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El flujo inferior, que va de las familias a las empresas, comprende los servicios productivos o
factores de producción que las primeras suministran a las segundas y que son
indispensables para la producción. El flujo superior que va de las empresas a las familias
está constituido por las mercancías y servicios de consumo que las primeras entregan a las
segundas para que satisfagan sus necesidades de consumo. Este flujo real puede ser
sintetizado del siguiente modo: las empresas emplean a los factores de producción que
ofrecen las familias, y a cambio de sus servicios les pagan en especie, en forma de bienes
de consumo.
Este esquema o modelo que sólo incluye los flujos reales presenta demasiadas
simplificaciones, supone una economía cerrada (sin intercambios con el exterior) y sin sector
público, supone además que toda la producción de las empresas se dirige hacia las familias.
Aquí las familias representan aquél extremo que tiene como función consumir dicha
producción. La realidad es más complicada, ya que una parte de la producción son bienes
de capital cuyos usuarios son las mismas empresas. El flujo real está pues constituido por la
oferta de servicios productivos, que va al mercado de factores, y por la oferta de bienes
(mercancías y servicios), que va a los mercados de bienes de consumo y de capital.
A medida que la economía se desarrolla, y la división del trabajo aumenta, los intercambios
ya no pueden seguir siendo bilaterales; se vuelven multilaterales y exigen la intervención de
un medio que facilite los intercambios, que evite la doble coincidencia de necesidades y
sirva de intermediario: el dinero.
Dicho brevemente, el dinero facilita los intercambios porque cumple tres funciones
principales: 1) es un instrumento que sirve para medir el valor de los diferentes bienes; 2) es
un medio de pago aceptado por toda la comunidad; 3) puede desempeñar el papel de
reserva de valor (como nuestras compras no se realizan rápida y simultáneamente a medida
que se van percibiendo los ingresos, estos son ahorrados o conservados como saldos con
miras a una utilización posterior.)
El flujo nominal está constituido por los ingresos monetarios (salarios, rentas, intereses y
beneficios) que reciben las familias a cambio de los servicios productivos que prestan a las
empresas. Esta suma es posteriormente gastada por los hogares en la compra de bienes de
consumo y por las empresas en la compra de bienes de capital.
Los flujos reales, que aparecen bajo la forma de las flechas más oscuras, figuran en la parte
más externa del diagrama, y los flujos monetarios están indicados por las flechas más claras
e interiores. Ahora podemos destacar cuatro flujos que constituyen el esquema circulatorio
simple:
- Flujos reales: a) El flujo que representa los servicios productivos vendidos por las familias a
las empresas (factores de producción). b) El flujo que corresponde al valor total de los
bienes finales producidos denominado Producto (Producto Bruto Interno o PBI acf)2,
constituido por la oferta de bienes de consumo y de capital.
- Flujos nominales o monetarios: a) Ingreso (Y), es el flujo constituido por el valor total de los
ingresos percibidos por los propietarios de factores en retribución al aporte de sus servicios
productivos; b) El valor total de los gastos de los hogares y empresas en la adquisición de
bienes de consumo y de capital (Inversión), este flujo es Gasto final o Demanda final (D).
Aquéllos gastan el Ingreso (Y) para comprar el Producto Bruto Interno (PBI).
Como se sabe los grandes agregados económicos que figuran en este circuito simplificado
(PBI, Y, D), que representa a una economía cerrada y sin sector público, no son
dimensiones económicas cuyos montos difieran los unos de los otros. En realidad,
representan el mismo flujo circular observado desde tres puntos de vista diferentes: del
producto, del ingreso y del gasto. Podemos decir entonces que:
PBI = Y = D
Dicho de otro modo y siguiendo la dirección del flujo monetario, se trata de un mismo flujo
circular tomado en diferentes etapas de la circulación. Cuando sale del polo constituido por
las empresas, el flujo se llama Ingreso; al dirigirse hacia arriba el flujo nominal se trasforma
en Gasto; finalmente, cuando el flujo Gasto penetra en el polo de las empresas, representa
exactamente contrapartida monetaria del Producto (PBI).
Al analizar el esquema circulatorio descubrimos que hay una total interdependencia entre
estos cuatro flujos. Observamos además que para que el modelo esté equilibrado y que el
circuito cierre con exactitud, debe existir una vía a través de la cual se canalice el ahorro de
las familias hacia la inversión.
2 PBI acf es el Producto Bruto Interno a costo de factores, es igual al valor de la remuneración pagada a los
factores, no incluye impuestos indirectos netos de subsidios, porque en este esquema no se incluye al sector
público ni al sector externo.
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económica nos muestra que una parte de los ingresos no es destinada al consumo presente
sino que se ahorra para hacer frente a un mayor consumo futuro. Por esto el ahorro puede
definirse como una abstención al consumo presente. Si tomamos en cuenta el fenómeno del
ahorro (S), la identidad anterior queda modificada del siguiente modo:
Y=C+S
Es decir, para que el esquema circulatorio cierre y todo lo que se produce en el país sea
comprado, el ahorro debe ser igual a la inversión. Quienes permiten que se concrete esta
igualdad son las instituciones del sistema financiero.
Otros préstamos a largo plazo son las obligaciones, que proveen una rentabilidad fija, y
permiten financiar a grandes empresas privadas y al sector público (bonos y letras del
tesoro). Otros inversores institucionales, en nuestro país, son los fondos comunes de
inversión, los fondos de pensión y las compañías de seguros.
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En el diagrama observamos que cuando se considera la posibilidad de que las familias no
gasten todo sus ingresos en consumo, y dediquen una parte de los mismos para satisfacer
necesidades futuras (para tener mayores ingresos, atender gastos imprevistos, etc.), es
posible que parte de este monto se atesore (se lo guarde en casa) y ya no esté disponible
para financiar la compra de máquinas, equipos, etc. Esto último significa que parte del
ingreso no vuelve al circuito bajo la forma de gasto, es decir el gasto final será insuficiente
para adquirir todo lo producido, la oferta será superior a la demanda y la economía en su
conjunto se deprimirá, reduciendo la producción y el empleo.3
También puede ocurrir que las familias inviertan directamente los ingresos provenientes de
sus recursos productivos (es muy común en las pequeñas y medianas empresas). También
constituyen inversiones directas en empresas aquellas que proceden de los beneficios no
distribuidos de las sociedades, que en vez de distribuirle como dividendos se destinan a la
reposición o ampliación del capital existente.
Vemos que el Banco Central debe tomar medidas para asegurar que el sistema financiero
fomente el ahorro, sin el cual no habría crédito, ni inversiones ni crecimiento económico.
Para esto el sistema financiero debe funcionar eficietemente, con bajos costos de
intermediación, para no desalentar ni el ahorro ni la inversión. Por último debe asegurarse
que el ahorro, siendo un bien escaso, se distribuya de manera que garantice financiación
suficiente a sectores susceptibles de crear más riqueza, más empleos, o que gocen de
alguna prioridad social.
Si el Banco Central cumple con estos objetivos, la elevación de las tasas de ahorro e
inversión permitirán una rápida acumulación de capital, que elevarán la productividad y los
niveles de ingreso, lo que a su vez permitirá elevar aún más los niveles de ahorro e
inversión.
3En el diagrama estos flujos financieros figuran en la parte central, y para no complicar su interpretación sólo se
han representado las corrientes monetarias, que procediendo del ahorro se dirigen a la inversión, eliminando sus
contrapartidas físicas (acciones, certificados de depósitos, etc.)
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servicios) para pagar los factores de la producción4. El gobierno que recibe ingresos
derivados de los impuestos los utiliza para pagar el gasto público (consumo e inversión
pública) y, si gasta más de lo que recibe, obtiene préstamos en los mercados financieros
para cubrir su déficit. Nótese que cuanto mayor sea el déficit fiscal menos ahorro privado
quedará para financiar la inversión privada. Por otro lado, si el gobierno aumenta los
impuestos reducirá el ingreso disponible de los particulares y probablemente reduzca tanto
el consumo como el ahorro privado.
En este esquema hay varias simplificaciones, entre ellas no figuran las transferencias a
particulares (asistencia social, pago a jubilados y pensionados, subsidios, etc.) que son lo
opuesto a los impuestos y tienen el efecto de aumentan el ingreso disponible. Por esta
razón, si el gasto público es igual a los impuestos menos las transferencias, entonces el
Estado tiene un presupuesto equilibrado; de lo contrario incurrirá en déficit y se verá
obligado a endeudarse vendiendo títulos públicos (bonos y letras del tesoro) en el mercado
financiero. También puede pedir adelantos transitorios al Banco Central (y así no presionar
con su demanda de crédito al mercado financiero) o endeudarse en el exterior (se omitieron
estos flujos para no complicar la exposición).
4 Para simplificar suponemos que todos los impuestos son pagados en última instancia por las familias por eso
en el esquema no figuran los impuestos que pagan las empresas.
5 La Demanda Global en una economía abierta está formada por el consumo (C), la inversión (I) y las
servicios (M): PBI +M. De este modo PBI = C + I + (X-M), donde X-M es el saldo en la Cuenta Corriente del
Balance de pagos. Si X-M > 0 significa que el país está financiando al exterior; si X-M < 0 hay un déficit en la
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A estos flujos reales de entradas y salidas de bienes y servicios, se contraponen sus
respectivos pagos o flujos nominales. Estos flujos monetarios son:
- a) Salidas de divisas (moneda extranjera) para pagar: las importaciones de bienes y
servicios, los intereses y beneficios adeudados, el envío de transferencias corrientes. (A
esta demanda de divisas llamaremos Z1)
- b) Entradas de divisas que proceden del cobro de las exportaciones de bienes y servicios,
intereses y beneficios ganados, y el ingreso de transferencias corrientes. (A esta oferta de
divisas llamaremos Z2)
Cuenta Corriente, esto significa que el país está recurriendo a ahorros del exterior para financiar su exceso de
gastos, se está endeudando con el exterior.
7 Siendo el saldo de la Cuenta Corriente del balance de pagos Z1 + Z2 y el saldo de la Cuenta Capital y
Financiera Q1 + Q2, entonces el resultado del Balance de Pagos será la Variación de Reservas Internacionales:
(BP). = (Z1 + Z2) + Q1 + Q2. Como se ve la oferta y demanda de divisas deben estar en equilibrio, de lo
contrario cualquier diferencia entre ellas da lugar a una presión obre el tipo de cambio.
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LOS MERCADOS CAMBIARIOS Y EL TIPO DE CAMBIO
Es normal que en las operaciones económicas realizadas dentro de las fronteras de un país
la gente utilice, para efectuar sus pagos y cobros, la moneda que posee curso legal en el
mismo. Pero, cuando las transacciones son efectuadas por personas que no conviven en un
mismo país la cosa se complica ya que, en este caso, para poder determinar los precios a
los cuales se realizarán los intercambios hay que convenir, previamente, la relación
cuantitativa existente entre las respectivas monedas nacionales y dicho objetivo se cumple
en los denominados mercados de divisas o mercados cambiarios.
Precisamente, es en dichos ámbitos donde es posible comprar y vender las monedas de
diferentes países y en ellos se determina el tipo o tasa de cambio8, es decir el precio en
moneda nacional de una unidad de moneda extranjera9, el cual tiene una singular
importancia para cualquier economía ya que su nivel influye tanto sobre el volumen de la
actividad productiva interna como en la cuantía que puede llegar a alcanzar, por ejemplo, el
comercio internacional.
En los mercados cambiarios la demanda de divisas está generada por las personas que
necesitan la moneda extranjera para el financiamiento de diversos objetivos como pueden
ser los casos de la importación de mercancías y servicios reales, los gastos realizados por
los residentes nacionales en sus viajes turísticos al exterior, los pagos por servicios de
factores productivos del resto del mundo, los préstamos a residentes extranjeros y,
finalmente, para las inversiones directas que se efectúan fuera de las fronteras.
Por su parte, la oferta de divisas está constituida, especialmente, por las ventas de
moneda extranjera que realizan los exportadores de mercancías y servicios reales, los
ingresos resultantes de los gastos de los turistas extranjeros, los cobros por servicios de
factores productivos prestados al resto del mundo y por la incorporación de capitales desde
el exterior ya sea en concepto de préstamos o de inversiones directas.
8En todo el artículo serán utilizados como sinónimos las expresiones “tasa de cambio” y “tipo de cambio”.
9La metodología para establecer la tasa de cambio varía entre los diferentes países, por ejemplo en la Argentina
expresan la cantidad de moneda nacional que se debe entregar a cambio de una unidad de moneda extranjera
mientras que en otros lugares del mundo se considera la cantidad de moneda extranjera que puede comprarse
con una unidad de la moneda nacional.
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Por último, es de fundamental importancia considerar que, tanto por el lado de la demanda
como de la oferta, hay que incluir a los especuladores, que pretenden obtener ganancias
mediante la mera compra y venta de divisas, y a las autoridades monetarias del país que
intervienen en función del cumplimiento de los objetivos de la política económica.
En todos los países se establecen un conjunto de reglas que rigen el funcionamiento de los
mercados cambiarios y determinan el papel que deben desempeñar las autoridades
monetarias nacionales y la mayor o menor libertad con la que los particulares pueden
participar de las transacciones que se efectúan en los mismos.
Desde el punto de vista teórico, los sistemas que pueden ser utilizados para la
determinación del tipo de cambio son tres, los de tipo de cambio fijo, los de tipo de
cambio flexible y el control de cambios. En los dos primeros no se aplican limitaciones a
las transacciones con divisas mientras que, en el tercero la participación se encuentra
restringida al cumplimiento del conjunto de las reglamentaciones establecidas por el estado.
En realidad los tres sistemas representan situaciones extremas por lo que, en la práctica es
posible observar una gran variedad de posiciones intermedias como son los casos del tipo
de cambio ajustable, el tipo de cambio que se devalúa en forma gradual, las bandas de
flotación, la flotación controlada, etc.
En la última parte del Siglo XIX y hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial, este
sistema adoptó la forma del denominado patrón oro internacional y, durante la vigencia del
mismo cada país procedió a ligar su moneda nacional al metal precioso comprometiéndose
a mantener la convertibilidad de la misma ya que las autoridades monetarias se obligaban
a comprar o vender el oro sin limitaciones a un precio fijo en términos de la moneda
doméstica y también a permitir su importación y exportación sin imponer ningún tipo de
restricción.
La característica básica del sistema de control de cambios consiste en que están prohibidas
las transacciones con divisas entre particulares, ya que existe un organismo oficial que está
encargado de la administración del mercado cambiario al cual deben recurrir tanto las
personas que ingresan, por cualquier motivo, divisas al país para entregárselas a cambio de
una suma equivalente de la moneda nacional, como las que las necesitan para realizar
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transacciones económicas internacionales para adquirirlas, por lo que siempre es necesario
contar con un conjunto de criterios destinados a la asignación de las normalmente escasas
divisas disponibles, es decir, debe reglamentarse la manera en que se deben liquidar las
sumas ingresadas y las condiciones que tienen que cumplirse para obtener las divisas que
se precisan.
Es común que sean utilizados como sinónimos los términos depreciación y devaluación por
un lado, y apreciación y revaluación por el otro, para mostrar la evolución del valor
internacional de una determinada moneda. Sin embargo, en cada caso nos referimos a
distintas situaciones aunque, en realidad, no se presenten significativas diferencias en las
consecuencias económicas de las mismas.
Por otro lado, tiene lugar una devaluación cuando en un país que adopta el régimen de
tasas de cambio fijas o en el que existe control de cambios por una decisión de las
autoridades monetarias se produce un incremento en el precio oficial de las monedas
extranjeras, en este caso, los extranjeros tienen que pagar menos por la moneda devaluada
mientras que los residentes del país que devalúa pagan más para obtener la misma
cantidad de monedas extranjeras. La situación opuesta a una devaluación de la moneda de
un país se denomina revaluación, es decir cuando disminuye el precio de las monedas
extranjeras en términos de la moneda nacional.