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Nueva humanidad

Bloque 1

Efesios 1:1-14

A- 1:1-2. Introducción

Salutación

1. Remitente - la Identidad del apóstol en relación con Jesucristo

Una de las preguntas fundamentales del ser humano es ¿Quién soy yo?

En filosofía a esto se le conoce como la ontología del ser. No vamos a hacer un discurso
filosófico, por supuesto, sin embargo es necesario hacer notar que la pregunta fundamental
acerca del hombre y su identidad ha estado presente en todas las generaciones.

La antigua pregunta ¿Qué es el ente? de Tales , está gravitando en la mente de los filósofos
desde la filosofía clásica ,

El escritor del salmos escribió

“¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria? ¿Y el hijo del hombre para que lo
visites? Salmo 8:4

¿Qué es lo que a ti de identifica? ¿Sabes quién eres?

Cuando te presentas en una reunión con desconocidos, ¿cuál es tu identidad? Es muy común
que las personas se presenten por nombre y título . “Hola, soy el licenciado Pérez” …”Buenos
días, soy el Doctor Rodriguez”… etcétera.

Ese título, ganado con esfuerzo y dedicación es parte de la identidad de la persona.

¿En el caso del cristiano, qué le da identidad?

El saludo habitual del apóstol Pablo fue: “Pablo apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios”
con excepción del saludo en Romanos que dice: PABLO, siervo de Jesucristo, llamado á ser
apóstol, apartado para el evangelio de Dios (Romanos 1:1)

Este saludo o presentación de Pablo indica su convicción de dos cosas:

1- No estaba siendo apóstol por voluntad propia

2- Estaba cumpliendo un llamado por Dios.

En esta breve formalidad Pablo nos enseña que el creyente también tiene una identidad
dependiente de su obediencia a Dios.

Pablo reconoce que su voluntad está sometida a la voluntad de Dios. Dice en Gálatas 2: 20-
21

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás
murió Cristo.”
También dice en 1 de Corintios 15:10

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo,
antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”

Pablo también reconoce que está respondiendo a un llamado de Dios. En la dramática


descripción acerca del llamado y conversión de Saulo en Hechos 9 :1-6 notamos lo siguiente:

“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo
sacerdote,
y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres
o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.
Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le
rodeó un resplandor de luz del cielo;
y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es
dar coces contra el aguijón.
El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo:
Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.”

El mismo Pablo narra posteriormente en Hechos cap. 22 ese momento.

Lo primero que Saulo quería saber era quién le estaba llamando. Jesús se identifica, no como
el Cristo o el Mesías, sino como Jesús el hombre de Nazaret, a quien perseguía Pablo.

El apóstol narra que el primer hombre que pudo reconocer que Pablo había sido escogido por
Dios fue Ananías.

Hechos 22:12-15

Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de
todos los judíos que allí moraban,
vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma
hora recobré la vista y lo miré.
Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y
veas al Justo, y oigas la voz de su boca.
Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.

Ese es Pablo. El apóstol de los gentiles, el que fue llamado y transformado de perseguidor a
predicador del evangelio.

Por eso cuando escribe a los Gálatas su saludo es más extenso :

Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre
que lo resucitó de los muertos), (Gal. 1:1)
2. Destinatarios - La identidad de la iglesia.

Pablo usa la expresión “santos y fieles” únicamente dos veces en sus cartas, a los Efesios y a
los Colosenses.

Hay dos elementos importantes de la identidad de la iglesia.

Primero: Santidad

Segundo: Fidelidad

Hablar de santidad es un tema muy extenso, que hemos abordado en otros mensajes, pero
que vale la pena tomar de nuevo aunque sea de manera somera.

En el Antiguo testamento hay varias ideas relacionadas con el tema de la santidad.

La primera es la Santidad de Dios. Un atributo absoluto que ningún otro ser creado por Dios
puede tener. Se refiere a su divinidad, y pureza absoluta. Proviene de la raíz semítica Qadosh o
Qodesh

No hay santo como Jehová;


Porque no hay ninguno fuera de ti,
Y no hay refugio como el Dios nuestro. 1 Samuel 2:2

La segunda acepción es la de separación o consagración. Es una santidad ceremonial en la


que algunos objetos eran separados para ser consagrados al culto.

Por ejemplo las vestiduras de lo sacerdotes:

Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y
roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus
hijos con él; y santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus
hijos con él. Levíticos 8:30

Otro ejemplo es el del Nazareato, como Sansón.

Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que
sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su
cabello. Todo el tiempo de su nazareato, será santo para Jehová. ( Números 6:5,8)

Y el pueblo escogido por Dios

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro
sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a
los hijos de Israel. (Exodo 19:5-6)

Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la
poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel. Yo Jehová vuestro Dios, que os he apartado
de los pueblos. ( Lev. 20:24)

La tercera acepción es la de santidad moral, ética o espiritual.

El hombre jamás podrá alcanza la misma santidad de Dios, sino que Dios ha compartido su
santidad con el hombre a través del cumplimiento de su Palabra y de la obediencia a la ley de
Dios en el Antiguo Pacto.

Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo
soy yo Jehová vuestro Dios.
Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová
vuestro Dios.
No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová
vuestro Dios. ( Lev. 9: 2-4)

El salmista se hace una gran pregunta:

Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?


¿Quién morará en tu monte santo?
El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua,
Ni hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su vecino.
Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová (Salmo 15:1-4)

En el Nuevo Testamento la acepción principal es la de santidad moral del creyente y la


separación del mundo.

En oposición a la santidad legalista de los Fariseos, Jesús demostró que la santidad es la que
proviene del relación espiritual del hombre con Dios y no de las expresiones externas.

¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar
no contamina al hombre. (Mateo 15:17-20)

El concepto de separación sigue vigente, pero ya no en el sentido de la separación geográfica


o étnica sino en la separación espiritual del resto del mundo.

• “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en
vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy
santo. ” (1 Pedro 1: 14-16)
• sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
• sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación (1 Pedro 1: 18-19)
El segundo elemento es la Fidelidad.

El término fidelidad se refiere en el Antiguo Testamento a uno de los atributos de Dios. Primero
en su relación constante con su pueblo y en segundo como su carácter inmutable o que nunca
cambia y que por lo tanto digno de confianza.

Veamos algunos pasajes:

• Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de
vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su
nombre?, ¿qué les responderé?
• Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel:
YO SOY me envió a vosotros.
• Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros
padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros.
Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. ( Éxodo
3:13-15)
• Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;
(Deut 7:9)
• El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de
verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto. (Deut. 32:4)

En el Nuevo Testamento la fidelidad de Dios se mantiene en relación con la salvación por


medio de Jesucristo

• Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y


limpiarnos de toda maldad. ( 1 Juan 2:9)
• Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el
que prometió. ( Heb. 10:23)

La conexión de la fidelidad de Dios con la fe del creyente es la confianza de que sus promesas
de salvación por gracia serán cumplidas.

En cuanto a la fidelidad del creyente, se relaciona con la fe en Jesucristo. - llenos de fe y


viviendo de acuerdo con la fe.

• Irreprochables ( Tito 1: 6-7)

• Opuestos a los apóstatas ( 1 Tim. 4:1-15)

• Sin comunión con los incrédulos (2 Cor. 6:15)

• Confiables ( 1 Cor. 4:17)

El aspecto de la fidelidad del creyente es particularmente importante en el caso de la iglesia en


Éfeso ya que cuando Pablo llega en su segundo viaje misionero no se queda por mucho
tiempo, sino que es hasta el tercer viaje en la que permanece por cerca de 2 años para
preparar y enseñar a la iglesia.

Efeso era una ciudad muy importante en el primer siglo. Ahí se encontraba un santuario
dedicado a la diosa griega Diana, conocida por lo romanos como Artemisa, y que atraía a
muchos peregrinos, así como sucede hoy día en ciudades como la Meca en Arabia, Jerusalen
en Israel y la capilla de Guadalupe en la ciudad de México.

La adoración a Diana era un negocio muy importante para muchos y la llegada del cristianismo
provocó un gran revuelo y disgusto,

La iglesia de Éfeso tenía el reto de vivir en medio de una ciudad pagana y por lo tanto se
requería de una formación profunda en la enseñanza cristocéntrica a la cual Pablo se dedicó
por 2 años.

Este es un ejemplo que nosotros como iglesia debemos seguir hoy día.

Conclusiones

La identidad el creyente y de la iglesia está en su relación con Cristo.

La santidad y fidelidad de la iglesia están en relación directa con su fe en la Santidad de Dios y


el cumplimiento de sus promesas y la vida consagrada y separada del mundo tal como Dios
ordenó a su pueblo ya no en el plano étnico, como una raza aparte, sino como personas que
aunque están en el mundo, no siguen las mismas costumbres del mundo.

Deseo: Gracia y Paz que provienen del Padre y del Señor Jesucristo

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