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5-6 años

Cómo ayudar a los niños a escribir bien

Alia Montoya
Cuando los niños empiezan a escribir están muy motivados pero, con el tiempo, encuentran dificultades y su aprendizaje
puede estancarse. Es importante que la escritura sea para ellos una actividad divertida.

Aprender a escribir es difícil... Si nos pusiéramos por un momento en la piel de cualquier niño que tenga que enfrentarse de
repente a la escritura, probablemente nos entraría un vértigo tremendo.

Aprender a escribir es una actividad muy compleja que requiere grandes dosis de madurez. Aparte de las dificultades motrices
(control del trazo, coordinación del ojo con la mano, direccionalidad, etc.) existen otras trabas que hacen de este momento
algo muy especial. Para la mayoría de los niños, comenzar a escribir es muy difícil. Les cuesta convertir los sonidos en letras,
las palabras en frases y, sobre todo, sus pensamientos en signos escritos.

Antes de empezar a aprender a escribir debemos comprobar que el niño está bien preparado y haber potenciado las
habilidades psicomotrices necesarias, para ello son muy útiles los ejercicios de grafomotricidad.

Hagámoslo divertido
Hacerse con el código de la escritura es muy complejo, lo que hace que muchos niños se sientan inseguros. Por eso, nosotros
debemos ayudarles a superar sus miedos y para lograrlo es importante:

No forzar el aprendizaje de la escritura antes de tiempo. Desde el primer momento hay que inculcar al niño seguridad y
confianza en sus posibilidades y progresos.
Cuando comienzan a soltarse a escribir no hay que corregirles constantemente, porque lo único que conseguimos es
paralizarles y bloquearles. Si el niño comete fallos, es mejor comentárselos cuando haya terminado. Si nos pide que le
ayudemos a escribir algo, se lo deletrearemos, pero solo cuando nos lo pida él.
Juegos para aprender
Para ayudarles en casa, podemos poner en marcha muchos juegos que les ayudarán a ver la escritura como algo accesible y
divertido.
Para escribir es necesaria una gran precisión de movimientos y la capacidad de mover cada dedo de forma independiente.
Podemos hacer un guiñol dibujándole una cara en cada dedo de la mano, pintar con pinturas de dedos y amasar barro o
plastilina.
Para ejercitar los dedos y el control de la mano, podemos jugar a apretar y abrir los puños y los dedos para imitar el vuelo de la
paloma, el zarpazo del tigre, etc.
La orientación espacial es básica para escribir. Juguemos a sortear obstáculos, pasando por debajo de mesas y sillas,
subiéndonos al sofá, pisando recto una cinta puesta en el suelo... Para ejercitar el control del trazo podemos mover pies y
manos al ritmo de un tambor: rápido, lento, con movimientos amplios, cortos, etc.
A escribir también se aprende escribiendo. Podemos hacerle dictados de sus cuentos favoritos o animarle a copiar la letra de
su canción preferida. Después comentamos juntos lo escrito, lo representamos y le pedimos que nos lo lea.
Debemos aprovechar cualquier oportunidad para que escriba cosas no relacionadas con el cole. Por ejemplo, nos puede
ayudar a hacer la lista de la compra o dejarle una nota a papá. Pidámosle que apunte una palabra en vertical y que escriba
otras a partir de las letras que la componen. Por ejemplo, SOL (Sal, Oreja, Lupa).
Con el teléfono, los móviles y el correo electrónico se está perdiendo el placer de escribir (y recibir) cartas. Animémosle a
escribir a los abuelos, a su amigo de la playa o a su cantante favorito.
Algo muy importante: cada peque debe tener su propio estuche con todo lo necesario para escribir (pinturas, lápices, bolis,
regla...), siempre disponible y a su alcance. Si de vez en cuando metemos una goma o un sacapuntas nuevos, aumentaremos
su motivación.

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