Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
7
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
pieza a coordinar el Taller Literario de La Laguna, en las casas de pintería -risas-). Posteriormente, algunos de los talleres serán
la cultura de Torreón y Gómez Palacio. El Taller de La Laguna se blanco de los ataques de grupos feministas-lésbicos. En fin, a los
dividirá en taller de poesía (al mando del mismo Sampedro) y en talleres les llueve duro y tupido.
taller de prosa (coordinado por David Ojeda y luego por Alberto
Huerta). Surgen los talleres en León, Celaya, San Miguel de Un momento, por fayor
Allende, Tampico, Saltillo, Monterrey, Ciudad Juárez [en 1980],
Culiacán, Villahermosa y Puebla, coordinados por Armando Para el chavo que pertenecía al taller, en cambio, la experiencia
Adame, Alberto Enríquez, Fernando Nieto Cadena, Ignacio Be- significaba -entre otras rnil cosas- la posibilidad de confraternizar
tancourt, Bernardo Ruiz y Daniel Sada, entre otros". En general, con otros de su misma causa, de adquirir conocimientos rudi-
esta "primera promoción" creó una "segunda promoción" que mentarios de la literatura y de crear una parcela de amigos y es-
pasará a ser el núcleo principal de las actividades culturales de pacios que le permitieran formar un núcleo de respuestas a la crí-
toda una época (la que actualmente estamos viviendo). tica social. Eran los amigos, las lecturas de Rayuela, las disquisi-
¿cuáles son las características de un taller literario? Amparán ciones acerca del viejo Borges, las papalinas evocativas, el reve
responde: "Va a someter a sus miembros a una disciplina de tra- más o menos literaturizado, la sensación de pertenencia, la posi-
bajo rigurosa [o no tanto; había algunos coordinadores muy pa- bilidad de "eternizar" nimiedades, la fe en un propósito, la vuelta
salones]; va a abrir nuevas perspectivas literarias a personas con al corazón de las utopías, la formación de una comunidad en
muy poco background de lectura; implicará en muchos casos el constante diálogo neurotizado y las publicaciones (benditas pu-
tomar una postura ante la literatura y la vida, política, social, exis- blicaciones que llegaban a completar el cuadernillo o el libro).
tencialmente; va a permitir el contacto con otros dedicados a lo Al coordinador del taller se le veía como el promotor, el más-
mismo, vía intercambios, encuentros y ciclos de lectura; serán ter cultural, el sospechosamente dedicado a ayudar al prójimo, el
promotores fundamentales para el surgimiento de numerosas re- misionero de una fe cínica pero generosa, el detentador de efíme-
vistas, la mayoría de efímera vida; se convertirán en vehículos de ros poderes que al fin de cuentas nadie reconocería, el apasiona-
publicación", "sembrarán la semilla que luego, en los ochenta, do defensor de posibilidades (promesas literarias y tardías espe-
dará un fruto que, en algunos casos, está ya cuajado: premios, ranzas), el viajero condenado a celebrar la parcela cultural que le
publicaciones". La verdad es que "muchos poetastros [de la ge- tocó como destino-manifiesto-patria-chica y -ni modo- el san
neración anterior] se vieron sometidos a una crítica implacable", Juan Bautista ungido al carruaje de la literatura (carruaje que mi-
fueron tachados de "cursis, anacrónicos y babosos". les como él empujan y solo unos cuantos la disfrutan desde arri-
Al principio, los talleres serán duramente criticados. En Ciu- ba).
dad Juárez, los escritores antitalleristas locales le dirán al maestro Otra vez: el tallerista es la promesa literaria que puede confir-
Ojeda que los miembros del taller son vulgares porque pertene- mar públicamente las ventajas del cepilleo literario, el embajador
cen a un nivel social bajo (es decir, no son "educados", "forma- a contrapelo de su taller-incubadora, el pírrico potencial, el parri-
les" y de "familias reconocidas", équé se puede esperar de ellos?). cida emboscado, el miembro (eeeeh) activo de un culto colectivo
Por su parte, Amparán señala que la crítica antitaller fue un a la literatura como fuente de inspiración, el aspirante al estatus
fenómeno generalizado: "El establishment va a atacar a los talle- merecido, el amigo de· complicadas complicidades, lector a me-
ristas de greñudos, mariguanos y homosexuales, irrespetuosos dias de todo, el angustiado lector de metas que, como dice el poe-
hacia la decencia, las buenas costumbres y a Amado Nervd'. ta, se quiebran al cabo de la tercera publicación (si nos ponemos
También se acusará al taller de "no ser vehículo de estudio real pesimistas, claro).
[libresco] de la literatura". El ingenio lego de los autores locales se
desbordará en burlas (¿el taller?, voy, voy, pos ni que fuera car-
8 9
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
La formación de la segunda promoción El taller del maestro Ojeda existió por siete años (de 1980 a
1987). Fue una vida demasiado larga. Los expertos le dan a los
En 1980 nace el Taller de Literatura del INBA coordinado por el talleres una vida regular de tres años; cuatro o más convierte a sus
maestro David Ojeda. Al principio se integran Miguel Ángel Chá- integrantes en codependientes de su coordinador. Pero el Taller
vez, Ricardo Morales y Jorge Humberto Chávez; un par de años del INBAen Ciudad Juárez vivió siete. Tiempo más que suficiente
después llegan Alonso Lastra, José Manuel García, Willivaldo para definir a cada miembro: Jorge Humberto fue el beneficiario
Delgadillo, Joaquín Cosío, Marco Antonio García y Rosario San- directo de Ojeda: publicado, premiado y heredero del Taller del
miguel. Por los siguientes cinco años habrá sesiones regulares INBA. Con el tiempo se asoció con el maestro Enrique Cortazar
(por lo menos una vez al mes). David Ojeda vendrá desde San para iniciar proyectos como los encuentros nacionales de poetas.
Luis a coordinar los trabajos de aquellos jóvenes. La amistad fue Se convirtió en un verdadero promotor cultural y un poeta reco-
tejiendo su darwinismo jerárquico: los amigos eran los amigos: nocido por su calidad. Miguel Ángel Chávez siguió publicando li-
David y Jorge, David y Miguel Ángel, David y Ricardo. Y los talle- bros de poesía, luego pasó al periodismo cultural y al -díqamos-
ristas eran los talleristas. comercial y de opinión; su mentor, el periodista Elías Montañés.
Pero no por ello los integrantes -que conformaban la segunda José Manuel García (servidor) se dedicó a la academia desde
promoción- dejaron de convertirse en una verdadera genera- 1984 y tuvo como amigo de proyectos a Ricardo Aguilar. Wílli-
ción: compartimos el mismo espacio, casi todos éramos de los valdo Delgadíllo se dedicó al activismo cultural (la "toma del IN-
años cincuenta (o principios de los sesenta). Hubo una gran amis- BX' fue un momento -"su" momento- importante en este senti-
tad (que tuvo sus desencuentros). Hubo complicidades en pro- do), y demostró ser buen novelista (lento pero seguro) y recons-
yectos culturales (la revista Nod, las lecturas públicas, los viajes a tructor de la historia de nuestra ciudad {asociado con Miguel
Albuquerque y a otras ciudades). Se mantuvo siempre una acti- Ángel Berumen).
tud más o menos cínica (las bromas literarias eran cosa cotidia- Joaquín Cosía, por su parte, le entró al teatro y a la dramatur-
na), contestataria (los escritores locales de la generación anterior gia; trabajó en la UACJ y asoció su nombre en no pocas ocasio-
representaban para nosotros el humor involuntario; paradójica- nes con el nombre de Ysla Campbell. Marco Antonio García tra-
mente algunos de ellos fueron, al pasar el tiempo, nuestros men- baja en la promoción editorial (junto con Wíllivaldo)y apoya a los
tores en diferentes espacios culturales). Veíamos a la literatura co- escritores jóvenes; sobre todo, García se ha dedicado a la actua-
mo una respuesta existencial, un oficio, una religión, una propie- ción. Rosario Sanmiguel, por su parte, se unió (tardíamente) a la
dad ganada en la crítica, la autocrítica y el trabajo talleril. No academia y ha sido promotora editorial, y también le hace al pe-
pocos escritores pasaron por el taller y se fueron enojados (Jesús riodismo cultural (mediante la coordinación de revistas literarias).
Vázquez), asustados (Pilo Galindo) o frustrados por ser tan male- Por último, están Alonso Lastra (eligió vivir en el anonimato, se-
tas (aquí poner los nombres de los que así como llegaron se fue- pararse de todo el mundillo literario local) y José Luis Soto (que
ron). La acumulación de premios por parte de Jorge Humberto radica permanentemente en Albuquerque).
Chávez (apoyado cien por ciento por nuestro Miguel Donoso Pa- Pero decía yo que el ciclo del primer taller literario se inició en
reja, que fue David Ojeda) y las publicaciones de Miguel Ángel el otoño de 1980 y terminó en 1987 cuando el maestro Ojeda
fueron un estímulo para todos. Curiosamente no buscábamos la declaró clausurado el taller y salieron "graduados" (digámoslo
publicación sino la creación (intuitiva casi) de un proyecto cultu- así) y felices (divididos y peleados) los talleristas de la primera
ral que quiso consolidarse en la revista Nod (que se redujo a tres o promoción. Algunos tuvieron suerte en materia de publicaciones
cuatro números mal distribuidos; el último de ellos fue "expropia- y de premios; otros han preferido el sabroso anonimato. Repito:
do" por una facción del taller (ya muy dividido al final de su exis- sin hacer a un lado las diferencias entre los talleristas "de Ojeda",
tencia). podemos hablar de una verdadera generación de escritores; la
10 11
José MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
bauticé hace unos años atrás como la "Generación de Nod" (por La experiencia duró hasta el verano del 2002, cuando el gru-
la revista del taller). po se redujo a cuatro miembros: Jorge López Landó (maestro bi-
lingüe), Mauricio Rodríguez (periodista), Juan Pablo Santana ·
La continuidad de los talleres (administrador) y Ruth Elizabeth (secretaria). Fue una gran expe-
riencia: participaron en lecturas que organizó Amato en el Segun-
El poeta que hereda el Taller Literario del INBAes Jorge Humber- do y Tercer Encuentro(s) de Poetas en Ciudad Juárez (años 2001,
to Chávez. Él se encargará del tallereo por espacio de once años, 2002). Fueron publicados en el suplemento Armario (y publica-
de 1988 a 1999. Este Taller (o promociones de talleres) tuvo di- dos en dos cuadernillos) y en las Memorias del Segundo Encuen-
versos ciclos y diferentes miembros. En él surgieron poetas como tro de Poetas. Una magnífica cuentista que se retiró para atender
Agustín García, Carmen Amato (aunque Carmen ha estado prác- sus negocios (Yuvia Cháirez) fue publicada en la revista Fronte-
ticamente en todos los talleres literarios de nuestra ciudad), Edgar ras. Mauricio obtuvo la Beca Alfara Siqueiros y luego la publica-
Rincón Luna y César Silva (entre otros). ción de su libro Zero Borderland (lchicult, 2002).
Por alguna extraña circunstancia de la vida, Jorge Humberto Al terminar el ciclo del Taller Laesta (que duró casi dos años y
Chávez me pasó la "estafeta" de la coordinación del Taller del medio: de principios del 2000 a mediados del 2002) se inició el
INBA en el año 2000. De hecho, fue un poco antes, en 1999, del Taller del Corazón Verde: un Lugar Común. En él hay prosis-
cuando fui invitado por Jorge a coordinar algunas sesiones del tas (Cristina Juárez, Hiram Rodríguez Reyes, Emma Vázquez
Taller del INBA. Ríos), poetas (Osvaldo Ogaz Meléndez, Susana Chávez -que ya
Asistí a cinco reuniones y así pude conocer más a Édgar Rin- salió del taller-}, y escritores que practican ambos géneros (Ruth
cón Luna, César Silva, Jorge López Landó, Juan Pablo Santana y Elizabeth González Ramos y Bias García Flores). Son talleristas
a Lily Olivas. Mi coordinación del taller coincidió con otro proyec- que han mantenido constancia en el trabajo, en la asistencia (que
to cultural que en esos días apenas andábamos planeando: el su- a veces por razones circunstanciales es difícil mantener), en la
plemento literario Armario de la revista Semanario. Una cosa producción literaria (en estos casos cada quién tiene su ritmo y su
ayudó a la otra. musa) y en la camaradería (parece que el punto de reunión y re-
Así, desde enero del 2000 he viajado cada quince días desde tiro espiritual sigue siendo un antro de vicio etílico muy popular).
Las Cruces, Nuevo México (casi cien millas de ida y vuelta), a El Taller Laesta fue promotor de tres excelentes poetas: Jorge
Ciudad Juárez. La vida del taller tiene sus encantos: se trabaja López Landó, Mauricio Rodríguez y Juan Pablo Santana (anota-
con nuevas generaciones, hay proyectos que cristalizan rápida- dos en orden alfabético). La nueva promoción la constituyen es-
mente (aunque algunos se quiebren, ni modo) y se mantiene viva critores con propuestas muy interesantes (me refiero a Susana
la tradición talleril. Chávez, Osvaldo Ogaz, Bias García Flores y Cristina Juárez Díaz
(Recordemos.) La primera reunión del taller coordinado por de León), junto con escritores que inician sus primeros pasos en
mí fue el día 29 de enero del 2000. Acudieron diez de los trece la literatura.
solicitantes. Hablé acerca de mi método de trabajo y las metas La idea es continuar la herencia dejada por David Ojeda, no
que teníamos a corto y largo plazo. Les expliqué a cada becario malograr este esfuerzo de años, trabajar para que se formen nue-
sus responsabilidades: traer a cada reunión, por lo menos, un tex- vos poetas, nuevos críticos, nuevos cronistas, nuevos prosistas.
to con fotocopias para todos. Cada tallerista leerá a su turno y Trabajo difícil. El darwinismo estético se impone. Al final del día
luego escuchará (en silencio y sin tomar una postura defensiva) (por no decir "al final de la jornada": un lugar común y qué ho-
las críticas o sugerencias que se le hagan a su trabajo. Aceptará las rror, no) la suma de reduce a unos cuantos.
sugerencias que mejor le ayuden y se encargará posteriormente ¿para qué sirve un taller literario? En nuestro caso, el Taller
de cepillar y limpiar su texto. Literario del Museo de Arte del INBA de Ciudad Juárez, en sus
12 13
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
veintitrés años de vida ha servido para crear buenos lectores, un mayo del 2000 y número 38, noviembre del 2000) y en los dos
puñado de excelentes poetas y otro de promotores culturales. Cuadernillos de Armario.
Lectores, autores y promotores han creado a su vez otros talleres, · Juan Pablo Santana. Nació en Ciudad Juárez el 23 de junio
revistas literarias, suplementos culturales y encuentros nacionales de 1972. Tallerista del INBA desde 1998. Licenciado en adminis-
para que otros escritores, tal vez talleristas jóvenes, recién antolo- tración de empresas. Becario del ITESM. Ha publicado reseña de
gados o publicados en Tierra Adentro o la editorial más próxima cuento. En 1989 y 1990 obtiene (respectivamente) el segundo y
al bolsillo o al corazón. Sirve para establecer comunicación, inter- primer lugar en el Concurso de Colegios de Bachilleres en el gé-
cambio de libros, amistades, gustos, acuerdos, mutuas fascinacio- nero del cuento. Participa en el IIIEncuentro de Poetas en Ciudad
nes o francos desencuentros. Un taller (bien manejado) es un se- Juárez del 11 al 13 de mayo del 2000, así como en la lectura de
millero de posibilidades (que no de promesas) a corto, mediano y poesía del día 9 de junio, auspiciada por el INBNichicult, y en la
largo, larguísimo plazo. Quien apueste por los talleres lo hará por lectura del 24 de junio de ''Arte en el parque", auspiciado por el
la organización de los creadores en metas más o menos ambicio- Ayuntamiento de Juárez 1998-2001. Otras publicaciones: "Las
sas: leer, escribir, publicar, o sus extremos: convertirse en busca- páginas bien dobladas", en Cuadernillos de Armario n. 1 (11 ma-
premios o maquinitas de publicar cosas buenas, malas, regulares. yo del 2000); "No tanto como el amor", "¿Te vas?", "Te perdí",
En caso de dudas, recuerde usted: el taller de arte forma pin- en Armario n. 15 (12 junio del 2000). "Las páginas bien dobla-
tores; el taller literario, se supone, debe formar escritores. Lo de- das", en Cuadernillos de Armario n. 2 (24 junio del 2000). Ade-
más es una ganancia demasiado extra (ordinaria). más, Santana es conocedor de textos bíblicos, biografías de pa-
nistas, administrador de dineros y razoñador certificado.
Y ahora ... presentación de becarios Mauricio Rodríguez. Nació el 30 de julio de 1975 en Torreón,
Coahuila. Es periodista. Reportero del periódico Norte de Ciudad
Yuvia Hernández Cháirez. Nació en Ciudad Juárez el 1 de sep- Juárez. Ha participado en el III Encuentro de Poetas en Ciudad
tiembre de 1977. Médico-veterinaria zootecnista por la UACJ. Ha Juárez (11 al 13 de mayo del 2000), en la Feria Binacional del
publicado en El Diario de Juárez, La Caloría (revista de la carrera Libro en el Museo de Arte e Historia del INBA (Ciudad Juárez,
de nutrición), en Armario (números 12 y 32), en los dos Cuader- diciembre del 2000). Ha publicado en Armario n. 1 (8 mayo del
nillos de Armario (11 de mayo y 24 de junio). También en el libro 2000) y Armario n. 2 (24 de junio del 2000) y también en el Cua-
Memorias del Segundo Encuentro de Poetas en Ciudad Juárez dernillo de Armario n. 1 (11 de mayo del 2000).
(UACJ-lchicult,2000) y en la revista Fronteras (número 18, otoño Patricia Arellano. Nació en Ciudad Juárez en 1974. Egresada
del 2000). Ha leído en diversos foros, unos promovidos o apoya- de la carrera de ciencias de la comunicación en la UACH y ade-
dos por el ayuntamiento juarense o por el INBNlchicult. Antes de más actriz de teatro. Trabajó como coeditora de secciones cultura-
ser tallerista participó en el Segundo Encuentro de Poetas en Ciu- les del periódico El Mexicano. Actualmente es promotora cultu-
dad Juárez; luego, como becaria del taller, estuvo en el Tercer En- ral por el lchicult.
cuentro de Poetas en Ciudad Juárez. Bias García Flores. El Bias García profesionista: primero que
Jorge López Landó. Nació el 26 de diciembre de 1973 en nada nació en una colonia del poniente de Ciudad Juárez un 21
Ciudad Juárez, Chihuahua. Licenciado en ciencias de la comuni- de agosto de 1975. Licenciado en ciencias de la comunicación
cación por la UACH. Diplomado en recursos humanos por el Ins- por la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma
tituto Tecnológico de Monterrey, campus Juárez. Es traductor y de Chihuahua, campus Juárez. Estudiante del diplomado en gé-
maestro de inglés. neros literarios por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Jorge ha publicado en El Hocicón Nocturno (Tijuana, 1993), Actualmente es asesor técnico del Ichicult en Ciudad Juárez y ha
Palabras (números 1 y 4, UACH, 1994), Armario (número 11, publicado en Armario (números 127, 143, 145 y 146).
14 15
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
16
José MANUEL GARCÍA-GARCÍA (coMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
26 27
JOSÉ MANuEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
CIUDAD DE CIERTO, RÍO
la vuelta del aire que sostiene viva
cada hoja que seca se desprende de su roble Comparecencias al inicio de la calma
cada sueño que pienso y reconstruyo
cuando el despertador me acumula los regresos
De la primera precisión
y me desprende a la frontera de lo incierto
puedo elegir el riesgo
cada vez que amanece en este invierno sin nieve.
llamándole abandono
a la nostalgia
Soñar la noche
chingadamadre.
retrato infiel de lo que es la deriva
sonrisa que busca espacios vacíos
Bosquejo de Susana la noche para así escaparse
otorgándole a la calma
Sangre es el amor Susana
cada momento que cabe
sangre como el odio
cada mirada que aparta
que se lleva entre las piernas
esta claridad que no se comparte
ventana que da paso y cede
entre rendijas en él
y la rima de siempre
ojo dé de Dios
ciego como el camino es respuesta que a nadie convence
-el que-
perpetuo
interminable fuerza de labios para contener la hora
en el perfil con ciertas ganas
a media luz es
abandono reformando este paraje.
deja la ciudad atrás Susana, déjala
que el mundo viva su guerra 11
Del segundo llega la forma
que los niños de la calle sigan matando su muerte
date cuenta visión descriptiva
el agitar de íos pretextos
espíritu de luz es despedida
siempre bella que alguna vez serán poemas
unas palabras para no acordarse
que uno siempre recuerda de la espalda va un recoveco a musitar
el lamento de los lobos
lo que creemos
alguna vez dejamos atrás otra vez el ánima se hace presente
séase indescriptible
es la ciudad Susana es la ciudad
lo que nos marca por siempre
anacrónicamente
los indicios de nostalgia.
que la vida firme
este papel
soñaré que no hay sueños
al instante en que el cansancio se me escapa.
28
29
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
CIUDAD DE CIERTO, RÍO
111 Titán
Va del labio a la piel una serpiente
-la fábula es un juego del instinto- Llégala como baila
Y a mí me queda la relatoría de los instantes sonora esta parkeada
hay algo que clama por la calma (pérfida)
medidas de la noche justo a nuestro lado
que se apegan a escuchar el corazón. los gabachos chapuceros
la arman de borlo en el bordo.
Ignorante de lo que más se añora
vengo como nuevo visitante Tapita a la brizna los chispa
anexo pal trompo es el machín rin.
silente
sin rostros que agradar Guitarra, tandito, el clavo
soy yo el que ahora observa ante este espejo Chavita saca la carcacha.
La rima ramera es:
caricia que no se puede tocar. Su dicha.
30 31
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
Caracterizada la pelona portes del Valle de Juárez, 1-A, 1-B, Ruta 4, Circunvalación, 27
alegra breve esta huida Tec, Ruta 30, etcétera, etcétera).
ábrela como camino los años Un profesor en la secundaria nos dijo una vez que lo más in-
porque medianoche es nada. seguro era subirse a una rutera; ahora comprendo que no tenía la
más mínima idea de lo que hablaba, porque, que yo me acuerde,
nunca lo vi treparse a una; y uno de los doctores de la escuela de
Prosa veterinaria nos dijo que el precio que uno pagaba para subirse a
una rutera era relativamente poco, pues por uno cincuenta (de
ese tiempo) de pasaje, obtenías: masaje, baño sauna, discoteca,
Yuvia H. Cháirez un paseo que ni Reino Aventura podía superar y transporte ... cla-
ro, esto de personas que nunca les pasó lo que a mí...
Danny
Ahora la historia
Escribo esto desde el asiento trasero de mi camioneta en la com- Resulta que estoy sola esperando la rutera ("ruta", pa ahorrar sa-
putadora portátil (laptop) que me ha prestado un amigo. Lo que a liva). él.a calle? Una de esas que podrían estar dentro de una clá-
continuación se darán el gusto de leer es solo una versión de los sica película barata de terror. Son las diez de la noche en un típico
hechos, un preludio de la historia; digamos, pues, un resumen. invierno enjundioso de Ciudad Juárez, que traducido quiere de-
Sin el mismo la historia no tendría la cachondez que realmente cir que está bien oscuro y las luces de la calle no sirven ni de chis-
tiene. Si han viajado en camión urbano (rutera) comprenderán lo te. La razón por la cual me encuentro yo en este predicamento es
que intento explicarles... · por culpa de la mugre Elva. Elva es mi amiga del alma, por lo cual
la he visitado esa tarde, y con eso de que nos platicamos los chis-
¡Ruteras! mes, la vida, que si quieres tamales, que si quieres buñuelos, que
Yo solía viajar en los llamados "transportes urbanos", que cobra- mira el regalito que te traigo y todas esas cosas, se me hizo tarde,
ban uno cincuenta -ahora tres pesos- por viaje, en el cual podías y para rematarla, nadie en mi casa. En fin, mi amiga me dice que
ver todo tipo de cultura urbana: desde los clásicos viejitos que ba- tiene que irse a trabajar( ...) y que cerca de su trabajo pasa el ca-
jan en el IMSS, hasta las señoras fodongas que van y vienen del mión. Bueno, iqué remedio!, ¿verdad? Nos vamos a la dichosa
S-Martes de frutas y verduras, pasando por las colegialas relajien- parada; mi amiga se va a su trabajo y me deja sola, a mí y a mi
tas, los niños llorones, los cholos tronándosela en la parte trasera, alma. Ni un maldito carro pasa, mucho menos la famosa ruta y
los obreros a las cuatro de la tarde, los borrachos de todos los yo me digo a mí misma: "Misma, le vuelves hacer caso a la jija de
viernes, los vendedores, la señora que no tiene para la amputa- su re pinche madre de Elva". Estoy a punto de darme por vencida
ción de su pierna y, iay!, imiren qué fea la tengo ya, pa que vea y largarme caminando hasta llegar a un teléfono cercano, cuando
asté que no digo mentiras!, vendo chicles, mentiras, dulces, ga- de la nada (y digo "de la nada", porque no la vi venir) aparece la
rampiñados, sueños, ilusiones, frustraciones, reniegos, chocola- famosa ruta.
tes, paletas a peso, y que una canción y "ai" con lo que guste co- -iCentro! -grita el joven rutero al abrir la puerta.
operar, payasitos de seis siete años, venimos de un centro de re- Aunque temerosa porque el camión va solo, realmente no
habilitación pa drogadictos, ¿vedá?, y pos yo era uno de esos tengo de otra sopa más que de esa y me subo. Le pido por favor
cholos que no creía en Dios, évedá", pero Dios es amor, es per- que me de oportunidad de pagarle en unos minutos, a lo que ac-
dón, évedá? ... Un sin fin de circo, maroma y teatro llamado como cede con una sonrisa. Y allá vamos. el.a estación de radio? La de
fuera que se llamara la rutera (Permisionarios Unidos, Autotrans- los Laboratorios Carnacho ("¿Sufre usted de cansancio? Pruebe
32 33
JOSÉ MANuEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
las vitaminas B-7 que Laboratorios Camacho pone a su servi- _¿Cuántos años tiene?
cio..."). Yo estoy que pillo de miedo. Desde chiquilla esa estación -Dieciocho.
me ha causado un espanto horrible. El chofer entonces le cambia -Yo también. ¿Es de aquí?
a una estación de oldies en inglés, en frecuencia de AM, que tra- --Juaritos cien por ciento, sí.
ducido quiere decir que salimos de Guatemala pa caer en gua- -Son raros ya los que son de aquí. Fíjese, yo conozco un
tepeor. montón de veracruzanos, torreoneros, chilangos, chiapanecos,
__¿Tiene miedo? -me pregunta sonriente. sonorenses y tamaulipecos, pero usté es la primera juarense que
-Sí -respondo. conozco, la neta ...
"Tonta", me digo a mí misma, "este sujeto es un perfecto des- -Me halaga. Aquí tiene lo del pasaje -digo, estirando el
conocido". brazo para pagarle.
-No tenga miedo -me dice-. Yo no le voy a hacer nada. -No, así déjelo.
Mire, esa gente mala nos da una reputación fea a los honestos, -Lo van a regañar...
neta. -A mí no me regañan. Más bien yo los regaño a ellos...
__¿De verdad? Llegamos a mi parada. Antes de que yo diga "bajan", Danny
-Me llamo Daniel, pero me puede decir Danny. ¿y usté? detiene la ruta y abre la puerta. Aquí es donde comienza lo tene-
-Diana -mentí. broso de todo el asunto, pues al bajarme, piso la banqueta, me
-Mucho gusto. Oiga, ¿qué anda haciendo a estas horas tan acomodo las bolsas, y al volverme a ver al camión, este desapare-
sola? De seguro viene de ver al novio ... ce a media calle, tras un gran hoyo negro rodeado de luces rojas,
-¿Cuál? mismo que se vuelve a cerrar una vez que el vehículo ha pasado.
"iClaro!", me vuelvo a decir a mí misma. "iCuéntale toda tu Yo estoy que pillo de miedo, cuando escucho a los ruteros de la
vida, tarada!". ronda nocturna a mis espaldas. Me vuelvo a ellos y uno me dice
-Pos yo pensaba que una muchacha tan bonita como usted entre sonrisas:
debe tener algún novio por ahí. .. -Por usté ha de volver el condenado chamuco. Solo por us-
-No, puros amigos cariñosos ... té.
-Órale ... Desde entonces duermo con las llaves de mi carro y un cruci-
Se detiene en una parada. Aunque hay mucha gente, nadie fijo bajo la almohada. En cuanto a Danny ... ya van varias veces
se sube. Seguimos el camino. que lo he visto saludarme desde el retrovisor de mi camioneta ...
-Oiga, de puedo hacer una pregunta? -me dice.
-Sí.
__¿Le gustan los Beatles? El fin del mundo
-Mucho, épor qué lo pregunta? A los compañeros de Veterinaria
-Por la camiseta. Está padre ... ¿y le gustan o es pura moda?
-No, me gustan de ley... 6:30AM
__¿cuál es su canción favorita? iAy qué pinche cruda! Ese es el saludo de mi cerebro al abrir los
-In my lije -respondo, y aunque parezca extraño (crnásr}, ojos. En verdad que nunca antes la cama había estado tan calien-
la canción suena en la radio. tita y suavecita como el día de hoy, miércoles, del mes de junio. El
Danny le sube mientras ríe y me dice: primero en decirme "ibuenos días, güey!" es el tapado excusado
-Bruja. del baño. El espectáculo verde-amarillento que salió de mi boca
Al terminar la canción, otra pregunta: solo provocó que le procediera otro espectáculo amarillo-verduz-
34 35
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
CIUDAD DE CIERTO, RÍO
42
43
JOSÉ MANuEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
-Ya te dije. No es que tenga miedo, y menos a ese güey, pe- Salimos del baño y nos dirigimos a la calle. Ahí estaban los
ro la verdad es que sí me tiembla. compas de López esperándome para que no me fuera a ir para
-iEres un culo! No te·rajes, tú nomás en cuanto se te deje otro lado. Cada paso que daba me sentía peor, creí que me iba a
venir pártele su madre a ese cabrón. desmayar, las piernas me pesaban mucho y las manos me esta-
-Ajá, como si fuera tan fácil. ban sudando demasiado. Llegamos a donde habíamos acordado
-lQué, ahora me vas a salir con que ya no quieres darte ese y puse mi cara de matón. García amenazó a López diciéndole
tiro? que por lo menos le iba yo a romper la nariz de un trancazo, lo
-Acuérdate de cómo le dejó el ojo al chavo del "B". cual me hizo temblar de nervios. Recibí un puñetazo en la mejilla
-No seas joto. ¿cómo sí pudiste sonarte a Marco? izquierda. No me caí pero di unos pasos hacia atrás. Después una
-Eso fue el año pasado, cuando estábamos en sexto... patada en la pierna derecha y un empujón. Ese sí me tiró, me fui
_¿y qué chingados? Neta que te estás viendo medio mari- de nalgas y todos se rieron de mí. Todos menos García quien me
cón. gritó que me parara y le partiera el hocico al pendejo de López. A
-iTampoco, tampoco! Nunca me he rajado y tú me has visto lo mejor fue el haberme caído de sentón. o el hecho de que se
pelearme, no te hagas. rieran de mí, no estoy seguro, la cosa es que ahí fue cuando esta-
-Pos eso sí. Pero de todos modos, si no te das el tiro ahorita, llé. Me le dejé ir a López con todo el encabronamiento que pude.
López te va a trampar el lunes. Primero le di un golpe en la frente, y cuando se puso las manos en
-Es que ... la cara me le aventé encima. Nos caímos y yo estaba arriba de él.
-iEs que nada! Ándale, zacatito pal conejo mis güevos. No supe cómo pero empecé a darle de chingazos en la cara. En
-Bueno, sin llorar. Si me chinga me chingó. eso uno de sus amigos me tiró una patada en la espalda; García
De repente llegó a mear Poncho, el primo de García. Estaba lo empujó y entonces a él le aventaron un mochilazo a la cabeza.
en otro grupo, pero siempre se nos pegaba. Eso sí, aunque andu- Se cayó y empezó a llorar. Me enfurecí y vi que la mochila se ha-
viéramos nosotros en las bicis o en la patineta, él andaba muy bía abierto a la hora de caer al suelo. Cogí un compás que estaba
peinadito, no le gustaba andar cochino. Se me hace que su mamá tirado y se lo enterré en el cuello al niño que le había aventado la
lo peinaba con un gel especial porque siempre traía el pelo muy mochila a mi amigo. Le salió un chorro de sangre bien fuerte que
raro, como de colores. me manchó la camisa. El niño se cayó y se retorcía rete gacho.
-lQué mi Jorge, listo pa que el López te ponga una joda? Parecía que quería gritar; no se quitaba las manos del cuello y
-iGánele de aquí Ponchillo, no esté fregando! El Jorge le va hacía un ruido como de un gato cuando lo acaricias. Me agaché y
a ganar a ese puto, vas a ver. lo empecé a picar con el compás.
-Hasta crees. Lo mismo dijeron los otros batos a los que les Todo fue tan rápido que ni me fijé dónde se lo clavé, creo que
partió su jeta. Acuérdate del. .. fue en la mera panza y en el pecho. Ninguno de los niños que
-iYa estuvo! Vamos a que le pongas sus patines a ese hijo de estaban ahí se metió. Le di hasta que me cansé, ya no se movía.
la chingada de una vez. Luego llegaron unas señoras y me jalaron de la camisa, eran ma-
-Sí, pérate tantito, García, nomás dejo tiro el agua. más de los otros niños que estaban ahí. Una de ellas empezó a
-Es el miedo que ... gritar como histérica; yo ya tenía las manos llenas de sangre. Gar-
-Que te vayas de aquí, Alfonso, o le digo a mi tía lo del re- cía estaba llorando y López nomás se me quedaba viendo. Todo
porte que te pusieron, ¿eh? estuvo muy raro. Llegó la farola y una señora les dijo a los polis
-iMe voy, me voy! No le digas nada a mi mamá. que yo había sido el que lesionó al niño que estaba tirado en el
-Bueno, ya vete pues. suelo. Me treparon y me trajeron hasta aquí, luego una señorita
44 45
.•
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
CIUDAD DE CIERTO, RÍO
me pidió mis datos y hablaron por teléfono a mi casa para decirle -Pero es que yo no quería matar a ese niño, padre; ni siquie-
a mi familia lo que había pasado. Después llegó el padre a platicar ra sé su nombre. Ayúdeme a salir, no sea malo, ándele, por el
conmigo, pero nomás me estuvo regañando y tirando un sermón amor de Dios.
medio chafa.
-iClaro, nomás eso me faltaba! Ahora sí hablas del amor de
-Te digo que entiendas; lo que hiciste estuvo mal; no es dig- Dios. Tienes qué entender que yo estoy aquí para ayudarte, pero
no de alguien que siga las enseñanzas del hijo de Dios. Pero, bue- al parecer no quieres aceptar mi ayuda. A ver, ¿cómo no pusiste
no, ya que me terminaste de dar santo y seña de todo, dime, ltú Ja otra mejilla cuando te golpeaban; que acaso no fue eso lo que
qué sentiste, hijo? te enseñaron en el catecismo? ¿Nunca habías oído que Jesús pu-
-Nada, poquito calor, pero nada más. so la otra mejilla cuando lo abofetearon?
_¿y estás arrepentido de lo que hiciste? ¿Entiendes el peca- -Una vez en misa escuché algo de eso, pero creí que no era
do que cometiste? cierto.
-Sí, padre. Sé que no cumplí con el mandamiento ese de -Pues ya ves que sí, y cuídate, aquí hay gente de todo tipo.
"no matarás". Ponte abusado, no dejes que nadie se te acerque cuando estés
-Exactamente, pero no te preocupes. Aquí nos reunimos to- dormido. Hay otro pasaje bíblico que dice que cuando fueron a
dos los sábados para tener una asamblea de oración y podrás re- arrestar a Jesús, uno de sus discípulos tomó una espada y le cortó
zar para el perdón de tus pecados. Ja oreja a uno de los oficiales que estaban ahí para llevarse a Je-
-Mi agüelita dice que Dios es amor y que perdona todo, ¿no sús, y él le dijo que guardara su arma, porque el que a hierro ma-
me voy a ir al infierno, verdad? ta, a hierro muere. ¿No habías oído eso nunca? Piénsalo. No sería
-No, si te arrepientes de corazón tus pecados quedarán per- nada raro que alguien tratara de hacerte daño; tú atentaste contra
donados. la vida de un semejante y tuviste éxito. Dios es justo, y por algo
-Ya entendí, entonces, si hago lo que yo quiera, aunque permite que ocurran las cosas, lo a poco creías que lo que hiciste
sean cosas malas, si me arrepiento, éde todas formas voy al cielo? fue una coincidencia? No señor, lo que tú hiciste, ese acto tan
-iYa te dije qué no! Mira, hijo, Dios es amor, pero no es ton- malvado y con el cual ofendiste a Dios, fue obra del maligno.
to. Si tratas de engañarlo estarías perdiendo el tiempo. Solamente -GQué? No, padre, no es cierto. Yo no quiero que me pase
él sabe y conoce la verdadera naturaleza de nuestros actos. nada, de veras. Sáqueme de aquí. Yo no le quise hacer daño al
-Ah, ya veo. otro niño. No fue mi intención lastimarlo. Ándele, no sea gacho.
-Eso espero, y ahora cuéntame qué piensas hacer para ga- -Ya es muy tarde para eso, ¿no crees? Solo te queda arre-
narte el perdón de Dios Nuestro Señor. pentirte y rezar para que nada malo te suceda. Yo ya me voy, so-
-No sé todavía. Mis papás están muy decepcionados de mí. lamente vine a recoger unos papeles y a conocerte. Mañana ven-
Y aparte voy a pasar muchísimo tiempo aquí adentro. Yo creo go para coordinar la asamblea de oración; espero verte por ahí. Y
que mejor me dedico a aprender algo. Parece que hay un taller no se te olvide rezar, es lo menos que puedes hacer para redimir-
donde enseñan carpintería y otro de estructuras metálicas. Me te.
dan ganas de meterme a uno de los dos para aprender algo y que -Está bien, padre, voy a rezar para que nadie se meta con-
el tiempo se me pase más rápido. migo, pero eso sí, en cuanto se me acerque alguien con malas in-
-Bien pensado, Jorge, bien pensado. Aunque en ocasiones tenciones, neta que sí le parto su madre.
llegues a creer lo contrario, cinco años aquí en el tribunal te van a -GVes a lo que me refiero? No eres capaz de aceptar el casti-
hacer mucho bien. Ya verás, ya verás. go divino que Dios te envía. Ten fe y todo saldrá bien. Ten fe en
nuestro Padre Dios.
46 47
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
-Sí, lo que usted diga, padre, lo que usted diga ... su mesa de trabajo, en la caja de sorpresas que le representaba
Luego pasó el tiempo, mi campa. Estuve yendo como tres una palabra de consuelo.
meses a la asamblea de oración, pero nomás nos regañaban y Situado como un híbrido de varios estilos artísticos, describía
nos hacían sentir rete feo con todo lo que nos decían. Al cabo de incansablemente su afán por no catalogarse en una sola corriente
un año hubo una bronca entre los internos en una cascarita de fut artística, pero a pesar de su experiencia fantástica -dicen que lle-
que nos estábamos aventando. Todo estaba más o menos contro- gó a tener dieciocho personas a su cargo, entre herreros, albañiles
lado hasta que entre la bola piqué a un bato con una punta que carpinteros, que no sabían lo que construían pues solo seguían
me trajo una vez mi carnal. Los guardias me vieron y después de las indicaciones- su relación con la complejidad de los sentidos
darme una calentadita me cambiaron de celda. A las dos sema- cada vez fue más estrecha.
nas recibí una segunda sentencia porque el mono al que piqué se Siempre metido en la cara de los extraños, su carta de presen-
murió. Ahora nomás estoy esperando a cumplir los dieciocho pa- tación era una sonrisa amable con la que se ganó el cariño y el
ra que me trasladen a la jaula de adultos donde me voy a aventar respeto de los que le vieron hacer sus gráficas mentales en plena
otros diez años. Pero bueno, yo ya le dije lo mío, campa. Usted se calle. "Palabrerías", decían algunos, mas todos coincidían en que
ve como de unos trece o catorce años, ¿por qué está aquí? su forma de hablar tenía "algo" que irresistiblemente atraía al es-
pectador furtivo.
Él fue felizcon su trabajo de artista urbano. A diferencia de los
Mauricio Rodríguez virtuosos, nunca tuvo que ensuciarse las rodillas para pedir un
poco de reconocimiento en los grandes círculos intelectuales de la
El Mago (bajo el sombrero) ciudad. Sí, él como artista se arrodilló, pero en la más oscura va-
guedad de su conciencia artística, allí es donde se quedó enreda-
A Sergio Ávila do entre dilemas que jamás -los que le conocimos- llegamos a
comprender.
Nadie lo conoció así en ese entonces. Siempre bajo el sombrero, Le llamábamos el Mago por su facultad extraordinaria de ha-
el Mago ocultaba la armonía de los sonidos, esos que la paz inter- cernos ligera la carga de los días; siempre tenía el antídoto exacto
na siempre escucha y confunde con halagos; bajo el sombrero con base en sus palabras complejas y a sus extraños ritos de so-
hacía la duda presente como marioneta en un teatro vacío espe- brevivencia. ¿su nombre? Eso es lo que menos importa. Es uno
rando un aplauso que no llegaba a emitirse, esperando algo que de esos tantos desafortunados que sin querer es homónimo de
le llevara al éxito o a la derrota definitiva, buscando en su perpe- esos ilustres personajes que aparecen en la nota policiaca, "Dany
tuidad el único acto que no se atrevió a realizar. Flores", "Pablo López": podría ser cualquiera, pero creo que to-
Bajo el sombrero guardaba sus pesares. Lacerada iba la año- dos los que le conocieron estaban conformes con la idea que su
ranza por el viento y el mago, cansado, aturdido, se reducía en la nombre real era el Mago.
forma en que la vida se llevaba a cada día las promesas, viendo El Mago. Alguien me contó una de las muchas versiones que
desfilar las imágenes de amigos que hoy solo vivieron en su men- se cuentan, que ese nombre se lo habían otorgado a raíz a su afi-
te, como personajes o extraños seres de una obra borgiana. ción a los sombreros.
El cuarto donde vivía el Mago era como un intestino desga- Blanda y manejablemente, cada mañana muy temprano se
rrado, donde la podredumbre hacia su tierra prometida y callada levantaba para recorrer las calles lleno de la más completa inspi-
recorría sus malas noches, y reconocía cada uno de sus buenos ración, pues -según él- todos los días eran el gran día.
actos, y trataba de darle una explicación al error de su desespe- "La creación más hermosa la lograba de lo que transcurría a
ranza, colocando siempre las dudas como invitadas especiales en su alrededor", decía. Las páginas de lo cotidiano fueron el mejor
48 49
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
bató y que aún los tiene en su poder, por lo que regresan a la dos suficientes para pagar la deuda, así que Norma llamó a la po-
recámara para pedirle que devuelva el dinero. José Luis se des- licía. Tanto Ismael como Elvira se niegan a ir a la delegación. La
pierta al escuchar la discusión y decide intervenir. Pide a Ismael policía se fue; que José Luis se arreglara con el lío, que no valía la
que devuelva el dinero. Ismael dice que ni siquiera los ha visto; pena hacer un problema mayor por quinientos pesos.
entonces las miradas se vuelven a Elvira, quien se mete al baño. -Ya me cansé de este pedo --dice José Luis y comenzó a
Cuando regresa continúa la discusión y firmemente acusa a Is- dar de golpes a la pared-: Quiero mi lana y la quiero ya.
mael de haberse quedado con el billete: Los demás se intimidaron; sabían que era bueno para pelear
-Él lo tiene, ese güey es bien ratero -asegura. y que de más joven había subido al ring, por lo que decidieron
juntarle el dinero entre billetes chicos, monedas, dólares y pesos.
11 -Cómo que no iban a parecer --dijo, sonriente.
Blanca (amiga de todos los implicados) le comentó tiempo atrás a
Norma que la Gorda, como apodaban a Elvira, le había robado IV
un billete de veinte dólares que sacó de su bolsa, mientras Blanca Norma se despide. Todos regresan a dormir, hasta Mariana que
iba por cerveza y cacahuates a la cocina. Blanca la vio, pero no se había despertado al escuchar el alboroto.
dijo nada; se sintió apenada; solo dejó de invitarla a su casa. A la mañana siguiente José Luis entra al baño y se sienta en el
A Ismael, por otra parte, solo bastaba recodarle quién era; inodoro. Lo primero que ve en el tapete, bajo sus pies, es el billete
meses antes lo culparon de haber robado el televisor portátil de de a quinientos. Se echa a reír y dice:
Mariana. Era una de esas tardes en que todos salieron, menos Is- -Ya hasta estoy cagando lana.
mael; solo el compadre de José Luis pasó a visitarlos para invitar- José Luis llega al trabajo; está desvelado aunque de buen
los a cenar; como no los encontró, decidió esperarlos y se tomó humor. Termina su jornada y llega a casa; ve en el patio a Elvira y
un café con el muchacho; se cansó de esperar y se fue. Los dos se a Norma tomándose unas cervezas. Se sienta junto a ellas. Des-
culpaban mutuamente. Al compadre se le conocían mañas; ya pués de un rato saca de su bolsa el famoso billete, ríe y dice:
tenía antecedentes entre sus conocidos como gandalla, ventajoso -Yo invito las otras.
y ladrón, por lo que de esa situación tampoco se aclaró nada.
72 73
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
que traía. Recuerdo cómo devoró al ratón que se metió por equi- agua caer sobre mi cuerpo borrando cada beso, cada caricia, ca-
vocación al cuarto; fue un. festín. da mirada, purificándome, llevándome a un sueño, a mi sueño,
Mis vecinos lo querían mucho. El viejo Abelardo -que tenía el qué pinche sueño ... Es que me puse tan borracho que lo primero
estómago a punto de reventar por su afición al alcohol- era real- que hice al llegar a la casa fue irme a la cama. Es mejor que ya me
mente grotesco. Y doña Meche, que yo no sabía si estaba viva o levante.
muerta, aunque por lo menos el olor ya lo tenía. No pensé en ese Corro por el pasillo para llegar al baño; voy descalzo y en ro-
cariño honesto que le tenía a mi mascota cuando la estrellé contra pa interior; cuido que mi sobrina no me vea. Algo extraño pasa;
el suelo. abro el agua caliente pero nada; de seguro el bóiler se apagó; ten-
Hoy desperté creyendo que todo había sido un sueño, pero dré que bañarme con agua helada. Otra vez intento, pues, con el
no, la sangre estaba ahí. Su cuerpo abierto no he dejado de pa- agua fría; de verdad lo intento; me fijo bien, es la llave del agua
tearlo. fría; espero el chorro pacientemente, pero no sale nada. Reviso
No puedo quitarme de la mente la imagen: el recién nacido, en el lavabo; misma respuesta: no hay agua. Se me hace tarde;
muerto ya, sangrando, en las fauces del bruto animal. No lo perci- miro en el espejo; recuerdo lo de ayer; qué mujer la de ayer, Veró-
bí bien en un primer momento; de hecho creía que se trataba de nica. Me dijo que vivía en el poniente de la ciudad, igual que yo,
un gato (hasta me dio gusto y asombro ver cómo era tragado), qué coincidencia.
pero no. Me acerqué bien y pude ver la escena: el pequeño hu- Vuelvo a mi realidad. No hay agua ni para bañarme ni para
mano despedazado en el suelo era disfrutado por mi infeliz ami- lavarme los dientes ni para nada. Deposito una gran cantidad de
go. la propia en la tasa del excusado. "¿Qué haré?", pienso mientras
¿En qué bote de basura lo encontró? ¿Quién, puta madre, lo meo. iAh, ya sé! Iré a casa de mi abuela, al fin que no está lejos de
dejó por ahí? aquí, sirve que de una vez le pido de desayunar, al cabo llegaré
tarde al trabajo. Así que me visto con la ropa de ayer y agrego una
gorra para que no me vean el cabello esponjado, lentes oscuros
El día en que se acabó el agua en la colonia para evitar la luz del sol y mi cambio dominguero.
La gente que me cruza se queda viéndome con un gesto de
Mamá siempre ha sido muy paciente para todo; no hay nada que reprobación, y es que en ese preciso momento me doy cuenta de
le sobresalte, ni siquiera los dolores, que ya es mucho decir; ella la tragedia: mi camisa, la mejor que tengo (y la más vieja), está
simplemente prefiere aceptarlos como partes de su espíritu. Por repleta de una extraña combinación de vómito, tabaco, cerveza y
las mañanas, después de estarme hablando varias veces desde su quién sabe cuántas cosas más. Me muero de vergüenza. No me
cama con su voz de mujer madura y cansada, llega a paso lento queda más opción que apresurar el paso para llegar a casa de mi
hasta mi cuarto. Hoy hizo lo mismo: abuela, pero súbitamente alguien me toma del brazo:
-Ya es hora, ya levántate. -lQué pasó? ¿A dónde vas con tanta prisa?
-Ya voy -contesté con mis labios llenos de una saliva espe- Era Verónica, la chica de ayer, y era cierto que vivía al po-
sa repleta de gratos recuerdos de la noche anterior niente de la ciudad, igual que yo, maldita coincidencia. No pude
"...tengo que ir a trabajar, tengo que ir... a trabajar ...", balbu- decirle nada, solo la miré, di media vuelta y seguí corriendo más
ceo. rápido que al principio, mientras ella me gritaba, desconcertada,
Solo de recordar cuánto había sudado en la cantina que no- algo que no quise escuchar. Cruzo la calle a gran velocidad; ya no
sotros convertimos en burdel, confesionario, salón de baile, hom- sé ni qué pensar; solo miro al frente. Oigo el aullar de una sirena
bro para la lloradera, entre otras cosas, me daban ganas de me- y luego un grito:
terme a la regadera y quedarme ahí mínimo una hora. Sentir el -iPárate!
74 75
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
Lo que me faltaba. Me detengo; me llevo las manos al rostro; ¿Dónde estará? Cuando era niño me gustaba confundirla con
limpio mi sudor y saludo: mi otra abuela y me reía de cómo no se percataba de ello. De
-Buenos días seguro fue al mandado. No, se fue a bañar a casa de doña Chela.
-Buenos días, joven, ¿a dónde con tanta prisa?-me dice el Lo descubrí en la nota que dejó en la mesa. O sea que tampoco
tipo aquel. aquí hay agua. ¿pero por qué con doña Chela sí...? Cosa de tu-
-Voy a casa de mi abuela -contesto un tanto agitado. berías, pensé. Ni modo. Tendré que ir de acomedido. No me que-
-lCon tu abuelita? da más remedio que cambiarme de camisa; ya no puedo con la
-Sí, señor. pestilencia.
-A ver, ven para acá, pon las manos sobre la patrulla y abre En el transcurso del camino recuerdo que doña Chela es la
las piernas. persona más pobre del barrio, eso sin contar la tragedia de su fa-
Empieza a registrarme y sigue el interrogatorio: milia: sus tres pobres hijos sufrían de problemas mentales muy
-lDe dónde vienes? graves y su esposo había muerto hacía quince cuando le aplica-
-De mi casa, lo que pasa es que se acabó el agua, fíjese, y ron una inyección con el medicamento equivocado, dejando a la
necesito bañarme, por eso traigo mi ropa aquí conmigo para po- pobre seño sola para siempre, soledad que la orilló a dedicarse
derme ir a trabajar. devotamente al párroco de la iglesia de la esquina, quien siempre
-lA trabajar en domingo? Ni siquiera nosotros, güey -me le decía:
dice el guardián del orden mientras sigue registrándome de pe a -No dejes de pedirle a Dios por ti y por tus hijos; ya verás
pa. que te escucha. Ah, y pide también por las ánimas del purgatorio
Me incomoda, me irrita esta situación. Me deja sin dinero. Me y por los que arden en las llamas del fuego eterno.
voy. Camino. Estoy a punto de llegar; paso por la esquina de aca- -lPues no que el infierno no existe, padre?
cias y táscate donde está la piedra de don Nicolás; hace mucho -iCállate y haz lo que te digo, hija!
que no lo veo; no sé dónde esté. Solo noté que en la piedra don- No recuerdo si alguna vez vi fila semejante como la que había
de acostumbraba sentarse había un grotesco mono humanoide; para entrar a casa de doña Chela, ni siquiera las del puente en
algo así como un muñeco inflable vestido a la campirana, quién diciembre.
sabe qué estaba haciendo ahí. -lPos qué están regalando?- pregunté al último de la fila.
Ahora recuerdo lo que me dijo una vez el don: "Cuando tú -Nada, que no hay agua en toda la colonia y más allá, solo
eras niño, tu padre solía traerte a la casa los lunes para que vieras aquí. Hace rato vinieron los de la Junta y dijeron que no se lo
el béisbol con nosotros, y uno de esos días (lunes de serie mun- explicaban, que era probablemente obra de los topos -me dijo
dial) tu padre me robó, me golpeó y me sacó un ojo, mismo que mientras miraba su reloj y echaba un vistazo al frente, desespera-
tú tomaste con la mano y colocaste en su lugar. Si no lo hubieras do.
hecho tendría la mitad de mi vista. Estoy en deuda contigo, aun- Total que empiezo a avanzar en la fila y saco la cabeza a un
que después yo asesiné a tu padre, aún así estoy en deuda conti- lado para ver si encuentro a mi abuela, pero a la única que veo es
go". Eso me dijo don Nico; pobre loco. a doña Chela que se aproxima. Lucía diferente, estaba que no
A veces me pongo a pensar muy seriamente sobre lo que ha- cabía de contenta.
cemos o dejamos de hacer y cómo lo tratamos de relacionar (o _¿Cómo está, doña?
justificar) con cosas sobrenaturales. No dudo de la existencia de -Bien, muy bien, gracias a Dios.
un ser superior, pero no puedo aceptar que tengo un karma es- Ese "gracias a Dios" no era muy común; en ese momento en
pantoso, que me he portado muy mal y que ahora por eso estoy particular valía cada letra de la frase.
como estoy: mojado, sucio, sin dinero y sin abuela en casa. -iQué bueno, señora!
76 77
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
CIUDAD DE CIERTO, RÍO
_¿ya sabes que estoy cobrando cinco pesos por ducha? veía salir a nadie de los que entraban. Me asaltó un pensamiento:
-No, no sabía. puros pecadores. Estoy frito.
-No lo vas a creer, pero el padre tenía razón. Miré hacia atrás y vi a mucha gente formada y pude com-
-iAh, qué bien! prender en ese momento que jamás llegaría al trabajo.
¿y eso qué tiene que ver?, me preguntaba.
-Fíjate que me dijo que rezara con todas mis fuerzas y así lo
hice, de tal suerte que ayer, después de orar, fui a la cama y soñé Ramona Jiménez
que el mismo Dios bajaba y se sentaba junto a mí; pero no venía
solo, venía con unas mujeres muy hermosas que le servían en to- Cuando desperté, ella ya no estaba; era normal. Habían estado
do. Comenzó a hablar: "Graciela, tus súplicas han llegado a mis tocando la puerta:
oídos, y si bien no eres ni la mitad de Job, te has portado bien y -Necesitamos el cuarto.
has sufrido lo suficiente. Yo estoy aquí para ayudarte; así que es- Nunca fumé y aquellas colillas en el cenicero del buró me pre-
cúchame bien: mañana voy a traer la calamidad a esta porción de ocuparon algo (porque tampoco sentía afecto por las chicas parti-
la ciudad; voy a hacer que el agua se acabe en todos lados, me- darias del tabaco). "Debió hacerlo mientras yo dormía", me dije,
nos en tu casa. ¿cómo la ves? Y va a venir mucha gente a pedirte tranquilizándome. Cerré los ojos. "¿No me habrá robado?"; los
de favor que los dejes bañarse, que les regales una cubetita. Ja- abrí bruscamente y me puse a buscar.
más la Junta de Aguas tendrá tantas quejas como mañana, y tú Sobre el sillón de dos plazas estaba un sostén negro que pare-
serás la única beneficiada, cpor qué?, iah! porque vas a vender el cía de niña de doce años, pero eso sí, con sus rellenitos bien pues-
agua a la gente. El precio lo pondré en una cajetilla de cigarros tos. "¿Dónde dejé el pinche pantalón?".
que te entregaré para tales efectos. Tu milagro durará solamente Debajo de la cama encontré una minifalda roja y un par de
tacones del mismo color, y así fui recopilando prendas: blusa ne-
veinticuatro horas".
Mientras doña Chela decía esto, yo no sabía ni qué pensar, gra escotada sobre el ventilador, calzones rosas con encaje y osito
de peluche bordado entre las sábanas, bolsa roja con una enorme
pero estaba buena la charra y seguí escuchándola.
Nunca supe de cosas religiosas, y a lo más que había llegado letra "G" dorada en el centro tirada en la alfombra y entreabierta.
era al sexto círculo del infierno de la Comedia de Dante, por lo -Esta méndiga puta no solo se llevó mi cartera, sino hasta mi
ropa -dije, apretando los dientes.
que todo lo que decía la vieja era muy divertido.
-Pues muy bien -le dije con una sonrisa hipócrita-. Oiga, Todo estaba en silencio. La puerta del baño estaba cerrada y
era la última posibilidad de encontrarla o por lo menos de encon-
¿y a mi abuela no la ha visto?
-iAh!, sí, fíjate que se desmoronó en el agua en medio de trar algo mío. Abrí algo nervioso, pero nada. Solo condones usa-
dos en el bote de la basura y unas heces enormes en el excusado
grandes dolores, pero no te preocupes, tú no tienes nada que te-
que me hicieron salir rápidamente de ahí.
mer -sonrió.
_¿cómo dijo?- pregunté, incrédulo y enojado. -iPuta asquerosa! -grité a todo pulmón.
-Es que se me olvidó decirte que como el agua es bendita, al Mi respiración se aceleró y comencé a llorar como si me hu-
bieran quitado mi juguete favorito. Ciertamente era algo grave,
encontrar cuerpo impuro lo desintegra y solo los de la tribu de
pero no para tanto.
Leví pueden aspirar al baño purificador. Adiós.
Estuve un buen rato preguntándome por qué dejó sus cosas y
Dio media vuelta y se fue.
concluí que seguramente era parte de una red de ladrones bien
Yo estaba que me llevaba la chingada y no por todo lo que
organizados que se dedicaban no solo a robar pertenencias per-
dijo doña Chela, sino porque no me podía salir de la fila que
sonales, sino que, en un acto de cinismo, se disfrazaban con las
avanzaba a buen ritmo. Algo me detenía. Lo peor es que yo no
79
78
JOSÉ MANuEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIEITTO, RÍO
ropas del afectado para apoderarse también del vehículo del mis- Ruth Elizabeth 6onzález Ramos
mo y salir del motel sin ningún problema, lo cual comprobé aso-
mándome por la ventana. Me dejó a pie. Gigantes en el patio
Revisé la bolsa más a fondo. Encontré lápiz labial, sombras,
delineador, un billete de cien pesos que me causó confusión, con- En el origen, todos los gigantes tenían un nombre: Polifemo, Go-
dones y otras cosas de mujeres. Todavía no se secaban mis lágri- líat, Kraken, Ganoko. La mayoría ha dejado huellas mitológicas;
mas cuando comencé a carcajearme: sus muertes y batallas fueron escritas. Nunca escribí sobre ellos,
-iVieja pendeja, olvidó su credencial! -Me retorcía de pla- por eso han venido a despertarme. Reclaman un nombre, alguna
cer. hazaña memorable que les permita existir en algún libro. De todo,
Cuando me calmé, hice un esfuerzo inútil por recordarla de- hay algo heroico que exalta mi recuerdo; se mantuvieron de pie
bajo de mí. Hacía apenas unas horas que me la había cogido, pe- en la crisis del 86. Mi padre no.
ro no reconocía su imagen en la foto. Ellos eran dos. Vivían en el patio del número 5339 de la calle
-Ramona Jiménez -susurré consternado. Magnolia; no socializaban mucho, como yo; nunca apreciamos a
-Pos no me acuerdo, pero ya te chingaste -finalicé recos- "las masas", aunque por masas entendiéramos más de un amigo
tándome en la cama. y un amigo podía ser cualquiera; solo con el hecho de estar ahí,
No sé cuánto tiempo pasó, llamaron muchas veces a la puer- callado uno al lado del otro, otras veces jugando y riendo por
ta: cualquier tontería. Esa semejanza a mí me permitió ser considera-
-iYa es hora, chingada madre, te vamos a cobrar el doble! da su amiga; ¿por qué no?, también vivíamos en la misma casa y
-gritaban. me agradaban más que cualquiera de mis hermanos. Tal vez, me-
Yo estaba enloqueciendo. Vi en el espejo del techo a una mu- nores en edad, su tamaño era sobresaliente, su fuerza incompara-
jer. Miré a un lado, luego al otro y nada. Solo yo. ble a la mía, mi apodo familiar, la Ñanga, lo decía todo, pero a
Me puse de pie y descubrí con horror mi verdad: figura delga- ellos no les importaba que fuera débil o delgada; me admitían en
da, cabello corto, senos pequeños, pezones grandes, sexo rasura- sus juegos más rudos porque sabían que mi ligereza era una vir-
do, caderas anchas, nalgas celulíticas. tud, pues sin ella las piruetas a doble giro sobre sus brazos hubie-
-Ramona Jiménez -dije con suave timbre-. Soy una vie- ran sido imposibles.
ja, soy una vieja puta. Había noches largas en las que ninguno de los tres hablaba,
Otra vez comencé a llorar. solo contemplábamos la posibilidad de ser invadidos por naves
-Y celulítica -grité lleno de coraje. espaciales. Las ocasiones que tuve oportunidad de subir al techo
Abrí las ventanas y la luz me cegó (aunque también me ilumi- para contemplar alguna irregularidad en el firmamento, volteaba
nó). Ahora entendía la presencia del billete de cien pesos. Pero, de reojo y a mi lado estaban las dos cabezas despeinadas de este
¿por qué tan barata? par, que fingiendo ser serios conmigo movían sus manos en señal
Al poco rato me vestí y tomé rumbo a la caseta del motel (que de apoyo, pero podía adivinar por sus movimientos su burla ínti-
me pareció muy familiar) para pedir un taxi. Mientras caminaba ma cuando gritaba "iun ovni!, iun ovni!", como si al escucharme
recordé cómo me· gustaban los rancheros gordos que fumaban vieran en mí al extraterrestre en la azotea amenazado por la pre-
demasiado. sencia de humanos en su patio. En realidad eran mis cinco her-
manos que salían siempre a comprobar si dichos gritos eran acep-
tables o refutables por tratarse de algún fenómeno astronómico.
No me importaba que los titanes se burlaran un poco de mis ob-
sesiones, pues yo me burlaba de ellos cuando en verano, con su
80 81
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
afán de espantar a las avispas, parecían dementes de diez brazos baja; un solo golpe y mi padre sangraba su cartera por toda la
agitándolos todos al mismo tiempo tratando de evitar esas inva- sala; el precio por la casa recién vendida se desplomó de un día
siones menores. Esos fueron los buenos tiempos, cuando las para otro.
compras de mis padres eran abundantes; la clase media, se podía Mis titanes me despidieron y aunque no eran del tipo llorón,
decir, tenía una firme y digna presencia en nuestro patio. Para los esa tarde los sauces parecieron serlo.
gigantes y la Ñanga el país era solamente un patio en la Magnolia. Ayer toqué sus troncos secos, inflamados de tiempo y maltra-
Las lluvias y la nieve cubrían estos días en que los dos habi- to, separados el uno del otro, en el mismo lugar; ya no están de
tantes del patio y su amiga comenzaron a escuchar los ruidos de pie, pero aún no se rinden, siguen en mis sueños, reclamando un
algo que no era bueno, de algo que hacía cambiar los ojos de mi nombre, una historia.
padre de color miel a guinda. Mi madre comenzó a fumar, a refu-
giarse en los vals de los Straus, en la zarzuela de La paloma, en El
cascanueces y en ocasiones hasta en Javier Solís o Jorge Negrete; El visitante
los gigantes y yo preferíamos a Mozart, pero admito que Alfredo
Krause algunas veces hizo que abrazara y besara a mis amigos y Al nacer hembra debes prever que tu cuerpo es como una casa,
me pusiera más empalagosa y pesada que las avispas en julio. con puertas, ventanas, jardines, patio; un sitio que te protege del
Una noche corrí asustada a despertar a los gigantes. Temblo- exterior, un interior que puede ser decorado por manos ajenas a
rosa, lloraba y me agitaba de tanto balbucear: lastuyas; los visitantes son así; tu casa no es ningún templo, es el
-Casi la mata, hubieran visto, cayó muerta, la estrangulaba umbral de tu bien, de tu mal, de tu niña y de tu bestia.
contra el despensero y se desplomó, mi mamá, la pobre esta to-
siendo. Llegaba en la tarde, justo en la tarde; seguro no ignoraba que mi
Otras, muchas veces, corrí a ellos a pedirles refugio llorando padre no estaba a esa hora, tampoco mi mamá, solo mi hermano
por alguna otra pelea. Mi obsesión por los ovnis cesó; ahora que- y yo. Al abrir me cargaba.
ría que los invasores de la casa se fueran: los gritos, las cuentas, -Buenas tardes -dijo mi hermano, muy propio.
los "no alcanza" de mamá, los golpes de papá, las portadas de -Hola, muchacho, écómo estás?, cdónde está tu papá?
Impacto con sus mujeres semidesnudas. Los gigantes con su vigo- -Se fue de compras con mi mamá. ¿Gusta esperar?
rosa presencia no podían hacer nada. Mis padres eran como sus -Sí, claro -decía mientras mientras me cargaba más alto.
padres; les alimentaban al igual que a nosotros seis, pero ellos ha- Nunca lo había visto, creo que mi hermano sí, ya que le dio el
bitaban el patio un lugar donde el dólar comenzaba a escucharse pase con toda confianza. Se sentó en el sofá y me llevó a su ro-
como el enemigo. Comprendía la impotencia de mis amigos; no dilla.
fueron tiempos de doncellas y castillos para que salieran a luchar -lQuieres caballito? -me preguntó.
y matar; eran tiempos de devaluaciones, sindicatos, fricciones en Yo solo asentí. Los caballos siempre han sido mis favoritos,
un sistema que comenzaba su propia metamorfosis en cada casa pero su rodilla era un pony brusco y rasposo.
de la calle Magnolia y en todos sus alrededores. La putrefacción Mi hermano fue a la cocina a traer agua para el hombre. Pasó
comenzó a olerse. Peor aún, que yo empezaba a sentirme un ca- del potro a otro juego.
pullo en busca de alas para huir. Me colgaba en los brazos de los --lMe enseñas tu ombliguito?
gigantes, engendraba la esperanza de que los días de lluvia y nie- Pero esa pregunta fue para distraer mi atención. Con una ma-
ve junto a mis amigos serían eternos. no me ató para sí; la otra bajó. Comenzó a tocar los pétalos de mi
La masacre fue por toda la calle; las cuadras de los burócratas cuerpo. Sacudía y agitaba su respiración a mi oído. Y el agua de
fueron acribilladas y los sobrevivientes emigraron a la nueva clase mi hermano parecía no interesarle, jugaba mejor con la mía, fres-
82 83
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
de las historias de la nana. Y desde entonces corro en estos bos- Las nubes terrosas corren a nuestro alrededor absorbiendo
ques bajo la mirada oscura de ese hombre encorvado de tez páli- todo lo que nos acongoja, todo lo que se topa en su camino.
da al que llaman Canjé que,· sentado en la copa del árbol negro, -Deja que te comparta algo -musita cuando se sienta en
todo lo mira, todo lo sabe, todo lo siente, todo lo ve. un terrón que yo acababa de acomodar-. No recuerdo ni en que
libro lo leí, solo que era demasiado bueno para ser olvidado -el
amarillo de la fuente se va convirtiendo lentamente en un rojo
De la inmortalidad intenso--. Decía algo como: "Cuando el último hombre quedó
sobre la tierra, se dio cuenta que era inmortal, ya que ...
Mis uñas están sucias, llenas de mierda. De mierda y sangre. De -La muerte solo existe en los ojos de los demás" -comple-
mierda, sangre y tierra. Mi respiración es agitada, pesada. El cielo té.
es de color café. Café como en los dibujos que la abuela nos ense- Ya no podía contener las lágrimas. Él enjugó una con la punta
ñaba cuando hablaba del fin del mundo. Pobre abuela, si viera de sus dedos y sonrió de nuevo.
que esto no se acabará nunca. Es el principio del fin, el principio -Te veré más tarde, ¿de acuerdo? Sirve que me cuentas qué
del fin ... así, sin un final. se siente ser inmortal.
Del principio del fin, como nos han enseñado a repetir desde Ya nada pude decir. Solo asentí antes de ver cómo sacaba el
que tuvimos la edad suficiente para dar de palazos. He visto a cristal vital de su dispositivo y colocándolo en la palma de mi ma-
tanta gente caer, una tras otra. Recuerdo que las primeras noches no la cerró besándola; después de esto lo vi caer, de una forma
me levantaba sudorosa entre gritos y sollozos. Ya no. Ahora que- lenta, diferente. Limpié el resto de mis lágrimas y miré alrededor.
do dormida como bebé, es que lo que se aprende aquí, allá, afue- Solo rostros cansados nos observaban, ya sin esa rapiña de siem-
ra. pre en los ojos. Ya a nadie le interesaba saquear los cuerpos, ya ni
Solo somos instrumentos. La única huella que podríamos de- los cristales tan preciados. Ya nada.
jar es un palazo, dos palazos. Y decimos "lo hago por ti, herma- Me hinqué junto a IKNsin temor a ser golpeada en la nuca, y
no" antes de verlo, verla caer. acomodando sus manos, sus ojos, sus labios, me puse a dar de
De mí nadie esperaba tanto. Ya ni la máquina nodriza pro- palazos una y otra y otra vez.
nosticó esto; ya no sé si sorprenderme, bien he aprendido que los Vaya, estoy hasta la madre de todo esto. La inmortalidad no
que auguran la caída de los demás son los primeros en recibir los es tan divertida como la anunciaban en los antiguos programas
montoncitos de tierra encima. de televisión de la época de mi abuela, sobre todo en un mundo
Mi respiración se entrecorta. Entierro la pala y volteo alrede- completamente acabado. A veces escucho pisadas, gritos, llantos,
dor. La fuente de poder parpadea de forma alarmante en el brazo pero después descubro que todo está aquí, en la cabeza.
de IKN; se ve que está agotado; sus músculos no parecen dar No te preocupes, abuela, no es tan malo como parecía.
más; a final de cuentas es de los sobrevivientes como yo. Entierra
la pala una vez más. Otra. Es cuando nota que me he detenido y
levanta su mirada gris. Sonríe; se ha dado cuenta que me asusta Día cualquiera
la alarma de su fuente.
-Solo prométeme que no permitirás que se lleven mis botas Veinticuatro minutos treinta y ocho segundos en la línea. El ca-
--dice con una sonrisa. mión de UPS avanza lento pero constante. Toda la semana pasa-
Esquivo la mirada, no quiero verlo caer ni que me vea llorar. da te tocó ir detrás de él. Hoy vas un poco tarde.
-Anda, promételo -estira una de sus huesudas manos. El sol provocando calor a las 8:25 AM en pleno diciembre chi-
-He visto caer a tanta gente, IKN, a demasiada -murmuro. huahuense. Subirle al radio, sacar el libro de Yépez de la bolsa
88 89
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
floreada y voltear alrededor. Sonreírle a la chica que va en el auto Apagas el auto, te bajas torpemente, abres la cajuela. Ni si-
de al lado, recordar la noche del sábado, la escasez de alcohol en quiera echa un vistazo cuando ya la ha cerrado. Golpea con su
la sangre, el exceso de confusión e ira en lo que quedaba del espí- macana el tanque de gasolina del auto.
ritu. -lEs suyo el carrito? -pregunta con su acento méxico-ame-
Prender el calentón, cambiar de carril y pararse cinco autos ricano.
atrás de un autobús americano: "Si usted tiene que viajar a Los -No, es de mi papacito -contestas mustiamente mientras te
Ángeles o a Phoenix, piense en nosotros, tenemos salidas día- vuelves a subir al auto.
. ...."
nas -Pásele -no le ha hecho gracia tu comentario.
Apagar el calentón porque los pies comienzan a arder. Dar Tanta pinche humillación y solo por el glamour de trabajar
oídos al estúpido locutor que repite el horóscopo del periódico para Relaciones Exteriores.
local. Dejar de hacerlo. Escuchar en la radio la canción que te lle- Llegar, buscar el pase donde dice que te puedes estacionar en
gó a cantar una de esas primeras noches en que salieron. Sentir el área designada para el consulado y que no se lleven tu auto
las lágrimas agolparse en tus párpados. Correrlo de tu mente. Ale- como la otra vez. Sentir tu estómago encogerse al pensar en sus
jar la imagen del sábado al ver al último de tus inspiraciones acos- ojos grises, en su sonrisa hipnotizadora. Corazón de melón escu-
tarse con una de tus más íntimas conocidas. chas a tu madre cantarte en el oído. Es Jonathan, madre, el cón-
Ver que el autobús que va enfrente se detiene y contrae sus sul. Sonríes de nuevo. No terminas de aprender. No quieres. Es
puertas. Se baja el chofer, abre el compartimiento de las maletas. casi inevitable. Caminas cojeando porque las botas te aprietan y
Salen los tripulantes: veintitrés en total. Todos recogen sus cosas, las tapas se han desgastado de los bordes externos. Metes la pan-
se las echan al hombro y caminan rumbo a la garita peatonal. La za mientras das un último vistazo al reflejo negro de las puertas y
línea se detiene unos siete minutos. El camión se echa a andar y sientes cómo la vida te escurre de entre las piernas, constante-
sigue su lento caminar. mente.
Verlo buscar la mano de ella, entrelazarla con la suya, sonreír-
le. Murmurarle cosas al oído. Por eso yo escojo la vía del salmón.
La armónica acompaña las palabras que brotan de aquel extraño Hiram Rodríguez Reyes
personaje al cual solo unos cuantos acompañan con sus aplau-
sos. Te llevas la oscura botella a los labios y deseas desaparecer Monthly useless breahfast: primera sesión
en ella. Dejar de verlos. Dejar de sentir cualquier cosa.
-Buenos días -sonríes con una mueca. Se desarrolló entre dos sujetos conocidos entre sí: AM y un servi-
Cincuenta putos minutos esperando a que te toque el turno. dor. El objeto no fue otro más que el de hacer un atento llamado
-(,Qué trae de México? -pregunta, bajándose los lentes es- a la comunidad de colegas useless (de la cual nos rodeamos y so-
tilo Terminator. lemos ingerir cerveza recitando cuanta idiotez se nos ocurra los
Piensas en la ensalada de atún que tu madre te hizo, en las jueves por la noche en un conocido restaurante) para reunirnos
botas de veinte dólares que compraste hace tres semanas, en el un domingo al mes en la mañana y desayunar en algún otro co-
paquete de toallas sanitarias que guardas junto con las botas en la nocido restaurante, y asimismo decir cuanta idiotez se nos ocurra.
bolsa de Burlington en el fondo del asiento. Es decir, ampliamos los jueves a los domingos, un simple capri-
-Nada -sonríes de nuevo. cho.
-Bájese, abra la cajuela -dice con voz autoritaria. El primer intento fue, naturalmente, un fracaso. Useless en-
Chingada madre, me ves cruzar todos los días. ¿Aun así me lo counter, le llamaría, llevado a cabo por un par de useless. El pri-
pides cada vez que me ves? mero en arribar al lugar del encuentro fui yo. Como nadie llega-
90 91
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
No resulta fácil. Está sola. La soledad es un perro que la ha Crónica de un tiempo vivo
perseguido por mucho tiempo.
A la edad de diez años Natalia sintió el despertar de los de- Caminas por el centro de la ciudad. Buscas una papelería para
seos; poco después descubriría las prácticas solitarias del placer al comprar material que necesita una de tus hijas para la tarea de la
rozar la almohada con sus delgados y adolescentes muslos. En escuela. Mientras lo haces, observas los anuncios, algunos son los
esos años vivió una agonía interminable; se sentía confundida; su mismos de hace veinticinco o treinta años; lo único que ha cam-
cuerpo mostraba cada vez más cambios en los que pronto descu- biado tal vez es el color de la pintura, pero el nombre permanece,
briría un universo de placeres. como el caso de la Cafetería Central ubicada casi a contra esqui-
Los despertares de Natalia se presentaban intempestivamen- na de la calle 16 de Septiembre y la plaza del centro y que en la
te. Su adolescencia le llegó con una cara maltratada, pechos chi- actualidad el lugar sostiene un manta anunciando el negocio. Lo
cos y un pequeño abrigo de vello en el pubis. Líquidos de distin- recuerdas muy bien. Tenías doce años; pasabas por ese lugar y
tos olores despertaron el apetito de algo inexplicable, la necesi- veías a la gente que se reunía a tomar café acompañado de un
dad de conocer hombres. Todo quedó atrás cuando conoció a su rico pan, personas de mayor edad que contaban sus aventuras o
esposo; él transformó su vida. Por primera vez estaba ruborizada arreglaban tal vez algún negocio. Se conocía como "el café donde
ante alguien, las prácticas solitarias ya no se repetirían. La piel van los viejitos".
ardiente de su cuerpo y las palabras que manchaban sus labios la Tu padre te acompañaba a la escuela; caminaba a tu derecha
excitaban. Ella era el fruto más deseado, mientras que él saborea- con su paso ligero, en silencio, pero con su gesto y su ceño en su
ba la cáscara del fruto podando sus excesos. Sus confusiones ha- rostro delataba lo que le preocupaba.
bían terminado. Poco a poco la había sumido en un mundo lleno Eran las mañanas frías y silenciosas. Estudiabas la carrera de
de fantasía y placeres. Las manos de él moldeaban su cuerpo. Sa- comercio; era a todo lo que podías aspirar en una familia tan nu-
bía que él estaba hecho para ella. Miraba su cuerpo y sus muslos merosa como la tuya.
hasta el cansancio. La deseaba a toda hora. Tu camino, la calle 16 de Septiembre desde la avenida Cad-
Después de todo el placer vendría el olvido. La soledad de mio hasta llegar a la Cerrada del Teatro donde se encontraba la
casi diez años. escuela.
Al paso del tiempo Natalia conoció a Clemencia, su amiga y El invierno era duro y las mañanas frías; las lluvias y la nieve,
cómplice. El día que se conocieron, Natalia acababa de llegar al sobre todo en los meses de noviembre y diciembre que se acumu-
salón de baile; empezaron a platicar de cosas comunes. De inme- laba casi un cuarto de metro en ese tiempo, eran testigos del
diato Clemencia empezó a hablar de sus coincidencias, sus gustos acontecer matinal de la gente que pasaba por las calles y leía los
por ciertos hombres. Fueron familiarizándose y compartiendo mensajes.
historias y soledades y también despertares; y eso las llevó a con- Un problema era el transporte. Cuando salías de tu casa en la
vivir aún más. colonia Niños Héroes para esperar el autobús, ya venía lleno de
Natalia ha sido su mejor aliada para soportar la soledad en la pasajeros de la colonia Altavista. Cansados de esperar tu padre y
que está inmersa. Aunque día a día se pregunte cuántas noches tú, tomaban la decisión de caminar mientras otro pasaba; sucedía
pasarán sin hacer el amor, sin gozar de la forma y el estilo que le algo curioso, eran varios y siempre pasaban llenos, siempre llega-
dejó su esposo. Ese recuerdo baña su cuerpo, su cuerpo que cada ban ustedes al centro antes que conseguir un camión con un lu-
día desea el alimento, la presencia de otros hombres. gar disponible.
En ese entonces escuchabas decir a tu madre que en el Cine
Edén se presentaba una caravana de artistas con las Hermanas
Huerta, María Victoria, Irma Serrano con la canción La Martina,
100 101
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
las Hermanitas Núñez, por mencionar algunas. También lo leías Son tantos los recuerdos que vienen a tu mente cada vez que
en la propaganda que pegaban en los negocios de la calle Maris- pasas por el centro de la ciudad que sientes que los años no han
cal y sus alrededores. Continúas caminando y te detienes en el pasado; la sientes tuya; te sientes familiarizada con sus calles y
lugar donde alguna vez existió el Cine Alcázar, el Piojito que se piensas que la gente que pasa junto a ti es la misma de hace vein-
encontraba sobre la avenida 16 de Septiembre y donde la chava- ticinco o treinta años. Echas de menos y añoras aquellos tiempos.
lada se reunía cuando se zorreaba las clases para ver películas co-
mo La llorona y El Santo contra las momias de Guanajuato; no
faltaban los sábados de matiné. Era impresionante el olor que Imágenes del alma
despedían los cines, especialmente el Edén; se decía que olía a
rata muerta y a humedad por lo viejo del edificio. Atrapada en su propia tibieza, Virginia no puede conciliar el sue-
Llegar al centro de la ciudad, cuando la luna se ocultaba para ño a pesar del cansancio que se ha adueñado de cada uno de sus
dar paso al nacimiento de una mañana soleada, era encontrarte huesos. Las arrugas en su rostro reflejan a alguien que ha sem-
con mujeres saliendo de un bar o con el típico borracho durmien- brado su vida con esfuerzo. Le da miedo que repentinamente al-
do en la banqueta junto a un negocio que aún estaba cerrado, guna arruga falte. En su almohada su cruzan sus fatigas, sus sue-
con el hombre desvelado y cansado que había cubierto un turno ños. Hace tiempo que no duerme tranquila y entrega sus espe-
de noche y esperaba el autobús para regresar a su hogar y des- ranzas a la noche. Las sábanas son su cómplice, se esconde en
cansar. ellas, las sujeta, pasan las horas y ella espera, no sabe qué.
Durante años te pareció que aquella época se había converti- Tras un obstinado insomnio Virginia amaneció nublada; al
do en una pesadilla recurrente de casi todos los días. Ahora re- abandonar su cama intenta reconstruir la extraña armonía de los
flexionas. En ese tiempo pensabas que ya no vivirías en esa colo- goces y gemidos que AlfonsoJe provocaba; las bocas teniéndose,
nia donde al llegar la tarde el agua dejaba de correr de las llaves entregándose una a la otra; reconstruir aquella esencia que lo en-
de tu casa por la altura en que se encontraban ubicadas; el vital volvía en el olor inconfundible de su cuerpo. Se ve con los pies
líquido no podía subir por las tuberías a cierta altura, al menos en acomodados, junto a los de él, cubriéndolos; quisiera decirle que
esas colonias. lo quiere, que él está hecho para ella. Lo imagina introduciéndo-
Al regreso de la escuela a tu casa volvías a releer los anuncios, se vigorosamente; ella con las piernas abiertas, blancas y abiertas
siempre lo tenías en tu memoria: BAIARÍ con letras grandes y rojas, al aire, como alas de mariposa. Su boca succionando sus pezo-
con focos que se prendían y apagaban, se encontraba frente al nes, provocando un orgasmo inesperado, mostrándole sus glú-
edificio del Cine Victoria donde se encontraba la escuela a la que teos fuertes y duros, moviendo su cuerpo provocativo, siempre
asistías, como referencia "altos Cine Victoria". Sabías que el Club caliente, cuerpo que no vacila, que no guarda reservas. Es un
Bajarí era algo especial, no común, algo pasaba adentro que no cuerpo expuesto. Necesita recordar la maravillosa historia con Al-
conocías pero te lo imaginabas. fonso, el lenguaje corporal con el que se excitaba.
Cada vez que te acercabas más al centro te encontrabas con Viviren un total amor, en la anhelada armonía, con la alegría
Tortas Nico, que aún existe, Zapaterías 3 Hermanos, Salinas y del primer rayo del sol y el último parpadeo de la noche. Lo bus-
Rocha, Zapaterías Canadá, etcétera. ca; quiere poseerlo pero no puede evitar el temor de la imposibi-
Aquella escuela te dejó recuerdos históricos de una ciudad y lidad de esa fantasía, de ese delirio. Lo amaba; siempre se lo dijo
de una época irrecuperable en la que no se hablaba de devalua- y fue correspondida, pero ahora tiene urgencia de él. Allí está,
ciones ni de problemas de partidos políticos, tampoco de las dife- viéndose la exacta imagen de la soledad; sobre el espejo descubre
rencias de alcoba que nuestros padres tenían, menos de mujeres sus arrugas, una mirada gris y marchita que un día había sido lim-
jóvenes encontradas muertas, ni de ejecutados. pia, vivaz, entusiasta. En otros tiempos ella había observado su
102 103
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
119
118
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
sica de tambora; me siento atrás de dos muchachas jóvenes; por --lNo me vas a ayudar a bajar?
su plática deduzco que trabajan en una maquiladora. A le pre- -Sí -le digo, y le doy la mano.
gunta a B: · --lA dónde vas? -pregunta.
--lPor qué te saliste de R? -Al cine -contesto.
-Porque no ponen el radio en la estación que a mí me gusta _¿No quieres ir a un lugar más tranquilo?
-responde B. --lComo a dónde?
La rutera hace una parada. Se sube un grupo de muchachas -Al hotel.
jóvenes, también trabajadoras de maquila. Cada una paga su bo- -No traigo lana.
leto exacto. Le doy el asiento a la última que subió. Me sonríe, -No le hace, me acaban de dar mi reparto. Vamos, te va a
pero no me da las gracias. gustar -me dice.
-iQué decente! -dice A a B. La tomo del brazo y nos dirigimos al hotel.
La ruta frena bruscamente antes de pasar un tope. Cómo me El chofer nunca me dio el cambio.
ofuscan los topes. En esta ciudad todo lo arreglan con topes. El
chofer se pasa la luz roja y el guiador que viene en la calle perpen-
dicular le mienta la madre. Llegamos a la parada del parque in- Roberto Sáenz Huerta
dustrial. Bajan algunas y suben otras; una de ellas saluda al cho-
fer: La noche final
-iQuihubo, Meny! Ya vas lleno, ¿pos qué les das?
-Es la música, mi Sofy, es la música. Pásale -le dice el cho- Una muchedumbre grita extasiada. Silbidos. Ofensas. Dale duro,
fer y no le cobra. dale, es tuyo. Porras que se escuchan de manera ensordecedora.
Las muchachas platican entre todas muy alegres; algunas ele- El ambiente se encuentra inundado por una densa capa de humo
van la voz (la música está muy fuerte}. Hacen planes para irse a proveniente de cigarros que son consumidos con esmero. El olor
bailar; es viernes, son las cuatro de la tarde, hace mucho calor, es a cerveza solo es superado por el fétido olor de los sanitarios.
verano, el camión huele a sudor y a algo más. La ruta se llenó; El centro de atención son dos hombres que en medio del in-
voy parado; con el calor y el roce de los jeans tengo una breve mueble luchan como dos gladiadores, pero en lugar de redes o
erección que trato de disimular metiendo mi mano izquierda a la tridentes llevan guantes de piel. El sudor y la sangre se mezclan en
bolsa del pantalón. La que va sentada a la altura de mi bragueta un extraño matrimonio.
se da cuenta y le dice a B: Es una pelea de box, deporte que por azares de destino yo
--lYa viste? Está bien bueno. practico. Deporte al cual le he entregado mi vida. Las energías de
-Sí, ya lo noté -contesta B, levantando su cara para verme mi juventud se agotaron en los gimnasios golpeando peras, costa-
con una sonrisa que correspondo. les y saltando cuerda. Quería ser alguien, ser querido y admirado;
Llegamos al "puente al revés"; se baja la mitad del pasaje. dejar de ser una sombra. Largos años de batalla he vivido. He
Sofy se despide diciéndole al chofer: saboreado la victoria y me enfermó la derrota. Durante un tiempo
-Nos vemos en el Bandoleros en la noche. parecía que el mundo estaba a mis pies y la luna al alcance de mi
-Okey, te lo perfumas, -le contesta el chofer. mano. Tenía amigos, dinero, mujeres. Pero el tiempo no perdona
-iYo siempre!, dice Sofy, coqueta. y ese ímpetu, esa energía, llegó a su fin, y con ella vinieron las
Los dos y todo el camión ríen. Ya no más pasaje. Pronto lle- derrotas, el fin de los amigos. Las mujeres y el dinero se esfuma-
gamos al Monumento. Ahí bajaremos todos. Atrás de mí viene A ron. Aquellos días en que los promotores se peleaban por tener-
y me dice: me se han ido.
120 121
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.)
122 123
JOSÉ MANUEL GARCÍA-GARCÍA (COMP.) CIUDAD DE CIERTO, RÍO
124 125
índice de autores
AGUIRRE,Daniel: 107.
ARELLANO,Patricia: 55, 56, 64, 65.
Áv1LA, Sergio: 108.
Esta primera edición de
CANO, Míriam, 108. Ciudad de cierto, río
CHÁIREZ,Yuvia H.: 32, 35, 39. (antología del Taller Literario INBA-lchicult
en Ciudad Juárez 2000-2004)
CHÁVEZ,Susana: 109.
se terminó de imprimir en Chihuahua, Chih., México,
FLORESSHROEDER,Antonio: 110. en noviembre de 2004, en los talleres gráficos de Impresos Santander.
GALLARDO,Marco: 67. 68, 70, 71.
Corrección: Luis David Hernández.
GARCÍA,Bias: 57, 58, 73, 74, 79. Edición: Martín Reyes.
GARCÍA-GARCÍA,José Manuel: 7.
GARZA,Cristóbal: 115.
GoNZÁLEZRAMos, Ruth Elizabeth: 81, 83, 84.
GUERRERO,Francisco: 118.
JuÁREZÜÍAZ DELEÓN, Cristina: 85, 88, 89.
LóPEZ HERNÁNDEZ,Alicia: 111.
LóPEZ LANDó, Jorge: 19, 20, 42.
MuÑoz, Carolina: 113.
ÜGAZ MELÉNDEZ,Osvaldo: 58, 59, 60, 61, 62, 63.
QUINTERO,Alejandro: 113.
RODRÍGUEZ,Mauricio: 26, 27, 28, 29, 31, 48.
RODRÍGUEZ REYES,Hiram: 91, 93.
SÁENzHUERTA,Roberto: 121.
SANTANA,Juan Pablo: 21, 22, 23, 24, 25.
SAUCEDOALCALÁ, Javier: 114.
VÁZQUEZRíos, Emma: 98, 99, 101, 103.
126