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Traumatismo (o lesión) de partes blandas

Los traumatismos (o lesiones) de partes blandas incluyen chichones y moratones


(contusiones), así como pequeños desgarros musculares (tirones leves) o de ligamentos
y tendones cercanos a las articulaciones (esguinces leves).

Las contusiones, los desgarros musculares (tirones) y los esguinces leves causan un
dolor entre leve y moderado, además de hinchazón. La hinchazón suele cambiar de
color, amoratarse después de un día y volverse amarilla o marrón días más tarde.
Generalmente se puede seguir utilizando esa parte del cuerpo. Las personas con
síntomas más graves, como una deformidad, incapacidad de caminar o de usar la parte
lesionada o dolor intenso, pueden haber sufrido una separación completa de los huesos
que estaban unidos dentro de una articulación (dislocación), una separación parcial de
los huesos que estaban unidos dentro de una articulación (subluxación), una fractura
(ver Introducción a las fracturas, luxaciones y esguinces), un esguince o una distensión
muscular grave u otra lesión grave. Las personas con síntomas graves por lo general
necesitan asistencia médica para determinar la naturaleza de la lesión.

Tratamiento de primeros auxilios


Férulas más usadas

Una férula (o tablilla) puede ser cualquier cosa que impida el movimiento de una extremidad. Las férulas se
emplean para evitar lesiones adicionales y limitar el dolor. Para que sea eficaz, la férula tiene que inmovilizar
las articulaciones por encima y por debajo de la lesión.

Las férulas (o tablillas) pueden hacerse a partir de objetos fácilmente asequibles, como una revista enrollada
o un montón de periódicos. Pero, por lo general las férulas consisten en un objeto rígido, recto, como una
tabla, que se coloca y se sujeta al miembro (tablilla). Se puede usar un cabestrillo junto con el entablillado

como apoyo para el antebrazo cuando se lesiona el brazo, la muñeca o la clavícula.


Las contusiones, los desgarros musculares (tirones) leves y los esguinces leves pueden tratarse en
casa con reposo, aplicación local de hielo, compresión y elevación de la extremidad lesionada (un
tratamiento denominado RICE, por sus siglas nemotécnicas inglesas, ver ver Tratamiento inicial), lo
cual acelera la recuperación y disminuye el dolor y la hinchazón. Si existe la posibilidad de que se
haya producido fractura, desgarro muscular grave, esguince grave, subluxación (dislocación parcial)
o dislocación, debe aplicarse una férula (o tablilla) hasta que llegue la asistencia médica.
Definición de Traumatismo

Un Traumatismo es una lesión que puede ocurrir en


cualquier parte del cuerpo producto del efecto mecánico
de un agente u objeto externo que ocurre de forma
abrupta o violenta. Los traumatismos dan origen al
trauma o herida, cuando estos ocurren en varias partes
del cuerpo se habla de Politraumatismo.

Las principales causas de los traumatismos son las caídas,


los golpes, los accidentes automovilísticos, las
quemaduras, las heridas por armas, el choque eléctrico,
el ahogamiento y las situaciones de desastre natural
como terremotos, inundaciones, incendios, entre otros.
El grado de lesión que se produce depende de varios
factores como la intensidad del evento y los órganos o
tejidos que resultaron afectados.

Los traumatismos más comunes afectan tanto a la piel, produciendo heridas que pueden ser cortantes,
punzantes o punzopenetrantes, como a los tejidos más profundos ocasionando hematomas,
contusiones, esguinces, desgarros de músculos y ligamentos o fracturas. Cuando el trauma afecta a
estructuras profundas se denomina según la cavidad afectada, como es el caso del trauma cráneo
encefálico, que afecta al cerebro y demás estructuras del sistema nervioso central; trauma medular;
trauma torácico, en el que afectan estructuras como pulmones y corazón; o trauma abdominal, en
donde pueden perforarse vísceras o romperse órganos como el bazo y el hígado capaces de producir
hemorragias masivas. Los traumatismos de cavidades revisten una mayor gravedad pudiendo ocasionar
complicaciones capaces de comprometer la vida por lesión directa de los órganos vitales o de los
grandes vasos sanguíneos allí ubicados.

El manejo de los pacientes con traumatismos se inicia desde antes de su llegada al hospital o centro de
salud, las medidas básicas de primeros auxilios y cuidado de las heridas son de gran importancia para
estabilizar a la víctima hasta que pueda recibir los cuidados de un equipo de trauma. Estas medidas son
puestas en práctica por personal de tipo bomberos y paramédicos, sin embargo cualquier persona que
haya recibido algún tipo de entrenamiento podrá prestar una valiosa ayuda.

Las medidas básicas a implementar en personas con politraumatismos son evaluar el estado de
conciencia y de la vía aérea, comprobar si la persona esta respirando y verificar el pulso, hay que
controlar las hemorragias mediante compresión directa sobre el vaso sanguíneo lesionado y limitar los
movimientos para evitar que se desplacen las posibles fracturas que puedan estar presentes, debe
prestarse importante atención a la columna vertebral especialmente a su segmento cervical ya que las
lesiones a ese nivel tienen graves consecuencias con secuelas permanentes.

Una vez en el centro hospitalario se llevan a cabo diversas intervenciones para mantener la vida
mientras se evalúan y diagnostican las lesiones existentes, los traumatismos extensos o en cavidades
pueden ameritar procedimientos como la cirugía exploradora para poder evaluar y tratar las lesiones.

Traumatismo
Sala de cuidados intensivos después de una intervención para tratar un traumatismo, se observa el
equipamiento altamente tecnificado que existe en los hospitales modernos.

Aquí y en Primeros Auxilios se describe el tratamiento de traumatismos.


Un traumatismo es una situación con daño físico al cuerpo. En medicina, sin embargo, se
identifica por lo general como paciente traumatizado a alguien que ha sufrido heridas serias que
ponen en riesgo su vida y que pueden resultar en complicaciones secundarias tales
como shock, paro respiratorio y muerte.1

Traumatismo en los tejidos blandos[editar]


Se considera una herida la pérdida de continuidad de la piel o de las mucosas como consecuencia
de un traumatismo, provocando la comunicación del interior del cuerpo con el exterior.
Las heridas se pueden clasificar según el agente que las provoca en incisas, punzantes, contusas,
con pérdida de sustancia, por desgarro, en colgajo y especiales; y según el factor de gravedad por
la profundidad, localización, extensión, sucias y/o con cuerpos extraños en su interior,
con hemorragia y las no tratadas.

Traumatismos dentales[editar]
Son lesiones que se producen en los dientes, hueso y demás tejidos de sostén, como
consecuencia de un impacto físico contra los mismos; la conservación de los tejidos dentarios
constituye el objetivo primordial en este caso. Una seria amenaza a este objetivo significa la
frecuencia cada vez mayor de niños, adolescentes afectados que llega a constituir un problema
estomatológico común que siempre debe ser considerado como una situación de urgencia a
diagnosticar y tratar de inmediato, de forma rápida y certera por el odontólogo.2

Traumatismo en las extremidades[editar]


Como consecuencia de la aplicación de una fuerza sobre el esqueleto, de forma directa o indirecta,
se puede producir una lesión en los sistemas ósteo-articular o en el muscular. Un traumatismo en
las extremidades pocas veces origina una situación de riesgo vital pero, dependiendo de su primer
tratamiento, puede ocasionar discapacidades más o menos importantes. Para el diagnóstico hay
que recurrir normalmente a radiografías, resonancia magnética
nuclear, artroscopias y artrocentesis.
En las lesiones traumáticas de las extremidades podemos encontrar:
Esguinces[editar]
Separación momentánea de las superficies articulares que produce un estiramiento de los
ligamentos (a veces ruptura) generalmente después de efectuar un movimiento forzado (torcedura)
de la articulación en un sentido determinado.
A veces, este esguince, o la ruptura de un ligamento, puede arrancar un fragmento de hueso que
solo se detectará radiológicamente; por eso es necesario llevar al accidentado a un centro
sanitario.
Luxaciones[editar]
Lesión que involucra el cambio de posición de la articulación y la separación de sus huesos.
Fracturas[editar]
Pérdida de continuidad de un tejido óseo. Abarca desde una pequeña fisura hasta la rotura total del
hueso con desplazamiento de los dos extremos de la fractura del hueso.

Traumatismo en el cráneo y cara[editar]


Artículo principal: Traumatismo craneoencefálico

Los traumatismos en el cráneo y en la cara son especialmente importantes, ya que la intensidad del
golpe puede afectar al sistema nervioso central (SNC), localizado dentro de la cavidad craneal. Así,
después de un traumatismo craneal, nos podemos encontrar ante una herida simple de la cabeza o
la cara, una fractura craneal, signos de afectación cerebral o varias de ellas conjuntamente.
El riesgo más importante es la afectación del sistema nervioso central, provocando una destrucción
de las neuronas cerebrales con secuelas permanentes o que pueden causar la muerte del
accidentado. Siempre que nos encontremos ante un traumatismo craneal debemos sospechar la
posibilidad de una lesión en la columna vertebral.
En los traumatismos craneales podemos encontrar:
Heridas que afectan a la cabeza (craneales)[editar]
La piel de la cabeza es muy gruesa y se desplaza con cierta facilidad sobre la superficie del cráneo;
esto provoca que, en caso de traumatismo, su desprendimiento sea fácil originando las
llamadas heridas en escala.
La gran presencia de vasos sanguíneos en la zona hace que estas heridas sean muy sangrantes, y
por ello habitualmente en el tratamiento de estas lesiones suele ser prioritaria la detención de
la hemorragia.
Fracturas y contusiones del cráneo[editar]
Cuando se presenta una fractura del cráneo, lo más importante es la posible lesión del encéfalo. Si
la fractura es abierta es fácilmente observable, porque puede llegar a verse el tejido nervioso.
Los traumatismos de la cara pueden tener importancia tanto si implican lesiones en la boca-nariz,
por su implicación en la función respiratoria, como si implican a órganos propios de los sentidos
(oído, vista, gusto, olfato).

Traumatismo en la columna vertebral[editar]


La columna vertebral como conjunto de huesos no presenta un riesgo por la fractura de
una vértebra en sí misma, sino por la posible lesión que pueda producirse en la médula espinal.
La lesión medular implica siempre una lesión traumática en la estructura músculo esquelética, ósea
y en los ligamentos.
Los traumatismos en la región cervical (cuello), con independencia de las lesiones óseas y
medulares que puedan existir, pueden tener afectadas estructuras blandas, situadas en la parte
anterior.

Traumatismo en el tórax[editar]
Artículo principal: Traumatismo de tórax
Traumatismos que producen lesiones en el tórax o en alguno de los órganos que contiene. Los
traumatismos torácicos pueden comprometer tanto la vía aérea directamente, como las funciones
cardiaca y respiratoria, y, por tanto, implican un riesgo vital para la víctima.
Según el mecanismo de producción, las lesiones pueden ser cerradas, en las que no existe
alteración de la piel ni de la pared torácica, o lesiones abiertas, en las que la cavidad pleural está
perforada, y esto comporta el colapso del pulmón y la pérdida de su capacidad con la
consiguiente dificultad respiratoria..

Traumatismo en el abdomen[editar]
Artículo principal: Traumatismo abdominal

Cualquier alteración que se provoca en la cavidad abdominal a consecuencia de un impacto o


agresión externa.
Los traumatismos abdominales pueden comprometer a diferentes órganos contenidos dentro del
abdomen que forman parte del aparato digestivo, a gruesos vasos sanguíneos, al sistema urinario y
al sistema endocrino.
Podemos encontrarnos ante lesiones cerradas, en las que no existe alteración de la piel ni de
la pared abdominal, o ante lesiones abiertas, en las que la pared abdominal ha resultado rota o
penetrada por un objeto.

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