Inseguridad en el Barrio “La floresta” de Soledad, Atlántico

En el barrio la floresta de Soledad, así como en varios municipios del Atlántico ha venido
incrementando el índice de inseguridad en los últimos años, lo cual hace vulnerable a la
comunidad en general. Una de las posibles causas de ésta situación en el barrio “la
floresta” es el establecimiento de los mototaxi como el transporte más utilizado por la
comunidad, esto hace que se acrecente el flujo motos y así mismo la delincuencia, ya que
éste tipo de vehículos es uno de los medios mayormente utilizados para hurtar. Este
conflicto se caracteriza por el hurto de las pertenencias de las personas en el barrio, además
de que los delincuentes producen lesiones y daños a las víctimas e incluso, la muerte. Estos
son hechos de alta gravedad y requieren una máxima atención de las autoridades, ya que
los delincuentes no tienen respeto de los derechos ajenos y generan pánico colectivo.

Los elementos constitutivos de este conflicto son la autoridad y poder que debe
preponderar por parte de la policía sobre los generadores de inseguridad. Las percepciones
del conflicto, por parte de la comunidad es evidente que no es bien recibido que los
antisociales amenacen e incluso maten a personas por robar sus pertenencias; esto genera
que las emociones y sentimientos, generados con estas acciones produzcan repudio y
frustración al tener que desprenderse de sus objetos personales o dinero. Para los
antisociales, desde su posición, hacen eso para “sobrevivir”, y la comunidad señala el hurto
como la vil y baja forma de adquirir cosas de manera fácil y sin sacrificios. Los Intereses y
necesidades que probablemente tendrían los delincuentes en caso de querer resolver el
conflicto son obtener dinero a partir de la generación de empleo, mientras que la
comunidad quisiera tener tranquilidad al caminar por las calles. Por otra parte, Los valores,
principios y creencias que se desean rescatar mediante la identificación de los elementos de
este conflicto son la honestidad, la confianza y el respeto por la vida de los demás.

El conflicto presentado es de tipo intergrupal, ya que es una situación muy difícil de

controlar debido a la gran cantidad de actores implicados y a las interacciones que se
presentan entre ellos. Las partes o actores de este conflicto son la policía, encargada de
velar por la seguridad de la ciudadanía; los antisociales dedicados al hurto, en muchas
ocasiones ignorando el derecho a la vida; las víctimas de hurto, o personas afectadas por
los delincuentes; los familiares de las víctimas mortales de este conflicto, que quedan con la
frustración de desconocer, en muchos casos, quien mató a su ser querido por evitar el hurto
de sus pertenencias y la comunidad en general que se encuentra vulnerable en todo
momento. Una posible forma de afrontar o transformar el conflicto, es establecer pico y
placa a las motos, para así moderar y controlar el flujo de estos vehículos por la ciudad con
el fin de que las autoridades competentes tengan mayor control de los mismos, aumentando
su poder de acción; por otra parte, el alcalde del municipio debería establecer medidas de
control de los parrilleros para así evitar la circulación de los mismos por algunas calles, no
sólo del barrio, sino del municipio en general y optar por aumentar el número de policías
para que custodien el barrio constantemente. No adquiere sentido sugerir a la comunidad
que no transite con objetos de valor por las calles, como una alternativa de solucionar el
conflicto, ya que se le estaría dando poder a los antisociales; la manera más efectiva de
enfrentar el conflicto es garantizando la seguridad.