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Tema: La regeneración
bondad y el amor que Dios, nuestro Salvador, tiene a los seres humanos.
misericordia; y lo ha hecho por medio del lavamiento que nos hace nacer
eterna.”
INTRODUCCIÓN:
Este es uno de los pasajes más selectos de las Sagradas Escrituras. En una
oración del griego original, Pablo sintetiza todo el evangelio. ¡Qué cambio
anuncia esto después de que nos ha recordado lo que éramos en “otro tiempo”!
El evangelio que nos presenta Pablo nos dice que “Dios, nuestro Salvador…
nos salvó”. Es un mensaje de salvación. Pablo también dice que hemos sido
“justificados”.
El evangelio nos dice que hemos sido justificados, es decir: declarados justos.
Dios no “[les tomó] en cuenta a los hombres sus pecados”. “Al que no conoció
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de
Dios que salva, es aquel que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, el único y
verdadero Dios.
sus anchas, al abrigo del calor, las bellezas y el esplendor del Océano.
marea que iba subiendo. De repente noté que era preciso no sólo dejar el
lugar, sino irme corriendo para librarme de un baño forzoso, y tal vez de
cueva hice alto para volver atrás, cuando llegó a mis oídos este grito:
vida.” Las dejé caer y seguí. Los guijarros me laceraban los pies y me
manaba la sangre; sentí que no resistiría mucho y grité: “¿Qué haré?” “Ya
DESARROLLO:
¿Por qué nos salvó Dios? ¿Qué lo motivó a hacerlo? Como siempre, Pablo
descarta todo lo que pueda venir de parte nuestra: “No por obras de justicia
versículo 3 nos damos cuenta de que nunca podríamos haber hecho ningunas
“obras de justicia”. Si Dios esperara ver algo justo en nosotros para poder
¿Qué fue lo que motivó a Dios? Hay cuatro características que se le atribuyen
a Dios. Las primeras son “la bondad y de Dios nuestro Salvador, y su amor”.
La “bondad” habla de la buena voluntad que Dios tiene para con nosotros, que
a Jesús y verás el amor y la bondad del Padre que están presentes de manera
activa entre nosotros. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros:
en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él” (1
Juan 4:9).
Hay dos palabras más que nos dicen por qué Dios nos salvó. Lo hizo debido
“por su misericordia”. Dios miró con piedad nuestra desdichada condición, con
(Efesios 2:4). Dios nos salvó también “por su gracia”, que es el amor
inmerecido de Dios. “Porque por gracia sois salvos” (Efesios 2:8). Nada en
nosotros podría haber conmovido a Dios para que nos salvara, sólo su bondad,
recibir este sorprendente regalo de Dios? Jesús le dijo a Nicodemo: “El que no
nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). A Nicodemo, que
explicó: “El que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de
Dios” (Juan 3:5). A Tito Pablo le escribe: “Nos salvó… por el lavamiento de la
por medio del cual nuestros pecados son borrados (Hechos 22:16), un
“lavamiento” que nos salva (1 Pedro 3:21). Pablo les escribe a los Gálatas esta
enseñanza: “Pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo
perfectas que nuestro Salvador preparó para nosotros con su vida, muerte y
resurrección. El Santo Bautismo nos lleva a una relación de fe con Cristo, lleva
para recordar cuando llegamos a este mundo con una vida física. Aún más
“regeneración”.
Dios obró en nosotros por medio de le fe nos hizo una “nueva criatura”. ¡Ha
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
describe el significado del bautismo con estas palabras: “Significa que el viejo
Adán en nosotros debe ser ahogado por pesar y arrepentimiento diarios, y que
debe morir con todos sus pecados y malos deseos; asimismo, también cada
de renovación.
Todo esto es la obra del Espíritu Santo, a quien Dios “derramó en nosotros
Padre, prometió que iba a enviar el Espíritu Santo, el Consolador (Juan 15:26;
Algunas personas niegan el poder salvador del bautismo. Por ejemplo, los
bautistas y los pentecostales le dicen a usted que “debe nacer de nuevo”, que
debe tener un renacimiento que el Espíritu Santo lleva a cabo aparte del
su corazón. Ellos separan la obra del Espíritu Santo del bautismo y de los otros
medios de gracia. Sin embargo, permanece el hecho de que Pablo aquí habla
de un lavamiento por medio del cual el Espíritu Santo obra una regeneración y
una renovación. No entendemos cómo puede ser esto, pero sabemos que así
sucede cuando bautizamos con agua en el nombre del Dios trino y lo creemos
Es sobre la base de estas palabras que se encuentran en esta carta a Tito que
“El agua en verdad no las hace, sino la palabra de Dios que está con el agua y
unida a ella, y la fe que confía en dicha palabra de Dios ligada con el agua,
Concordia, p. 363).
humana caída, por la acción del Espíritu Santo (Jn. 3:5–8). La Biblia concibe la
relación restaurada con Dios en Cristo, y la presenta como que involucra «una
transformación radical y completa obrada en el alma (Ro. 12:2; Ef. 4:23) por
Dios el Espíritu Santo (Tit. 3:5; Ef. 4:24), en virtud de lo cual llegamos a ser
‘hombres nuevos’ (Ef. 4:24; Col. 3:10), ya no conformados a este mundo (Ro.
12:2; Ef. 4:22; Col. 3:9), sino creados según la imagen de Dios en conocimiento
y santidad de la verdad (Ef. 4:24; Col. 3:10; Ro. 12:2)» (B.B. Warfield, Biblical
Dios, que domina al hombre en Adán por una disposición de confianza y amor,
conformidad con la ley de Dios de allí en adelante. Ilumina la mente ciega para
discernir las realidades espirituales (1 Co. 2:14–15; 2 Co. 4:6; Col. 3:10), y
libera y da poder a la voluntad que era esclava para que libremente obedezca a
El uso del nuevo nacimiento para describir este cambio enfatiza dos hechos al
resucitado con él a una nueva vida de justicia (véase Ro. 6:3–11; 2 Co. 5:17;
divino (Jn. 3:8). Esta vivificación es misteriosa para el hombre porque para él
esfuerzo humano (Jn. 1:12–13), ni por méritos (Tit. 3:3–7), y por lo tanto, no se
CONCLUSIÓN:
Powell, G., Gomez, S. A., & Terranova, J. (Eds.). (2013). 300 citas para
padre al hijo a quien ama, que será misericordioso con nosotros por amor
y recomienda.”
esta herencia que Jesús habla de la vida eterna como que es ya nuestra: “El
que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36). Tenemos vida ahora y la
tendremos por siempre. ¡Qué bendiciones tenemos en esta vida! ¡Qué futuro