). Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas. Buenos
Aires: Siglo XXI Editores.

Das könnte Ihnen auch gefallen