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DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
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Kropotkine, P. (s.f.). Palabras de un rebelde. Barcelona: Centro Editorial Presa. Pag 41
1
Introducción.
¿Por qué dirigirse a los jóvenes?, ¿Qué motiva a Kropotkine a escribir para los
jóvenes de la sociedad?, es necesario reconocer que en los jóvenes se encuentra el espíritu
de transformación, que su energía característica es inherente a su edad, que su mente aún
sin corromper está ávida siempre de transformaciones, aquellas que reclaman a gritos
quienes por tantos años se han encontrado sometidos, son los jóvenes quienes están
llamados a izar las banderas del cambio. Kropotkine escribía en el siglo XIX, en medio de
un capitalismo emergente que aún no mostraba todo su potencial y sus alcances, sin
embargo, las palabras que dedica a los jóvenes, como llamamiento, aplican hoy en día a
perfecta cabalidad. ¿Por qué? Es esta la cuestión a la que trataremos de responder en las
páginas siguientes, haciendo un esfuerzo por exhibir dos aspectos importantes en el
análisis del capitalismo la ideología y el trabajo enajenado, presente desde los días de
Kropotkine, que, pese a guardar diferencias con la teoría marxista (pues era anarquista,
adscrito a la corriente de Mijaíl Bakunin) ya identificaba la necesidad de salvar a la
juventud de caer en las garras tentadoras y astutas del capitalismo.
2
“autonomía” del sujeto. Entonces cabría analizar si lo que en nuestro caso denominamos
como la “ideología del mercado” que hoy se nos impone, realmente provee al joven la
emancipación, de aquello que parecía obstaculizar su libre actuar.
Veremos que, ya que Marx se apropia del materialismo histórico, para dar
cuenta que la ideología no es simplemente las ideas y valores construidos conjuntamente
por una sociedad, sino que parte del hecho de la producción inmediata del sujeto
enfrentado a la naturaleza y de las formas de intercambio que cada vez se amplían más, y
dada la división social necesariamente llevan a la imposición naturalizada de los intereses
de la clase dominante al común de sujetos. En un primer momento el intercambio era entre
2 Karl Marx & Friedrich Engels. (1970). La ideología alemana. Barcelona: EDICIONES GRIJALBO, S. A.
3
los sujetos de una comunidad, estaba limitado a la capacidad de fuerza de trabajo y a las
necesidades inmediatas propias, solamente después de suplir esas necesidades propias
existía un excedente para el intercambio. Lo anterior hoy en día se encuentra volcado, ya
que el obrero apenas y cumple su necesidad propia, teniendo en cuenta que ni siquiera lo
que produce le pertenece, mientras que satisface las necesidades de quien posee los medios
de producción en el que él trabaja y es que estas formas de expropiación del trabajo han
perdurado por siglos ya que se sustentan en una ideología dominante.
4
instrumentos de producción. La ciudad es ya obra de la concentración de
la población, de los instrumentos de producción, del capital, del disfrute
y de las necesidades, al paso que el campo sirve de exponente
cabalmente al hecho contrario, al aislamiento y la soledad”4
Como bien se consideró atrás, la división del campo y la ciudad aparece como
la primera gran división pero no como la única, ya que como veremos, las posteriores
divisiones particularmente cuando se da la división en la producción del trabajo, llevan a
elsujeto a un estado de enajenación. No obstante, lo que aquí nos interesa ver no es las
divisiones subsiguientes como tal, sino como los procesos de división, demarcan
firmemente las posiciones de clase y cómo enseguida los marcos de acción de quien
domina, exige el involucramiento de las clases subyugadas a los intereses dominantes, por
ende una reacción conjunta de quienes se encuentran oprimidos. Las formas de vida
necesariamente se organizan arbitrariamente para el común de acuerdo a las formas de
producción, de quien posea el capital, a través del siguiente apartado, lo anterior se ve de
forma clara:
4Karl Marx & Friedrich Engels. (1970). La ideología alemana. Barcelona: EDICIONES GRIJALBO, S. A.
Pág 56
5
condiciones comunes se desarrollaron hasta convertirse en condiciones
de clase”5
5 Ibíd., Pág. 60
6
trabajo, y redujo todas las relaciones naturales a relaciones basadas en
el dinero”6
Lo que sucede en el marco del capitalismo es que se impone una forma de vida
que permita el desarrollo de las fuerzas capitales, es decir a través de la producción y el
consumo, bien lo dice que aparece como “una mentira palpable”, ya que como veremos se
disfrazan los intereses del común, pero realmente no se satisfacen las necesidades del
común, entonces se vive de acuerdo a los intereses de un pequeño grupo dominante que
acumula capital infinitamente y finalmente lleva a enmarcar cada vez más aguda la
desigualdad socioeconómica.
6 Ibíd., Pág. 69
7 Ibíd., Pág 20
7
progreso junto con el sentido del individuo emprendedor que determinan unas lógicas de
consumo exacerbado, lo cierto es que las lógicas no son casuales, no podemos dejar de
lado para el análisis del siglo XXI las transformaciones cibernéticas, que reconfiguran las
dinámicas de relacionamiento tanto de forma positiva y negativa.
En este apartado del texto se busca hacer un paralelo entre Zizek en su texto El
sublime objeto de la ideología y su planteamiento de la falsa conciencia, ya que
encontramos en este punto una contradicción fundamental, que Marx también dilucida en
La ideología alemana, se trata pues de la contradicción entre esencia y apariencia. Partimos
8
de un planteamiento esencial en Zizek, expone que el momento en el que los objetos son
sustraídos de sus características esenciales, pueden seguir siendo identificados como
objetos es decir que mantienen una esencia propia, a esto lo denomina -objeto real-,
mientras que estas construcciones del pensamiento a través de la abstracción para conocer
el objeto se trata de -objeto del conocimiento- por lo tanto la apariencia. Desde su
perspectiva anti descriptivista, dice:
“Este comienzo es algo tan animal como la propia vida social en esta
fase: es, simplemente, una conciencia gregaria y, en este punto, el
hombre sólo se distingue del carnero por cuanto su conciencia sustituye
al instinto o es el suyo un instinto consciente. Esta conciencia gregaria o
tribal se desarrolla y perfecciona después, al aumentar la producción, al
acrecentarse las necesidades y al multiplicarse la población, que es el
factor sobre que descansan los dos anteriores”10
9
Slavoj, Z. (2003 ). El sublime objeto de la ideología. Argentina: Siglo XXI editores Argentina S.A. Pág.
134
10
Karl Marx & Friedrich Engels. (1970). La ideología alemana. Barcelona: EDICIONES GRIJALBO, S. A.
Pág. 20
9
El momento en el que se posibilita la ruptura entre la conciencia práctica e
ideológica, la conciencia ya secularizada se refleja en el pensamiento, esto es consecuencia
de que se acrecientan los intercambios materiales que desencadenan en relaciones sociales
dando lugar a la división social del trabajo, esto último inevitablemente lleva a la
construcción de ideas y representaciones de acuerdo a unos intereses comunes en la forma
jerárquica que va tomando esta división del trabajo, puesto que los intereses no tendrían
cabida, si no existiera la propiedad privada.
10
este ser en la medida que está soportado por la “falsa conciencia” 11
Pág 46
Por su parte Marx plantea cómo esta falsa conciencia se derrumba, al concebir
la idea de la extinción de las clases, así:
11
Slavoj, Z. (2003 ). El sublime objeto de la ideología. Argentina: Siglo XXI editores Argentina S.A. Pág.
46
11
“Toda esta apariencia según la cual la dominación de un determinada
clase no es más que la dominación de ciertas ideas, se esfuma,
naturalmente, de por sí, tan pronto como la dominación de clases en
general deja de ser la forma de organización de la sociedad; tan pronto
como, por consiguiente, ya no es necesario presentar un interés
particular como lo general o hacer ver que es "lo general" lo
dominante”12
12
Karl Marx & Friedrich Engels. (1970). La ideología alemana. Barcelona: EDICIONES GRIJALBO, S. A
Pág 53.
12
por tanto, entre otras cosas, también como pensadores, como
productores de ideas, que regulen la producción y distribución de las
ideas de su tiempo; y que sus ideas sean, por ello mismo, las ideas
dominantes de la época.” 13
Podemos decir así que si bien existe una ideología dominante que articula las
formas de interacción, consumo, creación entre otras formas de relacionamiento social.
Debido a la multiplicidad de información que transita por las redes, se estructuran
posiciones diferentes que se contraponen a los mecanismos circundantes para la
reproducción de la ideología y generan un tipo de resistencia “epistemológica”, ya se ve
hoy en nuestra realidad inmediata la generación de debates constantes frente a la ideología
occidental capitalista y se exige un reconocimiento espacial de cosmovisiones. Las redes
sociales aparecen como la herramienta en la que los jóvenes creamos relacionamiento
interpersonal y así mismo como lo reconocemos hoy se nos presentan múltiples eventos,
formaciones académicas, momentos de recreación que permiten hacer cuestionamientos
frente a las formas de poder y la ideología predominante, en palabras propias de Rocío:
13 Ibíd., Pág. 41
14 Ortíz, R. R. (2000). Cibercultura: metáforas, practicas sociales y colectivas en red. Nomadas - La
singuralidad de lo juvenil , 8-20.Pág. 3
13
“Representa un golpe a la episteme, a la razón moderna y a sus modelos
universales y eurocéntricos de conocimiento científico y, en
consecuencia, es una posibilidad de renovación de sus campos de saber
y poder puesto que atañe a diferentes niveles ontológicos,
epistemológicos y metodológicos de producción de conocimientos (...)
entre unos saberes locales y una acción política que no pasa –
exclusivamente– por las instituciones tradicionales, ni por sus
estrategias, programas y políticas de acción, sino por una comunicación
en red, por dispositivos digitales y móviles, blogs, y, en general, por los
espacios de interacción en Internet” 15
15 Ibíd., Pág 3
16
Robert, D. D. (2007). El arte de reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del
capitalismo total. Buenos aires , Editorial
Pág 87
14
kantiano y el sujeto neurótico freudiano dominantes del pensamiento establecido en la
modernidad hacia lo que él llama el sujeto “esquizoide” de la posmodernidad acrítico y por
lo tanto maleable para la reproducción de la ideología de quienes poseen las formas de
producir capital más avanzadas. Ahora lo característico de la modernidad en principio para
Dufour es la existencia de múltiples metarrelatos, que, al enfrentarse al sujeto, este asume
una posición crítica de decisión de uno estos metarrelatos como base de muchas de las
acciones cotidianas y así mismo el carácter impositivo y restrictivo termina generando una
sociedad neurótica con sentimiento de culpa.
“Antes, el sujeto era sujeto con referencia a tal Dios, o tal tierra o tal
sangre. Lo que le confería su ser de sujeto era un ser exterior a él. Con
la democracia, está heteroautoreferencia se transformó en una
autorreferencia. El sujeto mismo se ha convertido en su propio origen.
No obstante, esta referencia a uno mismo plantea muchos problemas.
¡Probablemente más de los que resuelve! Tal vez para el hombre fuera
doloroso descubrir que sólo podía ser sujeto, estando sujeto a una
ficción, pero probablemente sea más penoso aún encontrarse sin ficción:
el riesgo que se corre es el de dejar de ser sujeto.” 17
Como el autor nos presenta la realidad evidente que hoy se vive en torno al
exceso de producción de mercancías, hace parte de una ideología basada en el discurso de
la libertad, la subjetividad; que encuentra provechoso las crisis de la estructura simbólica
de los objetos, otra forma de análisis es denotar que la dinámicas y lógicas implementadas
por el capitalismo termina llevando de forma inevitable a que los objetos pierdan el valor
simbólico y posean un valor de mera mercancía, ahora teniendo en cuenta que la ideología
dominante se articula para determinar las formas de vida del común nos encontramos
17 Ibíd., Pág. 83
15
permeados de esta concepción ideológica de consumo particular e intersubjetivo para
llegar a la felicidad y de un progreso material constante como medio para lograrlo.
16
Ilustración 1. Collage de publicidad. Fuente Autores. Imágenes tomadas de Google.
17
De esta forma, el estadio de desarrollo superior hasta ahora conocido, el
capitalismo, cobija dentro de sí la división de la sociedad en dos clases: quienes ostentan
los medios de producción y una gran masa relegada de individuos, caracterizados por la
desposesión, condenados a ser dueños exclusivamente de su obligación de trabajar. Pero el
trabajo que realizan no significa para ellos el disfrute y aprovechamiento de sus
capacidades, es un trabajo preconcebido por la clase poseedora en donde las actividades a
realizar están diseñadas en función de una mayor producción. Se ha dividido el trabajo en
pequeñas actividades que distancian aún más al sujeto del producto realizado, lo reducen a
ser simplemente un eslabón en la cadena productiva.
En lo anterior señala Marx aspectos de vital importancia, por una parte, la creciente
dependencia de la masa relegada al “humor de los ricos”, esto es, queda supeditado a sus
decisiones y sus caprichos, además, a las relaciones que sostienen entre diferentes
individuos de la clase dueña de los medios de producción y que determina los precios de
los productos en el mercado, hecho que condiciona también la forma en la que el obrero se
involucra con el mercado. Por otra parte, ya en las primeras páginas de sus manuscritos
económicos y filosóficos, anticipa Marx que dado que su trabajo no les pertenece, se
despojan los obreros así mismo de su realización espiritual, puesto que en la actividad
humana por excelencia, la producción de los medios de vida, no encuentran más que
esclavitud. Sin embargo, nos proponemos llegar nuevamente sobre este punto luego de
recorrer un camino ciertamente más extenso pero que permitirá dilucidar mejor tal
concepción. Suficiente es por lo pronto, para empezar la ruta, acercarnos a la separación
del obrero con el producto de su trabajo:
18
Marx, K. (1968). Manuscritos económicos y filosóficos. México D.F: Grijalbo S.A. pag. 18
18
“El obrero deposita su vida en el objeto; pero, una vez creado éste, el
obrero ya no se pertenece a sí mismo, sino que pertenece al objeto. Por
tanto, cuanto mayor sea esta actividad, más carente de objeto será el
obrero. Lo que es el producto de su trabajo no lo es él. Por consiguiente,
cuanto mayor sea este producto menos será él mismo. La enajenación
del obrero en su producto no sólo significa que su trabajo se convierte en
un objeto, en una existencia externa, sino que esta se halla fuera de él,
es independiente de él y ajena a él y representa frente a él un poder
propio y sustantivo, que la vida que el obrero ha infundido al objeto se
enfrenta a él como algo extraño y hostil.”19
19
Ibid., 75 – 76
20Ibid., 77 – 78
19
Así entonces, podemos afirmar que el producto es, en últimas, la consecuencia del
trabajo enajenado, la expresión objetivada del distanciamiento que existe entre el obrero y
el acto de la producción. Empero, hasta este punto sólo hemos exhibido, a través de las
palabras del mismo Marx, dos aspectos del trabajo enajenado, nos resta una tercera
determinación de él, que servirá para consolidar la condición de extrañamiento de los
individuos de su principal actividad vital y por lo tanto, de su propio ser.
21
Mantilla, L. T. (2014). La sociología en el Capital de Karl Marx. Bogotá D.C.: Universidad Nacional de
Colombia. Facultad de ciencias humanas. Departamento de sociología. Pag 512.
20
“La relación directa, natural y necesaria entre dos seres humanos es la
relación entre el hombre y la mujer. Esta relación natural entre los
sexos lleva implícita directamente la relación entre el hombre y la
naturaleza; es, directamente su propia determinación natural. En esta
relación se manifiesta, por tanto, de un modo sensible, reducido a un
hecho palpable, hasta qué punto la esencia humana se ha convertido en
la naturaleza del hombre, o la naturaleza en la esencia humana.
Partiendo de esta relación se puede juzgar, pues, todo el grado de
cultura a que el hombre ha llegado. Del carácter de esta relación se
desprende hasta qué punto el hombre ha llegado a ser y a concebirse
como un ser genérico, un hombre; la relación entre hombre y mujer es la
relación más natural entre dos seres humanos. Y en ella se manifiesta,
asimismo, en qué medida la actitud natural del hombre se ha hecho
humana se ha convertido para él en esencia natural, en qué medida su
naturaleza humana ha pasado a ser su propia naturaleza”22
22
Marx, K. (1968). Manuscritos económicos y filosóficos. México D.F: Grijalbo S.A. Pags 113 – 114.
23
Mantilla, L. T. (2014). La sociología en el Capital de Karl Marx. Bogotá D.C.: Universidad Nacional de
Colombia. Facultad de ciencias humanas. Departamento de sociología. Pag 513.
21
“La vida genérica, tanto en el hombre como en el animal, consiste
físicamente, de una parte, en que el hombre (como el animal) vive de la
naturaleza inorgánica, cuanto más universal sea el hombre, como el
animal, tanto más universal será el campo de la naturaleza inorgánica
de la que vive. Del mismo modo que las plantas, los animales, los
minerales, el aire, la luz, etc., son, teóricamente, una parte de la
conciencia humana, en parte como objetos de la conciencia natural y en
parte como objetos del arte – su naturaleza orgánica espiritual, sus
medios espirituales de vida, que el hombre tiene que encargarse de
preparar para disfrutarlos y asimilarlos –, constituyen también,
prácticamente, una parte de la vida y de la actividad del hombre.
Físicamente, el hombre sólo vive de estos productos naturales, ya se
presenten bajo la forma de alimento o de vestido, calefacción, vivienda,
etc. La universalidad del hombre se revela de un modo practico
precisamente en la universalidad que hace de toda la naturaleza su
cuerpo inorgánico, en cuanto es tanto 1) un medio de vida como 2) la
materia, el objeto y el instrumento de su actividad vital.”24
22
convierte ésta, en su abstracción, en fin de aquella, también bajo su
forma abstracta y enajenada”25
Para, finalmente, poder dar forma al camino que decidimos emprender para
comprender la enajenación del hombre, es un imperativo vislumbrar cómo se caracteriza
género del hombre, qué lo distingue de los animales y de la naturaleza misma. Al situarnos
sobre la característica fundamental del género, aquel del que se ha desprendido, podremos
asumir completamente, la inmensa magnitud de la afectación que tiene sobre el ser
humano. Exposición que dejó consignada en las páginas de sus manuscritos Marx, de la
siguiente forma:
25
Ibid., 80
26
Ibid., 81
23
la necesidad de conservación de la existencia física. Pero la vida
productiva es la vida de la especie. Es la vida engendradora de vida. El
tipo de actividad vital lleva en sí todo el carácter de una species, su
carácter genérico, y la actividad libre y consciente es el carácter
genérico del hombre. La vida misma aparece solamente como medio de
vida.”27
Así las cosas, la actividad propia del género humano, que le ha sido arrebatada, es
la forma mediante la cual se separa a la clase obrera de su ser genérico. Su conciencia
sobre la actividad vital es otorgada a quien ahora es el dueño de la actividad, la clase
burguesa, que luego se encargaría de situar en el obrero su propia conciencia, ejerciendo
en el obrero la función de una falsa conciencia, de la cual no podrá liberarse hasta llegar a
un estado de cosas que le permita encontrar la autoconciencia, haciendo parte de su clase,
del proletariado, de acuerdo con Marx, el camino para llegar a este punto deberá ser la
revolución.
En los dos subtítulos anteriores hemos procurado establecer, evocando las palabras
de Marx y apoyados en la guía de la socióloga Luz Teresa Gómez, el concepto del trabajo
enajenado, de vital importancia dentro del análisis de la sociedad que realizó Karl Marx.
Ahora bien, el filósofo alemán estableció sus resultados con base en la observación de la
sociedad de su época y las relaciones de producción que se configuraban de la mano del
capitalismo naciente. Nuestra tarea consiste ahora en hacer una revisión de sus resultados
situados en nuestra época, en la manera como jóvenes de distintas regiones del planeta, sin
hacer distinción de sexo, cultura, idioma, etc., se encuentran en la misma situación de
enajenación que los jóvenes hace más de un siglo, para ello, tomamos como punto de
partida, la premisa, adoptada de nuestra socióloga guia Luz Teresa Gómez, en la que se
expresa que hoy, tanto como en la época de Marx, gran parte de los hombres y las mujeres
continúan sometidos a la misma dinámica capitalista en la cual se evidencia igual la
enajenación y la dominación ideológica a través de la imposición de una falsa conciencia:
27
Ibid. 80 - 81
24
Marx veía cómo, en la sociedad de su tiempo, la necesidad de los
hombres de trabajar obedecía al mero ejercicio de la supervivencia. Su
actividad estaba limitada a reproducirse como hombre; como clase,
sumergía al hombre en un estrecho mundo en el que no lograba
acrecentar sus verdaderas capacidades. Así no podía desarrollar sus
facultades como ser humano. Para Marx el hombre del siglo XIX – y me
atrevo a decir que también el hombre de hoy – se encuentra envuelto aún
en una lógica de acumulación que lo enajena y le hace perder la
conciencia de sí mismo y de su verdadera esencia humana”28
Empero, para cumplir esta tarea no estamos solos, lo haremos apoyados en varios
autores que de una forma u otra han estado cerca de las tesis propuestas por Marx y que
siendo hijos de este tiempo han buscado en su consejo una forma de interpretar el actual
estado de cosas en la sociedad. Considerando la robustez en el conjunto de autores que se
han adscrito a Marx como guía para el análisis de la sociedad. Es preciso limitarnos a
involucrar los postulados teóricos de un reducido grupo cuyo mensaje consideramos de
gran importancia para incorporar en nuestro acercamiento a Marx. Así como SlavojZizek y
Robert Dufour, que ya han sido involucrados en el desarrollo de este trabajo, se consideran
también autores como Richard Sennett y Enrique Gil Calvo, a través de quienes podemos
detallar el comportamiento de la sociedad sumergida en las formas del capitalismo
contemporáneo.
28
Mantilla, L. T. (2014). La sociología en el Capital de Karl Marx. Bogotá D.C.: Universidad Nacional de
Colombia. Facultad de ciencias humanas. Departamento de sociología. Pags 518 – 519.
25
redes de comunicación, la informática y el avance tecnológico, la sociedad está siendo
convocada a un nuevo cambio, dando paso a lo que muchos denominan como la
postmodernidad. Así nos lo presenta Carlota Solé:
26
segunda mitad del siglo XX, pensadas y elaboradas en virtud de su
potencial aplicabilidad más o menos inmediata, por un lado; y por otro,
el escepticismo ideológico y político ante la capacidad emancipadora de
la ciencia y las técnicas modernas, (…) La reacción ante esta evidencia
tomará, a nivel individual, visos de extremo narcisismo, hedonismo,
cinismo o nihilismo. Es fruto de la intuición de irrealidad del bienestar y
paz social garantizados por resultados de aplicación de la tecnología en
las sociedades industrializadas (capitalistas). Olvidados los ideales de la
ilustración sobre la igualdad, la libertad y la justicia, basados en el
poder de la razón, los ciudadanos de occidente dudan de la revolución
tecnológica y sus resultados positivos, pero no actúan para salir de su
duda.”30
Vale decir en este punto que Carlota Solé nos propone argumentos válidos para
considerar el desarrollo de los sujetos en la sociedad contemporánea, y que a nuestro
juicio, podría ella ser bien complementada con la argumentación de Zizek expuesta en la
primera parte de este documento, en donde se afirma que el efecto de los cambios abruptos
en los individuos y que tiene como consecuencia la creación de personalidades hedonistas
y narcisistas, entre otras, sitúa al mercado en la escena con un papel protagónico, pues los
individuos recurren a este para cumplir los deseos inherentes a sus nuevas personalidades,
volveremos sobre este punto nuevamente.
30
Ibid., 212 - 213
27
por la actividad poco incitante, a crear un carácter, una personalidad duradera que se
mantenía junto a él de la misma forma que él se mantenía ligado a su empleo. Esto no
sucede en la forma contemporánea del capitalismo, denominado por Richard Sennett en su
libro La corrosión del carácter como capitalismo flexible, en esta nueva concepción, el
desmesurado ritmo de avance de la tecnología promueve el cambio frecuente de actividad
para el obrero, que debe constantemente readaptarse a sus labores o sencillamente, cambiar
de empleo. Así lo expone Sennett:
Pero este capitalismo flexible no impone sobre los jóvenes solamente la necesidad
de resiliencia laboral, si se nos permite la expresión, así mismo, se deben modificar
algunos aspectos de la personalidad para armonizar los intereses personales con el empleo
al que deban someterse, tanto así, que este pensamiento se ha interiorizado en la sociedad y
tal como el capitalismo avanza, los individuos tienen expectativas frecuentes de cambio. El
capitalismo flexible contempla un mercado individualizado (parafraseando así lo
consignado de Zizek más atrás en el documento) en el que este tiene respuestas
particulares para las diferentes personalidades que se van creando constantemente, Sennett
nos dice:
28
Harrison cree que la fuente de dicha avidez de cambio es el “capital
impaciente”, el deseo de un rendimiento rápido; por ejemplo, el tiempo
medio de mantenimiento de las acciones en las bolsas británica y
americana ha bajado en un 60% en los últimos 15 años. El mercado cree
que el rendimiento rápido se genera mejor si se instaura un rápido
cambio institucional.”32
Por otra parte, no es el cambio en las condiciones del trabajo el único factor con
injerencia en el cambio de los individuos, si nos decidimos a coincidir con Carlota Solé en
la visión del cambio de época, dejando al margen la discusión de la transición a la
postmodernidad o cualquier otra conceptualización que tenga la etapa siguiente, sin duda
32
Ibid., 21
33
Gil C, E. (2001). Nacidos para cambiar. Bogota D.C.: Taurus. Pag 7
34
Ibid., 13
29
estamos evidenciando un cambio en el modo de producción que ahora está sentado
totalmente sobre la necesidad de avances tecnológicos e informáticos que reduzcan los
tiempos de producción. Marx nos señalaba que tales cambios no se dan solamente en el
campo económico, estos abarcan espacios mucho más amplios de la sociedad, Luz Teresa
Gómez nos dice:
Finalmente, sujetos que están sumidos en una ideología de mercado, que los
impulsa a ser consumidores dinámicos, que no ofrece para ellos la certidumbre de una
actividad estable a partir de la cual puedan proyectarse, profesional y personalmente, sino
que los empuja hacia salidas que en el pasado se consideraron inviables, en dónde el
avance de la tecnología asombra hasta a los nacidos bajo su seno, como dice Gil Calvo:
35
Mantilla, L. T. (2014). La sociología en el Capital de Karl Marx. Bogotá D.C.: Universidad Nacional de
Colombia. Facultad de ciencias humanas. Departamento de sociología. Pag 517.
36
Ibid., 518
30
La metamorfosis digital convertirá las biografías en afortunados
laberintos de la felicidad, donde nómadas venturosos navegarán en
círculos virtuales vagando a placer por los meandros de su vida, sin otro
motor en su cuerpo ni más viento en sus velas que la búsqueda del
cambio constante y el aprendizaje continuo como nueva piedra
filosofal.”37
Para terminar…
37
Gil C, E. (2001). Nacidos para cambiar. Bogota D.C.: Taurus. Pag 20
31
dinámico e individualista en la sociedad, entonces las rápidas transformaciones en el
pensamiento exigen un acople material que es consumido de forma contradictoria en forma de
mercancía sin sentido.
BIBLIOGRAFÍA
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