MOTIVACIÓN EN EL PUESTO DE TRABAJO

El año pasado Marisa obtuvo su postgrado en contabilidad en una universidad.

Después de entrevistarse con varias organizaciones, aceptó un puesto en una de las
empresas de contabilidad más grandes y fue asignada a las oficinas de una ciudad
importante. Marisa se sentía muy contenta con la oferta que le hicieron: un trabajo
estimulante, en una empresa importante, una excelente oportunidad para obtener
experiencia y el salario más alto que se ofrecía ese año a los contables posgraduados:
4550 euros mensuales Marisa fue la primera de su generación. Era ambiciosa y
coherente y esperaba recibir un salario proporcionado.

Han pasado 12 meses desde que Marisa se unió a la empresa. Su puesto resulto tan
estimulante y satisfactorio como quería. Su jefe está muy complacido con su
desempeño; de hecho, le acaba de conceder un aumento mensual de 200 dólares. Sin
embargo, durante la última semana, la motivación de Marisa se ha ido por los suelos.
La empresa acaba de contratar a un recién licenciado de su misma universidad que,
aunque le falta el año de experiencia que tenia Marisa, gana 4.800 euros al mes, es
decir, 50 más que ella. No sería una exageración decir que está furiosa. Incluso dice
que se pondrá a buscar otro trabajo.

¿Qué ha pasado para que Marisa haya decidido abandonar la empresa?

¿Qué haríamos si nuestro objetivo fuese que no se marchara?