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YA NO HAY MÁS CIELO   

 
 
Ya no hay más cielo  
me lo comí 
fue un atracón 
un hambre violenta  
un impulso infrenable  
y me lo he comido todo, ¡todito!  
y miren que panzadas en  
mi vida he tenido varias 
¿Pero un cielo? ¡Jamás!  
fue tan sencillo  
como estirar la mano  
y agarrar unas cuantas nubes 
después la luna 
un manojo de estrellas un  
parcito de planetas 
para luego masticar como un chicle  
esa infinita tela celeste 
 
Así fue que me comí un cielo 
en realidad “el” cielo 
porque cielo que yo sepa  
hay uno solo, ¿no? 
 
La cuestión es qué hacer ahora  
con eso en la panza 
¿Saben lo que se siente albergar  
en el estómago semejante cantidad de astros?  
Se imaginarán: 
¡si algo me falta es hambre!  
En realidad me pregunto qué sería  
tener apetito después de esto  
para qué sirve tenerlo  
o si acaso volveré a experimentar esa sensación  
¿Y si se formara otro cielo?  
Quizá no vuelva a comer  
hasta que eso suceda como 
si me haya convertido  
así de pronto  
en un cielodependiente  
Como también me pregunto  
qué quedó arriba nuestro 
si la nada 
o no sé qué cosa rara  
o si la gente me odiará  
por no dejarla encontrar  
formas en las nubes   
si me tendrán rencor 
por habituarlos a no levantar la vista   
por miedo al vértigo 
al vacío o al aburrimiento 
tal vez así 
malacostumbre a todos a buscar 
las estrellas en las lamparitas  
las luces de los autos 
las chispas de los encendedores 
a encontrar la luna  
en la luz amarilla de algún semáforo 
los dientes blancos de alguna fiera  
la mirada ingenua de algún niño  
a topar con la neblina en una ducha bien caliente 
a reconocer la lluvia 
en el llanto triste de un par de ojos   

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