Sie sind auf Seite 1von 128

Guión cinematográfico

Original de Francisco Saucedo

Yo, el Apocalipsis
YO, el Apocalipsis 2.

FADE IN

SEC 1. EXT. - CALLE - TARDE

Como fondo de los créditos iniciales, una camioneta Ford Lobo


de lujo, color rojo cereza, está estacionada debajo de unos
árboles secos, cuyas ramas apuntan hacia el suelo, como una
mano que está a punto de agarrar algo del asfalto de la calle
debajo. En el interior del auto, entre los asientos de cuero
negro, unas llamas amarillas comienzan a crecer en un fuego
que está prendiendo. Se ven dos o tres chispazos de algo que
explota en pequeña escala, esparciendo chispazos de color
azul y verde eléctrico.

Un maniquí, vestido con un impermeable de plástico amarillo,


semitransparente, está sentado en el lugar del piloto. Las
lenguas de fuego llegan a él y se incendia; llegan al cuello
del muñeco y se comienzan a expandir por la cara, donde el
calor derrite los ojos y quedan sólo las cuencas, vacías y
oscuras. El resto de la cara también se consume, soltando
gotas plásticas gruesas como de cera.

Entonces algo estalla más fuerte y salen volando fragmentos


de plástico, cables, espuma de relleno. El pedazo de una hoja
YO, el Apocalipsis 3.

sale volando en medio del calor de la hoguera, flota por el


aire mientras se consume lentamente en una flama color cobre
brillante.

El papel quemándose pasa por delante de una densa columna de


humo oscuro, cuyas volutas forman caras y ojos, visiones de
demonios de cuernos largos, rostros deformes y ogros
salvajes.

Una ráfaga de viento lo impulsa hacia arriba y al fondo se


ven unas nubes negras, de una tormenta tropical que está
formándose. El aire la mueve de un lugar a otro, hasta que
atraviesa una pequeña ventana con rendijas color rosa
mexicano.

SEC 2. INT. - BAÑO DE IAN – TARDE

En ese instante IAN voltea asustado hacia la pequeña ventana


cerca del techo de su departamento. Es un hombre de edad
indefinida entre los 25 y 35 años, de complexión muy delgada,
como un maniquí de escaparate; estatura media, cabello
cortado al estilo militar, castaño oscuro y piel muy blanca.
Está vestido con un pantalón de ejercicios holgado y una
playera de algodón blanco, con el letrero “WHERE GOD HAS NO
NAME” estampado con letras rojo sangre en el frente.

IAN observa cómo de entre las rendijas color rosa mexicano de


la pequeña ventana sale volando un fragmento de papel
quemándose en medio de una flama cobre brillante.

Se comienza a escuchar de fondo la canción ​Hello Skinny​, de


The Residents (1978).

Está dentro de un baño lleno de un vapor denso de agua


caliente, parado frente a un lavamanos de modelo económico y
viejo, con un espejo grande sin marco a la altura de la cara
del hombre. Él ve el papel incendiado con mirada
interrogante.

El papel continúa su vuelo, haciendo varias piruetas en el


aire denso con el vapor, y entonces termina de consumirse y
casi es pura ceniza, cayendo dentro del lavamanos,
disolviéndose con la humedad de la superficie. Los restos del
papel dejan una plasta negro-grisácea con una forma que
recuerda, vagamente, a una cruz gamada.
YO, el Apocalipsis 4.

IAN abre la llave para quitar la mancha con el agua, mientras


lo hace sonríe un poco. Las cenizas van desapareciendo por la
coladera. IAN suspira al irse la última.

De la bolsa del pantalón saca un frasco de cristal ambarino,


en cuya etiqueta se lee: “GEODON”. Y un poco más abajo “Uso
psiquiátrico”. Lo mira unos instantes y lo regresa al
bolsillo del pantalón. Extiende una mano hacia el espejo y lo
mira lleno de vapor condensándose. Sobre él, en la parte
inferior, escribe: “GEO - DON” y lo borra con la palma de la
mano. Luego, en la lisa superficie marca las letras “O”, “D”,
“O” y las ve con atención, como sopesándolas. Comienza a
dibujar sobre ellas, quedando la siguiente imagen:

La ve de frente, admirativo. Mueve el cuerpo y la cabeza


hasta hacer que ésta se ajuste a la imagen y se observa con
los cuernos. Abre ampliamente los ojos e inicia una
gesticulación extraña.

Se le ve entretenido y divertido, hasta que una fuerte


explosión lo saca de su acción. Se asusta y comienza a reír
con nerviosismo.

Trata de asomarse para ver el origen del ruido, mirando hacia


la alta ventana, pero desiste y abre la puerta del baño.
Desde adentro, nota que la ventana está del mismo lado del
departamento que da hacia un balcón.

Sale del baño.

SEC 3. INT. - DEPARTAMENTO DE IAN – TARDE

IAN camina con prisa hacia el balcón del departamento. La


vivienda es un espacio semioscuro, porque las cortinas están
YO, el Apocalipsis 5.

cerradas. Se ve parte del comedor y al fondo la cocina. Cruza


por la sala. Todo está amueblado con un estilo sencillo,
barato. Hay varias cosas tiradas en el piso y sobre las mesas
y/o sillas: son libros, revistas, ropas y tazas sucias de
café.

IAN se detiene frente a la ventana que da al balcón y abre


las cortinas. Desde el ventanal se observa una panorámica de
la bahía de Acapulco, casi cubierta en su totalidad por
densas nubes de lluvia. Y por delante, debajo del edificio
donde vive IAN, una densa columna de humo negro va subiendo
hacia el cielo, dejando una estela de cenizas a su paso.

IAN, sorprendido por el humo, abre las puertas corredizas y


sale decidido al balcón.

SEC 4. EXT - BALCON DE IAN - TARDE

De golpe se escuchan sirenas de ambulancias y bomberos


aproximándose. IAN se acerca al barandal del balcón, con
mucho cuidado. Temeroso se recarga, observando lo que está
pasando abajo, en la calle, que está sólo a un piso de
altura. Ve desolación y destrozos.

Bajo una llovizna ligera varias personas caminan en la


banqueta, espantadas, cargando sus pocas pertenencias por
entre los restos de basura, materiales de construcción y
coches abandonados. Entonces aparece un grupo de policías
marchando a un lado de ellos y a mitad de la calle, gritando
a las personas para que se aparten de su camino.

Al frente de los uniformados va ELLIOT, un comandante de


seguridad de 37 años, de tipo nórdico y bien parecido, que
viste un pantalón de lana fina y una impecable camisa blanca
de diseñador, algo mojada por la lluvia, que usa sin corbata
y lleva las mangas recogidas. En el cuello le cuelga un
gafete de identificación, donde claramente se ven las siglas
de la corporación policiaca a la que pertenece.

El policía ELLIOT voltea hacia arriba y ve a IAN, de frente y


sin disimulo. IAN también lo mira fijamente, da un paso al
frente pegándose al barandal del balcón y vuelve a
tambalearse. Ambos sostienen la mirada por algunos segundos.
IAN nota que está muy cerca de la caída. Mira al piso de la
calle y hace un movimiento para alejarse, como mareado.
ELLIOT sonríe y sigue su camino.
YO, el Apocalipsis 6.

De golpe se escucha el ruido de un helicóptero acercándose.


IAN voltea hacia arriba, hacia el lugar de donde sale el
sonido y ve a la nave negra, enorme, volando muy rápido y a
baja altura, muy cerca de él. El ruido del aparato es
aterrador. Eso y el aire de las aspas lo obligan a bajar la
mirada, incluso a cubrirse un poco con el brazo.

El helicóptero termina de pasar. IAN regresa la mirada a la


calle, buscando a ELLIOT, pero éste y los policías ya no
están ahí. Entonces se queda quieto y escucha que le gritan
desde un piso superior. Voltea hacia arriba, tratando de ver
el lugar de donde sale la voz. El humo no lo deja ver bien.

CASERO ​(OFF)
IAN, IAN. (SUPLICANTE) Cuídate. Ya
nos llegó el fuego y la destrucción.

Se observa desde abajo al CASERO, un hombre casi anciano,


medio calvo, con barba larga, delgado, vestido con un
uniforme blanco; algo así como el Dios católico dibujado en
las revistas religiosas. Está también recargado en el
barandal del balcón, pero del penthouse del edificio. Está un
poco más inclinado hacia afuera, para que IAN lo alcance a
ver. Lleva en sus brazos un perro faldero, raza french
poodle, de pelo blanco reluciente, recién bañado y muy bien
peinadito, como si fuera un querubín, con un fino corte de
pelo.

CASERO
(​señalando)
Esos bribones ya quemaron la
camioneta roja del vecino Rubén.
Sabes en las cosas sucias en que
estaba metido ese muchacho. Salió de
su casa hace dos noches y ¡pum!… ya
no supimos nada de él.

IAN
(reflexivo)
¿Así nada más? ¿está desvanecido,
levantado? ¿Otro ídolo que cae?
YO, el Apocalipsis 7.

CASERO
Por eso te decía siempre que era
mejor que no te vieran con él. Quién
sabe las que debía.

IAN
¿Qué podría pasar?

CASERO
(​desesperado​)
Eres como todos los chamacos de hoy,
engreídos y despreocupados. Hasta que
les jalan las patas.

IAN
¿Será, Don?

CASERO
Cuídate mucho, caray. Ya confirmaron
en las noticias que la Cassie esa se
nos viene encima. Llega entre hoy en
la noche y mañana en la mañana.

IAN
¿Cassie?

CASERO
Sí, Casandra. El huracán. Bonito el
nombre ¿no? Ya es categoría 5. El
máximo de potencia en la escala. Es un
verdadero monstruo ¿Sabes cómo les
dicen a los de esa categoría?

IAN
¿Cómo?

CASERO
El dedo de Dios: donde señala borra
todo (PAUSA) ”¡Se vienen los
tiempos!”, decía mi abuelita. Bonita
cosa: acá abajo los narcos quemando
el puerto con sus peleas callejeras y
el cielo nos manda su regalo.
¡Regalo! Malos días vienen, Ian.
YO, el Apocalipsis 8.

IAN baja la mirada y voltea a su alrededor,


analizándolo. Un ladrido del perro del CASERO
lo saca de sus pensamientos.

IAN
(extrañado) ¿Oiga, y pues qué hace
todavía allá arriba? ¿Eh? ¿A poco
sigue cuidando los peces de Beatriz?

CASERO
¿Tú crees? Si sólo me dedicara a
cobrar la renta, sería un milagro.
¿Qué más haría por acá? Tu amiga
lleva dos meses sin llegar. Si no
fuera tan difícil alquilar en estas
épocas, chamaco, no cuidaría animales
ajenos. Lo juro. Pero no me queda de
otra, hijo.

IAN
¿No quiere que yo lo haga? ¿Le
parece?

CASERO
Ahí luego, IAN. Cuando no me alcance
el tiempo de la semana. Tal vez el
domingo, que ese día quiero
descansar.

Se escucha una pequeña explosión, que proviene de la


camioneta incendiada. El ruido los espanta, ambos brincan y
voltean a ver hacia el lugar de las llamas.

CASERO
Mejor métete, hijo. No vaya a ser el
diablo. No vaya a ser.

El casero desaparece de la vista de IAN. Quien deja de ver


hacia arriba y voltea a la calle. IAN se queda mirando
fijamente la columna negra de humo.

FADE OUT

FADE IN
YO, el Apocalipsis 9.

SEC 5. INT. SALA DE IAN – TARDE

Vemos la pantalla en negro de una computadora. Empieza la


reproducción de un video, donde aparecen unas letras en
blanco que forman la frase “GUIDE TO DEEP SLEEP”. Las
palabras se difuminan y aparecen un par de ojos de mujer,
grandes y de color verde aceituna. Inmediatamente se ven los
labios de la misma mujer. Son unos labios carnosos, sexuales
y maquillados con pintura labial rojo cereza. Se escucha una
voz femenina en OFF que dice:

MUJER DE VIDEO
(Susurrando muy suave. Las
frases en mayúscula se
dicen aún más por lo bajo,
casi imperceptibles)
Hola… bienvenido… a tu sesión… de
relajación… de estrés. Será… una
sesión… que te servirá… para…
enterrar… tus problemas… QUE NUNCA
ACABARÁN… y combatir… el insomnio.

La imagen cambia a los ojos verdes, que se ven juguetones y


brillantes. Los parpadeos y el movimiento de las pupilas
acentúan una sensación de risa contenida.

MUJER DE VIDEO ​(OFF)


Sé… que el estrés… diario… vuelve tu
vida insoportable… QUE LO MERECES…
Lamento mucho… tener que oír eso…
pero quiero que sepas… que todo…
todo… estará bien… y que los
problemas… que estás teniendo… no son
sólo temporales… PORQUE ERES UN
INGENUO…

IAN está reclinado en una silla de escritorio, acomodado con


las piernas estiradas al frente y la cabeza echada hacia
atrás, recargada en parte del respaldo. Tiene los ojos
cerrados y respira con calma, la postura es como la de una
persona siendo velada. Viste botas industriales, jeans grises
y una playera holgada estampada tipo Geek. Está casi dormido,
pero sostiene una revista sobre su pecho, con los brazos
cruzados sobre ella. Es una publicación moderna, del tipo
YO, el Apocalipsis 10.

coleccionable de temas científicos. En la portada destacan la


palabra “Lewy” y las siglas “DCL”.

MUJER DE VIDEO ​(OFF)


Pero juntos… tú y yo… llegaremos… al
fondo de esto… y… cuando… lo hagamos…
nos permitiremos… una vida… más
cómoda… y más feliz. Por ahora… lo
que quiero… ADEMÁS DE JODERTE

En la pantalla de la computadora están los labios sensuales,


sonrientes y mostrando unos dientes blancos perfectos. De vez
en vez se alcanza a ver una lengua juguetona, pasando entre
los dientes.

MUJER DE VIDEO
… quiero que… te recuestes… en tu
cama… Bien… así, despacio… despacio…
despacio… vas muy bien. PORQUE NO TE
RESISTES. Ya acostado… quiero que te
estires… lo más que puedas… bien…
así… ¿a poco no se siente… bien? Y
AHORA MUERE.

El audio se mantendrá como fondo sonoro, y seguirá. Y cuando


termine, se repetirá las veces necesarias hasta acabar la
secuencia, siempre en susurro.

IAN mueve lentamente la cabeza, como si algo le sobara la


parte trasera. Su respiración se hace más profunda y aprieta
más fuerte la revista con los brazos. Los que se flexionan
con fuerza sobre las muñecas, dejándolo en una postura de
inválido o desvalido.

De pronto suena el celular de IAN, que es un aparato color


arena claro, sofisticado y de tamaño regular, sin teclado
incorporado. Se le notan algunos golpes en las orillas, pero
se ve en muy buen estado general. La alarma de mensaje
entrante es el efecto de sonido de unos violines, tocando un
arpegio descendente, como un momento misterioso en una
película.

IAN abre los ojos y se incorpora a toda prisa, tomando el


celular del escritorio de la computadora, que está a un lado
del sillón. El aparato casi se le cae de las manos y él las
sacude con fuerza, como para desentumirlas. También las
YO, el Apocalipsis 11.

flexiona, moviéndolas por la muñeca. Se tranquiliza un poco y


con un movimiento automático lo acciona con los dedos
pulgares de ambas manos. Se ve que lee e inmediatamente
comienza a escribir con esos mismos dedos. Luego de varios
movimientos rápidos, deja de nuevo el teléfono sobre el
escritorio. Y se queda mirando a los labios sexuales en la
pantalla de la computadora. No se mueve, quedando como una
estatua.

Luego reacciona y se levanta desganado, va hacia la


computadora y detiene el video. El audio de relajación deja
de oírse. IAN sacude la cabeza y se golpetea las mejillas
para despabilarse, abre una nueva pestaña de su explorador y
aparece una animación GIF de varias fotos satelitales del
movimiento de un huracán cerca de las costas del Pacífico sur
de México. En la parte inferior de la animación se lee:
“CASANDRA” y un número serial. Las imágenes se repiten una y
otra vez.

IAN mira la animación. Pone las manos delante de la pantalla


y con sus dedos forma un triángulo. Los mueve y ubica encima
del ojo del huracán, simulando el símbolo iluminati de la
pirámide y el ojo que todo lo mira.

BARUSH ​(OFF)
¡Ñe! Eso es idolatría de la más
barata.

Suena un fuerte trueno de lluvia, de la tormenta grande que


se avecina. IAN espantado levanta la vista de la revista,
mirando al techo como para buscar el origen del trueno, luego
voltea hacia el comedor.

IAN
Hasta parece que te los mandan de
saludo. Viene fuerte ¿eh?

Ve a BARUSH. Un hombre de unos 35 años, delgado atlético, de


pelo negro crespo atado en una cola de caballo y barba larga,
también negra. Su cara denota un cierto origen indígena. Usa
tenis Converse negros, pantalones trivales negros y playera
negra de cuello en “V”. También usa una cadena delgada de
acero inoxidable, que sujeta un dije con la forma de una cruz
gamada pintada de rojo; lleva en ambas manos varias pulseras
viejas tejidas, de tela cosida y cuero trenzado.
YO, el Apocalipsis 12.

IAN
Lo bueno es que por fin hablaste
¿cuánto tiempo llevas ahí, sentadote
en silencio?

Está sentado en una silla del comedor, reclinado sobre la


mesa mientras pasa una pluma fuente elegante sobre una amplia
hoja en blanco, como dibujando. Mira de reojo a IAN con
ironía. IAN lo analiza brevemente, como midiendo sus
intenciones, regresa la mirada a la revista y aparenta buscar
algo en el escritorio.

BARUSH
Nomás viéndote perder el tiempo,
compa. Buscándole señas a lo divino…
o lo divino en la señas.

IAN
(calmado)
Bueno, Barush ​(pausa)​. Aunque no te
guste, toda cosa en el mundo, que
habla o trata de mostrar lo que no
está ahí presente es un ídolo.
¿Verdad? Una supuesta marca de la
existencia de Dios. ¿O no? Un Dios
oculto o escondido, pero origen del
mundo.

IAN toma otra revista que tiene cerca, la hojea, buscando


algo. BARUSH habla mientras dibuja, levantando por momentos
la mirada.

BARUSH
Alto ahí, compadre. Vas por la
carretera, subido en un autocar,
mirando el horizonte. Frente a ti
aparece una montaña que tiene la
forma, clara, de una cara mirándote
de frente. ¿Es un gigante escondido?
Ña! Es un monte con forma de cara
gigante, punto. (​PAUSA​) Los humanos
ven patrones en todas la cosas y los
completan, como los dibujitos esos
para nenes, de los números. Por eso
ven objetos conocidos en todos lados.
Es como un instinto. Un fenómeno
YO, el Apocalipsis 13.

divertido. (​MALICIOSO​) Y útil, si lo


piensas bien.

IAN se detiene en una página y abre la publicación. La pone


enfrente de BARUSH y le muestra la imagen de una montaña con
la forma del perfil de una cara humana.

IAN
¿Qué pasa cuando ya no te sirve la
explicación del juego de tu mente?
Sino que ahí se ve la mano de algo
más, algo que no se entiende del todo
ni se percibe completo.

BARUSH
Es decir, que el Altísimo puso ahí la
marca de una virgen en un árbol, el
rostro de Cristo sangrante en una
piedra o la paloma del Espíritu Santo
en una mancha de café. Porque sabí
que al Señor le gusta dibujar
monitos. Lo que es igual a fanatismo
o, si no, de plano llegar a la lo…

IAN
(interrumpiendo, exaltado)
Caray, ¡ya sé! ¡Locura!

Otro trueno se oye, más fuerte y cercano. BARUSH e IAN se


ven, asimilando el ruido. IAN deja la revista sobre la mesa,
que queda abierta en una página central, y en esa página se
ve una fotografía de la cara de Cidonia en Marte, como
mirando a BARUSH.

IAN
Pero “locura” es una palabra
artificial, llena de cosas y cosas
diversas. Comodín de la baraja, que
cabe en todos lados. Se la decimos a
todo, a todo eso que pensamos
extraño.
YO, el Apocalipsis 14.

BARUSH
(voltea la cara, resignado)
Y extraño es tu segundo apellido. A
mucha honra toda la vida y más ahora,
después de la visita al doctor. De
eso hablamos en la mañana ¿te
acordás?

IAN se mantiene sentado, pero toma una postura de ataque,


echando el cuerpo hacia adelante y las manos cruzadas frente
al cuerpo. Comienza a mover la boca en forma rápida, como un
tic nervioso. La mirada de IAN se topa con la revista y la
toma. La abre y extiende ante sí.

IAN
Dios obrando en el mundo es
complicado y lo complicamos más los
hombres. Por ejemplo, los musulmanes,
por su religión, tienen prohibidas
las imágenes para adoración. Ellos no
dibujan a ese diosito sentado en un
trono entre las nubes.

BARUSH comienza a dibujarse con la pluma fuente un ojo de


Horus en el costado de la mano, mientras le replica a IAN.

BARUSH
(maliciosamente)
¡Eso es chamullo qué! Ese es Zeus.

IAN
Ellos no usan para su religión
imágenes de dioses. Las iglesias (​se
lleva una mano a la sien, como
tratando de recordar). Las mezquitas,
que les llaman, no tienen pinturas de
santos ni nada así. Pero encuentran a
Dios en todas partes, en la
naturaleza misma. No ven la cara o su
cuerpo, lo que forman sus cerebritos
reptilianos y místicos, primitivos,
es el nombre de Dios; en las plantas,
en esas nubes y en la forma de las
montañas.
YO, el Apocalipsis 15.

BARUSH
(burlón)
Y en las manchas de lodo. ¡Qué
ñañara! ¿los 99 nombres de Allah?
¿Tendrá buena caligrafía?

BARUSH se ríe. IAN se impacienta y comienza a explicarle.

IAN
(serio)
¿Puedes.. ? Sí es cierto que
encontramos formas y patrones, a
veces donde nadie los puso. Por, por
ejemplo, en la carita feliz, que son
dos mugres puntos y una raya curvada.
Otras veces sí, donde sí están. ¿O no
es eso, eso lo que pasó con los
planetas y las estrellas? Unas luces
se movían ordenadamente en el cielo y
otras no.

IAN hace mímica con los dedos, como representando la


trayectoria de las estrellas y planetas.

IAN
De las lucecitas en el cielo, unas se
movían siempre, siempre iguales, pero
otras no. Entonces ¡solución! No son
la misma cosa. Luego se tuvo que
destripar el sistema solar para dar
con la, con la respuesta. Las formas
y patrones son la marca, la muestra
de que hay un orden en todo.

BARUSH extiende una mano, en señal de “alto”

BARUSH
Pero, te olvidás de la mente humana.
La estúpida mente del hombre.
Estúpida-mente.

IAN
Eso dices tú, necio del carajo.
YO, el Apocalipsis 16.

BARUSH
(haciéndose el erudito)
Allá por el mil 9-59, se estudió a un
hombre muy obsesivo, que pensaba que
si sonaba el teléfono era la señal
del universo para darle la medicina a
su madre. Obviamente le daba un
sentido anormal a los eventos, una
conexión lógica que no existe.

IAN
A ver ¿quién define lo normal?: Los
borregos idiotas. Mira, piensa... Si
puedes. ¿Cómo se llama la
“enfermedad” esa donde tienes
pensamientos obsesivos sobre una
persona, te dan unas ganas
incontrolables de tener sexo con ella
y liberas endorfinas todo el tiempo?

BARUSH se ve tranquilo, como si no le diera la mayor


importancia.

BARUSH
Es obvio, paisano weon: trastorno
esquizofreniforme.

IAN
(​fastidiado​)
Enamoramiento, Barush. Amor. Es el
amor de los románticos. Pero nadie le
dice “locura”, nadie, porque como
todos vivimos ese “sentimiento”,
entonces es normal.

BARUSH
Sólo para los locos. Te lo digo: La
locura romántica es de los locos
románticos.

IAN
Pero, pero los amantes son mayoría.
Eso hace que la anormalidad del amor
sea considerada lo común del amor, y
entonces, por lo tanto, normal.
YO, el Apocalipsis 17.

BARUSH
Claro. Y todo es normal. (​PAUSA​)
Hasta que se espantan porque mandaste
35 mensajes de amor en una hora.
¿Remember, camarada?

IAN
(sin reaccionar al comentario)
Si el 95 por ciento de las personas
no se enamoraran, se pensaría que los
pocos enamorados están enfermos,
locos quizás, y su pensamiento
trastornado.

BARUSH
¿Y no? Te recuerdo muy obsesionado
con una o dos cabritas ricas
seriamente trastornadas.

IAN hace un gesto de desesperación. Pone las manos sobre la


mesa con las palmas hacia abajo, como para tratar de
calmarse.

IAN
Sabemos, según, que el amor es bueno.
Pese a todo, creemos que es agradable
y deseable. Pero sólo pensamos eso
porque ese es el patrón que
conocemos.

BARUSH
(Inquisitivo)
¡Conchetumare, Ian! ¿por qué le temés
tanto a la locura?

IAN se lleva las manos a la cara, tapándose ambos ojos. Los


comienza frotar con fuerza. Después lo hace con más suavidad
y comienza a hablar.

IAN
Una rara molestia. Es molesto y raro
el uso de la etiqueta, como si fuera
algo natural en el hombre. Y
simultáneamente una lotería.
YO, el Apocalipsis 18.

Mientras habla comienza a escucharse la caída de una lluvia


intensa. Vemos pequeños detalles de su vida en el
departamento: unos pocos utensilios de cocina recién lavados
en el fregadero, una pila de cuadernos tamaño profesional de
pastas suaves y coloridas, una cama individual perfectamente
tendida, un lapicero lleno de plumas negras medio mordidas de
la punta trasera.

IAN
Algo como las caries y al mismo
tiempo igual a la pérdida del
cabello. Algo que le pasa sólo a
algunas personas descuidadas. Y una
cosa que es normal, como herencia,
naturaleza, pero no, al mismo tiempo
no. Sino también un terrible error
dentro de lo común. ¿Y entonces?
¿Dios se equivoca o no lo entendemos?
(​pausa​) Pero mientras, eso hace a la
locura un juicio de Dios, pero
señalado sólo por los hombres.

Aparece BARUSH.

BARUSH
“Aquel a quien los dioses quieren
destruir, primero lo vuelven loco”.
Por eso ​hay locos peligrosos, Ian.

IAN abre los ojos y ve con calma a BARUSH. Asiente suavemente


con la cabeza.

IAN
Nadie sabe si son así, como son, por
naturaleza o por aprendizaje. Son
humanos, como yo. Y los psicóticos o
sociópatas han existido siempre,
entonces ¿son un error o parte de la
programación?

BARUSH
¡Me cago! Entonces, ¿hay un
programador?
YO, el Apocalipsis 19.

IAN baja la cabeza, como reflexionando, mientras sigue


hablando.

IAN
La que le dicen salud mental es como
una línea de producción, donde si
sabes apretar bien los tornillos
formas parte del equipo de trabajo.

BARUSH
“Tornillos”, jajajaja.

Levanta los ojos y mira al frente, como si mirara hacia el


horizonte.

IAN
Y si no, eres sacado de la fila,
apartado.

Enfoca su mirada en BARUSH. Mientras, con las manos toma el


celular y comienza a jugar con él, sobándolo con los dedos.

IAN
Porque a cualquiera, quien sea, al
que molesta a otros con sus cosas o
con sus preguntas. Al que golpea y
cimbra la creída solidez de la
sociedad humana, o que pregunta sobre
lo que nadie pensó de manera normal,
se le saca de las calles y se le
encierra a cal y canto.

BARUSH
Manicomios, sanatorios o ​(pausa)
cárceles. Criminales, locos y
asesinos, para servirle a usted. Ya
vamos cachando.

IAN
¿Quién puede querer a una sociedad
que no soporta a los hijos que le
manda Dios o que los cría ella? Que,
YO, el Apocalipsis 20.

además, no es capaz de aprovechar,


para bien de todos, las preguntas
raras o visiones extrañas. Las ideas
de quienes, quizás, tal vez
escarbando mucho, pueden ver
claramente el patrón pensado por el
diseñador o calculado por el
programador.

IAN se soba la boca con una mano y sus ojos se plantan en el


techo, como reflexionando.

IAN
Ahora que pienso un poco, creo los
locos sólo están dis-traídos, o sea,
atraídos por la “otra” parte. El lado
complementario. ¿Y si los loquitos de
las calles, esos, son los encargados
de encontrar el sistema? ¿Enseñarlo?

BARUSH
Sí, claro. Y ahorita te soná el
teléfono y son tus grandes jefes.
¡Cuidado, ahí viene el trompa! (se
ríe)

BARUSH señala el celular y éste inmediatamente suena con la


alarma de misterio de un mensaje entrante. IAN lo voltea a
ver, BARUSH suelta una sonora carcajada. IAN pone cara de
susto contenido. BARUSH se levanta y se dirige al baño,
riéndose todavía en tono burlón. Desaparece. IAN toma el
celular y lo revisa.

IAN
(gritando hacia el baño)
No fue una llamada, director. Fue un
mensaje de texto. ​(para sí mismo, en
tono más bajo) Y así no cuenta el
truquito.

IAN lee el mensaje, y aparece en imagen sobre imagen el texto


de los mensajes en el formato del celular, el tiempo
suficiente para leerse en pantalla. El mensaje dice: “VE AL
QUÍMICO. URGE. POR AHÍ ANDA EL POLICÍA BLANCO. B.” El mensaje
desaparece de la pantalla.
YO, el Apocalipsis 21.

IAN se levanta con ansiedad, da un par de pasos y se da la


vuelta. Se detiene con nervios contenidos y voltea a ver el
celular de nuevo. Parado contesta el mensaje.

Una vez enviado, se dirige al balcón y se asoma a través del


ventanal. La lluvia cae levemente y está casi a punto de
oscurecer, se alcanzan a ver los últimos rayos de sol entre
las negras nubes. Camina a un rincón y busca algo entre el
piso. Se levanta y lleva en las manos un impermeable amarillo
pálido.

Camina hacia la mesa donde estaba sentado BARUSH, ve la hoja


que estaba rayando minutos antes. Sobre el folio está la
pluma fuente elegante. Se detiene, deja a un lado el
impermeable y levanta el papel. El folio está en blanco, sin
nada escrito sobre él. IAN hace un gesto de desesperación y
frustración. Camina hacia el baño mientras le grita a la
puerta cerrada.

IAN
(molesto)
Mensaje de Beatriz. Voy acá cerca,
con el Químico. Me va a dar algo de
sus cosas, no sé qué. No tardo. Ya
regreso.

IAN camina hacia la puerta del departamento, se detiene y ve


el impermeable sobre la mesa. Desiste de ir por él con un
gesto. Agarra una gorra verde olivo que está por ahí cerca,
se la pone con soltura, toma las llaves de un cenicero, abre
la puerta y sale.

SEC 6. EXT. - CALLE DE LA CIUDAD - TARDE

Cae una llovizna ligera, pero constante. A lo lejos, los


truenos suenan sobre el mar abierto. IAN sale del edificio y
comienza a caminar por una avenida de doble sentido, observa
a un costado un vehículo quemado. En varios otros sitios se
ven las marcas de otros incendios y pequeños montículos de
una materia negra, como de betún crudo.

La tarde ya va cayendo y todo el entorno comienza a


colorearse de gris, a lo lejos, lo cerros se ven cubiertos de
una niebla intensa. Las sombras se adueñan del piso y se
reflejan en los pequeños charcos. Las botas de IAN suenan muy
YO, el Apocalipsis 22.

pesadas en medio de un silencio casi absoluto, sólo roto por


el sonido de una radio de AM que repentinamente capta señal y
suena la parte media de la canción ​Sterile Nails and
Thunderbowels​ de Silencer (2001).

IAN se detiene delante de una barda de ladrillos rojos, donde


unos pedazos de carteles de “Se Busca” mal pegados, toman la
forma de una cara enojada. Él ladea un poco la cabeza y sigue
su camino.

SEC 7. EXT. - AVENIDA - TARDE

IAN entra en una avenida mayor, mucho más amplia y abierta,


donde observa que en ambas banquetas de la calle caminan
silenciosas, en sentido contrario al suyo, cientos de
personas cargando maletas viejas y cajas de cartón. Son
familias que se mueven desoladas. Se nota que los padres e
hijos tratan de alejarse de algo, pues continuamente voltean
sus caras hacia atrás suyo. Sus rostros reflejan el cansancio
del insomnio y un temor aturdido. Algunos niños muy pequeños
lloran mientras son arrastrados por sus padres. Todos
aguantan la lluvia con las cabezas descubiertas.

En esta avenida todo es un desorden. Los vehículos


estacionados tienen los vidrios de las ventanillas rotos,
están cubiertos con grafitis mal hechos y algunos se ven
vandalizados. La basura se acumula en las esquinas y los
árboles se ven muy dañados, secos y golpeados o con ramas
rotas.

IAN camina buscando las orillas de la banqueta, procurando no


quedar al descubierto. Usa la visera de la gorra para
cubrirse, pero en todo momento vigila lo que pasa a su
alrededor. Lo puede hacer con facilidad, porque nadie ve a la
cara a los que les rodean, cada quien se ocupa de sus cosas.

Mete la mano a su pantalón y siente su teléfono. Lo saca con


un movimiento automático y revisa, por si llegó algún
mensaje. Abre la pantalla y ve el último mensaje. Vemos en
imagen sobre imagen parte del texto: “POR AHÍ ANDA EL POLICÍA
BLANCO”. IAN levanta la mirada y busca a su alrededor.

Un relámpago ilumina tremendamente el ambiente gris y todos


los caminantes quedan quietos, como una asustada manada de
vacas, todas atrapadas. En un segundo llega el trueno, con un
estruendo tremendo, que cimbra todo el espacio. Algunas
YO, el Apocalipsis 23.

mujeres sueltan gritos ahogados por la impresión. A lo lejos


se escucha un grito: “¡Cassie!”.

Poco a poco la calma se recupera y todos regresan a su lento


caminar, pero la lluvia comienza a subir de intensidad. Dos
camionetas con sus torretas encendidas y llenas de policías
con uniformes negros pasan lo más rápido que les permite la
multitud. IAN los mira molesto, irritado. Los vehículos
desaparecen emitiendo los chirridos agudos de las nuevas
sirenas policiales.

IAN intenta regresar a su camino, pero entonces una manada de


perros pasa corriendo y ladrando con furia a algún ser oculto
y desconocido. Se escucha de fondo la canción ​Tattered & Torn
de Slipknot (1999), que se mantendrá hasta el fin de la
secuencia. Uno de los animales queda frente a IAN y comienza
a gruñir con fuerza. IAN lo ve a los ojos, sopla levemente
entre los labios y luego sonríe. El perro huye en medio de
chillidos de dolor. El joven retoma su camino. Una capa leve
de humo comienza a cubrir el suelo, sin que se vea de dónde
sale esa bruma.

Llueve un poco más fuerte. Los pocos carros que transitan por
la avenida tocan sus bocinas con desesperación y se oyen
chirridos de freno, largos y desesperantes. A lo lejos se
escuchan sirenas sonando constantemente.

La calle se llena de un grupo grande de personas que caminan


hacia las salidas de la ciudad. IAN camina entre ellos,
moviéndose en sentido contrario, con calma y habilidad. En
medio de la gente se observan pequeños grupos de policías de
pie, con equipo antimotines puesto. Son grupos de cinco a
siete uniformados.

IAN ve a lo lejos, en la delantera y coordinando otra vez, a


ELLIOT, quien ya se ve menos elegante, porque su ropa se ve
algo sucia y él más cansado. No obstante, por su altura y el
color de su cabello, destaca de entre todos los policías. Sus
miradas se cruzan nuevamente, ELLIOT le sonríe, IAN rehúye su
mirada. IAN continúa su camino.

IAN
(Por lo bajo)
Anda por aquí, caray. Anda aquí.
YO, el Apocalipsis 24.

Comienza a caminar con rapidez y manda la mirada hacia el


cielo, suplicante. Metros adelante se ven camiones
repartidores y de pasajeros atravesados en la vía, tapando
ambos sentidos, pero no totalmente. Alrededor se oye un
murmullo leve, como de mujeres susurrando entre ellas.
Algunos vehículos pasan por los espacios que dejan los
camiones, pero pasan despacio, como observándolos.

IAN sigue caminando, acercándose cada vez más hacia esa


barricada de camiones repartidores. Desde donde está, IAN
alcanza a ver fotógrafos con chalecos amarillo fosforescente
y cascos de motociclista puestos; toman imágenes de la calle
y de varios muertos arriba de los camiones. Uno de ellos
acomoda un cadáver, poniéndolo en una pose “más artística”.
El resto de los fotógrafos se acercan y comienzan a
fotografiar al cuerpo.

Alguno de ellos, descuidado, sigue tomando otras imágenes.


IAN, ya más cerca de la escena, se mantiene viéndolos sin
dejar de caminar. El fotógrafo descuidado voltea, lo ve y lo
enfoca, inmediatamente y de manera espontánea, IAN voltea la
cara y rehúye la lente.

Y todo estalla. Se oyen detonaciones de metralletas y armas


automáticas a la espalda de IAN. La gente, como si fuera un
solo ser, comienza a correr ya sin dirección alguna,
intentando resguardarse. Se escuchan gritos, explosiones y
balazos.

Al principio, IAN se queda atónito, pero también empieza a


correr, buscando hacia dónde ir mientras la trifulca ocurre.
Trata de evitar a la multitud que corre, repeler el contacto
con las personas que huyen, pero debe usar los brazos para
apartarlos. Hasta que ya no es posible seguir avanzando y se
recarga en una pared.

Luego alcanza a ver que adelante hay una pequeña tienda de


abarrotes, que tiene un letrero de aluminio con el nombre del
negocio: “PEQUEÑA ESPERANZA” y corre hacia ahí, mientras va
chocando con la gente a su paso.

SEC 8. INT. - MISCELÁNEA PEQUEÑA ESPERANZA – NOCHE

Se mete por un pasillo hasta el fondo del local, donde está


el mostrador. Va agitado, volteando a ver hacia atrás. Abre
el cerrojo de la puerta del mostrador y entra, encontrándose
YO, el Apocalipsis 25.

con un ANCIANO, quien trae un palo en la mano para


defenderse. Detrás de él está SANTA, una mujer mayor de piel
oscura, vestida con una blusa blanca sin mangas y una falda
amplia del mismo color; en la cabeza lleva una especie de
turbante también blanco, apretado y corto. En el cuello se le
ven varios collares amplios y de materiales coloridos. SANTA
abraza a un NIÑO negro afromexicano, como de seis años, al
parecer su nieto. Los tres están agachados y escondidos
detrás del mostrador.

IAN se detiene al verlos, su respiración está agitada. El


ANCIANO lo amenaza con el palo. SANTA le pone una mano en el
hombro, para detenerlo. IAN niega con la cabeza, en actitud
de súplica. El ANCIANO asiente y le señala un espacio tras el
mostrador. SANTA saluda a IAN con un gesto de la mano y se
acomoda al niño.

SANTA
Muchacho ¿qué haces acá afuera?

El joven se agacha inmediatamente y se coloca viendo hacia


afuera por una rendija entre los exhibidores. Continúa
agitado.

SANTA (EN OFF)


Cuidemos de unos y otros sin
mirar qué hace, dice el señor.

Mientras está ahí, IAN voltea a ver su reloj, a cada rato. Se


impacienta. Cuando se escucha un ruido, grito o detonación el
ANCIANO se pone en guardia con el palo, SANTA abraza al NIÑO
contra su pecho y éste solloza. IAN observa por la rendija.
En un momento, SANTA lo toca en el hombro y cuando éste
voltea, le da un viejo collar eleke, de la santería cubana,
hecho de cristales/piedras gastadas, amarillas y rojas.

SANTA (POR LO BAJO)


Para la protección fuerte del
santo. Está hecho con hilo
cáñamo artesanal y piedra de
río de aguas frías. Es pa’
toda la vida, joven. No se
rompe ni al jalón más duro.
YO, el Apocalipsis 26.

IAN le agradece con la mirada y lo pone en una de las bolsas


de su pantalón.

Se oyen unos fuertes golpes del otro lado del mostrador, IAN
observa a través de su rendija y ve cómo entra al local un
grupo de muchachos jóvenes, algunas mujeres entre ellos, con
el rostro cubierto con pañoletas rojas, que comienzan a robar
cosas de la miscelánea, metiéndolas en bolsas negras de
plástico. Lo que no embolsan, lo tiran al piso con fuerza y
haciendo escándalo, como si estuvieran en una fiesta.

Los saqueadores usan ropa fina, zapatos de diseñador, cadenas


de oro y relojes de marca. Uno de ellos se dirige al
mostrador, llevando un bate de aluminio entre las manos. Pero
alguien de afuera les grita, se voltean entre ellos y salen.
IAN suspira y calma con gestos a los otros.

Poco a poco el ruido de la pelea disminuye, se escucha como


si se alejara. Aunque aún hay algunos disturbios afuera, se
notan más controlados. IAN se levanta, mirando hacia el
exterior. Voltea a ver al ANCIANO, a SANTA y al NIÑO, les
sonríe, ellos suspiran. IAN se sale del mostrador y se va.

SEC 9. EXT. - AVENIDA – NOCHE

Se ve a IAN saliendo de la miscelánea, aún llueve. Voltea


hacia todos lados, la ciudad está mojada y prácticamente a
oscuras, salvo por unas pocas luminarias que titilan a
diferentes ritmos y las luces de algunos carros. En los
edificios sólo se ven iluminados algunos cuartos y con luces
muy débiles, como de velas.

En la acera de enfrente observa al VIGILANTE: un hombre


como de su edad, vestido muy similar a él, con tenis
Converse, pantalón de mezclilla y una playera lisa. Trae una
gorra blanca y está recargado en un poste de luz, fumando. Le
sonríe abiertamente y hace una pequeña flexión. IAN agacha la
mirada, se voltea, mete sus manos en los bolsillos del
pantalón y camina con calma hacia la dirección del QUÍMICO.

Varios metros más adelante, lo sorprende un chillido agudo y


terrible. Seguidos por varios más, cada vez más lastimeros.
El ruido lo hace voltear al otro lado de la calle, donde
observa al mismo grupo de muchachos que entró a la
miscelánea, con otros más, matando un cerdo a cuchilladas. Se
YO, el Apocalipsis 27.

escucha que ríen. En algún momento se oye un chillido ahogado


y final. IAN acelera el paso.

Sigue caminando con la cabeza agachada, volteando de pronto


ante la lluvia, que sigue aumentando, y viendo hacia donde
va, con paso firme y acelerado. Finalmente, ve del otro lado
de la calle el lugar que busca: un estudio fotográfico muy
tradicional. Hay un letrero grande, viejo y arruinado, al que
le faltan letras, arriba de la entrada, que dice: “FOTOS
TEBAS. MA TEN A SUS R CUERDOS VIVOS”. IAN cruza la calle y se
mete al estudio.

SEC 10. INT. - ESTUDIO TEBAS – NOCHE

IAN entra al estudio, que pese a las apariencias exteriores,


es un local elegante, con piso de madera y tapicería fina en
las paredes. También hay un diseño de iluminación, tipo
museo, que hace destacar los muchos cuadros enmarcados que
hay en las vitrinas.

En el frente hay un mostrador, y detrás de él está el


QUíMICO, un señor de mediana edad, muy delgado con tez
cetrina, que viste de colores café y trae una bata blanca,
usa lentes que tienen cadena hacia atrás. Es un tipo
elegante. Los anteojos le caen en la nariz porque está
reclinado, limpiando unos lentes de cámara.

Entra IAN. El QUÍMICO sólo levanta la vista para verlo, sin


dejar de hacer su tarea. A su lado izquierdo hay una
fotografía tamaño retrato de una quinceañera sonriendo y a su
lado derecho, hay una pantalla de plasma, donde se ve a un
niño hablándole a la cámara. Con esa imagen de frente, simula
ser un cancerbero. IAN lo observa medio fascinado.

Después, el QUÍMICO mira los pies de IAN y éste sigue su


mirada, para descubrir que trae los pies mojados y escurre
agua en el piso fino del estudio. IAN se pone incómodo, pero
no haya manera de solucionar la situación. El QUÍMICO sigue
en silencio, observando a IAN. Luego asiente con la cabeza,
como dándole la bienvenida. Deja de limpiar el lente y se
mete a la parte de atrás del estudio.

IAN se queda observando lo que hay en el estudio: cuadros,


marcos y un equipo de fotografía en exhibición, y mientras lo
ve, aparece BARUSH.
YO, el Apocalipsis 28.

BARUSH
(tranquilamente)
Es raro ¿no, weon?

IAN se sobresalta y lo voltea a ver con los ojos muy


abiertos. BARUSH ni se inmuta y sigue con su diálogo.

BARUSH
Digo, que la gente todavía venga a un
lugar como este, un estudio
fotográfico todo cachaspiado. Ya
hasta los celulares tienen su cámara
y listoco.

Mientras lo dice, BARUSH señala la fotografía de unos novios.

IAN
(molesto)
¿Nomás a eso viniste? Hablas y hablas
y hablas, y nomás bla, bla. Quieres
distraerme con este, este, el
encargo. (​pausa​) Cuando sales así me
espantas, carajo.

BARUSH lo voltea a ver y le sonríe.

BARUSH
¡Ah, calmate, pausa, pausa! No seas
neurótico. jejeje. Te acompaño,
porque allá afuera parece el fin del
mundo. Estos tuzones se están dando
con todo.

IAN
Sí, duro. Muy duro.

BARUSH
Entonces, ¿qué opinás? ¿Por qué la
gente sigue viniendo a este
chiringuito? Si todo mundo sabe que
el calambrito ese no es fotógrafo
¿cachais?
YO, el Apocalipsis 29.

IAN
Mmm, yo qué sé. ¿Tradición? ¿No saben
tomar fotos tamaño credencial?
¿Necesitan que estén impresas?

BARUSH
Mirá que cagas, a veces eres
sorprendente. Y eso que nos conocemos
bien. (​Comienza recorrer parte de la
estancia​) Esto es como un museito. No
parece un negocio que cada vez tiene
menos clientes. Literalmente. ¿Sabes,
verdad?

IAN
(irónico)
¡Sí, claro! ¿Cómo no lo pensé?
(​PAUSA​) Y seguro que yo vengo a
comprar un marco para la foto de mi
abuelita ¿no? Oye, por algo me mandó
Beatriz para acá. ​(pausa) A eso viene
la gente aquí: al business. Éste
también hace negocios con Don
Trinidad. Muchos y buenos, y es de
los grandes de por acá. Por eso lo
respetan. No como a otros.

BARUSH
(se ríe)
Ah, Don Trinidad. El padre de los
tuzones de acá, el hijo pródigo de la
amapola y el altísimo señor de la
mafia. Pero, bueno, tus comentarios
amargos me dan agruras. Mejor ahí te
dejo para que sigas masticando
corajes a tu gusto y te serenés solo.
Nos vemos luego.

BARUSH desaparece. IAN se queda pensando mientras sigue


observando las fotografías. El QUÍMICO regresa, carraspea con
la garganta para llamar la atención de IAN. Éste voltea, se
acerca y el QUÍMICO le extiende un frasquito café con gotero
negro. Anonadado lo toma en automático.
YO, el Apocalipsis 30.

QUÍMICO
Sólo le das, cuando mucho, cinco
gotitas.

IAN
¿Qué?

QUÍMICO
(cortante)
Sólo cinco, nada más. Más puede ser
peor.

El QUÍMICO se da la vuelta y se mete de nuevo. IAN ve el


frasco con mirada sospechosa, lo mete al bolsillo de su
pantalón. Con la mano toca el collar de la SANTA y lo saca,
lo mira. Un escalofrío le recorre la espalda y con intención
lo deja en el mostrador, enrrollado en un nudo apretado. Se
dirige a la salida. Pero un ruido lo hace volver la mirada.
Es el QUÍMICO, que tiene en la mano derecha el collar y se lo
extiende.

IAN regresa sus paso y toma el collar de la mano del QUÍMICO,


con un movimiento nervioso de las manos. Agradece con la
cabeza y ahora sí, sale del estudio.

SEC 11. INT. - SALA DE IAN – NOCHE

IAN está sentando en el comedor, varias gotas de agua le


recorren la frente y los pómulos. El sonido de la lluvia es
constante y se mantiene todo el tiempo. El frasquito está
sobre la mesa, IAN lo observa. Lo coge, lo abre, lo huele. Lo
regresa a su sitio. Se acerca mucho para ver el líquido en su
interior.

A un lado del frasquito, su celular comienza a sonar con la


alerta de mensaje. IAN se sobresalta lo toma, lo activa para
leer el mensaje, se levanta y camina. Regresa a la mesa a
sentarse de nuevo. Mientras esto ocurre se ve en la pantalla,
la imagen de los mensajes de celular, el mensaje dice:
“ENTRAMOS A LA CASA DE ACUARIO. B.”. IAN se ve tenso, aprieta
la mandíbula.

BARUSH aparece recargado en la entrada de la cocina, con una


taza en sus manos, le sonríe maliciosamente a IAN.
YO, el Apocalipsis 31.

IAN
Déjame en paz. Déjame.

Afuera de su edificio, en la calle, se escucha el ruido de


dos camionetas estacionándose, luego se escuchan sendos
portazos. IAN reacciona al ruido, más tenso.

BARUSH
(Con intención)
¿Ahora, qué va a pasar? ¿Lo sabés?
¿No me vas a soltar la pe…?

IAN lo interrumpe, mirándolo inquisitivamente.

BARUSH
¡Ey, no mirés así! ¡Tranquilo ya,
aplicate pausa! Mejor como dicen
ustedes los mexicanos, ¿no vas a
soltar la sopa? ¿Qué pidieron tus
jefes?

IAN
(exaltado, nervioso)
Cállate. No voy a decirlo, no. Y si
no te gusta, mejor lee mis
pensamientos.

BARUSH
Nunca sueltas prenda, camarada.

BARUSH se sienta en el comedor para estar más cerca de IAN,


deja la taza sobre la mesa.

BARUSH
(insistente, exagerado)
¡Andá, dime!

IAN
(molesto)
¡Que no, caray! ¡No! Tú dices que no
debemos mezclar cosas.

IAN es interrumpido por sonidos humanos ya afuera de su


departamento. Tocan a golpes fuertes su puerta. IAN voltea
hacia la entrada y luego ve a BARUSH. Éste manotea con
fastidio, se levanta, se va a la recámara y desaparece.
YO, el Apocalipsis 32.

IAN camina resignado hacia la puerta, en el camino toma su


celular con la mano izquierda y lo sujeta con inseguridad.
Abre la entrada, el ambiente de lluvia de golpe se hace mucho
más fuerte, y se encuentra de frente con MERCADO, quien es un
hombre amenazante, de mediana edad, alto y no gordo ni
atlético, sino robusto, fuerte, macizo. Viste pantalón de
vestir y camisa roja arremangada, trae colgando una cadena
gruesa de oro. Su voz es gruesa y ronca.

MERCADO
(​indiferente, educado)
Buenas noches, amigo. ​(PAUSA​) Mira lo
que te traemos de parte de Don
Trinidad.

MERCADO se hace a un lado, jalando hacia la entrada a un tipo


de estatura media, pero fornido; con una capucha negra sobre
la cara. Lleva las manos atadas al frente y se mueve como si
estuviera a punto de caer. Lo sostienen a ambos lados dos
tipos más corpulentos. MERCADO lo empuja hacia adentro del
departamento con una patada. El TORTURADO cae al piso,
temblando, quejándose. IAN lo mira atónito, voltea a ver a
MERCADO, nervioso.

MERCADO
Me lo cuidas bien. Si no el jefe se
va a enojar.

IAN
Es que no, per…

MERCADO
(interrumpiéndolo)
Sólo cuídalo.

Uno de los otros hombres se acerca al TORTURADO y le pasa un


frasco abierto frente a la nariz. Este reacciona al olor
penetrante que sale de ahí. Lo acerca al comedor y lo sienta
en una silla. El TORTURADO comienza a respirar con leves
quejidos y el hombre lo detiene para que no se caiga. IAN ve
con angustia contenida todo el movimiento.
YO, el Apocalipsis 33.

IAN
Es que, a mí, nunca me dijeron que
tuvie…

MERCADO
(interrumpiéndolo,
enfadado)
Te voy a decir una cosa, cabrón: A mí
me vale madres lo que te hayan dicho
o no.

MERCADO detiene su discurso por el sonido de la alerta del


celular de IAN, quien lo voltea a ver y pedirle con la mirada
que le permita leer el mensaje entrante. MERCADO asiente.
Aparece en la pantalla el mensaje: “SÓLO RECOGE EL PAQUETE.
B.”. Mientras, se ve a MERCADO impaciente y a IAN nervioso.
Se seca la frente con la mano. MERCADO le arrebata el celular
y se lo muestra frente a la cara.

MERCADO
Y más te vale que contestes esta
chingadera. Porque si no devuelves un
solo mensaje, vamos a creer que nos
traicionaste, a nosotros y a Don
Trinidad ¿eh? Y entonces vendremos a
partirte toda tu pinche madre,
¿entendiste?

MERCADO le avienta el celular. IAN lo toma y asiente


temeroso.

MERCADO
¡Que si entendiste! ¿eh?

IAN
Sí, sí entendí.

MERCADO
Más te vale, muñeco. ​(dirigiéndose a
los otros) Ya vámonos que aquí
espantan.

Se dan la vuelta y se van. IAN los observa temeroso,


reacciona y cierra la puerta de inmediato. Se recarga en la
puerta y se le queda viendo al TORTURADO, sin saber qué
hacer.
YO, el Apocalipsis 34.

Luego, IAN levanta y acomoda al TORTURADO en un sillón más


alejado de la entrada. Éste se queja por lo bajo y se mueve
balanceando el torso. Reaparece BARUSH. Se oye el ruido de
las camionetas encendiéndose y luego partiendo. Ambos ven al
hombre, analizan su ropa, sus manos atadas, su respiración
entrecortada.

BARUSH
(dirigiéndose a IAN)
Si golpeas tu cabeza contra la pared,
no se va a romper la pared.

El TORTURADO no se queda quieto en el sillón, por lo que IAN


trata de acomodarlo.

IAN
(sin ver a BARUSH)
En medio de una guerra, de la bronca
grande, todo es (​pausa para pensar​)
colateral.

BARUSH
Por algo será ¿y si fue “fuego
amigo”?

IAN
Los heridos de una batalla siempre
son colaterales. La lucha de verdad
nunca está entre los soldados rasos,
porque al final, toda guerra es una
pelea entre dioses

BARUSH se acerca al TORTURADO y trata de ver a través de la


capucha que le cubre la cara.

BARUSH
Pues éste no es un “peón” y se le
nota.

Sin intención, IAN toca la cara del hombre y el TORTURADO se


queja fuerte. IAN ve el frasco que le dio el QUÍMICO y
regresa la mirada al hombre herido. Algo se aclara en su
mente. Toma la botella y con dificultad levanta parte de la
capucha hasta los labios del hombre; luego le pone unas
gotas, bastante más de cinco, debajo de la lengua.
YO, el Apocalipsis 35.

Mientras lo hace, ve dos hilos de sangre bajando desde los


pómulos del TORTURADO. IAN le descubre totalmente la cara y
ve que le sacaron los ojos. Un trueno suena a lo lejos y
aumenta un poco el ruido del agua cayendo. IAN respira
fuerte, conmovido. Luego, también toma varias gotas del
frasco.

BARUSH
(poético)
¿Es ella? Ella es quien enreda de
noche las crines de los caballos, y
enmaraña el pelo de los duendes, e
infecta el lecho de la cándida virgen
y despierta en ella por primera vez
impuros pensamientos. ¿Es ella?

IAN vuelve a colocar la capucha en la cabeza del TORTURADO.


Se le ve lento y atontado. En eso, suena la alarma de mensaje
del celular. IAN intenta tomarlo rápidamente, pero no puede.
Sonríe medio torpe. Hasta que por fin logra manipular el
aparato y leer el mensaje. “GRANADAS Y REFRIEGAS CERCA.
QUIEREN EL PAQUETE. YA TRONARON A UN GRUPO. CUIDA EL POLICÍA
BLANCO. B.”. IAN contesta un simple “OK”. Se lleva una mano a
la cara, como preocupado, pero aún torpe.

Llega un nuevo mensaje. “SIEMPRE NOTICIAS. HURACÁN CASANDRA


TOCARÁ TIERRA A LAS 24 HORAS DE HOY. PC INICIA LA EVACUACIÓN
EN ACAPULCO. SE REGISTRAN SAQUEOS Y COMPRAS DE PÁNICO”.

IAN
Esto parece Ciudad Gótica, pero
¿dónde estás, Batman? (​se carcajea​)

BARUSH
(sermoneando)
Infantilismo. Tu mejor virtud. ¿Nunca
vas a perdonar a tus papás? ​(Pausa)
No era su intención dañarte tanto.
Sólo no te querían.

Se escuchan unos disparos a lo lejos, pero claramente. El


TORTURADO se vuelve a quejar, ahogado, tosiendo.
YO, el Apocalipsis 36.

IAN
(firme)
Al menos yo los conocí. Así, perdón.

BARUSH
No seas tonto. Precisamente eso te
perjudicó. Hubiera sido mejor si te
dejaban a ti solo. Al final, todo
busca desequilibrio, weon, para
hallar balance. No existe la virtud
gratuita y sin límites. El bien
simple no existe. Cuesta, tiene un
precio. Por eso, la presencia
constante de tus padres te dio la
vida, pero igual fue tu dolor, tu
daño.

IAN mueve la cabeza, como queriendo despejarse.

BARUSH
Pero es igual, ¿eh? El mal no es la
ausencia del bien. El mal es un
animal salvaje, un depredador que
respira, se mueve y ataca. Todo el
tiempo nos observa desde su sombra,
midiendo las debilidades.

En la calle se escuchan personas gritando, no con terror,


sino de prisa y desesperación. IAN se pone nervioso y trata
de ver por la ventana del balcón. BARUSH lo sigue y le habla
casi al oído.
BARUSH
El mal hace trampa, nos deja creer
que algo, lo que sea, que algo bueno
cuida el mundo. Nos convence fácil de
que alimentando eso “bueno”, con
acciones nobles y pensamientos
positivos, todo saldrá bien. Y yo sé
que no es así. Lo sé. Lo sé.

IAN se acerca al TORTURADO, que cada vez está más inquieto.


Se sienta a un lado de él y se pasa las manos por los
pómulos, tratando de reanimarse. Los ruidos de la calle suben
de volumen, se les unen unas sirenas. BARUSH se le para
enfrente y se agacha, para mirarlo desde abajo.
YO, el Apocalipsis 37.

BARUSH
(ilustrado con movimiento)
Para él somos como gacelas. Porque
¿te imaginás? Nos espera cuando nos
acercamos alegres y optimistas a
beber agua fresca de la laguna, así,
ya ves, moviendo rápido la colita esa
como de algodón. Pensando en los
pastos verdes que nos esperan o
recordando los bonitos sueños con los
que despertamos.

(INTERCORTE: de imagen de un cocodrilo en un río a punto de


atacar a su presa).
IAN reacciona con miedo y se sacude. BARUSH le sigue buscando
la mirada.

BARUSH
(ilustra - amplifica la
voz)
Entonces el criminal, quieto, quieto,
saltá desde las profundidades, ¡como
un rayo!

(INTERCORTE: del cocodrilo mordiendo a la gacela y


arrastrándola al agua).

BARUSH ​(OFF)
Nos tomá del cuello, jalá y desgarra.
Nos zambulle y golpea durísimo contra
el agua.

El TORTURADO se sacude y comienza como a convulsionarse. IAN


trata de detenerlo. Los disparos de la calle ya están cerca
y, ahora sí, los gritos son de pánico.

BARUSH
(por encima de los ruidos)
Tú estiras el cuello, pero es inútil.
Te ahogás. (Pausa) Siempre es así con
todos. Con los amigos de la escuela,
vecinos, conocidos. Nadie quiere
entender que ya están muertos, mucho
antes de que les diera sed.

Se oye una fuerte refriega, incluso algunas granadas.


YO, el Apocalipsis 38.

BARUSH
(serio)
Ya es sabido: El mal es un psicópata
asesino en serie.

Se escucha un trueno fuerte, es el sonido de un transformador


de luz reventando a lo lejos. Lo que hace que se vaya la
electricidad y todo queda a oscuras. Empieza a llover a
cántaros y el sonido se mezcla con el tiroteo.

Entre los disparos suena la alarma de mensaje de IAN. El


único brillo en la habitación es el de la pantalla del
teléfono. Se lee el mensaje en la pantalla “¡PROTÉGETE!
¿ESTÁS BIEN? B.”. IAN trata de responder, pero un símbolo en
la pantalla le indica que no puede salir el mensaje, porque
no hay señal. Entonces terminan los disparos y todo queda en
silencio, menos el ambiente de lluvia.

El TORTURADO comienza a toser con fuerza, entonces IAN usa la


luz de su celular para acercarse y ver el estado del hombre.
Le alumbra la cara.

IAN​(OFF)
Oye ¿estás bien? Tú. Contesta.

TORTURADO
No veo. (​pausa​) Yo-no-veo, culero. Ya
soy un pinche ciego. Todo ya se me
fue. Hay peligro, peligro en todas
las putas partes.

BARUSH​(OFF)
No, pues sensible sí es.

IAN se aleja del TORTURADO y busca señal en el celular para


responder el mensaje. Camina a tientas, de un lado a otro en
la obscuridad, levantando el teléfono. Se ve en la pantalla
la imagen del celular con el icono de señal que va y viene.

En un momento se apaga el celular. Todo queda en oscuridad.


Se oyen algunos ruidos y un cerillo se enciende. Luego se
prende una vela, que está colocada en un candelabro. IAN la
YO, el Apocalipsis 39.

pone sobre el comedor, la pequeña luz pone en penumbras el


departamento.

IAN regresa a su búsqueda de señal de telefonía. Mientras


camina se va acercando al TORTURADO y la señal aparece a un
lado de éste, justo debajo de su oreja. IAN comienza a
escribir, se lee el mensaje en la pantalla: “AQUÍ SE FUE LA
LUZ, HAY ATAQUES AFUERA. ESTAMOS BIEN”. El TORTURADO
reacciona a la cercanía de IAN y nota algo duro al lado de su
cabeza.

TORTURADO
(aturdido, habla lento por
las gotas)
Estoy preparado para lo que sea. Bien
pinche preparado ¿Ya me vas a tronar?
Dime, cabrón.

IAN no le hace caso, sigue batallando con el celular,


tratando de mantener la señal. El aparato otra vez toca la
sien del TORTURADO.

TORTURADO
(​desesperado en voz alta​)
¡NO! No merezco tan poco. ¡Puta
madre! Me corresponde más. (​pausa,
agitado​) Ayúdame a salir de aquí, te
conviene, tengo conectes. Me apoyan
otros, más chingones.

IAN se sorprende e inmediatamente voltea a ver a BARUSH,


quien sólo se sonríe con sarcasmo y le hace señas para que
inicie el diálogo. IAN se acerca al TORTURADO y descubre su
boca, levantando la parte baja de la capucha negra.

IAN
(interesado)
Está bien, muy bien. Tienes conectes
y esas cosas. Entonces ¿Eres policía?

TORTURADO
(rogando, habla lento)
No jodas. Ayúdame a salir de aquí,
por favor.
YO, el Apocalipsis 40.

IAN
(extrañado)
Oye, oye en verdad, de veras ¿eres
policía?

El TORTURADO guarda silencio, reflexionando. Mueve la cabeza


de un lado a otro, como buscando algo con la mirada.

TORTURADO
(duda, comienza a reírse)
Por supuesto que no, cómo crees,
culero. ​(Sonríe) ​Soy mucho más cabrón
que un pinche policía. (​Arrogante) No
tienes idea de con quién chingados te
estás metiendo ¿verdad, compadre?

Mientras el TORTURADO habla, IAN voltea a ver a BARUSH de


nuevo. Éste le hace señas de que se le acerque. IAN se
levanta, se sigue oyendo al TORTURADO hablar, se dirige a
BARUSH quien sale al balcón, IAN sale detrás.

TORTURADO
Nadie sabe con quién se están
metiendo ¿me oyes? Para que lo sepas,
esto es un golpe de estado en el
chingón grupo dirigente. Ahora los
patos le tiran a las escopetas. Y
vamos ganando ¿eh?

En la estancia sólo queda el TORTURADO, quien ya se ha


callado. Mientras IAN y BARUSH hablan, vemos al torturado
respirando con dolor y moviendo la cabeza, como buscando ver.

BARUSH​(OFF)
Esto no era así, Ian, weon, te dije
que estos gatos no eran de fiar. No
sabes la chichita con que te estay
curando, ah, pero de una vez te digo,
a mí no me metas en esta porquería,
porque si ellos te joden, te dañan a
ti solito. Ya sabés que yo no saldré
raspado.
YO, el Apocalipsis 41.

IAN ​(OFF)
(molesto)
¿Para eso, esta cosa, me hablaste? Ya
me habías dicho. Claro que no te
involucraré, todo tiene principios y
valores. Espíritu, caray. De otra
forma no sirve. Es malo que me hagas
perder el tiempo así, a lo tonto.

BARUSH​(OFF)
No me señalés, ya te dije que te ves
mal haciéndolo en público. ​(PAUSA)
Ajá y ¿qué va a pasar con ese gallo?
No lo veo bien. Si estira la pata,
¿cómo le hacemos?

IAN molesto se mete al departamento, dejando a BARUSH afuera


en el balcón. Lo oye el TORTURADO y comienza a intentar
hablar, pero no se le entiende. IAN se le acerca.

IAN
(comprensivo)
Ya, ya, cálmate. Sólo me ordenaron
cuidarte, ver que estés bien. Sólo en
estas cosas los ayudo. No soy matón.
Nunca he matado.

El TORTURADO se queda callado. IAN llega junto a él.

IAN
Oye, oye ¿Te sientes bien, estás
bien?

TORTURADO
(habla lento)
Las manos, cabrón. Me duelen las
manos, las siento muy entumidas. Muy
del carajo.

IAN
Bueno, veré, veré qué hacer, espera,
recárgate aquí.
YO, el Apocalipsis 42.

IAN lo intenta poner cómodo en el sillón, le coloca unos


cojines atrás. Se levanta a la cocina, abre un cajón y toma
un cuchillo.

BARUSH
(aparece atrás, incisivo)
¿Lo vas a soltar? No seas weon
culiao.

IAN
(molesto)
¿y pues qué quieres? ¿No ves? Ya está
molido ¿lo golpeamos más o qué le
hacemos?

IAN sale de la cocina, se acerca al TORTURADO y comienza a


soltarle las manos.

IAN
Ey, te voy a soltar para que te
sientas mejor. Pero mejor no intentes
hacer nada, para que no gastes tus
fuerzas... y eso. Como quiera, no
tienes a dónde ir, ni cómo.

El TORTURADO se queja mientras IAN lo suelta, se nota


adormecido, mareado.

IAN
Te digo una cosa: que me incomoda que
te quejes. Siempre, siempre me ponen
mal los quejidos de la gente. Y por
eso te suelto. No quiero quejidos, ni
quiero estar oyéndote ¿eh? Por favor.

IAN nota que varias gotas de sangre de los ojos del TORTURADO
le mancharon parte de su mano. Pone cara de asco y
repugnancia. Se la limpia con la ropa del otro.

IAN
Y tampoco soporto la sangre. Nomás
por eso yo nunca asesino. Voy a
tratar de tapar eso de ahí.
YO, el Apocalipsis 43.

IAN señala los ojos tapados por la capucha. Se oyen


ambulancias a lo lejos, acercándose. IAN ve a BARUSH, quien
está parado en la entrada de la cocina observando todo.

IAN
(A BARUSH)
Ahí vienen más. Los otros.

TORTURADO
¿Qué?

El TORTURADO reacciona sobresaltado. BARUSH se enoja y


desaparece en la cocina. IAN habla con el TORTURADO, mientras
busca en un cajón de la cocina algo para vendarle las
heridas.

IAN
De seguro, segurito, te andan
buscando tus compañeros. No me
dijeron ni quién eres, ni porqué te
quiere Don Trinidad. Pero sí me
advirtieron que hay gente matando por
ti. Entonces, por lo visto, esto se
va a poner muy difícil.

El TORTURADO recarga la cabeza y comienza a hablar pausado.


IAN corta unas telas con unas tijeras y las separa,
poniéndolas a un lado de donde trabaja.

TORTURADO
Mierda. Carajo. Toda la vida me he
dedicado a abrirme camino a
chingadazos. Así es la jodida vida y
lo sabemos desde mocosos, los que
hemos vivido y aguantado esta
competencia del diablo.

Se ven las manos temblorosas del TORTURADO y los cortes


firmes y precisos de IAN en las telas. La cara de IAN se ve
muy concentrada en la tarea, sin reaccionar a lo que dice el
otro.
YO, el Apocalipsis 44.

TORTURADO
Bien dicen: Si tu vida no es lo que
pensabas, cambia de vida.

IAN
¿Suicidio?

TORTURADO
No, no a wevo. Ser práctico, tal vez.

IAN levanta una ceja con mirada de reflexión. Levanta los


hombros con resignación y continúa su tarea

TORTURADO
Seis hermanos, cabrón, éramos seis
putos hermanos, todos hambrientos. No
había ni madres de comida. Nomás para
darle de tragar más que a dos, y
entonces, todos viendo quien chinga
al otro. Y la jefa, chida, nomás
madreándonos con una tabla, con el
cable de la plancha o con lo que
fuera.

Se escucha una bocina de policía acercándose y una voz


hablando a través de un megáfono, IAN interrumpe su tarea y
le pone la mano en la boca al TORTURADO, para callarlo y
escuchar lo que dice la voz.

VOZ EN MEGÁFONO ​(OFF)


… por eso es abierto. ​(pausa) Repito,
no salgan de sus casas a menos que se
lo pida el personal de Protección
Civil autorizado debido al próximo
huracán. A partir de este momento hay
toque de queda. Las fuerzas federales
harán un registro en cualquier
momento. Pedimos su apoyo a las
acciones del Ejército. No salgan.
Repito, no salgan de sus casas a
menos que... ​(se va alejando hasta
que desaparece)​.

IAN se levanta con el celular en la mano buscando señal.


YO, el Apocalipsis 45.

IAN
OK, esto es grave. Tengo que avisarle
a Bea… caray, se me fue la poca
señal.

BARUSH
Hay que irnos, niñero. No podemos
quedarnos aquí. Además, si te mandan
mensajes, van a pensar que no les
querés contestar. Y eso es peor
¿verdad?

IAN se queda pensando. Hace movimientos con las manos, como


analizando la situación desde diferentes ángulos. Desiste
sacudiendo los brazos y se nota asfixiado. Desesperado y
exaltado camina hacia la entrada del departamento, abre la
puerta y se asoma, como buscando otra solución. Sólo saca la
cabeza.

SEC 12. INT. - PASILLO – NOCHE

IAN voltea de un lado y al otro, encontrando una profunda


oscuridad en el resto del edificio. De pronto, en medio de
las sombras ve al CASERO y a su familia bajando por las
escaleras. IAN sale del departamento al pasillo, dejando la
puerta entreabierta.

CASERO
(exaltado)
Ian, Ian. Nos vamos. Aquí, aquí no se
puede estar.

IAN
¿Se van? ¿Y el toque de queda?

CASERO
No me importa. Nos vamos a un lugar.
Seguro. Antes de que nos maten.

IAN
¿Y luego? ¿usted qué va a hacer?
YO, el Apocalipsis 46.

La familia del CASERO sigue su camino mientras él habla


entrecortadamente con IAN.

CASERO
Entiende… esto está del infierno.
Mira, ten, te dejo las llaves… de
entrada, las de las puertas, las
maestras, pues. Para lo que se le
ofrezca a los vecinos.

De entre las maletas pequeñas que lleva colgadas saca un


papel doblado en varias partes. Lo extiende con dificultad y
se lo enseña a IAN.

CASERO
Mira: El imbécil… Adrián. Del 5-I.
Se organizó una fiesta ¿lo puedes
creer?

Es un volante-invitación de color gris claro, pareciendo que


está sucio de polvo. En él se lee: “Lo que ves es lo que
quieres explicar. Exhibición exclusiva del ex fin del ex
mundo: THE DARK RAINBOW”. Más abajo se ve el diseño del
clásico prisma del disco The Dark Side of the Moon, de Pink
Floyd, en medio del cual está sobrepuesta la imagen de Judy
Garland personificando a Dorothy de El Mago de OZ. IAN lo
observa con cuidado e interés, pensando con intensidad.

CASERO
Yo no le abría a nadie. Pero, pero
pues yo ya me safo.

El CASERO abre los brazos, en gesto de resignación. Luego,


parece recordar algo y mete una mano a la bolsa. Saca un
llavero pequeño.

CASERO
Y también. Te dejo las del
departamento de tu amiga Beatriz.
Cuídale sus plantas. Y su pez. Si
quieres.

IAN
(recibiendo las llaves)
¿Qué…? ¿Por…?
YO, el Apocalipsis 47.

El casero se da la vuelta y baja las escaleras detrás de su


familia. Abre la puerta del edificio y entra mucho humo, como
una nube, y se oye el sonido de golpes de afuera. Cierran la
puerta detrás. IAN se queda observándolos, con las llaves en
la mano, y voltea hacia los pisos de arriba. Luego ve las
llaves. Una amplia sonrisa se dibuja en su cara. BARUSH
aparece.

BARUSH
Cuando el barco se hunde…

IAN
Pues, ¿qué crees? Esa ratita blanca,
roedor cobarde, nos acaba de hacer el
favor de un milagrito.

IAN se mete al departamento, dejando la puerta abierta casi


en su totalidad. BARUSH alza los hombros desenfadado.

SEC 13. INT. - SALA DE IAN – NOCHE

Dentro del departamento, IAN se dirige al TORTURADO, le quita


la capucha y comienza a vendarle los ojos con cierto cuidado.
Le hace señas a BARUSH. BARUSH lo ve extrañado, se sonríe y
se voltea indicándole que no participará. IAN se desespera y
se agacha para levantar al TORTURADO.

IAN
¡Vámonos! ¡Vamos para arriba! A donde
hay señal. ¡Allá en el penthouse sí
agarran los datos!

TORTURADO
¿Eh? ¿Qué dices, wey?

BARUSH
¿Y este cabrón? En la calle no
podemos andar con él y si nos ven…

IAN
(lo interrumpe)
¡Arriba, dije! No vamos a la calle.
Vamos para arriba. Envío un mensaje,
espero respuesta y vemos.
YO, el Apocalipsis 48.

BARUSH se encoge de hombros y camina hacia la puerta abierta.


Por ahí desaparece.

TORTURADO
No te entiendo, compadre. ¿A dónde?

IAN
¡Rápido! Nos tenemos que ir de aquí.

TORTURADO
(sorprendido, con
resistencia)
¿Qué? No, aguanta, qué chingados
haces. Yo valgo un chingo más vivo
que muerto. Por eso te advierto: si
me vas a joder, chíngame bien.

IAN
Sí, sí, tranquilo. Lo entiendo, pero
no te puedo dejar solo y no nos
podemos quedar aquí. Así que camina.

IAN agarra al TORTURADO por debajo de los brazos y ambos


caminan hacia la salida. Sobre la mesa del comedor IAN ve el
impermeable amarillo que dejó antes de ir con el QUÍMICO. Lo
toma y se lo pone al otro hombre, tratando de cubrir con la
capucha lo más posible el pasamontañas manchado encima de su
cara.

TORTURADO
¿Llueve fuerte? ¿Vamos a la calle?

IAN se coloca de frente al TORTURADO y lo mira de arriba a


abajo.

IAN
Parece un asesino loco, de esos de
película. Ya estará de Dios si nos
topamos con alguien y se fija con
mucho cuidado.

IAN acomoda una vez más la capucha del impermeable sobre la


cabeza del torturado. Y salen del departamento.
YO, el Apocalipsis 49.

SEC 14. INT. - PASILLO – NOCHE

Una vez en el pasillo, IAN conduce al TORTURADO con una mano


en su codo; se dirigen a las escaleras que conducen hacia el
piso de arriba. Se escucha la canción ​Pendulum del anime
Shiki (2010).

Al llegar al primer escalón se detienen tratando de


acomodarse para subir. IAN se mueve desesperado, tratando de
que jalar al encapuchado. Varias veces lo mueve, pero éste se
queja de dolor. IAN desespera y mira las escaleras detrás,
apreciando con la mirada la distancia que hay con el piso
debajo. Sus ojos pasan de la cara del TORTURADO al ángulo de
los escalones, al filo que forman sus separaciones. Así
varias veces, al ritmo del tema musical.

Una de las manos de IAN, con los dedos extendidos, se va


acercando lentamente al hombro del hombre. Los ojos de IAN se
quedan fijos, sin parpadear, en la cara tapada del TORTURADO.
La mano está sólo a unos centímetros del cuerpo y se sigue
aproximando.

MUJER (EN OFF)


¡Cálmate! ¿¡Qué haces!? No te pases

La mano de IAN detiene abruptamente su movimiento. Se


escuchan tres fuertes golpes metálicos, luego silencio. Unos
breves cuchicheos. Silencio. Unas suaves risas femeninas.

MUJER (EN OFF)


¡Aló! ¡Aló! Abre, por favor. Por
favor.

IAN trata de apresurar al TORTURADO, pero éste grita cuando


lo mueve con urgencia. IAN se detiene. Continúan los
murmullos y las risas, cada vez más fuertes. BARUSH le habla
desde unos escalones arriba.

BARUSH
Tranquilo. Son mujeres y hacen mucho
ruido. Esas no vienen a matar. De
todas formas yo mejor me desvanezco.
Te espero allá, tú sabes.
YO, el Apocalipsis 50.

IAN acomoda al TORTURADO, recargándolo contra el dintel de la


puerta de su departamento. Le habla con calma contenida,
mientras le acomoda el impermeable para taparle la cara y la
mayor parte del cuerpo.

IAN
Amigo. No te muevas o puedes terminar
como santo Cristo. (​Mira escaleras
abajo​) Alguien, no sé, está tocando
la puerta del edificio. No sé qué
busquen. Así que mejor calladito y
sin problemas ¿va?

TORTURADO
Va, está bien, cabrón. No se puede
confiar en nadie. Con lo revuelto que
anda el pinche río.

Comienza a bajar las escaleras, tratando de no perder de


vista al hombre del impermeable amarillo. Llega al portón
metálico de color negro que es la entrada y luego de varias
vacilaciones, mete una de las llaves que le dio el CASERO y
la gira en la cerradura. La entrada vibra con tonos
metálicos. IAN abre rápidamente la puerta.

Frente a él hay tres personas de pequeña estatura, que se


cubren de una lluvia de mediana intensidad usando unos largos
impermeables de color negro abismal. Se oye el sonido de los
gotas golpeando el plástico. IAN tambalea un poco. Mientras,
los tres impermeables entran en el edificio, mojando
abundantemente el piso. Se descubren la cara y conversan
mientras lo hacen.

MATRONA ​(OFF)
Ah, pero cómo serás pendeja, mija.

DONCELLA ​(OFF)
¿Y tú muy clarividente, no? Nomás
porque ya estás vieja, santa puta
madre jajaja

Ambas mujeres ríen, son dos mujeres guapas. Se descubre la


otra persona, que es una mujer mayor, la ANCIANA, bien
conservada. Le sonríe ampliamente a IAN. Las tres se notan
todas fuertemente intoxicadas, por lo exaltadas y medio
paranoicas.
YO, el Apocalipsis 51.

IAN
Buenas… ¿Qué se les ofrece?

Ninguna contesta y siguen con su charla sobre un suceso


reciente con un taxista y varios policías. Mientras lo hacen,
se van quitando los impermeables negros. Una viene disfrazada
de DONCELLA medieval, otra de MATRONA romana y la última de
ANCIANA egipcia. Todas llevan en la mano una bolsa mediana,
de material parecido al plástico. IAN las mira extrañado.

IAN
Disculpen, señoras…

Todas voltean a ver a IAN medio indignadas. IAN reacciona y


cambia el tono de voz.
IAN
¿Les puedo servir en algo?

La DONCELLA se le acerca en actitud de falsa coquetería.

DONCELLA
Venimos, muchachón, a darle la
bienvenida al fin del mundo ¿lo
puedes creer?

ANCIANA
Nos invitaron a ver la lenta
degradación de todas las cosas.

La MATRONA le enseña con enfado, deteniéndolo con una mano,


el volante-invitación de THE DARK RAINBOW.

MATRONA
Nos costó un ovario y la mitad del
otro llegar hasta acá, amiguito. A
ésta (​señala con la cara a la
DONCELLA​) ya la andaban violando. Y
aunque de eso pide su limosna, pues
no era padre ¿verdad?

IAN voltea a ver a La DONCELLA, quien se contornea como un


felino en celo.
YO, el Apocalipsis 52.

MATRONA
Así que… con permiso, chavito. Ya me
urge un tequilita con pastas.

ANCIANA
Te ves muy tembloroso, muchacho.
¿Estás bien? Con estas cosas que
pasan. ¿No quieres? (​le ofrece con la
palma de la mano unas pastillas color
verde brillante​) Es como besar a la
santa muerte.

IAN rechaza con la cabeza, la ANCIANA se encoge de hombros y


toma ella misma una de las pastillas. Reparte algunas entre
las otras dos. El trío comienza a caminar hacia las
escaleras, llevan a rastras los impermeables negros. IAN las
ve nervioso y trata de adelantarlas, pero resbala un poco con
el agua de lluvia que entró.

Las mujeres llegan a donde está el TORTURADO, quien respira


con fuerza y se tambalea un poco.

DONCELLA
Esperen. Miren, creo que este viene
disfrazado de Milo Jeeder.

La MATRONA y ANCIANA lo ven y asienten. La mayor le pone una


pastilla en la lengua a la otra mujer y ésta reacciona al
ácido con un movimiento de cuello. La DONCELLA, sonriente,
pasa una mano acariciante por el vientre del TORTURADO. Un
fuerte dolor dobla al hombre, quien contiene apenas un grito.
Las mujeres retroceden, asustadas. Por unos segundos ponen
caras de miedo, luego comienzan a sonreír.

ANCIANA
Y sí da miedo ¿eh? Allá afuera sí me
le escondía. O a lo mejor es Sweet
Alice ¿no?

DONCELLA
O tal vez es ambos. Como un ente que
está en todas partes y estamos viendo
sólo la parte que nos corresponde.
¡Qué loco! ¿No?
YO, el Apocalipsis 53.

IAN llega y se coloca delante del otro hombre, entre éste y


las mujeres, tratando de cubrirlo.

IAN
(nervioso)
Oigan, oigan. Las cosas están muy
peligrosas. ¿Por qué se saltaron el
toque de queda?

Ninguna parece haber escuchado a IAN y comienzan a rodear al


encapuchado, tocando algunas partes de su cuerpo. IAN también
se mueve alrededor con cierto temor.

MATRONA
(acercándose al TORTURADO)
Ya dinos: ¿De qué vienes disfrazado?

Todos se ven unos a otros, esperando que alguien conteste. El


TORTURADO comienza a respirar con fuerza e IAN lo nota.

DONCELLA
¿Muerde? ¿Le cortaron la lengua? ¡JA!

IAN no contesta y se acerca al TORTURADO, tratando de


alejarlo de las mujeres, pero la maniobra es muy difícil
porque el hombre está muy confundido.

ANCIANA
También viene a la fiesta de
disfraces ¿no? Anda muy drogado,
¿verdad?

IAN
(con calma)
Yo creo. Me lo vinieron a tirar a la
casa. ​(se ríe)​ Literalmente.

MATRONA
(​suelta una carcajada)
¿Qué tomó? Está muy loco su asunto.

IAN titubea, pero sólo asiente. La TEIBOLERA lo ve con


extrañeza y sonríe
YO, el Apocalipsis 54.

DONCELLA
Qué raros son estos dos. ¡Me gusta,
me gusta! Vamos a adivinarlos,
chavas. Que vean nuestros “poderes”.

Las tres se observan entre sí con complicidad y tiran los


impermeables al mismo tiempo, como en una coreografía. De
las bolsas que llevan en las manos sacan unos ojos de
plástico, como los que usan en los muñecos corrientes de
peluche, se los colocan en las manos y cierran los ojos.
Todas levantan las extremidades con las palmas hacia el
frente, colocadas a un costado de sus caras, como grandes
orejas con ojos de plástico. Se colocan delante del TORTURADO
en fila india, adelante la ANCIANA, después la MATRONA y al
final la DONCELLA.

ANCIANA
La vida es un hilo tejido por las
mujeres eternas y todopoderosas, las
madres sin hijos propios, las
criadoras de lo no-nato. Nosotras
conocemos el porvenir antes incluso
del pasado lejano y vemos que se
respeten sus designios.

Al final de estas palabras, la ANCIANA se coloca en la parte


final de la línea, quedando al frente la MATRONA. Enseñando
y moviendo las manos con ojos por la zona púbica del
TORTURADO.

MATRONA
Provienes del vientre viscoso de tu
mismo enemigo. Tu madre mintió en los
días de luna del periodo. Alimañas te
sostuvieron en el útero de vientos,
palabras, promesas. Daños causas para
detener tu tiempo, pues no saliste al
mundo a realizarlo, sino a deslizarlo
por el acantilado. Desde la orilla
marcas el horizonte de tu bando.
¡Horror de vértigo eterno!
YO, el Apocalipsis 55.

La MATRONA se pone en cuclillas y abraza las piernas del


TORTURADO, recargado la mejilla derecha en la entrepierna de
aquél, respirando profundamente. El hombre se queja e IAN
reacciona nervioso, pero se mantiene quieto.

MATRONA
Dale vida a la muerte de los
desamparados, pues desde ahí
llegaste. Dolor enseña dolor.

La DONCELLA camina hacia el frente, recargando sus manos, con


los ojos al frente, en sus pechos. Rodea al TORTURADO y se
coloca detrás de él. Lo abraza desde atrás y restriega su
cuerpo en la espalda. Grita al hablar.

DONCELLA
Respiras sin aire, pulmones de
ceniza. Cada uno de los órganos
vitales se queda quieto al fingir que
todo sigue igual, y que igual es
siempre. Crecen células, uñas y vello
en la barba. Moloc impulsa los rayos
vitales que llegan del sol central
concentrado en mirar y mirar. Rotos
en lazos, las caras se borran, los
nombres se olvidan. ¿Vivir es amar?

La joven mujer se voltea y acomoda su espalda en la espalda


del TORTURADO. La ANCIANA camina con los brazos extendidos,
como si fuera un zombie, las palmas hacia abajo. Un trueno
suena. No se ve ningún rayo.

ANCIANA
El hilo es la vida, el continuo, lo
que mantiene el tejido junto. Hasta
el final propuesto.

Se detiene y levanta la mano derecha.

ANCIANA
El tejido es apretado. La tela muerde
la carne y la devora para dejarle
YO, el Apocalipsis 56.

cicatrices y arrugas. Ese es un hilo


grueso, pero que no muestra su color
verdadero.

Levanta la mano izquierda.

ANCIANA
Tu pecado es la soberbia, no
reconocer tus límites ni aceptar los
designios. Querer engañar a los
dioses no se puede. He aquí un final:
Caerás como Capaneo, al final de la
guerra, en la batalla de las caras
múltiples. Al pie de las murallas y
las tumbas mojadas de humo y ácido de
la tierra. Veras tu última luz
explotar en el cielo cobalto, como un
rayo pegando en tu pecho.

Un rayo alumbra con fuerza todo el ambiente, pero no se


escucha ningún trueno. Las tres mujeres sueltan una carcajada
al unísono. Recomponen su postura y arreglan sus ropas.

MATRONA
Este numerito se nos ocurrió para
espantar a los güevones de la fiesta.
A ver si no nos matan antes de que
todo acabe. Adios, carnalito.

Se comienza a escuchar el sonido de una fuerte lluvia. Las


mujeres se encaminan a las escaleras y comienzan a subir.
Menos la ANCIANA, quien se detiene a ver por última vez a IAN
y el TORTURADO.

ANCIANA
Recuerda que la vida es un hilo muy
delgado. Y creo, muy segura. Creo que
tú guardas en el alma unas tijeras.

La mayor sube dos escalones y regresa de nuevo la mirada,


viendo a IAN. Señala al cielo.

ANCIANA
Ya llegó ella
YO, el Apocalipsis 57.

IAN
¿Ella?

ANCIANA
¿O no es mujer? Ella: El huracán.

Sonríe plácidamente y se dirige con sus compañeras. Las tres


mujeres desaparecen escaleras arriba. IAN se toma un
descanso, sobándose los ojos. Luego, toma al TORTURADO del
brazo y comienzan a subir, lentamente.

SEC. 15. INT / SEGUNDO PISO / NOCHE

Es un edificio moderno, pero de varios años de uso. Las


escaleras son parte de la estructura central y alrededor está
los departamentos. Están al descubierto y la lluvia y el
viento llegan a ellos de forma indirecta, rebotando en las
paredes. La tormenta ya es plena y le pega de lleno.

Mientras suben a obscuras, guiándose con la luz que sale del


celular, se observan en las paredes unas grietas que con el
reflejo de la luz y las sombras, parecen caras que los
vigilan, burlándose de ellos.

Llegan al piso de arriba, donde se ven puertas de distintos


departamentos. En las paredes se observan cuadros colgados de
fotografías de Acapulco tradicional, en blanco y negro o
sepia. Avanzan por el pasillo.

TORTURADO
Vamos para arriba. ¿Por qué?

IAN
(​SEÑALANDO​)
Arriba, casi siempre, es mejor.

BARUSH está parado delante de una puerta, le hace señas a IAN


y le llama la atención sobre un letrero en ella. IAN lo
observa. Es una imagen de Cristo con una leyenda. BARUSH lee
en voz alta.

BARUSH (fársico)
“Este hogar es católico. No aceptamos
propaganda protestante ni de otras
sectas”.
YO, el Apocalipsis 58.

IAN se ríe, jala al TORTURADO para que avance, éste se atora


con el impermeable y se cae.

IAN
(apenando)
¡Cuidado! ¡Levántate!

TORTURADO
(intentando levantarse)
¡A huevo! Lo que se puede hacer
cuando cae la lluvia, es dejarla
caer. (​pausa​) De qué chingados sirve
subir y subir, trepar haciendo cosas
terribles. Llegar a donde llegué. ¿De
qué sirve?

BARUSH
(caminando al lado de IAN)
Éste nos salió muy filósofo. ¿No será
la droga, tú?

IAN sólo lo ve de reojo, mientras avanza conduciendo al


TORTURADO hacia las escaleras y empezar a subir al siguiente
piso.

Llegan a la puerta de la fiesta, que se hace en uno más de


los departamentos. Todo alrededor de la entrada, en el
pasillo, se escucha un ambiente lleno de murmullos, de muchas
personas hablando en voz media y baja. IAN ve de reojo la
fiesta, desde afuera, pero como todo está alumbrado con
velas, apenas distingue algunas figuras. Y por eso sigue
caminando derecho, tratando de escapar de ahí.

Se aleja con cuidado de la reunión, cuando al pie de la


escalera se encuentra al VIGILANTE, quien lo mira fijamente y
le sonríe abiertamente. Sigue fumando y encima de su ropa
trae un saco estilo Sherlock Holmes, y una gorra del mismo
personaje como disfraz; lleva una copa en la mano. BARUSH se
cruza entre el VIGILANTE e IAN y se mete a la fiesta. IAN,
medio confuso, entra detrás de él.

SEC 16. INT. - DEPARTAMENTO FIESTA - NOCHE

En la entrada del departamento, tres velas alumbran el paso.


A un costado hay una mesa, llena de máscaras de fantasía y de
YO, el Apocalipsis 59.

diversos modelos. IAN pasa a un lado, ve las máscaras y


voltea a mirar al TORTURADO, quien va con calma y cuya
respiración se nota a través de la capucha. Se abstiene de
tomar una.

Ya en la estancia toda la gente lleva sus máscaras, en


diferentes partes se ven a personas con cara de Zeus, Osiris,
Isis, Thor, Anubis, Freia. Se oye música de Pink Floyd, del
album The Dark Side of the Moon, en varias paredes se
proyectan imágenes de El Mago de OZ, en su versión a color de
1939. Gran parte de los asistentes miran fijamente las
paredes donde se ven la imágenes de Dorothy y su perro Toto.
Muchos traen vasos de bebidas, otros fuman con calma cigarros
de mariguana, pero la mayoría sostiene pedazos de papel
aluminio donde queman heroína y la aspiran. Algunos juegan a
alumbrar la sala atiborrada con las luces de sus celulares y
algunas lámparas sordas, también hay velas colocadas en
algunos muebles.

IAN ve en la pared delante de él a un espantapájaros tirado


en una vereda amarillo oro. Entra el audio de la canción
Brain Damage​, Pink Floyd 1973, mientras vemos la secuencia
cuando Dorothy conoce al Espantapájaros, quien no tiene
cerebro.

PINK FLOYD (OFF)


The lunatic is on the grass.
The lunatic is on the grass
remembering games
and daisy chains and laughs.
Got to keep the loonies on the path.

The lunatic is in the hall.


The lunatics are in my hall.

The paper holds their folded faces to


the floor
And every day the paper boy brings
more.

& if the dam breaks open many years


too soon
& if there is no room upon the hill
YO, el Apocalipsis 60.

& if your head explodes with dark


forebodings too
I'll see you on the dark side of the
moon.

The lunatic is in my head.


The lunatic is in my head.
You raise the blade, you make the
change
You re-arrange me 'til I'm sane.

You lock the door


and throw away the key
There's someone in my head,
but it's not me.

& if the cloud bursts thunder in your


ear
you shout, and no one seems to hear,
& if the band you're in starts
playing different tunes,
I'll see you on the dark side of the
moon.

I can't think of anything to say


really
it's a haHaHaHAHAHAHAHA!

Mientras se escucha la sonora carcajada final, vuelve a


cortarse totalmente el suministro eléctrico. En medio de la
oscuridad, IAN reacciona y se abre paso entre la gente, lleva
consigo al TORTURADO, conduciéndole por el camino, y al mismo
tiempo levanta su celular buscando señal. Se prenden algunas
lámparas de mano, celulares y encendedores. Mientras AIN mira
con atención su aparato, tropieza con una mujer, cubierta de
la cara con una máscara de AFRODITA.

IAN
Perdón. Es que, no te vi.
YO, el Apocalipsis 61.

AFRODITA se acerca a verlo directamente a la cara. IAN


alcanza a ver detrás del disfraz dos ojos verdes chispeantes,
como sonrientes. Él intenta decir algo, pero algo se le atora
en la garganta. Ella no dice nada, lo abraza y suspira fuerte
en su cuello. Se separa un poco y ahora sus ojos se ven
rojos, como si estuviera llorando. IAN abre mucho los ojos,
como espantado, y de nuevo trata de decir algo.

BARUSH(​OFF)
Ian. ¡Acá! ¡Vente!

IAN se detiene y busca a BARUSH con la mirada y lo alcanza a


ver en medio de un espacio extrañamente vacío a mitad de la
gente, caminando rumbo a una puerta. IAN toma al TORTURADO
por la espalda, se encamina a ese lugar. Entonces AFRODITA lo
toma de la mano para detenerlo, él voltea a verla. Ella pasa
una mano por su cara, sobándolo con cariño, y la detiene en
sus labios. Él no aguanta más y se desprende del contacto,
sale caminando casi con furia hacia aquella puerta.

Sigue enojado hasta llegar al fondo del departamento, deja a


un lado al TORTURADO, ve la puerta y la abre, mete la cabeza
para ver que hay, regresa. Toma al TORTURADO, empujándolo
casi con fuerza hacia adentro. Él entra detrás, con prisa.

SEC 17. INT. - ESTUDIO DE PINTURA - NOCHE

El TORTURADO está de pie, cuando IAN cierra la puerta del


estudio de pintura. El lugar está en semipenumbra, porque hay
un ventanal grande, de techo a piso, por el que entra la poca
luz exterior, lo que hace sombras de pronto. Las gotas de
lluvia golpean rítmicamente el cristal.

El estudio tiene, en varias partes, cuadros sin acabar,


algunas pinturas arrinconadas y una puesta en un caballete,
de unos dedos señalando. Se ve una puerta entreabierta, donde
se alcanza a ver un baño. BARUSH está cerca de la ventana,
como viendo hacia la calle, apenas se alcanza a ver su
silueta.

Sienta al TORTURADO en una silla y observa que éste tiene las


manos con sangre. Le quita el impermeable amarillo.

IAN
Te lastimaste. Cuando te caíste. Deja
te limpio, ahorita vengo.
YO, el Apocalipsis 62.

IAN se levanta y va hacia el baño, ve con seriedad a BARUSH


de reojo. IAN se mete al baño y detrás va BARUSH.

SEC 18. INT. - BAÑO - NOCHE

IAN enciende la luz de su celular y aprovecha para mirar la


intensidad de la señal de telefonía. Exhala decepcionado y
coloca su teléfono para que lo alumbre. Respira para
calmarse. Toma una toalla pequeña junto al lavamanos, se pone
enfrente para lavarla, se ve su reflejo y el de BARUSH en el
espejo, quien comienza a hablar.

BARUSH
(en tono de reclamo)
¿Viste, viste lo que pasa por
portarte mal, por romper las reglas?
A ver dime, ¿quién las poné? ¿Quién
las define? ¿La religión? ¿Tu padre?
¿Un juez? ​(suspira como dando paso a
una plática anterior)

IAN le contesta sin dejar de lavar la toallita, respondiendo


al reflejo de BARUSH en el espejo.

IAN
No entiendo, la verdad, qué dices.

BARUSH
Hasta pálido estás del miedo que
tenés. Y aquel que temé es porque
espera castigo, una reacción del
poder. ¿Entonces no estás seguro,
verdad?

IAN
Nadie está así, tan seguro como
dices. Nunca.

BARUSH
Pero que el miedo no te detenga,
porque entonces te engañás solo. Es
como el niño pequeño, que para
esconderse se tapa la cara con las
manos. Un remedio imposible que
YO, el Apocalipsis 63.

terminá siendo peor que el primer


error.

IAN
(alto)
¿Y si es inútil, nada más? ¿Si es ya
un camino cerrado?

Las manos de IAN comienzan a temblar de forma incontrolable y


éste se aferra al lavamanos para intentar detenerlas. Una
serie de rayos y truenos estallan más allá del ventanal,
haciendo que los vidrios vibren.

BARUSH
(enojado)
Es el camino al infierno el que está
pavimentado con buenas intenciones.
Las consecuencias son claras. ¿Te
quedás o salís corriendo? Ambas
opciones tienen un precio, pero
también hay ganancia si llegás a
fondo.

IAN
(fuerte)
Todo es confuso. Me olvido de todo.

A través del espejo se ve que BARUSH se acerca a IAN por


detrás y le habla al oído, con secretismo, pero muy pegado.
IAN se pone en total tensión.

BARUSH
Y eso que estás en un buen día, pero
no siempre es o será así. Hoy te
ataca tu viejo amigo Lewis. HOY. Así
funciona este asunto, weon. Te
recuerdo que hasta 1973 la
homosexualidad era considerada una
enfermedad.

La cara de IAN se endurece y con esfuerzo, debido a los


temblores, vuelve a frotar la pequeña toalla, ahora con mayor
fuerza. BARUSH se aleja un poco pero ve fijamente, con
intensidad sexual, a IAN.
YO, el Apocalipsis 64.

IAN
(​casi un grito)
¿Podemos dejarlo aquí, por favor?

BARUSH
En Líbano, si un hombre practica
zoofilia y fornicá con un animal
hembra, eso se considera algo normal.

IAN se remueve inquieto y perturbado, abiertamente molesto y


agresivo. ​(Intercorte: el ESPANTAPÁJAROS baila mientras
camina por la vereda amarilla).

BARUSH
Pero si el animal es macho, lo
condenan a muerte, por practicar
sodomía. ​(pausa) Entonces dime, ¿te
echarías una yegüita?

(intercorte: CU del ESPANTAPÁJAROS sonriendo maliciosamente a


la cámara).
IAN
(gritando)
¡Cállate!

IAN manda un golpe al cristal y lo rompe. Se escucha al


TORTURADO decir algo afuera. IAN toma la toalla, muy mojada.
También su teléfono, apaga su luz, se da la vuelta y sale.
BARUSH ha desaparecido de la entrada del baño.

SEC 19. INT. - ESTUDIO DE PINTURA - NOCHE

Se ve de nuevo la silueta de BARUSH junto a la ventana, IAN


pasa a su lado y se dirige hacia el TORTURADO. El hombre se
ve disminuido, inclinado. Se arrodilla frente a él y le
empieza a limpiar las manos.

TORTURADO
Oye, compa. ¿Por qué madres me
encargaron contigo? ¿Quién eres? ¿Por
qué me cuidas, wey?

IAN suspira y ve de reojo a BARUSH, quien todavía está viendo


hacia afuera en la ventana.
YO, el Apocalipsis 65.

IAN
(narrando)
Tengo una amiga, cercana, le dicen
Beatriz. A ella la conocí por allá,
en un anexo para muchachos
drogadictos...

TORTURADO
(lo interrumpe)
Ah, ok. Tienes de esas broncas.

IAN
(continúa)
Tenía. Ella me ayudó mucho. Beatriz
ya iba casi para afuera cuando yo
llegué y fue muy buena conmigo. Por
ella dejé “la roca”, esa cosa. Antes
de irse a la calle otra vez, ofreció
ayudarme. Y ya al salir yo, pues la
busqué.

IAN limpia con calma las heridas y también sus manos cada que
se mancha con la sangre. Su actitud ya es relajada y
enfocada.

IAN
Y como me sacó del hoyo, del vicio
del crack pues, entonces juntos
buscamos como sacar la vida adelante.
También me dio un trabajo, un cómo
ganar para mis gastos. Acá, de lo
suyo. Con la gente del narco, la
verdad. Me puse a modificar los
celulares para que no los detecten y
antenas de radio digital.

IAN voltea a ver al TORTURADO, la cara cubierta con la


capucha, como tratando de adivinar sus pensamientos.

IAN
Todo empezó a ir bien, porque soy un
buenazo con los aparatos. Siempre me
gustó la cosa de las microondas y
frecuencias, el cómo funcionan.
(​pausa​) Es mágico lo que se puede
hacer, ya sabes, con esas señales que
YO, el Apocalipsis 66.

están por aquí y allá, rodeándonos


todo el tiempo. Cosas que no vemos,
pero que existen y trabajan así,
invisibles. ​(cambia de actitud) Uuy,
eso sonó muy místico ​(se ríe)​.

Termina de limpiar las manos y se acomoda en el piso,


sentado a un costado del TORTURADO. Mira al frente, como
viendo hacia el horizonte.

IAN
Y a ti, ¿por qué te están chingando?
Ve cómo te dejaron.

TORTURADO
(agotado)
Cuando dejas de ser un pobre mocoso
se rompe la ilusión ¿ves? Te rompe el
hocico ver que el mundo no es blanco
y negro, sino, más bien, que todo es
de colores. Lo que de lejos es negro
chingón, en realidad de cerca es un
azul muy oscuro; luego hay cosas a
las que les pega el sol y se ven
blancas, brillantes, refulgentes,
cuando en verdad son de un color
crema.

IAN se levanta y revisa con la mirada el cuarto en el que


están. Por los reflejos de las luces de los carros alcanza a
distinguir algunos trazos de los cuadros. Se acerca a ellos,
para verlos de cerca. Mientras, el TORTURADO prosigue su
relato.

TORTURADO (OFF)
Sentir, pensar, desear son cosas que
sólo estorban y madrean a la cabeza
clara. Así como suena y es, así mero
me fui metiendo. Aguantando reglas de
culeros que no respetan las reglas,
trabajando para los que no quieren
trabajar. Muy cabrón. Para descubrir
que lo bueno a veces produce el mal y
que lo que te jodes protegiendo a
veces resulta herido.
YO, el Apocalipsis 67.

Las luces que entran por el ventanal recorren los cuadros del
estudio, mostrando fragmentos de los dibujos, en su mayoría
de estilo abstracto: escenas que podrían ser de almas oscuras
buscando la luz, del caos dentro de la mente humana. IAN
acerca las manos, como para tocarlos, pero se detienen a unos
centímetros de la pintura.

TORTURADO (EN OFF)


Y cuando me di cuenta de que me valía
verga ser tan negro como el azul o
tan blanco como el marfil, entonces
empecé a escalar, empecé a subir, a
tener responsabilidades. Pero siempre
viviendo en esta maldita
contradicción.

IAN detiene su inspección de pinturas y voltea a verlo, con


curiosidad casi infantil.

TORTURADO
Y de repente, me empezaron a
investigar y les di un nombre. ​(Hace
énfasis) Comencé a ser un camaleón,
para esconderme siendo como los
demás. El reto es vivir sin esperar
nada de nadie y al mismo tiempo no
perder la esperanza.

IAN cierra los ojos, como tratando de visualizar lo dicho por


el otro hombre. Los abre de nuevo y asiente con convicción.

TORTURADO
Por eso yo no reflexiono jamás, sólo
reacciono. Yo me paseo por el mundo
con todas mis broncas. Jamás intento
mejorar o aprender. Yo soy uno de los
que se esconde. Ahí, escondido entre
las ramas, bien quieto, comprendí que
muchos ojetes que dicen buscar
justicia, en realidad quieren matar a
unos cuantos o soltarse los demonios.
Que los que buscan matar, en realidad
quieren reponer lo que les quitaron.
Exigen venganza. Y ¿qué crees?
YO, el Apocalipsis 68.

También supe que soy muy bueno


ayudándolos en eso. (​cambiando de
actitud​) ¿Alguna vez has matado?

IAN
Ya te dije que no soy un asesino.

TORTURADO
No es lo mismo matar que ser un
asesino. Eso se aprende rápido. La
primera vez que quitas la vida de
algui…

La luz regresa y la gente grita de emoción, tanto en la calle


como en la fiesta, porque volvió la electricidad.

TORTURADO
(asustado)
¿Qué pasó?

Entra por la ventana la iluminación de un faro en la calle.


El estudio queda a media luz, porque no se prenden los focos
del techo, pero sí los del baño.

IAN
Volvió la luz, ya regresó. Déjame
veo. Espera.

IAN se asoma fuera del estudio. Se oye cómo se enciende la


música de la fiesta, se trata de la canción ​Careful wiht that
Axe, Eugene de Pink Floyd (1969), que se mantendrá hasta el
final de la Secuencia 22.

SEC 20. INT. - DEPARTAMENTO FIESTA - NOCHE

Al asomarse, IAN observa cómo la fiesta va tomando vida con


el nuevo ambiente psicodélico. En un rincón lejano ve al
VIGILANTE, disfrazado de Sherlock Holmes, mirando fijamente
hacia donde él está, con la cara sonriente. IAN se mete de
nuevo al estudio.

SEC 21. INT. - ESTUDIO DE PINTURA - NOCHE

IAN regresa con el TORTURADO. BARUSH está a su lado,


mirándolo en silencio. IAN lo ve. Comienza a colocar el
impermeable en el TORTURADO.
YO, el Apocalipsis 69.

IAN
Vámonos mejor. Ya no nos podemos
esconder más aquí y nos pueden
chingar.

IAN lo ayuda a levantarse y salen del estudio.

SEC 22. INT. - DEPARTAMENTO FIESTA - NOCHE

Al salir, IAN camina por delante, llevando al TORTURADO del


codo, quien camina con dificultad. A BARUSH se le ve detrás.
Se dirigen hacia la puerta del departamento para irse.

La gente los observa por la llamativa vestimenta del


TORTURADO. Frente a IAN se para una máscara de OSIRIS,
tapando el paso. IAN está a punto de empujarlo para seguir su
camino, pero nota que varias personas alrededor, todas
enmascaradas, los miran y señalan. Detrás de ellas, el resto
de los asistentes a la fiesta parece bailar psicóticamente.

OSIRIS
(al TORTURADO)
¿Estás bien, brother?

IAN se interpone a la mirada de OSIRIS, sonriendo con una


mueca forzada.

OSIRIS
(a IAN, irónico)
Qué milagro verte, Ian. No creo que
estés invitado. (​Pausa​) NO, no, no
eres bienvenido, de plano.

En ese momento BARUSH se cruza caminando entre IAN y OSIRIS.


Mientras pasa, BARUSH mira con intensidad a IAN y lo
cuestiona con un gesto. Pasa de largo y desaparece.

OSIRIS
Cuidado con que hagas alguna de tus
chingaderas, porque ya sabes que se
destapa todo. ¿O te lo recuerdo a mi
modo?

OSIRIS se acerca amenazante a IAN. Entonces se presenta el


VIGILANTE y le pone una mano firme sobre el hombro, el
YO, el Apocalipsis 70.

agresor voltea con desconfianza y trata de quitarse la


extremidad de encima. Lo que aprovecha IAN para escapar del
acoso. La electricidad se vuelve inestable, va y viene,
dejando oscura por momentos la estancia. A IAN esto lo pone
nervioso y comienza a caminar más rápido, el TORTURADO se
tropieza y cae.

IAN lo voltea a ver y rápidamente lo ayuda a levantarse,


llegan a la puerta. Empuja al TORTURADO hacia afuera y voltea
a ver hacia la fiesta observando a todos. Muchos de ellos
todavía los observan, con curiosidad. Entre ellos AFRODITA,
quien se despide con la mano.

Al fondo se alcanza a ver al VIGILANTE, éste comienza a


caminar hacia la entrada. IAN sale y cierra la puerta detrás
de él.

SEC 23. INT. - PASILLO – NOCHE

Ruido intenso de lluvia al caer. Algunas láminas suenan al


doblarse por el viento. El agua salpica por todas partes y el
grupo de personas afuera del departamento está refugiada en
los rincones. Cada tanto, los flashes de luz de los rayos
iluminan todo y los truenos retumban cerca y lejos, en una
sinfonía eléctrica.

IAN se coloca delante del TORTURADO, quien se queja por lo


bajo, lo toma de la muñeca y lo conduce escaleras arriba. La
luz continúa intermitente. IAN se detiene en el primer
descanso para ver su celular, aparece la pantalla iluminada,
que no marca ninguna señal. El agua le escurre por la cara.
IAN se enoja, guarda el celular y sigue subiendo las
escaleras, para llegar al siguiente piso.

Cuando llega al piso superior, el apagón de la luz dura un


poco más. Al regresar la iluminación, ve la puerta de uno de
los departamentos abierta, a un lado está SANTA sentada en el
piso, en medio de un charco de agua fría. La mujer tienen la
cabeza agachada, llorando. Hay una bolsa tirada en el piso
con cosas compradas, los víveres regados por el pasillo.
SANTA levanta la cara y lo mira llorando.

SANTA
¡Se lo llevaron, se lo llevaron! Al
niño. Al niño. Me lo arrebataron de
las manos y no pude hacer nada.
YO, el Apocalipsis 71.

IAN sólo la observa, titubeante. SANTA continúa soltando


frases de dolor, inconexas y balbuceantes. Se escuchan pasos
detrás, como de alguien subiendo las escaleras. BARUSH, sin
decir una sola palabra, se mete al departamento. IAN entra
detrás de él, jalando al TORTURADO, y regresa al pasillo para
levantar y empujar suavemente a SANTA al interior del
departamento. Cierra la puerta con cuidado, para no hacer
ruido.

SEC 24. INT. - DEPARTAMENTO DE SANTA – NOCHE

SANTA sigue en shock, hablando sin sentido. IAN intenta


callarla con gestos, pero no lo logra; entonces se acerca a
la puerta, como intentando oír si alguien está detrás de
ella. La luz va y viene. Los tres se ven empapados por el
agua.

El hogar es pequeño y con pocos muebles, todas las paredes


lisas y el techo están pintados de blanco. En diferentes
partes se ven cuadros de tonos oscuros, que resaltan mucho
por el contraste con el fondo. El viento aulla detrás de las
ventanas.

SANTA, histérica, camina de un lado a otro sin dirección. IAN


va detrás de ella, la alcanza, la toma por los hombros y otra
vez intenta callarla, ahora sacudiéndola levemente. Ella se
queda quieta, pensando, y voltea hacia un altar al fondo del
departamento.

El altar, semialumbrado con velas rojas y negras, está


dedicado a una de las deidades de la religión yoruba, Shangó.
Tiene al fondo unas cortinas rojas y blancas, en medio una
base alta, donde está la estatua de Shangó. Alrededor hay
veladoras, palmas y varias ofrendas, como plátanos verdes,
maíz tostado, caña de azúcar y algunos platillos: carne
ahumada picada y un caldo.

SANTA se encamina a unas jaulas que tiene al fondo y saca de


ella un pichón, lo toma en sus manos y se pone enfrente del
altar. Levanta sus manos y reza.

SANTA
Babá Mi Shangó Ikawo ilé mi funi
alaya titanchani nitosi ki kogmanu mi
YO, el Apocalipsis 72.

oro nigbati wa ibinú ki kigbe ni na


orun atí gbogbo.

Mata con sus manos al pichón y lo ofrece al altar. IAN la


observa mientras hace su rito. BARUSH alejado, la observa con
mayor atención.

SANTA
Omó nijin gbogbo wi kuele kuokuo
nitosi dilowo ikawo ilé mi, iwo
bagbe, Babá mi ki awa nakue ni okán
nitosi kunle ni re elese atí wi
Shangó alanú obá layo ni na ilé ogbeo
mi.

BARUSH se acerca a IAN y le dice algo al oído. IAN trata de


alejarse.

BARUSH
¿Y si le matá mejor un carnerito?

IAN lo ve con molestia y se dirige hacia donde está el


TORTURADO. BARUSH se acerca a SANTA, observando con atención.
IAN se sienta frente a él. Mientras, SANTA sigue sus rituales
de adoración.

IAN
Dime, la verdad. ¿Quién te busca?

TORTURADO
(débil)
No lo sé, carajo. Cientos. Debo miles
de cosas a muchas personas. Pinches
víctimas, se dicen para aparentar que
soy inocentes. Eso pasa si haces lo
que yo.

IAN se aleja contrariado, pero sigue viéndolo. El viento


aulla afuera de las ventanas y el golpeteo de la lluvia
sobre los cristales es constante.

TORTURADO
Pero entiéndelo, nunca moriría por
mis querencias, porque tal vez la
cagaría. Sin querer me volví un
cabrón experto. Me hice maestro en el
YO, el Apocalipsis 73.

arte de secuestrar y torturar. Para,


al final, matar, acabar a madrazos
con las ganas, los sueños, sus
ambiciones. (​risa leve​) ¿No son lo
mismo?

SANTA sacude unas ramas verdes por su cara y prende un


habano, tira el humo a la imagen de Shangó. Hace movimientos
rituales y casi mecánicos.

TORTURADO (OFF)
Pero de todo eso , de mi gloria, no
debe quedar rastro. Yo no soy el
último eslabón de la cadena. Los
cuerpos, completos o en partes, se
llevan con el pinche Químico. Él es
el oficiante final, el dueño del
averno, el artesano maldito, el
maestro del arte, real y jodido, de
desaparecerlos.

IAN mira al torturado en calma, hasta con cierta simpatía.

IAN
Entonces todo, acaba todo. Una
personalidad, con alma, mente y
huesos, termina siendo humo sucio que
cae encima de los techos. ​(Pausa) Te
ves cansado ¿cómo te sientes?

TORTURADO
Me punzan mucho los ojos, duelen un
chingo. Se van a infectar, casi
seguro. No me preocupa, me vale
madres no ver. ​(se ríe) Ahorita,
compadre, sólo quiero ir al baño.

IAN lo levanta, le quita el impermeable y lo conduce al baño,


lo mete e intenta ayudarlo con el cierre del pantalón. El
TORTURADO lo empuja.

TORTURADO
Chingado, no me toques, putito. Nomás
dime dónde está la taza.
YO, el Apocalipsis 74.

IAN
(tomándolo de la mano)
Toca. Aquí. Y justo enfrente está la
puerta.

TORTURADO
Está bien, wey. Salte. Yo puedo.

IAN
Voy a dejarla un poco abierta.

IAN sale, la puerta chilla al jalarla, pero no la cierra.

IAN
(viendo hacia el baño)
Ya. Apúrate.

IAN se voltea y se topa de frente con SANTA, que lo espanta.


Ella estira una mano.

SANTA
Dame el collar que te di. Allá en la
tienda. Dámelo, rápido.

IAN
¿Qué? Oiga ¿está bien? Mejor descanse
un rato, mientras se le pasa la
crisis.

SANTA
Dice menos quien habla todo el
tiempo. Cuando alguien se muere
siempre se va con pendientes y
alguien los tiene que resolver,
alguien debe hacerlo ¿oyes?

BARUSH aparece detrás de ella, haciéndole gestos a IAN de que


la SANTA está loca.
SANTA
¿No me crees?

IAN la mira de frente con cansancio contenido y suelta un


profundo suspiro.

IAN
No lo sé. Quizás. No sé.
YO, el Apocalipsis 75.

SANTA le trata de poner una mano en el pómulo derecho, pero


IAN retrocede y por el miedo trastabilla.

SANTA
Siempre igual, igualito que desde
niña. Tenía como cinco años y Shangó
se me presentaba y me sobaba acá, así,
en la cabeza y al lado de las orejas.

SANTA hace la mímica de lo que habla. Toma a IAN de la mano y


lo jala a través de un pasillo que lleva a una recámara
trasera. IAN se deja llevar y camina como anonadado, mirando
de reojo, al pasar, cuadros y figuras de la santería
colocadas en el corredor.

SANTA
Yo no sabía qué entidad era, luego me
fui dando cuenta. Como por medio de
imágenes que me mandaba.

Esto llama la atención de IAN, que la ve con interés mientras


siguen su camino.
IAN
¿Sí? ¿las veía en su mente o las veía
con sus ojos, ojos? Como si, como si
viera la tele. ​(Niega) No, no, así no
es ¿verdad?

Ella no responde y camina por delante, aún sostiene la mano


de IAN y se acomoda el cabello con la extremidad libre.

SANTA
Hasta que después tuve una
experiencia de vida, una cosa grave,
donde se me dio la oportunidad. Me
apuñalaron. Ahí, tendida en la calle
me moría, se me llenaban los pulmones
de sangre. Entonces Shangó se me
apareció y me ofreció la ayuda, y
aquí estoy, porque mi compromiso fue
regresar a este puerto de gente
muerta.

Suena la tormenta, sin parar. Por fin llegan a una puerta y


ella la abre. Es una sala semivacía, rodeada de periódicos
YO, el Apocalipsis 76.

viejos dejados en montones por las orillas de las paredes. En


la mitad exacta de la habitación hay una mesita de centro
baja, donde está puesta una grabadora de carrete abierto
viejísima, prehistórica. Al lado de ella hay una caja de
zapatos Giovanna, una mezcladora de cinco canales y una
bocina.

SANTA
Así yo hago el compromiso de venir a
intentar ponerle su santuario, su
casita de reposo ​(señala alrededor)​.

SANTA camina hacia la mesa de centro y enciende la grabadora.


Abre la caja de zapatos y se ven muchas cintas medianas de
carrete desordenadas. Saca una al azar y la coloca una cinta
en su sitio. Oprime el botón de Play. Mientras, IAN se acerca
con interés. Ella sube el volumen de la mezcladora.

SANTA
Escucha. Escucha.

Mientras, se ve que el TORTURADO sale del baño. A tientas,


medio tropezando, da con la silla y se sienta de nuevo.

SANTA hace funcionar la grabadora. Se empiezan a oír ruidos


variados, casi imperceptibles. El aparato emite algo, pues
las agujas de volumen se mueven.

IAN
¿Qué es eso, señora? No oigo nada
bien.

SANTA sigue con la grabadora, detiene el carrete abierto y


ella lo mueve para atrás y para adelante. BARUSH la observa y
se burla riéndose. SANTA sigue moviendo la cinta y ahora las
agujas en pantalla no se mueven. Ella se desespera y se
levanta, camina a un lado de la habitación. Regresa con un
micrófono en la mano.

SANTA
El verdadero culto, cuando se cree en
Shangó, se trata de venerarlo,
quererlo y propagar que no estamos en
contra de Dios. O sea, que también
creemos en Dios todopoderoso, pero lo
veneramos a través de él.
YO, el Apocalipsis 77.

Se acerca a la grabadora y conecta con aspereza el micrófono,


lo prueba golpeándolo con la palma de la mano. Las agujas de
la máquina marcan la entrada del audio y se oye el sonido
viciado de la retroalimentación. Ambos hacen gestos de
desagrado. Y a lo lejos se oye un trueno. Ella arregla los
aparatos para evitar otro chirrido.

SANTA
Lo único real en esta vida es el
poder de Dios y la fuerza de mi
padrino. Su vida es eterna y su
imagen infinita.

SANTA agarra otra cinta de la caja de zapatos y la revisa con


los ojos por ambos lados, mientras IAN mira a su alrededor,
casi aburrido. La mujer quita la cinta de la grabadora y pone
la que revisó. Mientras lo hace sigue hablando.

SANTA
El culto existe desde hace tres mil
años, según mis estudios. Pero no se
le conoce, no se le respeta, porque
la sociedad ahora es estúpida.

En ese momento ve de frente a IAN, enigmática.

SANTA
Porque la gente estúpidamente juzga y
destruye lo que desconoce.

SANTA se acerca a IAN, con actitud urgente, como si algo le


preocupara. Lo toma por los hombros y lo obliga a sentarse en
el piso. Luego, comienza a pasear por la habitación mientras
le habla al hombre.

SANTA
Para ser santera debes tener, como
estás manejando todo tipo de
energías, un saber antiguo para
manejarlas bien y todas las magias.
Saber la verdadera historia de
nuestro padrino, de lo que es el
culto; saber exorcizar, sobre todo. Y
saber de muchas cosas.
YO, el Apocalipsis 78.

SANTA se acerca a la grabadora y comienza a limpiarla con las


manos, con esmero. Tratando de pasar los dedos por los
espacios más pequeños.

SANTA
Pero yo aprendí esta cosa nueva, este
secretito que me ayuda a entender
mejor a mi padrino Shangó. Lo vi en
un programa, de esos repetidos que
pasan luego por las madrugadas.
Rápido, en la mañana me fui a comprar
esto (​señala la grabadora​). ¿Sabes
cómo se te ilumina el alma al
escuchar su voz? ¿Sus frases directas
y claras?

Se acerca a IAN y se agacha frente a él, con las manos le


acomoda la postura. Le soba los hombros y los brazos,
recorriéndolos de arriba a abajo.

SANTA
Para recibir sus mensajes es bueno
estar relajado y predispuesto. Por
eso ahorita no puedo yo hablar con mi
padrino, estoy muy alterada de los
nervios. Pero tú sí pue…

IAN se trata de levantar para evitar la situación. SANTA lo


detiene y lo mira con ojos llorosos. Atrás de ella, BARUSH
hace un gesto pidiendo calma. IAN se detiene y regresa a su
posición en el piso.

SANTA
(Cariñosa)
Nomás es para hallar al niño que me
quitaron los maleantes. Ya mero llega
su mamá, mi niña pequeña. Pero Shangó
es poderoso, verás, verás que sabemos
algo.

SANTA se incorpora y camina rápido hacia la grabadora,


enciende el equipo y prueba previamente su correcto
funcionamiento, nivel de audio, lugar del micrófono.
YO, el Apocalipsis 79.

SANTA
Tienes que pensar en el niño. Muy
fuerte. Lo viste en la tienda
¿verdad? Su piel negrita y su
cabellito chinito. Recuérdalo, velo
en tu mente como lo recuerdas. Así
nomás.

IAN pone una cara de hastío, pero SANTA se la tapa con una
mano y le cierra los ojos bajando la extremidad hacia la
boca. Se ve a IAN con los ojos cerrados.

SANTA
Repite mis palabras.

IAN baja la cabeza.

SANTA
(apurada)
¡Repite, por favor!

IAN afirma con la cabeza.

SANTA
Protege y ayuda a estos pequeños
hermanos, Shangó. Sin ti no somos
nada, padrino. (​Urgida​) Repite.

IAN
(con calma)
“Protege y ayuda a estos hermanos,
Shangó. Sin ti somos nada, padrino”.

La SANTA se levanta, se soba las manos y ve si la grabadora


registra sus palabras.

SANTA
Mira. Tres, dos, uno. Todo listo.

Se soba el entrecejo, tratando de encontrar las palabras. IAN


entre abre los ojos y ve a BARUSH, quien adopta poses de
divertimento dramático. IAN se regresa miradas de enojo.
YO, el Apocalipsis 80.

SANTA
(Inspirada)
Repite. ¿Eres el aire entre las
nubes, padrino?

IAN
¿Eres el aire en…?

La mujer se acerca mucho a IAN y le habla al oído,


desesperada.

SANTA
Tiene que salir desde adentro, si no,
no funciona.

IAN respira dos veces, sacando el aire con fuerza.

IAN
¿Eres el aire entre las nubes,
padrino?

Se ven las agujas del aparato grabador. No se mueven. Pasan


los segundos lentamente. Se nota que IAN se resiste a abrir
los ojos.

SANTA
(Mística)
¿Eres el vacío que llena mis
silencios, hermoso?

IAN comienza a sufrir, y se retuerce un poco.

IAN
(entrecortado)
¿Eres el… vacío que llenas… mis
silencios, hermoso?

Las agujas se mueven al ritmo del sonido de lluvia y los


truenos, para luego mantenerse inmóviles. Mientras,
escuchamos una respiración, que puede ser de IAN; entonces
vemos a BARUSH viendo preocupado la escena; SANTA agacha la
cabeza, como en un rezo; el TORTURADO tiembla levemente, como
afiebrado, respira con fuerza y el aire mueve la capucha que
lo cubre. Se ve el pichón sacrificado, el altar de Shangó y
aspectos generales del departamento. IAN y SANTA siguen en la
sala de la grabadora.
YO, el Apocalipsis 81.

SANTA
(con la cabeza agachada)
Hermano bello y eterno, dime ¿dónde
está ese niño que duele?

IAN no resiste más, abre los ojos con desesperación y ve


angustiado a SANTA, quien sigue con la cabeza gacha.

IAN
Hermano, dime ​(fársico) ¿dónde está
ese niño que duele?

IAN ve la grabadora con hastío y recorre la estancia con los


ojos, y ve un espacio lleno de imágenes enigmáticas,
agresivas en su crudeza, hasta que vuelve la mirada al
aparato. Entonces, en medio del silencio, las agujas se
mueven.

IAN
(sorprendido)
¡Se movieron! ¡Esa madre se movió!

SANTA levanta la cara con susto. IAN señala con el dedo la


grabadora, con miedo. La mujer se acerca gateando al aparato
y detiene la grabación, mueve la cinta para escuchar. IAN se
acerca también a rastras. SANTA aprieta el play. Se ven las
agujas moviéndose con el ruido de fondo de la lluvia. Se oye
un sonido sordo, de fondo de la grabación, como gis.

SANTA
Es la voz de Shangó, como Dios.

IAN ve a SANTA a la cara y ésta se transforma en una máscara


de un maniquí. La agujas del aparato se mueven.

NIÑO FANTASMAL ​(OFF)


Aquí. Duele. ​(pausa)​ Este es el
infierno.

SANTA
¡Ay, santa madre de Dios!

SANTA se desmaya y comienza a convulsionarse. IAN se queda


atónito. La mujer comienza a gemir mientras se azota contra
el piso. IAN busca con la mirada a su alrededor, hasta que se
YO, el Apocalipsis 82.

detiene en BARUSH. Éste respira agitadamente y se dirige al


pasillo.

BARUSH
Vámonos de aquí, está de cojones.

IAN corre por el departamento. La luz se apaga por otro corte


del suministro. En segundo plano se escuchan unos gemidos
fuertes de mujer, que poco a poco se transforman en gritos
abiertos. IAN se acerca al TORTURADO, lo levanta y lo jala
por los hombros. El TORTURADO trastabilla, se tropieza y cae.

Un nuevo hilo de sangre corre por la boca del hombre


torturado. IAN lo vuelve a jalar, lo arrastra como puede a la
puerta del departamento. IAN se asoma hacia afuera. BARUSH
está asomado hacia el hueco de las escaleras, haciendo gestos
de prisa y angustia. Regresa la electricidad. IAN se asoma al
pasillo, a ambos lados de la puerta, para ver que no haya
nadie. Luego sale corriendo, jalando al TORTURADO.

SEC 25. INT. - PASILLO – NOCHE

Ya en el pasillo, la tormenta los rodea y golpea por todos


lados, IAN va por delante y comienza a subir las escaleras,
llevando al TORTURADO por el antebrazo. Atrás va BARUSH,
volteando cada tanto hacia el departamento que acaban de
dejar. Suben con toda la prisa que les permite la ceguera del
TORTURADO.

TORTURADO
Pues está muy de la chingada ¿no? Que
siempre que huimos, yo termino con el
hocico roto.

IAN lo voltea a ver y nota la sangre que salpica por todos


lados desde la boca del TORTURADO cuando éste habla. Con una
mano le limpia los labios y luego se quita las manchas que le
quedan en el barandal de las escaleras. Se vuelve a cortar el
suministro eléctrico. BARUSH suelta una carcajada desde
atrás. Regresa la luz. Siguen subiendo con apuro.

IAN
Se puso muy raro, allá abajo. Y quién
sabe qué le pasó a la señora.
YO, el Apocalipsis 83.

TORTURADO
Te dio miedo ¿lo del diablo?

IAN
El diablo, por más, no te puede dar
miedo, es como espantarte con tu
sombra. Forma parte de lo cotidiano,
y es natural que esté por aquí.

TORTURADO
¡JA! ¿Entonces, mariquita?

BARUSH ​(OFF)
Dilé, hermanito. Dilé que te da
pánico perder la razón.

IAN se detiene y voltea a todas partes, como para ver que


nadie los observa. Baja la cabeza.

IAN
La debilidad. Eso es. No puedo, ni me
gusta ver cómo se manipula a las
personas, tan fácil, que hasta se
pierde totalmente el control de todo.

TORTURADO
Ok. Pero nadie se deja engañar si no
quiere, cabrón. Algo en nosotros nos
jode y jode para ver las cosas que
nos dicen qué veamos, oír lo que
debemos escuchar, sentir a güevo lo
que debemos sentir.

IAN
Ahí está, ¿ya ves? Debilidad.

TORTURADO
No sé, compa. Tal vez. Pero somos
entrenados desde chiquillos y
pensamos pendejamente que hay
libertad porque podemos escoger
desayunar huevos con tocino o
desayunar huevos con jamón.
Estupideces. Pero todo es por
reacción, respuestas en automático,
enseñada a lo duro, a los madrazos.
YO, el Apocalipsis 84.

Nuevo corte de luz. El grupo se detiene en uno de los


descansos de la escalera y una ráfaga de viento azota el
espacio, provocando que todos se cubran las caras con los
brazos. Se quedan ahí, como esperando otro empuje del aire.
En instantes se relajan un poco.

TORTURADO
(​atérrido​)
¿Podemos evitarlo? Sólo si hay wevos,
valentía, y pocos se atreven. Es
mejor seguir al pinche rebaño.

BARUSH pasa por delante de IAN y el TORTURADO, subiendo los


escalones con rapidez y facilidad. IAN sólo lo sigue con la
mirada.

BARUSH
Este paisano weon tuyo me aburre.

Ambos quedan parados en el descanso, mirando al frente, pero


sin verse a la cara.

TORTURADO
(místico)
Mi tía la Chata, hermana de mi papá,
una vez nos llevó a todos los
sobrinos a una caverna. Y nos metió
para caminar adentro, sin ni una
lámpara, a lo puro macho, nomás.
Cuando llegamos a lo más oscuro
prendimos fuego y entonces, con la
luz de las llamas, se nos apareció en
la pared el dibujo de un ser extraño.

El TORTURADO suspira con fuerza, como reteniendo el aire. Un


quejido breve, doloroso, retumba en las escaleras. IAN voltea
hacia arriba con duda y luego dirige su mirada a la boca del
otro hombre.

TORTURADO
Igualito a Freddy krueger. Como el de
la película. Todos salimos corriendo
como la chingada. Ja-ja.
YO, el Apocalipsis 85.

Vuelve la luz. IAN hace una cara de desagrado y comienza a


caminar hacia arriba. Y se adelanta unos cuatro escalones al
TORTURADO.

TORTURADO
(a medio grito)
¿No lo entiendes, wey? Lo pintó ella.
Era su broma. ¿A poco los
cavernícolas conocían a Freddy? ¿O
qué? ¿Lo pintaron para que viéramos
la película? Pero ninguno de nosotros
lo pensó, nomás nos entró el miedo y
salimos gritando.

IAN regresa a ver al TORTURADO y se detiene. El TORTURADO


comienza a subir, con lentitud excesiva, agarrado al
barandal. Otro pequeño quejido, pero IAN se resiste a
reaccionar ante el sonido.

TORTURADO
Es que, los sentidos engañan, y no es
que los tengamos madreados o rotos,
sino que están adiestrados de forma
que sientes lo que sabes sentir, lo
que te enseñaron a ver, oír, oler y
palpar. Todos vemos lo mismo, pues
porque nos enseñaron a ver lo mismo.
Y entonces, los espantos que ves,
pues son las sombras que llevas
dentro. ​(Pausa mientras sube) ¿Te
acuerdas de que un día, los vecinos
de un crematorio se quejaron del
hedor que salía de ahí? ¿Algo muy
culero?

IAN lo ve desde los escalones superiores con mirada sombría.


Otra ráfaga de viento los azota. El TORTURADO comienza a
subir las escaleras

TORTURADO
Llegaron los inspectores del
municipio. Tocaron y tocaron la
puerta del crematorio, hasta
hartarse. Ni madres. Nadie respondió.
Pero el olor era espantoso. Curioso
YO, el Apocalipsis 86.

jajaja… Cuando estaban a punto de


tirar la puerta llegó toda la prensa
¿cómo supieron esos putos?

El TORTURADO llega al nivel de IAN y toma un respiro. Voltea


su mirada vacía hacia arriba, al techo del edificio.

TORTURADO
La chingada peste obligó a todos a
ponerse cubrebocas. (​Pausa​) Adentro
encontraron 16 cuerpos putrefactos,
desmembrados la mayoría, amontonados
en los rincones del local.

(INTERCORTE: Imágenes de cuerpos descompuestos, tirados sobre


un piso verde y un líquido negro escurriendo alrededor.
AUDIO: Un quejido de dolor). IAN se hace hacia atrás, con
asco. El torturado sube los escalones y comienza a estar
arriba de IAN. No lo ve y dirige su mirada hacia el frente.

TORTURADO
Se desató el escándalo. Todos los
pinches medios publicaron “imágenes
de impacto”, como les dicen. La
jodida verdad es que no hay cómo
describir eso. Los cuerpos ahí,
tirados como putas cáscaras de fruta,
echados a perder.

IAN está quieto y el labio inferior le tiembla levemente,


mientras el TORTURADO sigue subiendo lentamente.

TORTURADO
De inmediato los cabrones comenzaron
a decir que eran personas
secuestradas por el narco, que las
mataban y luego tiraban ahí. Una
pendejada. ¿Para qué chingados guardo
a los muertos en una casa? Habiendo
tanto pinche monte. ¿Para ahorrarle
trabajo al forense? No mames.

Gesto dramático del TORTURADO, lanzado hacia la parte


superior del edificio. Otra vez oscuridad.
YO, el Apocalipsis 87.

TORTURADO
Pero te digo, a golpes nos enseñan a
usar eso que llaman “la razón”. Que
es un montón de respuestas ya hechas,
correctas para la sociedad. Y pues
todos se la tragaron.

Detiene el relato y voltea hacia donde está IAN. ​(INTERCORTE:


Paredes manchadas de sangre, bolsas negras que se mueven con
el viento. AUDIO: Un quejido de dolor)​. IAN retrocede de
nuevo.

TORTURADO
Tuvimos que hacer nuestra pe-que-ña
investigación. Porque, por más, no se
pueden aceptar 16 muertos podridos
así nomás porque sí, sin saber quién
es el dueño ¿verdad, compa?

El TORTURADO se agarra con una mano al barandal de la


escaleras y se queda quieto. IAN lo observa en silencio.

TORTURADO
Es que fíjate, si alguien los
secuestró, pues no pasó su parte de
cuota y eso es malo. Y si fue un
ajuste de cuentas, ¡ay, cabrón! ¿A
quién se jodieron? ¿De ellos o de
nosotros? Luego empezaron las
presiones de las autoridades. Quesque
era un acto barbárico y esas cosas.

IAN
Dime, tú sabes ¿quién fue?

TORTURADO
Agarramos al velador del crematorio y
le sobamos la mente durante varias
horas. No le sacamos nada a golpes,
así no se consigue nada de valor. Lo
hicimos así, como nos enseñó Don
Trinidad. Le masajeamos la mente.
Hasta una pequeña orgía le pagamos:
unas viejas, mucha droga y alcohol.
Al final, él solito se puso a hablar
YO, el Apocalipsis 88.

del asunto. Como presumiendo, el


pendejo.

(INTERCORTE: Una sombra serrucha una mano y la tira al piso,


luego comienza a cortar la propia. AUDIO: Un quejido de
dolor)​. IAN reacciona. Regresa la luz.

IAN
(con la garganta apretada)
La verdad ¿quién fue?

El TORTURADO reanuda su subida. IAN comienza a subir también,


para poder escuchar las palabras.

TORTURADO
Hay que verlo de dos formas. El
pendejo ese guardó los cuerpos. Y esa
es una parte. ​(pausa) Pero no te
engañes, el asesino fue la propia
vida. Porque ella mató a esos vatos.
Ese cabrón no ERA el culpable, y esa
es la segunda parte.

IAN
¿Era?

TORTURADO
¡Era! A wevo, cabrón. Él y su
esposa. ​(PAUSA) Ese chamaco ya los
recibía muertos y hasta se los
llevaban sus propios familiares. El
crematorio llevaba sin trabajar
varias semanas, porque no servían
las máquinas. Pero un día tocan el
timbre y le piden los precios para
hacer ceniza a los difuntos, con
todo y su urna. Primero les dijo la
verdad, que ya no funcionaba. Pero a
la tercera vez que alguien llegó a
preguntar, pues se aventó.

Ambos hombres ya suben las escaleras hombro a hombro, medio


sincronizados, como en una danza. La luz sigue regresando en
forma intermitente.
YO, el Apocalipsis 89.

TORTURADO
2 mil pesos, pidió. Una mierda. Pero
como hasta se robaba de la bodega
las urnas de plástico para las
cenizas, pues todo el dinero era
para él. (​pausa​) Y en lugar de
cenizas humanas, les daba restos de
fogatas y asadores de carbón. Rápido
se corrió la voz, por lo barato. Y
se aclientó muy bien. Un día hasta
tres muertitos recibió, nos contó el
muy imbécil.

IAN
Pero no pasó nada, nunca supe de
eso.

TORTURADO
¿Y crees que a las autoridades les
conviene eso, cabrón? A ver, compa,
nunca se acercó por ahí sanidad del
municipio o los encargados de
panteones. Ni un solo pinche
inspector de al menos cuatro
oficinas diferentes.

IAN
¿Y los familiares de los muertos?

Regresa la luz.

TORTURADO
Al cabrón lo matamos porque había
visto a muchos de los del grupo
operativo. Pero fue bien pinche
claro que la culpa fue de esos que
quisieron ahorrarse unos pesos con
sus difuntos. El vato ese fue
tentado por ellos, se equivocó al
aceptar, pero él no inició nada.
(pausa) Es más ¿porqué chingados
morirse es tan caro? Es un negocio
macabro del gobierno, que origina
muchos problemas.
YO, el Apocalipsis 90.

IAN
Es una idea diferente. Creo.

TORTURADO
(serio)
Fue una explicación que nos mandó el
jefe, Don Trinidad. Es como decir
que el mar es siempre el mismo, en
la calma o en… la enfermedad.

BARUSH ​(OFF)
(gritando)
¡Ey, estoy acá! ¡Chicotea los
caracoles, andá, apuráte! ¿Eh?

IAN voltea hacia arriba y ve a BARUSH asomado del último


piso. Éste le hace señas desesperadas para que se apure.

TORTURADO
Al menos, eso nos dijeron que dijo.

Nuevo corte de luz. Llegan al último piso, y descansan al


final de las escaleras. Al fondo se ve la entrada del
Penthouse, la casa de Beatriz. De pronto, se escucha la
alerta del celular de mensajes entrando. IAN apresurado saca
el celular y lo levanta, se ve en la pantalla una serie de
mensajes, “DONDE ESTÁS. B.” “QUE SUCEDE. B.” “CONTESTA. B.”
“RESPONDE. B.” “¿ESTÁS O NO? B.”

IAN
(preocupado)
Se me, se me pasaron muchos, de
hace rato ¿qué hago? ¿qué hago?

La luz regresa. Densas goteras chorrean agua desde una parte


indefinida del techo. IAN se soba la frente, pensando.
Comienza a escribir con rapidez en el celular. Un quejido
doloroso y luego otro, muy próximo y cercano, lo espantan y
levanta con susto la mirada. IAN ve cómo se acerca el
VIGILANTE agarrando su vientre con ambas manos, e
instintivamente, por el susto, lo empuja. Éste cae por las
escaleras, rompiéndose el cuello, y muere.

IAN lo ve tirado en uno de los descansos de las escaleras.


Comienza a respirar con fuerza, a golpear con el canto del
YO, el Apocalipsis 91.

puño el barandal de la escalera, también suelta algunas


patadas. Aparece BARUSH a su lado, asomado.

BARUSH
Conchetumare, Ian, el weon ni se
lo esperaba.

IAN
¡Hijo de tu puta madre!

IAN encara a BARUSH y mientras le grita, se le va


aproximando, amenazándolo con los movimientos de su cuerpo.
BARUSH retrocede, con calma.

IAN
Es tu culpa, pendejo. No ayudas y
nomás te la pasas viendo, nomás
chingando. No me dejas pensar bien y
todo criticas, culero. Todo para ti
está mal. La vida no es tu obra de
teatro, estúpido ¡no lo es!

BARUSH llega hasta una pared y recarga su espalda. Mira en


silencio a IAN.

IAN
Pero esto va a cambiar, pendejo.
¿Entiendes?

TORTURADO​(OFF)
No te entiendo, compa. ¿Qué?

IAN lo voltea a ver, se acerca a donde está y lo agarra con


furia por la camisa. Lo empuja hacia atrás unos pasos. Están
al borde de las escaleras, al fondo se ve la figura tendida
del VIGILANTE. El TORTURADO sólo alcanza a acomodar los pies
y gemir con miedo.

IAN
También es tu culpa, pinche inválido.
Por estar cargando contigo,
soportando a fuerzas todo esto.

BARUSH se acerca a él y le dice al oído.


YO, el Apocalipsis 92.

BARUSH
(seco)
Pausá. Calmáte. Respirá. Hazme caso.
Quiero que pensés, con calma. Que
pensés muy bien en dónde estás.

IAN se le queda viendo al TORTURADO sin moverse, sin


parpadear. De pronto, lo voltea con fuerza y lo acerca a
empujones a la puerta del departamento de Beatriz, el
TORTURADO se va quejando, adolorido.

IAN mira la cerradura y se busca las llaves en el pantalón,


mientras las saca se cae de la bolsa el collar que le entregó
la SANTA. Por reflejo se agacha a recogerlo, lo levanta y lo
mira. Lo regresa al pantalón con enojo. Toma las llaves y
abre la puerta.

Toma al TORTURADO de un hombro y bruscamente lo conduce al


interior.

SEC 26. INT. - DEPARTAMENTO DE BEATRIZ – NOCHE

Es un departamento amplio y moderno, de estilo europeo, con


tonos suaves, que no concuerda con la imagen del resto del
edificio. IAN coloca en una silla al TORTURADO y se aleja,
como para poder pensar en paz. Su mirada se posa en las
ventanas de la estancia, que se pandean ante la fuerza del
aire.

IAN
(para sí mismo)
Esto está mal, no debería hacer
esto.

Saca el celular, lo levanta y escribe. “TODO BIEN, ESPERO


INDICACIONES”

BARUSH
¿Te podés pausar?

IAN rehuye la mirada de BARUSH, y ve que dejó la entrada


abierta, se acerca y azota la puerta al cerrarla. El
TORTURADO se sobresalta.
YO, el Apocalipsis 93.

TORTURADO
Ahora sí ya mataste a alguien, eso
se nota. Un como un olor en la boca
¿verdad? ¿Sí es tu primera vez?

IAN lo ve, inexpresivo. Le destapa la boca de la capucha.


Luego, decide contestarle.

IAN
El mundo no me cambia, yo puedo en mi
fe cambiar al mundo. Si no se puede
lograr lo que se quiere, hay que
querer lo que se puede.

TORTURADO
¿Y eso qué? Es una reverenda jalada.

IAN
Quiere decir que no se puede evitar.
Que hagas lo que hagas te va a
llegar. Contra eso mejor ni pelear.
Porque hay una verdad, amigo: El mal
es un psicópata asesino en serie.

El TORTURADO reacciona a las palabras, se medio incorpora y


comienza a moverse con nervio, acomodándose, como buscando
algo con la mirada y respirando con fuerza. Otra ráfaga de
viento azota con más fuerza las ventanas y el ventanal del
departamento.

TORTURADO
¿Qué…? No, no ¿Qué dijiste?

IAN
Algo, una cosa que me dice mucho un
amigo, que es que el mal ocurre, que
no necesita permiso, precio o momento
especial. El mal simplemente pasa.

TORTURADO
La frase, wey. Esa frase. ¿Dijiste:
“el mal es un psicópata asesino en
serie”? (​pausa​) ¿Dices que te la dijo
un amigo?
YO, el Apocalipsis 94.

IAN se queda en silencio, moviendo los ojos de un lado a


otro.

TORTURADO
(alterado, preocupado)
No puede ser, carnal. Está mal. Está
de la chingada. Mira, compa, tienes
que huir. Vete, vete. Vete ya

IAN
(intrigado)
¿Qué? ¿Qué pasa?

TORTURADO
No sé si sirva de algo explicarte,
está duro que me entiendas. Mira, es
que… ​(suspira​)

El TORTURADO hace gestos rápidos para que IAN se acerque. Las


ventanas vuelven a vibrar. Luego de dudarlo un segundo, éste
se acerca dos pasos.

TORTURADO
La verdad, cabrón, dime la verdad:
¿hay alguien más aquí?

IAN, en automático, regresa su mirada a BARUSH, quien tiene


los brazos cruzados con fuerza y le hace gestos negativos con
la cabeza.

IAN
(tranquilamente)
Estamos solos, tú y yo, desde que
salimos de la casa esa de la señora.

TORTURADO
No sé si creerlo, caray. Pero, la
verdad, es que ya no pueden pasar
cosas más jodidas. ​(pausa larga)
Mira. Sí, soy policía. Soy espía
dentro del narco. Y tienes que huir,
porque sé que estás en peligro.

IAN se pone en cuclillas, para estar a la altura de la cara.


YO, el Apocalipsis 95.

IAN
(contenido)
¿Policía? Caray. Pues entonces,
mentiste.

TORTURADO
Ese amigo, con el que platicas cuando
crees que no me doy cuenta. ¡No lo
niegues! Te escuché hablándole.
Quizás no lo sabes, pero es un hombre
muy peligroso. Casi el diablo,
hermano.

IAN
No sé qué dices. Ya estás mal.

TORTURADO
Escucha. Es el demonio mismo, la peor
persona que existe acá. No sé qué te
dice o cómo te controla, pero va a
chingarte. Acabar contigo. Como acaba
con todos, sin importarle quiénes
son.

IAN
Oye, oye, te digo que no sé de qué
hablas.

TORTURADO
¡Con una chingada, cabrón! Llevo años
espiando a tu amigo, haciéndome pasar
como parte de sus iguales. Comiendo
su misma mierda. Hasta llegué a ser
de su confianza. El segundo al mando,
su lugarteniente. Un hombre de poder
gracias a él. El poder, el pinche
poder. Cosas de números, de mayoría.

IAN voltea a ver a BARUSH. Ambos se mantienen serios.

TORTURADO
Hoy no tengo ojos, pero ya de antes
tenía esta claridad. Y te lo digo.
Ese con quien susurras en las
esquinas, ese mero, ese es el que
está intentando incendiar esta
YO, el Apocalipsis 96.

ciudad, para poder acomodarla a su


antojo.

BARUSH pasa caminando lentamente por detrás de IAN, en


silencio y mirando al frente.

IAN
¿Don Trinidad? No inventes, amigo.
Ahora sí te pasaste. A ese jefe nadie
lo conoce.

Ahora, BARUSH camina por detrás del TORTURADO y se queda a


sus espaldas, volteando su cara hacia la pared.

TORTURADO
No de frente. Nadie ve su cara, todo
llega por mensajes de una persona o
fotos de carteles con indicaciones.
Pero al tigre no se le caza viéndolo,
sino descubriendo sus huellas,
conociendo sus costumbres, rastreando
las sobras.

IAN pone una de sus manos sobre su boca, cubriéndola por


encima del labio. BARUSH está detrás de él, hace movimientos
como de cata de yoga o de teatro japonés.

TORTURADO
Por eso me hice como él. Tuve que
hacerlo para adelantarlo, ver el
mundo como él lo ve, y advertirlo
antes del crimen. Anticipándolo.

El TORTURADO agacha su cuerpo, como si un gran peso cayera


sobre él. IAN recorre su cara, con ambas manos, y se ve los
dedos, como para verificar que están limpios.

TORTURADO
Años soportando su sombra. Por poco
lo logro, pero la ambición de sus
pinches hombres me acabó. Sé tanto
sobre él, que ya no valgo por mí,
sino por la información que puedo dar
de Don Trinidad. Veme cómo es que
terminé. (​Pausa​) Desaparece, te digo.
YO, el Apocalipsis 97.

IAN levanta su mano izquierda y acerca la palma a la cara del


TORTURADO, procurando que éste no note su movimiento. Ahí la
deja, serio y concentrado. Su cuerpo vibra por tiempos, tenso
y afiebrado.

TORTURADO
Mira, primo, a ese que te habla a
escondidas lo descubriste por la
frase. Fue algo que escribió en una
cartulina, hace años, cuando apenas
estaba creciendo su grupo. Tres
doctores, en, en (​piensa con fuerza​)
¡grafología! Esos estudiaron los
trazos de la escritura y otros lo que
quería decir ese tipo.

IAN retira la mano como si algo fuera a quemarle. Y se retira


medio arrastrándose por el piso.

TORTURADO
Y descubrieron que está enfermo, muy
enfermo. Abuso emocional cuando era
niño, golpes de sus compañeros, mala
formación de la personalidad,
infantilismo. Tiene toda el alma
deformada.

IAN se deja caer sobre el piso, boca arriba, viendo al techo.

TORTURADO
Ese cabrón se siente intelectual. Si
tuviera tantos huevos se mostraría.
Pero no, nomás son frasecitas. Vete
te digo, mírame, ve cómo acabé. Es lo
mejor, yo conozco de cerca a esos
demonios.

IAN ve a BARUSH, quien lo mira fijamente, con una media


sonrisa en los labios. Este se da media vuelta y se desvanece
frente a los ojos de IAN. Una lágrima resbala por la cara de
IAN. Cierra los ojos y queda inmóvil.

En eso, suena el teléfono de IAN, con una alarma diferente.


IAN lo toma y ve que es una llamada entrante. En una imagen
sobre imagen se ve el letrero de la llamada parpadeando:
YO, el Apocalipsis 98.

“BEATRIZ”. IAN mira al TORTURADO y se levanta ágilmente para


contestar. Se aleja.

IAN
¿Sí?

BEATRIZ ​(OFF)
(efecto de llamada)
Me tienes preocupada. Siempre me
preocupas.

IAN
(impostando la voz)
Todo bien. Sin problema. Normal.

(INTERCORTE: se ven unos labios sexuales, maquillados con


pintura labial color cereza, diciendo los diálogos de
BEATRIZ).

BEATRIZ
(efecto de llamada)
No puede ser normal. Menos contigo
ahí. Pero sé que siempre cumples, por
eso te quiero.

IAN
(impostando la voz)
OK, está bien. Tu enviado se cayó por
las escaleras y se murió, pero aquí
sigo. Mantengo el paquete a la vista,
dañado, pero respirando.

(INTERCORTE: se ven unos labios sexuales, maquillados con


pintura labial color cereza, diciendo los diálogos de
BEATRIZ).

BEATRIZ
(efecto de llamada)
Muy bien, gracias por informarme. Eso
no es tan importante, ya sabes.
(​pausa​) Va lo que sigue. Llévalo con
el Químico. Suerte. Hoy y siempre.

IAN cierra la conversación, se acerca al TORTURADO y lo


levanta sin mucha consideración.
YO, el Apocalipsis 99.

IAN
(rudo)
Vámonos. Debemos seguir el viaje.

TORTURADO
Espérate, ¿a dónde? A ver, mira ya te
dije que soy policía. ¿Entiendes lo
que significa? Me van a chingar y te
van a chingar a ti. Por Dios,
entiende.

IAN no le hace caso, lo jala y se pone frente a él. Le quita


la capucha y con movimientos precisos le acomoda las vendas
de los ojos. Lo ve unos momentos: delgado, golpeado y
despeinado. Regresa la capucha a su sitio.

Escribe un mensaje: “YA VAMOS PARA ALLÁ”. Casi de inmediato


le llega una contestación: “YA TE ESPERA. RECUERDA AL POLICÍA
BLANCO. B.”. IAN respira profundamente, determinado. Se
acerca al TORTURADO.

Una fuerte ráfaga rompe el ventanal principal del


departamento y Casandra entra en la casa de Beatriz con una
furia que manda a IAN y al TORTURADO a estrellarse contra la
pared opuesta.

FADE OUT

FADE IN

SEC 27. INT. - PASILLO – NOCHE

Salen del departamento y se oye que la lluvia ahora es una


leve llovizna. IAN lleva al TORTURADO por el pasillo y llegan
a las escaleras. Se les ve empapados, adoloridos, cansados y
temerosos. Abajo, en el descanso de los escalones, ya no está
el cuerpo tirado del VIGILANTE. Se escucha la canción
Pendulum​ del anime Shiki (2010).

El ambiente, salvo por la canción y el goteo intermitente del


agua escurriendo desde el techo, es de silencio opresivo.
Tampoco se ve a nadie alrededor.
YO, el Apocalipsis 100.

Los dos hombres bajan por las escaleras muy juntos. IAN cada
tanto se asoma por el hueco de la estructura para verificar
si hay alguien en el camino. Nadie se aparece.

Llegan al piso donde está el departamento de la SANTA, donde


IAN regresa a ver hacia esa habitación, pero la puerta
aparece cerrada y todo tiene apariencia normal. Con las manos
detiene la marcha y le indica al TORTURADO que se quede
quieto. Se acerca con cuidado a la puerta del hogar. Por el
camino a la entrada se le aparece de frente BARUSH.

BARUSH
Yo creo que esa vieja estiró la pata.
¿Apostás?

IAN procura no verlo y baja la mirada. Se detiene a unos dos


metros de la puerta.

BARUSH
Más vale que cambés de actitud,
paisano. Más vale reinar en el
infierno que servir en el cielo,
mamón.

IAN le hace un gesto obsceno con el dedo medio, da media


vuelta y regresa a donde está el TORTURADO. BARUSH queda
parado a un lado de la puerta del departamento. Toma IAN al
TORTURADO por la espalda y reanudan su bajada, en silencio.
Mantienen un silencio tenso. Sólo se oyen sus pasos al pisar
los escalones.

Por la luz, que entra de manera indirecta, se producen muchas


sombras en la pared. IAN las ve en silencio, mientras éstas
cobran vida y toman posturas como del teatro chino de
sombras. Algunas parecen personas que manotean, como pidiendo
salir de la pared. Una de ellas se vuelve de color y es
BARUSH.

BARUSH
Es impresionante el poder de la mente
humana ¿verdad? Yo creo que debemos
tenerle más respeto o puede jugarnos
bromas muy fuertes.

IAN no hace caso a las palabras y se sigue de largo. A lo


lejos se oye, de pronto, un gato maullar y lo hace como si
YO, el Apocalipsis 101.

fuera un bebé llorando. El TORTURADO se detiene, mientras un


escalofrío le recorre los brazos, que soba para terminar con
la sensación.

TORTURADO
En mi rancho eso es de muy mala
suerte, compa. (PAUSA) Entonces ¿me
vas a decir a dónde vamos, o no?

IAN
(firme)
Camina, anda. Tenemos prisa.

IAN reanuda la marcha, con paso calmado pero constante.

TORTURADO
Mira, soy policía. Hay personas que
saben donde estoy, todos los días
reporto por mensaje qué voy a hacer.
Desde ayer no lo hago y van a iniciar
con el protocolo para buscarme.

Una explosión, como de un cohete grande, ilumina y llena el


ambiente. Ambos hombres se detienen.

IAN
(​aclarando​)
Ah, hoy es el día de la Santa Cruz.
La fiesta de los albañiles. Les vale
que estemos al borde del precipicio,
son sobrevivientes natos.

El TORTURADO aprovecha para ponerse frente a IAN.

TORTURADO
Parece que no entiendes. Se nota muy
fuerte que no disfrutas nada de esto.
Yo creo que por eso te eligieron a
ti. Eres el chivo expiatorio ideal.
La víctima perfecta. Hasta yo ya te
jodí.
YO, el Apocalipsis 102.

IAN lo ve con mirada cansina, un poco de hastío. Saca su


teléfono, como para revisar si le llegó algún mensaje. Su
mirada pasa del aparato al TORTURADO.

TORTURADO
¡Es serio, cabrón! Si te agarra el
grupo en la contra de Don Trinidad,
te van a chingar porque les ayudas a
los otros. Si llega la policía y me
recupera ¿quién crees que se va
derechito a la cárcel? Y por lo
visto, tu grupo no puede ni
acercarse, porque ya estarían aquí.
Yo te ofrezco una salida.

IAN guarda su teléfono.

TORTURADO
Cuando estoy entre locos, me hago el
loco.

IAN
¿¡QUÉ!?

TORTURADO
Escucha un buen consejo: cuando
pretendas luchar contra el mundo,
durante tu lucha, ponte del lado del
resto del mundo.

IAN
Eso es traición. ¡Traidor!

TORTURADO
Nunca traicioné lo que soy. ¿Quién
define la palabra “Traición”?

IAN
La moral, la ética, los valores.
¡Dios!

TORTURADO
Los dioses ayudan a quien se ayuda.
YO, el Apocalipsis 103.

IAN
Será el diablo, pero tú no le puedes
ayudar a nadie. Aseguras tener mucho
apoyo, pero ve nomás cómo estás. No
entiendo ¿qué eres? ¿Sólo quieres
salvarte?

TORTURADO
Pues me metí como cualquier
infiltrado, poco a poco, y no se
dieron cuenta.

BARUSH se aparece detrás del TORTURADO, con actitud cínica.

BARUSH
¿Te interesá eso? Eso aburre, weon
culiao. No serví de nada, es nomás
perder el tiempo.

IAN
Mejor sigue caminando, “poli”. Nos
esperan.

Los hombres retoman su bajada. IAN va al frente, guiando al


TORTURADO por los escalones. Se mueven en silencio y con
pausa, procurando no hacer ruido con sus pasos. Una nueva
explosión ilumina el espacio. IAN ya no reacciona.

Llegan al piso donde se hacía la fiesta y notan que todo está


en silencio. La puerta del departamento está cerrada y parece
como si nada hubiera pasado ahí. IAN se pone tenso y revisa
el entorno con la mirada.

IAN
Lo que pasa es siempre, siempre, lo
mejor.

TORTURADO
Y entonces, compadre, la vida hiede.
Porque es una pinche línea larga que
se estira, simple, hasta el carajo.

El camino los lleva a la puerta del departamento de IAN.


Cuando pasan frente a ella, IAN estira el brazo y toca la
puerta con la palma de la mano, como sobándola.
YO, el Apocalipsis 104.

BARUSH
Ya tenés nostalgia. Sólo subiste unos
pisos y ya te sentís desvinculado. A
de ser un problema ser como tú. A
todo te querés atar.

IAN separa la mano, enojado, y mira a BARUSH en silencio.


Retoma el camino y baja los últimos escalones con una especie
de desgano, dejando caer su peso en cada peldaño. Se detienen
frente a la puerta principal del edificio, que es una lámina
de acero pintada con una capa de color negro.

BARUSH
Vas, mariquita. El mundo es tuyo.

Se oye el paso de un carro del otro lado del portón, las


llantas suenan al pasar por los charcos y el motor produce un
ronroneo suave. Todos se ponen tensos. Hasta que el carro
pasa. Entonces IAN se encara a BARUSH y comienza a manotear,
agitando los puños con molestia. BARUSH se retira, pero
mantiene una actitud altiva.

TORTURADO
No entiendo qué tanto haces,
cabrón. Luego insistes e insistes
en que estamos solos.

IAN lo toma del hombro y con rudeza lo mueve hacia la salida.


Abre la puerta y sale con el TORTURADO.

SEC 28. EXT. - CALLE - MADRUGADA

Afuera la calle está desierta y nada parece moverse a simple


vista. Se oye la parte de obertura de la canción ​Sterile
Nails and Thunderbowels de Silencer (2001). De vez en vez una
detonación lejana de un cohete rompe el pesado silencio. Una
lluvia muy leve, casi como brisa, cae sobre las cosas y los
hombres. Enmedio de la calle hay bolsas, cajas aplastadas y
basura como de fiesta.

IAN se para junto al TORTURADO y verifica a su alrededor.


Siente algo de frío en los brazos y voltea al edificio.
Levanta la mirada hasta el último piso, al departamento de
BEATRIZ, donde una lámpara solitaria alumbra desde el piso
YO, el Apocalipsis 105.

hacia el techo. Repentinamente una sombra de hombre cruza por


la luz. IAN se estremece.

BARUSH
(a un costado de IAN)
¡Andá, partner! ¡Tómala!

El TORTURADO suelta un estornudo sonoro. IAN se le acerca,


para dirigirlo tomándole el hombro.

IAN
¡Salud!

TORTURADO
(reponiémdose)
Es que hay mucho fresco.

BARUSH
Uta, caray. Sólo falta que se
muera de H1N1.

Los hombres comienza a caminar rumbo a la avenida grande,


avanzando por entre la banqueta y el arroyo vehicular.
Conforme van acercándose a la vía mayor, dan pequeñas
carreras entre los carros abandonados, donde se detienen para
tener refugio en caso de necesitarlo.

IAN conduce al TORTURADO, mientras mira alrededor. En cada


rincón que ve a lo lejos cree descubrir figuras de hombres
observando su marcha, líneas de sombra que vibran conforme se
acerca, como atraídas por magnetismo hacia donde él está.

Se ve un árbol cuyas ramas rotas y raíces quemadas parecen


una mujer muriendo quemada en una hoguera. Más adelante, un
montón de basura empaquetada en bolsas blancas parece un
torso humano arrastrándose por el piso, los brazos y piernas
amputadas.

IAN cada vez suda más, y su respiración se hace más profunda.


En su caminar se nota que trata de mantenerse derecho y se
recarga cada vez más en el TORTURADO.

TORTURADO
¿Estás bien, amigo?
YO, el Apocalipsis 106.

IAN
Sí, nomás me duele acá, en la
boca del estómago.

TORTURADO
Dolor de caballo, le decimos.

IAN
Ajá, sí, así. Deja respiro.

Se detienen detrás de un vehículo viejo y lleno de pintas de


espray. IAN se tapa la boca con ambas manos y comienza a
inhaler y exhalar fuerte con ritmo constante. El TORTURADO
sólo se sienta a su lado.

TORTURADO
Nomás no te marees. Son los
nervios, compa. Ni te pongas
tieso.

IAN se levanta y mira enfrente al muro de ladrillos rojos,


pero ahora los carteles de “Se Busca” mal pegados, forman una
cara sonriente.

BARUSH
(a un lado)
Pide al universo y te
responderá ¿no? O será que
eres muy incrédulo.

Toma IAN al TORTURADO y lo conduce a la avenida, pero ahora


lo hacen sin detenerse, caminando firmemente.

SEC 29. EXT. - AVENIDA - MADRUGADA

La avenida se extiende solitaria a ambos lados. Si bien los


restos de los tumultos y los saqueos aún son visibles, se
mira extrañamente liberada y limpia por la lluvia reciente.
Varias luminarias están encendidas con normalidad y otras
parpadean asincopadas. Una pequeña corriente de agua se
desliza por una canaleja a la orilla de la banqueta y suelta
un leve rumor a cascada.

Los hombres toman camino por la banqueta izquierda, que va de


bajada. Llevan un ritmo constante y ligero, y sólo se
YO, el Apocalipsis 107.

detienen cuando los escombros los obligan a bajar al asfalto,


pero luego regresan a su ruta.

En el fondo, sobre los montes y colinas de la ciudad, las


luces de la ciudad titilan por el paso del aire frío de la
madrugada. En algunas partes de la urbe, la luces se apagan y
vuelven a encender. IAN ve esto con cara interesada y cada
tanto sonríe con calma.

Un leve graznido hace que levanten la cabeza, para ver el


vuelo bajo de una gaviota, extrañamente blanca a la luz de
las farolas. El ave se aleja planeado con las alas, sin
prestar atención a nada de lo que ocurre abajo.

Unas luces azules y rojas aparecen y recorren el cuerpo del


TORTURADO. Son las luces de una torreta de policía. Entonces
IAN lo jala con prisa hacia un lote baldío que está a un
lado.

TORTURADO
¿Ahora qué, camarada?

IAN no responde y lo lleva al fondo del lote baldío.

BARUSH
Nos van a descubrir por este canijo.

IAN
Tengo que esconderte.

TORTURADO
¿Por? ¿Ya te llegaron?

IAN lo sienta y le quita la capucha, la hace una bola muy


apretada y comienza a meterla en la boca del TORTURADO, quien
hace ruidos de ahogo.

IAN
Respira, respira por la nariz.
(Pausa) Necesito que te quedes aquí y
no hagas ruido.

BARUSH
Mejor lo dejamos aquí, como a las
muertitas de Juárez ¿no? Que se lo
coman lo perros.
YO, el Apocalipsis 108.

Agarra un alambre oxidado del piso y lo usa para amarrar las


manos del otro en una rama tirada.

IAN
(al TORTURADO)
Espérame, ten paciencia o nos van a
perjudicar a los dos. ¿Entendiste?

El TORTURADO emite sonidos a través del trapo en su boca,


luego desiste y sólo sacude la cabeza afirmativamente.

IAN sale entre los arbustos, y comienza a caminar


tranquilamente rumbo a un local de paletas, cuyas vitrinas
frontales están destrozadas y la puerta tirada a un lado. La
patrulla se le acerca justo cuando cruza el negocio.
Del vehículo policial se bajan cuatro policías y lo encañonan
con sus rifles de asalto. ELLIOT se baja detrás de todos, aún
con su camisa blanca y su gafete al cuello. Se ve cansado,
desaliñado, sucio. Al verlo, IAN baja la mirada y contiene la
respiración.

ELLIOT
A ver, háganse a un lado. Miren
nomás, creo que aquí tenemos al niño
del dado (​Le señala el adorno en la
ceja​). ¿Cómo te llamas?

IAN
Ian, señor.

ELLIOT
El señor está en los cielos, chamaco.
Yo no. (​Pausa​) Así que ¿dónde vas?
¿No sabes que inició el toque de
queda?

IAN
Sí, lo sé. Vivo ahí en ese edificio
de por allá. Necesito comida. Desde
la tarde no como y no aguanto el
hambre.

ELLIOT mira a sus hombres y les sonríe con complicidad,


mostrando unos dientes blanquísimos. Regresa la vista a IAN.
YO, el Apocalipsis 109.

ELLIOT
¿Comida, dices? Mira nomás, saliste
de tu edificio a esta hora por
comida, ¿no ves cómo están las cosas?
¿No te has dado cuenta de todo lo que
pasa en este manicomio? Todo está
jodido. ¡Jodido!

IAN
(titubeando)
Sí, bueno. Yo vi las noticias y los
avisos y también vi algunas cos…

ELLIOT toma por los cabellos a IAN y lo jala hasta que su


cara queda frente a la suya. IAN debe ponerse de puntas para
alcanzar la altura del policía.

ELLIOT
(molesto)
¿Qué viste? ¿Qué puedes ver desde tu
balcón? Nada. No tienes idea de lo
que pasa, no tienes idea de nada.

Camina ELLIOT hacia el local de helados, arrastrando de los


cabellos a IAN, quien se queja por lo bajo. El policía de una
patada quita lo que le estorba en el camino. Entra en el
negocio abandonado.

SEC. 30. INT. - LOCAL DE PALETAS - MADRUGADA

El lugar es un espacio pequeño, atiborrado de mesas y sillas


de plástico blanco, todas encimadas unas sobre otras. El piso
tiene una pátina de polvo café claro. En el fondo se ven los
surtidores de helado y varios impresos grandes con la
información de las ofertas y precios de productos.

ELLIOT arrastra a IAN hasta una de las esquinas más alejadas


del local, lo azota contra una pared y comienza a hablarle a
la cara.

ELLIOT
(susurrando contenido)
No has visto nada. Nada como lo vi
yo. Los tiros contra niños y mujeres.
Los bandos disparando mil veces para
YO, el Apocalipsis 110.

ganar una esquina o una ventanita en


un edificio.

Le suelta el cabello, pero le deja una mano en el pecho,


apretándolo contra el muro.

ELLIOT
Se pelean la ciudad como perros
hambrientos. Nada los para. Hay
grupos que sólo queman carros y
oficinas de gobierno. Otros saquean
locales, golpeando a todos los que
estén adentro. Los peores, pasean en
carros para matar a quien se les
atraviesa.

IAN lo mira de frente, desviando los ojos de vez en cuando de


los ojos verdes del policía. Se le ve serio, pero no
preocupado. ELLIOT habla como hacia la pared, en un monólogo
con él.

ELLIOT
También están raptando niños, muchos.
Sobre todo de por allá, del barrio
negro de Icacos. Ya encontramos
varios como altares llenos de sangre.
Pero no quiero pensar así. No. Nunca
los había visto así de locos,
perdidos, infernales.

El policía regresa la mirada hacia IAN y lo ve inerte,


insensible. Bufa y descarga un golpe contra la nariz del
joven, quien comienza a sangrar.

ELLIOT
(levantando la voz)
Y tú ¿qué? Desde ahí arriba en tu
balcón, sintiéndote poderoso, sin
ensuciarse.

Le agarra el piercing de la ceja y se lo jala hasta que IAN


gime. Comienza a salir sangre de ahí.
YO, el Apocalipsis 111.

ELLIOT
Tú y tus cositas de marica, de
muchacho “alternativo”. Luego sales a
buscar comida, como si nada.

ELLIOT toma del cuello a IAN y se le acerca al máximo a su


cara. La sangre comienza a manchar el cuello de IAN.

ELLIOT
(gritando)
¿Tiene hambre el niño? ¿Quiere
comida? ¡Tenga su comidita, mocoso!

Finalmente, enfurecido se descarga con él y lo golpea otra


vez en la cara. IAN cae al suelo. BARUSH aparece, le dice
algo al oído a IAN. Éste se ve enojado, se quiere levantar,
pero el detective lo patea, varias veces. Entran unos
policías y lo agarran. Le dicen que se vaya, que lo deje.
ELLIOT, razonando, levanta a IAN, se le acerca al oído.

ELLIOT
(en tono cómplice, algo
arrepentido)
Hoy nada ha sido fácil, bro. Espero
que lo entiendas, no fue mi
intención. Perdón. ¿Todo bien?

Un grupo de policías uniformados toma a IAN, cuya cara está


llena de sangre, y prácticamente lo llevan cargando hasta la
salida del local.

SEC 31. EXT. - AVENIDA - MADRUGADA

Los policías lo sueltan en la banqueta. Con movimientos


rápidos se suben todos los uniformados a una patrulla,
prenden la torreta y se van. En una de las patrullas
delanteras se ve a ELLIOT, sobándose los ojos cansinamente.
El trueno de un cohete llena el silencio de la calle.

IAN respira agitadamente, muy enojado, y se encamina hacia el


lote baldío. Trata de limpiar la sangre de su cara, pero ve
que no es posible. En el camino se topa con el cuerpo de un
pequeño perro muerto. Se ve la piel negra y manchas café en
el hocico y las patas. El olor de la putrefacción le paga en
YO, el Apocalipsis 112.

la nariz a IAN y entonces grita. Grita con todas sus fuerzas.


El sonido rebota en el espacio cercano, haciendo eco.

Continúa su camino y llega al lote baldío. Se mete entre los


arbustos. BARUSH va detrás de él, con cara preocupada. Se
topa con un charco de agua y se trata de lavar la cara,
agachándose. Se toca accidentalmente la ceja y reacciona de
dolor al tocar el dado de metal. Se quita el adorno y lo
arroja con fuerza. Sólo logra limpiar parte de la frente y
los pómulos, porque aún sangra por varios lugares. IAN desata
al TORTURADO y le quita la bola de trapo de la capucha de la
boca. Éste tose con fuerza y agitado. IAN lo levanta con
esfuerzo y encamina hacia la avenida.

IAN
¿Cómo ves a tu colega? Me golpeó para
desquitarse. Se les sube lo valiente
con esa plaquita pedorra que cargan.
Pero al final, siempre, saben que
hacen mal y eso los acaba. Anda,
camina

TORTURADO
(pausado)
Los verdaderos amigos los conoces en
las desgracias; cuando te quiebras,
sale quién eres y quiénes te rodean.

Llegan a la avenida y retoman su camino hacia abajo. Se oye


la sirena de un barco, a lo lejos, que va llegando a la bahía
de Acapulco.

IAN
Ese es el buque carguero que aguantó
a Casandra.

Los hombres bajan en silencio por un rato. El TORTURADO lleva


la cabeza gacha. Algunos carros comienzan a cruzarse en su
camino. Unos pocos tocan la bocina con intensidad. Como
alertando sobre algo. El TORTURADO comienza hablar, con
calma, cansado.

TORTURADO
Yo trabajaba como policía de crucero
en Iguala. Ahí, siempre veía pasar a
los mañosos en sus motos. Mi trabajo
YO, el Apocalipsis 113.

era ver y vigilar, pero yo no decía


nada. Para qué meterme en problemas,
todo era tranquilo. Claro, eso fue
antes de que se llevaran a los
normalistas y se pusiera fea la cosa.

BARUSH
Este cuate ya empezó con sus cuentos.

TORTURADO
Un día vi cómo le disparaban a unos
niños. Me di cuenta que estar ahí ya
era imposible. (​toma aire​) Sabía de
antes que se estaban dando unos
cursos con israelitas y rusos. Ya
sabes, de entrenamiento, para
capacitarse. No vi otra forma de
escaparme de ahí.

BARUSH e IAN se miran, IAN baja la mirada. BARUSH reprime una


risa.

TORTURADO
Un día no me quedó de otra y en pleno
curso le partí la madre a un cuate
que me estaba chingando. Desde niño
aprendí que si no te defiendes, nadie
te toma en cuenta.

El TORTURADO camina torpe, arrastrando los pies. IAN lo nota


y le mira a la capucha. Midiéndolo.

TORTURADO
Si no mato antes, me matan a mí y a
mi familia. Por eso, no puedo dejar
que alguien me gane. Y ahí aprendí,
con lo mejor de lo mejor a tirar, a
golear, a pensar en la mejor
estrategia para joder al enemigo. No
importa a costa de qué. En eso fui el
mejor alumno.

BARUSH ​(OFF)
Este cuatrero, si tené oportunidad,
te va a chingar. Matálo de una vez y
dejálo.
YO, el Apocalipsis 114.

IAN sólo niega con la cabeza. Toma al TORTURADO por los


hombros y camina junto a él.

TORTURADO
Claro que me ofrecieron ser
infiltrado. Era el mejor, el más
terrible, pero no lo parecía. Era
ideal para el trabajo. Los capitanes
de la policía salivaban cuando me
veían romper caras en los ejercicios.

Otro estornudo del TORTURADO, ahora acompañado de una tos


seca y profunda. El dolor en la garganta lo hace detenerse,
débil. IAN espera que él se recupere. Con un movimiento
rápido toca la capucha, a la altura de los ojos. El TORTURADO
gime de dolor.

TORTURADO
Lo que muchas veces no entienden los
traficantes, es que cada vez que
meten a una “oreja” en la policía, le
abren la puerta a un agente
encubierto para entrar a su negocio.
Es ley de vida y hasta suena lógico
¿no?

IAN mira preocupado al TORTURADO.

TORTURADO
Por eso rápido entré como mozo, en
una casa de seguridad. Me traían
limpiando los pisos. No daban un
quinto por mí y podía oír todo, sabía
todo. Luego, como parecía indefenso,
me empezaron a encargar cosas que
parecían sin importancia, dar recados
o hacer llamadas. ¿Por qué a esa
gente le caga tanto llamar por
teléfono?

Un nuevo ataque de tos, más leve.

TORTURADO
Luego ya hacía los traslados. Y me
empezaron a notar, dándome más
YO, el Apocalipsis 115.

chambas. Hasta que un día tuve que


matar ​(se detiene y se pega en el
pecho, para descongestionarlo​)... a
sangre fría. Por encargo del patrón.

IAN
¿Lo conoces?

IAN sostiene al TORTURADO por el hombro y disminuye la


velocidad de la caminata.

TORTURADO
No, sólo su carro, nunca lo vi pero
él a mí sí. Y eso valió. Dio la orden
y comencé a subir porque me dejaron
más chamba, trabajos más difíciles
cada vez. Alguna que otra ejecución o
secuestro. Él nunca dejó de vigilarme
y cuando confió plenamente en mí, me
mandó a avisar que quería que me
hiciera cargo de todo, que me
nombraba su lugarteniente, su segundo
al mando.

Un carro compacto pasa a toda prisa por la avenida,


perseguido por una camioneta deportiva. El carro se estampa
con uno de los desechos tirado en la avenida y comienza dar
volteretas. La camioneta frena derrapando. IAN y el TORTURADO
siguen su camino, volteando de reojo. Sin averiguar más.

TORTURADO
(nervioso)
Yo quería conocerlo y sólo me mandó
un celular especial. Ahí recibí un
único mensaje de él, me acuerdo: “A
partir de hoy, tú eres yo, eres mis
ojos, mis oídos, mis manos, mis
pensamientos, eres a quien necesito a
cargo. Ya habrá un medio para
contactarnos.” Y firmó, ¿cómo crees?
Me dijo su nombre: ​(haciendo énfasis)
Salvador Trinidad.

IAN y BARUSH se voltean a ver como atónitos. Una torreta de


patrulla que se ve a lo lejos acercándose, la sirena
encendida, y se detiene junto a la camioneta deportiva.
YO, el Apocalipsis 116.

De pronto se escuchan disparos, se ven caer a dos policías


que iban a pie como en acecho. De las ventanas contrarias a
ellos salen disparos, llegan más policías y comienzan a
disparar de banqueta a banqueta. Comienza un combate intenso.

IAN comienza a correr con el TORTURADO en dirección al


Estudio Fotográfico TEBAS. Cuando van llegando, sale el
QUÍMICO con un arma en la mano, les hace señas.

QUÍMICO
(exaltado)
¡Métanse, rápido! Yo me encargo.

Entran al estudio mientras el QUÍMICO comienza a disparar.

SEC 32 INT. - ESTUDIO FOTOGRÁFICO – NOCHE

Adentro del estudio todo está en penumbra, entran algunos


reflejos de la calle que se cuelan a través de la entrada, la
luz va y viene. Se siguen escuchando los disparos, IAN camina
rápido con el TORTURADO hacia el mostrador, observando. Poco
a poco aminoran los disparos.

Unos instantes después entra el QUÍMICO, caminando despacio y


jadeante. IAN lo ve y sonríe suspirando. El QUÍMICO cae de
frente, muerto. IAN lo observa caer atónito, se enoja.

IAN
(enojado)
Puta madre.

BARUSH pasa delante de él, sonriendo. Levanta una cortina


detrás del mostrador, les hace señas y se mete.

IAN
¿Qué chingados es? ¿Ya nadie
entiende?

TORTURADO
¿Qué? ¿Qué pasa?

IAN
Se jodieron al Químico.
YO, el Apocalipsis 117.

TORTURADO
(nervioso)
¿El Químico? ¿Qué me vas a hacer,
cabrón? ¿Por qué estamos aquí? ​(más
nervioso) Oye, compa, tú sabes quién
soy. Estoy en medio, no me puedes
hacer nada. Por favor.

IAN
¡Cállate! No me dejas pensar.

IAN se acerca al QUÍMICO. Mira hacia afuera, todo está en


silencio y no parece haber nadie, toma de la mano del QUÍMICO
la pistola. Suspira. Regresa con el TORTURADO, lo conduce
atrás del mostrador. Levantan la cortina y se meten.

SEC 33. INT. - CEMENTERIO DE FOTOS – NOCHE

Una vez que cruzan la cortina, se ve un cuarto en donde las


paredes están cubiertas de cuadros. Cada cuadro tiene un foco
que lo ilumina, algunos están prendidos con luz tenue. Otras
zonas están obscuras. BARUSH está al fondo, parado junto a un
cuadro cuya luz lo alcanza a iluminar. Ve la pistola en la
mano de IAN.

Empieza a hacer mímica de que tiene una pistola y con su mano


se dispara en la boca, lo hace de manera teatral. IAN y el
TORTURADO están de pie en silencio. IAN observa, el TORTURADO
se oye con respiración agitada.

TORTURADO
¿Dónde estamos, compa?

IAN
Estamos en un cuarto lleno de fotos.

TORTURADO
Ah. Es el pinche cementerio de fotos.
Los trofeos del Químico.

IAN
(lo toma del antebrazo y
comienza a caminar con él)
Lo conocías bien ¿no?
YO, el Apocalipsis 118.

Van recorriendo el cuarto, mientras el TORTURADO habla, IAN


va observando las fotos, se ven imágenes de muertos, siempre
con un disparo en la boca, colocados de distinta manera,
algunos sentados, otros acostados.

TORTURADO
A base de costumbre, mano. Ese cabrón
era un electromecánico en Estados
Unidos, ganaba carretadas de dinero,
vivía feliz allá, con la familia
gringuita que se construyó. (​Pausa​)
Vino de vacaciones a visitar a sus
familiares acá y le raptaron a su
mujer y a sus hijos. Los secuestraron
y nunca se los regresaron. A partir
de ese momento se dedicó, poco a
poco, a desaparecer a 300 tipos.
Porque pagó 300 mil dólares por el
rescate. Se dice que aquí están las
fotos de todos los que mató.

De pronto, se van deteniendo delante de algunas fotos.

TORTURADO
Es una pinche idea bien loca. Además
me contaron que tiene en un lugar
especial, en un como altar, al
primero que desapareció y ¿sabes
quién era?

IAN y el TORTURADO se van acercando a la última fotografía


que, además, está destacada.

TORTURADO
¿Sabes?

IAN
No.

TORTURADO
Era el consejero de Trinidad, el que
le llevaba toda su administración y
le hacía legales sus entradas de
dinero. Era el hombre más importante
para él.
YO, el Apocalipsis 119.

IAN
Dios está detrás de la destrucción.
Cuando tú partes un coco no ves el
interior del coco: ves el coco en
verdad, su carne. La verdad está ahí,
en medio del coco roto y partido. Lo
que está afuera protege lo que está
adentro. Para llegar al coco
verdadero hay que partirlo.

Mientras dice esto, llegan a la foto destacada. BARUSH está


parado a un lado, serio y enigmático. IAN observa la imagen.
En la foto se ve a BARUSH con un disparo en la boca y sangre
salpicada en la pared. IAN se ríe y voltea a ver al
TORTURADO, lo agarra del hombro y lo empuja hacia adelante,
para pasarlo por una puerta que está abierta y que da al
patio de atrás.

SEC 34. EXT. - PATIO TRASERO – AMANECER

Se oye la canción ​Frankie Teardrop de Suicide (1977). Al


salir, se ve un patio con cinco agujeros, tres al fondo y dos
adelante. Corre un aire marino salado y es por eso que el
TORTURADO se da cuenta que están afuera. Un cohete truena en
el aire a cierta distancia y medio ilumina la escena.

IAN
(viendo hacia el cielo)
La fiesta de las construcciones.
¿Sabes que los albañiles sacrifican
perros o gatos para enterrarlos en
las obras? Para protegerlas ¿sabes?
Así se hace desde hace cientos de
años, las obras necesitan sangre. Y
prefieren matar animalitos, para que
a ellos no les pase nada.

Un sonido eléctrico alerta a IAN, quien saca su teléfono del


pantalón y en ese movimiento algo se cae de la bolsa. IAN se
agacha a recogerlo y ve que es el collar rojo y amarillo que
le dio SANTA. Hace un gesto de desagrado y lo aprieta en el
puño.

Activa la pantalla del celular y se ve en imagen sobre imagen


la indicación de que queda el 10 por ciento de batería. IAN
YO, el Apocalipsis 120.

sacude la cabeza con malestar y regresa el aparato a su


sitio.

TORTURADO
Supongo que ya estamos en las fosas.
Aquí mero es donde los pozolean.
Donde cuecen los cuerpos con ácidos.
¿Qué me va a pasar? Vas a ocupar el
lugar del Químico ¿verdad, cabrón?
¿No que no eres asesino?

IAN
No digas cosas que no entiendes.
Nunca he matado a propósito ya sabes.
Tal vez, matas cuando es necesario y
asesinar es una elección. No sé,
tengo que pensarlo.

IAN observa el terreno frente a él. Luego su mirada se pasea


por las fosas y las bardas en obra negra y cruda. Sonríe con
sarcasmo.

IAN
“Al pie de las murallas y las tumbas
mojadas de humo y ácido de la
tierra”, dijo la ANCIANA. ¿De las
locas esas del edificio? ¿Recuerdas
la predicción que hizo sobre tu
muerte? Vieras qué bonito le atinó.

IAN comienza a jugar nerviosamente con el collar, que enreda


entre los dedos de su mano izquierda y soba con los dedos
los cristales de colores. El TORTURADO se mueve en su sitio
con debilidad.

TORTURADO
Y entonces éstas son palabras de un
hombre muerto. Te las digo, muchacho.
Ya no tengo ojos, ya nunca pude hacer
una familia, mis amigos están
desaparecidos. Ya no sé ni siquiera
si estoy bien o mal, porque lo único
que tengo es el miedo que los demás
tienen de mí. ¿Me escuchas?
YO, el Apocalipsis 121.

IAN camina entre los hoyos, escuchando al TORTURADO. Se va


deteniendo y deja la pistola en las tierra, para revisar los
botes de sustancias químicas que hay junto a los hoyos. Los
menea y se asoma a ellos.

IAN
(neutro)
Sí. Sí, te escucho.

TORTURADO
Mira, vamos a hacer un trato, un
arreglo. Yo, yo soy policía, ya te
dije. Y no quiero que te pase nada
malo. Pero tienes que ayudar, porque,
porque es más, tú también ya estás
muerto (​pasa saliva​) y ni siquiera te
has dado cuenta.

IAN detiene su búsqueda, aprieta un poco el collar con la


mano y ladea la cabeza para verlo. Se acerca lentamente.

TORTURADO
(​más intenso​)
Te van a desaparecer terminando esto,
seguro, así de simple. Don Trinidad
no quiere que se sepa quién es. Y
gracias a mí, A MÍ, tú ya sabes que
le viste la cara y lo puedes señalar.
Una cara que vale 5 millones de
dólares para los americanos. ​(pausa)
Con ese dinero puedes cambiar de
mundo, ser otro, cambiar todo. Todo.

IAN
Tal vez tienes razón. Pero si fueras
TAN listo no rogarías. Eres un hombre
falso, lleno de aire caliente, y
curiosamente se te olvida que ahora
eres un pobre ciego inválido.

El TORTURADO tose con tal fuerza que se dobla. Toma unos


segundos para recuperarse y se incorpora con dolor.

TORTURADO
No te enojes, eso lo sé. Pero es que
la apuesta es segura.
YO, el Apocalipsis 122.

IAN se acerca al TORTURADO para comprobar que está bien. Le


pone la mano en el pecho y lo ayuda a mantenerse derecho.

IAN
¿Cómo lo sabes?

El TORTURADO tarda algunos segundos en recuperar el aliento.

TORTURADO
Piensa un poco, compa. ¿Crees que
esta guerra, y el golpe de estado
contra Trinidad es la ocurrencia de
algún loco?

IAN
Un loco ¡JA!

IAN se aleja un poco y camina alrededor de él. Observa sus


heridas, su ropa sucia y rota en algunas partes. Su mirada se
detiene en una etiqueta que sobresale de la camisa, que dice:
“Hecho a mano para” y el resto no se ve. Sigue analizando con
la mirada al otro hombre.

TORTURADO
(​sobreponiéndose​)
Los tenientes de los grupos
operativos son como chacales, una
manada de perros rabiosos dispuestos
a ganar. Ellos comenzaron a oler la
debilidad del jefe, de Trinidad y su
grupo más cercano. Algo se está
pudriendo ahí adentro y lo sintieron.
Ahí comenzaron los aullidos. Mucho
tuve que ver yo, claro. Un comentario
por aquí, una acción extraña con
aquel. Cosas así.

IAN mira los zapatos de tipo italiano del TORTURADO y los


compara con calzado industrial.

IAN
Lo repito: Eres un traidor.

Lo mira a la capucha. El TORTURADO se tambalea cada vez más,


dando pequeños paso a los costados, para compensar.
YO, el Apocalipsis 123.

TORTURADO
Más bien creo que soy un retador, un
peso para equilibrar la balanza. Que
haya pago por sus actos.

IAN
Así no me vas a convencer.

Le da la espalda y camina hacia la barda que está al final


del terreno.

TORTURADO
No, sé que no. Algo en ti, como en
mí, está cómodo con ese modo criminal
de ver las cosas. Te pido que tomes
una decisión práctica.

IAN
(​alto​)
¿Cómo?

El TORTURADO trata de seguir la voz de IAN, moviendo el


cuerpo de un lado a otro.

TORTURADO
Porque “Don Trinidad” lleva las de
perder. Tenemos a varios de sus
hombres importantes ubicados y ya
hasta agarramos a algunos.

Se detiene y levanta el brazo derecho para dar énfasis a sus


palabras.

TORTURADO
Mira tenemos a su conecte en la
Policía Federal, al de los autobuses
de pasajeros. Ya sabemos dónde están
sus centros de almacenaje de la droga
y desde donde mueven las armas. Hasta
el Químico ya nos estaba dando
información.

IAN se acerca rápido a él, con curiosidad.


YO, el Apocalipsis 124.

IAN
(sonríe​)
¿Y por eso es seguro?

TORTURADO
En el fondo, intuyo, que no quieres
hacerle daño a nadie. Eres un cabrón
que está sobreviviendo, como todos, y
por eso te pido que aceptes. Estamos
a dos pasos de agarrar al pinche Don
Trinidad.

IAN baja la mirada, como muy cansado. Comienza a patear


tranquilamente unas piedras que están a sus pies, para
meterlas a golpes en las fosas que tiene de frente.

TORTURADO
Esta guerra de hoy son patadas de
ahogado, porque Trinidad sabe que ya
lo tienen cercado. Porque con el
pinche ejército no se juega, son
fuertes los soldados.

IAN
¿No te has preguntado, si a esos
también ya los compró?

IAN ve, atrás del TORTURADO, una piedra grande y redonda a un


costado de una fosa. Camina con calma hacia ella, midiendo la
distancia para patearla. Sube las manos a su pecho y con
ambas soba el collar amarillo y rojo.

TORTURADO
No, no tiene esos alcances, no es tan
capaz, ni tan afortunado.

IAN patea con fuerza la piedra y ésta cae ruidosamente al


hoyo. En ese momento varios fuegos artificiales truenan con
fuerza exactamente arriba de los hombres, explotando con una
nube de llamas rojas intensas, que poco a poco se van
volviendo amarillas. IAN brinca infantilmente, como si
celebrara un gol en el estadio. El TORTURADO se sobresalta y
luego percibe que IAN está detrás de él, pero se contiene.
YO, el Apocalipsis 125.

TORTURADO
Mira, así de fácil: sólo nos falta
conocer un dato. Con esa información
todo caerá, como en cascada.

IAN camina alrededor del otro hombre, la mirada baja,


arrastrando un poco los pies. Una pequeña lluvia de cenizas
grandes de cohetes comienza a caer sobre ellos.

IAN
¿Qué dato falta por conocer?

TORTURADO
El nombre completo de La Paloma.

Se escucha la alerta de mensaje. IAN saca el teléfono del


pantalón, lo levanta para leer. Se ve en imagen sobre imagen
la pantalla “YA TE ESTÁN ESPERANDO AFUERA. B.”. Guarda el
aparato. Ve que hay muchas cenizas pegadas a su brazo.

IAN
¿La Paloma?

Una serie de cohetes truenan por encima de ellos, iluminando


la escena de colores vivos y vibrantes. IAN desenreda el
collar y lo toma con ambas manos. Espera que pasen las
detonaciones.

TORTURADO
Sí, la que le manda los mensajes y
los reenvía a toda la tropa. La que
ordena, dirige y lo protege, porque
le avisa de todo lo que pasa. “La
Paloma mensajera”. Sabiendo su
nombre, la agarramos a ella y damos
inmediatamente con Trinidad.

IAN
(poniéndose frente a él)
Ah, eso es muuuy fácil. Se llama
Beatriz Zuluaga.
YO, el Apocalipsis 126.

TORTURADO
¿Cómo? ¿Así? ¿Como la cantante? (​se
ríe, de repente, se detiene en seco​)
¿cómo sabes?

IAN
Porque es MI paloma.

IAN se mueve con rapidez y pasa el collar por el cuello del


TORTURADO. Él se coloca por detrás y presiona su cuerpo
contra la espalda del otro. El TORTURADO casi no lucha y
afloja las piernas, quedando ambos hincados. La lluvia de
cenizas se hace más intensa y cubre muchas partes del cuerpo
del TORTURADO.

IAN levanta la cara, para mirar las nubes del amanecer, que
tienen un color rosado intenso y sonríe ante el espectáculo.

IAN
Que no sea dulce tu venganza, Dios.

A su lado, BARUSH baila al estilo indie, dando patadas y


marometas, aplaudiendo con fuerza.

Un enorme fuego artificial explota por encima de ellos,


dejando caer una lluvia de chispa amarillas. Cuando el
TORTURADO deja de moverse, lo arrastra por la piernas, para
tirarlo al pozo más cercano, toma varios botes de químicos y
se los echa encima. Una pequeña nube negra comienza a subir
desde la fosa. IAN se tapa la nariz y se mete al local.

SEC 35. INT. - CEMENTERIO DE FOTOS – AMANECER

IAN entra al cementerio de fotos, ve a BARUSH ahí y le


sonríe, cruza la cortina. Luego regresa y se para delante de
la foto de su amigo. La descuelga y se la lleva debajo del
brazo izquierdo. BARUSH sonríe abiertamente.

SEC 36. INT. - ESTUDIO FOTOGRÁFICO LUX – AMANECER

IAN ve el desastre dejado en el local. Se detiene delante del


cuerpo del QUÍMICO, le pone una mano encima.
YO, el Apocalipsis 127.

IAN
(casi susurrando)
Un torturador no se redime
suicidándose, pero algo es algo.
Camarada: Nunca entendiste que el mal
no necesita aliento ni pretexto.
Somos malos porque nos toca ser
malos. Y luego te ganó, al final, la
ambición.

Pasa por encima del cuerpo del QUÍMICO y sale.

SEC 37. EXT. - AVENIDA – AMANECER

La oscuridad comienza a volverse gris. Los charcos de agua se


ven resecos y fríos. Arriba, en los cerros, pocas luces
siguen encendidas. Sale IAN y la claridad muestra lo cansado
que está, la sangre en la cara, la ropa sucia y maltratada.
Las cenizas pegadas en las manos.

Hay cuatro camionetas grandes y negras estacionadas afuera


del local. Están encendidas y se escucha el funcionamiento
del aire acondicionado. En la más cercana, se ve en el
asiento del copiloto a MERCADO. IAN lo ve y se cruzan sus
miradas, MERCADO sonríe y le hace un gesto de pregunta. IAN
afirma con la cabeza y MERCADO se despide de forma militar
con la mano en la frente. Voltea y con una seña pide que se
arranquen las camionetas. Mientras avanzan, sube la ventana
eléctrica.

IAN
Cuando todo en la guerra está por
joderse, sólo los que huyen pueden
dar otra batalla.

En la última camioneta que se aleja, se ve que llevan a


ELLIOT, amarrado y ensangrentado. IAN empieza a caminar con
calma hacia el lado contrario, la foto bajo el brazo. De
regreso a su casa

FADE OUT

FADE IN
YO, el Apocalipsis 128.

SEC 38. INT. - SALA DE IAN – DÍA

Se ve la pantalla de la computadora de la sala del


departamento de IAN, en ella se observan imágenes de las
Torres Gemelas, una de ellas desmoronándose después del
avionazo del 11 de septiembre de 2001.

BARUSH (​en off​)


Eso es paranoia.

IAN
¿A poco de verdad crees que se
cayeron por el incendio? Porque mira,
se cayeron en un poquito más de 10
segundos, como si fueran una pelota.

BARUSH
Y aquí tejé el discurso sobre el
gobierno mundial y los Iluminatis.

BARUSH se levanta y desaparece en la cocina. Suena la alerta


de mensaje del celular, IAN lo saca para leerlo. Se lee en
pantalla: “¿CUÁNDO CHECAS A LA NUEVA GENTE?, AHÍ TE VAN LOS
NOMBRES…”

IAN comienza a escribir y mientras lo hace, dice en voz alta.

IAN
Espera. Coma. Mejor no les digas que
ahí voy. Punto.

IAN se levanta, va hacia la puerta, la abre y antes de salir,


grita.

IAN
Me voy y regreso, seguro no tardo.

BARUSH ​(OFF)
Nos vemos, Don Trini. Jajajajaja

IAN sale. Se observa todo el departamento, hasta la pantalla


de la computadora, en donde se reproducen imágenes con audio
original de Bin Laden, George Bush, explosiones, rostros y
gente corriendo en Nueva York.

FADE OUT

Das könnte Ihnen auch gefallen