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Revista de Estudios sobre Genocidio

La dimensión laboral del genocidio


en la Argentina*

Daniel Cieza

Resumen
En el presente trabajo se intentan analizar diversos antecedentes de la últi-
ma Dictadura Militar argentina, enfatizando los factores socio-laborales. Nues-
tra hipótesis más general es que algunas de las grandes violaciones de dere-
chos humanos se vinculan a las necesidades de expansión o ajuste del siste-
ma capitalista y de sus procesos de trabajo. Proponemos un enfoque distinto
sobre el problema de la memoria. No solo nos interesa recuperar la memoria
de los dirigentes y militantes, sino tratar de analizar el proceso en su totalidad e
indagar sobre las causas de los conflictos. Consideramos que se han subesti-
mado factores causales vinculados a las peculiaridades del capitalismo argen-
tino y sus relaciones laborales.

* El presente trabajo es una reelaboración de una ponencia presentada en el V Congreso Latinoamericano de Socio-
logía del Trabajo, Montevideo, abril del 2007.

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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina

Introducción del capitalismo argentino y sus relaciones


laborales.
En el caso “Etchecolatz” la justicia ar- Creemos que no basta señalar a los
gentina ha considerado que los delitos de victimarios directos sino analizar los pro-
lesa humanidad cometidos por la última cesos económicos y político-sociales que
Dictadura Militar se dan en el marco de un desembocaron en violaciones masivas de
genocidio. Esta caracterización refuerza el derechos humanos. Hubo causas econó-
enfoque de los organismos de Derechos micas, laborales y políticas. Hubo quienes
Humanos que desde hace décadas plan- financiaron y quienes se beneficiaron con
tean la calificación de genocidio. la represión. También nos interesa marcar
El momento es propicio para intentar las complicidades intelectuales. Las ausen-
un análisis histórico que contemple la di- cias y deformaciones en nuestra historia no
mensión laboral del genocidio. En efecto, son casuales.
los estudios sobre memoria histórica han No alcanza con identificar “excesos” o
permitido volver a considerar los antece- analizar hechos puntuales que no deberían
dentes de la última Dictadura Militar e ilu- volver a repetirse, sino que también corres-
minar algunos aspectos de los procesos ponde establecer tendencias y continui-
represivos. dades, marcar efectos y consecuencias,
El tema de la memoria histórica ha identificar derechos vigentes y proponer
logrado centralidad en épocas recientes, acciones preventivas.
tanto en el mundo político como en el aca- Nuestra hipótesis más general es que
démico. En España, Perú, Guatemala o algunas de las grandes violaciones de de-
México se revisan hechos luctuosos. En la rechos humanos se vinculan a necesidades
Argentina, al cumplirse treinta años del últi- de la expansión o el ajuste del sistema ca-
mo golpe militar, la problemática adquiere pitalista y de sus procesos de trabajo. Uno
particular relevancia. de los blancos de la última dictadura fue la
Este trabajo intenta vincular el rescate “guerrilla de fábrica”. Fue necesario el exter-
de la memoria histórica y de los avatares minio de la “subversión industrial” para esta-
de grupos sociales sumergidos y olvida- blecer el ajuste neoliberal desde mediados
dos, reprimidos en la última Dictadura, con de los 70 y la consecuencia directa fue no
algunos aspectos del particular desarro- menos de 15.000 trabajadores detenidos-
llo del sistema capitalista argentino y con desaparecidos, la mitad de las víctimas.1 La
cambios en las relaciones laborales. principal consecuencia indirecta es la falta
Proponemos un enfoque distinto so- de una conducción combativa y democrá-
bre el problema de la memoria. No solo tica del movimiento de los trabajadores.
nos interesa recuperar la memoria de los Paradójicamente, los procesos men-
dirigentes y militantes, sino tratar de ana- cionados y sus consecuencias son poco
lizar el proceso en su totalidad e indagar conocidos. Existe una fuerte inclinación a
sobre las causas de los conflictos. Consi- focalizar el debate en las secuelas de la úl-
deramos que se han subestimado factores tima dictadura y en las vejaciones sufridas
causales vinculados a las peculiaridades por militantes políticos organizados2.

1
La Conadep estableció en su Informe de 1985 que había alrededor de 9.000 desaparecidos, de los cuales el 30%
eran trabajadores. En la actualidad continúan las denuncias de desapariciones y el número supera los 13.000. Las
proyecciones de los organismos de derechos humanos y del Archivo Nacional de la Memoria estiman en por los
menos 30.000 los desaparecidos, de los cuales al menos la mitad son trabajadores.
2
Sobre los debates acerca de las consecuencias de la última dictadura y las torturas de militantes puede verse Pilar
Calveiro, Poder y desaparición. Los campos de concentración en la Argentina, Buenos Aires, Colihue, 2004. También
puede verse la Revista Lucha Armada.

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Revista de Estudios sobre Genocidio

Ese enfoque es limitado porque no da des unidades productivas, en algunos ca-


cuenta de procesos inorgánicos pero de sos extranjeras, que mantienen estrechas
masas, como la protesta obrera que pre- relaciones con el poder político. Veamos
cede al golpe militar, ni establece antece- distintas etapas:
dentes, continuidades y alianzas entre los
victimarios, ni advierte sobre los objetivos I.1 Acumulación originaria y pueblos originarios
implícitos del golpe militar, en especial el
“disciplinamiento obrero” y el aumento de Entre 1850 y 1880 se conformaron si-
la productividad, ni evalúa las consecuen- multáneamente en la Argentina un peculiar
cias negativas en el mundo del trabajo, en modo de organización del sistema capita-
especial las limitaciones de la actual direc- lista y el Estado nacional. En esta etapa,
ción sindical y la pérdida de derechos que también denominada de “acumulación
hoy se deben proteger, más allá de la justa capitalista originaria”, el capitalismo argen-
reparación a las víctimas que acceden a tino desplazó a los pueblos originarios y
los mecanismos legales de reparación. utilizó como mano de obra a parte de ellos,
En suma: nos proponemos relacionar a mestizos como el “gaucho”, y a inmigran-
el último golpe militar de la Argentina con tes extranjeros. En esta fase inicial la uni-
las relaciones laborales. Para ello comen- dad productiva básica era la estancia.
zaremos por mencionar algunos antece- En los orígenes de nuestro peculiar ca-
dentes históricos. pitalismo agrario, en la segunda mitad del
siglo XIX, fue necesaria la existencia simul-
tánea de medios de producción accesibles
I. Antecedentes históricos: y de una fuerza de trabajo libre y disponi-
una periodización ble. Las inmensas tierras de la llanura pam-
peana y los centauros vernáculos (indios y
Contra el dogma liberal y neoliberal
“gauchos”) terminaron jugando ese papel.
de que el Estado no interviene en los pro-
Lo que se dio en llamar “conquista del de-
cesos económicos y contra cierto marxis-
sierto”,3 en rigor fue la conformación de un
mo estrecho que sostiene que solo existe
sistema capitalista de producción.
“coacción extra-económica” en la fase de
Hasta aquí la información es más o
acumulación originaria del capitalismo,
menos aceptada y de conocimiento públi-
consideramos que la violencia estatal ha
co. Pero llama la atención que ni especia-
sido una constante en el desarrollo capita-
listas en historia o ciencia política, y mucho
lista argentino.
menos el lector medio, posean datos con-
Es conveniente vincular el desarrollo
cretos y detallados sobre ese episodio que
de las empresas capitalistas en nuestro
involucra a gran parte del territorio nacional
país con diversas formas de represión. La
hace poco más de un siglo.
“violencia extra-económica” o institucional
ha estado presente desde los orígenes de La cultura del caballo como obstáculo
las relaciones laborales en la Argentina. Pa- La necesidad de nuevas tierras para
recería que una característica peculiar del un capitalismo asentado en las estancias
capitalismo local es la presencia de gran- pampeanas y la conformación de un ejérci-

3
Se conoce como “conquista del desierto” una operación político-militar que en la segunda mitad del siglo XIX incor-
poró a la flamante nación millones de hectáreas de tierras cultivables y una mano de obra “domesticada”. El proble-
ma es que el supuesto “desierto” estaba habitado y controlado políticamente por una Confederación indígena. Los
aborígenes son aniquilados en el último cuarto del siglo XIX. Las tierras fueron ocupadas en base a un sistema de
“estancias” privadas de grandes extensiones. Véase en James Scobie, La revolución en las pampas. Historia social
del trigo argentino, 1860-1910, Buenos Aires, Solar-Hachette, 1968; Juan C. Vedoya, La Campaña del desierto y la
tecnificación ganadera, Buenos Aires, EUDEBA, 1981.

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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina

to de línea unificado y pertrechado influye- Recién se habla de guerra en la última


ron en la “solución militar”. El mundo arau- parte del siglo XIX, al compás de la ne-
cano era un obstáculo para la libre utiliza- cesidad de expandir la frontera agrícola.
ción de la tierra y para obtener una mano Más bien parecería que se trata de pode-
de obra dócil. res muy desiguales y de la necesidad del
Como en etapas posteriores, los mi- grupo de los estancieros de apropiarse de
litares ejecutaron proyectos urdidos por tierras, mano de obra barata y servidumbre
empresarios. Ya en estas épocas apellidos doméstica.
como Martínez de Hoz o Blaquier se desta- En rigor, el Estado nacional en forma-
caban en una Sociedad Rural que financió ción de mediados del siglo XIX es un es-
la “campaña del desierto”. tado militarista. Alrededor de la mitad del
Luego de la derrota de Calfucurá en gasto público lo abarca el presupuesto
1872 en San Carlos de Bolívar, Provincia militar. En ese marco la “guerra” contra el
de Buenos Aires, las tropas del general Ju- indio resulta funcional a los grandes estan-
lio Argentino Roca avanzaron sobre otros cieros a dos niveles: permite disciplinar a
grupos araucanos, como los ranqueles de los “gauchos” con la amenaza de enviar-
La Pampa y San Luis, o los “manzaneros” los a la milicia y ocupar nuevos territorios
de Sayhueque, habitantes de Río Negro, y a medida que sea necesario expandir la
en un par de décadas exterminaron a los frontera agrícola. Se usa la estructura de la
antiguos dueños de las pampas.4 justicia de paz para obligar a una parte de
la población a formar parte del ejército6.
El mito de la guerra y el desierto
Se ha dicho que la masacre de dece- Policía, justicia de paz y control de la mano
nas de miles de indios fue consecuencia de de obra
una guerra convencional. Se ha enfatizado, En la provincia de Buenos Aires rigie-
además, el presunto carácter sanguinario ron desde principios del siglo XIX bandos
y brutal de los indígenas, a quienes en los o reglamentos que obligaban a los peo-
textos oficiales se calificaba de “salvajes” o nes rurales a tener una “papeleta” 7. En
“bárbaros”. Se alude, finalmente, a la ocu- Entre Ríos, una ley y un Decreto de 1860
pación de un “desierto”. establecían un minucioso control, a cargo
Los estudios antropológicos e histo- de jueces de paz y de la policía, sobre los
riográficos recientes, aunque todavía muy peones rurales que realizaban tareas “por
incompletos, muestran otras cosas. Res- día”. En Tucumán, el control de los “des-
pecto a la idea de una “guerra” conven- ocupados” estaba a cargo de la policía
cional, estimaciones hechas por expertos provincial, que se encargaba de asignarlos
muestran una nómina de víctimas desigual a diversos ingenios. Hacia 1880, la Oficina
y relativamente baja5. de Conchabos, dependiente de la Policía

4
Algunos murieron en combate, otros fueron aprisionados y enviados a la Isla Martín García, en el Río de La Plata.
Hubo mujeres utilizadas en el servicio doméstico, jóvenes enviados a los ingenios de caña de azúcar en Tucumán.
Véase Enrique Mases, Estado y cuestión indígena. El destino final de los indios sometidos en el sur del territorio
(1878-1910), Buenos Aires, Prometeo, 2002. También véase el prólogo de Guillermo Magrassi a E. Zeballos, Callvu-
cura y la dinastía de los Piedras, Buenos Aires, CEAL, 1981.
5
Se estima que en 60 años murieron poco más de dos mil “blancos” y más de diez mil indígenas. Ver Carlos Martínez
Sarasola, Nuestros paisanos los indios, Buenos Aires, EMECÉ, 1992.
6
En efecto, a través de leyes provinciales se destina a los “vagos, mal-entretenidos y cuchilleros” al servicio militar
en los fortines de la frontera. (Juan Carlos Gravaglia, Ejército y milicia. Los campesinos bonaerenses y el peso de
las exigencias militares, Buenos Aires, IEHS, Universidad Nacional del Centro de la Pcia. de Bs As, 2003. Del mismo
autor puede verse Pastores y labradores de Buenos Aires, Buenos Aires, Ed. De la Flor, 2001.
7
Véase Alfredo Montoya, La industria de la salazón de carne en la argentina, Buenos Aires, El Coloquio, 1971.

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tucumana tenía más de cuarenta mil peo- juy y los Patrón Costa en Salta serán gru-
nes matriculados8. pos familiares con gran poder económico
Mención aparte merecen los trabaja- y político. Comparten el poder y el control
dores mapuches destinados a los ingenios de gran parte de las mejores tierras con
tucumanos. El general Roca, vinculado a empresas extranjeras que se apropian de
gobernantes y dueños de ingenios de la las tierras del nordeste, conocidas como
provincia de Tucumán, envió un contin- Gran Chaco: con los Hardy del Ingenio Las
gente de jóvenes mapuches como forma Palmas, con los de la Forestal Company,
de paliar la escasez de mano de obra en con los Bunge y Born. En el sur, los Menén-
la zona9. Es una primera muestra de trasla- dez Behety concentran cientos de miles de
dos compulsivos de mano de obra, abier- hectáreas dedicadas a la cría de ovejas,
tamente violatorios de la Constitución Na- compartiendo el poder con empresarios
cional de 1853, que establecía la abolición ingleses.
de la esclavitud, la libertad de trabajo y la En el norte, los indios wichi o matacos,
necesidad de mantener el trato pacífico pilagá y tobas son perseguidos ferozmente
con los indios. y constituyen uno de los últimos baluartes
En resumen, en la etapa de acumula- de la resistencia indígena. Pero son diez-
ción originaria del capitalismo vernáculo mados en el marco del boom agro-expor-
se utiliza la violencia extra-económica para tador y obligados a trabajar en los ingenios
garantizar el naciente sistema de produc- azucareros y fábricas de tanino. En el sur,
ción. Dicho de otra manera, la violencia es- los araucanos, los tehuelches y los onas
tatal, las prácticas genocidas y la represión forman parte de la “peonada” de las gran-
están presentes desde el inicio de la acu- des estancias.
mulación capitalista argentina. La mano de obra aborigen es estricta-
mente necesaria para la Argentina expor-
I.2 El desarrollo agro-exportador tadora del primer Centenario, cuando los
ingenios azucareros, los frigoríficos, los
Entre 1880 y 1930 la Argentina alcanzó
aserraderos o las fábricas de tanino forman
un desarrollo vertiginoso, que la colocó en-
parte del núcleo más dinámico de la eco-
tre las diez principales economías del mun-
nomía. A esta población indígena o mestiza
do. Hacia 1910, en el primer “Centenario”,
se suman cientos de miles de inmigrantes
Buenos Aires era la principal metrópolis
de origen europeo. Hacia 1910 en Buenos
latinoamericana y la Argentina era conside-
Aires son mayoría los inmigrantes extranje-
rada el granero del mundo.
ros recientes.
En esta fase, el capitalismo vernáculo
adopta un perfil agro-exportador. Pero otra La muerte en los talleres, estancias e inge-
vez se plantea la necesidad de disponer de nios
tierras aptas y de una mano de obra dis- En enero de 1919 los obreros de los ta-
ciplinada y barata, a fin de competir en el lleres Vasena de Buenos Aires salieron a la
mercado internacional. huelga y fueron reprimidos duramente. Se
Una oligarquía depredadora y extran- los acusó de “rusos”, perturbadores extran-
jerizante, apoyada por la Gendarmería y el jeros y enemigos de la Patria. Al día siguien-
Ejército, se apropia de las mejores tierras. te, en el velatorio de las víctimas, la policía
En el noroeste, los Arrieta-Blaquier en Ju- volvió a balear a la multitud obrera10.

8
Daniel Campi, Captación forzada de mano de obra y trabajo asalariado en Tucumán, UNT, 1993.
9
Véase Enrique Mases, ob. cit. y Daniel Campi, ob.cit.
10
Se estima que hubo más de mil muertos. Puede verse Edgardo Bilsky, La Semana Trágica, Buenos Aires, Centro
Editor de América Latina, 1982.

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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina

En 1921 hubo una huelga de peones Esta funesta metodología sirve de antece-
rurales en la Patagonia. El coronel Varela dente y se prolonga a la segunda mitad
logró que las partes en conflicto llegaran del siglo XX, cuando la represión policial y
a un avenimiento, que reconocía la mayor militar es la manera de solucionar los con-
parte de los pedidos de los huelguistas. En flictos laborales.
una segunda incursión, realizada en 1922, En 1924 se desató una cruel represión
las tropas de Varela asesinaron mil quinien- sobre Napalpí, reserva toba en el Chaco,
tos peones rurales, según la denuncia de cuyos efectos recién se están conociendo
los dirigentes anarquistas de la época11. en base a una presentación judicial. Tam-
Hay otro capítulo ignorado de nuestra bién recientemente se han dado a cono-
historia social. Se trata de la resistencia de cer datos sobre una brutal represión de la
los trabajadores indígenas en grandes in- Gendarmería sobre la comunidad Pilagá
genios como Las Palmas o en las fábricas de las Lomitas, Formosa, en 1947. Llama
de tanino. Hacia 1920 se reportan grandes la atención el profundo racismo de los em-
conflictos obreros con numerosos muer- presarios y militares, quienes no reconocen
tos. Se destacan dos grandes huelgas en naturaleza humana a los habitantes de las
el Ingenio Las Palmas y tres huelgas en la selvas.
Forestal. En ambos casos intervinieron en En síntesis, la cara oculta del boom
la represión regimientos de infantería. agro-exportador argentino es la violencia
Es tradicional que en los Ingenios fun- contra los trabajadores y los grandes abu-
cionen subcomisarías y que los funciona- sos de los grupos económicos.
rios policiales reciban sobresueldos por
parte de los empresarios. Sobre ello hay I.3 La primera etapa de sustitución
abundantes testimonios que involucran a de importaciones y el primer peronismo
grandes empresas como Ledesma, Las
Palmas o la Forestal.12 (Bergalló 2004, Ba- A partir de la gran crisis del treinta co-
yer, 2001, Lagos,1994). mienza en la Argentina la sustitución de
importaciones. Sin embargo, a nivel políti-
El complejo “patronal-militar” co conviene distinguir dos fases de distin-
La relación entre los dueños de las es- to signo. La “década infame” de los años
tancias, grandes talleres, ingenios o fábri- treinta implica el inicio de los golpes de Es-
cas de tanino y las “fuerzas de seguridad” tado y una restauración conservadora. El
(Gendarmería, Ejército, Policía) ha sido una peronismo histórico (1945-1955) expresa
constante. La mentalidad del encomende- una suerte de populismo plebeyo. En tér-
ro colonial se traslada al siglo XX y la repre- minos gramscianos, en toda la etapa hubo
sión brutal es una consecuencia directa. “Cesarismo”, pero el primero fue de tipo re-
Un ejemplo es la represión policial y gresivo, mientras que el peronismo fue de
militar en Buenos Aires y Santa Cruz entre tipo progresivo.
1919-1922. La ocupación militarista de la En los años treinta reaparece uno de
selva chaqueña en la primera mitad del si- los perfiles de la oligarquía argentina, el
glo XX o la experiencia del Ingenio Las Pal- de una suerte de “plantador” comparable
mas también son testimonios concretos13. a los racistas del sur de Estados Unidos

11
El libro clásico sobre este tema es Osvaldo Bayer, La Patagonia Rebelde, Buenos Aires, Galerna, 1972.
12
Véase en Marcelo Larraquy, Marcados a fuego, La violencia en la historia argentina, Buenos Aires, Aguilar, 2009; y
Marcelo Lagos, Conformación del mercado laboral en la etapa del despegue de los ingenios azucareros, Tucumán,
UNT, 1993.
13
Sobre el tema puede verse: Nicolás Iñigo Carrera, La Colonización del Chaco, Buenos Aires, CEAL, 1983. Y también
Campañas militares y clase obrera. Chaco, 1870-1930, Buenos Aires, CEAL, 1984.

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o los millonarios centroamericanos14. Con de sol a sol, no tenían condiciones mínimas


Juan Perón surge un populismo mestizo de de higiene y seguridad y cuando hicieron
gran combatividad que enfrenta los abusos huelgas, como en 1920 en el Ingenio Las
empresarios. Palmas o en 1921 en La Forestal, fueron
brutalmente reprimidos por el ejército16.
Dueños de la vida y de las almas El descuido por la vida de sus trabaja-
En los grandes establecimientos pro- dores se puede apreciar con otro ejemplo.
piedad de grupos oligárquicos vinculados En las Cervecerías del grupo Bemberg,
al capital internacional se verifica una extra- las principales ubicadas en Tucumán y en
ña combinación entre métodos y concep- Quilmes, provincia de Buenos Aires, se su-
ciones del feudalismo español, de las “en- ministra miles de litros diarios de cerveza
comiendas” coloniales, y de las estancias en horas de trabajo como forma de incenti-
bonaerenses. var a sus obreros.
El patrón es dueño de la vida y la
muerte de sus dependientes y detenta el Bombas contra el pueblo
control “espiritual” de su “peonada.” Las El capitalismo argentino no solo funcio-
grandes empresas se apropian de pue- na con medios de producción accesibles.
blos enteros. Como Libertador General Necesita una fuerza de trabajo disciplina-
San Martín, que pasa a llamarse Ledesma da. En este aspecto, la experiencia pero-
por la empresa del grupo Arrieta-Blaquier. nista fue “el hecho maldito del país bur-
O la localidad salteña de Orán, que es ab- gués”17. Formado por una extraña mezcla
sorbida por el ingenio de San Martín del entre los “cabecitas negras”, los mestizos
Tabacal, del grupo Patrón Costas. Las provenientes del interior y los inmigrantes
grandes empresas detentan propiedades europeos de tradición anarco-sindicalista,
que oscilan entre las 100.000 ha del Inge- el peronismo de los trabajadores desesta-
nio Ledesma, las 200.000 del Ingenio Las biliza el raudo avance del capitalismo ver-
Palmas, de la familia Hardy, hasta cerca náculo.
de un millón, las controladas por Patrón Las bombas arrojadas por las Fuerzas
Costas en los años 3015. Armadas en junio de 1955 sobre civiles
Las relaciones laborales son muy pre- indefensos congregados en la Plaza de
carias. Desde principios del siglo XX se les Mayo simbolizan la actitud de la reacción
pagaba a los trabajadores del azúcar o de conservadora. No se conoce el número
la madera con “vales”, y se obligaba a gas- exacto de víctimas mortales, pero hay tes-
tar el salario en cantinas y almacenes pro- timonios que oscilan entre los trescientos y
piedad de los nuevos encomenderos. los dos mil civiles asesinados18.
Los testimonios sobre la vida de los
trabajadores en grandes empresas como I.4 La fase desarrollista
Las Palmas, La Forestal o San Martín del A partir del golpe de 1955 y hasta el
Tabacal son muy elocuentes. Trabajaban nuevo gobierno justicialista de 1974 surge

14
Se destaca el magnate azucarero Robustiano Patrón Costas, uno de los símbolos de la “década infame”, quien
fuera Gobernador de Salta y Senador nacional.
15
Vease Nicolás Iñigo Carrera, Las modalidades de la coacción en el proceso de génesis y formación del proletariado
para la industria azucarera del norte argentino, Tucumán, UNT, 1993. Puede verse también mi trabajo “Vales y Balas
en el trópico argentino”, ponencia para el I Congreso de Relaciones Internacionales, Buenos Aires, 2007.
16
Al respecto puede verse Gastón Gori, La Forestal, Santa Fe, Yardín Ediciones, 2006, y Marcelo Llarraquy, ob. cit.
17
Esta caracterización corresponde a John William Cook, Correspondencia Perón-Cooke, Buenos Aires, Ed. Parla-
mento, 1984.
18
Daniel Cichero, Bombas sobre Buenos Aires, Buenos Aires, Vergara, 2005.

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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina

una etapa “desarrrollista”, caracterizada las empresas. Sin haber leído a Gramsci
por la gran inestabilidad política. En junio los obreros argentinos eran “consejistas” y
de 1956 son fusilados militares peronistas ejercían el control de la producción20.
y decenas de obreros rebeldes que luchan Contra esa conjunción entre un líder
por defender sus conquistas. El Plan Co- populista y un movimiento obrero rebelde
nintes fue un decreto de emergencia que e “indisciplinado” es que se disparan las
estableció la jurisdicción militar para los bombas de Plaza de Mayo y luego se da
actos llamados "terroristas". Entra en vigen- un golpe militar en 1955, cuando aparecen,
cia por la presión militar el 13 de marzo de todavía en segundo plano, figuras paradig-
1960, durante el gobierno semiconstitucio- máticas de la oligarquía como José Alfredo
nal del doctor Arturo Frondizi, y es manteni- Martínez de Hoz o Álvaro Alsogaray.
do hasta 1963 por el presidente provisional El peronismo y su líder fueron pros-
José María Guido. criptos, violando elementales derechos
El destino de los cientos de obreros políticos y electorales consagrados en los
detenidos durante el Plan Conintes es otro tratados internacionales que tutelan la libre
capítulo olvidado de nuestra historia social. expresión de la voluntad popular y el de-
Según estimaciones del Archivo Nacional recho a ser elegido. En esas condiciones
de la Memoria hubo más de tres mil pre- llega al Gobierno Arturo Frondizi, encabe-
sos. zando una escisión de la Unión Cívica Ra-
dical (UCR).
Defendiendo el capital
La “indisciplina laboral”, la rebeldía de
Juan Perón siempre fue mala palabra
los obreros, era uno de los estigmas del
para la oligarquía argentina. Hijo de ma-
peronismo clásico. Sobre esa “anomalía”
dre mestiza, casado con una estrella de
cargaron los políticos y empresarios desa-
la radiodifusión, impulsor de un estilo de
rrollistas. Y el Plan Conintes nuevamente
conducción que en el mundo académico y
unificó a las víctimas: “tanos”, “gallegos”,
en el periodismo político se conoce como
“polacos”, tucumanos, chaqueños, es
“populista”, fue combatido duramente por
decir rubios (los “rusos”) y mestizos (los
el complejo “militar-patronal” de los Patrón
cabecitas negras) se encontraron en los
Costa, Bemberg, Bunge y Born, Lanusse y
cuarteles. Aunque la gran mayoría de los
Alsogaray.
detenidos eran peronistas, en los cuarteles
Junto al liderazgo de Perón emerge un
también hubo dirigentes sindicales comu-
fenómeno independiente. El peronismo de
nistas. En ese sentido, el gran capital y los
los trabajadores surge de la amalgama de
militares nunca hicieron distinciones.
dos tradiciones: los inmigrantes provenien-
tes de distintas regiones de Europa y los Militares, empresarios y “doctores “en los 60
migrantes internos provenientes del norte Tras la militarización “frondicista” es-
del país19. taban las presiones militares y en 1962 el
Pero además el peronismo obrero se presidente semi-democrático fue desti-
había hecho fuerte en los Cuerpos de Dele- tuido y reemplazado por un gobernante
gados y en el control de las condiciones de “títere”. En efecto, José María Guido fue
trabajo en cada una de las secciones de el mascarón de proa de un gobierno con

19
Ni “aluvión zoológico”, como decían algunos dirigentes socialistas o de la UCR, ni masas en disponibilidad, como
sostuvo Gino Germani, el peronismo obrero es uno de los movimientos más combativos del mundo, con un verda-
dero récord internacional de huelgas nacionales. Ver sobre el tema Hugo Del Campo, Sindicalismo y peronismo,
Buenos Aires, Clacso, 1983.
20
Al respecto puede verse Daniel James, Resistencia e integración, Buenos Aires, Sudamericana, 1990; y Daniel
Cieza, “De la cultura del trabajo al malestar del desempleo”, La Plata, CREALC-HCD, 2000.

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Revista de Estudios sobre Genocidio

fuerte participación de los grandes grupos tablecimientos y se movilizan casi cuatro


económicos. En la administración Guido millones de trabajadores.
aparecen figuras de distintas alas de la cor- Durante la administración Guido es
poración militar: Alejandro Lanusse, Juan asesinado Felipe Vallese, obrero metalúrgi-
Carlos Onganía. También aparecen pode- co, lo que se considera el símbolo de una
rosos empresarios: José Alfredo Martinez fase luctuosa de nuestra historia22. Durante
de Hoz y Álvaro Alsogaray son Ministros de el Gobierno de Onganía se reprime a los
Economía en períodos breves. Finalmente, trabajadores azucareros de Tucumán, los
están los intelectuales de derecha, como el de las automotrices de Córdoba y los pe-
inefable doctor Mariano Grondona, quien troleros de Ensenada, entre otros grupos
en su currículum actual omite que fue pro- obreros en conflicto. En el posterior go-
fesor de la Escuela de Guerra y Subsecre- bierno del general Lanusse, la resistencia
tario del Interior de Guido, o Juan Alemann, peronista produce hechos de masas que
el “periodista económico” de la derecha permiten el retorno de Juan Perón y se
vernácula. mantienen los hechos de violencia.
Durante el Gobierno militar de Juan Esta breve recorrida histórica demues-
Carlos Onganía (1966-1969), es designa- tra que el golpe genocida de 1976 no fue
do Ministro de Economía Adalbert Krieger un rayo en una noche serena, sino conse-
Vasena; un ejecutivo de numerosas com- cuencia de un siglo de violencia.
pañías norteamericanas, Álvaro Alsogaray,
se desempeña como Embajador en Esta-
dos Unidos y su hermano, Julio Alsogaray, II. Antecedentes inmediatos: protesta
como Comandante en Jefe de las Fuerzas obrera y “subversión industrial”
Armadas. José Alfredo Martínez de Hoz y
Un antecedente inmediato de la re-
Carlos Blaquier, desde el Centro de Azu-
presión militar que tiene como epicentro el
careros, participan en la “reestructuración”
golpe de estado del 24 de marzo de 1976
de la industria en el interior del país21.
es la fuerte protesta obrera en la Argentina
La Resistencia a fines de los 60 y principios de los 70.
Los obreros, juzgados por tribunales En 1968 surge una central sindical re-
militares durante el Plan Conintes, eran belde denominada CGT de los Argentinos
encarcelados y luego incluidos en “listas y en el interior del país emerge un sindica-
negras” que les impedían volver a las fá- lismo denominado “clasismo”, con fuerte
bricas. Luego se les negaba el certificado presencia en complejos de las automotri-
de buena conducta. Su delito había sido ces y siderúrgicas de Córdoba, el Gran Ro-
defender ciertas condiciones de vida y sario y el conurbano bonaerense.
no abdicar de su pensamiento político. A partir de 1974-1975 comienza en
En toda esa etapa se habían dejado sin el mundo una etapa neoliberal que se
efecto algunas conquistas del peronismo prolonga hasta iniciado el siglo XXI. Esta
clásico y se había proscripto a Perón y al nueva fase del capitalismo, basada en la
peronismo. polivalencia funcional y la flexibilización la-
En 1963 la CGT pone en marcha un boral, se empieza a perfilar en la Argentina
Plan de Lucha. Como segunda parte de luego de la muerte de Perón, y entra en
ese Plan, en 1964 se toman once mil es- contradicción con un movimiento obrero

21
Rogelio García Luppo, Mercenarios y monopolios en la Argentina. De Onganía a Lanusse, 1966-1973, Buenos Aires,
Achával Solo, 1973.
22
Felipe Vallese es el primer desaparecido de la historia contemporánea. Véase Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Orte-
ga Peña, Felipe Vallese. Proceso al sistema, Buenos Aires, Ed. Avon, 2003.

74
La dimensión laboral del genocidio en la Argentina

con altos niveles de organización y comba- ta hicieron del albergue de solteros de la


tividad. planta industrial Acindar el primer centro
clandestino de detención del país. El repre-
La generación del “Cordobazo”
sor Rodolfo Peregrino Fernández confesó
Hacia 1968 la tradicional CGT argentina
que Martínez de Hoz, presidente de Acin-
sufre una división y aparece una combativa
dar, pagaba cien dólares a cada uno de los
CGT de los Argentinos, dirigida por el grá-
represores. Hubo trescientas detenciones
fico Raimundo Ongaro. La nueva central
y veinte desaparecidos.
obrera, de filiación peronista, empieza a
De esta forma, el cordón industrial de
coordinar esfuerzos con pequeños sindica-
Rosario es “limpiado” tempranamente, du-
tos “clasistas” y participa activamente en la
rante 1975. Algo similar ocurre en Córdoba,
gran movilización popular del 29 de mayo
donde son asesinados dirigentes obreros
de 1969, conocida como “el Cordobazo”.
como Atilio López. Asimismo comienza la
En los años siguientes surgen diversas
represión antiobrera en Tucumán o Jujuy.
direcciones sindicales “clasistas y comba-
También hay una fuerte represión sobre fá-
tivas”. Se distinguen, entre otros, el gremio
bricas cercanas a la Capital Federal, como
de Luz y Fuerza de Córdoba, los mecáni-
Bagley, la Hidrófila, etc.
cos de Córdoba, los siderúrgicos del Gran
Los grandes empresarios, asociados
Rosario y el Gran La Plata, los Gráficos y
en la Asociación Permanente de Gremiales
Trabajadores de Farmacias de Buenos Ai-
Empresarias, empiezan a preparar el golpe
res, los telefónicos de varias provincias.
de Estado desde fines de 1975.
El “Rodrigazo” y las Coordinadoras
Hacia principios de 1975, los trabaja-
dores argentinos protagonizan jornadas III. El último golpe militar
históricas que rebasan a la burocracia sin- Luego del golpe militar del 24 de marzo
dical. En el “Rodrigazo”, una potente movili- de 1976 la represión se hace más sistemá-
zación nacional cuestionó la política salarial tica y penetra en las zonas sur y oeste del
del gobierno de Isabel Perón y su ministro Gran Buenos Aires. José Alfredo Martínez
Celestino Rodrigo. Las coordinadoras de de Hoz es designado Ministro de Econo-
base generan una suerte de poder obrero mía del gobierno militar. A pesar de que el
en los cordones industriales del Gran Bue- movimiento obrero organizado es uno de
nos Aires, Gran La Plata y Gran Rosario. los principales blancos del proceso repre-
Una vez más la “indisciplina” laboral sivo, se ha intentado encubrir este hecho
aparece como problema y empresarios, con teorías falsas.
militares y políticos comienzan a opinar so-
bre los peligros de la subversión industrial La teoría de los dos demonios
y la guerrilla fabril. En efecto, José Martinez Se ha intentado plantear que la represión
de Hoz y Alcides López Aufranc, de Acin- sucedida entre 1975-1983 fue producto de
dar, y el líder de la UCR, Ricardo Balbín, una “guerra convencional” en la que se enfren-
comienzan a señalar la cuestión23. taron dos ejércitos. A partir de allí se justifica
En marzo de1975 una columna de un la violación masiva de los derechos humanos
kilómetro y medio de automóviles y camio- y se sostiene la teoría de los “dos demonios”.
nes invadieron Villa Constitución, cercana Hubo ciertamente algunos elementos
a Rosario. Policías provinciales y federales poco claros, tales como el ataque a cuar-
y hombres de la derecha sindical peronis- teles por fuerzas de izquierda en 1974 y

23
En la época, se equipara el accionar de los grupos guerrilleros a las protestas de los Cuerpos de Delegados. Los
primeros son la “subversión” y los segundos la “subversión industrial”.

75
Revista de Estudios sobre Genocidio

1975, o la ilusión de una “contra-ofensiva” nada “guerrilla de fábrica”, el 24 de marzo


de la organización Montoneros, luego del de 1976 asistimos a una represión minu-
golpe militar. Pero de ninguna manera se ciosa y sistemática. Veamos un caso con-
configuró una guerra tradicional, ni la in- creto: En la madrugada del 24 de marzo
mensa mayoría de las víctimas revistió el personal militar, con listas en mano, pro-
carácter de “soldado” o “combatiente”. cedió a detener a todos los delegados y
Según estimaciones de la Comisión subdelegados gremiales, miembros de co-
Nacional sobre Desaparición de Personas misiones internas sindicales y de organis-
(Conadep), creada en 1984, un 30% de los mos de negociación colectiva (comisiones
detenidos desaparecidos, sobre alrededor paritarias), de todas las grandes fábricas
de nueve mil registrados por dicha Comi- de la región del Gran La Plata. De esta ma-
sión, eran obreros. Pero si proyectamos nera, varios cientos de trabajadores de los
este cálculo sobre los 30.000 desapareci- Frigoríficos Swift, de Berisso; de Astilleros
dos que hoy se estiman, todo indica que la Río Santiago; de la Destilería de YPF y de
proporción de trabajadores aumenta hasta Propulsora Siderúrgica de Ensenada; de
llegar a la mitad. De esos quince mil obre- Petroquímica Sudamericana de La Plata y
ros desaparecidos un porcentaje ínfimo de Peugeot, de Berazategui, son concen-
participaba orgánicamente en las organi- trados en un cuartel de la Policía, ubica-
zaciones armadas. do en el centro de la ciudad de La Plata
En rigor fueron asesinados, como parte (calles 1 y 60). Encapuchados, son inte-
de la “subversión industrial” y como conti- rrogados y en algunos casos torturados y
nuidad de otras masacres de trabajadores “trasladados” durante varios días. Luego,
rebeldes: los obreros de la Semana Trágica el gran contingente obrero, con algunas
y los trabajadores de la “Patagonia rebel- “bajas” (asesinatos en supuestos “trasla-
de”. El objetivo central no fue resistir una dos”) es derivado a la Unidad Carcelaria
ofensiva “comunista”, ni siquiera asegurar la Nº 9, donde ocuparon los Pabellones 9 y
autoridad del Estado amenazada. Un obje- 10. Posteriormente, se agregaron al grupo
tivo claro fue disciplinar e intimidar al movi- obreros provenientes de empresas de Zá-
miento obrero a fin de introducir cambios rate y Campana24.
en los procesos laborales. No solo se reprime la protesta obrera
El fenómeno se dio en todo el país y en la zona sur. En el oeste del Gran Buenos
recién se está develando en el interior. A Aires, en la localidad de González Catán,
continuación mencionamos dos casos bo- está la fábrica automotriz Mercedez Benz.
naerenses (el Gran La Plata y el conurba- Allí, con la complicidad de la empresa ale-
no) pero hechos similares ocurrieron en los mana y algunos dirigentes del sindicato
ingenios de Tucumán y Jujuy, en las auto- mecánico, se hace desaparecer a la tota-
motrices cordobesas, o en las siderúrgicas lidad del cuerpo de delegados25.
del cordón Rosario-Zarate y Campana. A su vez, en la zona norte del conurba-
no, en la localidad de Pacheco, es paradig-
Los casos del Gran La Plata y del conurba- mática la represión en la empresa Ford. Se
no bonaerense trata de una gran planta industrial donde
Si bien ya había habido durante 1975 son secuestrados la mayoría de los dele-
varios episodios de represión a la denomi- gados. En el 2006 se inicia una denuncia

24
Al respecto véase mi libro De la cultura del trabajo al malestar del desempleo. Desarrollo socio-económico y conflic-
to laboral en la Argentina, La Plata, CREALC-HCD, 2000. Con motivo del 30° aniversario del golpe militar la Agencia
Télam publicó un folleto especial sobre este tema.
25
Una investigación pionera sobre la represión en establecimientos industriales del Gran Buenos Aires es la de Victo-
ria Basualdo, Complicidad patronal-militar en la última Dictadura argentina, Buenos Aires, CTA, 2006.

76
La dimensión laboral del genocidio en la Argentina

penal contra la empresa por facilitar sus antes de su asesinato en 1977, otro obje-
instalaciones para actos represivos. tivo central del último golpe militar es esta-
La represión del Gran La Plata se ha blecer un nuevo sistema productivo. Según
empezado a reparar con un gesto simbó- Walsh, luego del golpe militar en la Argen-
lico. El 24 de marzo del 2006, treinta años tina se vive la peor etapa del movimiento
después del golpe militar, serán reincorpo- obrero, con caída del salario, aumentos de
rados a los Astilleros Río Santiago de En- los ritmos laborales y la productividad, per-
senada un grupo de ex-presos políticos y secución de los dirigentes sindicales, etc.
de hijos de los obreros asesinados. En el Otra consecuencia indirecta es prepa-
caso de la Mercedes Benz, funciona una rar las condiciones para un desempleo de
Comisión investigadora apoyada por la masas. La desocupación de larga duración
propia empresa. que se vive entre 1994 y 2003 solo puede
explicarse en función de la última dictadura
En los confines del país genocida.
También se han realizado denuncias Finalmente, resulta evidente que se
sobre episodios represivos ocurridos en imposibilita una renovación de la dirigen-
grandes establecimientos del norte del cia sindical. A continuación veamos estos
país. En el ingenio Ledesma, de Jujuy, pro- temas:
piedad de la familia Blaquier, se producen
hechos represivos en 1976 y en la zona es Un “barrido” territorial
secuestrado el médico y ex intendente de Como señala un balance provisorio
la ciudad, Aredez. del equipo de antropología forense (Olmo,
En el marco de una gran empresa 2004), la represión se estructura a partir de
yerbatera del nordeste, propiedad del ex 1976 según un esquema “territorial” que da
ministro de la última dictadura, Adolfo Na- respuesta, en todo el país, a la protesta so-
vajas Artaza, también se ha denunciado cial que se verifica en los años 70. Entre los
el secuestro de dirigentes sindicales y la asesinados se pueden distinguir tres gru-
utilización de predios para acciones repre- pos: a) los militantes pertenecientes a or-
sivas26. ganizaciones político-militares; b) los “ac-
tivistas” que actuaban como referentes de
IV. Las consecuencias grupos sociales, tales como delegados de
fábricas o dirigentes barriales y estudianti-
La primera y más obvia consecuencia les, y que podían no estar vinculados a las
es la eliminación física de militantes polí- organizaciones “subversivas” y c) pobla-
ticos y sociales. En este sentido creemos dores de zonas en las que se realiza una
que no solo hubo “politicidio”27 sino tam- suerte de “limpieza social”, como ocurre en
bién exterminio de “activistas sociales”, barrios y regiones de Tucumán28.
como por ejemplo delegados sindicales,
dirigentes estudiantiles o militantes ba- Condiciones para un nuevo modelo
rriales. El concepto de “terrorista” era muy La otra consecuencia importante es la
amplio. instalación de un modelo socio-económico
Como sostiene lúcidamente Rodolfo neoliberal. Esto comienza con el golpe de
Walsh, en una carta abierta emitida días 1976 y con altibajos se mantiene hasta el

26
En el Juzgado Federal de Posadas, Misiones, tramita una causa contra Adolfo Navajas Artaza, dueño del estableci-
miento yerbatero Las Marías, iniciada por los familiares del delegado sindical Neri Perez, desaparecido en 1977.
27
El concepto de “politicidio” hace referencia al exterminio de un grupo político.
28
Véase Darío Olmo. La evolución de los estudios de identificación de personas en Violaciones a los derechos huma-
nos frente a los derechos de verdad e identidad, Buenos Aires, Abuelas Plaza de Mayo, 2004.

77
Revista de Estudios sobre Genocidio

fin del siglo. Fueron 25 años de privatiza- privilegiada para disciplinar al movimiento
ciones, de salarios en retroceso, de cam- obrero. A partir de la fuerte presión psico-
bios regresivos en la legislación laboral, de lógica del desempleo circundante se de-
retroceso en los indicadores de pobreza y sarrolla una violencia física consistente en
empleo. Fue, nada más y nada menos, la la prolongación inhumana de la jornada
política económica que Rodolfo Walsh ex- laboral y en el aumento del ritmo de traba-
plica en su carta abierta de 1977: jo, y un incremento de la violencia”moral”,
“...Dictada por el Fondo Monetario In- caracterizada por el acoso del personal je-
ternacional según una receta que se aplica rárquico.
indistintamente al Zaire o a Chile, a Uru- No se puede concebir el nivel de des-
guay o Indonesia, la política económica empleo reinante en los años 90 sin pensar
de esa Junta solo reconoce como bene- en los efectos del golpe militar de 1976.
ficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la La última dictadura preparó las condicio-
nueva oligarquía especuladora y un grupo nes para cambios drásticos en el modelo
selecto de monopolios internacionales de acumulación y en las formas de regu-
encabezados por la ITT, la Esso, las auto- lación.
motrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que
están ligados personalmente el ministro La burocracia sindical
Martínez de Hoz y todos los miembros de Si bien la tradicional burocracia sindi-
su gabinete”29. cal peronista es parcialmente perseguida
Durante los años 90 se mantiene y pro- durante la última dictadura, y a pesar de un
fundiza el retroceso de los derechos obre- intento de renovación sindical acaecido en
ros. Comienza a verificarse un fenómeno los primeros años de la recuperación de-
que hoy llamamos “violencia laboral” y que mocrática (1984-1988) en los principales
incluye el acoso moral o “mobbing”. El ca- gremios se han mantenido férreas burocra-
mino abierto por Martínez de Hoz se sigue cias sindicales.
transitando durante el menemismo. El virtual exterminio de los cuerpos de
En esta etapa, la herramienta funda- delegados luego del golpe militar de 1976
mental que esgrime el gran capital no son produjo un daño muy grave al sindicalismo
los Remington a repetición de fines del si- combativo. Como consecuencia de ello,
glo XIX, ni los golpes militares del siglo XX, la tradicional CGT mantiene el control del
sino una nueva: el desempleo circundante sindicalismo. Allí conviven dos sectores:
como elemento de disuasión. El famoso los denominados “Gordos”, con eje en
“ejército industrial de reserva”, descrito por grandes gremios de servicios (comercio,
Marx, ejecuta su impiadosa tarea. sanidad, energía) y el movimiento de tra-
Por otra parte, no logra recuperarse bajadores argentinos, con eje en gremios
una conducción sindical democrática y del transporte (camioneros, colectiveros,
combativa, ni los convenios colectivos que aviación).
regían en 1975. La oposición, que retoma las antiguas
banderas de la CGT de los Argentinos y
El fantasma del desempleo del electricista Agustín Tosco, es la Cen-
El desempleo de masas es un elemen- tral de Trabajadores Argentinos, con fuer-
to nuevo en el panorama laboral argenti- za en gremios estatales (empleados pú-
no, ya que solo tiene como antecedente blicos nacionales, maestros, empleados
la gran crisis del 30. En los 90, es el arma judiciales).

29
Párrafo de la carta abierta emitida por Rodolfo Walsh el 24 de marzo de 1977, poco antes de su muerte. Fue repro-
ducida masivamente por la Central de Trabajadores Argentinos al cumplirse 30 años de su desaparición.

78
La dimensión laboral del genocidio en la Argentina

V. Algunas continuidades, ocultamientos El ocultamiento y la ideología “oficial”


y polémicas La táctica de los victimarios ha venido
oscilando entre hablar de una guerra con-
La descripción de los hechos permi- vencional inexistente, satanizar a los diri-
te señalar algunas continuidades entre gentes de los perseguidos y ocultar a las
la última dictadura y procesos represivos víctimas. Y entre los panegiristas o propa-
anteriores, develar algunos aspectos ge- gandistas se destacan figuras como la de
neralmente omitidos y focalizar en grandes Mariano Grondona, profesor de la Escuela
grupos económicos una parte de la res- de Guerra, funcionario de la administración
ponsabilidad luctuosa. Guido y entusiasta admirador del Proceso
La represión contra la “guerrilla de fábri- militar a través de la revista Carta Política30,
ca” fue ejecutada por las fuerzas armadas, o de su ex socio periodístico Bernardo
primero con la cobertura de la Justicia en- Neustadt. También es importante Juan Ale-
tre 1974-1975 y luego con tribunales civiles mann, editor de diarios en idioma alemán,
y militares o sin ellos durante el “Proceso Ministro de Economía de la última dictadu-
militar”. Entre los impulsores y planificado- ra y uno de los propietarios del diario La
res aparecen algunos apellidos famosos, Razón en los años 90.
como el de Martínez de Hoz, Presidente
de Acindar, o de los Blaquier del Ingenio Continuidades
Ledesma. Entre los publicistas aparecen Hay una notoria continuidad entre los
Mariano Grondona y Juan Alemann. financistas, ejecutores y cómplices inte-
lectuales. Se podría hablar de verdade-
Ejecutores y beneficiarios ras dinastías al servicio del gran capital.
La combinación trágica entre dueños Los Martínez de Hoz aparecen apoyando
de grandes empresas y las fuerzas de se- la “campaña del desierto”, la reestructu-
guridad, analizada en diversos períodos ración azucarera y la represión contra la
históricos, también se verifica en los años “subversión industrial”. Los Blaquier apa-
70. Tomando como excusa un pequeño recen en la campaña del desierto, en los
foco guerrillero rural son asesinados cien- ingenios del norte y en las últimas dicta-
tos de obreros en Tucumán y Jujuy, a par- duras. Dinastías militares como los Ana-
tir de fines de 1974. La empresa Acindar, ya, los Lanusse o los Alsogaray, aparecen
dirigida por Martínez de Hoz y el general en diversos hechos represivos. Los Mitre,
López Aufranc, inicia en 1975 la represión los Lugones, los Alemann aparecen como
contra la “subversión industrial”. También ideólogos o propagandistas de diversas
en 1975 funcionan centros clandestinos dictaduras militares.
de detención en ingenios azucareros cer- También hay una gran continuidad en
canos a Tucumán. El Ingenio Ledesma, esa gran operación intelectual y cultural
propiedad de la familia Blaquier, facilita que se inicia con la generación de 1837,
vehículos y personal para reprimir a sus es perfeccionada con la generación de
propios obreros y a vecinos de Libertador 1880 y luego continuada por las elites “li-
San Martín, alrededor de 1976. Luego del berales” y pseudo-socialistas durante todo
golpe militar del 24 de marzo de 1976 de- el siglo XX, según la cual la Argentina no
cenas de empresas colaboran activamen- tiene historia indígena o mestiza. El “rela-
te en la represión. to” patrio y oficial de nuestro país acuña-

30
Véase en Martín Sivak, El doctor, biografía no autorizada de Mariano Grondona, Buenos Aires, Aguilar, 2005.

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Revista de Estudios sobre Genocidio

do por las elites liberales y aceptado por hechos un gran desprecio por la vida hu-
cierta “izquierda” tradicional carece de mana y no vacilan en falsear la historia.
cualquier tipo de recuperación de lo “na- Frecuentemente se auto-designan de-
cional-popular”31. fensores de las instituciones y hablan en
Este discurso tiene algunas lagunas. nombre de la república o la democracia,
No explica qué pasó en la mitad del país pero se involucran en procesos autoritarios
durante casi 50 años del siglo XIX. No logra que violan las garantías fundamentales y
definir el fenómeno político y social más im- los derechos básicos.
portante del siglo XX, el peronismo, y su re- En la última masacre, que tiene su epi-
lación con las clases subalternas. No ofre- centro en el golpe militar de 1976, aparece
ce una explicación seria del último golpe claramente un plan elaborado por grandes
militar, al subestimar a las víctimas obreras. empresarios cuyo objetivo es producir un
Pero además coloca a la Argentina en gran retroceso en el movimiento sindical.
una situación falsa. En momentos en que Nuevamente se usa la violencia para im-
las distintas naciones latinoamericanas pactar en las relaciones laborales, pero
asumen un perfil multicultural y multiétnico, esta vez se supera la crueldad de otras
se pretende conceptualizar a la Argentina experiencias. El resultado concreto es un
como una prolongación de Europa. En ri- gran retroceso en la legislación laboral, un
gor, de una caricatura de la Europa real, aumento formidable de ritmos laborales y
cuya fisonomía actual ha cambiado. de la productividad y la desarticulación de
una generación de dirigentes democráticos
y antiburocráticos.
VI. Conclusiones
En suma: nuestro capitalismo tuvo un
Creemos que se ha subestimado la di- origen sanguinario en su fase de acumu-
mensión laboral del último genocidio y de lación originaria, un desarrollo impetuoso
prácticas genocidas anteriores. El análisis y “salvaje” en algunas de sus etapas de
de los hechos revela que el salvajismo y expansión productiva y una fase no menos
la barbarie alcanzan su máximo nivel en el salvaje en el ajuste del final del siglo XX.
último golpe militar de 1976. Los respon- Esta dimensión laboral del genocidio debe
sables son grupos de poder en los que tenerse presente. Es de esperar que este
coexisten grandes empresarios, militares rescate de la memoria histórica que emer-
e intelectuales afines. Esos grupos son ge en la última década sirva para prevenir
profundamente racistas, manifiestan en los futuras masacres. F

31
El concepto de “relato patrio” puede verse en Elizabeth Jelín, Los trabajos de la memoria, Buenos Aires, Siglo
XXI, 2002.

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