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Siglo XVII
Trabajo Practico n°3
Provincia de Buenos Aires.
Dirección General de Cultura y Educación.
Región XXIV
Distrito: 25 de Mayo.
Instituto Superior de Formación Docente y Técnica n° 28
Carrera: Matemática
Curso: 3° año
Ciclo electivo: 2015
Profesora: Antonini Estela
Espacio: Historia de la Matemática
Alumna: Herrera Brenda Denise.
Índice
Introducción_______________________________________________________________pág.2
Siglo XVII__________________________________________________________________pág.3
Bibliografía________________________________________________________________pág.24
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Introducción
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Sin embargo, el acontecimiento matemático más importante del siglo XVII fue, sin lugar a dudas, el
descubrimiento por parte de Newton de los cálculos diferencial e integral, entre 1664 y 1666.
Newton se basó en los trabajos anteriores de dos compatriotas, John Wallis e Isaac Barrow, así
como en los estudios de otros matemáticos europeos como Descartes, Francesco Bonaventura
Cavalieri, Johann van Waveren Hudde y Gilles Personne de Roberval. Unos ocho años más tarde, el
alemán Gottfried Wilhelm Leibniz descubrió también el cálculo y fue el primero en publicarlo, en
1684 y 1686. El sistema de notación de Leibniz es el que se usa hoy en el cálculo.
Siglo XVII
Nos encontramos en primera instancia con François Viète (Vietta, 1540-1603), El príncipe de los
aficionados. Jurista y relator del Consejo de Estado, publicó un libro notable: “Canon
mathematicus“, que se trata de una tabla de funciones trigonométricas, con acertada exposición,
tan clara, de los teoremas, que hace pensar ya en la futura notación algebraica del autor. Calculó π
con diez decimales exactos, desarrolló las sucesiones por recurrencia, en trigonometría esférica
estableció las analogías de Neper. Pero sin duda Vietta es famoso por su “Logística Especiosa“, o
arte del cálculo sobre símbolos o especies, que representan magnitudes indiferentemente
geométricas o aritméticas.
Subdividió el análisis en tres partes fundamentales. La zetética, o arte de encontrar los problemas,
consiste en adoptar un simbolismo que permita anotar todas las magnitudes desconocidas al igual
que las conocidas, así como expresar las relaciones que las unen y obtener de ellas la ecuación que
resume el problema propuesto. El análisis porístico que estudia, transforma y discute aquella
ecuación. Y la exegética, o análisis rético, vuelve al problema concreto, resolviendo la ecuación ya
por construcciones geométricas, ya por cálculos numéricos. Estos términos, no han cuajado en la
terminología actual, pero sin duda influyeron, y de qué modo, en el desarrollo de las Matemáticas,
el álgebra ya se puede considerar simbólica. Todos los trabajos de los algebristas del siglo XVII,
aclararon sus técnicas por el nuevo método de Vietta, con lo cual permitió que surgiera una teoría
de las ecuaciones algebraicas que ha tenido una importancia fundamental.
La notación queda fijada prácticamente como la actual, siempre letras minúsculas, con las últimas
del alfabeto reservadas para las incógnitas, y la notación exponencial de Stevin y Bombelli. Los
principios esenciales quedaron expuestos así:
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1) En cada ecuación puede haber tantas raíces cuantas dimensiones tiene la magnitud
desconocida.
2) Se ve, entonces, que la suma de una ecuación que contiene varias raíces puede ser siempre
dividida por un binomio compuesto de la cantidad desconocida menos el valor de una de las raíces
verdaderas (positivas), cualquiera que sea ésta, o más el valor de una de las falsas (negativas),
medio por el cual se disminuyen sus dimensiones (grados).
3) Se ve también cuántas raíces verdaderas y falsas pueden haber en cada ecuación. A saber,
tantas verdaderas cuantas veces se encuentren cambiados los signos +, y -, y falsas cuantas veces
se sigan dos signos + o dos signos -.
4) Es fácil conseguir cambiar las soluciones falsas por verdaderas y las verdaderas por las falsas,
basta cambiar los signos de los términos de dimensiones pares.
5) Este modo de cambiar las raíces de la ecuación sin conocerlas nos permite quitar el segundo
miembro de la ecuación que se examina...
6) Se puede, aumentando con una cantidad suficiente, hacer que todas las raíces de una ecuación
sean verdaderas.
7) Se puede dividir el valor de las raíces de una ecuación por toda cantidad conocida que se quiera.
8) Por lo demás, ni las raíces verdaderas ni las falsas son todas reales, sino que algunas veces son
imaginarias... y si la ecuación es de magnitud impar siempre tiene una real, y no hay forma de que
las imaginarias se hagan reales.
9) Por último Descartes indica cómo pueden hallarse las raíces racionales de una ecuación con
coeficientes en Q.
Se trata pues de un verdadero resumen de la situación del estado de la teoría hasta entonces, con
muchos ejemplos, no todos ellos, obra de Descartes. Nótese que muchas de las ideas estaban ya
en la obra de Girard, Peletier, Cardano, etc...
En cuanto a la resolución efectiva de las ecuaciones, Vietta había dado en 1600 un método de
resolución numérica aproximado, que posteriormente fue perfeccionado por sus discípulos
ingleses Harriot y Oughtred, y que posteriormente dio origen al método de aproximación de
Newton, utilizado todavía hoy.
La aplicación del análisis de Vietta a la Geometría consiguió un éxito brillante con la creación de la
Geometría analítica por Descartes y Fermat, hacia la misma época y uno independiente del otro.
Emplearon la nueva “logística especiosa" para el análisis de los lugares geométricos, en particular
para las cónicas.
Fermat, en principio estudió a los alejandrinos e intentó por su cuenta el estudio de los lugares
planos de Apolonio. Adoptó el estilo de Vietta, es su estilo el de nuestra Geometría analítica. Su
émulo Descartes, se llevó guiado por sus meditaciones internas y solicitudes externas a estudios
del trazado de curvas de todo tipo, soñando en extender la Geometría por esa línea de problemas
“no sólidos“, los cuales se consideraban “cuasi-geométricos.”
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Su pasión por la óptica le llevó al estudio profundo de las secciones cónicas y le permitió el
descubrimiento de las leyes exactas de refracción, influenciado sobre todo por Kepler. También
Clavius, le llevó a la búsqueda de soluciones geométricas de las ecuaciones de grado superior a
dos. Estamos, pues, ante la evidente influencia de Vietta, y el análisis exegético geométrico, que
posteriormente se llamaría “efección de las ecuaciones“, mundo a donde se lanzaron todos los
matemáticos de la época, hasta Sluse (1622-1685). Pero Newton paró el carro, en el sentido de
que el estudio por esa vía era, a todas luces, insuficiente y ante todo habría de ser preliminar la
separación y acotación de las raíces, indicando asimismo Newton que la búsqueda de resultados
más precisos competía al Cálculo Numérico.
Hacia 1632, Golius propuso a Descartes el llamado Problema de Pappo. Descartes lo resolvió en
tres semanas, demostrando, pues, la excelencia de su técnica, y algo más importante: la definición
precisa y correcta de sus curvas geométricas. Las curvas geométricas de Descartes son aquellas en
las que las dos coordenadas, x e y, se encuentran relacionadas por una ecuación algebraica P(x,
y)=0.
Descartes comprobó que es posible construir cada punto de esas curvas, cualquiera que sea su
abscisa, por una serie de infinitas efecciones de ecuaciones algebraicas de grados cada vez más
elevados. Construcción que le resultó imposible en las curvas que llamó “mecánicas“, y que
Leibniz llamará “trascendentes” por considerar que estas curvas no dependían de la Geometría
analítica.
En 1621, Bachet de Méziriac, ofreció la primera versión latina de las Aritméticas de Diofanto con
un extenso comentario. También había sido difundida la obra de Diofanto por Xilander (1575),
Stevin y Girard, (en Francia), Bombelli, en su Algebra, e incluso Clavius, en su Algebra de 1608.
Pero el gran maestro en la materia era Fermat. Sus profundas observaciones sobre Diofanto,
escritas en los márgenes de su ejemplar de Bachet, que fueron salvadas del olvido gracias a su hijo
Samuel, permitió a los algebritas de la época ejercitar su sagacidad y afinar sus métodos, con lo
cual no puede despreciarse su influencia en el posterior Cálculo Infinitesimal de los hermanos
Bernouilli. Se puede decir que Fermat, fue el creador de la “Teoría de los números“. Con los
descubrimientos tan importantes como:
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No se conserva ninguna demostración de Fermat. Tal vez, ni él tuviera ninguna de ellas, como
ocurre con el teorema mayor, que ha sido uno de los mayores misterios de las matemáticas hasta
nuestros días. Más, el camino que propuso Fermat fue cultivado posteriormente por grandes
matemáticos, como Euler, Lagrange,...., Vinogradov.
Desargues (1591-1661) fue un matemático original que abrió de par en par las puertas de la
Geometría pura. Si antes fueron Gregorio de Saint-Vincent, Cavalieri y Mydorge, siguiendo los
pasos de Apolonio, los que enriquecieron la teoría con importantes resultados, Desargues hizo
algo más, ideó una nueva técnica geométrica, la Geometría Proyectiva. La publicación de sus ideas
en lengua francesa, perjudicó gravemente el desarrollo y propagación de sus nuevas líneas por lo
que tuvo escasos seguidores, pero, eso sí, muy buenos, entre los cuales podemos citar a Pascal, y
a Philippe de la Hire. Pascal se proclamó seguidor de Desargues, halló el teorema que lleva su
nombre referente a los hexágonos inscritos en una cónica y obtuvo de él una teoría completa de
esas curvas.
Philippe de la Hire, fue mucho más un divulgador que un matemático, lo cual hizo que las ideas
del maestro no se perdieran. Aunque no pudo evitar el avance imparable de la Geometría Analítica
y de los métodos infinitesimales, por lo menos mantuvo la llama viva hasta la llegada de Monge.
Destaca en las ideas de Desargues el concepto de punto en el infinito sobre una recta, la
subsecuente identificación de un haz de rectas paralelas y un haz de rectas concurrentes y la del
cono y cilindro, así como la teoría de la involución sobre una recta y el “Teorema de Desargues“,
que aquí resulta para un haz puntual de cónicas, y que se da también en él el teorema sobre los
triángulos homológicos.
Comenzamos con la figura de John Napier of Merchiston, (Neper 1550-1617), barón escocés, que,
consecuente con su idea de simplificar los cálculos trigonométricos, reconsideró la vieja idea de
comparar las progresiones aritméticas y geométricas, idea que desarrolló y logró presentar y
traducir en cálculos efectivos.
Escribe Neper: “El logaritmo de todo seno es un número que expresa con gran aproximación la
línea que aumenta uniformemente en tiempos iguales, mientras que la línea del seno total
disminuye proporcionalmente en este seno; los dos movimientos se producen al mismo tiempo, y,
al principio, con la misma velocidad...”.
Vemos que la definición de Neper se refiere a senos, mitad de cuerdas, pues él aspiraba
esencialmente a un objetivo práctico: la de facilitar los cálculos trigonométricos, y más
exactamente los cálculos astronómicos. La función logaritmo, que aquí es sin duda un
anacronismo, pues fue Leibniz el que introdujo el término función, viene introducida por primera
vez en la historia de las matemáticas, por medio de una ecuación diferencial. Llamando R al radio
del círculo, o seno total, x al seno estudiado e y a su logaritmo en el sentido de Neper, se tiene y =
0 para x = R, y se verifica que dy = -(R/x) dx. Esto nos da la relación entre los primeros logaritmos
de Neper (el término actual logaritmo neperiano, fue introducida por Lacroix):
y = R.ln(R/x).
Si bien la idea misma de logaritmo no pueda atribuirse a Neper, la idea genial de introducirla por
medio del movimiento, y aquella definición diferencial, sí se deben a él, y le convierten en unos de
los matemáticos más profundos de la época. Neper construyó la tabla de logaritmo, objetivo que
perseguía, usando R = 107, y con interpolaciones muy ingeniosas, pero tenía algunas dificultades
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en los cálculos prácticos. Aquí entra en juego un magnífico calculista y matemático, Briggs, que
tras aconsejarse con el propio Neper, calculó otra tabla de logaritmo donde el logaritmo de la
unidad era 0 y el de 10 era 1. Así, realizó el cálculo de los logaritmos decimales llamados
“vulgares“, para los 31000 primeros números y con 14 decimales, en el libro, sin duda el más
vendido y esperado de la época, “Mirifici logarithmorum canonis descritio“,1614. Hasta 1631 se
imprimieron gran cantidad de obras de ese tipo, y destaca la realizada por Bürgi, impresa en Praga
en 1620 pero calculada en 1603 -11, por tanto independientemente de Neper, donde se tiene
presente la tabla de antilogaritmos. También destacamos las de John Speidell, Kepler, Briggs,
Edmund Gunter (inventor de la regla de cálculo), Vlacq , y Denis Henrion.
Entre las aportaciones del siglo también hay que destacar el análisis combinatorio, y de nuevo a
Fermat, que dio la formula en 1636, de los números figurados, lo que ahora llamamos los números
combinatorios, a saber: Cnp=n(n-1)... (n-p+1)/p! La demostración, por inducción completa se debe
a Pascal. Por cierto que la técnica de demostración por inducción completa, era explotada por
Arquímedes, Maurolico, Bachet, pero alcanzó su clímax con Jacques Bernouilli. También se
encontraba en el ambiente los problemas sobre “cuadrados mágicos“, donde también destacó
Fermat, y Frénicle de Bessy, (1605-1675), el cual también influyó en la teoría de números. En el
cálculo de probabilidades, en el cual ya se citó a Pacioli, Cardano, Galileo, nació verdaderamente
en el curso de una correspondencia entre Pascal y Fermat. Los métodos del maestro Fermat, eran
sin dudas superiores a los de su émulo Pascal, mas no por ello deja en entredicho la obra y la
aportación de Pascal. Puesto en conocimiento de la correspondencia Huygens, se interesó por el
tema y publicó, en 1657, el primer tratado de cálculo de probabilidades, “De ratiociniis in ludo
aleae “.
Debemos resumir lo que el siglo XVII nos ha aportado, a saber: el análisis especioso de Vietta, del
que salieron como por arte de magia, la teoría de las ecuaciones algebraicas y la Geometría
analítica, los logaritmos y la teoría de números, pero queda la obra más impresionante, el análisis
infinitesimal, con sus dos ramas, en principio distintas -el cálculo diferencial y el cálculo integral
que no hallarán su estrecho lazo ni sus mismas denominaciones hasta la llegada de los monstruos:
Leibniz y Newton.
De nuevo nos encontramos con Fermat, hacia 1630, se encontró en posesión de una regla para la
determinación de los puntos extremos de las funciones algebraicas. Ya Kepler en su “Stereometria
doliorum“: afirmó que en la proximidad de un máximo o un mínimo de cierta magnitud, se
obtienen variaciones insensibles. Fermat aplica un método basado en las tangentes, buscando
aquellas que se comportan en los extremos como una línea horizontal, es decir de pendiente nula.
Descartes, en cambio, basó su estudio en las rectas normales a la curva, tal vez, por su gran afición
a la óptica. Tenemos que decir dos cosas, primero que de nuevo los métodos de Fermat son
superiores a los de Descartes, y segundo, que Descartes en su estudio de las normales le llevó a la
creación de los óvalos, las primeras curvas definidas paramétricamente.
Mientras que Descartes y Fermat trataron el problema de la tangente por medios algebraicos,
Roberval, utilizó un procedimiento cinemático, para ello consideró la dirección del vector
velocidad, dirección que obtuvo por la descomposición del movimiento del móvil sobre la curva
trayectoria, en otros dos. Sin embargo sólo trató el tema de un modo puramente geométrico y se
quedó a un paso de lo que hoy conocemos por expresiones paramétricas de x’ e y´. Torricelli, tuvo
ideas próximas a la de Roberval, y que luego inspiraron a Barrow en sus Lectiones geometricae del
año 1670. Nos encontramos pues a las puertas de Leibniz.
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Los orígenes del cálculo integral los encontramos en Arquímedes, y la verdad es que en Occidente
muy poca gente se interesó por su obra; sólo en el siglo XVI nos encontramos a alguien que
comprendió las ideas de Arquímedes. Nos referimos a Lucas Valerio, que publicó sus
investigaciones sobre centros de gravedad. Continuaron la obra otros autores entre los que
destaca, Cavalieri, con su célebre libro, “Geometría de los indivisibles“, también Kepler propuso
trabajos en el mismo sentido, y Gregorio de Saint-Vincent; al pobre se le quemaron sus papeles en
el incendio de Praga, y su “Opus geometricum quadrature circuli et sectionum coni“, no apareció
hasta 1647, tarde y mal, por la desgraciada “demostración“ de la cuadratura del círculo, que tanto
empañó su trabajo. Guldin (1577-1643) jesuita austríaco, debe su celebridad gracias a sus
teoremas sobre volúmenes y áreas de los cuerpos de revolución en relación con los centros de
gravedad de placas y curvas planas, aunque estos resultados se encontraban ya en Pappo.
Hay algo en común en todos estos autores: ellos creían que estaban innovando, creando y
superando a Arquímedes, (no lo hicieron, por el momento), y para colmo se achacaban de plagio
unos a otros. Pero, comienzan a aflorar nuevos resultados, como por ejemplo, en notación
moderna: ò0a xm dx = (m+1)-1 a m +1, que se estableció para m, 1 y 2, casos que Arquímedes ya
tenía, y posteriormente, para 3 y 4, por parte de Cavalieri. Y a partir de aquí, por parte de
Torricelli, Wallis, Fermat se extenderían sucesivamente para todo valor entero positivo así como
los racionales positivos y negativos, menos uno, que se resistía, el caso de la cuadratura de la
hipérbola de Apolonio, es decir, el caso, m = -1. Saint-Vincent, fue el primero en relacionar este
caso con la nueva teoría de los logaritmos, suposición que resultó correcta, lo que iba a poner de
manifiesto su discípulo Sarasa. Estos éxitos lograron que la nueva teoría de los indivisibles se
atreviera con otro tipo de problema, la rectificación de arcos y un nuevo “instrumento“: las
cuadratrices de Roberval. Instrumento que pone de manifiesto la relación de la determinación de
las tangentes y las áreas, con lo cual se demuestra la gran superioridad de las ideas de los
indivisibles de Roberval sobre las de Cavalieri. Torricelli, se aprovechó y contribuyó a su
desarrollo, y fue el gran instrumento de integración antes de los descubrimientos de Newton y
Leibniz. James Gregory, con su uso pudo obtener el descubrimiento de la serie:
1 - 1/3 + 1/5 - ... = p / 4.
El problema de determinar las curvas por sus propiedades tangenciales, ocupó buen tiempo para
sus trabajos sobre óptica a nuestro amigo Kepler. Él quería encontrar la llamada “anaclástica“, la
curva tal que los rayos paralelos que se refractaran en ella converjan en un mismo punto; halló el
sentido de su concavidad y mostró que admitía una asíntota, más no pudo concluir que fuese la
hipérbola de Apolonio. Fermat con el mismo espíritu, intentó determinar el centro de gravedad de
parábolas y paraboloides de revolución, con resultados similares. Roberval viene a poner el dedo
en la llaga, pues vio la relación del problema del cálculo del área y de la determinación de la
tangente.
En cuanto a cálculo numérico, se tardará en encontrar otra mente tan rápida como la de John
Wallis. Fue el primero que probó que las razones racionales dan origen a fracciones periódicas y
las irracionales, a fracciones no periódicas. Dio su célebre desarrollo en producto infinito de 4/p.
Pero si hay que agradecerle algo, éste algo, es el de las series convergentes, término que viene del
mundo de la óptica y se lo dio James Gregory, que era óptico. Autores que se vieron implicados en
el asunto, a parte de los citados, podemos enunciar a Mengoli, profesor de Bolonia, a Nicolás
Mercator (Kauffman), el cual fue el primero en desarrollar en serie geométrica 1/(1+x), y después
integrarla término a término, por los métodos de Wallis.
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Tanto éxito tuvo el método que los grandes de la época lo desarrollaron al máximo nivel, estamos
ya en el plano de Newton y Leibniz. Newton, no sólo desarrolló en serie todas las potencias de los
binomios del tipo (1+x), Que, por cierto, llevan su nombre, sino que además logró el desarrollo de
funciones como, el arco seno, seno, coseno, etc., ....Ya se está oliendo el cálculo infinitesimal
clásico. Tenemos que darnos antes una vuelta por los Países Bajos, concretamente por los estudios
de uno de los genios de la humanidad, Huygens (1629-1695), que se propuso, entre otras
innumerables cosas, adaptar el péndulo al ajuste de relojes, y se encontró de golpe con lo que más
tarde llamaremos funciones elípticas, y concretamente a la integral: ∫0h (z (h-z))-½ dz; la cual
traduce el isocronismo perfecto. ¿Cuál sería entonces la trayectoria que suministraría
rigurosamente esa integración? La respuesta estaba en lo que se llamó el desafío de Pascal sobre
la “roulette“, curva que da inmediatamente la solución, la cicloide. Tal vez la curva más estudiada
del siglo XVII. Bueno, ya tenemos a Huygens con su curva isócrona, pero ahora necesitaba hallar la
forma de las plaquitas que regulan la longitud del hilo para que la masa del péndulo simple
describiera efectivamente la cicloide. Se vio llevado al estudio de las evolutas y desarrolladas,
teoría fundada por él y llevada hasta las últimas consecuencias. Determinó las evolutas de las
cónicas, mostró que la evoluta de una curva geométrica es a su vez geométrica y rectificable
algebraicamente, y que la de la cicloide es una cicloide igual.
Dos hombres, Newton y Leibniz, cargando con toda la herencia del siglo, van a hacer su síntesis y a
obtener de ella cálculos nuevos y poderosos. Newton fue alumno de su amigo y predecesor en su
cátedra Lucasiana de Cambridge, de Barrow (1630-1677), este fue un hombre de gran cultura
clásica, dando excelentes compendios de los matemáticos griegos, y en su “Lectiones
geometricae" puso de manifiesto la relación existente entre el problema inverso de las tangentes y
las cuadraturas. Todo pasó a Newton, tanto el saber clásico como el de sus contemporáneos.
Emulo de Descartes, en su “ Arithmetica universalis “, donde desarrolla las técnicas de la
Geometría analítica, y en su obra fundamental, “Principia“, es desde el punto de vista de la
Matemática pura, un tesoro, resumen de todo el saber de la geometría del siglo y de la
Antigüedad. Hacia 1665, Newton tuvo las primeras ideas de su cálculo de fluxiones y descubrió su
desarrollo del binomio. Podemos leer en el Principia ... “..... si x es la magnitud estudiada, es decir,
la fluyente, su fluxión se representará por x*.....”, (ésta x*, es la derivada nuestra). Las ideas de
Newton, no estaban tan lejos de las de Leibniz. Y observamos hoy en día en sus métodos, a un
precursor del cálculo vectorial y de la Geometría infinitesimal.
En la medida en que se pueda decir que Leibniz fuera discípulo de alguien lo fue ante todo de
Huygens, pero también de Saint-Vincent, Descartes, Sluse, Gregory, Barrow. Salvo de Fermat, lo
cual es curioso, pues Leibniz se halla impregnado de las ideas de Fermat, tanto como las de
Descartes o Galileo. Sea como fuere, lo que está claro es que Leibniz obtuvo claramente los
principios del cálculo diferencial, creando una notación excelente que aún perdura. Uno de los
méritos mayores de Leibniz fue el desarrollo de la idea de función, junto con Jean Bernouilli. Ya
desde el comienzo de sus investigaciones, identificó el problema inverso de las tangentes con la
cuadratura o integración. Decía... ”El problema de las tangentes nos conduce a observar el
triángulo característico cuyos tres lados eran diferencias: dx de la abscisa, diferencia dy de la
ordenada, diferencia ds del arco. El problema inverso consistirá, pues, en pasar de las diferencias a
las mismas funciones. Mas la operación inversa de la diferencia es las suma...”. Ahora bien, la
sumación, cálculo sumatorio, o como lo bautizó Jacques Bernouilli, “cálculo integral“, es el
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método de los indivisibles de las generaciones anteriores, es el cálculo de las áreas y volúmenes.
Para Leibniz la diferenciación aparece como la operación primordial, la más simple y siempre
posible, mientras que la integración no lo es siempre. Así, de una tabla de diferenciales tendremos
una tabla de integrales, por simple lectura directa. Paradójicamente, la notación que prevaleció
fue la propuesta por Leibniz, òf(x) dx, que tanto recuerda la sumación directa de una infinidad de
infinitamente pequeños.
Con estos dos últimos genios aparece la guerra del cálculo infinitesimal que se desarrollará entre
los seguidores de Newton en Inglaterra y los seguidores de Leibniz en el continente. Los primeros
usaron el cálculo integral para la solución de problemas físicos, matemáticos y astronómicos; los
segundos darán una gran extensión al problema inverso de las tangentes, y obtendrán de él la
resolución de las ecuaciones diferenciales.
“Se respira en el mundo un nuevo siglo: “EL SIGLO XVIII, EL SIGLO DE LAS
LUCES“.
1. Las reexiones sobre las particulas y lo general. Un caso interesante surgió de la transición de
números a letras. Con esta generalización se produjo el comienzo del algebra. Fue necesario para
pasar de las particulas o números particulares a lo general, i.e., de lo concreto a lo abstracto. As,
en el s. XVI aparece la notación literal.
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2. La Historia de las Matemáticas y la humanización de la enseñanza de las Matemáticas. Es
importante en la Ciencia, y las Matemáticas no son ajenas a ella, la necesidad de encontrar una
utilidad a la disciplina de las Matemáticas. Conocer, por lo tanto, la Historia de las Matemáticas
hace más fácil no solo su comprensión sino también su enseñanza.
Antes Ahora
Recta Segmento
Lina Recta
5. Historia de las Matemáticas y el método heuristico. El método heurístico no es otra cosa que el
procedimiento de aprendizaje por descubrimiento de forma original para potenciar la creatividad
de un alumno. Es algo así como el celebérrimo “cuento de la vieja" para la obtención de
resultados. Se enfatiza el llegar de manera propia al resultado correcto aun siendo poco formal o
matemático el proceso seguido.
6. Finalidad cultural. Especialmente notable es la relación existente entre Arte, Estética y
Matemáticas. Por importancia, uno de los casos que más atención suscitan es el número áureo y
su aparición ubicua en diferentes lugares de la Naturaleza. El número áureo es igual a
Este número tiene muchas apariciones geométricas. Una de las más conocidas es en el rectángulo
áureo. Un rectángulo es áureo si verifica que la razón entre el lado mayor, a, y el menor, b, es el
número áureo. Es decir, si un rectángulo es áureo se cumple que
Un método sencillo para construir el rectángulo áureo en tres pasos es el siguiente: primero
dibujamos un cuadrado de longitud arbitraria (que podemos tomar como nuestra unidad, 1);
seguidamente desde el punto medio de un lado trazamos un arco centrado en ese punto medio
con un radio X igual a la distancia de este punto medio a un vértice del lado opuesto donde
estamos centrados; finalmente, bajamos el arco y trazamos el rectángulo por prolongación de los
lados y el arco trazado. El rectángulo así construido cumple que
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Y además tiene la curiosa propiedad de que su base es precisamente el número áureo, es decir,
verifica la relación estética y curiosa siguiente
El número áureo surge de la misma forma en un problema que era conocido por la escuela de
Pitágoras. La razón de una diagonal de un pentágono regular con su lado es también el número
áureo. Dada la naturaleza irracional de este número, los pitagóricos consideraban un secreto
máximo la enseñanza del mismo a los que no entraban a formar parte de su escuela de
pensamiento. También podemos obtener el número áureo, como bien sabemos, como el límite de
la razón entre dos términos consecutivos de la sucesión de Fibonacci 1; 1; 2; 3; 5; 8; 13; 21; 34;
55;…
7. El decálogo de Pedro Puig Adam. Enunciado por el mismo en 1955, consta de los siguientes
puntos:
a) No adoptar una didáctica rígida, sino amoldarla en cada caso al alumno, observándole
constantemente.
c) Presentar las Matemáticas como una unidad en relación con la vida natural y social.
f) Estimular dicha actividad despertando interés directo y funcional hacia el objeto del
conocimiento.
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i) Cuidar que la expresión del alumno sea traducción el de su pensamiento.
Por otra parte, la importancia que se daban en el Mundo Clásico a ciertas ramas de las
Matemáticas quedan bien claras en la frase que había escrita a las puertas de la Academia de
Platón:
Las siete ramas del saber Humanístico que se consideraban clásicamente las Artes Liberales se
clasificaban en dos grandes grupos:
2. Quadrivium. Lo integraban las cuatro ramas más puras del saber de entonces: la Aritmética (o
estudio de los números en reposo), la Geometría (o estudio de las magnitudes en reposo), la
Música (o estudio de lo números en movimiento) y la Astronomía (o estudio de las magnitudes en
movimiento).
Las necesidades practicas del desarrollo de ciertas ramas de las Matemáticas ha sido diversa y
mucha. Podemos destacar alguna de ellas
Los sistemas de numeración y las operaciones aritméticas. Es evidente que esta necesidad
surge de la demanda por parte de vendedores, intercambios mercantiles, etcétera.
La Geometría plana. Nace en Egipto como consecuencia del descubrimiento de los ríos
que eliminaban los límites de la tierra próxima a estos. Cuando el rio bajaba había que
volver a marcar los límites de la tierra.
La Geometría del espacio. Su finalidad original eran los usos en Arquitectura.
Combinatoria y cálculo de probabilidades. Aparece en la aristocracia y nobleza como
consecuencia del ocio y el juego.
Estadística. De forma natural con los problemas del recuento de impuestos por parte del
Estado. De ahí derivo la palabra Estadística, así como que a ciertos políticos se les llame
también “estadistas", cuando se quiere ensalzar su labor como “hombre de Estado".
Programación lineal y Teoría de Juegos. Sufren un gran impulso en la Segunda Guerra
Mundial, puesto que una de sus finalidades es precisamente el aprovechamiento de los
recursos militares.
Geometría proyectiva y descriptiva. En Arte, especialmente en la Pintura, hay una
necesidad ideal de lograr pintar en 2D lo que es 3D.
Calculo diferencial. Origen de la Física, su pretensión era inicialmente lograr una definición
precisa de la noción de velocidad y calcularla en distintos casos y para diferentes leyes de
fuerza.
Calculo integral. Aparece por la necesidad del cálculo de volúmenes y áreas.
La conexión o nexo que existe entre la Historia de las Matemáticas y la resolución de problemas
puede observarse en distintos ejemplos a lo largo del tiempo. El griego Tales encontró su teorema
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a partir de la obtención de la altura de la pirámide de Keops. En última instancia, esto está
vinculado también al axioma de las paralelas de la Geometría de Euclides (su famoso quinto
postulado). La obtención de nuevas geometrías es algo que llevo mucho tiempo, y no fue hasta el
s.XIX cuando Gauss, Lobachevski y Riemann encontraran formas de elaborar geometrías no
euclidianas.
François Viète (nombre latino, Franciscus Vieta; también conocido en algunos textos en español
por su nombre españolizado, Francisco Vieta) fue un matemático francés (Fontenay-le-Comte,
1540-París, 1603).
Se le considera uno de los principales precursores del álgebra. Fue el primero en representar los
parámetros de una ecuación mediante letras.
François Viète también fue conocido en su época como súbdito del rey, reconocido por su lealtad
y competencia. Fue consejero privado de los reyes de Francia Enrique III y de Enrique IV.
En 1564, pasa al servicio de la casa de Soubise como secretario particular encargado de defender
los intereses de la familia. También pasa a ser preceptor de Catherine de Partenay, con la que
seguirá unido toda su vida. Se mueve en los círculos de la aristocracia calvinista más conocida:
conoce a los principales jefes Coligny y Enrique I de Borbón (Príncipe de Condé), y también a Juana
III de Navarra, reina de Navarra y al hijo de ésta, Enrique de Navarra, futuro Enrique IV.
También en 1580 Viète se encarga de un importante pleito que opone al duque de Nemours con
Françoise de Rohan, y que se falla en beneficio de esta última. Esto le valió el odio de la Liga
Católica, que conseguirá en 1584 que se le aparte de sus funciones. Enrique de Navarra redactará
varias cartas en favor de Viète, intentando que recuperara su puesto al servicio del rey, pero no se
le escuchará. Viète dedica esos años en los que se verá apartado de la vida política a las
matemáticas.
Expulsado de París en 1589, tras la jornada de las barricadas, el 12 de mayo de 1588, Enrique III se
ve obligado a refugiarse en Blois. Hace un llamamiento a los oficiales reales para que se reúnan
con él en Tours antes del 15 de abril de 1589: Viète responde a este llamamiento entre los
primeros.
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Tras la muerte de Enrique III, Viète pasa a formar parte del consejo privado de Enrique IV, quien lo
admira mucho por su talento matemático. A partir de 1594, se encarga exclusivamente de
descifrar los códigos secretos enemigos, tarea que venía desarrollando desde 1580.
En 1590, Enrique IV había hecho pública una carta del comendador Moreo al rey de España. El
contenido de dicha carta, que Viète había descifrado, revelaba que el jefe de la Liga en Francia,
el duque de Mayenne, aspiraba a convertirse en rey en lugar de Enrique IV. Esta publicación puso
en una situación delicada al duque de Mayenne y favoreció el desarrollo de las guerras de religión.
El memorándum que redactó en 1603, poco antes de morir, sobre cuestiones de criptografía dejó
obsoletos los métodos de cifrado de su época.
Estas reglas habían sido propuestas por François Viète para raíces "positivas", y hoy en día se
conocen como Fórmulas de Viète, pero Viète no propuso fórmulas para las raíces generales.
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Louis de Lagrange cita a Girard. Aún después, en el siglo XIX, este trabajo es referido en la creación
de la Teoría de grupos por Augustin Louis Cauchy, Évariste Galois y otros.
Girard también demostró como el área de un triángulo esférico depende de sus ángulos
interioroes. El resultado es conocido como Teorema de Girard.
Girard tocaba el laúd y menciona haber escrito un tratado sobre música aunque este nunca fue
publicado
Descartes: René Descartes nació en La Haye en Touraine, Francia, en 1596. Miembro de una
familia de nobleza menor, con acceso a una educación privilegiada en el colegio jesuita en La
Fleche, en donde se familiarizaría con los últimos problemas científicos. Tiempo después entraría a
estudiar leyes en la universidad de Poitiers. Una vez graduado, Descartes se unió como voluntario
al ejército del príncipe Maurits de Nassau y, en 1618, estando en el pequeño pueblo de Breda,
tuvo la suerte de conocer a Isaac Beeckman, rector de un colegio en la isla de Walcheren.
Beeckman tenía un fuerte interés por las ciencias naturales e introdujo a Descartes a problemas
recientes de la mecánica y la geometría algebraica.
En los diez años siguientes Descartes viajaría mucho por toda Europa. Debido al ambiente
intelectual poco favorable de Francia, se radicó en Holanda entre 1628-1649. Allí desarrolló la
carrera filosófica y matemática por la cual se le conoce hoy en día.
En 1650, persuadido por la Reina Cristina de Suecia, se desplazó a Estocolmo en donde murió ese
mismo año.
La meta de Descartes era dominar el árbol del conocimiento de la naturaleza. En 1637 publicó su
más famoso libro, el Discurso del método, una de las primeras obras filosóficas no escritas en latín,
en la cual Descartes hace un breve análisis del llamado método deductivo y presenta un esquema
de su visión del mundo. En 1641, con la publicación de otra obra, Meditaciones metafísicas,
Descartes continuó presentando al método deductivo como el adecuado para aproximarse al
estudio de la naturaleza. Sin embargo, así como estas dos obras determinan las raíces de su árbol
del conocimiento, el tronco sería analizado en cuatro obras tituladas El mundo, Dióptrica,
Geometría, y Meteoros. En ellas Descartes abarcó temas variados como mecánica, cosmología y
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filosofía natural. Finalmente, en 1644 se publicaría su última obra, Principios de la filosofía, en la
cual se compilan sus ideas tanto en el ámbito físico como metafísico.
No podemos subestimar la importancia de Descartes para la ciencia del siglo XVI I. Aunque su
contribución más importante tal vez no fue en la solución de problemas concretos, la investigación
de un método para las ciencias y su visión mecánica del mundo serían aspectos más influyentes
que ningún logro científico de su tiempo. Esto no quiere decir que no hubiera sido un científico de
éxito, y sus contribuciones en muchas áreas del saber fueron del más alto nivel. Para citar algunos
ejemplos, en la óptica desarrolló diversos lentes de telescopios y estudió el fenómeno del arco iris
y la refracción. En matemáticas logró establecer una muy novedosa conexión entre el álgebra y la
geometría, herramienta que se volvería de una gran importancia y que, entre otras, sería vital para
el desarrollo del cálculo diferencial desarrollado por Newton y Leibniz. Así mismo, realizó algunos
estudios en filosofía natural en las áreas de medicina y ciencias de la vida.
Fermat fue junto con René Descartes uno de los principales matemáticos de la primera mitad
del siglo XVII.
Descubrió el cálculo diferencial antes que Newton y Leibniz, fue cofundador de la teoría de
probabilidades junto a Blaise Pascal e independientemente de Descartes, descubrió el principio
fundamental de la geometría analítica. Sin embargo, es más conocido por sus aportaciones a
la teoría de números en especial por el conocido como último teorema de Fermat, que preocupó a
los matemáticos durante aproximadamente 350 años, hasta que fue demostrado
en 1995 por Andrew Wiles ayudado por Richard Taylor sobre la base del Teorema de Shimura-
Taniyama.
Fermat es uno de los pocos matemáticos honrados como epónimo de un asteroide, que lleva la
especificación nominal de (12007) Fermat. También se le ha dado la denominación de Fermat a un
cráter lunar de 39 km de diámetro.
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La mansión del siglo XV donde nació es en la actualidad un museo. La escuela más antigua y
prestigiosa de Toulouse se llama Pierre de Fermat y en ella se imparten clases de ingeniería y
comercio. Está situada entre las diez mejores de Francia para clases preparatorias. Cabe destacar
que Fermat estudió y analizó las matemáticas en sus tiempos libres ya que él tenía otra profesión.
Claude Gaspard Bachet de Méziriac fue un matemático francés. Nació en la localidad gala
de Bourg-en-Bresse.
Fue el primer autor que analizó la solución de ecuaciones indeterminadas mediante fracciones
continuas. También trabajó en la Teoría de números, y encontró un método para la construcción
de cuadrados mágicos. Algunas fuentes fiables le otorgan la creación de la Identidad de Bézout
Se casó en 1612 y en 1635 fue nombrado miembro de la Academia de las Ciencias francesa.
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su madre (como era propio por aquella época) trabajaba en la casa y murió en 1597 de
tuberculosis a la edad de 33 años.
Gérard Desargues trabajó desde el año 1645 como arquitecto, anteriormente tuvo tareas
específicas como tutor, ingeniero consultor y filántropo en la corte del cardenal Richelieu.
Se puede decir que vivió en la época dorada de la matemática francesa y esto se demuestra
viendo que es contemporáneo de Pascal (ambos: padre e hijo), del ilustre Descartes de Philippe de
la Hire y de Mankington Stike
Bernard Frénicle de Bessy (n. 1605 – 17 de enero de 1675), fue un matemático francés nacido
en París, quien escribió numerosos trabajos matemáticos, mayormente en teoría de
números y combinatoria. La forma estándar de Frénicle, una representación estándar
de cuadrados mágicos, fue así denominada después de él. Resolvió muchos problemas creados
por Fermat. Estableció que hay 880 formas esencialmente diferentes de cuadrados mágicos de
orden 4.
Como Fermat, Frénicle era un matemático aficionado, pero que mantenía comunicación con
personajes tales como Descartes, Huygens, Mersenne y el mismo Fermat, que fue su amigo. Sus
mayores contribuciones fueron en la teoría de números.
Isaac Barrow (Londres, octubre, 1630 – id., 4 de mayo, 1677) fue unteólogo, profesor
y matemático inglés al que históricamente se le ha dado menos mérito en su papel en el desarrollo
del cálculo moderno. En concreto, en su trabajo respecto a la tangente; por ejemplo, Barrow es
famoso por haber sido el primero en calcular las tangentes en la curva de Kappa. Isaac Newton fue
discípulo de Barrow.
Barrow empezó el colegio en Charterhouse (donde era tan agresivo y combativo que se cuenta
que su padre rezaba a Dios para pedirle que, si algún día tuviera que llevarse a alguno de sus hijos,
se llevara a Isaac). Completó su educación en el Trinity College, Cambridge, donde su tío y tocayo
(más tarde obispo de St. Asaph), era Miembro de la Junta de Gobierno del colegio. Fue muy
estudioso, sobresaliendo especialmente en matemáticas; tras graduarse en 1648, le fue concedido
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un puesto de investigación en 1649. Residió unos cuantos años en Cambridge, y le fue ofrecido un
puesto de profesor de Griego en Cambridge, pero en 1655 fue expulsado debido a la persecución a
la que era sometido por los independientes. Los siguientes cuatro años estuvo viajando por
Francia, Italia e incluso Constantinopla, y tras varias aventuras regresó a Inglaterraen 1659. Fue
ordenado al año siguiente, así como nombrado profesor Regius de griego en Cambridge.
En 1662 fue profesor de Geometría en el Gresham College, y en 1663 fue elegido primer profesor
Lucasiano enCambridge. Mientras ocupaba esta cátedra publicó dos trabajos matemáticos de gran
aprendizaje y elegancia, el primero de ellos en Geometría y el segundo en Óptica. En 1669 dejó la
cátedra en favor de su pupilo, Isaac Newton, quien fue considerado durante mucho tiempo el
único matemático inglés que le ha superado. Durante este tiempo también escribió
sus Expositions of the Creed, The Lord's Prayer, Decalogue, andSacraments. El resto de su vida fue
muy devota pues se dedicó al estudio de la teología. En 1672 fue director del Trinity College,
donde fundó una biblioteca, que regentó hasta su muerte en Cambridge en 1677.
Ha sido descrito como "bajo de estatura, flaco y de pálido aspecto", despreocupado en sus
vestimentas y un empedernido fumador. Fue notoria su fuerza y valentía, y se cuenta que una vez
cuando viajaba hacia el Este logró esquivar el ataque de unos piratas gracias a su destreza. Su
predisposición e ingenio le hicieron favorito de Charles II, quien indujo a sus cortesanos a
respetarle aunque no le mostraran aprecio. Escribía muy a menudo y con elocuencia, y con su
intachable vida y su escrupulosa conciencia fue uno de los personajes más impresionantes de su
tiempo.
Su primer trabajo fue una edición completa de los Elementos de Euclides, que fue editado
en latín en 1655 y posteriormente en inglés en 1660; en 1657 publicó una edición de Datos. Sus
lecturas, publicadas en 1664, 1665 y 1666, fueron más tarde publicadas en 1683 bajo el título
de Lecciones Matemáticas (en latín Lectiones Mathematicae); la mayoría hablan de fundamentos
de metafísica para verdades matemáticas. Sus lecturas de 1667 fueron publicadas el mismo año, y
hablan del análisis sobre cómo Arquímedes pudo llegar a los resultados que obtuvo.
En 1669 publicó sus Lectiones Opticae et Geometricae en el que se aproxima al actual proceso de
diferenciación al determinar tangentes a curvas y estableció que la derivación y la integración son
procesos inversos. Se dice en el prefacio que el propio Newton revisó y corrigió personalmente
estas lecturas, añadiendo ideas propias, pero parece probable que los comentarios de
Newton sólo se refirieron a aquellas partes que hablan de los tratados de óptica. Este trabajo, que
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es su trabajo más importante en matemáticas, volvió a ser publicado con algunas pequeñas
modificaciones en 1674. En 1675 publicó una nueva edición con numerosos comentarios de los
primeros cuatro libros de On Conic Sections de Apolonio de Pérgamo, y de otros trabajos
de Arquímedes y de Teodosio.
Fue el primero en introducir en Italia el cálculo logarítmico, pero debe su celebridad a su teoría de
los «indivisibles», que expuso en Geometría indivisibilibus continuorum quadam nova ratione
promota (1635). Esta teoría estudia las magnitudes geométricas como compuestas de un
número infinito de elementos, o indivisibles, que son los últimos términos de la descomposición
que se puede hacer. La medida de las longitudes, de las superficies y de los volúmenes se
convierte en efectuar la suma de la infinidad de indivisibles: es el principio del cálculo de una
integral definida, aunque sin la noción rigurosa moderna de paso al límite. Por esto puede ser
considerado como uno de los precursores del análisis infinitesimal moderno. El Principio de
Cavalieri se fundamenta en esta teoría.
Asimismo figuró entre los primeros que enseñaron la teoría copernicana de los planetas. Otros
trabajos suyos dignos de renombre son el desarrollo dado a la trigonometría esférica, así como el
descubrimiento de las fórmulas relativas a los focos de los espejos y de las lentes.
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Christiaan Huygens nació en el seno de una importante familia holandesa. Su padre, el
diplomático Constantina Huygens, le proporcionó una excelente educación y lo introdujo en los
círculos intelectuales de la época.
Estudió mecánica y geometría con preceptores privados hasta los 16 años. Christiaan aprendió
geometría, cómo hacer modelos mecánicos y habilidades sociales como tocar el laúd. En esta
primera etapa, Huygens estuvo muy influido por el matemático francés René Descartes, visitante
habitual de la casa de Constantijn durante su estancia en Holanda. Su formación universitaria
transcurrió entre 1645 y 1647 en la Universidad de Leiden (donde Van Schooten le dio clases de
matemáticas), y entre 1647 y 1649 en el Colegio de Orange de Breda (donde tuvo la fortuna de
tener otro experto profesor de matemáticas, John Pell). En ambos centros estudió derecho y
matemáticas, destacándose en la segunda.
A través del contacto de su padre con Mersenne, comenzó una correspondencia entre Huygens y
Mersenne durante esta época. Mersenne desafió a Huygens a resolver gran número de
problemas, incluyendo la forma de la cuerda sujeta por sus puntas. Aunque falló en este problema
resolvió el problema relacionado de cómo colgar pesos en la cuerda para que cuelgue en forma de
parábola.
Huygens dedicó sus siguientes años a viajar como embajador de Holanda, visitando, entre otros
lugares, Copenhague,Roma y París. En 1656 creó el primer reloj de péndulo. En 1660 volvió a París
para instalarse definitivamente. Allí mantuvo frecuentes reuniones con importantes científicos
franceses, entre otros, Blaise Pascal.
Sin embargo, pronto abandonó la ciudad para marchar a Londres en 1661. Ingresó en la recién
formada Royal Society, donde pudo comprobar los asombrosos avances realizados por los
científicos ingleses. Allí pudo mostrar sus superiores telescopios y conoció a científicos
como Robert Hooke o Robert Boyle, entre otros.
En 1666 aceptó la invitación de Colbert, ministro de Luis XIV, para volver a París e incorporarse a
la Academia de las Ciencias Francesa. Dada su experiencia en la Royal Society de Londres, Huygens
pudo llegar a liderar esta nueva academia e influir notablemente en otros científicos del
momento, como su amigo y pupilo Leibniz. Fueron años muy activos para Huygens, pero se
enturbiaron por sus problemas de salud y las guerras del Rey Sol contra Holanda. Huygens
abandonó Francia en 1681.
Tras una estancia en su Holanda natal, Huygens decidió volver a Inglaterra en 1689. Allí volvió a
relacionarse con la Royal Society y conoció a Isaac Newton, con el que mantuvo frecuentes
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discusiones científicas. Y es que Huygens siempre criticó la teoría corpuscular de la luz y la ley de la
gravitación universal de Newton.
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Bibliografía
https://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/fchamizo/realquiler/fich/apuntesHM.pdf
http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/anonimos/Anonimo%20-
%20Historia%20de%20las%20Matematicas.pdf
http://casanchi.com/did/histoparte2.pdf
https://en.wikipedia.org/wiki/Fran%C3%A7ois_Vi%C3%A8te
https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Girard
http://historiadelaciencia-mnieto.uniandes.edu.co/pdf/RENEDESCARTES.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_de_Fermat
https://es.wikipedia.org/wiki/Claude_Gaspard_Bachet_de_M%C3%A9ziriac
https://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%A9rard_Desargues
https://es.wikipedia.org/wiki/Bernard_Fr%C3%A9nicle_de_Bessy
https://es.wikipedia.org/wiki/Isaac_Barrow
https://es.wikipedia.org/wiki/Bonaventura_Cavalieri
https://es.wikipedia.org/wiki/Christiaan_Huygens
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