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UNIDAD AJUSCO
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA
TESINA
Licenciada en Pedagogía
Presenta
Asesora
INTRODUCCIÓN 5
CAPÍTULO 1 9
LA FAMILIA COMO INSTITUCIÓN SOCIAL
CAPÍTULO 2 27
LA FAMILIA HOMOPARENTAL
CONCLUSIONES 59
BIBLIOGRAFÍA 62
INTRODUCCIÓN.
En nuestros días los modelos de familia distan mucho de la unidad nuclear tradicional,
de padres e hijos, que durante siglos se ha visto como un ideal social. Los movimientos
feministas y la industrialización del país fueron motivo de cambios diversos y, por
supuesto, la familia no quedó al margen.
Actualmente existen diversos tipos o modelos de familia, antes impensables; entre ellos
se encuentra la familia homoparental, producto de batallas sociales de la comunidad
lésbico-gay por obtener los mismos derechos que cualquier ciudadano, sin que prive su
preferencia sexual.
De acuerdo con Cadorett (2003: 15) “Si podemos tener varias figuras paternas, varias
figuras maternas (como en las familias de acogida), si el padre y la madre no viven
forzosamente juntos (como en el caso de los divorciados), ¿no cabe plantearse la
posibilidad de que exista algún otro tipo de vínculo de parentesco entre el hombre, la
5
mujer y el niño?”. Esto nos está indicando que la realidad nos marca que, en efecto,
existen otras posibilidades.
En este trabajo se plantearon algunas preguntas como: ¿En qué difiere la educación
que se les imparte a los niños de familias homoparentales? ¿Cuál es la estructura
familiar dentro de las familias homoparentales? ¿Por qué aun no hay aceptación dentro
de la sociedad hacia estas familias? Estas interrogantes encontrarán respuesta a
través de una metodología, para la cual recurrimos a la consulta de documentos
bibliográficos propios del tema. Daremos especial atención a la educación de los niños
desarrollados en el seno de familias homoparentales, gracias a los estudios realizados
en la materia.
Las reformas a los artículos 146, 237, 291 bis, 294, 391, y 724 del Código Civil para el
Distrito Federal hicieron posible, en nuestro país, el 21 de diciembre de 2009, que
homosexuales y lesbianas, independientemente de otras formas y métodos para tener
hijos, obtuvieran el derecho al matrimonio y a la adopción de manera legal. Por lo que
se refiere al matrimonio, el mismo documento asegura que se trata de una institución
social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros. Este lazo es reconocido
socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por los usos y costumbres.
Las reformas dejaron en claro que dos personas del mismo sexo pueden, mediante un
procedimiento civil, unir sus vidas como cualquier pareja heterosexual. Por su parte, la
comunidad lésbico-gay continúa su movimiento a través de la marcha del orgullo gay
que se lleva a cabo todos los años en diversos estados de la República Mexicana y
6
desde otras trincheras, como son las Organizaciones no Gubernamentales (ONG’s), a
fin de no detenerse en la búsqueda de igualdad de derechos respecto de los
heterosexuales.
En el capítulo tres se aborda a la familia homoparental y el por qué éstas desean tener
hijos. Asimismo se presentan algunas opiniones expertas sobre la familia homoparental,
la educación en la familia, la familia como primera institución educativa y la relación
que tiene ésta con la escuela.
Para terminar, se establecen las conclusiones que tratan de demostrar los principales
7
cuestionamientos que surgieron a lo largo del estudio. Finalmente, se presenta la
bibliografía, utilizada para el desarrollo de este.
Es de relevante importancia hacer mención que, así como la familia heterosexual tiene
derecho a tener hijos, la homoparental también. Esta conformación de familia formada
por dos hombres o dos mujeres está en todo su derecho de conformar una familia con
hijos. Todos los niños son nuestro presente y nuestro futuro, y depende de nosotros y
de lo que hagamos el día de hoy los resultados que obtendremos el día de mañana con
ellos.
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CAPITULO 1
LA FAMILIA COMO INSTITUCION SOCIAL
En la Grecia de esos tiempos la homosexualidad fue una práctica muy común, inclusive
se consideraba que los hombres que mantenían relaciones homosexuales gozaban de
un rango intelectual superior que aquellos cuyas relaciones se daban con el sexo
opuesto. Existieron muchos hombres importantes abiertamente homosexuales y la
sociedad Griega los consideraba dignos de admiración, puesto que eran hombres
cultos y sabios.
Sin embargo, no en todas las culturas la homosexualidad fue aceptada con tanta
admiración y respeto. En la cultura judeocristiana, el comportamiento homosexual ha
sido objeto, hasta nuestros días, de severas críticas al considerar que se trata de “…
un peligro para la sociedad, para las buenas costumbres y para la preservación de los
valores familiares” (Ardila, 1998: 15).
En México, durante los siglos XIX y XX, personalidades de las letras y las artes como
Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Elías Nandino o pintores como
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Roberto Montenegro, Manuel Rodríguez Lozano, Abraham Ángel, Alfonso Michel, entre
otros, tuvieron que ocultar su homosexualidad para evitar el señalamiento social.
No fue hasta la revolución que “…cesa el aislamiento cultural de México por un lado, y,
por otro, el impulso de la violencia hace concebible tal cúmulo de actitudes que, en el
ámbito cultural, una más no importa, para usar una expresión de la época: si ya lo sabe
Dios, que lo sepan los hombres. Y no sólo los gays aparecen, también las mujeres
liberadas, los ateos, los comunistas, los partidarios del amor libre, los y las bisexuales,
que ocupan los espacios de mínima tolerancia…” (Monsiváis, 2010: 54).
Como asegura Monsiváis (2010: 55), en México no fue sino hasta después del
movimiento revolucionario que las personas comenzaron a buscar “salir del clóset” y
dar a conocer su preferencia sexual y su ideología. No obstante, el periodo de revuelta
social no bastó para que la sociedad, con características patriarcales y machistas,
dejara de hacer blanco de agresiones, burlas o crímenes a la comunidad homosexual,
en busca de la igualdad de derechos como ciudadanos mexicanos. “Y si la ley no
prohíbe la homosexualidad consensuada entre adultos, la sociedad exige un altísimo
pago por la transgresión”.
1
LGBTTTI. Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Travestis, e Intersexuales.
2
UNAM. Universidad Nacional Autónoma de México
3
Letra S, Salud, Sexualidad y Sida. Suplemento del periódico La Jornada.
4
LGBT. Lesbianas, Gays, Bisexuales y transexuales.
10
lugares públicos (53%.3%), de estudio (16.7%) y el trabajo (11.6%)” (CONAPRED,
2010: 8)
Monsiváis (2010: 168) asegura que: “En el siglo XXI, la aceptación crece al desgastarse
la intolerancia en sociedades urbanas cada vez más al tanto de las divulgaciones
científicas. Ya no es fácil el triunfo de las experiencias y las actividades homofóbicas”.
Es un hecho que múltiples investigaciones sociales y científicas han demostrado que la
homosexualidad no es una enfermedad, se trata de una preferencia sexual diferente,
como existen otras.
Existen varias teorías acerca de las razones por las cuales una persona puede ser
homosexual. De acuerdo con Soriano (1999: 75-78), se dividen en biológicas y
psicológicas:
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Biológicas
Teoría genética.
Esta teoría postula que “… la homosexualidad en innata, su origen está en los genes,
siendo el factor responsable, principalmente, la presencia de determinadas
características asociadas al cromosoma X transmitido por la madre” (Soriano, 1999:
34).
Ardila (1998: 69) nos menciona al respecto que: “Investigaciones recientes indican que
existen factores genéticos, hormonales y neuroanatómicos que difieren en
homosexuales y heterosexuales, tanto en hombres como en mujeres.”
Teoría hormonal
Esta teoría le da más importancia a los niveles hormonales en hombre o mujeres y los
hace responsables de la homosexualidad. “Dado que todos, tanto hombres como
mujeres disponemos de hormonas sexuales masculinas y femeninas andrógenos y
estrógenos (…) la premisa básica de la que parte este estudio es que una
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descompensación en el nivel de hormonas causa la homosexualidad tanto en hombres
como en mujeres” (Soriano, 1999: 36)
Ardila (1998: 69) comenta al respecto lo siguiente: “Lo primero que se halló fue que los
niveles de testosterona no difieren en hombres homosexuales o heterosexuales…
Estudios controlados afirman que el cerebro en desarrollo se masculiniza por la
exposición a los andrógenos durante periodos críticos durante el desarrollo prenatal o
temprano en la vida posnatal; la ausencia de esa hormona en periodos claves con
frecuencia resulta en un cerebro feminizado.” Esto nos lleva a afirmar que si un cerebro
es feminizado, presentará conductas femeninas e incluso podrían tener un
funcionamiento femenino en el sentido que podría llevar a los hombres a establecer
conductas femeninas y atracción hacia los hombres.
De este mismo modo, en otros estudios se han encontrado que los homosexuales
presentan respuestas hacia la hormona luteinizante (HL), “Se afirma… que los
homosexuales tienen un hipotálamo femenino… las lesbianas por otra parte poseen
una respuesta masculina ante la HL.” (Ardila, 1998: 69).
Annicchiarico (2009: 433) nos menciona al respecto que: “…es probable que la
homosexualidad sea causada, en gran parte, por los cambios organizacionales
producidos por las hormonas sexuales; dicho de otra manera, la cantidad de hormonas
sexuales disponibles en el estado prenatal podría afectar la orientación sexual de un
individuo.”
De cualquier modo, son sólo las teorías las que nos llevan a la suposición de que la
homosexualidad puede ser generada a través del funcionamiento biológico de nuestro
cuerpo.
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Teoría Neuroanatómica
En esta teoría, un grupo de estudios afirmó que existe una diferencia en un área del
hipotálamo del cerebro tanto en hombres como en mujeres, “…los trabajos más
representativos de este planteamiento son los de LyVay (1991) neuropatólogo de la
Universidad de California, que tras comparar el hipotálamo de 19 hombres
homosexuales, 16 hombres heterosexuales, 6 mujeres cuya identidad sexual era
desconocida, afirmó que el tamaño de los núcleos intersticiales del hipotálamo anterior
(INAH- 3) en los hombres heterosexuales era más del doble que en las mujeres y en los
hombres homosexuales, mientras que entre estos dos últimos grupos no había
diferencias.” (Soriano, 1999: 37).
c) “La comisura anterior es un tracto de fibras que conecta los lóbulos temporales
de los dos hemisferios cerebrales y es más grande en homosexuales que en
heterosexuales.”
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En general, podemos afirmar que, ninguna de ellas ha comprobado que sus
argumentos puedan ser la razón por la que las personas sienten atracción sexual por
personas de su mismo sexo.
Psicológicas
De la misma forma que en las teorías anteriores, desde el punto de vista psicológico
existen varias teorías acerca del por qué de la homosexualidad. Asimismo, éstas
buscan darle una explicación.
Teoría psicoanalítica
Sería un proceso largo hablar de cada una de las etapas a las que Freud hace mención
y explicarlas con detenimiento para ampliar esta teoría. Debido a que éste no es el
objetivo del estudio, se menciona sólo lo que la teoría en general explica.
Al respecto, Ardila (1998) nos dice que la teoría psicoanalítica se refiere a una familia
en la que se producen homosexuales, es decir, que el padre tiene una actitud
indiferente u hostil y la madre es controladora o seductora.
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Teoría Conductual
Soriano (1999: 78) afirma que en esta teoría “…la sexualidad es al nacer un impulso
neutro que se va modelando a partir de diversas experiencias de aprendizaje. Por tanto,
la homosexualidad (…) es una cuestión de socialización mediatizada por experiencias
especificas de aprendizaje.” Ardila (1998) nos menciona al respecto que, en la teoría
conductual, los niños aprenden a ser homosexuales debido a la gratificación que
reciben cuando presentan estas conductas.
Según Ardila (1998) los homosexuales pasan por varias etapas de desarrollo
psicológico, las cuales son:
b) Etapa de identificación: es aquella en la que los niños se dan cuenta de que son
diferentes, pero no se aceptan de esta forma.
c) Etapa de asumir una identidad: esta ocurre cuando comienza la adultez, es decir,
en ésta ya se han asumido como homosexuales y comienzan a relacionarse con
personas de su misma orientación sexual, lo que los lleva al establecimiento de
relaciones sociales.
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e) Etapa de consolidación: el homosexual se acepta tal y como es y siente respeto
y cariño por sí mismo.
Además de estas teorías, existen los que llaman “homosexuales circunstanciales” que
son aquellos que han tenido alguna relación de tipo sentimental o sexual con alguna
persona de su mismo sexo. Esto se da en ocasiones particulares, como puede ser en
una cárcel, en el ejército, o en algunos seminarios religiosos, entre otros.
A través de estos estudios, nos damos cuenta de que existe una gran variedad de
investigaciones donde se afirma que la homosexualidad es ocasionada por diversas
razones. La realidad es que todas estas teorías, si bien han aportado valiosos
resultados, aun falta mucho por hacer al respecto. Lo único que podemos enfatizar es
que la homosexualidad existe en nuestra sociedad, así como en muchas otras. Así
mismo, los “homosexuales de closet”5, como se les llama a aquellos que aún no han
expresado abiertamente su sexualidad, esto debido a la ideología y a la discriminación
de la que este grupo aún es víctima.
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Diversos estudios afirman que aun siguen existiendo “homosexuales de closet”. Estas son aquellas personas
homosexuales que no se han identificado como tales, es decir, que su homosexualidad sigue estando oculta ya
que no han expresado su sexualidad abiertamente.
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1.3 Una mirada hacia la familia
De acuerdo con los expertos, es difícil establecer el momento histórico en el que nace
la familia como la entendemos actualmente “…siguen siendo oscuros, tanto los
orígenes de la familia como las etapas que ha atravesado en el curso de su desarrollo
hasta llegar a la actual multiplicidad de formas.” (Nanda, 1998: 5). Sin embargo, este
autor asegura que una forma de familia pudo tener lugar al momento en que los seres
humanos se organizaron en grupos de cazadores nómadas. En ellos destacaba la
figura de un hombre a cargo de otros cazadores, que también tenía bajo su mando a
mujeres recolectoras de alimentos, ellas a su vez, mantenían la especie mediante la
procreación. “Esta simple organización familiar debió de servir como punto de partida
para el desarrollo de todas las formas familiares posteriores…” (Nanda, 1998: 5). De
acuerdo a este autor, podemos considerar que la familia surge como una necesidad de
organización y supervivencia del ser humano. Si bien en esos tiempos remotos
ignoramos si la denominación del grupo era precisamente el de familia como tal, lo que
sí podemos constatar, a través de la historia, es su evolución.
Es sin duda un hecho que la estructura familiar se ha modificado con el tiempo. “No ha
habido un solo tipo de evolución de la familia, sino una serie de evoluciones locales que
han seguido caminos diferentes para alcanzar objetivos también diferentes” (Nanda,
1998: 8). Si bien es difícil conocer con exactitud cuáles fueron las formas, podemos
tener certeza del resultado de esa evolución que concluye en lo que vivimos
actualmente como familia nuclear, con matices distintos según la ideología y/o religión
de cada cultura.
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Cada país ha establecido sus propias normas para el buen funcionamiento de la
institución familiar con el fin de armonizar las relaciones sociales y evitar, entre otros, la
exclusión de los individuos que la integran. Una herramienta importante para alcanzar
ese objetivo son los valores, como: honestidad, responsabilidad, lealtad, entre otros.
Para algunos es un “… conjunto interiorizado de principios nacidos de experiencias
analizadas en función de su moralidad.” (Buxarrais y Zeledón, 2004: 65).
Buxarrais y Zeledón (2004: 67) mencionan que “…los valores dan identidad a una
familia y sólo es posible definir, con propiedad, la identidad de una familia a partir de
sus valores invisibles”. Este conjunto de valores forman parte de la educación de los
hijos en el núcleo familiar y, de cara al futuro, representa para ellos una herencia, que
en el mejor de los casos se espera transmitan a su descendencia llegado el momento.
En palabras del autor, los padres “…educan a partir de su modelo educativo, manifiesto
o implícito, que se hace presente en la cotidianidad de la vida familiar” (Buxarrais y
Zeledón, 2004: 72).
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Esteinou (2010:2) lo explica de la siguiente forma “… se está en un periodo de
transición en el que los jóvenes piden mayor libertad y los padres no la aceptan del
todo, se suscita un choque y se crean tensiones que incluso pueden desembocar en la
violencia”
Así, entendemos que los nuevos tiempos exigen cambios en la estructura familiar
basada en la procreación y educación de los hijos a partir de la pareja heterosexual.
b) Se desarrolla en una serie de etapas marcadas por crisis que la obligan a modificar
su estructura, sin perder por ello su identidad.
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Familias extensas. “…están constituidas por la troncal o múltiple (la de los
padres y la de los hijos en convivencia), más la colateral. Este tipo de familias se
presenta debido a factores como los sistemas de herencia y sucesión…”
(Eguiluz, 2003: 21), es decir, son aquellas que están compuestas por familiares
diferentes a los padres y los hijos, en ocasiones pueden formarse debido a una
economía precaria, por lo que los padres albergan en una misma casa a los hijos
ya casados con sus parejas y sus hijos dependientes. En estas familias se
observa que las relaciones de parentesco forman una parte muy importante en la
vida de todos sus miembros debido a que la solidaridad entre ellos es
fundamental para su funcionamiento.
Familias nucleares. Estas son lo contrario a las familias extensas, son “el modelo
estereotipado de la familia tradicional, que implica la presencia de un hombre y
de una mujer unidos en matrimonio, más los hijos tenidos en común, todos
viviendo bajo el mismo techo” (Eguiluz, 2003: 20). El autor nos indica así, que se
trata del modelo tradicional por excelencia, donde los padres y los hijos
conforman de manera exclusiva el hogar.
Familias de padres divorciados. Son aquellas donde los hijos quedan bajo la
custodia de uno de los padres por decisión de un juez, luego de un divorcio. En
este caso, el padre o la madre que pierde la custodia de los hijos tiene derecho a
la convivencia con ellos, a fin de cubrir sus necesidades afectivas, pero también
tiene la responsabilidad de ver por su manutención.
21
Familia monoparental. Este tipo de familia tiene lugar cuando uno sólo de los
padres está a cargo de los hijos a consecuencia de un divorcio, una separación o
el deceso de su conyugue. Implica que el padre o la madre tiene la
responsabilidad total de sus hijos sin el apoyo moral o material de la otra parte.
Familias adoptivas. Cuando la pareja no puede tener hijos, por las razones que
sean, y decide adoptarlos, nace este modelo de familia. Según Eguiluz (2003:
28), éste es el caso en que “la pareja no puede tener un hijo y busca entonces
uno adoptivo.” Este punto se abordará con mayor amplitud posteriormente, es
decir, cuando se analice el tema sobre la adopción como recurso para que las
parejas homosexuales puedan formar una familia, tema central de este trabajo.
Esta ley es el antecedente más importante antes de que los legisladores dieran paso al
matrimonio entre personas del mismo sexo, en la tenaz búsqueda de la comunidad
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homosexual por obtener los mismos derechos que tiene todo ciudadano, sin anteponer
su identidad sexual.
En este sentido, Norandi (2010: 13) menciona que “…Antes las lesbianas y los
homosexuales éramos personas excluidas. No podíamos decir públicamente nuestra
orientación sexual y, con esa lógica, el hecho de vivir con tu pareja no significaba
formar una familia. El actual debate ha hecho que se repiense el concepto de familia y
se vea que ésta no es una institución natural. También que las sociedades son
dinámicas y que la familia es definida y redefinida de acuerdo al contexto”.
Con estas reformas y estableciendo como referencia la legislación del Distrito Federal,
“…se amplía la posibilidad de que los matrimonios sean celebrados entre personas del
mismo sexo (hombre-hombre o mujer-mujer); y se suprime como finalidad del
matrimonio el “‘procrear hijos de manera libre, responsable e informada’, lo cual ya
6
Partido de la Revolución Democrática.
7
Partido Acción Nacional.
8
Partido Revolucionario Institucional.
23
resultaba anacrónico, puesto que el matrimonio no necesariamente se celebra con
dicho propósito…” (Rodríguez, 2009).
Asimismo, la comunidad lésbico gay adquirió otras prerrogativas como “la adquisición
común de crédito bancario, de heredar bienes y el de incluir a la pareja en las pólizas
de seguro, entre otros derechos que no eran reconocidos…” (Bustillos, 2011: 20)
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Geografía e Informática (INEGI) o el Conapo9 rompan los límites de reconocimientos y
empiecen a contar también las familias homoparentales, que para ellos no existen”.
En América fue en Estados Unidos, en el año 2003, el país que marcó la pauta en
relación a los matrimonios homosexuales. A pesar de la complejidad de sus leyes
territoriales, no está legalizado en todos sus Estados, tal y como sucede en México. En
Canadá, en el año 2005 se permitió el matrimonio entre dos personas del mismo sexo,
México lo hizo hasta el año 2009. Es decir, México se ubica relativamente a la altura de
Norteamérica, siguiendo los pasos de naciones de primer mundo como Estados Unidos
y Canadá.
Si bien hablamos sólo del Distrito Federal, es necesario reiterar que las uniones gay
celebradas ante un juez son reconocidas en todo el país, tanto como los derechos que
el matrimonio les otorga. Es de esperarse que otros estados de México emulen la
decisión tomada en la capital del país, con el fin de tener leyes que den equidad a todos
sus ciudadanos.
Con respecto a los países que conforman la Unión Europea, España legalizó el
matrimonio homosexual con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005, no
sin el rechazo del grupo parlamentario “popular” que llevó la Ley del Matrimonio
Homosexual al Constitucional.
En tanto que el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en Sudáfrica
el 30 de Noviembre de 2006, cuando se promulgó la Ley de Uniones Civiles. El
siguiente país que hizo legal el matrimonio fue Noruega, el 1 de enero de 2009.
9
Consejo Nacional de Poblacion.
25
Posteriormente Portugal promulgó en el año 2010, con el gobierno de Aníbal Cavaco
da Silva, la ley sobre matrimonios homosexuales que entró en vigor en mayo de ese
año. Seguido de este país, Noruega los legalizó el 1° de enero de 2009 y cinco meses
después de que lo aprobara Noruega, le llegó el turno a Suecia.
Así ha sido la cronología de la legalización del matrimonio gay en algunos de los países
del mundo, es de esperarse que con el transcurrir del tiempo, algunos más se sumen a
la lista.
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CAPÍTULO 2
LA FAMILIA HOMOPARENTAL
La comunidad homosexual inició en México una verdadera lucha por la igualdad de sus
derechos ciudadanos a partir de la década de los 70, después de severas represiones
sociales, religiosas y de persecución policíaca, documentadas desde el tiempo de la
colonia en nuestro país.
Más tarde, en 1979 surgió la llamada “marcha del orgullo gay”, que a partir de esa fecha
y hasta nuestros días tiene lugar cada año. Este movimiento se amplió en los ochenta,
especialmente, a través de la literatura, el teatro, y la música; espacios aprovechados
por la comunidad gay para difundir en las artes su inconformidad y lograr, por otra
parte, cierta tolerancia y comprensión social.
De esta forma, hemos visto aparecer obras de notoriedad en el mundo intelectual, como
El vampiro de la colonia Roma, de Luis Zapata. Esta es una novela que relata, sin
10
Frente Homosexual de Acción Revolucionario
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prejuicios, la vida de un homosexual. Se trata, sin duda, de una de las obras literarias
más importantes en el mundo gay.
Otra obra importante es: Y sin embargo se mueve. Esta es una puesta en escena para
teatro del músico José Antonio Alcaráz. El estreno de esta obra tuvo lugar en la UNAM,
con gran éxito y aceptación, causando sorpresa debido al tratamiento abierto de la
homosexualidad, cuando ésta era totalmente rechazada, juzgada y muy mal vista en
México.
El salto fue sin duda vertiginoso en el derecho civil, sin embargo la comunidad lésbico
gay todavía siente que el camino por recorrer es largo, particularmente en materia
religiosa, donde el avance ha sido nulo para que la jerarquía católica les acepte y
respete.
Cabe subrayar que, si bien el matrimonio gay está sólo permitido y legislado en el
Distrito Federal, todos los estados de la República Mexicana se obligan a respetar estas
uniones y los derechos adquiridos.
28
2.2 Familia homoparental - familia heterosexual y sus dinámicas
Los roles son aquellas tareas o papeles que los miembros de una familia llevan a cabo.
“Es la expectativa que tiene un grupo social respecto a la conducta de una persona que
ocupa una posición” (Alcala, 2009: 4). Este autor señala 3 tipos de rol:
Conducta permitida: es aquella que sería ideal que fuera llevada a cabo pero no
es obligatoria, si no se realiza, las consecuencias no son graves, pero si es
llevada a cabo, los resultados serian mejores, como leer alrededor de 20 minutos
diarios con los hijos.
Tanto para las familias homoparentales como para las heterosexuales, estos roles son
aquellas conductas que se espera sean llevadas a cabo dentro del núcleo familiar. Los
roles forman parte de la organización y estructura de una familia, de ellos se derivan
también los límites en la conducta hacia la búsqueda de una convivencia sana y en
beneficio de todos los miembros de una familia.
29
Existen expectativas y reglas respecto a la conducta de cada uno.
Los roles están entrelazados, el rol de cada persona va a definir el de alguien
más, por ejemplo, madre e hijo.
Cada persona va a tener varios roles, por ejemplo el padre proveedor, quien
toma decisiones y es responsable de la familia.
Cada familia tiene roles particulares, intransferibles.
Los roles de las familias sólo tienen validez dentro de un contexto
sociocultural determinado y en un tiempo especifico.
De acuerdo con Alcala (2009), los roles determinan el funcionamiento ordenado en una
familia, donde se brindan los elementos esenciales para la integración de ésta y la
convivencia con otras familias, cuyos códigos de entendimiento serán muy parecidos.
Para ambos tipos de familias, esto es importante, pues la convivencia con otras familias
y la integración dentro de la propia se da a través de los roles que se llevan a cabo en
la dinámica de éstas.
30
Los roles permiten la satisfacción de las necesidades de los demás a través de las
propias, y es a través de ellos que los padres pueden inculcar en los hijos los valores
propios de cada familia.
Quintana (1993: 174) expone los roles básicos que la familia debe cumplir. Esto lo
establece de la siguiente manera:
Emotividad
Cariño
AFECTIVIDAD Sentimientos
Autocontrol de las pulsiones: celos,
Agresividad, etc.
Individuales
MODELOS DE Con los próximos
COMPORTAMIENTO
Y VALORES Sociales Con los extraños
Verbal
ESTIMULACIÓN Cognitiva
Cultural
Hábitos básicos
CUIDADOS
Organización personal
DOMÉSTICOS
Organización doméstica
31
En las familias tradicionales, los roles están bien definidos. Normalmente la madre es
quien se encarga del cuidado del hogar, es decir; su tarea principal es el cuidado de los
hijos y el trabajo doméstico. El hombre, por el contrario, juega un papel de proveedor a
través del trabajo remunerado y es quien toma las decisiones, sin que esto quiera decir
que el padre no tenga un rol preponderante en la vida afectiva del niño. “El rol paterno,
al igual que el materno, están influenciados en gran medida por la formación genérica,
debido a que los roles de género han colocado a cada uno de los sujetos dentro de
estructuras sociales y familiares especificas…” (Haces, 2006: 131). Los hijos, por su
parte, tienen por responsabilidad seguir las reglas establecidas por el padre y la madre
en el hogar.
No obstante, los roles tradicionales se han visto modificados al paso del tiempo “…en
buena medida por las transformaciones genéricas promovidas por el movimiento
feminista (Clare, 2000), el acceso de las mujeres a trabajos asalariados (Castells,
1997), la posibilidad de controlar la fecundidad, la mayor educación formal de las
mismas” (Haces, 2006: 132).
32
2.3 España, estudio sobre familias homoparentales
Lo que más nos interesa en este trabajo es la situación familiar y la educación de estos
niños como parte de familias homoparentales. Las familias estudiadas están formadas
por 25 niños, de los cuales 13 son mujeres y 12 son varones. La edad que se estableció
como límite fue de 16 años. En cuanto a las edades y al nivel educativo en el que se
encontraban los niños fue el siguiente:
Relación de pareja
De acuerdo con la investigación coordinada por González (2002: 543), la relación de
pareja en la familia homoparental muestra un bajo grado de conflicto. Las cifras
obtenidas en el estudio nos indican que la pareja homosexual tiene notable estabilidad
emocional y el amor es el sentimiento predominante en la relación.
33
Cabe mencionar “…que las madres estudiadas valoran su relación de pareja como
caracterizadas por altos grados de ‘amor’ y entre bajos y medios en ‘conflicto’,
dibujando así un perfil de relación que resultaba bastante deseable” (González, 2002:
543)
Organización de la familia
Respecto a la organización de la familia homoparental, González (2002) asegura que el
cuidado de los hijos, las tareas domésticas y la toma de decisiones, se llevan a cabo
en partes equitativas, como lo demuestran los resultados expuestos a continuación:
Grado de comunicación
Se refiere al nivel de comunicación que existe en las parejas estudiadas en relación con
sus hijos. Con base en las entrevistas, el resultado al que llegó el estudio fue que
“…padres y madres caracterizaron las relaciones con sus hijos o hijas en sus niveles
más altos, dado que la gran mayoría, el 81%, las describió como ‘muy comunicativas’,
un 13% como ‘bastante comunicativas’ y el 6% restante situó la relación en niveles
medios de comunicación” (González, 2002: 546).
34
Los entrevistados coincidieron en señalar que la comunicación al interior de su familia
es muy buena, lo que resulta en una buena relación e interacción entre padres e hijos,
que finalmente se traduce en lazos afectivos sólidos.
Sobre el grado de expresión de afecto en la familia “… 75% indicó que las relaciones
eran ‘muy afectuosas’, el 22% las calificó como ‘bastante afectuosas’ y sólo el 3% como
‘medianamente afectuosas’”. (González, 2002: 547).
Los porcentajes antes citados nos permiten subrayar que las relaciones entre los
miembros de una familia homoparental tienen un alto grado de afecto, porque es
voluntad de la pareja homosexual formar una familia. A diferencia de las familias
heterosexuales, donde se observan embarazos no deseados, matrimonios forzados
debido al mismo embarazo -por citar sólo algunos ejemplos-. En la pareja homosexual,
el acuerdo de tener a los hijos bajo su custodia es mutuo y totalmente libre,
característica que a largo plazo resultará benéfica para la educación y formación de sus
hijos.
Los resultados obtenidos en este rubro fueron: “… 19% describió estas relaciones como
‘nada conflictivas’, el 50% de la muestra consideraba que sus relaciones eran ‘poco
conflictivas’, y el 16% que eran ‘medianamente conflictivas’”. (González, 2002: 547).
35
Asimismo algunas familias estudiadas obtuvieron un mayor grado de conflicto, no
obstante resultaron en menor porcentaje. “…9% considera las relaciones con sus hijos /
hijas como “bastante conflictivas” y un 6% como “Muy conflictivas”. (González, 2002:
547).
Respecto a las relaciones que tienen con la sociedad, es importante resaltar que estas
familias cuentan con una “red social” relativamente amplia con la que mantienen
contacto cotidiano o semanal, según González (2002). Es importante hacer mención
que los niños de la muestra gozan de buena aceptación en el ámbito escolar. Esta
misma autora concluye que “… no se obtuvieron diferencias significativas en la
aceptación por parte de sus compañeros de clase” (González, 2002: 566).
Con respecto a los resultados de las pruebas que se les hicieron a los chicos y chicas,
los resultados fueron los siguientes:
Autoestima
Es importante enfatizar que los grupos con los que se hicieron las comparaciones,
fueron compañeros de clase del mismo sexo que de los niños de familias
homoparentales. Así como de familias heterosexuales, los resultados obtenidos son de
chicos de autoestima establecida en un polo positivo, es decir, la autoestima de los
hijos de familias homoparentales no establece una diferencia de aquéllos que son de
familias heterosexuales; ya que al tener una interacción adecuada con sus padres así
como una atención y comunicación significativa, el resultado se refleja en una
autoestima alta.
36
chicas” (González, 2002: 565) con respecto a las familias homoparentales y
heterosexuales.
Aspecto Académico
Estos son sólo algunos de los resultados que arrojó el estudio realizado por González
2002, tomamos para este trabajo particularmente aquellos enfocados a la educación,
tema de esta tesina.
37
Cómo es vista la familia homoparental, la voluntad de ser madres y el consecuente
amor hacia su hija son algunos de los valores que imprime su autora a este relato, y
que yo comparto ahora con ustedes. (Mujika, 2005).
Este verano en vacaciones, mientras jugábamos en los columpios con Afrika, nuestra
hija de 10 meses, se nos acercó una niña de unos 9 años y después de jugar un ratito
nos preguntó a ver si éramos amigas. Le respondimos que éramos pareja. Después
preguntó de quién de las dos era hija Afrika. Nosotras respondimos que de ambas. A
ella le sorprendió y nos comentó que no sabía que dos mujeres pudieran tener un hijo.
Al hilo de este comentario, desde el principio siempre nos han percibido a ambas –a
veces con cierta envidia- como igualmente partícipes y responsables del cuidado de
Afrika. Y así ha sido. Especialmente, desde que Nerea dejó de darle pecho a los 4
meses, Afrika acude a ambas indistintamente, independientemente de lo que quiera. O
mejor dicho, elige en ocasiones a una o a otra dependiendo de lo que busca. Es decir,
probablemente porque soy yo quien más veces le da de comer o le canta y cuenta
cuentos, me busca más a mí (Mummy) cuando tiene hambre o quiere consuelo, y,
38
acude más a Nerea (Ama) cuando quiere hacer travesuras, ya que es con ella con
quien comparte más horas de juego. Ésta es otra observación importante que echa por
tierra el tópico de que con la madre que te dio a luz existe un vínculo insuperable y en el
que a menudo parece que se escudan algunos padres para no ser un igual en
responsabilidad.
Es una de las cuestiones más importantes que nuestra experiencia nos ha enseñado.
Por lo demás, la mayor novedad que nos acompaña es ser de las primeras en hacer
una serie de cuestiones administrativas, tales como casarse, adoptar, cambiar el libro
de familia y, en ocasiones, encontrarse al funcionario de turno que no sabe muy bien
como rellenar los desfasadísimos formularios, por ejemplo. Lo bueno es que estas
cosas siempre van para adelante, y para los que vengan por detrás – y para un posible
hermanito de Afrika-, todo será cada vez más sencillo. Es ley de vida.
Nerea, Cristina y Afrika.
Este testimonio nos demuestra que la sociedad puede entender lo que una familia
homoparental implica, pero a pesar de los estudios que existen, no se ha dejado de
39
lado el prejuicio social que es aquel que lleva a la marginación de las familias
homoparentales y por tanto de la misma forma a su hijos.
Cierto es que se han realizado pocos estudios serios al respecto, no todas las familias
gay quieren ser objeto de laboratorio social, pero gracias a las lecturas para este
trabajo y a aquellos investigadores que se han invertido en el tema pudimos darnos
cuenta de que las parejas homosexuales tienen naturalmente un sentido paternal o
maternal, y son por supuesto capaces de cumplir con los roles familiares y la crianza de
los hijos.
Al respecto Mujika (2005: 7) nos hace mención de que “…el niño o la niña necesita a su
lado adultos que les quieran, les cuiden, protejan y atiendan sus necesidades. En este
sentido, y para los niños y las niñas, el debate social sobre si los padres y las madres
40
son heterosexuales, gays o lesbianas es irrelevante, es un debate que sólo importa a
los adultos y que se aleja de los verdaderos intereses de los niños y las niñas.”
41
en sus relaciones sociales y en la escuela. Pudimos apreciar que los roles que se llevan
a cabo en ella, son los mismos que se dan en una familia heterosexual, con la
excepción marcada en cuanto a la diversidad, en la que los hijos de padres
homosexuales tienen más información, lo que coadyuva en sus valores personales
como la tolerancia, la no discriminación y la igualdad de derechos, entre otros. Los
valores, la educación formal y el aseguramiento económico, resulta para las familias
homoparentales tan importante como para las heterosexuales.
42
CAPÍTULO 3
LA EDUCACIÓN Y EL DESARROLLO DE LOS HIJOS DE PADRES
HOMOPARENTALES
Según Cadoret (2003), existe una gran variedad de métodos para que estas familias
puedan tener hijos:
43
Formación familiar mixta: Es aquella en la que la familia heterosexual procrea un
hijo y al separarse una de las partes forma una nueva unión con una pareja de
su mismo sexo. Cabe mencionar que en esta familia el hijo es de la primera
pareja, proviene de una relación heterosexual y compartirá sólo una parte de su
relación con la nueva pareja de su padre o madre, puesto que el pequeño tendrá
un padre y una madre progenitoras y la nueva pareja será sólo una nueva figura
materna o paterna, según sea el caso.
Adopción: esta es la manera más común de tener hijos para las familias
homoparentales. Las condiciones o restricciones para la adopción dependen
mucho del país o estado en el que la pareja pretenda adoptar a un pequeño. En
México son otros factores los que influyen, como la estabilidad emocional y
económica de la pareja, antes que su preferencia sexual; esto tras el
reconocimiento en el Distrito Federal del derecho a la adopción por parte de
matrimonios constituidos por dos personas de un mismo sexo.
44
madre capaz de prestar su vientre para el desarrollo del embrión así como uno
de sus óvulos. En la mayoría de los casos son los mismos hombres los que
proporcionan el esperma y sólo buscan un óvulo para la procreación.
Es importante hacer mención que no todas necesariamente las parejas gay quieren
tener hijos, algunos de ellos sólo buscan la unión con una pareja de su mismo sexo sin
que ello signifique la reproducción o, en su caso, la adopción.
45
vivir de manera estable muchos años, pero, al no tener el matrimonio como un derecho,
viven socialmente marginados con respecto al resto de la sociedad que sí tiene ese
derecho, tanto como el de formar una familia. En este apartado, haremos una breve
recopilación de las opiniones de varios expertos en el tema. A partir de estas
reflexiones, podremos ver distintos puntos de vista sobre la maternidad y la paternidad
homosexuales.
Para este autor, la paternidad homosexual es siempre una mejor opción que para el
niño que habita en un albergue sin el cuidado, atenciones y amor de una familia.
“…hablamos de niños que tienen ya la desgracia de no ser criados por sus padres. La
opción entre vivir en una institución o ser adoptados por adultos que les quieran, no
ofrece duda.” (Linaza, 2005: 13). Es evidente que una institución proporcionará al
menor el recurso material para sobrevivir, pero la cuestión afectiva queda a un lado, y
en el mejor de los casos, como un acto voluntario del personal que labora en esos
lugares.
46
incluso algo fuera de la norma, ésta que inicia y acaba para esos grupos en la pareja
heterosexual. “Una vez asentado el derecho al matrimonio de las personas gays y
lesbianas, restringir por esa condición el acceso a la adopción, supondría generar una
situación de agravio…habría limitado o condicionado el tan reivindicado superior interés
del menor, dejando a muchos de ellos sin la cobertura legal a la que tienen derecho.”
(Bao, 2005: 14). Independientemente de los derechos adquiridos, el funcionario señala
aquí de manera clara que la diversidad sexual no es una excepción a la regla.
Los niños que adoptan “…tienen derecho a esperar de los servicios de protección que
tratemos y hagamos lo posible para ‘garantizárselo’, no que proyectemos a sus futuros
padres o madres nuestros valores o pre-juicios morales.” (Bao, 2005: 15). Lo
importante, de acuerdo con esta reflexión, es que los niños resulten beneficiados con la
adopción, sin importar que sus padres sean homosexuales, del mismo modo que se
exige a una pareja heterosexual. En palabras de Bao (2005), lo fundamental es que el
menor sea acogido en una familia estable, que garantice el amor y cuidados necesarios
en la vida de un niño, tanto como su educación, alimentación y vestido; es decir, la
institución es garante de la elección de la familia óptima, no interesa si se trata de una
familia heteroparental u homoparental.
De igual manera, cabe destacar que “los estudios e investigaciones realizadas, siendo
cierto que su alcance y control científico parece mejorable, concluyen que no existen
diferencias significativas entre la situación de los niños criados en familias hetero u
homosexuales.” (Bao, 2005: 15). En este punto creemos oportuno tomar en cuenta la
47
opinión de María González (2005) de la Universidad de Sevilla, autora del estudio que
tratamos en el capítulo dos. De acuerdo con el estudio, investigaciones realizadas hasta
el 2005 en países como Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Francia, Holanda,
Canadá y España, indican que las familias homoparentales “…se comprometen con su
papel como padres o madres y pueden ser igualmente buenos conocedores del
desarrollo infantil y de cómo intervenir en él para potenciarlo.” (González, 2005: 16).
Podemos decir que la orientación sexual de una persona no es determinante en la
educación de un niño, así como se pueden dar ejemplos de heterosexuales que
conocen poco acerca del desarrollo infantil.
Las parejas homoparentales, del mismo modo que las heteroparentales, están
relacionadas con otras familias de la sociedad, “…que están compuestas por personas
homosexuales y heterosexuales, con hijos y sin ellos, así como por amistades y
familiares de quienes reciben el apoyo necesario para sus tareas parentales.”
(González, 2005: 18). No se trata pues de familias aisladas, tienen un círculo social que
48
les acepta, les estima y admira, lo que establece una red de apoyo importante en sus
deberes como padres o madres.
Cabe mencionar que los hijos de las familias homoparentales, según estudios
realizados “…muestran un desarrollo sano y armónico en las distintas dimensiones que
se han estudiado: autoestima, ajuste emocional y comportamental, identidad sexual y
genérica, competencia social, competencia académica, desarrollo moral e integración
social…” (González, 2005: 18), lo que las lleva a ser una opción de familia para los
pequeños que no la tienen.
Los estudios consultados para este trabajo sobre la familia homoparental coinciden en
señalar que “…no se ha encontrado que la orientación sexual de los progenitores sea
una variable que determine o comprometa el ajuste psicológico de hijos o hijas…”
(González, 2005: 17). La identidad sexual, según nuestra autora, depende de varios
factores, entre ellos de la dinámica familiar, el grado de conflicto y el afecto que se vive
de padres a hijos.
49
por padres lésbico-gay; al contrario, se destaca “…su grado de compromiso vital con
niños y niñas, su capacidad para generar vínculos estrechos y crear entornos cálidos y
estables” (González, 2005: 18).
50
fundamental al constituir el paso anterior del ingreso a la escuela, es decir, el niño ya va
equipado con un primer aprendizaje adquirido en el seno de su familia. Según
Fernández (2001, 7-8) la educación en la familia es importante por diversas razones y
se explica a través de tres aspectos: bilógico, psicológico y social.
Biológico
Psicológico
51
Sociológico
“El niño aprende a saber quién es a partir de su relación con sus padres -personas que
le quieren-. Nadie puede descubrirse a sí mismo si no hay un contexto de amor y de
valoración.” (Fernández, 2001: 8). La familia es aquella instancia a través de la cual el
niño forma su personalidad y aprende a socializarse hacia su integración en la
sociedad.
A través de estos tres aspectos, podemos entender la relevancia que tiene la familia en
cada uno de ellos, pues en esta se desarrolla la persona tanto en el aspecto biológico,
como en el psicológico y en el social. La familia es la primera instancia con la que un
ser humano tiene contacto, es en ella en la que se generan y fomentan las bases del
desarrollo de una persona. Si la familia es estable les proporcionará buenas bases a
sus hijos.
52
3.3.1 La educación en la familia homoparental
En capítulos anteriores hemos visto que no existe una diferencia significativa o que
implique algún problema en el desarrollo de los hijos criados en familias homosexuales,
en comparación a las familias heterosexuales. A efecto de abundar, tomamos aquí un
estudio realizado por Ceballos (2009), en el cual se analizaron cuatro familias
homoparentales, dos de hombres y dos de mujeres. Aquí sus conclusiones.
En este punto podemos abordar el tema del respeto y la tolerancia, “… como padres
gay y madres lesbianas intentan enfatizar en la educación de sus hijos e hijas en
valores concretos y específicos…” (Ceballos, 2005: 7). Para los padres homosexuales,
el serlo, ha marcado su vida. Sería atrevido arriesgarnos a decir en qué sentido –
positivo o negativo-, pero no cabe duda que sus propias vivencias son de enorme
influencia para la educación que les inculcan a sus hijos.
El estudio de González (2002), subraya al respecto que los limites y restricciones que
se les establecen a los hijos dentro de las familias homoparentales, se encuentra entre
las familias “flexibles”, que son aquellas que pueden modificar las normas que les
establecen a sus hijos frecuentemente, y las familias “estructuradas”, que son aquellas
que difícilmente ceden a la modificación de sus normas. Las familias homoparentales
53
son “…familias con liderazgo democrático, roles y responsabilidades estables en el
hogar, aunque modificables para adaptarse a situaciones concretas reglas
predecibles… y una toma consensuada de decisiones” (González, 2002: 551), es decir,
son familias en las que existe la comunicación necesaria para establecer normas de
manera democrática al llegar a acuerdos con los hijos, pero de la misma forma se
entiende que estas familias son capaces de modificar sus normas y limites.
Por otro lado, las parejas homosexuales que tienen a su cargo la educación de sus
hijos, se catalogan como “modernas” o “actualizadas” “… lo que no debe sorprender,
dado que la muestra estudiada estaba integrada de modo mayoritario por padres y
madres de estudios universitarios, entre quienes es más probable encontrar este tipo de
ideas” (González, 2002: 569). Esto demuestra que la educación que estas parejas
brindan a sus hijos está apuntalada por una formación educativa de alto nivel, la
mayoría profesionistas y con sobrado interés por aprender acerca del desarrollo infantil
en ese intento por llevar a cabo una tarea que la sociedad no les brindó, primero como
un derecho y, en segundo, como parte de su naturaleza (maternidad-paternidad) al
margen de su preferencia sexual.
Si bien las parejas homosexuales que deciden tener hijos cuentan con un alto grado de
estudios, también influye el hecho de que por voluntad desean ser padres y se preparan
para ello “…al tiempo de que hace más probable un tipo de interacciones educativas
cotidianas que alientan el desarrollo” (González, 2002: 569). Según los resultados de
este estudio, se concluyó que las parejas contempladas en la muestra están
caracterizadas por preferir prácticas educativas basadas en la comunicación y el
afecto, la exigencia de las responsabilidades y disciplina razonadas. Según González
(2002: 569), este modelo de educación es conocido como ‘democrático’ el cual está
asociado a los resultados educativos más deseables: “chicos y chicas con buena
autoestima, responsables, con iniciativa, con un código moral autónomo, con buenas
habilidades sociables” lo que los lleva a una buena ubicación dentro de la sociedad,
pues los valores inculcados serán fundamentales en su vida posterior.
54
3.3.2 La educación en la familia homoparental y su relación con la escuela
En la actualidad no existe un dato que demuestre que este tipo de familias proporcionen
una educación diferente al de las familias heterosexuales. “…la evidencia actual es
unánime al revelar que los niños de padres gay y madres lesbianas no difieren
sistemáticamente de los niños criados en familias heterosexuales y por lo tanto la
calidad de la parentalidad es semejante.” (Frías et al., 2003: 5). Ceballos (2009) hace
una comparación entre la educación que le proporciona la familia homoparental a sus
hijos y la que obtienen en la escuela.
La educación adquirida por los hijos en el ámbito escolar es tan importante como la que
se imparte en el núcleo familiar, aún cuando son diferentes. Desde la pedagogía se
sabe que la educación que imparte la escuela se llama “educación formal”. Esta es
aquella que está enfocada a un programa pedagógico con el objetivo de desarrollar las
capacidades de los estudiantes. Las llamadas competencias y la educación que
imparte la familia es llamada “educación informal” y está basada en la transmisión de
valores, creencias y costumbres que los padres han adquirido en el transcurso de su
vida. “De este modo, familia y escuela son dos escenarios marcados por su alto valor
pedagógico, pues su meta final reside en la educación y promoción del desarrollo
personal de los chicos y chicas” (Ceballos, 2009: 68).
Una de las interrogantes que nuestra autora Ceballos (2009: 73) hace con referencia a
la escuela, es precisamente la aceptación de la diversidad. Esto es básico en la familia
homoparental, porque la escuela no necesariamente incluye este tema en sus
programas de estudio. “De este modo, los padres y madres afirman, que la educación
desde la familia en relación a este tema se contradice con lo que se está inculcando en
los centros educativos.” En este punto, es necesario decir que los padres
homosexuales o lesbianas, opinan que es importante que estos temas sean tratados en
las aulas, con el fin de abrir el escenario sobre los diversos modelos de familia
existentes, incluido el homoparental. (Ceballos, 2009).
55
De manera incipiente, esta problemática está incursionando en la educación formal.
“…los modelos de familias que se presentan en los libros escolares están cambiando
ligeramente, pero no lo suficiente como para mostrar la diversidad familiar en su
plenitud” (Ceballos, 2009: 74). Esto implica de alguna manera que son los padres los
responsables de acercar a los hijos el material informativo necesario para explicar a los
hijos las características de su estructura familiar.
En cuanto a la influencia que tienen las relaciones que presentan los hijos dentro del
entorno escolar, así como de la educación que éste puede proporcionarles, cabe hacer
referencia a que los hijos de parejas homoparentales tienen aprendizajes contrarios a
los que adquieren en casa, “El centro escolar se convierte, así, en un crisol de
influencias que distan de lo que los padres y madres han transmitido a sus hijos e hijas”
(Ceballos, 2009: 75). La convivencia entre los niños de estas familias y los de las
familias heterosexuales promueven el aprendizaje de comportamientos estereotipados
que evidentemente no adquirieron en casa.
A través de este estudio se puede concluir que los padres de familias homoparentales
consideran que la escuela es un transmisor de educación con notables diferencias a la
que ellos imparten en su familia. Esta característica juega a favor de los menores al
adquirir otros conocimientos. Sin embargo, los padres homosexuales y las madres
lesbianas han considerado como una necesidad incluir temas que favorezcan en la
población estudiantil, un aprendizaje sobre la diversidad sexual y sus características; y
así poder evitar la discriminación y ampliar la tolerancia. “Esta es la premisa esencial
que se ha de dar para que familia y escuela converjan en la educación de los niños y
niñas que se desarrollan en el seno de familias homoparentales” (Ceballos, 2009: 76).
Es evidente que este reto sobre la educación en la escuela es muy complejo, ya que
implica un cambio en tres aspectos (Ceballos, 2009):
56
En el material educativo
En el profesorado
Ramírez (2008) realizó un estudio en el que recaudó ciertas afirmaciones con respecto
a la actitud que tiene la comunidad escolar hacia las familias homoparentales, el cual
incluyó una muestra de 406 personas involucradas en el ámbito escolar, entre ellas
maestros, madres, padres, compañeros de escuela y docentes. El objetivo fue observar
cuál es la actitud que presentan estas personas en el ámbito educativo con familias
homoparentales, para de esta forma encontrar cuál es la relación que tiene la familia
homoparental y el entorno en el que se desenvuelve. Algunos de los resultados se
exponen a continuación.
57
Con respecto a las mujeres estudiadas, éstas presentan una actitud más favorable
frente a las familias homoparentales a diferencia de los hombres “…las personas que
no tienen hijos muestran actitudes más favorables que aquellas que si tienen” (Ramírez,
2008: 13).
Las personas entre más jóvenes son, presentan actitudes más favorables hacia las
parejas homoparentales. Con respecto al nivel educativo, aquellos que presentan un
nivel superior de estudios tienen actitudes más favorables que aquellos que presentan
un nivel de estudios más básico, es decir, las personas más jóvenes se expresan más
abiertamente hacia la diversidad sexual y del mismo modo a las familias
homoparentales, así como aquellos estudiantes con un nivel académico más alto,
puesto que entre más estudiados son, más pueden entender la diversidad sexual que
existe en la sociedad y su actitud ante la familia homoparental es favorable. Todos
estos datos fueron obtenidos a través del análisis que presenta Ramírez (2008). Ella
nos habla de que la población que está en contacto con el medio escolar tiene actitudes
diferentes hacia las familias homoparentales.
11
Son aquellos que estudian para dedicarse a la docencia en España.
58
CONCLUSIONES
En el transcurso del trabajo se trató de plantear varios estudios que demuestran que las
relaciones homosexuales no influyen negativamente en el desarrollo de los hijos, de
manera que, no por tener padres homosexuales los hijos corren riesgo en desarrollo
psicológico, emocional o social, así como tampoco influye la convivencia y la educación
fomentada en el hogar en sus preferencia sexual. A través de cada uno estos estudios
se ha podido apreciar que los hijos de familias homoparentales crecen exactamente
igual que los de familias heterosexuales en cada una de sus etapas de crecimiento y
desarrollo.
A través del tiempo, los homosexuales han ganado cierta tolerancia y respeto de la
sociedad por su férrea lucha en la obtención de derechos, los mismos de cualquier
ciudadano mexicano.
En lo que respecta a nuestro país, en el D.F., los avances para las parejas
homosexuales han sido notables. En años recientes obtuvieron la legalización del
matrimonio y derecho a la adopción, lo que coloca a la Ciudad de México a la par de
otras en el mundo que han reformado sus leyes en el mismo sentido. No obstante, el
camino es largo todavía si se toma en cuenta que en ningún otro Estado de la
Republica Mexicana se han obtenido esos logros por parte de la comunidad lésbico-
gay, aunque sean respetados sus derechos ganados.
59
La legalización del matrimonio gay en la capital mexicana dio a los homosexuales la
opción legal de adoptar hijos o de concebirlos, lo que resultó en las familias
homoparentales.
Se puede concluir que las familias homoparentales difieren poco de las heterosexuales
en sus dinámicas de educación hacia los hijos. Las diferencias radican sobre todo en
los roles que los padres asumen en el hogar, y en la escuela notamos vacíos
significativos en el tema de la diversidad sexual, un tema en el que los niños educados
en el seno de familias homoparentales llevan ciertamente la delantera.
La educación está basada en la igualdad entre personas, los derechos humanos y los
derechos de los niños, donde estos deben aprender a respetar la igualdad entre las
personas. A esto hay que añadirle que la educación de los hijos de parejas
heterosexuales también está influida por la educación de los padres, a lo que se puede
concluir que la educación de los hijos depende en gran medida de la que los padres les
proporcionen, aun cuando la escuela no incluya en el curriculum la diversidad.
Es deseable que con el tiempo la sociedad vaya abriendo espacios en donde las
familias homoparentales sean vistas con normalidad y respeto a fin de evitar el rechazo,
60
la discriminación y en general el maltrato hacia estos niños por parte de la sociedad,
cuando en sus familias son lo más preciado que existe.
Los niños son el presente de la sociedad y depende de la forma en que se les eduque y
enseñe el día de hoy, es como serán el día de mañana, adultos responsables y
personas capaces de cumplir con las obligaciones y roles que la sociedad demande.
Para que podamos cumplir todas las expectativas en educación en nuestra sociedad,
es de gran importancia recordar que los adultos son quienes tienen la educación en sus
manos. Es importante enfatizar que todos somos diferentes y que una sana
convivencia está basada principalmente en el respeto hacia los demás y principalmente
a la diversidad.
61
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