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Kant
Kant establece una diferencia fundamental que es decisiva para la justa compresión de su
pensamiento. Es la diferencia entre conocer y pensar. Dicho breve y sencillamente: no
todo lo real es susceptible de ser conocido, pues conocer significa, en vigor,
conocimiento científico.
No todo lo pensable es susceptible de ser conocido científicamente, pero no por ello el
pensar carece de sentido; antes al contrario, abre otras vías de comprensión de la
compleja realidad. Detengámonos en el texto siguiente:
«Para conocer un objeto se requiere que yo pueda demostrar su posibilidad (ya sea por el testimonio de
la experiencia, a partir de la realidad efectiva de él, ya sea a priori, por la razón). Pero pensar puedo
[pensar] lo que quiera, con tal [de] que no me contradiga a mí mismo, es decir, con tal [de] que mi
concepto sea un pensamiento posible, aunque yo no pueda asegurar que en el conjunto de todas las
posibilidades a este [mi concepto] le corresponde, o no, un objeto. Pero para atribuirle a tal concepto
validez objetiva (posibilidad real, ya que la primera era solamente la [posibilidad] lógica), se requiere algo
más. Este algo más, empero, no precisa ser buscado en las fuentes teóricas del conocimiento; puede
estar también en las prácticas».
Ahora nos interesa analizar la naturaleza y la posibilidad del conocer: ¿cómo es posible el
conocimiento?; ¿cuál es su alcance y su límite? A ello está dedicada la primera parte de
la Crítica de la razón pura: la «Doctrina trascendental de los elementos».
Los «elementos» del conocimiento son lo sensible y lo lógico-racional. De ahí que esta
primera parte se divida en «Estética trascendental», pues estudia la sensibilidad
(aisthesis, en griego), y en «Lógica trascendental», pues estudia el «logos», bien sea en su
forma de «entendimiento» (con sus conceptos puros o categorías), que Kant denomina
«Analítica trascendental», bien sea en cuanto «razón» (con sus «conceptos de razón» o
ideas) que Kant denomina «Dialéctica trascendental».
Mas antes de referirnos a cada una de ellas, es necesario comprender los tres puntos que
analizaremos a continuación.
He aquí una tesis básica de Kant: «No hay duda de que todo nuestro conocimiento
comienza por la experiencia. […] Pero aunque todo nuestro conocimiento comience con la
experiencia, no por eso surge todo él de la experiencia» (Kant, I.: Crítica de la razón
pura, B-1).
Pues bien, partiendo de esta tesis sobre el conocimiento, Kant distingue entre:
1) Lo «a posteriori»: es aquello que en el conocimiento procede de la experiencia a
través de la sensación. Es lo empírico en el conocimiento. Por darse en la sensación, o
intuición empírica, que es singular y fáctica, lo empírico y a posteriori en el conocimiento
es, asimismo, singular y contingente.
2) Lo «a priori»: es aquello que en el conocimiento no procede ni se deriva de la
experiencia, sino que la antecede de alguna manera y surge independientemente de la
experiencia. Al no derivarse ni proceder de la experiencia empírica, lo a priori en el
conocimiento es universal y necesario en y para el conocimiento.
Ambos (intuiciones y conceptos) son, o bien puros o bien empíricos:
1) Empíricos, cuando una sensación (que presupone la presencia efectiva del objeto) está
allí contenida.
2) Puros, cuando a la representación no se le mezcla ninguna sensación. Se puede llamar
a esta última la «materia del conocimiento sensible». Por eso, la intuición pura contiene
solamente la forma en la cual algo es intuido, y el concepto puro contiene solamente la
forma del pensar un objeto en general. Únicamente las intuiciones puras o los conceptos
puros son posibles a priori; los empíricos, solo a posteriori (Kant, I.: Crítica de la razón
pura, A-50-51, B-74-75).
Los elementos a priori pertenecen a la estructura del sujeto cognoscente y hacen
posible el conocimiento y la experiencia misma en cuanto experiencia con validez
universal. El conocimiento que muestra esta posibilitación es denominado por
Kant «trascendental».
Índice
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1Platón
2Teoría del conocimiento
3El conocimiento de las cosas sensibles
4El conocimiento inteligible
5Proceso del conocimiento según Platón
6Referencias
Platón[editar]
Platón nació en Atenas, (o en Egina, según otros, siguiendo a Favorino), probablemente el
año 428 o el 427 a. c. de familia perteneciente a la aristocracia ateniense, que se
reclamaba descendiente de Solón por línea directa. Su verdadero nombre era Aristocles,
aunque al parecer fue llamado Platón por la anchura de sus espaldas, según recoge
Diógenes Laercio en su "Vida de los filósofos ilustres", anécdota puesta en entredicho. Los
padres de Platón fueron Aristón y Perictione, que tuvieron otros dos
hijos, Adimanto y Glaucón, que aparecerán ambos como interlocutores de Sócrates en la
República, y una hija, Potone.1
Teoría del conocimiento[editar]
Sócrates afirmaba que "El hombre es capaz de conocer la verdad, de superar la opinión,
elevándose al conocimiento de los conceptos, de lo universal". Y su práctica pedagógica y
la "mayéutica", lo llevó a deducir los conceptos universales que se hallan presentes,
incluso en el alma del hombre más ignorante, el que si es guiado correctamente, llega a
descubrirlos.
La teoría del conocimiento de Platón explica la presencia de los conceptos universales en
el alma recurriendo a la Teoría de la Reencarnación, aprendida por Platón de los
pitagóricos.2
Para Platón, el conocimiento tiene como objeto encontrar una definición inequívoca al
saber de todas las cosas.
El saber más elevado será entonces el conocimiento de lo universal y el más bajo será el
conocimiento de lo particular. Esta doctrina supone una separación irreconciliable entre el
saber Universal y el mundo real, pero para Platón este concepto de lo Universal no implica
una forma abstracta, sino que a cada uno de estos conocimientos universales le
corresponde una realidad concreta.
Para Platón son las ideas las que se pueden conocer en forma accesible, pero no niega
realidad al mundo de las cosas. Sin embargo, Platón no pudo determinar cual es la
relación que existe entre lo particular y lo universal.
Platón explica con más claridad este problema cuando se refiere al arte, nos dice que el
artista representa una tercera versión del hombre. Según Platón, el hombre ideal es la
meta que todos los humanos tratan de alcanzar, luego existen los hombres particulares
que son copias del ideal y por último está el artista que imita una copia.
Por ejemplo, en la Geometría se parte de una hipótesis y se continua avanzando mediante
un diagrama visible para llegar a una conclusión. El geómetra supone una figura
geométrica a partir de gráficos y figuras, procurando distinguir objetos que solo se pueden
ver con la inteligencia.
Mediante el razonamiento abstracto y habiendo entendido los principios, la mente puede
sacar conclusiones sin contar con las imágenes visibles.
Platón supone que el conocimiento de lo real se puede alcanzar de un modo absoluto,
pero no sucede lo mismo con las cosas del mundo sensible, que para él es ilusorio y está
sujeto al cambio. Razón por la que no pueden ser objeto de conocimiento científico.
Porque el objeto de conocimiento debe ser inmodificable, estable y permanente como para
lograr su definición con claridad.
El conocimiento se logra mediante juicios sobre conceptos universales y no sobre
particulares y solo pueden ser verdaderos los juicios sobre lo permanente y estable.
Ni la percepción sensible ni la creencia verdadera pueden ser objeto de conocimiento.
3
El conocimiento inteligible[editar]
El saber auténtico (en griego Episteme) tiene como objeto la realidad inteligible, el ser
perfecto e inmutable: las ideas. También aquí hay dos grados:
Conocimiento discursivo (diánoia)
Como ejemplo del grado inferior Platón piensa en la aritmética o en la geometría. En
ambas se parte siempre de hipótesis o presuposiciones y se necesita (piensa Platón) de
símbolos sensibles. La matemática procede según un tipo de razonamiento que podríamos
denominar "hipotético-deductivo", es decir, se va de la hipótesis a la conclusión mediante
deducción.
Conocimiento o inteligencia pura (nous)
La superación de la diánoia se alcanza en la dialéctica considerada como la "culminación
de todas las ciencias". Sólo ella es capaz de cancelar el carácter meramente hipotético de
los principios utilizados en las restantes disciplinas, al dar razón de ellos y justificarlos
racionalmente. Para conseguirlo, la dialéctica tiene que remontarse a un principio no
hipotético desde el que pueda deducir a manera de consecuencias todo lo demás. Es claro
que este principio no hipotético, objeto de la dialéctica, no es otro que la idea del Bien.
Mediante ella se alcanza el conocimiento de la estructura relacional de las ideas, y en
último término, el conocimiento de la verdad suprema, condición (fundamento)de las
propias ideas y, por tanto, también del mundo sensible: La idea del Bien 5
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Biografia de Platón, 27 de septiembre de 2013
2. Volver arriba↑ Teoría del conocimiento de Platón
3. Volver arriba↑ Grandes pensadores "Sócrates y Platón" Editorial Diario de la Nación 2008.
4. Volver arriba↑ Platón y el Mundo de las Ideas
5. Volver arriba↑ La Idea del Bien
La filosofía de Aristóteles
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