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INDICE

¿QUE ES LA AUTOESTIMA?

CARACTERISTICAS DEL AUTOESTIMA

Autoestima alta

Autoestima baja

¿De donde viene la Autoestima?

La importancia del autoestima

Desarrollo del autoestima personal

COMPONENTES DE LA AUTOESTIMA

Seguridad

Autoconcepto o sentido de identidad

Sentido de pertenencia

Sentido de motivación y finalidad

Sentido de Competencia Personal

Auto estima para padres


CAPITULO I

¿QUE ES LA AUTOESTIMA?

1. DEFINICIÓN DE AUTOESTIMA

La autoestima es la aceptación, respeto, seguridad y satisfacción que usted tiene de si


mismo. Está basada en nuestra autoimagen interna, ya sea consciente o
inconscientemente. En psicología la "autoestima" se define como la forma en que nos
valoramos. Algunas personas tienen un amor propio muy alto y otros una autoestima
bastante baja.

El objetivo es contar con una autoestima adecuada, que no sea demasiado alta ni
demasiado baja. Aquellos que tienen una autoestima bastante alta pueden tomar más
riesgos en la vida, porque se sienten casi invencibles.

2. CARACTERISTICAS DEL AUTOESTIMA

a. Autoestima alta: Se considera que una persona tiene una alta autoestima
cuando tiene una valoración positiva de si mismo. Sin embargo, esto no
quiere decir que una persona con alta autoestima sea una
persona perfecta, o que todo le salga bien.
La autoestima depende de la valoración que uno tiene y hace de si mismo.
Por ejemplo, una persona podría hacer muchas cosas bien y pensar que
debería hacer mucho más de lo que hace o hacerlas todavía mejor,
mientras que otra persona podría aceptarse más fácilmente como es aun
cuando algunas cosas no le salgan tan bien o no le resulten tan fáciles.
Para tener una alta autoestima no hay que ser perfecto, sino saber
aceptarse como uno es, con imperfecciones y todo. Pero tampoco hay que
caer en el conformismo y no luchar por aquellas cosas que se quieren solo
por aceptarse como uno o una es. Uno siempre puede mejorar, aprender y
capacitarse, lo que no quiere decir que si a veces no se logra lo que se
pretende sea motivo para deprimirse o para auto castigarse.
Tener una autoestima elevada es la capacidad de sentirse bien con uno
mismo. Cuando una persona tiene una autoestima elevada, tiene una
mayor probabilidad de alcanzar la felicidad, a la vez de conseguir lo que se
propone.

Las personas con un alta autoestima, por lo general:

 Son más felices.


 Se relacionan mejor con las demás personas pero también aprecian y
saben estar solas.
 Suelen lograr lo que se proponen y las metas que se plantean.
 Tienen confianza en si mismos y saben lo que son capaces de lograr.
 Se sienten más capaces de enfrentarse a retos aun cuando saben que
corren el riesgo de no lograrlos.
 Suelen ser apreciados y respetados por los demás.
 Saben plantear sus puntos de vista, sus gustos, mostrar su opinión y
decir cuando están de acuerdo y cuando están no lo están
 Son personas seguras que se muestran fuertes ante los demás por lo
que difícilmente no serán tomados en cuenta.
 Pueden aceptar sus errores sin sentirse unos fracasados.
 Les resulta más fácil entender y perdonar a los demás.
 Son mas independientes y más capaces de mantenerse e ingeniárselas
por si solos.
 Tienen menos dificultades para expresarse o dar a conocer sus
sentimientos.

b. Autoestima baja: La baja autoestima es una actitud que pocas veces se


expresa con palabras. se define como la dificultad que tiene la persona
para sentirse valiosa en lo profundo de sí misma, y por tanto digna de ser
amada por los demás.

Las personas con autoestima baja buscan, a veces sin ser muy
conscientes de ello, la aprobación y el reconocimiento de los demás y
suelen tener dificultad para ser ellas mismas y poder expresar con libertad
aquello que piensan, sienten y necesitan en sus relaciones interpersonales,
así como para poder decir “no” al otro sin sentirse mal por ello.
La baja autoestima nos genera una gran inseguridad y hace que estemos
demasiado pendientes de lo que otros dicen de nosotros y nos
comparemos con los demás.

En cambio, una autoestima sana, es decir, una visión realista de sí mismo,


nos permite estar contentos con lo que somos y ser felices por eso.

Los primeros años de vida son cruciales para la formación de una alta o
baja autoestima, pero también las experiencias que vamos viviendo de
adultos pueden modificarla. Entre las múltiples causas de una baja
autoestima podemos señalar las siguientes:

 Los abusos físicos, sexuales, y emocionales, y más a una edad


temprana.

 El grado de expectativas a los que estuvimos expuestos en nuestra


infancia por nuestros padres y profesores.

 Sufrir discriminación de cualquier tipo.

 Sufrir acosos o bullying.

 Sufrir una pérdida de un ser querido.

 La exclusión social

 Afrontar el desempleo o situaciones laborales precarias

Cuando una persona atraviesa momentos difíciles, casi sin darse cuenta va
forjándose unas creencias negativas sobre sí mismo. Ya sea sobre su
capacidad intelectual, su apariencia, o sus capacidades para tener éxito en
la vida.
CAPITULO II

ORIGEN DE LA AUTOESTIMA

Sin importar que algunos lo crean, la autoestima no proviene de los logros. Eso es una
ilusión, un sentimiento temporal que desaparece hasta que logramos algo más. La vida
puede convertirse en un círculo vicioso de adquisición y logro y, aun así, seguir sintiendo
que no somos valiosos.

La autoestima proviene de lo que damos a la vida, a otros y a nosotros mismos. Tiene que
ver con emular al Dios que hemos creado. Si queremos que Dios y los demás sean
bondadosos, misericordiosos, amorosos, que posean un maravilloso sentido del humor; si
deseamos sentirnos seguros y aceptados en su presencia, entonces así es como
debemos ser con nosotros mismos y con aquellos que entren en nuestra vida.

El único fundamento valedero para levantar nuestra autoestima y que define nuestra
identidad procede de nuestro poder superior como cada quien lo conciba y no de lo que
logramos.

La autoestima se crea en un proceso de comparación que involucra valores y


discrepancias. El nivel de autoestima de las personas se relaciona con la percepción de sí
mismo en comparación con los valores personales. Estos valores fundamentales han sido
desarrollados a través del proceso de socialización. En la medida que la distancia entre el
sí mismo ideal y el sí mismo real es pequeña, la autoestima es mayor. Por el contrario,
cuanto mayor es la distancia, menor será la autoestima, aun cuando la persona sea vista
positivamente por otros.

Los niños con una sana autoestima se muestran más seguros y con mayor confianza en
sus capacidades, lo que influye en una mayor responsabilidad y en el aprendizaje. Es muy
importante para el desarrollo de los menores, y por supuesto, para su autoestima, que en
su familia predomine un estilo educativo democrático, en el que además de
proporcionarles mucho cariño y atención a sus necesidades, existan límites y normas para
controlar su conducta.

Los niños desde muy pequeños forjan una imagen de sí mismo. Esta imagen es guiada o
creada por los primeros seres que se encargan de la formación del bebé, los padres. La
autoestima que se crea a muy temprana edad, suele ser permanente o muy difícil de
cambiar. No quiero decir que la forma en la que nos traten nuestros padres determina el
nivel de nuestra autoestima, pero es un factor fundamental. Somos agentes causales ya
que nada en el ser humano sucede al azar y varias teorías lo confirman. Según Caruso, la
primera condición principal para vivir y desarrollarse, es la aceptación del individuo por la
sociedad en alguna forma de familia. La existencia del hombre depende del factor social y
subjetivo de la aceptación, factor que ninguna ley puede garantizar. Este factor presupone
la buena crianza, incluso la vinculación inconsciente, en la cual operan también impulsos
biológicos.
CAPITULO III

LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA

La importancia de una buena autoestima, la salud. Si bien podemos intentar mejorar


nuestra figura y algunos aspectos de ella que no nos agraden del todo, si logramos
mirarnos al espejo y aceptarnos es probable que sepamos ubicar el límite del cambio
corporal en aquellos tratamientos que no se conviertan en un riesgo para nuestra salud
que puedan llevarnos, incluso, a la muerte.
Resulta importante destacar el entrono controversial y polémico que puede surgir a raíz
de este concepto, principalmente cuando se toma como sinónimo o aproximado a otros
términos tales como egoismo o narcisismo. Es por esto que no hay que confundir una
cuota de amor por uno mismo, de aceptación, respeto y estima; con una posición frente a
la vida en la cual se considera a uno mismo el centro y se hace girar todo entorno a uno,
amándose más a uno mismo que a cualquier otra persona, como sería el caso del
narcicismo o el egoísmo.
En conclusión, resulta de gran importancia que cada uno pueda emprender un camino
profundo de autoconocimiento, que arroje por resultados la aceptación de cada
característica que nos hace ser nosotros, y en consecuencia, alcanzar una
buena autoestima para tener relaciones vinculares más sanas, y lograr una vida mas
equilibrada.
La autoestima es importante porque nos afecta de manera directa. Muchas personas que
carecen de una buena autoestima se sienten inseguras, tristes, despechadas, y suelen
caer presas de la depresión. Entran en lo que se denomina un círculo vicioso, en el que
cuanto más tristes están, menor es su autoestima, y cuanto menor es su autoestima, pero
se sienten y más tristes están.

El caso contrario, es el de las personas que tienen un autoestima sana, y que a pesar de
sus errores y de sus equivocaciones, tienden a fijarse únicamente en sus logros, aceptan
las valoraciones de los demás, y aprenden que lo importante es avanzar e ir mejorando
poco a poco, por lo que ningún fracaso les desmotiva. En este caso estamos hablando de
un círculo virtuoso, en el que la persona en cuestión, cuanto más alta tiene la autoestima,
mejor se siente, y cuanto mejor se siente, más alta tiene su autoestima.
Todos nacemos con la autoestima elevada. Un bebé se quiere muchísimo si mismo,
llorará y exija que lo alimenten porque considera que se lo merece y porque sabe que en
el fondo ha venido a este mundo a ser feliz. El bebé no se sentirá avergonzado por tener
los pañales sucios, ni se sentirá mal por eructar después de la comida. Del mismo modo,
a un bebé no le importará si le valoran o no le valora, cuando se siente bien sonreirá y se
sentirá apreciado y valorado.

El problema viene cuando en alguna parte de nuestra infancia, alguna persona nos daña
la imagen, y este hecho puede ser suficiente para que en el futuro se desarrolla en
nosotros una baja autoestima. Esta persona puede ser nuestro padre, nuestra madre, o
cualquier otra persona allegada nosotros. A veces, basta una simple reprimenda o una
ridiculización en público, para que el niño tenga una mala imagen de sí mismo y desarrolle
un miedo a equivocarse.

A continuación presentaremos la pirámide de Maslow


Desarrollo del autoestima personal :
Para tener autoestima, hay que superarse a sí mismo.

Superarse no es más que mejorar ciertas áreas de nuestra vida, realizar pequeños
cambios que nos permitan efectivamente llegar a una mejor situación, tanto con nuestro
entorno, como con nosotros mismos.

La superación personal es fundamental para construir autoestima, es imposible llegar a


una mejor situación de autoconocimiento y autor respeto, sin desarrollar nuevas
habilidades y mejorar nuestro diálogo interno.

En ocasiones sencillamente nos odiamos, y dado que con otras personas, la cosa es bien
diferente (si odiamos a alguien, podemos decidir simplemente jamás volver a ver esa
persona) en este caso es necesario crecer.

Crecer, desde un punto de vista de superación, y todo esto, orientado a ser mejores
personas en la vida. No siempre tendremos a alguien de nuestro lado para que nos diga
lo que debemos hacer o que nos vemos atractivos hoy.

No siempre habrá una motivación externa para querernos y amarnos, y sin embargo
deberemos hacerlo independientemente de las situaciones y las condiciones que nos
ofrezca la vida por el momento.

Esto, básicamente porque si tenemos una buena relación con nuestro YO interno,
podremos lograr nuestras metas mucho más fácilmente… y lograr nuestras metas es algo
fundamental.

Cuando no tenemos mucha autoestima, nos es más difícil conquistar el éxito en nuestra
vida, empezando por las relaciones sociales que son indispensables en todo camino al
éxito personal.
Si tenemos baja auto estima, nos será mucho más difícil comunicarnos asertivamente con
los demás y brindarles motivos para que confíen en nosotros, dado que nosotros poca
autoconfianza tenemos.
Esto de la superación aplicada a la autoestima, por supuesto, no es fácil. No es fácil llegar
a un punto en que puedas amarte y admirarte luego de haber cometido errores y llegado a
un punto de auto desprecio.

Sin embargo, esto no puede ser un motivo real que nos detenga en nuestro camino para
efectivamente triunfar y alcanzar la cima del éxito. Por el contrario, debería ser el
motivador más grande para actuar.
CAPITULO IV
COMPONENTES DE LA AUTOESTIMA:
SEGURIDAD:
Creemos que la seguridad de una persona pasa por llevarse el mundo por delante, por no
tener miedos, no dar entidad a heridas emocionales. No dejarse doblegar por situaciones
intensas. Una creencia que linda con la idea de perfección. Sin embargo la verdadera
seguridad, radica en estar dispuestos a sentirnos vulnerables sin perder el eje ni la
estima.

Una persona segura no necesariamente es la que se "devora el mundo" (aunque pueda),


una persona segura de sí misma es aquella capaz de reconocer sus propias
inseguridades y dar el espacio, así como la marea que sube y baja, para que con ellas
pueda suceder lo mismo. La sabiduría se anida en dejar de identificarse con las mismas.
Reconocer que están y forman parte de nuestro paisaje, sin ser nosotros el paisaje y sí
los observadores del mismo. Suena paradójico tal vez, pero la seguridad tiene que ver,
entre otras cosas, con el buen manejo de la inseguridad.

Dejar de fijarnos en el del al lado. Una persona segura es la que reconoce cabalmente
que tanto ella como los demás son únicos. No hay mejores, no hay peores. Hay solo
seres únicos que actúan de formas diferentes. Así, centrados en lo propio, dejan de
resultar interesantes las comparaciones. Dejamos de estar pendientes de lo que hace o
no el vecino, comprendemos que dicha actitud nos hace perder el equilibrio. Al estar
centrados en nosotros, al intentar dar lo mejor para sentirnos bien con nosotros, dejamos
de distraernos con lo que suele traernos dolores de cabeza y utilizamos toda esa energía
para mejorar nuestro desempeño en la vida, incluso desde ese lugar es posible.

Poco a poco y velozmente, va desapareciendo la drástica división antes imperante entre


ciencia y espíritu, en la actualidad existen datos científicos sobre cuestiones que antes
tenían que ver sólo con lo “espiritual”. La novedad es que estados como la compasión y la
benevolencia, inciden directamente en nuestro bienestar emocional, por ende en la
seguridad en nosotros mismos y en nuestra autoestima.

La compasión comprende a la empatía. La mirada compasiva consiste, no sólo en intentar


ponernos en el lugar del otro (empatía), sino en permitirnos el impulso de buscar aliviar su
sufrimiento. No es lástima ni pena. Tampoco es ser buenos. Es ser compasivos.
Cuando nos damos cuenta de que aunque sea mínimamente podemos contribuir con el
prójimo, nos sentimos realmente bien. Un estado benevolente tiene que ver con tratar a
los demás como nos gustaría que nos traten. Por ende, no hacer a los demás lo que no
nos gustaría que nos hicieran. Tal vez sea este el mejor precepto para una sociedad
organizada.

Vale la pena repetir, la intención que subyace no tiene que ver con ser buenas personas.
Tiene que ver con sentirnos en paz con nuestro comportamiento en la vida.

AUTO CONCEPTO O SENTIDO DE IDENTIDAD:

El autoconcepto y la autoestima desempeñan un importante papel en la vida de las


personas. Los éxitos y los fracasos, la satisfacción de uno mismo, el bienestar psíquico y
el conjunto de relaciones sociales llevan su impronta. Tener un autoconcepto y una
autoestima positivos es de la mayor importancia para la vida personal, profesional y
social. El auto concepto favorece el sentido de la propia identidad, constituye un marco de
referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias, influye
en el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación y contribuye a la salud y al
equilibrio psíquico. EL AUTOCONCEPTO Y LA AUTOESTIMA ESTAN EN EL CENTRO
DE LO QUE SUCEDE A TODO INDIVIDUO EN SU ESFERA PERSONAL Y SOCIAL.

En las últimas décadas los psicólogos, los psicopedagogos , los educadores y los
trabajadores sociales en general se han interesado especialmente por los términos
AUTOCONCEPTO, AUTOESTIMA y la medida en que estos conceptos están
relacionados con el proceso educativo y más específicamente con “LA EDUCACIÓN
AFECTIVA”. La estimación que un individuo siente hacia su persona es importante para
su desarrollo vital, para su salud psicológica, su actitud ante sí mismo y ante los demás.
El concepto de sí mismo influye en la forma de apreciar los sucesos, los objetos y las
personas del entorno. El autoconcepto influye considerablemente en la conducta y en las
vivencias del individuo. La persona va desarrollando su autoconcepto, va creando su
propia auto-imagen, NO NACE con un autoconcepto propio ya determinado. Si es
importante conocer la estima de una persona cuando ésta es adulta, aún lo es más
descubrir cómo es esa imagen cuando se está formando. Es bastante frecuente confundir
la autoestima con el autoconcepto y utilizar ambos como términos sinónimos. Aunque los
dos conceptos están relacionados, no son equivalentes. En el autoconcepto prima la
dimensión cognitiva, mientras que en la autoestima prevalece la valorativa y afectiva.
La palabra autoconcepto hace relación a los aspectos cognitivos, a la percepción y la
imagen que cada uno tiene de sí mismo, mientras que el término autoestima indica los
aspectos evaluativos y afectivos. No son conceptos excluyentes, todo lo contrario, se
implican y se complementan. Un autoconcepto positivo lleva a una autoestima positiva y
viceversa. El autoconcepto y la autoestima son el resultado de un largo proceso,
determinado por un gran número de experiencias personales y sociales. Los éxitos y los
fracasos, las valoraciones y comentarios de las personas que rodean al niño y al
adolescente, el ambiente humano en que crece, el estilo educativo de padres y profesores
y los valores y modelos que la sociedad ofrece van construyendo el autoconcepto y la
autoestima de forma casi imperceptible. El autoconcepto es una realidad psíquica muy
compleja.

SENTIDO DE PERTENENCIA: El sentido de pertenencia muestra que las cosas se usan


y se establece una relación instrumental de forma que cualquier dueño puede hacer un
uso de un objeto pensando en su propio beneficio. Desde este punto de vista, conviene
precisar que en cambio, una persona nunca es propiedad de otra por lo que es
fundamental recordar que las relaciones personales se basan en la libertad. El celoso, por
ejemplo, tiene una noción equivocada del amor porque ha interiorizado el sentido de
pertenencia también en el plano del enamoramiento. Lo mismo sucede en el caso de una
relación de dependencia

Relaciones problemáticas

Sin embargo, conviene recordar que los celos o una relación de dependencia no es amor
sano. Mientras que en el plano de las cosas y del universo material, existe el concepto de
propiedad, por el contrario, en el universo de las relaciones personales existe la libertad
de establecer lazos o romperlos en cualquier momento.

El sentido de pertenencia sí puede tener un valor emocional cuando por ejemplo, una
persona siente que forma parte de un grupo de amigos o incluso, a nivel laboral, este
sentimiento también surge cuando un empleado siente que forma parte del equipo de
trabajo. El sentimiento de pertenencia, visto desde este punto de vista, aporta autoestima
y motivación en tanto que para cualquier persona es fundamental sentirse integrada en su
entorno más cercano.
Cuando el sentido de pertenencia se analiza desde el punto de vista material, entonces,
está claramente vinculado con el trabajo puesto que cualquier persona trabaja duro para
tener un estilo de vida concreto y costear los gastos derivados de las posesiones
materiales, por ejemplo, de la casa. La casa es el lugar que mayor sentido de pertenencia
reporta.

Cuando intentamos definir el concepto de sentido de pertenencia nos encontramos con un


dilema muy importante: el pertenecer nos habla de ser parte de un grupo, de un colectivo
de personas. Aquí debemos entonces señalar que nuestra individualidad es en gran parte
aportes que elegimos nosotros tanto a nivel consciente como a nivel inconsciente y la
construcción que hacemos de ella es absolutamente única en cada caso.

Sin embargo, todos esos elementos son parte de algo más complejo que es la sociedad o
la comunidad y por lo tanto no pueden estar aislados de ella. Al estar en ese marco,
podemos decir que nuestra identidad se elabora a partir del entorno y de aquellas
personas y fenómenos sociales que nos rodean, que son esos y no otros por una razón
social, también.

CAPITULO V

SENTIDO DE MOTIVACION Y FINALIDAD:

Impulsa a las personas a actuar de una determinada forma y a proponerse unos objetivos
específicos, efectivos, concretos y alcanzables.

La persona con autoestima sabe lo que quiere conseguir y averigua cómo hacerlo a corto,
medio y largo plazo. Sus energías se dirigen a tareas específicas y se sienten satisfechas
cuando han conseguido lo que se proponen.

La falta de un sentido de dirección y finalidad resta motivación para realizar un verdadero


esfuerzo para la consecución de objetivos, ya que no se produce el necesario
convencimiento y voluntad de éxito.

Los padres pueden motivar a sus hijos a la acción desde la confianza que le demuestra su
capacidad y buena voluntad. Las expectativas que un padre tiene para cada uno de sus
hijos/as varían la percepción que tenga de cada uno/a de ellos/as. A veces estas
expectativas responden sólo a sus deseos y a sus preconceptos y no tienen respuestas
por parte de los/as niños/as.

A menudo, estas expectativas son el reflejo de frustraciones de los padres en su niñez.


Los padres traspasan a sus hijos/as los deseos que tuvieron de niños. Un exceso de
expectativas, puede desbordarle y dañar su autoestima si no consigue cumplir con los
requerimientos de los padres.

Una situación de este tipo puede dejarle frustrado y con un sentido de insuficiencia
altamente negativo. También puede darse el caso que las expectativas de los padres
sobre uno/a de los/as hijos/as causen celos en sus hermanos y dañen la autoestima de
éstos.

Está muy bien que un padre tenga los mejores deseos de éxitos para los/as hijos/as, pero
estos son los que tienen que motivarse a actuar desde su propia iniciativa, creatividad,
esfuerzo, interés propio de formación y éxito personal; y no porque los padres se lo pidan
o lo esperen de ellos/as.

Un gran esfuerzo para la consecución de los objetivos que un/a niño/a se propone es la fe
que tengan sus padres en su capacidad de alcanzarlos.

La confianza que se le demuestra, real e interior, de que puede y está capacitado, actúa
como una motivación al éxito y le ayuda en la mayoría de las ocasiones y contextos a
superarse a sí mismo y a sus condicionamientos.
Sentido de competencia personal:

Es la convicción de que se está lo suficientemente capacitado y preparado para poder


hacer frente a cualquier situación que se nos presente aunque sea imprevista.

Es la convicción de que, aunque no se conozcan todas las respuestas, uno puede


buscarlas y encontrarlas. Es una "sensación de poder" que se consigue de los propios
conocimientos y experiencias positivas.

El/La niño/a adquiere este sentimiento de poder cuando aprende a resolver solo/a el
mayor número de problemas y conflictos que se le presenten. Es la consecuencia de
tomar decisiones que le lleven a resultados satisfactorios, de averiguar dónde encontrar
los recursos que necesita, de aprender a utilizarlos, de cómo conseguir las necesarias
informaciones y de cómo hacer un buen uso de ellas.

Hay que tener cuidado de no proteger demasiado a los/as niños/as en situaciones


conflictivas. Hay que animarles a enfrentarse a riesgos razonables y a superarse a sí
mismos. De los padres depende muy a menudo que consigan hacerse independientes lo
antes posible.

Un camino desafortunado muy usual es el de no preocuparse o no tomar interés en lo que


hace el/la niño/a y abandonarlo/a a su propia iniciativa; otro es el de sobre protegerle
demasiado, sin hacerle sentir el necesario afecto, apoyo moral, reconocimiento
y feedback que le permitan enfrentarse a posibles errores como parte del aprendizaje en
lugar de considerarlos como fracasos.

Una gran parte de los/as niños/as, los/as más débiles, renuncian y pierden interés; otros,
llegan a motivarse aunque desarrollen un sistema de supervivencia desde la separación y
la renuncia a la colaboración y apoyo de los demás.

Un tercer camino, igualmente negativo, es el de pretender objetivos y tareas que


desbordan su capacidad. A menudo los padres que tienen estas exigencias ni siquiera
están disponibles para ayudarles en el cumplimiento de estos objetivos.

Hay un camino que permite el pleno desarrollo de la competencia, seguridad, motivación,


y autoconcepto del/de la niño/a. También en este caso hay varios caminos para los
padres. Uno es el alentarle haciéndole ver que está capacitado para aprender y actuar de
la forma correcta si se lo propone. Le apoyan, le dan retroalimentación y le animan .
El/La niño/a se siente capaz e independiente pero sabe que si pide apoyo de sus padres,
ellos están dispuestos a ayudarle en cualquier momento.

Aprender a pedir es otro factor de crecimiento. Es necesario saber decir no, si pensamos
que es lo mejor para el/la niño/a. Si se da el caso, hay que hacerlo de forma abierta y
alegar razones concretas con un diálogo para que lo comprenda. Así comprueba el apoyo
y confianza en él/ella y en sus capacidades por parte de los padres.

Una vez que haya terminado la tarea es importante comprobar que está terminada, y bien,
y reconocer el esfuerzo, la buena voluntad y la habilidad demostradas; siempre hay algún
detalle en el que poder centrarse para hacer este esfuerzo más efectivo.

Como consecuencia el/la niño/a se sentirá orgulloso/a por el trabajo bien hecho,
reconocerá el valor de terminar una tarea, y todo esto le causará:

Un auto concepto más positivo.

Motivación para ponerse nuevos objetivos, ya que se ha dado cuenta de que está en
condición de enfrentarse y solucionar problemas.

La capacidad de reconocer y utilizar los medios y recursos a disposición de una forma


más efectiva.

Tener una nueva prueba de que tiene el apoyo moral y la confianza de los padres cuando
los necesite.

Una mayor seguridad en sí mismo como persona y como miembro del grupo al que
pertenece.

Un buen desarrollo de su sentido de competencia personal, y se sentirá motivado a volver


a empezar cada día el proceso, sin miedo a fallar; ya que ha sido capaz de resolver un
problema, fallar en una segunda ocasión no sería tan amenazador para su propio auto
concepto y menos todavía en lo sucesivo.
Este sentimiento de competencia empieza a desarrollarse en la infancia. Según el niño va
resolviendo problemas y situaciones cada vez más complicadas y va viendo que sus
decisiones le llevan a conseguir buenos resultados, irá desarrollando su sentido de
competencia y sintiéndose más seguro de sí mismo. Por ello es muy importante no
sobreproteger a los niños y dárselo todo hecho, porque entonces no aprenderán a
resolver las situaciones por sí mismos y no podrán sentirse competentes, ya que
achacarán todos sus logros a la intervención de los padres y se volverán excesivamente
dependientes de estos. Tampoco es conveniente el camino opuesto, es decir, no
preocuparse en absoluto de lo que el niño hace y dejarlo todo en sus manos. El niño
necesita sentir nuestro apoyo y cariño y que le ayudemos a mejorar con nuestros
comentarios sobre sus acciones.

Partimos de la base de que es importante desarrollar una autoestima adecuada, ni baja ni


muy alta, sino una autoestima acorde a lo que somos.
Como ya hemos indicado, la autoestima se verá afectada por las expectativas que tengan
los padres de sus hijos, por las consideraciones y las críticas que le hagan los adultos,
porque la opinión que los adultos tengan del niño influenciará en la percepción que se
vayan formando de sí mismos. En este sentido podemos decir “Nos miramos como hemos
sido mirados”.

Puede suceder que a veces los niños puedan presentar síntomas o problemas de baja
autoestima. Los padres no deben desesperarse, sólo deben prestar atención, desarrollar
estrategias para que los superen y si no pueden y/o es difícil, que no se dude en consultar
a un psicólogo.
Algunas de estas estrategias son:

Acepta a tu hijo como es. Todos los seres humanos tienen virtudes y defectos, tu hijo
también. En este sentido no pidas que sean perfectos. Para toda persona es importante
ser aceptado como es. Esto brinda seguridad y fortaleza para cambiar lo que sí se puede
cambiar de uno mismo.

Ser como adulto un modelo positivo y cercano. Si se acepta también usted tal como es y
no es tan exigente consigo mismo o si es pesimista o poco realista sobre sus capacidades
y limitaciones, su hijo puede terminar siendo el reflejo de usted. Cuidar la propia
valoración de sí mismo es el mejor modelo que tendrá su hijo para seguir.
Dar amor incondicional. Este amor sin condiciones se produce con lo anteriormente dicho,
aceptándole con sus fortalezas y debilidades. En este sentido es importante indicar que
cuando te enfades con él por algo que ha hecho, enfádate con lo que hizo, con su
comportamiento y no con él como persona, siempre tiene que ser claro que lo inaceptable
es la conducta no él. No le digas “eres un niño malo” “así no te quiero”, sino “lo que has
hecho es malo” “no me gusta eso que haces”. Podemos estar enfadados con el niño, pero
eso no implica que en ese momento le dejamos de querer, es más, el mensaje debería
ser, “porque te quiero y quiero que seas feliz, hay cosas que no puedo permitir que
hagas”. Si queremos cambiar una conducta o una forma de pensar, los mensajes van
hacia esa conducta o forma de pensar no hacia el niño.
También demuestre ese amor que es importante para estimular la autoestima de su hijo.
Dígale todo lo que lo quiere y lo orgulloso que está de él. Elógielo con frecuencia pero de
manera honesta, sin exageraciones ya que los niños perciben cuando se es sincero y se
dice desde el corazón.

Validar lo que siente. Cuantas veces, nos hemos sentido incomprendidos como adultos
cuando alguien nos ve mal y nos dice “no te sientas así, ponte bien”, “no le des
importancia, ya pasará”, “olvídate de eso”, como si fuera fácil, como si pudiéramos borrar
el malestar con un chasquido de los dedos. Imagínate lo que eso puede repercutir en
nuestros hijos. Para aprender a manejar las emociones y resolverlas, tenemos que
aceptar que existen y están para algo. Hay situaciones que ponen triste y está bien
sentirse triste, hay situaciones que enfada y está bien estar enfado, porque esas
emociones bien gestionadas nos ayudarán y nos orientarán a superar el malestar. Valida
las emociones de tu hijo, que no pasa nada por sentirlas, ayúdale a que reflexione
contigo, por qué se siente así y que puede hacer para superarlas, ayúdale a tolerarlas, ya
que a veces necesitamos tiempo (un duelo, una pérdida no se soluciona de un día para
otro) así tu hijo no tendrá miedo de esas emociones. Al validarle lo que sientes, también le
ayudamos a desarrollar la empatía, ya que nosotros en ese momento empatizamos con
él: “comprendo que te haga sentir mal”.

Evita etiquetar a tu hijo. Las etiquetas negativas se vuelven creencias limitadoras


perdurables en el niño cuando se hace adulto. Estas etiquetas se pueden trasmitir de
muchas maneras, seriamente, como broma o burla, desde el cariño, pero todas ellas
producen malestar. Por ejemplo le puedo decir enfadado al romper algo: “¡¡¡¡¡eres un
torpe!!!!!”. O decirle como broma reiterada “manos de mantequilla” o también: “deja cariño,
lo hago yo porque tu rompes todo”. Sea como sea el tono del mensaje, al niño le quedará
soy torpe, no sirvo y se impondrá como una creencia que le limitará e su vida. Los niños
están aprendiendo, si de entrada les encasillamos, se quedarán allí, como el agresivo, el
torpe, el inútil, etc.

na pequeña advertencia. Las etiquetas que sobrevaloran y no se ajustan a la realidad


tampoco son positivas: “eres el mejor del mundo” “nadie puede contigo”, etc.

Elogiar a sus hijos. Esta consigna va en relación a lo anterior Concéntrate en las cosas
positivas que hace tu hijo y remárcaselas, siempre sin sobrevalorar. Si le remarcas las
cosas positivas, tú hijo tendrá la sensación de haber logrado algo y su autoestima se
fortalecerá. Además sabrá por qué.

Tampoco lo compares cuando hace algo mal, como: “tu hermano es mejor” “tu primo
saca mejores notas”. Es probable que se sienta avergonzado, no querido, envidie al otro.
Esto es lo mismo para las comparaciones positivas: “Tú eres el mejor jugador”, coloca al
niño e un nivel de exigencia permanente difícil de alcanzar.

Escúchale y bríndale un espacio de intimidad para que pueda hablarte y tú puedas


responder. Prestar atención no es escucharle mientras veo la televisión o estamos en otra
cosa, es mirarle, comprenderle, validarle. También reconozcámosle cuando no sabemos
algo.

En este sentido Tratar a tus hijos con respeto, pidiéndole que él te respete a ti. Hay que
escucharle, pero no siempre cuando él quiera, hay momentos.

También reconózcale su esfuerzo y tenga en cuenta cómo le transmite las cosas, por
ejemplo, si su hijo no ha jugado el partido de futbol y ha sido suplente diciéndole: "Bueno,
la próxima vez trabajarás más y lo conseguirás", puede hacer que el niño lo entienda
como “no trabajo lo suficiente”, “mi padre no está contento”, etc. En cambio se puede
decir algo similar pero que tiene otro significado: "Bueno, esta vez no entraste en el
equipo, pero estoy orgulloso del esfuerzo que haces, si sigues así puedes conseguirlo".

No olvidarse: Validar el esfuerzo y luego marcarles que para conseguirlo hay que persistir,
aceptando los malos momentos y las frustraciones. En este sentido aliéntalo, ya que
necesita tu apoyo. Dile que crees en él y que lo animas a seguir adelante. Hay que
alentarle y apoyarle en el camino y no sólo valorar el logro alcanzado.

Estimúlale para que tome sus propias decisiones y pueda resolver sus problemas, aunque
se equivoque, ya que para aprender a manejar las desilusiones y frustraciones, primero
hay que vivirlas. Por ello, deja que cometa errores. Porque es algo que no puedes evitar y
él tiene que aprender a superarlo.
También reconoce tus propios errores, recuerda que eres su modelo. Para alcanzar
nuestros éxitos, tendremos en el camino tropiezos, tomaremos malas decisiones, pero si
aprendemos a sobreponernos, podremos seguir avanzando. En este sentido, también
permite los riesgos saludables, animándole a experimentar y explorar cosas nuevas,
aunque se equivoque, si no lo hace no se puede tener éxito.

Ve dejando que asuma responsabilidades acorde a su edad –no pidas más de lo que
puede-. Darle responsabilidades alcanzables les ayuda a crecer y madurar, se sienten
capaces y sienten que confían en él.

Fomenta la cooperación y la participación. Esto favorece la autoestima y la confianza en


los demás, además de aprender a trabajar en equipo.

Establece límites acorde a su edad. Los límites tienen que ser claros y concisos y se
deben respetar, aunque hay que ser flexibles, el límite debe mantenerse, por ejemplo si
decimos que a una determinada hora se acuesta, hacerlo un día sí y otro no, no es lo
adecuado.

Fomente los intereses y habilidades de sus hijos. No exijamos a nuestros hijos que les
guste lo mismo que a nosotros o que se sumen a nuestros intereses, enséñale a saber
que les gusta y a que lo desarrollen.

Acepta tus propios errores y discúlpate, lo importante para un niño, no es que su padre no
se equivoque, sino que pueda rectificar, disculparse y reparar. Los hijos no quieren padres
perfectos, quieren padres que les amen.

Por último, destacaremos un punto importante que engloba muchas características


anteriores, crea un
ambiente de seguridad y amor para que se desarrolle, donde no se tolere la violencia y se
fomenten los buenos tratos, el respeto y la empatía.

Estas indicaciones no son un recetario, son propuestas para ir incorporando, educar es


una tarea difícil y larga, por ello, revisemos nuestra propia autoestima e incorporemos
estas indicaciones a nuestras vidas.
Y si ves que te cuesta y que ves que tu hijo necesita ayuda, no dudes en recurrir a un
profesional, con un poco de ayuda, los niños pueden desarrollar una vida plena.

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