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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD AJUSCO

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

LA EDUCACIÓN EN LA FAMILIA HOMOPARENTAL

TESINA

Para obtener el título de

Licenciada en Pedagogía

Presenta

GILDA AURORA VÁZQUEZ MIRANDA

Asesora

M. en C. Laura Elena Ortiz Camargo

México D.F. Diciembre de 2012


A los dos Ángeles en mi vida:
Mi Mamá Gilda Miranda por formarme como una mujer fuerte y decidida
y a mi Hija Denisse por darme esperanza y fe para seguir adelante.
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 5

CAPÍTULO 1 9
LA FAMILIA COMO INSTITUCIÓN SOCIAL

1.1 Breve historia sobre la homosexualidad 9


1.2 Algunas teorías sobre la homosexualidad 11
1.3 Una mirada hacia la familia 18
1.4 Tipos o modelos de familia 20
1.5 Ley de convivencia y el matrimonio homosexual en México 22
1.6 El matrimonio homosexual: México en perspectiva, de cara
a otros países del mundo 25

CAPÍTULO 2 27
LA FAMILIA HOMOPARENTAL

2.1 La familia homoparental; el recorrido 27


2.2 La familia homoparental- familia heterosexual y sus dinámicas 29
2.3 España, estudio sobre familias homoparentales 33
2.4 Testimonio de una familia homoparental en España 37
2.5 Algunas reflexiones sobre la paternidad/ maternidad homosexual 40
CAPÍTULO 3 43
LA EDUCACIÓN Y EL DESARROLLO DE LOS HIJOS DE PADRES
HOMOPARENTALES

3.1 La búsqueda de los hijos en la familia homoparental 43


3.2 Algunas opiniones expertas en familias homoparentales 45
3.3 La educación en la familia 50
3.3.1 La educación en la familia homoparental 53
3.3.2 La educación en la familia homoparental y su relación
con la escuela 55

CONCLUSIONES 59

BIBLIOGRAFÍA 62
INTRODUCCIÓN.

Los hombres no debemos distinguirnos


por nuestro órgano reproductor,
debemos unificarnos por ser miembros de una raza,
la raza humana,
y lo que nos debe conducir hacia el “saber convivir”,
debe ser la educación, la ética y la razón.

Fernando López Cano.

En nuestros días los modelos de familia distan mucho de la unidad nuclear tradicional,
de padres e hijos, que durante siglos se ha visto como un ideal social. Los movimientos
feministas y la industrialización del país fueron motivo de cambios diversos y, por
supuesto, la familia no quedó al margen.

Actualmente existen diversos tipos o modelos de familia, antes impensables; entre ellos
se encuentra la familia homoparental, producto de batallas sociales de la comunidad
lésbico-gay por obtener los mismos derechos que cualquier ciudadano, sin que prive su
preferencia sexual.

Las reformas al Código Civil, en el Distrito Federal, aprobadas en 2009 dieron el


derecho tanto a homosexuales como a lesbianas de contraer matrimonio y formar una
familia. Es un hecho que para las mujeres lesbianas es más fácil crear un núcleo
familiar por su capacidad biológica para el embarazo; sin embargo, los hombres pueden
hacerlo a través de la adopción, o de métodos de procreación asistida, válido tanto
para mujeres como para hombres, cuya inclinación emocional y sexual es hacia
personas de su mismo sexo.

De acuerdo con Cadorett (2003: 15) “Si podemos tener varias figuras paternas, varias
figuras maternas (como en las familias de acogida), si el padre y la madre no viven
forzosamente juntos (como en el caso de los divorciados), ¿no cabe plantearse la
posibilidad de que exista algún otro tipo de vínculo de parentesco entre el hombre, la

5
mujer y el niño?”. Esto nos está indicando que la realidad nos marca que, en efecto,
existen otras posibilidades.

En este trabajo se plantearon algunas preguntas como: ¿En qué difiere la educación
que se les imparte a los niños de familias homoparentales? ¿Cuál es la estructura
familiar dentro de las familias homoparentales? ¿Por qué aun no hay aceptación dentro
de la sociedad hacia estas familias? Estas interrogantes encontrarán respuesta a
través de una metodología, para la cual recurrimos a la consulta de documentos
bibliográficos propios del tema. Daremos especial atención a la educación de los niños
desarrollados en el seno de familias homoparentales, gracias a los estudios realizados
en la materia.

Para efectos de este trabajo hablaremos de familias homoparentales o familias


homosexuales. Se hará referencia a los núcleos formados por gays –dos padres- o
lesbianas –dos madres-. Se subrayará el género al que pertenecen estas familias a
efecto de una mejor comprensión sobre las características que marcan a este tipo de
familia.

Las reformas a los artículos 146, 237, 291 bis, 294, 391, y 724 del Código Civil para el
Distrito Federal hicieron posible, en nuestro país, el 21 de diciembre de 2009, que
homosexuales y lesbianas, independientemente de otras formas y métodos para tener
hijos, obtuvieran el derecho al matrimonio y a la adopción de manera legal. Por lo que
se refiere al matrimonio, el mismo documento asegura que se trata de una institución
social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros. Este lazo es reconocido
socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por los usos y costumbres.

Las reformas dejaron en claro que dos personas del mismo sexo pueden, mediante un
procedimiento civil, unir sus vidas como cualquier pareja heterosexual. Por su parte, la
comunidad lésbico-gay continúa su movimiento a través de la marcha del orgullo gay
que se lleva a cabo todos los años en diversos estados de la República Mexicana y

6
desde otras trincheras, como son las Organizaciones no Gubernamentales (ONG’s), a
fin de no detenerse en la búsqueda de igualdad de derechos respecto de los
heterosexuales.

El objetivo de este estudio, es analizar el proceso de desarrollo de los niños que


pertenecen a familias homoparentales, así como la interacción y el desenvolvimiento de
quienes componen la estructura de estas familias. Se expondrá la educación, los
valores, las costumbres, y las creencias que son impartidas a estos hijos, así como la
relación que tienen dentro de la sociedad a la que pertenecen.

Este estudio quedó dividido en tres capítulos. En el capítulo 1 se trata acerca de la


familia y la homosexualidad. Se abordan temas como la homosexualidad y su historia,
y algunas teorías sobre la misma. Se retoma a la familia, así como los tipos de ésta.
Estos temas nos llevan hasta la familia homoparental y el matrimonio.

En el segundo capítulo se analiza a la familia homoparental, es decir, su historia y sus


dinámicas en comparación con la familia heterosexual. Tomaremos un estudio que se
realizó en España, el cual se considera fundamental para la comprensión de esta
problemática. También se presenta el testimonio de una familia homoparental española
y alguna de sus vivencias. Este es valioso, ya que se trata de un relato de primera
fuente. Añadimos también algunas reflexiones de expertos sobre la paternidad y
maternidad homosexual.

En el capítulo tres se aborda a la familia homoparental y el por qué éstas desean tener
hijos. Asimismo se presentan algunas opiniones expertas sobre la familia homoparental,
la educación en la familia, la familia como primera institución educativa y la relación
que tiene ésta con la escuela.

Para terminar, se establecen las conclusiones que tratan de demostrar los principales

7
cuestionamientos que surgieron a lo largo del estudio. Finalmente, se presenta la
bibliografía, utilizada para el desarrollo de este.

Es importante mencionar que, en la actualidad, gran parte de la sociedad nos


encontramos preguntándonos ¿Qué será de aquellos niños que sean criados y
educados por una pareja que tiene una característica diferente al del común de la
sociedad? Esto ha llevado a que en el presente, tanto en México como en otras partes
del mundo, entremos en debate sobre esta reciente conformación de familia. Algunos
mencionan estar a favor y otros en contra, pero sin un estudio y análisis a fondo, es
decir, se habla sólo con base en creencias, mitos, miedos, costumbres y/o tradiciones.
Quizá esto muchas veces es lo que tiene más peso.

Es de relevante importancia hacer mención que, así como la familia heterosexual tiene
derecho a tener hijos, la homoparental también. Esta conformación de familia formada
por dos hombres o dos mujeres está en todo su derecho de conformar una familia con
hijos. Todos los niños son nuestro presente y nuestro futuro, y depende de nosotros y
de lo que hagamos el día de hoy los resultados que obtendremos el día de mañana con
ellos.

8
CAPITULO 1
LA FAMILIA COMO INSTITUCION SOCIAL

1.1 Breve historia sobre la homosexualidad

En la historia de la humanidad, no se tiene conocimiento de una sociedad


exclusivamente heterosexual. Antes de la era cristiana ya se tenía registro de
comportamientos homosexuales, siendo Grecia el ejemplo más recurrente, donde a
finales del siglo VII y principios del VI a.C. la homosexualidad se vivía de manera libre y
era bien aceptada por la sociedad. “El primer registro en la civilización Griega se
remonta a la poetisa Safo que vivió en la isla de Lesbos… El termino lesbianismo deriva
de la isla de Lesbos donde vivió Safo”. (Ardila, 1998: 14).

En la Grecia de esos tiempos la homosexualidad fue una práctica muy común, inclusive
se consideraba que los hombres que mantenían relaciones homosexuales gozaban de
un rango intelectual superior que aquellos cuyas relaciones se daban con el sexo
opuesto. Existieron muchos hombres importantes abiertamente homosexuales y la
sociedad Griega los consideraba dignos de admiración, puesto que eran hombres
cultos y sabios.

Sin embargo, no en todas las culturas la homosexualidad fue aceptada con tanta
admiración y respeto. En la cultura judeocristiana, el comportamiento homosexual ha
sido objeto, hasta nuestros días, de severas críticas al considerar que se trata de “…
un peligro para la sociedad, para las buenas costumbres y para la preservación de los
valores familiares” (Ardila, 1998: 15).

En México, durante los siglos XIX y XX, personalidades de las letras y las artes como
Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Elías Nandino o pintores como

9
Roberto Montenegro, Manuel Rodríguez Lozano, Abraham Ángel, Alfonso Michel, entre
otros, tuvieron que ocultar su homosexualidad para evitar el señalamiento social.
No fue hasta la revolución que “…cesa el aislamiento cultural de México por un lado, y,
por otro, el impulso de la violencia hace concebible tal cúmulo de actitudes que, en el
ámbito cultural, una más no importa, para usar una expresión de la época: si ya lo sabe
Dios, que lo sepan los hombres. Y no sólo los gays aparecen, también las mujeres
liberadas, los ateos, los comunistas, los partidarios del amor libre, los y las bisexuales,
que ocupan los espacios de mínima tolerancia…” (Monsiváis, 2010: 54).

Como asegura Monsiváis (2010: 55), en México no fue sino hasta después del
movimiento revolucionario que las personas comenzaron a buscar “salir del clóset” y
dar a conocer su preferencia sexual y su ideología. No obstante, el periodo de revuelta
social no bastó para que la sociedad, con características patriarcales y machistas,
dejara de hacer blanco de agresiones, burlas o crímenes a la comunidad homosexual,
en busca de la igualdad de derechos como ciudadanos mexicanos. “Y si la ley no
prohíbe la homosexualidad consensuada entre adultos, la sociedad exige un altísimo
pago por la transgresión”.

De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED)


“…los resultados de una encuesta realizada en el contexto de la marcha del Orgullo
LGBTTTI1 2008 en la Ciudad de México y elaborada por el Centro Latinoamericano en
Sexualidad y Derechos Humanos, la UNAM2 (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales)
y Letra S3 confirma la persistencia de la discriminación homófoba. De las 823 personas
LGBT4 entrevistadas en esta marcha, 73.6 por ciento manifestaron haber sido
discriminadas y 76.2 por ciento agredidas, principalmente en los ámbitos religioso
(30%), vecinal (27.5%), familiar (25%) y la policía (23%), y tales actos acontecieron en

1
LGBTTTI. Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Travestis, e Intersexuales.
2
UNAM. Universidad Nacional Autónoma de México
3
Letra S, Salud, Sexualidad y Sida. Suplemento del periódico La Jornada.
4
LGBT. Lesbianas, Gays, Bisexuales y transexuales.

10
lugares públicos (53%.3%), de estudio (16.7%) y el trabajo (11.6%)” (CONAPRED,
2010: 8)

Monsiváis (2010: 168) asegura que: “En el siglo XXI, la aceptación crece al desgastarse
la intolerancia en sociedades urbanas cada vez más al tanto de las divulgaciones
científicas. Ya no es fácil el triunfo de las experiencias y las actividades homofóbicas”.
Es un hecho que múltiples investigaciones sociales y científicas han demostrado que la
homosexualidad no es una enfermedad, se trata de una preferencia sexual diferente,
como existen otras.

En algunas culturas, como la árabe, la homosexualidad se castiga por leyes que


obedecen más a motivos religiosos, al considerar que las personas atraídas por otras
del mismo sexo atentan contra los valores sociales, contra la naturaleza humana y la
institución familiar, ya que su preferencia sexual no conduce a la reproducción de la
especie humana, sagrada para los musulmanes.

1.2 Algunas teorías sobre la homosexualidad

Como se puede apreciar, la homosexualidad ha tenido altas y bajas a lo largo de la


historia. Aquí nos centraremos específicamente en algunas teorías sobresalientes.
Partiendo del hecho de que la homosexualidad es la atracción física y emocional que
experimentan algunas personas por otras de su mismo sexo, como hombre-hombre,
mujer-mujer, cabe aclarar que ésta es una identidad sexual diferente a la heterosexual,
cuya relación se da en sexos opuestos.

Existen varias teorías acerca de las razones por las cuales una persona puede ser
homosexual. De acuerdo con Soriano (1999: 75-78), se dividen en biológicas y
psicológicas:

11
Biológicas

Estas pretenden explicar el origen de la homosexualidad a partir de la naturaleza


orgánica; pueden ser por: factores genéticos, hormonas, y/o diferencias estructurales
en el cerebro. Todas estas se explican brevemente a continuación.

 Teoría genética.

Esta teoría postula que “… la homosexualidad en innata, su origen está en los genes,
siendo el factor responsable, principalmente, la presencia de determinadas
características asociadas al cromosoma X transmitido por la madre” (Soriano, 1999:
34).

Ardila (1998: 69) nos menciona al respecto que: “Investigaciones recientes indican que
existen factores genéticos, hormonales y neuroanatómicos que difieren en
homosexuales y heterosexuales, tanto en hombres como en mujeres.”

De esta misma forma, en un artículo de la Revista Redalyc, Annicchiarico (2009: 432)


menciona al respecto: “La orientación también parece tener un componente genético.
En varios estudios se han encontrado estimados de heredabilidad de la condición
homosexual, aunque los datos no apoyan la idea de que la homosexualidad sea
exclusivamente debida a factores genéticos”

 Teoría hormonal

Esta teoría le da más importancia a los niveles hormonales en hombre o mujeres y los
hace responsables de la homosexualidad. “Dado que todos, tanto hombres como
mujeres disponemos de hormonas sexuales masculinas y femeninas andrógenos y
estrógenos (…) la premisa básica de la que parte este estudio es que una

12
descompensación en el nivel de hormonas causa la homosexualidad tanto en hombres
como en mujeres” (Soriano, 1999: 36)

Ardila (1998: 69) comenta al respecto lo siguiente: “Lo primero que se halló fue que los
niveles de testosterona no difieren en hombres homosexuales o heterosexuales…
Estudios controlados afirman que el cerebro en desarrollo se masculiniza por la
exposición a los andrógenos durante periodos críticos durante el desarrollo prenatal o
temprano en la vida posnatal; la ausencia de esa hormona en periodos claves con
frecuencia resulta en un cerebro feminizado.” Esto nos lleva a afirmar que si un cerebro
es feminizado, presentará conductas femeninas e incluso podrían tener un
funcionamiento femenino en el sentido que podría llevar a los hombres a establecer
conductas femeninas y atracción hacia los hombres.

De este mismo modo, en otros estudios se han encontrado que los homosexuales
presentan respuestas hacia la hormona luteinizante (HL), “Se afirma… que los
homosexuales tienen un hipotálamo femenino… las lesbianas por otra parte poseen
una respuesta masculina ante la HL.” (Ardila, 1998: 69).

Annicchiarico (2009: 433) nos menciona al respecto que: “…es probable que la
homosexualidad sea causada, en gran parte, por los cambios organizacionales
producidos por las hormonas sexuales; dicho de otra manera, la cantidad de hormonas
sexuales disponibles en el estado prenatal podría afectar la orientación sexual de un
individuo.”

De cualquier modo, son sólo las teorías las que nos llevan a la suposición de que la
homosexualidad puede ser generada a través del funcionamiento biológico de nuestro
cuerpo.

13
 Teoría Neuroanatómica

En esta teoría, un grupo de estudios afirmó que existe una diferencia en un área del
hipotálamo del cerebro tanto en hombres como en mujeres, “…los trabajos más
representativos de este planteamiento son los de LyVay (1991) neuropatólogo de la
Universidad de California, que tras comparar el hipotálamo de 19 hombres
homosexuales, 16 hombres heterosexuales, 6 mujeres cuya identidad sexual era
desconocida, afirmó que el tamaño de los núcleos intersticiales del hipotálamo anterior
(INAH- 3) en los hombres heterosexuales era más del doble que en las mujeres y en los
hombres homosexuales, mientras que entre estos dos últimos grupos no había
diferencias.” (Soriano, 1999: 37).

También se han encontrado algunas diferencias en el cerebro de las personas


homosexuales, según Ardila (1998: 70), como son:

a) “El núcleo supraquísmico es más grande y alargado en homosexuales que en


heterosexuales. También es más alargado en mujeres que en hombres.”

b) “En la región preóptica medial del hipotálamo se encuentran los núcleos


intersticiales del hipotálamo anterior… Uno de ellos es de dos a tres veces más
grande en varones heterosexuales que en varones homosexuales… En
promedio, tiene el mismo tamaño en varones homosexuales que en mujeres.”

c) “La comisura anterior es un tracto de fibras que conecta los lóbulos temporales
de los dos hemisferios cerebrales y es más grande en homosexuales que en
heterosexuales.”

Al respecto, Annicchiarico (2009: 437) se sitúa de acuerdo con la teoría anterior,


aunque agrega que “Se necesitan más estudios en el área para confirmar los resultados
y para controlar algunas variables de confusión”

14
En general, podemos afirmar que, ninguna de ellas ha comprobado que sus
argumentos puedan ser la razón por la que las personas sienten atracción sexual por
personas de su mismo sexo.

Psicológicas

De la misma forma que en las teorías anteriores, desde el punto de vista psicológico
existen varias teorías acerca del por qué de la homosexualidad. Asimismo, éstas
buscan darle una explicación.

 Teoría psicoanalítica

Desde los estudios de Freud, se ha tratado de explicar la razón de la homosexualidad a


través del desarrollo psicológico; “… en todo ser humano existe una disposición
bisexual, congénita que a través de distintas etapas (oral, anal, fálica, y genital), se van
orientando hacia una única sexualidad, hetero u homosexual, si las condiciones
psicosociales son adecuadas, las fuentes y objetos de satisfacción sexual siguen un
orden, una cronología y una topología corporal preprogramada biológicamente que
culmina en la adolescencia con la elección del objeto heterosexual. Si por el contrario
las condiciones no son adecuadas, se produce una alteración o retraso en el desarrollo,
y el resultado es que la elección de objeto será homosexual” (Soriano, 1999: 38- 39).

Sería un proceso largo hablar de cada una de las etapas a las que Freud hace mención
y explicarlas con detenimiento para ampliar esta teoría. Debido a que éste no es el
objetivo del estudio, se menciona sólo lo que la teoría en general explica.

Al respecto, Ardila (1998) nos dice que la teoría psicoanalítica se refiere a una familia
en la que se producen homosexuales, es decir, que el padre tiene una actitud
indiferente u hostil y la madre es controladora o seductora.

15
 Teoría Conductual

Soriano (1999: 78) afirma que en esta teoría “…la sexualidad es al nacer un impulso
neutro que se va modelando a partir de diversas experiencias de aprendizaje. Por tanto,
la homosexualidad (…) es una cuestión de socialización mediatizada por experiencias
especificas de aprendizaje.” Ardila (1998) nos menciona al respecto que, en la teoría
conductual, los niños aprenden a ser homosexuales debido a la gratificación que
reciben cuando presentan estas conductas.

Según Ardila (1998) los homosexuales pasan por varias etapas de desarrollo
psicológico, las cuales son:

a) Etapa de surgimiento: se refiere al momento en que los niños se sienten


diferentes, puesto que comienzan a tener una atracción física por las personas
de su mismo sexo y comienzan a reflexionar sobre sí mismos. Esta etapa suele
ser muy solitaria para los pequeños, ya que se da en la infancia y es de difícil
entendimiento para estos niños.

b) Etapa de identificación: es aquella en la que los niños se dan cuenta de que son
diferentes, pero no se aceptan de esta forma.

c) Etapa de asumir una identidad: esta ocurre cuando comienza la adultez, es decir,
en ésta ya se han asumido como homosexuales y comienzan a relacionarse con
personas de su misma orientación sexual, lo que los lleva al establecimiento de
relaciones sociales.

d) Etapa de aceptación de la identidad: es el momento en el que el homosexual se


acepta como es frente a su círculo social, es decir, hace abierta su orientación
sexual en su entorno.

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e) Etapa de consolidación: el homosexual se acepta tal y como es y siente respeto
y cariño por sí mismo.

f) Etapa de autoevaluación y de brindar apoyo: es el momento en que el


homosexual estudia y analiza su vida, se da cuenta de sus triunfos y fracasos y
examina sus valores permitiéndole de esta forma ayudar y orientar a
homosexuales jóvenes que atraviesan un proceso difícil de aceptación y rechazo
por parte de la sociedad en la que se desenvuelve.

Además de estas teorías, existen los que llaman “homosexuales circunstanciales” que
son aquellos que han tenido alguna relación de tipo sentimental o sexual con alguna
persona de su mismo sexo. Esto se da en ocasiones particulares, como puede ser en
una cárcel, en el ejército, o en algunos seminarios religiosos, entre otros.

A través de estos estudios, nos damos cuenta de que existe una gran variedad de
investigaciones donde se afirma que la homosexualidad es ocasionada por diversas
razones. La realidad es que todas estas teorías, si bien han aportado valiosos
resultados, aun falta mucho por hacer al respecto. Lo único que podemos enfatizar es
que la homosexualidad existe en nuestra sociedad, así como en muchas otras. Así
mismo, los “homosexuales de closet”5, como se les llama a aquellos que aún no han
expresado abiertamente su sexualidad, esto debido a la ideología y a la discriminación
de la que este grupo aún es víctima.

5
Diversos estudios afirman que aun siguen existiendo “homosexuales de closet”. Estas son aquellas personas
homosexuales que no se han identificado como tales, es decir, que su homosexualidad sigue estando oculta ya
que no han expresado su sexualidad abiertamente.

17
1.3 Una mirada hacia la familia

La familia se ha definido como una institución de organización social. Es también un


medio a través del cual se establece orden, toda vez que sus alcances son legales y de
responsabilidad civil.

De acuerdo con los expertos, es difícil establecer el momento histórico en el que nace
la familia como la entendemos actualmente “…siguen siendo oscuros, tanto los
orígenes de la familia como las etapas que ha atravesado en el curso de su desarrollo
hasta llegar a la actual multiplicidad de formas.” (Nanda, 1998: 5). Sin embargo, este
autor asegura que una forma de familia pudo tener lugar al momento en que los seres
humanos se organizaron en grupos de cazadores nómadas. En ellos destacaba la
figura de un hombre a cargo de otros cazadores, que también tenía bajo su mando a
mujeres recolectoras de alimentos, ellas a su vez, mantenían la especie mediante la
procreación. “Esta simple organización familiar debió de servir como punto de partida
para el desarrollo de todas las formas familiares posteriores…” (Nanda, 1998: 5). De
acuerdo a este autor, podemos considerar que la familia surge como una necesidad de
organización y supervivencia del ser humano. Si bien en esos tiempos remotos
ignoramos si la denominación del grupo era precisamente el de familia como tal, lo que
sí podemos constatar, a través de la historia, es su evolución.

Es sin duda un hecho que la estructura familiar se ha modificado con el tiempo. “No ha
habido un solo tipo de evolución de la familia, sino una serie de evoluciones locales que
han seguido caminos diferentes para alcanzar objetivos también diferentes” (Nanda,
1998: 8). Si bien es difícil conocer con exactitud cuáles fueron las formas, podemos
tener certeza del resultado de esa evolución que concluye en lo que vivimos
actualmente como familia nuclear, con matices distintos según la ideología y/o religión
de cada cultura.

18
Cada país ha establecido sus propias normas para el buen funcionamiento de la
institución familiar con el fin de armonizar las relaciones sociales y evitar, entre otros, la
exclusión de los individuos que la integran. Una herramienta importante para alcanzar
ese objetivo son los valores, como: honestidad, responsabilidad, lealtad, entre otros.
Para algunos es un “… conjunto interiorizado de principios nacidos de experiencias
analizadas en función de su moralidad.” (Buxarrais y Zeledón, 2004: 65).

En el núcleo familiar, los valores se engranan en un proceso de enseñanza-aprendizaje


que se transmite de padres a hijos en los primeros años, como parte de la educación
que permitirá al individuo un correcto desenvolvimiento social durante las diferentes
etapas de su vida: familiar, profesional, de noviazgo, matrimonio, etc.

Buxarrais y Zeledón (2004: 67) mencionan que “…los valores dan identidad a una
familia y sólo es posible definir, con propiedad, la identidad de una familia a partir de
sus valores invisibles”. Este conjunto de valores forman parte de la educación de los
hijos en el núcleo familiar y, de cara al futuro, representa para ellos una herencia, que
en el mejor de los casos se espera transmitan a su descendencia llegado el momento.
En palabras del autor, los padres “…educan a partir de su modelo educativo, manifiesto
o implícito, que se hace presente en la cotidianidad de la vida familiar” (Buxarrais y
Zeledón, 2004: 72).

Tras la conquista, los españoles instauraron nuevas formas de organización social.


Entre las más destacadas figura precisamente la familia. “En el México colonial, la
familia como institución debía ejercer su función socializadora entrenando a las
generaciones jóvenes en las formas de comportamiento que serian aceptables para la
sociedad… se trataba de una sociedad pretendidamente estratificada e
indiscutiblemente ordenada, en la que estaban definidas las responsabilidades y los
derechos de cada individuo” (Buxarrais y Zeledón, 2004: 140).

19
Esteinou (2010:2) lo explica de la siguiente forma “… se está en un periodo de
transición en el que los jóvenes piden mayor libertad y los padres no la aceptan del
todo, se suscita un choque y se crean tensiones que incluso pueden desembocar en la
violencia”

Así, entendemos que los nuevos tiempos exigen cambios en la estructura familiar
basada en la procreación y educación de los hijos a partir de la pareja heterosexual.

En este punto resulta obligado citar a Eguiluz (2003:3) y su concepto de familia:

“a) Su estructura es la de un sistema sociocultural abierto, siempre en proceso de


transformación.

b) Se desarrolla en una serie de etapas marcadas por crisis que la obligan a modificar
su estructura, sin perder por ello su identidad.

c) Es capaz de adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno modificando sus


reglas y comportamientos para acoplarse a las demandas externas”

Es decir, la institución familiar está siempre en proceso de transformación debido a


diversos factores y tendencias culturales, sociales o políticas de origen nacional o
internacional.

1.4 Tipos o modelos de familia.

Se ha tratado de demostrar en las páginas anteriores cómo la familia ha sido objeto de


constantes cambios, al punto de tener ahora diversos tipos. Eguiluz (2003: 20-33) las
define como sigue:

20
 Familias extensas. “…están constituidas por la troncal o múltiple (la de los
padres y la de los hijos en convivencia), más la colateral. Este tipo de familias se
presenta debido a factores como los sistemas de herencia y sucesión…”
(Eguiluz, 2003: 21), es decir, son aquellas que están compuestas por familiares
diferentes a los padres y los hijos, en ocasiones pueden formarse debido a una
economía precaria, por lo que los padres albergan en una misma casa a los hijos
ya casados con sus parejas y sus hijos dependientes. En estas familias se
observa que las relaciones de parentesco forman una parte muy importante en la
vida de todos sus miembros debido a que la solidaridad entre ellos es
fundamental para su funcionamiento.

 Familias nucleares. Estas son lo contrario a las familias extensas, son “el modelo
estereotipado de la familia tradicional, que implica la presencia de un hombre y
de una mujer unidos en matrimonio, más los hijos tenidos en común, todos
viviendo bajo el mismo techo” (Eguiluz, 2003: 20). El autor nos indica así, que se
trata del modelo tradicional por excelencia, donde los padres y los hijos
conforman de manera exclusiva el hogar.

 Familias de padres divorciados. Son aquellas donde los hijos quedan bajo la
custodia de uno de los padres por decisión de un juez, luego de un divorcio. En
este caso, el padre o la madre que pierde la custodia de los hijos tiene derecho a
la convivencia con ellos, a fin de cubrir sus necesidades afectivas, pero también
tiene la responsabilidad de ver por su manutención.

 Familias reconstituidas. Las segundas uniones, matrimoniales o libres, son muy


recurrentes. “Tras la separación o el divorcio, las progenitores vuelven a formar
pareja con otros para iniciar una nueva convivencia, con vínculo matrimonial o
sin él” (Eguiluz, 2003: 25)

21
 Familia monoparental. Este tipo de familia tiene lugar cuando uno sólo de los
padres está a cargo de los hijos a consecuencia de un divorcio, una separación o
el deceso de su conyugue. Implica que el padre o la madre tiene la
responsabilidad total de sus hijos sin el apoyo moral o material de la otra parte.

 Familias adoptivas. Cuando la pareja no puede tener hijos, por las razones que
sean, y decide adoptarlos, nace este modelo de familia. Según Eguiluz (2003:
28), éste es el caso en que “la pareja no puede tener un hijo y busca entonces
uno adoptivo.” Este punto se abordará con mayor amplitud posteriormente, es
decir, cuando se analice el tema sobre la adopción como recurso para que las
parejas homosexuales puedan formar una familia, tema central de este trabajo.

 Familia homosexual. La familia homosexual u homoparental está constituida por


dos padres o dos madres homosexuales, en la que el binomio sexualidad-
reproducción no existe. De acuerdo con Mujika (2005), los hijos pueden ser
producto de la concepción asistida, producto de un anterior matrimonio
heterosexual, de los llamados “vientres de alquiler” o bien de la adopción.

1.5 La Ley de Convivencia y el matrimonio homosexual en México

La Ley de Sociedad de Convivencia, publicada el 16 de noviembre del 2006 en la


Gaceta Oficial del Distrito Federal establece en su artículo 2 lo siguiente: “La Sociedad
de Convivencia es un acto jurídico bilateral que se constituye cuando dos personas
físicas de diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica plena,
establecen un hogar común, con voluntad de permanencia y de ayuda mutua”.

Esta ley es el antecedente más importante antes de que los legisladores dieran paso al
matrimonio entre personas del mismo sexo, en la tenaz búsqueda de la comunidad

22
homosexual por obtener los mismos derechos que tiene todo ciudadano, sin anteponer
su identidad sexual.

En este sentido, Norandi (2010: 13) menciona que “…Antes las lesbianas y los
homosexuales éramos personas excluidas. No podíamos decir públicamente nuestra
orientación sexual y, con esa lógica, el hecho de vivir con tu pareja no significaba
formar una familia. El actual debate ha hecho que se repiense el concepto de familia y
se vea que ésta no es una institución natural. También que las sociedades son
dinámicas y que la familia es definida y redefinida de acuerdo al contexto”.

El 21 de diciembre de 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF)


aprobó la iniciativa para legalizar los matrimonios homosexuales, otorgándoles
asimismo el derecho de adoptar niños, “… la reforma fue aprobada en lo general con 39
votos a favor (PRD6 y Partido del Trabajo, PT); 20 en contra (PAN7 y Partido Verde
Ecologista de México, PVEM) y cinco abstenciones del PRI8”, dio a conocer CNN
EXPANSIÓN (2009).

La misma empresa de noticias divulgó los hechos en cuanto a la adopción de menores,


la cual según la cadena de noticias “…se registraron 30 votos a favor (PRD) y 24 en
contra (PRI, PAN y PVEM)”. Los artículos que se modificaron en la reforma publicada
en la gaceta oficial fueron: 146, 237, 291 bis, 294, 391, y 724 del Código Civil para el
Distrito Federal.

Con estas reformas y estableciendo como referencia la legislación del Distrito Federal,
“…se amplía la posibilidad de que los matrimonios sean celebrados entre personas del
mismo sexo (hombre-hombre o mujer-mujer); y se suprime como finalidad del
matrimonio el “‘procrear hijos de manera libre, responsable e informada’, lo cual ya

6
Partido de la Revolución Democrática.
7
Partido Acción Nacional.
8
Partido Revolucionario Institucional.

23
resultaba anacrónico, puesto que el matrimonio no necesariamente se celebra con
dicho propósito…” (Rodríguez, 2009).

Asimismo, la comunidad lésbico gay adquirió otras prerrogativas como “la adquisición
común de crédito bancario, de heredar bienes y el de incluir a la pareja en las pólizas
de seguro, entre otros derechos que no eran reconocidos…” (Bustillos, 2011: 20)

Es una realidad que en la comunidad homosexual mexicana, las lesbianas conforman el


mayor número de familias homoparentales al tener hijos producto de un matrimonio
heterosexual anterior, o porque su biología les permiten métodos de procreación
asistida. El ejemplo más reciente se dio el mes de octubre de 2012. “México ha
reconocido por primera vez la maternidad conjunta de una pareja de lesbianas que
concibieron a su pequeña mediante un proceso de inseminación artificial…” Esto lo
divulgó el noticiero del canal 11 del Instituto Politécnico Nacional en su edición
nocturna.

En el caso de la adopción, la Convención sobre la Protección de Menores y la


Cooperación en Materia de Adopción Internacional menciona, en el artículo 5° que: "las
adopciones consideradas por la Convención sólo pueden tener lugar cuando las
autoridades competentes del Estado de recepción… a) Han constatado que los futuros
padres adoptivos son adecuados y aptos para adoptar", por lo tanto el derecho de los
homosexuales a adoptar hijos se amplía, pues “…no existe impedimento jurídico alguno
para que en el Distrito Federal se realicen adopciones internacionales.” (Rodríguez,
2009).

Desafortunadamente, no se cuenta con estadísticas oficiales precisas sobre el número


de familias homoparentales existentes en nuestro país, pues como lo indica Norandi,
(2010: 13) “…necesitamos que instituciones como el Instituto Nacional de Estadística y

24
Geografía e Informática (INEGI) o el Conapo9 rompan los límites de reconocimientos y
empiecen a contar también las familias homoparentales, que para ellos no existen”.

1.6 El matrimonio homosexual: México en perspectiva de cara a otros países del


mundo.

En América fue en Estados Unidos, en el año 2003, el país que marcó la pauta en
relación a los matrimonios homosexuales. A pesar de la complejidad de sus leyes
territoriales, no está legalizado en todos sus Estados, tal y como sucede en México. En
Canadá, en el año 2005 se permitió el matrimonio entre dos personas del mismo sexo,
México lo hizo hasta el año 2009. Es decir, México se ubica relativamente a la altura de
Norteamérica, siguiendo los pasos de naciones de primer mundo como Estados Unidos
y Canadá.

Si bien hablamos sólo del Distrito Federal, es necesario reiterar que las uniones gay
celebradas ante un juez son reconocidas en todo el país, tanto como los derechos que
el matrimonio les otorga. Es de esperarse que otros estados de México emulen la
decisión tomada en la capital del país, con el fin de tener leyes que den equidad a todos
sus ciudadanos.

Con respecto a los países que conforman la Unión Europea, España legalizó el
matrimonio homosexual con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005, no
sin el rechazo del grupo parlamentario “popular” que llevó la Ley del Matrimonio
Homosexual al Constitucional.

En tanto que el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en Sudáfrica
el 30 de Noviembre de 2006, cuando se promulgó la Ley de Uniones Civiles. El
siguiente país que hizo legal el matrimonio fue Noruega, el 1 de enero de 2009.
9
Consejo Nacional de Poblacion.

25
Posteriormente Portugal promulgó en el año 2010, con el gobierno de Aníbal Cavaco
da Silva, la ley sobre matrimonios homosexuales que entró en vigor en mayo de ese
año. Seguido de este país, Noruega los legalizó el 1° de enero de 2009 y cinco meses
después de que lo aprobara Noruega, le llegó el turno a Suecia.

Así ha sido la cronología de la legalización del matrimonio gay en algunos de los países
del mundo, es de esperarse que con el transcurrir del tiempo, algunos más se sumen a
la lista.

Como se ha podido advertir, la aceptación de la homosexualidad ha sido un camino


muy difícil para los gays y lesbianas que han aceptado su preferencia sexual
abiertamente. Actualmente existen teorías que tratan de probar cuál es el origen de
ésta, pero no han llegado a alguna conclusión certera. Sin embargo con el paso del
tiempo, los homosexuales han ido abriendo caminos a través diversas instancias con la
finalidad de lograr, ciertos derechos, como son las llamadas familias homoparentales.
En el siguiente capítulo, se retoma a la familia, en específico a la familia homoparental.
Se mencionan sus dinámicas internas en comparación con la familia heterosexual.
Asimismo se presenta un estudio, el cual proporciona datos interesantes acerca de la
relación entre padres e hijos y las formas de convivencia que estas familias tienen. Se
presenta una historia particular de una niña hija de dos madres lesbianas.

26
CAPÍTULO 2
LA FAMILIA HOMOPARENTAL

2.1 La familia homoparental: el recorrido

La comunidad homosexual inició en México una verdadera lucha por la igualdad de sus
derechos ciudadanos a partir de la década de los 70, después de severas represiones
sociales, religiosas y de persecución policíaca, documentadas desde el tiempo de la
colonia en nuestro país.

Bajo la influencia de movimientos internacionales, iniciados particularmente en Francia


y Estados Unidos, a finales de los años 60 e inicios de los 70, los homosexuales en
México dieron comienzo a un proceso de organización en la búsqueda de la igualdad
de derechos. El 26 de julio de 1978 “…miembros del FHAR10 se unieron a una marcha
contra la represión del régimen político que demandaba la libertad de presos políticos.
Este contingente de homosexuales portó pancartas pidiendo, a su vez, la ‘liberación’ de
los ciudadanos homosexuales del sistema represivo dominante. Dos meses más tarde
(…) se unieron a la marcha conmemorativa del décimo aniversario de la matanza de
Tlatelolco”. (Letra S: 2011).

Más tarde, en 1979 surgió la llamada “marcha del orgullo gay”, que a partir de esa fecha
y hasta nuestros días tiene lugar cada año. Este movimiento se amplió en los ochenta,
especialmente, a través de la literatura, el teatro, y la música; espacios aprovechados
por la comunidad gay para difundir en las artes su inconformidad y lograr, por otra
parte, cierta tolerancia y comprensión social.

De esta forma, hemos visto aparecer obras de notoriedad en el mundo intelectual, como
El vampiro de la colonia Roma, de Luis Zapata. Esta es una novela que relata, sin

10
Frente Homosexual de Acción Revolucionario

27
prejuicios, la vida de un homosexual. Se trata, sin duda, de una de las obras literarias
más importantes en el mundo gay.

Otra obra importante es: Y sin embargo se mueve. Esta es una puesta en escena para
teatro del músico José Antonio Alcaráz. El estreno de esta obra tuvo lugar en la UNAM,
con gran éxito y aceptación, causando sorpresa debido al tratamiento abierto de la
homosexualidad, cuando ésta era totalmente rechazada, juzgada y muy mal vista en
México.

En cuanto a la música, éste fue también un espacio de expresión. La agrupación


rockera Contra Cultura (MCC) incorporó en sus letras la temática gay.

De la década de los 80 a nuestros días, la comunidad homosexual mexicana ha visto


avances importantes en asuntos como la no discriminación, la igualdad, la dignidad
humana y el poder formar una familia.

El salto fue sin duda vertiginoso en el derecho civil, sin embargo la comunidad lésbico
gay todavía siente que el camino por recorrer es largo, particularmente en materia
religiosa, donde el avance ha sido nulo para que la jerarquía católica les acepte y
respete.

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó en 2006 la Ley de


Convivencia. Posteriormente, con las reformas al Código Civil en el Distrito Federal, la
capital del país se puso a la vanguardia al permitir el matrimonio entre dos personas de
un mismo sexo y, no sólo eso, también se otorgaron a este grupo minoritario el
derecho de sucesión, la seguridad social y la adopción de menores.

Cabe subrayar que, si bien el matrimonio gay está sólo permitido y legislado en el
Distrito Federal, todos los estados de la República Mexicana se obligan a respetar estas
uniones y los derechos adquiridos.

28
2.2 Familia homoparental - familia heterosexual y sus dinámicas

Los roles son aquellas tareas o papeles que los miembros de una familia llevan a cabo.
“Es la expectativa que tiene un grupo social respecto a la conducta de una persona que
ocupa una posición” (Alcala, 2009: 4). Este autor señala 3 tipos de rol:

 Conducta esencial: es aquella que necesariamente debe realizarse para ejecutar


un rol, sin ésta no estaría cumpliendo su función, por ejemplo, una mamá debe
alimentar a su bebé.

 Conducta permitida: es aquella que sería ideal que fuera llevada a cabo pero no
es obligatoria, si no se realiza, las consecuencias no son graves, pero si es
llevada a cabo, los resultados serian mejores, como leer alrededor de 20 minutos
diarios con los hijos.

 Conducta prohibida: son aquellas conductas que pueden llegar a ser


sancionadas inclusive por la ley y que no deben llevarse a cabo, por ejemplo, el
maltrato hacia un hijo.

Tanto para las familias homoparentales como para las heterosexuales, estos roles son
aquellas conductas que se espera sean llevadas a cabo dentro del núcleo familiar. Los
roles forman parte de la organización y estructura de una familia, de ellos se derivan
también los límites en la conducta hacia la búsqueda de una convivencia sana y en
beneficio de todos los miembros de una familia.

Los roles, según Alcala (2009: 7) poseen ciertas características:

 Dentro de la familia los roles no se repiten, cada rol es únicamente de la


persona a la que le corresponde llevarlo a cabo.

29
 Existen expectativas y reglas respecto a la conducta de cada uno.
 Los roles están entrelazados, el rol de cada persona va a definir el de alguien
más, por ejemplo, madre e hijo.
 Cada persona va a tener varios roles, por ejemplo el padre proveedor, quien
toma decisiones y es responsable de la familia.
 Cada familia tiene roles particulares, intransferibles.
 Los roles de las familias sólo tienen validez dentro de un contexto
sociocultural determinado y en un tiempo especifico.

En las familias homoparentales, de acuerdo con un estudio realizado por González


(2002: 538) los roles de los padres se dividen entre la pareja homosexual, “80% de los
padres y madres estudiados se caracterizan por su androginia, es decir, presentan
rasgos asignados tradicionalmente al rol tradicional masculino (decisión, autonomía,
asertividad) como otros más asociados al rol femenino (empatía, sensibilidad,
sociabilidad). Un 5% de los progenitores se ajustaban al rol masculino mas tipificado y
un 15% al rol femenino”. Siguiendo a la autora y a lo mencionado por Alcala (2009), se
puede mencionar que, los roles se llevan a cabo dentro de las familias a través de la
convivencia que existe entre las personas que la integran, puesto que en las familias
homoparentales los roles también se entrelazan a través de la relación proveniente de
los hijos y la pareja. Aun cuando en las parejas homoparentales sea indistinto el rol del
hombre y la mujer, estos poseen las mismas características que en las familias
heterosexuales.

De acuerdo con Alcala (2009), los roles determinan el funcionamiento ordenado en una
familia, donde se brindan los elementos esenciales para la integración de ésta y la
convivencia con otras familias, cuyos códigos de entendimiento serán muy parecidos.
Para ambos tipos de familias, esto es importante, pues la convivencia con otras familias
y la integración dentro de la propia se da a través de los roles que se llevan a cabo en
la dinámica de éstas.

30
Los roles permiten la satisfacción de las necesidades de los demás a través de las
propias, y es a través de ellos que los padres pueden inculcar en los hijos los valores
propios de cada familia.

Quintana (1993: 174) expone los roles básicos que la familia debe cumplir. Esto lo
establece de la siguiente manera:

Emotividad
Cariño
AFECTIVIDAD Sentimientos
Autocontrol de las pulsiones: celos,
Agresividad, etc.

Individuales
MODELOS DE Con los próximos
COMPORTAMIENTO
Y VALORES Sociales Con los extraños

Verbal
ESTIMULACIÓN Cognitiva
Cultural

Hábitos básicos
CUIDADOS
Organización personal
DOMÉSTICOS
Organización doméstica

31
En las familias tradicionales, los roles están bien definidos. Normalmente la madre es
quien se encarga del cuidado del hogar, es decir; su tarea principal es el cuidado de los
hijos y el trabajo doméstico. El hombre, por el contrario, juega un papel de proveedor a
través del trabajo remunerado y es quien toma las decisiones, sin que esto quiera decir
que el padre no tenga un rol preponderante en la vida afectiva del niño. “El rol paterno,
al igual que el materno, están influenciados en gran medida por la formación genérica,
debido a que los roles de género han colocado a cada uno de los sujetos dentro de
estructuras sociales y familiares especificas…” (Haces, 2006: 131). Los hijos, por su
parte, tienen por responsabilidad seguir las reglas establecidas por el padre y la madre
en el hogar.

No obstante, los roles tradicionales se han visto modificados al paso del tiempo “…en
buena medida por las transformaciones genéricas promovidas por el movimiento
feminista (Clare, 2000), el acceso de las mujeres a trabajos asalariados (Castells,
1997), la posibilidad de controlar la fecundidad, la mayor educación formal de las
mismas” (Haces, 2006: 132).

En cuanto a la familia homoparental, se distingue por no seguir los roles tradicionales al


estar integrada por dos personas del mismo sexo. Las parejas homosexuales
conformadas por mujer-mujer, hombre-hombre pueden obedecer a roles combinados
entre lo que correspondería al padre o la madre en un núcleo familiar heterosexual.
Según González (2002), podemos afirmar que aun cuando en la familia homoparental
existen dos hombres o dos mujeres, estos llevan a cabo sus roles de manera indistinta,
pero siempre cumpliendo con las características antes mencionadas de los roles y las
dinámicas familiares. Esto se analizará en el siguiente apartado, ya que la estructura
de la familia cambia, pero no su interacción.

32
2.3 España, estudio sobre familias homoparentales

En este apartado se aborda un estudio realizado en España sobre el desarrollo y


dinámicas de la familia homoparental.

El estudio consistió en tomar una muestra de 28 familias homosexuales, tanto de gays


como de lesbianas, que viven con sus hijos o tienen convivencia muy frecuente con
ellos. El estudio incluyó entrevistas y algunas evaluaciones psicométricas para conocer
el desarrollo tanto de los padres como de los hijos en los ámbitos personal y social.

Lo que más nos interesa en este trabajo es la situación familiar y la educación de estos
niños como parte de familias homoparentales. Las familias estudiadas están formadas
por 25 niños, de los cuales 13 son mujeres y 12 son varones. La edad que se estableció
como límite fue de 16 años. En cuanto a las edades y al nivel educativo en el que se
encontraban los niños fue el siguiente:

 5 niños estaban en guardería (3-6 años),


 12 estaban en primaria (6-12 años), y
 8 se encontraban en secundaria (12- 16 años).

De dichos niños, 18 se encontraban en escuelas públicas, y 7 en privadas.

Los aspectos evaluados en el estudio fueron los siguientes:

 Relación de pareja
De acuerdo con la investigación coordinada por González (2002: 543), la relación de
pareja en la familia homoparental muestra un bajo grado de conflicto. Las cifras
obtenidas en el estudio nos indican que la pareja homosexual tiene notable estabilidad
emocional y el amor es el sentimiento predominante en la relación.

33
Cabe mencionar “…que las madres estudiadas valoran su relación de pareja como
caracterizadas por altos grados de ‘amor’ y entre bajos y medios en ‘conflicto’,
dibujando así un perfil de relación que resultaba bastante deseable” (González, 2002:
543)

 Organización de la familia
Respecto a la organización de la familia homoparental, González (2002) asegura que el
cuidado de los hijos, las tareas domésticas y la toma de decisiones, se llevan a cabo
en partes equitativas, como lo demuestran los resultados expuestos a continuación:

La toma de decisiones se comparte de manera equitativa entre la pareja. En cuanto al


cuidado de los hijos e hijas el trabajo se divide en forma igualitaria, pues estas parejas
tratan de equilibrar el reparto de las obligaciones que se generan en casa, así como las
tareas domésticas.

 Relación entre padres e hijos


En cuanto a la relación que mantienen las madres con sus hijos e hijas, la investigación
tomó en cuenta las siguientes variables: grado de comunicación, grado de expresión de
afecto y grado de conflicto con los hijos. Se obtuvieron los siguientes resultados.

Grado de comunicación

Se refiere al nivel de comunicación que existe en las parejas estudiadas en relación con
sus hijos. Con base en las entrevistas, el resultado al que llegó el estudio fue que
“…padres y madres caracterizaron las relaciones con sus hijos o hijas en sus niveles
más altos, dado que la gran mayoría, el 81%, las describió como ‘muy comunicativas’,
un 13% como ‘bastante comunicativas’ y el 6% restante situó la relación en niveles
medios de comunicación” (González, 2002: 546).

34
Los entrevistados coincidieron en señalar que la comunicación al interior de su familia
es muy buena, lo que resulta en una buena relación e interacción entre padres e hijos,
que finalmente se traduce en lazos afectivos sólidos.

Grado de expresión de afecto


Se refiere al grado de afecto que existe entre los padres y los hijos en las familias
homoparentales.

Sobre el grado de expresión de afecto en la familia “… 75% indicó que las relaciones
eran ‘muy afectuosas’, el 22% las calificó como ‘bastante afectuosas’ y sólo el 3% como
‘medianamente afectuosas’”. (González, 2002: 547).

Los porcentajes antes citados nos permiten subrayar que las relaciones entre los
miembros de una familia homoparental tienen un alto grado de afecto, porque es
voluntad de la pareja homosexual formar una familia. A diferencia de las familias
heterosexuales, donde se observan embarazos no deseados, matrimonios forzados
debido al mismo embarazo -por citar sólo algunos ejemplos-. En la pareja homosexual,
el acuerdo de tener a los hijos bajo su custodia es mutuo y totalmente libre,
característica que a largo plazo resultará benéfica para la educación y formación de sus
hijos.

Grado de expresión de conflicto


Entiéndase como los problemas o conflictos que existen dentro de las familias de la
muestra. No hay que olvidar que la mayoría de los niños están en la etapa adolescente.

Los resultados obtenidos en este rubro fueron: “… 19% describió estas relaciones como
‘nada conflictivas’, el 50% de la muestra consideraba que sus relaciones eran ‘poco
conflictivas’, y el 16% que eran ‘medianamente conflictivas’”. (González, 2002: 547).

35
Asimismo algunas familias estudiadas obtuvieron un mayor grado de conflicto, no
obstante resultaron en menor porcentaje. “…9% considera las relaciones con sus hijos /
hijas como “bastante conflictivas” y un 6% como “Muy conflictivas”. (González, 2002:
547).

 Relación con la sociedad

Respecto a las relaciones que tienen con la sociedad, es importante resaltar que estas
familias cuentan con una “red social” relativamente amplia con la que mantienen
contacto cotidiano o semanal, según González (2002). Es importante hacer mención
que los niños de la muestra gozan de buena aceptación en el ámbito escolar. Esta
misma autora concluye que “… no se obtuvieron diferencias significativas en la
aceptación por parte de sus compañeros de clase” (González, 2002: 566).

Con respecto a los resultados de las pruebas que se les hicieron a los chicos y chicas,
los resultados fueron los siguientes:

 Autoestima

Es importante enfatizar que los grupos con los que se hicieron las comparaciones,
fueron compañeros de clase del mismo sexo que de los niños de familias
homoparentales. Así como de familias heterosexuales, los resultados obtenidos son de
chicos de autoestima establecida en un polo positivo, es decir, la autoestima de los
hijos de familias homoparentales no establece una diferencia de aquéllos que son de
familias heterosexuales; ya que al tener una interacción adecuada con sus padres así
como una atención y comunicación significativa, el resultado se refleja en una
autoestima alta.

En el caso del ajuste emocional y de comportamiento, cabe hacer mención que “… no


había diferencias estadísticamente significativas entre los distintos grupos de chicos y

36
chicas” (González, 2002: 565) con respecto a las familias homoparentales y
heterosexuales.

 Aspecto Académico

En el aspecto académico, a los chicos y chicas provenientes de familias


homoparentales “… sus profesores les valoran en niveles entre medios y altos”
(González, 2002: 560). Los resultados obtenidos indican que no hubo diferencias
estadísticamente significativas en comparación con las muestras de los chicos de
familias heterosexuales. Esto indica que la familia homoparental tiene tanto o más
dedicación con sus hijos que las parejas heterosexuales.

Estos son sólo algunos de los resultados que arrojó el estudio realizado por González
2002, tomamos para este trabajo particularmente aquellos enfocados a la educación,
tema de esta tesina.

2.4 Testimonio de una familia homoparental en España.

A continuación citamos un caso de una familia homoparental en España, la cual está


compuesta por dos madres: Cristina y Narea. Ellas son una pareja de madres lesbianas
que decidieron tener un hijo a través de la inseminación artificial, así nació Afrika, quien
tiene alrededor de 10 meses al momento de este relato.

Decidimos presentar el testimonio íntegro debido a que en muy pocas ocasiones el


sentir de una madre homoparental se ve reflejado de manera pública. La historia en sí
es una respuesta a algunos de los cuestionamientos planteados para el desarrollo de
este trabajo, y su importancia radica en que es una fuente de información confiable.

37
Cómo es vista la familia homoparental, la voluntad de ser madres y el consecuente
amor hacia su hija son algunos de los valores que imprime su autora a este relato, y
que yo comparto ahora con ustedes. (Mujika, 2005).

Este verano en vacaciones, mientras jugábamos en los columpios con Afrika, nuestra
hija de 10 meses, se nos acercó una niña de unos 9 años y después de jugar un ratito
nos preguntó a ver si éramos amigas. Le respondimos que éramos pareja. Después
preguntó de quién de las dos era hija Afrika. Nosotras respondimos que de ambas. A
ella le sorprendió y nos comentó que no sabía que dos mujeres pudieran tener un hijo.

Entónces le contamos que Nerea se había quedado embarazada y ante su curiosidad


por los detalles le explicamos que habíamos querido tener hijos y como para eso se
necesitaba semen –y buen semen- habíamos ido a una clínica, como cualquier pareja
cuando tiene dificultades para tener hijos. A aquella niña le pareció perfectamente
lógico y razonable. Así de sencillo. Y así de sencillo lo hemos vivido también junto a
todos los padres y madres del barrio que les ha tocado un embarazo al mismo tiempo,
compartiendo desde el principio las mismas preocupaciones y alegrías. Si nos
preguntaran si existe alguna diferencia con respecto a otras parejas, tal vez sería
interesante el comentario que hizo el otro día una vecina: “Tener un bebé es una
revolución en el mundo de la pareja, vosotras os casáis ahora y yo creo que de lo que
me entran ganas es de divorciarme”. Esta es una sensación curiosa y graciosa
compartida también por más padres y madres del barrio.

Al hilo de este comentario, desde el principio siempre nos han percibido a ambas –a
veces con cierta envidia- como igualmente partícipes y responsables del cuidado de
Afrika. Y así ha sido. Especialmente, desde que Nerea dejó de darle pecho a los 4
meses, Afrika acude a ambas indistintamente, independientemente de lo que quiera. O
mejor dicho, elige en ocasiones a una o a otra dependiendo de lo que busca. Es decir,
probablemente porque soy yo quien más veces le da de comer o le canta y cuenta
cuentos, me busca más a mí (Mummy) cuando tiene hambre o quiere consuelo, y,

38
acude más a Nerea (Ama) cuando quiere hacer travesuras, ya que es con ella con
quien comparte más horas de juego. Ésta es otra observación importante que echa por
tierra el tópico de que con la madre que te dio a luz existe un vínculo insuperable y en el
que a menudo parece que se escudan algunos padres para no ser un igual en
responsabilidad.

Es una de las cuestiones más importantes que nuestra experiencia nos ha enseñado.

Por lo demás, la mayor novedad que nos acompaña es ser de las primeras en hacer
una serie de cuestiones administrativas, tales como casarse, adoptar, cambiar el libro
de familia y, en ocasiones, encontrarse al funcionario de turno que no sabe muy bien
como rellenar los desfasadísimos formularios, por ejemplo. Lo bueno es que estas
cosas siempre van para adelante, y para los que vengan por detrás – y para un posible
hermanito de Afrika-, todo será cada vez más sencillo. Es ley de vida.
Nerea, Cristina y Afrika.

Es muy interesante darnos cuenta de la importancia que da la sociedad en las


relaciones de todas las personas. En este caso, una niña de 9 años quien comparte
tiempo de juego con una hija de una familia homoparental, se cuestiona el por qué esta
niña tiene dos mamás, lo que genera que alguna de ellas le dé una explicación. En este
caso, la niña de 9 años quien hace las preguntas, puede entender cuál es la realidad
que viven estas dos madres, pero a su corta edad lo ve como una realidad que se
presenta y no le ocasiona mayor conflicto. En ocasiones, el conflicto viene cuando se
trata de personas mayores, las cuales al tener cierta ideología, pueden presentar una
opinión diferente. Lo importante es respetar a cada persona y de la misma forma a las
familias homoparentales, las cuales son parte de la sociedad y merecen su integración
a ella como cualquier otra persona.

Este testimonio nos demuestra que la sociedad puede entender lo que una familia
homoparental implica, pero a pesar de los estudios que existen, no se ha dejado de

39
lado el prejuicio social que es aquel que lleva a la marginación de las familias
homoparentales y por tanto de la misma forma a su hijos.

2.5 Algunas reflexiones sobre la paternidad/ maternidad homosexual

A nivel internacional, se ha creado un debate sobre el hecho de que las parejas


homosexuales deseen tener hijos y formar una familia. Podemos ver alrededor del
mundo en las noticias, desde algunos años atrás y hasta la fecha, que es una situación
social que causa dudas y genera debate. Mujika (2005: 7) nos señala que “…merece la
pena pararse a pensar lo que supone para los niños y las niñas que crecen en este tipo
de familias los argumentos en contra de la idoneidad para ejercer adecuadamente roles
parentales de los y las que son en la actualidad sus madres y padres.” La realidad es
que lo que se ha ido investigando a través del tiempo, permite darnos cuenta de que es
más la opinión personal de los adultos, así como la que se escucha en los medios de
comunicación y/o en la vida cotidiana. Hay que decir que la forma de pensar de la
sociedad adulta se ha generalizando sin argumentos previos para hablar sobre dicho
tema.

Cierto es que se han realizado pocos estudios serios al respecto, no todas las familias
gay quieren ser objeto de laboratorio social, pero gracias a las lecturas para este
trabajo y a aquellos investigadores que se han invertido en el tema pudimos darnos
cuenta de que las parejas homosexuales tienen naturalmente un sentido paternal o
maternal, y son por supuesto capaces de cumplir con los roles familiares y la crianza de
los hijos.

Al respecto Mujika (2005: 7) nos hace mención de que “…el niño o la niña necesita a su
lado adultos que les quieran, les cuiden, protejan y atiendan sus necesidades. En este
sentido, y para los niños y las niñas, el debate social sobre si los padres y las madres

40
son heterosexuales, gays o lesbianas es irrelevante, es un debate que sólo importa a
los adultos y que se aleja de los verdaderos intereses de los niños y las niñas.”

Es importante en este punto recapitular sobre la investigación de González, cuyas


conclusiones son que una pareja homosexual es capaz de formar una familia en primer
lugar porque así lo desea, en segundo, porque tienen un alto grado de autoestima –
misma que trasmiten a sus hijos, - y en tercer lugar, una capacidad económica
sobresaliente al común de las demás personas, normalmente preparadas y con buenos
empleos “… los resultados parecen indicar claramente que los padres gays y las
madres lesbianas de la muestra estudiada reúnen las característica personales que
reflejan, a priori, un buen desempeño en sus tareas parentales. Esto se deduce del
hecho de que sean padres y madres sanos, con buena autoestima y flexibles en sus
roles de género” González (2002: 568).

Es importante hacer mención de que para estas parejas la paternidad y la maternidad


es de gran importancia y que tiene un origen diferente al de las parejas heterosexuales,
debido a que la relación heterosexual no es parte de su naturaleza “…En este modelo
se rompe el vínculo “sexualidad-reproducción” (Mujika; 2005: 5) cuando estas parejas
tienen hijos lo hacen como un completo acuerdo entre ambos y buscan las diferentes
opciones que tienen para concebirlos o adoptarlos.

La anterior situación lleva a que: “…la maternidad o la paternidad no ha sido una


circunstancia inesperada o fortuita, sino que han reflexionado mucho sobre ella y la han
buscado activa y propositivamente, por procedimientos como la adopción o la
reproducción asistida que suelen comportar dificultades de diversas índoles (demoras,
estudios, etc.)” González (2002, 569). Esto refuerza el hecho de que no son familias
circunstanciales, sino familias que se configuran libremente.

En el presente análisis se ha expuesto la forma en que padres e hijos se interrelacionan


hacia el interior de su familia y cómo lo hacen hacia al exterior de la misma, así como

41
en sus relaciones sociales y en la escuela. Pudimos apreciar que los roles que se llevan
a cabo en ella, son los mismos que se dan en una familia heterosexual, con la
excepción marcada en cuanto a la diversidad, en la que los hijos de padres
homosexuales tienen más información, lo que coadyuva en sus valores personales
como la tolerancia, la no discriminación y la igualdad de derechos, entre otros. Los
valores, la educación formal y el aseguramiento económico, resulta para las familias
homoparentales tan importante como para las heterosexuales.

El siguiente apartado está dedicado especialmente a la educación de los hijos de


familias homoparentales. Se aborda el por qué las parejas homoparentales buscan
tener hijos, así como algunas opiniones de personas expertas en el ámbito psicológico
y pedagógico. Se analiza también la importancia de la educación en la familia y en
especial en la homoparental, así como su relación con la escuela.

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CAPÍTULO 3
LA EDUCACIÓN Y EL DESARROLLO DE LOS HIJOS DE PADRES
HOMOPARENTALES

3.1 La búsqueda de los hijos en la familia homoparental.

Cuando hablamos de matrimonio y familia pensamos en hijos casi de manera


automática, es raro que una pareja no desee tener hijos una vez casados y, por otra
parte, la sociedad mexicana se ha mostrado exigente al respecto, basta recordar
comentarios tan recurrentes como “¿Para cuándo te embarazas?”, ¿Qué no piensas
tener hijos? ¿Cuándo nos das la sorpresa?”.

Es importante hacer énfasis en que las familias homoparentales no son familias


formadas por casualidad, se trata de familias que han sido planeadas, deseadas y
buscadas a través de diversas formas; “… la maternidad o la paternidad no ha sido una
circunstancia inesperada, o fortuita sino que han reflexionado mucho sobre ella y la han
buscado activa y propositivamente, por procedimientos como la adopción o la
reproducción asistida…” (González, 2002: 569).

Al referimos en especifico a las familias homoparentales, los hijos toman una


perspectiva distinta a las parejas comunes. Los homosexuales y las lesbianas que han
decidido de mutuo acuerdo formar una familia buscan tener hijos, con todos los
obstáculos que ello representa. Concebirlos para una mujer que no desea tener
relaciones sexuales con un hombre, es complicado; así como para un hombre cuya
pareja no está diseñada biológicamente para concebirlos a través del coito, queda
entonces la adopción, uno de los procesos más difíciles y largos en nuestro país.

Según Cadoret (2003), existe una gran variedad de métodos para que estas familias
puedan tener hijos:

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 Formación familiar mixta: Es aquella en la que la familia heterosexual procrea un
hijo y al separarse una de las partes forma una nueva unión con una pareja de
su mismo sexo. Cabe mencionar que en esta familia el hijo es de la primera
pareja, proviene de una relación heterosexual y compartirá sólo una parte de su
relación con la nueva pareja de su padre o madre, puesto que el pequeño tendrá
un padre y una madre progenitoras y la nueva pareja será sólo una nueva figura
materna o paterna, según sea el caso.

 Sistema de coparentalidad: En esta modalidad la familia homoparental, integrada


ya sea por dos padres o dos madres, busca una familia homoparental del sexo
opuesto para ponerse de acuerdo a fin de procrear un hijo y criarlo entre las dos
unidades familiares, la paterna y la materna. Cabe mencionar aquí que el hijo
será procreado por una parte materna y una paterna de ambas familias, aunque
sean los 4 (dos padres y dos madres) los que críen al hijo. En este sistema los
pequeños engendrados tendrían dos padres y dos madres en su primera etapa
educativa y a lo largo de su vida.

 Adopción: esta es la manera más común de tener hijos para las familias
homoparentales. Las condiciones o restricciones para la adopción dependen
mucho del país o estado en el que la pareja pretenda adoptar a un pequeño. En
México son otros factores los que influyen, como la estabilidad emocional y
económica de la pareja, antes que su preferencia sexual; esto tras el
reconocimiento en el Distrito Federal del derecho a la adopción por parte de
matrimonios constituidos por dos personas de un mismo sexo.

 Nacimiento de un hijo engendrado por técnicas de procreación asistida: En este


sentido, se considera la inseminación artificial en el caso de las parejas
homoparentales formadas por dos mujeres, o la misma técnica con un vientre o
madre de alquiler, en el caso de las familias homoparentales formadas por dos
hombres. En el caso de los hombres, resulta más complicado al necesitar una

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madre capaz de prestar su vientre para el desarrollo del embrión así como uno
de sus óvulos. En la mayoría de los casos son los mismos hombres los que
proporcionan el esperma y sólo buscan un óvulo para la procreación.

En el caso de las mujeres, ellas sólo necesitan un esperma o un donante para


una inseminación artificial y buscar un embarazo. Es una técnica que presenta
varias dificultades puesto que es necesario un tercero para procrear; no obstante
es uno de los métodos más benéficos y también uno de los más solicitados pues
el niño será hijo biológico de un miembro de la pareja y, por tanto, el niño tendrá
la misma sangre de su padre o madre. De igual modo, su educación correrá por
cuenta de la pareja homosexual sin la intervención de otra pareja como en el
caso de 4, dos madres y dos padres.

En México el vientre de alquiler o la ley de gestación subrogada tiene como


objeto que una pareja, que por alguna razón no puede tener hijos, tenga esa
oportunidad. Legalmente deben firmar un contrato ante notario público con otra
mujer para concebir un hijo mediante la reproducción asistida “… que consistirá
en la transferencia de embriones humanos en una mujer, producto de la unión de
un óvulo y un espermatozoide fecundados por una pareja interesada”.
(Castillejos, 2011)

Es importante hacer mención que no todas necesariamente las parejas gay quieren
tener hijos, algunos de ellos sólo buscan la unión con una pareja de su mismo sexo sin
que ello signifique la reproducción o, en su caso, la adopción.

3.2 Algunas opiniones expertas en familias homoparentales.

Se debe recordar, como se ha mencionado en capítulos anteriores, que la comunidad


lésbico-gay tiene como objetivo la igualdad de derechos. Una pareja homosexual puede

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vivir de manera estable muchos años, pero, al no tener el matrimonio como un derecho,
viven socialmente marginados con respecto al resto de la sociedad que sí tiene ese
derecho, tanto como el de formar una familia. En este apartado, haremos una breve
recopilación de las opiniones de varios expertos en el tema. A partir de estas
reflexiones, podremos ver distintos puntos de vista sobre la maternidad y la paternidad
homosexuales.

El profesional Josetxsu Linaza (2005: 13), de la Universidad Autónoma de Madrid, nos


habla de la paternidad homosexual como una realidad que se vive en nuestros días ya
de manera más abierta, aún cuando existe el rechazo por diversos sectores sociales;
no obstante que se trata de niños cuyo desarrollo no pide nada al de aquellos cuya
crianza se da en familias heterosexuales “…chicos y chicas de familias homoparentales
no difieren de los criados con progenitores heterosexuales en ningún área del desarrollo
intelectual o de la personalidad” (Linaza, 2005: 13).

Para este autor, la paternidad homosexual es siempre una mejor opción que para el
niño que habita en un albergue sin el cuidado, atenciones y amor de una familia.
“…hablamos de niños que tienen ya la desgracia de no ser criados por sus padres. La
opción entre vivir en una institución o ser adoptados por adultos que les quieran, no
ofrece duda.” (Linaza, 2005: 13). Es evidente que una institución proporcionará al
menor el recurso material para sobrevivir, pero la cuestión afectiva queda a un lado, y
en el mejor de los casos, como un acto voluntario del personal que labora en esos
lugares.

Ángel Bao (2005, 14), responsable técnico de acogimiento familiar y adopción de la


diputación Foral de Bizkaia, opina que este tipo de familia y de relaciones son una
realidad mal vista por los conservadores que “…toleran muy mal que esa realidad se
haga visible, participe del espacio público y, peor aún, se convierta en cuerpo legal,
transformando los valores dominantes y establecidos.” Cierto, para algunos grupos los
derechos adquiridos por los homosexuales o las lesbianas representan una amenaza, e

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incluso algo fuera de la norma, ésta que inicia y acaba para esos grupos en la pareja
heterosexual. “Una vez asentado el derecho al matrimonio de las personas gays y
lesbianas, restringir por esa condición el acceso a la adopción, supondría generar una
situación de agravio…habría limitado o condicionado el tan reivindicado superior interés
del menor, dejando a muchos de ellos sin la cobertura legal a la que tienen derecho.”
(Bao, 2005: 14). Independientemente de los derechos adquiridos, el funcionario señala
aquí de manera clara que la diversidad sexual no es una excepción a la regla.

En el ramo de la psicología, señala que “…nos ocupamos de las motivaciones de la


pareja, su ajuste, las condiciones materiales, la edad o las expectativas ante la
adopción, pero en ningún caso de evaluar características, orientaciones o actitudes
estrictamente personales.” (Bao, 2005: 14). El encargado de la adopción en Foral de
Bizkaia, asegura que no es interés de la institución la tendencia sexual de las personas
tanto como su deseo de abrigar a un infante en las mejores condiciones posibles.

Los niños que adoptan “…tienen derecho a esperar de los servicios de protección que
tratemos y hagamos lo posible para ‘garantizárselo’, no que proyectemos a sus futuros
padres o madres nuestros valores o pre-juicios morales.” (Bao, 2005: 15). Lo
importante, de acuerdo con esta reflexión, es que los niños resulten beneficiados con la
adopción, sin importar que sus padres sean homosexuales, del mismo modo que se
exige a una pareja heterosexual. En palabras de Bao (2005), lo fundamental es que el
menor sea acogido en una familia estable, que garantice el amor y cuidados necesarios
en la vida de un niño, tanto como su educación, alimentación y vestido; es decir, la
institución es garante de la elección de la familia óptima, no interesa si se trata de una
familia heteroparental u homoparental.

De igual manera, cabe destacar que “los estudios e investigaciones realizadas, siendo
cierto que su alcance y control científico parece mejorable, concluyen que no existen
diferencias significativas entre la situación de los niños criados en familias hetero u
homosexuales.” (Bao, 2005: 15). En este punto creemos oportuno tomar en cuenta la

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opinión de María González (2005) de la Universidad de Sevilla, autora del estudio que
tratamos en el capítulo dos. De acuerdo con el estudio, investigaciones realizadas hasta
el 2005 en países como Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Francia, Holanda,
Canadá y España, indican que las familias homoparentales “…se comprometen con su
papel como padres o madres y pueden ser igualmente buenos conocedores del
desarrollo infantil y de cómo intervenir en él para potenciarlo.” (González, 2005: 16).
Podemos decir que la orientación sexual de una persona no es determinante en la
educación de un niño, así como se pueden dar ejemplos de heterosexuales que
conocen poco acerca del desarrollo infantil.

Los padres homosexuales son tan capaces de establecer normas en cuanto a la


educación que les proporcionan a sus hijos, basada en la comunicación y el amor,
como las parejas heteroparentales; capaces también de plantear límites y
responsabilidades a sus hijos e hijas “…como por la vida cotidiana estable y variada
que procuran para ellos y ellas.” (González: 2005: 15). Las parejas homoparentales
“…suelen establecer relaciones igualitarias en las que comparten las tareas domésticas
y de cuidado de sus criaturas…” (González, 2005; 15), situación que no se da
comúnmente entre las parejas heteroparentales, donde prevalece una marcada
preferencia hacia el hijo varón. La igualdad en las relaciones puede obedecer a una
extensa comunicación con el fin de compartir tanto obligaciones como derechos en la
familia, siendo un motor muy poderoso el hecho de que la desigualdad y la
discriminación fueron los principales verdugos para los homosexuales y lesbianas en su
familia de origen, modelo que no desean repetir.

Las parejas homoparentales, del mismo modo que las heteroparentales, están
relacionadas con otras familias de la sociedad, “…que están compuestas por personas
homosexuales y heterosexuales, con hijos y sin ellos, así como por amistades y
familiares de quienes reciben el apoyo necesario para sus tareas parentales.”
(González, 2005: 18). No se trata pues de familias aisladas, tienen un círculo social que

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les acepta, les estima y admira, lo que establece una red de apoyo importante en sus
deberes como padres o madres.

Cabe mencionar que los hijos de las familias homoparentales, según estudios
realizados “…muestran un desarrollo sano y armónico en las distintas dimensiones que
se han estudiado: autoestima, ajuste emocional y comportamental, identidad sexual y
genérica, competencia social, competencia académica, desarrollo moral e integración
social…” (González, 2005: 18), lo que las lleva a ser una opción de familia para los
pequeños que no la tienen.

Los estudios consultados para este trabajo sobre la familia homoparental coinciden en
señalar que “…no se ha encontrado que la orientación sexual de los progenitores sea
una variable que determine o comprometa el ajuste psicológico de hijos o hijas…”
(González, 2005: 17). La identidad sexual, según nuestra autora, depende de varios
factores, entre ellos de la dinámica familiar, el grado de conflicto y el afecto que se vive
de padres a hijos.

Hay que hacer énfasis en que “…las organizaciones profesionales norteamericanas de


Psicología, Pediatría, Psiquiatría, Psicoanálisis y Trabajo Social han hecho
declaraciones al respecto…” (González, 2005: 18) de este tema en las cuales se hace
evidente que los hijos de padres homosexuales presentan las mismas condiciones de
salud y desarrollo con respecto a las de las familia heterosexuales, por lo que se han
situado a favor del matrimonio homosexual así como a la reproducción asistida o la
adopción de estas parejas, pues en realidad hacen énfasis en que no existe evidencia
de que sea un hogar que les pueda ocasionar dificultades a estos niños en su
desarrollo o salud, sino que crecen y se desarrollan de la misma forma que los hijos de
las parejas heterosexuales.

De acuerdo con la bibliografía consultada, no existe ningún estudio científico que


pruebe diferencia alguna entre la salud y el desarrollo psicosocial de los niños criados

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por padres lésbico-gay; al contrario, se destaca “…su grado de compromiso vital con
niños y niñas, su capacidad para generar vínculos estrechos y crear entornos cálidos y
estables” (González, 2005: 18).

La familia homoparental puede tener poderosos detractores como la religión, cualquiera


que ésta sea; sin embargo, investigaciones serias a nivel académico, acompañadas de
una metodología científica no han registrado en sus resultados datos negativos o
alarmantes que demuestren que los niños de estas familias están en riesgo, aún
cuando el tema está lejos de haber sido agotado. “…su grado de compromiso vital con
niños y niñas, su capacidad para generar vínculos estrechos y crear entornos cálidos y
estables… diseñar protocolos específicos de trabajo con este tipo de familias… como
en el abordaje educativo que de ellas y con ellas se hace en la escuela” (González,
2005: 18).

3.3 La educación en la familia

Como mencionamos al inicio de este trabajo, la familia es la columna vertebral en la


educación de los hijos en la transmisión de valores, normas y juicios de valor “La familia
es la encargada de propiciar el que niñas y niños se desarrollen como miembros de una
nación y de un grupo social, con un sentido de pertenencia, con capacidad de entender
y respetar la cultura de su grupo y de su país.” (Fernández, 2001: 5). Estudios en la
materia nos recuerdan que la primera infancia es especialmente importante en la vida
de todo ser humano al ser el proceso pionero en el binomio de enseñanza-aprendizaje.

Según el Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Preescolar (CELEP)


“…la especificidad de la influencia familiar en la educación infantil está dada porque la
familia influye, desde muy temprano, en el desarrollo social, físico, intelectual y moral de
su descendencia, todo lo cual se produce sobre una base emocional muy fuerte”. La
importancia del contacto con la familia, y en consecuencia con los padres, es

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fundamental al constituir el paso anterior del ingreso a la escuela, es decir, el niño ya va
equipado con un primer aprendizaje adquirido en el seno de su familia. Según
Fernández (2001, 7-8) la educación en la familia es importante por diversas razones y
se explica a través de tres aspectos: bilógico, psicológico y social.

Biológico

Al nacer un ser humano es completamente dependiente de un adulto, puesto que no es


capaz de satisfacer sus necesidades básicas de sobrevivencia. El niño necesita de la
ayuda de sus padres o de algún adulto para alimentarse y cubrir así cada una de las
necesidades para su sobrevivencia. Debido a esto, el primer contacto que un ser
humano tiene es su madre y en segunda instancia su padre así como sus hermanos si
es que los hay, es decir, el primer contacto con un ser humano se da en la familia.

Psicológico

Un ser humano está lleno de emociones y situaciones que rodean a su persona y su


vida, en este aspecto la autoestima juega un papel muy importante puesto que es
aquella que conforma en gran parte la identidad de la persona “La autoestima es el
motor del hombre. Esto sólo lo logra en el claustro protector de la familia.” (Fernández,
2001: 8).

La autoestima es una parte muy importante en el desarrollo de la personalidad de los


humanos, gracias a ella el desenvolvimiento y convivencia social que tiene un individuo
en el transcurso de su vida se ve influenciado de manera positiva o negativa según sea
el caso. Aquí radica la importancia de la familia en el desarrollo de la personalidad de
los hijos, pues es ésta la que proporciona las bases de una buena y sana autoestima.

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Sociológico

“El niño aprende a saber quién es a partir de su relación con sus padres -personas que
le quieren-. Nadie puede descubrirse a sí mismo si no hay un contexto de amor y de
valoración.” (Fernández, 2001: 8). La familia es aquella instancia a través de la cual el
niño forma su personalidad y aprende a socializarse hacia su integración en la
sociedad.

A través de estos tres aspectos, podemos entender la relevancia que tiene la familia en
cada uno de ellos, pues en esta se desarrolla la persona tanto en el aspecto biológico,
como en el psicológico y en el social. La familia es la primera instancia con la que un
ser humano tiene contacto, es en ella en la que se generan y fomentan las bases del
desarrollo de una persona. Si la familia es estable les proporcionará buenas bases a
sus hijos.

En cuanto a la formación de la persona (Fernández, 2001: 8) existen tres anillos que la


conforman: la familia, el colegio y la sociedad. Cada uno de ellos hace aportaciones a la
educación de los niños a través de diversas instancias, como por ejemplo, la escuela
con sus instituciones y la sociedad a través de las relaciones que se presentan en el
transcurso de la vida del niño. La familia es el primer anillo, aún cuando los tres están
ligados de manera estrecha, pues cada uno influye en el otro haciendo que los tres
sean de relevante importancia pues en el desarrollo de un niño cada uno de los anillos
hará las aportaciones necesarias para la formación de un adulto sano.

Para la familia homoparental, la importancia de estos tres anillos radica en que la


familia debe cumplir con las características necesarias para la regulación de la
influencia de los otros dos anillos, llevando así el equilibrio entre los tres y por tanto a
un desarrollo sano de los hijos.

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3.3.1 La educación en la familia homoparental

En capítulos anteriores hemos visto que no existe una diferencia significativa o que
implique algún problema en el desarrollo de los hijos criados en familias homosexuales,
en comparación a las familias heterosexuales. A efecto de abundar, tomamos aquí un
estudio realizado por Ceballos (2009), en el cual se analizaron cuatro familias
homoparentales, dos de hombres y dos de mujeres. Aquí sus conclusiones.

La familia homoparental, a diferencia de la heteroparental, vive por obvias razones la


diversidad sexual y la pluralidad en forma distinta, “…les presentan una realidad que es
heterogénea y múltiple…el modo de educar en la diversidad de estas familias se
consigue con una herramienta concreta que proporciona el día a día” (Ceballos, 2009:
5). Es decir, en su diario aprendizaje –caso España- los niños viven y aprenden acerca
de la diversidad, entienden muy tempranamente que cohabitan con otros modelos de
familia, lo cual enriquece su visión sobre la composición de la sociedad e incrementa su
tolerancia de frente a lo que les es “distinto”, como podría ser, en este caso, la familia
heteroparental.

En este punto podemos abordar el tema del respeto y la tolerancia, “… como padres
gay y madres lesbianas intentan enfatizar en la educación de sus hijos e hijas en
valores concretos y específicos…” (Ceballos, 2005: 7). Para los padres homosexuales,
el serlo, ha marcado su vida. Sería atrevido arriesgarnos a decir en qué sentido –
positivo o negativo-, pero no cabe duda que sus propias vivencias son de enorme
influencia para la educación que les inculcan a sus hijos.

El estudio de González (2002), subraya al respecto que los limites y restricciones que
se les establecen a los hijos dentro de las familias homoparentales, se encuentra entre
las familias “flexibles”, que son aquellas que pueden modificar las normas que les
establecen a sus hijos frecuentemente, y las familias “estructuradas”, que son aquellas
que difícilmente ceden a la modificación de sus normas. Las familias homoparentales

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son “…familias con liderazgo democrático, roles y responsabilidades estables en el
hogar, aunque modificables para adaptarse a situaciones concretas reglas
predecibles… y una toma consensuada de decisiones” (González, 2002: 551), es decir,
son familias en las que existe la comunicación necesaria para establecer normas de
manera democrática al llegar a acuerdos con los hijos, pero de la misma forma se
entiende que estas familias son capaces de modificar sus normas y limites.

Por otro lado, las parejas homosexuales que tienen a su cargo la educación de sus
hijos, se catalogan como “modernas” o “actualizadas” “… lo que no debe sorprender,
dado que la muestra estudiada estaba integrada de modo mayoritario por padres y
madres de estudios universitarios, entre quienes es más probable encontrar este tipo de
ideas” (González, 2002: 569). Esto demuestra que la educación que estas parejas
brindan a sus hijos está apuntalada por una formación educativa de alto nivel, la
mayoría profesionistas y con sobrado interés por aprender acerca del desarrollo infantil
en ese intento por llevar a cabo una tarea que la sociedad no les brindó, primero como
un derecho y, en segundo, como parte de su naturaleza (maternidad-paternidad) al
margen de su preferencia sexual.

Si bien las parejas homosexuales que deciden tener hijos cuentan con un alto grado de
estudios, también influye el hecho de que por voluntad desean ser padres y se preparan
para ello “…al tiempo de que hace más probable un tipo de interacciones educativas
cotidianas que alientan el desarrollo” (González, 2002: 569). Según los resultados de
este estudio, se concluyó que las parejas contempladas en la muestra están
caracterizadas por preferir prácticas educativas basadas en la comunicación y el
afecto, la exigencia de las responsabilidades y disciplina razonadas. Según González
(2002: 569), este modelo de educación es conocido como ‘democrático’ el cual está
asociado a los resultados educativos más deseables: “chicos y chicas con buena
autoestima, responsables, con iniciativa, con un código moral autónomo, con buenas
habilidades sociables” lo que los lleva a una buena ubicación dentro de la sociedad,
pues los valores inculcados serán fundamentales en su vida posterior.

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3.3.2 La educación en la familia homoparental y su relación con la escuela

En la actualidad no existe un dato que demuestre que este tipo de familias proporcionen
una educación diferente al de las familias heterosexuales. “…la evidencia actual es
unánime al revelar que los niños de padres gay y madres lesbianas no difieren
sistemáticamente de los niños criados en familias heterosexuales y por lo tanto la
calidad de la parentalidad es semejante.” (Frías et al., 2003: 5). Ceballos (2009) hace
una comparación entre la educación que le proporciona la familia homoparental a sus
hijos y la que obtienen en la escuela.

La educación adquirida por los hijos en el ámbito escolar es tan importante como la que
se imparte en el núcleo familiar, aún cuando son diferentes. Desde la pedagogía se
sabe que la educación que imparte la escuela se llama “educación formal”. Esta es
aquella que está enfocada a un programa pedagógico con el objetivo de desarrollar las
capacidades de los estudiantes. Las llamadas competencias y la educación que
imparte la familia es llamada “educación informal” y está basada en la transmisión de
valores, creencias y costumbres que los padres han adquirido en el transcurso de su
vida. “De este modo, familia y escuela son dos escenarios marcados por su alto valor
pedagógico, pues su meta final reside en la educación y promoción del desarrollo
personal de los chicos y chicas” (Ceballos, 2009: 68).

Una de las interrogantes que nuestra autora Ceballos (2009: 73) hace con referencia a
la escuela, es precisamente la aceptación de la diversidad. Esto es básico en la familia
homoparental, porque la escuela no necesariamente incluye este tema en sus
programas de estudio. “De este modo, los padres y madres afirman, que la educación
desde la familia en relación a este tema se contradice con lo que se está inculcando en
los centros educativos.” En este punto, es necesario decir que los padres
homosexuales o lesbianas, opinan que es importante que estos temas sean tratados en
las aulas, con el fin de abrir el escenario sobre los diversos modelos de familia
existentes, incluido el homoparental. (Ceballos, 2009).

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De manera incipiente, esta problemática está incursionando en la educación formal.
“…los modelos de familias que se presentan en los libros escolares están cambiando
ligeramente, pero no lo suficiente como para mostrar la diversidad familiar en su
plenitud” (Ceballos, 2009: 74). Esto implica de alguna manera que son los padres los
responsables de acercar a los hijos el material informativo necesario para explicar a los
hijos las características de su estructura familiar.

En cuanto a la influencia que tienen las relaciones que presentan los hijos dentro del
entorno escolar, así como de la educación que éste puede proporcionarles, cabe hacer
referencia a que los hijos de parejas homoparentales tienen aprendizajes contrarios a
los que adquieren en casa, “El centro escolar se convierte, así, en un crisol de
influencias que distan de lo que los padres y madres han transmitido a sus hijos e hijas”
(Ceballos, 2009: 75). La convivencia entre los niños de estas familias y los de las
familias heterosexuales promueven el aprendizaje de comportamientos estereotipados
que evidentemente no adquirieron en casa.

A través de este estudio se puede concluir que los padres de familias homoparentales
consideran que la escuela es un transmisor de educación con notables diferencias a la
que ellos imparten en su familia. Esta característica juega a favor de los menores al
adquirir otros conocimientos. Sin embargo, los padres homosexuales y las madres
lesbianas han considerado como una necesidad incluir temas que favorezcan en la
población estudiantil, un aprendizaje sobre la diversidad sexual y sus características; y
así poder evitar la discriminación y ampliar la tolerancia. “Esta es la premisa esencial
que se ha de dar para que familia y escuela converjan en la educación de los niños y
niñas que se desarrollan en el seno de familias homoparentales” (Ceballos, 2009: 76).
Es evidente que este reto sobre la educación en la escuela es muy complejo, ya que
implica un cambio en tres aspectos (Ceballos, 2009):

 En los temas seleccionados en el proceso enseñanza- aprendizaje

56
 En el material educativo
 En el profesorado

En cuanto a los temas seleccionados y al material educativo “…la inclusión de la


homosexualidad en las programaciones curriculares, implica dotar de espacio y tiempo
particulares a contenidos especialmente nuevos” (Ceballos, 2009: 76), como por
ejemplo, las diversas familias que existen en la sociedad a la que pertenecemos, entre
ellas, la familia homoparental. Por otra parte, la información y material didáctico para
trabajar en la escuela la diversidad sexual, no es ampliamente abordada, pues siguen
existiendo ciertos prejuicios que no permiten que ésta aborde los temas de manera
amplia, debido principalmente a opiniones personales de la mayoría de los padres de
familia.

Con respecto al profesorado, pueden existir dificultades de diferentes índoles que


impidan hacer frente a este reto, ya que “...entran en juego las actitudes, el imaginario y
las disposiciones personales del profesorado” (Ceballos, 2009: 76). Así como con los
padres de familia en cuanto a los prejuicios que presentan, también se encuentran los
maestros y esto puede influenciar en la educación que se proporciona a los alumnos
dentro del aula.

Ramírez (2008) realizó un estudio en el que recaudó ciertas afirmaciones con respecto
a la actitud que tiene la comunidad escolar hacia las familias homoparentales, el cual
incluyó una muestra de 406 personas involucradas en el ámbito escolar, entre ellas
maestros, madres, padres, compañeros de escuela y docentes. El objetivo fue observar
cuál es la actitud que presentan estas personas en el ámbito educativo con familias
homoparentales, para de esta forma encontrar cuál es la relación que tiene la familia
homoparental y el entorno en el que se desenvuelve. Algunos de los resultados se
exponen a continuación.

57
Con respecto a las mujeres estudiadas, éstas presentan una actitud más favorable
frente a las familias homoparentales a diferencia de los hombres “…las personas que
no tienen hijos muestran actitudes más favorables que aquellas que si tienen” (Ramírez,
2008: 13).

Los estudiantes de magisterio11 de 2° curso no presentan actitudes más favorables


hacia la homoparentalidad que los que cursan el 1°.Los estudiantes de magisterio
presentan actitudes más favorables hacia las familias homoparentales que aquellos que
ya se dedican a la docencia, como los maestros.

Las personas entre más jóvenes son, presentan actitudes más favorables hacia las
parejas homoparentales. Con respecto al nivel educativo, aquellos que presentan un
nivel superior de estudios tienen actitudes más favorables que aquellos que presentan
un nivel de estudios más básico, es decir, las personas más jóvenes se expresan más
abiertamente hacia la diversidad sexual y del mismo modo a las familias
homoparentales, así como aquellos estudiantes con un nivel académico más alto,
puesto que entre más estudiados son, más pueden entender la diversidad sexual que
existe en la sociedad y su actitud ante la familia homoparental es favorable. Todos
estos datos fueron obtenidos a través del análisis que presenta Ramírez (2008). Ella
nos habla de que la población que está en contacto con el medio escolar tiene actitudes
diferentes hacia las familias homoparentales.

En realidad, la educación que imparte la escuela no es diferente para niños de familias


hetero que homosexuales; no debiera serlo en estricto sentido, salvo por el tema de la
diversidad sexual, tema que por el número de familias integradas en este modelo,
debiera ser contemplado en la currícula escolar.

11
Son aquellos que estudian para dedicarse a la docencia en España.

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CONCLUSIONES

La homosexualidad ha existido desde hace mucho tiempo. En la actualidad, es un


hecho que la atracción sexual hacia personas de un mismo sexo es blanco de críticas y
motivo de marginalidad en nuestro país, pero también a nivel internacional, aún cuando
estudios científicos han demostrado que no se trata de una enfermedad, un trastorno
psicológico y menos aún de un “mal” contagioso. Se trata sencillamente de una
preferencia sexual diferente en el amplio campo de la diversidad.

En el transcurso del trabajo se trató de plantear varios estudios que demuestran que las
relaciones homosexuales no influyen negativamente en el desarrollo de los hijos, de
manera que, no por tener padres homosexuales los hijos corren riesgo en desarrollo
psicológico, emocional o social, así como tampoco influye la convivencia y la educación
fomentada en el hogar en sus preferencia sexual. A través de cada uno estos estudios
se ha podido apreciar que los hijos de familias homoparentales crecen exactamente
igual que los de familias heterosexuales en cada una de sus etapas de crecimiento y
desarrollo.

A través del tiempo, los homosexuales han ganado cierta tolerancia y respeto de la
sociedad por su férrea lucha en la obtención de derechos, los mismos de cualquier
ciudadano mexicano.

En lo que respecta a nuestro país, en el D.F., los avances para las parejas
homosexuales han sido notables. En años recientes obtuvieron la legalización del
matrimonio y derecho a la adopción, lo que coloca a la Ciudad de México a la par de
otras en el mundo que han reformado sus leyes en el mismo sentido. No obstante, el
camino es largo todavía si se toma en cuenta que en ningún otro Estado de la
Republica Mexicana se han obtenido esos logros por parte de la comunidad lésbico-
gay, aunque sean respetados sus derechos ganados.

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La legalización del matrimonio gay en la capital mexicana dio a los homosexuales la
opción legal de adoptar hijos o de concebirlos, lo que resultó en las familias
homoparentales.

Se parte del hecho de que la familia es la primera instancia educativa en la sociedad y


en consecuencia el primer contacto con un adulto: los padres. Ellos serán los
responsables de relacionar al hijo con la sociedad en la que se desenvuelve, así como
el inculcarle costumbres, tradiciones y valores que la misma exige.

Es la familia la que se encarga de que los hijos acudan a la escuela, la llamada


educación formal, la cual es la responsable de la educación que se les proporciona a
los hijos en el aspecto curricular y académico de cada sociedad. Sin embargo, es el
binomio familia-escuela, el que dará al sujeto las herramientas fundamentales para su
buen desempeño social.

Se puede concluir que las familias homoparentales difieren poco de las heterosexuales
en sus dinámicas de educación hacia los hijos. Las diferencias radican sobre todo en
los roles que los padres asumen en el hogar, y en la escuela notamos vacíos
significativos en el tema de la diversidad sexual, un tema en el que los niños educados
en el seno de familias homoparentales llevan ciertamente la delantera.

La educación está basada en la igualdad entre personas, los derechos humanos y los
derechos de los niños, donde estos deben aprender a respetar la igualdad entre las
personas. A esto hay que añadirle que la educación de los hijos de parejas
heterosexuales también está influida por la educación de los padres, a lo que se puede
concluir que la educación de los hijos depende en gran medida de la que los padres les
proporcionen, aun cuando la escuela no incluya en el curriculum la diversidad.

Es deseable que con el tiempo la sociedad vaya abriendo espacios en donde las
familias homoparentales sean vistas con normalidad y respeto a fin de evitar el rechazo,

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la discriminación y en general el maltrato hacia estos niños por parte de la sociedad,
cuando en sus familias son lo más preciado que existe.

Los niños son el presente de la sociedad y depende de la forma en que se les eduque y
enseñe el día de hoy, es como serán el día de mañana, adultos responsables y
personas capaces de cumplir con las obligaciones y roles que la sociedad demande.

De la misma forma, el educar a los niños de manera adecuada implicará la formación


de padres de familia con una educación pertinente para la educación de las nuevas
generaciones, esto a través de los valores implementados desde la infancia de cada
adulto.

Para que podamos cumplir todas las expectativas en educación en nuestra sociedad,
es de gran importancia recordar que los adultos son quienes tienen la educación en sus
manos. Es importante enfatizar que todos somos diferentes y que una sana
convivencia está basada principalmente en el respeto hacia los demás y principalmente
a la diversidad.

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