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Christopher Falzon

La filosofía va al cine En la película de 1970 de Bernardo Bertolucci El conformista (Il con­


formista), el protagonista, Marcello Clerici (Jean LouisTrintignant), se une
al movimiento fascista italiano y es enviado a París para asesinar a su anti­
Una introducción a la filosofía guo mentor, un profesor de filosofía. En una escena clave, Clerici va a visi­
tar al profesor a su estudio. El profesor le recuerda que la caverna de Pla­
tón era el tema de su tesis inacabada. Durante su conversación, Clerici indica
que cuando el profesor entraba en la sala de conferencias solía siempre cerrar
las ventanas para que no hubiera luz ni ruido. Clerici se dirige ahora a la
ventana y baja las persianas él mismo, dejando pasar sólo un rayo de luz.
Vuelve a relatar entonces como el profesor solía enseñar el mito de la caver­
na de Platón, y empieza a exponerlo. ¿De modo que por qué baja Clerici las
persianas? ¿Qué está haciendo la caverna de Platón en la película de Ber­
tolucci? ¿Cuál es el significado de este cuento de engaño fascista? ¿Y qué
nos cuenta esta aparición sobre la historia de la caverna? Volveremos a estas
cuestiones en breve, pero para poder responderlas es necesario que visite­
Traducción de mos la caverna de Platón.
Francisco Rodríguez Martín
LA CAVERNA DE PLATÓN

La caverna de Platón es una de las imágenes más memorables y obse­


sionantes de la filosofía. Ya he dicho algo sobre ella en la Introducción, pero
podemos empezar ahora a explorarla más detalladamente. En la Repúbli­
ca, Platón nos pide que nos imaginemos a unos prisioneros en una caver­
na subterránea con un fuego tras ellos. Los prisioneros están encadenados
de modo que sólo pueden ver las sombras que aparecen sobre la pared que
hay ante ellos, moviéndose arriba y abajo frente al fuego. Los prisioneros
piensan que las sombras es lo único que hay que ver. Si son liberados de
sus cadenas y forzados a girarse hacia el fuego y las marionetas 1, se sien-

1 (N. del T.). El autor utiliza la palabra puppefc1· en este contexto: su traducción castellana

es marionetas. Sin embargo, marionetas puede inducir al lector a confusión pues su signifi­
cado esfantoche, títere que se mueve por medio de hilos. Creo importante que se capte la idea
de la caverna y sus prisioneros, pues «flotará>l, por así decirlo, en todo el libro. Para ello, trans­
cribo aquí la introducción al mito de la caverna presentado por la traducción de Gredos, que
ayudará al lector no versado profesionalmente en filosofía y que le ayudará desde el princi­
pio a comprender correctamente, y en nuestro caso en su relación con el cine, ·
la alegoría que
desde su autor, Platón, ha llegado hasta nuestros días:

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30 CHRISTOPHER FALZON LA FILOSOFÍA VA AL CINE 31

ten desconcertados y desorientados, y preferirían mucho más que se les deja­ ra traspasar este velo de apariencias, y captar la verdadera naturaleza de la
se en su estado original. Sólo algunos de ellos llegan a darse cuenta que lo realidad, considerarían que a quienes han dejado tras ellos no son más que
que ven son sólo sombras proyectadas por las marionetas, y estos pocos meros prisioneros confinados en un mundo de ilusión. Para ellos todo lo que

¡
valientes comienzan su viaje de liberación que les lleva a traspasar el fuego dejaron tras sí y aceptaron como la sólida realidad no sería más que meras
y finalmente fuera de la caverna. Aquí, fuera de la caverna, encuentran no sombras.
simplemente marionetas sino las cosas reales, los objetos del mundo real Existen varios modos de interpretar la historia de la caverna. En primer
(véase Platón 1974, 514-518; estos números hacen referencia a la pagina­ lugar, puede leerse como «una invitación a pensar, en vez de confiar en el
ción estándar que aparece en los márgenes de la mayoría de las ediciones modo como se nos aparecen las cosas» (Blackburn 1994, 253). Dicho de otro
de la República). modo, es una invitación para comenzar a reflexionar filosóficamente. Para·
Lo que hace que esta imagen sea tan sugerente es que nos sugiere que empezar a pensar filosóficamente sobre nuestras creencias tenemos que aban­
nosotros podríamos ser como estos prisioneros, que todo lo que normalmente donar nuestra confianza no pensada de que lo que normalmente aceptamos
tomamos como realidad podría de hecho no ser más que sombras, una mera como conocimiento sea realmente conocimiento. Tenemos que ser críticos
apariencia, y que el mundo real podría ser algo bastante diferente. En nues­ en cuanto a la opinión recibida y a nuestras creencias procedentes del senti­
tra experiencia ordinaria nosotros estamos, desde luego, perfectamente fami­ do común, creencias que se nos presentan como autoevidentes o incuestio­
liarizados tanto con lo aparente como con lo real, y normalmente podemos nables. Segundo, la historia de la caverna ilustra las positivas opiniones filo­
¡ ver la diferencia que hay entre ellos. El palo dentro del agua aparece como sóficas de Platón acerca de la naturaleza del conocimiento. Los filósofos han ¡,
doblado, pero nosotros podemos sostener que está realmente derecho. Pero estado siempre interesados en dar cuenta del conocimiento, de la naturale­
si absolutamente todo lo que nos encontramos ante nosotros, todo lo que za, del ámbito y límites de lo que podemos saber -un área de reflexión filo­
sucede en nuestra experiencia ordinaria, fuera meramente una apariencia, sófica que ha llegado a conocerse como epistemología-. Y la caverna sirve
una ilusión, y bastante diferente de lo que fuera realmente el caso, no ten­ como una representación concreta de la propia postura epistemológica de Pla­
dríamos ni idea de que estaríamos siendo sistemáticamente engañados de tón. Se trata de una representación de su opinión de que todo lo que nuestros
este modo. Nos imaginaríamos que tendríamos un acceso genuino a la rea­ sentidos nos revelan son meras sombras, meras apariencias apartadas de la
lidad, que lo que viéramos sería todo lo que habría que ver. Y si alguien pudie- realidad. Para Platón somos exactamente como los prisioneros en la medida \
en que pensamos que el mundo que normalmente nos encontramos ante nos-
'
\.
otros a través de nuestros cinco sentidos es el mundo real. Para comprender ,
- Después de esto -proseguí- compara nuestra naturaleza respecto de su educ ac i ón cómo es realmente el mundo, tenemos que escapar de esta prisión; tenemos
y de sujaita de educación co11 una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una mora­ que trascender lo dado en la experiencia.
da subterránea enforma de caverna. que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la
luz. En ella están desde niño.1· con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben
L� imagen de la caverna e.s también si.gnificativa por�ue nos aporta nues-
,
\
pe r manecer allíy mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derre­ tro pnmer encuentro entre filosofía y eme. Como 111d1que en la Introduc­
dor la cabeza. Más arriba y más lej os se halla la luz de unfi1ego que brilla detrás de ellos; y ción, a menudo se ha notado que existen extraños parecidos entre la caver­
entre el.fúego y los prisioneros hay un camino 111ás alto, junto al cual imagina/e un tabique na imaginada por Platón y el cine moderno. Como sucede en el «espectáculo
construido de lado a lado, como el hiombo que los tilirileros levantan delante del público
de sombras» de Platón, también en el cine nos sentamos en la oscuridad,
para mostrar, por encima del biombo, los muiíecos.
traspasados por las meras imágenes extraídas de la realidad. La misma estruc­
- Me lo i magino.
- Imagina/e ahora que. del otro lado del tabique. pasan somhra.� que llevan toda clase tura del cine es algo paralelo a la de la caverna. La audiencia del cine obser­
de utensilios yfigurillas de hom bres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diver­ va las imágenes proyectadas en una pantalla ante ellos. Estas imágenes son
sa s cla se s; y entre los que pasan unos hablan y otros callan. proyectadas a partir de un corte de película que se mueve y pasa a través de
- Extraña comparación haces, y extraños son esos p r isioneros.
una luz proyectada desde detrás de ellos. Y las imágenes que aparecen en
- Pero son como nosotros. Pues en prim er lugw; ¿crees que han visro de sí mis mos. o
unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por elfl1ego en la parte de la caver­ este corte de película son ellas mismas simples copias de las cosas reales
na que tienen.fi·ente a sí? que existen fuera del cine. Existen aquí algunos sorprendentes paralelismos.
- Claro que no. si toda su vida están.forzados a no mover las cabezas. Efectivamente, el cine supera, si en algo lo hace, a l a caverna como un lugar
(PLATÓN, Diálogos, IV, República, 514-515. de ilusión. Lo que está siendo proyectado en la pantalla del cine no son me ras
Biblioteca Clásica Gredos, Introducción, traducción
y notas por Conrado Eggcrs Lan, Madrid, 1986,
sombras, sino imúgenes sofisticadas y altamente realistas: La historia del
pp. 338-339). cinc es en sí misma una de las 111{1s sofisticadas representaciones de la realidad,
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con la progresiva adición de sonido y color que hacen que la ilusión sea aún si logramos ver estas falsas imágenes como lo que en realidad son, podre­
más completa. Además, por medio de un montaje sin cortes, las películas mos liberarnos de este tipo de esclavitud.
no)laman normalmente la atención por ser meras representaciones de la rea- Considerada así, la historia de la caverna de Platón, del encarcelamien­
1idad proyectadas en la pantalla, y no la realidad en sí misma--el así deno­ to y su superación, comienza a adquirir resonancias más amplias. Nos recuer- \
minado «efecto realidad»-. da en primer lugar lo implicado en el proceso de crecimiento de un indivi­
Existe entonces un sentido con el que, como indica lan Jarvie en Phi- duo, dejar atrás la infancia y hacerse adulto. Esto significa algo más que un
losophy of the Film, recreamos el experimento del pensamiento de Platón mero proceso de desarrollo fisico. Una parte importante del crecimiento es
11' cada vez que entramos en un cine (Jarvie 1987, 48). Y siempre se puede pen- el crecimiento intelectual, cuando llegamos a cuestionarnos las ideas y
1 sar el cine mismo desde el punto de vista de la caverna, corno un refugio de
la realidad, un lugar donde podemos dirigirnos para escapar del mundo exte­
creencias, junto a los principios morales y estándares, que nos han sido trans­
mitidos por nuestros padres, profesores y otras personas a través de los años.
rior, para perdernos en el engaño, ilusión y fantasía. Sin embargo, es impor­ Cuando somos jóvenes aceptamos, desde luego, cualquier cosa que nos dicen
tante darse cuenta que a pesar de los claros parecidos entre el cine y la caver- sobre el mundo. Como resultado, nuestro pensamiento está muy influenciado
na de Platón, existen también algunas diferencias significativas. En particular, y determinado por las opiniones y actitudes de quienes nos rodean. Cuan­
el tipo de engaño implicado en la versión de Platón es mucho más profun­ do vamos creciendo vemos, sin embargo, que a menudo descubrimos que
do que cualquier otra cosa que pudiéramos encontrarnos en el cine. Si la muchas cosas que hemos aceptado hasta ahora sin cuestionarnos son de hecho
J imagen cinemática es una mera representación, una ilusión, es una ilusión cuestionables, e incluso pueden ser falsas. Al hacer eso, comenzamos a ser
a Ja que nos sometemos voluntariamente, a la que aceptamos ser introduci­ críticos, a examinar nuestras creencias y estándares existentes, a investigarlos
dos, siendo completamente conscientes de su estatus como ilusión. El que y sopesarlos. Tal pensamiento crítico constituye una parte importante de nues- 1
no aceptemos seriamente la imagen cinemática refleja el hecho menciona­ tra ruptura en cuanto a depender de otros y establecer nuestra propia iden­
do anteriormente, que normalmente podemos distinguir perfectamente tidad, nuestras propias opiniones sobre el mundo, y nuestra independencia
entre ilusión y realidad, entre lo aparente y lo real. Podemos hacer esto aun­ intelectual y personal.
que las ilusiones sean relativamente sofisticadas, como las que nos encon­ En segundo lugar, la caverna nos recuerda otras formas de esclavitud y
tramos en el cine. Además, cuando nos marchamos del cine y volvemos al su superación en un contexto social más amplio. Un modo importante de '
«mundo real» todo esto tiene lugar dentro de nuestra experiencia cotidiana,
exactamente igual que las distinciones que hacernos entre apariencia y rea­
cómo puede controlarse o manipular a la gente es 1 lenando sus cabezas con ¡,
imágenes engañosas o falsas sobre el mundo. Y esta es una forma mucho
lidad son normalmente realizadas dentro del reino de nuestra experiencia más efectiva de manipulación social que una coacción directa, porque aquí
ordinaria. Para Platón, en cambio, lo que es ilusorio es la experiencia ordi- estamos haciendo voluntariamente lo que otras personas quieren que haga­
' naria como un todo. Para escapar de la ilusión y comprender la realidad, tene­ mos. Considérese, por ejemplo, las imágenes publicitarias con las que los•
rnos que escapar completamente del reino de la experiencia ordinaria. fabricantes nos bombardean, diseñadas para hacernos pensar que sus pro­
Ahora bien, la versión de Platón no tiene que ver sólo con el conocimiento, ductos son indispensables para nuestro bienestar o felicidad. O considére­
sino también con un cierto tipo de liberación vinculado al conocimiento. La se el papel que juega la propaganda política fomentando ciertas opiniones
ignorancia para Platón no es algo dichoso, sino más bien una forma de es­ sobre el mundo, u orquestando la opinión pública de diversos modos, ayu­
clavitud. Estamos prisioneros en tanto en cuanto se nos impide captar el dando así a lograr los objetivos políticos de otras personas. Y el cine ha sido1
verdadero orden de las cosas mediante los límites impuestos por la expe­ también considerado a veces que forma parte de esto fomentando, como ins-l
riencia cotidiana, límites de nuestro sentido común en lo referente a la com­ trumentos de adoctrinación cultural o política, que la gente se equivoque ¡
prensión del mundo. Adquirir conocimiento es escapar de la prisión de nues­ tomando una realidad cinematográfica falsa como si fuera la realidad de la'
tra concepción ordinaria del mundo. Platón nos sugiere también con su versión vida en el mundo. Por tanto, también en este contexto social y político más1
que la ignorancia puede esclavizarnos, además, en un sentido más concre­ amplio podría considerarse que podemos llegar a ser como los prisioneros
to. Platón representa a los prisioneros tornando como realidad las sombras de Platón, controlados por otros porque aceptamos las imágenes que otros
1 de las marionetas que otros manejan. La implicación que se sigue de esto nos presentan como si fuera la realidad. Esto no sugiere en modo alguno
es que podemos convertirnos efectivamente en esclavos o ser controlados que no seamos más que unos pasivos necios que no pensamo.s, completa­
( por otros cu ando tomamos por realidad las imágenes que nos s umi ni s tra n , mente a merced de estas imágenes, corno han supuesto algunos críticos. Aún
cuando creemos lo que ellos qu ieren que creamos. Sólo si nos hacernos críl icos, rodemos diferenciar entre apariencia y realidad. Lo que la posibilidad de
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ese engaño significa es que, de nuevo, es importante ser crítico. Llegar a hacer hincapié en una cuestión, su sombra es captada y aparece saludando
criticar estas imágenes que se nos imponen, considerarlas por lo que son y al modo fascista; y al final, después de que el profesor expresa sus dudas
captar la verdad de nuestras circunstancias, significa algo importante en cuan­ respecto a que Clerici sea realmente un fascista de corazón, sube las per­
to a nuestra ruptura de este tipo de sujeción, lograr un grado de indepen­ sianas y la sombra de Clerici desaparece con la luz resultante. De este modo,
dencia en nuestras vidas. Bertolucci utiliza la imagen de la caverna para subrayar tanto el mundo de
Éstas son algunas de las implicaciones más amplias de la imagen de la sombras de las creencias fascistas como la alterada relación que finalmen­
caverna, y se recurre a ellas a menudo en las representaciones cinematográficas te Clerici mantiene con él.
que hacen uso de la imagen de la caverna. Permítaseme citar algunos ejem­ Antes de seguir adelante hay otra alusión más a la caverna que merece
plos al respecto. En primer lugar, como afirma Erich Freiberger ( 1 996), Cine­ la pena mencionarse. Una de las versiones cinematográficas más interesantes
ma Paradiso (Nuovo cinema Paradiso, Giuseppe Tornatore, 1989) utiliza la de la caverna, de nuevo en formato de cine, aparece en La naranja mecáni­
imagen de la caverna, y el paralelismo entre caverna y cine, para represen- ca de Stanley Kubrick (A Clockwork Orange, 1971). Aquí, la fuerza escla­
tar el desarrollo de su personaje principal Toto en su camino hacia la madu- vizadora es un condicionamiento psicológico al servicio del estado, parte
1

11rez e independencia intelectual. En la película, Toto (interpretado como adul- de una futura campaña totalitaria del gobierno para vaciar las prisiones de
to por Jacques Perrin) cuenta la historia de su infancia, y en particular, su «meros criminales comunes». Como condición para salir de la prisión, el
amistad de infancia con el proyeccionista del cine de barrio. Según la lec­ vicioso antihéroe de la película Alex (Malcom Macdowell) es sometido a
tura que hace Freiberger, el cine de barrio puede considerarse como un lugar un tipo de lavado de cerebro cinematográfico. En un cinc, se le ata al asien­
parecido a la caverna, donde los aldeanos se sienten hechizados y seduci­ to, no pudiendo dejar de mirar la pantalla. Las pinzas que se le colocan en
dos -en realidad «encadenados>>- por las opiniones convencionales y están­ sus párpados significan que no puede siquiera cerrar los ojos. Tras él, unos
dares de conducta que ven en la pantalla. Pero Toto ha empezado ya a esca­ sombríos científicos de bata blanca orquestan los procedimientos. Se le mues­
parse de su confinamiento cultural. porque le ha dado la espalda a la pantalla tran una serie ele imágenes violentas, y con la ayuda de drogas se le condi­
y ha llegado a conocer al proyeccionista (Philippe Noiret) que está «entre ciona gradualmente para que se sienta mal en cuanto piense en la violencia.
bastidores». La fuga liberadora de la caverna que Platón concibe tiene su El resultado es un ciudadano modelo, de diferentes tipos. Este escenario recuer-1
parangón en la historia global de la película, que describe como Toto logra da intensamente la caverna de Platón porque Alex está literalmente enca­
escapar gradualmente de los estrechos límites de la pequeña vida puebleri­ denado a su asiento, incapaz de apartar la vista de las imágenes cinemato_I
na, y se dirige hacia el ancho mundo y a adquirir una educación. gráficas; y porque cuando se le hace caer bajo el dominio de estas imágenes
En Cinema Paradiso la imagen de la caverna figura en un cuento que su independencia es destruida y su conducta controlada. Sin embargo, Kubrick \
trata principalmente del viaje que un individuo realiza para salir de la infan- introduce también un número de perversos giros que la diferencian de otras
11 cia y del confinamiento intelectual. La caverna ha sido también utilizada
representaciones cinematográficas de la caverna. En esta historia de la caver­
para hacer comentarios acerca de formas de confinamiento en un contexto na, Alex tiene que entrar en la caverna, someterse al lavado de cerebro, para
social y político más amplio. El Conformista de Bertolucci es un buen ejem­ poder salir libre de su encarcelamiento. No obstante, como ahora se ha con­
plo de esto. Como indica Julie Annas en su lntroduction to Plato :S· Republic vertido en un prisionero en un sentido más profundo, Kubrick nos hace sim­
( 1 981, 257-258), Bertolucci utiliza la imagen de la caverna de Platón en la patizar con Al ex, pero no queda claro que para este prisionero en particular
película de una forma bastante deliberada y explícita para comentar los enga­ sería algo bueno escapar de su caverna.
ños esclavizantes del fascismo (que no aparecen en el 1 ibro de Alberto Mora­
via en el que se basaba la película). Clerici, habiendo bajado las persianas
y convertida la oficina de su antiguo profesor de filosofía en un lúgubre lugar DESCART ES, SUEÑOS Y DEMONIOS
'parecido a la caverna, recuerda como el profesor compara a los prisioneros
engañados de la caverna con los habitantes de la Italia fascista, cegados por Hemos estado considerando, con ayuda de algunas versiones cinema­
la propaganda. Como Clerici es él mismo uno de los que ha sido atrapado tográficas, diferentes modos en los que la imagen de la caverna de Platón
y cegado, uno de los habitantes de la caverna, no es consciente de la ironía puede utilizarse para tratar aspectos de nuestra existencia social y política.
de sus propios recuerdos. Pero Bertolucci recalca el argumento del profe­ Estudiaremos de nuevo estos temas más amplios del conocimiento y la socie­
sor, porque entra suficiente luz en la habitación para proyectar las sombras dad al final del capítulo. Por el momento, volvamos a las cuestiones rela­
en la pared dclrás de ellos. En un momento de la exposición de lerici, al cionadas mús dircc1nrnen1e con el tc1m1 del conocimiento. Platón, corno hemos

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