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CARRERA:
ARQUITECTURA
FECHA:
05/11/2017
MATERIA:
NIVEL:
4TO A
NOMBRE:
PABLO CARRASCO V.
TEMA:
SAN FRANCISCO DE QUITO LA ESCORIAL DEL NUEVO MUNDO
Es un edificio católico que se yergue en medio del centro histórico de la ciudad de Quito,
frente a la plaza del mismo nombre. La imponente estructura ostenta el privilegio de ser el
conjunto arquitectónico de mayor dimensión dentro de los centros históricos de
toda América,1 y por ello es conocido como "el Escorial del Nuevo Mundo". San Francisco
es, además, una joya de la arquitectura continental por su amalgama de diferentes estilos
armoniosamente combinados a lo largo de sus más de 150 años de construcción.
Sobre sus tres hectáreas y media de superficie se han construido trece claustros (seis de
ellos de gran magnitud), tres templos, un gran Atrio; en suma, aproximadamente cuarenta
mil metros cuadrados de edificación. Allí se desarrollan múltiples actividades en la
actualidad: las conventuales y religiosas, de atención pública en las áreas de salud, de
comunicación, educativas y otras de corte popular que mantienen vivo al edificio.
San Francisco atesora entre sus paredes más de 3.500 obras de arte colonial, de múltiples
manifestaciones artísticas y variadas técnicas, especialmente aquellas correspondientes a
la famosa Escuela Quiteña de arte, que nació precisamente en este lugar. Completa esta
riqueza cultural la magnífica biblioteca franciscana, descrita en el siglo XVII como la mejor
del Virreinato del Perú.
Al conjunto le precede una gran plaza homónima, asentada en el escenario urbano más
representativo de la ciudad: durante años la abasteció de agua de su fuente central; ha
funcionado como mercado popular, como espacio de concentraciones militares y políticas,
y como lugar de encuentro y recreación sociales. Se debe mencionar además un elemento
arquitectónico destacado: la magnífica escalera cóncavo-convexa que comunica la plaza
con el Atrio, en el que resalta la bella fachada manierista-barroca del templo mayor, origen
de distintas soluciones de arquitectura americanas.
HISTORIA
En el Quito prehispánico los actuales
terrenos de la Iglesia y Convento de San
Francisco fueron ocupados por el palacio
real del Inca Huayna Cápac, ante el
avance de los ejércitos comandados por
los españoles desde el sur y la
imposibilidad de defender la ciudad el
general indígena Rumiñahui dispuso la
destrucción total de la misma. En el
incendio de la ciudad el palacio fue
destruido y sepultado bajo una enorme
cantidad de escombros y basura. Uno de
los soldados de Rumiñahui fue el
bisabuelo del indígena Cantuña, el cual
como testigo ocular de los sucesos tenía
pleno conocimiento de lo que se hallaba
enterrado en el lugar. La construcción de
la iglesia y convento de San Francisco
inició alrededor del año 1537, apenas tres
años después de la fundación española
de la ciudad, con la terminación de un
templo provisional que se mantuvo hasta
1550, cuando se inició la construcción del
edificio actual y que fue culminado hacia
1680. Aunque el edificio fue oficialmente
inaugurado en el año 1705.
Iglesia de San Francisco, meses antes del terremoto
de 1868 que haría venir sus torres abajo.
LOS TERRENOS
Con el apoyo de la congregación franciscana europea, los clérigos belgas fray Jodoco
Ricke y fray Pedro Gosseal, quienes llegaron a la ciudad dos años después de su fundación,
lograron adquirir unos terrenos al costado suroeste de la Plaza Mayor, en el mismo lugar
donde un día estuvieron los asientos militares de los jefes de las tropas
imperiales: Calicuchima y Quisquís. Es decir, el lugar tenía un enorme significado histórico
y estratégico para el pueblo indígena que los franciscanos deseaban evangelizar. La tesis
del lugar como centro de las culturas inca y caranqui se vio reforzada tras los estudios
arqueológicos realizados en el templo con motivo de su renovación, entre 1983 y 1990, en
los que se encontraron piezas de cerámica importantes, pertenecientes a aquellas culturas
prehispánicas bajo la nave, los claustros, la huerta, el atrio y la plaza.
El Cabildo de recién creada villa de San Francisco de Quito, en virtud del ordenamiento
físico de la ciudad, en principio señaló a los franciscanos un área de terreno que equivalía a
dos manzanas, cada una de 220 pies de longitud. Sin embargo en 1538, tras adjudicaciones
sucesivas del mismo Cabildo, alcanzó una superficie de más de tres hectáreas. En 1533,
sus límites, tanto al norte como al sur, coincidían con los de la Plaza de San Francisco, con
lo que el solar quedaba frente con frente a la Plaza, sin excederse a ninguno de sus
costados.
Cuando en 1537 fray Jodoco Ricke solicitó al Cabildo la entrega, por un lado, de unas tierras
para los indios yanaconas que servían al Convento y, por otro lado, un pedazo más de tierra
para éste, que se deduce que iba desde el coristado hasta la actual calle Imbabura. En 1538
el solar se extendió hacia el norte; es decir, desde el Claustro Principal hasta las actuales
dependencias de la Policía; en esta ocasión, fray Pedro Gosseal solicitó a los señores del
Cabildo le hagan merced de un pedazo de tierra para huerta para metello en la casa de san
francisco porque haze un giron la tierra e porque vaya derecho. Una calle de oriente a
occidente, que conservaba el ritmo de la cuadrícula de damero y prolongación de la
actual calle Sucre, dividía el Convento de la huerta; esta calle debió haberse cerrado
definitivamente a mediados del siglo XVII, a propósito de la construcción de los dos Claustros
contiguos al Principal.
El Atrio, que fue el que sin dejar de cumplir funciones urbanas, tuvo características mucho
más sagradas que la plaza. Éste, al menos durante los siglos XVI y XVII, fue lugar de
enterramiento del común del pueblo. Este espacio está precedido por una escalera mitad
cóncava y mitad convexa, inspirada en un diseño de Bramante según unos y
de Bernini según otros.
La iglesia y capillas, que eran lugares propiamente sagrados.
Conclusión:
La iglesia de san francisco de Quito es uno de los hitos históricos de la ciudad como
recuerdo latente de nuestra historia al igual que la historia propia de la raza indígena que
tuvo gran participación en esta gran construcción.
El conjunto de la Iglesia y Convento de San Francisco, está situado en medio del centro
histórico de la ciudad de Quito, frente a la plaza del mismo nombre. La imponente estructura
ostenta el privilegio de ser el conjunto arquitectónico de mayor dimensión dentro de los
centros históricos de toda América, y por ello es conocido como "el Escorial del Nuevo
Mundo".
San Francisco es, además, una joya de la arquitectura continental por su amalgama de
diferentes estilos armoniosamente combinados a lo largo de sus más de 150 años de
construcción; misma que inició alrededor del año 1537, apenas tres años después de la
fundación española de la ciudad, con la terminación de un templo provisional que se
mantuvo hasta 1550, cuando se inició la construcción del edificio actual y que fue culminado
hacia 1680. Aunque el edificio fue oficialmente inaugurado en el año 1705.
Sobre sus tres hectáreas y media de superficie se han construido trece claustros (seis de
ellos de gran magnitud), tres templos, un gran Atrio; en suma, aproximadamente cuarenta
mil metros cuadrados de edificación. Allí se desarrollan múltiples actividades en la
actualidad: las conventuales y religiosas, de atención pública en las áreas de salud, de
comunicación, educativas y otras de corte popular que mantienen vivo al edificio.
San Francisco atesora entre sus paredes más de 3.500 obras de arte colonial, de múltiples
manifestaciones artísticas y variadas técnicas, especialmente aquellas correspondientes a
la famosa Escuela Quiteña de arte, que nació precisamente en este lugar. Completa esta
riqueza cultural la magnífica biblioteca franciscana, descrita en el siglo XVII como la mejor
del Virreinato del Perú.
Al conjunto le precede una gran plaza homónima, asentada en el escenario urbano más
representativo de la ciudad: durante años la abasteció de agua de su fuente central; ha
funcionado como mercado popular, como espacio de concentraciones militares y políticas,
y como lugar de encuentro y recreación sociales.
Bibliografía