EL VALOR DE LA ÉTICA EN LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE
Jorge Hernández Chávez.
Profesor del CIIDET. Resumen. El sistema educativo pregona trabajar por una mejor sociedad y ésta busca perfeccionarse a través de la escuela. Escuela, hombre y sociedad se complementan y corresponden; Lo que le ocurra a uno repercute en los demás. En los criterios que se adoptan para evaluar el aprendizaje descansa la posibilidad de construir una relación más gentil entre los hombres que genera la escuela y los que requiere la sociedad para su óptimo desarrollo. Este trabajo refiere mis experiencias como instructor del curso de evaluación del aprendizaje en el medio de la educación superior tecnológica, en el marco de la propuesta para humanizar la educación que presentara en este mismo foro en 1998. Los sistemas educativos y sus órganos de decisión se mantienen pendiente del diseño curricular, las formas y los calendarios, pero poco observan de cerca la aventura del aula en donde efectivamente se perfilan los destinos de la sociedad mediante una calificación al alumno que, sin que lo hayan discernido del todo, se extiende al profesor y habla de la salud del sistema escolar. Más allá de teorías, corrientes o técnicas particulares de evaluación, interesa analizar cómo vive el alumno la evaluación del aprendizaje desde el punto de vista ético. Porque una vez cubiertos los mecanismos didácticos o los formalismos institucionales, queda el recurso –o el arma, según se aproveche- de la actitud. En el valor de la ética, entendido y aplicado en su estricto sentido, cabe conceder que el alumno se desarrolle a plenitud, o propiciar una lucha de fuerzas en donde éste casi siempre pierde. Para respaldar este discurso, se aprovechó el análisis escrito de mis alumnos y se aplicó una encuesta elemental sobre evaluación del aprendizaje a cien alumnos del Instituto Tecnológico de Querétaro. La postura teórica implícita se sustenta en la consulta de fuentes de autores reconocidos y en mi firme convicción de que, por ahora, la evaluación del aprendizaje inhibe los alcances de la educación formal y es preciso deliberar para hallar la manera de reorientar sus intenciones. I. INTRODUCCIÓN a) Antecedentes. Después de ejercer la docencia por espacio de once años consecutivos y de hacer una pausa de cinco años para dedicarme a otras cosas, me vi impartiendo el curso de evaluación del aprendizaje ante profesores de institutos tecnológicos. Todo hubiera transcurrido como siempre a no ser por dos hallazgos que me sorprendieron, no sé si debido a mi ausencia de las aulas o porque no había meditado antes sobre la importancia de este momento del proceso educativo. El caso es que. mi material de trabajo explicaba cómo hacer exámenes y cómo comprobar estadísticamente la confiabilidad de los reactivos, mientras que los profesores (alumnos) a mi cargo eran todo un mosaico de perfiles profesionales, estilos didácticos y criterios de evaluación. Dos cosas evidentemente distintas que me llevaron a repensar cómo aprovechar ese material y a la vez sensibilizar al grupo sobre la importancia de asumir un criterio mesurado al decidir la suerte de los alumnos a través de una calificación. La reflexión y la búsqueda me llevaron a participar, en 1998, en el Sexto Congreso Internacional de Investigación y Desarrollo Educativo en Educación Superior Tecnológica con la ponencia “Para humanizar la educación...evaluación del aprendizaje”. La inquietud no cesa; hoy día tengo el preliminar de un libro de texto que complementa mi propuesta con una “batería” de herramientas para hacer más noble el papel del profesor y recién infiero que lo más importante para evaluar el aprendizaje de los alumnos es el concepto que prevalezca en la comunidad educativa sobre el tema, y las actitudes de quienes intervienen en el proceso educativo, que bien pueden conceptuarse bajo el esquema de la ética. Mientras el proceso educativo asuma rasgos autoritarios en alguno de sus agentes (profesor, alumno, plan de estudios, ambiente escolar) no se estará a salvo de que los antivalores perviertan el verdadero sentido de la educación. A esto se orientan las siguientes líneas b) Planteamiento del problema: El asunto de la evaluación del aprendizaje tiene más importancia de la que suele asignársele dentro de los componentes del proceso educativo. El problema se aprecia desde que se supone que el ser docente (aun de manera accidental) entraña la capacidad y el criterio necesario para asignar calificaciones a los alumnos. De acuerdo a lo que he observado en mi papel de instructor: § para los profesores en general es suficiente calificar aunque no discriminen entre los conceptos de medición y evaluación; § consideran también que su cátedra es impecable y su dominio de los contenidos absoluto, por consiguiente, los fracasos de los alumnos sólo son imputables a ellos mismos; y § docentes y alumnos se refugian en actitudes poco éticas cuando necesitan justificar sus excesos o sus debilidades, respectivamente. c) Justificación. Tal parece que la educación es un acto de inercia donde todos hacemos lo que siempre se ha hecho asumiendo que todo está bien, desde el tipo de relación pedagógica que se vive en el aula hasta los criterios de evaluación a que se nos somete (a docentes y alumnos), pasando por el contenido de los programas. Pero si así fuera, no estaría el ambiente escolar enmarcado en una serie de reglas y formulismos que fuerzan el proceso de enseñanza aprendizaje y ahogan las posibilidades de una convivencia natural entre los protagonistas de la educación. Como una realidad inamovible, el trabajo de las autoridades educativas se centra en homogeneizar objetivos, contenidos y exámenes como si todos los alumnos fueran iguales mientras los profesores actúan como técnicos que sólo siguen un manual operativo sobre cómo conducir el trabajo de grupo y decidir, con el aval de la sociedad, el futuro de los alumnos a través de las formas de evaluación que elijan. Éstos por su parte buscan la manera más cómoda de adecuarse al juego educativo en los términos de causa efecto (si va a haber examen, entonces estudio, si no, no), o mediante estrategias que idean para salir del paso. En términos tradicionales, el enfoque de la evaluación generalmente se orienta a descubrir cuánta información maneja el alumno, sin penetrar en el proceso que vive para lograrla, en un medio educativo donde: *Los contenidos son impuestos, abstractos y ajenos al entorno, *La clase se desenvuelve en una relación de poder, *El profesor manda pero no convence, *El alumno obedece pero no se compromete, *La escuela no produce la calidad de ciudadanos que pregona, y *La sociedad no tiene la calidad de escuela que necesita De ahí que sean tan limitados los alcances en eso de la “formación integral del individuo” que presumiblemente debería lograr la educación, según los preceptos institucionales y los discursos oficiales que se refieren al caso. Y es que más allá de las políticas de evaluación que se asumen en el contexto de la educación superior tecnológica, algunas vivencias de los alumnos en torno a la evaluación del aprendizaje hablan de un proceso educativo pervertido por criterios “académicos” que ofenden la verdadera misión de la educación. Como parte del seguimiento a mi primera intervención en este congreso, expongo esa realidad mediante testimonios vivos y aporto un camino viable –de los tantos- para acercar más a docentes y alumnos en la espera de que poco a poco se vean unos y otros como ganadores en el trabajo educativo que deben seguir los pueblos en pos de su trascendencia. d) Objetivo. § Exponer las vivencias de los alumnos en torno a la evaluación del aprendizaje para analizarlas en el contexto de la ética. § Plantear una alternativa tendiente a revertir los criterios de evaluación arbitrarios o poco éticos, toda vez que se basan en un concepto de autoritarismo por parte del profesor. II FUNDAMENTOS a) Marco conceptual Si la escuela desea efectivamente formar personas integrales debe propiciar que el educando no sea visto como un elemento pasivo del proceso de enseñanza aprendizaje, sino como una persona con experiencias, capacidad de autoaprendizaje y motivaciones propias que puede aportar, enriquecer el proceso convirtiéndose en un elemento crítico analítico. Debe hablarse de una educación abocada a formar individuos capaces de formar sus propios juicios, modelos y futuro como hombres y mujeres de una sociedad más justa, igualitaria y libre. Se dice fácil. Pero para llevar el dicho al hecho hace falta acciones contundentes para reorientar los procedimientos educativos vigentes que de modo somero pueden describirse cómo sigue: En lo institucional se establecen programas únicos a nivel nacional, planes de estudio ambiciosos en función de calendarios cortos, profesores improvisados, estándares de eficiencia que muchos alumnos no pueden alcanzar, y decisiones autocráticas;. Los planes de estudio no contemplan que los alumnos tienen marcadas diferencias en cuanto a posición económica, antecedentes académicos, habilidades para el manejo del lenguaje e inquietudes por la investigación que necesariamente inciden en su eficiencia. Respecto a sus actitudes son estudiantes de reflejo, actúan hasta que se los piden, no por iniciativa, practican la ley del menor esfuerzo y tienden a celebrar que no haya clase. Ante todo este panorama es explicable que asuman una actitud pasiva o rebelde o de supervivencia ante las decisiones de los profesores. Además, la naturalidad con que se acepta socialmente que los alumnos deban ser calificados en su desempeño como tales, ha pasado por alto el análisis minucioso del procedimiento que se utiliza para definir con un número la «calidad de estudiante» dentro de un grupo determinado, y que se centra en dos criterios: La MEDICIÓN, en donde se asigna una cifra numérica para indicar que el alumno domina cierta CANTIDAD de información; y la EVALUACIÓN, en donde intervienen valoraciones sobre la CALIDAD con que es dominada dicha información, para asignar también una calificación. La revisión de diversos trabajos sobre el tema (Díaz Barriga, Morán Oviedo, Ganem Alarcón, Inda Cuningam, Taba, por citar algunos), así como el trato con los profesores que se atiende en los cursos de evaluación del aprendizaje permite aventurar que los profesores muy arraigados en su trabajo o aquellos que no cuentan con una formación pedagógica elemental, se concretan a enseñar y aplicar exámenes en forma lineal; esto es, sin detenerse a hacer un diagnóstico o “regresarse” al tema que, de acuerdo a los resultados del examen, no fue comprendido por la mayoría de los alumnos. Todo lo anterior desemboca en una velada presión entre todos los agentes del proceso educativo evidente a la hora en que las autoridades exigen programas cumplidos y calificaciones a tiempo; los profesores conducen el aprendizaje sobre la base del poder que les confiere su puesto y aplican los recursos de evaluación con frialdad para cubrir el procedimiento; y la respuesta del alumno se debe más al temor a lo institucional que al afán de conocimiento. Como resultado de la jerarquía que asume el profesor en el salón de clase, se vive una tensión permanente que se trata de resolver bajo la presión de las calificaciones; esto, en un círculo vicioso. b) Procedimiento. *Investigación documental sobre textos relacionados con educación humanista y alternativas de evaluación del aprendizaje. *Recopilación de ensayos producto de mis cursos de evaluación del aprendizaje ante profesores de institutos tecnológicos para redondear el análisis. *Aplicación de una encuesta a cien alumnos del Instituto Tecnológico de Querétaro y sesenta y cuatro profesores del Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos sobre sus experiencias en torno a la evaluación del aprendizaje (para este trabajo sólo se considera la encuesta realizada a los alumnos). *Cruce de información, elaboración de un esquema, redacción preliminar y escrito final. RESULTADOS a) Testimonio del alumno: Los resultados de la dinámica anterior pueden verse en esta muestra de los conceptos que vertieron cien alumnos del Instituto Tecnológico de Querétaro sobre la evaluación del aprendizaje, según encuesta aplicada en el espacio de la biblioteca de ese centro. § Una maestra según ella por faltas me mandó a repetición porque no quiso corregir su error para que ella no tuviera mala imagen y puntuación en Dirección. § Muchas veces no quieren aceptar que uno está bien y ellos mal, y que su manera de pensar no es la única existente en el universo. § Hay muchos profesores que año con año y semestre con semestre realizan el mismo examen o trabajo a los alumnos y eso no permite que el alumno se desarrolle adecuadamente, pues se dedica a copiar exámenes y a conseguir trabajos ya realizados. § Todo el trabajo del semestre fue evaluado no por exámenes, ni trabajos o asistencia, sino por qué tanto el profesor recordaba tu cara o nombre. § El maestro de Informática I, por no haber querido desfilar el 20 de noviembre en el final me reprobó. § Hay maestros que faltan, que no explican bien, que dejan mucho material a investigar y que a fin de semestre quieren acabar el programa a como dé lugar. § A un profesor no le gustó mi forma de factorizar una expresión algebraica, por lo tanto no tenía igual mi resultado con el que tenía en su libreta(aunque era equivalente). Me puso cero aunque traté de explicarle como había yo factorizado me dijo que me apartara de su vista porque yo no sabía álgebra. § Piden un trabajo que te lleva cuatro días enteros sin dormir y cuando te califican sólo dicen “está más o menos” sin fijarse en los detalles. § El maestro se portó muy sangrón con todos al momento de calificar las prácticas, ya que era muy rabo verde con las chavas, y cuando le entregabas las prácticas te las regresaba porque los dibujos estaban mal por un milímetro, y es que además nos tenía formados desde las 3 de la tarde hasta las 9 de la noche, así duramos una semana. el profesor, después de un año de exponer su asunto con claridad, de darnos tarea para hacer en casa y dejarnos, en general, convencidos de que estábamos estupendamente preparados, se presentó en el examen, puso tres problemas que todos creíamos poder resolver y de 97 que éramos, reprobó a 94. No fue ninguna sorpresa, porque así pasaba cada año...” (Ibargüengoitia, 263). Los alumnos interesados en aprender la materia que enseñaba el profesor, que de cien eran seis, se sentaban alrededor de su escritorio a beberle las palabras. Los demás aprovechábamos el rato para ir a desayunar en Sanborns. Entrábamos al final de la clase a pasar lista. Esto lo hacíamos confortados con la experiencia de muchas generaciones que sabían que ese maestro se distinguía, además de por la sordera, por la costumbre de recoger las hojas del examen, salir a la calle llevándolas bajo el brazo y arrojarlas en un bote de basura que estaba en la esquina de Tacuba y el callejón de La Condesa. Nunca reprobó a nadie. (Id. 263). § Un maestro me reprobó por creer que lo estaba insultando, pero yo no escuchaba lo que me decía, pensó que lo estaba alburiando (sic). § En una ocasión en el bachillerato me hicieron comprar un bote de pintura para pasar la materia. § En una materia ninguno aprobó los exámenes normales; sí se exigía mucho en el examen, pero lo enseñado no era compatible. Habría que revisar qué es más importante: aprender o aprobar, según el maestro. § Que de 100 problemas que hiciste el 101 vino en el examen y repruebas. Como puede verse, prevalece en estas experiencias el signo de la anarquía de profesores que excedemos con mucho las atribuciones que se nos confieren, al añadir elementos de castigo al alumno que de suyo siente que la escuela y su sistema son agresivos. Haría falta que el docente fuera más sensible ante sus alumnos y más honesto consigo mismo para reconocer sus límites, en lo humano y en lo profesional, para que dé el justo sentido a la misión que se le encomienda sin incurrir en decisiones y actitudes carentes de la más elemental ética. b) Perspectiva del docente. Sobre la evaluación (...) los mismos problemas, las mismas cuestiones que estamos planteando hoy viene haciéndolo desde que la escuela surge como institución. Cambian tal vez las palabras, cambian las formas de expresar las ideas, pero los hechos tozudos están ahí (...) si lo deseamos, también podemos hacerla de otro modo, (re)crearla y (re)pensarla de nuevo, pues tenemos suficiente experiencia acumulada para concluir que como está “no funciona”, o al menos no funciona para satisfacer unos objetivos educativos que estén al servicio de todos los ciudadanos que la habitan. Y de eso tenemos evidencias a lo largo de la historia y continuamente estamos conociendo los resultados y las consecuencias que produce (Álvarez, 1995) Realidades como las citadas arriba son cotidianas en el ámbito de la educación formal. Los profesores que acuden a mi curso se reconocen como alumnos que las enfrentaron y como docentes que las provocan. En ese sentido, después del análisis sustentado en el material que se les presenta, elaboran un ensayo con ideas tendientes a revertir esa especie de cultura de acoso al alumno a través de la evaluación del aprendizaje. De ellas se ofrece el siguiente extracto: § Mediante la evaluación se aprecia y juzga cualitativa y cuantitativamente, pero ¿cómo entendemos los educadores este proceso?; ¿bajo qué criterios evaluamos?, ¿por qué consideramos únicamente el aspecto cognoscitivo?, ¿por qué no evaluamos actitudes, habilidades, destrezas, hábitos y valores? § Hay varios aspectos que influyen en el aprovechamiento de las materias impartidas. El docente es uno de ellos. El profesor suele ser el espejo de los alumnos; la mediocridad o la brillantez de uno marca la pauta para el ser de los otros. § Se trata de ir difuminando la idea de que el proceso educativo es un proceso doloroso, en el cual existen dos partes antagónicas: el docente y el alumno, cuya lucha de poder consiste en que el primero desea reprobar al segundo y a éste sólo le interesa acreditar una materia más que entenderla o dominarla. Esta transformación debe ser integral tomando en cuenta una diversidad de factores que hagan de la evaluación una convivencia basada en la buena voluntad para actuar en forma sincera, plasmando un valor a su actuación como alumno-persona más que como alumno-producto. § El abuso de poder es tan malo como no ser libres. De aquí podemos elegir entre explotar nuestra autoridad en contra de nuestros educandos o auxiliarlos para que nos demuestren sus capacidades. No somos perfectos, de modo que no debemos esperar que nuestros alumnos salgan perfectos. § Nuestra función no consiste en quitarles los obstáculos, sino en ayudarlos a pasarlos con amabilidad y respeto, pues con demasiada frecuencia olvidamos lo mucho que puede valer una palabra de aliento y motivación. Nuestro compromiso será entregar capacidad y esfuerzo sin esperar que los alumnos respondan “como yo quiero”, sino que vayamos en la misma dirección, al ritmo y al compás que de común acuerdo ambos marquemos. Educar no es reproducir, sino transformar. § Lo anterior no significa no fijar objetivos, ni mucho menos dejar de cumplirlos, sino buscar medios motivacionales, prácticos y humanos para que no sólo unos cuantos alcancen la meta, sino que todos logremos llegar a ella. Nosotros como docentes podemos hacer de un alumno malo un excelente administrador, con el solo hecho de poder impulsarlo a que sea creativo. Siendo el significado de creativo no hacer siempre cosas nuevas, sino hacer mejor las mismas cosas. § Para hacer cosas mejores tal vez se requiera un mayor grado de inteligencia o habilidad, pero invariablemente se necesita un mayor grado de entrega personal. Siendo la entrega personal lo único que por entero se encuentra en nuestras manos. Si demostramos a los alumnos que nos importan, que los valoramos, que nos interesamos en ellos y que tenemos una actitud de entrega personal para con ellos, cumplimos la regla de oro: trata a los demás como quieres que te traten. § El profesor debe para servir como un facilitador del aprendizaje. Debe ser visto por el alumno como una persona confiable para auxiliarlo en aquellos momentos de lucha en que no puede entender una materia. Debe predicar con el ejemplo y generar cambios positivos en su persona de modo que sea un ejemplo a seguir. § Muchas veces los estudiantes cuestionan a sus profesores sobre los temas que incluirá el examen; lo que no viene simplemente no habrá que estudiarlo. Debemos promover que los estudiantes vean a la evaluación como una forma de desarrollar sus potencialidades, probar sus ideas, ampliar la información sobre los temas que le son atractivos y entrar en contacto con una diversidad de puntos de vista, no importando las características propias del examen. § La deficiencia en los conocimientos básicos, la irresponsabilidad, la falta de compromiso, entrega y hábitos de estudio que observamos en algunos de nuestros alumnos, determina que en ciertas ocasiones el profesor los etiquete como “casos perdidos” sin que valga la pena esforzarse por ellos contribuyendo a calificarlos como personas sin metas y con destinos frustrados. § Sin embargo, estamos ubicados en una de las profesiones más importantes y delicadas de la vida, en la cual tienes en tus manos muchos “proyectos de vida”. Es preciso que los que somos docentes pensemos que alguna vez fuimos como ellos y tuvimos la necesidad de encontrar una mano amiga cuando la desesperación nos abatía; de encontrar un oído dispuesto a escuchar los porqués de nuestra demora o la indignación y frustración por no ser lo que se esperaba de nosotros. § El alumno debe ser visto como un individuo a transformar, pero no con la fuerza física o la manipulación, sino con el convencimiento de que: es especial y no hay nadie igual a él; merece respeto y ser escuchado; puede aprovechar al máximo los conocimientos que se le ofrezca; es capaz de generar sus propias ideas; puede aportar y enriquecer un tema, una clase y una sociedad con su actuación. § El alumno no es lo primordial, lo es todo.* ALTERNATIVAS a) La solución desde el punto de vista académico. La solución a los arbitrios en que incurren los profesores a la hora de evaluar el aprendizaje está lejos de los decretos o las imposiciones sobre el “deber ser”. Más bien se trata de que el docente comprenda la importancia de trabajar con proyectos de vida, por una parte, y de que cuide sus formas de conducir la clase para que convenza a los alumnos de manera tal que no se sientan acorralados o presionados para evitar la lucha de fuerzas que casi siempre niega importancia al alumno. En este tenor, sería conveniente que el profesor ponga a consideración su propuesta de trabajo para que haya acuerdo común sobre: § Los contenidos básicos; § La dinámica de la clase; § Los criterios de evaluación; 1.- Para una mejor clase: En la escuela tradicional: el profesor aclara dudas, explica; asumir una alternativa implica que como mínimo el profesor induzca a la búsqueda de respuestas, señale caminos al tiempo que promueve que el alumno se sienta responsable de su propio aprendizaje, y fomente la cooperación y la relación de ayuda entre sus alumnos a través del trabajo grupal. En la interacción grupal el profesor debe inducir un ambiente de confianza, amabilidad, agrado y seguridad; también debe promover la participación de todos los alumnos de manera que las potencialidades de cada uno afloren y se realicen en un clima de respeto y tolerancia a las diferencias que existe entre los alumnos. (Ribeiro, 58-59). 2.- de la exposición: Evitar la improvisación. Exponer en forma natural, sin rigideces. Interesarse en todos los alumnos sin excepción. Intercalar historias, anécdotas, metáforas, comparaciones, para ilustrar un tema. Dar confianza al grupo; si estoy tenso él se tensa. Corregir con suavidad y discreción cualquier idea inconsistente o equivocada. Cuando el interés decae es porque el método...ya no funciona en esta etapa de la clase. Muchas veces el maestro atribuye el desinterés al contenido del tema o a otros factores secundarios (pero) el buen maestro hace interesantes los temas más áridos y en apariencia más irrelevantes...cuando la clase ya no “sigue” al profesor es porque el método ya no se adecua al momento anímico del grupo...Esta es una situación que el buen maestro debe captar y no tratar de averiguar por medios inquisitivos directos...A la fútil pregunta de “¿entienden?” la clase siempre contestará que sí o no contestará porque, aunque parezca absurdo, le resulta muy difícil al alumno saber si está entendiendo o no un asunto. Lo mismo podemos decir de la solicitud de atención. Un maestro jamás debe pedir que lo atiendan , sino HACER que lo atiendan. De nada vale pedir atención cuando la clase no tiene motivos para atender. La atención se obtiene, se gana, se logra, pero nunca se requiere. (idem) 3.- de la ACTITUD del profesor. Hablar menos para que los alumnos participen más Evitar que los mejores alumnos acaparen la participación Inducir a todo el grupo a la participación, la reflexión y la generación de ideas. Fomentar la colaboración de los alumnos adelantados con el resto del grupo. 4.- de los contenidos Usar ejemplos e ilustraciones con los que los alumnos estén familiarizados. Ligar un tema con otro y una clase a la otra. Dividir el tema: a) anécdotas o situaciones que conduzcan al concepto, b) ejercicios que afirmen el concepto, c) recapitulación en donde se destacan aspectos sobresalientes, Enriquecer la clase con exposiciones, acertijos, juegos, dinámicas, representaciones, dramas, obras de teatro, dibujos, trabajos por escrito, que el alumno haga un escrito pequeño sobre lo entendido, Incluir otros instrumentos de evaluación aparte del examen. Si se parte de que la enseñanza del docente no exige por sí sola la atención del alumno, a menos que se le fuerce, es entendible la frase de Alicia Molina, quien dice que «a los docentes se les asigna unos espectadores a quienes no les interesa el espectáculo» Por eso cuando el grupo no muestra interés en la clase o la atención del grupo se dispersa por algún motivo surge la amenaza del examen. Al fin y al cabo: «...En la aparente neutralidad de la didáctica (...) subyacen aspectos ideológicos que alienan a los educandos (y a la sociedad) para que acepten que ellos son los únicos responsables de su situación escolar y social.» (Porfirio Morán, 1981) b) Hacia una ética de la educación En donde a cada agente que participa en el proceso de enseñanza aprendizaje le corresponde aportar lo suyo para desterrar actitudes que demeriten los logros alcanzados por el docente y el alumno : 1.- de la escuela. Educa para mejorar el presente y anticipar el futuro Promueve un ambiente académico de libertad responsable. Impulsa la creatividad entre docentes y alumnos. Negocia sus decisiones sobre profesores y alumnos, no las impone. Une los esfuerzos de la comunidad escolar, no los divide. Destierra la evaluación mediante examen único. Evalúa la manera de evaluar de los profesores. 2.- de la evaluación. Es un proceso permanente que retroalimenta a docentes y alumnos. Indica la eficiencia del método y anuncia la conveniencia de cambiarlo Pone a prueba la capacidad del profesor en el desempeño de su trabajo. Considera capacidades y limitaciones del educando. Revisa calidad de compromiso, esfuerzo, actitud, no de resultados. 3.- del profesor. Cuida los aspectos físicos y emocionales, se preocupa en el conocimiento de sí mismo. Es flexible, tiene capacidad para automodificarse Es sensible ante la problemática social. Considera actitud, valores, esfuerzo y habilidades del estudiante. Sabe que de él depende el crecimiento o la destrucción de sus alumnos. Rescata a los soldados caídos. 4.- del alumno Es un ser individual y responderá de manera diferente ante cada situación escolar. Espera una nueva cultura de la educación Tiene necesidades de autorrealización. Plantea ideas propias a partir de lo que va aprendiendo. Trabaja mejor bajo convencimiento que bajo presión. Recurre a las trampas cuando se ve muy presionado CONCLUSIONES La actitud antiética de los profesores se vislumbra en esta recopilación de respuestas a la pregunta “INDICA DOS ASPECTOS QUE NO TE GUSTE DE TUS PROFESORES”: NO QUEREMOS PROFESORES *Que no explican y que aparte exigen *que carecen de sistema pedagógico *que exigen lo que ellos no cumplen *egocéntricos *sabelotodo *prepotentes *soberbios *que limiten al alumno *autoritarios *que se crean dioses *que no estén actualizados *Que fuman en clase *que maltraten al alumno *que no entreguen resultados *cortantes *groseros *que den más importancia al programa que a la enseñanza * arrogantes *injustos *enojones *agresivos *faltistas *impuntuales *apáticos *déspotas *que traten a los alumnos como si fueran tontos *ignorantes *negligentes *que ignoren los reglamentos *radicales *muy severos *vulgares *autócratas *mediocres *irresponsables *que descuiden su imagen personal *antipáticos *injustos *que se dejen manipular por los alumnos *desesperados *necios *que piensen que venimos bien preparados de anteriores semestres *interesados *que quieran todo de memoria *que hagan la clase tediosa *que tengan preferencias por determinados alumnos *altaneros *ineptos *con mala fe *indiferentes hacia el alumno *flojos *negativos *inaccesibles *incompetentes *parciales *que improvisen su clase *creídos *elitistas *que lleguen de malas a dar su clase y se desquiten con los alumnos *que piensen que nada más tenemos su materia *con bajo criterio *que dejen al alumno la responsabilidad de los temas *que sean muy cerrados *que intimiden al alumno *que califiquen sin sentido común *que no sepan impartir el conocimiento *que no se den a respetar *que sean barcos. Como se ve, el profesor debe desterrar de su acervo conductual muchos adjetivos que boicotean su labor y por lo tanto los logros de sus alumnos. pensemos tan solo que el deber cumplido lleva en sí mismo su mérito y no vale la pena empañarlo con actitudes que nos destruyen en proporción directa al daño que causan en ¡vaya paradoja! nuestra razón de ser. Las actitudes que los alumnos aprecian se observan en la recopilación de respuestas a la pregunta “SEÑALA DOS ASPECTOS POSITIVOS DE TUS PROFESORES”: SE SOLICITAN PROFESORES Amables *atentos *flexibles *comprensivos *estrictos pero justos *sencillos *puntuales* que den su clase amena *que asesoren al alumno *accesibles *que se interesen en el alumno *que se actualicen *que tengan método *responsables * humildes *justos *confiables *que dominen su materia *con buena voluntad *tolerantes *dinámicos en sus exposiciones *más profesionales *respetuosos *pacientes *capaces de recibir críticas constructivas *con buena voluntad *amigables *entusiastas *que tengan tacto con los alumnos *inteligentes *equitativos*que reconozcan el esfuerzo *alegres *que preparen su clase *con actitud positiva *que tengan ética *consistentes * cultos *emprendedores *con sentido del humor *ordenados *con deseos de superación *curiosos *que cumplan su palabra *que sepan lo que dicen. El nulo poder de la palabra docente ante la estructura del sistema educativo, hace necesario trabajar en el aula para que nuestro desempeño represente una oportunidad de que el alumno desarrolle a plenitud sus capacidades, pero ante todo, deje de ser el punto débil del espacio escolar. Parte del camino será dar voz y voto al alumno para que nos diga cómo siente nuestro trabajo, antes que nuestras actitudes disminuyan su interés en la clase o lo lleven a un posible fracaso. El ambiente académico debe ser tal que : Los contenidos incidan en la vida individual y social de la persona. La clase se dé en una relación de buena voluntad. Los profesores actúen como facilitadores del proceso de enseñanza aprendizaje. Los alumnos deseen estudiar. La escuela forme personas integrales. La sociedad obtenga la calidad de ciudadanos que necesita ANEXO Cuestionario base: INVESTIGACIÓN SOBRE EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE ¡Muchas gracias por tu colaboración! Para mí, lo más importante de un profesor es: (marca del 1 al 4, de acuerdo a lo que consideres) QUE SEA PUNTUAL QUE TENGA BUENA PRESENTACIÓN QUE CONOZCA BIEN SU MATERIA QUE CALIFIQUE CON JUSTICIA Prefiero que me califiquen: (marca del 1 al 3 de acuerdo a tu preferencia) Con exámenes Con trabajos escolares Con exámenes y trabajos escolares ¿Se te ha dado la oportunidad de calificar a tus profesores durante el último año? (pon una cruz) SI NO Dos actitudes que me gustaría que tuvieran todos los profesores _________________________________ _________________________________ Dos actitudes que NO me gustan de los profesores _________________________________ __________________________________ PLATICA POR ESCRITO ALGUNA EXPERIENCIA QUE HAYAS VIVIDO SOBRE LA MANERA EN QUE TE CALIFICAN LOS PROFESORES, ya sea positiva o negativa BIBLIOGRAFÍA 1. ÁLVAREZ MÉNDEZ, Juan. Manuel, Valor social y académico de la evaluación, volver a pensar la educación, Morata, 1995. 2. DIAZ BARRIGA, Angel. “tesis para una teoría de la evaluación y sus derivados en la docencia, en Perfiles Educativos 15, CISE, UNAM, México 1982. 3. DIAZ BARRIGA, Angel. “una polémica en relación al examen”, en Perfiles Educativos 41-42, CISE, UNAM, 1988. 4. EVALUACION DEL APRENDIZAJE, apuntes para el curso que imparte el M. C. Ramón Caracheo García, profesor del CIIDET. México , 1998. 5. FOUCAULT, Michel. “vigilar y castigar”. III, 2, en obra citada de Savater, p. 220. 6. GANEM ALARCÓN Patricia, Dilemas de la evaluación, en Revista Mexicana de Pedagogía, IX, 1998. 7. GLAZMAN, Raquel. “la docencia: entre el autoritarismo y la igualdad”, ediciones El Caballito, SEP, México, 1988. 8. INDA CUNNINGHAM, Arturo. “educación y calidad de vida”, conferencia sobre mejoramiento de la educación, en la Universidad Autónoma de Querétaro, México, 1998, 13pp. 9. MORAN OVIEDO, Porfirio. “la evaluación de los aprendizajes y sus implicaciones educativas y sociales”, en Perfiles Educativos 13, CISE, UNAM, México, 1981. 10. M "Propuesta de evaluación y acreditación en el proceso de enseñanza aprendizaje desde una perspectiva grupal, en Perfiles Educativos 27-28, CISE, UNAM, 1985.. 11. OLMEDO, J. “evaluación pedagógica en el nivel universitario”, trabajo inédito, Colegio de Pedagogía, UNAM, 1973, en Perfiles Educativos 13, CISE, UNAM, México, 1981. 12. RIBEIRO, Lidio, et al “Mejoramiento del profesor en funciones (basado en la microenseñanza)”. Ed. Teide, México. 13. SAVATER, Fernando. “el valor de educar” (p. 93), Ariel, México,1997, 224 pp. OTROS CRITERIOS DE EVALUACION PARA LAS INSTITUCIONES DE EDUCACION SUPERIOR INGLATERRA ABET - E.U.A. 1.Objetivos y curriculum 1.Profesorado 2.Administración académica y control de calidad 2.Objetivo curricular 3.Recursos 3.Contenido curricular 4.Desarrollo del personal académico 4.Cuerpo de estudiantes 5.Calidad de la enseñanza y la evaluación, estándares de trabajo estudiantil 5.Administración 6.Estudiantes: normas de ingreso, sistemas de apoyo y seguimiento 6.Medios institucionales 7.Conclusiones 7.Compromiso institucional Los modelos tienen una estructura, método, organización y aplicación similares, debido principalmente al uso de marcos de comparación para la toma de decisiones basados en juicios de valor emitidos por expertos. Puede apreciarse que ninguno de ellos hace referencia al uso de una “Norma” de calidad. Podemos darnos cuenta como las autoevaluaciones que se llevan a cabo, en el ámbito nacional e internacional; utilizan los mismos marcos comparativos para la toma de decisiones sobre la calidad de los objetos de estudio. Significa entonces, que la calidad institucional se debe a apreciaciones externas y a una eficaz y eficiente administración institucional la cual hace que los recursos con los que cuenta sean utilizados y potenciados al máximo de sus capacidades; quizás esta sea la diferencia entre las IES, ya sean públicas o privadas. MODELO DE EVALUACIÓN DE LA CALIDAD PROPUESTO. De acuerdo a lo anterior habría que reflexionar sobre lo que en realidad debe evaluarse; si llevar a cabo una evaluación de la calidad institucional y si los autoestudios evalúan verdaderamente la calidad educativa, o bien realizar una “evaluación integral de la calidad” de las actividades educativas. Es decir, de las características o atributos de los insumos, los productos, el proceso y la administración educativa; comparando los diseños de la calidad esperada, con los resultados de la calidad obtenida. Con una orientación hacia los clientes educativos y la administración total de la calidad; con el propósito de documentar un sistema de calidad educativo en cada uno de los Institutos Tecnológicos. El producto educativo debe cumplir con las especificaciones establecidas en el diseño para adecuarse al uso de los empleadores con el propósito de satisfacer sus necesidades y requerimientos y también satisfacer las expectativas de los egresados. En el caso de la no conformancia habrá que reprocesarlo, mejorarlo o rediseñarlo a fin de que logre la conformancia en función a las características o atributos del producto educativo. Al hablar de la calidad del producto educativo, necesariamente tiene que hablarse de la calidad de los insumos, del proceso educativo y de la administración educativo-institucional, por lo tanto de los perfiles de ingreso y de egreso. Comparar lo deseado con lo real; si coinciden con las características expresadas en el diseño, entonces son conformantes. La Administración Total de Calidad (ATC) tiene un enfoque hacia el cliente. Administrar la educación con dicho enfoque significa identificar los clientes internos y externos educativos con el propósito de satisfacer sus necesidades, deseos o expectativas por los servicios educativos ofrecidos. La propuesta de evaluación está dividida en cinco etapas. Las cuatro primeras incluyen los elementos fundamentales del Modelo Integral de Evaluación de la Calidad La última etapa se encuentra constituida por un análisis causal, posterior a la realización de la evaluación. Es importante mencionar que dicho análisis de causas no contempla atributos ni categorías; sino, a partir de los resultados de la evaluación, las incidencias detectadas para su corrección o mejoramiento; deberán ser analizadas mediante un análisis de causa-efecto, con la finalidad de que éstas no vuelvan a ocurrir. Este análisis es importante, ya que en las actuales evaluaciones no se contempla, se corrigen o se mejoran algunos aspectos sólo modificando los criterios, parámetros o él deber ser para evaluaciones posteriores; pero no se realiza ningún análisis causal que permita detectar el origen del problema para su completa solución. Los objetos de evaluación de la calidad educativa son: 1) Evaluación de insumos: Perfil de ingreso. 2) Evaluación de las operaciones productivas: Proceso educativo. 3) Evaluación del Producto: Perfil de egreso. 4) Evaluación de las operaciones administrativas: Administración educativa. 5) Análisis causal: Análisis de causas y efectos. MARCO COMPARATIVO DEL MODELO INTEGRAL DE EVALUACIÓN. El marco de comparación entre lo deseado y lo real para la emisión de juicios y la posterior toma de decisiones es la NORMA; la cual es difícil de construir y se diseña a partir de las variables de comportamiento promedio del objeto de evaluación. De esto surge la homogeneización del comportamiento del objeto de estudio. Evaluar con arreglo a una NORMA, significa evaluar de manera estandarizada, lo cual implica determinar rangos de aceptación o rechazo, basados en las especificaciones de la calidad de diseño. Evaluar de acuerdo a una NORMA de calidad evita la subjetividad en la toma de decisiones. Es decir, los paradigmas del DEBER SER Y CRITERIO utilizados en los autoestudios actuales. Por otra parte, como se menciono anteriormente; si la calidad es relativa, entonces la evaluación debe llevarse a cabo en términos de la “importancia relativa” que tiene cada variable; la importancia relativa será entonces el estándar. El paradigma para este Modelo de Evaluación es la NORMA a través de categorías, atributos y estándar. Asimismo, para establecer una norma; debe determinarse el comportamiento de las variables a medir. Por ejemplo, el número de alumnos por computadora: - El parámetro establecido es de 20 alumnos por computadora. - La evaluación institucional del ITZ muestra los resultados siguientes: para los períodos 93-94 no se tiene el dato; 94-95 de 40, 95-96 de 36, 96-97 de 38, 97-98 de 35, 98-99 de 37 y 99-00 de 40 alumnos por computadora. - El comportamiento promedio es de 32 alumnos por computadora. - De acuerdo al parámetro, éste no se cumplió. ¿Pero puede afirmarse baja calidad?. Y en relación con la insuficiencia del equipo de cómputo (otro indicador) puede decirse que tenga o no-calidad también; sin embargo, tal insuficiencia es determinante de la baja calidad del producto educativo (atributos del alumno en materia de computación), no así baja calidad educativa de la institución. En todo caso sería falta de recursos económicos institucionales para adquirir equipo de cómputo. De acuerdo a los datos anteriores puede diseñarse una norma y estandarizar a 32 alumnos por computadora. Obviamente el alumno tendrá graves deficiencias en los atributos correspondientes al manejo y conocimiento de software y optimización del trabajo bajo ambiente computacional. El diseño de normas se hace aún más complejo cuando los recursos son escasos; y como éstos siempre lo son, entonces debemos pensar en evaluar la intangibilidad del producto educativo y no a la institución; porque a ésta siempre le encontraremos escasez, deficiencias, incidencias, malestares, política, sindicato, actitudes, comportamientos, incompetencias, entre otros. MODELO INTEGRAL DE EVALUACIÓN DE LA CALIDAD EN EL SNET Evaluación de insumos: Perfil de ingreso Conocimientos Habilidades Predictores del comportamiento escolar Evaluación de las operaciones productivas: Proceso Educativo Operador de la enseñanza Operador del aprendizaje Efectividad de la enseñanza Efectividad del aprendizaje Evaluación de las operaciones productivas: Perfil Docente Conocimiento Habilidades Rasgos Evaluación de las operaciones productivas: Operador de apoyo académico Planes y programas de estudio Duración del proceso educativo Infraestructura Adquisiciones Proveedores educativos IES que ofrecen posgrado Empleadores Padres de familia Evaluación del producto educativo: Perfil de egreso Conocimientos Habilidades técnicas, humanas y conceptuales Rasgos Desempeño profesional del egresado Evaluación de las operaciones administrativas: Administración educativa Política institucional: Política directiva Organización y administración Liderazgo: Liderazgo ejecutivo Cultura de calidad Planeación estratégica: Estrategia institucional Estrategia académica Información y análisis: Sistema de Información Administrativo (SIA) Análisis de datos e información Continuación…… Mercadotecnia de servicios educativos Capacitación y educación: Desempaño y reconocimiento Educación y desarrollo Calidad de vida laboral Impacto social: Preservación del medio ambiente Promoción de la cultura de calidad ante la sociedad Resultados de calidad: Aprovechamiento del alumno Satisfacción de alumnos y egresados Personal académico y no académico Desempeño institucional Análisis causal Es importante mencionar que las categorías descritas incluyen los elementos necesarios y completos para llevar a cabo una evaluación conforme a la norma de calidad NMX-CC-6-2 / ISO 9004-2. Los atributos o criterios de evaluación de la calidad propuestos no son de ninguna manera limitativos; pueden agregarse atributos de acuerdo a los aspectos que se pretendan conocer en cada una de las distintas categorías. También los criterios están diseñados de acuerdo a la norma internacional de calidad. Los criterios y atributos propuestos tienen además los siguientes propósitos: · Diseñar un sistema de calidad educativo. · Documentar el sistema de calidad. · Implantar el sistema de calidad educativo. · La prestación de los servicios educativos se orienten al cliente. · Se induce al mejoramiento continuo de la calidad. · Se estimula al uso de técnicas y enfoques actuales de calidad. · Administrar la organización educativa enfocada a la administración total de la calidad. En la medida en que los atributos se homogeneicen a partir de la instrumentación de varias evaluaciones; se podrán estandarizar las operaciones educativas, diseñando así normas de calidad propias que mejoren el sistema de calidad y faciliten la evaluación de la calidad. Por que no pensar en la certificación de la calidad educativa basándose en la norma de calidad ISO 9000 / NMX-CC. Lo que verdaderamente caracteriza a la evaluación, es la emisión de juicios de valor, los cuales surgen de la comparación entre la realidad del objeto y el marco comparativo del sujeto. La evaluación es uno de los procesos que en la actualidad tiene una gran importancia, su discusión y análisis ahora es más común, ya que a partir de ésta se realiza una adecuada planeación y la orientación hacia el mejoramiento continuo en todas las actividades educativas para alcanzar la calidad en todo sistema educativo. Seguramente se seguirá hablando de evaluación; pues ante los cambios actuales y los retos del próximo siglo la calidad en la educación será determinante para el desarrollo y sobrevivencia de las IES. Quienes no evalúen sus operaciones educativas, no sabrán que es lo que deben mejorar y seguramente quedarán rezagadas ante la disminuida calidad de sus servicios. Evaluar para mejorar la calidad educativa de la IES no significa crear organismos para lograrlo. Debe ser responsabilidad de cada IES llevar a cabo acciones de evaluación, adoptando o desarrollando metodologías para realizar sus procesos de evaluación y debe ser responsabilidad de alguno de los organismos creados por las autoridades educativas, certificar o acreditar a las IES públicas principalmente. De no asumir cada quién sus responsabilidades seguirán entonces los actuales niveles de calidad educativa, que por cierto, dejan mucho que desear. Las IES en México están experimentando cambios científicos, tecnológicos, culturales y de actitudes; la aceptación de tales cambios es incuestionable. Ya que las organizaciones educativas del país también están dentro de la globalización y requieren ser cada vez más competitivas; es el momento de reflexionar en evaluar la calidad bajo paradigmas internacionales y convertir a nuestras instituciones educativas en organizaciones educativas de clase mundial. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS · Acreditación, Evaluación y Cobertura, prioridades de la educación superior. Revista Confluencia No. 46. ANUIES. México, 1996. · Ayarza E. Hernán. La Evaluación, el Cambio y el Mejoramiento de la Calidad de la Docencia. Revista IGLU. No. 9. Canada, 1995. · Carreño Huerta F.. Enfoque y Principios Teóricos de la Evaluación. Trillas. México, 1996. · Diccionario de Ciencias de la Educación. Tomo 1-2.. Diagonal Santillana. México, 1994. · Diccionario de Filosofía. Porrua. 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