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JESUS Y EL PARÁLITICO DE
BETESDA
BIENVENIDA 10 minutos
PARA LA PRIMERA CLASE.
Antes de que empiece la clase, tenga preparadas algunas cosas en la mesa: crayones o
marcadores, papel de construcción (preferiblemente colores no tan oscuros) y dóblelos a
la mitad para hacer cartas y estampas. En un rotulo en la pared, escriba MEJÓRATE
PRONTO. Cuando lleguen los niños, deje que ellos creen su propia carta usando dibujos y
diseños, estampas o lo que ellos quieran. Hágales saber que ellos van a llevar estas cartas
a sus propias casas y cuando sepan que alguien esté enfermo, ellos pueden darle a esa
persona una carta. Cuando hayan terminado sus cartas, pregúnteles lo que pueden hacer
aparte de mandar cartas. Por ejemplo, pueden llevar flores o un dibujo, pueden ayudar a
limpiar su casa, traer una almohada, etc. ¿Sabemos que tan poderoso es Dios? ¿Qué es
capaz de hacer? ¿Tiene límites? Si nosotros sabemos que el todo lo puede, entonces
sabemos que podemos ir delante de El en oración y darle nuestras peticiones esperando
que responda según su voluntad.
Diga: Bienvenidos niños, Hoy veremos la historia de un hombre que tuvo esperanza en
que Dios le sanaría algún día, y nunca se imaginó la manera en que Dios le respondería.
Haga una oración de inicio.

PARA LA SEGUNDA CLASE. Muestre una imagen de piezas rotas de una olla o plato (o
puede hacer un dibujo de un plato roto en la pizarra).
Pida a los alumnos que levanten la mano si alguna vez han roto algo importante o de
valor. Explique que, como hijos del Padre Celestial, todos somos importantes y tenemos
gran valor. Sin embargo, a causa de las elecciones que hacemos o los desafíos que
enfrentamos, a veces podemos enfermarnos, pregunten quiénes han estado enfermos
alguna vez. Repase brevemente la lección anterior y diga que algunas veces las
enfermedades no se van rápidamente pero que siempre podemos confiar en el Señor. Dé
la bienvenida a todos y diga que hoy seguiremos aprendiendo sobre el encuentro de Jesús
con el hombre paralitico en el estanque de Betesda. Haga la oración de inicio.
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MINISTRACIÓN
PRIMERA PARTE. 5 minutos
 Hablarles sobre la bendición de contar con el poder de Dios para nuestras
necesidades incluso para las enfermedades, sobre las cuales Dios puede mostrar
su poder.
 Guiarlos a que pidan por situaciones de sanidad específicas a Dios en oración (en
ellos o en alguien de su familia).

SEGUNDA PARTE. 5 minutos


 Enfatizar sobre la importancia de orar a Dios especialmente para pedirle que quite
enfermedades de nosotros y de otras personas, pidiendo siempre con fe y sin
dudar nada.
 Guiarlos a que tengan un tiempo de oración en el que puedan pedir al Señor que
sane a personas enfermas que conozcan.

TEXTO AUREO: 5 minutos


“Jesucristo te sana”.
(Hechos 9.34).

LECCIÓN 10 minutos
Escriba la palabra Betesda en la pared. Explique que la palabra Betesda significa “casa de
misericordia”. Explique qué misericordia significa compasión o bondad. El acto más
grande de misericordia que se ha llevado a cabo fue la muerte de Jesucristo a nuestro
favor. Este hombre enfermo desde hace treinta y ocho años ¿tenía fe? ¿Creía que Dios le
sanaría? Si no fuera así ¿porque iría seguido a este lugar esperando la sanación de parte
de Dios? El veía que otros eran sanados, así que había ido algunas veces antes de ese día.
¿y Dios contesto sus ruegos inmediatamente? Ni siquiera paso como él había esperado.
explique que el Salvador más tarde se encontró con el hombre en el templo y le aconsejó:
“… no peques más” (Juan 5:14). Cuando los líderes judíos se enteraron que Jesús había
sanado al hombre en el día de reposo, persiguieron al Salvador y trataron de matarlo. el
Salvador enseñó a los líderes judíos que al sanar al hombre, Él estaba haciendo la obra
del Padre Celestial.
Puede ser que mientras Jesús caminaba alrededor del estanque de Betesda, alguien le
señalara al hombre paralitico de esta historia como un caso crónico y digno de compasión,
puesto que su enfermedad hacía muy poco probable, y aun imposible, que alguna vez
llegara a ser el primero en entrar al estanque después que se hubieran agitado las aguas.
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No tenía nadie que lo ayudara a entrar, y Jesús siempre fue el amigo de los que no tenían
amigos, y aquel que ayuda a quien carece de ayuda terrena.
En esta historia podemos ver con toda claridad bajo qué condiciones operaba el poder de
Jesús. Debemos notar que Jesús habla con imperativos (es decir daba órdenes). Daba sus
órdenes, sus mandamientos a los hombres, y en la medida que éstos trataran de
obedecerlos recibían ese poder.
(1) Jesús comenzó por preguntar al hombre si quería curarse. No es una pregunta tan
tonta como puede parecer. El hombre había esperado durante treinta y ocho años y
bien podría haber perdido las esperanzas, dejando en su lugar una pasiva y triste
desesperación.
La respuesta de este hombre fue inmediata. Quería curarse, aunque no veía cómo
podría curarse alguna vez, puesto que no había nadie que lo ayudara.
Lo primero que se necesita para recibir el poder de Jesús es un deseo intenso de ese
poder. Jesús viene a nosotros y nos dice: “¿Realmente quieres cambiar?” si en lo más
recóndito de nuestro corazón estamos contentos con ser como somos, no puede
haber ningún cambio.
(2) Jesús, pues, le dijo al hombre que se levantara. Es como si le hubiera dicho: “¡Hombre
doblega tu voluntad! ¡Haz un esfuerzo supremo y tú y yo lo lograremos juntos!”
En un sentido muy real, también es cierto que el milagro sucede cuando nuestra
voluntad y el poder de Dios cooperan para hacerlo posible.
(3) De hecho, Jesús estaba ordenado al hombre que intentara lo imposible. “¡Levántate!”
le dijo. El hombre podría haber dicho, con resentimiento y dolor, que eso era
exactamente lo que podía hacer. Su cama debe haber sido una simple estructura
semejante a una camilla.
Y Jesús le dijo que lo levantara y se lo llevara. El hombre podría haber dicho que
durante treinta y ocho años la cama lo había estado llevando a él y que no tenía mucho
sentido decirle a él que llevara la cama. Pero una vez más, el hombre hizo el esfuerzo
a la par de Cristo ---y sucedió el milagro
(4) Aquí tenemos el camino para lograr lo que nos proponemos. Hay tantas cosas en este
mundo que nos vencen, nos derrotan y se apoderan de nosotros…
Cuando la intensidad del deseo está en nosotros, cuando nos proponemos hacer el
esfuerzo, aunque pueda parecer sin esperanzas, entonces el poder de Cristo tiene su
oportunidad, y con Cristo conquistamos aquello que durante tanto tiempo nos ha
conquistado a nosotros.
Cuando le pedimos a Dios no siempre obtendremos respuesta inmediata, pero no por eso
debemos desanimarnos y dejar de orar y pedirle nuestra necesidad. Dios en su voluntad
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decidió que él esperara hasta que fuera Jesús, y nosotros debemos también esperar la
respuesta en el tiempo y la forma que Dios disponga.

HISTORIA 10 minutos
1 – Lea y relate la historia de Jesús sanando al hombre paralitico del estanque de Betesda.
El relato se encuentra en Juan 5:1–16; busque una versión de la Biblia parafraseada para
que se entienda mejor el relato. Lea alto, claro y despacio.
Ore: Señor, afirmamos nuestra fe, creemos de todo corazón en Jesucristo como nuestro
Salvador y Sanador. Amén.

2 – ¿Has sido alguna vez el último en llegar en alguna carrera, o el último en atarse las
cintas de los zapatos o el último en entregar un examen en el colegio o la escuela? El
hombre de nuestra historia de hoy, sabía que siempre iba a ser el último en llegar.
Jesús había venido a Jerusalén para asistir a una fiesta, caminando se encontró, cierta
mañana, cerca de un estanque, el estanque de Betesda, un estanque era como una piscina
pública, este tenía cinco portones para poder ingresar, alrededor. Este estanque no tenía
plantas, ni grama, sino una multitud de gente enferma, había mucha miseria, los
enfermos estaban por todos lados luchando, estaban acostados o encorvados en algún
asiento, había tanta, tanta gente. Jesús se detuvo por un momento y miro a su alrededor,
vio tantos ciegos, sordos y paralíticos, había algunos con problemas del estómago y otros
con enfermedades de la piel, incluso había algunos enfermos mentales. El corazón del
Señor se entristeció por ver a tantos enfermos, todos estaban allí esperando un milagro,
pero este era un lugar con muy poca esperanza, este en realidad era un lugar de
desilusión, la gente esperaba el momento en que se agitara el agua del estanque, muchos
de ellos creían que un ángel venía a agitar el agua y que la primera persona que entrara
después de eso quedaba sana de su enfermedad. Jesús sabía que eso no era cierto, era
una esperanza falsa. Pero la gente esperaba y velaba y cuando aparecían ondas en el
estanque la gente esperanzada y desesperada corría hacia el agua, apresurados por
aliviarse por su enfermedad pisoteaban a los más pequeños y a los más débiles. En lugar
de ser un lugar de esperanza, era un lugar de muerte. Jesús contempló a esa multitud de
personas enfermas y tuvo compasión de ellos y quería sanarlos a todos, se sintió tentado
a hacerlo, pero era sábado y él sabía lo que sucedería si los sanaba a todos ese día, los
dirigentes judíos se enojarían muchísimo, seguramente tratarían de matarlo y todavía no
había llegado la hora de su muerte, no había terminado aún su trabajo en esta tierra.
Jesús sabía el nombre y la enfermedad de cada persona, noto especialmente a un hombre
que había estado paralitico durante 38 años, Jesús sabía que su pecado le había causa esa
enfermedad, también sabía que el hombre estaba muy triste, estaba solo y sentía que no
merecía la misericordia de Dios. Compasivamente, Jesús se arrodilló a su lado y se acercó
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todavía más para ver su cara; “¿quiere ser sano?” le preguntó tiernamente. Nació otra
vez la esperanza en el corazón de este hombre, por supuesto que quería ser sano. ¿no se
querían sanar acaso todos los que estaban allí? El hombre no sabía quién era Jesús, no
sabía que Jesús lo podía sanar. Él pensaba que su única esperanza era entrar en el agua.
Así que le dijo a Jesús: “Señor no tengo quién me ayude, no puedo entrar en el estanque
lo suficientemente rápido, cuando trato de hacerlo, siempre hay alguien que se me
adelanta”. Jesús no le pidió a aquel hombre que creyera en él, ni siquiera le dijo quién era
él, Jesús sabía que el hombre no pensaba que merecía el amor de Dios. Pero Jesús
deseaba derramar su gracia sobre este hombre, así que le dijo: “Levántate, toma tu lecho
y anda”. El hombre no dudo ni por un momento, obedeció, quería sanar de su
enfermedad, sus nervios y músculos que no habían sido usados por tantos años, cobraron
nueva vida, el hombre se levantó de un salto. Pronto enrolló su lecho y miró a su alrededor
para buscar a Aquel que lo había sanado, pero Jesús ya se había alejado entre la multitud.
Más tarde, el hombre que había sanado se encontró con Jesús en el templo, estaba lleno
de gozo, le contaba a todas las personas con las que se encontraba, las buenas nuevas del
encuentro con Jesús. Ese día Jesús sanó el cuerpo de aquel hombre y también le sanó el
alma; la gracia sanadora de Jesús lo trajo de regreso a Dios.
Con mucho amor, Jesús nos está diciendo también a nosotros, “¿quieres ser sano?”. Jesús
desea que estés sano del cuerpo y del espíritu, desea derramar también su gracia sobre
ti, ¿lo aceptarás hoy?

ALABANZA DINÁMICA 10 minutos


Letra del canto basada en el Hechos 9.34 “Jesucristo te sana”, Mateo 4.23 “Jesús curaba
a la gente de todas sus enfermedades y dolencias”. Marcos 10.52 “Tu fe te ha sanado” y
Marcos 16.17-18 “Los que creen pondrán sus manos sobre los enfermos, y estos sanarán”.
Dividirlos en tres grupos, cada grupo debe recibir un versículo para aprender (Mateo 4.23;
Marcos 10.53, 16.17-18). Todos deben aprender el texto aureo. El maestro será el director
y cantarán cada uno la parte de su versículo como grupo y cuando el canto llegue al texto
aureo, todos los grupos cantarán a una sola voz fuerte. El audio lo pueden descargar del
chat del ministerio de niños, lo pueden reproducir en sus celulares y amplificarlo en clase
para enseñarlo.

DINÁMICA 10 minutos
1 – ACTIVIDAD: Obtenga varias copias de la hoja 1 y provea crayones a todos para que
puedan pintar la hoja. Formule preguntas acerca de la historia de hoy, mientras pintan.
2 – ACTIVIDAD: Obtenga varias copias de la hoja 2 y provea lápiz a todos para que
puedan encontrar en la sopa de letras, las palabras que se muestra debajo de la hoja.
Mientras las buscan formule preguntas sobre la historia de hoy.
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TRES GRANDES VERDADES 5 Minutos
Recite de memoria el versículo de esta lección y luego haga que lo repitan todos juntos,
diga que durante esta semana hemos aprendido verdades importantes que no debemos
olvidar.
1. ¡Todos lo hacemos en el Nombre del Señor! Los que tenemos fe, nada
hacemos sin que sea en el Nombre de Jesús porque entendemos que sin Él no
somos nada.
2. ¡Siempre confiamos en Él! La razón por la que le clamamos y presentamos
peticiones, es porque toda nuestra confianza está en Su poder, Su amor y Su
misericordia.
3. ¡La sanidad es posible! Sin necesidad de doctores y medicina Dios puede sanar
a los enfermos, lo único que necesitamos es fe.

Al finalizar, vuelvan a repetir el verso todos juntos y pregunte cuáles son las tres verdades
aprendidas. Intente que todos las digan en coro.

INTERCESIÓN: 5 Minutos
Lleve algunas peticiones sobre personas enfermas y expóngalas, explicando que todos
vamos a usar nuestra fe para pedir al Señor que sane a esas personas.
Todos hincados: Padre oramos por la sanidad de… en el nombre de Jesús. Amen. Y todos
aplauden.

Programación
MIÉRCOLES DOMINGO
1. Oración y Bienvenida - 10 min 1. Oración y Bienvenida - 10 min
2. Historia 1 - 10 min 2. Historia 2 - 10 min
3. Receso - 5 min 3. Receso - 5 min
4. Texto aureo - 5 min 4. Lección - 10 min
5. Dinámica 1 – 10 min 5. Intercesión - 5 min
6. Tres grandes verdades - 5 min 6. Receso - 5 min
7. Receso - 5 min 7. Alabanza dinámica - 10 min
8. Alabanza Dinámica - 10 min 8. Texto aureo – 5 min
9. Receso - 5 min 9. Dinámica 2 - 10 min
10. Ministración 1 - 5 min 10. Ministración 2 - 5 min
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“Dícele Jesús: Levántate,
toma tu lecho, y anda.
Y luego aquel hombre
fué sano, y tomó su
lecho, é íbase. Y era
sábado aquel día."
JUAN 5:8-9

Hoja 1
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(JUAN 5:1-15)
S G I N J M L J G Y I M O L L K M N B O
M K J H G F D S E R T Y H B M N H G B V
J H U I O P L M N B V C V C X Z I O L P
O P I U Y T R E W Q A S X C V B N M M N
J H O O V U D N A I O P M J K L O I U Y
G H J K L O I U Y T O C I T I L A R A P
Y U U I O P L K J H G F D S A Q W E R T
Y U I O P L K J H G F D S A Q W E R T Y
H O M B R E P G U D Y W P N C V B N M J
U I K L H K M N B V C X S G E D F R T G
H Y U O D A N A S O I U Y E R E L O P I
K J U Y T G H U Y T R F G L J N B G T R
S A B A D O S U S E J F R E D C V R T A
H Y U J K I O L P M K J U Y H H Y G T D
F D O T N E I M I V O M K I O L I U Y S
R F G T R O P L K M N H Y T G B V F R E
D C S A J E V O S A L E D A T R E U P T
N H Y T G B V F R E D C V F R T G H M E
I U J H Y T R E W M J H Y T G B L O I B
I U Y H G E S T A N Q U E F V C D E W S
ANGEL BETESDA JESUS
HOMBRE PARALITICO ESTANQUE
SABADO PUERTA DE OVEJAS SANADO
MOVIMIENTO ANDUVO

Hoja 2

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