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La acción de libertad

en la Constitución boliviana
Naturaleza jurídica, oralidad y subsidiariedad
de acuerdo a las modulaciones
de la jurisprudencia constitucional
Alan E. Vargas Lima

Sumario: I. Nota preliminar. II. El Habeas Corpus y su configuración actual como


acción de libertad. III. Conclusión.

I. Nota preliminar

El presente trabajo, pretende sistematizar algunas de las líneas jurisprudenciales


más relevantes, que han sido establecidas tanto por el Tribunal Constitucional en su
primera época (1999-2009), así como por el Tribunal Constitucional Plurinacional
(TCP posesionado el año 2012) hasta el presente, respecto de la configuración cons-
titucional, la naturaleza jurídica y la clasificación doctrinal del Habeas Corpus —aho-
ra denominado Acción de Libertad—,1 haciendo énfasis en sus distintas modalidades
de protección y el tratamiento jurisprudencial sobre la oralidad y la subsidiariedad
excepcional de este instituto jurídico en Bolivia.
Entonces, con carácter previo al desarrollo del estudio jurisprudencial propuesto,
corresponde precisar que la finalidad con la que nació el Habeas Corpus en Bolivia,
se adscribe dentro de los fines que persiguió esta garantía desde sus primeras arti-
culaciones jurídicas (el Interdicto romano homine libero exhibendo, el hábeas corpus

1
  Siguiendo el criterio del jurista Rivera Santivañez, se debe precisar que la Acción de Libertad, es
un proceso constitucional de naturaleza tutelar, que tiene la finalidad de brindar una protección inmedia-
ta y efectiva a los derechos fundamentales a la vida y a la libertad física, en los casos en que sean ilegal
o indebidamente restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión por actos u omisiones
ilegales o indebidas de las autoridades públicas o particulares. En otras palabras, se trata de una acción
tutelar extraordinaria, porque es única en su género y no forma parte de los recursos ordinarios previstos
en la legislación procesal del Estado. Asimismo, es un proceso constitucional porque, de un lado, tiene
su origen en las normas de la Constitución, y de otro, porque es una acción jurisdiccional creada para
resolver un conflicto o controversia constitucional que se genera con la violación de los derechos funda-
mentales a la vida y a la libertad física. Cfr. Rivera Santivañez, José Antonio, Jurisdicción Constitucional.
Procesos Constitucionales en Bolivia, 3ª ed. actualizada con la Constitución y la Ley Nº27, Bolivia, Grupo
Editorial KIPUS, 2011, p. 320.

Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional 249


núm. 22, julio-diciembre 2014, pp. 249-288.
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inglés de 1679 y el Fuero o juicio de manifestación instituido en 1428 en el Reino de


Aragón) hasta su configuración moderna: dotar a la persona humana de un medio
de defensa breve y sumario, destinado a conservar o recuperar su libertad, cuando
la misma hubiere sido indebida o arbitrariamente vulnerada, como alternativa a los
procedimientos ordinarios caracterizados por la morosidad en su trámite y resolu-
ción (Cfr. Sentencia Constitucional Nº0160/2005-R, 23 de febrero de 2005). Este
entendimiento, ahora está presente en el contenido procesal del artículo 125 cons-
titucional, cuando en lo pertinente, establece en un procedimiento breve, sumario
y eficaz, para la tutela del derecho a la libertad (de locomoción o ambulatoria).
En este sentido se ha pronunciado la Sentencia Constitucional Plurinacional (SCP)
Nº0813/2012, de 20 de agosto de 2012, que remontándose a los antecedentes his-
tóricos del Habeas Corpus, mencionó a Daniel Antokoletz, quien manifiesta que “el
Hábeas Corpus como amparo de la libertad de una persona detenida, se hallaba
instituido ya en el Derecho romano, pues Justiniano ya había definido el Habeas
Corpus como la exhibición de un hombre libre, para ampararlo en su libertad”. En-
tendiéndose en ese sentido que el proceso de Habeas Corpus fue instituida a fin de
garantizar la presencia de la persona que se encuentra privada de libertad y evitar
que la misma sea sometida a desapariciones forzosas o en su caso a torturas por
parte de las autoridades, protegiendo de esta manera el derecho a la vida cuando
está en relación con la libertad o derecho de locomoción de una persona.
En ese sentido, la Jurisprudencia Constitucional en la Sentencia Constitucional
(SC) Nº0011/2010-R de 6 de abril, ha definido la naturaleza de la Acción de Libertad
de la siguiente forma:
La acción de libertad, es una acción jurisdiccional de defensa que tiene por finalidad
proteger y/o restablecer el derecho a la libertad física o humana, y también el derecho a
la vida, si es que se halla en peligro a raíz de la supresión o restricción a la libertad per-
sonal, sea disponiendo el cese de la persecución indebida, el restablecimiento de las
formalidades legales y/o la remisión del caso al Juez competente, la restitución del dere-
cho a la libertad física, o la protección de la vida misma, motivo por el cual se constituye
en una acción tutelar preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia
que garantiza como su nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22
y 23.I de la CPE.

II. El Habeas Corpus y su configuración actual


como acción de libertad2

El art. 18.I de la Constitución abrogada, establecía que: “Toda persona que cre-
yere estar indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada o presa podrá
ocurrir, por sí o por cualquiera a su nombre, con poder notarial o sin él, ante la
Corte Superior del Distrito o ante cualquier juez de Partido, a elección suya, en de-
manda de que se guarden las formalidades legales…”.

2
  Cfr. Sentencia Constitucional Nº0044/2010-R, de 20 de abril de 2010.
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Actualmente, una previsión similar se encuentra contenida en el artículo 125 de


la CPE, que sostiene que:
Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida,
o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Ac-
ción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquier a su nombre
y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal…

Como se puede apreciar, entre ambas normas no existen diferencias substan-


ciales, manteniendo la Constitución vigente las características esenciales del hábeas
corpus: El informalismo, por la ausencia de requisitos formales en su presentación;
la inmediatez, por la urgencia en la protección de los derechos que resguarda; la
sumariedad, por el trámite caracterizado por su celeridad; la generalidad porque no
reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, por-
que se requiere que la autoridad judicial tenga contacto con la persona privada de
libertad.
Cabe hacer notar, sin embargo, que la Constitución Política vigente acentúa al-
gunas de las características anotadas:
1) El informalismo,3 pues actualmente se amplía la posibilidad de presentación
oral de la acción de libertad, que antes estaba reservada sólo a los supuestos en que
la persona fuera menor de edad o incapacitada, analfabeta o notoriamente pobre y;
2) La inmediación, ya que la CPE, señala que la autoridad judicial, una vez pre-
sentada la acción, debe disponer que el accionante sea conducido a su presencia o
acudir al lugar de la detención, última posibilidad que no estaba contemplada en la

3
  Al respecto, es pertinente señalar que la ausencia de formalidades en su presentación, no signifi-
ca que la parte accionante esté absuelta de acompañar la prueba suficiente y necesaria que acredite la
verosimilitud de sus denuncias, al tener por su cuenta la carga de demostrar la existencia del o los actos
lesivos que hubieran restringido sus derechos o garantías; requiriendo la jurisdicción constitucional de
certidumbre para resolver el asunto compulsando los hechos impugnados en función a los elementos
probatorios que los respalden. En ese marco, la Sentencia Constitucional 0320/2010-R, de 15 de junio,
precisó: “…la naturaleza de aplicación del principio de informalismo en esta acción tutelar, responde a
efectivizar la acción de defensa en forma oportuna y eficaz en atención a los derechos fundamentales
protegidos, vida y libertad, prescindiendo de formalidades procesales referidas a necesaria presentación
escrita, por el agraviado o con mandato expreso, con precisión del derecho conculcado, su relación con
los hechos y todos aquellos elementos de derecho que hacen a un medio o recurso de defensa; no obs-
tante ello no implica que puede prescindirse la presentación de prueba mínima que acredite los hechos
denunciados, en razón a que al sustanciar y resolver la acción tutelar, la jurisdicción constitucional re-
quiere de certidumbre sobre la vulneración del o los derechos invocados para tutelar y protegerlos,
compulsando los hechos denunciados con los elementos probatorios que generen convicción del acto
ilegal u omisión indebida, caso contrario se ve impedida de otorgar la tutela solicitada. En ese sentido se
pronunció la jurisprudencia constitucional señalando: ‘Si bien es cierto que el art. 90.II de la LTC, deter-
mina que el hábeas corpus no requiere mayores formalidades para ser interpuesto, no es menos eviden-
te que la parte recurrente debe acompañar la prueba suficiente y necesaria que acredite la veracidad de
las acusaciones que formula, a objeto de lograr sus pretensiones, puesto que corre por su cuenta la carga
de demostrar la existencia del o los actos lesivos que estima hayan restringido sus derechos…”.
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Constitución abrogada y que es fundamental para comprobar las condiciones en que


la persona se encuentra privada de libertad, especialmente cuando existe denuncia
de torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes, o si se ha vulnerado el derecho
a la integridad física o existe amenaza a su vida.
Otra de las modificaciones introducidas en la Constitución, es la relativa a la com-
petencia del juez o tribunal que conoce la acción, toda vez que actualmente la acción
de libertad debe presentarse ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal, lo que sin duda es saludable, dada la especialización de los jueces en esta
materia de la cual emergen la mayoría de las acciones de libertad. Sin embargo, las
modificaciones más importantes, están referidas al ámbito de protección de la acción
de libertad, que alcanza ahora al derecho a la vida y a la posibilidad de presentar la
acción de libertad también contra particulares, conforme se desprende del art. 126
de la CPE.

1. El Juez o tribunal competente


para conocer la acción de libertad4
Al respecto, la Sentencia Constitucional Nº0756/2011-R de 20 de mayo, mani-
festó que la competencia consiste en la capacidad o aptitud reconocida a un Juez o
Tribunal para ejercer funciones respecto de un asunto o materia, con la finalidad que
la conozca y resuelva. En los procedimientos constitucionales, también la compe-
tencia del tribunal de garantías es de vital importancia, considerando que sus deci-
siones sólo serán válidas, si emergen de quién o quienes estén revestidos de la
facultad legal para asumir y decidir acerca de la presunta vulneración de derechos
fundamentales y garantías constitucionales.
Al respecto, conviene precisar que del debido proceso en su faceta adjetiva, se
desprende uno de sus componentes esenciales, el del juez natural, que en síntesis
constituye la legitimación de una decisión proveniente de quien la ejerce por man-
dato legal, en el ámbito de la jurisdicción constitucional, de la propia Ley Fundamen-
tal, por ello coincidimos en afirmar que la competencia no puede ser prorrogable
por la voluntad del juzgador, ni la tolerancia de las partes, no puede delegarse por
decisión personal, sólo es admisible excepcionalmente por excusa o recusación,
tampoco puede ser atribuida o apropiada indebidamente por un juez o tribunal, de
hacerlo, sus actos y decisiones son nulos de pleno derecho, no tienen ningún efecto,
ni causan consecuencia jurídica alguna.

A. Respecto de la competencia para conocer la acción de libertad


Al establecerse a la acción de libertad como una acción de defensa al interior de
la CPE, el art. 125 establece como criterio de competencia a los órganos jurisdiccio-
nales especializados en materia penal al disponer:

4
  Este acápite, y los subtítulos siguientes, se basan en los fundamentos jurídicos de la Sentencia
Constitucional Plurinacional Nº0032/2012, de 16 de marzo de 2012.
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Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida,
o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer ac-
ción de libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre
y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se resta-
blezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad.

Dicho razonamiento constitucional, que otorga competencia para el conocimien-


to y sustanciación de las acciones de libertad, de acuerdo a la Sentencia Constitu-
cional Nº0756/2011-R de 20 de mayo, es entendida a efectos de que asuman
competencia
los jueces unipersonales, los tribunales colegiados de orden superior, o sea a las salas
penales de las diferentes Cortes Superiores, asumiendo competencia con la brevedad,
sencillez y efectividad necesaria en el resguardo del derecho a la libertad. No es extensi-
ble esa competencia a otros jueces o vocales de otras salas, salvo las circunstancias que
así lo obliguen, como pudiera suscitarse que uno de sus miembros de la sala penal o
todos tengan alguna causal de excusa o fueren recusados, o, se encontraren imposibili-
tados por otra circunstancia, podrá convocarse a otro vocal de sala civil o administrativa
o la que fuera, que pasa a conformar la sala penal competente, o en su defecto todos los
miembros otra sala, asumen la competencia de la sala penal para el caso en concreto,
pero únicamente ante una imposibilidad o impedimento concreto.

En síntesis, dado que por disposición constitucional la acción de libertad solo


podrá ser conocida por un juez o tribunal en materia penal, en el supuesto de darse
una situación anómala procesal en la que un órgano jurisdiccional (juez unipersonal
o tribunal) no competente conociera la presente acción de defensa, sin observar la
norma fundamental, sus actos y su decisión, como se tiene dicho, son nulos, en
consecuencia, corresponde dejar sin efecto la decisión asumida por el tribunal in-
competente y corregir el procedimiento, sin ingresar al análisis de fondo de la pro-
blemática planteada. Distinto fuere si se tratara de error en la competencia territorial
y no hubiere indefensión en la parte demandada, por economía procesal no se
anularían obrados conforme estableció la Sentencia Constitucional 0347/2010-R.

B.  Modulación a la Sentencia Constitucional


Nº0756/2011-R de 20 de mayo
En ese contexto, expresamente la norma fundamental otorga competencia a los
Jueces en materia penal, para el conocimiento y sustanciación de la acción de liber-
tad, por cuanto ningún otro Juez o tribunal está habilitada para ejercer dicha com-
petencia, ni siquiera en suplencia legal, toda vez que si acaso no existiera juez o Sala
Penal en el mismo Distrito Judicial que asuma competencia, la acción de libertad
debe ser resuelta necesariamente por cualquier otro Juez en materia penal, es decir
por Jueces y Tribunales de Sentencia en Capitales de departamento y Jueces de
Instrucción o Mixtos en provincias, exceptuando los Jueces de Ejecución Penal de-
bido a las atribuciones y competencias específicas asumidas por Ley.
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Es necesario aclarar que los Tribunales de Sentencia, asumirán excepcionalmen-


te tal competencia, sólo en caso de impedimento de la o las Salas Penales de la
capital del Distrito Judicial donde se haya presentado la acción de libertad, puesto
que con relación a su composición, dejarán de ser un Tribunal Penal de justicia or-
dinaria —compuesto por cinco jueces, 2 técnicos y 3 ciudadanos—, y pasarán a
asumir la competencia de un Tribunal de Garantías Constitucionales —integrado por
ambos jueces técnicos—, y sólo respecto a la acción de libertad; en el entendido del
contenido expreso del art. 125 de la CPE.
Cabe señalar, que dicho razonamiento, constituye una modulación a la Sentencia
Constitucional 0756/2011-R de 20 de mayo, pues esta acción tutelar puede ser pre-
sentada ante cualquier juez o tribunal en materia penal, aspecto que no debe inter-
pretarse restrictivamente en su contenido literal pues de ser así, se desnaturalizaría
los principios rectores y fines de esta acción tutelar, que se caracteriza por la inme-
diatez en la protección, informalismo, generalidad e inmediación, que sobre cual-
quier interpretación, deben ser respetados y cumplidos en busca de hacer efectiva
la protección de los derechos a la vida y a la libertad, resguardados por esta acción.
Asimismo, del análisis a las normas y jurisprudencia citada, más las reformas
introducidas por la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, promulgada bajo el actual orden
constitucional, en su art. 54 inc. 10), establece las atribuciones de los Jueces de
Instrucción, indicando: “Conocer y resolver la Acción de Libertad, si no existieran
jueces de sentencia en su asiento jurisdiccional, cuando sea planteada ante ellos”.
En ese entendido, no existe duda alguna que la atribución del Juez de Instrucción
en lo Penal, para conocer y resolver una acción de libertad, sólo se da en provincias
y de manera supletoria, y no así en las capitales de Departamento. De tal manera
que cuando se da esta situación de anomalía procesal en el elemento competencia
en el trámite de esta acción tutelar, al ser ello una situación de trascendental impor-
tancia, no es posible ingresar al análisis de fondo, sino anular obrados a objeto de
que se corrija procedimiento.

2. La posibilidad de presentación oral


de la Acción de Libertad
En cuanto al aspecto procesal en la tramitación de la Acción de Libertad, que en
un caso concreto fue presentada en forma oral, sin que exista ningún registro en el
expediente respectivo, el Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de la Sen-
tencia Constitucional Nº0128/2011-R, de 21 de febrero de 2011,5 estableció expre-
samente el siguiente procedimiento:
En ese sentido, y para arribar a dicho análisis, se debe partir de que uno de los fines del
Estado Democrático de Derecho, con los matices propios de ser Estado Social y Plurina-

5
  Esta sentencia constitucional, también trata sobre el principio de celeridad que rige en la solicitud
de cesación a la detención preventiva, y los “actos dilatorios” en el trámite de la cesación de la detención
preventiva.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 255

cional, está el deber de garantizar a todo hombre o mujer el ejercicio de sus derechos, lo
cual sólo es posible si se le da las garantías para ello, y precisamente la acción de libertad,
es esa garantía de su eficacia, de ahí porque tiene un trámite rápido y oportuno; para
contar también con una decisión de la autoridad competente, juez o tribunal de garantías,
en el menor tiempo posible, a ello obedece la celeridad de sus plazos como también la
no exigencia de formalismos procesales. […]
Es decir, que la Acción de Libertad, también puede ser presentada oralmente; empe-
ro, ello no significa que no se deba tener un registro de dicha actuación oral, pues si bien
prima la oralidad por encima de la escritura, se debe tener en cuenta la necesidad pro-
cesal de registrar el acto ilegal denunciado; es decir, qué y a quién o a qué autoridades
—así no se conozca el nombre— pero se identifique el o los hechos y las circunstancias
del acto acusado de ilegal, por el que se solicita la tutela a sus derechos.
En síntesis si se registra la denuncia o demanda oral, esta actuación servirá de instru-
mento procesal para: 1) El accionante, a objeto de que sea escuchado debidamente en
lo que pretende hacer valer dentro de la acción tutelar; 2) El accionado o demandado, a
objeto de que preste su informe y asuma defensa, dado que la otorgación de tutela ge-
nera responsabilidad civil y penal, inclusive; y, 3) Para el juez o tribunal de garantías, a
objeto de que falle con certeza y objetividad, pues en base al registro de la denuncia
efectuada en la acción de libertad, que bien puede o no, ser ampliada en audiencia,
analizará el fondo de la problemática constitucional a dilucidar, como también verificará
si amerita o no exigir cierta presentación de prueba a personas o instituciones que tengan
la información pertinente y que le dé mayores luces en un plano de objetividad y celeri-
dad, pero sobre todo de justicia; pues debe tenerse en cuenta que el art. 115.II de la CPE,
establece que “El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una
justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones”; debido proceso
que también es aplicable al ámbito procesal constitucional.
En consecuencia, tratándose de la presentación oral de la acción de libertad, el pro-
cedimiento a seguir es el siguiente:
ƒƒ El secretario o actuario del juzgado o tribunal donde se sorteó la acción de libertad,
deberá sentar en acta la demanda verbal de la acción de libertad, haciendo una
relación del lugar, hechos, fechas, nombres, cargos, derechos lesionados, petitorio
y demás datos que pudiere dar y/o identificar en ese momento. No obstante, en
caso de que el accionante no proporcione los datos necesarios, debe labrarse el acta
con los datos que se tengan, así sean mínimos.
ƒƒ A cuyo efecto anualmente, se abrirá un “Libro de presentación oral de Acción de
Libertad“, y que en cada acta constará el lugar, fecha y hora, como también el
nombre y la firma del presentante, si lo hace por sí, o por otro con o sin mandato.
ƒƒ Asimismo, a momento de la citación a la persona, autoridad o funcionario deman-
dado, se le entregará una copia del acta; o, en su defecto se le hará constar que la
acción tutelar fue presentada en forma oral, cuyo registro cursa en el respectivo
Libro del juzgado o tribunal de garantías.
Se deja expresa constancia, que el presente procedimiento, no tiene por finalidad
entorpecer el trámite o dilatar el mismo, al contrario, responde a la necesidad procesal
de regular aspectos que conlleven a una mejor compresión y solución de la problemática
planteada que debe ser resuelta en el sentido constitucional, dado que al ser la acción de
libertad un medio de defensa de derechos fundamentales, el juzgador constitucional debe
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materializar la acción de la justicia pero sin vulnerar a su vez —en ese cometido— otros
derechos también fundamentales. Por lo precedentemente señalado, el caso se encuen-
tra dentro de las previsiones y alcances de la acción de libertad, por lo que el Tribunal
de garantías al haber declarado procedente la tutela solicitada, ha efectuado una adecuada
compulsa de los antecedentes procesales y aplicado debidamente los alcances de esta
acción tutelar.

Posteriormente, la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0023/2012, 16 de


marzo de 2012,6 ha dispuesto complementar la jurisprudencia contenida en la SC
Nº0128/2011-R de 21 de febrero, bajo los siguientes términos:
a) En provincias y en general en lugares en los cuales exista un sólo juzgado o tribunal
competente penal, la interposición verbal de una acción de libertad, deberá efectuarse
directamente ante el mismo debiendo el secretario inmediatamente, en el marco del
principio de informalismo y en la medida de lo posible, efectuar el registro en un acta de
los datos esenciales y en su caso generales de ley de la parte accionante y de la parte
accionada además de los hechos relevantes a la acción de libertad a efectos de efectuar
la correspondiente notificación a la parte demandada con dicha acta.
b) En capitales de departamento o en centros judiciales que cuenten con mecanismos
de sorteo digital o de otro tipo, la interposición verbal de la acción de libertad deberá
efectuarse por ventanilla, oficina o su equivalente, debiéndose de forma inmediata regis-
trar dicha acción de libertad, los datos o generales de ley de la parte accionante y de ser
posible de la parte accionada, además del nombre de la persona que presente con o sin
representación la acción de libertad a efectos de la responsabilidad y una vez sorteado o
definido el juzgado o tribunal penal competente la parte accionante o su representante
con o sin mandato, deberá dirigirse a la secretaria del juzgado o tribunal penal compe-
tente a efectos del registro correspondiente para que en el marco del principio de infor-
malismo y en la medida de lo posible, efectúe el registro en un acta de los datos
esenciales y en su caso generales de ley de la parte accionante y de la parte accionada
además de los hechos relevantes a la acción de libertad a efectos de efectuar la corres-
pondiente notificación a la parte accionada con dicha acta.
c) La presentación de la acción de libertad verbal o escrita puede efectuarse por el
directamente afectado en sus derechos o por un tercero con o sin representación, acla-
rándose que en todo caso cuando una persona privada de libertad manifieste su voluntad
de plantear esta y no cuente con una tercera persona para que la interponga a su nombre,
la autoridad a cargo de su custodia deberá de inmediato labrar un acta y presentar la
misma a la autoridad penal competente para el conocimiento de la misma.
d) Asimismo, a efectos del presente razonamiento debe dejarse establecido que la dife-
rencia entre acciones de libertad verbales y escritas es material más que formal; es decir,
se encuentra en la posibilidad de identificar: 1) La relación circunstanciada del o de los
hechos denunciados; 2) La identidad del o de la accionante; y, 3) La identidad de la par-
te demandada. En este contexto, a efectos de la elaboración del acta de presentación,
incluso cuando se presente un documento que contenga la acción de libertad pero la o

6
  Esta sentencia vonstitucional también trata sobre la excepcional aplicación del principio de subsi-
diariedad en Acciones de Libertad, de acuerdo a la línea jurisprudencial conformada por las SSCC
0160/2005-R de 23 de febrero, 0181/2005-R de 3 de marzo, 0008/2010-R de 6 de abril, y 0080/2010-R
de 3 de mayo.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 257

el funcionario que proceda a su registro denote la imposibilidad de identificar alguno de


esos elementos, seguirá considerando a la acción de libertad como verbal por lo que
dicho funcionario procederá a efectuar el sorteo para inmediatamente después el secretario
del juzgado o tribunal sorteado levante el acta respectiva que precise o complemente en la
medida de lo posible y en el marco del informalismo dichos elementos, esto con el fin
de notificación y en definitiva preservar el derecho a la defensa de la parte accionada.
e) Ante la interposición de una acción de libertad verbal conforme el procedimiento
referido más adelante, el secretario del juzgado o tribunal penal competente deberá le-
vantar un acta en el “Libro de presentación oral de Acción de Libertad“ en la cual con-
signe los datos o en su caso generales de ley de la parte actora, en la medida de lo
posible los datos o en su caso generales de ley de la parte accionada y la relación circuns-
tanciada de los hechos que no sólo busca facilitar la labor del juez o tribunal sino preser-
var el derecho a la defensa de la parte accionada fundamentalmente en casos de notoria
complejidad por la cantidad de detenidos, de temas en debate, etc. En todo caso, de no
ser posible dejar constancia de los referidos datos y de los hechos circunstanciados, en
el acta levantada en el “Libro de presentación oral de Acción de Libertad“ deberá dejarse
constancia de la imposibilidad que impide dicho registro.
f) En todo caso la inobservancia a las reglas establecidas en la presente Sentencia
determinará que el Tribunal Constitucional Plurinacional corrija el procedimiento, salvo
que no se hubiere provocado la indefensión a la parte accionada o cuando este Tribunal,
en el marco del informalismo que rige a la acción de libertad, encuentre que de todas
formas procederá la denegación de la tutela, independientemente de la responsabilidad
funcionaria que pueda generar la inobservancia del entendimiento asumido.
En el presente caso —indica la citada Sentencia— ante la interposición verbal de la
acción de libertad por parte del accionante, se procedió a registrar únicamente la identi-
dad de la parte actora, la parte demandada y en derechos vulnerados “detención inde-
bida-libre locomoción-libertad” con lo que se procedió a notificar a la parte accionada sin
efectuarse mayor precisión de los hechos que dieron lugar a dicho planteamiento, cuan-
do conforme a lo referido anteriormente, en lo posible y de poder efectuarse, es menes-
ter dicha precisión, pese a ello en el caso concreto la autoridad demanda en audiencia
procedió a ejercer defensa sin afectarse por ello el debido proceso que rige a los proce-
dimientos constitucionales por lo que atendiendo a las características del caso, no corres-
ponde corregir procedimiento.

3. Naturaleza jurídica y alcances de la Acción de Libertad7


La Acción de Libertad, instituida por el art. 125 de la Constitución Política del
Estado (CPE), como un medio de defensa con un triple carácter: preventivo, correctivo
y reparador, tiene la finalidad de proteger la libertad personal frente a una persecu-
ción, detención, procesamiento o prisión ilegal o indebida, ampliando su ámbito de
protección al derecho a la vida, cuando su riesgo o amenaza se vincula a la libertad.
Su carácter preventivo responde a frenar una lesión ante una inminente deten-
ción indebida o ilegal, impidiendo que se materialice la privación o restricción de
libertad; el carácter correctivo, tiene por objeto evitar que se agraven las condiciones
de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o en cumplimien-

7
  Cfr. Sentencia Constitucional Nº1739/2011-R, de 7 de noviembre de 2011.
258 • Alan E. Vargas Lima

to de una pena impuesta en su contra; finalmente, el carácter reparador pretende re-


parar una lesión ya consumada, es decir, opera ante la verificación de una detención
ilegal o indebida, como consecuencia de la inobservancia de las formalidades legales.
En cuanto a los alcances de esta acción, la Sentencia Constitucional Nº0011/2010-
R de 6 de abril estableció que:
… es una acción jurisdiccional de defensa que tiene por finalidad proteger y/o restablecer
el derecho a la libertad física o humana, y también el derecho a la vida, si es que se
halla en peligro a raíz de la supresión o restricción a la libertad personal, sea disponien-
do el cese de la persecución indebida, el restablecimiento de las formalidades legales y/o
la remisión del caso al juez competente, la restitución del derecho a la libertad física, o la
protección de la vida misma, motivo por el cual se constituye en una acción tutelar pre-
ventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia que garantiza como su
nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22 y 23.I de la CPE.
De lo relacionado se concluye que la Acción de Libertad es un medio de defensa
que debe utilizarse para impugnar los actos de las autoridades o particulares que se
consideren lesivos a los derechos a la libertad y/o a la vida; este último derecho,
siempre y cuando se encuentre directamente vinculado con el primero de los citados,
para pedir la protección de la vida, el cese de la persecución indebida, el restableci-
miento de las formalidades legales o que se restituya el derecho a la libertad. Se debe
precisar que la falta de remisión del caso a conocimiento de la autoridad competen-
te, cuando de por medio se encuentra pendiente el ejercicio de la libertad física,
provocando una dilación en su consideración y por ende una eventual afectación al
derecho citado, en definitiva, es un aspecto que ingresa dentro del marco de protec-
ción de la presente acción tutelar. Sin embargo, deberá analizarse cada caso en
concreto, porque no se trata de evidenciar el incumplimiento de plazos en sí, sino
el efecto que produce dicha dilación sobre el derecho a la libertad.

A.  Precisiones recientes sobre la naturaleza jurídica


de la Acción de Libertad8
La Acción de Libertad está configurada en los arts. 125 de la CPE y 46 del Código
Procesal Constitucional (CPCo), como un mecanismo de defensa oportuno y eficaz para
la tutela de los derechos a la vida, a la integridad física, a la libertad personal y de
circulación de toda persona que crea estar indebida o ilegalmente perseguida, dete-
nida, procesada, presa o que considere que su vida o integridad física está en peligro.
Bajo los principios y valores del Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario, el nuevo ámbito de protección de la acción de libertad, que antes bajo
la figura del hábeas corpus, se centraba en el derecho a la libertad física o personal,
tiene nuevas dimensiones y posibilita al juez constitucional a ejercer un control tu-
telar más amplio e integral y, de esta manera, resguardar los derechos a la vida e
integridad física, restablecer las formalidades legales, ordenar el cese de la persecu-
ción indebida o la restitución del derecho a la libertad física o personal.

8
  Cfr. Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0533/2014, de 10 de marzo de 2014.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 259

En ese contexto, la Acción de Libertad tiene un triple carácter tutelar: preventivo,


correctivo y reparador, conforme reconoció la jurisprudencia contenida en las SSCCPP
0015/2012 y 0129/2012, entre otras.
a) Preventivo, porque puede formularse ante una inminente lesión a los derechos
que se encuentran dentro del ámbito de su protección, impidiendo que se consume
su lesión, de ahí que entre los supuestos de procedencia de la Acción de Libertad,
previstos tanto por el art. 125 de la CPE, como por el art. 47 del CPCo, se encuentre
el peligro al derecho a la vida y la persecución ilegal; supuestos que la doctrina los
cataloga dentro del hábeas corpus instructivo (tratándose del derecho a la vida), há-
beas corpus preventivo y hábeas corpus restringido, conforme lo ha entendido la ju-
risprudencia constitucional en la SC 0044/2010-R de 20 de abril, entre otras.
b) Correctivo, porque puede interponerse para evitar que se agraven las condi-
ciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida cautelar o en
cumplimiento de una pena impuesta en su contra; agravamiento que torna indebida
la privación de libertad personal, y que se constituye en otra de las causales de pro-
cedencia previstas en los arts. 125 y 47 del CPCo, que en la doctrina se conoce con
el nombre de hábeas corpus correctivo.
c) Reparador, porque puede plantearse para reparar una lesión ya consumada,
en los supuestos en que se verifique una detención ilegal o indebida, sea directa-
mente o como consecuencia de un procesamiento indebido, al constatarse que las
lesiones al debido proceso se constituyen en la causa directa para la restricción del
derecho a la libertad física o la libertad de locomoción. Supuestos de procedencia
que se encuentran previstos en los arts. 125 de la CPE y 47 del CPCo, cuando hacen
referencia al indebido procesamiento y a la indebida privación de libertad, y que en
la doctrina reciben el nombre de hábeas corpus reparador y, en su caso, de hábeas
corpus traslativo o de pronto despacho.
La Acción de Libertad, por otra parte, está dotada de características esenciales
que la convierten en el mecanismo idóneo para la defensa de los derechos que pro-
tege; características que bajo la luz de principios ético morales de la sociedad plural
y los valores que sustentan al Estado, redimensionan su naturaleza como acción
exenta de formalismos para la consecución de la tutela inmediata de los derechos
vulnerados, donde el juez constitucional bajo los principios de la potestad de impar-
tir justicia, previstos en el art. 178 de la CPE, entre ellos, el de celeridad, servicio a
la sociedad, armonía social y respeto a los derechos, asume un rol fundamental en
la búsqueda de la verdad material,9 para constatar la lesión a los derechos alegados
como vulnerados en la acción de libertad.

9
  El principio de certeza o de verdad material, ha sido desarrollado por la jurisprudencia constitu-
cional, en cuanto a su importancia en el ámbito tutelar; así por ejemplo, la Sentencia Constitucional
Nº1298/2011-R, de 26 de septiembre de 2011, expresó lo siguiente: “III.2. Sobre el principio de certeza
o verdad en la otorgación de la tutela. Sobre este entendido la SC 0161/2010-R de 17 de mayo, estableció
lo siguiente: “En cuanto a la forma de presentación de esta acción tutelar, el art. 125 de la CPE, establece
que: ‘…puede ser de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal…’; a su vez el art. 90.II de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), señala que esta acción de
260 • Alan E. Vargas Lima

Es en ese ámbito que deben ser entendidas las características esenciales de la


acción de libertad, como el informalismo, que se manifiesta en la ausencia de requi-
sitos formales en su presentación y la posibilidad, inclusive, de su formulación oral;
la inmediatez, por la urgencia en la protección de los derechos que resguarda; la
sumariedad, por el trámite caracterizado por su celeridad; la generalidad porque no
reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque
se requiere que la autoridad judicial tenga contacto con la persona privada de liber-
tad; autoridad que, inclusive, puede acudir inmediatamente a los lugares de deten-
ción e instalar allí la audiencia.

4. El nomen juris de esta Acción de Defensa y sus alcances


La Constitución puesta en vigencia en fecha 7 de febrero de 2009, sin cambiar
la naturaleza tutelar del anteriormente denominado “recurso de hábeas corpus”,
introduce las siguientes modificaciones:

A. La denominación de la acción tutelar


Con relación a la denominación de la acción tutelar, la norma prevista por el
artículo 125 de la Constitución, la designa como Acción de Libertad. Este cambio de
nombre —según Rivera Santivañez—10 responde a la tendencia adoptada por el
Constituyente de afirmar la descolonización del Estado boliviano; y como parte de
esa afirmación decidió prescindir del uso del latín para emplear el español.
De ahí que, la norma constitucional referida, instituye la Acción de Libertad en
los siguientes términos:
Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida,
o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer Ac-
ción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquier a su nombre
y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia
penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se resta-
blezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad.
Sobre éste cambio de denominación, que en todo caso implica una precisión
conceptual, la jurisprudencia constitucional ha realizado algunas consideraciones. Así
por ejemplo, la Sentencia Constitucional Nº1605/2011-R, de 11 de octubre de 2011,
señaló lo siguiente:

defensa no requiere la observancia de requisitos formales y en caso que exista algún defecto u omisión
de requisitos de contenido o especificación de derechos, estas omisiones deben ser superadas por el juez
o tribunal que conozca el recurso y que actúa en el caso concreto como juez o tribunal de garantías
constitucionales. Empero, siempre partiendo de un equilibrio, debe tenerse en cuenta que dicha autoridad
o tribunal de garantías está supeditada al principio de certeza o de verdad material, lo cual implica que
para conceder o denegar la tutela, debe partir de la revisión y análisis de los aspectos fácticos, en base a
las pruebas objetivas, para luego establecer la norma constitucional, legal o jurisprudencia aplicable, y en
definitiva llegar a una determinación no sólo correcta sino justa”.
10
  Rivera Santivañez, José Antonio Jurisdicción Constitucional. Procesos Constitucionales en Bolivia,
op. cit., p. 319.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 261

La garantía jurisdiccional del hábeas corpus fue consagrada por el art. 18 de la Constitu-
ción Política del Estado abrogada (CPEabrg), actualmente, la Constitución Política del
Estado vigente también la contempla pero con la denominación de acción de libertad
(arts. 125 al 127 de la CPE); sin embargo, no se trata de un simple cambio de nomencla-
tura, sino de una precisión conceptual, pues conforme a la teoría del Derecho Procesal
Constitucional, sustituir la denominación de “recurso”, por la de “acción” —además de
adecuar la legislación boliviana a la evolución de la doctrina de la materia— implica re-
conocer a esta garantía como “la facultad de demandar la protección de un derecho ante
los órganos jurisdiccionales” o sea “poner en marcha el aparato del Estado para la pro-
tección de un derecho conculcado”, en contraposición a la denominación de “recurso”
que implicaba considerarla como la simple impugnación o reclamación que, concedida
por ley, efectúa quien se considera perjudicado o agraviado por la providencia de un juez
o tribunal para que el superior la reforme o revoque y que por ello supone la existencia
previa de un litigio (García Belaunde, Domingo, El hábeas corpus en el Perú. Universidad
Mayor de San Marcos, 1979, p. 108).

B. Los derechos tutelados


Respecto a los derechos tutelados por el recurso de hábeas corpus, hoy Acción
de Libertad (términos ambos que pueden ser utilizados indistintamente), cabe seña-
lar que la nueva Constitución boliviana ha ampliado su ámbito de protección inclu-
yendo el derecho a la vida, en aquellos casos en los que se encuentre en peligro,
como consecuencia de la ilegal restricción del derecho a la libertad física; así, por
ejemplo, cuando se produzca una desaparición forzosa, un secuestro, una detención
y apresamiento seguido de torturas y malos tratos físicos y psicológicos; también se
activará en aquellos casos en los que por una conducta negligente de los centros de
asistencia médica se ponga en peligro la vida; así, por ejemplo, la retención de en-
fermos en clínicas por falta de pago por los servicios prestados.
Al respecto, la citada la Sentencia Constitucional Nº1605/2011-R, también se-
ñaló lo siguiente:
La precisión conceptual que implica el cambio de denominación, también conlleva que,
englobando el ámbito de protección y las características esenciales del hábeas corpus,
la acción de libertad adquiera una nueva dimensión; en ese sentido, se constituye en
una garantía jurisdiccional esencial, pues su ámbito de protección ahora incorpora al
derecho a la vida —bien jurídico primario y fuente de los demás derechos del ser huma-
no— junto a la clásica protección al derecho a la libertad física o personal, a la garantía
del debido proceso en los supuestos en que exista vinculación directa con el derecho
a la libertad física y absoluto estado de indefensión (SC 1865/2004-R de 1 de diciembre)
y el derecho a la libertad de locomoción, cuando exista vinculación de este derecho
con la libertad física o personal, el derecho a la vida o a la salud (SC 0023/2010-R de
13 de abril).

C. El procedimiento que debe seguirse


Finalmente, con relación al procedimiento para la sustanciación de la acción
tutelar, el nuevo texto constitucional ha introducido el informalismo, de manera que
262 • Alan E. Vargas Lima

podrá plantearse por escrito o por vía oral (según el procedimiento detallado ante-
riormente), prescindiendo de toda formalidad procesal; aunque ha restringido la
competencia de las autoridades judiciales para conocer y sustanciar la acción tutelar,
ya que solamente asigna la competencia a los jueces y tribunales en materia penal.
De otro lado, el nuevo texto constitucional fortalece el carácter sumario de la
acción tutelar, al disponer que la audiencia debe ser señalada inmediatamente a
la presentación de la Acción de Libertad, misma que deberá realizarse dentro de las
veinticuatro horas siguientes a la presentación de la acción, y no podrá suspenderse
por razón alguna, debiendo dictarse sentencia en la misma audiencia; el art. 62.IV de
la Ley Nº 027 del Tribunal Constitucional Plurinacional, prevé que “No podrán decre-
tarse en su desarrollo recesos o cuartos intermedios hasta dictarse la correspondien-
te resolución”; dada la finalidad de la Acción de Libertad, la norma prevista por el
art. 68.4) de la Ley Nº 027, determina que podrá realizarse la audiencia pública en
días sábados, domingos o feriados, en cuyo caso será competente el Juez de Instruc-
ción Penal Cautelar de turno.
Finalmente, se ha introducido el principio de la inmediación, toda vez que, por
mandato del nuevo texto constitucional, la autoridad judicial competente, una vez
admitida la acción y señalada la audiencia, debe disponer que el accionante sea
conducido a su presencia o acudir al lugar de la detención, para aquellos casos en
los que la Acción de Libertad tenga su origen en la detención o apresamiento ilegal,
para comprobar las condiciones en las que se encuentra privada de libertad la víc-
tima, especialmente cuando existe denuncia de torturas, tratos crueles, inhumanos
o degradantes, o si se ha vulnerado el derecho a la integridad física o existe amena-
za a su vida.
De lo expresado, se puede concluir que la Constitución vigente, amplía no sólo
su ámbito de protección, sino que acentúa sus características fundamentales de in-
formalismo e inmediación, con la finalidad de dar una efectiva protección no sólo a
quienes se encuentran privados de libertad, sino también a quienes consideren que
su libertad física o personal y su propia vida esté amenazada.11 Al respecto, el Tri-
bunal Constitucional, en su SC 0102/2010-R de 10 de mayo, ha señalado lo siguien-
te: “[…] Cabe hacer hincapié, que el Constituyente ha previsto la exención de toda
formalidad en su interposición, así como la rapidez en su trámite que es sumarísimo
y su efecto inmediato, pudiendo ser preventivo, correctivo o reparador”.

5. La Acción de Libertad y la clasificación doctrinal


del habeas corpus en Bolivia12
De la interpretación del art. 18 de la Constitución abrogada, y el art. 89 de la Ley
del Tribunal Constitucional (LTC), en la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, el Tribunal

11
  Cfr. Rivera Santivañez, José Antonio, “El Recurso de Hábeas Corpus en Bolivia”, en Memorias del
VII Encuentro Iberoamericano de Derecho Procesal Constitucional, t., II, mayo de 2011, República Domini-
cana, pp. 167 y 168.
12
  Cfr. Sentencia Constitucional Nº0044/2010-R, de 20 de abril de 2010.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 263

Constitucional concluyó que el recurso de hábeas corpus “…puede ser reparador si


ataca una lesión ya consumada, preventivo si procura impedir una lesión a produ-
cirse o correctivo si intenta evitar que se agraven las condiciones en que se mantie-
ne a una persona detenida”.
En el contexto de la Constitución vigente y de Código Procesal Constitucional
—que deroga la parte de procedimientos constitucionales que preveía la Ley del
Tribunal Constitucional— se puede concluir que los tipos de hábeas corpus preceden-
temente aludidos, también pueden ser identificados en la nueva Ley Fundamental,
e inclusive ampliados, conforme se ha expuesto en la citada Sentencia Constitucional
Nº0044/2010-R.
De acuerdo a la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, en el hábeas corpus reparador
es necesario que se hubiere configurado una situación de privación de libertad física
ilegal, por haber sido dispuesta al margen de los casos previstos por la ley y/o in-
cumpliendo los requisitos y formalidades de ley. En la nueva configuración consti-
tucional este tipo de hábeas corpus está previsto en el art. 125 de la CPE, cuando
hace referencia a los casos en que la persona considere que es indebidamente pri-
vada de libertad personal.
En el hábeas corpus preventivo, de acuerdo a esa misma Sentencia, la detención
aún no se ha producido pero puede presuponerse que es inminente, en tanto que la
amenaza pueda demostrarse positivamente. Este hábeas corpus también está con-
templado en el art. 125 de la CPE, en los supuestos en que la persona considere
encontrarse ilegalmente perseguida.
Ahora bien, la persecución ilegal, ha sido entendida por la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional como
…la acción de una autoridad que busca, persigue, u hostiga a una persona sin que exista
motivo legal alguno, ni una orden expresa de captura emitida por autoridad competen-
te en los casos establecidos por ley, o cuando se emite una orden de detención, captura
o aprehensión al margen de los casos previstos por ley, e incumpliendo las formalidades
y requisitos establecidos por ella” (Así, SSCC 419/2000-R, 261/2001-R y 535/2001-R,
entre otras).

Conforme a dicho entendimiento, la persecución ilegal comprendería dos supues-


tos: a) Órdenes de detención al margen de los casos previstos por la ley e incum-
pliendo los requisitos y formalidades de ley y; b) Hostigamiento sin que exista
motivo legal, ni orden de captura emitida por autoridad competente.
En el primero supuesto, nos encontramos, propiamente, ante al hábeas corpus
preventivo, explicado precedentemente; en tanto que el segundo, hábeas corpus res-
tringido, que de acuerdo a la doctrina procede cuando el derecho a la libertad física
es objeto de molestias, obstáculos, perturbaciones que sin ningún fundamento legal,
configuran una restricción para su cabal ejercicio. No existe, en concreto una ame-
naza inminente de privación de libertad; sin embargo, existe limitación en su ejer-
cicio (Citaciones ilegales policiales, vigilancia domiciliaria, etc.). Este tipo de hábeas
corpus, entonces, también estaría cobijado dentro de la persecución ilegal prevista
en el art. 125 de la CPE.
264 • Alan E. Vargas Lima

Por otra parte, la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, también hizo referencia al


hábeas corpus denominado correctivo, que es aquel que “…protege al detenido de
aquellas condiciones que agravan en forma ilegítima la detención, violando su con-
dición humana. A través de este recurso, se garantiza el trato humano al detenido,
establecido en las Convenciones Internacionales de Derechos Humanos”.
Este tipo de hábeas corpus no estaba previsto expresamente en el art. 18 de la
Constitución abrogada, como tampoco está explicito en el art. 125 de la CPE; sin
embargo, su base constitucional está implícita en ese artículo, y la base legal se
encontraba en el art. 89 de la Ley del Tribunal Constitucional, cuando se refería a
otras violaciones que tengan relación con la libertad personal en cualquiera de sus
formas, siendo una de ellas el agravamiento ilegal de la situación del detenido o
condenado13 (SC 1579/2004-R).
Dentro de la tipología desarrollada por la jurisprudencia del Tribunal Constitu-
cional, a la que se le ha agregado el hábeas corpus restringido, debe considerarse
también al hábeas corpus instructivo y al hábeas corpus traslativo o de pronto despacho,
como se pasa a explicar:
El habeas corpus instructivo, hace referencia a la supuestos, en que el derecho a
la libertad se encuentra vinculado al derecho a la vida, fundamentalmente en los
casos de desaparición forzada de personas, y tiene como objeto identificar el para-
dero de la víctima, disponer su libertad e individualizar a los autores del hecho,
garantizándose el derecho a la vida y también el derecho a la integridad física.
Este hábeas corpus, ahora está previsto en el art. 125 de la CPE, cuando hace
referencia a los casos en los que la persona considere que su vida está en peligro.
Esta ampliación es coherente con la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que en la Opinión Consultiva OC-8/87 de 30 de enero de 1987, al
absolver la consulta formulada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
respecto a la interpretación de los arts. 25.1 y 7.6 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación a la última frase del art. 27.2 de dicha Convención,
que enumera los derechos que no pueden suspenderse durante los estados de excep-
ción; estableció que, la función del hábeas corpus es esencial como: “…medio para
controlar el respeto a la vida e integridad de la persona, para impedir su desaparición
o la indeterminación de su lugar de detención, así como para protegerla contra la
tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
El criterio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto a la protec-
ción de los derechos a la vida e integridad física o personal fue reiterado en numerosos
fallos. Así, en el caso Castillo Páez, de 3 de noviembre de 1997, la Corte Interame-
ricana sostuvo que: “[…] El hábeas corpus tiene como finalidad no solamente garanti-
zar la libertad y la integridad personal, sino también prevenir la desaparición o
indeterminación del lugar de detención y, en última instancia, asegurar el derecho
a la vida”. En el mismo sentido, el caso Neira Alegría, fallo de 19 de julio de 1995.

13
  Al presente, se advierte que dicha cláusula abierta de “otras violaciones que tengan relación con
la libertad personal”, no se encuentra prevista entre las normas del Código Procesal Constitucional.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 265

La protección del derecho a la vida e integridad personal, por otra parte, está tam-
bién prevista en las legislaciones de otros países, como en Costa Rica donde a través
del hábeas corpus se protegen los derechos a la libertad e integridad personal; en el
Perú, donde se protege la libertad personal y otros derechos conexos, así como la
integridad y la prohibición de desaparición forzada, último supuesto que se vincula
con el derecho a la vida. Algo similar sucede en Argentina, donde el hábeas corpus
protege la libertad física, el agravamiento ilegítimo de las condiciones de detención
y la desaparición forzada de personas, y en Ecuador, donde se protege el derecho a
la libertad, a la vida y la integridad física de las persona privadas de libertad.
De este breve repaso a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos y de la legislación comparada, se puede observar que la protección al
derecho a la vida vía hábeas corpus, en el caso boliviano, Acción de Libertad, está
íntimamente vinculada con el derecho a la libertad personal.
Cabe resaltar que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, protegió el derecho
a la vida a través del recurso de hábeas corpus, por conexitud con el derecho a la liber-
tad de locomoción, en las SSCC 470/2004-R, 651/2004-R, entre otras.
Por último, se debe hacer referencia al hábeas corpus traslativo o de pronto des-
pacho, a través del cual, lo que se busca es acelerar los trámites judiciales o admi-
nistrativos cuando existen dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de
la persona que se encuentra privada de libertad.
Este tipo de hábeas corpus, implícito en el art. 125 de la CPE, emergía directamen-
te del art. 89 de la Ley del Tribunal Constitucional, cuando establecía que, también
procede el hábeas corpus cuando se aleguen: “…otras violaciones que tengan relación
con la libertad personal en cualquiera de sus formas, y los hechos fueron conexos con
el acto motivante del recurso, por constituir su causa o finalidad…”, e implícitamen-
te fue reconocido por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, cuando tuteló los
supuestos de demora en la celebración de la audiencia de medidas cautelares (SSCC
1109/2004-R, 1921/2004-R), o cuando existieron notificaciones ilegales con las re-
soluciones de medidas cautelares que lesionan el derecho a la defensa, concreta-
mente el derecho a recurrir, impidiendo que el tribunal superior revise la resolución
del inferior (SC 826/2004-R), o en los casos en que se ha demorado la efectividad de
la libertad, pese a que el imputado ha cumplido con las medidas sustitutivas impues-
tas (SSCC 1477/2004-R, 046/2007-R, entre otras).

6. La acción de libertad traslativa o de pronto despacho


en la configuración de la Constitución14
La comprensión de este tipo de acción de libertad, está recogido por la Sala
Tercera del Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP 0017/2012 de 16 de
marzo, la que después de reflexionar sobre el objeto y finalidad de la Acción de Li-

14
  Cfr. Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0112/2012, de 27 de abril de 2012. Esta Sentencia,
también desarrolla con bastante amplitud, las siguientes temáticas: “Las consecuencias del nuevo mode-
lo de Estado Constitucional de Derecho, Plurinacional e intercultural asumido en la Constitución de 2009
266 • Alan E. Vargas Lima

bertad diseñada en el art. 125 de la CPE, refrendó la jurisprudencia desarrollada por


el Tribunal Constitucional anterior contenida en las SSCC 1579/2004-R y 0465/2010-R,
respecto a la acción de libertad traslativa o de pronto despacho.
La SC 1579/2004-R de 1 de octubre, concluyó que el recurso de hábeas corpus
—actualmente acción de libertad— “…por violaciones a la libertad individual y/o
locomoción, puede ser reparador si ataca una lesión ya consumada, preventivo si
procura impedir una lesión a producirse o correctivo si intenta evitar que se agraven
las condiciones en que se mantiene a una persona detenida”.
En ese entendido, el Tribunal Constitucional anterior en la SC 0465/2010-R de
5 de julio, en su Fundamento Jurídico III.3 concluyó que:
…los tipos de hábeas corpus precedentemente aludidos, también pueden ser identificados
en la nueva Ley Fundamental, e inclusive ampliados. Así dentro de la tipología desarrolla-
da por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional citada líneas precedentes, se agregó el
hábeas corpus restringido, el hábeas corpus instructivo y al hábeas corpus traslativo o de
pronto despacho (SC 0044/2010-R de 20 de abril). Conforme la doctrina constitucional
sentada por este Tribunal, por medio del hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, se
busca acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen dilaciones indebi-
das, para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad.

Siguiendo con el entendimiento jurisprudencial desarrollado por la citada SC


0465/2010-R, en su Fundamento Jurídico III.4 señaló: “Para la concreción del valor
libertad, el principio de celeridad y el respeto a los derechos, se ha previsto una
acción de defensa específica que coadyuve para que los mismos no se vean afecta-
dos por actos lesivos y en caso de que así fuera, se puedan restituir a su estado
natural, en especial tratándose de derechos fundamentales…”.
En ese sentido, en el mismo Fundamento Jurídico citado en el párrafo anterior
agregó a la tipología, el hábeas corpus —ahora acción de libertad— traslativo o de
pronto despacho: “…el cual se constituye en el mecanismo procesal idóneo para
operar en caso de existir vulneración a la celeridad cuando esté relacionada a la li-
bertad y devenga de dilaciones indebidas, que retardan o evitan resolver la situación
jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad”.

7. La finalidad y los alcances de la Acción de Libertad15


En cuanto a la finalidad de esta acción tutelar, la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, mediante la SC 0987/2011-R de 22 de junio, estableció lo siguiente:

en el razonamiento jurídico de los jueces; La aplicación directa de la Constitución; El razonamiento jurí-


dico de los jueces, debe partir de la Constitución, de sus normas constitucionales-principios atendiendo
las características del nuevo modelo de Estado que los sustentan; Concepción, validez, jerarquía norma-
tiva, obligatoriedad y transversalidad de los principios constitucionales; Las normas constitucionales-
principios, que sustentan que las decisiones judiciales vinculadas al derecho a la libertad personal sean:
1) tramitadas, 2) resueltas y 3) efectivizadas con la mayor celeridad; La reglas procesales penales, en
medidas cautelares, construidas jurisprudencialmente, en observancia de los principios constitucionales”.
15
  Cfr. Sentencia Constitucional Nº1567/2011-R, de 17 de octubre de 2011.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 267

“[…] cabe señalar que, la acción de libertad ha sido instituida por el art. 125 de la
CPE, que tiene por finalidad la protección de los derechos a la vida y a la libertad
cuando la persona creyera estar ilegalmente perseguida, indebidamente procesada
o privada de su libertad, o considere que su vida está en peligro”.
De la citada jurisprudencia, tenemos entonces que los derechos protegidos por
esta acción tutelar son la libertad y el derecho a la vida. Aparte de ello, la jurispru-
dencia constitucional a través de la SC 0011/2010-R de 6 de abril, establece que:
La acción de libertad, es una acción jurisdiccional de defensa que tiene por finalidad
proteger y/o restablecer el derecho a la libertad física o humana, y también el derecho a
la vida, si es que se halla en peligro a raíz de la supresión o restricción a la libertad per-
sonal, sea disponiendo el cese de la persecución indebida, el restablecimiento de las
formalidades legales y/o la remisión del caso al juez competente, la restitución del dere-
cho a la libertad física, o la protección de la vida misma, motivo por el cual se constituye
en una acción tutelar preventiva, correctiva y reparadora de trascendental importancia
que garantiza como su nombre lo indica, la libertad, derecho consagrado por los arts. 22
y 23.I de la CPE.
En ese entendido,
…la nueva Constitución Política del Estado es más amplia en cuanto a su ámbito de
protección, pues se extiende al derecho a la vida, la libertad física o personal, el debido
proceso, en lo que se refiere al procesamiento indebido y la libertad de locomoción, ésta
última dada la íntima relación que existe con el derecho a la libertad física…”, SC
0023/2010-R de 13 de abril.
Existen diversos criterios de como poder activar esta acción tutelar y en qué
momentos procesales puede ser interpuesta, ya que la naturaleza del derecho pro-
tegido, la libertad, y ahora el derecho a la vida, hace necesario que se establezcan
distintos tipos de situaciones en las que estos derechos puedan ser objeto de me-
noscabo o totalmente vulnerados, por lo que la jurisdicción constitucional, dentro de
su tarea interpretativa, tiene la obligación de materializar lo establecido por la Cons-
titución Política del Estado, es así que la SC 0604/2011-R, citando a la SC 0044/2010-
R, estableció lo siguiente:
[…] el ámbito de protección del hábeas corpus, ahora acción de libertad, alcanza a los
supuestos en que:
a. El acto ilegal provoca la restricción del derecho a la libertad física (hábeas corpus
reparador);
b. El acto ilegal amenaza o perturba al derecho a la libertad física personal (hábeas
corpus restringido y preventivo);
c. Se agravan las condiciones de la libertad (hábeas corpus correctivo):
d. Existe amenaza al derecho a la vida, vinculada al derecho a la libertad (hábeas
corpus instructivo), y
e. Existe una dilación indebida para resolver la situación jurídica de una persona res-
pecto a su derecho a la libertad física o personal (hábeas corpus traslativo o de pronto
despacho).
268 • Alan E. Vargas Lima

8. Los ámbitos de protección de la Acción de Libertad


De conformidad a lo previsto por el art. 125 de la Constitución, esta acción tu-
telar puede ser presentada por toda persona física en los siguientes casos: a) Cuando
considere que su vida está en peligro; b) Que es ilegalmente perseguida; c) Que es
indebidamente procesada; y, d) Cuando es ilegalmente privada de libertad personal.

A. Protección procesal del Derecho a la Vida16


La SC 0044/2010-R de 20 de abril, rescató la doctrina del hábeas corpus instruc-
tivo —que en la nueva terminología de la Constitución se denomina la acción de
libertad instructiva—, cuyo ámbito de protección abarca también al derecho a la vida
y el derecho a la integridad personal (física, psicológica y sexual); los aludidos dere-
chos son objeto de protección de la acción de libertad instructiva fundamentalmente
en los casos de desaparición forzada de personas, pero no excluyente de otros pro-
cesos por estar vinculados a la libertad física o personal, como son detenciones
ilegales o indebidas en cualesquier forma (por ejemplo aprehensiones, arrestos, etc.,
o persecuciones ilegales o indebidas provenientes de autoridades policiales, fiscales,
judiciales o particulares), libertad de locomoción (por ejemplo arraigos, detenciones
domiciliarias, etc.). Dicho precedente constitucional, al respecto entendió que:
…hace referencia a la supuestos, en que el derecho a la libertad se encuentra vinculado
al derecho a la vida, fundamentalmente en los casos de desaparición forzada de personas,
y tiene como objeto identificar el paradero de la víctima, disponer su libertad e indivi-
dualizar a los autores del hecho, garantizándose el derecho a la vida y también el derecho
a la integridad física.
Este hábeas corpus, ahora está previsto en el art. 125 de la CPE, cuando hace referen-
cia a los casos en los que la persona considere que su vida está en peligro. Esta amplia-
ción es coherente con la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
que en la Opinión Consultiva OC-8/87 de 30 de enero de 1987, al absolver la consulta
formulada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos respecto a la interpre-
tación de los arts. 25.1 y 7.6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
relación a la última frase del art. 27.2 de dicha Convención, que enumera los derechos
que no pueden suspenderse durante los estados de excepción; estableció que, la función
del hábeas corpus es esencial como: ‘…medio para controlar el respeto a la vida e inte-
gridad de la persona, para impedir su desaparición o la indeterminación de su lugar de
detención, así como para protegerla contra la tortura u otros tratos o penas crueles, in-
humanos o degradantes’.
El criterio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto a la protección
de los derechos a la vida e integridad física o personal fue reiterado en numerosos fallos.
Así, en el caso Castillo Páez, de 3 de noviembre de 1997, la Corte Interamericana sostu-
vo que: ‘…El hábeas corpus tiene como finalidad no solamente garantizar la libertad y la

16
  Cfr. Sentencia Constitucional Plurinacional Nº2468/2012, de 22 de noviembre de 2012. Esta
Sentencia, también realiza precisiones importantes sobre el contenido esencial mínimo del derecho a la
vida, a protegerse y promoverse por el Estado y las autoridades públicas.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 269

integridad personal, sino también prevenir la desaparición o indeterminación del lugar


de detención y, en última instancia, asegurar el derecho a la vida’. En el mismo sentido,
el caso Neira Alegría, fallo de 19 de julio de 1995.
La protección del derecho a la vida e integridad personal, por otra parte, está también
prevista en las legislaciones de otros países, como en Costa Rica donde a través del hábeas
corpus se protegen los derechos a la libertad e integridad personal; en el Perú, donde se
protege la libertad personal y otros derechos conexos, así como la integridad y la prohi-
bición de desaparición forzada, último supuesto que se vincula con el derecho a la vida.
Algo similar sucede en Argentina, donde el hábeas corpus protege la libertad física, el
agravamiento ilegítimo de las condiciones de detención y la desaparición forzada de
personas, y en Ecuador, donde se protege el derecho a la libertad, a la vida y la integridad
física de las persona privadas de libertad.
De este breve repaso a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Hu-
manos y de la legislación comparada, se puede observar que la protección al derecho a
la vida vía hábeas corpus, en el caso boliviano, acción de libertad, está íntimamente
vinculada con el derecho a la libertad personal. Cabe resaltar que la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, protegió el derecho a la vida a través del recurso de hábeas cor-
pus, por conexitud con el derecho a la libertad de locomoción, en las SSCC 470/2004-R,
651/2004-R, entre otras.

Sin embargo, de ese repaso de Derecho Comparado y de la jurisprudencia de la


Corte Interamericana, es menester reflexionar si evidentemente el espíritu del Cons-
tituyente al incluir el derecho a la vida y a la integridad física es que este se halle
irremediablemente vinculado con el derecho a la libertad física; al respecto, es bien
conocido que en la tradición jurisprudencial boliviana, la protección del derecho a
la vida ha estado dada por la vía tutelar de la acción de amparo constitucional, la
Constitución vigente desde 2009, ha incluido en la estructura protectiva de la acción
de libertad el derecho a la vida, ello en sí significa una ampliación del rango proce-
sal de la acción de libertad.
Sin embargo, para que opere por la vía de la acción de libertad, la tesis jurispru-
dencial de la SC 0044/2010-R, señala que debe haber un vinculación entre el peligro
de afectación del derecho a la vida y el derecho a la libertad, pues para que opere
la protección que brinda la acción de libertad al derecho a la vida debe ser causa
de la lesión del derecho a la libertad, no obstante, esa noción jurisprudencial debe
ser modulada, en mérito al siguiente razonamiento: La naturaleza del derecho a la
vida impone la casi eliminación de cualquier tipo de formalismo en su protección, pues
resultaría un despropósito que quien solicite la tutela de su derecho a la vida cuya na-
turaleza siempre es urgente, reciba la respuesta de que debe acudir ante otro mecanismo
procesal como la acción de amparo constitucional.
Por ello, corresponde establecer la noción protectiva de la acción de libertad en re-
lación al derecho a la vida, precisando que cualquier situación de vulneración del derecho
a la vida será conocida a instancias de las acciones de amparo constitucional o de liber-
tad indistintamente, justamente por el inmenso valor que el Constituyente ha asigna-
do a dos nociones conceptuales elementales para la convivencia en nuestra sociedad
boliviana: 1) La protección de la vida humana, es el valor fundamental sobre el cual
270 • Alan E. Vargas Lima

se construye la noción de Estado Social de Derecho, por ello es el primer derecho


fundamental enunciado en el texto constitucional; y, 2) La administración de justicia,
está al servicio de la población y de la sociedad sobre la base de criterios anti for-
malistas en búsqueda de un sistema de verdad material.
De ahí, resulta inaceptable que cuando se solicita la protección del derecho a la
vida ante la jurisdicción constitucional, ésta deniegue la tutela con el argumento
procesal de la idoneidad recursiva; además de ello el art. 125 es claro al enumerar
las condiciones de activación de la acción de libertad, pues en la primera frase se-
ñala: “Toda persona que considere que su vida está en peligro…”, de una interpre-
tación literal de la norma constitucional se desprende que el Constituyente lejos de
condicionar la activación de la acción de libertad por vulneración del derecho a la
vida, a la vinculación causal de privación previa del derecho a la libertad, se limitó
a enumerarlo como causal independiente de activación de la acción de libertad en
concordancia normativa con los arts. 46 y 47 del Código Procesal Constitucional
(CPCo). En esa dimensión argumentativa, es que se establece que el derecho a la vida,
por la tutela inmediata que requiere, puede ser protegido indistintamente por la acción
de amparo constitucional o por la acción de libertad, pues una interpretación diferen-
te afecta la noción básica de interpretación de los derechos humanos (así mismo de
los derechos fundamentales), cual es la interpretación favorable al ser humano.
En el mismo sentido ultraprotectivo de la acción de libertad antes glosada, es me-
nester aclarar la inaplicabilidad —bajo ninguna circunstancia— de la regla de subsidia-
riedad excepcional de la acción de libertad cuando se denuncia violación del derecho a
la vida o integridad personal. Sobre el tema, es preciso citar la SC 0008/2010-R de 6
de abril, la SC 0080/2010-R y especialmente la SC 0589/2011-R de 3 de mayo, que
fueron contundentes en señalar que no se aplica bajo ninguna circunstancia la sub-
sidiariedad excepcional de la acción de libertad cuando se denuncia violación del
derecho a la vida.
En este mismo sentido, la SC 0589/2011-R de 3 de mayo, reforzando dicha
comprensión, señaló:
El art. 18 de la CPEabrg, instituyó el recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad
prevista por el art. 125 de la CPE, como un recurso extraordinario cuya finalidad esencial
era la protección a la libertad, ámbito de tutela que ha sido ampliada en el orden constitu-
cional vigente a la vida, que como se ha visto, constituye un derecho primario en sí, inhe-
rente al ser humano, y por ende su protección es prioritaria, por constituir un bien jurídico
primario y fuente de los demás derechos. Por ello, a diferencia de la tutela a la libertad,
y su condicionamiento del agotamiento previo de las instancias intra procesales, para
pedir su protección a través de este medio constitucional idóneo, eficaz e inmediato, res-
pecto a la vida, su tutela puede ser solicitada de manera directa; es decir, que puede acudir
a la jurisdicción constitucional, sin tener que agotar previamente la vía jurisdiccional.

B. La Persecución ilegal
El Tribunal Constitucional, en su SC 419/00-R de 2 de mayo, ha definido la per-
secución ilegal como:
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 271

la acción de un funcionario público o autoridad judicial que busca, persigue u hostiga a


una persona sin que exista motivo legal alguno y una orden expresa de captura emitida
por autoridad competente en los casos establecidos por ley, o cuando se emite una orden
de detención, captura o aprehensión al margen de los casos previstos por ley e incum-
pliendo las formalidades y requisitos establecidos por ella.

La persecución ilegal da lugar a que se active el hábeas corpus preventivo, cuya


finalidad es evitar la consumación del acto restrictivo del derecho a la libertad física.
Dicho desde otra perspectiva, a través de esta acción tutelar se trata de evitar que
se consume la aprehensión o detención ilegal o indebida.
Acogiendo la doctrina del Derecho Procesal Constitucional, el Tribunal Constitu-
cional, a través de su jurisprudencia, ha definido que un acto será considerado como
persecución ilegal con relevancia constitucional cuando concurran dos condiciones.
La primera, que el atentado a la libertad sea decidido y en próxima “vía de ejecu-
ción”, pues los simples actos preparatorios, como la vigilancia policial para conocer
el domicilio de una persona y sus cambios, no dará lugar a la procedencia de este
recurso. La segunda, que la amenaza a la libertad sea cierta, no conjetural o presun-
tiva, lo que significa que es un requisito para la procedencia del recurso, la demos-
tración de la positiva existencia de la amenaza o restricción de la libertad.17
B.1. La persecución ilegal: Su configuración dogmática a la luz del nuevo orden
constitucional18
Para abordar la presente problemática, prima facie, debe señalarse que al am-
paro del régimen constitucional abrogado, el Tribunal Constitucional, a través de sus
líneas jurisprudenciales, ya definió la persecución ilegal o indebida, así las SSCC
0419/2000-R, 0261/2001-R y 0535/2001-R, entre otras, definieron a este aspecto
como: “…la acción de una autoridad que busca, persigue u hostiga a una persona
sin que exista motivo legal alguno ni una orden expresa de captura emitida por
autoridad competente en los casos establecidos por ley, o cuando se emite una orden
de detención, captura o aprehensión al margen de los casos previstos por ley, e in-
cumpliendo las formalidades y requisitos establecidos por ella”, entendimiento, que
fue acogido por las SSCC 0016/2010-R y 0237/2010-R, entre muchas otras.
Bajo esta perspectiva, la SC 0237/2010-R de 31 de mayo, asumiendo el enten-
dimiento adoptado por la SC 0036/2007-R de 31 de enero, señaló que la persecución
ilegal o indebida, implica la existencia de los siguientes presupuestos: “… 1) la bús-
queda u hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo
legal o por orden de una autoridad no competente, y 2) la emisión de una orden de
detención, captura o aprehensión al margen de lo previsto por ley”.
Ahora bien, a la luz del nuevo diseño constitucional, es imperante definir la perse-
cución ilegal en sus dos causes configurativos, que dan lugar a la activación de la llama-
da acción de libertad restringida y preventiva.

  Cfr. Rivera Santivañez, José Antonio, El Recurso de Hábeas Corpus en Bolivia, op. cit., p. 172.
17

  Cfr. Sentencia Constitucional Nº0208/2011-R, de 11 de marzo de 2011.


18
272 • Alan E. Vargas Lima

En efecto, bajo el primer cause configurativo de este presupuesto de activación


de la acción de libertad, se establece que la persecución ilegal o indebida, debe ser
entendida como toda acción ilegal cometida por un funcionario público o un particu-
lar, conducta que implica una manifiesta y evidente persecución, acoso, búsqueda u
hostigamiento, sin que exista una justa causa fundada en derecho, destinada a su-
primir, restringir, perturbar o limitar el derecho a la libertad física, la vida o algún
otro derecho estrictamente vinculado a éstos dos últimos; afectaciones que por su
naturaleza, inequívocamente deben ser tuteladas a través de la acción de libertad,
aspecto que a la luz de la tipología de la acción de libertad ya desarrollada por la SC
0044/2010-R de 20 de abril, se enmarca dentro de lo que en doctrina se conoce
como “hábeas corpus” restringido.
Asimismo, debe precisarse que el segundo cause configurativo de la persecución
ilegal tutelable a través de la acción de libertad, está constituido por todo acto que
merced a una orden de detención, captura o aprehensión, que no cumpla con los
presupuestos procesales establecidos para su legal emisión, esté destinada a suprimir,
restringir o limitar el derecho a la libertad física o incluso a la vida, supuestos fácticos
que deben ser protegidos a través de la acción de libertad bajo la figura conocida en
doctrina como “Habeas Corpus preventivo” y desarrollada por la SC 0044/2010-R,
entre otras.
Ahora bien, de acuerdo al objeto y causa de la presente acción de libertad, la
problemática concreta debe ser contextualizada dentro de los alcances y efectos del
segundo cause configurativo de la persecución ilegal; es decir, deberá determinarse
si en la especie, existieron actos que merced a una orden de detención, captura o
aprehensión, que no cumpla con los presupuestos procesales establecidos para su
legal emisión, destinados a suprimir, restringir o limitar el derecho a la libertad físi-
ca del ahora representado de la accionante.
En este contexto, debe precisarse que este segundo cause, debe ser entendido
de manera sistémica con la línea jurisprudencial establecida en las SSCC 0008/2010-
R y 0080/2010-R, entendimientos que plasman la subsidiaridad excepcional de la
acción de libertad.
B.2. Acción de Libertad innovativa cuando se presenta persecución indebida19
Al respecto, la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº2491/2012 de 3 de di-
ciembre, señaló que la persecución indebida, ha sido definida por el anterior Tribu-
nal Constitucional en la SC 0419/2000-R de 2 de mayo, como:
…la acción de un funcionario público o autoridad judicial que busca, persigue u hostiga
a una persona sin que exista motivo legal alguno y una orden expresa de captura emiti-
da por autoridad competente en los casos establecidos por ley, o cuando se emite una
orden de detención, captura o aprehensión al margen de los casos previstos por Ley e
incumpliendo las formalidades y requisitos establecidos por ella…
en ese contexto de precedencias la SC 0036/2007-R de 31 de enero, precisó los
presupuestos en los que se da persecución, señalando que son: “1) la búsqueda u

19
  Cfr. Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0797/2013, de 11 de junio de 2013.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 273

hostigamiento a una persona con el fin de privarle de su libertad sin motivo legal o
por orden de una autoridad no competente, y 2) la emisión de una orden de deten-
ción, captura o aprehensión al margen de lo previsto por ley”.
Ahora bien, existen supuestos en los cuales posteriormente a esta persecución,
ya no se está privando la libertad de la persona que solicita la tutela; sin embargo,
ese aspecto no puede representar per se la imposibilidad del ejercicio de la acción
constitucional, pues la acción de libertad, tiene distintas modalidades entre ellas se
encuentra la modalidad innovativa. La misma tradicionalmente procede a efectos
de tutelar una detención cuando ésta ya ha cesado a efectos de no dejar en impuni-
dad el actuar lesivo de quienes han lesionado el derecho a la libertad.
Este instituto, en el desarrollo jurisprudencial constitucional en nuestro país,
tiene un muy importante antecedente en lo sostenido por la SC 0327/2004-R de 10
de marzo, que aunque no menciona de forma expresa este tipo del entonces habeas
corpus, lo identifica en su esencialidad cuando señala que:
Del análisis de los debates parlamentarios desarrollados en el proceso de sanción de la
ley aludida, se extrae que la ratio legis del precepto aludido está en la necesidad de que
el instituto jurídico en examen brinde protección en aquellos supuestos en los que ‘…
una autoridad legal arbitrariamente detiene a una persona sin que haya existido causa
que lo justifique y tenemos centenares de casos, finalmente la ponen en libertad se aca-
bó el tema, no hay protección, no hay tutela de los derechos humanos, les digo verda-
deramente, no avanzar en el texto en la forma como está propuesta supone volver al
viejo judicialismo para eso no cambiamos nada […] yo puedo demandar a una autoridad
que me ha detenido ocho días y después me ha puesto en libertad […] ya estoy en liber-
tad y quiero plantear el recurso de hábeas corpus para que la autoridad que ha cometido
semejante abuso, que me ha privado de derechos de alimentar a mi familia, de ver a mis
hijos, de cumplir con mi trabajo de manera arbitraria, ilegal e inconstitucional debe ser
sancionada y el recurso de hábeas corpus declarado procedente […] (Cfr. Redactor, Tomo
IV, noviembre de 1997, H. Cámara de Diputados) […].
Consiguientemente, del contenido de los preceptos aludidos y los debates parlamen-
tarios glosados, se extrae de manera clara y precisa que la voluntad del legislador es que
las lesiones al derecho a la libertad encuentren protección dentro del ámbito del hábeas
corpus, declarando su procedencia en los casos en que se constate la existencia de una
ilegal privación de libertad, no obstante haber cesado la detención antes de la interposi-
ción del recurso…

Nuestro ordenamiento jurídico también sugiere la existencia de esta figura, cuan-


do en el art. 68.6 de la Ley del Tribunal constitucional Plurinacional y el propio
Código Procesal Constitucional, que en su art. 49.6, determina: “Aun habiendo ce-
sado las causas que originaron la Acción de Libertad, la audiencia deberá realizarse
en el día y hora señalados, a efectos de establecer las responsabilidades que corres-
pondan”.
Recogiendo el espíritu de ésta Sentencia Constitucional; asimismo, la construc-
ción doctrinal del voto disidente de 22 de julio de 2010, respecto de la SC 0451/2010-
R de 28 de junio —que estableció que la acción de libertad debe ser interpuesta
cuando la lesión al derecho a la libertad existe, caso contrario, se desnaturalizaría
274 • Alan E. Vargas Lima

su esencia—, entiéndase la figura de la acción de libertad innovativa o habeas corpus


innovativo como el mecanismo procesal, por el cual el juez constitucional asume un rol
fundamental para la protección del derecho a la libertad personal, y por ello, en la Sen-
tencia que pronuncie debe realizar una declaración sobre la efectiva existencia de lesión
al derecho a la libertad física o personal, aunque la misma hubiera desaparecido, advir-
tiendo a la comunidad y al funcionario o persona particular, que esa conducta es
contraria al orden constitucional, en esta Sentencia también se debe emitir una or-
den al funcionario o particular que lesionó el derecho en sentido que, en el futuro,
no vuelva a cometer ese acto, con relación a la misma persona que activó la justicia
constitucional o con otras que se encuentren en similares circunstancias.
Acorde a lo expuesto, y de acuerdo a la nueva coyuntura constitucional impe-
rante desde febrero de 2009, nuestro país atraviesa un proceso de constitucionali-
zación en sus instituciones jurídicas y políticas. No se encuentra al margen la justicia
constitucional, que acoge parámetros interpretativos y de amparo más garantistas y
favorables a la protección de los derechos y de los derechos humanos.
En ese sentido, la interpretación que debe hacerse respecto del art. 125 consti-
tucional, no debe recorrer un camino restrictivo, en el sentido de que únicamente
la acción de libertad pueda ser interpuesta cuando la persona se encuentre privada
de libertad, pues partiendo de un criterio amplio y garantista como se tiene anotado,
este mecanismo puede operar cuando efectivamente ha cesado la vulneración al
derecho protegido. Este criterio se justifica, al análisis de lo dispuesto por el art. 256
de la CPE, que de forma expresa reconoce criterios de interpretación más favorables
que los contenidos en nuestra propia Ley Fundamental y que se encuentran conte-
nidos en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.
Al respecto, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) men-
ciona: en su art. 29 que: “Ninguna disposición de la presente Convención puede ser
interpretada en el sentido de: […] b) limitar el goce y el ejercicio de cualquier dere-
cho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de
los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos
Estados”; y el art. 5.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP),
establecen criterios favorables y progresivos de interpretación de tales derechos, en
tal sentido corresponde disgregar lo que se entiende por los principios pro homine20

20
  “Tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, reconocen en sus arts. 5 y 29, respectivamente, el principio pro homine como
criterio de interpretación de las normas sobre Derechos Humanos. En virtud a este principio, el juzgador
debe aplicar aquellas normas que resulten más favorables para la persona, para su libertad y sus derechos,
cuando es el Estado, a través de sus autoridades o servidores públicos, quienes los lesionan. Este princi-
pio también implica que las normas sobre Derechos Humanos deben ser interpretadas en el sentido que
más favorezca a la persona, vinculándose, en consecuencia, con el principio de interpretación progresiva
de los derechos, en virtud del cual entre varios entendimientos posibles, debe optarse por aquél que li-
mite en menor medida el derecho o garantía que se denuncia como vulnerado, es decir, se debe elegir
la interpretación más extensiva en cuanto al reconocimiento de derechos y una interpretación más res-
tringida cuando se establezcan límites al ejercicio de los mismos. El principio pro homine, por otra parte,
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 275

y de progresividad, mismos que encuentran su asidero en el orden interno, en lo esta-


blecido por los arts. 12.IV y 256 de la CPE, entendiéndose de su contenido la adop-
ción de un sentido de interpretación más favorable a los derechos humanos.
El principio de progresividad concretamente establece la responsabilidad para el
Estado boliviano, de no desconocer los logros y el desarrollo alcanzado en materia
de derechos humanos en cuanto a la ampliación en número, desarrollo de su con-
tenido y el fortalecimiento de los mecanismos jurisdiccionales para su protección,
en el afán de buscar el progreso constante del Derecho Internacional de Derechos
Humanos que se inserta en nuestro sistema jurídico a través del bloque de constitu-
cionalidad (art. 410.II de la CPE).
De lo señalado, queda en evidencia que el reconocimiento de la Acción de Liber-
tad Innovativa en los casos de detenciones ilegales es el producto de una interpreta-
ción garantista de la naturaleza de la acción de libertad; sin embargo, esto no debe
ser en ningún caso óbice para que este razonamiento pueda ser también aplicado a
otras modalidades protectivas de la acción de libertad, como el caso de la persecu-
ción indebida, la cual al igual que la detención puede haber cesado; empero, la ile-
galidad restrictiva del derecho a la libertad fue consumada, por ello a efectos de
determinar la responsabilidad del caso, y de construir una matriz jurisprudencial
preventiva de la vulneración de derechos fundamentales, corresponderá también en
estos casos pronunciarse en el fondo de la problemática a efectos de determinar la
responsabilidad de las autoridades.

C. La Detención ilegal o indebida


Se entiende por detención ilegal toda acción judicial, gubernativa o disciplinaria
de privación de la libertad física de una persona, sin haber cumplido con las condi-
ciones de validez previstas por la Constitución y las leyes.
En el sistema constitucional boliviano, el art. 23.III de la Constitución ha previs-
to las siguientes condiciones de validez para la restricción del derecho a la libertad
física: a) el principio de reserva de Ley, lo que significa que este derecho solo podrá
ser restringido en los casos y según las formas previstas por la Ley; b) el principio de
reserva judicial, lo que supone que la restricción del derecho deberá ser ordenada
por la autoridad competente de manera expresa y motivada en derecho, debiendo
intimarse por escrito expidiendo un mandamiento; y c) el principio de proporciona-
lidad, lo que significa que la medida de restricción debe ser proporcional con el fin
perseguido.
En el marco del principio de reserva de Ley, el legislador boliviano ha determi-
nado que en el ámbito penal la restricción del derecho a la libertad física puede
aplicarse en la vía cautelar o la punitiva, previo cumplimiento de las formas y con-
diciones previstas por la legislación penal.

está reconocido en los arts. 13.IV y 256 de la CPE, normas que expresamente prevén que se debe adop-
tar la interpretación más favorable para los derechos humanos”. Sentencia Constitucional Nº0006/2010-
R, de 6 de abril de 2010.
276 • Alan E. Vargas Lima

Para la restricción del derecho a la libertad física como medida cautelar de carác-
ter personal, el Código de Procedimiento Penal ha previsto requisitos y condiciones,
a objeto de evitar que la medida se convierta en una condena anticipada; de mane-
ra que la detención preventiva debe aplicarse restringidamente como una medida
excepcional última para garantizar la concurrencia del imputado a la sustanciación
del proceso penal. La norma prevista por art. 7 del Código de Procedimiento dispo-
ne expresamente que “la aplicación de medidas cautelares [...] será excepcional”;
en coherencia con dicha norma el art. 221 del mismo Código dispone que: “la liber-
tad personal y los demás derechos y garantías [...] sólo podrán ser restringidos
cuando sea indispensable para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo
del proceso y la aplicación de la Ley”.
En el contexto referido, la norma prevista por el art. 233 del Código de Proce-
dimiento Penal exige la concurrencia de los requisitos para la aplicación de la deten-
ción preventiva: 1) la existencia de elementos de convicción suficientes para sostener
que el imputado es, con probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible; y 2) la
existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se some-
terá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad.
Conforme a la norma procesal referida, en los demás supuestos no comprendi-
dos en los nombrados requisitos no procede la aplicación de la detención preventiva;
ello supone que la restricción de la libertad física, en el proceso penal, se aplica no
en función a la gravedad del delito sino a la concurrencia de los requisitos previstos
por Ley.
En coherencia con lo previsto por las normas procesales citadas, las normas
previstas por el art. 232 del Código de Procedimiento Penal, definen los supuestos
jurídicos en los que, a pesar de concurrir los requisitos previstos por el art. 233 ci-
tado, no procede la aplicación de la detención preventiva; esos supuestos jurídicos
son: 1) En los delitos de acción privada; 2) En aquellos que no tengan prevista pena
privativa de libertad; y, 3) En los delitos (de acción pública) sancionados con pena
privativa de libertad cuyo máximo legal sea inferior a tres años.
Al respecto, el Tribunal Constitucional, en su SC 1068/2001-R, de 4 de octubre,
ha establecido la siguiente jurisprudencia:
[…] no es por la gravedad del delito que se aplica la medida cautelar de carácter personal,
sino por la concurrencia de los requisitos establecidos por el art. 233 del Código de Pro-
cedimiento Penal”. Posteriormente, en su SC 1187/2001-R de 14 de noviembre, definien-
do los alcances de los requisitos previstos por el art. 233 del Código de Procedimiento
Penal, ha señalado que “Los requisitos detallados son aplicables para todos los casos, sin
que exista excepción o salvedad alguna respecto a la gravedad del delito u otras circuns-
tancias que la Ley no refiere”. Finalmente, en su SC 1101/2002-R, de 13 de septiembre,
ha definido que: “[…] no se podrá imponer ni aplicar dicha medida exponiendo otros
motivos que no sean los exigidos por el procedimiento, aunque el tribunal o juez los
considere de gravedad o relevantes, dado que al hacerlo se vulneraría el principio de
legalidad y se estaría abriendo una senda amplía hacía una posible arbitrariedad.21

21
  Cfr. Rivera Santivañez, José Antonio, El Recurso de Hábeas Corpus en Bolivia, op. cit., pp. 173-176.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 277

D. La Prisión ilegal o indebida


A los fines de la procedencia del recurso de hábeas corpus, en el sistema cons-
titucional boliviano se ha entendido que la prisión ilegal o indebida es la privación
de libertad de una persona que habiendo sido dispuesta por la autoridad judicial
competente, como medida cautelar o sanción punitiva, se prolonga más allá de los
límites establecidos por la ley o se la mantiene después de que haya cumplido con
la condena o merecido algún beneficio otorgado conforme a ley, así como cuando
se le niega sin justificativo legal alguno la solicitud de los beneficios que franquea la
ley en la ejecución de la pena.
En consecuencia, en el sistema constitucional boliviano se ha entendido que la
prisión ilegal o indebida como causal de procedencia del recurso de hábeas corpus,
se presenta en los siguientes casos:
1º. Cuando la decisión judicial supere los límites temporales de la prisión pro-
visional, es decir, que la prisión provisional exceda los límites previstos por Ley,
vulnerando el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, que constituye un
elemento esencial del derecho al debido proceso, consagrado por los arts. 115.II y
117 de la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, y los arts. 8 de la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica y
14 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.
Se entiende que la prisión provisional presenta el carácter de simple medida
cautelar de carácter personal, que tiene la finalidad de asegurar la presencia del
encausado en las actuaciones del proceso penal; por lo tanto, no puede prolongarse
más allá de los límites establecidos por la Ley; caso contrario se trataría de una
condena anticipada al procesado antes de juzgarlo en un debido proceso e imponer-
le una sentencia condenatoria firme, como resultado de haberse demostrado su
culpabilidad, lo que significaría atentar contra la garantía de la presunción de ino-
cencia que consagra la Constitución. Por ello, el Juez o Tribunal que conoce y trami-
ta el proceso penal, dentro del cual dispuso la prisión provisional, tiene el deber de
cumplir con el principio de celeridad, imprimiendo el impulso procesal para que
dentro los plazos previstos por Ley concluya el proceso y dicte la sentencia respec-
tiva, condenando al procesado, si se ha demostrado su culpabilidad, y absolviéndo-
lo o declarándolo inocente, en caso contrario. Cualquier demora injustificada en la
tramitación y resolución del proceso, basada en la negligencia del Juez o Tribunal,
dará como resultado la prolongación injusta de la prisión provisional convirtiendo
esa medida que inicialmente fue legal, en una decisión ilegal e indebida, salvo que
el Juez o Tribunal disponga la cesación de la medida provisional y ponga en libertad
provisional al procesado entre tanto dicte la sentencia y ésta adquiera su ejecutoria.
Al respecto, la jurisprudencia constitucional establecida en la SC 366/00-R de 20
de abril, ha calificado de ilegal una detención que inicialmente cumplía con las exi-
gencias establecidas por la Constitución y las leyes, al haber sido adoptada por una
autoridad judicial competente, pero que perdió su legalidad por la excesiva prolon-
gación de la medida cautelar, porque:
278 • Alan E. Vargas Lima

Conforme al sentido del orden constitucional (artículos 9, 10, 11, 16 y 18 de la Constitu-


ción Política del Estado), toda detención, sea preventiva o formal, que sobrepasa los
términos o infringe las formalidades establecidas en la Ley se convierte en detención
ilegal; consecuentemente, cuando la autoridad judicial niega la concesión de libertad
provisional bajo Fianza Juratoria, no obstante de corresponderle al procesado conforme
a norma expresa y terminante (art. 11-4 de la Ley Nº 1865), incurre en detención ilegal
[…] la detención preventiva es sólo una excepción y que no puede bajo circunstancia
alguna sobrepasar los límites previstos por las leyes.

Esa jurisprudencia ha sido reiterada y reafirmada en la SC 413/00-R de 28 de


abril, en la que se ha determinado que: “la privación de libertad se considera ilegal
cuando la decisión judicial vulnera el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas,
prolongándose la medida preventiva o cautelar más allá de los límites establecidos
por ley mediante demora injustificada en la tramitación y resolución del proceso,
basada en la negligencia del Juez o Tribunal”.
Conforme dispone el art. 239. 2) y 3) del Código de Procedimiento Penal, si la
sustanciación del proceso penal se prolonga más allá del plazo razonable, el Juez o
Tribunal de la causa debe disponer la cesación de la detención preventiva, aplicando
las medidas sustitutivas previstas por el art. 240 del Código de Procedimiento Penal.
Si habiendo concurrido cualquiera de los casos previstos en los numerales 2) y 3)
del art. 239 del Código de Procedimiento Penal, el Juez o Tribunal de la causa, in-
justificadamente no dispone la cesación de la detención preventiva, la medida cau-
telar que inicialmente era legal se convierte en un apresamiento ilegal, dando lugar
a que el afectado pueda solicitar tutela a su derecho a la libertad física mediante el
recurso del hábeas corpus.
Al respecto la jurisprudencia constitucional establecida en la SC 766/2001-R, de
23 de julio, ha señalado que:
la privación de libertad dispuesta por orden judicial no es legal indefinidamente, dado
que tiene sus límites tanto en el tiempo como en el cumplimiento de otros requisitos que
están expresamente previstos en la Ley, de manera que cuando un procesado solicita la
cesación de su detención preventiva habiendo cumplido tales condiciones y el Juez o
Tribunal la niega sin fundamento legal, la privación se convierte en indebida aún se
cuente con la orden judicial expedida en principio.

2º. En los casos en los que, habiéndose dispuesto la cesación de la detención


preventiva, la autoridad judicial, injustificadamente, no viabiliza la libertad del dete-
nido. Este supuesto puede darse en los siguientes casos:
a) Si la autoridad judicial, demora injustificadamente la celebración de la audien-
cia de presentación de las medidas sustitutivas, entre ellas, el ofrecimiento de la
fianza económica o personal, conforme corresponda; prolongando de esa forma la
detención preventiva, lo que hace que la prisión inicialmente legal se convierta en
indebida.
b) Si la autoridad judicial, habiendo dispuesto la fianza económica como medida
sustitutiva a la detención preventiva, señala la misma en un monto de imposible
cumplimiento. Según la norma prevista por el art. 241 del Código de Procedimiento
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 279

Penal, “la fianza tendrá por exclusiva finalidad asegurar que el imputado cumplirá
las obligaciones que se le impongan y las órdenes del Juez o Tribunal”, lo que supo-
ne que la fianza no tiene por objeto el resarcimiento de los daños civiles emergentes
del proceso; por lo tanto, resulta irrazonable que la autoridad judicial fije una fianza
económica en un monto elevado, lo que podría dar lugar a que la misma sea inal-
canzable para el imputado o procesado; por ello la norma prevista por el art. 241
segundo párrafo del citado Código, dispone que “la fianza económica se fijará te-
niendo en cuenta la situación patrimonial del imputado, en ningún caso se fijará una
fianza económica de imposible cumplimiento”.
Entonces, si a pesar de lo previsto por las normas citadas, la autoridad judicial
fija una fianza económica en un monto muy elevado, que debido a la situación pa-
trimonial del imputado, se hace de imposible incumplimiento, esa decisión será
calificada de indebida, por lo que la prisión preventiva, originalmente legal, se con-
vertirá en indebida, porque al calificar la fianza en un monto de imposible cumpli-
miento, el Juez, estará inviabilizando el beneficio otorgado al imputado, por lo
mismo estará haciendo que la restricción se convierta en indebida.
Al respecto, el Tribunal Constitucional, en su SC 408/01-R de 8 de mayo, determi-
nó que el Juez de la causa al haber fijado una fianza económica en un monto elevado,
sin tomar en cuenta la situación patrimonial del imputado, ha convertido la detención
preventiva en indebida; a ese efecto expresó como argumento lo siguiente:
[…] la fianza económica se fijará teniendo en cuenta la situación patrimonial del impu-
tado […] en el presente caso no se ha aplicado esta norma (art. 241 del CPP) por cuanto
se ha fijado al recurrente una fianza económica de imposible cumplimiento puesto que
no se ha considerado su ‘situación patrimonial’, no obstante haber acreditado que como
Regente de un establecimiento fiscal percibe mensualmente un salario de Bs. 230. —as-
pectos que no fueron considerados por la autoridad judicial recurrida

sobre la base de dicha consideración otorgó la tutela solicitada, disponiendo se pro-


ceda a una nueva calificación de la fianza que permita al imputado cumplirla y así
obtener su libertad.
c) Cuando demore injustificadamente expedir el mandamiento de libertad a
favor del procesado beneficiado con la cesación de la detención preventiva; lo que
se produce en aquellos casos en los que, una vez dispuesta la cesación de la deten-
ción preventiva y la aplicación de medidas sustitutivas, el imputado cumple con ellas,
sin embargo el Juez no expide el mandamiento de libertad.
Con relación al tema, el Tribunal Constitucional ha calificado como una conduc-
ta indebida el que un Juez Cautelar no expida oportunamente el mandamiento de
libertad; ya que ello lesiona el derecho a la libertad física del imputado; así en su SC
1054/2001-R de 28 de septiembre, refiriéndose al tema ha señalado que:
[…] al tratarse de un trámite vinculado a la libertad, bien jurídico de máximo valor cons-
titucional, el Juez demandado al haber ordenado se libre el mandamiento de libertad a
favor del recurrente cuando éste obló el monto de la fianza y cumplió con las demás
medidas sustitutivas impuestas —circunstancia reconocida por la misma autoridad recu-
280 • Alan E. Vargas Lima

rrida— tenía el deber jurídico de firmar el mandamiento correspondiente […] al no haber


procedido de esta manera, la autoridad demandada ha permitido la prolongación inde-
bida de la detención del procesado.
3°. Cuando la prisión condenatoria impuesta como medida punitiva, exceda
o se prolongue más allá del máximo fijado en la sentencia. Este caso se presenta
en aquellos casos en los que el reo ha cumplido la pena impuesta en la sentencia
condenatoria y resulta que la autoridad judicial no expide el mandamiento de
excarcelación, manteniéndolo preso injustamente, dando lugar a que la prisión,
inicialmente legal, se convierta en ilegal o indebida. Debe entenderse que ninguna
pena puede prolongarse más allá del límite fijado por ley y el máximo impuesto por
la sentencia condenatoria, lo que significa que la persona condenada a sufrir la pena
no puede quedarse ni un día más en la cárcel después de haber cumplido con la
condena. Ello supone que, el Juez de Ejecución Penal, tiene la obligación de librar el
mandamiento de excarcelación a favor del reo que ha cumplido con la condena
impuesta en sentencia, inmediatamente a que se hubiese cumplido con la condena
impuesta, no estándole permitido prolongar un solo día adicional.
4º. Cuando al procesado condenado a sufrir pena privativa de libertad se le
niega, sin justificativo legal alguno, la concesión de alguno de los beneficios que
instituyen la Constitución y ley. Se entiende que si la Constitución y el Código Penal
instituyen beneficios en favor de aquellas personas contra quienes ha recaído una
sentencia condenatoria a pena privativa de libertad, beneficios como el indulto, li-
bertad condicional, suspensión condicional de la pena y perdón judicial; éstos tienen
por finalidad la resocialización y reinserción social de los delincuentes; entonces, los
jueces y tribunales tienen la obligación de tramitar y conceder, de oficio o a instan-
cia de parte según corresponda, esos beneficios en favor de los reos que cumplen
con los requisitos y condiciones establecidos, salvo las limitaciones o restricciones
previstas por la propia Constitución o la Ley.22

E. El Procesamiento ilegal o indebido


En el sistema constitucional boliviano se ha entendido por procesamiento ilegal
o indebido a la sustanciación de un determinado proceso, en el que se lesionan los
derechos fundamentales y garantías constitucionales de las partes que intervienen
en el proceso.
El Tribunal Constitucional, en su SC 369/99-R de 26 de noviembre, ha señalado
que:
se entiende por procesamiento ilegal o indebido, a la acción en la que un Juez o Tribunal
Judicial, a tiempo de substanciar un proceso penal, lesiona la garantía constitucional del
debido proceso, el mismo que exige que los litigantes tengan el beneficio de un juicio
imparcial ante los tribunales y que sus derechos se acomoden a lo establecido por dispo-
siciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación
similar, es decir, implica el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo.

22
  Cfr. Rivera Santivañez, José Antonio, El Recurso de Hábeas Corpus en Bolivia, pp. 177-182.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 281

Con relación a al procesamiento ilegal o indebido, cabe aclarar que el recurso


de hábeas corpus, hoy Acción de Libertad sólo se activa en aquellos casos en los que
dicho procesamiento ilegal deriva en la restricción o supresión material del derecho
a la libertad física; pues de contrario, si el derecho tutelado no fue restringido o
suprimido, no corresponde reparar la vulneración del derecho al debido proceso por
esta vía tutelar, sino por la vía de la Acción de Amparo Constitucional.
Al dilucidar este tema, el Tribunal Constitucional, haciendo una adecuada inter-
pretación de los alcances de la norma prevista por el art. 18.I de la Constitución
abrogada, y a la luz de la naturaleza jurídica del hábeas corpus, determinó que la
causal de procesamiento ilegal o indebido, para la procedencia del hábeas corpus,
sólo se activa cuando se vincula directamente con el derecho a la libertad física, es
decir, cuando con el procesamiento ilegal o indebido se restringe ese derecho; así,
en su Sentencia Constitucional Nº1034/00-R de 7 de noviembre, determinó que:
el procesamiento ilegal o indebido se constituirá en causal de procedencia del Recurso
de Hábeas Corpus, en los casos en los que como consecuencia del desconocimiento de la
garantía del debido proceso se suprima o restrinja materialmente la libertad física o
derecho de locomoción, pues de no ser así, siempre será posible corregir las deficiencias
procesales que vulneren la garantía del debido proceso, mediante los procedimientos
ordinarios establecidos por Ley y no mediante el procedimiento extraordinario como es
el Hábeas Corpus.

Posteriormente, mediante su SC 479/2001-R de 18 de mayo, reiteró la jurispru-


dencia referida, señalando que:
[...] conforme lo ha establecido la uniforme jurisprudencia de este Tribunal, la protección
que brinda el art. 18 de la Constitución Política en cuanto al debido proceso se refiere,
no abarca a todas las formas en que el mismo puede ser infringido, sino sólo a aquellos
supuestos en los que está directamente vinculado el derecho a la libertad personal o de
locomoción, por operar como causa para su restricción o supresión, quedando por tanto
las demás bajo la tutela que brinda el art. 19 constitucional, que a diferencia del Hábeas
Corpus, exige para su procedencia el agotamiento de otras vías o recursos idóneos para
lograr la reparación inmediata del acto o la omisión ilegal.

A partir de la interpretación del nuevo texto constitucional, el Tribunal Consti-


tucional, en su SC 0895/2010-R, de 10 de agosto de 2010, respecto al procesamien-
to ilegal como causal de procedencia del recurso de hábeas corpus, hoy Acción de
Libertad, ha determinado lo siguiente:
La protección que brinda la acción de libertad —antes recurso de hábeas corpus— en
cuanto al debido proceso se refiere, no abarca a todas las formas en que el mismo pue-
de ser infringido, sino sólo a aquellos supuestos en los que está directamente vinculado
al derecho a la libertad personal o de locomoción; en los demás casos, las lesiones al
debido proceso deben ser reparadas por los mismos órganos jurisdiccionales que conocen
la causa, lo que implica que quien ha sido objeto de esa lesión, debe pedir la reparación
a los jueces y tribunales ordinarios, asumiendo activamente su rol dentro del proceso, a
través de los medios y recursos que prevé la ley, y sólo agotados éstos, se podrá acudir
282 • Alan E. Vargas Lima

ante la jurisdicción constitucional a través del amparo constitucional, como medio idóneo
para precautelar las lesiones a la garantía del debido proceso; a no ser que se constate
que a consecuencia de las violaciones invocadas, se colocó al accionante en absoluto
estado de indefensión, lo que no le permitió impugnar los supuestos actos ilegales y que
recién tuvo conocimiento del proceso al momento de la persecución o la privación de la
libertad.
Un entendimiento contrario, determinaría que los jueces y tribunales de hábeas corpus,
hoy acción de libertad y el propio Tribunal Constitucional, asuman una atribución que el
orden constitucional no les otorga, posibilitando que toda reclamación por supuestas
lesiones al debido proceso, por quien se encuentre privado de libertad, prospere a través
de la acción de libertad, desnaturalizando la actuación de los jueces y tribunales ordina-
rios, que son los que tienen competencia, primariamente, para ejercer el control del
proceso, y sólo si la infracción no es reparada se abre la tutela constitucional, así también
lo ha establecido este Tribunal mediante las SSCC 0024/2001-R y 1865/2004-R, entre
otras, y recientemente en la presente gestión a partir de la SC 0008/2010-R.23

9. Los fines de la garantía del habeas corpus


y los pactos internacionales sobre la materia24
No cabe duda que la finalidad con la que nació el hábeas corpus en Bolivia, se
adscribe dentro de los fines que persiguió esta garantía desde sus primeras articula-
ciones jurídicas (el Interdicto romano homine libero exhibendo, el hábeas corpus inglés
de 1679 y el Fuero o juicio de manifestación instituido en 1428 en el Reino de Ara-
gón) hasta su configuración moderna: dotar a la persona humana de un medio de
defensa breve y sumario, destinado a conservar o recuperar su libertad, cuando la
misma hubiere sido indebida o arbitrariamente vulnerada, como alternativa a los
procedimientos ordinarios caracterizados por la morosidad en su trámite y resolu-
ción. Este entendimiento está presente en el contenido procesal del art. 18 de la CPE
abrogada (actual artículo 125 constitucional), cuando en lo pertinente, establecía en
los parágrafos II, III y IV, un procedimiento breve, sumario y eficaz, para la tutela
del derecho a la libertad (de locomoción o ambulatoria).

A. Supuestos de subsidiariedad del hábeas corpus


De lo anterior se extrae, que la existencia de la garantía constitucional en aná-
lisis, no implica que todas las lesiones al derecho a la libertad tengan que ser nece-
sariamente reparadas de manera exclusiva y excluyente a través del hábeas corpus;
pues no se trata de una garantía que tenga la vocación de reparar, en exclusiva,
todas las formas de lesión a la libertad que pudieran invocarse, sino la de dotar a la
persona de un medio de defensa sencillo, eficaz y oportuno, para restablecer la le-
sión sufrida. En consecuencia, en los supuestos en que la norma procesal ordinaria
de manera específica prevea medios de defensa eficaces y oportunos para resguar-

23
  Cfr. José Antonio Rivera Santivañez. El Recurso de Hábeas Corpus en Bolivia, pp. 183-185.
24
  Este acápite, y los subtítulos siguientes, se basan en los fundamentos jurídicos de la Sentencia
Constitucional Nº0160/2005-R, 23 de febrero de 2005, como línea fundante sobre la subsidiariedad.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 283

dar el derecho a la libertad supuestamente lesionado, estos deben ser utilizados


previamente, circunstancia en la que excepcionalmente, el recurso de habeas corpus
operará de manera subsidiaria.
El entendimiento interpretativo aludido guarda compatibilidad con los instrumen-
tos internacionales de protección de los derechos humanos. En efecto, lo que exigen
tales instrumentos, es que los países partes, provean en sus ordenamientos, un medio
de defensa efectivo; esto es pronto y eficaz, contra actos que lesionen los derechos
fundamentales, entre ellos, el derecho a la libertad. Conforme a esto, el art. 8 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, proclama que “Toda persona tiene de-
recho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampa-
re contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución
o por la ley”. En lo regional, el art. 7.6 de la Convención Americana de Derechos Hu-
manos o Pacto de San José de Costa Rica, con más especificidad, proclama que:
Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal compe-
tente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o detención
y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En los Estados partes
cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser privada de su liber-
tad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida
sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los
recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.

Como se puede apreciar, lo que persiguen los pactos internacionales sobre de-
rechos humanos, es garantizar la existencia de un recurso sumario, pronto y eficaz,
al que pueda acudir toda persona, para que ésta sin demora, decida sobre la lesión
a la libertad alegada, recurso que no necesariamente tiene que ser, el hábeas corpus.
Consiguientemente, como el ordenamiento jurídico no puede crear y activar
recursos simultáneos o alternativos con el mismo fin sin provocar disfunciones pro-
cesales no queridas por el orden constitucional, se debe concluir que el proceso
constitucional del hábeas corpus, únicamente se activa cuando los medios de defen-
sa existentes en el ordenamiento común, no sean los idóneos para reparar, de
manera urgente, pronta y eficaz, el derecho a libertad ilegalmente restringido. No
es posible acudir a este recurso, cuando el ordenamiento jurídico prevé medios de
impugnación específicos y aptos para restituir el derecho a la libertad, en forma
inmediata. Conforme a esto, solamente una vez agotado tal medio de defensa y ante
la persistencia de la lesión, se podrá acudir a la jurisdicción constitucional, invocan-
do la tutela que brinda el hábeas corpus.

B.  Medios de impugnación específicos y aptos contra


las resoluciones sobre medidas cautelares
El Código de Procedimiento Penal, dentro del sistema de recursos que dispensa
a las partes, prevé el de apelación contra las resoluciones que dispongan, modifiquen
o rechacen las medidas cautelares, que se muestra como un recurso sumario, pron-
to y efectivo, dado que conforme lo establece el art. 251 del CPP, una vez interpuesto
284 • Alan E. Vargas Lima

este recurso, las actuaciones pertinentes deben ser remitidas ante la Corte Superior
de Justicia en el término de veinticuatro horas, debiendo el tribunal de apelación
resolver el recurso, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres días siguientes
de recibidas las actuaciones.
No cabe duda que recurso de apelación aludido, dada su configuración procesal,
es un recurso idóneo e inmediato de defensa contra supuestas lesiones y restriccio-
nes al derecho a la libertad de los imputados, en el que el tribunal superior tiene la
oportunidad de corregir, en su caso, los errores del inferior invocados en el recurso.
Es idóneo, porque es el recurso adecuado, apropiado, establecido expresamente en
la ley para impugnar las medidas cautelares que vulneren el derecho a la libertad
del imputado, en ocasión de la aplicación de las medidas cautelares. Es inmediato,
porque el recurso es resuelto sin demora, dado que la ley establece un lapso breví-
simo para su resolución (tres días).
De lo expresado, se concluye que el Código de procedimiento penal, ha previs-
to un recurso expedito en resguardo del derecho a la libertad del imputado. En
consecuencia, ese es el recurso que debe utilizarse para impugnar los actos del juez
que se consideren lesivos al derecho aludido, y no acudir directamente o de manera
simultánea a la justicia constitucional a través del recurso de hábeas corpus, garantía
que podrá ser utilizada sólo cuando el tribunal superior en grado no haya reparado
las lesiones denunciadas.
Posteriormente, la SC 0008/2010-R de 6 de abril, considerando la vigencia del
nuevo modelo constitucional y la naturaleza de la acción de libertad, recogió, mo-
duló y complementó el entendimiento sentado en la SC 160/2005-R de 23 de febre-
ro, y en lo pertinente señaló que:
I. El recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, es el medio idóneo y eficaz
para conocer y restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda atentar al dere-
cho a la vida, la libertad o constituir una persecución o procesamiento indebido que
atente o ponga en peligro el derecho a la libertad, cuando de acuerdo a las circunstancias
concretas, a pesar de existir mecanismos de protección específicos y establecidos por la
ley procesal vigente, éstos resulten ser evidentemente inoportunos o inconducentes, de
manera tal que esta acción de defensa, por la urgencia de la situación, se configura como
el medio más eficaz para restituir los derechos afectados; empero, en caso de existir
mecanismos procesales específicos de defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos
para restituir el derecho a la libertad y a la persecución o procesamiento indebido, deben
ser utilizados previamente por el o los afectados; en estos casos por tanto, la acción de
libertad operará solamente en caso de no haberse restituido los derechos afectados a
pesar de haberse agotado estas vías específicas.
II. Asimismo, cuando exista privación efectiva de libertad, por ser esta una causal
grave, se entenderá que la vía procesal existente no es idónea, cuando se pruebe que
una vez activados estos mecanismos procesales, su resolución y efectiva protección serán
dilatadas, por ejemplo, por ser irrazonables los plazos de resolución; por existir excesiva
carga procesal para una rápida decisión o ejecución de la decisión o por no cumplirse
con los plazos para emisión de resoluciones establecidos por la ley.
III. En el caso de vulneración al derecho a la vida, protegido por la acción de libertad,
procederá esta acción de forma directa y sin necesidad de agotar otra vía.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 285

IV. En mérito a este entendimiento, se aclara que las subreglas que sobre la base de
la sentencia 0160/2005-R se desarrollaron a través de la SC 0181/2005-R y muchas otras
más, deben ser reconducidas a la modulación realizada en la presente Sentencia.

10. Subreglas de subsidiariedad excepcional


de la Acción de Libertad25
Bajo las premisas expuestas, el TCP señaló que los medios de defensa, y en este
caso la acción de libertad, no puede ser desnaturalizada en su esencia y finalidad,
debiendo evitarse que se convierta en un medio alternativo o paralelo que provoque
confrontación jurídica con la jurisdicción ordinaria; por ello, y sin que implique una
restricción a sus alcances, ni desconocimiento al principio de favorabilidad, sino para
que no pierda su esencia misma de ser un recurso heroico, se ha establecido que en
los casos, que en materia penal se impugnen actuaciones no judiciales —antes de la
imputación formal— y judiciales —posteriores a la imputación—, a través de la ac-
ción de libertad, hay aspectos que se deben tener en cuenta, en los cuales de ma-
nera excepcional, no es posible ingresar al fondo de la acción de libertad, a objeto
de guardar el equilibrio y complementariedad entre ambas jurisdicciones, en los
siguientes supuestos:
Primer supuesto:
Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía cometieron
arbitrariedades relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y todavía
no existe aviso del inicio de la investigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez
Cautelar de turno. En los casos en los que ya se cumplió con dicha formalidad proce-
sal, es decir, con el aviso del inicio de la investigación, al estar identificada la autoridad
jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en procura de la reparación y/o pro-
tección a sus derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el rol, las atribuciones
y la finalidad que el soberano a través del legislador le ha dado al juez ordinario que
se desempeña como juez constitucional en el control de la investigación.
Segundo supuesto:
Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una resolución
judicial de medida cautelar que; por ende, afecta al derecho a la libertad física o de
locomoción, con carácter previo a interponer la acción de libertad, se debe apelar la
misma, para que el superior en grado tenga la posibilidad de corregir la arbitrariedad
denunciada. Puesto que el orden legal penal ha previsto ese medio impugnativo,
precisamente para que a través de un recurso rápido, idóneo, efectivo y con la ma-
yor celeridad se repare en el mismo órgano judicial, las arbitrariedades y/o errores
que se hubiesen cometido en dicha fase o etapa procesal. Lo propio si está referido
a cuestiones lesivas a derechos fundamentales relacionados a actividad procesal
defectuosa, o relacionado al debido proceso, casos en los cuales se debe acudir ante

25
  Cfr. Sentencia Constitucional Nº0080/2010-R, de 3 de mayo de 2010.
286 • Alan E. Vargas Lima

la autoridad judicial que conoce la causa en ese momento procesal, puesto que el
debido proceso es impugnable a través de la acción de libertad, sólo en los casos de
indefensión absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa directa de la priva-
ción, o restricción a la libertad física.
Tercer supuesto:
Si impugnada la resolución la misma es confirmada en apelación; empero, en
lugar de activar inmediatamente la acción libertad, decide voluntariamente, realizar
una nueva petición ante la autoridad ordinaria, tendiente a un nuevo análisis y re-
consideración de su situación jurídica, sea mediante una solicitud de modificación,
sustitución, cesación de detención preventiva, etc., y la misma está en trámite, en
esos casos, ya no es posible acudir a la jurisdicción constitucional impugnando la
primera o anterior resolución judicial, donde se emitió el auto de vista, inclusive; por
cuanto las partes de un proceso están impelidas de actuar con lealtad procesal, de
no ser así, se provocaría una duplicidad de resoluciones en ambas jurisdicciones, e
incidiría negativamente en el proceso penal de donde emerge la acción tutelar.
En lo atinente a este tercer supuesto, este entendimiento significa una modula-
ción al asumido en la Sentencia Constitucional Nº0010/2007-R de 8 de enero, cuan-
do manifestó que: “una vez pronunciada la resolución de apelación en contra de un
auto de medidas cautelares, el justiciable se encuentra habilitado para acudir a la
jurisdicción constitucional”, dado que ahora, dicho razonamiento se complementa
con el hecho de que el agraviado, debe activar inmediatamente la acción libertad,
empero, si en lugar de hacerlo, decide voluntariamente, realizar una nueva petición
ante la autoridad ordinaria, tendiente a un nuevo análisis y reconsideración de su
situación jurídica, como se tiene explicado precedentemente, en virtud al principio
de lealtad procesal y de equilibrio, ya no puede acudir a la jurisdicción constitucional
impugnando la resolución de apelación.

11. La indebida privación de libertad (modulación de línea


jurisprudencial de la SC 0080/2010-R de 3 de mayo)26
Definido el alcance y finalidad de la acción de libertad, se advierte que esta
garantía constitucional, en general, no se rige, a diferencia de otras acciones tutela-
res, por el principio de subsidiariedad que implica el agotamiento previo de los re-
cursos ordinarios antes de acudir a la jurisdicción constitucional. Ello se justifica por
la naturaleza de los derechos que resguarda y en sus características particulares
como la sumarísimo en el trámite, la inmediatez en cuanto a la urgencia en la pro-
tección de los derechos que resguarda, el informalismo por la ausencia de requisitos
formales en su presentación, así como la generalidad porque no reconoce ningún
tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa. Hay que tener en cuenta que el ámbito
de la aludida acción no se limita a la protección de la libertad física sino también al
derecho a la vida, al derecho de locomoción cuando está vinculada a la libertad

26
  Cfr. Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0185/2012, de 18 de mayo de 2012.
La acción de libertad en la Constitución boliviana • 287

personal y eventualmente a la vida; así, aunque en lo particular pueda referirse a la


subsidiariedad en el supuesto que el caso esté vinculado a un indebido procesamien-
to, de ninguna manera esta particularidad hace de la acción de libertad una acción
de naturaleza subsidiaria.
En cuanto a la indebida privación de libertad, que implica la ejecución de actos
u omisiones ilegales o indebidos al margen de la Constitución Política del Estado y
la ley, que lesionen el derecho a la libertad personal; la protección que se encuentra
en la acción de libertad, que brinda este medio de defensa sin que sea indispensable
para dicha activación, el agotamiento previo de recursos o medios ordinarios; todo,
por mandato expreso del art. 23.III la CPE, que señala que nadie podrá ser detenido,
aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas estable-
cidas por la ley, y, en todo caso, la ejecución del mandamiento requerirá que éste
emane de autoridad competente y que sea emitido por escrito.
En este orden, en cuanto a la presunta indebida privación de libertad, deberá
tenerse en cuenta que la misma puede producirse, ya por hechos y circunstancias
eventualmente no vinculadas a la presunta comisión de un delito y otras veces, sí
vinculadas a dicha presunta comisión de un delito. En consecuencia, si no existe
inicio de investigación y tampoco presunta comisión de delito alguno, corresponde-
rá a la justicia constitucional conocer directamente y resolver la acción de libertad
que acuse una presunta indebida privación de libertad.
Así, tomando en cuenta que el nuevo orden constitucional es esencialmente
garantista de los derechos fundamentales y de manera especial del derecho a la li-
bertad personal, por lo señalado anteriormente, es necesario y al efecto, se opera un
cambio de línea jurisprudencial y específicamente del entendimiento expresado en la SC
0080/2010-R de 3 de mayo, referido a que: “Si antes de existir imputación formal,
tanto la Policía como la Fiscalía cometieron arbitrariedades relacionadas al derecho
a la libertad física o de locomoción, y todavía no existe aviso del inicio de la inves-
tigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez Cautelar de turno”, en razón a
que el Juez cautelar no tiene competencia al no haber conocido siquiera el inicio de
investigación y bien podría tratarse de una indebida privación de libertad originada
en una cuestión ajena a un delito, y porque, además, constituye un deber de las
personas y servidores públicos, y en especial de las fuerzas del orden público así
como de la autoridad fiscal, cumplir con la Constitución Política del Estado y respe-
tar en consecuencia, el derecho a la libertad física de las personas, derecho que solo
puede limitarse en los casos y formas establecidas por la ley y en virtud de una orden
emanada por escrito de autoridad competente; consecuentemente, no puede consi-
derarse, de ninguna manera, excepto en los casos en los que se haya dado aviso de
una investigación, o si no se dio aviso, que exista vinculación con la presunta comi-
sión de un delito que la pretensión de tutela al derecho a la libertad personal sea
conocida y resuelta previamente por un Juez cautelar de turno, asignándole a la
acción de libertad un carácter subsidiario que no corresponde a su naturaleza y que,
en el caso descrito, carece de fundamento constitucional y legal.
288 • Alan E. Vargas Lima

En ese mismo orden, con relación específicamente a la presunta lesión del de-
recho a la libertad personal por causa de un indebida privación de libertad; es decir,
cuando la restricción se hubiera presuntamente operado al margen de los casos y
formas establecidas por ley y que, sin embargo, tal hecho se hubiera dado a conocer
al juez cautelar del inicio de la investigación y, en su caso, de la imputación, resulta
indispensable recordar que el art. 54.1 del CPP, establece que entre las competencias
del Juez de Instrucción en lo Penal, está el ejercer el control jurisdiccional de la inves-
tigación, lo que significa, que es la autoridad encargada de resguardar que la etapa
de investigación se realice conforme a procedimiento y en estricta observancia de
respeto a los derechos fundamentales y garantías constitucionales de las partes del
proceso —imputado, querellante y víctima—.
En ese contexto, corresponde al juez ejercer el control jurisdiccional de la inves-
tigación y, por lo mismo, que ésta se desarrolle de manera correcta e imparcial y no
en forma violatoria de derechos fundamentales o garantías constitucionales; es decir,
desde otra perspectiva, cualquier acto ilegal y/o arbitrario durante la investigación en
que incurriere el Ministerio Público como titular de la acción penal o la Policía Boli-
viana como coadyuvante, deberá ser denunciado ante el Juez de Instrucción en lo
Penal, que tenga a su cargo el control jurisdiccional de la investigación.
Entonces queda establecido —según señala la Sentencia Constitucional Plurina-
cional Nº0185/2012—, que cuando la Acción de Libertad esté fundada directamente
en la vulneración al derecho a la libertad personal por causa de haberse restringido
la misma al margen de los casos y formas establecidas por ley, y no esté vinculada
a un delito o no se hubiera dado aviso de la investigación, la acción es directa contra
las autoridades que violentaron la Constitución Política del Estado y la ley.

III. Conclusión

Hasta aquí, he intentado rescatar lo más importante de la jurisprudencia cons-


titucional, respecto a la configuración constitucional del habeas corpus, actualmente
denominado Acción de Libertad, haciendo énfasis en la posibilidad de la presenta-
ción oral de esta acción tutelar por mandato jurisprudencial vinculante, así como su
naturaleza jurídica y alcances, reseñando la clasificación doctrinal del hábeas corpus,
aplicable a ésta acción tutelar, y los distintos ámbitos de protección específicamen-
te determinados por la norma constitucional, para la procedencia de la Acción de
Libertad, de acuerdo a las diferentes modulaciones realizadas por el Tribunal Cons-
titucional Plurinacional; esperando sea de utilidad para los lectores, con el compro-
miso de volver con mayores razonamientos jurisprudenciales sobre estos y otros
temas derivados de la Constitución Boliviana aprobada el año 2009, en el año de su
Quinto Aniversario.

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