La Investigación Plataforma de La Transformación Curricular

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
La Investigación:
Plataforma de la Transformación Curricular de la UPEL
Responsables: Dra. Moraima Esteves

y el Equipo Técnico del VIP
Septiembre, 2016
“La tendencia mundial privilegia la investigación

como concepto medular de la Universidad”
Presentación
La Universidad es un agente generador del cambio social, por lo cual requiere de
una visión de futuro y la identificación y comprensión de su espacio de acción, para
formar los recursos humanos que puedan aprovechar las oportunidades del entorno,
asumir retos innovadores y ser agentes de transformación social. Es la llamada a liderizar
el proceso de innovación, ser fuente de inspiración, generar conocimientos, asumir retos y
acciones para presentar soluciones a los problemas de la sociedad del siglo XXI, pero
además, debe aceptar el reto de analizar y proponer ante los cambios que provienen de
otras áreas de la actividad humana. Quizás no sea esta generación a quien le corresponda
“evaluar con pertinencia dichos cambios. Pero tenemos en nuestra historia el acontecer de
cambios radicales en el mundo que pueden acercarnos a una cierta comprensión de
las vicisitudes, incertidumbres, anhelos y esperanzas que agitan al ser humano ante
tales transformaciones” (Planchart, 2010, p.47).
La evolución del conocimiento en la llamada era de la información, coloca a la
comunidad universitaria frente a grandes desafíos, tales como el garantizar una relación
más estrecha con la sociedad, la ampliación de conocimiento (relación entre teoría y
práctica), el contacto bidireccional con el entorno, la formación de profesionales con
responsabilidad social, el construir una agenda transformadora, consensuada con visión de
UPEL-VIP | La investigación: plataforma de la Transformación Curricular en la UPEL Documento en construcción 1
ciudadanía, el promover la transformación desde la innovación e investigar como tarea
humanizadora y creadora para así situarse y posesionarse de nuevas formas de
interpretación de la realidad.
Estos desafíos han llevado a las universidades a reconceptualizar y asumir
términos como competencia, calidad, calidad total, en un intento por modernizarse y
seguir siendo las vanguardias del conocimiento y la formación de seres humanos capaces
de saber ser, saber conocer, saber convivir y saber hacer. Para ello se introduce el tema de
las competencias en el proceso curricular, apoyados en la investigación como eje
estratégico que debe abarcar los aspectos de docencia, investigación y extensión.
Es importante tener presente que los conceptos de competencia aplicados en el
campo empresarial no pueden ser trasladados mecánicamente al recinto universitario,
porque los criterios de ganancia y competitividad que imperan en la empresa privada
como metas de su accionar no son los mismos que deban aplicarse las universidades,
cuyos objetivos son los de formar a seres humanos integrales, también ocurre con el
concepto de calidad del cual, indudablemente la universidad no puede carecer, pero no de
un modo simplista que implique la exclusión sino que considere los contextos
disciplinariosinvestigativos, así como los socialescomunitarios, que tome en cuenta
además la participación de cada uno de los miembros de la comunidad universitaria
(docentes –ordinarios y jubilados, estudiantes, administrativos y personal de servicio).
En este sentido, los conceptos, tanto de competencia como de calidad, son
herramientas válidas para la transformación curricular, pero su aplicación y resultados
positivos estarán en relación directa con la asunción de una visión globalizadora que tome
en cuenta siempre el conjunto, el todo y la interrelación de las partes como este todo. Así,
Planchar (2010) afirma que
“Al incluir en los aspectos hologramáticos (el todo presente en cada una de sus
partes) la recursividad (sic.), cuando la causa que produce un efecto es a su vez
afectada por este efecto y de su combinación resulta un proceso autorregulado y
retroalimentado, en constante renovación, el diseño curricular puede adquirir una
plasticidad y progresión permanente” ( p. 48).
El mismo autor considera que ante una educación que tiende a una práctica
formativa lineal y separada, a la unilateralidad, el pensamiento complejo propone la
integración, la atención a todos los factores, no sólo presentes sino incluso en su probable
devenir, de modo que la solución será siempre el resultado de esta óptica más amplia y
global, lo que garantizaría que el currículo sería capaz de autorregularse para sortear las
dificultades que se le presentan y autoimpulsarse sostenidamente en su propia evolución.
Para que se logre lo anterior y se propicie un crecimiento sostenido en la propia
evolución del conocimiento generado tanto en la universidad como fuera de ésta, es
imprescindible considerar la investigación como elemento fundamental para la
producción, actualización y profundización de aquellos conocimientos y saberes que
garanticen la mejora continua de los procesos y que den lugar a un currículo flexible,
autorregulable y pertienente, al servicio de la formación continua de profesionales de la
docencia que el país reclama.
Es necesario entonces, que la investigación permee curricularmente la universidad y
no se quede subsumida o solapada en un plan de estudios; debe ser algo más que la
realización de proyectos como parte de la evaluación final de un curso, o como requisito
para la obtención de un grado o ascenso académico.
En la UPEL, la investigación es definida como una función esencial, tanto en lo
referente al avance del conocimiento, como en lo relativo a su aplicación y la solución de
problemas específicos. Se concibe como una actividad integrada y en interacción
permanente con las actividades de docencia y de extensión, motivada por fines tanto
académicos como de servicio social. Según esta definición, la investigación debe exigir, de
manera permanente, una discusión conceptual y didáctica respecto a lo enseñado y
aprendido en sus aulas; es decir, debe propiciar el debate constante sobre las diferentes

posibilidades de circulación de saberes y conocimientos en los distintos espacios y tiempos
académicos.
La investigación así concebida no sólo levanta del estatismo los planes de estudio de
la Educación Universitaria, sino que también moviliza los diferentes procesos de
interacción y las dinámicas de poder que se viven en su currículo. En otras palabras, pone
en diálogo a los docentes desde su saber disciplinar, en torno a preguntas y problemas
abordados desde el interior del recinto universitario o bien fuera de éste. Dichos problemas
deben ser abordados no sólo a partir de un área del saber específico, sino que requieren ser
vistos desde diferentes ópticas disciplinares, a fin de ver su complejidad en conjunto y no
sólo una parte.
Si bien la investigación puede emerger desde la universidad debe considerar a la
comunidad, pues es la que permite generar conciencia acerca de cómo se están adoptando
los procesos de enseñanzaaprendizaje, cómo se están manejando los conflictos
interpersonales entre estudiantes o estudiantesprofesores, cuál es la participación de los
diferentes actores en el sistema educativo nacional, cómo está la universidad impactando en
la comunidad; en fin, una serie de posibilidades que permiten hacer de la investigación un
mecanismo que garantice un currículo flexible, autorregulable, pertinente y de calidad,
acorde con la realidad donde está inmerso.
Por lo antes expuesto, queda claro que la Universidad como institución necesita
resignificarse, debe volver su mirada hacia la investigación, reconstituirla como base
fundamental del quehacer curricular. De allí que, el currículo se convierte en el eje
integrador de las funciones universitarias que logra su concreción en escenarios de
aprendizaje que compete a la construcción colectiva, al concebirlo como un proceso de
investigación, creación y desarrollo continuo; como un acontecer, dinámico, participativo,
crítico, creativo y reflexivo, que se materializa cuando el agente educativo se sumerge en su

ámbito institucional y desarrolla actividades significativas para él y para la sociedad en su
conjunto.
En este sentido, el proceso de transformación curricular que se propone en la UPEL,
reconoce la investigación como el centro de la máxima producción que permite repensar la
Universidad en forma global, lo que significa que el modelo de formación docente y los
lineamientos curriculares para la administración académica de la docencia de postgrado
deben estar centrados en el saber.
La investigación debe nuclearse como la base fundamental que permita el
ordenamiento de su estructura curricular y de las formas de gestión, administración y de
distribución presupuestaria. El indicativo fundamental pasa por el reconocimiento de las
tendencias internacionales para la adopción de una actividad investigativa cofinanciada,
agenda temática y corporativamente y la asociación multidisciplinaria en campos
transdisciplinarios de conocimientos y/o redes de asociación académica.
El primer paso de transformación pasa por destacar la actividad investigativa como
la propulsora de saberes que se articulan con el entorno a partir de posturas dialógicas, de
acuerdo con la impostergable obligación social. La docencia, la extensión y la gestión,
entonces deben ser consecuencias naturales de la práctica académica de la investigación,
conectada con todas las funciones de la universidad.
Desde esta concepción se apunta hacia un docencia investigativaextensionista, que
articula desde la producción de saberes, la transposición didáctica que asegure la
conversión del saber académico, especializado en conocimiento didáctico ajustado a los
perfiles de competencia profesional establecidas para la formación, sin lugar a dudas de un
productor de saberes potenciales que resuman las condiciones de su entorno y las oriente a
su continua perfectibilidad.
En este sentido, se impone un sistema de formación y especialización docente que
encuentra en la investigación su núcleo potencial y dinamizador que intentan reconfigurar

los referentes sociales. Las instituciones universitarias sometidas a las dinámicas sociales y
a los diversos procesos de transformación a partir de su concepción compleja,
multiestructural y multicampus, debe impulsar sus necesarias iniciativas de cambio y
transformación a partir de estrategias políticasacadémicas, que partan del reconocimiento
del capital intelectual y su producción, sustentada en la mediación reflexiva que oriente la
identificación de problemas sustantivos del entorno social conjugados con las declaraciones
temáticas de las ciencias sociales en el contexto regional y mundial.
La identificación de un modelo curricular fundamentado en la investigación
establece en primera instancia su reconocimiento académico administrativo, presupuestario
y financiero, porque nuclearía a partir del modelo de formación docente la construcción de
una agenda que fije las necesidades epistémicas para la formación docente que exigen los
actuales tiempos dominados por la información.
Por todo lo anterior en Vicerrectorado de Investigación y Postgrado considera que
se deben desarrollar las competencias investigativas para dar sustento a la propuesta
curricular que se está generando, dirigida a la ampliación y profundización del
conocimiento del docenteinvestigador que está en continua formación. En este sentido,
para Muñóz, Quintero y Munévar (2005), un investigadordocente debe ser competente
para:
1. Comprender el significado, la importancia y las implicaciones de la
investigación educativa en el práctica docente.
2. Observar, preguntar, registrar, interpretar, analizar, describir conceptos y
escribir textos acerca de situaciones problémicas propias de los ambientes
escolares.
3. Proponer soluciones a los problemas detectados, utilizando los conceptos y
los métodos de investigación, sean estos explicativos, interpretativos o
críticos.

4. Argumentar sobre las relaciones que se establecen dentro de la cultura
escolar y las alternativas que se dan a los problemas investigativos
detectados.
5. Perfeccionar las prácticas escriturales, redactando notas de campo,
sintetizando datos texto y sistematizando informes de investigación acerca
de un problema identificado en el aula o en la escuela.
La investigación como eje primordial en el proceso de formación se justifica por las
siguientes razones (Muñóz, Quintero y Munévar, 2005):
a. La necesidad de formar un docente capaz de hacer de la educación una
práctica social de calidad
b. La necesidad de desarrollar investigación educativa para producir teoría
pedagógica desde la práctica.
c. La falta de comunidades académicas para pensar la educación por la vía del
descubrimiento, la indagación, la reflexión, la acción, la escritura de saber
pedagógico y la crítica. La necesidad de un modelo unificador que
caracterice la actuación y el oficio de los egresados de la carrera docente.
d. La formación científica de talentos en el campo de la investigación, para que
desde los diferentes niveles educativos inicien una motivación temprana sin
tener que esperar a los niveles tardíos de postgrado
e. La urgencia de impulsar innovaciones educativas y convertir la escuela en
foro de la cultura, en eje del desarrollo social y en espacio privilegiado para
la confrontación de saberes.
f. Las instituciones formadoras requieren recurso humano cualificado en las
diferentes áreas curriculares para satisfacer las necesidades, orientar
reformas y enfrentar la problemática educativa.

g. La utopía de intervenir la compleja realidad educativa, sin la cual no es
posible el progreso de los pueblos.
Ante lo expuesto es necesario revisar y pensar en el rol que hasta ahora ha cumplido
el postgrado en el contexto social y educativo. Por una parte, como instancia de
actualización, ampliación y profundización de conocimientos, que coloca a la Universidad
frente a los problemas prioritarios del quehacer pedagógico en todos sus ámbitos,
generando criticidad ante el papel social que cumple el currículum universitario y su
pertinencia en cuanto a la necesidad de autorregulación y ajuste permanente para
garantizar su carácter dinámico y actualizado; y por la otra, como función creadora que le
da dinamismo al conocimiento, manteniendo un flujo permanente con el entorno intra y
extra universitario, el cual contribuye a la actualización y perfeccionamiento permanente de
la producción intelectual.
La función universitaria de investigación, insertada en el currículum, dimensiona su
expresión social y académica, además favorece los nexos del conocimiento con la realidad
social y su propio espacio de aplicación pedagógica. La investigación es una vía para la
flexibilización y actualización del currículum, propiciando su autorregulación y ajuste
permanente. Dos dimensiones están presentes en la fundamentación de la Investigación
como eje estratégico del currículum:
Epistemológica: referida a la relación entre el sujeto que quiere conocer y aquello
que ha de ser conocido. Implica aproximarnos al conocimiento objetivo de la realidad,
desde una visión crítica que permita la construcción y reconstrucción permanente de la
realidad.
Ontológica: referida a la concepción que se tiene de la existencia de la realidad,
entendida como una realidad cambiante, con la cual se puede interactuar.
Identificando las dimensiones del currículum, y reconociendo que es a través de este
marco interpretativo como se van a abordar algunos aspectos de la realidad de la

problemática planteada (la investigación como fundamento del currículum), a continuación
se describen los enfoques pedagógicos asociados a una visión del currículum como un
proyecto global, integral, flexible y autorregulador, dimensionado en un contexto histórico
y sociocultural que permea el proceso de investigación aprendizaje y permite confrontar
las experiencias, creencias y valores de los actores del proceso con el mundo que los rodea.
Todo lo señalado conduce a considerar las tendencias derivadas del modelo por
proceso propuesto por Stenhouse (1998) y el modelo pedagógico progresista o
constructivista de Flórez Ochoa (1998), el cual se inserta en el anterior, por cuanto el
mismo genera estructuras de procedimientos y modelos de descubrimiento en vez de
técnicas de instrucción, abandonando contenidos convencionales para seleccionar e
interpretar situaciones problemáticas que los alumnos deben detectar y solucionar
conjuntamente con el resto de los actores sociales involucrados, apoyado en la
investigaciónacción como estrategia metodológica.
Así mismo, se apoya en el enfoque curricular crítico, el cual se inspira en el modelo
pedagógico social, imbuido a su vez en la teoría social crítica de la educación, la cual ha
sido capaz de superar el razonamiento práctico y técnico hacia una forma distinta: el
razonamiento dialéctico, cuyo interés es la noción de la unidad de los opuestos, según la
cual se trata de comprender las dos posturas y de cómo se relacionan entre sí. Kemmis
(1986), afirma que las teorías curriculares son teorías sociales, no sólo porque reflejan la
historia de las sociedades en las que surgen, sino también en el sentido de que están
involucradas y vinculadas con posiciones sobre el cambio social y el particular con el papel
de la educación
Según Flórez Ochoa (1998) el modelo pedagógico social se basa en un currículum
que proporciona contenidos y valores que conduzcan a competencias que permitan que los
sujetos mejoren la comunidad a la cual pertenecen, o donde estarían insertos, o hacia donde
deben dirigir su acción pedagógica, haciendo transferencia de conocimientos y propiciando

la conformación de equipos de alto desempeño, configurándose todos como agentes de
cambio social y en donde la investigación constituye el medio para lograrlo. Por su parte,
Grundy (1987) plantea que el currículum no es un concepto sino una construcción cultural;
no se trata de un concepto abstracto sino un modo de organizar una serie de prácticas
educativas.
De acuerdo con lo expuesto sobre el currículum apoyado en la investigación que
garantice una práctica educativa como práctica social, podemos convenir en que resultan
significantes estas prácticas cuando atañen a un colectivo, a una comunidad integrada a un
currículum que responda a construcciones realizadas desde diferentes disciplinas o ámbitos
académicos, haciendo posible la convergencia del conocimiento formal e informal, donde
la interacción de la investigación y la docencia son parte fundamental de estas prácticas.
Esta concepción de la práctica educativa representa un sustrato para articular la
dimensión social del currículum con el mundo real, aspecto de suma importancia al
considerar un currículum universitario pertinente, de calidad, dinámico, flexible y
autorregulable, y a la función Investigación como catalizadora de esta dimensión social, de
allí la necesidad de construir un modelo curricular que advierte la necesidad de concebir el
currículo como un proceso eminentemente investigativo, basado en la búsqueda
permanente de respuesta ante los hechos sociales y pedagógicos.
En orden a lo anterior el Modelo Alternativo Curricular de Postgrado, conlleva
asumir a la Universidad como una organización social efectiva, de calidad, pertinente e
innovadora, que debe asegurar su supervivencia en un medio cambiante, y que para ello
debe contar con la capacidad de adaptarse e integrarse creativamente a ese entorno y crear
nuevas realidades, es decir, aprender continuamente, con capacidad de autorregulación
permanente; la función Investigación se convierte entonces en la plataforma que garantiza
esos cambios y transformaciones, a partir de procesos de autorregulación que garanticen
mejoras continuas (Esteves, 2010).

La autorregulación es un proceso dinámico, apoyado en la investigación acción
como estrategia, que podría asumir las siguientes características:
 Mecanismo de adaptación y de adecuación del conocimiento a las necesidades
reales de formación y de transferencia de saberes.
 Mecanismo de cambio y de reajuste permanente.
 Mecanismo de recertificación de competencias.
Operacionalizar la autorregulación a partir de la investigación implica, entre otras
acciones, la vinculación de la oferta académica apoyada e integrada a las líneas y unidades
de investigación debidamente autorizadas por la Universidad, que impliquen estrategias
organizadas en grupos de trabajo investigativo, publicaciones periódicas, planes de
desarrollo profesional, intercambios institucionales, trabajos de grado, de ascenso y de
servicio comunitario, imbuidos en la dinámica investigativa de dichas unidades de
investigación, las cuales constituyen verdaderos nichos de formación de: facilitadores,
tutores, jurados y escenarios de aprendizaje para nuestros estudiantes.
Entonces, a partir de lo señalado, el currículo universitario se convierte en proyecto
en permanente construcción, fundamentado en la creatividad, que se autorregula
permanentemente, manteniéndolo actualizado y con pertinencia social en cuanto a
contextos, momento histórico y sujetos involucrados.
Propuesta Curricular: una Aproximación
La construcción curricular constituye uno de los procesos más importantes

de las instituciones universitarias, en esta se define la función educativa,
(Docencia) y este proceso a su vez tiene repercusión en las otras funciones de la
universidad, como lo son la Gestión, Extensión la Investigación, ya que el
currículo se constituye en ese espacio donde conviven dichas funciones.
En el caso específico de la construcción curricular de Postgrado, el
Vicerrectorado de Investigación y Postgrado está convencido de que dicha

construcción debe realizarse teniendo en cuenta que la investigación es el
vehículo que puede dinamizar, flexibilizar y oxigenar el diseño curricular, así como
la práctica docente que se desarrolla en los espacios de aprendizaje del
Postgrado.
En este sentido, la construcción curricular de Postgrado nos convoca a
realizar las transformaciones de los Subprogramas de Postgrado sobre la base de
la investigación, lo cual implica que se debe propiciar un proceso progresivo, no
declarativo, de integración entre los Subprogramas de Postgrado y las unidades
de investigación y líneas de investigación, evidenciándose en: a) el desarrollo de
la docencia investigativa en los espacios de aprendizaje de Postgrado, b) el
impacto de los productos de investigación en los Subprogramas de Postgrados, a
través de la generación los cursos electivos de los Subprogramas como
consecuencia de la acción investigativa, c) la conformación de comunidades
académico-investigativa que den respuestas a los problemas educativos intra y
extra universitario, locales, regionales y nacionales y d) la realización de
investigaciones que sean realmente trascendentes y que apunten al perfil de
egreso de los Subprogramas de Postgrado y que a la vez sean apoyadas por las
unidades y líneas de investigación, por medio de un trabajo mancomunado. Se
considera que estos son sólo algunos elementos de referencia para el logro de la
integración y que en ningún caso constituyen camisas de fuerzas que impidan la
flexibilidad curricular.
Por otro lado existe una tendencia internacional y la Oficina de
Planificación del Sector Universitario la ha asumido para la presentación de los
diseño curriculares y esta es el enfoque por competencias, el cual propicia la
formación integral del educando, al no centrarse sólo en los aspectos
cognoscitivos, en este sentido las competencias deben ser entendidas como
“aprendizajes complejos, que integran habilidades, actitudes y conocimientos,
donde se unen los pilares de la educación: el conocer, el hacer, el ser y el convivir,
para generar una actuación idónea en un contexto determinado (Valdivieso, 2010),
y no deben ser consideradas desde la óptica simplista de la competitividad, sino
desde el mundo complejo de la actuación competente. Generar trasformaciones

curriculares asumiendo el enfoque por competencias implica cambios no sólo en la
estructura y concepción del diseño curricular sino también generar cambios en el
desempeño docente y en los aspectos legales que regulan la administración
curricular.
Queda abierta la invitación a homologar los diseños curriculares de igual o
de estrecha denominación. En este sentido, se siguiere que los coordinadores de
dichos Programas trabajen de manera conjunta en el proceso de transformación
de los mismos, creando y utilizando mecanismos que les permita consolidar el
trabajo en equipo. Evidentemente que aunque los diseños estén homologados,
siempre, a través de la flexibilidad y contextualización curricular habrá espacio
para la diversidad y la administración curricular diversificada, la cual se podría
evidenciar en la oferta de cursos electivos diferentes en cada Instituto y que
respondan la integración de Investigación y de Postgrado.
Un aspecto que no se puede olvidar en este proceso de transformación es
la incorporación de diversas modalidades de administración curricular, como la
mixta, la educación virtual y/o a distancia, que le permita a los interesados en
cursar estudios de postgrado en la UPEL realizarlos con la flexibilidad que dan
estas modalidades a la administración y desarrollo curricular.
Invitamos a considerar que a través del Vicerrectorado de Investigación y
Postgrado se están realizando una serie de acciones y procedimientos cuya
finalidad es apoyar las labores que se ejecutan desde los Postgrados, desde las
Unidades y Líneas de Investigación, por lo tanto es importante que en las labores
que se planifiquen, desarrollen y ejecuten se consideren a estos componentes
como por ejemplo: al Sistema de Apoyo al Investigador, al Sistema de Gestión de
Calidad, al Programa de Competencias Avanzadas y entre otros.
La conformación de redes académico-investigativas que faciliten y apoyen
el trabajo que se desarrolla en los postgrados, unidades y líneas de investigación
es otro aspecto que ha de ser considerado en la construcción curricular, ya que
esto permitirán: a) emplear apropiadamente al Talento Humano de nuestra
universidad, b) hacer uso eficiente y eficaz de las infraestructuras de los
Institutos, sedes y extensiones, de la plataforma de investigación y tecnológica,

y c) organizar y desarrollar eventos regionales en los cuales se difundan los
productos de las investigaciones y trabajos mancomunados realizados. Todo esto
en aras de lograr mayor pertinencia y vinculación social de los postgrados, para
satisfacer, a través de respuestas oportunas y de calidad, las demandas,
necesidades y exigencias del país relacionadas con el área educativa, esto sólo
se puede lograr con la sinergia de los involucrados.
Es importante destacar que la verdadera transformación se dará en la

medida en que se generen los cambios estructurales, legales y académicos
cónsonos con el contexto, el momento histórico y los avances científicos y
tecnológicos.

REFERENCIAS
Esteves M. (2010). La Investigación: Plataforma de la Transformación Curricular de la
UPEL. Presentado en el II Encuentro Nacional de Investigación y Postgrado: Un
espacio para la Transformación. Caracas UPELIMPM: 19 al 21 de julio.
Flórez Ochoa, R. (1998). Hacia una Pedagogía del Conocimiento. Bogotá: McGraw Hill.
Grundy (1991). Producto o Praxis del Currículum. Madrid: Ediciones Morata.
Kemmis, S (1986). El Currículum más allá de la Teoría de la Reproducción. Madrid:
Ediciones Morata.
López jiménez, N. (2001). La Deconstrucción Curricular. Bogotá: Colección Seminarium
Magisterio. Línea de Investigación Currículum.
Stenhouse, L. (1998). Investigación y Desarrollo del Currículum. Madrid: Ediciones
Morata.
IESALCUNESCO (2009). Conferencia Mundial de Educación Superior 2009: Las nuevas
dinámicas de la Educación Superior y de la Investigación para el cambio social y el
desarrollo. París, 58 julio 2009.

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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

Responsables: Dra. Moraima Esteves

“La tendencia mundial privilegia la investigación

una visión de futuro y la identificación y comprensión de su espacio de acción, para

más estrecha con la sociedad, la ampliación de conocimiento (relación entre teoría y

práctica), el contacto bidireccional con el entorno, la formación de profesionales con

humanizadora y creadora para así situarse y posesionarse de nuevas formas de

Estos desafíos han llevado a las universidades a reconceptualizar y asumir

términos como competencia, calidad, calidad total, en un intento por modernizarse y

las competencias en el proceso curricular, apoyados en la investigación como eje

campo empresarial no pueden ser trasladados mecánicamente al recinto universitario,

porque los criterios de ganancia y competitividad que imperan en la empresa privada

como metas de su accionar no son los mismos que deban aplicarse las universidades,

disciplinarios­investigativos, así como los sociales­comunitarios, que tome en cuenta

además la participación de cada uno de los miembros de la comunidad universitaria

En este sentido, los conceptos, tanto de competencia como de calidad, son

herramientas válidas para la transformación curricular, pero su aplicación y resultados

formativa lineal y separada, a la unilateralidad, el pensamiento complejo propone la

evolución del conocimiento generado tanto en la universidad como fuera de ésta, es

imprescindible considerar la investigación como elemento fundamental para la

producción, actualización y profundización de aquellos conocimientos y saberes que

problemas específicos. Se concibe como una actividad integrada y en interacción

manera permanente, una discusión conceptual y didáctica respecto a lo enseñado y

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la Educación Universitaria, sino que también moviliza los diferentes procesos de

los procesos de enseñanza­aprendizaje, cómo se están manejando los conflictos

resignificarse, debe volver su mirada hacia la investigación, reconstituirla como base

fundamental del quehacer curricular. De allí que, el currículo se convierte en el eje

integrador de las funciones universitarias que logra su concreción en escenarios de

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La investigación debe nuclearse como la base fundamental que permita el

tendencias internacionales para la adopción de una actividad investigativa cofinanciada,

agenda temática y corporativamente y la asociación multidisciplinaria en campos

acuerdo con la impostergable obligación social. La docencia, la extensión y la gestión,

articula desde la producción de saberes, la transposición didáctica que asegure la

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a los diversos procesos de transformación a partir de su concepción compleja,

multiestructural y multicampus, debe impulsar sus necesarias iniciativas de cambio y

La identificación de un modelo curricular fundamentado en la investigación

se deben desarrollar las competencias investigativas para dar sustento a la propuesta

curricular que se está generando, dirigida a la ampliación y profundización del

1. Comprender el significado, la importancia y las implicaciones de la

2. Observar, preguntar, registrar, interpretar, analizar, describir conceptos y

los métodos de investigación, sean estos explicativos, interpretativos o

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escolar y las alternativas que se dan a los problemas investigativos

5. Perfeccionar las prácticas escriturales, redactando notas de campo,

a. La necesidad de formar un docente capaz de hacer de la educación una

b. La necesidad de desarrollar investigación educativa para producir teoría

pedagógico y la crítica. La necesidad de un modelo unificador que

diferentes áreas curriculares para satisfacer las necesidades, orientar

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el postgrado en el contexto social y educativo. Por una parte, como instancia de

generando criticidad ante el papel social que cumple el currículum universitario y su

pertinencia en cuanto a la necesidad de autorregulación y ajuste permanente para

flexibilización y actualización del currículum, propiciando su autorregulación y ajuste

permanente. Dos dimensiones están presentes en la fundamentación de la Investigación

marco interpretativo como se van a abordar algunos aspectos de la realidad de la

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se describen los enfoques pedagógicos asociados a una visión del currículum como un

proceso propuesto por Stenhouse (1998) y el modelo pedagógico progresista o

constructivista de Flórez Ochoa (1998), el cual se inserta en el anterior, por cuanto el

mismo genera estructuras de procedimientos y modelos de descubrimiento en vez de

disciplinariosinvestigativos, así como los socialescomunitarios, que tome en cuenta

los procesos de enseñanzaaprendizaje, cómo se están manejando los conflictos