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Sin duda, esta pauta sólo puede diferenciar buenos de malos lectores (siempre en
relación a lo esperado para la edad) y describir ordenadamente las dificultades
lectoras que presenta el niño, pero no podría ser utilizada o interpretados sus
resultados en vías a hacer un diagnóstico diferencial de Dislexia.
Una vez que el niño ha leído en voz un trozo adecuado para su edad, se sugiere
que lea un trozo en voz baja, ya que esta actividad también entrega información
importante
Se trata de una prueba clásica para detectar trastornos de lectura. Tiene la ventaja
de que puede evaluar nivel lector, en términos de que presenta las letras y
combinaciones de letras en una sucesión de complejidad creciente, y por lo tanto,
el nivel al que llegue el niño, será el máximo nivel del código que maneja (hasta el
ítem 15)
La prueba tiene varias limitaciones. Entre ellas, se puede señalar que para poder
aplicar la segunda parte, el niño deberá manejar el código alfabético completo. En
segundo lugar, las palabras y sílabas se presentan descontextualizadas, por lo
que el niño no tiene oportunidad de autocorregir basado en la comprensión del
contexto que está teniendo.
Se le presenta al niño la página que comienza con las consonantes básicas del
alfabeto y se le pida primero que diga cómo suenan las letras de la primera línea
y luego, cómo se llaman las de la segunda.
El análisis del relato que el niño hace de lo que leyó, al compararlo con el texto,
me informa de manera directa de cuánto es lo que comprende y retiene de lo
leído. El comparar el relato con lo que escribe, me permite evaluar cuanta
información pierde al expresar por escrito sus ideas.
Más que obtener resultados numéricos, lo que se busca es conocer los procesos
cognitivos del niño, la forma en que soluciona los problemas a los que se le
enfrenta, la forma en que explica lo que ha hecho, etc. Interesa
fundamentalmente conocer las explicaciones que el niño ofrece sobre los errores
que comete, la fuerza de sus argumentos, la capacidad y flexibilidad con que
puede cambiar de opinión, la capacidad de descentrarse y de tener un
pensamiento reversible.
Importa también observar si el niño es capaz de fijar su atención a más de una
variable antes de emitir un juicio.
Las desventajas. Gran variabilidad entre las edades en que se alcanzan las
diferentes estructuras cognitivas. Pueden alcanzar hasta 3 y 4 años en algunos
casos, dependiendo de los niveles culturales y las experiencias vividas.