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Guatemala tiene una tasa de alfabetización de 80.5%, con lo cual se ubica como
uno de los países con mayor analfabetismo en América Latina. Esto es
consecuencia de un lento proceso de ampliación de la cobertura educativa en la
última mitad del siglo XX y es todavía una tarea pendiente en la primera década
del siglo XXI. Un factor que puede explicar esta lenta mejora de las cifras es el
poco apoyo que recibe la educación: para 2008 se destinó apenas 3.5% del
Producto Interno Bruto –y esto a pesar de un aumento que se ha registrado en los
últimos años–, mientras que en otros países de la región se destina más del 5%
del PIB a este rubro.
Teniendo un panorama educativo donde aún es necesario ampliar la cobertura y
trabajar por la calidad y la equidad en educación, llama la atención que el Latino
barómetro de 2009 señale que solamente 6.5% de las personas entrevistadas en
Guatemala respondieron estar nada satisfechas con la educación pública
guatemalteca, en comparación con 11.57% de insatisfechos en América latina.
Noventa y tres por ciento de los guatemaltecos entrevistados por el Latino
barómetro manifestó algún grado de satisfacción con la educación pública,
mientras que en América Latina fue 87.05%. Este texto busca responder por qué
en Guatemala, pese a mostrar bajos indicadores educativos comparados con los
de Latinoamérica, existe una percepción social de satisfacción respecto de la
educación pública. Para ello se describe el panorama general de la educación en
Guatemala, especialmente de primaria y secundaria.
Pese a lo anterior, estos datos ayudan a pensar que las nuevas generaciones no
sufrirán del analfabetismo presente en las generaciones adultas, por lo menos
debido a que la cubertura en primer año de primaria es prácticamente universal.
Sin embargo, las estadísticas también señalan que solamente 40% de los
adolescentes pasan de la primaria a básicos y que sólo 20% de los jóvenes en
edad de estudiar el diversificado lo está haciendo.
Además de este panorama, del que se puede concluir que pese a los avances aún
existe baja cobertura educativa, hay que agregar que gran parte de la población
no atendida es indígena o pertenece a los sectores más pobres de la población.
De igual forma, hay que señalar que los esfuerzos por cubrir estos sectores
dejaron de lado la calidad de la educación y se concentraron en la cantidad de
escuelas y aulas. En otras palabras, los pobres han tenido acceso a una
educación pobre, lo que agudiza la inequidad existente en el país e impide romper
con el círculo de la pobreza en las familias más excluidas. Es muy frecuente que
en estos sectores sea donde se presentan la mayoría de casos de abandono y de
no aprobación.