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Carrera: Pedagogía
Semestre: 5to PEM
Sede: 019
Catedrático: Lic. Jorge Pelaez Lam
Código: FE173
Catedra: Principios Filosóficos
Es posible que más de uno se pregunte el porqué de una nueva antropología teológica. La
respuesta es la voluntad de disponer de un texto fundamentado en una teología actualizada
y en las aportaciones objetivas de las ciencias, aun reconociendo que estas no siempre son
definitivas y que nuevos conocimientos vienen a sustituir a los precedentes. Este texto está
dirigido a quienes se sienten insatisfechos con aquellas respuestas tradicionales que parten
de una interpretación literal de los textos bíblicos y de una marginación de los presupuestos
científicos; a quienes no están dispuestos a renunciar al dictamen de su intelecto al analizar
las cosas de forma objetiva, y a cuantos están interesados en la relación entre los mundos de
la fe, la cultura y las ciencias.
La obra está dividida en tres partes: origen, naturaleza y destino del hombre. En la primera
parte, se presenta al ser humano como creación de Dios y se pretende superar el debate
entre creacionismo y evolucionismo a través del nuevo concepto de creación evolutiva que
permite continuar postulando a Dios como creador de un universo en expansión y asumir
los presupuestos científicos acerca del origen del cosmos y del proceso de humanización.
El segundo capítulo de la primera parte está dedicado al concepto de la imago dei y a sus
implicaciones prácticas como son la dignidad de toda persona, el respeto al ser humano en
cualquier situación existencial o momento cronológico y la atracción que la impronta de
Dios ejerce sobre el individuo, aun de forma inconsciente.
La segunda parte, dedicada a considerar la naturaleza del hombre, consta de tres capítulos.
En el primero, se presenta una tercera vía a lo que podríamos denominar monismo
materialista y dualismo de corte platónico, del que con dificultad se sustrae la visión
cristiana de la persona. En este nuevo modelo se postula la idea de una plural unidad más
en consonancia con la antropología bíblica y los actuales conocimientos científicos. El ser
humano como una única realidad manifestada en distintos niveles como son la corporalidad
y la conciencia que termina por emerger de esta base somática.
Le sigue un capítulo dedicado al tema del pecado, que incluye su universalidad y sus
trágicas consecuencias, en el que el relato bíblico de la caída deviene el símbolo de la
situación de la humanidad en todos los tiempos. El capítulo concluye con una aproximación
a la dimensión social del pecado; aquello que los teólogos denominan pecado estructural
que viene a complementar la visión individual y psicológica.
Un nuevo capítulo de esta segunda parte trata de la gracia y de su acción, hecho que
posibilita la esperanza cristiana acerca del ser humano y sus posibilidades más allá de los
optimismos antropológicos de signo humanista. La gracia es presentada también como
garante de la íntima libertad personal y requisito de superación de la rigidez legalista que
todavía hoy hallamos en más de un contexto religioso.
La tercera y última parte está dedicada al destino del hombre. El primer capítulo de esta
sección trata de la muerte y de su significado; de la resurrección como entrada en el ámbito
de Dios y superación de las coordenadas espacio-temporales en las que nos desenvolvemos
y la esperanza de la vida eterna. Y todo ello no tan solo como consuelo futuro, sino como
compromiso ético en el presente.
Orígenes y precursores
La filosofía de la educación tiene su origen remoto en el mundo antiguo, sobre todo en
autores como Platón y Aristóteles, que hablaron continuamente de la educación humana y
del modo ideal en el que debería ser formado el niño para entrar a formar parte de la vida
social. También el mundo cristiano y medieval cuenta con autores como Clemente de
Alejandría,
Divisiones de la Filosofía
Metafísica: Estudia al ser, las causas y principios últimos de la realidad, así como entender
qué es la existencia. Ejemplos: ¿por qué existe el ser y no la nada?, ¿que es lo que nos hace
mantenernos en la existencia? La metafísica aborda problemas centrales de la filosofía,
como lo son los fundamentos de la estructura de la realidad, el sentido y la finalidad última
de todo ser. La metafísica tiene dos temas principales: el primero es la ontología, que en
palabras de viene a ser la ciencia que estudia el ser en cuanto tal. El segundo es el de la
teleología, que es el estudio de los fines como causa última de la realidad. Existe, sin
embargo, un debate que sigue aún hoy sobre la definición del objeto de estudio de la
metafísica, sobre si sus enunciados tienen propiedades cognitivas. La metafísica estudia los
aspectos de la realidad que son
inaccesibles a la investigación
científica.
Filosofía de la Naturaleza: La filosofía de la naturaleza, a veces llamada filosofía natural o
cosmología es el nombre que recibió la rama de la ciencia que hoy conocemos como física
hasta mediados del siglo XIX. Explica los elementos fundamentales de la naturaleza. Estos
"filósofos de la naturaleza" se interesaron por el problema cosmológico, es decir por el
origen del mundo, y trataron de dar respuesta a sus interrogantes partiendo de objetos
concretos de la naturaleza a los que llamaron arjé (principio). Por ejemplo, Tales de Mileto
identificó el origen del cosmos en el agua. Los filósofos presocráticos se caracterizaron por
identificar el origen de la naturaleza en otras cosas naturales, como el agua, el aire, el
fuego, etc.
Lógica: estudia la estructura del pensamiento como una secuencia organizada, ¿es lo
mismo un pensamiento correcto que uno verdadero? Entendiendo por pensamiento a toda
representación mental de cualquier objeto. La lógica investiga los principios por los cuales
algunas inferencias son aceptables, y otras no. Cuando una inferencia es aceptable, lo es por
su estructura lógica, y no por el contenido específico del argumento o el lenguaje utilizado.
Por esta razón la lógica se considera una ciencia formal, como la matemática, en vez de una
ciencia empírica.
Filosofía de la Historia: Es la rama de la filosofía que estudia el desarrollo y las formas en
las cuales los seres humanos crean la historia. Puede, en algunos casos, especular con la
existencia de un fin u objetivo teleológico de la historia, o sea, preguntarse si hay un
diseño, propósito, principio director o finalidad en el proceso de creación de la historia. Las
preguntas sobre las cuales trabaja la filosofía de la historia son diversas y complejas.
Algunas de ellas podrían ser: ¿Cuál es el sujeto propio del estudio del pasado humano? ¿Es
el individuo? ¿Son las organizaciones sociales, la cultura, o acaso la especie humana por
entero? Yendo aún más allá de estas preguntas clásicas, algunos filósofos modernos han
introducido un nuevo concepto, sosteniendo que la historia ha dejado de ser el estudio de
unidades, de hechos, pasando a ser el estudio de una compleja totalidad, que comprende no
sólo las acciones humanas pasadas y sus consecuencias visibles, sino que incluye un
sinnúmero de factores en su contexto, como las relaciones humanas, las corrientes de
pensamiento, las motivaciones particulares, y, tal vez el factor más recientemente
incorporado y que más ha revolucionado este campo de la filosofía, es el de los
pensamientos, acciones, relaciones y motivaciones de aquel individuo que escribe la
historia, esto es, del historiador.
La filosofía utiliza los conocimientos para resolver cuestiones de la vida diaria y se divide
en:
Ética: es la rama de la filosofía que estudia la bondad o la maldad de los comportamientos.
Tiene como centro de atención las acciones humanas y aquellos aspectos de las mismas que
se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la felicidad y la vida realizada. El estudio de la
ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo
histórico ha sido amplio y variado. La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica
racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a nivel individual
y a nivel social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca
las razones que justifican la adopción de un sistema moral u otro.
Para hablar de la filosofía, antes se tiene que mencionar el significado de ella. Filosofía se
divide en dos, Filos (se escucha igual como se escribe), que significa amor, y Sofía
(fonéticamente se dice “sofe”), que significa saber o sabiduría. Por lo tanto, filosofía es “el
amor por el saber, o amor por la sabiduría”.
El filósofo Fernando Savater, en su libro el Valor de Educar, dice: “el educador debe
enseñar a pensar, y pensar en lo que se está pensando, es decir, el educador debe enseñarle
a sus discípulos pensar en una determinada idea, y que se vuelve a pensar lo que se pensó
de esa idea. Esta frase implica un método filosófico porque se piensa más allá de la
búsqueda. Por otra parte, no se trata de culpar, sino de resolver los rompecabezas de la
educación. Y cuando se llegue una solución, se verán reflejadas; las acciones en los
estudiantes del nivel básico hasta el nivel superior, ya que los males no persisten en la
educación inicial, también en la educación superior. Los maestros, los pedagogos, los
filósofos de la educación y todo aquel que este dentro de las cuestiones educativas tiene que
estar comprometido con la educación, puesto que, la educación llevará a los niños, a los
jóvenes y a los adultos cambien de cierta manera su contexto social, político y económico.
10ma. Semana
Definición Nominal y Real de la Educación
Cuando hablamos de sentido cultural, por ejemplo, no estamos hablando de una dimensión
general de intervención, ni de uno de los ámbitos de la educación (formas de expresión y
áreas experiencia), ni de uno de los sentidos filosóficos atribuibles a la educación desde la
perspectiva de las finalidades. Cuando hablamos de sentido cultural, estamos pensando en
un rasgo cualificador, que es propio del significado de educación y que se integra en la
orientación formativa temporal para la condición humana individual, social, histórica y de
especie. Toda educación tiene, por principio de significado, sentido cultural, territorial,
duradero y formativo.
Desde la perspectiva de la definición real, cualquier acto de significado educativo tiene que
realizarse ajustándose a las determinaciones y cualificaciones que corresponden al
significado real de educación. Toda educación debe ajustarse al carácter y al sentido. La
educación matemática, la educación química, la educación física, la educación literaria, la
educación artística, la educación moral, la educación ciudadana, etcétera, son educación
porque, primariamente, cumplen las condiciones de carácter y sentido propias del
significado de “educación”. Pero no toda educación tiene que ser matemática, para ser
educación.
Tiene sentido decir que toda educación tiene que ser personal (que es rasgo de carácter,
determinante, y derivado de la complejidad objetual de ‘educación’), pero no
necesariamente es de matemáticas o de física o de literatura o de artes y, al mismo tiempo,
tiene sentido decir que toda educación matemática, física, artística o literaria, atendiendo a
la vinculación que se establece entre el yo, el otro y lo otro en cada acto educativo, debe
pensarse como educación con sentido territorial, temporal, cultural y formativo.
Atendiendo a la definición nominal y real, podemos decir que educar es, en tanto que
actividad, una actividad especificada; no es cualquier actividad, si bien cualquier actividad
puede ser transformada en una actividad educativa, si conseguimos que cumpla los criterios
uso común, de finalidad y de significado real. La actividad educativa, para serlo, requiere el
cumplimiento de las condiciones de carácter de la educación (axiológico, personal,
patrimonial, integral, gnoseológico y espiritual) y las condiciones de sentido de la
educación.
11va. Semana
Teorías Metafísicas de la Esencia Humana
Las teorías filosóficas que se plantean no fueron ni serán nunca un producto de la
casualidad o hecho fortuito. Sino que debe entenderse, dependen del desarrollo histórico de
las fuerzas productivas y de las relaciones sociales, también de las concepciones filosóficas
generales del hombre, de su naturaleza y de su papel en la vida social.
En cuanto a la del hombre, la concepción Idealista se manifiesta básicamente en dos
formas:
a) Mediante el análisis de la denominada "Esencia Humana".
b) Mediante el análisis de la denominada "Existencia Humana".
El análisis de la "Esencia Humana" Esta teoría es la más antigua y la más utilizada. Se
caracteriza por ser metafísica e histórico con respecto a las ideas y definiciones. Señala que
la existencia humana es fija desde los tiempos primitivos. La pedagogía de la esencia,
dominante en el pasado, sobre todo en la antigüedad y la edad media, va desde Platón, hasta
los neotomistas de hoy. Aquí el hombre tiene una esencia o naturaleza inmutable y eterna,
por lo tanto son metafísicas e históricas.
Por mirar hacia el pasado se les llama también tradicionalistas. Si el hombre tiene una
esencia inmutable, los fines de la educación tienen que ser también inmutables, universales,
absolutos e iguales en todas partes. En sus consecuencias prácticas la educación será
repetitiva, autoritaria, pasiva, tendrá mucha importancia el conocimiento, los
planes de estudio serán fijos. Se rechaza el espíritu crítico, la iniciativa, la creación y
la rebeldía. Se busca imponer la verdad. Su método es la clase magistral. La obediencia se
transforma en temor. Sus principales exponentes modernos son: Jacques Maritaín y Roberto
Hutching.
El primero es un neotomista que ofrece mucho interés en nuestra América. En el marco de
esta concepción general hubo distinciones, sin embargo todas las concepciones
diferenciales mantienen la convicción de que existe para todo hombre un grupo de
elementos constitutivos que determinan su "llegar a ser", que se manifiestan de modo
distinto en su concreta existencia empírica. Sobre la base de esta concepción metafísica
surgieron las aspiraciones de determinar: Qué es el hombre en concreto y qué constituye su
"verdadera esencia"; es decir aspiraciones a juzgar al hombre concreto, según "su esencia".
Por ejemplo los racionalistas, afirmaban la invariabilidad de la naturaleza humana mediante
la enseñanza de las "ideas innatas" y por esto la educación sólo puede entenderse como una
ayuda a la especial disposición innata (Descartes). Con aparente antagonismo, los
sensualistas, señalaban que la idea del niño, constituía una "tabula rasa" de experiencias, no
comprendieron en absoluto el proceso evolutivo histórico del hombre. La suma de estas
experiencias era importantes para el proceso evolutivo individual, pero no variaba nada
fundamentalmente de la estructura del hombre. No tenía importancia para el "género", no
tenía pues historia tenía sólo una biografía (Jhon Locke).
Por otro lado, el pragmatismo se contrapuso al racionalismo, pero lo hicieron no por ser
históricos, sino por su "carácter abstracto" y por su rigidez.
El pragmatista negó la historia como proceso objetivo y no alcanzó tampoco a
comprenderla. Acepto el desarrollo de las capacidades individuales en la vida y no concibió
el desarrollo de la humanidad. Cuando habló de la historia, lo hizo sólo en las categorías de
la escuela del éxito individual. Por eso los pragmáticos no se distinguen de los
racionalistas, sino que se revelan propiamente corno un racionalismo extrovertido.
La filosofía de la cultura, arranca de la filosofía de Hegel. Su discípulo más
caracterizado en la educación fue Dilthey, quién en sus obras expone el proceso de
formación del "mundo histórico" y el proceso de desarrollo histórico del hombre. Sin
embargo constituyó sólo un resurgimiento de la concepción metafísica, aunque con un
disfraz histórico. El verdadero contenido de la filosofía de la cultura fue buscar eternas
constantes de la naturaleza humana, que se ocultan en el curso del desarrollo histórico.
El análisis de la existencia humana: Esta corriente se opone desde el renacimiento a la
teoría esencialista. El existencialismo trata de las corrientes filosóficas que se sitúan en el
periodo de la actuación del marxismo y cuyas fases de desarrollo más importantes están en
el siglo XX. Comprende todas aquellas corrientes que no quieren solventar el problema de
la enseñanza, sobre la base de las concepciones apriorísticas del hombre, sino en la
consideración del contenido existente de la vida humana.
Esta corriente señala también, que en el orden humano la existencia precede a la
esencia. Los valores humanos surgen, en el proceso histórico y. se enriquecen con el
desarrollo cultural y tienen un carácter cambiante. La filosofía educativa existencialista no
tiene un fin único y universal, sino una multiplicidad de fines cambiantes que varían según
las circunstancias históricas y geográficas y aún de un individuo a otro. Concibe la verdad
como un proceso en constante perfeccionamiento a lo largo de la historia. El proceso
educativo no tiene un fin más allá de si mismo, el es su propio fin.
Es importante el proceso educativo y todo lo que favorezca al crecimiento. Le interesa el
futuro y concibe a la educación en constante cambio y permanente experimento. A esta
concepción se les llama también experimentalistas, naturista, instrumentalistas, progresista,
etc. Sus antecedentes se encuentran en Rousseau, Froebel, Pestalozzi. A principios de este
siglo dieron origen a la Escuela Nueva y a la Escuela Activa, así como al pensamiento de
Montessori. Su aparición causó resistencia en todos los niveles, pues se creyó que venía a
destruir el sentido mismo de la educación y de sus fines y que ponía en peligro la moral
aceptada. Según Dewey los principios de continuidad e interacción no pueden
separarse, la unión de ambos criterio; de la medida del valor de una experiencia,
consecuencias prácticas, se toma en cuenta las peculiaridades individuales, flexibilidades
del plan de estudios, del horario, de los métodos, los contenidos educativos y el momento
en que se lee. No interesa tanto lo que se aprende sino la medida que se crece. Los cursos
son monográficos, la actividad dirigida por el intelecto.
Los planes y la evaluación serán hechas por los alumnos, etc.
La concepción idealista de la "esencia humana" se esforzó en oponerse a la concepción de
la existencia real del hombre. Este hecho llevó a una interesante evolución de la concepción
existencialista y al debilitamiento de la posición esencialista. La concepción existencialista
del hombre se manifiesta de modo cada vez más potente, en las diversas variaciones del
naturalismo pedagógico, en la pedagogía liberal, en la pedagogía funcional psicoanalítica
y en la pedagogía pedocéntrica. Conduce a veces a la liquidación de la actividad
educativa, a la pasiva indicación de una maduración irracional del niño.
En el siglo XX se llevó a cabo una lucha al interior del esencialismo entre los que
interpretan los conceptos de cultura personalidad como conceptos normativos, que extraen
sus fuerzas de la concepción del "hombre eterno" o de los "eternos valores Culturales" y
aquellos que creen en que, estos conceptos expresan exclusivamente el impulso creador de
la vida, que se manifiesta en la voluntad y en la inclinación del individuo. Esta lucha afectó
a los círculos cada vez más amplios y la tendencia existencialista logra realizar una escisión
en el campo esencialista. Es en este siglo se comenzó a desarrollar la pedagogía existencial
cristiana, especialmente protestante. Como consecuencia de lo mencionado, la concepción
tradicional de la esencia del hombre, es cada vez mas atacada por aquellos quieren
determinar al hombre sobre la base de su existencia. El modo de concebir esta existencia es
liquidando a la superestructura normativa, tal como quería la teoría tradicional de la
esencia del hombre.
Finalmente pese a la lucha constante de ambas concepciones, existen coincidencias en la
convicción de que la educación debe precaverse de revoluciones. Esta coincidencia de la
pedagogía existencialista con la pedagogía esencial tradicional expresa la profunda
coincidencia de las dos concepciones del hombre, que fueron formulados por el
pensamiento burgués y que debían fundar el orden social capitalista como justificado y
eterno. Así mismo, para ambas existe una oposición profunda entre la teoría y la
práctica. También ambas encuentran que la filosofía de la educación ejerce una casi
jurisdicción sobre la pedagogía.