Sie sind auf Seite 1von 11
Sle Cit) eda Unita Diaeven 9 Creo en el Espiritu Santo La ignorancia y las falsas ideas respecto al Espiritu estan bastante extendidas entre los cristianos. Esta U.D. pretende ayudar a conocer al Espiritu Santo, descubrir su presencia a lo largo de toda la Historia de la Salvacion. Sumario 1. El Espiritu conduce la Hist de la Salvacién a su plenitud en Cristo EEsplritu Santo en la Encarnacién Espiritu Santo ha preparado a Maria Hijo se hace hombre por el Espiritu 2. La obra del Espiritu Santo en Jesiis EL Espiritu Santo on ol bautismo de Jesis ElEspiitu Santo en las tantaiones de Jesis EL Espiritu Santo en el ministerio de Jests Espiritu Santo en la Transfiguacién de Jesis ElEspiritu Santo on la Pascua de Jasis 3. EL Espiritu de Jesis Resucitado El don del Espiritu Santo Defensor o Paréclta Maestro interior Ds testimonio de Jesis Convierte los discipulos en testigos 4. EL Espiritu de la verdad 95 J. Ex Espiritu SANTO CONDUCE LA HISTORIA DE LA SALVACION HACIA SU PLENITUD EN CRISTO Es significativo que la Sagrada Escritura se abra con la menci6n del Espiritu en el Génesis y se cierre con la mencién del Espiritu en el Apocalipsis. Es decir, aparece tanto en los ori- genes del tiempo y dela historia (Gen 1,2), como en la consumacién y culminacién de la misma (Apoe 22,17) Toda la historia, desde la creacién del mundo hasta su consumacién final, se desa- rrolla por el impulso y energia omnipotente del "soplo o aliento" (ruaj) de Dios. Por el Espiritu, Dios: ~ exea las cosas (Job 34,14-15; Sal 33,6; 104,29-20); - da la vida (Job 12,10; Is 42,5); ~ suscita los profetas (Num 11,29; 1 Sam 19,20;Is 61,1); - justifica a los pecadores (Sal 51,12-13; Ez 3626-27); ~ hace vivir a los muertos (Ez 37,1-14) les simbolos, se descubre la presencia y accién del Espiritu en la Histo- Enel lenguaje biblico, el Espiritu de Dios es el impulso y el aliento de vida, que todo lo crea, cuida y conserva. Bs, por encima de todo, el que actia en la historia y Ia convierte en la his- toria santa porque crea una novedad en ella, "constituyendo un pueblo, que le confesara en ver- dad y le sirviere santamente’ (LG, n39). Precisamente por la fe en Yahvé su Dios, Israel descubrié y comprendié que el Espiritu de Dios: - dirigga los acontecimientos salvadores, sacindolo de la esclavitud de Egipto; - dirigia y acompafiaba a los lideres del pueblo encargados de realizar el proyecto salvador de Dios (Moisés, Josué, Jueces, David), y que "hnblé por los profetas”. Sin embargo, es a la vuelta del exilio cuando Israel descubre y comprende al Espiritu como el don definitivo y total (don escatol6gico) destinado al Mesias (Is 61,1), a quien unge y capa- cita con dones excepcionales para el gobierno de su pueblo, para el discernimiento y para proclamar la Palabra de Dios. Se promete, ademés, el Espiritu, a toda la comunidad mesinica (Jol 3-5; Ez 37), a la que consagra como pueblo de Dios, y a cada uno de los miembros, a quienes transforma y con- sagra en sut coraz6n, 96 Creo en el Espiritu Santo pee o- pa e El Espiritu os contemplado, pues, en este I proceso de la Historia de la Salvaciéncomo ge] Espiritu en la obra de Lucas) el transformador de los espiritus, el rege- nerador y promotor de la vida moral y quien ha inspirado a todos los profetas la palabra de Dios. Sélo a partir de este momento histérico se comienza a llamar al Espiritu de Yahvé con la expresi6n, habi- tual entre nosotros, de Espiritu Santo. EL Espiritu es citado en diversos momen- tos de la obra de San lucas, por ejemplo. = Juan el Bautista" 4 Santo” (Le 1,15) ‘estdlleno del Espiri- | | i | | | = Jesiis, suscitado por el Espiritu y por Los evangelistas y la fe dela Iglesia presen- | su fuerza (Le 1,35), un dia serd resucita- tan la vida de Jesus como la que tiene su | do por et Espiritu (Hech 2.24) origen y desarrollo bajo el impulso y la accién del Espiritu Santo: | recibe de ét la uncién mesidinica (Le j 3,22; 4,18), es “Ilevado” por él al desier- } | 1 \ EL Verb y el Esptrity Santo son, por ast | 4.1) para el primer combat; decir, las manos del Padre” (S.lreneo de Lion) | luego emprende su ministeio “en la 8, Lucas # es quien lo subraya de manera | /ueree del Espiritu” (Le 4.14), } especial ae — En la persona de Jesis y en la fuerza del Espiritu, la historia sagrada llega a sui término. ‘Como nos recuerda Juan Pablo I “‘Gestis) confes6 y proclamé ser el que "fue ungido” por el Padre, ser el Mesias, es decir, Cris- fo, en quien mora el Espiritu Santo como don de Dios mismo, aquel que posee In plenitud de este Espiritu, aquel que marca el “nuevo inicio” del don que Dios hace ala kuamanticad con el Espiritu”. (DVi, nas) Catecismo de Ia Iglesia Catélica, n. 743 JJ Desde comin hase tei dees emps, exand Dies eva uBio, envia siempre a.su Espiritu: la mixin de ambos es conjuntae inseparable” 2. LA OBRA DEL Espiritu SANTO EN JESUS EL Espiritu SANTO EN LA ENCARNACION La Iglesia confiesa en el credo: "y por obra del Espiritu Santo se encarné de Marfa, la Virgen y se hizo hombre" (y el amado simbolo de los apéstoles dice: "Fue concebido por obra y graca del Espiritu Santo; nacié de Santa Maria Virgen’). Esta confesién de fe nos introduce en un doble aspecto de la accién del Espiritu Santo en Ja Encarnacién: el Espiritu Santo es quien ha preparado a la Virgen Marfa y es por el poder del Espiritu por el que el Hijo de Dios se ha hecho hombre. Creo en el Espiritu Santo 97 EL EspiRiTU SANTO HA PREPARADO A MARIA La primera accién del Espiritu Santo en la Encamacién recae sobre la Vitgen Marfa: asi como en la creacién del mundo el "espiritu de Dios" se cernia sobre las aguas y el soplo cre- ador de Dios hizo surgir las cosas de la nada, el Espiritu Santo ha preservado desde siem- preala elegida para ser madre del Hijo de Dios. Por la accién del Espiritu Santo, por la misma energia creadora y vivificante de la creacion (cf. Gen 1,2 y 2,7), Maria es la verdadera tierra que Dios fecunda con su Espfritu para que sea fértil; Maria esta en el comienzo de esta nueva creacién. Es el Espiritu el que hace que el Hijo de Dios se encarne en el seno virginal dle la siempre virgen. EL Huo SE HACE HOMBRE POR EL EsPizitv “El Espfritu Santo bajard sobre ti y la fuerza del Espiritu te eubrind con su sombra; por eso el ‘que 09 a nacer seré santo, se Hamard Hijo de Dios”. (Le 135) Con estas palabras nos comunica el evangelista Lucas el culmen de la obra del Espiritu Santo: el hijo del Padre, Dios de Dios y luz de luz, se ha hecho hombre. La "sombra de Dios", que cubria la tienda de reunion y era garantia de la presencia de Yahvé en medio de su pue- blo, es ahora la "sombra que cubre" a la siempre-virgen y siempre-santa, La concepcién virginal por obra del Espiritu Santo manifiesta la iniciativa de la Dios en la Encamacién y subraya la divinidad de Jestis, que contintia siendo el Hijo Unigénito del Padre. Catecismo de Ia Iglesia Catélica, n. 721 "Marta, lé Santésima Madre de Dios, (..) es la obra maestra de la Misién del Hijo y det Espiritu Santo en la Plenitud de los tiempos. Por primera vez en el designio de ‘Salvacién y porque su Espiritu la ha preparado, el Padre encuentra la Morada en donde su Hijo y su Espiritu pueden habitar entre los hombres. Por ello, tos mds ellos textos sobre la Sabidurta, la tradicién de la Iglesia los ha entendido frecuen- temente con relacién a Maria (cf. Prov 8,1-9,6; Sir 24): Maria es cantada y repre- sentada en la Liturgia como el trono de la Sabiduria" EL Espiritu SANTO EN EL BAUTISMO DE JESUS La primera manifestacién puiblica del Espiritu Santo en Jestis es el momento de su bawtis- mo, narrado por tres evangelistas (Mc 1,9-11; Mt 3, 13-17; Le 3,21-22). Esta escena recoge tres acantecimientos que tienen especial significaci6n: la apertura del cielo, el descenso del Espiritu Santo y la voz del Padre. 98 Creo en el Bspinitu Santo de LA APERTURA DEL CIELO La apertura de los cielos esta relacionada con la creencia judia de que con el tiltimo profeta (Malaquias), los cielos se habian cerrado y no existia comunicacién entre el Espiritu y los hombres. Al “abrirse o rasgarse el cielo’: se rompe el silencio de Dios, se derrumba el muro de separacion entre Dios y el hombre pecador; ya no hay barrera que impida la comunica- cin porque Dios mismo se encarga de derribarla EL DESCENSo DEL Espiritu SANTO La apertura del cielo, en consecuencia, da lugar al descenso de! Espiritu Santo, comienzo de Ja nueva humanidad. Es el Espiritu que prepara a Jestis para su mision: al bajar el Espiritu y reposar sobre Jestis, se manifiesta la identidad genuina de quien esta siendo bautizado. LA Voz DEL PADRE La voz del Padre manifiesta explicitamente la personalidad y misién del ungido por el Espiritu: es el Hijo predilecto en el que se complace, en quien se realizaré la salvacién, | Ungido y elegido por Dios, es el Siervo del Seiior, el rey misericordioso que lle- vara a cabo su misién no desde el poder y la dominacién, sino siguiendo el ejem- plo de humildad del siervo. Junto a la voz del Padre que acredita a Jestis como Hijo, Juan el Bautista afirma: “Yo os bautizo con agua, pero viene el que es mis fuerte que yo, y yo no soy digno de desatar- lela corren de sus sandalias. El os bautizard con Espiritu Santo y fuego”. (Le 3,16; cf. Mt 3,11; Me 1,75; Jn 1,33) Juan el Bautista anuncia al Mesfas-Cristo no sélo como el que "viene" por el Espiritu Santo, sino también como el que "lleva" el Espiritu Santo. Jestis, en consecuencia, no es solo el ungi- do por el Espiritu Santo; es, también, el portador del Espiritu Santo # (cf, DVi, n. 19). ji——_____.. | enna neem Jestis, portador del Espiritu | Tal vex sea S. Juan quien de manera més clara presenta a Jess como el potador del espe | rit, ya que en su evangelio el Espiritu esté muy unido a ls palabras de Jests que “son espt- | ritu y vida” (Jn 6,63). Jesis, enviado del Padre y portador del Espiritu, “transmit las pala- bbras de Dios, porque da el Esplritu sin medida” (Jn 3,34). Ademds, en el evangelio de Juan, Jestis se presenta como la fuente del Esptritu, tal como anuncia en 7,38: “Quien tenga sed, que se acerque a mi; quien crea en mi, que beba. Como dice la Escritura: “De su entraita ‘manardn rios de agua viva”. Decia esto refiriéndose al esplritu que iban a recibir los que creyeran en él” eo en el Espiritu Santo 99 EL Espiritu SANTO EN LAS TENTACIONES DE JESUS Los evangelistas Marcos (1,12-13), Mateo (4,1-11) y Lucas (4,1-13), a continuacién del bautis- mo de Jestis y en relacién con él, narran las tentaciones de Jestis. Los tres evangelistas vie- nen a afirmar que "Ileoado por el Espiritu se fue al desierto" § El tentador se propone apartar a Jestis de stu camino mesianico como Siervo de Dios, proponiéndole un mesianismo nacional, mundano y glorioso, en contrapo- sicién al verdadero mesianismo que abre la esperanza de gloria para toda la humanidad a través de la humillacién y de la muerte en cruz, tareas propias del Siervo (cf Is 52,13-53,12). Sabemos que la narracién actual es una presentacién catequética de las tentaciones de Jestis; y que Jestis fue tentado a lo largo de todo su ministerio en diferentes ocasiones: Ji 6, 14-15, primera y tercera tentacién; -Jn7,1-13, segunda tentacién; ~ en la pasi6n, Mc 15,2932 (y paral. Y la carta a los Hebreos nos dice que "fue probaio ent todo igual que nosotros menos en el peca- do” (4,15). EL Espiritu SANTO EN EL MINISTERIO DE JESUS La presencia del Espiritu profético se encuentra en el mismo Jestis desde los comienzos de su vida publica. Pedro lo hace constar (Hech 1038): “Vosotros sabéis lo sucedido en toda Judea [..] después que Juan predicé el bautismo; obmo Dios a Jesis le Nazaret le ungi6 con el Espiritu Santo y con poder”. Jesiis subraya con fuerza que el anuncio y el establecimiento del Reino se evan a cabo por medio del Espiritu de Dios. Yes esta presencia del Espititu, de su fuer- za transformadora y vivificante, la que atestigua la venida y la presencia del Reino de Dios en medio de los hombres. "Si yo expulso los demonios con el poder del Espiritu de Dios, es que ha legado a voso- tos el reino de Dios". (Me 12,28; Le 11,21) 100 a El Espiritu le lleva al desierto — El mismo Espiritu que le Weva al desierto, estd presente y acompatia siempre a Jesiis para mantenerlo en la fidelidad a su isin conforme al proyecto salvador del Padre, Su condicién de Hijo, ungido y | acreditado por el Espiritu, se manifiesta ‘en el servicio humilde det don total de si | en la cruz, El Hijo-Siervo sélo cumple la voluntad del Padre. NL nh creo en el Bspiritu Santo De tal manera esté el Espiritu presente en Jestis, que la blasfernia contra el Espiritu consiste pre- cisamente en el desprecio de la accién de Jestis en cuanto se hace en la fuerza del Espiritu (cf ‘Mt 1231-32). No reconocer el arigen divino y mesidnico del ministerio y de la accién de Jestis, cequivale a negarse a reconocer la presencia y la intervencién del Espiritu de Dios en El. EL Espiritu SANTO EN LA TRANSFIGURACION DE JESUS Es significativo el lugar que ocupa el relato de la transfiguraci6n en los evangelios; en los tres sindpticos se halla después del anuncio que Jestis hace de su pasién y resurreccién a los apéstoles (Mc 9,2-13; Mt 17,1-13; Le 928-36), y que provocé en ellos un profundo escéndalo. Segiin una exégesis, que arranca de los Santos Padres, en la escena de la Transfiguracién el Espiritu se hace presente en la nube que envuelve a Jestis y a los Apéstoles. Asi Santo Tomés comenta: “Aparecié toda la Trinidad: el Padre en la 00z, el Hijo en el hombre, el Espiritu en 1a nube tuminosa” La finalidad de toda la escena es robustecer la fe de los Apéstoles ante el acontecimiento inmi- nente de la Cruz. En el centro del ministerio de Jestis vuelve a ser fuertemente subrayacia la refe- rencia al proyecto salvador de Dios. Y el quehacer del Espiritu es iluminarlo y fecundarlo. EL Espiritu SANTO EN LA PASCUA DE JESUS Por la accién del Espiritu Santo, la muerte de Jestis no es su final, sino su glorificacién, por- que en ella Jestis lleva a su perfeccién el proyecto salvador de Dios. En la cruz culmina asi la obra del Espiritu, realizada en y por medio de Jestis, quien, al morir, "entreg6 el Espiritu (Jn 19,30; cf. Le 23,46). I Espiritu Santo transforma el significado de la cruz: lo que era un instrumento de tortura, expresién de la degradacién humana y del sufrimiento, es ahora el signo de la ofrenda sacrifi- ial de Jest, que en la cruz entrega al Padre su propia vida por amor a los hombres. La cruz no es ei signo del fracaso de Jestis, sino la maxima donacién del amor de Dios a los hombres "Tanto amé Dios al mundo que entregé a su Hijo iinico, para que todo el que crea en El no perezea, sino que tenga vida eterna” Un3,16) Sin embargo, la muerte de Jestis no puede separarse de su resurreccién. Como las dos caras de una moneda, muerte y resurreccién de Jestis son los dos aspectos inseparables del mismo misterio pascual, efectuado por el Espiritu Santo en Jestis. Como ya afirmaba una antigua profesién de fe judeo-cristiana: icido de la estirpe de David segtin la carne, constituido Hijo de Dios en poder segtin el Espi- ritu de santificacion por su resurreccién de ln muerte". (Rom 1,3-4) Fl poder del amor de Dios no puede ser sometio ni siquiera por la muerte; ese poder de! Espiritu, que ha resucitado a Cristo de entre los muertos, le ha sido otorgado ahora a Cris- to: "Dios me ha dado todo poder en el cielo y en In tierra" (Mt 28,18). Creo en el Bspiritu Santo 101 3. EL Espiritu DE JESUS RESUCITADO EL DON DEL Espiritu SANTO El domingo de Pascua, Jestis, ‘resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre" (Rom 6,4), otorga a sus disefpulos el Espiritu Santo, soplando sobre ellos (ct. jn 20,22) Segtin el relato del Génesis (2,7), "el Seflor Dios formé al hombre del potvo de la tierra, soplé en su nariz wn aliento de vida, y el hombre se convirtid en un ser viviente”. Ahora, al infundir su "aliento" a sus discfpulos, Jestis resucitado les otorga el Espiritu Santo, la propia vida de Dios, y los convierte de este modo en “hijos de Dios" (cf.}n 112.3), "hijos en el hijo". Con la entrega del Espiritu Santo por Jestis y su venida sobre los apéstoles y la Virgen Maria el dia de Pentecostés, se afirma el cumplimiento de la promesa profética (cf ol 31-3) y de la misma predicacién de Jestis (cf Hech 1,8). La realidad y actividad del Espiritu Santo, don del Resucitado, se describe de diversas ‘maneras a lo largo del libro de los Hechos de los apéstoles. El Espiritu Santo actia, sobre todo, en la misién de la Iglesia: - la guia en su misi6n, y en ella le descubre constantemente nuevos campos de accién y tareas a realizar; - la acompafia con signos y prodigios sorprendentes en su acci6n que dan testimonio del Resucitado; se deja constancia de su actuacién continua, manifestada especialmente en la unién fraterna de las comunidades cristianas y de éstas con las provenientes de la gentilidad. Y para San Pablo, el Espiritu Santo no es tanto la irrupcién de lo extraordinario cuanto la fuerza que nos capacita para hacer lo ordinario de modo extraordinario, El Espiritu Santo: ~se hace presente confesando a Jesucristo (¢f.1 Cor 12-14); ~ es la fuerza que impulsa la vida de los creyentes que se dejan llevar por él (Gal 5,16- 17; Rom 8,12-13); y producen los frutos propios del Espiritu (Gal 5,22-23); - obra en el cristiano una doble apertura: a Dios, expresada sobre todo en la oracién (cé. Rom 8,15-16.26-27), y a los hombres, en el servicio generoso de la caridad, verda- dera libertad cristiana (cf. Gal 5,13-15); ~es la primicia, la prenda firme de la esperanza cristiana (Rom 8,18-27). 102 Creo en el Bspiritu Santo Catecismo de Ia Iglesia Catélica, n. 746 [fj (Porsu muerte ysu resurrecciém, Jest es constiudo Seftor y Cristo en a gloria tech © 2.36), De su plenitud, derrama el Espirine Santo sobre los apéstoles y ta Iglesia." 4. EL ESPiRITU DE LA VERDAD El Espfritu Santo viene sobre todos los bautizados y realiza en ellos lo que Jestis anuncié a los apéstoles: “Yo pediré al Padre y os dard otro Pariclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espi- rit de ta verdad, a quien el murido no puede recibir, porque no Ie ve mile conoce. Pero voso- tos le conocéis, porque mora con vosotros y en vosotros esti.” (in 1416-17) DEFENSOR 0 PARACLITO Jestis lama al Espiritu Santo "pariclito’, es decir, el “defensor’, el "abogado'”, el que asiste a los discfpulos; y nos dice que es "otro Pardclito’, porque el primer defensor es el mismo Cris to, que en la presencia del Padre intercede por nosotros continuamente (ef. 1Jn 2.1-2: Ap 5.6.9.12; Rom 833-34) La entrega del Espiritu se inserta, por tanto, dentro de la obra de Jestis, quien comparte la gloria del Padre: “Os conviene que yo me vaya; porque sino me voy, no vendrd a vosotros el Partclito; pero si me voy, 0s lo enviaré (in 167) E] Espiritu de la verdad no puede ser reconocido por el "mumdo” (entendido como el conjunto de poderes que se oponen a Dios y a su plan de salvacién para el hombre), porque "1 le ve mi le corroce” en las palabras y en las obras de Jestis. Los discfpulos, por el contrario, si estén capacitados para reconocer al Espiritu, porque estaba junto a ellos en la persona misma de Jestis, durante su ministerio (ef.Ja 14,17). Ahora, después de la Pascua, el Espiritu esta con los discipulos para siempre (cf. Jn 14,16); mas atin, esté en los discipulos (cf. Ja 14,17), actuando en el interior de sus corazones. MAESTRO INTERIOR Jestis presenta al Espiritu Santo precisamente como el maestro interior del cristiano: “Os he dicho estas cosas estanda entre vasotras. Pera el Paréclito, el Espiritu Santo, que el Padre enviard en mii nombre, os lo ensefiard todo y os recordars todo la que yo os he dicho.” in 14,25-26) (Creo en el Espiritu Santo 103 No se trata de que el Espiritu haga, de vez en cuando, revelaciones nuevas 0 extraordina- rias a la Iglesia, ni que aniada nuevas doctrinas, sino de "recordar" el sentido y el valor de todo lo que Jestis ha dicho y hecho, y que esté escrito en los evangelios. Toda la riqueza de la vida de Cristo, todas las virtualidades escondidas en su palabra, el Espfritu las desvela progresivamente a la fe de la Iglesia y en el corazén de los creyentes. DA TESTIMONIO DE JESUS Bl Espiritu de la verdad "de testimorto" de Jess “Cuando venga et Paréctto, que yo os enviaré junto al Padre, él dard testimontio de mi. Pero también vosotros daréis testimonio, porque ests conntigo desde el principio”. in 1526-27) E] Espiritu da testimonio de Cristo, ante todo, en el corazén de los discfpulos, prepardn- dolos y fortaleciéndolos mediante la verdad para hacer frente a la accion de Satands, "pri cipe de este mundo", que ha intentado hacer fracasar el proyecto salvador de Dios para los hombres. El Espiritu, recibido en la Pascua, “demostrard la culpabilidad del mundo en materia de pecado, en materia de justicia y en mate- ria de juicio. De pecado, porque no creyeron en mi; de justicia, porque voy al Padre, y no me peréis mis; de juicio, porque el Principe de este mundo est yn juzgnito” Gn 168-11) Enel conflicto con “el mundo", el Espiritu asiste a los discipulos demostrandoles, en el inte- rior de sus corazones, la culpabilidad del "mundo" sumido en el pecado, y la verdad y la justicia de Jest. CONVIERTE A LOS DISCIPULOS EN TESTIGOS Dando testimonio de Jestis, el Espiritu convierte también a los mismos disefpulos en testi- gos de Jestis ante "el mundo", que ha rechazado su mensaje; cuando los discipulos son per- seguidos y juzgados en los tribunales, é! "les ensefia lo que tieten que decir” (cf. Le 12,12; Me 3,11; Mt 10,20), y los capacita asi para dar testimonio de Cristo hasta con su propia vida. Catecismo de la Iglesia Catélica, n. 243 "Antes de su Pascua, Jesis anuncia el envio de "otro Pardclito" (Defensor), el Esp rit Santo, Este, que actué ya en la Creacin (ef Gen 1,2) y "por los profetas" (.., estaré ahora junto @ los discipulos y en ellos (cf. Jn 14.17), para enseniarles (of Jn 14,16) y conducirlos hasta la verdad completa" (Jn 16,13). El Espiritu Santo es reve lado ast como otra persona distinta con relacién a Jesis y al Padre". 104 Crea en el Espiritu Santo Conclusi6n El Espiritu Santo, que actiia en la Creacién, que conduce ta Historia de la Salvacién a su plenttud en Cristo, que anima toda la existen- cia humana de Jestis, esté ahora junto a tos discipulos para ensenarles y conducirlos “hasta la verdad completa’. La Palabra nos guia Génesis 1; Isaias 11,61: Ezequiel 34: 37 Joel 3,1-5 Salmo 33,6; 51,12-13; 104,29-30. Lucas 3,21-22 Juan 20,19-23 Hechos de los Apéstoles 2,1-18; 10,44-48; 19,1-7 La Iglesia nos dice Catecismo de la Iglesia Catélica nn. 683-747 ; Para orar : Juan 16,5-15 La vida misma Es Espiritu Santo acttia hoy en la Iglesia. A partir del contenido de esta U.D., trata de descubrir huellas de su actuacién en la comuni- dad cristiana y en ta sociedad. (Creo en el Bspiritn Santo 105

Das könnte Ihnen auch gefallen